Otro encapuchado con el rostro oscuro paso al frente de todos, se quitó la capucha y el doblo por la mitad dejando al descubierto un chico de cabello rubio platinado con la piel clara, ojos grisáceos y rasgos afilados y una postura muy orgullosa.
- Mi nombre es Draco Lucius Malfoy tengo 23 años soy el único hijo de Lucius y Narcisa Malfoy, en Hogwarts fui Slytherin, fui buscador de mi equipo de Quidditch Slytherin, fui prefecto y actualmente tengo una novia que se presentará después. Dijo Draco de forma monótona, en realidad no parecía que le importara lo que estaba diciendo
- Es sangre pura verdad de que familia es. Le pregunto a Lucius con interés
- Eso es irrelevante padre. Contesto Draco simplemente y sentirse a sentarse con sus padres antes de que pudieran preguntarle algo más enfrente de todos, pero eso no impidió que cuando Draco se sentó junto a sus padres estos empezaran a interrogarlo
Otro encapuchado con el rostro oscuro se puso enfrente y al descubrirse se vio a una chica con una cara angulada de cabello castaño y piel clara, tenía cierto aspecto de soberbia, pero no tan marcado como lo había sido en su juventud y de hecho a diferencia de Draco parecía bastante tranquilo de estar ahí.
- Hola mi nombre es Pansy Margaret Parkinson tengo 23 años soy hija única de Margaret y Sebastián Parkinson en Hogwarts fui Slytherin y fui prefecta, y hace algunos años estuve comprometida, pero él murió de hecho técnicamente soy viuda, afortunadamente. Dijo Pansy con tranquilidad y con un tono bastante animado a lo que casi todos lucían bastante asustados y veían a Pansy de forma juzgadora – Oh no me vean así era un maldito imbécil que ni siquiera me veía como un ser humano solo me veía como el objeto que daría a luz a su heredero. Aseguro Pansy haciendo un gesto de desagrado – Actual mente me hago cargo de las propiedades de la familia Parkinson y creo que es todo de mí. Comento Pansy y se fue a sentarse ignorando las miradas de todos
El último encapuchado con el rostro oscurecido se paró enfrente al quitarse la capa dejando ver a un chico alto y delgado de piel clara y castaño oscuro.
- Mi nombre es Theodore Jasón Nott tengo 23 años soy hijo único de Jasón y Marie Nott en Hogwarts fui un Slytherin, actualmente estoy haciendo una investigación independiente de maldiciones y contra maldiciones, he estado saliendo con una mujer que no vino con nosotros así que no creo que sea necesario que sepa quien es. Dijo Theodore a donde estaban los Slytherin
- Muy bien quien desea leer el siguiente capitulo. Pregunto McGonagall con amabilidad
- Yo lo haré profesora. Dijo Ron tomando el libro de la mano de la profesora y yéndose a sentar con sus amigos a diferencia de Ginny que se había sentado en un sillón que estaba enfrente de todos para que todos pudieran verla mientras ella leía – El capítulo se llama El viaje desde el andén nueve y tres cuartos. Leyó Ron tomando una bocanada de aire
El último mes de Harry con los Dursley no fue divertido. Es cierto que Dudley le tenía miedo y no se quedaba con él en la misma habitación, y que tía Petunia y tío Vernon no lo encerraban en la alacena ni lo obligaban a hacer nada ni le gritaban.
– Pero eso es mejor no es así. Le pregunto confundida una Ravenclaw de tercer año a Harry que no le contesto
– Te gustaría que te ignoraran por un mes. Le pregunto Harry incrédulo
– No, pero seria mejor a que me gritaran. Aseguro la Ravenclaw
– Tal vez si aún hubiera estado en clases, pero estaba de vacaciones así que pase un mes sin que absolutamente nadie se dignara a dirigirme la palabra. Dijo Harry con resignación
– Debió ser horrible. Comento un Hufflepuff de cuarto año
– Lo fue. Aseguro Harry resignado
En realidad, ni siquiera le dirigían la palabra. Mitad aterrorizados, mitad furiosos, se comportaban como si la silla que Harry ocupaba estuviera vacía. Aunque aquello significaba una mejora en muchos aspectos, después de un tiempo resultaba un poco deprimente.
- De acuerdo, eso es deprimente. Dijo un Slytherin de último año lo que sorprendió a muchos que lo miraban como si se preguntaran si estaba bien – Que, es solo un niño, y tiene la misma edad que mi hermanita si alguien la tratara así lo degollaría vivo. Se defendió el Slytherin muy molesto
- Gracias Tim que lindo eres. Dijo una Slytherin de segundo año muy conmovida
- Pues es que tú eres una pulga alguien tiene que asegurarse de que no te aplasten. Le respondió su hermano en tono burlón
- Me retracto tú eres tan tonto como una babosa. Aseguro la Slytherin indignada mientras le sacaba la lengua
Harry se quedaba en su habitación, con su nueva lechuza por compañía. Decidió llamarla Hedwig, un nombre que encontró en Una historia de la magia. Los libros del colegio eran muy interesantes. Por la noche leía en la cama hasta tarde, mientras Hedwig entraba y salía a su antojo por la ventana abierta. Era una suerte que tía Petunia ya no entrara en la habitación, porque Hedwig llevaba ratones muertos.
- De acuerdo debes admitir que eso es asqueroso. Dijo Hermione un tanto asqueada
- Sí, pero debió ser tan divertido. Dijo Ron sonriendo
- Lo fue, debieron ver su cara se puso tan verde que pensé que vomitaría. Dijo Harry divertido a lo que sus amigos se rieron
Cada noche, antes de dormir, Harry marcaba otro día en la hoja de papel que tenía en la pared, hasta el uno de septiembre.
- Yo también hice eso antes de venir a Hogwarts. Aseguro un Slytherin de primer año nostálgico
- Yo hasta dos calendarios tenía. Dijo una Hufflepuff de sexto año
- Yo todavía lo hago. Aseguro una Ravenclaw de quinto año
- Creo que casi todos. Dijo un Gryffindor de cuarto año
El último día de agosto pensó que era mejor hablar con sus tíos para poder ir a la estación de King's Cross, al día siguiente. Así que bajó al salón, donde estaban viendo la televisión. Se aclaró la garganta, para que supieran que estaba allí, y Dudley gritó y salió corriendo.
- Es en serio. Pregunto Ron burlón
- La última vez que estuve cerca de un mago me pusieron una cola de cerdo. Se defendió Dudley ofendido
- Porque te pusieron una cola de cerdo. Le pregunto Verónica desconcertada
- Porque mi padre hizo enojar a ese señor. Dijo Dursley señalando a Hagrid
- Y que culpa tienes tú. Pregunto Verónica indignada – Que bonito un adulto desquitándose con un niño por algo que le hizo un adulto, acaso eso no es ilegal. Pregunto Verónica indignada
- Verónica, Hagrid no es una mala persona solo un poco impulsivo. Le dijo Hermione con cautela
- Hermione de verdad crees que ser impulsivo justifica el que un adulto le haga eso a un niño que no se puede defender. Le pregunto su prima indignada
- No claro que no, solo digo que Hagrid no es una mala persona. Dijo Hermione tratando de justificar a Hagrid
- Bueno Hagrid la chica tiene razón traumaste al pobre chico. Lo regaño la Tonks adulta
- Perdóname muchacho. Se disculpó Hagrid avergonzado
—Hum... ¿Tío Vernon?
Tío Vernon gruñó, para demostrar que lo escuchaba.
- Pero que maleducado. Dijo Andrómeda con desagrado
- Lo que es no tener educación. Dijo Ted negando con la cabeza en dirección de Vernon
- Por supuesto que tengo educación. Dijo Vernon ofendido y rojo de la ira
- Pues que bien lo disimula. Dijo Andrómeda burlona
—Hum... necesito estar mañana en King's Cross para... para ir a Hogwarts.
Tío Vernon gruñó otra vez.
- Enserio le entiendes los gruñidos a tu tío. Le pregunto Emma a Harry
- Tuve 10 años de práctica, soy prácticamente un experto en el idioma. Respondió Harry simplemente
—¿Podría ser que me lleves hasta allí?
Otro gruñido. Harry interpretó que quería decir sí.
—Muchas gracias.
- Mira Dora, Harry es mejor que tú con los idiomas. Dijo Emma burlona – Ni tú tienes tanta comprensión auditiva. Dijo Emma divertida
- Si me siento avergonzada, tal vez Harry podría darme clases sobre compresión auditiva. Dijo Tonks con falsa vergüenza cubriéndose la cara
- Cinco galeones por clase. Les siguió el juego Harry divertido
- Apártame una clase el viernes. Dijo Dora divertida
- Entendido y anotado. Dijo Harry fingiendo que anotaba en un pergamino imaginario
Estaba a punto de volver a subir la escalera, cuando tío Vernon finalmente habló.
—Qué forma curiosa de ir a una escuela de magos, en tren. ¿Las alfombras mágicas estarán todas pinchadas?
- No somos genios. Dijo Hermione ofendida
- Somos muy inteligentes. Dijo un Slytherin de último año muy ofendido
- No, no me refiero a que seamos tontos o algo así, es que los genios son unas criaturas que salen de lámparas mágicas y conceden tres deseos. Le aclaro Hermione a los que no sabían
- Como en Aladdin. Dijo una Hufflepuff de segundo año emocionada – Se estrenó el año pasado me gusto mucho. Aseguro la Hufflepuff
- La película de La Bella y la Bestia es mi favorita. Dijo una Ravenclaw de quinto año molesto
- A mí me gusta mucho la de El Zorro y El Sabueso. Dijo un Hufflepuff de quinto año
- Hay si, esa me encanta esa película, Toby. Dijo una Slytherin de sexto año – La he visto mil veces y siempre lloro cuando liberan a Tod. Aseguro la Slytherin conmovida
- A mí me gusta la de La Bella durmiente. Comento un Gryffindor de quinto año – Me gusta la pelea con el dragón no sé por qué, pero me da risa. Aseguro el Gryffindor divertido
- A mí también, no sé por los movimientos exagerados que hacen. Comento la Slytherin
Harry no contestó nada.
—¿Y dónde queda ese colegio, de todos modos?
—No lo sé —dijo Harry; dándose cuenta de eso por primera vez. Sacó del bolsillo el billete que Hagrid le había dado—. Tengo que coger el tren que sale del andén nueve y tres cuartos, a las once de la mañana —leyó.
Sus tíos lo miraron asombrados.
—¿Andén qué?
—Nueve y tres cuartos.
—No digas estupideces —dijo tío Vernon—. No hay ningún andén nueve y tres cuartos.
- Claro que sí. Aseguro un Gryffindor de sexto año indignado
- Como cree usted que llegamos a nuestra estación de tren. Pregunto una Ravenclaw de cuarto año incrédulo
- Claro y porque mejor no ponen la estación en el 1 1/2. Pregunto Vernon con la voz más burlona y despectiva que tenía – Esas cosas no existen no sean estúpidos. Aseguro Vernon con hartazgo
- De verdad cree que usted, un muggle sabe más de cómo funciona el mundo mágico que nosotros que somos de hecho magos. Pregunto un Slytherin de quinto año incrédulo
- Abecés la ignorancia vuelve ciegas a las personas. Dijo un Gryffindor de último año poniendo los ojos en blanco
—Eso dice mi billete.
—Equivocados —dijo tío Vernon—. Totalmente locos, todos ellos. Ya lo verás. Tú espera. Muy bien, te llevaremos a King's Cross. De todos modos, tenemos que ir a Londres mañana. Si no, no me molestaría.
—¿Por qué vais a Londres? —preguntó Harry tratando de mantener el tono amistoso.
—Llevamos a Dudley al hospital —gruñó tío Vernon—. Para que le quiten esa maldita cola antes de que vaya a Smeltings.
- No me lo creo. Dijo Seamus riéndose al igual que todo el gran comedor e incluso los profesores se tuvieron que contener algunas sonrisas divertidas
- Tuviste esa cola por un mes. Le pregunto Ron riéndose
- Si. Respondió Dudley avergonzado
- Te tuvieron que hacer una cirugía para quitarte esa cola de cerdo. Le pregunto Verónica horrorizada
- Pues sí. Respondió Dudley con simpleza
- Eso es horrible. Se compadeció Verónica de Dudley a lo que Dudley se sintió muy agradecido
A la mañana siguiente, Harry se despertó a las cinco, tan emocionado e ilusionado que no pudo volver a dormir. Se levantó y se puso los tejanos: no quería andar por la estación con su túnica de mago, ya se cambiaría en el tren. Miró otra vez su lista de Hogwarts para estar seguro de que tenía todo lo necesario, se ocupó de meter a Hedwig en su jaula y luego se paseó por la habitación, esperando que los Dursley se levantaran. Dos horas más tarde, el pesado baúl de Harry estaba cargado en el coche de los Dursley y tía Petunia había hecho que Dudley se sentara con Harry, para poder marcharse.
Llegaron a King's Cross a las diez y media. Tío Vernon cargó el baúl de Harry en un carrito y lo llevó por la estación. Harry pensó que era una rara amabilidad, hasta que tío Vernon se detuvo, mirando los andenes con una sonrisa perversa.
- Eso no me gusta es demasiado sospechoso. Dijo Ojo loco paranoico – Están siendo demasiado amables huye Potter. Dijo Ojo loco mientras su ojo mágico giraba como loco
- Tiene razón al desconfiar. Aseguro Harry resignado
—Bueno, aquí estás, muchacho. Andén nueve, andén diez... Tu andén debería estar en el medio, pero parece que aún no lo han construido, ¿no?
Tenía razón, por supuesto. Había un gran número nueve, de plástico, sobre un andén, un número diez sobre el otro y, en el medio, nada.
—Que tengas un buen curso —dijo tío Vernon con una sonrisa aún más torva. Se marchó sin decir una palabra más. Harry se volvió y vio que los Dursley se alejaban.
- Me están jodiendo. Grito Lily indignada
- Dejaron solo a un niño en una estación atiborrada. Dijo James furioso y horrorizado
- Por amor Merlín, Harry es un niño le pudo haber pasado algo. Grito Molly enojada e indignada, no había estado tan molesta desde que los gemelos habían encerado a Ron en el armario durante toda la noche
- Si saben que al año secuestran a 250,000 niños en Europa. Pregunto Tonks indignada
Tonks empezó a sacar algunas cosas de una bolsa pequeña de cuero colgada por el hombro con una pequeña cadena planteada, saco vitrales con líquidos de colores, polvos y hiervas mientras murmura algo que nadie entendía con un rostro bastante serio y desapareció el contenido de dos copas de oro en un traste y empezó a mezclarlos en las copas de una manera muy mecánica
- Dora cariño que estás haciendo cielito. Le pregunto su padre de manera cautelosa, Ted veía un tanto asustado a su hija
- Ya me cansé de este maldito par, son seres perversos, crueles y sin escrúpulos. Dijo Tonks furiosa siguiendo mezclando y poniendo ambas copas encima de llamas azules y buscando algo en su bolsa que aparentemente no encontraba y empezaba a verse muy molesta – Oh perfecto, justo se me tenía que olvidar eso. Se quejó Tonks fastidiada
- Señorita Tonks tome. La llamo Snape y le lanzo una especie de semilla grande y Tonks la atrapo y corto por la mitad la echo en ambas copas, lo revolvió una última vez y empezó burbujear y la mezcla paso de ser amarilla a blanca Tonks se levantó y camino hacia los Dursley y con una cínica sonrisa les tendió las copas a Vernon y a Petunia
- Bébanlo. Les ordeno Tonks molesta a Vernon y Petunia
- Por supuesto que no. Chillo Petunia alejándose de las copas con horror
- Yo no voy a beber nada que una anormal me dé. Dijo Vernon con desdén mirando y asco a Tonks y a las copas
- Mire les voy a explicar una cosa muy sencilla, tienen dos opciones la primera ustedes beben esto cuyo efecto que por suerte para ustedes y desgracia para nosotros solamente dura máximo una hora y media o la segunda opción yo les voy a hacer algo que es diez más doloroso y que si es permanente. Dijo Tonks con una sonrisa siniestra
- Dora té falto una poción. Dijo Sirius señalando a Dudley con una mirada de odio a lo que Dudley se espantó y se alejó los más posible de Tonks
- Él es un niño Sirius, solamente está imitando a sus estúpidos y malvados padres, si para cuando él sea un adulto es como ellos, estoy bastante segura de que si Harry no se venga de él sus amigos sí que lo harán. Dijo Tonks tranquilamente
- Es cierto. Dijo Sirius resignado
- Beban. Ordeno Tonks nuevamente dándole las copas a los Dursley quienes la bebieron con miedo y casi al instante empezaron a llenarse de ronchas que se llenaron de pus que brotaba por su piel, su cabello se calló al igual que sus uñas y dientes y su piel se puso verde, todos empezaron a reírse, mientras que los Dursley gritaban horrorizados y cuando al fin se callaron Ron siguió leyendo
Los tres se reían. Harry sintió la boca seca. ¿Qué haría? Estaba llamando la atención, a causa de Hedwig. Tendría que preguntarle a alguien.
Detuvo a un guarda que pasaba, pero no se atrevió a mencionar el andén nueve y tres cuartos. El guarda nunca había oído hablar de Hogwarts, y cuando Harry no pudo decirle en qué parte del país quedaba, comenzó a molestarse, como si pensara que Harry se hacía el tonto a propósito. Sin saber qué hacer, Harry le preguntó por el tren que salía a las once, pero el guarda le dijo que no había ninguno. Al final, el guarda se alejó, murmurando algo sobre la gente que hacía perder el tiempo.
- Pero que maldito idiota, Harry es solo un niño perdido y él va y lo deja solito. Dijo Lily angustiada mientras abrazaba con aprensión al Harry bebé
- Mamá en realidad fue mejor que me dejara solo. Aseguro Harry consolando a su mamá y sonriendo a los Weasley en especial a Ron
Según el gran reloj que había sobre la tabla de horarios de llegada, tenía diez minutos para coger el tren a Hogwarts y no tenía idea de qué podía hacer. Estaba en medio de la estación con un baúl que casi no podía transportar, un bolsillo lleno de monedas de mago y una jaula con una lechuza.
Hagrid debió de olvidar decirle algo que tenía que hacer, como dar un golpe al tercer ladrillo de la izquierda para entrar en el callejón Diagon. Se preguntó si debería sacar su varita y comenzar a golpear la taquilla, entre los andenes nueve y diez.
En aquel momento, un grupo de gente pasó por su lado y captó unas pocas palabras.
—... lleno de muggles, por supuesto...
- Son magos cariño síguelos. Dijo Lily desesperada
- Lo hice. Dijo Harry con simpleza
Harry se volvió para verlos. La que hablaba era una mujer regordeta
- Lamento haber dicho eso, señora Weasley. Dijo Harry a muy apenado
- No te preocupes querido, no me lo dijiste además después de seis embarazos y siente hijos el cuerpo no vuelve a ser el mismo. Dijo Molly algo avergonzada
- Pues para mí sigues siendo tan sexy como el día que nos casamos. Dijo Arthur besándole a su esposa
- Por amor a Merlín no más hermanos. Gritaron los hermanos Weasley algunos con caras de asco y otros cubriéndose los ojos mientras todos los del gran comedor se reían de ellos
Que se dirigía a cuatro muchachos, todos con pelo de llameante color rojo. Cada uno empujaba un baúl, como Harry, y llevaban una lechuza.
Con el corazón palpitante, Harry empujó el carrito detrás de ellos. Se detuvieron y los imitó, parándose lo bastante cerca para escuchar lo que decían.
—Y ahora, ¿cuál es el número del andén? —dijo la madre.
—¡Nueve y tres cuartos! —dijo la voz aguda de una niña, también pelirroja, que iba de la mano de la madre—. Mamá, ¿no puedo ir...?
- Oh miren es la pequeña pelirroja a punto de conocer a su futuro esposo. Dijo Sirius burlón
- Sirius deja de molestar a la niña. Lo regaño Lily con severidad
- Pero Lily. Se quejó Sirius prácticamente haciendo un berrinche
- Nada Sirius déjala en paz. Le ordeno Lily
- Lily le quitas la diversión a la vida. Dijo Sirius molesto
—No tienes edad suficiente, Ginny Ahora estáte quieta. Muy bien, Percy, tú primero.
El que parecía el mayor de los chicos se dirigió hacia los andenes nueve y diez. Harry observaba, procurando no parpadear para no perderse nada. Pero justo cuando el muchacho llegó a la división de los dos andenes, una larga caravana de turistas pasó frente a él y, cuando se alejaron, el muchacho había desaparecido.
—Fred, eres el siguiente —dijo la mujer regordeta.
—No soy Fred, soy George —dijo el muchacho—. ¿De veras, mujer, puedes llamarte nuestra madre? ¿No te das cuenta de que yo soy George?
—Lo siento, George, cariño.
—Estaba bromeando, soy Fred —dijo el muchacho, y se alejó.
- Funciona siempre. Aseguraron Fred y George burlones
- Ustedes son geniales. Les dijeron James, Sirius y Remus complacidos
- Como no se nos ocurrió hacer esto. Se preguntaron Gideon y Fabían a lo que los gemelos Weasley hicieron reverencias a todo el comedor que se reía
Debió pasar, porque un segundo más tarde ya no estaba. Pero ¿cómo lo había hecho? Su hermano gemelo fue tras él: el tercer hermano iba rápidamente hacia la taquilla (estaba casi allí) y luego, súbitamente, no estaba en ninguna parte.
No había nadie más.
—Discúlpeme —dijo Harry a la mujer regordeta.
- Tranquilo querido. Le dijo Molly rápidamente a Harry que estaba a punto de disculparse de nuevo bastante avergonzado
—Hola, querido —dijo—. Primer año en Hogwarts, ¿no? Ron también es nuevo.
Señaló al último y menor de sus hijos varones. Era alto, flacucho y pecoso, con manos y pies grandes y una larga nariz.
- Harry tenías que fijarte en todo. Le pregunto Ron tan rojo como su cabello
- Lo siento compañero, pero no controlo lo que pienso. Se disculpó Harry levantando las manos en son de paz
—Sí —dijo Harry—. Lo que pasa es que... es que no se cómo...
—¿Cómo entrar en el andén? —preguntó bondadosamente, y Harry asintió con la cabeza.
—No te preocupes —dijo—. Lo único que tienes que hacer es andar recto hacia la barrera que está entre los dos andenes. No te detengas y no tengas miedo de chocar, eso es muy importante. Lo mejor es ir deprisa, si estás nervioso. Ve ahora, ve antes que Ron.
—Hum... De acuerdo —dijo Harry.
Empujó su carrito y se dirigió hacia la barrera. Parecía muy sólida.
Comenzó a andar. La gente que andaba a su alrededor iba al andén nueve o al diez. Fue más rápido. Iba a chocar contra la taquilla y tendría problemas. Se inclinó sobre el carrito y comenzó a correr (la barrera se acercaba cada vez más). Ya no podía detenerse (el carrito estaba fuera de control), ya estaba allí... Cerró los ojos, preparado para el choque...
- Te vas a lanzar a una pared sólida. Le pregunto Dudley incrédulo a su primo
- Es una pared mágica. Le aclaro Harry
- Que raro. Dijo Dudley asombrado
- James nosotros deberíamos haber ido con él. Dijo Lily lamentándose
- Lo se, cariño, pero él estará bien. Aseguro James consolando a su esposa
- Pero nosotros no estaremos con él. Le recordó Lily afligida
- Cuando todo esto termine lo estaremos. Le aseguro James
Pero no llegó. Siguió rodando. Abrió los ojos.
Una locomotora de vapor, de color escarlata, esperaba en el andén lleno de gente. Un rótulo decía: «Expreso de Hogwarts, 11 h». Harry miró hacia atrás y vio una arcada de hierro donde debía estar la taquilla, con las palabras «Andén Nueve y Tres Cuartos».
Lo había logrado.
- No puedo creer que no chocaras. Dijo Dudley impresionado
- No puedo creer que te atrevieras a correr hacia una pared, pero suena asombroso. Aseguro Verónica impresionada
- Si es asombroso. Aseguro Harry
- La primera vez que entras en el andén te quedas sin aliento. Aseguro Hermione
El humo de la locomotora se elevaba sobre las cabezas de la ruidosa multitud, mientras que gatos de todos los colores iban y venían entre las piernas de la gente. Las lechuzas se llamaban unas a otras, con un malhumorado ulular, por encima del ruido de las charlas y el movimiento de los pesados baúles.
Los primeros vagones ya estaban repletos de estudiantes, algunos asomados por las ventanillas para hablar con sus familiares, otros discutiendo sobre los asientos que iban a ocupar. Harry empujó su carrito por el andén, buscando un asiento vacío. Pasó al lado de un chico de cara redonda que decía:
—Abuelita, he vuelto a perder mi sapo.
—Oh, Neville —oyó que suspiraba la anciana.
Todos soltaron pequeñas risitas mientras Neville se sonrojaba fuertemente por que su primera aparición en los libros fuera tan vergonzosa
- Hay Merlín que vergüenza. Dijo Neville muy avergonzado
Un muchacho de pelos tiesos estaba rodeado por un grupo.
—Déjanos mirar, Lee, vamos.
El muchacho levantó la tapa de la caja que llevaba en los brazos, y los que lo rodeaban gritaron cuando del interior salió una larga cola peluda.
- Señor Jordán me puede explicar qué demonios es lo que trajo a la escuela. Le grito McGonagall
- Profesora qué más da fue el año pasado. Dijo Lee evitando la mirada
- Señor Jordán quiero que me diga en este instante que criatura trajo al colegio en este instante. Le ordenó McGonagall furiosa
- Una tarántula gigante. Dijo finalmente Lee
- Ya hablaremos después de su castigo señor Jordán. Dijo McGonagall furiosa
- Pero profesora eso paso hace un año. Dijo Lee quejumbroso
- Cállese y mejor agradezca que no lo expulso. Le dijo McGonagall furioso
- Jamás debes objetarla. Dijo Sirius como si fuera obvio
Harry se abrió paso hasta que encontró un compartimiento vacío, cerca del final del tren. Primero puso a Hedwig y luego comenzó a empujar el baúl hacia la puerta del vagón. Trató de subirlo por los escalones, pero sólo lo pudo levantar un poco antes de que se cayera golpeándole un pie.
—¿Quieres que te eche una mano? —Era uno de los gemelos pelirrojos, a los que había seguido a través de la barrera de los andenes.
- Ese debe de ser George. Aseguro Ron
- Como lo sabes. Le preguntaron todos sus hermanos asombrados
- Pues es que Fred y George no se parecen tanto. Dijo Ron como si fuera obvio
- Como que no nos parecemos. Le preguntaron Fred y George medio indignados
- Bueno es obvio que se parecen son gemelos, pero no son tan idénticos. Dijo Ron como sin nada
- Somos literalmente eso gemelos idénticos. Le recordó George
- Es cierto, si ni nuestra madre sabe cuál es cual. Dijo Fred un tanto indignado
- Yo aun no sé cómo lo hace, es el único que puede diferencian a Hermione y Verónica. Dijo el Harry mayor viendo al Ron mayor con cierta admiración
- Pues es que casi no se parece. Dijo el Ron mayor con una sonrisa arrogante
- No quiere decirme como lo hace. Dijo la Hermione mayor un tanto molesta
- Bueno en realidad casi no se parecen. Dijo el Ron joven viendo a Hermione y Verónica
- Nadie de nuestra familia nos diferencia, como ibas a hacerlo tú. Dijo Verónica desconcertada
- Ya te dije casi no se parecen. Le dijo Ron encogiéndose de hombros
- Por favor Ron como puedes diferenciarnos, si nos conoces a ambas hace dos días. Le pregunto Hermione desconcertada
- Querido llevamos tratando de encontrar diferencias entre ellas desde que Hermione tenía seis meses es imposible. Aseguro Jean con incredulidad
- Bueno tal vez es por el cabello, el de Verónica no es tan encrespado. Dijo el Harry joven viéndolas detenidamente a Verónica y a Hermione
- No lo creo que sea eso una vez Verónica y yo teníamos el cabello atado igual y con ropa similar y aún si Ron nos reconoció enseguida. Aseguro la Hermione mayor pensativa
- Pero como lo hace. Pregunto confundida Hermione
- Te conozco hace dos años y somos mejores amigos claro que las voy a diferenciar. Dijo Ron como sin nada
- Yo la conozco hace 12 años y yo no las diferencio. Dijo el Harry mayor indignado
- Haber lo creo de él. Dijo Verónica señalando al Ron mayor con escepticismo – Pero de ti no, creo que solamente alardeas. Le aseguro Verónica a Ron
- Claro que las diferencio. Se defendió el Ron joven
- Hagamos una apuesta Ron, Verónica y yo nos vamos a cambiar y nos peinaremos igual si no logras diferenciarnos entonces yo gano y tú vas a hacer todo lo que yo quiera por una semana. Dijo Hermione tendiéndole la mano a Ron
- Trato, pero si yo gano tú no puedes leer ningún libro en un mes. Dijo Ron tomándole la mano
- Trato. Dijo Hermione con seguridad
La profesora McGonagall iba a detenerlas, pero Dumbledore le dijo que las dejara así que Hermione y Verónica salieron del gran comedor pasaron algunos minutos y hubo un brillo atrás de la puerta del gran comedor cuando regresaron las dos estaban vestidas exactamente iguales y si antes eran idénticas ahora si que era imposible diferenciar la una de la otra
- Estamos listas. Dijeron Hermione y Verónica al mismo tiempo Ron y Harry fueron junto ellas
- Tú eres Hermione. Dijo Ron apuntando a la niña que estaba a la derecha, apenas y había tardado tres segundos ambas se veían asombradas
- Como lo hizo. Le pregunto Verónica a Hermione muy impresionada
- Tal vez es porque tu cabello creo que es poco más claro. Le dijo Hermione asombrada
- De hecho, de eso no me había dado cuenta. Les respondió Ron con suficiencia viendo su cabello detenidamente
- Vengan les pondré el cabello del mismo tono. Dijo Tonks que parecía sumamente divertida con la dinámica Hermione y Verónica se acercaron a Tonks que volvió su cabello de un castaño obscuro y se veía exactamente igual regresaron a donde estaban y Harry y Ron se habían dado la vuelta.
- Tú eres Hermione. Dijo Ron señalando a la niña de la izquierda mientras Harry miraba más de cerca a las niñas con una cara de total confusión como si se estuviera preguntando que carajos había visto Ron para diferenciarlas
- Como lo hiciste. Pregunto asombrada Verónica
- Ya les dije no se parecen tanto, Hermione no podrás leer por un mes. Se burló Ron y Hermione estaba atónita
- Me siento como un pésimo padre. Dijo John en son de broma
- No las hemos distinguido desde que Hermione tenía seis meses y el muchacho la conoce desde hace dos días y ya las distingue. Dijo Jean impresionada
- Muy bien sigamos leyendo. Dijo McGonagall
—Sí, por favor —jadeó Harry.
—¡Eh, Fred! ¡Ven a ayudar!
- Ven lo sabía. Dijo Ron con una sonrisa de autosuficiencia
- Presumido. Dijeron Fred y George con amargura
Con la ayuda de los gemelos, el baúl de Harry finalmente quedó en un rincón del compartimiento.
—Gracias —dijo Harry, quitándose de los ojos el pelo húmedo.
—¿Qué es eso? —dijo de pronto uno de los gemelos, señalando la brillante cicatriz de Harry
—Vaya—dijo el otro gemelo—. ¿Eres tú...?
—Es él —dijo el primero—. Eres tú, ¿no? —se dirigió a Harry.
—¿Quién? —preguntó Harry.
—Harry Potter —respondieron a coro.
—Oh, él —dijo Harry—. Quiero decir, sí, soy yo.
Todos en el gran comedor se rieron por la divertida interacción
- No te sabías ni tu nombre. Bromeo Ron divertido
- Me confundí. Dijo Harry divertido
- Ya nos dimos cuenta. Dijo Hermione divertida
- Se me empezaron a acercar extraños y me llamaban por mi nombre ustedes también estarían confundidos. Aseguro Harry divertido
- Buen punto. Dijeron Ron y Hermione
Los dos muchachos lo miraron boquiabiertos y Harry sintió que se ruborizaba. Entonces, para su alivio, una voz llegó a través de la puerta abierta del compartimiento.
- Si que los impresiono Harry verdad. Dijo Angelina divertida
- La primera vez que lo vimos sí. Aseguro Fred fingiendo impresión
- Ahora ya no, ahora nos genera una profunda indiferencia. Aseguro George viendo a Harry con cierto hartazgo
- Oh muchas gracias que amables son. Dijo Harry de forma sarcástica
- En ocasiones también nos da algo de pena ajena. Dijo Fred frunciendo el ceño de forma burlesca
- Los detesto. Dijo Harry quejumbroso
- También te queremos. Aseguro George con una sonrisa burlona
—¿Fred? ¿George? ¿Estáis ahí?
—Ya vamos, mamá.
Con una última mirada a Harry, los gemelos saltaron del vagón.
Harry se sentó al lado de la ventanilla. Desde allí, medio oculto, podía observar a la familia de pelirrojos en el andén y oír lo que decían. La madre acababa de sacar un pañuelo.
—Ron, tienes algo en la nariz.
- Hay el pequeño Ronnie tenía tierra en su naricita. Dijo George burlón
- Y mamá te limpio la naricita. Dijo Fred como si estuviera hablando con un niño pequeño
- Y a ustedes dos les cambie los pañales hasta que tenían casi cuatro años. Dijo Molly fastidiada – Ahora cállense y dejen en paz a su hermano. Dijo Molly fastidiada el hecho de que los Dursley hubieran abandonado a Harry en la estación la había enfurecido y ahora no tenía tanta paciencia, por otro lado, el comentario de Molly le dio a Fred y George una cucharada de su propia medicina pues ahora todo mundo se estaba riendo de ellos
El menor de los varones trató de esquivarla, pero la madre lo sujetó y comenzó a frotarle la punta de la nariz.
—Mamá, déjame —exclamó apartándose.
—¿Ah, el pequeñito Ronnie tiene algo en su naricita? —dijo uno de los gemelos.
—Cállate —dijo Ron.
—¿Dónde está Percy? —preguntó la madre.
—Ahí viene.
El mayor de los muchachos se acercaba a ellos. Ya se había puesto la ondulante túnica negra de Hogwarts, y Harry notó que tenía una insignia plateada en el pecho, con la letra P.
—No me puedo quedar mucho, mamá —dijo—. Estoy delante, los prefectos tenemos dos compartimientos...
—Oh, ¿tú eres un prefecto, Percy? —dijo uno de los gemelos, con aire de gran sorpresa—. Tendrías que habérnoslo dicho, no teníamos idea.
—Espera, creo que recuerdo que nos dijo algo —dijo el otro gemelo—. Una vez...
—O dos...
—Un minuto...
—Todo el verano...
—Oh, callaos —dijo Percy, el prefecto.
- En verdad no mencione tanto que me habían nombrado prefecto verdad. Pregunto el Percy mayor con interés
- Oh claro que sí. Dijeron Fred, George, Ron y Ginny burlones
- Y fuiste insoportable. Aseguro Fred viendo al Percy joven de forma burlona
- Para el día que mamá cocino pollo al curry ya quería usar el arroz como tapones de oído. Aseguro George burlón
—Y de todos modos, ¿por qué Percy tiene túnica nueva? —dijo uno de los gemelos.
—Porque él es un prefecto—dijo afectuosamente la madre—. Muy bien, cariño, que tengas un buen año. Envíame una lechuza cuando llegues allá.
Besó a Percy en la mejilla y el muchacho se fue. Luego se volvió hacia los gemelos.
—Ahora, vosotros dos... Este año os tenéis que portar bien. Si recibo una lechuza más diciéndome que habéis hecho... estallar un inodoro o...
- Señora Weasley por amor a Merlín no les de ideas a sus hijos. Dijo McGonagall frustrada
- Lo lamento profesora McGonagall, la verdad es que no lo pensé. Se disculpó Molly algo apenada
—¿Hacer estallar un inodoro? Nosotros nunca hemos hecho nada de eso.
—Pero es una gran idea, mamá. Gracias.
—No tiene gracia. Y cuidad de Ron.
—No te preocupes, el pequeño Ronnie estará seguro con nosotros.
—Cállate —dijo otra vez Ron. Era casi tan alto como los gemelos y su nariz todavía estaba rosada, en donde su madre la había frotado.
—Eh, mamá, ¿adivinas a quién acabamos de ver en el tren?
Harry se agachó rápidamente para que no lo descubrieran.
- Harry cariño no deberías espiar a las personas es de mala educación. Lo regaño Lily con delicadeza
- Lamento haberlos espiado señora Weasley. Se disculpó Harry con la señora Weasley
- No importa querido. Le dijo Molly con una sonrisa despreocupada
—¿Os acordáis de ese muchacho de pelo negro que estaba cerca de nosotros, en la estación? ¿Sabéis quién es?
—¿Quién?
—¡Harry Potter!
Harry oyó la voz de la niña.
—Mamá, ¿puedo subir al tren para verlo? ¡Oh, mamá, por favor...!
- Hay Merlín que vergüenza. Dijo la Ginny mayor tapándose la cara que estaba completamente roja
- Puedes verme cuando quieran, no me molesta. Le dijo el Harry mayor con un tono sugerente
- Harry Potter te lo juro que si me sigues molestando te dejo. Dijo la Ginny mayor de forma amenazadora a lo que el Harry mayor palideció mientras sus amigos se reían de él
—Ya lo has visto, Ginny y, además, el pobre chico no es algo para que lo mires como en el zoológico. ¿Es él realmente, Fred? ¿Cómo lo sabes?
—Se lo pregunté. Vi su cicatriz. Está realmente allí... como iluminada.
—Pobrecillo... No es raro que esté solo. Fue tan amable cuando me preguntó cómo llegar al andén...
—Eso no importa. ¿Crees que él recuerda cómo era Quien-tú-sabes?
La madre, súbitamente, se puso muy seria.
—Te prohíbo que le preguntes, Fred. No, no te atrevas. Como si necesitara que le recuerden algo así en su primer día de colegio.
—Está bien, quédate tranquila.
Se oyó un silbido.
—Daos prisa —dijo la madre, y los tres chicos subieron al tren. Se asomaron por la ventanilla para que los besara y la hermanita menor comenzó a llorar.
—No llores, Ginny, vamos a enviarte muchas lechuzas.
—Y un inodoro de Hogwarts.
- Y jamás recibí ese inodoro. Reclamaron las dos Ginny fingiéndose molestas
- Lo sentimos Ginny. Dijo Fred fingiendo que lo lamentaba profundamente
- Pero alguien lo necesitaba más que tú. Dijo George que también fingía que lo lamentaba
—¡George!
—Era una broma, mamá.
El tren comenzó a moverse. Harry vio a la madre de los muchachos agitando la mano y a la hermanita, mitad llorando, mitad riendo, corriendo para seguir al tren, hasta que éste comenzó a acelerar y entonces se quedó saludando.
Harry observó a la madre y la hija hasta que desaparecieron, cuando el tren giró. Las casas pasaban a toda velocidad por la ventanilla. Harry sintió una ola de excitación. No sabía lo que iba a pasar... pero sería mejor que lo que dejaba atrás.
- Eso es tan deprimente. Comentó un Slytherin de cuarto año viendo a Harry con simpatía
- Porque, venir a Hogwarts fue la mejor decisión de mi vida. Aseguro Harry algo desconcertado
- Porque venir a Hogwarts suele ser agridulce. Dijo una Hufflepuff de tercer año – Estás feliz por venir a Hogwarts, pero te pones triste por dejar a tu familia y dejas tu casa. Dijo la Hufflepuff viendo a Harry con tristeza
- Solo si tienes una familia que te quiera y una casa con lindos recuerdos. Aseguro Harry algo fastidiado
- Ese es el punto Potter, eso es lo triste el hecho de que no vas a extrañar a tu familia. Le dijo un Ravenclaw de sexto año
- Soy huérfano, claro que es triste, mi vida es triste, no tengo familia, no tengo padres o hermanos a los que extrañar cuando no estoy con ellos y con mis tíos y mi primo nunca generé ese tipo de laso familiar, no es que no lo quisiera simplemente no lo obtuve, pero no puedo hacer nada al respecto. Explico Harry con pesar
- Tus tíos son unos monstruos. Aseguro Alicia con pesar mientras veía a los Dursley con odio al igual que muchos en el gran comedor
- No, solo no son buenas personas. Dijo Harry con resignación
La puerta del compartimiento se abrió y entró el menor de los pelirrojos.
—¿Hay alguien sentado ahí? —preguntó, señalando el asiento opuesto a Harry—. Todos los demás vagones están llenos.
Harry negó con la cabeza y el muchacho se sentó. Lanzó una mirada a Harry y luego desvió la vista rápidamente hacia la ventanilla, como si no lo hubiera estado observando. Harry notó que todavía tenía una mancha negra en la nariz.
—Eh, Ron.
Los gemelos habían vuelto.
—Mira, nosotros nos vamos a la mitad del tren, porque Lee Jordan tiene una tarántula gigante y vamos a verla.
—De acuerdo —murmuró Ron.
—Harry —dijo el otro gemelo—, ¿te hemos dicho quiénes somos? Fred y George Weasley. Y él es Ron, nuestro hermano. Nos veremos después, entonces.
—Hasta luego —dijeron Harry y Ron. Los gemelos salieron y cerraron la puerta.
—¿Eres realmente Harry Potter? —dejó escapar Ron.
- Ronald Bilius Weasley que fue lo que te dije que no hicieras. Le dijo Molly con una lentitud que denotaba peligro
- En realidad, se lo dijiste a Fred y a George, no a mí. Dijo Ron con nerviosismo
- No te hagas el listo jovencito, sabias perfectamente que tú tampoco debías de mencionarlo, es sentido común. Lo regaño Molly roja de ira
- Harry perdóname pro preguntarte si eras Harry Potter. Se disculpó Ron rápidamente a lo que Harry se rio divertido
- No importa Ron. Dijo Harry divertido dándole unas palmadas en el hombro
—Oh... bien, pensé que podía ser una de las bromas de Fred y George —dijo Ron—. ¿Y realmente te hiciste eso... ya sabes...?
Señaló la frente de Harry.
Harry se levantó el flequillo para enseñarle la luminosa cicatriz. Ron la miró con atención.
—¿Así que eso es lo que Quien-tú-sabes...?
- Sabes que jovencito en verano te inscribiré en clases de prudencia. Le dijo Molly molesta
- Esas cosas existen. Pregunto Ron desconcertado
- Oh claro que existe y pasaras todo tu verano ahí. Aseguro Molly con severidad
- Maldición. Se quejó Ron y se cruzó de brazos
—Sí —dijo Harry—, pero no puedo recordarlo.
—¿Nada? —dijo Ron en tono anhelante.
—Bueno... recuerdo una luz verde muy intensa, pero nada más.
—Vaya —dijo Ron. Contempló a Harry durante unos instantes y luego, como si se diera cuenta de lo que estaba haciendo, con rapidez volvió a mirar por la ventanilla.
- Al menos tuviste la prudencia de dejar el tema en paz. Dijo Molly algo aliviada
—¿Sois una familia de magos? —preguntó Harry, ya que encontraba a Ron tan interesante como Ron lo encontraba a él.
—Oh, sí, eso creo —respondió Ron
- Eso crees enserio Ron, somos gnomos o que. Le pregunto Bill burlón
- Harry fue criado por muggles y yo no sabia que tanto sabia del mundo mágico, porque podría referirse a familias en donde ambos padres son nacidos muggles, o uno es nacido muggle y otro muggle, o un padre mestizo y el otro sangre pura esas familias siguen siendo familias de magos, no sabía que tanto sabia Harry. Aclaro Ron como si fuera obvio – O si simplemente me estaba preguntando si éramos una familia de sangre pura. Dijo Ron como sin nada
—. Me parece que mamá tiene un primo segundo que es contable, pero nunca hablamos de él.
- Y por qué. Le pregunto Hermione impresionada
- No hablamos de él porque no lo hemos visto hace años se fue a E.U. es un squib le avergonzaba así que se fue y rompió el contacto con nosotros. Explico Molly – He tratado de contactarme con él, pero jamás me responde las cartas. Dijo Molly triste parecía a punto de llorar
- Jerry siempre fue un imbécil. Aseguro Gideon molesto
- Él la paso mal cuando descubrió que no era mago. Dijo Molly tratando de justificar a su primo
- Si, la paso mal y por eso todos fuimos muy amables con él, pero se volvió un idiota. Aseguro Fabían enojado
—Entonces ya debes de saber mucho sobre magia.
Era evidente que los Weasley eran una de esas antiguas familias de magos de las que había hablado el pálido muchacho del callejón Diagon.
- Como que mi familia es igual a la del imbécil de Malfoy. Le pregunto Ron indignado a Harry
- Lo siento Ron es obvio que no es así, pero yo no lo sabía. Se disculpó Harry
- La osadía. Dijo Ron fingiéndose ofendido antes de seguir leyendo
—Oí que te habías ido a vivir con muggles —dijo Ron—. ¿Cómo son?
—Horribles... Bueno, no todos ellos. Mi tía, mi tío y mi primo sí lo son. Me hubiera gustado tener tres hermanos magos.
—Cinco —corrigió Ron. Por alguna razón parecía deprimido
- Porque Ron. Le pregunto Arthur desconcertado
- Ah. Dijo Ron parecía estar pensando que decir – Yo voy a seguir leyendo. Se limitó a decir Ron antes de leer sin darle la oportunidad de seguir preguntando a su padre
— Soy el sexto en nuestra familia que va a asistir a Hogwarts. Podrías decir que tengo el listón muy alto. Bill y Charlie ya han terminado. Bill era delegado de clase y Charlie era capitán de Quidditch. Ahora Percy es prefecto. Fred y George son muy revoltosos, pero a pesar de eso sacan muy buenas notas y todos los consideran muy divertidos. Todos esperan que me vaya tan bien como a los otros, pero si lo hago tampoco será gran cosa, porque ellos ya lo hicieron primero. Además, nunca tienes nada nuevo, con cinco hermanos. Me dieron la túnica vieja de Bill, la varita vieja de Charles y la vieja rata de Percy
Ron leyó lo más rápido que pudo, parecía bastante avergonzado consigo mismo, pero era admirable como podía mantener la cabeza en alto a pesar de eso. Los Weasley parecían sumamente tristes de repente jamás habían pensado que Ron se sintiera de esa manera y no sabían que hacer o decir
- Ronnie no deberías decir esas cosas, mucho menos pensarlas. Aseguro Fred agobiado
- Es la verdad. Aseguro Ron – Pero ya no importa. Aseguro Ron restándole importancia
- Señor Weasley, usted es un niño apenas, le aseguro que usted lograra grandes cosas, no tiene que preocuparse por eso. Le aseguro McGonagall con amabilidad
- Eso es cierto señor Weasley de hecho, creo que ya lo está haciendo le aseguro que ninguno de sus hermanos o compañeros puede decir que vencieron a Minerva en un juego de ajedrez mágico. Dijo Dumbledore con amabilidad y divertido
- Eso es algo que ni tú puedes decir Albus jamás le has ganado a Minerva en ajedrez. Dijo Ojo loco burlón
- Es cierto. Acepto Dumbledore divertido
- Ron sin importar las cosas que tus hermanos logren nosotros siempre estaremos orgullosos de ti. Le aseguro Arthur sumamente entristecido
- Y Ronnie yo estoy seguro de que lograras cosas más grandes que nosotros. Le aseguro Bill
- Si Ronnie harás grandes cosas, no te preocupes por eso. Dijo George algo afligido
- Y de hecho no eres mal estudiante Ron tus calificaciones no son malas y considerando lo que has hecho los últimos dos años son bastante buenas. Aseguro Percy con un tono de voz bastante más formal que el de sus hermanos
- Además, Ronnie ninguno de nosotros gano Premio por Servicios Especiales al colegio y tú lo hiciste en tu segundo año. Aseguro Charlie con admiración
- Saben en realidad no quiero hablar de eso. Aseguro Ron bastante avergonzado
- Pero hablaremos de esto después cielo. Dijo Molly bastante triste
- Y por la varita no te preocupes yo te compraré una varita nueva así que déjamelo a mí. Dijo Tonks restándole importancia
- Eso no es necesario querida. Le dijo Molly bastante avergonzada
- Molly no te ofendas, pero no te lo ofrecí a ti, es un obsequio para Ron y en realidad es algo que le debo, además tener una varita que no te es leal es sumamente peligroso. Aseguro Tonks con seriedad
- Eso es cierto, es estúpidamente peligroso no tener una varita adecuada siendo un adulto. Aseguro Ojo loco con severidad – Siendo un niño es un milagro que no se haya matado aún. Dijo Alastor mientras negaba con la cabeza
- Es cierto, estuve en una misión en la que uno de mis compañeros fue desarmado y para defenderse tomo la varita de uno de nuestros compañeros al primer hechizo que lazo la varita le exploto en la mano gracias a Merlín no era una maldición y a que la varita era de uno de nuestros compañeros y por eso pudieron sanar sus manos, pero casi muere desangrado fue un milagro que sobreviviera, además incluso si la varita no lo ataca jamás podrá realizar los hechizos también como con una varita propia, la varita escoge al mago. Explico Tonks con bastante seriedad
- Enserio. Le pregunto Neville viendo su varita, pero lo dijo tan bajo que nadie lo escucho
- Ron cuando tengamos algún descanso iremos a Ollivander a comprar la varita. Le dijo Tonks y él se sonrojó avergonzado sin saber que decir
Ron buscó en su chaqueta y sacó una gorda rata gris, que estaba dormida.
—Se llama Scabbers y no sirve para nada, casi nunca se despierta. A Percy, papá le regaló una lechuza, porque lo hicieron prefecto, pero no podían comp... Quiero decir, por eso me dieron a Scabbers.
Las orejas de Ron enrojecieron. Parecía pensar que había hablado demasiado, porque otra vez miró por la ventanilla.
Harry no creía que hubiera nada malo en no poder comprar una lechuza. Después de todo, él nunca había tenido dinero en toda su vida, hasta un mes atrás, así que le contó a Ron que había tenido que llevar la ropa vieja de Dudley y que nunca le hacían regalos de cumpleaños. Eso pareció animar a Ron.
- Ronald como puede anímate algo así. Le pregunto Molly indignada
- Es que pensé que estaba bromeando o que mentía. Se defendió Ron
- Ron porque Harry bromearía o te mentiría sobre eso. Le pregunto Hermione desconcertada
- Si tú hubieras crecido con Fred Y George Weasley como hermanos tampoco creerías todas las cosas que alguien te dijera. Se defendió Ron como si fuera obvio
- No te culpo. Aseguro Ginny
—... y hasta que Hagrid me lo contó, yo no tenía idea de que era mago, ni sabía nada de mis padres o Voldemort...
- No puede creer que lo digas, así como así. Le reclamo Ron a Harry mientras le recorría un escalofrío por el cuerpo
- Lo siento. Se disculpó Harry entre divertido y fastidiado, pues varios alumnos saltaron en sus asientos asustados
Ron bufó.
—¿Qué? —dijo Harry.
—Has pronunciado el nombre de Quien-tú-sabes —dijo Ron, tan conmocionado como impresionado—. Yo creí que tú, entre todas las personas...
—No estoy tratando de hacerme el valiente, ni nada por el estilo, al decir el nombre —dijo Harry—. Es que no sabía que no debía decirlo. ¿Ves lo que te decía? Tengo muchísimas cosas que aprender... Seguro —añadió, diciendo por primera vez en voz alta algo que últimamente lo preocupaba mucho—, seguro que seré el peor de la clase.
- Eso pensamos todos. Aseguro un Ravenclaw de cuarto año divertido
- Criarte en la sociedad mágica te ayuda a entender cosas cotidianas, pero no te enseña mucho de conjuros y hechizos. Aseguro Dora con tranquilidad
- Pero las clases deben de ser más sencillas para los que tienen padres magos no es así. Pregunto Verónica con interés
- En realidad, no, no podemos tener varitas antes de tener 11 años y no podemos usarlas hasta que entramos a Hogwarts así que no sirve de nada. Aseguro una Slytherin de séptimo año
- Así que, aunque supiéramos algún hechizo no podríamos practicarlo hasta estar en el colegio. Aseguro un Gryffindor de tercer año con indiferencia
—No será así. Hay mucha gente que viene de familias muggles y aprende muy deprisa.
- Eso fue muy lindo Ron. Le dijo Molly complacida
- Parecía muy preocupado, por eso se lo dije. Aseguro Ron restándole importancia
Mientras conversaban, el tren había pasado por campos llenos de vacas y ovejas. Se quedaron mirando un rato, en silencio, el paisaje.
A eso de las doce y media se produjo un alboroto en el pasillo, y una mujer de cara sonriente, con hoyuelos, se asomó y les dijo:
—¿Queréis algo del carrito, guapos?
Harry, que no había desayunado, se levantó de un salto, pero las orejas de Ron se pusieron otra vez coloradas y murmuró que había llevado bocadillos. Harry salió al pasillo.
- No habías desayunado. Le pregunto Lily preocupada
- No, pero comí muchos dulces. Dijo Harry tratando de restarle importancia para que su madre no se molestara
- No me lo puedo creer. Dijo James molesto
Cuando vivía con los Dursley nunca había tenido dinero para comprarse golosinas y, puesto que tenía los bolsillos repletos de monedas de oro, plata y bronce, estaba listo para comprarse todas las barras de chocolate que pudiera llevar. Pero la mujer no tenía Mars. En cambio, tenía Grageas Bertie Bott de Todos los Sabores, chicle, ranas de chocolate, empanada de calabaza, pasteles de caldero, varitas de regaliz y otra cantidad de cosas extrañas que Harry no había visto en su vida. Como no deseaba perderse nada, compró un poco de todo y pagó a la mujer once sickles de plata y siete knuts de bronce.
Ron lo miraba asombrado, mientras Harry depositaba sus compras sobre un asiento vacío.
—Tenías hambre, ¿verdad?
—Muchísima —dijo Harry, dando un mordisco a una empanada de calabaza.
Ron había sacado un arrugado paquete, con cuatro bocadillos. Separó uno y dijo:
—Mi madre siempre se olvida de que no me gusta la carne en conserva.
- Pensé que te gustaba la carne en conserva. Le dijo apenada Molly
- No, a Percy es al que le gusta la carne en conserva. Le dijo Ron desconcertado porque su madre creyera que le gustaba la carne en conserva
- Siempre pensé que te gustaba, por eso te ponía más. Aseguro Molly
- Pero si siempre la deja en el plato o se la da a Percy. Dijo George un tanto burlón
- En verdad. Pregunto Molly asombrada
- Si mamá, Ron siempre le da la carne a Percy. Aseguro George
- Y yo le doy mis papas a cambio. Confirmo Percy
- Es cierto Ron. Le pregunto Molly
- Pues sí, la carne en conserva no me gusta, pero las papas sí. Aseguro Ron como sin nada
- Lo siento mucho cariño. Le dijo Molly a la que parecía que se le estaba rompiendo el corazón
- Pero no importa mamá. Le dijo Ron con nerviosismo
- Claro que importa llevo como 10 años dándote esa carne pensando que te gustaba y resulta que no es cierto. Aseguro Molly mortificada – Porque no me dijiste. Le pregunto Molly
- Mamá Ron si té lo ha dicho. Dijo Bill con cautela
- Varias veces de hecho. Aseguro Charlie con pesar
- Se te olvida siempre. Aseguro Ginny nerviosa
—Te la cambio por uno de éstos —dijo Harry, alcanzándole un pastel—. Sírvete...
—No te va a gustar, está seca —dijo Ron—. Ella no tiene mucho tiempo —añadió rápidamente—... Ya sabes, con nosotros cinco.
—Vamos, sírvete un pastel —dijo Harry, que nunca había tenido nada que compartir o, en realidad, nadie con quien compartir nada. Era una agradable sensación, estar sentado allí con Ron, comiendo pasteles y dulces (los bocadillos habían quedado olvidados).
- Lo siento mamá. Dijo Ron apenado
- Perdone señora Weasley. Dijo Harry apenado
- No importa, está bien. Les dijo Molly quitándole importancia
—¿Qué son éstos? —preguntó Harry a Ron, cogiendo un envase de ranas de chocolate—. No son ranas de verdad, ¿no?—Comenzaba a sentir que nada podía sorprenderlo.
—No —dijo Ron—. Pero mira qué cromo tiene. A mí me falta Agripa.
—¿Qué?
—Oh, por supuesto, no debes saber... Las ranas de chocolate llevan cromos, ya sabes, para coleccionar, de brujas y magos famosos. Yo tengo como quinientos, pero no consigo ni a Agripa ni a Ptolomeo.
Harry desenvolvió su rana de chocolate y sacó el cromo. En él estaba impreso el rostro de un hombre. Llevaba gafas de media luna, tenía una nariz larga y encorvada, cabello plateado suelto, barba y bigotes. Debajo de la foto estaba el nombre: Albus Dumbledore.
—¡Así que éste es Dumbledore! —dijo Harry.
—¡No me digas que nunca has oído hablar de Dumbledore! —dijo Ron—. ¿Puedo servirme una rana? Podría encontrar a Agripa... Gracias...
Harry dio la vuelta a la tarjeta y leyó:
Albus Dumbledore, actualmente director de Hogwarts. Considerado por casi todo el mundo Como el más grande mago del tiempo presente, Dumbledore es particularmente famoso por derrotar al mago tenebroso Grindelwald en 1945, por el descubrimiento de las doce aplicaciones de la sangre de dragón, y por su trabajo en alquimia con su compañero Nicolás Flamel. El profesor Dumbledore es aficionado a la música de cámara y a los bolos.
- Así que desde ahí saben de Nicolás Flamel. Les pregunto Tonks al trío de oro y ellos asintieron
- Si, pero no nos dimos cuenta. Aseguro Ron algo molesto
- De que hablan. Pregunto Ojo loco confundido
- Si yo pude darme cuenta, tú que eres mi mentor, también te darás cuenta. Dijo Tonks de forma burlesca y Ojo loco se puso a refunfuñar con los brazos cruzados
Harry dio la vuelta otra vez al cromo y vio, para su asombro, que el rostro de Dumbledore había desaparecido.
—¡Ya no está!
—Bueno, no iba a estar ahí todo el día —dijo Ron—. Ya volverá. Vaya, me ha salido otra vez Morgana y ya la tengo seis veces repetida... ¿No la quieres? Puedes empezar a coleccionarlos.
Los ojos de Ron se perdieron en las ranas de chocolate, que esperaban que las desenvolvieran.
—Sírvete —dijo Harry—. Pero oye, en el mundo de los muggles la gente se queda en las fotos.
- Es en serio, las fotos no se mueven. Pregunto una Slytherin de quinto año asombrada
- No, son imágenes congeladas. Aseguro Verónica
- Solo se quedan quietas y no hacen nada. Pregunto una Hufflepuff asombrada
- Si, son inanimadas. Dijo Dudley como si fuera obvio
- Y no se les hace raro. Pregunto un Gryffindor de primer año asombrado
- No porque eso es lo normal para nosotros. Le recordó Verónica con simpleza
- Tiene sentido. Aseguro un Ravenclaw de quinto año
—¿Eso hacen? Cómo, ¿no se mueven? —Ron estaba atónito—. ¡Qué raro!
Harry miró asombrado, mientras Dumbledore regresaba al cromo y le dedicaba una sonrisita. Ron estaba más interesado en comer las ranas de chocolate que en buscar magos y brujas famosos, pero Harry no podía apartar la vista de ellos. Muy pronto tuvo no sólo a Dumbledore y Morgana, sino también a Ramón Llull, al rey Salomón, Circe, Paracelso y Merlín. Hasta que finalmente apartó la vista de la druida Cliodna, que se rascaba la nariz, para abrir una bolsa de grageas de todos los sabores.
—Tienes que tener cuidado con ésas —lo previno Ron—. Cuando dice «todos los sabores», es eso lo que quiere decir. Ya sabes, tienes todos los comunes, como chocolate, menta y naranja, pero también puedes encontrar espinacas, hígado y callos. George dice que una vez encontró una con sabor a duende.
- Me quieren explicar por qué siempre molestan a su hermano. Les pregunto Molly fastidiada
- Porque somos sus hermanos y es nuestro derecho. Dijo George como si fuera obvio
- Además, Ron nos deja molestarlo. Aseguro Fred restándole importancia, Molly parecía molesta pero no dijo nada
Ron eligió una verde, la observó con cuidado y mordió un pedacito.
—Puaj... ¿Ves? Coles.
Pasaron un buen rato comiendo las grageas de todos los sabores. Harry encontró tostadas, coco, judías cocidas, fresa, curry, hierbas, café, sardinas y fue lo bastante valiente para morder la punta de una gris, que Ron no quiso tocar y resultó ser pimienta.
En aquel momento, el paisaje que se veía por la ventanilla se hacía más agreste. Habían desaparecido los campos cultivados y aparecían bosques, ríos serpenteantes y colinas de color verde oscuro.
Se oyó un golpe en la puerta del compartimiento, y entró el muchacho de cara redonda que Harry había visto al pasar por el andén nueve y tres cuartos. Parecía muy afligido.
—Perdón —dijo—. ¿Por casualidad no habréis visto un sapo?
Cuando los dos negaron con la cabeza, gimió.
—¡La he perdido! ¡Se me escapa todo el tiempo!
—Ya aparecerá —dijo Harry.
—Sí —dijo el muchacho apesadumbrado—. Bueno, si la veis...
Se fue.
—No sé por qué está tan triste —comentó Ron—. Si yo hubiera traído un sapo lo habría perdido lo más rápidamente posible. Aunque en realidad he traído a Scabbers, así que no puedo hablar.
- Ronald Weasley no seas grosero. Dijo Molly molesta
- Lo siento Neville, Trevor es genial. Aseguro Ron rápidamente
- No te preocupes, sé que los sapos no son mascotas muy populares. Aseguro Neville restándole importancia
La rata seguía durmiendo en las rodillas de Ron.
—Podría estar muerta y no notarías la diferencia —dijo Ron con disgusto—. Ayer traté de volverla amarilla para hacerla más interesante, pero el hechizo no funcionó. Te lo voy a enseñar, mira...
Revolvió en su baúl y sacó una varita muy gastada. En algunas partes estaba astillada y, en la punta, brillaba algo blanco.
—Los pelos de unicornio casi se salen. De todos modos...
- Si ya era malo que el muchacho usara una varita que no le es leal tener una que está en mal estado ya es ser suicida. Aseguro Alastor frustrado
- Pues sí. Concordó Tonks algo preocupada – Además la varita de Charlie en Hogwarts ya estaba muy maltratada. Aseguro Tonks
- Que buena idea tuviste al decidir darle una varita que lo escogiera a él niña. La felicito Alastor
- Que té dije de decirme niña. Se quejó Tonks fastidiada a lo que Ojo loco le restó importancia con un gesto de mano a lo que Tonks respondió poniendo los ojos en blanco
Acababa de coger la varita cuando la puerta del compartimiento se abrió otra vez. Había regresado el chico del sapo, pero llevaba a una niña con él. La muchacha ya llevaba la túnica de Hogwarts.
—¿Alguien ha visto un sapo? Neville perdió uno —dijo. Tenía voz de mandona, mucho pelo color castaño y los dientes de delante bastante largos.
- Como que mandona Potter. Le pregunto Hermione ofendida
- Lo siento, pero si sonabas muy mandona. Se disculpó Harry rápidamente
- Es cierto Hermione. Aseguro Ron algo burlón a lo que Hermione bufo fastidiada
—Ya le hemos dicho que no —dijo Ron, pero la niña no lo escuchaba. Estaba mirando la varita que tenía en la mano.
—Oh, ¿estás haciendo magia? Entonces vamos a verlo.
- En serio Hermione. Pregunto Verónica divertida
- Me dio curiosidad cuando vi que estaban haciendo magia. Aseguro Hermione restándole importancia
- Así que simplemente te sentaste a ver sin preguntarles si estaba bien. Le pregunto Verónica divertida
- Es mejor pedir perdón que pedir permiso. Aseguro Hermione restándole importancia
Se sentó. Ron pareció desconcertado.
—Eh... de acuerdo. —Se aclaró la garganta—. «Rayo de sol, margaritas, volved amarilla a esta tonta ratita.»
- Ese no es un hechizo real. Dijo Flitwick confundido – De donde lo saco señor Weasley. Le pregunto Flitwick confundido a Ron
- Me lo dijeron mis hermanos. Dijo Ron restándole importancia
- Tiene sentido. Acepto Flitwick
Agitó la varita, pero no sucedió nada. Scabbers siguió durmiendo, tan gris como siempre.
—¿Estás seguro de que es el hechizo apropiado? —preguntó la niña—. Bueno, no es muy efectivo, ¿no? Yo probé unos pocos sencillos, sólo para practicar, y funcionaron. Nadie en mi familia es mago, fue toda una sorpresa cuando recibí mi carta, pero también estaba muy contenta, por supuesto, ya que ésta es la mejor escuela de magia, por lo que sé. Ya me he aprendido todos los libros de memoria, desde luego, espero que eso sea suficiente... Yo soy Hermione Granger. ¿Y vosotros quiénes sois?
Dijo todo aquello muy rápidamente.
- Un poco pesadita no crees niña. Dijo Sirius viendo a Hermione
- Lo sé. Respondió Hermione – Pero acababa de descubrir la magia y todo me emocionaba. Aseguro Hermione restándole importancia
Harry miró a Ron y se calmó al ver en su rostro aturdido que él tampoco se había aprendido todos los libros de memoria.
—Yo soy Ron Weasley —murmuró Ron.
—Harry Potter —dijo Harry.
—¿Eres tú realmente? —dijo Hermione—. Lo sé todo sobre ti, por supuesto, conseguí unos pocos libros extra para prepararme más y tú figuras en Historia de la magia moderna, Defensa contra las Artes Oscuras y Grandes eventos mágicos del siglo XX.
—¿Estoy yo? —dijo Harry, sintiéndose mareado.
- Todavía me mareo cuando lo pienso. Aseguro Harry con desagrado
- Lo siento. Se disculpó Hermione apenada
- No importa. Dijo Harry resignado
—Dios mío, no lo sabes. Yo en tu lugar habría buscado todo lo que pudiera —dijo Hermione—. ¿Sabéis a qué casa vais a ir? Estuve preguntando por ahí y espero estar en Gryffindor, parece la mejor de todas. Oí que Dumbledore estuvo allí, pero supongo que Ravenclaw no será tan mala... De todos modos, es mejor que sigamos buscando el sapo de Neville. Y vosotros dos deberíais cambiaros ya, vamos a llegar pronto.
Y se marchó, llevándose al chico sin sapo.
—Cualquiera que sea la casa que me toque, espero que ella no esté —dijo Ron. Arrojó su varita al baúl—. Qué hechizo más estúpido, me lo dijo George. Seguro que era falso.
- Es en serio George. Le pregunto Bill molesto
- Que. Pregunto George a la defensiva
- Con razón Ron es tan desconfiado y como no va a serlo si ustedes dos se la pasan molestándolo. Les reclamo Charlie
- Lo del hechizo fue una broma inofensiva. Dijo Fred a la defensiva
- Pero no todas sus bromas son inofensivas. Aseguro Percy con voz petulante
- Tú cállate Percy. Dijo George molesto
- Nadie esta hablando contigo. Le dijo Fred indignado
- Oh no se hagan los ofendidos. Dijo Charlie molesto
- Se la pasan molestando a Ron cuando se supone que lo deben cuidarlo. Dijo Bill molesto – Ustedes me aseguraron que iban a ayudar a Ron y que hacen lo molestan. Dijo Bill que parecía algo fuera de si
- Solo eran bromas. Se defendió Fred a la defensiva
- Además, a Ron ni les molesta los que se enojaron fueron ustedes. Aseguro George
- Si me molesto, pero se me había olvidado además decirme un hechizo falso no es lo peor que me han hecho. Aseguro Ron restándole importancia
- Es suficiente muchachos ya dejen de pelear. Les ordeno Arthur con severidad
—¿En qué casa están tus hermanos? —preguntó Harry
—Gryffindor —dijo Ron. Otra vez parecía deprimido—. Mamá y papá también estuvieron allí. No sé qué van a decir si yo no estoy. No creo que Ravenclaw sea tan mala, pero imagina si me ponen en Slytherin.
—¿Esa es la casa en la que Vol... quiero decir Quien-tú-sabes... estaba?
—Ajá —dijo Ron. Se echó hacia atrás en el asiento, con aspecto abrumado.
—¿Sabes? Me parece que las puntas de los bigotes de Scabbers están un poco más claras —dijo Harry, tratando de apartar la mente de Ron del tema de las casas—. Y, a propósito, ¿qué hacen ahora tus hermanos mayores?
Harry se preguntaba qué hacía un mago, una vez que terminaba el colegio.
—Charlie está en Rumania, estudiando dragones, y Bill está en África, ocupándose de asuntos para Gringotts —explicó Ron—. ¿Te enteraste de lo que pasó en Gringotts? Salió en El Profeta, pero no creo que las casas de los muggles lo reciban: trataron de robar en una cámara de alta seguridad.
- Como que robaron Gringotts, eso es imposible. Aseguro Lily con incredulidad
- Es verdad, fue el año pasado y fue un escándalo. Aseguro Arthur – Nunca se supo quien fue o que querían
- Pero es imposible. Aseguro James sumamente confundido
- Aparentemente no. Dijo Molly
Harry se sorprendió.
—¿De verdad? ¿Y qué les ha sucedido?
—Nada, por eso son noticias tan importantes. No los han atrapado. Mi padre dice que tiene que haber un poderoso mago tenebroso para entrar en Gringotts, pero lo que es raro es que parece que no se llevaron nada. Por supuesto, todos se asustan cuando sucede algo así, ante la posibilidad de que Quien-tú-sabes esté detrás de ello.
Harry repasó las noticias en su cabeza. Había comenzado a sentir una punzada de miedo cada vez que mencionaban a Quien-tú-sabes. Suponía que aquello era una parte de entrar en el mundo mágico, pero era mucho más agradable poder decir «Voldemort» sin preocuparse.
—¿Cuál es tu equipo de quidditch? —preguntó Ron.
—Eh... no conozco ninguno —confesó Harry.
—¿Cómo? —Ron pareció atónito—. Oh, ya verás, es el mejor juego del mundo... —Y se dedicó a explicarle todo sobre las cuatro pelotas y las posiciones de los siete jugadores, describiendo famosas jugadas que había visto con sus hermanos y la escoba que le gustaría comprar si tuviera el dinero. Le estaba explicando los mejores puntos del juego, cuando otra vez se abrió la puerta del compartimiento, pero esta vez no era Neville, el chico sin sapo, ni Hermione Granger.
Entraron tres muchachos, y Harry reconoció de inmediato al del medio: era el chico pálido de la tienda de túnicas de Madame Malkin. Miraba a Harry con mucho más interés que el que había demostrado en el callejón Diagon.
- Espero que no te hayas metido en problemas con ese chico. Le advirtió Narcisa por lo bajo a Draco
- Yo no hice nasa Potter empezó. Aseguro Draco indignado
- Pues ahora lo vamos a ver. Le dijo Narcisa con severidad
—¿Es verdad? —preguntó—. Por todo el tren están diciendo que Harry Potter está en este compartimento. Así que eres tú, ¿no?
—Sí —respondió Harry. Observó a los otros muchachos. Ambos eran corpulentos y parecían muy vulgares. Situados a ambos lados del chico pálido, parecían guardaespaldas.
—Oh, éste es Crabbe y éste Goyle —dijo el muchacho pálido con despreocupación, al darse cuenta de que Harry los miraba—. Y mi nombre es Malfoy, Draco Malfoy.
- En verdad te presentaste así Malfoy. Le pregunto un Slytherin de último año de forma petulante
- Y cual es el problema. Pregunto Draco a la defensiva
- Ninguno, pero suenas como un tonto. Aseguro el Slytherin con indiferencia
Ron dejó escapar una débil tos, que podía estar ocultando una risita. Draco (dragón) Malfoy lo miró.
- No te culpo Weasley fue ridículo. Aseguro el Slytherin burlón
- Si hubieras escuchado el tono de voz que uso, te parecería más divertido. Aseguro Ron burlón
- Es cierto. Concordó Harry
—Te parece que mi nombre es divertido, ¿no? No necesito preguntarte quién eres. Mi padre me dijo que todos los Weasley son pelirrojos, con pecas y más hijos que los que pueden mantener.
- Al menos no somos unos cobardes mortifago que fueron tan cobardes que negaron todo lo que hicieron y fingieron haber sido maldecidos. Dijo Fred indignado
- Malditos cobardes cínicos. Dijo George viendo con desprecio a los Malfoy que le regresaron la mirada de desprecio
- Y no cambiaron con el tiempo. Aseguro el Ron mayor
- Es suficiente. Les ordeno Molly con severidad
Se volvió hacia Harry.
—Muy pronto descubrirás que algunas familias de magos son mucho mejores que otras, Potter. No querrás hacerte amigo de los de la clase indebida. Yo puedo ayudarte en eso.
- No me sorprende que Potter odie a Malfoy acaba de insultar a su primer amigo. Aseguro una Hufflepuff de tercer año
- Y de la forma más petulante y engreída posible. Comento un Ravenclaw de cuarto año algo indignado
Extendió la mano, para estrechar la de Harry; pero Harry no la aceptó.
—Creo que puedo darme cuenta solo de cuáles son los indebidos, gracias —dijo con frialdad.
- Y ahora sabemos porque Malfoy y Potter se odian. Aseguro una Slytherin de quinto año
- Y con razón pareciera que estaban destinados a volverse enemigos. Aseguro un Ravenclaw de quinto año
Draco Malfoy no se ruborizó, pero un tono rosado apareció en sus pálidas mejillas.
—Yo tendría cuidado, si fuera tú, Potter —dijo con calma—. A menos que seas un poco más amable, vas a ir por el mismo camino que tus padres. Ellos tampoco sabían lo que era bueno para ellos. Tú sigue con gentuza como los Weasley y ese Hagrid y terminarás como ellos.
- Draco acaso estás loco, como se te ocurre decir eso en público. Lo regaño Narcisa por lo bajo bastante nerviosa
- Narcisa cálmate estas exagerando. Le dio Lucius de forma tranquilizadora
- Que me tranquilice, lo ultimo que necesitamos es que Draco se este metiendo en problemas por estar diciendo esas cosas en público. Aseguro Narcisa con severidad
- En eso tu madre tiene razón Draco no deberías decir ese tipo de cosas en público. Aseguro Lucius concordando con su esposa
- Ya lo sé papá, pero ahí no había nadie más que Potter y Weasley yo que iba a saber que traerían estos libros. Dijo Draco a la defensiva
Harry y Ron se levantaron al mismo tiempo. El rostro de Ron estaba tan rojo como su pelo.
—Repite eso —dijo.
—Oh, vais a pelear con nosotros, ¿eh? —se burló Malfoy.
—Si no os vais ahora mismo... —dijo Harry, con más valor que el que sentía, porque Crabbe y Goyle eran mucho más fuertes que él y Ron.
—Pero nosotros no tenemos ganas de irnos, ¿no es cierto, muchachos? Nos hemos comido todo lo que llevábamos y vosotros parece que todavía tenéis algo.
- Lo que es no tener educación. Dijo un Ravenclaw de quinto año
- Vaya trío de ladrones. Dijo un Gryffindor de sexto año ofendido
- Qué vergüenza que vergüenza que estos tres estén en nuestra casa. Aseguro una Slytherin de cuarto año viendo a Malfoy, Crabbe y Goyle con desprecio
- Las clases no habían ni empezado y ya se habían metido en problemas. Aseguro un Hufflepuff de tercer año con desaprobación
Goyle se inclinó para coger una rana de chocolate del lado de Ron. El pelirrojo saltó hacia él, pero antes de que pudiera tocar a Goyle, el muchacho dejó escapar un aullido terrible.
Scabbers, la rata, colgaba del dedo de Goyle, con los agudos dientes clavados profundamente en sus nudillos. Crabbe y Malfoy retrocedieron mientras Goyle agitaba la mano para desprenderse de la rata, gritando de dolor, hasta que, finalmente, Scabbers salió volando, chocó contra la ventanilla y los tres muchachos desaparecieron.
- Hasta pareciera que lo hizo porque insultaron a su viejo amigo. Comento el Harry mayor por lo bajo
- Más bien lo hizo porque le quitaron sus dulces. Respondió el Ron mayor con desagrado
- Tal vez fue por ambas cosas. Comento la Hermione mayor con cierta esperanza – No convives 10 años con alguien fingiendo que es tu amigo si tomarle algo de cariño. Aseguro Hermione
- Tal vez en algún momento si considero a mis padres sus amigos. Comento el Harry mayor algo abrumado
- Es probable, pero el miedo y el deseo de poder fueron más fuertes que cualquier cariño que pudiera llegar a sentir. Aseguro el Ron mayor
Tal vez pensaron que había más ratas entre las golosinas, o quizás oyeron los pasos porque, un segundo más tarde, Hermione Granger volvió a entrar.
—¿Qué ha pasado? —preguntó, mirando las golosinas tiradas por el suelo y a Ron que cogía a Scabbers por la cola.
—Creo que se ha desmayado —dijo Ron a Harry. Miró más de cerca a la rata—. No, no puedo creerlo, ya se ha vuelto a dormir.
Y era así.
—¿Conocías ya a Malfoy?
Harry le explicó el encuentro en el callejón Diagon.
—Oí hablar sobre su familia —dijo Ron en tono lúgubre—. Son algunos de los primeros que volvieron a nuestro lado después de que Quien-tú-sabes desapareció. Dijeron que los habían hechizado. Mi padre no se lo cree. Dice que el padre de Malfoy no necesita una excusa para pasarse al Lado Oscuro. —Se volvió hacia Hermione—. ¿Podemos ayudarte en algo?
- Ronald Weasley no deberías ser tan grosero discúlpate con Hermione. Le ordeno Molly con severidad
- Lamento haber sido tan grosero Hermione. Se disculpó Ron apenado
- No importa en serio Ron. Dijo Hermione quitándole importancia
—Mejor que os apresuréis y os cambiéis de ropa. Acabo de ir a la locomotora, le pregunté al conductor y me dijo que ya casi estamos llegando. No os estaríais peleando, ¿verdad? ¡Os vais a meter en líos antes de que lleguemos!
—Scabbers se estuvo peleando, no nosotros —dijo Ron, mirándola con rostro severo—. ¿Te importaría salir para que nos cambiemos?
—Muy bien... Vine aquí porque fuera están haciendo chiquilladas y corriendo por los pasillos —dijo Hermione en tono despectivo—. A propósito, ¿te has dado cuenta de que tienes sucia la nariz?
- Lo siento Ron. Se disculpó Hermione divertida con Ron
- Igual era mejor que me lo dijeras en ese momento. Aseguró Ron restándole importancia
- Aunque igual no sirvió de mucho. Aseguro Harry burlón
- Si fue tan inútil como cuando tú intentas peinarte. Aseguro Ron burlón
- Buen punto. Acepto Harry divertido
Ron le lanzó una mirada de furia mientras ella salía. Harry miró por la ventanilla. Estaba oscureciendo. Podía ver montañas y bosques, bajo un cielo de un profundo color púrpura. El tren parecía aminorar la marcha.
Él y Ron se quitaron las camisas y se pusieron las largas túnicas negras. La de Ron era un poco corta para él, y se le podían ver los pantalones de gimnasia.
Una voz retumbó en el tren.
—Llegaremos a Hogwarts dentro de cinco minutos. Por favor, dejen su equipaje en el tren, se lo llevarán por separado al colegio.
El estómago de Harry se retorcía de nervios y Ron, podía verlo, estaba pálido debajo de sus pecas. Llenaron sus bolsillos con lo que quedaba de las golosinas y se reunieron con el resto del grupo que llenaba los pasillos.
- Hay un par de enanos nerviosos. Aseguro Sirius burlón
- Yo no soy un enano, Harry es un poco bajo, pero eso es culpa de su padre por ser tan enano de joven. Dijo Ron medio indignado
- Oye y yo que dije. Pregunto James a la defensiva
- Nada, pero yo tengo que defender el honor de Harry que sus amigos defiendan el suyo. Dijo Ron como si fuera obvio
- Gracias Ron. Dijo Harry riéndose un poco
- No gracias que se defienda solo ya está grande. Dijo Remus rápidamente
- Traidor. Dijo James ofendido
El tren aminoró la marcha, hasta que finalmente se detuvo. Todos se empujaban para salir al pequeño y oscuro andén. Harry se estremeció bajo el frío aire de la noche. Entonces apareció una lámpara moviéndose sobre las cabezas de los alumnos, y Harry oyó una voz conocida:
—¡Primer año! ¡Los de primer año por aquí! ¿Todo bien por ahí, Harry?
La gran cara peluda de Hagrid rebosaba alegría sobre el mar de cabezas.
—Venid, seguidme... ¿Hay más de primer año? Mirad bien dónde pisáis. ¡Los de primer año, seguidme!
Resbalando y a tientas, siguieron a Hagrid por lo que parecía un estrecho sendero. Estaba tan oscuro que Harry pensó que debía de haber árboles muy tupidos a ambos lados. Nadie hablaba mucho. Neville, el chico que había perdido su sapo, lloriqueaba de vez en cuando.
- Perdiste tu sapo. Le pregunto Verónica de forma compasiva
- No, Trevor se escapa todo el tiempo, pero al final siempre lo encuentro. Aseguro Neville restándole importancia
—En un segundo, tendréis la primera visión de Hogwarts —exclamó Hagrid por encima del hombro—, justo al doblar esta curva.
Se produjo un fuerte ¡ooooooh!
- La mejor vista de todas. Dijo Sirius sonriendo con nostalgia
- Lo es. Concordó Harry sonriendo
El sendero estrecho se abría súbitamente al borde de un gran lago negro. En la punta de una alta montaña, al otro lado, con sus ventanas brillando bajo el cielo estrellado, había un impresionante castillo con muchas torres y torrecillas.
—¡No más de cuatro por bote! —gritó Hagrid, señalando a una flota de botecitos alineados en el agua, al lado de la orilla. Harry y Ron subieron a uno, seguidos por Neville y Hermione.
—¿Todos habéis subido? —continuó Hagrid, que tenía un bote para él solo—. ¡Venga! ¡ADELANTE!
Y la pequeña flota de botes se movió al mismo tiempo, deslizándose por el lago, que era tan liso como el cristal. Todos estaban en silencio, contemplando el gran castillo que se elevaba sobre sus cabezas mientras se acercaban cada vez más al risco donde se erigía.
—¡Bajad las cabezas! —exclamó Hagrid, mientras los primeros botes alcanzaban el peñasco. Todos agacharon la cabeza y los botecitos los llevaron a través de una cortina de hiedra, que escondía una ancha abertura en la parte delantera del peñasco. Fueron por un túnel oscuro que parecía conducirlos justo por debajo del castillo, hasta que llegaron a una especie de muelle subterráneo, donde treparon por entre las rocas y los guijarros.
—¡Eh, tú, el de allí! ¿Es éste tu sapo? —dijo Hagrid, mientras vigilaba los botes y la gente que bajaba de ellos.
—¡Trevor! —gritó Neville, muy contento, extendiendo las manos. Luego subieron por un pasadizo en la roca, detrás de la lámpara de Hagrid, saliendo finalmente a un césped suave y húmedo, a la sombra del castillo.
- Ves al final siempre lo encuentro o algunas veces él regresa solo. Le aseguro Neville a Verónica
- Me alegra que siempre encuentres a tu mascota. Dijo Verónica con amabilidad
Subieron por unos escalones de piedra y se reunieron ante la gran puerta de roble.
—¿Estáis todos aquí? Tú, ¿todavía tienes tu sapo?
Hagrid levantó un gigantesco puño y llamó tres veces a la puerta del castillo.
- Es todo aquí acaba el capítulo. Dijo Ron cerrando el libro y llevándoselo a Dumbledore
- De acuerdo vamos a leer un capítulo más y después nos vamos a tomar un descanso. Anuncio Dumbledore con tranquilidad – Ahora veamos el próximo recuerdo. Dijo Dumbledore yéndose a sentar
Cuando la pantalla se encendía apareció Luna de nueve años sentada en medio de la sala de su casa con la mirada perdida vestida completamente de negro rodeada de muchos adultos que la veían con pena y tristeza, Luna tenía un collar con un pequeño guardapelo con una P en cursiva grabada al frente en la mano mientras giraba el guardapelo entre sus dedos, Arthur y Molly Weasley se acercaron Luna con una mirada de absoluta tristeza, Molly se puso a su altura y tomo sus manos entre las suyas con mucha delicadeza
- Nuestro más sentido pésame querida, lamento mucho lo de tu madre. Le dijo Molly con tristeza, pero Luna estaba ida tenía la mirada perdida y no parecía que se estuviera dando cuenta de que alguien le estaba hablando, ni siquiera parecía darse cuenta de que la habían tomado de las manos
- Tu madre era una gran persona, es una verdadera lástima que se haya marchado de esta manera, pero ahora está en un lugar mejor. Le aseguro Arthur tratando de consolar a Luna, pero ella no respondió
Molly y Arthur le dieron un abrazo y fueron hacia Xenophilius que lloraba desconsolado sujetando una foto de su esposa derrumbado en un sillón al otro lado de la sala mientras una anciana intentaba en vano consolarlo y el ver que Arthur y Molly se acercaban decido darles algo de privacidad, Molly y Arthur se sentaron cada uno a un lado de Xenophilius
- Mi más sentido pésame Xenophilius. Dijo Arthur dándole unas palmadas de consuelo en el hombro
- Lamentamos mucho tu perdida. Aseguro Molly con pesar – Hay algo que podamos hacer para ayudarte. Dijo Molly mientras tomaba con cuidado la mano de Xenophilius con cuidado
- No gracias ya hicieron suficiente por mí, gracias por ayudarme a organizar el funeral de Pandora y también por ayudarme con los tramites yo no creo que hubiera podido. Dijo Xenophilius sumamente agradecido mientas sollozaba
- No fue nada. Aseguro Molly mientras tomaba una de las manos de Xenophilius
- Y como han estado estos días. Le pregunto Arthur con cautela
- Ha sido terrible. Aseguro Xenophilius agobiado – Luna mi pobre y dulce niña, ella no hablado desde que su madre murió pensé que podía a ver sido afectada por el hechizo que mato a Pandora, pero no. Dijo Xenophilius muy preocupado
- Y no fue así. Pregunto Molly desconcertada
- No los medimagos dicen que esta catatónica debido al trauma, Luna vio cuando el hechizo fallo, supongo que estaban a punto de desayunar porque la mesa esta servida, Pandora siempre desayunaba a las diez, cuando llegue Luna seguía abrazando el cuerpo de su madre estuvo abrazándola más de tres horas y no ha hablado desde entonces ya no sé que hacer. Explicó Xenophilius desesperado – Desearía haber sido yo el que hubiera muerto, Pandora era mejor madre que yo, ella sabría que hacer o como consolarla o como seguir yo no puedo. Aseguro Xenophilius con desesperanza
- Claro que puedes, tienes que poder porque no tienes elección. Le dijo Molly levantándolos porque estaba recostado en el sillón en un gesto de rendición total – Porque vez a esa niña. Le dijo Molly obligando a Xenophilius a ver en dirección a Luna – No solo acaba de perder a su madre la vio morir y no puede darse el lujo de perder a otro padre así que tienes la obligación de poder. Dijo Molly con cierta dureza
- No puedo, hacerlo no sin Pandora, no puedo vivir sin ella, no quiero vivir sin ella. Aseguro Xenophilius con desesperación – No puedo hacer esto sin ella. Dijo Xenophilius de forma que parecía que se le habían acabado las fuerzas
- Tienes que poder porque Pandora amaba a Luna con locura y tú sabes que ella jamás te perdonaría el que dejaras a su adorada hija sola, tienes que poder porque Luna no tiene a nadie más que a ti para que la cuide. Le recordó Arthur con severidad
- No puedo. Aseguro Xenophilius desesperado
- No tienes elección. Le recalco Arthur
En el gran comedor algunos veían a Luna y a Xenophilius con mucha tristeza algunos Ravenclaw especialmente de primer año parecían algo avergonzaos
- Cuanto tiempo estuviste abrazando el cuerpo de tu madre. Le pregunto Ginny con cautela
- No lo recuerdo. Aseguro Luna de forma pensativa – Esa época en realidad es muy confusa, parecía que el tiempo avanzaba más lento y en relinda no lograba entender lo que me decían cada vez que me hablaban las voces se oían como un zumbido. Aseguro Luna resignada
- Debió haber sido muy doloroso. Aseguro Ginny con tristeza
- Te acostumbras el ser humano puede adaptarse a todo, al principio el dolor es paralizante no te deja respirar o moverte ni siquiera te deja pensar en algo que no sea el dolor que sientes, pero eventualmente te acostumbras al dolor y aprendes a respirar ya moverte de nuevo, claro que el dolor no se ha ido sigue ahí, pero aprendes a vivir a pesar de él. Aseguro Luna de forma melancólica
- Lo siento. Dijo Ginny que no era capaz de decir otra cosa
- Gracias. Dijo Luna sonriéndole agradecida
