Capítulo 1

Recorrió la ciudad entera cumpliendo su agenda diaria como cualquier otro día, vendiendo la idea de un milagro a cambio de un mínimo favor: pelear contra las misteriosas brujas que aparecían por aquí y por allá. Había logrado buenos resultados en las últimas horas: al menos 3 personas vieron cumplido su deseo y como un plus, estaban maravilladas con el outfit mágico que obtuvieron.

Era un negocio redondo, ellas veían cumplido hasta el más egoísta de sus deseos, el universo obtendría otros tantos minutos de vida extra. Todo marchaba de acuerdo a lo establecido.

Excepto que se sentía culpable por las consecuencias. No debería sentirse así, de hecho ni siquiera debería sentir ¡Era un incubator! Esa especie de animal indefinido no tenía sentimientos, solamente era una masa con razonamiento pragmático que se alimentaba de grief seeds para cagar energía de universo.

Solo que era un defectuoso, un defectuoso bastante inteligente como para haber engañado al sistema y acceder a la red de ratas que conceden deseos mientras encriptan almas en un huevo luminoso. Estaba convencido de que su misión era de vital importancia, pues mantenían en funcionamiento al universo entero, y claro eso mantenía con vida a diversos planetas, así que estaba haciendo su parte. Así optó por ignorar esos pensamientos, decidido a ser pragmático y razonable, tal como debe ser un incubator.


Lo sentía, ese cosquilleo invadía todo su pequeño cuerpo blanquecino. A menos de un kilómetro se encontraba una potencial chica mágica.

Hacía un tiempo que no había sentido ese escalofrío y eso solo significaba que estaba cerca de alguien que le proveería de grandes cantidades de energía, después de todo esas depresiones no solían verse muy a menudo en la gente: profundas, pero no lo suficiente para dejar a las personas completamente desinteresadas del mundo que les rodea.

-Hola Sakura Minamoto. –Saludó con confianza a la adolescente con cabello color castaño que parecía dormitar en su mesita de café en su sala de estar.

Siempre resultaba benéfico saludar mencionando el nombre de la chica en cuestión, pues ver a un animal que habla parece magia; ver que incluso sabe tu nombre sin preguntar lo hacía casi profético. Cualquier cosa sería posible, incluso el más descabellado deseo.

-Ah… -respondió de manera monosilábica al escuchar la vocecilla aguda que le había saludado. Sus ojos se notaban hinchados de tanto llorar y eso impresionó a la rata blanca. Aunque siempre sucedía: su mayor defecto había sido nacer con empatía hacia las emociones humanas.

-Quiero hacer un contrato contigo ¡Conviértete en chica mágica!

Sakura se mantuvo observando al pequeño animal sin entender nada de lo que le decía, para empezar, ¿qué demonios era una chica mágica?

Seguramente todo era parte de un sueño; desde que encontró a su madre inconsciente en la bañera rodeada de jarabes, píldoras y drogas de dudosa procedencia su vida color de rosa había dado un giro de 270 grados. Apenas y había dormido los últimos días, la comida era otro tema; en realidad no recordaba cuándo había probado alimento.

Por al menos un mes mantuvo su careta de niña fuerte frente a todos, pero sus energías se habían esfumado. Después de todo, era imposible fingir que el suicidio de su madre no le afectaba en lo más mínimo… la extrañaba.

En algún punto notó que la rata con orejas largas seguía hablando, ¿qué demonios quería?

-…entonces ¿cuál es tu deseo?

"Deseo que se calle de una vez para seguir durmiendo"

-Desearía que mamá estuviera viva.- Dijo en su lugar. Al fin y al cabo todo era un sueño.

La vestimenta verde neón, la motosierra, la joya brillante en forma de huevo, todo constituía un sueño extraño que cada vez le confundía más.

-¡Cuento contigo! –Dijo el incubator emocionado por haber cerrado otro contrato. No habiendo nada más por decir abandonó el pequeño y sucio departamento.

De inmediato, Sakura sintió una pequeña descarga eléctrica. Un mal presentimiento le inundó y buscó instintivamente el lugar donde la señal era más fuerte, como si de un teléfono móvil se tratara.

Llegó al estacionamiento del centro comercial a donde solía ir de compras con sus amigas. Ahí encontró a una chica que por su traje rosa parecía estar lista para presentar un tierno, número de ballet.

-¡Mami-san! –Gritó la chica con extrema seriedad. -¡Por aquí, encontré el laberinto de la bruja!

-¿Y tú eres? –una malhumorada adolescente de cabello azulado pasó a su lado casi empujándola. –Si no vas a ayudarnos a acabar con esta bruja quítate del camino, no necesitamos a otra carga. –Expresó mirando significativamente a una pelinegra con trenzas que trataba de acelerar el paso.

-Miki-san, -regañó suavemente la chica rubia con dos coletas a modo de taladro no deberías tratar así a las personas. Además podría ser de gran ayuda, hemos buscado a esta bruja desde hace días ¡Vamos! – Ordenó poniendo en claro quién era la líder del grupo pues de inmediato todas se dirigieron al lugar de donde provenía la energía extraña.

-¡Vamos! –Repitió una pelirroja que apareció de la nada y sin ningún aviso tomó la mano de la chica que veía todo sin entender qué demonios estaba sucediendo, la arrastró hacia el cúmulo de niebla que llevaba a una puerta.

Una vez dentro, el escenario cambió completamente. Como si hubieran construido un gran teatro para llenarlo con pelusas blancas con mostacho, ¿Acaso tenían alas de mariposa?

Definitivamente este era un sueño de los más raros que había tenido.

-Esa motosierra podría servirnos. –La pelirroja que la había llevado a rastras hasta ahí la veía como si estuviera planeando algo descabellado.

-Pensaba lo mismo. –Sonrió la rubia y a continuación buscó con la mirada a alguien del grupo. -¡Akemi-san!

-¿Y-Yo? –Preguntó mientras corría para estar más cerca.

-Haz lo tuyo, asegúrate que ella pueda cortar esa fea bruja mientras el resto nos encargamos de los familiares.

-Bien. –Nuevamente avanzó a pasos acelerados y se situó al lado derecho de la nueva chica mágica, tímidamente le ofreció la mano y una vez que fue correspondida, la timidez fue reemplazada por compromiso.

Sakura notó de inmediato cómo todo parecía congelarse alrededor, excepto ella y quien la dirigía hacia la criatura en forma de babosa gigante rodeada de rosas. Se detenían por instantes, como si el efecto tuviera límite, pero en menos de dos segundos ya estaban corriendo nuevamente hacia su objetivo sin que nada se interpusiera en su camino.

Una vez que estuvieron frente a frente con la cosa asquerosa, sabía exactamente lo que debía hacer, tomó su motosierra la cual sorprendentemente no pesaba tanto como habría imaginado.

-¡Córtala por la mitad! –Le animó la chica que le acompañaba mientras se aseguraba de mantener contacto con su espalda para no romper el congelamiento del tiempo

Toda la furia, tristeza, decepción… aquello que había reprimido y ahora solo eran sentimientos acumulados en Sakura salieron a modo de golpes a diestra y siniestra. Sin embargo, la bruja no cedía.

"Si de todas maneras esto es un sueño, supongo que si salto y ataco desde arriba podría cortarla completamente" –pensó

Sin dar aviso alguno, se impulsó y saltó tan alto como pudo. Efectivamente como había imaginado logró una altura de al menos tres metros. Inmediatamente notó que, con su salto la chica que detenía el tiempo ya no pudo compartir con ella su pequeña protección. Debía derrotar a la criatura extraña sí o sí para que el esfuerzo de todas no fuera en vano y principalmente no quería morir si fallaba con su ataque.

Acomodó la cuchilla de su motosierra hacia el frente, como si de una espada se tratara. La levantó un poco para ganar impulso y con ayuda de la misma fuerza de gravedad se dejó caer sobre la bruja. Inmediatamente notó que su plan funcionaba pues la motosierra atravesaba a ese ente como mantequilla.

-¡Bieeeen! –Escuchó el grito de festejo por parte de las cinco chicas que habían entrado junto con ella.

Lentamente el escenario que las envolvía se disolvía con el viento hasta desaparecer completamente.

La rubia con coletas de taladro se acercó con su amplia sonrisa y extendió su mano para saludar a quien recién había derrotado a la bruja.

-Buen trabajo, no habríamos podido derrotar tan fácilmente a Gertrud sin tu ayuda, ¿Puedo saber tu nombre?

-Ehm, Sakura Minamoto. –Respondió mientras intentaba de procesar todo lo ocurrido.

-¡El mejor nombre de la vida! –La pelirroja se mostraba emocionada. –Sin embargo, me reservo el derecho de ser la primera Sakura. Bienvenida al equipo, Minamoto.

-Esto es tuyo. –La pelinegra de trenzas llevaba en sus manos una joya de obsidiana engarzada en delicados adornos de plata que terminaban en algo parecido a una aguja.

-Yo… -Comenzó a decir –En realidad no entiendo lo que sucede, ¿Quiénes son ustedes y qué era esa cosa?

-Somos chicas mágicas, al igual que tú. –La rubia tomó la palabra. –Ayudamos a Kyubey a mantener a salvo la ciudad de Mitakihara de las brujas que la acechan.

-¿Chicas mágicas?

-Parece que alguien no puso atención. –Se burló la peliazul. –Ojalá que al menos hayas pedido un deseo de los buenos.

-Parece que la estamos abrumando. –La chica de rosa comenzó a hablar al darse cuenta de la ansiedad y confusión en la mirada de su nueva compañera de batalla. –Minamoto-san, ¿te parece bien que te expliquemos todo mañana? Es tarde y sería mejor que todas vayamos a descansar. Mañana podemos explicarte todo al respecto.

-Si –Respondió casi en un susurro, confundida acerca de tantas cosas. -¿Quieres decir que esto no es un sueño?

Alarmada, la chica que congelaba el tiempo se acercó, ¿Akemi-san, se llamaba? La veía fijamente como si supiera que algo sucedía.

-¿Qué soñaste, desde qué momento estabas dormida? –Ya no parecía la niña asustada y tímida, de pronto había tomado el aspecto de alguien más madura.

-Recuerdo que un conejo apareció en mi departamento esta noche, me llamó por mi nombre. Realmente no escuché nada de lo que decía, me sentía demasiado cansada para poner atención, además todo era un sueño, es normal que ocurran cosas irreales en los sueños, ¿no? Dijo algo de un deseo así que le respondí que ojalá mamá estuviera viva.

El rostro amable de todas se había tornado empático, a excepción de la pelinegra. Entendían que Sakura había tenido una pérdida y su deseo venía de lo más profundo de sus sentimientos. En el fondo se mostraban confiadas, ya que kyubey habría cumplido impecablemente su deseo, él era capaz de hacer milagros después de todo. Incluso sospechaban que a estas alturas estaría esperando en casa.

-¡Ve a casa! –

-¿Miki-san? –La rubia parecía sorprendida por el cambio de actitud de la chica.

-Ella debe ir a casa. –Sonrió –Mami-san, ¿es que no te das cuenta? Un milagro acaba de ocurrir y ella aun no ha podido verlo con sus propios ojos.

-¡Sii! –Aplaudió la pelirrosa. –Sayaka tiene razón.

-Yo… -Comenzó a hablar, pero el sonido de una sirena a todo volumen las asustó a todas. Seguramente iban en camino a frustrar un asalto.

-Ve a casa. –Mami volvió a decir, contagiada por la emoción de sus compañeras.

-¡NO! –Gritó Akemi, restando puntos en la tabla de simpatía de Sayaka ¿Qué acaso no notaba lo hermoso del momento que estaba por gestarse?

-Estoy de acuerdo con Homura. –Sonrió. –Cuando alguien está por presenciar un milagro, debe estar rodeada de sus amigos, yo iré con ella.

-T-también yo. –apretó los puños.

-Si Homura-chan va, yo también

-Ah no, yo no voy a permitir que la estudiante transferida me quite a Madoka. –Rodó los ojos. –También iré.

-Supongo que iremos todas. –Sonrió –Si no tienes inconveniente, guíanos a tu casa, Minamoto-san.


Llegaron al complejo de departamentos en menos de 10 minutos. No hizo falta subir las escaleras en busca del departamento, en el pórtico podía verse una delicada silueta mirando hacia la entrada.

Al sentir la presencia de las seis chicas volteó y comenzó a caminar lentamente hacia ellas.

-Mamá. –Las lágrimas comenzaron a surgir, si esto no era un sueño entonces ¿cómo podría definirlo? Comenzó a correr ante la urgencia de estar con ella; quería abrazarla, decirle cuánto la había extrañado estos últimos días y sonrió al ver que su madre también corría hacia ella a una velocidad fuera de cualquier límite.

Un silbido pasó a su lado y en un parpadeo notó la lanza roja que envolvía a su madre. A continuación, siguieron algunos disparos. Un gruñido ininteligible fue lo que obtuvieron en respuesta.

-¡Cuidado! –Madoka se arrojó hacia ella y la alejó del lugar, dejando que las demás se encargaran de la situación.

Mami invocó algunas carabinas y disparó a distintas partes del cuerpo sin resultado, lo único que lograban en cada ataque eran más y más sonidos guturales. Mientras invocaba algunas más, Homura preparó un revólver y apuntó directamente a la frente, presionó el gatillo rezando porque llegara al blanco.

Y los gruñidos cesaron.

Sakura ahora sí que podía definir los acontecimientos de esa noche: Eran una pesadilla.


No suelo escribir fics del universo de Madoka, pero hubo algo de tiempo y estaba pensando en las probabilidades de que pelearan contra otras cosas. Dado que ya hay brujas, nightmares, uwasas... definitivamente debe haber algo más. Estoy segura que no es el primero del género jajajaja

Gracias por leer.