Disclaimer 1: Fanfic sin ánimos de lucro. The Loud House es creación de Chris Savino, propiedad material de Nickelodeon Intl, y está bajo licencia de Viacom International Media y Jam Filled Entertainment.

Disclaimer 2: Los materiales referidos y/o parodiados son propiedad intelectual y material de sus respectivos creadores.

Necesidad de calor

IV

Mejor tiempo de calidad

En carretera sobre Michigan

17 de julio de 2026

3:30 pm

Sobre la ruta 75

Las consecuencias de esa noche fueron de verdad dignas de una telenovela. Por un tiempo, se montaron una pequeña farsa para que Maggie, o mejor dicho Kari, se presentara a la familia.

El mes siguiente, "Kari" había ido cayendo en gracia de la mayoría. Solo Lola, que sospechaba que algo olía mal en todo eso, y Luan, que la atrapó descansando del engaño en el retrete al sacarse una peluca cobriza. La habría delatado, de no ser porque Maggie le hizo caer en cuenta de que, si era delatada, alguien iba a caer con ella por recibir ayuda de Lola para sabotear un concurso en el Portal Chortle.

Inevitablemente, vino una "ruptura" que hizo quedar a la "pelirroja" como una buena chica, pero una vez que Lincoln pudo graduarse por fin, las cosas se pusieron algo tensas por el "regreso" de Maggie. Tanto más porque esta, a la postre callando bocas, apeló a la mayoría de edad del peliblanco para dejar en claro que llegó para quedarse, dividiendo a la familia en dos. Quienes la aceptaban (Lori y Leni bajo reservas, Luna, Lucy, Lana y Lisa, quien notó que su hermano prefería a las chicas mayores que él aunque sea por meses de diferencia) y quienes la rechazaron (el resto, especialmente Luan). Sus padres, por otro lado, decidieron desentenderse del asunto, esperando a que su hijo dejara de pensar en algo tan absurdo como dejarse llevar por, palabras de Rita, dos enormes razones de divorcio en potencia.

Para colmo, el caso particular de Rita. Su marido se rindió casi al inicio cediendo un poco ante el clásico orgullo que le daba que su hijo haya conseguido novia después de muchos fiascos que, para variar, habían terminado con el alter ego de Maggie, sin más chicas en su vida desde Charlie Uggo y un muy timorato y comprendido (por la interesada del momento) desastre con Jordan chica. Pero la madre de familia no fue tan estúpida como para seguir teniendo sus dudas. De cuando en cuando había discusiones, pero tanto más Lincoln se empeñaba en mantenerse firme con su novia menor era el aprecio que las potenciales suegra y nuera tenían entre sí. Y, para bien o para mal, eso le está ayudando a ambos en sus proyectos (una tesis de relaciones disfuncionales familiares para Maggie, un cómic que sigue en curso para Lincoln).

Así las cosas, la pareja realiza sus estudios superiores en Ann Arbour, al menos a unas dos horas con tránsito pesado. Empero, se daban al menos una escapada mensual a un pequeño motel en la carretera en la salida a la ruta 75, un lugar al sur de Gingerville a la altura del distribuidor Memorial de los Pilotos Tuskegee. Aunque eso les costaba una hora más los lunes, valía mucho la pena para ellos, pues todo el fin de semana en cuestión no salen del cuarto, consiguen comida para dos días y la pasan como no pueden hacerlo en los días que apenas y se ven fuera del dormitorio.

Dicho todo ello, este no era un fin de semana distinto a los otros. Y con dos almacenes cerca, tenían casi todo resuelto.

Para sus casi veintitrés, Maggie había dejado atrás su etapa como una chica emo, mas no así su gusto por los mimos y algunas cosas que Lincoln apenas y entendía como el cine de romance de época, el teatro o el rock entre indie y progresivo. Del mismo modo, Maggie sigue sin comprender el porqué seguía durmiendo con un conejo de peluche, tenía una colección de monedas del mundo o seguía teniendo un serio problema con armar planes locos para algunas situaciones que requerían ir directo al punto. Y vistiendo de pantalón azul rey, una blusa sin mangas escotada en la espalda lila que apenas y le cubre el ombligo y una sudadera que ahora tiene abierta, se siente bastante cómoda.

Pasando del motel que acostumbran, Maggie estacionó su Chevrolet Corsa del año pasado enfrente de un Costco. Hasta donde pasaba, todo normal, aunque había de cuando en cuando ciertas disputas sobre qué llevarán.

-Ya te lo dije -reprochó Maggie en cuanto Lincoln coló una caja mediana de cereal con malvaviscos-. Tienes que mantener trabajando tu colon.

-Me regañas por lo del cereal pero tú si puedes cargar galletas con chispas -recriminó Lincoln, llevando el carro con sus compras.

-Avena con chispas -corrigió ella-, es diferente. Mantiene mi intestino funcionando.

-No dijiste eso el mes pasado con el pastel de pollo que compré.

-Era de estilo americano. No voy a soportar tus gases cuando es un pastel ingles.

-No me dijiste eso cuando alguien más tuvo gases -recriminó Lincoln haciendo aspavientos.

-Así que soy una gaseosa -dijo Maggie, deteniéndose y poniendo las manos en la cintura.

-Tal vez no me expresé bien -dijo Lincoln, creyendo que se equivocó-. Es un proceso… natural que nadie quiere reconocer.

-¿Sabes qué también es natural? -retó Maggie.

-¿Dormir con el perro? No tenemos. ¿En el sofá? Estamos lejos de él -declaró Lincoln-. ¿Cómo me vas a castigar si estamos lejos de casa?

Craso error el preguntar por eso, pues en cuanto llegaron, lo primero que Maggie hizo fue pedir una habitación con camas gemelas y separar las cosas de cada uno. Y para asegurar que no habría molestias, pidió como extra un biombo lo suficientemente alto para no tener que verlo por encima del mismo hasta el día siguiente.

Durante el resto de la tarde, se evitaron para evitar cualquier otro malentendido. Maggie se encerró y no lo dejó pasar, tomando un muy largo y necesitado baño de burbujas con medio litro de yogurth helado de durazno y jarabe de chocolate mientras la pasaba viendo, un gusto muy culposo, Cuando los animales atacan.

Lincoln, por su lado, se quedó sentado en una banca en una barbería no muy lejos sobre Baldwin Road. Para no necesitar todavía un corte o un afeitado más especializado, desconoce cómo dio a parar allí. Sin más, entró con el repique de una campanilla.

El establecimiento no se veía mal. Era como ese sitio a donde Pop-pop lo había llevado una vez en el octavo grado a cortar el cabello, un sitio de estilo militar y donde había tres viejos de color, entre ellos el dueño, y un hombre blanco. Todos discutiendo de fútbol americano.

-¿Josh Allen, el mejor de todos los tiempos en la Este de la Americana? -preguntó el dueño- ¡Es lo más estúpido que he oído! Todos saben que el Mejor de Todos los Tiempos es y será siempre Tom Brady.

-Dile eso a sus docenas de balones desinflados, Morty -dijo uno de los ancianos afroamericanos, calvo y de barba tupida-. Seguro se metía alguna porquería.

-Vamos, Joe, que Brady tenía lo suyo -recriminó el tercer anciano de color, de cabello grisáceo y mostacho tupido-. No era una señorita de largos rizos como ese afeminado de los Jefes, el de la banda.

-Barry entiende mi punto, viejo chocho -dijo Morty.

-No metas a San Patrick en esto, anciano decrépito -reprochó Barry-. Seguro era gay.

-¿Y qué me dices de Joe Namath? -preguntó un viejo de traje marrón, el único blanco del local.

-¡Con un demonio! -maldijo el dueño- Siempre que hablamos de fútbol siempre un blanco tiene que sacar a Joe Namath o a Brett Favre.

-Brett Favre calló muchas bocas cuando era joven -dijo el viejo de marrón.

-Brett Favre no podría lanzar una piedra más de cincuenta yardas aunque estuviera con el viento a favor -replicó Morty antes de reparar en Lincoln-. Oye, muchacho, ¿a qué vienes? ¿Listo para hacer algo por tu bien y por tu patria?

-Solo vine a despejarme, no sé si me entiendan -dijo Lincoln, dudando un poco-. Cosa de mujeres.

-Pues con esa piel espero que no vayas al asilo de Old Firs, porque ahí tengo algunas amigas que dicen necesitar acción -dijo el dueño.

-Solo aléjate de Esther, bribón -dijo Barry, el de mostacho tupido-. No querrás saber qué sorpresa tiene esa mujer.

-¡Dios, no! ¡Apenas y tengo veintiuno! -dijo asqueado Lincoln- Solo vine por… por un corte -añadió desesperado por no tener ideas.

-¡Hubieras empezado desde ahí, hijo! -dijo Morty- Viniste al sitio correcto.

-Solo si quieres una historia de estos viejos -añadió el viejo de marrón, volviendo a su diario-. Estos viejos que creen que Tom Brady o Josh Allen son mejores… están seniles.

-¿Y qué puede hacer el viejo Morty por ti, hijo? -preguntó el dueño.

-Solo recorte las puntas -pidió Lincoln, un poco ansioso por irse.

-Así que… dices que quieres despejarte. ¿De qué?

-Problemas con mi novia -respondió Lincoln-. Cosas de pareja.

-Bueno, estás entre veteranos de guerra.

-Morty siempre fue generoso con las damas, hijo -señaló Joe, el calvo.

-Yo sé lo que le gusta a las señoritas -dijo el dueño, ejecutando su trabajo-. ¿Y qué clase de chica es tu novia?

-Es una mujer algo difícil de aceptar -dijo Lincoln con calma-. Tiene demasiadas cuñadas que le parecen incómodas y a mi mamá no le agrada. Discutimos y pidió en el motel que nos dieran camas separadas.

-¿Y qué hiciste para ganarte eso?

-Digamos que hablé de cosas con las que no debía jugar.

-No digas que soy un viejo aburrido, pero en la calle Grandes Lagos abrieron uno de esos bares donde la gente dice que canta en cabinas, donde estaba el bar de Louie.

-Se dice Karaoke -dijo el viejo de marrón.

-¿Un bar de karaoke? -preguntó Lincoln.

-Si, eso -dijo Morty-, esa cosa de los chinos. Está por el acuario junto a un bar de helados… listo, hijo. Son ocho dólares.

Una vez se despidió, buscó el lugar que los viejos le recomendaron. No parecía un lugar agradable, pero al menos hay cierta privacidad.

.

Acostada, está viendo una nueva temporada de Isla del Drama. Habiendo puesto sobre la cama media docena de paquetes con dulces y botanas de las que tanto le recrimina a Lincoln por incumplir su dieta, no parecía interesarle gran cosa lo que le pase a Lincoln. Aún sabiendo que es fiel, esta noche decidió darle el dudoso beneficio de un libertinaje. Mejor que la goce hoy para tener con qué castigarlo el próximo agosto. No niega que tiene algo de razón, pero no es motivo para que haga comentarios de ese tipo en público. Mucho menos para decirlo como lo dijo.

Gases… no importa que sean por eructo o por flatulencia, le dan asco. Entiende que los hombres traten de verse firmes, pero hay cosas en las que es válido y cosas con las que de plano no es bueno jugar. Funciones del cuerpo incluidas.

Viendo una película vieja y anticuada para su gusto como Footloose, acompañando con un pay de manzana tras acabar con el yogurth helado, no es su forma de pasar un fin de semana, pero es mejor que, por ejemplo, buscar a una cualquiera en un bar y buscar las llaves de su auto, solo para darse cuenta que estando en un motel podría ocupar una habitación diferente o, mejor para él en un principio, ir a algún callejón o a la casa de la tipa en cuestión.

Pensando mejor, esta fue una salida inútil.

Tres golpecitos a la puerta y se levantó alarmada. Maggie no reconoce esa forma de tocar, pero por las manchas de yogurth y las migajas de la costra del pay hace lo posible por cubrirse. Piensa que es algún recamarero que viniera a hacer la limpieza o a dejar el diario del día para justificar el gasto que se hace en él, pero al abrir no ve a nadie. Tan solo una tarjeta pegada a la puerta con cinta con una hora y número de cabina anotados en ella..

9:15. Luego de un baño rápido y arreglarse lo más casual que pudo, Maggie salió a la dirección que indicaba. Si hay un lugar al que detestó siempre ir por un mal recuerdo, esos fueron los bares y cualquier giro que se le pareciera, y Lincoln se veía empeñado en mandarla a uno. Peor todavía, a un bar karaoke.

El lugar se ve tal y como se lo esperaba de cualquier comentario que hace años idealizaba un compañero suyo, un tal Dexter. Cabinas para mayor privacidad, un pequeño escenario frente a la barra y, en general, mucho más limpio de lo que habría esperado de un establecimiento así… lo que no era mucho, comparando con ese bar de motociclistas en Royal Woods en donde un periódico reseñó que tres adolescentes habían provocado serios disturbios por supuestos comentarios sobre su higiene personal. La decoración, escasa, dominando en el dintel de la entrada una imponente marquesina con luces de neón y argón que le daban el aire a un sitio festivo. Afuera, una rubia delgada de cara angulosa era arrinconada por un hombre barbado ya en sus cuarenta o cincuenta con una franela algo desordenada y labios carnosos, pero fuera de eso no veía nada raro.

No habría salido huyendo si no fuera porque el ambiente dentro no era precisamente bullicioso. Algunos de loa parroquianos eran de su misma edad, otros mayores, pero fuera de ella eran al menos casi dos docenas de personas demasiado bien distribuidas, una de ellas destrozando Car Mint como si de ese rapero o lo que sea cubano, Pitbull, se tratara.

Miró de nuevo la tarjeta y busca con la mirada la cabina tres. La encuentra, viendo que al interior está fuertemente insonorizada con picos de hule espumoso de colores entre negro y blanco.

-Llegas tarde -dijo Lincoln.

-¿Tarde? Sabes que no me gustan los bares -recordó Maggie.

-¿Ni siquiera porque estaremos en una cabina para nosotros? -cuestionó Lincoln- No es como si alguien te fuera a oír cantar.

-Desafino horrible -apuntó Maggie-. ¿O te recuerdo hace dos meses en la fiesta de Lauren cuando volvió de Muskoka?

-¿Y si lo hacemos a dueto?

-No te atrevas a hacerme esa mirada, Loud -dijo Maggie, amenazante.

-¿Mirada? ¿Cuál? -preguntó Lincoln haciéndose el inocente y haciendo mirada de perrito abandonado.

-Solo una copa, una canción corta y ya -cedió Maggie-. Pero yo la escojo.

-Solo hay un problema.

-¿Cuál?

Señalando a la pantalla del televisor que tenían frente, Lincoln iba repasando el catálogo de canciones. Ninguna anterior a 2020, y casi no había progresivo. Si acaso, alguna que otra de metal europeo surtido, Megadeth Metallica y Smooch, pero nada que le valiera la pena. La mayoría, pop, rap y un mix de música de anime yregional mexicano… según una mesera obesa, para oídos aventureros pese a las quejas de ciertos nacionalistas.

Sin pensarlo, Lincoln eligió una al azar, empezando la pieza con goteos que parecían sacados de una melosa canción pretenciosa. Por mero reflejo, o quizá impulso, le tendió el micrófono a Maggie. Esta lo tomó y, nerviosa, miró a la pantalla.

Desayuno en Tiffany's y botellas de burbujas

Chicas con tatuajes a las que les gusta meterse en líos

Latigazos y diamantes, cajeros automáticos,

Me compro todas mis cosas favoritas

"Dios… de verdad está muy desafinada ", pensó Lincoln. Y lo que era cosa de una sola canción se volvió una…

El sake de Binks será

Lo que vamos a entregar

Navegar por el mar

Tiranos hasta el final

Este barco es nuestro hogar

Siempre nos hace llegar

Calaveras en el mar

Nos harán tocar…

… tras otra…

En cada demonio hay un arcoíris

En cada pecador hay una sonrisa brillante

En cada espeluznante maníaco que empuña un hacha

hay un alegre niño amante del dulce.

… tras otra…

Voy a pasar el mejor momento de mi vida

Mañana es el día perfecto, otra oportunidad

Más juegos para jugar

Sí, tendré el mejor momento de mi vida.

Ayer es historia mañana es un misterio

…tras otra…

Como grah, mantenlo en la pila

Las locas se mueven porque saben que tengo bandas (rayos)

Estarán charlando, me importa un pepino y sigo recibiendo dinero.

Yo sé quién soy (grah)

Trató de ser bajo, se fue a golpear mi gramo (grah)…

… tras otra…

Relajándose como un villano, sí, ra ra ra

Pedalea a fondo en mi La Fera

Tan rápido que sigues resbalando si lo quieres, solo lo consigo

Hacer Millie Billis todos los días

Tengo hielo en mi muñeca para el verano...

… mientras la cuenta subía como la espuma.

Al dar apenas la medianoche, ambos estaban exhaustos. Más por el alcohol ingerido y por el canto a todo pulmón que por otra cosa, ambos estaban ya acostados sobre el gabinete de la cabina. Riendo a brazo partido por lo empalagosa de la última canción, olvidaron por completo que en una de esas abrieron la puerta cuando Maggie llegó a un coro.

Siente que el mundo te ha defraudado

De alguna manera no podemos ver esto

Tiene que soportar la quemadura de invierno

Solo puedes esperar si se desva…

-Disculpen -dijo el encargado, un hombre apenas cinco años mayor que Lincoln, interrumpiendo la atroz interpretación-, creo que ya tienen que irse.

-¡Si apenas estoy calentando motores, guapetón! -respondió Maggie, alegre por la bebida.

-Maggs, creo que… tiene razón el gnomo -secundó Lincoln, tan borracho como ella.

-¿Gnomo? -preguntó el encargado- Si fuera un gnomo no haría esto.

Más tardó el encargado en hablar que en acabar en el basurero de la cabina. No era alguien bajo, pero por la borrachera Lincoln lo veía enano.

Todavía con el ánimo parrandero, la pareja volvió al motel solo para seguirla un rato más hasta que llamaron de la recepción para pedirles, de la forma más atenta, que bajaran el volumen de su alboroto a menos que quisieran ser echados del lugar.

A la mañana siguiente, ya estaban pagando el precio de la víspera.

-Juro que es mi último shot de tequila -prometió Maggie en sueños, eructando un poco.

-Eso… salió mejor de lo que esperaba -dijo riendo Lincoln pese al dolor de cabeza.

-Linc… dime que esto tiene fin -suplicó Maggie-. Siento la boca seca y me sabe a rayos.

-Solo bebe el jugo de la cómoda -dijo Lincoln-. Todavía tenemos que manejar antes de que la Capitana Pestes me llame.

-Capitana Pestes… lindo apodo.

-Lynn se lo buscó por años de "Apestoso".

-Lincoln…

-¿Si, amor?

-Jamás vuelvas a llevarme a un bar karaoke -pidió Maggie.

-Ok…

-Si tanto te gusta eso, buscamos después en una tienda.

Si… Lincoln puede presumir que la salida fue ganar-ganar. Evitó un castigo y Maggie se divirtió aunque pagó un precio por tener que escuchar notas desafinadas desgarrando sus oídos. Y más aún que será compartido porque en unas horas tendrán que manejar bajo el sol ardiente del verano a Royal Woods.

~o~

10 de agosto de 2023

Maggiecoln Week

Día 4, atrasado

Karaoke

Estoy algo molesto conmigo. Algo me decía que no podría completar en tiempo y forma, y vaya que ese algo tuvo razón. Así que voy a tomarme los últimos tres días con más calma amtes de volver con la programación habitual lol

Las canciones usadas... y vaya que tuve que quebrarme la cabeza...

7 Rings - Ariana Grande

El Sake de Binks - OST One Piece

Inside of Every Demon is a Rainbow - OST Hazbin Hotel

Best Time -Helloween

Princess Diana - Ice Spice ft. Nicki Minaj

Ice Cream - Blackpink ft. Selena Gomez

It Won't Fade - Sonata Arctica

Quise incluir algo reciente de algún cantautor o intérprete mexicano, pero... no encontré nada que me fuera relevante o que siquiera me moviera las fibras. Mis disculpas por eso.

En fin. ¿A qué iba?

Mauricio Javier Daz Fuenzalida, ya después veremos cómo es que pagaron el precio máximo permitido por la clasificación. Me vería tentado a lo del colega Goshiku de Wattpad, de arruinar por completo y parte por parte a la familia, pero recuerda que esto es K+. Ergo, no voy a tocar eso. Además de que no soy un pirata como otros por ese sitio que dicen "recopilar".

MaddyBunny10, yup, it's a second chance. Although time is giving them the reason after the almost fiasco that was the first time, this time they are the ones who mark the beat. Regarding your question of how Lisa knew, the more pertinent question would be how she has detailed histories on her siblings. Histories that could be mere amusement of an obsessive mind... while the little gossip is kept.

La próxima, alguien va a querer romper las reglas porque legados. Saquen el peluchito, sin albur, y preparen comida, que será de locos. Por ahora...

Sigan sintonizados

Sam the Stormbringer