Fairy tail no me pertenece. La historia es de mi imaginación.

Advertencia: Solo mayores 18. Por favor, no imitar lo aquí escrito. SIEMPRE todo consensuado. Practiquen sexo seguro. Comuníquese con sus parejas.


Capítulo VII

My whole existence is flawed


Para despertar a Gray, quien se encontraba dormido cómodamente sobre la cama con medio pie fuera y sin ropa; Natsu decidió golpearlo en las bolas. Pero se detuvo, dejaría que Erza se encargará de hacerlo sufrir al día siguiente.

Le jaló el pie que colgaba en el aire y le dijo "Despierta es tu turno" y sin importarle, se dejó caer en la cama listo para dormir después de una aburrida noche de no hacer más que pensar en la ansiedad que querer besar a Lucy, una vez más. A su lado, Happy saltó ya dormido sobre la almohada tapado hasta las orejas.

Con los pensamientos más claros y la emoción aún en la sangre, tuvo una excelente noche de sueño. Por la mañana disfrutó de su desayuno mientras Gray se quejaba por la falta de sueño.

—Tal vez hubieras dormido más en lugar de querer saber que color es la ropa interior de Juvia— le dijo mientras masticaba.

Y decir que el dolor en el rostro de Gray después de que Erza terminara con él no le daba lástima, estaba mintiendo. Pero se lo merecía.

Natsu sabía que Gray quería que él y Lucy estuvieran juntos.

En el pasado habían tenido dos conversaciones.

La primera ocasión, después de sacarlo del divertido grupo de fanáticos de Zeref, lo había golpeado reclamando por dejar sola a Juvia por tanto tiempo.

—¡Nos lo dijo llorando!— le había golpeado en la cara— La dejaste sola tanto tiempo.

—¡Estaba en una misión! — Gray le había regresado el golpe y le congelaba las piernas. Natsu sabía que lo había hecho enojar de verdad, por la postura que tenía y la fuerza en sus palabras — No puedes decirme nada, tu hiciste lo mismo.

—¿De qué demonios hablas?— recordaba el frío tan diferente de Gray, era la primera vez que peleaban uno contra el otro, después del fiasco de Tártaros y el año de separación, no había existido una oportunidad para probar los nuevos poderes de Gray como Demon Slayer.

—Tu hiciste lo mismo con Lucy— le recrimino en la cara. Aunque Gray era tan solo un poco más alto que él, Natsu no se sentía intimidado, en aquel entonces el roce que tuvieron cuando Gray se había negado a entregarle el libro de END, había sido el primer momento en que habían chocado de verdad.

—Yo le dejé una carta— se defendió Natsu. Gray no sabía lo difícil que había sido dejar el pequeño sobre en casa de Lucy para marcharse y dejarla atrás — No lo compares.

—¿Por qué no?— por que en aquel entonces ya era consciente de que quería a Lucy y el dejarle le había quebrado un poco el corazón — Dejaste una maldita nota, no tienes idea de lo mucho que lloró por ti, imbecil.

—…— Natsu no podía decir nada, sabía que Lucy había sufrido, lo había especulado desde que había visto la pared llena de notas y mapas con la ubicación de muchos, se había imaginado que Lucy había sufrido y llorado en soledad tras su partida, pero él también necesitaba estar solo y pensar. Gray pudo ver el dolor en su rostro por lo que por voluntad propia, dio varios pasos atrás y había desaparecido sus tatuajes.

—Mira, yo entiendo que la quieras … pero eso fue algo muy bajo de tú parte— Gray se rascó la cabeza y como pocas veces le miro a los ojos para tratar de acentuar lo que le decía.

—¿Cómo sabes?— Gray lo miró extrañado por su pregunta— ¿Cómo sabes que la quiero?

Por favor— le dijo con las palabras llenas de burla— Tengo la desgracia de conocerte bien.

—Pero yo solo lo acepte hace poco—

—Que lo hayas reconocido hace poco es tu problema— Gray alzo los brazos exasperado de lo idiota que podía ser Natsu —Todos sabíamos desde el momento que la trajiste al Gremio, que ella era diferente para ti.

—¿Sabían? ¿Qué sabían? ¿Cómo iban a saber ustedes antes que yo?—

—Natsu, sacaste un maldito árbol de su raíz y lo pusiste en una balsa por el canal solo para que ella lo viera por que estaba enferma— Gray le había dicho — Derrotaste a Rogue del futuro por haber matado a Lucy del futuro.

No podía— fue lo único que pudo decir Natsu en ese momento. No le gustaba recordar la muerte de Lucy del futuro, pero para él, solo había actuado como el mejor amigo de Lucy — No podía llevarla conmigo.

—Si de verdad la quieres, la hubieras llevado contigo— y esa conversación había terminado. Había comenzado su tiempo de reflexión, extraño por supuesto nunca había pensado tanto como había pensado en Lucy.

La segunda ocasión, fue cuando estaban construyendo las ciudades después de la guerra contra Álvarez y la destrucción que causó Acnologia. Había aprovechado una de sus peleas usuales y le había dicho de la nada lo que llevaba meses pensando.

—Quiero a Lucy— Gray se había sentido tan fuera de lugar cuando Natsu le dijo aquello.

—Felicidades, ya sabía— a ambos, junto con Gajeel, los habían puesto a ayudar con la herrería. Entre los 3 aceleraban el progreso de producción mientras no estuvieran peleando. Gajeel tenía un límite de peleas que paraba y un límite de las que se unía, Natsu sabía que era porque quería terminar rápido ahí para ir con Levy.

—Me refiero a que la quiero, la quiero. Ya sabes como tú y Juvia— Natsu los había atrapado ya varias veces en posiciones comprometedoras y lo habían obligado a mantener la boca cerrada con amenazas— Quiero eso mismo, bueno, no lo mismo pero ya entiendes.

Y sin embargo, en el presente se quejaba de que ellos mantuvieran su relación en secreto y ahí está él, teniendo a Lucy sin tenerla y en secreto. Era lo mismo.

—¿Y por qué me dices esto a mi?— Natsu no sabia por que le decía aquello, tal vez por que Gray era el único al que le tenía confianza suficiente y por que ya lo habían hablado una vez o por que no sabía con quien más ir con su problema.

—No sé— claro que aquello no se lo iba a decir, cualquier cosa antes de decirle a Gray que confiaba en él. Gray se había restregado una mano por la cara llena de frustración.

A Natsu no le importaba si no le importaba, él ya le había aguantado muchas otras cosas, ahora era momento de que le diera su consejo.

—El problema es, ella no me quiere— Gray había mirado al cielo mientras soltaba un suspiro pesado, Natsu no entendía por qué hacía aquella acción así que le siguió diciendo— Tengo que hacer algo para que me quiera.

—Natsu, eres un imbécil—

—¡Oye, solo estoy siendo sincero!—

—Y yo también estoy siendo sincero, eres un imbécil. Mira, no es mi lugar decir nada pero piensa en cómo es Lucy contigo y como es con los demás— Natsu lo había pensado ya, había hecho un gran análisis que había involucrado observar a Lucy mucho, muchísimo.

—Ya lo hice, por eso digo, ella solo me ve como el mejor amigo— Natsu pudo ver en las expresiones de Gray que quería gritar.

—Escúchame Natsu, no tienes que hacer nada— Natsu estaba más confundido, se supone que le había dicho sus pensamientos para que lo ayudara no para que lo confundiera mas— Piensa, haz un esfuerzo y piensa. ¿Acaso, Lucy trata a todos como te trata a ti?

—Que clase de pregunta es esa, claro que no— el alivio inundó a Gray pero en un segundo lo dejó— Solo soy su mejor amigo y me voy a quedar ahí si no hago algo. Como Jet y Droy con Levy.

—De acuerdo no puedo hacer mucho por ti— Gray se había resignado— Solo, quiero que Lucy esté con alguien que la quiera. Por mucho que yo me pregunte que pasa por su cabeza en caso de que ella te quisiera.

—¿Quieres decir que estaría bien si llegáramos a estar juntos?—

—Natsu yo no tengo nada que ver en esto— pero la opinión de Gray era importante para Lucy y si era importante para Lucy, en automático era importante para él — No solo Lucy, tú también, han sobrevivido muchas cosas. No sería malo si estuvieran juntos.

Con eso Natsu se había sentido complacido y lo había ignorado por el resto del día.

Natsu entendía que había más personas que pensaban como Gray, que la idea de Lucy y él juntos era buena. En algún momento escuchó algo de la boca de Cana y Mirajane sobre una apuesta pero no había puesto atención suficiente como para que le importara.

—No digas esas cosas frente a Wendy— le regaño Lucy a la primera oportunidad que tuvo desde que habían observado a Erza "hablar" con Gray y Juvia sobre su comportamiento. No le importó mucho, se lo merecía, llevaba ya bastante tiempo molestándolo.

—Estoy seguro que ha escuchado peores cosas— dijo y entre ambos vieron a Wendy bajar la cabeza suspirando. Si Natsu había llegado a escuchar cosas que no quería enterarse, Wendy también los había escuchado.

—Hay personas que dicen cosas muy … libremente — fue lo único que dijo Wendy y se había cerrado el tema.

Esa tarde Erza había decido que saldrían a investigar por el bosque para encontrar el lugar de donde provenían los seres viscosos que atacaban el pueblo.

Se dividieron en parejas para abarcar más espacio, se reportarian cada hora y en caso de emergencia el punto de reunión era un punto dentro del perímetro de la cabaña pero alejado del pueblo para evitar estragos.

Juvia había llorado cuando Erza la había jalado para llevarla consigo hacia el oeste, así Wendy y los Exceed se habían marchado con Gray hacia el sur y Natsu y Lucy hacia el norte.

Comenzaron a caminar entre un agradable silencio sólo perturbado por los sonidos de la naturaleza y sus pisadas en la nieve que se había congelado en varios lugares.

Entre más se adentraba al bosque, más árboles encontraban y el sendero que estaban siguiendo comenzaba a desaparecer, pasaron cerca de veinte minutos sin ninguna señal de los monstruos que atacaban el pueblo o su origen.

Por cierto Natsu, … Quiero enseñarte algo que encontré en el libro rojo— le dijo Lucy rompiendo el agradable silencio, mientras de su bolsillo izquierdo sacaba un pequeño papel desgastado. Un papel que Natsu reconocía bien.

—Número uno, comunicación, no decir nada estupido— comenzó a leer Lucy mientras seguía caminando. Rápidamente Natsu sintió que la sangre dejaba su cuerpo y de varias zancadas alcanzó a ponerse a su altura con mucha prisa buscando quitarle el papel de la mano.

Con una agilidad increíble, ella le evitó dando un pequeño giro en su lugar, y comenzó a caminar más rápido mientras evitaba sus manos que buscaban atraparla.

—Número dos, confianza, lo escribiste en letras grandes— Lucy remarcó mientras seguía leyendo en voz alta.

—Dame eso— le dijo Natsu pero a pesar de ser más alto, más rápido y más fuerte que Lucy, no podía atraparla. Ella se giraba con gracia y demostraba toda la flexibilidad que tenía pues se movía esquivando los pinos y árboles que los rodeaban y las manos de Natsu buscando atraparla.

—Número tres, no lo puedo leer bien, lo rayaste mucho … número cuatro… — Natsu se había rendido en intentar quitarle el papel de entre las manos y simplemente creó una línea de fuego que atravesó el papel entre las manos de Lucy y comenzó a comerlo lentamente.

Ella lo dejó caer al suelo con un pequeño grito dando un par de pasos hacia atrás. Chocó con el cuerpo de Natsu y él no se detuvo a rápidamente ponerla sobre su hombro con una facilidad, que Lucy apenas tuvo tiempo para volver a soltar otro grito.

¡¿Pero qué haces?!— le chillo en la oreja mientras se movía sobre su hombro. Natsu la sentía moverse con mucha insistencia tratando de hacer que la soltara, pero eso no iba a pasar, con su estómago en su hombro y su trasero flotando a un lado de su cara, decidió que se merecía algo por leer lo que no era suyo, aunque claro que él había leído en muchas ocasiones sus manuscritos, diarios y cartas pero en ese momento no importaban.

Puso su brazo sujetando las piernas para sostenerla mejor y con su mano izquierda le azotó el trasero con fuerza, creó un ruido tan fuerte que resonó en todo el bosque acompañado una vez más con el chillido que soltó Lucy.

Un minuto después, la lacrima de comunicación de Lucy comenzó a sonar con insistencia. Natsu sintió que Lucy rebusco en su abrigo y contestó.

—¿Lucy? ¿Están bien?, se escuchó un fuerte ruido desde su dirección— la voz de Erza se comenzó a escuchar y Natsu no pudo reprimir una carcajada mientras seguía caminando.

—Si Erza, estamos bien … solo heee… había una roca en el camino … y Natsu se encargó de moverla— Natsu seguía riéndose de las palabras de Lucy.

—De acuerdo, si encuentran algo comuníquense de inmediato— la voz de Erza se dejó de escuchar.

Por varios minutos hubo silencio, Lucy había dejado de moverse y Natsu solo pensaba en lo satisfactorio que se sintió darle una nalgada a Lucy.

Siguieron avanzando varios metros más hasta que Natsu olió algo.

—¿Qué pasa?— le preguntó Lucy cuando detuvo sus pasos y la dejó en el suelo. Usando su nariz busco el origen del olor, muy parecido a los seres que había visto el día anterior, pero con algo más, caminó con más rapidez sintiendo los pasos de Lucy detrás de él.

Sobre la orilla de la montaña, lo qué formaba un barranco a varios metros dónde se encontraban Wendy y Gray.

—¿Puedes olerlo, Wendy?— la joven asintió y señaló hacia el barranco.

—Viene de ahí, estoy seguro— Gray intentó golpear la piedra con un martillo gigante pero solo logró crear un sonido ensordecedor y hacer que los pájaros y demás animales salieran corriendo de ahí.

—Tal vez, Virgo puede entrar desde abajo— dijo Lucy y antes de que pudiera alcanzar la llave correspondiente, con una pequeña nube de humo apareció Virgo.

—Princesa— saludo a Lucy— Amo Natsu.

—¡Virgo! Que gusto verte— le saludo Natsu. Escucho a Gray decir "¿Desde cuando le dice amo?" pero lo ignoró y le sonrió a Virgo. Ella le sonrió de la misma manera. Como dos cómplices.

—Virgo, podrías intentar crear un túnel, creemos que hay una cueva por aquí— Lucy señaló el mismo lugar que Gray acababa de golpear.

—A la orden, Princesa— desapareció en el suelo y mientras todos esperaban y escuchaban con atención el ruido que hacía Virgo bajo el suelo, Lucy había llamado a Erza para dejarles saber que habían encontrado algo. Sin preocuparse de darle indicaciones de donde se encontraban pues estaba segura que Juvia usaría su "Radar de Gray—sama" para encontrarlos.

—Parece que hay algo que me impide, Princesa— Cuando Virgo regresó le dejó saber a Lucy que había fallado y Natsu se preguntó cómo era que su traje nunca se llenaba de tierra — ¿Requiero un castigo?

—No, Virgo, no te voy a castigar— Natsu pensó que tal vez, esa era una imagen que le gustaría ver.

—Es mi turno, entonces— Natsu se tronó los dedos y se acercó a la pared de piedra. Con los nudillos tocó un par de veces para escuchar la profundidad. Al mismo tiempo que llegaban Erza y Juvia "Eso fue rápido" la piedra comenzó a temblar, dio varios pasos hacia atrás y un acceso se comenzó a crear en la forma de círculo que se movió dentro de la misma piedra de la montaña.

—No era necesaria tanta fuerza— Dijo Wendy.

—¿Pero qué es esto? — susurro Lucy mientras entraban a la cueva. Por instinto la sostuvo de la cintura empujándola un poco para que caminara detrás de él en caso de una emboscada inesperada.

Pero no encontraron a nadie vivo. Al menos era lo que parecía, pues dentro de la cueva, Natsu tuvo que encender una de sus manos para que pudieran apreciar el altar que había frente a ellos.

Todas las paredes tenían escrituras, con lo que Natsu especificó era sangre y el olor putrefacto venía desde el centro donde había una elevación donde había un tipo de vasija ceremonial, con dos agarraderas a los lados.

En cuanto Natsu identificó lo que había dentro de la vasija, le tapó los ojos a Wendy y la sacó de ahí. La joven asustada solo seguía los pasos a donde Natsu la llevaba, detrás de ellos, Lucy los seguía pisándole los talones con ambos gatos volando a su lado.

—¿Natsu, aquello era…?—

—No pienses en eso— caminaron cerca de 100 metros, Natsu rompió una rama de un pino y se la puso en la cara a Wendy— Respira esto.

La joven solo tomó la rama y comenzó a inspirar buscando llenar sus pulmones del olor. Lucy a su lado le dio una mirada preocupada.

—Me quedo con ella— asintieron sin decir más palabras y Natsu comenzó a caminar de regreso a la cueva. Erza había sacado una antorcha de su re—equipo y había comenzado a inspeccionar los grabados en las paredes.

—No puedo entender nada de lo que dice— decía ella en voz alta. Gray por su lado, estaba de cuclillas inspeccionando la vasija, observando como tenía un agujero en el fondo haciendo gotear el líquido que contenía hacia el piso creando una pequeña mancha que transpiraba entre la piedra.

—Juvia está segura que esto tiene la misma consistencia que aquellos seres— dijo Juvia después de varios minutos de observar los contenidos de la vasija parada a un lado de Gray.

—Quieres decir que esas cosas están hechas de eso— pregunto Natsu señalando la vasija— Esos son pedazos de un cuerpo humano.

—Estoy seguro— Gray hizo un gesto de repulsión y se hizo a un lado para darle lugar a Erza que había invocado un tubo de ensayo y usando unas pequeñas pinzas tomó una muestra del líquido que goteaba.

El silencio que mantenían los cuatro solo era roto por el ligero viento que movía los pinos y las pisadas sobre la piedra al moverse inspeccionando el lugar.

—Creo haber visto estas escrituras en algún lado … pero no puedo recordar dónde— Gray había jalado la mano iluminada de Natsu para poder inspeccionar las marcas, mientras él se dedicaba a oler el lugar.

—Alguien ha estado aquí … Hace una semana tal vez, eran tres personas— Erza lo miró preocupada.

—Creo que deberíamos de llamar al consejo, esto va más allá de lo que conocemos— salieron de la cueva mientras Erza usaba su lacrima para comunicarse a Fairy Tail — ¿Mira? Necesitamos apoyo, acabamos de …

Pero Natsu no la escuchó por que a lo lejos escucho un grito que pronunciaba el nombre de Lucy. No perdió tiempo en dar explicaciones pero comenzó a correr hacia el origen del grito.

Al acercarse, escuchó con claridad la voz de Wendy llamar a Lucy, no estaban en dónde las había dejado pues ese punto ya lo había pasado, escucho a Happy aletear y los pasos de Gray detrás de él.

Cuando encontró a Wendy ella estaba desintegrando varios de los seres hechos de viscosidad acompañada de Charlie.

Arriba en el cielo pudo ver a Happy planear mientras sujetaba a Lucy. Salto hacia uno de los pinos y subió rápidamente sin preocuparse de Wendy, pues Gray la estaba ayudando antes de que él se alejara. Al llegar a la punta del pino observó con más claridad cómo entre el cielo sin nubes, Happy esquivaba a una criatura gigantesca que se asemejaba a un cuervo pero su figura era inconsistente pues cada vez que aleteaba se perdían las líneas de su silueta como si solo se convirtiera en una mancha flotando.

—¡Happy dame una entrada!— escuchó que Lucy gritaba mientras cambiaba toda su ropa hacia el star dress de Sagitario. Happy se detuvo un segundo en el cielo y Lucy apuntó hacia la criatura que los perseguía. Se tranquilizó, Lucy era fuerte, Lucy podía luchar sola contra cualquiera y ganar lo había demostrado en muchas ocasiones, no debía de preocuparse.

Pero el ser se movió a una velocidad que Natsu apenas alcanzó a ver y que por su posición no hubiera alcanzado a detener, aún que creó un aliento de fuego buscando detener su camino. La criatura se estrelló contra sus mejores amigos y ambos comenzaron a caer.

—¡Lucy!, ¡Happy!— comenzó a brincar de pino en pino para alcanzarlos y detener su caída.

Usa la espuma de aries, detén la caída.

A su alrededor resonó el golpe de la coalición de Lucy contra el piso.

—¡Lucy!— se acercó a ellos y los encontró, a Happy entre los brazos de Lucy y ella inconsciente. Revisó la cabeza de Lucy buscando algún daño, su star dress había desaparecido y había dejado paso a su abrigo rosa, las botas altas, la falda corta y el suéter azul que había usado desde esa mañana.

Tomó a Happy de entre sus brazos y lo acercó a su oído para escuchar su corazón. Cuando lo escucho latir con fuerza, lo dejo a un lado y se movió hacia Lucy, le abrió el abrigo y busco entre la ropa algún signo de daño sin moverla demasiado.

—¡Wendy!— gritó con desesperación en la voz, un segundo después sintió la corriente de aire que Wendy solía usar para moverse a alta velocidad, con su largo cabello azul como una mancha se hizo presente y rápidamente hizo aparecer dos círculos verdes sobre sus manos.

—Yo me encargo— pero Natsu se negó a moverse o a soltarla. A su espalda sintió la presencia de Gray pero fue la mano de Erza que lo movió a un lado para que Wendy pudiera hacer su trabajo.

Se puso de pie y con la bilis en la boca observó ansioso a Wendy mover sus manos sobre el cuerpo de Lucy especialmente sobre la cabeza. A su lado Juvia sostenía a Happy entre sus brazos aun inconsciente.

—Esta bien. Todo está bien— todos suspiraron al mismo tiempo. Wendy desapareció las esferas de luz de su mano y se limpió el sudor que bajaba sobre su ceja derecha y se movió en su lugar aun revisando la cabeza de Lucy. Le abrió ambos ojos y la boca, inspeccionó cada centímetro, le tomó el pulso y Natsu estuvo a punto de hacer lo mismo para asegurarse de que su corazón latía — Deberíamos de volver, va a estar adolorida.

Natsu no esperó a que nadie dijera más y se acercó a recoger a Lucy entre sus brazos, no los esperó cuando comenzó a caminar en dirección a la cabaña. Descanso la cabeza de Lucy sobre su pecho, le cerró el abrigo para que no tuviera frío y le apretó con fuerza donde sus manos la sujetaban.

A sus espaldas escuchó a Erza cuestionar a Wendy sobre lo que había pasado.

—Esas cosas salieron del suelo y atacaron a Lucy, todo fue tan rápido, cuando quise ayudar a Lucy, era como si mi viento no les hiciera daño … después esa cosa planeó sobre nosotras y atacó a Lucy directamente … no eran como las que Natsu describió ayer … eran más inteligentes— Wendy narró haciendo pequeñas pausas para dar más detalles — Era como si supieran que debían atacar a Lucy.

Después de eso se hizo el silencio. Erza se comunicó una vez más con el gremio, esta vez hablando con el Maestro dándole detalles de lo ocurrido.

—Limpien el perímetro y esperen a los representantes del consejo— la fuerte voz del maestro resonó en el silencio cuando entraron a la cabaña, Gray sosteniendo la puerta para que Natsu y Juvia entrarán con facilidad — En cuanto ellos lleguen, quiero que regresen.

Y la comunicación se cortó.

Tan agradable como siempre— susurro Gray.

Natsu entró a la habitación que compartían él y Gray para dejar a Lucy sobre su cama. Wendy al lado contrario de la cama le ayudó a quitarle el abrigo y le acomodó la cabeza sobre la almohada mientras él le quitaba las botas, se encontró con un par de moretones en las rodillas y varios rasguños en el muslo. Mientras Wendy le daba una revisión por última vez, él fue a la habitación que compartían las chicas y tomó la mochila de Lucy, ella siempre tenía una crema para esas situaciones.

Regresó a su habitación y comenzó a ponerle el ungüento sobre la rodilla izquierda, buscó más rasguños o golpes y se movió hacia la rodilla derecha.

—Puedo encargarme de eso— le dijo Wendy y se sorprendió. La jovencita había permanecido en el mismo lugar, sentada en la cama cerca de la cabeza de Lucy observando con atención los cuidados de Natsu.

—Esta bien, yo lo hago— le dijo — Ve a descansar.

—Está por despertar, quiero asegurarme que no sufrió algún trauma— Wendy le peino el cabello, Natsu quiso hacerla a un lado y hacer lo mismo. Lucy abrió ambos ojos — Lucy, todo está bien.

Natsu la observó buscar con sus ojos en el techo, movió las manos y Natsu rápidamente le tomó de una. Wendy le sostuvo la cabeza para evitar que la moviera mientras le daba instrucciones.

—¿Puedes seguir mi dedo con tus ojos?— por varios minutos, los ojos de Lucy siguieron el dedo de Wendy en varias direcciones — ¿Puedes hablar?

—Si— un gran peso se quitó de sus hombros y Natsu se sentía mucho más tranquilo al escucharla — ¿Que paso?, ¿Estas bien, Wendy?, ¿Dónde está Happy?

—Yo estoy bien, pero tu te diste un buen golpe, vas a estar un poco dolorida— Lucy asintió y apretó la mano que Natsu sostenía.

—¿Happy?— le preguntó girando la cabeza para verlo.

—Está bien, está durmiendo con Juvia— Lucy asintió una vez más y Natsu vio como se acomodaba para volver a dormir, le quiso soltar la mano pero ella lo apretó— Quedate conmigo.

Siempre

La mañana siguiente sorprendió a Natsu durmiendo en una silla con las piernas sobre el pequeño mueble de madera que había entre las dos camas y con Happy hecho una bola sobre su pecho. No había sentido cuando el felino se había acomodado sobre él.

Busco a Lucy y no la encontro en la cama.

Con rapidez se puso de pie sosteniendo a Happy pero su olfato le dijo, que Lucy estaba tomando un baño y estaba por salir. En la sala escuchó a Juvia y Gray hablar en voz baja y la respiración de Wendy mientras dormía en la habitación de al lado. Erza no estaba por ningún lado que pudiese encontrarla.

Usó su mano, la que no sostenía a Happy, y se restregó los ojos sentándose en la cama.

—Buenos días la voz de Lucy se escuchó cuando salió del baño con una nube de vapor detrás de ella, con un suéter y leggins puestos, sujetando su cabello en una coleta de lado.

—¿Cómo te sientes?— ella le sonrió.

—Mejor, solo me duele un poco la espalda y las rodillas— se acercó a él y acarició a Happy sobre las orejas. Olía a jabón neutro, se había puesto crema en la cara, esa pasta negra en las pestañas y había comenzado a sangrar.

—Puedo pedirle a Wendy que te alivie el dolor— ella negro y con un las manos extendidas le quito a Happy de los brazos. Ella lo acunó como a un bebé y el gato despertó con un bostezo.

—Lushi, tuve mucho miedo—

—Esta bien Happy, solo necesitamos practicar el vuelo un poco más

Erza había salido temprano a ver al alcalde del pueblo. Cuando regresó, Wendy se había despertado, todos habían desayunado y preparado sus maletas listos para volver a Magnolia. Ella les había informado de la llegada de varios agentes del consejo, los había llevado al lugar y le habían dado luz verde para irse. Ellos se encargaran de lo demás.

Abordaron el Tren que iba directo a Magnolia, seis horas después, con Natsu y Wendy quejándose del mareo, llegaron cuando el sol comenzaba a ocultarse.

—Voy a dejar a Lucy en su casa, ¿Quieres venir?— Natsu le había dicho a Happy, pero el gato se había negado para seguir a los demás hacia Fairy Hills.

Al llegar al departamento, Lucy encendió todas las luces, se quitó las botas y el abrigo, la diferencia en el clima era tanto, que noto el olor a sudor desde su espalda. Natsu la imito quitándose las sandalias y aventando la mochila por ahí, en la cocina encontró un par de manzanas que comenzó a comer al escuchar a Lucy encender la tina del baño.

—Voy a tomar un baño, ¿Podrías calentar el agua?— le pidió Lucy estando ya cubierta solo por una toalla. Él asintió disfrutando la vista y entró al baño, se sentó frente a la tina y medio una mano dentro de la tina que estaba ya rebosando de jabón y espuma. A su lado, escuchó que Lucy dejaba caer la toalla y entraba a la tina.

Impactado por el movimiento tan atrevido de Lucy, se negó a moverse de ese lugar observando cómo Lucy se acomodaba entre el agua. Dejó su mano aún flotando manteniendo una temperatura consistente y sintió como Lucy buscaba su mano para sostenerla, dejó caer la cabeza hacia atrás exponiendo la clavícula y los hombros entre la espuma.

No se mantuvo en su lugar por más tiempo. Le soltó la mano a Lucy y retiró la otra del agua y se puso de pie. Ella le siguió con la mirada al momento que perdieron el contacto.

—¿Natsu?— había susurrado Lucy haciendo apresurarse en sus acciones. Se quitó las sandalias, el cinturón y con mucha rapidez el chaleco quedó a un lado, dejándolo solo con los pantalones. Se acercó a la bañera y metió sus manos detrás de Lucy entre las axilas, con facilidad la levantó y en menos de un segundo se había metido a la bañera a sus espaldas — ¡¿Na—Natsu qu—que haces?!

—Pues me meto a la bañera— dijo con tranquilidad mientras se acomodaba.

La tina no eran tan grande para que los dos tuvieran su espacio cómodamente, por lo que al sentarse y sentir sus pantalones empaparse, volvió a tomar a Lucy debajo de las axilas y la levantó para ponerla sobre sus piernas, movió sus manos para abrazar con lentitud a Lucy por el abdomen y descansar ambas palmas sobre su vientre.

—Pe—pero Natsu, el agua no está limpia— él lo sabía, antes de meterse había visto entre el jabón y la espuma varios coágulos de sangre flotando por ahí.

—No me importa— la había empujado lentamente para que descansara su espalda en su pecho, al principio estaba tan tensa que Natsu pensó que había hecho algo malo pero lentamente los músculos se comenzaron a suavizar sobre él.

Podía sentir sus omóplatos chocar con sus pectorales, sus brazos rozar con sus costados y los muslos sobre los suyos. El abrió ligeramente las piernas para que ella se acomodara mejor. Después de menear sus caderas un poco, encontró el espacio perfecto entre las piernas de Natsu.

Natsu decidió entonces concentrarse en usar todo su cuerpo para calentar el agua y olvidarse de la erección que comenzaba a crecer al paso de los minutos. Estaba seguro que Lucy lo podía sentir, estaba solo la tela de sus pantalones separando las pieles en la parte inferior.

Natsu tenía muchas cosas en su contra, Lucy estaba completamente desnuda.

Después de un par de minutos de estar tensa, Lucy suspiró resignada y dejó que su cabeza cayera sobre su hombro derecho, justo en la curva de su hueso usando los músculos de la almohada. Natsu movió un poco su cabeza para dar más espacio y estuviera más cómoda.

Instintivamente le abrazó con más fuerza y al tener a su disposición su cuello decidió tener la nariz entre la piel. Primero metió su rostro entre el cabello ya mojado, le tocó la oreja y suspiró; su recorrido siguió el pequeño espacio entre la oreja y la mejilla para descansar en el cuello, debajo de la mandíbula, se tomó su tiempo sintiendo la piel rozar con su rostro y disfrutar del olor natural que tenía.

No te avergüences, no conmigo— y le dejo un pequeño beso ahí, entre el pulso y los tendones del cuello.

Permanecieron ahí bastante tiempo, abrazados el uno al otro, en su pequeña burbuja de tranquilidad disfrutando de el tiempo a solas. Natsu dejaba pequeños besos en el hombro de Lucy y ella se limitaba a flotar entre el agua y sus brazos.

—Creo que necesito salir ya— las burbujas se habían acabado hacía rato y Lucy tenía la nariz roja junto con las mejillas y la frente.

Natsu se había quedado fascinado por ser la primera vez en que Lucy lo dejaba verla completamente desnuda a voluntad. Hacia usado su tiempo para observar todos los detalles que no conocía de su piel, como el par de pezones rosas que se encontraban hinchados y erectos haciendo las areolas de alrededor estar pegadas a la carne, el pequeño lunar a un lado del pezon izquierdo, resaltando entre la piel blanca junto con la notoria claridad en esa zona de la piel, pues todos sabían que a Lucy le gustaba echarse al sol en verano con apenas algo de tela cubriendola.

Más abajo de sus propias manos en el vientre de ella, entre sus piernas y el agua podía ver el monte que adornado por una línea de vello se ocultaba entre los muslos cruzados.

Sintió cómo ella empezó a moverse buscando el modo de levantarse sin caerse. Lentamente se enderezó en su lugar quedando sentado sobre sus muslos, Natsu se tomó un momento para apreciar la espalda de ella; movió sus manos dejando su vientre y las puso sobre su cintura, se inclinó un poco y le besó en la columna varias veces, llenando de agua su rostro. No podía evitarlo, tanta piel lo invitaba a probar más de ella y no quería saciarse jamás.

—Natsu— ella suspiro mientras recibía cada beso, había puesto sus manos sobre las palmas de él y con mucha lentitud movió su propio cuerpo hacia atrás buscando más contacto, ella rozó su trasero sobre su entrepierna y ambos lo sintieron, el grueso pene erecto oculto entre los bóxer y los pantalones. Lucy le tomó las manos y comenzó a guiarlas por su propio estómago siendo la curva de sus costillas hasta llegar debajo de sus pechos.

Con mucha lentitud levantó sus manos y las dejó sobre ambos bultos y le aplastó las manos sobre ambos. Mientras el no dejaba de poner besos suaves sobre su columna y hombros comenzó a dejar pequeños mordiscos entre la piel en varios lugares, Lucy no dejaba de suspirar y gemir para sus adentros, movió su cadera lentamente buscando más fricción y Natsu apretó un poco los pechos sin avisar.

Sintió los pezones rozar dentro de las palmas de su mano, los muslos de Lucy hundirse más en su cadera y estaba seguro que aparte de la humedad que salía de Lucy pegarse a su pantalón había sangre formando una mancha.

Pero no tenía problema, había aprendido hacía mucho cómo limpiar manchas de sangre.

Necesitaba detenerse por que por mucho que quiera hundirse en Lucy en ese momento, no quería que la primera vez que estuvieran juntos fuera de ese modo, en ese lugar con Lucy sufriendo de dolores en todo el cuerpo.

—Necesitamos parar‐ le dio otro pequeño apretón a los pechos y comenzó a retirar sus manos, las llevó hasta su cadera donde comenzó a levantarla.

—Natsu— se quejó y dios, qué bien sonaba su nombre salir de los labios de Lucy con necesidad.

—Podemos esperar— le dijo poniéndola de rodillas y desde su posición podía verle completamente, el cabello mojado, agua fluyendo dejando las hebras por su espalda, la espalda que comenzaba mostrar pequeñas marcas de los besos y mordidas que había dejado y entre las dos nalgas pudo ver por tan solo un segundo, los pliegues de sus labios húmedos y el valle que había entre las dos piernas, definitivamente quería hundirse entre sus piernas.

—Quiero hacer algo por ti— le digo Lucy dándose la vuelta tan rápido que una línea de agua que salía de su cabello le golpeó la cara. Ella se río al ver su expresión de al recibir el inesperado golpe. Lucy llevó sus manos a la cara de él para limpiarle el agua que goteaba.

—Quiero hacer algo por ti— le volvió a decir acuñando su cara entre sus manos. La tenía arrodillada entre sus piernas, al tener los brazos extendidos hacia él, con sus antebrazos empujaba sus pechos haciéndolos resaltar más, aún que estaban tan solo unos centímetros su tocar su propio pecho, Natsu sentía como si los tuviera en primera plana solo para él.

No pudo evitar mirarlos por varios minutos sin responder, no era la primera vez que los veía, pero valla que nunca dejaban de impresionarlo.

¿Por favor?— al escucharla devolvió su mirada a los grandes ojos de Lucy que en ese momento estaban entrecerrados acompañados de una sonrisa coqueta.

—Solo por que dijiste por favor— ella sonrió y se puso de pie ayudando a la gravedad a hacer su trabajo para que toda el agua que aún tenía descendiera por el cuerpo.

Ella salió de la bañera tan rápido que estuvo a punto de resbalar, pero gracias al chaleco de Natsu que estaba ahí tirado, pudo balancearse. Natsu le siguió rápidamente tratando de detener su caída pero se detuvo cuando ella se estabilizó.

—¿Puedes dejar de caerte por un momento?— se burló.

—Mmmh déjame, que solo tengo mal balance— se justificó ella con un puchero en el rostro.

Natsu la observó entonces, ponerse de rodillas sobre su chaleco, del mismo modo en el que estaba hacía un minuto dentro de la bañera.

—Párate frente a mí— le dijo sonriendo. Natsu alzó una ceja — Por favor.

Termino de salir de la bañera y sintió el gran peso de los pantalones empapados, no le importo mucho, tampoco le importo lo mucho que estaba llenando el piso de agua, se acercó a ella, ella extendió la mano y la colocó sobre su cadera justo sobre la x en cicatriz que tenía.

Con los dedos la marcó lentamente mientras su otra mano la colocaba sobre su muslo apretando ligeramente y usándolo de punto de balance.

—¿Qué es lo que piensas hacer, Lucy?— Natsu se limitaba a ver la grandiosa imagen que le proporcionaba la rubia, tenía una idea de lo que Lucy pensaba hacer, lo había escuchado entre voces por el gremio como algo legendario y el libro rojo lo mencionaba constantemente, pero quería escucharlo con sus propias palabras.

—Quiero tenerte en mi boca— un pulso de electricidad le recorrió hasta su pene, el cual saltó feliz por la declaración.

Lucy enderezó su cuerpo y se acercó más a Natsu, estando aún de rodillas acercó su rostro hasta la cicatriz y comenzó depositar pequeños besos sobre el área, primero siguiendo la marca hasta donde alcanzaba, mientras su mano le acariciaba lo que acaba de besar, todo esto en un proceso tan lento que la ansiedad en Natsu comenzaba a subir en picada.

Sin saber qué hacer con sus manos, dirigió su mano derecha hacia ella para enganchar la detrás de su cabeza en el cuello dejándola entrar entre el cabello mojado, con la otra, le alejó el rostro del abdomen y con el pulgar le comenzó a remarcar los suaves labios, haciendo un poco de presión sobre el labio inferior le obligó a abrir la boca e introdujo el dígito, rozó los dientes frontales hasta colocarlo sobre la húmeda lengua.

Lucy cerró sus ojos junto con los labios sobre el pulgar y comenzó a frotar su lengua sobre la yema siguiendo la figura succionando tan solo un poco.

Natsu sentía su propio corazón latiendo demasiado rápido, podía sentir los músculos de su cuello trabajar sobre su dedo, podía ver en sus ojos la concentración de su tarea y entre sus piernas podía oler sus jugos vaginales combinados con su sangre comenzar a fluir.

No pudo evitarlo, retiró su dedo y ella lo soltó, se inclinó y le besó con desesperación, quería que su lengua probara lo que su dedo, abrió los labios como le había enseñado Lucy y ella entendió lo que quería, pues de igual modo abrió los suyos y extendió su lengua poniéndola sobre el labio inferior.

Cuando ambas lenguas chocaron, Natsu sintió todos los sabores de lo que había comido Lucy, la miso del desayuno y el té de menta, el jugo de mango del viaje del tren y el agua que había tomado antes de entrar al baño.

Delineó la lengua y la orilla de los dientes, no tenía idea de que era lo que estaba haciendo pero sabía que lo estaba haciendo bien pues Lucy no dejaba de gemir en su boca, el movimiento sonoro que causaba le daba escalofríos, quería escucharla gemir de ese modo mientras tenía su pene en la boca.

Se separó de ella y le miró a los ojos nublados de lujuria, ella respiraba con fuerza haciendo que sus pechos se movieran con insistencia.

Enséñame lo que quieres hacer, Lucy— ella asintió y nuevamente dejó una de sus manos sobre el cuello de Lucy.

Se acercó una vez más sobre su cicatriz y la delineó con sus labios, lentamente dejó besos sobre el vientre justo sobre la orilla del pantalón semi caído por el peso del agua. Con una mano le tomó la orilla que caía sobre su cadera y la usó para moverla y abarcar más espacio con sus labios comenzando a rozar la línea de vello que se dejaba ver cada vez más al bajarle el pantalón.

Cuando los pantalones le tocaron los tobillos, Lucy tebia el rostro pegado en los boxers de color negro, Natsu aprovechó esa oportunidad para aventar el pantalón empapado por ahi.

Natsu podía sentir los labios de Lucy trazar sobre la tela su pene. No podía evitar cerrar su mano sobre su cuello por instinto mientras perdía la mirada en el techo.

Sintió la brisa cuando por fin Lucy le bajó los bóxer y lo dejó expuesto.

La escucho contener la respiración.

No sabía si era una buena señal o no. ¿Le gustaba? ¿No le gustaba? ¿Tenía buen tamaño? ¿Se estaba arrepintiendo?

Natsu nunca había tenido tantas dudas sobre su aspecto. Jamás le había interesado compararse con más personas, no era como si cada vez que iban a los baños le veía la entrepierna a los demás, no gracias, tenía suficiente con tener en la memoria, para su desgracia, la imagen de Gray desnudo. Pensaba que tenía un buen tamaño, pero si a Lucy no le parecía, iban a tener un gran problema.

Sus dudas quedaron atrás cuando sintió la lengua húmeda de Lucy acariciarlo desde la base hasta la punta del glande. Sintió una de sus manos, un poco temblorosa, tomarlo en su mano y se dio cuenta de lo pequeñas que eran las manos de Lucy.

Tal vez tenía buen tamaño, pues desde su vista y la perspectiva que tenía…

Uuug— se quejó con dolor. Rápidamente agarró la muñeca de Lucy que lo sostenía y la retiró mientras suspiraba calmando el pulso de dolor que sintió.

—¿Hice algo mal?— él asintió y ella le dio una expresión de arrepentimiento — Lo—Lo siento … yo nu—nunca había he—hecho esto.

Natsu lo imaginaba. La misma mano que sostenía, la acercó a su boca y la lamió.

—Intentalo ahora— y le soltó la mano. Lucy repitió la acción, movió la mano a través del pene moviendo la carne consigo. Esta vez Natsu suspiro con gusto y dejo que Lucy continuará.

Llevó su mano libre hacia la cadera justo donde comenzaba a sentir con la punta de sus dedos el trasero de Natsu, se sujetó con fuerza y acercó sus labios sobre la punta.

Natsu se preguntó, en los pocos pensamientos sanos, si debía de contar el tiempo y saber cuánto duraba. Porque estaba seguro que no duraría mucho.

El interior de la boca de Lucy, era húmedo, blando y esponjoso, la sensación que le daba la lengua al delinear la partitura del glande era una sensación que nunca había experimentado.

No hizo ningún comentario cuando los dientes de Lucy rozaron levemente con la piel pero si suspiro, aunque parecía más un gemido, cuando ella creó un vacío dentro de su boca y lo introdujo más. Sintió el paladar duro contra su piel mientras movía su lengua en círculos aún sobre la base.

Un poco más adentro, ella cerró un poco más la boca para dejar apretado entre el paladar suave y la parte trasera de su lengua, lo caliente de las paredes de las mejillas le rozaban de un modo increíble y sin poder evitarlo movió su cadera buscando entrar completamente.

Pero Lucy hizo un sonido de ahogarse que lo hizo detenerse, observó las lágrimas que se juntaron en las orillas de sus ojos y con rapidez lo sacó de su boca para comenzar a toser.

—¡Lucy! ¡Lo siento, lo siento! ¿Estás bien? ¿Te hice daño?— rápidamente le tomó el rostro y le limpió las lágrimas. Ella solo tosió un par de veces más y lo hizo a un lado.

—Estoy bien, solo … fue un reflejo—

—Lo siento, no sabía— una vez más se disculpó Natsu.

—Esta bien, solo deja que yo lo haga, ¿De acuerdo? Solo esta vez— ella se acomodo una vez más lista para seguir con lo que estaba pero Natsu la detuvo.

—No tienes que seguir si no quieres— le tomó el rostro y la inspeccionó preocupado.

—oh, pero quiero seguir— y sin dejarlo decir más, una vez más lo tomó entre sus manos y lo introdujo a su boca tan rápido que Natsu no pudo parar el gimoteo de gusto que salió desde su pecho.

Esta vez, Lucy se movía con más firmeza, había perdido el temblor de las manos y cuando lo tuvo dentro de la boca, no completamente, y comenzó a succionar acompañado con el movimiento de su cabeza, Natsu se sintió en el paraíso.

Que hermosa te vez— le dijo después de varios minutos mientras descansaba una de sus manos entre su hombro y su cuello y con los dedos presiono en el espacio que creaban sus huesos, ella gimió y el sonido vibró dentro de su boca. Ahí Natsu supo que estaba por terminar.

—Lu—Lucy— le llamo a lo que ella solo le busco con la mirada sin separar el pene de su boca— Necesitas soltarme.

Ella lo sacó de su boca con un pop y lo siguió estimulando usando su mano mientras se relamía los labios.

—¿Puedes terminar en mi boca?— le pidió y con una sonrisa añadió — Por favor.

—Si eso es lo que quieres— ella asintió y volvió a unir su lengua con la base del pene para volver a meterlo en su boca, Natsu pensó que Lucy lo maniobraba sin ningún problema.

Sintió el familiar pulso en el vientre y sus testículos contraerse. Llevó su mano libre hacia la cabeza de Lucy enterrando sus dedos entre el aún húmedo cabello, empujó ligeramente sobre la lengua y el paladar y con un espasmo llegó al clímax dejando todo el líquido entró de Lucy.

Se perdió en sus sentidos al sentir todo el placer atravesar su cuerpo como nunca antes, esto no se comparaba a cuando él usaba su propia mano, esto era mucho mejor, era increíble.

—Eres increíble, Lucy— le dijo cuando bajó de su euforia momentánea y dejó la boca inmóvil de Lucy. La vio comenzar a tragar mientras varios hilos de saliva y semen escapaban de entre sus labios.

—Gracias, Amo— un escalofrío le recorrió la columna, su mente se limpió de pensamiento alguno y se puso a su altura para besarla. Chocaba sus labios con movimientos torpes e impacientes, probó el sabor de su propio semen en su boca y le causó una extraña excitación que nunca había sentido. Le tomó de los hombros y la acercó más a él.

Sus pechos adornados con los pezones erectos se encontraron con sus pectorales y su estómago con el suyo, bajo una de sus manos hasta su espalda y la empujó aún más a él; estaban tan cerca que Natsu podía sentir sobre su palma el movimiento de sus músculos buscando acomodarse a su cuerpo.

Amo— se separaron para tomar aire pero Natsu no desperdicio el tiempo pues rápidamente bajó sus labios hacia su mandíbula donde comenzó a dejar besos y a succionar con gusto — Me gustaría descansar ahora.

Eso lo hizo parar rápidamente, se alejó de ella y levantó las manos que la sostenían. Asintió y la ayudó a ponerse de pie, ella se quejó de sus rodillas que estaban rojas y tenían marcadas los pliegues de la ropa acompañadas de moretones y rasguños. Natsu buscó rápido una toalla y la enredó sin darle oportunidad de decir nada.

—Vamos, tengo algo de ropa tuya por ahí— Lucy le dijo mientras comenzaba a salir del baño.

—Ehh .. Me gustaría darme un baño de verdad— ella asintió y salió del baño cerrando la puerta detrás de sí. Natsu suspiró y se sujetó la cabeza.

Calentó su cuerpo para que el agua tirada en el piso se vaporizara, abrió la ventana, le quitó el tapón a la bañera y encendió la regadera.

Cuando salió del baño, Lucy le esperaba con un cambio de ropa suyo en la puerta. Se había puesto una de sus camisetas, "En serio en qué momento tomaba su ropa", se había puesto crema en la cara y había usado la máquina extraña para secarse ella misma el cabello.

Al salir cambiado del baño con unos pantalones de deporte y la camiseta que pensó había perdido hacía tiempo, encontró a Lucy sentada en la cama leyendo un libro.

Se acercó y con la familiaridad que tenían paso sobre de ella para acomodarse bajo las cobijas a su lado de la cama. Ella dejó su libro en la mesita adyacente y apagó la luz de la lámpara, se metió bajo las cobijas y se giró para mirarlo.

—¿Cómo te sientes?— le pregunto dejando su mano sobre su cadera.

—Aun me duele un poco la espalda— se acercó un poco más hasta que sus rodillas chocaron con las de Lucy y su palma viajó hasta su espalda, buscando entre los músculos el lugar más tenso, sobre el músculo dorsal detuvo su mano y la calentó para moverla en pequeños círculos aún sobre la larga camiseta que llevaba puesta.

—¿Esto ayuda?— ella sintió. Recargo su cabeza sobre su pecho acomodándose— Descansa.

Así durmieron, cerca uno del otro.