Usagi-chan

Yagi Toshinori se encontraba ante una gran encrucijada, debía seguir con su dia a día cuidando a su linda mascota como si nada o aceptaba el hecho de que desde hace más de una hora unos ojos llenos de rabia lo miran sin parar

~

Yagi Toshinori es un hombre soltero de mediana edad, es profesor y tiene una pequeña casa heredada en Tokio con un bonito jardín en donde suele pasar sus días libres leyendo el periódico o simplemente vagando cuando no tiene trabajo.

Es un hombre soltero aficionado a conejos.

Actualmente su adoración es un pequeño conejito de pelaje verde y de ojos verdes llamado Deku, si Deku, su conejo es suave, cariñoso, tranquilo y a veces suele ser bastante torpe pero para Yagi eso solo lo hace más tierno.

El problema radica en el hecho de que desde hace un par de semanas luego de que su linda mascota se perdiera y el gracias al cielo la pudiera encontrar ha tenido la visita diaria de un enérgico conejo sin dueño.

Este pequeño bribón a diferencia de su dulce Deku es muy mañoso, suele saltar de forma errática, parece ser agresivo y constantemente rasguña el vidrio del ventanal del patio con desesperación cuando ve a su pecoso conejito.

Yagi teme que esté conejo de pelaje rubio/cenizo quiera agredir a su mascota por eso no lo deja acercarse pero tampoco tiene el corazon para correrlo o llamar al control de animales.

Es un lunes por la mañana, Yagi tiene que trabajar pero parece mas demacrado de lo normal, no ha dormido nada.

¿La razón?

El conejo salvaje, se ha pasado la noche rasguñando con sus patitas el vidrio del ventanal que da al patio.

-Escucha, ya me tienes harto!- le grita al conejo cenizo. -Si sigues con esa actitud no dudare en llamar a control de animales!- el rubio quiere seguir gritando pero nota a su pequeño conejito colocado sobre su pie temblando, Deku generalmente no hace eso.

Mira a su mascota y luego al pequeño salvaje durante unos segundos para luego suspirar, Yagi está cansado y desvelado.

-Escucha, Deku.- Yagi toma al tembloroso conejo entre sus manos, el nombrado lo mira con ojitos atentos -Si ese salvaje es tu amigo no debe comportarse así, si hace un desastre no lo podré tener en casa.-

Deku ladea la cabeza y Yagi siente ternura y vergüenza, ahora habla con animales, genial, ve la hora en la pared y deja a su mascota en el sueño para correr pues nota que se le hace tarde.

~

Al volver no puede creer lo que ve, el conejo salvaje está durmiendo recostado al vidrio del ventanal desde el exterior mientras su Deku hace lo mismo en el lado interno, esos dos sinceramente le dan ternura.

Entonces suspira, la dara una oportunidad.

Durante una semana entera vigila al conejo de brillantes ojos rojos, este no salta, no rasguña el vidrio, suele colocar su pata sobre este pero ya no hace ruido, Deku suele hacer la misma acción cuando lo ve.

Dios mío, son demasiado tiernos, es el pensar de Yagi.

Entonces una semana después viendo que el conejo salvaje parece haberse calmado con un suspiro prolongado abre el ventanal dejando pasar al cenizo.

Este entra con cautela, da un par de breves saltos hacia adentro y su nariz se mueve como olfateando el lugar, familiarizándonce con el olor.

Entonces su pequeño Deku salta sobre el cenizo, se restriega contra el, le hace cariño, Yagi esta sorprendido con esa demostración de afecto pero sobre todo como el cenizo se mantiene calmado con las atenciones, no se mueve, se deja hacer hasta que el pecoso conejito está satisfecho.

Entonces ambos miran a Yagi.

-Eh.. Bueno.- el rubio se aclara la garganta -me has demostrado que puedo confiar en ti, así que te dejaré jugar con Deku, supongo que no tienes nombre.- mira al cenizo y el conejo sólo ladea la cabeza -Kacchan, será tu nombre.-

El cenizo no parece entenderlo pero por otra parte Deku está saltando levemente de emoción, se vuelve a restregar contra el cenizo y este mira a Yagi con ojos brillantes.

Yagi suspira, tendra que comprar más comida para ellos de ahora en adelante.

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Esa noche cuando el rubio se va a dormir ve a los conejos en la pequeña camita de Deku y no puede evitar sentir ternura al verlos.

La cama es pequeña, Kacchan es del tamaño exacto de esta así que abarca todo el espacio, sobre este duerme Deku que parece estar de los más cómodo, estan profundamente dormidos y parecen dos bolitas de pelos una sobre la otra.

Yagi pensaba comprar otra camita, pero al perece ellos ya encontraron la mejor forma para dormir y compartir calor.

Sonríe y se dirige a la cama, está noche no tendrá que preocuparse por los rasguños.

~

Conversación traducida del idioma conejo*

-Kacchan, ¿Estas dormido?- Deku restriega su ocico contra la el lomo del cenizo, el mencionado mueve las orejas.

-Aún no.- el cenizo puede sentir el calor de su compañero en su lomo, las noches han comenzado a ser mas frías, su compañía es un alivio.

-Gracias por venir por mi y gracias por quedarte conmigo.- Deku se acurruca en ese gran lomo peludo que huele a hierba y tierra mojada, le recuerda el bosque. -Yagi-san es un buen amo, el cuidara bien de ti tambien.-

-Te dije que te encontraría donde fuera no?- Kacchan abre sus ojos y observa por el ventanal la noche estrellada -No me importa si es bueno o malo, mientras tu estes bien yo estaré bien.-

Y es que el cenizo siempre había sido un conejo libre hasta que se encontró con esa tierna bola de pelos pérdida en la calle y aunque ambos eran machos eso no le impidió sentirse atraído por Deku, al punto de querer abandonar el bosque para quedarse con el.

-Si, gracias, Kacchan.- con esto Deku cerró sus ojos compartiendo calor con su compañero, ambos conejos eran conscientes de que tenían una vida corta pero eso no era un problema si la podían vivir juntos.

Fin.


••Buen estudiante••

(18)

Entró al apartamento arrastrando los pies, había tenido un día agitado y estresante, para colmó llovió a media tarde. Tuvo que recorrer un par de calles apenas cubierto con la capucha de su sudadera, fue un maldito desastre.

Arrojó su maletín a un lado de la entrada y siguió su camino a la habitación, dormiría un rato y luego prepararía la cena.

Cuando entró al dormitorio que compartía con su novio una sonrisa iluminó su rostro y calmó su malhumor.

Izuku había llegado temprano de la universidad, estaba en su escritorio, sentado frente a la computadora donde al parecer tenía una clase en línea. Se acercó lo suficiente para ver la cámara de su novio apagada al igual que el micrófono, entonces se aventuró a dejar un beso en su mejilla anunciando su llegada. Izuku le respondió con una sonrisa y un beso en los labios, entonces siguió con sus notas.

Katsuki se sentó en la cama detrás de él, tan solo admirando a su novio, ese chico de tiernas pecas que murmuraba cuando estaba demasiado concentrado. Y de pronto una idea loca cruzó por su mente, sabía que últimamente el estrés lo estaba poniendo demasiado tenso, Izuku solía decir que se estaba volviendo un pervertido y para ser sincero él mismo creía que sí era de esa forma.

Se deshizo de la ropa húmeda, también de su cinturón y su playera, sin que lo alcanzara un rastro de decencia volvió a acercarse a su novio con una sonrisa ladina en el rostro. Cargó a Izuku para tomar su lugar en la silla y sentar a su novio sobre él, el chico de las pecas estaba demasiado concentrado en su clase como para notar malas intenciones. En el momento en que sintió un tirón en sus pantalones y su ropa interior entendió que algo tramaba su novio pervertido.

Se giró para regañar a Kacchan con la mirada, el otro le respondió con una sonrisa malvada en el momento exacto en que lo levantaba para quitarle los pantalones y los bóxers.

—Estoy en clase —murmuró, temiendo que lo escucharan aunque el micrófono estaba apagado.

—Pues pon atención, pecas —respondió Katsuki, burlándose.

Katsuki cortó la distancia y besó a su novio, como siempre de forma salvaje y apasionada, metiendo su lengua para explorar la de su novio, mordiendo sus labios carnosos, disfrutando de los suspiros que causaba.

Izuku ni siquiera pudo reaccionar o apartarse, la erección de su novio estaba entre sus piernas, restregándose contra su pene.

—Kacchan…

Se interrumpió cuando Katsuki lo inclinó sobre el escritorio, de nuevo sin avisar siquiera el rubio metió dos dedos cubiertos con saliva en el trasero regordete de su novio, arrancándole un gemido desesperado.

La pantalla donde su profesor explicaba algo sobre la programación de sistemas se iluminó con un cuadro de texto, la computadora le preguntaba si intentaba hablar y ponía dos opciones por si quería encender el micrófono o cancelar la orden.

Izuku apenas alcanzó a presionar la opción de cancelar, antes que Katsuki restregara su dura erección en su trasero. Estaba intentando apartarlo cuando su tonto y pervertido novio lo penetró de una sola vez, acorralándolo contra el escritorio.

Katsuki volvió a sentarse con Izuku en su regazo, su pequeño novio pecoso temblaba aferrándose con las uñas a la mesa de madera.

—Parece que tu profesor está diciendo algo importante, deberías tomar nota —se burló Katsuki, mientras acariciaba las caderas de su novio.

—Idiota-ah

Su novio apenas se movía simulando pequeñas embestidas e Izuku luchaba por no hacer tanto ruido contra el micrófono. Katsuki metió sus manos debajo de su playera y acarició sus pezones para calmar un poco el temblor en su cuerpo.

Cuando su novio se acostumbró a su tamaño, Katsuki se aferró con un brazo a su estrecha cintura, con el otro levantó una de sus piernas, de esa forma marcó un ritmo brutal de embestidas que hacían rebotar a Izuku.

El estudiante siempre responsable tomaba algunas notas de las cosas más importantes que luego tendría que estudiar por culpa de Katsuki. Le costaba escribir mientras sentía el pene de su novio hacer un desastre dentro de él. Pero no se quedó atrás, cuando decidió que ya había perdido contra ese idiota rubio estuvo feliz de arquear su espalda para pegarla al pecho de su novio y acariciar esos rebeldes mechones húmedos por la lluvia.

Katsuki tuvo que cubrir la boca de su novio cuando sus gemidos estallaron en el micrófono de los auriculares.

Una hora después, cuando la sesión en línea se cerró, Katsuki le quitó los audífonos a Izuku y lo llevó cargando a la cama, donde lo derribó.

—Ahora si puedes hacer todo el ruido que quieras —dijo Katsuki contra los labios hinchados de su novio.

—Eres un idiota pervertido…

—Soy tú idiota pervertido, pecas.

No le dió a Izuku más oportunidades de quejarse ni de insultarlo, sujetó sus manos y las pegó al colchón, aprovechó su vulnerabilidad para meter su cabeza debajo de la ridícula playera de talla extra. Besó con cariño y mordió con deseo la piel a su disposición, dejando que su novio gritará tan alto como quisiera.

Tenían el resto de la tarde para divertirse y Katsuki supo aprovechar cada minuto.


Voz perfecta

Katsuki ama la música.

Escribir canciones se dio siempre de una forma tan natural en él que, cuando cumplió dieciséis años, ya contaba con al menos una centena de cuadernos llenos de ellas.

Sin embargo, él era del tipo que era un jodido Dios a la hora de escribir, de componer, pero era un maldito desastre a la hora de cantar. Y no precisamente porque tuviera una pésima voz, de hecho su voz era buena, jodidamente buena. Su madre le había dado lecciones de canto de pequeño pero, su problema recaía en que él no quería cantar.

Un par de veces intento grabarse a sí mismo en el estudio de sus padres, pero los sentimientos que inundaban su interior al escribir una canción no eran los mismos que lo inundaban a la hora de cantarla.

La letra, no importaba de cual canción, se sentía vacía, sin sentido. Hueca y sombría, y él no entendida porqué hasta un día, tras ver su frustración, su padre se sentó a charlar con él.

—Tal vez las canciones que escribes, no deben ser cantadas por ti, sino por alguien más. — comentó.

Como si esa hubiese sido la opción más lógica desde un inicio pero Katsuki nunca, ni una sola vez contempló.

¿Alguien más cantando sus canciones?

Si él, a pesar de su magnífica voz, no le daba vida a las letras como lo hacía en su cabeza, ¿quién en este jodido planeta podría?

Y así, fue como una audición para encontrar al cantante indicado, se abrió en el estudio de la familia Bakugo. Con un demo de una de sus canciones subido a un portal web, con el fin de tener que ser aprendida, como único requisito para poder adicionar.

La primer semana no hubo demasiados aspirantes. Algunos eran buenos pero no lo suficiente, otros un asco total y Katsuki había comenzado a creer que buscar a la persona digna de sus obras de arte, era simplemente un caso perdido.

Hasta que un mes y una semana después transcurrieron. Era el último día de audiciones. Katsuki había discutido con Mitsuki y Masaru para detener esa mierda que solo los estaba haciendo perder su tiempo, pero cinco minutos antes de cerrar, un chico de cabellos verdes oscuros con ojos del color de unas jades verdes; brillantes, enormes y tan claros como el agua, atravesó la puerta del estudio.

Era un estudiante de secundaria.

Katsuki casi quiso carcajearse ahí mismo cuando le vio temblar.

—M-me gustaría adicionar. — titubeó, mirando al piso y removiendo sus manos con nerviosismo.

Katsuki iba a echarlo, pero Masaru se adelantó y guió al chico a la cabina para hacer la audición.

—Parece un jodido Chihuahua. Seguro sólo nos hará perder el tiempo como los demás. ¿Por qué mierda lo vas a dejar audicionar, viejo? — cuestionó.

—No lo sé, tengo un presentimiento con este chico. — respondió, con una sonrisa antes de apretar el botón del altavoz para indicarle que pondrá la música de fondo y podía empezar cuando se sintiera listo.

El chico solo asintió tímidamente, y la música comenzó a sonar.

Los segundos transcurrieron hasta sumarse y convertirse en el primer minuto, luego en el segundo y Masaru tuvo que repetir la pista al menos dos veces después de eso.

Katsuki estaba dispuesto a gritarle que cantará o se largará, pero cualquier palabra, pensamiento o acción, se congeló cuando lo que parecía ser la voz de un jodido ángel en la tierra, deleitará sus oídos casi al grado de querer hacerlos llorar, en especial a Katsuki.

La letra de su canción, la primera de todas las que escribió, estaba siendo entonada de la forma que siempre imagino.

Las emociones infinitas que hacían vibrar a su corazón y a su piel estremecerse como cuando la redacto, estaban ahí, siendo provocadas justamente por ese chiquillo con aspecto de nerd, tal y como siempre anhelo sentir al escucharlas verbalizadas.

La prueba terminó, el el chiquillo salió de la cabina pero seguía mirando al piso. Se sentía incapaz de ver la reacción de los Bakugo por su presentación.

—Oi, ¿cuál es tu nombre? — la voz del menor resonó en sus oídos, firme pero a la vez suave, aunque tomándolo un poco por sorpresa.

—Mi-midoriya Izuku, ¡un placer! — la reverencia exagerada en señal de respeto no se hizo esperar.

Así como la risa suave de Masaru y un chasquido exasperado de lengua por parte de Katsuki.

—Yo soy Bakugo Katsuki, este viejo es mi padre. Tienes la imagen de un jodido Chihuahua asustado pero la maldita voz de un ángel así que, ¿te gustaría intentar cantar otro par de mis canciones? — preguntó, y sólo entonces el chiquillo que parecía un jodido árbol de navidad andante, se digno a levantar la mirada por primera vez.

Katsuki se sorprendió un poco cuando sus miradas se encontraron. ¿Acaso los ojos de una persona podían realmente brillar tanto como lo hacían los jades verdes de ese mocoso en ese preciso momento?

No. Eso no era algo siquiera terrenal.

—¿De verdad podría? — mentiría si dijera que la emoción en su voz al preguntar aquello, no hizo vibrar aunque fuera un poco su corazón.

Es decir, ¿por qué se emocionaba por poder cantar sus canciones cuando era la primera vez que daba a conocer alguna de ellas?

—S-si. — quiso responder con su habitual seguridad pero fallo estrepitosamente al encontrarse a sí mismo rehuyendo de la mirada del Chihuahua asustadizo.

—¡Será un honor! Es increíble saber que alguien tan joven escribe cosas tan hermosas y profundas. Yo normalmente no hubiera participado en una audición pero cuando un amigo me mostró el demo de la canción, ¡hizo vibrar tanto mi corazón que algo dentro de mi me grito que debía por lo menos intentarlo! — añadió, casi en forma de vómito verbal pero que Katsuki entendió a la perfección.

—Lo que sea, aún no pasas la prueba del todo, así que ven mañana a las cinco. Si llegas tarde, date por muerto. — vocifero el rubio, dándose media vuelta y sin darle oportunidad de responder al peliverde o siquiera de despedirse de su padre o su madre, con quien choco a mitad del pasillo, salió rápidamente del estudio.

Dónde el tenue sonrojo adornando sus mejillas no fuera visto, donde los latidos desbocados de su corazón no fueran escuchados y la sonrisa de idiota que tenía en el rostro por al fin haber encontrado al cantante digno de sus canciones, se quedará grabada sólo en el recuerdo de aquel día fresco de otoño.

Miya


Antología Un camino con palabras

Katsuki odiaba las jodidas reuniones de la junta.

Sentado en la oficina principal de Explosion Fashion Lines, el rubio estaba en su silla con una expresión aburrida mientras giraba un bolígrafo entre sus dedos. No entendía por qué necesitaba estar presente para estos cuando sus padres todavía estaban a cargo.

"Y si miras los informes de ganancias del último año fiscal, puedes ver que…"

Katsuki puso los ojos en blanco mientras alguien del departamento de contabilidad hablaba sobre las proyecciones de las ganancias de la próxima temporada. Su teléfono vibró en su bolsillo y se sintió agradecido por la distracción. Sonrió cuando vio que era un mensaje de su novio.

Izuku: ¡Hola, Kacchan! Espero que estés en tu mejor comportamiento en tu reunión

Yo: Estos extras nunca se callan la puta boca. Aburrido como el infierno aquí

Izuku: ¡Lo sé! ¿Y si te animo?

Yo: ¿A través de mensajes de texto? Eres un maldito idiota

Izuku: [Imagen]

Katsuki se enderezó en su silla mientras miraba la imagen. Izuku estaba usando una de las camisetas del rubio y se deslizó por un hombro pecoso sin cuidado; se podía ver un trozo de su cuello de cuero. El verde le dio a la cámara un guiño descarado con una sonrisa, un signo de paz al lado de su rostro. Los muslos fuertes y cremosos de Izuku eran visibles en la parte inferior de la imagen y Katsuki se preguntó si su novio llevaba algo debajo.

Izuku: ¡Espero que esto ayude! Por cierto, no hay nada debajo

Esa pequeña mierda.

Izuku: [Imagen]

Katsuki agarró su teléfono con fuerza mientras sus ojos tomaban con avidez la nueva imagen. Izuku estaba sentado sobre sus rodillas de espaldas a un espejo. La camisa se levantó para mostrar que el greenet no estaba mintiendo acerca de que no había nada debajo. Los ojos rojos observaron el culo perfecto de Izuku con voracidad, su polla se endureció en sus pantalones mientras gruñía por lo bajo.

Yo: Pequeña puta de mierda

Izuku: Juego limpio de Turnabout, ¿no Kacchan?

Entró otra imagen y Katsuki se mordió el labio para sofocar su gemido. El greenet estaba a la mitad de su consolador, su culo se estiraba tentadoramente alrededor de la silicona.

Izuku: He estado pensando en tu polla todo el día Kacchan. Me siento tan vacío sin ti

Yo: Juro por los dioses Izuku que me iré de esta maldita reunión ahora mismo.

Izuku: ¿Es eso una promesa?

Izuku: [Imagen]

La paciencia de Katsuki se rompió con la última imagen. Izuku estaba desnudo en la cama, su collar alrededor de su cuello cómodamente. Las mejillas del verde estaban pintadas de rojo y sus ojos esmeralda estaban cubiertos de lágrimas. Rizos salvajes y esponjosos se abanicaban alrededor de la almohada. Izuku se mordió el labio inferior entre los dientes mientras su expresión le gritaba a Katsuki que lo arruinara.

Yo: tienes 15 minutos

Izuku: Si papi

Katsuki salió disparado de su silla y salió de la sala de juntas, ignorando los ojos que lo seguían a él ya su madre preguntándole adónde iba. El rubio tenía algo mucho más urgente de lo que ocuparse.


Tatuaje

Ahí estaba él, escondido en el baño de la universidad, rogando porque el odioso de Mineta deje de buscarlo, quien desde el día uno de conocerlo solo se ha dedicado a hostigarlo, seguirlo y acosarlo, pues según sus propias palabras "Es el chico más hermoso que sus ojos han visto", el pelimorado está seguro que es su alma gemela, caso contrario le ocurre al peliverde, él sabe perfectamente que no lo es, ¿Cómo?, muy fácil, el tatuaje que indica tu emparejamiento no es el mismo, el de Minetta está en su brazo izquierdo, es una pequeña flor morada de cinco pétalos, mientras que el de Izuku se encuentra oculto en su pelvis, justo del lado derecho de la V que se forma en su entrepierna, raro lugar para un tatuaje de emparejamiento y peor aún, un lugar poco accesible para ver, ya que los tatuajes de las almas gemelas son el mismo y están ubicados exactamente en la misma parte del cuerpo, está consiente que difícilmente podrá encontrar a su soulmate, pues no puede ir por la vida pidiéndole a todo el que se le cruce enfrente que le muestren su pelvis.

"Maldita mala suerte la mía" Piensa internamente.

-Vamos Izu, ya deja de resistirte, ambos sabemos que somos el uno para el otro - escucha la puerta del primer cubículo ser abierta bruscamente, es solo cuestión de tiempo para que lo encuentre, no es que le tenga miedo, simplemente no le gusta el conflicto - Sé que mantienes oculto tu tatuaje bajo tus mangas largas, vamos, no seas tímido, ya acepta que soy tu alma gemela - la puerta del segundo cubículo es abierta de forma aún más brusca que la anterior, dos más y llegará hasta él - Me estoy cansando de jugar al gato y al ratón Izu - una puerta más, el sonido que produce es sordo haciendo que el peliverde comience a temblar de frustración y un poco de temor ahora si-

Los paso se acercan hasta posicionarse frente a la puerta del cubículo donde él está, la antelación de lo que viene lo hace cubrirse el rostro con las manos, sabe que el pequeño chico no descansará hasta hacer cosas no muy apropiadas ni agradables con él, no entiende la fijación que le tiene. Cuando cree que la puerta será derribada otros pasos se acercan rápidamente, se escucha un fuerte estruendo y luego el quejido de alguien.

-Te he estado observando desde hace varios días enano diabólico, deja de ser un maldito bastardo acosador - la gruesa voz suena molesta, Izuku sabe que lo ha escuchado antes, pero no la reconoce al instante, pues pocas veces ha estado tan cerca de él. Escucha unos toques suaves en la puerta - ¿Te encuentras bien? -

Su corazón se detiene por un momento, ¿Esta a salvo?, escucha los quejidos y una maldición de Mineta seguido de un portazo que indica su salida del lugar.

-Ahora lo estoy, gracias - con mucho cuidado abre la puerta, topándose con el intenso rojo de la mirada de su salvador, Katsuki Bakugo, el mariscal y estrella del equipo de la escuela, también el chico más guapo y popular de la zona, podría decir que incluso del país. Las manos comienzan a temblarle ligeramente, está vez nada tiene que ver con el miedo o la frustración, ahora son los intensos nervios que le produce estar ante su crush, el chico del cual ha estado enamorado desde que tiene uso de razón, pues fueron a las mismas escuelas, solo que el rubio es un año mayor y jamás coincidieron en las clases, le tocó observarlo de lejos, hasta hoy -

-¿Seguro que estas bien? - ve como tiembla de pies a cabeza, incluso cree percatarse de un ligero sonido en sus dientes al chocar unos contra otros -

-s... si, estoy... bien - una sonrisa de medio lado se extiende en el rostro del cenizo al ver como lo observa de pies a cabeza con algo de deseo, acaba de darse cuenta que su nerviosismo es por su presencia y ya no por lo que hace unos momentos estaba pasando -

-Debes tener cuidado con los tipos como Minetta, es un depravado de lo peor - se acerca un poco más hasta él -Además, un chico tan atractivo y tierno como tú llama demasiado la atención, así que debes tener el doble de cuidado - le guiña un ojo antes de darse la vuelta, la realidad es que el chico le gusta desde hace mucho, pero al ser de distintos grados y tener pasatiempos completamente distintos nunca había podido tener un acercamiento tan directo con él, hasta hoy, ya que después de días de ver al enano diabólico seguirlo como perro en celo decidió tomar cartas en el asunto, pues odia ver su cara preocupada. El pecoso se sonroja completamente ante las palabras de su crush -

-No tienes que mentirme - el cenizo frunce el entrecejo sin entender a lo que el chico se refiere -

-¿Sobre qué estoy mintiendo exactamente pecas? - regresa los pasos andados para quedar frente a él de nuevo -

-Sobre lo de atractivo y tierno, todos sabemos que esas no son las mejores palabras para describirme - vaya que tiene la percepción de la realidad alterada, bastante alterada, entre los integrantes del equipo, porristas, staff y todo estudiante viviente se habla de lo precioso que es el peliverde pecoso, quien también es la estrella de danza, ha ganado dos años seguidos el primer lugar universitario a nivel nacional, por ello todos lo conocen -

-Para mi lo son y para el 90% de los demás también, el otro 10 % está estúpido, se droga o las dos cosas - sonríe con arrogancia, como si no hubiese más respuesta correcta que la suya-

-Claro - camina hacia la puerta, necesita entrar a las duchas urgentemente, la clase de danza del día de hoy estuvo demasiado intensa y sudó más que en las dos semanas anteriores juntas-

Al entrar se asegura de que no haya nadie ahí, no quiere tener que correr a esconderse de nuevo, pues al ser de carácter pasivo, los bravucones aún en la universidad lo toman como objetivo de burla o lo acosan, dependiendo que tipo de personas se encuentre.

-No hay nadie ya en las duchas y vestidores, después del entrenamiento sirvieron tacos por el día del estudiante en el comedor y todos corrieron hacia allá- el cenizo entra quitado de la pena ya sin camisa, dejando al aire libre sus perfectos y marcados pectorales y abdomen, dignos de la estrella del equipo de futbol-

-¿Y tu que sigues haciendo aquí? - su nerviosismo aumenta, pues el que esté semidesnudo no lo ayuda en nada, su mente viaja hacia la zona donde está su tatuaje pero en el cuerpo del rubio, por un momento se permite fantasear que ahí es donde está y que es su alma gemela-

-Gracias al enano no pude tomar mi ducha después de entrenar, así que lo haré ahora - mirando fijamente a los ojos jade se quita el pantalón, logrando que el peliverde se pinte de una intensa tonalidad de carmesí-

Se mete en el cubículo de ducha frente a donde el peliverde está aún completamente vestido, sin pudor alguno se gira en la ducha dándole la espalda al peliverde sin cerrar la puerta que podría separarlos, queda embobado con la ancha, marcada y perfecta espalda frente a él. No va a mentir, el ver casi completamente desnudo a su crush de toda la vida lo excita muchísimo. Aún de espaldas el rubio toma su bóxer quitándolo por completo, dándole una perfecta y hermosa vista de sus glúteos al contrario, sabe que tal vez se está pasando de la raya, pero el verlo tan sonrojado le ha puesto a mil, además, ya ha esperado demasiado a su soulmate, quiere disfrutar por lo menos un momento con el único chico que le ha gustado, aunque al ser tan atrevido lleva el riesgo a asustarlo.

-¿Solo te quedaras mirando pecas? - gira ligeramente el rostro, quiere ver la reacción del chico y lo que ve le agrada sobremanera, esta embobado mirándole descaradamente las nalgas mientras inconscientemente se relame los labios- puedes unirte si así lo quieres -

Escucha un ligero suspiro, mientras comienza a tallar el jabón por su cuerpo, aún está de espaldas pero es bastante consciente de la batalla en el interior del otro chico. Unos segundos después escucha la ropa caer, sonríe por su victoria.

Las manos temblorosas de Izuku acarician ligeramente sus nalgas antes de posicionarse en su cintura.

-Sabía que también te sentías atraído por mi- se gira para quedar de frente, quiere admirar el escultural cuerpo del bailarín, pues no es musculoso pero si bastante esculpido por el baile, durante muchas noches ha tenido sueños húmedos con él, ahora que lo tiene enfrente no puede desaprovechar el momento de admirarlo y adorarlo -

-Kacchan - todo el aire sale de sus pulmones al llevar sus ojos hasta la parte baja de la pelvis del cenizo, justo donde el suyo está, un pequeño tatuaje de una explosión con rayos verdes saliendo de él se ilumina en el cuerpo de ambos -

-Izuku - se miran directo a los ojos, sintiendo el momento exacto en donde sus almas se reconocen y se aceptan-

-Eres tú- lleva su mano hasta la mejilla contraria, admirando ahora de cerca el intenso rojo de sus ojos-

-Soy yo cariño - corresponde el gesto acariciando su cabello - eso explica la intensa atracción que siempre he sentido por ti - Los jade se iluminan con esperanza - Ahora que sé que eres para mí, te protegeré Pecoso - es así como se acerca lentamente para darle el beso que dará inicio al amor que durará para el resto de sus vidas -


El guía (Hilo rojo)

Desde muy pequeño Katsuki se percató que podía ver un hilo de color rojo en cada persona, este sale desde el corazón y flota en la inmensa nada sin saber a donde exactamente se encuentra el otro extremo. Conforme fue creciendo buscó una explicación, quería saber que significado tiene este hilo, para su mala suerte, parece que solo él puede verlo, nadie ha sabido decirle la razón de ser de este.

Cuando cumplió los 16, se mudó por segunda vez, esta vez a Estados unidos con su madre quien buscando un mejor porvenir para su pequeño aceptó un trabajo ahí, su padre murió cuando tan solo tenía tres años de edad, sus recuerdos de él son vagos, pero están ahí, en el fondo de su mente. En una noche de feria por curiosidad entró a la carpa de una anciana que decía poder leer el futuro.

-Hola pequeño niño, ¿Quieres saber tu futuro? - la sonrisa de la mujer era entre escalofriante y amable, haciendo que el joven se erice de la piel por la expectación -

-¿No serás solo una charlatana? - para esta época su carácter se ha vuelto revoltoso, gritón e incluso a veces desesperante, pues se ha cansado de buscar respuestas y nunca encontrar alguna, en muchas ocasiones se ha planteado la idea de estar perdiendo la cabeza o ver visiones, porque, ¿Cómo puede ser posible que solo él pueda ver ese estúpido hilo rojo que sale de las personas? -

-Soy tan sincera como tu un descendiente de los Bakugo, una familia guía tocada por la luz del creador - se queda estupefacto ante esas palabras, ¿Cómo es posible que sepa su apellido? ¿lo habrá investigado antes? ¿Qué mierda está pasando? -

-¿Cómo sabe mi apellido? - antes de que la mujer conteste la interrumpe con otra pregunta - ¿A que se refiere con familia guía y la luz del creador? -

-Lo sé porque soy descendiente de una de las familias que durante años estuvimos al servicio de los Bakugo, les dábamos posada, alimento y lo que necesitaran en sus largos viajes para guiar a los destinados a estar juntos - suspira con tristeza, con algo de dolor en su pecho al saber que las tradiciones se han perdido casi por completo -

-No sé de que me habla señora - se gira para salir de ahí, todo lo que sale de la boca de la anciana comienza a asustarlo -

-¿Puedes ver el lazo del destino verdad? - Detiene sus pasos - Un fino hilo rojo que sale del corazón de las personas - no se mueve, simplemente procesa las palabras, tiene una lucha interior entre salir corriendo de ahí o escuchar a la anciana, pues es la primera vez que alguien sabe por lo menos un poco del tema -

-¿Que sabe usted de eso? - se da la vuelta volviendo sus pasos hasta sentarse frente a ella, la segunda opción gana, necesita saber aunque sea un poco del porque él puede ver ese estúpido hilo rojo -

-Tu familia fue bendecida con el don de ver el lazo del destino, este conecta a las almas de los amantes que están destinados a encontrarse una y otra vez en cada una de sus vidas - le sonríe con algo de nostalgia - Son el complemento perfecto, solo encontrándose se puede alcanzar la verdadera felicidad - de un cajón de su escritorio saca un pequeño álbum de fotos con las diferentes generaciones de Bakugo que han pasado por la casa de la anciana y su familia - Tus ancestros tenían la tarea de ayudar a quien lo necesitara a encontrar a su alma gemela, emprendían un viaje y hacían que los amantes se encontraran, fue la misión divina que se les asignó desde su nacimiento -

-¿Cómo es que yo no sabía de esto? - toma una de las fotos, reconoce a su abuelo y bisabuelo en ella, ambos están sonrientes -

-Al parecer tu madre no era la destinada de tu padre, así que para que ella no sufriera con todo el tema de los destinados, este decidió alejarse del camino y alejarlos a ustedes - suspira de nuevo con un poco de tristeza - Al parecer tu padre tenía miedo de encontrar a la persona al otro lado de su hilo rojo y que la fuerza de la atracción fuese más grande -

-No quería lastimar a mamá al encontrar a su verdadero amor - la anciana asiente -

-Exactamente, porque siempre nos encontramos, al principio, en el medio o en el final de nuestras vidas, pero siempre la encontramos, así es como trabaja el destino, los guías simplemente lo aceleran para darles más tiempo a los amantes de disfrutar plenamente de su amor - se levanta para entregarle un pequeño manual de tapa dura que dice en la portada "Los guías" - Nada es casualidad, me he encontrado contigo porque este mundo necesita más guías - su semblante se torna triste y su voz baja dos tonos el volumen - Cada día hay menos almas encontrándose a tiempo -

-¿Eso porque debería interesarme a mi? - su tono de voz es de fastidio, enterarse que sus padres no eran almas gemelas es un golpe duro -

-El mundo se ha vuelto más violento, porque el amor que no está destinado a ser, el que nace entre dos personas que no están conectadas por el hilo rojo, después de un tiempo se torna violento, insatisfecho e inconforme, las almas no se llenan las unas a las otras y desencadena todo lo que se conoce como traición, infidelidad, dolor e incluso muerte - se le eriza la piel - Es por ello que necesitamos de los guías para enderezar el camino, aunque sea un poco-

-¿Qué ganaría yo? - la anciana sonríe -

-Tienes un futuro prometedor, solo debes buscarlo, tomando el camino destinado para tu familia llegarás a él - la anciana da la vuelta para salir por la parte trasera del pequeño puesto de feria -

-Espera - se detiene un momento mirándolo de reojo - ¿Cómo sé que ese es el camino que me llevará a mi mejor futuro anciana? - una sonrisa confiada es lo que lo recibe -

-Porque en tu corazón lo sabes -

Después de esa extraña charla sigue su vida con normalidad, cada vez que va por la calle observa con otros ojos el hilo rojo, ahora que sabe su significado su perspectiva ha cambiado. Durante los dos años siguientes se dedica a estudiar lo más que puede el pasado de su familia, mientras su madre se envuelve en una relación con un hombre que no es el final de su hilo rojo. Desafortunadamente para él, la relación no termina para nada bien, se tornó violenta, hasta el punto de perder a su madre. Es ahí cuando toma la decisión de ser guía como sus ancestros, no quiere que nadie más pierda a sus seres queridos por negarse a ayudar un poco.

Pasa los siguientes 5 años viajando de ciudad en ciudad, de país en país, ayudando a los destinados a encontrarse. Durante ese tiempo se ha topado de todo un poco, hilos rotos, almas ya comprometidas e incluso un rechazo de dos destinados, afortunadamente en su mayoría han sido victorias.

A sus 23 años ha visto muchos hilos rojos encogerse hasta volverse casi uno solo, eso le trae bastante alegría a su corazón, pero también bastante deseo y frustración a partes iguales, pues en su corazón crece el anhelo de encontrar a su propio destino y es que en todos estos años su hilo no se ha movido ni un poco, no ha sentido el otro extremo cerca, ni siquiera un pequeño tirón.

Un año más tarde se muda a Japón, ha decidido que su cede ahora estará ahí, pues es el lugar donde nació, donde los recuerdos felices con sus padres permanecen. La casa de su infancia fue puesta en venta y no perdió la oportunidad de comprarla.

-¿Katsuki? - está parado admirándola desde afuera cuando una cansada voz lo llama por su nombre -

-¿Si? - mira a la mujer mayor, es una peliverde regordeta con una enorme sonrisa - ¿Cómo sabe mi nombre? -

-Soy Inko, siempre he vivido en la casa de al lado - se acerca hasta él para envolverlo en un abrazo - ¿Cómo está Mitsuki?, hace mucho que no se de ella -

-Ella murió hace algún tiempo - La amable mujer se echa a llorar, pues le causa mucha tristeza que lo primero que sabe de su amiga es que ya ha partido de este mundo -

Lo invita a pasar, quiere saber todo lo posible de su amiga y también de él, ya que no lo ve desde que era un bebé y siempre lo quiso como si fuese su propio hijo. Después de dos horas de intensa charla entre risas, llanto y una que otra foto en el teléfono del cenizo, este siente por primera vez en toda su vida o por lo menos desde que tiene uso de razón que el hilo rojo que sale de su corazón comienza a moverse un poco, esto produce que sus latidos se aceleren, quiere salir corriendo a buscar al motivo de ese movimiento, escucha una llave ser insertada en la cerradura de la puerta principal de la casa donde ahora está, incluso escucha con claridad como gira el seguro hasta dejarla abierta, luego el pomo gira haciendo que el hilo se contraiga un poco más, "Por fin" piensa entre emocionado y shockeado al mismo tiempo, nunca creyó que su alma gemela estuviera justo en la casa de al lado de donde nació.

-Hola mamá ya he regresado de la universidad - la preciosa y melodiosa voz lo hipnotiza, seguida de un rostro angelical con estrellas en las mejillas y los ojos más preciosos que alguna vez haya visto, "Esmeraldas, unas valiosas y brillantes esmeraldas", es lo primero que llega a su mente cuando sus miradas chocan - Oh - dice el chico notándolo, su corazón se acelera al mismo ritmo que el del rubio, pues le parece el hombre más atractivo que ha visto en su vida, su cuerpo escultural, su rostro de dios griego y esa mirada carmesí intensa que lo mira como si pudiese ver a través de su alma - Bu... buenas tardes joven - tartamudea de los nervios gracias a que no le ha quitado la mirada de encima y es que ¿Cómo hacerlo?, se encuentra parado a un lado del sillón admirando como el hilo rojo que sale del centro de su pecho lo conecta al pecho del precioso peliverde, siente como sus almas se llaman, como si un imán lo estuviera jalando hacia él, el pecoso se encuentra en la misma situación, solo que este ultimo no entiende nada de lo que pasa a su alrededor -

-Katsuki te presento a mi hijo Izuku, no sé si lo recuerdes pero yo estaba embarazada de él antes de que ustedes se mudaran a Francia hace 20 años - le sonríe con ternura -

-Es un gusto Izuku - se acerca hasta él, toma su mano en un gesto de caballerosidad y se la besa, provocando un ligero sonrojo en sus mejillas, que hace sonreír a la mayor -

-E... el gusto es mío Kat... chan - tanto el rubio como la mujer sonríen, les parece tierno el comportamiento del pecoso -

-¿Inko, te molestaría si los invito a cenar mañana para festejar mi regreso? - aún no suelta la mano del otro chico y tampoco quita la mirada de este mientras le pregunta a la mayor, necesita comenzar a acercarse a él para conquistarlo, no cometerá el error de sus padres, él si buscará la felicidad con su alma gemela -

-Sin problema Katsuki - sonríe, pues por fin entiende las palabras de la anciana de la feria, al seguir el camino de los guías encontró a su propio extremo del hilo, ese es el regalo divino por ayudar a los demás a encontrar la felicidad -

-Nos vemos mañana entonces -

Sale de la casa con una sonrisa en el rostro, por fin, el futuro lo ha alcanzado, ahora solo debe conquistar al pecoso.

A la mañana siguiente sale sonriente hasta el patio, ha pedido que planten algunas de las flores favoritas de su madre, quiere tener algo de ella cerca. Escucha la puerta de la casa de al lado abrirse mientras la dulce voz de su pecoso vecino se escucha.

-Nos vemos mamá - baja casi corriendo los escalones, pues como cada día, ya va tarde para su primera clase - Oh, Katsuki-San, buenos días - le regala la sonrisa más radiante que alguna vez vió -

-Buenos días Izuku - sale de su jardín para quedar frente al pecoso - ¿Vas tarde? - una mueca de nerviosismo se apodera del rostro del menor -

-Un poco, es que me quedé dormido - escucha la risa de su madre quien en ese momento va saliendo para regar sus plantas del jardín delantero -

-Todos los días se queda dormido - las mejillas del peliverde se tintan de carmesí intenso, ocasionando una sonrisa cómplice en el cenizo -

-Si quieres puedo llevarte en mi auto - saca la llave de su pantalón -

-No quiero causarte molestias Katsuki, puedo correr hasta el metro - el sonrojo aún permanece en su rostro y orejas -

-No es ninguna molestia - se encamina hasta su cochera - Así también aprovecho para hacer algunas compras para la cena y podemos conocernos un poco mejor - le guiña un ojo, haciendo que los nervios regresen -

Por extraño que parezca en presencia del rubio se siente en paz, hay algo en su interior que le dice que confíe, que no se aleje, que se deje llevar, todos esos sentimientos desconocidos lo tienen al borde del colapso, pues en tan solo unas horas de conocerlo ha hecho un caos en su interior y ni siquiera lo ha tocado. Una vez en el coche le indica la dirección que debe tomar para llegar hasta la UA, universidad en donde ahora estudia lenguas extranjeras, en un futuro quiere viajar por el mundo y ser traductor.

-¿En que año de la universidad vas? - Katsuki intenta crear un ambiente de confianza, pues el camino hasta la universidad es de aproximadamente una hora y necesita empezar a ganarse la confianza del peliverde para poder luego ganarse su corazón -

-Estoy en segundo año de lenguas extranjeras - el aroma del perfume del cenizo combinado con su propio aroma corporal hacen que sus hombros comiencen a relajarse, es un aroma que le agrada en demasía, sin darse cuenta comienza a contarle sus razones para estudiar esa carrera y el porque le gusta tanto -

-Vaya, esa es una historia interesante - le sonríe de medio lado sin quitar la mirada del camino, la sexy sonrisa causa un revuelo en el estomago del contrario - Entonces ¿lo que quieres hacer es viajar después de graduarte? - asiente con entusiasmo -

-Así es, quiero conocer acerca de las diferentes lenguas y culturas del mundo de primera mano - su sonrisa se incrementa, definitivamente son compatibles, el tiene que viajar mucho al ser guía, pocas veces está mucho tiempo en el mismo sitio -

-Yo viajo mucho por mi trabajo - se detiene frente a la universidad, se gira en su asiento para quedar frente a frente con el chico - Tal vez puedas acompañarme cuando te gradúes y ser mi traductor - esa perspectiva lo emociona sin saber porque, es como si en su pecho revolotearan un sinfín de mariposas, haciendo que nuevamente un sonrojo se apodere de su rostro - Lo siguiente que voy a decirte sonará atrevido pero no puedo evitar decirlo - se acerca hasta su oído para susurrarle - Te ves precioso todo sonrojado - siente su cuerpo ponerse caliente mientras su cerebro hace cortocircuito -

-Yo... Kacchan... este... - pone uno de sus dedos en sus labios para hacerlo callar -

-No digas nada - lo suelta para que pueda bajar del auto - Deberías bajar ahora o llegarás tarde, ¿A que hora sales? - mira su teléfono para ver un mensaje que le ha llegado de alguien que necesita ayuda con su alma gemela -

-A las 3 de la tarde - de nuevo lo mira con una sonrisa -

-Vale, ¿te molesta si vengo por ti? - cuando está por salir del auto se sorprende, regresando a mirarlo -

-¿No es molestia para ti venir a buscarme? - con su mano acaricia las pecas en sus mejillas, es verdad que al encontrar a tu alma gemela no quieres otra cosa que estar con ella y hacerla feliz, él lo siente más fuerte al ser consiente de todo lo que implica -

-Nada que tenga que ver contigo es molestia Izuku - al darse cuenta de la cara sonrojada y de sorpresa del peliverde, quita su mano con rapidez para dejarlo bajar - Disculpa mi intensidad, no quiero asustarte - siente como la mano más pequeña toma ahora su barbilla para hacerlo mirar al más chico -

-No entiendo que es lo que está pasando Katsuki-san, pero hay nuevos sentimientos en mi interior, son demasiado intensos, creo que tienen que ver contigo, comenzaron anoche cuando te vi por primera vez - se acerca más a él - No me asustas, solo ayúdame a entender que es todo esto que está sucediendo aquí - señala su corazón -

-Lo que pasa es el encuentro de dos almas creadas para estar juntas, para amarse y adorarse - acorta aún más la distancia entre sus rostros - ¿Has escuchado alguna vez la historia del hilo rojo del destino? - asiente - ¿La crees? - asiente de nuevo, pues siempre ha sido un romántico empedernido - Pues cariño, me presento, mi nombre es Katsuki Bakugo, el hombre al otro extremo de tu hilo rojo, tu alma gemela y destino - el peliverde termina con la poca distancia entre ellos dando un cálido beso -

-Un gusto en conocerte Kacchan, mi alma gemela es tremendamente sexy y atractivo - una carcajada escapa de la garganta del cenizo -

-Se te hará tarde Izuku, ve a clase, paso por ti a las tres y hablamos de esto en el camino, ¿te parece? - asiente emocionado mientras le da un beso de despedida -

-Te veo al rato Kacchan - el mencionado le guiña un ojo mientras lo ve casi correr hasta el interior de la universidad -

Al hablar con el pecoso le explica todo sobre él, quiere que esté enterado de su misión en la vida y de todo el trabajo que ha logrado, sorpresivamente le cree mientras se ofrece a ayudarle a reunir a los destinados, tal vez no puede ver el hilo rojo como él, pero si puede ayudar de traductor cuando se encuentren en diferentes países.

Es así como se convierten en un equipo imparable, disfrutando de su amor mientras ayudan a otros a encontrar el suyo propio, al final las almas gemelas siempre se encuentran, al inicio, en el medio o en el final de nuestras vidas, porque el hilo rojo del destino puede estirarse, contraerse pero jamás romperse, a menos que una de las almas ya haya muerto.

Fin


La despedida

- ¡Venga Kacchan! -Exclamo un pequeño peliverde, lo más alto posible para que su compañero le escuchara- ¡Camina más rápido!

Jalaba con fuerza de la muñeca de su acompañante, tratando de que acelerará el paso y poder llegar rápido al siguiente juego mecánico.

- !Ya voy Deku¡ -El rubio ceniza empujaba a los extras a su alrededor, tratando de ir a la par de Izuku -

Cada que el cenizo se detenía un momento para observar cualquier puesto en la feria, era arrastrado inmediatamente por el peliverde.

- Deku, ¿Quieres calmarte? -El cenizo detuvo su andar ante la insistencia del Pecoso- Es solo el primer día de vacaciones , la feria seguirá aquí mañana.

- Si... - Izuku rio con nerviosismo- el primer día -Esto último lo dijo decaído y con la mirada perdida -

Katsuki estaba confundido, hace un segundo Izuku estaba feliz de venir a la feria, y ahora su cara parecía de alma en pena, igual que el último mes.

- Deku... ¿Estas bien? -pregunto con preocupación -

El cenizo había notado el raro actuar del peliverde durante las últimas semanas de clases, aveces estaba eufórico y con esa aura enérgica que le caracterizaba, sin embargo, una vista a su teléfono y cambiaba su semblante a uno triste y distante.

- Venga Kacchan, vamos a comer algo -Jalo de nuevo de su brazo, guiándolo entre la multitud -

Había esquivado su pregunta igual que las veces anteriores, y eso a Katsuki le estaba comenzando a irritar ya que siempre se contaban todo, se suponía que eran mejores amigos... O al menos eso era de lo que ambos trataban de autoconvencerse, una y otra vez sin éxito, siempre llegando a la misma conclusión:

Estaban enamorados de su mejor amigo.

Peo preferían mantenerlo oculto del otro, aunque actuarán como pareja todo el tiempo, no estaban seguros de los verdaderos sentimientos del contrario, creyendo que el otro solo sentía amistad.

Vaya que estaban equivocados.

- ¡Kacchan, mira esos peluches!

El peliverde señaló con asombro dos osos de peluche grandes, uno con ojos rojos y pelaje rubio ceniza, mientras que el otro era de pelaje verde (a excepción de la a orejas que eran negras) y ojos de igual color en un tono más claro.

- ¡Son tan lindos! -el peliverde admiraba con fascinación ambos peluches - ¿Me los compras? -rogo con dulzura-

- Tks, bien - a Katsuki le dio ternura los brincos de Izuku- ¿Cuanto por el muñeco?

A Bakugou nunca le molestaba gastar en Deku, siempre que podía le mimaba con regalos, a pesar de ser solo amigos, al ceniza siempre le ha gustado mantener la sonrisa en Izuku.

- 2300 ¥ -contesto la vendedora con voz amigable -

Aunque su cartera sufra en el proceso.

- Tenga -Bakugou le dio el dinero, y enseguida la vendedora le dio ambos peluches-

- Ten Kacchan, este incluso tiene tu ceño fruncido -se mofo Deku, entregándole el osito de ojos rojos-

- ¿Ah sí?, Pues este también tiene tu cara de idiota -El peliverde le saco la lengua en respuesta a su burla-

- Kacchan malo -hizo un puchero al cual el peliceniza no pudo evitar sonrojarse levemente - eeeh... ¿Kacchan?

Katsuki se encontraba detallando al pecos, preguntándose en que momento su belleza lo había cautivado, tal vez desde siempre, siempre se ha visto cautivado por lo bonito que era Izuku, incluso ahora con 16 años, era el chico más lindo que había visto.

- Kacchan, pronto comenzarán los fuegos artificiales -Jalo a Bakugou del brazo para llamar su atención y sacarlo de sus pensamientos -

- Ah... Si... Vamos nerd

Bakugou se apresuró a Izuku, evitando así que el pecoso notará el leve sonrojo que aún mantenían sus mejillas.

Esquivaban como podían a los transeúntes a paso rápido, no querían que los fuegos artificiales comenzarán y ellos no estuvieran en su lugar especial.

Cada año, sin falta, se alejaban de la feria, caminando entre ramas y hojas secas subieron una pequeña colina, siguieron un solitario sendero hasta llegadr a un bonito claro dónde se podían apreciar a lo lejos las coloridas luces de la feria.

- ¿Kacchan... Donde... Ponemos los peluches? - Izuku estaba exhausto, pues el tramo no era largo, sim embargo si dificultoso-

- Aquí - Katsuki lanzó el suyo al piso, seguido de Izuku, quien los coloco uno acostado del otro-

Los fuegos siempre eran la parte favorita de Katsuki e Izuku durante los festivales, y se debía a que desde hacía muchos años, ambos mantenían un lugar en secreto con la mejor vista del espectáculo de pirotecnia, solo para ellos.

El peliceniza extendió una manta sobre la hierba, se acosto sobre ella palmeando a su izquierda, Izuku entendió rápido el gesto y se sentó a su lado admirando la hermosa noche que se cernía sobre ellos.

- Oye Kacchan... -llamo la atención del ojos carmín, quién había cerrado los ojos-

- ¿Que sucede?

Katsuki tenía la esperanza de que Deku al fin le contara que era lo que le sucedía en el último mes, pero de su boca salió otra cosa.

- ya... ¿Ya sabes con quién irás a la fiesta de graduación? -tanteo desalentado-

- ¿A qué mierda viene eso Deku? -Confundido, el peliceniza miro a Izuku y este solo se encogió de hombros, suspiró y contesto- No lo se

- ¿Ninguna chica te ha invitado? -No era justo, Izuku sabía que Katsuki era probablemente el chico más guapo en toda la escuela -

- Sabes que todos me tiene miedo -El cenizo volvió a suspirar, recordando esas veces en las que nadie quería hablarle por ser "muy agresivo"- Además, no tiene sentido ir a un baile si no sabes bailar

- ¡¿Como que no sabes bailar?! - inmediatamente Izuku se levantó de un salto- ¿Como es posible que mi mejor amigo, el gran Bakugou Katsuki no sepa bailar? ¡Que escándalo!

El ceniza no pudo aguantar la risa, y estalló en una carcajada que le saco el aire por completo, ya pasado unos segundos, Katsuki se calmó y miro a Izuku con una mano extendida y una reverencia.

- ¿Que haces Deku?

- Ven y dame el honor de tener tu primer baile lento... Conmigo -eso último fue casi un susurro, el cual no paso desapercibido para Katsuki así como el sonrojo en sus pecosas mejillas -

- Acepto, caballero

Katsuki tomo la mano de Izuku, se levantó y poso delante de Katsuki, quién creía que Izuku realmente solo estaba por enseñarle a bailar.

- Tengo la canción perfecta -Saco su teléfono y busco una canción en específico.

El peliverde, por su parte había decidido tomar aquel momento con una canción y un primer último baile, decirle a Katsuki lo que llevaba semanas atormentado su cabeza.

La musíca empezó a sonar, y el peliceniza no sabía que hacer, nunca antes, ni por asomo, había bailado con alguien, mucho menos un baile lento.

- ¿The loneliest? -Eso desconcertó a Katsuki, tenía la esperanza de que Izuku pusiera una canción romántica, ¿Porque uso una de nostalgia?

- Coloca tus manos al rededor de mi cintura -Ordeno con voz suave.

Katsuki obedeció e Izuku coloco ambas manos detrás de su cuello, aumentando la cercanía.

- Déjame guiarte -susurro el pecoso, recorriendo con la mirada de rostro de Katsuki -

Y fue entonces, que mientras ambos bailaban en la oscuridad de la noche, se escucharon de fondo los fuegos artificiales, pero a ninguno de ellos le importaba el espectáculo.

Les importaba la persona frente a ellos, y con una mirada cargada de sentimientos, Katsuki acerco su rostro al pecoso, cada vez acortando más la distancia, hasta posar sus labios sobre los de Izuku, con suavidad y dulcura, no se espero que el peliverde le correspondiera igual, aumentando su agarre.

- Kacchan -Se separaln de apoco, dejando los a ambos exhaustos por el veso-

- Me gustas, Deku -solto el peliceniza-

- Kacchan... Yo... - Izuku estaba sin palabras, y entonces, soltó por fin lo que llevaba tanto tiempo ocultando - Voy a mudarme -su voz rota hizo eco en los oídos de Katsuki, haciendo lo soltar su garre-

- ¿Que? -El oji carmín estaba conmocionado por la noticia de su amigo -

- Lo siento... Pero no puedo corresponderte

Hecho un mar de lágrimas, Izuku se fue abandono al ceniza en aquel claro, después de tanto tiempo Katsuki al fin se le había declarado, pero ya no podía ser, su padrastro había conseguido una buena oferta de trabajo en Estados Unidos, su familia partiría al día siguiente.

Katsuki aún estaba con la mirada perdida en la nada, Izuku era prácticamente su todo, y ahora se iría a quién sabe cuántos kilómetros de distancia.

Fin