Capítulo 1: El inicio del dilema
La noche se estaba volviendo fría, la neblina empezaba a disminuir la visión general. Fue una mala decisión usar una playera corta, el frio me calaba los huesos, el estacionamiento estaba casi vacío había pocas luces amarillas iluminando. Tenía ese presentimiento como que algo malo iba a pasar. Sentía una mirada intensa en la espalda y no estaba dispuesta a voltear.
Era casi media noche, decidimos ir al estreno de una película de terror americana, con la intención de una cita doble a ciegas con mi mejor amiga Tomoyo y un amigo de Hiro. La cual no salió tan bien como esperamos, desde el inicio no se vio ese "Clic" por parte de ambos, pero la pasamos muy bien los cinco. El padre de Hiro, quien llevaba más de 5 años divorciado y recientemente se había retirado quiso acompañarnos, y no pudimos rechazarlo, es un señor entre los 50 y 60 años, pequeño y regordete, su cabello era totalmente blanco y su bigote en un tono grisáceo, pero desde que se separó de su esposa optó por actuar un poco más juvenil y empezó a tener una relación más apegada con Hiro, acompañándonos incluso a fiestas. Cada uno pasa su duelo como quiere-puede, pero me alegra que ahora tienen una mejor relación padre e hijo.
—Hiro, ¿Puedes manejar? Me siento un poco cansado—dijo el señor entregándole las llaves de la camioneta
Opte por sentarme en la parte trasera de la camioneta junto a Tomoyo para evitar ese rose incomodo entre ella y Shaoran, yo me senté en medio del señor Kano y Tomoyo por lo que el aire acondicionado estaba directo a mí. Empecé a tener escalofríos, Hiro me miro por el espejo retrovisor y apagó el aire acondicionado.
—Gracias— murmuré y le sonreí
La carretera era solitaria pocos autos transitaban en el lugar, el auto iba despacio, Shaoran conecto su teléfono y comenzó a sonar la canción the night we met, haciendo un poco más melancólico el ambiente, sin duda es el tipo de vibras que me dio cuando lo vi, y evidentemente no era el tipo de Tomoyo, ella necesita un chico tan alegre como ella, sin embargo, es la tercera cita a ciegas fallida, después de esta seguro dejara de seguirme el juego. Me sujetó la mano estaba aún más fría que yo.
Empecé a tener un escalofrío que recorría mi espalda y esta vez no era por la temperatura, si no era como un mal presentimiento. Seguramente ocasionado por la película de terror que no debía de ver. El señor Kano coloco su mano izquierda en mi rodilla derecha. De inmediato me sentí incomoda por lo que mire su mano fijamente, tardo unos segundos y empezó a dar palmaditas haciendo contacto un poco más arriba por mi muslo.
—Ya es muy tarde, creo que será buena idea si las chicas pasan la noche en la casa—agregó
Hiro me miro por el retrovisor buscando una aprobación yo mire a Tomoyo esperando que ella lo rechazara y solo abrió los ojos enormemente.
—Eh, no creo que se sientan cómodas— Hiro nuevamente me ha salvado
—Que va, se pueden quedar en la habitación de visitas, las sábanas están limpias. Si gustas Shaoran puedes quedarte en la habitación de Hiro
—Le agradezco la hospitalidad, pero mi cachorra me espera en casa—Rápido e ingenioso
—Vamos chicos son jóvenes todavía podemos contar historias de terror el resto de la noche, mañana no irán a la universidad
Posteriormente hubo un silencio incomodo, donde evidentemente iríamos a su casa, odio el terror, Tomoyo también, solo fuimos porque ellos así lo quisieron. Había evitado quedarme en casa de mi novio cuando estuviera su padre ahí ya que me sentía incomoda, como si fuera moralmente incorrecto y él respetaba mi decisión.
Estábamos en la avenida principal nos detuvimos en un semáforo en rojo, de reojo vi al señor Kano mirándome, decidí omitirlo, su mano ya no estaba sobre mi pierna, pero su pierna estaba casi recargándose sobre la mía, como si estuviéramos muy apretados, lo cual no pasaba antes. Una ráfaga de viento entro por mi blusa como si esta se levantara, una descarga eléctrica recorrió mi piel. Sus regordetes dedos rosaron la piel de mi abdomen hasta llegar rápidamente a mi pecho derecho sujetarlo con fuerza incluso dentro de mi sostén.
Estaba en blanco sin moverme, al instante la náusea que empezaba a manifestarse se volvió en una repulsión hacia todo mi alrededor. Mi instinto actuó, me gire bruscamente y desabroche el cinturón de seguridad mío y el de Tomoyo.
—Vámonos—Le dije con la poca voz que salió de mi garganta
—¿Que? — asustada trataba de analizar mis expresiones faciales
—¡Ya!
No lo pensó dos veces abrió la puerta del auto y salió rápidamente, yo detrás de ella a toda velocidad sin mirar atrás corrí y le tomé la mano. Escuche gritos desde la camioneta, Hiro salió del auto, pero el semáforo se puso en verde y los autos de detrás empezaron a sonar su claxon. Corrimos entre autos, sujete fuerte mi bolsa. Era medianoche y estábamos solas en la carretera. Un par de metros adelante encontramos un taxi que nos hizo señas con las manos, no lo pensé dos veces y subí a el Tomoyo detrás de mi aun en silencio pero estaba asustada. Yo nunca había reaccionado así.
—¿A dónde se dirigen?
—N-No lo sé, lejos de aquí, por favor.
El taxista no dijo nada y arrancó. Mi mente seguía en blanco y mirando hacia delate vi la camioneta estacionada, Hiro corriendo en busca de nosotros con su celular en mano, Shaoran fuera mirando fijamente hacia mí. Viendo como estábamos dentro del taxi, y permaneció con una cara neutral.
Pasarían unos minutos tal vez desde que los dejamos atrás, y las lágrimas de mis ojos salieron, coloque mis palmas sobre mi rostro, Tomoyo ya estaba abrazándome para ese momento.
—¿Qué paso? —acariciaba la espalda tratando de tranquilizarme
—El… me tocó…—tomé aire profundo y continue— tocó mi pecho….
—Es un maldito…cerdo
—Tomoyo…—dije entre sollozos— Ese maldito cerdo es mi suegro… Hiro
Se me hizo un nudo en la garganta. ¿Qué pasaría entre nosotros? Era la única pregunta que pasaba por mi mente, pero no había ninguna respuesta.
—Puede llevarnos a la central de autobuses—dijo Tomoyo
—Si—se limitó a decir el taxista
—Iremos con Touya… si regresamos al departamento—la interrumpí
—Hiro estaría ahí… no puedo enfrentarlo
—No estás sola, nunca lo estarás—sujeto mis manos
Llegamos rápidamente a la central de autobuses en donde afortunadamente había mucha gente. Saqué mi cartera y empecé a contar los billetes que me quedaban
—¿Cuánto es por el viaje?
—No es nada—dijo amablemente con una sonrisa en el rostro
—¿Qué?
—Cuando las vi corriendo en la calle sabía que algo malo había pasado, mi turno había terminado, pero decidí ayudarlas. Tengo dos hijas y solo espero que si algo similar llega a ocurrirles alguien pueda ayudarlas…—el taxista era delgado tez clara y cabello plateado, no pasaba de 40 años
—Pero señor…
—Me atrevo a darle un consejo… lo mejor será alejarse de ese muchacho, por su bien y por el de él… así evitara problemas a futuro…costará, pero usted es joven y sanará—saco un papel de su guantera—Si algún día necesitan ayuda…no duden en llamarme.
Mi corazón se estrujó. Quería llorar.
—Muchas gracias, señor…
—Yukito… a sus órdenes.
Los ángeles si existen, uno me ayudo hoy.
…
Eran aproximadamente 3 horas de viaje a la ciudad donde vivía mi hermano con su esposa, llegamos en la madrugada, no puede pegar el ojo pensando en los miles de eventos secundarios a esa tragedia. No me lo esperaba. Trate de analizar qué fue lo que llevó al señor Kano a propasarse de esa manera. Si bien el mismo Hiro noto un cambio drástico desde su divorcio, él nunca mostro interés por salir con otras mujeres, pero si últimamente quería salir con nosotros y a pesar de que Hiro fue hasta cierto punto grosero para decirle que dejara de entrometerse el seguía insistiendo, incluso yo le dije a Hiro que él podía acompañarnos. Pensé erróneamente que ese mejoraría la relación padre e hijo ya que él era un padre ausente por el trabajo.
Él no había bebido alcohol hoy, como en otras ocasiones por lo que no puedo culpar a du estado etílico por sus acciones, dudo que haya consumido algún estupefaciente, yo nunca me he comportado provocativa con nadie, ni siquiera con mi novio. Ideas rondaban mi cabeza, pero la principal era, que sería de nosotros.
Nuestra relación es sana, nos queremos, respetamos y cuidamos. Hiro es una persona muy tranquila, pero esto si nos afectará. Yo nunca podré olvidarlo, y cada que lo vea voy a recordar ese repugnante momento, incluso puede que pueda llegar más lejos. Mi padre me enseñó a alejarme oportunamente de ese tipo de situaciones peligrosas. Pero no puedo romperle el corazón a Hiro, él no se lo merece.
Touya llego por nosotras a la estación, eran las 5 de la mañana, sin duda el mejor hermano. Omití contarle lo sucedido solo que queríamos convivir con ellos. Tomoyo ha sido mi mejor amiga desde que teníamos 3 años así que es como una hermana para Touya, no es raro que los visitemos adema su esposa Ruby era muy amigable. Ese fin de semana fue un descanso emocional. Sobre todo, por la noticia de que están en tratamientos de fertilidad, entonces próximamente seré tía o ese era el plan.
Pero todo acaba tenemos que regresar a Tomoeda, la universidad nos espera. Y también el dilema de Hiro. Llegando al edificio donde rentábamos el departamento me digne a encender mi celular que llevaba más de 24 horas apagado. 1053 mensajes de texto. Todos eran de Hiro.
—Sakura—dijo Tomoyo que estaba frente a la puerta de nuestro departamento
Había letreros pegados y al abrir la puerta había papeles tirados. Eran cartas y notas.
No merecía esto.
Trate de estar en blanco. No era mi primer rompimiento, pero si el más complicado. Trate de seguir las indicaciones de Tomoyo, una chica más inocente que yo, con nula suerte para encontrar el amor, pero más sensata, "sigue tu vida normal. No te detengas. Solo vuelve como era antes de conocerlo".
Fui a la universidad como de costumbre. Primeras dos horas de clase de economía, mi cabeza explotó con números y gráficas, la siguiente clase fue idioma inglés, la cual compartía con Tomoyo y Shaoran, al ser un grupo nuevo habíamos tenido pocos encuentros. No era de los mejores amigos de Hiro, por lo que tampoco lo conocía tan a fondo por lo que creímos que sería buena idea lo de la cita a ciegas con Tomoyo. Como lo creímos las dos veces anteriores. Al terminar la clase trate de evitar a toda costa un encuentro con Shaoran.
—¿Por qué salieron corriendo? —dijo con una voz grave detrás de nosotras
—Eh—divagué, no sabía que contestar y tuve tiempo para pensarlo.
—Si no querían pasar la noche en la casa de Kano, simplemente lo hubieran dicho y ya, Hiro estuvo como loco buscándolas…imaginando que les pasaban cosas, fue una acción muy imprudente
—No tengo porque darte explicaciones— abrace mis libros y me digne a marcharme, pero él me sujeto del brazo
—Se lo que paso…—susurró a mi oído
Me cayó un balde de agua fría en la cabeza mis uñas enteraban la pasta blanda de mis libros.
—Entiendo tu reacción… en tu lugar no sabría cómo actuar, es difícil— agregó y Tomoyo se unió a nuestra conversación
—¿Le dijiste a Hiro?
—No, es poner a su sangre en su contra… es muy voluble podría… realmente haría locuras—suspiro— maldición estuvo en tu departamento tocando la puerta todo el fin de semana, te reportó como desaparecida, pero lo tomaron por loco.
—No va a dejar de molestarte—dijo Tomoyo
—Yo no quiero encontrarme con el… quiero evitarlo lo más que pueda
—Es más fácil que inventes otro pretexto para terminar con él—agrego Shaoran alborotando su cabello—Y lo más sano
Percibí el aroma a menta de su shampoo
—Acabo de recibí una llamada de la arrendadora. Sakura por el escándalo que hizo Hiro y el que está haciendo un señor nos quieren echar del departamento.
No leí los mensajes supusiese que eran de Hiro. Revise mi celular y había mensajes recientes del señor Kano.
"Evita abrir la boca, porque fuiste tú la que inicio todo"- 2:30 am
"Eso es una probada de lo que puedo hacer por ti"-6:00am
"Quiero continuar contigo…él no se enterará"-7:10am
"Puedes hacernos felices a ambos"-7:15am
"Iré a platicar contigo"
"Abre la puerta"
"Estoy afuera"
"Maldita sea, abre la puerta o le diré a hiro lo que hiciste"
….
N.A: Hola, volví con esta idea incomoda que surgió de un sueño, y para mi yo somnolienta parecía una buena historia. Difícil mentalmente como acostumbro.
Yamilna.
