Desde el primer día en el que Vagatha había regresado al campo, ella se había asegurado de mantener un perfil bajo al realizar sus deberes. Una ventaja de su línea de trabajo era que: Si no ves maldades, puedes pasártela sin hacer casi ninguna mierda todo el día.
Para su desafortunada suerte, y tal como ella había sido advertida, ella y Arackniss habían sido forzados a permanecer juntos en sus turnos. Si uno era visto sin su compañero sufrirían consecuencias disciplinarias.
Por primera vez desde siempre, Vagatha estuvo agradecida con la falta de deber de Arackniss. Desde que ella había regresado, habían perdido el tiempo visitando los amigos de Arackniss en varios lugares a lo largo de la ciudad de forma casi rutinaria.
O más bien, Arackniss visitaba a sus amigos mientras que Vagatha se quedaba en la patrulla a ventana cerrada para evitar que el hedor del bar en el que estaba estacionada la hiciera vomitar.
Su estado actual y aún en recuperación exacerbaba su malestar y su habilidad para relajarse, ya que ella revistaba con frecuencia el retrovisor del auto en busca de Charlotte o su matón o cualquier criminal que Charlotte pudiera contratar.
El radar de alarmas de Vagatha debió haber sonado cuando central llamo a su radio exactamente a las cinco en punto. Tal vez debía dejar de beber ese café mañanero que solo podía beberse a tragos grandes.
"Central a todas las unidades necesitamos que realicen un 11-10 en la avenida Moisés 1522, cambio."
"Central, aquí X-22, iremos a investigar," Reportó Vagatha.
Ella sabía que era ese lugar. De hecho, podía verlo al final de la calle a través de su retrovisor.
Una escuela abandona en un estado decadente. Había sido abandonada por tantos años maleza y plantas había crecido sin control al punto de volver el lugar en una pequeña jungla. Las raíces se habían esparcido a través de los muros, alrededores y entre las grietas que el edificio tenía.
Vagatha sabía que esa alerta era demasiado simple como para que alguien tuviera algún negocio o asunto allí adentro. Pero Vagatha había pensado lo mismo de las otras alertas que había recibido a lo largo de las dos semanas desde que había vuelto.
La idea de no hacer nada claro cruzó su mente, debido a su herida—pero su cautela excesiva le dijo que solo podía usar esa excusa hasta cierto punto.
Arrancó el motor del auto y su pie estaba a punto de pisar el acelerador, cuando se detuvo a escasos centímetros encima de este. Vagatha suspiro con pesadez y apretó el claxon.
"¡Arackniss! ¡Trae tu culo al auto antes de que te saque!" Vagatha gritó tras abrir la ventana del coche. Una punzada le hizo doblarse mientras se recargaba sobre el marco de la puerta y sostenía su mano contra su abdomen.
Entre más Vagatha esperaba por Arackniss, más ruido venía del bar de enfrente.
Empezó con pisadas fuertes seguidas de gritos y maldiciones. Poco después Vagatha escuchó cristal rompiéndose y mesas siendo lanzadas al aire. Al igual que las mesas, las puertas al local se abrieron de golpe y Arackniss salió volando a través rodando escaleras abajo.
Media docena de gente en diferentes estados de intoxicación persiguieron a Arackniss hasta el coche con todas las intenciones de poner sus manos encima en él, hasta que Vagatha sacó su arma y les apuntó.
"¡Retrocedan o les juro que les vuelo la cabeza a cada uno de ustedes, imbéciles descerebrados!" Los hombres borrachos parecieron entender el mensaje y lentamente caminaron hacia atrás. Vagatha amartilló su pistola y todos terminaron corriendo tan rápido como podían en diferentes direcciones.
Arackniss se levantó del suelo torpemente y alcanzo la manija del auto pesadamente, arrastrándose hasta el asiento del copiloto.
Vagatha ni se molestó en comentar la situación y se alejó conduciendo.
"Eh, gracias, por, HIP, salvarme el culo."
"No lo hice." Fue todo lo que Vagatha se molestó en decir antes de informarle del 11-10 que tenían que en la escuela abandonada antes de estacionar en frente de ella.
"Yo iré a investigar, tú te quedarás en el coche en caso de que Central o el sargento llam—" Vagatha alcanzó a ver por el rabillo de su ojo como un borracho Arackniss tenía todas las intenciones de salir. "¡Hey! ¡Hey! ¿¡Qué demonios crees que haces!?" Preguntó mientras intentaba sentar a Arackniss de vuelta en su asiento mientras el policía sacudía sus brazos como un niño jugando a las atrapadas.
"¡Deja de to-BURP-tocarme! ¡Voy a patear el culo de este imbécil! ¡Deseará nunca haber nacido!"
"¡Solo terminarás lastimándote! ¡Eres tan frus—¡" Vagatha se detuvo antes de recaer en las rutinarias peleíllas que los dos tenían. Una sensación venenosa quemo su garganta mientras reprimía las palabras amargas para que no escaparan de sus labios.
Mientras Arackniss estaba ocupado con que se lo llevase la chingada, Vagatha hacía lo mismo revisando el retrovisor de manera discreta. Podía sentir su piel erizándose ante la idea de que su patrulla de policía la hiciera un blanco fácil.
"¿Por qué…no mejor te quedas aquí en caso de que central llame? Yo iré a investigar y tú puedes…" Vagatha detuvo sus palabras al ver como Arackniss se estaba cayendo dormido sobre su asiento hasta que su boca quedo semi abierta y su cuerpo liso. "…hacer eso." Vagatha no tardó en salir del carro y cerró la puerta tan silenciosamente como pudo. Busco por los alrededores por una puerta o apertura en la reja rodeando el lugar.
Vagatha no podía dejar de sentir que estaba caminando en una trampa. Eso no era lo que le molestaba, si no quién la había preparado. Ella ya se estaba menospreciándose por caer directamente dentro de una obvia trampa específicamente construida para ella tan fácil.
Sus sospechas no estaban construidas sin fundamentos. Durante las dos semanas que estuvo ausente de su trabajo, decenas de mensajes habían llegado al teléfono que recibió cuando estuvo de baja.
Un zumbido perturbaba la poca paz que Vagatha pudo tener para sí misma esa noche. Tan solo la acompañaba el sonido de un ventilador prendido en su apartamento.
Vagatha revisó el teléfono y vio en la pantalla una notificación de mensaje.
Numero privado: Estás bien? :)
Ese mensaje y mucho más fueron dejados en visto. Vagatha no tenía intención de darle a esa mujer lo que quería.
Y sin embargo, he ella en ese lugar, haciendo exactamente eso.
Tras explorar, Vagatha se encontró con una vieja puerta con candado cubierta de oxido. De pimeras intentó sacudirla. Cuando eso no funcionó optó por patearla, al intetarlo pudo sentir como la herida en su abdomen quería abrirse. Vagatha se dobló sobre sí misma y respiraba pesadamente mientras sostenía su herida hasta que el dolor se calmó lo suficiente.
Busco entre la maleza cerca del lugar y encontró una roca lo suficientemente grande, la levantó y la estampó contra el candado y hasta que se abrió y cayó al suelo junto con la cadena en la puerta.
Estaba tan distraída por su malestar que no notó las marcas frescas de la puerta en la tierra al abrirse. Vagatha acomodó el candado y la cadena para que parecieran intactas.
Al adentrarse por el patio de aquella escuela abandonada Vagatha pensó que había entrado a una película de terror por el patio de juegos una vez antaño lleno de niños y vida.
Continuó explorando hasta que encontró la entrada a la escuela por el patio de juegos a través de un pórtico de madera blanco, ensuciado por el paso del tiempo y la naturaleza, dándole una estética casi postapocalíptica.
La madera de la puerta blanca crujió cuando Vagatha la abrió, aun con el más absoluto cuidado que ella podía tener. Su mano ya posaba sobre su arma en su cinturón mientras entraba, pero encontró un cuarto de juegos desolado, a excepción de juguetes abandonados y en pobre estado, al igual que el resto del lugar. Todo el lugar estaba envuelto en una oscuridad casi completa, de no ser por las decenas de agujeros de diferentes tamaños en el techo. Algunos tan pequeños que solo una serpiente podría meterse y unos cuantos más, escasos y tan grandes como si un equipo SWAT hubiera entrado con todo al lugar.
Su mano dejo su pistola por un segundo cuando escucho un revoloteó llenar el cuarto. Vagatha sacó su arma en un desenfunda veloz y apunto directamente al techo, solo para alcanzar a ver como una parvada volaba del lugar.
Vagatha suspiró cansada y posó su mano contra su frente. Apretó su pelo entre sus dedos mientras intentaba calmarse; podía sentir todo su estrés concentrándose en su ojo izquierdo donde aún tenía la cicatriz por el cuchillo—Vagatha juraba que uno de esos días todo ese estrés haría que reventase.
No le tomó mucho tiempo darse cuenta que el primer piso de la escuela estaba lleno con nada más que decadencia. Vagatha pensó que tal vez había visto cosas donde no las había, pero al acercarse a las escaleras que la llevarían al segundo piso, escucho notas de un piano y una voz cantando.
" Nunca nos…con vida~ Viviremos como mala ta-rara y nuestros…obras maestras~
Antes de que Vagatha lo supiera, ya estaba subiendo las escaleras. Mientras más se acercaba, más podía distinguir las notas de piano viajando por los pasillos y corredores vacíos.
Su creciente estrés jugó trucos con su mente y sus sentidos, al punto de que ya no podía saber de dónde venía la música y las voces.
¿Izquierda? ¿Derecha? ¿Detrás de ella? ¿Del techo?
Vagatha no pudo hacer más que vagar entre tenues rayos de sol que se filtraban por los agujeros del techo. Llegó a un teatro con unas cuantas filas de sillas en cada lado de la habitación, y al final del largo cuarto, Vagatha encontró la fuente del sonido que la estaba volviendo loca:
Al final del teatro, iluminada por un gran hoyo en el techo, había una mujer rubia con el pelo enredado con ligas y smoking y pantalones rojo, parecían hechos a la medida, al igual que los zapatos negros.
Charlotte Morningstar. Era evidente que la mujer no había notado la presencia de Vagatha, pues ella continuaba cantando para su propio divertimiento. La letra imprecisa era acompañada por un set de habilidosos, casi magistrales dedos bailarines sobre las teclas del piano que eran su salón de baile.
Vagatha se acercó al particular escenario tan cerca como pudo como la oscuridad le permitía sin revelarse a sí misma. Estaba absorta por la pasmosa escena que casi cruzaba la línea que dividía la oscuridad de la luz. Casi era atraída hacía la luz como una estúpida polilla a una llama.
Apenas estaba retrocediendo a un punto más seguro en la oscuridad cuando se tropezó con su propio pie y la madera en el piso crujió por su peso.
La música se detuvo y el silencio cayo en el cuarto como el corazón de Vagatha cayó al fondo de su pecho.
"¿Husk? ¿Eres tú? ¿Terminaste de revisar la cocina? De verdad, no sé cómo se supone que algún niño coma saludable en tan pobres condiciones. ¡Oh! ¿Sabes a que me recuerda eso? Podríamos hacer unos talleres para esa preparatoria que esta debajo de la autopista. Sé que no te gusto la última vez que lo hicimos pero de esos talleres encontramos a esa impr—" Charlotte se unió al silencio y su mirada se perdió en la oscuridad. Su cara tenía una infante y curiosa tanquilidad. La más pequeña señal de una sonrisa destelló en sus labios antes de que dijera:
"¿Oficial? ¿Es usted?" Preguntó en ninguna dirección en particular. "¡Juro que esta vez no estoy armada!" Dijo usando sus palmas como un megáfono.
"Tal vez no, pero yo sí," Vagatha afirmó. El barril de su arma emergió de la oscuridad apuntando a Charlotte antes que ella.
"Hola," Charlotte chilló apenado y una sonrisa nerviosa mientras levantaba sus manos.
"Hola," Vagatha replico en un tono frío y amartilló su pistola.
"¡Lo siento tanto que le disparé! ¡Le juro que no sé qué pasó! ¡No sé cuándo mi dedo se puso en el gatillo y ni siquiera—"
"Me importa una mierda tus excusas. Secuestraste e intentaste matar a una oficial de policía, voy a disfrutar poniéndote las esposas y metiendo tu trasero tras las rejas por el resto de tu vida." La ira de Vagatha le impidió captar el ligero sonrojo en las mejillas coloradas de Charlotte, al igual que un diminuto susurro de algo que Vagatha no captó.
Cuando Vagatha dio un paso al frente para poner sus manos encima de Charlotte, un enorme brazo se colocó alrededor de su cuello. Vagatha alzó su pistola en contra de la corpulenta figura, pero esta agarró su mano para quitarle pistola.
En medio del forcejeo una bala salió disparada, los pájaros en el techo volaron asustados, y un Arackniss aun durmiendo en la patrulla se sobresaltó con sus ojos abriéndose por un momento antes de caer dormido de nuevo.
La bala disparada dejó un pequeño agujero en la viga de madera por encima del piano en el que Charlotte estaba sentada. La figura encapuchada arrebató la pistola de las manos de Vagatha y la sometió apresando sus dos brazos con un solo brazo, mientras que con su mano libre guardo la pistola de Vagatha dentro de su capucha.
Al estar tan cerca pudo ver que la figura vestida con una gran gabardina café y solo pudo deducir que era Husk. Ella contratacó dándole codazos en su abdomen aprovechando la diferencia de altura, pero el guardaespaldas apenas se inmutó ante los golpes y restringió sus dos brazos usando solo un brazo.
Cuando Vagatha dejo de pelear fuera de su impedimento, Husk la forzó a caminar hasta estar en frente de Charlotte en el piano.
"Sé…" Charlotte aclaró su garganta. "Sé que esto se ve mal, pero de verdad quería ver como estabas después de nuestro último en...cuentro…"
"¿Y?" Los detectores de mentiras de Vagatha empezaron a elevarse.
"Y…necesito pedirte un super duper favor. No estaría pidiendo esto a nadie más si no fuera super urgente."
"Eres un cabo suelto," Husk renegó.
El ceño de Vagatha se frunció a la vez que los engranes en su cerebro giraron. "Quieren chantajearme."
Charlotte gimoteó en desacuerdo. "Chantaje como que es una palabra muy fuerte. Prefiero usar 'intereses compartidos'."
"Ha. Muy mal que ustedes dos no tienen nada que me pueda interesar."
"Laaaamento decirlo, pero allí es donde te equivocas," Charlotte puso sus dedos juntos y jugó con ellos. "Verás, tu patrulla de policía se reportó como desaparecido hace dos se—"
"Me di cuenta cuando desperté en el hospital después de que me disparaste."
"Cierto…bueno, después de que 'eso' pasara, le pedí a Husk que trajera tu auto a la residencia de Angel. Ya sabes, no podía dejar que nadie supiera lo que te pasó…y el problema es que…¿Como que aún lo tenemos?"
"¿Y qué? ¿Qué quieren por él? ¿Dinero?"
Charlotte se río nerviosamente. "No, no. En lo absoluto. Dinero es lo último que necesitamos."
A estas alturas, Vagatha ya no estaba segura de que se trataba este encuentro. "¿Quieren regresármelo para salvarme el culo y que les deba una?"
"¡No, ese es el problema!" Charlotte tomó una de las cillas en el teatro y se sentó en frente de una restringida Vagatha. "Me encantaría regresártelo por las…molestias…"
"Pendejadas…" Vagatha gruñó contra el brazo de Husk.
"…pero, ¿¡Quién demonios hace eso en esta ciudad!? ¡Ni siquiera podemos dejarlo casualmente por allí ya que eso podría vincularse de vuelta con nosotros! Ergo, tú." Charlotte ondeó su brazo hacia Vagatha.
"Sí tu padre es tan maldito poderoso…¿No tiene gente que se encarga de estas cosas?"
"Mi padre no sabe sobre que nuestro 'encuentro' ha pasado en lo absoluto. Me gustaría mantenerlo de esa manera, y creo que a ti también te gustaría. Podemos ayudarte si nos ayudas."
"¿Y para qué demonios me necesitan para empezar?"
"Tiene que ver con uno de los tres V's. Vo—"
"No," Vagatha sacudió la cabeza. "No voy a hacerlo."
"¿Podrías por lo mínimo escucharme antes de que digas no?"
"¡Me importa una mierda de que se trata o para que me necesitas! ¡Dejame! ¡Ir!" Vagatha batalló para soltarse de la llave de Husk, pero el viejo guardaespaldas se mantuvo firme.
Al ver que sacudir y tirar iba a servir de poco, Vagatha le pegó un golpe en la pierna de Husk con su talón, eso estremeció al encapuchado lo suficiente y acrecentó sus esfuerzos para restringirla. En medio de su pelea de tira y afloja, la gabardina de Husk se abrió donde ella podía ver la silueta de su pistola y la sacó.
Husk inmediatamente notó lo que ella había hecho y la dejó ir a la vez que él saco la pistola de Vagatha—Fue solo entonces que Vagatha se dio cuenta que ella había agarrado la pistola de Husk.
Policía y guardaespaldas se apuntaron el uno al otro hasta que el primero se dio cuenta que Charlotte estaba parada en frente de ellos, como una estatua queriendo pretender ser invisible al no moverse.
Vagatha se apresuró hacia ella y sujetó su brazo contra su espalda al mismo tiempo que continuaba apuntando a Husk.
"¡Suéltala!" Vagatha gritó. Pero Husk permaneció firme. "¡Dije que la soltaras!"
Charlotte aún tenía un brazo libre, e hizo un gesto con su mano a Husk para mantener su distancia y asintió su cabeza a él.
Solo sus pupilas se movieron en su postura inmutable hacia su jefa, quién continuaba asintiendo fervientemente. Husk bajó su arma, lento como un reloj.
"No intentes pasarte de listo ni ninguna mierda así. Tira tu arma."
Husk obedeció tirando su pistola lejos de ellos tres, cayendo entre las filas de sillas en el teatro frente al escenario. Vagatha maldijo para sí misma, pero optó que eso era mejor que nada.
"¡Ahora date la vuelta y ponte de rodillas!" Vagatha ordenó, pero Husk pareció no escucharla. "Dije de rodillas!" Husk y Vagatha se miraron fijamente a los ojos, ni siquiera atreviéndose a parpadear. Vagatha sabía exactamente lo que él estaba haciendo, él estaba leyendo su expresión y sus emociones para predecir su próximo movimiento. Ella estaba haciendo lo mismo y esto era una partida.
Y si Vagatha era honesta consigo misma…
Sabía que iba a perder.
Husk dio un paso hacia la tras y Vagatha inmediatamente disparó al muro detrás de Husk como represalia. "¡No intentes ni una mierda, tu enorme saco de…mierda! ¡No te daré un tiro de advertencia!"
A pesar del oxímoron, Husk intento moverse otra vez y Vagatha disparo.
CLUNG CLING CLANG
La bala de Vagatha rebotó varias veces en objetos y superficies de metal alrededor del teatro. La policía dejo ir a la mafiosa-en-ascenso para encontrar un lugar para cubrirse; ella y su guardaespaldas hicieron lo mismo, encontrando refugio agachándose en las escaleras del escenario.
Vagatha se escondio detrás del piano mientras que la bala volaba por todo el lugar, un gran zumbido llenando sus oídos.
Los tres vieron en una atención tensa como la bala quedo incrustada en una de las vigas de madera en el techo encima del piano. Mientras la situación se calmaba, Charlotte fue la primera en romper el silencio.
"Oh, gracias al cielo no paso nada malo. Por un segundo pensé—"
Un sonido de crujido asesinó el breve silencio en la habitación, proveniente del techo en el mismo lugar donde la bala impactó en la viga. Grietas se esparcieron por su superficie hasta que la viga se partió en dos, al igual que los soportes en los que se sostenía inmediatamente después.
Vagatha tan solo pudo ver una sombra creciendo sobre su cabeza a la vez que se quedó atónita al ver la viga caer sobre su cabeza como si estuviera viendo la llegada del Armagedón.
"¡Nooo!" Fue todo lo que Vagatha pudo oír antes de ver por una fracción la figura de Charlotte. La empujó fuera del área de impacto antes de que la Viga aplastara al piano y destrozara el piso de madera en dos, como si de la tierra misma se tratase.
Los restos del piano recibieron la mayor parte del golpe, liberando una miríada de notas musicales en una estruendosa ola de sonido. Dicha ola de sonido y el impacto estremecieron los cimientos del edificio, y escaparon sus muros a los alrededores cercanos para estremecer a cualquiera cerca.
Cualquiera cerca, tal cual como un dormido Arackniss se tambaleó, sacudiendo sus brazos como un niño que acababa de despertar de un sueño donde se caía de una montaña. Su cabeza giró a todas direcciones buscando la fuente del sonido hasta que sus ojos recayeron sobre la abandonada escuela. Su mano derecha se posó sobre su pistola en su cinturón y salió de la patrulla.
Mientras tanto, adentro de la escuela, Vagatha y Charlotte estaban tiradas al borde de la inconsciencia. Se encontraban en la principal área de una biblioteca, al ver a su alrededor Charlotte vio que la caída había aplastado varias mesas en el cuarto. Algunas páginas de libro estaban volando alrededor.
Charlotte fue la primera en pararse, pero una magulladura en su hombro derecho entumió su musculo en un tirón. La mafiosa rubia soltó un rápido y desgarrador quejido antes de caer al suelo otra vez.
Ella solo jadear el dolor un respiro a la vez antes de que unas manos toscas la levantaron del suelo.
"Levántate," Una voz igual de tosca resonó en sus oídos. Charlotte pudo sentir a Husk poner su brazo herido sobre sus hombros. Mientras Charlotte arrastraba sus pies por el suelo, abrió sus ojos pesados y vio a Vagatha aún tirada en el suelo con algunos pedazos de escombros sobre su cuerpo y un pequeño sangrado en su cabello.
"¡E-espera!" Charlotte cojeó en la dirección opuesta a la que Husk iba, antes de que él la jalara de vuelta bruscamente.
"¿Qué crees que estás haciendo?"
"No-cough-no podemos dejarla así!" Husk tiro de su brazo fuertemente, pero Charlotte tiro con más fuerza. Ella cojeó hasta llegar a Vagatha y la encontró respirando muy levemente.
"¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!" Ella susurró entre gritos. "¡Oficial, por favor despierte!" Charlotte removió los pedazos de escombros de su cuerpo, pero solo podía usar su brazo izquierdo. Sacudió a Vagatha de sus hombros mientras que faltaba que le faltaba el aire.
Husk alcanzó a su jefa cansadamente y vio que su pistola estaba tirada unos cuantos metros lejos de ella. Husk recuperó su pistola y guardó la de Vagatha de vuelta en su gabardina.
La policía abrió sus ojos pesados y vio a Charlotte con su mano gentilmente sujetando su rostro. Vagatha la abofeteó y se alejó arrastrándose de Charlotte. A pesar de su desventajosa situación, Vagatha se rehusó a no estar lista para tirar puñetazos. Vio a Husk parado al lado de Charlotte y buscó su pistola en su cinturón, solo para encontrarla vacía.
"Tranquila, tranquila. Solo quedemos ayudar."
"¡Aléjense! ¡No se los diré dos veces!"
Charlotte estaba a unos cuantos pasos de Vagatha cuando las puertas de la biblioteca se abrieron de una patada y Arackniss cruzó las puertas con pistola en mano listo para disparar.
La primera cosa que distinguió con su visión doble fueron las figuras de Charlotte y Husk junto a la de Vagatha en el suelo. En un segundo, tres balas volaron a través de la librería llena de polvo y ligera maleza, perforando la tensa calma Charlotte intentó construir.
Las balas de Arackniss impactaron contra libros en los estantes al fondo de la biblioteca. Libros cayeron de sus repisas y hojas salieron de sus marcos por igual. Husk inmediatamente jaló a Charlotte para tomar resguardo entre los pasillos conformados por estantes altos y largos.
Husk forzó a Charlotte a agacharse mientras que él sacaba la pistola de Vagatha y se la daba a ella, posteriormente sacó la suya propia. "Quédate aquí. Úsala si tienes que hacerlo." Él amartilló su pistola y se asomó fuera de su escondite. Otra bala impactó contra la madera del estante. Husk gruñó y soltó una majadería para sí mismo. Se fue en dirección opuesta hasta el fondo del pasillo de estantes hasta llegar a un largo corredor que conectaba a todos los pasillos unos con otros.
El techo colapsado le impidió a Husk llegar a Arackniss usando esos mismos corredores. Él tendría que recorrer la librería y llegar al otro lado, y eso significaría exponerse a sí mismo.
Husk camino hasta el fondo de la librería, tan lejos de Arackniss como él pudiera. Se paró en la esquina del último estante dando al área central de la habitación. Podía escuchar pasos acercándose. "Como temporada de caza." Husk agarró un libro y lo tiró a campo abierto.
BANG BANG
Arackniss disparó al libro, o más bien, a la pared ya agujereada. Husk notó como las balas no estuvieron ni cerca de conectar con su objetivo.
Husk agarró otro libro y lo tiro de la misma manera. Tan pronto como escuchó un nuevo disparo, Husk contratacó disparando de vuelta, forzando a Arackniss a tambalear hasta encontrar cobertura. El guardaespaldas no perdió el tiempo y corrió hasta el otro lado de la habitación hacia el otro grupo de pasillos y corredores. A pesar de su alta edad, él hizo buen uso de su oportunidad y corrió tan ágil como un hombre en sus treintas.
Apenas Husk pudo ponerse a resguardo, él disparó dos veces más para mantener a Arackniss a cubierta mientras él ganaba terreno. Mientras Arackniss caminaba por el pasillo/refugio, tiró varios libros fuera de sus repisas con su tambaleo, unos cuantos de ellos cayeron cerca de Charlotte, sentada en el piso en el pasillo junto a Arackniss. Charlotte sostenía la pistola de Vagatha con un apretón con una mano, mientras que la otra tapaba su boca y acelerada y pesada respiración.
Mientras Arackniss se escondía, Husk tomó la oportunidad para poner sus manos encima de Vagatha y una silla, arrastrando las dos a uno pasillo, fuera de la vista de Arackniss; un pasillo perfectamente alineado con el que Charlotte se escondía al otro lado de la biblioteca.
Husk ató a Vagatha a la silla y le tapó la boca con un trapo que él tenía en su gabardina. Preparó su pistola apuntando a la entrada del pasillo al escuchar pisadas acercarse cada vez más.
Su vista inevitablemente cayó en una resguardada Charlotte, observando cada uno de sus movimientos. Una vez que ella se descifró sus intenciones, negó con su cabeza fervientemente mientras lo miraba a él. Husk maldijo para sí mismo y guardó su pistola.
Arackniss se adentró al pasillo de Husk y lo vio parado de espaldas.
BANG BANG BANG
Arackniss disparó hasta que su cargador quedó vacío. Lo siguiente que supo fue que un libro se dirigía directo hacia su cara. La pistola de Arackniss voló de su mano antes de que su cuerpo cayera inconsciente al suelo después de dar unas cuantas vueltas por el golpe.
Un descapuchado Husk vestido con una camisa azul oscura con mangas suspiró con una pesadez tan grande como su edad.
Husk regresó de vuelta a la restringida Vagatha en un intento de posición fetal al querer cubrirse de las balas, las cuales fallaron e impactaron a su alrededor. Husk tomó su sombrero de su cabeza y su gabardina de sus hombros respectivamente y se vistió de vuelta.
"¡Ufff! ¡Que bueno que eso terminó!" Charlie echo un suspiro de júbilo mientras salía de su escondite y volvía al lado de Husk mientras estiraba su hombro malherido. "Gracias, Husk. Te debo u—" Charlotte fue interrumpida severamente cuando Husk la agarró por el brazo y la forzó a caminar junto a él. "Aw-Aww! ¡Husk, espera! ¡Mi hombro aún sigue tieso!"
"Esto fue una mala idea." Husk renegó mientras que caminaban a la salida; en la distancia sirenas de policía se escuchaban.
Charlotte quiso quedarse aunque fuera dos minutos más para asegurarse de que la oficial estuviese bien, pero sabía que ya había molestado a Husk demasiado hoy. Logró echarle una última mirada a Vagatha, aun atada a la silla, y su corazón se encogió.
"No, no lo fue."
Mientras tanto, en otra parte de la ciudad, una van rosa manejaba por calles más pobres y sucias. Vagabundos y edificios abandonados se volvían la moda. En su pintura estaba dibujada una insignia de un corazón con alas y cuernos de demonio rodeado de espinas con tonos negros.
La van llegó a uno de los pocos edificios decentes en la zona. Un prostíbulo, y uno grande encima. La van aparcó por la zona trasera y la primera persona en salir fue una mujer en sus veintitantos años con un cabello multifacético café con mechones rubios y tintes blancos. Su piel era marcada por un ligero, pero claro bronceado. Su top corto sin hombros y pantalones ajustados complementaban la apariencia de su camioneta, al igual que la forma de vestir de su grupo de seguidores en la van.
Uno de los mechones de su cabello estaba encendido en una pequeña y diminuta llama, pero no le prestó demasiada importancia.
Las demás trabajadoras prostitutas en el lugar inmediatamente notaron su presencia. Todas ellas se hacían a un lado a la vez que la mujer líder del grupo caminaba en dirección a la oficina del propietario del lugar. La puerta a su oficina estaba protegida por dos guardaespaldas. La mujer entró sin molestarse a mediar palabra como si fuera su casa y abrió las puertas con un gran empujón.
Dos personas en la oficina pararon su conversación, una en cada lado de un escritorio, había tres sillas, dos en frente del escritorio y una atrás. Actualmente solo la silla del dueño y una más de enfrente estaban ocupadas por un hombre y una mujer. Tan pronto como ellos dos reconocieron quien había entrado prosiguieron un poco más antes de molestarse en prestarle atención.
El hombre detrás del escritorio levantó su sombrero de copa ligeramente de su cara, en su mano había un puro encendido emanando un humo rojo. "¿Cómo les fue con ese gordo y enorme cerdo?"
"Mejor de lo esperado. Esos idiotas nunca supieron que los golpeó. Ya estaban peleándose entre ellos mismos cuando nosotros llegamos."
El hombre inhaló de su puro y resopló el humo rojo por su nariz. "¿Y su líder?"
"Tal como dijiste, desapareció a la primera señal de problemas, nosotros," Una maliciosa sonrisa se dibujó en su cara. "Nos llevamos hasta el último centavo. Mis chicos ya están descargando la van."
El hombre en el escritorio vio a través de una serie de televisiones en la pared, cada una mostrando una locación diferente del burdel. Vio a los matones de la chica de cargando fajos de billetes fuera de la van, tantos como sus brazos pudieran cargar. Él notó como todo su nuevo dinero estaba limpio, libre de sangre—impecable incluso—Él inhaló de su pipa antes de volver a hablar.
"Esa fue una operación rápida, incluso teniendo un topo adentro," Él dijo.
"Vox es así de bueno." Verosika se mofó, pero no tanto como ella hubiera querido. "Debe de estar celebrando. Cuando llegamos no lo encontramos por ningún lado y no responde su teléfono. Mis chicos aún tienen bastante uso."
"Mis chicos."
"Mis. Chicos."
La mujer sentada frente al escritorio habló por primera vez. Su tono era comparable a abrir una cripta abandonada después de años. La chica bronceada habló su boca para replicar, pero se abstuvo de ello.
"Sí, señora Velvet," Dijo con un tono cansado mientras bajaba la cabeza.
"¡Esa es mi Verosika!" Su tono se avivó y saltó de su silla al colchón a sentarse al lado de su mejor esbirra. "¿No es ella la mejor, mi Valentino, mi Val?
"Mas vale que lo sea."
"¡Pues claro! ¡Ella mejor sigue siendo la mejor o ella sabe que regresará donde pertenece!" Velvet agarró a Verosika de sus hombros como si estuviera jugueteando. Río con un inquietante inocente tono mientras que Valentino sonrió a Verosika, y para ella fue como si su cara se hubiera deformado en un grotesco saco de estiércol guardado en el bonito contenedor que su traje era. Verosika tuvo escalofríos dentro de su piel, pero logró disimularlo. "Es nuestro oh-tan-importante-muñeco-que-no-pudo-atender-hoy preparado?"
"Mas vale que lo esté. Ha solicitado una estúpida cantidad de dinero para esta operación y me ha roto las pelotas durante semanas. Yo mismo le arrancaré las suyas si algo no le sale bien."
"Oh, créeme. Lo hará." Una contenida pero perversa sonrisa se plasmó en la cara de Velvet mientras apagaba la llama en el mechón de Verosika apretando su puño sobre su pelo.
Más tarde esa noche, después de todo el fiasco en la escuela y después de que los refuerzos hayan llegado, Vagatha y Arackniss redactaron el reporte de lo que había pasado.
Vagatha mintió sobre el día de hoy siendo la primera vez que ella había visto al hombre y mujer que Arackniss había descrito. No los habían logrado identificar, pero recibieron una orden de busca y captura con descripción.
Las heridas menores de Vagatha habían sido tratadas y ella pudo irse a casa.
La primera cosa que hizo al llegar a su apartamento fue quitarse su uniforme, tirarlo a una esquina de su cuarto y cambiarse a sus shorts cortos y camiseta gris sin mangas. Después se fue directo a la cama, cara abajo de primeras hacia la almohada con todas las intenciones de olvidar ese día de mierda, pero su mente no loa dejaría.
Todo en sus sueños eran visiones fugaces. Todas tan rápidas y entonces tan lentas, entonces negro.
La viga cayendo sobre ella. Después ella cayendo.
Pero también pudo ver a Charlotte corriendo hacia ella. Acaso…¿Por ella?
Antes de que la viga callera encima de ella, Vagatha despertó abriendo sus ojos de golpe y su piel húmeda en sudor.
Extendió su mano por su pistola debajo de su almohada y la apuntó hacia la oscuridad en su habitación y encontró…Charlotte—sentada en frente de su cama en una de las sillas de su sala de estar. Su pulcra figura era apenas visible por la luz urbana entrando por la ventana.
Las dos mujeres dieron un pequeño brinco para atrás y se estremecieron por la reacción de la otra y fue solo después del shock inicial que Vagatha se dio cuenta que su pistola no se encontraba en su mano, sino en el regazo de Charlotte.
"¡Oh, gracias a Dios le hice caso a Angel!" Charlotte exclamó con su mano en el pecho mientras tomaba un profundo respiro y limpiaba su frente con el dorso de su mano sujetando la pistola de Vagatha.
"¿¡Como chingados entraste!?" Vagatha luchó contra el impulso de saltar sobre el intruso. En su lugar busco ciegamente por la oscuridad hasta que su mano se topó con el interruptor de la lampara en su mesa de noche.
"Angel me ayudó dándome un empujón a las escaleras de incendios."
"¿¡Si Sabes que es ilegal traspasar propiedad privada!? ¡La de un oficial de policía para colmo!"
"Angel y yo discutimos bastante sobre los pros y contras de tener este arbitraje de camino aquí."
Oír ese nombre hizo a Vagatha fruncir su ceño mientras que podía sentir el dolor familiar de una sensación de migraña entrando en su cerebro. "¿Él está aquí? ¿Ese imbécil que me llamó peso muerto?"
"Quiero decir, ¿No? Más bien, él está abajo en la calle esperándome, pero te puedo jurar que él no lo decía enserio. El puede ser…un pelín frustrante cuando lo conoces, pero con suficiente tiempo puede-¿Estás bien?"
Vagatha masajeaba su frente en circulo con la punta de sus dedos. "Es muy temprano para esta mierda."
"¡Oh! ¡Pensé que dirías eso! ¡Y es por eso que te compré esto! Te gusta negro, ¿No es así?" Charlotte agarró un vaso de plástico con café en el suelo al lado de su silla. Removió la tapa de plástico y sopló el humo hirviente. "Toma, todavía está caliente." Extendió el vaso a Vagatha, pero la oficial se le quedó viendo con un sospechoso y confundido ceño en un puño.
"Toma primero."
"¿Qué?
"Que tomes primero."
"¡No esta envenenado!"
"¡Entonces toma primero!"
"¡Está bien! ¡No tienes que gritarme así!"
Charlotte tragó una bocanada del café de puro coraje. Una vez terminado se pavoneó de Vagatha con un "¡Hmm!"
"De todas maneras no lo beberé."
"¡¿Qué!? ¡Por favor! ¡Incluso lo compré del mismo lugar que tú lo compras todas las mañanas!"
"¿Cómo sabes donde compro mi café?"
"Yo…eh, yo lo dije en serio cuando dije que quería saber cómo estabas." Charlotte inclinó su cabeza evitando contacto visual con Vagatha.
"¿Y la mejor manera de descubrirlo era acosándome?"
"Okey, de primeras, acosar es una palabra muy fuerte. Segundo: No podía simplemente aparecer de la nada y decir hola, ¿O sí?"
"Lo acabas de hacer." Vagatha dijo con un tono de voz muerto.
"Okay, ese es un buen argumento," Charlotte gesticuló con su dedo. "Contraargumento: No vine aquí solo para decir hola."
"Ese no es un buen argumento."
"Es mejor que no tener ninguno."
Charlotte peleó contra una ferviente sensación arrastrándose por su cuerpo. Sus puños se apretaron y ella tuvo que tomar un respiro profundo y concentrarse únicamente en dejar de apretarlos.
"¿Por qué no te muestro un mejor argumento?" Charlotte agarró la pistola descansando en su regazo y se la devolvió a su dueña.
Vagatha la agarró con algo de duda y cuidado—como si estuviera cubierta de espinas—No obstante, ella apunto con su pistola a Charlotte; no en un acto de miedo u odio, pero porque sinceramente no sabía que otra cosa hacer en el momento. "¿Por qué?"
"Porque he querido pedir tu ayuda, ¡Por dos malditas semanas! ¡Lo siento si maldigo! ¡No me gusta hacerlo! ¡Pero me estoy hartando de esta ciudad y su mierda! ¡¿Por qué debe ser tan difícil dar algo de ayuda!?"
Vagatha parpadeo pausadamente mientras que los engranes giraban dentro de su cabeza. "Lo que dijiste en la escuela. Lo decías en serio eso de…¿Qué? ¿Reconstruir?"
Parecía que Vagatha había dado en el clavo correcto. Ante su pregunta Charlotte pareció darse cuenta de su pequeña rabieta y se recompuso poco a poco.
"En realidad…prefiero el término 'reformar'. Se que si lo impulso, alguien bien intencionado se encargará del resto. Es bastante simple, o por lo mínimo eso es lo que quiero creer."
"¿Y cómo puedo saber que no abusarás de esos lugares o algo parecido en el futuro?"
"¿Podría llevarte a una cita si ya conoces la respuesta?"
"¿Qu-QUÉ?"
Charlotte río abiertamente como si las dos estuvieran en una pijamada siendo amigas desde hace años y se habían confesado sus crushs. Vagatha podría perfectamente haber sido atravesada en el corazón. La noche brillaba más fuerte y su respiración se tornaba más pesada mientras le costaba mantener su postura en el momento.
"Supuse que reaccionarías así, y siendo honesta, no sería la primera vez," Ella bromeó.
"¿Co-omo dices?"
"¡Q-quiero decir-¡ Lo que dije sobre reformar. De seguro ya habrás oído en las noticias de ello. No es que quiera presumir o algo por el estilo."
El ceño de Vagatha se calmó a la vez que se oscureció y shock era reemplazado por un raro sentimiento de vergüenza arrastrándose por su piel. "En realidad, me enviaron a investigar a una persona anónima dejando paquetes de dinero en lugares aleatorios por la ciudad, lo cual me llevo a—"
Charlotte tarareó de acuerdo con ella. "Claro. Supongo que me estaba adelantando a mi misma y cosas así. ¿Te importa si yo…?" Apuntó a la cama, cuya dueña se movió un poco al lado para darle espacio sin mucha oposición.
Vagatha esperaba que su inesperada visita se sentara junto a ella, pero en lugar de eso Charlotte se acostó boca arriba mirando al techo como si fueran amigas desde hace años; por alguna razón eso no molestó a Vagatha.
"Es que…¿Cómo puedo no ayudar cuando sé que puedo? ¡Cuando he probado que puedo!" Suspiró pesadamente y se giró hacia Vagatha. "¿Crees que debería hacer algo diferente? ¿Algo…más?"
Tener a Charlotte tan cerca atrofió la mente de Vagatha a ser como la estática de una vieja tele. Su cerebro se desconectó de su boca y palabras escaparon de sus labios sin apenas pensar.
"Podrías enviar a alguien más a enviar para hacer las entregas. Los patrones son todo para las investigaciones policiacas." Las palabras fluyeron de su boca como agua en un grifo roto, como si alguien más estuviera hablando, alguien estúpido cuyo cerebro estuviera apagado. "Expande tu círculo íntimo."
Y continuaba volviéndose más estúpido.
Charlotte la miro con los mismos ojos que en el teatro antes de que una sonrisa chispeara en las esquinas de sus labios. Exhaló una sola risa entre sus dientes y su sonrisa se agrandó un poco.
"¿Te gustaría unirte?"
"¿Qu—"
"Antes de que digas 'qué' otra vez. Tranquila, nunca te pediría hacer algo que no quisieras. No necesitas dejar de ser una oficial por mí…aunque esa es más o menos la razón por la que quería pedir tu ayuda."
En ese momento, Vagatha regresó a sí misma, a la vez que podía sentir sus defensas erizándose. "Uno de los tres V's."
"Sí," Dijo pesadamente. "Vox Hamill."
"¿Tiene que ver algo con las elecciones que se acercan?"
"Chingada madre. Esto es peor de lo que pensé."
"Y probablemente se ponga peor." El tono de Charlotte se volvió pesado por un segundo. "Algo que deberías saber es que mañana tu sargento te dirá que deberás ir a la fiesta que Vox hará en uno de sus penthouse."
Tal como ella había dicho, el sargento de Vagatha la invitaba, por no decir forzaba, a ir a la fiesta que Vox organizaría para recolectar votos. Ya sea que una fiesta con ese propósito era legal o no, escapaba del conocimiento de Vagatha—sin embargo, al final supuso que eso no importaba de cualquier modo—el colmo de todo fue que descubría que Arackniss también iba a ir junto con ella.
"Eso suena como un montón de gente importante. No tengo nada decente que ponerme."
"¡Se me ocurrirá algo!"
Luego esa misma noche, Vagatha recibía un "regalo" de la misma manera que la última vez.
"Esto es algo penoso de pedir pero, ¿Crees que puedas contestar mis mensajes, porfis?" Charlotte junto sus manos.
Después de que recibía el paquete, Vagatha se dirigía a un aparente punto aleatorio en su sala de estar. Removía una de las tablas de madera del suelo y sacó el teléfono que Charlotte le regaló.
"¿Y si alguien revisa nuestros teléfonos?"
"Nadie encontrará nada sospechoso en dos amigas hablando. Aunque, solo por si acaso, seamos un poquitín…ambiguas."
Vagatha veía el desfile de mensajes dejados en visto que Charlotte le había enviado, la cual había guardado en sus contactos como "Charlie", a petición de ella. Todos lo suficientemente simples como para que ella pudiera entenderlos, pero a la vez crípticos para que cualquier curioso no pudiera entender de que trataban sus conversaciones en realidad.
Al final del chat aparecía un nuevo mensaje enviado hace diez minutos. Consistía de un emoji de vestido, un corazón y un signo de interrogación.
Yo: ¿Qué?
Charlie: ¿Te gustó mi regalo?
"Está bien, supongo, ¿Pero de que trata tu plan?"
Los siguientes días pasaron volando y Vagatha se encontraba mortificada al encontrarse caminando a la entrada de la penthouse de Vox.
Vagatha llevaba un vestido azul que dejaba sus hombros al descubierto y llegaba casi hasta sus rodillas. No era para nada un vestido exótico o revelador y aun así Vagatha no podía evitar sentirse expuesta. Había acomodado su cabello café en una enorme cola de caballo que parecía casi una melena por si sola.
"¿Dónde diablos conseguiste ese vestido?" Arackniss preguntó burlón. Él estaría riéndose de ella si no fuera porque él también había sido forzado a venir.
"Hoy no, Arackniss. Y no pinche ahora."
"Aún estoy esperando un 'gracias' por salvar tu culo antes."
"No necesité que nadie me salvara!" Se giró hacia Arackniss cara a cara. "¡Y tú casi me matas porque no podías ver ni mierda, imbécil!"
"¡Hey! Si no fuera por mí, esos tipos te hubieran vendido al primer chulo que se encontraran."
"Tú no sabes eso."
"¿¡Y TÚ SÍ!?" Él grito acercándose demasiado a Vagatha, quien instintivamente dio un paso para atrás.
"¡No hagas una escena! ¿¡Qué demonios te pasa!?" Vagatha empujó a Arackniss a una esquina menos aglomerada para calmarlo, pero él se rehuso.
"¡Eso no es de tu puta incumbencia!" La empujó a un lado y se dirigió directo a la barra libre que Vox había organizado, dejando a Vagatha sola hasta que…
"Hay algo que no me has respondido." Vagatha dijo. Charlotte preguntó que era. "¿Por qué me necesitas a mí?"
Charlotte inclinó ligeramente su cabeza simpáticamente. "Creí que ya había respondido eso."
"No, ¿Por qué yo? ¿Por qué un poli? No hay nada que me haga relevante como para envolverme en todo esto.
"Eso es algo gracioso," Charlotte río nerviosamente y acarició su brazo repetidamente. "Eres un policía, sí, y puedes hacer tantas cosas que no todos pueden. N-no me refiero solo porque seas un oficial. Puedes hacer tanto incluso cuando el mundo no nota que existes."
"¿Quieres incluirme por qué soy un don nadie? Si desaparezco, ¿Quién lo notaría? Soy un don nadie que tú puedes usar."
La sonrisa nerviosa de Charlotte tiritó un poco y decayó. De pronto el silencio de la noche se crecía en la habitación, con el ruido urbano transformándose en estática llenando sus oídos. "Yo lo notaría."
"¿Qué dijiste?"
"D-dije que…esa no es la manera en la que yo lo pondría."
"Esa es la manera que es." Vagatha se paró de la cama con su mano entre su pelo. "Me cago en…ya no podré dormir de todas maneras, dame esa mierda." Agarró el café que Charlotte le había comprado y se tomó una bocanada en un trago y falló en evitar hacer una cara de asco.
"¿Mejor?" Charlotte preguntó tratando de sonar lo menos molestosa posible. "La manera en la que yo lo pondría es que yo también soy un don nadie. Casi nadie sabe que existo. No es que quiera reconocimiento, o algo por el estilo. De hecho prefiero mantenerme en el anonimato. Seguro puedes entender por qué.
"Solo es que…veo que eres como yo, y…no sé, pensé que podrías entender lo que es querer ayudar aun cuando nadie te aprecia. Tú lo tienes más fácil que yo, a ti te pueden dar las gracias y hasta una linda placa para colgar en tu pared. Me gustaría conformarme con saber que pude ayudar a alguien aún si nunca saben de mí." Charlotte soltó una sola carcajada triste. "Lo siento, ¿Siquiera estoy haciendo sentido?"
Vagatha se quedó viendo a Charlotte con una boca medio abierta. Ninguna palabra podía salir de sus labios.
¿De verdad consideraría ayudar a las personas que se suponía ella debía encarcelar? Pero por un lado, ella solo debía hacerlo porque su trabajo se lo decía.
Vagatha había visto de que eran capaces autoridades corruptas, ¿Pero cuando ella había visto otra realidad? Ella no creía en atajos, pero, ¿Y que sí atajos eran la única oportunidad por un cambio?"
"¿Buscando a alguien?" Una voz dijo detrás de Vagatha. La oficial se volteó y se encontró con una Charlotte. Iba vestida con una camisa de sastre negra y toques blancos en el pecho, sus brazos arremangados hasta la mitad. También llevaba pantalones negros finos que abrazaban su delgada figura esvelta. Su cabello iba arreglado de una forma similar a la de Vagatha, con la excepción de que se veía más brilloso y mucho mejor cuidado en comparación al de Vagatha.
Charlotte ofreció su mano mientras tenía la otra detrás de su espalda. "¿Me concedes esta pieza?"
¡Feliz cumpleaños a mi! ¡Feliz cumpleaños a mi! ¡Feliz cumpleaños, querido Sondrox! ¡Feliz cumpleaños a mi!
Bueno, en realidad no es mi cumpleaños, pero se acerca, este es el tercer aniversario desde que publiqué mi primer fanfic. Curiosamente, cada vez que celebro publicando algo, siempre ha sido algo sobre Chaggie. Extraño.
Aquí está el segundo capítulo de Cops and Thugs. Espero que les haya gustado. Cuanto más escribía este capítulo, más me daba cuenta de que esta historia necesitaba ser más grande, similar al primer capítulo. Todavía no sé cuánto crecerá esto, pero estoy seguro de que me divertiré mucho bajando por esa madriguera. ¡Estoy emocionado por lo que he planeado para el próximo capítulo! También estoy practicando escribir escenas de lucha y ahora escenas de tiroteos. La experiencia será muy necesaria en futuras historias, pero no nos adelantemos.
¡Te estoy mirando!
Eso es un espejo.
Oh.
No creo que tenga mucho que decir en este momento, a diferencia de lo habitual. Favoritos, follows, comenten (- por favor haganlo) Me alegraría el día.
Nos vemos.
