¡Saludos, queridos lectores!
La semana pasada les informaba que actualizaría esta historia si había suficientes favs o comentarios, y aunque no los hubo como en otros capítulos de esta misma historia, decidí subirlo para no dejar con ganas a las pocas personas que sí dejaron comentario y dieron a favoritos. De verdad, muchas gracias. Aunque el apoyo en términos de número es poco, la forma en que me animan a seguir a través de sus comentarios, me anima muchísimo n.n
Por cierto, que también subo el capítulo porque me siento un poco culpable por dejarlos a medias, pero finalmente aquí les tengo la continuación para que sigan divirtiéndose junto a ellos, y como consuelo, les prometo que en esta ocasión no les cortaré la inspiración n.n
Sin más por el momento, los dejo con la continuación n.n
De verdad era grande, y no era que Karin dudara de su vista cuando lo vio desnudo, aún cuando podía hacerlo debido a que no llevaba las gafas, pero es que no era lo mismo verlo que sentirlo empujar para abrirse paso dentro de ella.
—Más suave —ella le pidió dando algunos gemidos. La mayoría eran de placer, pero a veces dolía un poco.
La verdad, aquello le remontaba a su primera vez, aunque Sasuke estaba siendo mucho más gentil que el imbécil calenturiento que empujó y se la cogió hasta que quedó satisfecho, dejándola a ella con un mal sabor de boca sobre lo que era el sexo.
—Una vez más, si no, usaremos el lubricante —comentó el azabache esperando respuesta de la chica antes de la acción, pero una vez que ella asintió, él dió el siguiente paso.
—Así —gimió ella cuando él empujó cambiando el ángulo ligeramente.
—Lo haré de nuevo —él anunció y ella volvió a asentir.
De esa manera todo resbaló suavemente y aunque Karin estaba preparada para comenzar una vez que él estuviese dentro, Sasuke, muy a pesar de querer hacerlo, mantuvo quietas las caderas, más no la boca y las manos.
—Si no empiezas a cogerme, te empujaré de nuevo —ella advirtió con impaciencia.
—Es bastante delgado.
—¿Delgado? Eres más ancho que cualquiera con el que… ¡Oh! Hablas del condón, ¿verdad? —ella se corrigió cuando vio el gesto del azabache que se había sonrojado, pero intentaba ocultarlo— Sí, es bastante delgado, pero si me lo preguntas, la marca Nasu te deja sentir más que este.
—Concéntrate en el producto —dijo Sasuke en una orden.
Sabía que tenía que prestar atención al condón, pero estaba excitada, sorprendida y muy entusiasmada como para poder concentrarse, y no entendía cómo era que Sasuke parecía seguir estoico.
De no ser por su respiración pesada y lo duro que estaba, ella pensaría que todo eso era un sueño, o el chico era un especie de robot o muñeco que no podía sentir excitación.
—Empezaré a moverme lento —él anunció.
—Hazlo —pidió ella entre suspiros. Mientras sentía que él apenas se movía un poco, tocaba varios puntos en ella con cierta presión que antes no había sentido. Por supuesto, esto se debía al ancho del varón, que conforme aumentaba el ritmo, presionaba con más fuerza y rapidez.
—¿Estás bien? —preguntó él con la voz ronca, pero sin detener el ritmo.
—Sigue —ella gimió. Lo estaba disfrutando aún cuando pensó que podría ser doloroso.
—Voy a…
—No tienes que anunciar todas tus acciones, sólo hazlo y protestaré si no me gusta —Karin lo interrumpió, porque así no era posible disfrutar de lo que estaba viviendo y definitivamente se había olvidado por completo de prestar atención en el estúpido condón.
Sasuke, por su parte, no protestó a lo dicho por la pelirroja, y por el contrario, se inclinó más hacia ella para sentirse más cómodo y aumentó el ritmo de sus movimientos, al principio con cautela, pero cuando ella gimió con más fuerza no pudo resistirse y dejarse llevar.
En poco tiempo, ella llegó al climax primero, pero él no paró y cuando él pudo llegar, ella tuvo una segunda culminación junto a él.
Ambos trataban de recuperar el aliento, pero no dejaban de mirarse, porque aunque estaban a oscuras y como única luz tenían aquella que se filtraba de la ventana, podían ver lo suficiente como para distinguir que sus respiraciones, aunque agitadas, parecían ir al mismo ritmo.
—Vamos por el siguiente —comentó Karin cuya respiración, si bien aún no se normalizaba, era lo suficientemente estable para poder hablar.
—No —Sasuke respondió tajantemente, y tras echarse atrás, comenzó a quitarse el condón usado.
—¿No? Se supone que debemos probar todos —señaló Karin— No podemos contestar todos los formularios sin…
—Es tarde. Aún tenemos el resto de la semana —se levantó de la cama para tirar el látex en el cesto de basura con el nudo correspondiente.
—No es tan tarde, aún podemos…
La joven notó que el azabache le echó una mirada, especialmente había mirado sus senos que estaban medianamente descubiertos porque ella no se había quitado el sostén, pero había quedado desarreglado por las maniobras del varón. Después, él desvió la mirada.
—Es lunes. Si nos excedemos, te será difícil ir a trabajar en la semana —él parecía esforzarse para no mirarla.
—¿Crees que no te puedo aguantar el ritmo, Uchiha? —ella reclamó indignada sentándose en la cama— No porque puedas presumir esa medida, quiere decir que…
En ese momento, el timbre sonó, interrumpiendo a la pelirroja que se veía bastante confundida de que alguien llamara a esa hora. Antes de que ella pudiera expresar nada, Sasuke le ganó la palabra
—No vayas.
—No iré si seguimos dónde nos quedamos —respondió Karin coqueta. Ella realmente no tenía ganas de recibir invitados, pero sería una forma de alentar al joven a seguir.
—Sólo no vayas.
—No tengo nada mejor que hacer —ella respondió irritada y comenzó a cerrar algunos botones de la blusa, al menos los que no se habían caído cuando Sasuke tiró de la prenda, y se levantó de la cama decidida a responder el interfón que seguía sonando.
—No vayas —él repitió, pero esta vez la había abrazado por detrás y rozó sus labios por el cuello de la pelirroja a quien le temblaron las piernas pensando que el joven había accedido.
¡A la mierda quien fuera que estaba tocando el timbre!
Karin se dió la vuelta hacia Sasuke para abrazarlo y besarlo, él la pegó a su cuerpo correspondiendo el gesto de la pelirroja y mientras el calor volvía a subir, el azabache le quitó la ropa acariciando su piel.
Cuando la dejó desnuda, paró repentinamente los besos, la cargó en vilo, la dejó en la cama y en lugar de ponerse encima de ella como había hecho hacía poco, él sólo se acostó a su lado y la abrazó de modo que ella le diera la espalda sin hacer más nada.
—¿Qué haces? —preguntó Karin confundida cuando él la tenía abrazada tan pegada a su cuerpo, que ella no podía hacer nada.
—Vamos a dormir.
—Aún estás duro. ¡Y ni se te ocurra negarlo que puedo sentirte empujar mi trasero! —antes de que Sasuke pudiera responder, el timbre volvió a sonar— ¡¿Y quién carajo toca el timbre tan insistentemente?! ¡¿Por qué no se larga?!
—Quédate así —le dijo con voz ronca al oído.
—Pero… ¡Ah!
Él había bajado una mano a la entrepierna de la fémina y sus dedos danzaron en el área aquí y allá robándole más gemidos. Al mismo tiempo, el varón repartía besos, lamidas y una que otra suave mordida en el hombro, mejilla y cuello de la pelirroja.
—No voy a meterlo —advirtió el azabache antes de acomodar su miembro entre las piernas de la pelirroja para que fueran sus muslos los que lo apretaran.
—Sólo mételo —suplicó la joven.
—No tengo protección —él respondió.
—Tenemos una caja grande de condones —jadeó en reproche para recordarle que se suponía que por eso estaban en la cama.
—¿Quieres que me detenga? —preguntó él sin dejar de frotarse con sus muslos al mismo tiempo que aumentaba el ritmo de sus dedos entre los pliegues de la pelirroja.
—Eres un tramposo —gimió apretando sus muslos con la intención de complacerlo a él y después soltarlo para orillarlo a penetrarla, pero él pareció adivinarlo porque envolvió las piernas de ella con la suya para evitar su plan.
—Ya habrá tiempo. No hay que excedernos —aumentó el ritmo tanto en sus caderas como en el movimiento de sus dedos.
—Qué odioso eres —ella gemía al punto de que apenas se le entendía y al poco, ambos alcanzaron el clímax con apenas unos segundos de diferencia.
—¿Cómo te sientes? —preguntó el varón con la respiración aún acelerada.
—Con ganas de seguir —respondió la chica tan agitada como él y aprovechando el descuido del joven, se volteó hacia él para besarlo. Ella intentaba tentarlo de nuevo.
—Después —Sasuke la volteó de nuevo y la abrazó por detrás, impidiéndole moverse lo suficiente.
—¡¿En serio vas a dejarme así?! ¡No es justo que…!
—¿No te sientes adolorida o incómoda? —preguntó el azabache.
—Yo no…
Karin había estado muy enfocada en su placer y en el hecho de que estaba teniendo relaciones con Sasuke, que no se había detenido a pensar, o mejor dicho, sentir en su cuerpo cualquier otra sensación que no fuera el placer, por lo que no se dió cuenta sino hasta ese momento, que sí sentía algo extraño.
—¿Te duele? —preguntó cuando ella ya no dijo nada e incluso soltó su agarre más no dejó de abrazarla.
—No, para nada… es que se siente extraño —comentó la pelirroja y aunque ni siquiera estaba viendo el rostro del chico, sabía que él estaba esperando que fuera más detallada— No sé cómo explicarlo, pero no es dolor.
—¿Incomodidad?
—Un poco, pero es más bien la sensación de que aún te tengo dentro y… —el timbre volvió a sonar— ¿Quién carajo es? Deberían irse si nadie abre.
—Sólo ignóralo.
—Si es la misma persona que tocaba antes de que…
—En cualquier momento se irá —él insistió.
—Tú sabes quién es. ¿Verdad?
—Olvídalo.
—Sasuke, estás muy raro, primero te ofreces a ayudarme en todo esto, luego me pides quedarte en mi casa y ahora hay alguien allá afuera que, por lo que entiendo, te está buscando a ti en mi casa —se volteó de nuevo aún cuando él hizo un intento por mantenerla de espaldas a él, pero sabía que no tenía caso ahora que sospechaba de lo que ocurría— Y tampoco creas que soy tonta, todo esto parece ir a raíz de haber ido a visitar a tu hermano, así que por favor dime —él iba a hablar, pero ella se le adelantó— Y ni se te ocurra decirme que son asuntos familiares que no me incumben, porque desde que me metiste en todo esto, ya estoy involucrada y tengo derecho a saber. Especialmente si vas a estar en mi casa.
Sasuke pareció dudar, pero ella tenía razón, sin querer la había involucrado en todo eso y todo por algunos momentos de impulsividad. Parecía que esa parte calculadora que él tenía se esfumaba cada vez que se trataba de su familia.
—Debe ser mi padre —confesó después de un suspiro pesado.
—¿Cómo sabe tu padre que estás aquí? ¿Le dijiste algo? —preguntó Karin confundida.
—No, debió enviar a alguien a seguirme el día que fuimos a casa de mi hermano.
—Pero…
—Debió tener a alguien esperando por si me aparecía cerca de la familia —interrumpió el azabache claramente descontento— Por eso había procurado mantenerme alejado de mi familia.
—¿Te llevas mal con ellos? —preguntó ella y es que la poca interacción que ella vio de él con su hermano o en el teléfono, no le dejaba muy claro lo que estaba pasando.
—Es una situación complicada.
—Hace mucho que no tengo una familia como tal, pero si de algo estoy segura, es que cuando se trata de la familia, siempre es complicado, así que no intentes hacerlo sonar interesante —respondió Karin a modo de reproche— Entiendo si no me quieres contar toda la historia, pero al menos dime lo que necesito saber sobre ese asunto, de lo contrario no podemos seguir con esto y tampoco puedo hacer mucho por ti.
Sasuke no quería que nadie se metiera en sus asuntos, principalmente porque se suponía que de eso venía escapando, pero sin importar cómo lo pensara, ella no se metió en sus asuntos, él la metió a ella y de la peor manera, por lo que al menos podría decirle lo esencial.
—Sólo quiero tomar mis propias decisiones.
—Desde que vi esa mansión tan lujosa y supe que era de tu hermano que comentaba sobre lo poco que visitabas a la familia, me hice un montón de historias en la cabeza sobre el por qué decía eso, pero veo que al menos una parte de todo ello es verdad —comentó Karin— Detenme si me equivoco: tu familia millonaria quiere que hagas algo que tu no quieres y mientras no lo hagas, no van a apoyarte financieramente, pero algo pasó que te quieren presionar más para que aceptes porque sólo así salvarás a la familia de la bancarrota.
—Renuncié al apoyo financiero cuando quise ir a una universidad diferente de la que mi familia tenía planeada para mí.
—Espera, ¿cómo que renunciaste? Si aún tenías el apoyo, a pesar de elegir otra universidad…
—Mi hermano que fue a la universidad que mis padres querían, le pagaron todo lo que necesitó, a mi sólo iban a pagarme la colegiatura —contestó el azabache— Si no iban a apoyarme igual, no quería nada de ellos y aún titulado, no quiero que vengan a solucionarme la vida.
—¿Has estado viviendo en cuchitriles, pasando algunos días sin comer o agua caliente, debes el préstamo estudiantil, entre no sé qué otras cosas sólo por orgullo?
—No podrías entenderlo —él se volteó en la cama dándole la espalda.
—Es que debió ser muy difícil para ti. Nacer en una cuna de oro y pasar por todas esas cosas… Estoy sorprendida.
Confundido, el chico se volvió hacia ella.
—¿No vas a decirme lo estúpida que fue mi decisión? —preguntó pensando que por el comentario que ella le había hecho, lo estaría mirando con lástima.
—No, puedo entenderlo. Así eres tú y probablemente habría hecho lo mismo en tu lugar… o al menos la yo de ahora así lo habría hecho, pero no le preguntes a mi yo de trece años —comentó Karin riendo— Si me preguntas, me parece bastante admirable que pese a ser un niño mimado de la alta sociedad, hayas podido salir adelante en la universidad y que sigas luchando pese a todos los obstáculos.
Mucha gente, la mayoría de la alta sociedad, le reprochaba o le señalaba lo idiota que era por dejar las oportunidades que su familia podría brindarle, por orgullo. Incluso había oído comentarios de algunas personas de la misma posición económica o más baja que la de sus amigos de la universidad, pero ella realmente le dirigía una mirada de admiración y podía notar sus palabras sinceras.
—Karin…
El timbre volvió a sonar.
—¿Estás seguro que se irá y no intentará sobornar al guardia para que lo deje pasar y luego tire la puerta de mi departamento? Porque sería vergonzoso que tu padre nos encontrara así.
—Se cansará. Mientras tanto, intenta dormir.
¿Por qué Sasuke no quiso seguir cuando evidentemente estaba disfrutando la situación? ¿Fugaku se irá pronto o insistirá hasta que alguno de los dos responda? ¿Qué habrían hecho en el lugar de Sasuke con respecto a su familia? ¿Qué cosa, Sasuke no le estará contando a Karin sobre la situación con su familia? ¿Qué otras preguntas les han nacido a leer el capítulo?
Me encantará leer sus teorías y y preguntas en los comentarios n.n
Esta es una historia de capítulos cortos, pero les tengo una buena noticia: hoy también actualizaré Inexperiencia en unos minutos más n.n
La semana ha seguido siendo pesada, porque entre el trabajo e ir a las entrevistas o buscar otro sitio de trabajo, no tengo demasiado tiempo, pero tuve un sábado bastante tranquilo en el que pude trabajar, no sólo en estas dos historias, sino en las demás que debo, es sólo que el resto tiene capítulos más largos, así que tardo en terminarlos, pero en cuanto los tengo completados, los estaré subiendo n.n
Sin más por el momento, los dejo, esperando que puedan esperar unos minutos más en lo que subo Inexperiencia n.n
¡Hasta la próxima actualización!
