Borrachera sentimental

Capítulo 4

"Sentimientos sin encontrar"

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Los labios de Izuku se separaron.

Katsuki abrió los párpados, sentía las manos temblarle de sólo el puro contacto de las manos de Izuku apretando las suyas.

Veía las pecas de Izuku, grandes y oscuras, arrastradas por la luz del pasillo. Izuku soltó un suspiro y regresó a besarlo. Katsuki se tensó, cerrando los labios y dejando los ojos medio abiertos, atentos a su siguiente movimiento.

El pulgar de Izuku trazaba pequeños círculos en su dorso y su cuerpo entero temblaba. Katsuki quería corresponder, de alguna manera, a esa demostración cálida de afecto, pero no sabía cómo. Vivía el sueño de su adolescencia a vivo color y estaba más perdido que Kaminari en seguir la dirección en los mapas.

Izuku se separó, ladeó la cabeza y volvió a besarlo. Esta vez, no unió sus labios, sino empezó a crear una brecha entre los de él y los suyos, moviéndolos ligeramente. Le hormigueaban las manos, los pies, el estómago, la cabeza. El vientre le revoloteaba demasiado fuerte e intenso que arrasaba contra su volátil carácter.

Katsuki cerró los ojos, tratando de corresponder. Ansiaba tanto demostrarle a Izuku sus sentimientos; que él quería esto, quería sentirlo, que lo quería.

La mano derecha de Izuku soltó la suya y subió a su nuca, extendió suavemente sus dedos en las raíces de su cabello y lo sostuvieron lentamente.

Izuku sabía lo que hacía y él no tenía ni idea de qué carajos hacer.

Lo besó más fuerte y sus manos lo agarraron de los brazos, por reflejo. Izuku se separó, respiró sobre su aliento y descansó su frente en la suya.

—Lo siento —Dijo Izuku en una exhalación, lenta y profusa—. Me excedí un poco.

—¿De qué mierda te estás disculpando? —Inquirió, en tono burlón.

—Por no poderme resistir —Admitió y presionó aún más su frente, su mano aprisionó su nuca, ocasionándole escalofríos—. Hace unos minutos dijiste que no éramos nada, pero yo no querría besar a alguien que no es mi novio, Kacchan.

—¿Hah? —Escupió.

«¿No-Novio?» Su mente estalló. ¿Desde cuándo Izuku lo consideraba su novio? Era inadmisible que él no se hubiera percatado de tal detalle. Pero, eso se preguntaba. Él lo sabía. Se preguntaba y se hacía una confesión de por medio. E Izuku no ha hecho ninguna de esas cosas.

Izuku sonrió.

Katsuki frunció el ceño.

—No soy tu novio —Se aseguró que su voz saliera bastante irritada.

—Hemos estado saliendo por varias semanas, meses más bien. Así que asumí que éramos pareja. Eres mi prioridad, Kacchan.

El modo tan calmado y lógico en que lo había dicho Izuku, tocó una fibra en su interior; y no de la buena manera.

Lo explotaría de no ser porque le gustase tanto el idiota.

Cuán estúpido en creer que Izuku había madurado.

—¡Prioridad una mierda! —Exclamó Katsuki, molesto—. Si quieres que algo ocurra entre nosotros tienes que tener los pantalones para decirme, imbécil.

—¡Lo siento!

—¡Al carajo tus estúpidas disculpas! ¡Métetelas en donde mejor te quepan! —Katsuki lo vio con ímpetu— ¡Idiota!

—¡Kacchan!

—¡Grita la mierda que quieras!

Se giró para abrir la puerta de su departamento, pero Izuku lo retuvo al colocar su mano en su brazo.

—¡Suéltame! —Soltó una explosión directo a su cara, que Izuku esquivó con una sonrisa nerviosa y gesto alarmado. — ¡Mierda, suéltame!

—¡No lo haré, Kacchan! ¡Me gustas, me atraes! ¡Quiero ser tu novio!

—¡Cierra la boca!

—¡Me gustas, me gustas! Sé mi novio, por favor.

—¡No se te entiende nada, imbécil! ¡Muérete!

Izuku cogió su mano y la sostuvo entre las suyas.

—Sé mi novio, Kacchan, por favor. Eso es lo que quiero.

Katsuki se detuvo por una fracción de segundo, anonadado. ¿Qué había dicho Izuku? Creyó haber entendido que Izuku no lo estaba tomando en cuenta al no decirle ni preguntarle nada. Sin embargo, la palabra de «sé mi novio» lo exaltó y se obligó a retener sus explosiones en el piso del edificio.

No quería meterse en problemas con el casero por una pendejada.

—Repítelo —Exigió Katsuki.

Las manos de Izuku eran suficientes para contrarrestar su enojo; construían un intercambio distinto de ambos. Percibía que había una brecha invisible entre ambos que ninguno se atrevía a cerrar, ya sea por miedo o vergüenza o lo que sea que los paralizaba de dar ese paso. Pero Izuku estaba dispuesto a darlo y él, titubeante, también.

Izuku se sonrojó.

—Sé mi novio, Kacchan —Su voz trazaba una suavidad inimaginable—. Por favor.

Un ligero apretón de su mano, causaron un vuelco en su corazón.

Katsuki asintió.

La mano de Izuku se separó de la suya, subió lentamente hacia su brazo, luego acarició su hombro izquierdo, su cuello y por último, a su nuca y Katsuki, se estremeció.

—¿Qué mierda estás haciendo? —Increpó Katsuki.

—Me gustas, Kacchan —Respondió Izuku, con naturalidad—. Es eso.

Katsuki bajó la cabeza, sus mechones le cubrían la cara. Se sentía avergonzado con el curso que tomó esa conversación y, sobre todo, el resto de la cita.

No creyó jamás que escucharía esas palabras venir de Izuku.

Es lo que tanto quiso escuchar siendo un adolescente arrepentido de sus cometidos, y un héroe dispuesto a ser el mejor como lo era ahora.

Suavizó su rostro y correspondió su gesto, buscando coger su otra mano y agarrarla entre la suya.

Quizás haber esperado traía su recompensa.


Si no fuera porque estaba rodeado por sus compañeros de la agencia ya hubiera pegado un hilarante grito y explotado a todos lo que se atrevieran a preguntarle por qué su cara llevaba harto rato sonrojada. El maldito Deku le mandó un mensaje por la mañana, diciendo «Ten un buen día en el trabajo, Kacchan. Te extraño.»

¿Por qué mierda Deku le mandaría algo tan bochornoso como eso? No creyó en las consecuencias que acarrearía en su rostro si le hacía leer en viva voz de su cerebro que Deku llega a extrañarlo; que Izuku, por quien pensó que jamás habría nada entre ellos, llegara a decirle algo que le diera a entender que lo quisiera ver.

El idiota no pensó que estaría cometiendo estupideces a la hora de hacer el patrullaje matutino como gritarle a una señora de la tercera edad que no se fijó en el semáforo y estuvo a punto de cruzar la calle con los carros en movimiento para que no avanzara, haciéndola asustarse y aventar sus compras, o que explotó la cara de Kaminari en cuanto lo saludó de golpe en la oficina, causando que éste terminara con el rostro de color carbón.

Sí, sin dudas ese idiota abochornado, ni de lejos era él.

Katsuki no reconocía en quién se había vuelto al inicio de su relación, ni en quién se convertirá cuando la relación avance. Y lo peor es que no dejaba de pensar en el beso.

Lo suaves y cálidos que eran, la textura húmeda, los alientos fusionarse, las manos de Izuku sobre su cuerpo… se estremecía de sólo recordarlo.

La cara se le calentaba en demasía, sentía como el corazón se aceleraba y las glándulas de las manos le producían una excesiva cantidad de sudor que tarde o temprano acabaría por explotar a quien sea que se atravesara en su camino. Lo sopesaba más, porque cuando redactó su informe, dejó marcas de quemaduras en los bordes del papel y al momento en que se lo entregó a la chica de administración, pequeñas y leves chispas brotaron de sus palmas y el recorrido de sus falanges.

Enojado, descargó su frustración en su casillero, golpeando la puerta de metal con sus nudillos y pegando su frente en el frío hermetismo de su textura.

—Veo que Kacchan está en problemas.

Katsuki gruñó.

—No molestes, imbécil.

—Vamos, no seas tan modesto. Es obvio lo que te pasa.

Kaminari lo codeó por detrás y él frunció aún más el ceño.

—¡Qué carajos quieres!

—Acabas de pasar la primera fase y ya estás por pasar a la segunda —Canturreó su amigo con burla.— Nuestro Kacchan está creciendo.

Katsuki chasqueó la lengua, rodando los ojos. A veces era un fastidio tener a sus amigos trabajando en la misma agencia que él. No por nada aceptaba (sin dudarlo) los turnos en donde no se los encontraba.

No obstante, inevitablemente hacían su estelar aparición frente a él cuando más quería estar solo.

—¿Viniste a joder? Porque no tendría problema con volverte a explotar la cara.

Kaminari dio un paso atrás, y le saltó, rodeando su brazo alrededor de sus hombros, sonriendo.

—No lo niegues, Kacchan. Ya pasarás a la siguiente fase con Midoriya. No te preocupes, lo harás bien. Sólo piérdele el miedo y atácalo como lo haces.

«¿De qué mierda está hablando?» Pensó.

Katsuki le plantó una mirada de «Ve al grano». La sonrisa de su amigo se amplió.

—Se refiere a que pasen a tocarse —Era la voz de Sero, surgiendo a espaldas de Kaminari.— Luego a que se conozcan más el uno al otro… eh, cómo decirlo.

—A través de sus cuerpos —Añadió Kaminari, radiante.

Katsuki frunció duramente el ceño. No comprendía cuál era la intención de sus amigos al decirle esas cosas extrañas. ¿Conocerse a través de sus cuerpos? Pero si ya se conocían. Él sabía todo de Izuku e Izuku de él.

Tal vez se referían a que aprendieran a convivir en una relación de pareja, ya que era algo diferente a lo que estaban familiarizados del otro.

—Parece que te cuesta entenderlo —Rió Sero, colocándose a su lado contrario de su amigo.

—¿Te ríes de mi, imbécil?

Sero hizo gesto desinteresado con ambas manos.

—Mira, Kacchan, no es tan difícil —Dijo Kaminari, tratando de verse profesional y experto en la materia.— Acepta tus sentimientos y ve por ello. Sé uno con Midoriya, ¿Entiendes?

—¡Ni una mierda, cabrón!

Entonces, Katsuki procedió a quitarse el traje, empezando por los guantes. Esa conversación estaba tomando un curso que no le estaba gustando.

—Bueno, no es para que te presiones —Aseguró Kaminari.

—Creo que te estás pasando —Remarcó Sero—, Al hacerlo sentir obligado a que haga ese tipo de cosas con Midoriya. Apenas están saliendo. ¿Cuánto tiempo llevan juntos? No, no me contestes, parece que vas a explotar en cualquier momento, Bakugo.

—Te volaré la cabeza, estúpido bastardo.

—Ay, qué agresivo —Fingió asustarse, Kaminari.— ¿Ves? Bakugo necesita asesoramiento ¡Mis consejos te llevarán muy lejos!

—Lejos a la chingada… —Murmuró Katsuki.

—Eh, ¿Qué dijiste? No te escuché.

—Ya no lo estés molestando, las cosas se irán dando entre ellos. Aunque…si no eres sincero con Midoriya, la relación no prosperará.

—Lo dice el que no tiene pareja —Rió Kaminari.

—Oi, no seas así. No tengo apuro en encontrar a alguien con el que quiera estar, no tiene nada de malo, hermano. Kirishima tardó en declararse a Mina y míralos ahora, están bien. Lo mismo contigo.

—No me tardé tanto, en segundo ya estaba con Jirou y eso que no soy el más brillante de la generación.

—Eres el más pendejo —Masculló Katsuki, gruñendo.

—Malo —Kaminari hizo una mueca de ofendido.

Katsuki se terminó de colocar su ropa de civil, endureció el ceño. No le encontraba el sentido a lo que sus amigos querían decirle, o por qué no le decían directamente las cosas en lugar de ir bordeando. Le resultaba fastidioso que lo trataran de ignorante en cuanto a relaciones de pareja respecta.

Ya mucha felicidad le daba poder estar a lado de Izuku como para estirar las cosas en pos de su capricho. Según él, las cosas estaban bien; quizás la incomodidad de mostrarse vulnerable y honesto vendrían luego. Lo que debía de hacer ahora era disfrutar de la compañía de Izuku lo más que pudiera e ir afrontando los problemas juntos, puesto que las opiniones de sus amigos y demás que se atrevieran a meterle ideas erróneas acerca de su relación con el fin de supuestamente "mejorarla" o, peor aún, hacerlo quedar como un idiota frente a Izuku no le harían ningún bien.

Sea lo que fuere, no les daría el gusto de dejarse influenciar por sus tonterías.

Se marchó sin siquiera dirigirles una mirada, más que el yugo de su indiferencia y su callada resolución.


No había nada mejor que la sonrisa de Izuku. Una sonrisa que le daba la invitación a poner afuera sus problemas y permitirse abrazar por éste, mientras los segundos transcurrían a un ritmo maravillosamente lento.

Izuku lo había recogido del trabajo esa tarde. Katsuki prefirió no decirle el motivo de su enojo debido a la conversación con sus amigos. Aunque, seguía con la duda que le sembró ese idiota, de la cual difícilmente se podía quitar de la cabeza. Y, los brazos de Izuku lo apresaban; cabían perfectamente en su cintura.

Embonaban y le acaloraban el cuerpo.

El rostro se le calentaba y es entonces que Izuku decía:

—Puedes contarme que pasó…sabes que no te voy a juzgar.

—Carajo, Deku —Gruñó malhumorado.— No te diré nada. No pasó.

Izuku lo atrajo más para sí. Katsuki inclinó su cabeza en su hombro en gesto de aceptación por su cercanía, su tacto, su calma y gentileza.

De sólo imaginar las estupideces que le mencionaron esos idiotas, le crecía la molestia, y le resultaba casi imposible guardar la compostura.

Izuku se separó de él. Sonrió. Katsuki sentía que se derretía ahí mismo, que el enfado se disolvía y podía permitirse experimentar esto con Izuku.

Katsuki apretó los labios. Podía advertir el aliento de Izuku acicalarle más el rostro, asimismo que sus labios a los suyos. Se besaron. Las manos de Izuku se extendieron por su espalda.

Era extraño tener novio; o, en su defecto, llamarlo así. Tener a alguien que lo cuidara, si es que se le podía considerar así, aunque él siempre ha visto por sí mismo y se ha mantenido por su cuenta. Darle cabida a Izuku para hacerlo sentir mejor, comenzaba a disminuirle la incomodidad de llegar a tocarse, a experimentar la cercanía del otro y acostumbrarse a ella; sobre todo él.

Los labios de Izuku eran cálidos, húmedos y refrescantes.

Se decía que debía saber qué hacer con sus manos, puesto que estaban ahí, colgando. Además, le molestaba que Izuku era más experto que él; Katsuki le tenía que demostrar que él no era ningún baboso en cuestión de contacto físico. Lo había demostrado al traerlo a su departamento varias veces como indicativo de que confiaba en él y que quería que las cosas funcionarán entre ellos, (justo donde precisamente se estaban besando).

Se separaron. Izuku sonrió. Katsuki entrecerró los párpados, pesadamente. Esa estúpida sonrisa deslumbraba.

—Te ves mejor, Kacchan.

Katsuki chasqueó la lengua.

—A quién carajos le importa eso.

La sonrisa de Izuku se extendió.

—A mi.

Un estridente bufido escapó de su boca.

—Cursi.

—¿Me dirás qué te tenía tan enfadado?

Katsuki lo empujó, desviando la cabeza.

—Me puedes contar. Soy tu novio. Confía en mi, Kacchan.

Se hizo un silencio. Inesperado, sí, en parte por Izuku, puesto que dijo—: Lo más importante en una relación es la comunicación, así que creo que es raro que no nos digamos lo que nos pasa. ¡N-no pido que me digas todo! ¡O sea, sí! Pero no, no te obligues, o bueno, no te estoy obligando, sí, eso. Quiero decir que es saludable si sabemos qué le pasa al otro. Por ejemplo, hoy capturé a un villano con un quirk de manipulación de los objetos. ¡Hubieras visto, Kacchan! ¡Fue genial! Movía las cosas con una destreza… parecía que las destruiría en cualquier momento, y no sólo eso, también podía cambiarles la forma. Me tardé en atraparlo, claro que tú lo hubieras atrapado antes que yo.

—Soy mejor que tu, nerd de mierda —Resopló Katsuki.

Izuku se detuvo, un poco sorprendido; luego sonrió.

—Por supuesto que sí, Kacchan. Eres asombroso.

Katsuki irguió el cuerpo, con una sonrisa de lado.

—Mi novio es asombroso —Dijo Izuku, previo a besarlo.

Katsuki se tensó enseguida, no esperando ese beso, ni la mano de Izuku sobre su mejilla, o la otra presionando su cintura.

¿En qué momento se descuidó para que Izuku se aprovechara y lo besara? Mantuvo los ojos abiertos por fracción de segundo e inmediatamente los apretó, inmerso en la cercanía y en la sensación. No sentía tan artificial la convivencia con Izuku como al inicio, sino que ahora era le resultaba un poco más cotidiano.

Esta relación se volvía menos apegada a que todo se dio por su borrachera, y más por el sentimiento y la necesidad de querer estar con el otro.

Y Katsuki quería.

Podía ver esto con la certeza de que le traería experiencias nuevas.

De no ser porque al día siguiente se encontró una imagen totalmente distinta a lo que pensaba que serían las cosas en su relación: a Izuku y Shinsou conversando demasiado cercanos en su rutina de patrullaje.

Quizás el amor que creía que existía entre ellos era una tontería que sólo él se la había creído.

Quizás su relación no estaba destinada a prosperar.

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NOTAS: Me tardé, pero aquí está el capítulo.

El romance de Kacchan e Izuku en pleno proceso de desarrollo.

Espero que les haya gustado el capítulo.