Un deseo es igual a dos
Aparecieron de un extraño suceso, estaban en servicio cuando un ciudadano apareció para realizar su desorden, nadie sabia lo que pasaba exactamente, pero habia un alboroto personas por todos lados, adorándolo como si fuese un Dios, la gente que se retiraba era siempre con algo en sus manos algunos llorando, algunos riéndose completamente feliz pero era tanta la gente que estaba ahí que abarcaba todo una calle, los carros no podían pasar, las personas no cuidaban el entorno se atravesaban, todos querían realmente llegar hacia esa persona.
El wonder dúo pudieron acercarse fácilmente hacia el ciudadano porque pudieron acercarse de un solo brinco desde los edificios, se dieron cuenta que solo tocarlo le cumplía un deseo, el que quisieran, el que más deseaban de corazón. El ciudadano no estaba incómodo se sentía realizado, le gustaba hacer el centro de atención. Al tener guantes Izuku y Katsuki pudieron tomarlo y sacarlo de la multitud, el ciudadano estaba completamente molesto y decepcionado, se sentía feliz con todo el entorno de personas y decía que lo dejaran en paz, después de un forcejeo tanto con las personas que no dejaban hacer su trabajo como los del mismo desordenador pudieron ir directo a la la policía para entregarlo y darle cargos por alborotar la Paz.
—Pero ¿qué mierdas se cree este tipo? En serio amenazarnos que va a presentar cargos en contra nosotros. — Pregunta un molesto rubio saliendo de las oficinas.
—Ya sabes que algunos así son Kaachan, hay personas que no quieren ser rescatados y hay otros que les gusta hacer los protagonistas de todo. — Responde mientras lo mira un poco acosadoramente.
—¿Ah? Ya miré tus intenciones maldito, no es como si yo fuera como él.
—Claro que no Kaachan, tú eres peor. —Responde soltando una carcajada y empezó a correr y utiliza sus látigos para escapar por los edificios.
Claro que eso no funcionó mucho ya que con sus expresiones de Bakugo empezó a corretear, mientras le gritaba que se detuviera si tenía tantas pelotas pero Deku continuó con su camino.
Cuando de la nada ambos sintieron un tipo de presión en su pecho cosa que los hizo colapsar y terminar en el piso, su respiración se fue cortando, era un dolor muy fuerte que no podían controlar tanto que terminaron perdiendo ambos la conciencia.
Al despertar se encontraron en un hospital completamente confundidos recordando el último suceso.
Los dos estaban separados de recámara obviamente y los tenían conectados con aparatos para estar monitoreando su estado.
El primero en despertar fue Izuku encontrando a su madre completamente preocupada, le dice que fue afectado por el quirk del sujeto qué capturaron.
Por un momento trató de escapar y la que estaba a la mano era la mejor amiga de ambos Uraraka Ochako, entonces nació su gran deseo. Izuku y Katsuki son pareja desde hace bastantes años para ser precisos desde que se graduaron de la UA, Por lo cual ya habían pasado diez años y la castaña estaba completamente fascinada de cómo eran ellos con los niños y los bebés.
Cuidaban a su pequeña de una manera tan amorosa.
Claro que Katsuki con su personalidad explosiva, pero nunca con el fin de lastimarla, incluso le gustaba mucho mostrarle sus pequeñas explosiones de una manera tan diminuta e inofensiva de sus palmas que le fascinaban a su niña y así eran realmente con todos con los hijos de Kirishima, los de Shoto y se le hacía tan frustrante que sus mejores amigos no pudieran tener sus propios bebés, serían los mejores padres del mundo según su concepto y al ser su mayor deseo provocó un mini milagro que aparecieran dos criaturas unas mini copias del peli verde y el rubio todos se enamoraron de ellos apenas los vieron pero sobre todos los mismos padres.
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Eran dos cositas preciosas, no sabian si se tenía solución, si los bebés sí van a desaparecer o no realmente no había nada de información entonces sin saber qué hacer exactamente cuando se dieron de alta a los afectados simplemente les dieron a las criaturas ellos estaban en blanco y sorprendidos ya les habían dicho pero aún así algo no conectaban en ellos no saben por qué pero no creían que se verían tan reales se sintieran y olieran tan lindo como unos bebés.
—Y entonces ¿los ignoramos?
—Pero ¿Qué te pasa, Kaachan? ¿Qué no ves que apenas nos vieron y ya están alborotados? Sobre todo el que se parece mucho a mí, está haciendo pucheritos ¡Ay no sé qué hacer! ¡Estoy muy nervioso!
—Ya que, déjamelo a mí.
Se aproximan, mira al pequeño rubio con una expresión relajada, al tener a Izuku cerca rio alegremente se puso inquieto y hacia de todo para llamar su atención. Mientras el mini pecoso empezo a sollozar apenas se puso en su campo de visión el rubio mayor, estiró sus manitas y lloro a todo pulmón. Katsuki se apresuró en cargarlo.
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Se notaba que era el rey del drama porque apenas lo cargó empezó a reírse estaba feliz de de lograr su cometido y estar en los brazos del rubio mayor.
—Con que sí pequeño sabandija, ese era todo tu plan ¿verdad? Eres todo un chantajista, solo por eso tendré que castigarte con un ataque de — Izuku se le quedó mirando un poco preocupado esperando que no hiciera algo para lastimarlo — mejilla — Le aprieta suavemente y en vez de llorar, el pequeño empezó a carcajearse — con que eso no es suficiente, entonces me comeré tu pancita —expresa mientras simula mordidas y el mini pecoso aumenta su risa.
Izuku sonríe con ternura, le gusto ese sentimiento, mirar a Katsuki de esa manera juguetona y tierna, le produce una fiesta de sensaciones en su cuerpo.
Cuando Bakugo se detuvo, hablaba con el bebé, aunque solo recibía balbuceos de vuelta, el rubio asi se miraba feliz.
—Eres el bebé más hermoso del mundo ¿Lo sabías? Tus preciosas mejillas con sus pequitas, tu revoltoso cabello, eres perfecto.— Le comento de la nada.
El peliverde se sonrojo, al parecer ese amor que le da a su mini clon, es porque le recuerda a él y no lo culpaba, también tiene sentimientos encontrados por el que se parece a su Kaachan.
Se aproxima de nuevo lentamente pero el pequeño lo noto y de nuevo se puso de inquieto como un gusanito para tener un poco de su atención.
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Toca uno de sus mechones, acaricia la pequeña mejilla ajena, observa como cierra ese ojito por la acaricia, cuando decide romper el contacto, el bebé alcanza a tomar su dedo meñique, se deja guiar por el pequeño, lo introduce un poco a su boquita para succionar.
Deku saca su dedo, pero opta por cargarlo nota que se aferra de inmediato de su playera. Izuku sonríe inconscientemente, incluso bajo su rostro para poner sobre la cabecita y por primera vez obtuvo una fragancia del infante, uno suave y limpio.
Se podría decir que hasta por un momento se perdió en ese olor porque se dio el tiempo de cerrar por un rato sus ojos, los pequeños balbuceos hicieron que pusiera de nuevo su atención en él tenía una expresión algo desilusionada entonces el pequeño giró su rostro hacia su pectorales y empezó a frotarse en ellos provocando nerviosismo y sonrojo total del peliverde.
En ese momento apareció el rubio mayor y cargó a su mini clon, quién emitio un tipo de gruñido en forma de protesta por alejarlo de Izuku.
—¿Qué haces? Así que eres ese tipo de individuo que le gusta tomar lo de otros ¿Eh? — Expresa con una forzada sonrisa.
—Pero que cosas dices Kaachan, solo es un bebé.
—Y toma eso a su favor, sabe lo que hace, su cara lo dice todo. — Lo acusa.
—¿Eres consciente de lo que dices? — Pregunta con ironía.
—No lo justifiques maldito nerd.
Los gemidos del pequeño peliverde se hicieron presentes en todo el cuarto quien miraba la distancia al rubio mayor y se notaba que no estaba feliz que cargara a otro bebé.
—Solo dámelo, se nota que te quiere a ti. — Menciona refiriéndose a su clon.
—Bien. —Lo entrega. — Te estaré vigilando.
Izuku rueda los ojos, se va a la cocina con el pequeño rubio, mientras escucha como Katsuki mima al otro bebé para que no llore.
No fue fácil pero se tuvieron que adaptar una rutina donde ellos ya no podían patrullar ni trabajar juntos, al tener que compartir el tiempo con esos pequeños bebés; ya había pasado un mes y todavía no encontraban algún resultado o algo de por medio qué resolviera su situación.
En algunas ocasiones los que tenían que auxiliarlos eran las madres de ellos, Inko y Mitsuki estaban encantadas con esos bebés.
Por más que sus hijos les dijeran que no se acostumbraron a ellos, que no los nombraran ni nada, empezaron con apodos justificándose que no eran nombres así que no pasaba nada.
Pero todos sabemos que en realidad pasaba, todos estaban formando vínculos, los bebés estaban creciendo y así fue por otros cinco meses, donde pelusita y explosión ya tenían un poquito más de un año porque cabe resaltar que cuando aparecieron tenían más o menos 8 meses.
Entonces ya hacían por pararse, identificaban canciones, olores, a las personas, incluso entre balbuceos casi le salía la palabra mamá y papá, acciones que llenaban de calidez los corazones pero también no querían tomarle importancia porque se irían o eso tenían en mente, que no tenían que encariñarse con seres que tal vez iban a desaparecer. No se dieron cuenta en qué momento tanto Izuku como Katsuki despertaban con el miedo de acercarse a la cuna y que ya no estuvieran.
Ese martirio se acabó cuando terminaron de analizar el quirk de ese mal ciudadano y los citaron dentro de una oficina y se sorprendieron un poco de ver también a la castaña adentro.
Despues se unio un doctor junto a un científico especializado.
—Miren el quirk de esta persona puede hacerse tangible o real pero eso depende mucho a quién le cumplió el deseo en este caso estamos hablando de Ochako. Los bebés pudieron desaparecer en segundos, minutos, horas pero han sobrevivido meses, se dice que si tienes ese deseo todo un año se hace real, así que hablen con su compañera para que deje de sentir ese sentimiento y por fin se puedan deshacer de esos niños.
Fueron palabras duras, crueles y secas tanto que a los tres les dolió haberlos escuchado.
Izuku estaba tan acostumbrado a escuchar ya los balbuceos detrás de él, mientras gateaban o trataban de caminar y decían un típico "má".
Katsuki iba a sentir un vacío, ya que la pequeña pelusita era una chinche que siempre quería estar con él, mientras por otro lado con al pequeño explosión se la pasaba peleando diario por tener la atención de Izuku y no se dio cuenta en qué momento empezó a disfrutar eso, tener a pelusita con su carita babosa, sosteniendo de su playera mientras trata de pararse y queda más cerca de su rostro y le sonríe orgullosa por lo que alcanzó a lograr.
La castaña se sentía culpable por haber obligado a sus amigos a pasar todos estos seis meses por ese proceso, donde tuvieron que cuidar noche y día a unos bebés, que cambiaron sus rutinas, dividirse las actividades, incluso incluir a sus madres. Ellos ya no pudieron salir a citas, y estuvieron casi siempre como unos caseros, al momento de ir por el mandado tenían que cargar a esas dos bolitas. Supone que era momento de romper todo porque esos bebés nacieron por su egoísmo.
—¿Podríamos pensarlo? — Pregunta Izuku rompiendo con el silencio.
—¿Qué? — Pregunta incrédulo el doctor.
A Katsuki se le quito un peso de encima, Izuku se sentia igual que él.
—En realidad creo que debemos hablarlo mi pareja y yo. En lo personal si ellos se quedan ya no me molestaría.
—¿Hablan en serio? No es un juego.
—Bueno para ser honestos, no vamos a tener otra oportunidad como esta, digo yo nunca voy a poder... ya sabes tenerlos así que no quiero dejarlos.
—Me alegra mucho escuchar eso yo siento que tampoco ya podría vivir sin ellos sabes hasta yo me estaba imaginando qué tipo de quirks tendrían, sus trajes y nombres de héroes. No lo sé creo que me dejé llevar demasiado.
Izuku sonrió.
—No Kaachan, creo que te fuiste lo suficiente.
Ochako, por favor ¿podrías sostener ese deseo seis meses más?
Los ojos de la castaña se cristalizaron no la odiaban, no la culpaban y al final les gustó su deseo.
—Claro con mucho gusto.
Salieron de la oficina encontrando a sus pequeños bolitas en brazos de sus respectivas abuelas.
La pequeña pelusita en cuanto miró a sus padres no dudó en estirar sus brazos y gritar un "pá" entre risas y típicamente explosión empezó a transformarse en un gusanito tratando de salir de los brazos de su abuela Mitsuki y ella empezó a alegar de que ni siquiera su nieto la quería y era tan rebelde como su hijo.
—Entonces ¿Qué les dijeron? se quedarán ¿Verdad?¿Son permanentes? — Pregunta nerviosa Inko.
A manera de cómplices los tres se miraron y sonrieron.
—Lo serán señora, cuente con ello. — Responde Ochako.
—Entonces creo que oficialmente ya tenemos que buscar el nombre. — Dice Mitsuki emocionada.
El rubio mayor se quedó mirando al menor peli verde entre sus brazos alcanzaba su rostro y reía.
—Jin — expreso de la nada bakugo mientras acaricia levemente y con suavidad el cabello del pelusita — ella es Jin.
—Yudai. — Suelta la bomba también Izuku, el bebé voltea a verlo de inmediato en cuanto escuchó el nombre. Todos se dieron cuenta que ya lo nombraba de esa manera.
—Ya les tenían los nombres ¿No es cierto?
—Era difícil no pensar en uno y en cuanto lo conocí mejor, me fui dando cuenta que Yudai era el nombre perfecto.
—Jin y Yudai, bienvenidos a la familia.
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Era una tarde completamente relajada entre los dos estaban haciendo los alimentos ya no tardaban en llegar sus crías y pensaban continuar con esa tranquilidad pero...
—Papá de nuevo Yudai se interpuso entre una confesión. — Entra la peli verde gritando frustrada, tiene el cabello desordenado hacia lo largo de su cintura, lo sostenía con un listón rojo simulando una diadema junto su uniforme negro de secundaria.
—Sí buenas tardes también para ti pelusita. — responde Katsuki.
Un puchero se dibuja en los labios de la menor. Se aproxima y sujeta el rostro de su padre para que la mire directo a los ojos.
—Papá esto es serio, si no puedo tener novio nunca voy a poder experimentar sobre el amor y no podré casarme.
—¿Y quién te dijo esa barbaridad? — Cuestiona alzando una ceja.
Jin suelta a su padre y se dirige a sentarse a una silla.
—Todas mis amigas ya tienen novio.
—Pelusita, tienes trece años, no tienes edad para tener novio.
—Y es lo que yo le digo viejo — responde el varón haciendo presencia en la cocina— pero tu hija es demasiada terca.
—Papi diles algo. — Expresa frustrada ahora tratando de buscar refugio en Izuku.
—Tarde o temprano Jin va a crecer así que vayan haciéndose la idea que va a tener novio, esposo e hijos. — Regaña el peliverde.
—Ay no digas cosas feas Deku por favor, menos delante de los niños. — Anexa dramático Katsuki.
—Es la verdad — responde entre risas y por dentro lamentándose por su hija que tenía a dos clones súper protectores, nadie podía acercarse a ella. — Aunque debo confesar señorita, que yo tampoco estoy de acuerdo que ahorita tengas novio.
—Pero papi, todos mis amigas tienen. — responde con un mini berrinche al estar acostumbrada a obtener todo. Consecuencia de Katsuki por consentirla.
Izuku apaga la estufa para ir a sentarse a un lado de su hija.
—Mi pequeña pelusita, tú eres especial siempre vas en dirección contraria. No porque todas tus amigas tienen novio tú debes tenerlo puedes experimentar y tener tus novios de leche, sí, pero espérate dos o tres añitos más. Créeme ahorita no te pierdas de nada bueno, más que malos besos, malas experiencias y niños con hormonas alborotadas que van a querer hacer cosas de adultos.
—Mejor cuéntanos ¿por qué quieres tener un novio?
—Porque carga las mochilas de mis amigas, están tomados de las manos en todas partes, les dan detallitos casi siempre son flores se acuerdan de las fechas especiales y comparten mucho tiempo juntos, o sea salen de compras a comer a los paquetes de diversiones.
Sabes que aquí también hay alguien con el que puedes hacer esas cosas verdad
Los tres voltean a mirar al rubio menor Yudai.
—Ni lo piensen.
—Felicidades enano, seras el nuevo asistente de Jin. — Dice con burla Katsuki.
El mini rubio voltea con su hermana.
—Eres detestable.
La nila estaba a punto de regarlarle la vista de su dedo del corazón pero su papá Bakugo la detiene, no quería otro regaño de su amorcito.
—Oh Yuchan, solo es temporal, ya sabes que las niñas maduran un poquito antes. Se enfadará, solo quiere un poquito de atención ¿Podrías hacer eso por mí?
Como siempre, el varoncito ha sido débil ante papi Deku, así que asiente con su cabeza, ganando un abrazo y beso en su coronilla.
Estira un brazo para invitar a su nena, quién corre para formar parte.
—Los amo mucho, mucho. Superaremos esta nueva etapa juntos ¿De acuerdo? —Responden con un "Sí" al unisono.
Katsuki suspira, mira la escena con ternura y miedo, pues la etapa de adolescencia se dió por inaugurada.
𝔉𝔦𝔫
Daria lo que fuera por ti
Bailar no era lo suyo.
Era asquerosamente bueno en las labores del hogar, jodidamente increíble en la cocina y un amante tan perfecto, que tener dos pies izquierdos técnicamente era su único defecto.
Todos lo sabían, demasiado bien para su gusto pero aún con Kaminari molestándole con ello en cada oportunidad lo agradecía.
¿Por qué? Bueno, solo había una persona con la que llegó a bailar y compensar sus dos pies izquierdos.
Se trataba ni más ni menos que de Izuku.
—¿Acaso hoy no vas a bailar? — Kaminari le golpeo el hombro tras sentarse a su lado.
Estaban en una fiesta, la música y el bullicio de la gente hacían de fondo.
Katsuki simplemente bebió de su trago sin responder mientras su mirada granate se mantenía fija sobre una persona en específico.
Kaminari lo notó al instante, aunque cualquiera por muy idiota que fuera se daría cuenta de ese detalle.
Después de todo Katsuki aún seguía enamorado de Izuku. Sino fuera así, ¿Por qué otra maldita razón asistiría a la boda del pecoso si no era para verlo por lo menos una última vez?
—No sé porqué demonios se casó con ella. — Kaminari parecía estar hablando para sí mismo. — Aunque bueno, tiene tres tonos más encima pero es rubia, ¿eso debe significar algo, no?
Katsuki entrecerró los ojos, terminando al hilo el Whisky para luego levantar la mano y llamar a uno de los meseros para que le trajera otro.
—Ya deja de decir estupideces, Pikachu. Si los oídos equivocados escuchan tus comentarios de mierda van a arruinarle el día especial a Izuku.
Una suave risa escapó de los labios de Kaminari.
—¿Día especial? ¡Vamos, hombre! ¡Si se le ve una cara de miserable que no puede ni siquiera disimular! — dijo. — No sé porqué carajos no aceptaron la ayuda de Todoroki, justo ahora estarían en la Playa de algún océano, lejos del bastardo padre de Izuku, viviendo su amor como deberían y no haciendo este jodido espectáculo que a nadie le está causando gracia.
El nuevo trago de Katsuki llegó.
Bebiendolo al hilo desde el inicio, pidió otro.
Kaminari entorno los ojos con algo de molestia y cierta frustración.
—Fue su decisión. — respondió Katsuki con un leve ardor en la garganta, aunque no precisamente por lo fuerte del alcohol. — No podía simplemente arrastrarlo a mis deseos.
—Discúlpame pero que decisión tan más estúpida. Yo sin dudar te habría seguido incluso hasta México.
Fue el turno de Katsuki para reír.
—Si te consigo una última oportunidad, ¿la desaprovecharas? — Inquirió Kaminari.
Katsuki frunció el ceño.
—No lo hagas.
—Solo observame.
Kaminari se levantó más rápido de lo que Katsuki pudo haber reaccionado.
Le siguió, trastabillando entre la pequeña multitud hasta que llegaron al centro donde los novios no tenían mucho de haber comenzado su primer baile de pareja.
—¿Me concedería el honor de esta pieza? — preguntó Kaminari, Katsuki estaba detrás suyo, para cuando se dio cuenta de las miradas de Izuku y Melissa ya era demasiado tarde para retroceder.
Así que muriendo de la vergüenza, terminó extendiendo también su mano, pero hacia Izuku en espera de un rechazo que le permitiera retirarse de ahí aún con algo de su orgullo intacto.
—¿Me concederías este baile? — preguntó, podría jurar que le había temblado la voz.
Pero las cosas nunca iban como deberían.
—Por supuesto. — el pecoso aceptó.
La mirada cargada de reproche de su esposa no tardó en aparecer.
—Izuku... — la rubia quiso interponerse, sin embargo...
—Permítame, madame... — Kaminari la tomo de la mano, y sin importarle parecer un sinvergüenza, la arrastró a la pista de baile, lejos de los que aún eran su par de tórtolos favoritos.
Aunque ninguno de ellos reparo en ese hecho.
Katsuki seguía con la mano extendida, Izuku sonrió suavemente antes de colocar su mano sobre la palma abierta.
El rubio sintió arder la porción de piel que los dedos de Izuku tocaban, como cada vez, en cada roce sin importar la intención.
Decir que su corazón dolió con añoranza sería poco, pero el ser capaz de ver de cerca nuevamente a su amado también lo hacía sentir lleno, y completo, por lo menos durante ese pequeño momento que era recíproco.
Ambos fueron a la pista de baile.
La pista aún sonando era algo movida, así que Katsuki se dejó guiar por Izuku, justo como el día en que lo conoció cuando tras chocar en el apretado ambiente de una discoteca, había una canción similar de fondo con la que terminaron bailando hasta el cansancio y durante la que se dieron su primer beso.
Estaban perdidos en el momento, recordando y riendo con complicidad y en silencio, disfrutando descaradamente que cuando la pista movida cambio a una lenta, sus cuerpos se acoplaron en una perfecta sintonía que cada presente notó, pero eso ni siquiera les importó.
Pues "Come to me" comenzó a sonar de fondo.
Ahora que lo pensaban, jamás habían tendió un baile lento.
Izuku sabía moverse en ritmos extravagantes en los que Katsuki se esforzaba por seguirle el ritmo pero las canciones lentas no necesitaba de gran ciencia para vailarse perfectamente.
Come to me
I'll take care of you
Protect you
Come lie down...
La mano de Katsuki se habia posado en la cintura del pecoso. La de Izuku habia ido directamente al hombro del rubio y por un segundo casi cedió ante el pensamiento de recargar su cabeza en el otro hombro de este.
Su mirada vio a las personas alrededor conforme iban girando sobre su propio eje con lentitud.
Los estaban mirando.
Incluso Melissa lo hacia por encima de Kaminari pero su mirada no mostraba molestia, sino mas bien una melancolía.
Y es que ella era consciente de que Izuku jamas la amaria, ni mucho menos la miraria como miraba a Katsuki en este preciso momento pues este le habia hecho desviar la mirada de su esposa hacia él.
—Dedícame este último momento completamente a mi, 'Zuzu. — susurro, con voz suave, cargada de anhelo.
E Izuku queria no solo complacerlo a él, sino también a sí mismo.
Porque aún lo amaba, siempre lo haría pero justo ahora tenia que cumplir con los mandatos de su padre si queria algun dia recuperar su libertad y poder volver a Katsuki.
You don't have to explain
I understand
Come to me
I'll take care of you
La musica seguia sonando.
Katsuki conocia la canción, asi que permitiendose rebasar los limites, recargo su menton sobre la cabeza de Izuku, la diferencia de altura entre ellos era una de las cosas que más le gustaba, porque podia abrazarlo, besarlo y hacerle el amor en un sinfín de posiciones que sin lugar a dudas iba a extrañar en cada momengo a partir de este maldito día.
Porque ya no lo volvería a tener entre sus brazos.
Aunque...
You know
That I adore you
You know
That I love you
—Escapa conmigo, 'Zuzu.
El pecoso respingo.
—Kacchan, sabes que no... — Izuku alzo la vista, Katsuki la bajo y sus ojos se encontraron. La decisión e inseguridad brillando en los ojos granate y verde agua respectivamente.
—Todoroki tiene un jet esperando por nosotros. Dos tipos estan afuera, esperandonos para intercambiar lugares y poder huir. Lo unico que necesito es que me digas que quieres hacerlo, solo eso. — dijo.
La respiración de Izuku se aceleró.
So don't make me say it
It would burst the bubble
And then it will break the charm
Jump off
"Salta"
Esa palabra hizo eco en su cabeza.
—'Zuzu... — Katsuki susurró y en menos de un segundo, las luces se apagaron.
Expresiones sorprendidas y suspiros hastiados se escucharon en cuánto la música se apago, pero en la mente de Katsuki resonó fuertemente la utlima parte de la misma en el momento en que Izuku susurro un bajo, 'si quiero' seguido de un suave beso que devolvio la vitalidad a su cuerpo.
Your building's on fire
And I'll catch you
I'll catch you
Destroy all that is holding you down, ooh-ooh
And then I'll nurse you
Nurse you
Nurse you, down
¿Era una coincidencia que le gustara tanto esa canción?
Quien sabe, no iba a detenerse a meditarlo.
Lo haria una vez estuviesa en algun lugar lejos.
Tomando la mano de Izuku, corrió entre la multitud y las mesas.
Empujando a algunos y chocando contra objetos hasta dar con la salida de emergencia donde el mismo Todoroki y su novio Iida estaban esperandolos para cambiar de ropa.
— El auto negro los llevara, yo me tendré que llevar el tuyo para que sea mas creible. — le dijo el heterocromático a Katsuki quien solo asintió.
Le gustaba su auto, pero amaba a Izuku. Y si perder su preciado Mazda significaba poder tener una vida feliz junto al pecoso, daria los Mazda necesarios para poder tenerla sin siquiera pensarlo, justo como lo haría ahora al subir a ese Peugeot de la mano de su precioso Izuku.
Miya
Omega dominante
Katsuki no se pensaba jamás ser la presa de un Omega, aquel imponente alfa lo había derribado, un indefenso omega, la marca que tanto negó, aquella señalización de ser el encadenado a las faldas de un ser tan despreciable como decía antes.
Ahora se postraba a sus pies, las feromonas dulces de Omega le hacían volar la mente.
— No debiste de jugar sin tener las piezas correctas… Yo te haré subir al cielo y besarás el mismo infierno, si así lo quiero, voy a hacer el dueño de tus horas, serás el ser más caliente o serás él más frío de la faz de la tierra, serás lo que yo diga.
El peli cenizo se arrodilló a sus pies – Lo que digas será una orden para mí, eres mio y es lo único que me importa.
— Recuerda que por más que me marques una y otra vez jamás será el mismo grabado de propiedad como yo la tengo sobre de ti, pórtate bien y jamás me iré de tu lado…
Se sentó sobre las piernas de su alfa, volvió a morder la marca ya hecha, reclamando lo suyo.
Los besos de Izuku calentaban al cenizo, restregar su erección con ese culo perfecto, el mejor omega con un cuerpo tan delgado, tan tentador, tan suyo.
— Hazme tuyo, quiero tenerte dentro… — Katsuki tenía que esperar la orden de poder tocarlo, no podía desafiar las órdenes de su omega, si no quería perderlo.
Sus manos viajaban por todo su cuerpo, acariciando sus muslos, su espalda, se encajaban en la cintura tan delgada del omega, los gemedios de Izuku ponían más duro al alfa.
Lo acostó sobre su capa, desnudo con la tela del velo de su matrimonio, la mejor cosa que pudo haberle dado los dioses, se ponía de carne y hueso.
La lujuria era tan palpable, alineo su miembro en la entrada del omega, tan mojada, listo para recibirlo, sus movimientos tenían un ritmo preciso, las uñas de el peli verde se encajaban en su piel, mientras sus manos apresaban aquella cintura, se acercó a la glándula de su compañero intentaría poner su marca.
Los colmillos se hacían más grandes, en cuanto los clavo su nudo se hizo, si no podía marcar al omega lo haría con sus cachorros.
Roronoa-chan
Caminata
- Kacchan... Estamos aquí solos -lloraba echo un mar de lágrimas el pequeño pecoso - y además, ese camino no me gusta para nada
- Ya nerd, tranquilízate
- Pero... -el pecoso hipaba, lo cual le complicaba hablar -
- Estaremos bien -el chico comenzó a caminar, giró levemente la cabeza y noto que su compañero no lo seguía- Venga nerd, camina de una puta vez.
Aún sospechando de aquel sendero se apresuró para alcanzar a Katsuki, termino por quedarse detrás de él en la oscuridad de la noche.
- Kacchan... ¿Cuanto crees que falta? -hablo el pecoso, exhausto-
- Ya falta poco Nerd
- Eso dijiste hace 5 minutos -sollozo el peliverde -
- Solo sigue caminando, maldita sea.
A sus amigos se les había hecho gracioso no esperarlos para regresar al campamento luego de una "caminata recreativa", abandonando a Izuku y Katsuki en la fría oscuridad de aquel bosque.
- Kacchan ¿Crees que los chicos lo hicieron a propósito? -El peliverde volvió a hablar, esta vez con inseguridad -
- No lo sé Deku, tal vez si -respondío con cierto enojo-
El camino hasta el campamento sería largo, y al ceniza no le molestaba en lo absoluto caminar ese tramo.
- ¿Crees que haya monstruos aquí?
El problema era su parlanchín compañero, cada minuto que pasaba a Izuku se le salía cuanta babosada pasaba por su cabeza.
- Mesa, mesa, mesa que más aplauda si, mesa que más aplauda no - de la nada, el peliverde comenzó a cantar- mesa que más apluada le mando, le mando a la niña, más, más, más, quiero más, quiero mas...
Izuku ya tenía unos 10 minutos cantando, hasta que de manera abrupta, Bakugou se giró y le gritó, harto de escuchar la mala canción del pecoso.
- ¡¿Que mierda haces?! - enojado coloco ambos brazos a sus costados-
- ¿Matando el silencio? - Izuku se encogió de hombros-
Bakugou solo pudo dirigirle una mirada asesina, indicándole que si seguía "matando el silencio", este lo mataría a él.
- Vale, vale, ya no canto - El peliceniza retomo el andar por el sendero, dándole la espalda a Izuku- ¿al menos podemos hacer conversacion? Hay demasiado silencio y eso me pone los pelos de punta.
- TKS, como sea Nerd -Izuku se alegró, camino rápido hasta llegar a la altura de Bakugou -
- Entonces... -Al peliverde solo se le vino una pregunta a la cabeza - ¿Te gusta alguien?
- Como si te lo dijera estúpido Nerd.
- ¡Venga Kacchan! -El peliverde tomo del brazo a Bakugou e hizo un puchero, uno al que el peliceniza no se pudo resistir - ¿Porfavor?
- Te lo digo... -Katsuki lo pensó un momento y estaba seguro que no quería ponérsela fácil al peliverde - Si llegas a esos árboles antes que yo.
- ¡Pero qué fácil Kacchan! -hablo con euforia activando su Quirk -
- Oye pequeña mierda, no puedes usar tu Quirk.
- Oye eso no es...
- 1, 2, 3, ¡Ya! -Bakugou gritó y salió corriendo en dirección recta hacia los árboles que había señalado anteriormente.
Izuku no se quedó atras y rápidamente corrió detrás de Katsuki, alcanzándolo eventualmente, ambos iban a la par, cabeza con cabeza, todo apuntaba a que Bakugou le iba a ganar al peliverde, perdiendo así la apuesta.
Pero entonces, en un movimiento rápido Izuku jalo a Bakugou del borde de su camisa, haciendolo caer y tomando la delantera.
- ¡E Izuku gana la apuesta! -grito un muy energético Izuku, saltando de aquí para allá - ¡Gane! Aja... Tragaste mucho polvo.
El peliverde comenzó a hacer una especie de baile de la victoria, moviendo sus cadera de un lado a otro, y a Bakugou no le molestaba en lo absoluto la vista que le propinaba el peliverde desde su posición.
- Oye Nerd -Izuku detuvo su bailecito un momento- Creo que me lastime.
- ¡¿Que?! -alarmado, se acerco a quien yacía sobre el suelo- ¿Donde?
Rápidamente el peliverde se agachó para ver mejor a Bakugou, empezando por revisar sus brazos, un error, pues el peliceniza lo jalo del cuello de la camiseta, atrayéndolo hacia si y en un movimiento rápido.posicionándose sobre él.
- ¡Kacchan! -chillo el peliverde - ¡Suéltame! -El peliverde trataba de forcejear, pero Katsuki mantenía un fuerte agarre-
- ¿Quieres saber quién me gusta no? -Lo miro de manera altanera-
Izuku asintió despacio, poso su mirada en los ojos de Katsuki, estos mantenían una mirada intensa sobre él haciendolo sonrojar.
- Ka... Kacchan... E... Estas muy cerca -Izuku estába tartamudeando, la cercanía de Katsuki lo ponía cada vez más nervioso.
- Tu me gustas -pego su frente al pecoso quien aumento el sonrojo en sus mejillas -
- Kacchan...
Izuku tenía una linda vista de Bakugou, no tenía su habitual ceño fruncido y sus ojos estaba cerrados, incluso pudo apreciar un leve sonrojo en sus mejillas.
- Tu... También me gustas -Le dedicó una sonrisa- dios tu realmente...
- ¡Hasta que por fin! -Exclamo una voz femenina no muy lejos de ellos- ¡llevamos esperando esté momento todo el año!
-¿Ochako? - Cuestionó Izuku a la nada, pues esa voz era muy similar a la de su amiga.
Ambos se detuvieron en seco al ver que sus compañeros salían de entre los arbustos, todos reprochando a la castaña, puesto que haber abandonado a esos dos y así pudieran avanzar en su extraña relación fuera arruinado por su euforia.
- Hola Deku -Hablo apenada la aludida- Admitámoslo... Necesitaban un empujoncito
- ¡Voy a matarte por arruinar mi momento con mi bello novio! -Grito Bakugou separándose de Deku y corriendo directo a matar a la cara redonda -
- ¡¿N.. No.. Novio?! -Izuku estaba seguro que le daría un para cardíaco ahí mismo- ¡Kacchan espera!
Aclamo mientras corría detrás de Bakugou, quién perseguía a Uraraka, quién rezaba por salir viva de ese bosque.
Fin.
Errores?
Dejaste una nota donde me explicabas que no volverías a cometer errores del pasado, esto lo voy a hacer para no lastimarte.
— Izuku… no pudiste decírmelo en cuanto despertara? — me senté y suspire profundamente, no es la primera vez que te vas después de hacerlo, yo no siento culpa por estar contigo, ni tú conmigo, pero es más importante estar bien con tus padres.
Aún no le ha quedado claro a donde vaya, yo iré tras él. Pertenezco a su lado, me duele porque tengo que ocultar que soy un alfa y aún más negarte a aceptar que tú eres un Omega.
Recuerdo tus palabras antes de hacerte mío de nuevo. — Debes olvidarte de mí. — lo decías mientras te quitaba la ropa.
— No se dé que hablas, voy a olvidar lo que me estás diciendo. Tus hermosos ojos, tu cuerpo me dicen otra cosa.
Y de nuevo estamos aquí devorándonos, tu piel y la mía se juntan como imanes, sentir tu respiración caliente sobre mi oído, me excita más de lo que imaginas, tus suaves roces como tus manos al principio y cuando estás en tu punto más sensible arañas mi espalda con intensidad.
Quisiera pasar contigo todos mis días, pero es algo que jamás pasará.
.
.
.
Pov. Izuku
No he visto a Kacchan merodeando, pregunté por él a Shoto por si sabía algo, solo me dijo que seguro estará con Kirishima.
No quería preguntarle a nadie más, sino que el que saliera de un interrogatorio sería yo, caminé por la calle, ya tenía mucho tiempo que no pisaba ese viejo parque.
Pero un delicioso aroma me llamaba. ¿Tengo una memoria selectiva y estas feromonas ya las había olido antes… pero en donde?
Jamás había actuado tan estúpido, iba atraído como abeja a la miel, ese aroma estaba hecho para mí. Daría lo que fuera porque esas feromonas me abrazaran toda la noche.
Sin más llegué a mi vieja casa y más se intensificaban.
— Kacchan t-tuuu.
— Estoy entrando en celo, vete de aquí. Eres un Omega y corres peligro, trate de alejarme lo más que pueda de la aldea, aquí ya nadie viene, mi madre ya viene así que vete.
— No… lo dijiste tú… sigo olvidando que debo dejarte ir.
La única luz que estaba ahí era la de la Luna, acentuaba tus hermosos ojos escarlata, salí un poco de la habitación quitando una a una mi ropa, desprendía el aroma que tanto te gusta oler, tantas veces me lo repetías, mi empeño por buscar algo que contigo puedo tener.
No es importante lo que digan mis padres, sino lo que siento por ti.
Soy tan adicto a tu piel, a tu aroma, no voy a negar ya lo que soy.
Me abrazo por la espalda, su calor se extendía por toda mi piel. — Sabes eres un mentiroso, una noche te ganó tu instinto y me marcaste, por eso se reguló mi celo y hasta después de un largo año lo experimentó, con mi Omega.
Esas palabras, ser su Omega, me prendían cada vez más, sentir sus manos deslizándose por toda mi piel. — Eres hermoso Kacchan. Déjame ahora ser yo el que te reclame como suyo.
— Ya soy tuyo Zuzu…
Kiss [Bakudeku]
Los años en la universidad fueron duros. Desveladas, estrés por los proyectos finales, el tiempo viniendoseles en cima gracias a los trabajos de medio tiempo que aveces conseguían para pagar el pequeño departamento y los gastos.
Sin embargo, todo el esfuerzo y sacrificio fue compensado. Llegaron al fin al día de su graduación e Izuku derramó unas cuantas lágrimas a lo largo de la ceremonia, por su parte, Katsuki escuchaba aburrido toda la palabrería del director y él solo estaba ansioso de que terminara para poder llevar a cabo su plan.
–A continuación, el joven Bakugo dará unas palabras de agradecimiento anuncio el director.
Entonces los aplausos hicieron eco en el enorme salón, Katsuki se levantó de su asiento y se dirigió al pequeño escenario, dando un discurso fuera de lo común, muy a su estilo.
–Antes de finalizar, me gustaría llamar a alguien en especial para que me acompañe en el escenario y decir unas ultimas palabras. Deku– sorprendido y avergonzado, Izuku se levantó y caminó hasta donde estaba Katsuki, con los aplausos sonando de fondo.
Cuando estuvo a su lado, Katsuki lo tomó de la mano y sonrió como pocas veces se le miraba sonreír.
–Deku... Izuku, te conozco de casi toda la vida, has estado para mi en cada una de las etapas de esta. En mis peores y mejores momentos. Sin ti mi vida no tendría sentido– las palabras salían con calma, como una tranquilidad que era rara verla en el rubio, pero que a Izuku le encantaba. A este punto, estaba sonriendo como idiota al escuchar a Katsuki dedicarle lindas palabras frente a todos, pues sabe que Kacchan no es ese tipo de persona que demuestra afecto en público –quiero que seas parte de mi vida hasta el día que me muera...
Al decir estas palabras, todos sus compañeros sacaron un pequeño cartel, cada uno con una letra y lo organizaron hasta formular una pregunta que tomó desprevenido a Izuku.
"¿Te quieres casar conmigo?"
La vista de Deku se empañó por las pequeñas lágrimas amenazando en salir, cubrió su boca emocionado y giró a ver a Kacchan, quien ahora estaba hincado estendiendole un lindo anillo plateado.
–¡Si. Si quiero, Kacchan!– gritó emocionado y se agachó a la altura en la que se encontraba Katsuki, tomándolo de las mejillas y plantandole un beso en los labios.
[•••]
–¿Dónde demonios esta Deku?– pregunta nervioso Katsuki al salir de la oficina del registro civil, dirigiéndose a Kirishima.
–No lo se, no tarda en llegar supongo– responde Eijirou, volviendo a marcar el número de una de las chicas que acoplada a Izuku.
–¿Y si se arrepintió de casarse conmigo?
–Hermano, ha estado contigo prácticamente toda su vida ¿por que se arrepentiría ahora?
–No lo se, quizás se canso de mi.
Kirishima niega divertido, nunca había visto a su amigo tan nervioso y paranoico. En realidad Izuku ni siquiera tenía mucho tiempo retrasandose, a lo mucho treinta minutos.
–Bro, si hay alguien que nunca se cansaría de ti, ese es Midoriya– consuela a su amigo dándole palmadas en la espalda, esperando que sus nervios se calme un poco.
–¿Que quieres decir, cabeza de cerillo?– estresado, cuestiona, tomándolo de la corbata de forma "amenazante."
–Que ahí viene Midoriya. Vuelve adentro que es de mala suerte ver a tu pareja antes de la ceremonia– apura Kirishima, incitándolo a volver a dentro.
Katsuki suspiró y acato la orden, estirando un poco la corbata que sentía que le ahorcaba.
Y por su parte, Kirishima fue al encuentro del peliverde y los demás acompañantes.
–Denki ¿que paso? Se supone que debiste de llegar con Midoriya hace media hora.
–Lo siento bro, nos quedamos sin gasolina y tuve que con seguirla– se excuso apenado.
–Dios, por lo menos avisen– suspira el pelirrojo, sobando su entrecejo hasta que cayo en cuenta de la minúscula palabra que le dijo el rubio –no me digas "bro" que soy tu novio.
Habiendo terminada la pequeña "discusión", volvieron a donde estaban los demás, ya todos en su respectivo lugar e Izuku en la entrada del sitio y a si lado, su madre; feliz de poder entregar a su hijo en matrimonio y pedir cuide siempre de él.
Cosa que sabe no tiene que hacer, pues desde siempre presecio el como Katsuki protegía a su niño y viceversa.
La pequeña fiesta se celebró en el jardín de la casa de los Bakugo, donde familiares y amigos se reunieron a celebrar la felicidad que emanaba la pareja de recién casados. Sus sonrisas destilan amor puro.
Y conforme fue cayendo el ocaso, los invitados se fueron despidiendo, no sin antes desearles prosperidad en su nueva vida, cosa que agradecían con amabilidad. La pareja no se quedo mucho tiempo tampoco, pues Katsuki estaba desesperado por llegar a su hogar y disfrutar de su noche de bodas junto a su amado.
Así pues, después de ayudar a sus padres a recoger un poco, se despidieron y emprendieron el camino de regreso a su pequeño departamento. Donde una vez dentro, Katsuki arrinconó contra la pared al pecoso y lo besó con una combinación de pasión y ternura que terminaron por derretir a Izuku, dejándolo sin opción alguna más que seguir su beso.
–Por fin, eres solo mio, Izuku– susurra con voz ronca, cerca de los labios delemcionado, dejando una lamida al final de la oración.
–Siempre lo fui, Katsuki– confieza el más bajo, siendo este quien inicia esta vez el beso.
Sin perder tiempo se encaminaron a su habitación sin separarse. Sus manos paseaban por terrenos ya bien conocidos y una vez llegaron a su cama, aquel ritual tan íntimo entre los amantes comenzó.
Se hundieron en un vaivén de caderas, perdidos en el cielo; su propio cielo de placer.
El sudor perlo las pieles de de ambos y el armonioso sonido de sus besos se mezcló con la parte más morosa y sensual de la pasión.
Las uñas de Izuku arañaban la espalda de Katsuki cada vez que esté último le hacía ver las estrellas, y por su parte, el rubio se esforzaba por darle a su amado una galaxia entera; besos y caricias dulces. Recordando con exactitud la ubicación exacta de cada peca en la anatomía ajena.
Y conforme las horas pasaban y la juventud abandonaba la noche, las pieles fundidas en uno alcanzaban su punto más alto de calor, trayendo como consecuencia la liberación del dulce néctar del amor en un grito ahogado en sentimientos puros.
Esmeralda y escarlata frente a frente, profesandose amor eterno y sellando la promesa con un beso de amor verdadero.
[•••]
–¿Y si no les agrado?– cuestionó el pecoso al mirarse por milésima vez en el espejo.
–No creo que haya alguien a quien no le agrades– argumento el cenizo mientras acomodaba la corbata de su esposo.
–¿Y si les parezco molesto?– formuló una nueva pregunta nervioso, en serio estaba demasiado ansioso pero también asustado, sentía ganas de morder sus uñas hasta quedarse sin ellas.
–Solo no los asfixies desde el principio– Katsuki intenta calmarlo. Pero parece imposible, el rostro ansioso y preocupado de Deku le hacía saber que no servía de nada sus palabras.
–¿Y si les das miedo?
–¿Que insinúas?– contestó ofendido.
–Kacchan... ¿crees que estoy preparado para algo como esto?– esta vez el aire melancólico inundó la pequeña habitación, ambos saben que a pesar de que la homosexualidad en estos tiempos es más visible y las personas la toleran más, todavía hay gente cruel que vive en el pasado. Mentiría si dijera que no tiene algo de miedo.
–Definitivamente... Izuku, haz estado ansioso estos seis meses de papeleo y registros, se que eres una persona gentil que no dudará en darle cariño a cualquier ser... es más que evidente que estas preparado para ser padre.
–Padres– corrigió –seremos padres Kacchan.
Pues donde una vez se formó un hogar con dos personas, ahora se multiplicaría con la llegada de Mahoro y Katsuma.
Fin.
Bombero Katsuki x Reportero Izuku
—Hola queridos espectadores sean bienvenidos a un capítulo más de "¿Qué pasa mientras duermes?", hoy estaremos pasando la noche con el turno nocturno de la 5ta compañía de bomberos de Musutafu—. Izuku miraba y sonreía a la cámara como el profesional que era. —Por eso nos encontramos con el capitán Bakugo Katsuki, él es el que está a cargo de esta estación, vamos a conversar un poco con él—.
La cama amplió un poco en rango de visión mostrando a un alfa en todo su esplendor, Katsuki era rubio de ojos rojos con un semblante siempre molesto, en ese momento iba vestido con una camiseta negra que en una de las mangas corta llevaba la insignia de la 5ta compañía, mangas que poco y nada podían contener los grandes músculos que poseía el rubio, además era muy obvio tanto para los espectadores como para los que estaban en la estación en ese momento ver la diferencia de tamaño con el chico a su lado.
Izuku era un omega que le llegaba no más arriba de la mitad del bíceps, sin embargo el chico peliverde con pecas en el rostro y ojos verdes que combinaban con su cabello no era como todos los omegas, no era suave y delicado, no, Izuku tenía músculos definidos que hacía que sus curvas omegas se acentuaran aún más.
Además de que muchas veces lo habían llamado omega "defectuoso", el peliverde prácticamente no tenía feromonas y si no fuera por el examen de segundo género todos pensarían que Izuku era un beta.
Desde pequeño el sueño del pecoso había sido ser bombero al igual que Katsuki y por lo mismo habían entrenado juntos día y noche para cumplir con sus sueños, sueños que habían tenido y desarrollados juntos en toda su amistad, lamentablemente cuando les dieron el resultado del examen de segundo género todo se rompió y el sueño por el que había luchado durante años se fue al tarro de la basura.
Aunque los amigos aún seguían entrenando juntos en sus tiempos libres, que era muy poco, para Izuku no era lo mismo.
Porque un omega nunca podría ser un bombero, fue por ello que Izuku fue a la universidad y estudió periodismo, quería resolver casos que nadie más podía, quería informar a la gente de sus hallazgos y por sobre todo quería ayudar a las personas.
Es así como durante sus cinco años de carrera ha ayudado a la policía a resolver casos gracias a sus preciadas fuentes, ha informado diversas noticias y por supuesto al ser un "omega bonito", ha conducido diversos programas de entretenimiento.
Justo como en el que estaba en ese momento, "¿Qué pasa mientras duermes?", era un programa grabado que mostraba el lado B de la ciudad de Musutafu, el lado que la gente común y corriente no veía, el lado nocturno, y esa noche estaban en la estación de Katsuki para acompañarlos durante su turno.
—Cuéntenos capitán B-Bakugo, ¿cómo funciona la 5ta compañía?—. Para Izuku era un tanto difícil llamar por el apellido a su amigo de la infancia, y Katsuki lo sabía, porque sonrió levemente.
—Bueno, la estación cuenta con 12 bomberos expertos en incendios y rescate, y dos paramédicos por turno, y si suena el llamado, nos organizamos y vamos en ayuda—. Dijo simplemente cruzando fornidos brazos.
—¿Cómo es ser el capitán de bomberos?—. Preguntó Izuku desviando el micrófono desde su boca a la del rubio.
—Duro, en este trabajo vemos muchas cosas, algunas veces salvamos vidas y es maravilloso, pero cuando no podemos... Es muy difícil mantener la moral en alto—. Katsuki hablaba serio frente a la cámara. —Es por eso que nos dejamos el alma en cada uno de los llamados para intentar salvarlos a todos—.
—Eso es muy admirable—. Izuku lo miró con ojos brillantes mientras Katsuki le devolvió la mirada con una pequeña sonrisa, deteniendo la entrevista más de lo necesario.
—Ejem...—. El camarógrafo los hizo despertar y el pecoso volvió a mirar a la cámara.
—E-entonces capitán ¿sería posible que nos enseñe las instalaciones?—.
—Claro por supuesto, síganme—. Dijo Katsuki dándose media vuelta.
—Y... Corte—. Dijo Shinso bajando la cámara. —Empecemos el recorrido desde alguno de los carros—.
—Está bien, Toshi, perdón por lo de antes—. Murmuró sonrojado el pecoso, y el chico solo se encogió de hombro restando importancia.
Shinso Hitoshi era un chico beta de cabello teñido de morado de uñas pintas negras, múltiples tatuajes y piercing era el camarógrafo de Izuku, y lo había acompañado en innumerables programas, por lo tanto en innumerables viajes y horas de trabajo, y para ese punto ambos se consideraban amigos muy cercanos.
Los tres se adentraron a la estación con Izuku y Katsuki dirigiendo la marcha mientras conversaban animadamente.
—Es tan raro llamarte por tu apellido—. Izuku reía sonrojado. —Casi te llamo Kacchan frente a la cámara jaja—.
—Ni se te ocurra nerd—. Katsuki le revolvió el cabello cariñosamente. —Me llamas por ese estúpido apodo y te echo de la estación, ¿me entendiste Deku? —. El pecoso asintió sonriendo.
—Si Kacchan—. La sonrisa del omega aumentó.
—Jodida mierda—. El rubio se tapó la cara para esconder una pequeña sonrisa.
A pesar de que él era el alfa e Izuku un omega este nunca le había tenido miedo y siempre se trataban como iguales, en su relación de amistad el pecoso podía decir lo que pensaba sin que Katsuki se molestara o algo parecido, porque obviamente Katsuki le devolvería la broma.
—Ya quiero verte mojar los pantalones cuando nos llamen para un incendio—. Dijo Katsuki sonriendo.
—Ya lo veremos—. Respondió levantando una ceja.
—¿Ya podemos comenzar?—. Shinso los miraba aburrido al lado del carro de bomberos.
—Ha... Si, si por supuesto—. Dijo Izuku nervioso y avergonzado. —¿Listo Kacchan?—. Preguntó mirando al alfa que rodaba los ojos y asentía.
—Bien ... 3...2...1 —-. El pelivioleta hizo una señal e Izuku le sonrió a la cámara.
—Estamos de vuelta con ¿Qué pasa mientras duermes?, el capitán Bakugo nos enseñará uno de los carros de bomberos—.
Mientras Katsuki hablaba y explicaba distintas áreas del camión, el pecoso le hacía preguntas y Shinso grababa todo, hasta que al dar la vuelta para grabar la parte trasera se encontraron con un chico sin camiseta, de cabello plateado y una sonrisa enorme que limpiaba el carró mostrando sus músculos a los televidentes.
—Oh, me pillaron limpiando, siempre estoy limpiando—. El chico miraba a la cámara, sobreactuaba y movía los pectorales de una forma algo grotesca.
—Tetsutetsu la camiseta ahora—. Lo regañó el rubio.
—Pero capitán la cámara me ama—.
—Si tanto te gusta limpiar, te irás a limpiar los baños—. Katsuki pasó una mano por la espalda baja del omega para que avanzaran.
—Sí capitán—. Gritó el peliblanco en posición firme.
Siguieron el recorrido con el rubio mostrando todas las áreas de la estación, hasta que llegaron a la zona del comedor donde estaba el resto de los bomberos y paramédicos del turno. Todos se presentaron saludaron a la cámara y les pidieron a Izuku y a Shinso que se sentaran a comer con ellos.
Esposo
En la Sala del Hospital se encontraban sus ex esposos de Izuku, esperando noticias de cuándo despertará después de ese choque tan impactante que tuvo.
No sabían porque le había pasado eso, era un excelente conductor, no era imprudente pero ahora tenía más de 15 días sin despertar, lo habían operado con éxito, lo extraño es que en su TAC y en la tomografía salían varias cosas anormales en su cerebro.
Posiblemente tenga pérdida de memoria…
Después de un mes abrió sus ojos, la luz le lastimaba, cerraba los ojos de nuevo, quería incorporarse, pero un fuerte dolor lo devolvió a la cama.
Las alarmas sonaron de su cuarto, enfermeras y doctores llegaron rápido.
— Por favor manténgase quieto, puede volver a abrir su sutura en su abdomen… Traigan un sedante.
— ¡No! Nada de sedantes, ¿Que me pasó? No recuerdo nada.
— ¿Recuerda su nombre? Mantenga la calma, sufrió un accidente fuerte, usted manejaba su carro y chocó, fue traído aquí demasiado grave, fue operado con éxito, solo que tendrá secuelas como pérdida de memoria, quizás sea parcial o total, hay que hacer más estudios para determinar algo más certero y darle un diagnóstico.
— Mi nombre es… — un fuerte dolor en la cabeza le dio, fue una punzada y con eso imágenes de él manejando su carro hablando con alguien por teléfono, iban discutiendo, se agachó hacia el volante y de ahí nada más. Se tocó su cabeza — Izuku, Midoriya Izuku.
— No se esfuerce, sus recuerdos vendrán no se preocupe, será sometido a algunos estudios más, ahora descanse.
Izuku se quedó solo en su habitación — ¿De quién es esa voz?
Después de dos días autorizaron las vistas, los tres hombres estaban listos para verlo y quizás con su pérdida de memoria podrían volver a conquistarlo, así que pasó su primer amor, su primer matrimonio.
Al verlo Izuku solo vio como entraba, su rostro se le hacía familiar. — Hola…
— Hola ¿Quien eres? — dijo el peli verde, no quería a personas desconocidas como lo era ese hombre.
— Soy Shoto, tu esposo…
—¿Qué? — Izuku lo miró extraño, había tenido pequeños recuerdos de alguien y él no sonaba como la voz de esa persona.
El chico se asustó por su tono de voz grave que había utilizado Izuku, este se tocó la cabeza de nuevo la punzada y extrañas imágenes aparecían en su memoria… — Te voy a hacer solo una pregunta, de lo poco que recuerdo, veré si me hablas con honestidad o mientes, si lo haces te pido que te retires y no vuelvas más.
Shoto asintió, estaba segura que respondería bien — pregunta lo que quieras, te aseguró que yo soy tu esposo.
Suspiro y preguntó — ¿ Dónde fue que te di tu primer beso? — él no sabía qué responder titubeó en responder Izuku no había sido su primer beso, ¿porque le preguntaba eso? Quizás si le conteste cuando lo beso por primera vez…
— Estábamos en una cafetería…
— No digas más… — volteo la mirada hacia la ventana — No fue ahí donde recuerdo. Vete.
Simplemente salió de su cuarto y no volvió estaba destrozado, él sabía a quién buscaba…
Sin rendirse el segundo ex volvió tres días después, esta vez Izuku estaba sentado en la silla cerca de la ventana leyendo un libro, el doctor se lo dio. Al verla entrar no dijo nada, otra cara que se le hacía conocida, en cuanto se sentó el chico abrió la boca — Tú también vas a decir que eres mi esposo…
— Es que se lo soy. . .
— No te recuerdo — cerró su libro, el carácter del chico era fuerte. — Voy a hacer lo mismo te haré una simple pregunta, si no es lo que recuerdo te vas y no vuelves.
— Está bien…
— ¿Dime el número de habitación donde yo te hice el amor por primera vez? — Izuku tenía muy bien puesta la mirada sobre el chico.
— 213 es el número de habitación… — lo dijo tan seguro que hizo a Izuku dudar, algo andaba mal. — Conteste bien cierto, así que acéptalo yo soy…
— Solo confirmame que es lo que me enciende en el sexo…
Se acercó a él, quizás si era él. — Yo que carajos voy a saber, mi cuerpo quizás, no sé, solo lo hacíamos y ya.
— Respuesta incorrecta, fue el habitación 2119, recuerdo eso bien, ese numero no paro de escribirlo y dudo mucho que solo sea por que si el hacerlo contigo, en mi memoria, siento aquellas manos recorrer mi cuerpo, esos labios ahg mierda, ¡Vete! — grito no era él. — ¿Quién eres? ¿Por qué no me dejas en paz?
La tercera ex ya estaba esperando afuera, le rezaba a los dioses para que Monoma fallara y pudiera entrar ella.
— Izuku, soy yo bebé, mírame — al ver el amable rostro de la chica su cabeza se volvió loca, confundía sus recuerdos con la cara de chica. — Izuku.
Sus labios estaban a punto de tocarse — ¿Dónde fue nuestra primera cita? — sus recuerdos lo llevan a un parque cerca de un lago muy bonito, con la Luna apuntando a esos hermosos ojos color rubí. — Quiero más detalles, ¿Quiero saber qué parte de tu cuerpo es tu punto favorito? ¿El cuello o tu cintura?
— No importa eso, deja las preguntas, mírame por favor — ella sabía después de hablar con Shoto a quién buscan y tenía muy presente que sus rostros eran algo similares por el quirk que tenia. Podría tenerlo de vuelta.
Izuku solo cerraba los ojos, sus manos se las llevó a su cabeza, se levantó y pegó a la pared, Toga lo abrazó por la espalda.
La puerta de la habitación se abrió de repente — Sueltalo maldita, Shoto me hablo y escuche todo, Izuku. — Esa es la voz pensó el peli verde volteó a ver a esa persona. — Fue saliendo de la Universidad, nos fuimos corriendo después de que llegaras por mi, no quise subirme a tu auto quería jugar bajo la lluvia casi resbaló y ahí me besaste antes de caer, nuestra primera cita fue en un lindo restaurante de ahí fuimos al parque cerca de mi casa, aquella vez la Luna brillaba como nunca, su resplandor se hacía más bello por el pequeño lago, sabes que con tus besos en mi cuello me derrites, así que ven a mi.
No había dudas esa voz, su mirada, todo los recuerdos que tenía él los estaba describiendo a la perfección — Kacchan — se soltó de la chica y fue a cargar a su amado — ¿Porque tardaste tanto? Te extrañaba como un loco.
— Cariño esa noche estabamos discutiendo y yo…
— No quiero recordar eso, solo es esto lo que quiero — lo besó, sentir esos labios fue la mejor recompensa después de haber extrañado tanto a su único amor.
