Capitulo 5


Miles gruñe cuando tiene problemas con el audio del micrófono.

-Estúpida cosa, funciona – susurra con los dientes apretados tratando de maniobrar los cables dentro de la ventilación.

Estaba en un trabajo de espionaje. Debía recolectar pruebas contra Kingpin y sus sucios negocios de armas ilegales y si tenía suerte también de drogas. Si todo salía bien, podría al menos cortar una de las alas del poderoso hombre y usarlo en su contra.

Kingpin tenía tantos enemigos que pagarían por esta información.

El micrófono vuelve a funcionar y Miles respira con tranquilidad nuevamente.

Las voces de los hombres vuelven a escucharse.

-Debemos sacar esas armas de Brooklyn y esconderlas. Aún no están listas.

-¿Y qué pasa con toda la inversión que hemos puesto en esto?

-Es preferible ocultarlas por el momento y esperar

-Es ridículo

-Escuché que el Merodeador está trabajando para Osborn

Miles hace una mueca de incredulidad. ¿De verdad creen que el Merodeador trabajaría para ese psicópata? Los dejaría creer lo que quieran, si eso los aterrorizaba, que sea así.

-Eso es un problema. Al principio pensé que era un payaso, pero en realidad es un mercenario que no le tiembla la mano al hacer su trabajo. Escuché que liquidó a toda la mafia rusa al oeste.

Miles sonrió con burla. Los rumores siempre exageraban los hechos. No había liquidado a toda la mafia rusa, pero los había asustado tanto que pensaba que no operarían por un tiempo.

-¿Conocen alguna manera de contactar con el Merodeador? Sería una buena jugada tenerlo de nuestro lado.

-Es imposible localizarlo. Se mueve como un fantasma.

-Si Osborn pudo, yo también puedo tener a ese imbécil en mi mano.

Miles sonrió con arrogancia. Kingpin debe estar desesperado si quería contratar los servicios de el Merodeador.

-Encontraremos la forma de contactarnos con él y si no quiere colaborar debemos convencerlo que esté de nuestro lado.

-En tu sueño imbécil – susurró Miles con sorna.

Su teléfono celular vibró en su bolsillo. Miles busca con rapidez el teléfono, un mensaje de Gwen brilla en la pantalla.

Los hombres siguen hablando. Miles los ignora, abre el mensaje de Gwen.

Estás despierto?

Ahora sí. Qué pasa?

Kingpin grita una serie de improperios. Gwen tarda un minuto completo en responder.

No puedo dormir

Miles entrecierra los ojos ante la respuesta. Un fuerte golpe en el audio lo sobresalta. Kingpin parece haber lanzado algún mueble en un arrebato.

Immsonio?

No, pesadilla

Miles no sabe que contestar. ¿Acaso ella quiere que él la consuele?

Miles?

Miles aparta un momento el teléfono cuando escucha como la reunión parece haber terminado. Pasos arrastrándose en el suelo, muebles arrastrándose, una puerta cerrándose.

Dónde estás?

Chelsea

Voy en camino

Ok

Miles se apresura en agarrar todo su equipo, limpiar sus huellas y desaparecer como un fantasma.


La habitación de Gwen está en penumbras cuando él llega. Se acerca a la ventana, observa la habitación y la abre sigilosamente.

El sonido de los zapatos golpeando la alfombra alertan a Gwen que se sienta en la cama.

-Miles

-¿Te encuentras bien?

Gwen asiente poco convencida. Miles no sabe como reaccionar. Es la primera vez que se ven de esta manera.

Gwen parece notar su confusión porque levanta las sabanas y hace señas para que se acerque.

-Duerme conmigo

Miles abre los ojos sorprendido, pero pronto se compone. Se quita los zapatos y la chaqueta. Camina hasta ella antes de acostarse a un lado de la cama.

Gwen lo cubre con las mantas y se arrastra hasta él, apoyando la cabeza en su pecho. Miles la abraza con un brazo. Ambos se quedan callados por un momento.

-¿Tu papá no me matará si nos encuentra así?

-Seguro que lo hará – dice la rubia riendo.

-No es divertido ¿sabes?

-No te preocupes, está trabajando. No vuelve hasta mañana a la noche.

Vuelven a quedarse en silencio. Gwen restriega su rostro en el pecho de Miles como un gato y lo envuelve con un brazo. Miles suspira, la aprieta más a él.

-¿Quieres hablar sobre tu pesadilla?

-Mm

Miles espera. Los sonidos de la ciudad se escuchan tenuemente.

-Soñé que morí

Miles se sobresalta levemente.

-Soñé que caía de lo alto, no podía sostenerme con nada. Vi a Peter, pero con un aspecto diferente, pero sabía que era él. Trataba de alcanzarme, pero no podía. Cerré los ojos y…

Gwen tomó aire, escondió su rostro en el pecho de Miles antes de seguir hablando.

-... podía sentir el viento en mi cara. La gravedad estirándome al suelo. Cuando abrí mis ojos, Peter ya no estaba. Eras tú el que trataba de alcanzarme.

Miles apartó el cabello rubio del rostro de la niña que se escondía en su pecho para poder verla.

-¿Qué pasó luego? – susurró Miles acariciando la espalda de Gwen en círculos.

-No lograbas alcanzarme. Mi cuerpo golpeaba el suelo y moría.

Ambos se quedaron en silencio. Miles la apretó más, casi subiéndola a su cuerpo.

-Eso no pasará. Nunca.

Gwen levantó la cabeza y lo observó. Ambos se miraron a los ojos.

-Ok– responde Gwen con una sonrisa. Ella acerca su rostro a él y lo besa. Miles la aprieta a él y profundiza el beso.

-¿Es la primera vez que sueñas esto?

-No

-¿Peter lo sabe?

-No, no quiero asustarlo. Sé que se pondrá un poco paranoico si se lo digo.

-Bueno, no sería el único.

Gwen vuelve apoyar su cabeza en el pecho de Miles.

-No te pongas paranoico, Miles

-No prometo nada

Ella ríe suavemente. Miles nota el cansancio en ella.

-Duerme, mami

-Mm

Miles sigue acariciando en forma de círculos la espalda de Gwen.

-Estoy planeando hacer un artículo periodístico para ingresar como pasante en el Daily Bugle – balbucea Gwen con los ojos cerrados.

-No sabía que querías ser periodista

-Yo tampoco

Miles frunce el ceño, levanta la cabeza para poder observar a la chica, pero le es imposible desde su posición.

-¿Qué clase de artículos quieres hacer?

-Mmm

-¿Gwen? – Miles la sacude ligeramente. Tiene un mal presentimiento de esto.

-¿Qué pasa? – responde la rubia con voz pegajosa por el sueño.

-El articulo para el periódico…

-Oh, quiero ayudar a la policía a… atrapar a todos los delincuentes. A informar la verdad a la ciudadanía.

-Eso es peligroso, Gwen. ¿No es mejor una carrera en la música o el ballet? Eres buena en eso.

-No, quiero hacer algo más

-Gwen… -suspiró Miles inquieto. Quería sacudirla y hacerla entrar en razón. Si ella comenzaba a husmear en temas del mundo criminal, ella estaría en problemas.

-Miles, es lo que quiero hacer – murmuró apretándolo a ella.

-Bien, pero ten cuidado

-Mm

Luego de un momento Gwen lo soltó, giró, dándole la espalda. Miles la siguió con la mirada. Él giró también, acercando su pecho a la espalda de ella, pasó un brazo por su cintura y la apretó a él. Gwen murmuró entre sueños sobre movimientos de ballet y comida caliente. Miles sonrió besando la coronilla de su cabeza.

Él cerró los ojos persiguiendo el sueño junto a ella. Si hubiera sido un poco más observador, si no hubiera estado distraído por la belleza durmiente, hubiera visto la nota bajo la cama de Gwen donde Ben Urich la citaba para hablar sobre el merodeador.

Los problemas apenas comenzaban.