Fairy tail no me pertenece. La historia es de mi imaginación.

Advertencia: Solo mayores 18. Por favor, no imitar lo aquí escrito. SIEMPRE todo consensuado. Practiquen sexo seguro.

Notas: Hola mis hermosos lectores, los extrañé mucho. El día de hoy vengo con un capítulo especial, ¿Por qué? Por que hemos sobrepasado los 100k de palabras y eso para mi, es un logro enorme, a pesar de mis horrores ortográficos, (Si alguien conoce un Beta, por favor díganme) Así que, ¡Brindo por más palabras por venir!

Me encantaría poder responderles a cada uno en privado, pero no se como, jeje, si alguien me puede ayudar, con gusto les responderé a cada uno, este espacio no me es suficiente para agradecerles. Aún así, gracias por sus reviews, leo y analizó a cada uno. Los adoro con todo mi corazón.

Les cuento un poco que duré casi dos meses editando este capítulo, entre mi indecisión y mi costumbre de meter mis coloquialismos mexicanos; en un inicio esta historia iba a ser un capítulo en perspectiva de Natsu y el siguiente de Lucy, pero me gustó quedarme de este modo, así que este capítulo un poco de todo.

Sin más que decir, disfruten. Y no olviden decirme lo que piensan. Besitos.


Capítulo XIV

Something lately drives me crazy

Has to do with how you make me

Struggle to get your attention

Calling you brings apprehension


Lucy Hearfilia no sabía en qué momento Natsu había comenzado a dormir a su lado sin hacerla enojar.

Cuando recién lo conoció y lo descubrió durmiendo en su cama, creaba un infierno, no le gustaba que tocaran sus cosas, no le gustaba que entraran a su departamento sin permiso y definitivamente no le gustaba que nadie usara su cama más que ella. Estaba acostumbrada a que solo ella usará sus cosas, la vida solitaria en la mansión Heartfilia le llenó de una envidia posesiva sobre todo lo que poseía.

Pero, sin darse cuenta, esos pensamientos fueron cambiando.

Tal vez había comenzado cuando lo dejó quedarse en su departamento en Crocus. Después de que había incendiado el Domus Flau, y se habían mirado ojo a ojo, mientras ella evitaba que las lágrimas salieran; lágrimas de alegría y tristeza combinadas, pues después de un año había vuelto a ver a la persona más importante en su vida.

Un largo y muy tormentoso año sin él, ni Happy, por supuesto.

Tal vez el saber que estaban durmiendo en el sillón de su muy pequeña sala, le daba la seguridad y tranquilidad que no había tenido en todo ese tiempo para poder descansar.

O tal vez había sido cuando habían vuelto a Magnolia y esperaban el primer avistamiento de Alvares para atacar. Cuando los tres esperaban en casa de Lucy y habían tomado una siesta juntos, con las cabezas pegadas y las respiraciones a la par.

Probablemente ahí había comenzado a simplemente dejarlo dormir a su lado cuando él quisiera, por que ella, jamás le había pedido por voluntad propia que durmiera a su lado; aún qué le seguía insistiendo que debía pedir permiso primero, claro que no lo hacía, pero al final, dejó de molestarle su falta de modales o su ignorancia a su espacio personal.

Le gustaba dormir y sentirlo a su lado.

El calor constante le daba seguridad, como en aquel momento durante la guerra que cerró los ojos de cansancio esperando cualquier ataque y su cuerpo solo pudo relajarse cuando escucho a Natsu respirar a su lado.

Natsu se había vuelto un constante en su rutina de sueño, sin poder dormir lo suficiente cuando no estaba a su lado y descansando completamente cuando se enredaba a su lado.

Se había acostumbrado tanto a tenerlo a un lado en la cama que comenzó a asustarse.

No era normal que quisiera dormir cada noche a su lado.

¿Qué era lo normal?

Normalmente pasaban tiempo juntos, iban a misiones, se divertían juntos, le hacían bromas a Gray, aprendían juntos, crecían junto a todos en Fairy Tail.

Lo que no era normal, era querer más que nada en el mundo, dormir cada noche a su lado, y despertar cada día envuelta en sus brazos.

No era normal querer eso de tu mejor amigo.

Había pocas cosas que la hacían sentir egoísta y el querer dormir a su lado, tomaba un puesto muy alto.

Pero quería ser egoísta, si eso significaba que podía seguir disfrutando de las caricias de Natsu.

¿Por qué eso era normal, verdad? Que dos amigos quisieran saber un poco más de un tema y experimentaron juntos, ¿Verdad?

Era normal disfrutar de cada caricia, cada palabra y cada movimiento que hiciera a su alrededor.

Como en ese momento, despertó cuando comenzó a sentir en su cuerpo sus manos calientes acariciándole el vientre, su calor en la espalda, su respiración sobre la cabeza y el movimiento de la cama mientras él se acercaba más a ella.

-Lucy- sintió los susurros de su nombre sobre el cabello cargados de deseo y necesidad, por supuesto, él iba a saber cuando estaba despierta y cuando no.

Terminó de despertar cuando sintió que pegaba su cadera con la de ella. El familiar vaivén de sus caderas buscándola y que la dejaba sin palabras pero sí llena de deseo.

Eran esos pequeños gestos que le hacían sentir cientos de huracanes en el estómago que le envolvían las entrañas y le pedían que lo dejara continuar.

Pero busco con sus propias manos detener las de él, no podía permitir que avanzaran si Happy podía escucharlos, el pobre Exceed no se merecía escucharlos ni verlos en esa situación.

-Happy puede escuchar- le dijo con la voz aún ronca y llena de sueño, recorrió su propia boca con la lengua tratando de quitar la resequedad que se había creado durante la noche. Sintió las manos que la apresaban cerrarse con un poco más de fuerza sobre su piel y disfruto cuando sintió su pecho pegarse a los omoplatos, rodó un poco los hombros y disfruto de la poca piel que podía sentir.

-No volvió anoche- le contesto y se relajo.

Supuso que él interpretó su relajación como un permiso para que continuara, pues la jalo hacia él pegándose completamente. Lucy podía sentir los fuertes brazos rodeando la con facilidad, el pecho llenarse de aire sobre su espalda, sintió como restregaba su cadera sobre su trasero y como paso una pierna sobre su cadera y la dejó sin escape, aunque ella no pensaba escapar.

-¿Cómo te sientes?- sabía que le preguntaba aquello con la pura intención de saber si podía seguir con sus intenciones o no.

-Bien- le contesto y deseo tener un vaso de agua a su lado.

El no le contesto con palabras. Comenzó a acariciarle el vientre justo debajo del ombligo, se sintió ligeramente avergonzada, estaba segura que él podía sentir lo abultado de su vientre lleno de orina. La otra mano buscó uno de sus senos, sintió la tela tensarse cuando lo apretó en su mano y disfruto de lo caliente de la piel.

-Necesitó ir al baño- le dijo con vergüenza. Cruzó las piernas pues podía sentir su vejiga reclamarle la necesidad de estar vacía. Trato de quitar las manos de Natsu de su piel pero él se aferró con fuerza sobre ella.

El familiar vacío en el estómago se hizo presente cuando se restregó una vez más sobre su trasero pero esta vez podía sentir su perfecta erección.

Agradeció que antes de dormir la noche anterior, cuando ambos ya cansados se habían dejado caer en la cama, cuando Lucy intentó ponerse de pie para buscar algo de ropa, Natsu se había envuelto a su alrededor. Le había abrazado la cintura y la había ignorado, como hacía en el presente, cuando intentó levantarse.

Natsu había sido quien buscará la ropa en su nuevo cajón con solo su ropa. Ella había extendido las piernas al aire, con la cadera ligeramente dolorida para que Natsu le pusiera el pantalón sin levantarse de la cama. Ella había movido los pies para hacer el trabajo más difícil, hasta que Natsu le pellizco en la parte interior del muslo; del mismo modo se dejó poner la blusa de tirantes que le gustaba usar cuando dormía con Natsu al lado, sabía que la temperatura se alzaba durante la noche a su lado y no buscaba despertar pegajosa y molesta por el calor.

Le soltó la mano que acuñaba su seno cuando se movió con rapidez y entró en la blusa buscando la piel nuevamente, el calor que le transmitía la mano sobre su seno la hizo gemir un poco y apretar las piernas un poco más.

-¿Que pasa?- le preguntó y continuó acariciando el vientre, los dedos danzaban creando círculos alrededor de su ombligo y la anticipación le dijo que aquello se sentía muy bien. Como siempre que la tocaba, sentía su interior hervir de nervios y emoción, el calor de sus manos y la facilidad con la que se movía sobre ella, le hacía creer que él ya tenía todo planeado.

-De verdad necesito ir al baño- le volvió a decir, apretando más las piernas y sintiendo humedad en el pantalón de pijama. Sintió vergüenza cuando Natsu enterró su rostro en su cuello. El calor de su aliento le movió el cabello y la hizo sentir escalofríos cuando sus labios hablaron sobre la piel.

-¿Puedes aguantar un poco?- cerró los ojos disfrutando de sus labios besándole el cuello, fue dejando húmedas líneas mientras le besaba detrás de la oreja; nunca la había tocado ahí y se dio cuenta que era un lugar que le causaba cosquillas pues rápidamente se movió y rio suavemente.

Movió la cabeza de forma afirmativa y se dejó tocar.

No podía negarse a él.

Natsu movió la pierna que la rodeaba, colocándola debajo de su muslo e hizo presión, ella entendió que quería meterla entre sus piernas por lo que abrió un poco las rodillas recibiéndolo.

Lo que no esperaba era que la mano en su vientre se metiera entre el pantalón y buscará tocarla.

Busco con su mano su brazo cuando sintió los calientes dedos acariciar el clítoris.

-¡Na-Natsu!- sorprendida le llamó, pero él la ignoró, pues apenas con la yema de los dedos le acarició muy lentamente. Dejó salir un lastimero gemido de la boca cuando sus dedos le aplastaron el pezón hinchado.

-¿Como?- en el fondo le encantaba que le exigiera llamarlo Amo cuando estaban solos, era parte del pequeño secreto que compartían, era ese pequeño pedazo de información que nadie sabía, solo ellos dos y que los unía de un modo íntimo que no podía competir con nadie.

-Amo- se corrigió y no podía evitarlo, cada vez que lo llamaba así, sentía su rostro enrojecer y la llama de su interior encenderse y decirle que necesitaba algo.

Ese algo, siendo Natsu.

No importará lo que él le diera, ella lo aceptaría.

Cuando sintió la mano de Natsu abrirse paso entre sus labios sintió la necesidad de volver a cerrar las piernas, su vejiga le rogaba por ser liberada y comenzaba a pensar que la humedad que había entre sus piernas no era solo de su vagina.

-Amo, de verdad necesito ir al baño- pronunció con la voz cortada por la necesidad de tomar agua y las sensaciones que le estaba causando en el cuerpo.

-Esta bien- le dijo aún sobre el cuello y Lucy se relajó un poco, aunque con vergüenza, movió su brazo para usarlo de soporte y levantarse de la cama pero él no le soltó, al contrario endureció los fuertes brazos a su alrededor y la atrajo aún más hacia él, aprovechando el movimiento para enterrar su mano justo sobre su vagina.

-¿Amo?- le preguntó y sintió una vez más la presión en el vientre.

-Solo dije que estaba bien. No que podías ir - con un poco de desesperación, le volvió a jalar del brazo para soltarse pero era imposible, no podía mover los brazos que la presionaban.

-Por favor- con un sonido lastimero le rogó pensando en que si no iba pronto se orinaría encima - No quiero ensuciar las sábanas.

-Hazlo- el tono firme con el que dijo aquello, la mano que acariciaba el espacio entre la uretra y la vagina, la otra mano que le sostenía el seno y sus labios acariciando el cuello, la hicieron tensarse.

Se sentía increíble.

El como su vientre se contrajo con un fuerte espasmo, como la electricidad recorrió su cuerpo hasta su cadera, como su matriz se contrajo y se expandió momentáneamente causándole un orgasmo, combinado con la presión de que creaba su vejiga sobre el canal vaginal, le causaron mil sensaciones.

Contrajo las piernas, aún teniendo la rodilla de Natsu presionando entre sus muslos, sintió que temblaba, con su mano libre buscó sostenerse de las sabanas, no pudo evitar el fuerte gemido que salió de sus labios y la dejó sin aire.

Mareada por las sensaciones no escucho como Natsu le hablaba en el oído ni como la acariciaba el espacio entre sus pechos, pero si sintió cuando le acaricio la entrada de la vagina pues al contacto saltó con un pequeño grito.

-¿Lucy?- le preguntó; pudo notar en su voz la preocupación, sintió como lentamente sacaba la mano de entre sus piernas y movía la mano entre sus pechos hasta su costado para usar del mismo modo su pierna y girarla.

Aún jadeando la dejó recostada sobre la cama, el se acercó sobre ella, con el rostro preocupado que comenzaba a inspeccionarla, los cabello cayendo sobre su rostro y una mueca en la boca.

-Un momento- solo necesitaba un momento para calmarse después de aquel orgasmo.

Jamás en su vida había sentido algo así, el placer que le causó y la increíble felicidad que le trajo no las había sentido nunca.

Pero una vez más su vejiga tuvo un espasmo, si en ese momento no se levantaba al baño, iba a ensuciar todo a su alrededor.

Movió las piernas y le empujó las manos para que la soltara. Para su sorpresa él la soltó y como pudo se puso de pie, con las piernas temblando y sosteniéndose del marco de la puerta entró al baño, cerrando la puerta detrás de sí, se sentó en la fría taza en cuanto se bajó los pantalones.

Aún sentía que le faltaba el aire, sintió su rodilla temblar y su mano completamente sudada, se limpió la frente y la encontró del mismo modo, ¿Ella estaba toda sudada y aún así, Natsu le había estado tocando?

A veces no lo entendía. Era como si la higiene no le importara.

Cuando sintió que no tenía ni una gota más de orina dentro suspiro con gusto. Tomando un poco de papel, alcanzó el lavamanos y abrió la llave, mojando un poco dicho papel, se limpió la entrepierna temblando al sentir el contacto, encontró aún rastros de semen seco en los muslos más la humedad de su orgasmo. Después de lavarse las manos decidió mojarse el rostro y mirarse en el espejo.

Si iba a volver a la habitación a seguir lo que sea que fuera a pasar, necesitaba lavarse los dientes. Se mojó un poco un cuello y entre los senos, le dolían los pezones y podía ver los senos que estaban hinchados, no sabía si era por el trato que Natsu les había dado la noche anterior o si era por que pronto tendría su periodo, levantando la blusa, observó varios chupetones adornándolos, definitivamente tendría que usar una blusa que le cubriera completo.

Se acomodó la blusa, al buscar la orilla de los pantalones, inspeccionó su piel, había un par de chupetones más cerca de la cadera y en su cintura encontró casi invisible la piel roja, sonriendo de gusto trazo cada una de las marcas donde Natsu la había sostenido con fuerza, se subió los pantalones que aún estaban húmedos manchados con su orgasmo y que le incomodaban un poco.

Antes de entrar a la habitación, alcanzo a ver el reloj de la sala que marcaba las ocho de la mañana, pensó por un momento que Natsu se había levantado listo para empezar su día pero escucho el mover de las sábanas y con gusto entro, para encontrarlo acostado boca arriba, con medio cuerpo tapado por las sábanas y un brazo debajo de su cabeza.

Era como ver una pintura renacentista, Natsu era perfecto y lo demostraba en cada momento, ahí mismo, sin hacer nada, solo estando recostado mirando el techo, la hizo perder el aire de la perfecta imagen que tenía.

El giró el rostro para verla y le sonrió solo como Natsu sabía hacerlo, entre cerrando los ojos y enseñándole los colmillos; que Lucy no entendía cómo permanecían tan blancos por que sabía a ciencia cierta que no los lavaba con regularidad, dentro, en su pecho, sintió mil flores florecer ante el pequeño gesto.

Gateo sobre la cama hasta él, se acomodó a su lado y se recargo sobre su pecho. El calor de la piel le acarició el rostro y dejó su mano sobre el firme abdomen; el sacó el brazo dejando de su cabeza y la abrazo acercándola un poco más.

Por costumbre, metió sus pies entre los de él.

Nunca le había gustado que le tocaran los pies. Simplemente era una zona en la que no quería contacto más allá de cuando se cortaba las uñas y las pintaba.

Pero desde que había comenzado a dormir a un lado de Natsu sin enojarse por su presencia, tomó la pequeña costumbre de que las plantas de sus pies estuvieran en contacto con él. ¿Por qué? Aún no estaba segura, pero sentía la necesidad de restregarse.

En el silencio pudo escuchar su corazón latir, acelerado como siempre, no había otro modo en que Natsu se moviera. Sintió en su espalda como le acariciaba lentamente la orilla de la blusa, como si lo hiciera sin darse cuenta.

-Eso me gustó- confesó aún con el rostro pegado a su pecho y sin ninguna intención de moverse, cuando hablaba con sinceridad la vergüenza y la euforia la llenaban por completo.

-Después quiero intentarlo de otro modo- ¿Después? Eso significaba que por ahora habían hecho todo y no iban a hacer nada más, podía sentir la decepción en el corazón al recordarse que no podía exigirle nada.

-De acuerdo- por un par de minutos más se quedaron así, sin moverse ni hablar. Lucy disfrutaba de esos momentos, cuando sentía que había algo más entre ellos, una intimidad doméstica donde estaban en armonía y dentro de su mente estaban juntos.

Juntos como pareja.

Pero se recordaba sola que no debía pensar de ese modo.

Ellos no eran una pareja.

-Tienes que darte un baño- no le molestaba como olía Natsu, de hecho en ese momento, teniendo su piel descubierta directamente en su nariz, podía oler el sudor y la canela que lo caracterizaba, el olor a humo y el olor a sexo.

Lucy siempre pensó que era broma cuando decían eso, pero después de experimentarlo, entendía muchas cosas. Como después de que terminaban de tener relaciones, podía oler a Natsu en su propia piel, como un perfume permanente que en ocasiones ni el jabón de baño lograba quitar.

-Me bañe ayer- Lucy acarició el abdomen debajo de su mano, la piel caliente y dura. Movió un poco el hombro sobre el cual estaba recargada y respiró profundo llenando su estómago, rápidamente volvió a guardar aire y sumió el estómago por costumbre.

-Natsu con todo … lo que hemos hecho, necesitas un baño- no pudo evitar sonrojarse, pues la noche anterior habían seguido teniendo sexo una vez más hasta que le había pedido parar pues no podía soportar más.

Había visto la decepción en el rostro de Natsu pero había aceptado.

Había sido Lucy quien había despertado en la madrugada y se había envuelto alrededor de él. Sabía que Natsu dormía como tronco por la noche, sin moverse pero roncando, lo había hecho en otras ocasiones, abrazarlo mientras dormía, pues sabía perfectamente que él no se daba cuenta.

Había acomodado el cabello y con la poca luz que entraba por la ventana, le inspeccionó el rostro como solía hacerlo.

Le gustaba marcarle la mandíbula y besarle los labios que tenía entreabiertos mientras roncaba.

Le gustaría que Natsu la besara con más frecuencia, amaba sentir el calor de su boca entrar a la suya y como su lengua siempre le reclamaba atención y prioridad.

La primera vez que ella lo había besado, no había sido cuando él la besó aquella noche bajo las estrellas, que le había tomado por sorpresa y la dejó sin palabras ni acciones antes de que se diera cuenta él ya se había ido alejándose de ella.

Había tirado el té que tomaba mientras corría detrás de él, no iba a desperdiciar la oportunidad.

Pero no, la primera vez que ella lo había besado, fue cuando él y Happy pasaron la noche en su casa por primera vez desde el fin de la guerra.

Cuando los dos estaban dormidos y Lucy se dedicaba a ver las estrellas por la ventana, Natsu se había acercado a ella entre sueños y no pudo evitarlo, se inclinó y dejó sus labios sobre los de él.

Sabía que no estaba bien, estaba violando la confianza que tenía su mejor amigo con ella, pero en aquel momento pensó que de aquel modo iba a ser el único en que pudiera saber cómo se sentían los labios de Natsu sobre los de ella.

-¡Bien!- dijo él, dejó de acariciarle la blusa y llevó esa misma mano hasta su cabello, sintió que la movía entre todas las hebras hasta llegar a su cabeza; sintió lo caliente de las yemas de los dedos sobre la base de su cuello y como le sujetaba. La mano que tenía debajo de la cabeza la llevo hasta su rostro- ¡Pero tú entras conmigo!

-¡¿Que?!- le encantaba la familiaridad con la que Natsu acomodaba cualquier parte de su cuerpo sobre ella. Además encontraba de lo más sensual cuando su gran mano se enroscaba alrededor de su cuello y la movía a su placer.

-Yo gané la apuesta, ¿Recuerdas?- claro, la apuesta donde lo dejo ganar. A Pesar de que había estado tan cansada, con el StarDress de cáncer con facilidad hubiera atrapado a Happy, pero tenía curiosidad, ¿Qué clase de misión escogería para ellos solos? Acaso, planeaba ir a algún lugar donde pudieran hacer otras cosas más privadas.

Sus pensamientos se detuvieron cuando sintió la mano que tenía sobre su espalda bajar hasta su trasero y apretar una de las nalgas.

-¡Natsu!- salto ante la impresión y el la jalo para colocarla sobre de si. Con sus pechos aplastados sobre él, podía sentir su duro estómago inflarse al respirar sobre su vientre, sintió cosquillas en la entrepierna.

-¿Qué pasa, Luce? Pensé que nos íbamos a bañar- Natsu puso ambas manos en su cintura y metió una pierna entre las suyas. Lucy sintió su rostro arder de vergüenza, parecía como si siempre la atrapará en situaciones de ese modo y por mucho que ella lo intentara nunca parecía ser capaz de hacer lo mismo.

-S-Si pe-pero no-no podemos si … sigues jugando de este modo- llevó las manos hasta la cama a un lado de sus costillas para tratar de levantarse pero Natsu presionó sus manos para evitar que se levantara.

-¿De este modo, Lucy?- alzó un poco más la pierna y con la rodilla buscó su centro. Lucy cerró los ojos y tragó ante la sensación, la humedad que se había pegado al pantalón ahora estaba directamente sobre su vagina, él hizo pequeños giros con la rodilla y sintió que perdía el aliento -Ayer no parecía molestarte este modo.

-¡Natsu!- le volvió a decir y llevó sus manos sobre su pecho, una agarrándose del hombro, sujetando con fuerza y la otra la llevó hasta su cabeza, donde le gustaba estar, acariciando el cabello y el cuello.

-¿Qué sientes, Princesa?- se sentía tan feliz cuando la llamaba de ese modo. Aún que le avergonzara un poco que sus espíritus le llamaban de ese modo, pero él, cada vez que escuchaba su voz ronca y llena de deseo llamándola por su hombre o el modo en que decía Princesa, le hacía sentir espasmos en el vientre.

-Siento … siento que voy a explotar- Lucy había descubierto lo sensible que era desde que había comenzado a tener estas nuevas actividades con Natsu.

En ocasiones solo necesitaba que le tocara y se sentía completa. En otras solo necesitaba escucharlo hablar cuando estaban juntos y podía obedecer cualquier cosa que le pidiera.

-Explotar … ¿Cómo todas las veces que lo hiciste anoche?- las pocas ocasiones en las que Natsu hablaba de ese modo, Lucy sentía que hablaba directamente a su útero.

-Na-Natsu… - le dijo buscando en su mente el como hablar - No-no creas que dis-distrayendome te-te vas … vas a salvar de bañarte.

-¿Para qué?, podríamos estar todo el día así- sintió las manos de Natsu acariciarle a un lado de los senos en cada lado. Esas caricias tan discretas le encantaban, era como si Natsu quisiera llevarla poco a poco sobre el punto donde dejaba de pensar.

-¡No pienso estar todo el día sudando!- claro que no, si había algo que no soportaba era el sudor.

Aunque en el fondo, uno de sus nuevos y culposos gustos, era sentir su entrepierna húmeda con los fluidos de ambos combinados, el sentir lo viscoso del semen mientras le llenaba el interior o el como toda su vulva se humedecía por la cantidad de jugos vaginales, increíblemente le encantaba y deseaba tener el valor de pedirle a Natsu que la hiciera andar un día completo con los restos de sus encuentros, tanto como deseaba pedirle hacer más cosas que su pudor y vergüenza le impedían.

-¿Por qué no?, A mi me encanta como hueles- esos comentarios. Natsu está siendo sincero y confundiendo su pobre corazón. ¿Acaso no veía lo que causaba en ella cuando decía esas cosas?

-No-no se-as ra-raro-dijo mientras dejaba caer la cabeza sobre su pecho, justo sobre el corazón. Lo sintió removerse un poco y acomodarla, como siempre, se dejó mover a su gusto.

-Me encanta como huele tu cabello- con la rodilla presionada en su centro y las manos sobre la cintura la levanto un poco, solo lo suficiente para acomodarla mejor sobre de sí, Lucy acomodo su rostro escondido entre la piel del cuello. Natsu movió las manos de la cintura hasta los pechos y buscó acariciarlos aunque estuvieran entre ambos, ahora con ambas piernas entre las de Lucy, usó ambas rodillas para abrirle los muslos y acercar su cadera a la de ella - Como huele tu piel.

-Pero el olor que más me gusta- Lucy gimió un poco cuando sintió su pene frotarse contra la tela del pantalón -Es que el que me dice, que estás lista para mí.

Lucy amaba sentirlo sobre ella. Se sentía avergonzada con la facilidad con la que Natsu se frotaba en ella, amaba cuando lo sentía, la firmeza y suavidad aterciopelada del pene, la poca piel que tenía de prepucio y las prominentes venas que lo adornaban, le encantaba tocarlo y podía recordar con claridad la ocasión en que se lo metió a la boca, quería volver a repetir aquello, pero tenía tanta vergüenza de preguntar cómo había tenido el día anterior que Natsu le preguntó y ella contestó que le gustaba lo que hacía con su boca.

Por que le gustaba. Era como si Natsu supiera hacer todo y no se equivocaba, como si tuviera la experiencia y …

Siempre pensar en aquello le destrozaba el corazón.

No sabía si era cierto o si solo era su pesimismo hablando, pero Natsu era tan bueno en todo lo que hacía que le era imposible pensar en no era la primera vez que Natsu hacía todas esas cosas.

Qué él, había estado con alguien más haciendo lo mismo que con ella, hablándole a alguien más de él mismo modo tan sensual o que había estado con alguien más tocando como la tocaba a ella.

No podía ponerse a pensar en todo aquello, lo mejor era parar en ese momento antes de que terminara llorando como la vez anterior que había sobre analizado todo aquello.

-Na-Natsu e-espera de verdad. No quieres llegar cansado al festival, ¿Cierto? Va a haber muchas cosas para hacer y …- fue lo primero que pensó, pero no había funcionado, Natsu le tomó del rostro con ambas manos, le apretó un poco las mejillas y Lucy volvió a sentir su pene frotarse entre su muslo y su vagina.

-¿En serio crees que me canso?- Natsu alzó la cadera y le acarició la mejilla derecha con el pulgar. La miraba de ese modo que ella nunca entendía, como si ella fuera lo único en su cabeza en ese momento, como lo había visto ver platos de comida deliciosa frente a él, como lo había visto en ocasiones ver algo que lo impresionará en una pelea, aquella mirada que la confundía -¿Tú crees que me canso de estar dentro de ti?

Lucy quiso levantarse una vez más, pero Natsu los hizo girar con rapidez, grito un poco cuando su pie rozo rozó la orilla de la cama.

-¿Crees que me canso de tocarte y escuchar como gritas mi nombre?- Lucy quiso contestarle que no quería que se cansara de ella jamás, pero de entre sus labios, solo hubo un jadeo, pues Natsu se había acomodado entre sus piernas y había llevado ambas manos hasta el pantalón que tenía puesto.

Le gustaba cuando hacía aquello, cuando le quitaba la ropa lentamente y podía ver en sus ojos llenos de lujuria la admiración hacia su cuerpo.

Lucy podía sentir como los ojos la inspeccionaba como si fuera la primera vez que la veía desnuda. Movió las piernas para dejar que la tela saliera con más facilidad.

Llevó ambas manos hasta la cama donde agarró las sábanas en sus puños cuando sintió la piel contra la piel y el erecto pene contra su vagina.

-Crees que me canso de sentir como tus piernas me rodean- una mano de Natsu le tomó de la rodilla y con la otra presionó su pene sobre su clítoris.

Natsu lo movió cubriéndolo de los jugos vaginales, Lucy se sentía húmeda lo suficiente como para recibirlo. Una cosa más que Lucy había descubierto, la cantidad de líquidos que creaba su cuerpo, no tenía idea si era normal.

-¿O acaso crees que me fastidió de tocar tus enormes pechos? - llevó ambas manos hasta la orilla de la blusa, qué alzando la tela, se la quitó con rapidez, sin perder tiempo agarró sus pechos y los acarició. Siempre hacia eso de calentar las manos cuando los tocaba, parecía como si quisiera incendiarla completa. Por un momento él solo miraba ambos senos con la expresión de disfrute que dejaba ver de vez en cuando.

-¿O de apretarlos hasta que grites?- entre sus grandes manos, Natsu apretó lo que pudo de sus pechos, Lucy se sintió gemir nuevamente ante el trato ligeramente brusco -¿Tal vez crees que me canso de morder cada pedazo de tu piel?

-Natsu, ne-necesito ...- le vio inclinarse sobre sí, dejando caer su cabello rosa sobre su piel haciéndole cosquillas. Sintió sus labios calientes entre sus pechos, lo escuchó inspirar sobre la piel y sintió más vergüenza, apretó un poco más cada seno en su mano y alzó la cabeza, Lucy tuvo que forzar su cabeza a mantenerse alzada para poder ver a Natsu morderle la piel.

Quería que volviera a chupar de sus senos como el día anterior.

-¿Necesitas?- Lucy buscó los ojos de Natsu y se encontró con ese brillo tan extraño que solo había encontrado en ellos cuando estaban juntos. Era como si el verde de sus ojos cambiara de color, claro que sospechaba que era la perspectiva de la luz la que hacia ver aquello, pero aun así, no podía evitar pensar que sus ojos cambiaban un poco a dorado.

No era la primera vez que sucedía aquello.

En otras ocasiones mientras estaban enredados, había llegado a ver el cambio en los iris con un degradado que asemejaba la caída del sol.

Ridículo tal vez, porque no había nadie con los ojos dorados. Más que un Dragon Slayer en Dragon Force. Pero el hecho de pensar que Natsu entraba en Dragon Force cuando estaba juntos le hacía reír, claro que aquello sería imposible.

¿Cierto?

En un parpadeo, sus ojos volvieron a ser de color verde.

-¿Dime que necesitas? - ¿Qué necesitaba? Necesitaba con urgencia que metiera su pene en su vagina y la penetrara con tanta fuerza que no pudiera caminar.

Claro que toda la suavidad semi agresiva del día anterior le había gustado, encantado, la había hecho experimentar placer en un punto diferente que nunca había sentido, el estar a punto de tener un orgasmo y no tener estímulos para terminar, le habían dejado con añoro a las veces que Natsu la había hecho experimentar varios en un poco tiempo.

-A ti, Amo- llevo sus manos hasta su rostro y le acarició la mandíbula.

Si tan solo pudiera decirle la verdad oculta en sus palabras.

-¿A mí?- pregunto Natsu con un poco de incredulidad, pero tras moverle el cabello que le cubría los ojos, Lucy encontró malicia -Claro que me necesitas.

Entonces lo sintió entrar en ella. Suspiró con gusto cuando su propia piel hacía un molde para recibirlo perfectamente.

Era como si su cuerpo hubiera sido hecho para acomodarlo. Como la primera vez, no dejaba de temblar cuando lo sentía dentro. El calor inexplicable que traía consigo, el cómo movía sus órganos mientras la penetraba, los espasmos placenteros que creaba mientras empujaba su cérvix y a la vez su matriz.

-¿Quién más podría hacerte sentir lo que yo?- Nadie, no creía que existiera alguien en todo Earthland capaz de hacerle sentir todo lo que Natsu -Solo yo te puedo dar placer, no lo olvides.

-Nunca, Amo- su corazón saltaba cada vez que le escuchaba decir algo posesivo. Sabía que Natsu no era así, él no era posesivo, tal vez un poco celoso y codicioso pero la posesividad chocaba con el sentido de libertad que Natsu profesaba.

-Nadie te puede hacer gritar como yo- con manos temblorosas busco sus hombros. La piel tensa bajo su mano, caliente y el movimiento de los músculos al juntar la fuerza de su cuerpo para descargar sobre de ella.

Abrió la boca tratando de contestarle pero las sensaciones, como siempre, le nublaban los ojos y el pensamiento.

-¿Qué pasa, Princesa? ¿Quieres decir algo?- apretó entre sus manos los músculos de los hombros, le encantaba tocarle los brazos, desde que había vuelto de su viaje de un año, notaba como había cambiado.

Cuando veía a Natsu, ella observaba a un hombre.

No a un adolescente flácido con la nariz llena de mocos y un mal sentido de la moda de cuando lo conoció en Hargeon.

Podía recordar a la perfección como era, con el cabello tan corto que podía ver sus orejas con claridad, con la nariz puntiaguda llena de tierra y los ojos llenos de lagañas. Natsu de aquel entonces era asqueroso, aun que tal vez el de ahora aún lo era.

Recordaba con claridad lo hiperactivo que era, el déficit de atención tan fuerte que tenía encima.

Pero había sido aquel Natsu el que la había deslumbrado.

La convicción y la seguridad con la que se movía.

El alma tan pura que tenía.

Se había dado cuenta de todos los cambios que tuvo con el paso del tiempo, como ahora era más alto cuando antes ambos eran casi de la misma altura. Como ahora tenía más músculos por todos lados, tantos entrenamientos habían servido sus frutos estaban expuestos todo el tiempo.

Su rostro había dejado la suavidad de la adolescencia y se había convertido en un hombre.

Había dejado de ser tan desinteresado y y olvidadizo y ahora era detallista y demostraba más su inteligencia.

-Urgg…- de entre sus labios salió un tipo de quejido. En ocasiones se encontraba a sí misma preguntándose qué quería decir con los ruidos que salían de su boca cuando sentía a Natsu martillar sobre su piel y darle tanto placer como nunca había sentido en su vida.

-¿Qué fue eso, Princesa?- él repitió la acción, con lentitud entraba y salía de su vagina pero cada vez regresaba con más fuerza, podía jurar que más tarde tendría los muslos ardiendo de dolor.

-Natsu…- susurro su nombre pero arqueo la espalda. Sintió una de más manos de Natsu recorrerle el vientre hasta sujetar uno de sus senos con fuerza. Nunca podía sostenerlos completamente, la piel siempre se desbordaba entre sus manos.

-¿Natsu?- preguntó él con burla. Lucy amaba cada segundo que pasaba con este álter ego que tenía, esta persona que le exigía entregar todo sin decir palabra alguna, ese ser de cabello rosado y figura imponente sobre ella, de ojos cambiantes y pupilas inhumanas.

-Amo…- bajo sus manos hasta los pectorales, la piel dura e hirviendo la recibió. Trazo con los dedos cada espacio, cada músculo, desde la curva de la clavícula hasta los pezones planos y las costillas ocultas por sus brazos. Intentó atraerlo hacia ella, pero el peso de Natsu era más fuerte y le impidió moverlo.

-Dime Lucy … dime cómo te sientes- la única mano libre que tenía Natsu visitó su clítoris, ahí estaba otra vez, demostrándole que sabía que hacer en el momento correcto, llevó una mano hasta la pared detrás de ellos, agradecía que no hubiera cabecera de cama por que de ser así, golpearía con fuerza la pared. - Dime cómo te hago sentir.

-Yo … yo - el pulgar presionó sobre la piel, hizo presión en la mano que empujaba desde la pared y Natsu parecía tomárselo como una competencia, entre más resistencia sentía más era la fuerza con la que la empujaba, por instinto todo su cuerpo se contrajo y le sacó un jadeo de entre los colmillos. Sabía que cuando hacía ese movimiento con los músculos le gustaba a Natsu.

Hacía tiempo había escuchado a Cana mencionarlo como ejercicios simples, que usado en el mejor momento, eran como una trampa que no dejaría a ningún hombre escapar.

Por eso los hacía. Comprimía los músculos que rodeaban su vagina y ano y apretaba con fuerza y rodeaba el pene de Natsu con toda su fuerza, que no era mucha comparada a la del Dragon Slayer.

-Dime Luce, como se siente que cada vez logró hacer que te deshagas en mis manos- él apretó el seno en su mano y dejó de penetrarla, lo único que había estimulando era el pulgar frotando ligeramente sobre su clítoris.

Entonces lo sintió. La contracción que venía desde su espalda, el espasmo en sus ovarios y la presión en el cérvix, que sabía era la cabeza del pene rozando, los escalofríos desde las puntas de los pies subiendo hasta su cadera.

-No, aún no por favor- rogó en voz alta, encajando sus uñas sobre las costillas de él y tratando de pensar en cualquier cosa que detuviera el orgasmo que se avecinaba y pudiera alargar su tiempo junto a él.

-El ahora siempre es el mejor momento- sintió una explosión dentro de su ser y mil mares abrirse entre sus piernas mientras sentía como Natsu tenía su propio orgasmo ocasionado por el suyo.

-Amo …- siempre se quedaba sin aire, más cuando él se dejaba caer sobre su cuerpo.

Eran cien kilos de puro músculo presionando su pecho y estómago, abriéndole las piernas de un modo exagerado, entre el placer que sentía su cuerpo, sintió sus piernas gritar de dolor cuando la cadera de Natsu se presionaba sobre estas y le forzaba a expandirse para él. Lo disfrutaba secretamente, mas cuando él se envolvía a su alrededor, cuando la abrazaba y pegaba sus cuerpos hasta que el espacio entre ambos fuera casi inexistente y ella se obligaba a abrazarlo para que no se moviera, aún que su cuerpo gritara por el esfuerzo y su falta de elasticidad para realizar aquellos movimientos estando en esa postura.

Prefería sufrir un poco, aún que sabía y se engañaba sola, que no sufriría tanto como pensaba; y estar con él un poco más.

Por eso prefería que terminara dejando todo el semen que tuviera dentro de ella para que cuando saliera recordará por más tiempo el calor que le brindaba, la satisfacción y el posible amor que le tenía, todo eso sin la preocupación de atarlo con un hijo no deseado.

Aunque fuera más amor de amigos que de cualquier otra cosa y aun que solo la quisiera como amiga, ella aceptaría ese amor y lo guardaría como un tesoro.

Deseaba que la hubiera besado.

-Aún hay que bañarnos- cuando lo escucho hablar se dio cuenta de que se había perdido en sus pensamientos y no sabía cuánto tiempo había pasado.

-Definitivamente, necesitamos un baño- le dijo sobre el oído. Le acaricio sobre la espalda el pedazo de piel enrojecida donde había clavado sus propias uñas de color azul en la piel morena.

Entonces lo sintió comenzar a levantarse pero aún manteniéndola en sus brazos, al sentarse la movió con facilidad para que estuviera sentada sobre sus muslos. Se agarró de los brazos y buscó con los pies apoyarse en la cama para comenzar a levantarse pero Natsu no dejó de rodearla.

-¡Perfecto!-lo sintió que se movía para ponerse de pie aún sin soltarla, en un movimiento rápido la tenía ya sobre su hombro y se encaminaba al baño, se mareaba cuando hacía eso, esos movimientos tan bruscos, cargándola como si no pesara nada, a pesar de que siempre se quejaba cuando tenía que cargarla y le recordaba lo gorda que estaba - Quiero intentar esto que …

-Creo, que solo bañarnos está bien-le interrumpió jalándole el cabello para que la bajara. Sintió sus pies flotar sobre su abdomen mientras sobre su estómago se encajaban los huesos de su hombro y sus pechos se aplastaron incómodamente en sus omóplatos - Por hoy.

-De acuerdo, Lucy- le sujetó la cadera con ambas manos y la alzó una vez más para dejarla en el suelo de madera del baño. En cuanto sus pies tocaron la superficie, sintió en ambas rodillas negarse a sostenerla y sin evitarlo gritó buscando con las manos algo para sostenerse pues veía su caída al suelo inminente; como siempre Natsu estaba ahí para sostenerla - Por hoy.

Le rodeo la cintura con un brazo mientras con el otro buscaba la llave para encender la regadera.

El brazo tonificado la sujetaba y la pegaba a su cuerpo, un reflejo, pensó Lucy cuando se acomodó sobre su pecho. Dejó que sus manos se sostuvieron vagamente del cuello y alzó un poco las puntas de los pies que recién dejaban de cosquillear.

-¡Natsu!- grito en cuanto sintió el chorro de agua fría caer en su espalda.

-Tranquila, solo es agua- enojada trato de alejarse mientras el agua comenzaba a cambiar lentamente de temperatura empapando su cabello en el camino.

Natsu le soltó de la cintura pero no del brazo, sin alejarse demasiado comenzó a mojarse.

Lucy solo podía verlo, todo en él la deslumbrada. La forma perfecta de su cuerpo bien marcado y la tranquilidad de su sonrisa mientras le hablaba sobre algo que no escuchaba entre sus pensamientos y el ruido del agua. Natsu había llevado su mano libre hasta su empapado cabello y Lucy saboreó cada contorno de los músculos, como el brazo formaba una línea perfecta, que no pudo evitar seguir con la mirada.

Desde la mano entre el cabello, por el cuello grueso y la cicatriz que lo adornaba y la ahora pequeña cicatriz casi difuminada que en su momento le desfiguró la mitad del rostro, la cual Wendy curaba de vez en cuando para reducirla de tamaño, el brazo que en su momento tuvo el tatuaje que le dejó Igneel.

No evitó acariciarle desde la muñeca, trazando con sus dedos el espacio, la piel caliente que creaba vapor cuando las gotas de agua le caían encima. Bajo hasta la axila con poco vello, el pectoral y las costillas ocultas, la línea que creaba las abdominales que seguía hasta el vello de la entrepierna.

Con su mano derecha contorneo la X que había recibido por Rogue del futuro. Dio un paso más y aún con las pestañas llenas de agua le dejó besos sobre la clavícula.

Escucho su risa divertida y como la mano que le sujetaba el brazo se movía para agarrarle de la cintura.

-¿Qué pasa? Dijiste que solo bañarnos- alzó el rostro y le sonrió.

-Natsu- llevó ambas manos hasta su cabello y lo echó todo para atrás, dejando la frente y las patillas libres de los largos mechones- Déjame lavarte el cabello.

-¿Lavarme el cabello?- no sabía qué pensaba él pues la había abrazado cómo, si estuvieran en el parque y se movía sobre su eje como pasando el tiempo, quería alzar un pie como típica chica con su novio a punto de besarlo.

Pero tenía miedo a resbalarse.

-Si, anda date la vuelta- Natsu alzó una ceja sin dejar de mirarla. Lucy sentía las gotas de agua en su espalda y en su rostro que caían de la barbilla de él. Le encantaba cuando la veía de ese modo, como si quisiera verle hasta el alma a través de los ojos, no era la primera vez que la veía así.

Cuando recién lo había encontrado tantas veces observándola sin decir palabra, cuando lo notaba y quería preguntar si le ocurría algo, el finja desinterés y se giraba como si nada hubiera pasado.

Al principio se había sentido insegura, ¿Acaso buscaba algo en ella para burlarse como siempre lo hacía? Por eso se acomodaba el cabello y corría al baño para asegurarse de que no tenía nada entre los dientes y cuando se aseguraba que todo estaba en orden, se preguntaba por qué la veía.

¿Qué tenía en especial para la mirara?

Entonces empezó a hacer lo mismo. Observarlo fijamente. Observaba la curiosa curva de sus ojos puntiagudos y como los cabello del fleco le tocaban las pestañas y como cuando peleaba se enojaba tratando de quitarse el cabello de los ojos.

Observaba la sonrisa tan característica y los colmillos prominentes, él como su sonrisa cambiaba para todos, como tenía una especial para Azuka y sus juegos infantiles, como tenía otra más cálida para Happy y una socarrona para Gray; otra nerviosa para Erza y hasta los gemelos tenían su propia sonrisa, una de felicidad y anhelo.

Y la sonrisa deslumbrante que siempre le dedicaba solo a ella. Esa que le causaba un torbellino como los de Aquarius en el estómago y le causaba un dolor en el pecho.

Esa misma sonrisa que le dedicaba cuando la atrapaba observándolo y tomando cada una de sus facciones.

En el tiempo en que había permanecido soñando con sus ojos verdes, "¿Por un momento había vuelto al dorado o había sido su imaginación ?" Él se había dado la vuelta y ella buscó con rapidez la botella de shampoo.

Hacía mucho cuando se había esforzado en que tuviera más higiene, le había llevado a la tienda a que oliera todos y cada uno de las botellas de jabón para el cabello; hasta que después de mucho oler, había escogido una botella de color café que no olía a nada, pero le limpiaba el cabello y para su sorpresa lo dejaba sedoso y cuidado.

Se hizo a un lado para que el agua de la regadera le mojaba la espalda y la cabeza, por supuesto que el agua caía más abajo, pero el bochorno que sentía le impedía verle el trasero, que claro ya había hecho antes, pero ahora mismo quería concentrarse en la tarea en mano.

Con jabón en la palma comenzó a dejarlo sobre el cabello. Se alzó en las puntas de los pies para alcanzar con más facilidad y comenzó a masajear el producto.

Enterraba sus dedos con suavidad entre las hebras hasta tocar el cuero cabelludo y con mucha delicadeza le frotaba con las yemas de los dedos creando más espuma. Natsu echó la cabeza para atrás y observó cómo había cerrado los ojos.

-Eso se siente muy bien, Luce- con los pulgares le acarició el cuello y detrás de las orejas hizo pequeños círculos.

-Me alegra que te guste- dejo que el agua se llevara todo el jabón y continuó pasando su mano entre el cabello aun después de quitarle todo el producto - ¿Cuándo fue la última vez que te limpiaste las orejas?

-Nunca- le contestó aún sin abrir los ojos. Lucy se mojó un dedo de cada mano y los metió ambos al mismo tiempo en su oreja. Natsu saltó quitando ambos dedos de sus orejas y girándose le gruño- ¡Arrg, Lucy!

-Se llama venganza- Lucy sonrió y Natsu le tomó de las muñecas y se acercó hacia ella.

Lucy sintió sus pechos pegarse hacia sus duros pectorales y riendo nerviosa trato de alejarse.

-¿Venganza de que?- Natsu dio un paso más para acercarse a ella. Metió un pie entre los de ella y se inclinó aún más sin soltar sus muñecas.

-De lo que sea … te burlas tanto de mi…- buscó como salir de esa situación, seguro que ya estaba planeando una broma nueva o aún modo de burlarse.

-¿Sabes que estoy jugando, cierto?- aquello había sido inesperado.

-¿Eh…?- abrió los ojos y la boca con incredulidad, movió un poco la cabeza para quitarse el agua que le caía encima. Natsu la miraba con determinación, con las cejas rosas muy unidas y una pequeña mueca en los delgados labios.

Lucy quería besarlo con tantas ganas.

-Sabes que es un juego, siempre- Natsu volvió a inclinarse en su espacio y soltando las manos, las llevó hasta la cintura donde la junto hacia él. En ocasiones aquellas acciones eran tan inesperadas, que no sabía como reaccionar, como ahí mismo, se había inclinado para poder meter su rostro entre el cuello y el hombro, Lucy sintió el calor de su boca sobre el agua que empapaba su piel, podía sentir sus pechos aplastarse con fuerza sobre el pecho de él, el calor inhumano de su cuerpo la envolvió en un instante; el calor con agua combinados la estaba haciendo sentir ligeramente mareada- Que lo que digo no es para dañarte.

-Está bien, Natsu- dijo cuando ella le abrazó por el cuello. Pegó la mejilla sobre su cabello que aún tenía todo hacia atrás, como el viejo estilo de Gildarts.

-¿Lo entiendes, verdad?- él apretó los brazos que tenía a su alrededor con fuerza y la dejó sin aire simultáneamente al calor y humedad.

En ocasiones quería alejarlo y pedirle que fuera más suave, quería decirle que aquella presión la sentía sobre las costillas y hasta cierto punto le dolía. Pero no quería rechazarlo, Natsu no era una persona afectiva, a pesar de que en todo el tiempo que llevaban estas actividades, le había demostrado lo contrario.

Siempre lo había visto como alguien reservado a sus atenciones, la abrazaba cuando estaba emocionado o cuando ella lo abrazaba, la abrazaba cuando lloraba para consolarla y en ocasiones la abrazaba cuando dormían juntos.

Lucy se sentía egoísta y exigente cuando lo abrazaba pues quería más.

Este álter ego de Natsu era como si siempre quisiera estar tocándola, cuando estaban juntos en el departamento, en el gremio, en el tren, era como si él entendiera su necesidad de querer contacto físico.

-Claro que sí, Natsu- contuvo el aire y trato de devolver el abrazo con fuerza, absorbiendo todo el calor humano que no recibió durante muchos años que estuvo en soledad dentro de la mansión de su padre.

Por esa razón no se quejaba cuando le llegaba a doler, sabía que él no quería dañarla, jamás le haría daño.

-Genial- era tan simple entenderlo, ya fuera física o mentalmente él no le haría daño.

Todo daño se lo causaba ella misma.

Tuvo la necesidad de rascarse debajo del seno izquierdo.

-Natsu…-

-Mhnn..-

-Solo íbamos a bañarnos, ¿Recuerdas?- en el tiempo en que había estado abrazados y ella perdida en sus pensamientos, Natsu había comenzado a sobarle la espalda y sentía sus labios besarle sobre el hombro.

-Como eres aburrida- él se alejó un poco una vez más el chorro de agua le cayó en la cara y se evaporaba al momento.

-Disculpa que tenga que ponerte un alto, yo que no tengo tanta energía como tu, necesito tiempo para descansar- Lucy usó sus propias manos para limpiarle el rostro de toda agua cuando dieron unos pasos y dejaron que todo el agua cayera sobre la espalda de Lucy - ¡Aparte me duelen las piernas!

-¿Te hice daño?- Natsu volvió a hacer esa mueca con el rostro, que le retorcía el corazón por dentro, como si estuviera inseguro y preocupado.

-Claro que no. Pero …. Eh .. nunca … necesito yo … tiempo para aguantar mas …. - sintió su rostro enrojecer más, "Estaba tomando un baño con él, ¿Por qué se avergonzaba?" Buscando entretenerse con algo, hizo que la soltara para ella pudiera buscar la barra de jabón. Mojando la barra, lo frotó entre sus manos creando espuma, volvió a acercarse a Natsu y comenzó a enjabonarle el pecho.

-¿Fue mucho?- volvió a atraerla hacia él con las manos en su cintura, mirándola, como si no notara que ella le estaba limpiando.

-¡Solo necesito estar en forma!- pasó su tarea hasta los brazos -¡Te estoy diciendo que yo no maquilo a tu ritmo!

-Ya entendí, ya entendí- Lucy le enjabono el cuello y dejo que el agua se llevara toda la espuma. Ella giró un dedo, Natsu rodó los ojos y se dio la vuelta dándole la espalda. Lucy comenzó a enjabonarle la amplia espalda -Entonces, quieres descansar por unos días.

-Eso no fue lo que dije- tan rápido como había dicho aquello, se mordió la lengua. Pues Natsu no había perdido tiempo en girarse y alzando una ceja le dijo.

-Quien diría que eres tan pervertida- Lucy le jalo la oreja.

-¡Largo de aquí!- mientras él se quejaba tratando de crear contrapeso a cómo tiraba de su oreja tratando de sacarlo de la regadera.

-Lushyy..- Natsu se giró de un solo movimiento y asustándola, le quitó el jabón y comenzó a hacer las mismas acciones que ella había hecho sobre su piel. Le talló los hombros y el cuello, duró más tiempo de lo necesario enjabonando sus pechos y su vientre, haciendo el mismo movimiento que hacía cuando la abrazaba, con la facilidad que le daban sus brazos, la rodeó y le enjabono la espalda y la cadera. Lucy le tomó de las manos cuando lo sintió bajar hasta el trasero.

-Largo, necesito terminar de bañarme- le dijo después de que le tomara de las manos y lo volviera empujar para que saliera de la regadera.

-¿Aún te falta? ¿Qué más vas a hacer?- Natsu trató de soltar sus manos.

-Tengo que depilarme las piernas-

-Ya te dije que no me importa-

-Si quiero usar faldas tengo que hacerlo-

-Que complicada eres-

-Largo- diez minutos después, con el cabello bien lavado, las piernas depiladas y su vulva limpia de cualquier sustancia, Lucy salió del baño.

Natsu la esperaba sentado en la cama mientras comía una bolsa de frituras. Al entrar a la habitación, noto como las sábanas estaban ordenas, un poco arrugadas pero tendidas. El suelo estaba limpio y Natsu había abierto un poco la ventana para que circulara el aire.

-Muévete, Lucy. Recuerda que tenemos que ir al gremio pronto- Natsu se metió un puñado de frituras a la boca dejando migajas en las sábanas y Lucy quiso regañarlo.

Pero no lo hizo, él había hecho el esfuerzo de recoger las sábanas, al final del día era su casa y no podía decirle qué hacer en ese espacio.

De su propio cajón, busco la ropa que usaría ese día. Aún sentía la emoción cada vez que volvía la mirada hacia ese pequeño espacio que Natsu le había dado, solo para ella, en su casa, si aquello no era una muestra de que la quería tener más seguido ahí, no sabía qué otra cosa pudiera decirlo.

Tal vez, Natsu si le decía que le gustaba tenerla ahí, después de todo le gustaría escuchar la confirmación de sus pensamientos.

Con una falda negra y un top muy ajustado que no tenía tirantes, y por supuesto un conjunto de ropa interior que había comprado hacía poco, "Con toda la intención de atraer más la atención de Natsu mientras lo tuviera puesto", entró al baño a terminar de arreglarse.

Mientras seguía su rápida rutina de maquillaje, se encontró nuevamente con un espacio de piel oscurecido, justo debajo del mentón entre el cuello y la mandíbula, ese pequeño punto que Natsu solía succionar con fuerza cada vez que podía y le creaba un chupetón que tenía que ocultar con el maquillaje.

No quería volver a repetir el interrogatorio de Cana.

-¡Listo!- festejo abriendo la puerta, entro a la habitación donde Natsu estaba tirado sobre la cama mirando al techo del mismo modo en que lo había hecho por la mañana.

Comenzó a buscar sus zapatillas, en ningún espacio estaban por lo que decidió buscar en la sala, donde se encontró con un gran desastre.

La ropa de ambos estaba por todos lados, todo lo que había estado en la pequeña mesa entre los sillones ahora estaba regado sobre el suelo, la alfombra hecha una bola cerca de la pared, una silla de la mesa caída, los libros que habían estado en la mesa caídos en el suelo, al igual que la mochila de viaje de Natsu con los contenidos esparcidos.

Natsu había salido de la habitación para pararse detrás de ella y asustarla cuando le hablo al oído.

-Deberíamos limpiar un poco- Lucy no entendía en qué momento habían causado tanto caos, eran solo dos personas … con tendencia a destruir.

Tardaron más de cuarenta minutos en limpiar todo, Natsu había guardado la caja de juguetes y el Libro Rojo en algún lugar donde Happy no lo pudiera encontrar; se había movido cuando ella no se daba cuenta y no había visto dónde lo puso.

Cuando todo estaba más limpio, se aventuraron a la puerta no sin antes insistirle a Natsu que se limpiara los oídos antes de irse, se había negado, pero después que Lucy lo amenazara con pedirle a Erza que lo hiciera por él, había usado varios hisopos para hacerlo.

Decidieron caminar rodeando la ciudad para llegar al gremio, no querían ver nada de cómo estaba adornada la ciudad hasta que pudieran salir a disfrutar.

En cuanto llegaron al gremio Natsu había corrido a la barra pidiéndole a Kinana algo para comer.

Al entrar, Lucy se había encontrado con Levy cargando a Jutla camino a la biblioteca, la joven le hablaba en otro idioma al bebe que solo babeaba sobre su blusa y agitaba sus puños regordetes al aire.

-¡Hola, Lu! Te ves radiante- Lucy pensó que la que irradiaba luz era la joven madre. Después que tenía a el par de gemelos, su mejor amiga, resplandecía como un foco de felicidad.

Lucy la envidiaba un poco, tenía una familia completa, una pareja que la quería sobre todo, dos hijos hermosos y sabía que pronto comprarían una casa.

Era todo lo que ella quería.

"¡Pero qué pensamientos son aquellos! ¡Claro que ella tenía una familia, tenía a Happy y a Natsu, Erza y Gray y Wendy y Levy y todo Fairy Tail!"

Claro que sí, ni podía dejarse llevar por ningún pensamiento negativo. Los dejaría para más tarde, cuando estuviera sola en su departamento… claro, no estaba en su departamento.

-¿Lu?- tratando de borrar todos los pensamientos de su mente, observó cómo Levy le veía con una interrogante en el rostro.

-Estoy preparada para el festival- le respondió con fingido entusiasmo, Levy era muy observadora y sabía lo que estaba haciendo, Lucy también sabía que su amiga sabía cuando presionarla para que dijera lo que le ocurría- Hace mucho que no hacemos algo por diversión.

-Es cierto, hace mucho que no hacemos nada con las chicas- Lucy y Levy habían pasado mucho tiempo juntas en la última etapa de su embarazo. Laxus había enviado a Gajeel a una misión súper secreta por casi dos meses y ella se había tomado la tarea de acompañar a Levy - Ahora que no estoy embarazada, por fin podemos volver a tener nuestra noche de chicas.

-Eso suena como una gran idea- aquello le entusiasmó, la última vez que había estado todas juntas había sido poco antes de la pequeña boda de Elfman y Evergreen, más de un año atrás, cuando recién había terminado la guerra.

-Estoy segura que a Gajeel no le importará tener a los gemelos por una noche- Lucy río ante aquello. A pesar de que podía ver la felicidad en Levy, también podía ver el cansancio y la fatiga que a veces demostraba. Lucy se había voluntariado para cuidar a los gemelos un par de horas para que tanto ella como Gajeel pudieran tener un tiempo a solas, pero ninguno de los dos estaba listo para alejarse tanto tiempo de los gemelos.

El día anterior que Levy había reforzado junto con Freed las runas para proteger la ciudad, la había visto llorar en cuanto había regresado al gremio y le había quitado ambos bebés a Gajeel.

-Bien, hay que comenzar a planear- le dijo antes de que su propio estómago hiciera un sonido en queja que rivalizara contra el de Natsu, avergonzada se sujeto el estómago.

-Muy bien, por ahora tú ve y come algo- tras despedirse, busco entre las mesas alguna disponible.

Cerca de una ventana estaba Gray, sentado con los brazos cruzados y la mirada seria. Lucy se acercó observando al gremio.

Estaba relativamente lleno de puros integrantes de Fairy Tail, muchas mesas llenas, gente parada en los pasillos, podía escuchar el ruido del segundo piso y varias puertas abriendo y cerrando. Laxus les había pedido que estuvieran todos en el gremio antes de que empezara el festival para dar unas cuantas indicaciones.

-Hola, Gray- se sentó frente al joven que solo alzó un poco el rostro para devolverle el saludo y permaneció en silencio observando el techo.

Lucy quiso preguntarle si le ocurría algo, pero Natsu había llegado dejando dos platos sobre la mesa, le indicó con la mano que se moviera y Lucy se recorrió un poco en el banco para dejarle espacio suficiente a Natsu para que se sentara.

El no se dignó a saludar a Gray, simplemente comenzó a comer preocupándose ligeramente en usar un tenedor. Lucy observó el plato frente a ella mientras tomaba el tenedor y movía un poco un plato.

Fruta y Yogurt como le gustaba.

Esos pequeños gestos le habían enrojecer, no tenían nada en especial, ¿Qué tiene de grandioso que Natsu supiera su orden de comida? o que tiene de grandioso que supiera preparar el café como a ella le gustaba.

Era normal saber esas pequeñas cosas de las personas con las que pasas más tiempo.

Como ella sabía que Natsu prefería comer pollo, o cual era la marca de su salsa favorita o que no le gustaba tomar lácteos y siempre prefería que fuera Mirajane quien cocinará.

Del mismo modo en que sabía pequeños detalles de Gray, Erza y Happy.

Claro que aquello era normal.

-Silencio- desde el balcón del segundo piso, Laxus llamó la atención de todos, con su potente y gruesa voz, Lucy revolvió un poco los contenidos de su plato mientras observaba como el Maestro esperaba a que el bullicio se calmara y pudiera hablar - El alcalde me pidió que les recordará varias cosas.

Lucy admiraba a Laxus, era un buen maestro, aunque tuviera un lugar muy grande por llenar y hubiera quien recordara su desquicio de años atrás, Laxus era calmado y decidido, por supuesto que muy fuerte y apuesto también, pero el cómo tomaba el mando del gremio en un minuto le impresionaba.

Frente a ella, Gray se giró un poco para poder ver a Laxus. Podía ver la tristeza irregular que había en su rostro y su postura, preocupada juntó las cejas y pensó en cómo podía ayudar.

-Número uno, Natsu tienes prohibido destruir algo- a su lado Natsu dejo de comer y comenzó a ponerse de pie listo para replicar ante Laxus, pero Lucy, sabiendo que aquello no podría terminar bien, le tomo de la orilla del chaleco y lo jalo para que volviera a sentarse en la mesa. Sin soltar el chaleco, asintió hacia Laxus quien los observaba con una ceja alzada - En caso de que destruyas algo por error o por diversión … voy a dejar que Mirajane se encargue de ti.

-Pórtate bien, Natsu- a un lado de Laxus, como su sombra, estaba Mirajane, saludándolos con la mano y la sonrisa más tétrica jamás.

Desde hacía tiempo había notado la cercanía que tenía Laxus y Mira, poco antes de que se volviera el maestro, los veía hablar más de lo común, pero después, cuando Mirajane acostumbrada a ayudar a Makarov, comenzará a ayudar a Laxus más formalmente Lucy los había visto entrar a la nueva oficina y no salir de ahí en mucho tiempo, había tratado de insinuar algo con Mira, pero ella le había sonreído de la misma manera en me sonreía a Natsu en ese momento así que había dejado el tema completamente.

Recordando el miedo al ver esa misma sonrisa apretó el chaleco de Natsu y tembló un poco.

Natsu se giró para verla por un segundo y Lucy deseó haberle sonsacado para que usara otra ropa, como el día anterior.

Tal vez tendría que bañarse ella primero para dejarlo sin opción.

Le había gustado la vestimenta del día anterior, no tenía nada de especial, una simple camisa que le hacía resaltar su cabello y los jeans que se le pegaban a las piernas. Cuando Natsu quería se podía ver tan deseable sin proponérselo.

-Número dos, Erza, tienes prohibido acercarte a los casino- soltó el chaleco de Natsu y observó a Erza con la misma indignación en el rostro que Natsu, cerca de la barra -Sin excusas.

-Número tres, Cana, no puedes tomar más de un barril por puesto y tienes que tener compañía siempre- Lucy no había visto a Cana cuando llegaron, hacía un par de días que no hablaba con ella, pues siempre que la veía, ella estaba rodeada de sus admiradores de Quatro Cerberus y Baccus.

-Este va para todos- Lucy volvió a remover el plato con la fruta y distraída se metió un pedazo de melón a la boca -Freed y Levy colocaron una barrera para proteger la ciudad, en caso de que haya algún disturbio del exterior, la persona más cercana al lugar será contactada por Warren.

De bajo del balcón donde Laxus y Mirajane estaban hablándole a todos, apareció la proyección de un mapa de la ciudad completa.

Con pequeñas indicaciones, el mapa mostraba los lugares más importantes de la ciudad, la Catedral, la estación del tren, los cuatro parques más grandes de la ciudad, el canal que atravesaba la ciudad, las plazas y distritos, por supuesto la posición del gremio y el lago a sus espaldas.

Alrededor de toda la orilla del mapa se marcaba de color verde brillante los límites que habían marcado Freed y Levy, sabía que habían abarcado una buena parte del bosque pues había varios sectores de acampado que el municipio había colocado para los visitantes que no habían alcanzado lugar en los hoteles y hostales.

Warren se colocó a un lado de la proyección y tratando de imitar a Laxus, infló el pecho y habló.

-Tendremos los radares activados, en caso de una emergencia, me contactare con el más cercano- indicio los diferentes puntos donde se encontraban los radares, dio una breve explicación de cómo funcionaban y si en caso de una emergencia, se usarían de altavoces para alertar a la población.

-En caso de una emergencia- Mirajane le interrumpió- Todos saben su posición, defensiva y ofensiva, la prioridad siempre será asegurar la seguridad de los ciudadanos. Por supuesto habrá guardia por parte del Reino, pero no podemos confiarnos.

-Manténganse alerta- finalizó Laxus -Hay que demostrar que las fiestas de Fairy Tail son mejores.

Con aquello se dieron por terminadas las indicaciones.

Lucy suspiró aliviada de que todo estuviera bajo control y por un momento sintió que en cualquier momento aparecería Mavis para idear un plan, aún que Laxus había hecho un excelente trabajo.

Volvió a remover el plato con fruta y sintió que había perdido la frescura, pensando en pedirle a Gray que lo refrescara un poco se encontró al joven de brazos cruzados y una gran mueca de disgusto en su rostro.

-¿Gray?- le preguntó y él la observó-¿Todo bien?

-¿Que pasa, Hielitos?- era probable que Natsu sintiera el disgusto de Gray y quisiera presionarlo para una pelea pero Gray lo ignoró y miró a Lucy.

Ella encontró sus ojos ligeramente rojos.

Con rapidez se puso de pie y se sentó a su lado buscando abrazarlo. Le abrazó los hombros y él escondió su cabeza en su cuello. Lucy se sintió un poco extraña, Gray nunca la había abrazado de ese modo, sintió sus dedos apretarla con fuerza cuando pasó sus brazos sobre su cintura.

-¡Oh, Gray!- ella le abrazó con fuerza tratando de darle confort -Está bien, puedes decirnos lo que sea.

-Juvia y yo peleamos- mencionó varios minutos después cuando la soltó y se volvió a sentar cruzando los brazos. La pequeña muestra de debilidad que tuvo la dejó desconcertada, llevó su mano hasta el hombro derecho y le acarició sintiendo el frío usual de su piel.

-Lo siento mucho … ¿Quieres hablar de eso?- con cansancio él negó y los cabello oscuros se movieron con su cabeza, ella asintió y bajó su mano para dejar de tocarlo y no pasar más allá de su límite de emociones - Muy bien. Todo estará bien, cualquier cosa pueden solucionarlo.

-Gracias, Lucy- Gray le dedicó las cálida sonrisa que siempre tenía para ella.

-No es nada, ¿Te lo debo recuerdas?- le devolvió la sonrisa.

-¿Qué le debes?- Natsu se metió en la conversación rápidamente.

Lucy recordó la ocasión meses atrás, cuando Gray la había visitado en su departamento y la encontró teniendo un ataque de pánico.

A pesar de que Gray era poco partidario de lidiar con mujeres y emociones, y menos los dos al mismo tiempo, él se había quedado ahí con ella, la había calmado y la ayudó a respirar con paciencia, la escucho llorar sobre su pesar y le dio su opinión del tema.

-Oh, es algo … privado- no podía y no quería revelar los detalles de la conversación, mucho menos a Natsu, quien había sido una buena parte de su pesar en el momento.

-¿Privado?- lo vio alzar la ceja y arrugar la nariz del mismo modo en que hacía cuando, sabía que ella le ocultaba algo, era como si Natsu tuviera un sexto sentido para saber cuando ella no le contaba algo -¿Qué clase de tontería puede ser privada para que no me cuentes?

Sintió una punzada en el corazón al escucharlo.

Claro que había sido una estupidez haber llorado por Natsu cuando él no era consciente de lo que causaba en ella.

¿Cómo podía culparlo por sus propias ilusiones?

Aquella tarde había llorado por el mismo dolor en el corazón, que le acojonaba desde hacía tiempo.

-Cállate, Chispas- Gray golpeó la mesa con su puño. Podía ver el enojo en su rostro, desconcertada, buscó a Natsu con rapidez.

-Cállate tú idiota- una vez más Natsu se alzó sobre la mesa listo para pelear con Gray.

-¿A quien llamas idiota, imbécil?- del mismo modo, Gray se puso de pie comenzando a quitarse la chamarra de mezclilla que usaba, Lucy se imaginaba que la usaba más como un accesorio que como algo que le cubriera el frio.

-Chicos …- trato de calmarlos para evitar que terminarán causando caos pero ninguno pareció escucharla.

-A ti pedazo de idiota- Natsu le contesto y Lucy busco con desesperación a Erza. Para su suerte la pelirroja había notado la discusión y se acercaba con prisa.

-Escúchame bien, ignorante imbécil-...- Lucy podía escuchar el enojo en la voz de Gray.

-¿Están peleando?- Erza se sentó con tranquilidad a un lado de Natsu.

Natsu y Gray saltaron al verla.

-¡Claro que no!- gritaron ambos al mismo tiempo volviendo a sentarse.

-¿Me están gritando?- Erza acomodo uno de los mechones del perfecto cabello rojo detrás de su oreja para descubrir el ojo sintético.

-No, no, no, Erza como crees- dijo Natsu quien volvía a sentarse a su lado haciendo a un lado de plato limpió de comida.

-Por supuesto que no Erza, fue solo... un poco... yo este …- Gray a su lado busco la chamarra que se había quitado mientras buscaba cómo responderle.

-Lucy, anoche te estuve buscando- pero Erza ya los estaba ignorando y cuando la escucho decirle aquello no pudo evitar sonrojarse.

La tarde noche anterior ella y Natsu habían salido prácticamente corriendo del gremio sin despedirse de nadie, solo con la meta de querer llegar a casa.

No quería ni pensar que como respondería Erza de saber lo que ella y Natsu hacían en privado.

-¿Necesitabas algo?- trato de calmar su pulso acelerado y se removió en su lugar, en su rodilla sintió la rodilla de Gray.

-Solo quería salir a cenar con mi amiga- la sinceridad en la voz de Erza la hizo sentir culpable.

-Lo siento Erza .. yo he .. solo quise ir a dormir temprano ya sabes … tanta gente a veces me cansa .. si fue eso- se desesperaba mucho cuando tartamudeaba al ponerse nerviosa. Ella no era una persona que se pusiera nerviosa con facilidad pero desde que había comenzado a estar con Natsu, cada vez que le hablaba con la voz llena de autoridad no podía evitar sentir los nervios en la garganta.

-De acuerdo …- rápidamente trató de olvidar la imagen en su cerebro de Natsu llamándola buena chica y buscó como remediar la situación.

-Pero justo hablaba con Levy esta mañana sobre que hace mucho no hacemos nada todas juntas- junto ambas manos sobre su pecho y se inclinó sobre la mesa con entusiasmo observando detenidamente a la pelirroja.

-Es cierto, deberíamos de hacer algo todas- Erza cruzó los brazos sobre su estómago arrugado un poco el suéter gris oscuro que dejaba ver su escote.

-Levy y yo mencionamos una noche de chicas-

-Por supuesto, suena como una excelente idea- si Erza estaba de acuerdo entonces sería más fácil, usualmente ella era quien se entusiasmaba más con la noche de chicas y se encargaba de organizar todo.

-Solo hay que preguntar a todas cuando pueden y es un hecho- sabía que Erza se encargaría de eso también y probablemente en una hora le daría una fecha exacta de cuando podían hacer su reunión.

-Excelente- con una nueva sonrisa y el tema olvidado Erza se giró un poco hacia Natsu -Natsu, ¿Acaso no recuerdas que tienes la tarea de ayudar en los puestos de comida?

-¿Así?-

-Si, y según tengo entendido… vas tarde-

-He… voy a preguntar a donde tengo que ir-

-¿Todo bien, Lucy?- en cuanto Natsu desapareció de la mesa y del gremio, Gray le preguntó sin quitar la expresión triste del rostro.

-Todo perfecto, ¿Tendría algo que estar mal?- fingió una sonrisa y alcanzó el plato de fruta que había dejado olvidado, removió el contenido y se metió un pedazo de piña a la boca, tratando de ignorar la desesperación sin explicación que sentía.

-Es un idiota lo sabes-

-Esta bien, Gray … él no … tendría por qué saber de qué hablábamos-

-Eso no le quita lo idiota- Lucy noto como Erza los observaba sin entender de que hablaban.

Pasó cerca de una hora hasta que Natsu volvió comiendo una banderilla de carne que alguno de los locatarios le regaló en agradecimiento, Wendy había llegado junto con Carla y Happy poco antes. Al llegar, Natsu los apresuró para que salieran lo más pronto posible, cuando bajaron las escaleras que recibían la entrada de Fairy Tail, todos comenzaron a observar los inicios del festival.

Lucy se maravillo de todo lo que podía ver.

Miles de colores en todos lados, no era como el primer Fantasía, era mejor, la cantidad de personas que había caminando entre las calles era exagerada, Lucy pensó en sus visitas a Crocus y era tan similar en ese momento con los colores y las personas.

Los puestos a los lados de las calles, cientos de adornos en cada espacio disponible, el canal con botes dando pasajes a turistas para que vieran la ciudad mientras entre el agua esquivaba diversos banderines y cubos blancos que flotaban por ahí, además de muchas magnolias que flotaban en el río pintando de blanco.

-¡Primero vayamos a la comida!- dijo Natsu rápidamente en cuanto se acercaron y los olores les llamaban.

-¡No, primero los juegos mecánicos! - pidió Wendy.

-¿Olvidas que no te puedes subir?- le recordó Gray.

-Oh, es cierto-

-Vayamos a ver la presentación de Cana-

-Primero vamos por comida- Definió Erza. Natsu y Happy alegres por que su propuesta había ganado se adelantaron al grupo.

Lucy quien caminaba a un lado de Wendy, trató de llamarles.

-¡No se pierdan por ahí!- Lucy sabía que aquello iba a suceder, todos iban a terminar separándose en algún momento pero no esperaba que fuera a ser tan pronto, desde que se había enterado de que el festival iba a ser en Magnolia ese año, había tenido la ilusión de pasarlo junto a sus amigos.

-Vamos, o si no los perderemos de vista- abriéndose paso entre la gente Erza camino delante de ella, Wendy había levantado a Carla y había tomado de la mano de Erza para no ser llevada por la corriente de personas.

-¿Quieres que también te tome de la mano para que no te pierdas?- le dijo Gray cuando caminaba a su lado, del mismo modo que Erza iba abriendo paso entre la gente para Lucy y él.

-Que dices, ni que fuera una niña- Lucy le empujó un poco el brazo haciendo un fingido puchero.

Después de haber visto a Gray con decaído en el gremio, escucharlo bromear un poco se sentía como un alivio.

-Solo digo- Gray se encogió de hombros y le dedicó una sonrisa- Hay mucha gente, escuchaste lo que dijo Laxus, hay que estar alerta.

-Tal vez eres tu quien quiere tomarme de la mano para no perderse- Lucy pasó a un lado de una familia de con un par de niños que gritaban a sus padres, con agilidad los esquivo pegándose un poco a Gray, quien con confianza le colocó la mano en la espalda para ayudarle a pasar las personas.

-Me descubriste- Lucy no pudo evitar reír, pues la mirada tan seria de Gray y el tono en el que hablaba, para cualquiera que no lo conociera pensaría que estaba siendo sarcástico.

-¡Venga Luce, como eres lenta!- sin darse cuenta en qué momento Natsu apareció frente a ella, se detuvo en su camino pero comenzó a avanzar con rapidez cuando la mano de Natsu se entrelaza con la suya y comenzó a jalar.

-Natsu, espera- pero él la ignoró. Lucy giró el rostro y alcanzó a ver a Gray guiñar un ojo y sonreírle.

Su rostro en automático se volvió rojo, pues sabía claramente lo que intentaba decirle.

Aprovecha

Después lo vio caminar hacia el lado contrario y perderse entre la gente.

Regreso la mirada hacia Natsu quien seguía jalando y moviendo gente con el hombro. Su ancha espalda le cubría y no podía ver hacia dónde se dirigían, apretó un poco la mano de Natsu y rogó que no comenzara a sudar en ese momento.

Para su sorpresa, él le regresó el pequeño gesto sin girarse a verla.

Un pequeño gesto más, casi insignificante para él pero cargado de todo sentimiento para ella. Sentía un sol radiar en su estómago y crearle alegría; una vez más, Natsu le demostraba que sabía que hacer en cualquier situación.

Tal vez él pudo sentir su propia preocupación por Gray, pero Natsu conocía a Gray un poco más que ella.

No quería dejar solo al pelinegro pero quería pasar todo el tiempo posible con Natsu.

O posiblemente Gray quería estar solo, por que de ser lo contrario los estaría siguiendo en ese momento.

-¡Happy, la encontré!- Lucy pudo ver a Happy dar vueltas sobre las personas y cuando los encontró comenzó a bajar lentamente mientras recibía halagos y aplausos por parte de la gente que pasaba a su lado, como si hubiera sido una pequeña demostración.

-¡Lucy no te pierdas!- le dijo el pequeño gato cuando aterrizó en el hombro de Natsu y la observó completamente ignorante de que los aplausos eran para él.

-Ustedes desaparecieron en un segundo- se quejó.

-Tu eres muy lenta, Lucy- se burló el gato, Natsu reanudó la caminata, Lucy entre cerró los ojos y alzó la mano libre tratando de atrapar los bigotes del gato.

-Cierra la boca, gato- Happy se sujetó de la cabeza de Natsu y esquivó la mano de Lucy.

-¡Ya sé, ya sé!, tal vez quería estar a solas con Gray- Lucy rodó los ojos y una vez más trato de atrapar los bigotes de Happy.

-Claro que no, ustedes nos dejaron atrás-

-Vamos, ya veo a Erza y Wendy- Natsu interrumpió la plática y la volvió a jalar. Pudo ver como tenía la espalda tensa y los hombros encuadrados, había presionado con más fuerza su mano y el calor que le transmitía definitivamente la estaba haciendo sudor, quería soltarlo para limpiarse la mano en la falda.

-Lucy, no sabíamos que pedirte- le dijo Erza en cuanto se acercaron a un puesto donde esperaban ella y Wendy.

-Esta bien, no tengo mucha hambre- les alimentó una mentira.

-Casi no comiste de tu desayuno- le remarcó Natsu. Pudo ver su ceja alzada y el rostro preocupado.

-Claro que sí comí- trato de defenderse cuando vio como Erza recibía un plato y se lo pasaba a Natsu, quien con su mano libre lo tomó y comenzó saborearlo.

Lucy pudo ver fideos con proteína encima bañados en una salsa, Lucy intentó soltar la mano de Natsu para dejarlo comer pero él se negó a soltarla. Sintió las yemas de los dedos clavarse entre sus nudillos y la humedad entre ambas palmas.

-Pruébalo tú primero, Lucy- Natsu inclinó el plato de papel hacia Lucy y ella tomó el tenedor que estaba incrustado entre los fideos.

Se había sorprendido, era casi un milagro ver que Natsu le ofreciera el primer bocado de su comida. Pero se sintió importante cuando le asintió con el rostro como aventurándola a que lo probara.

Se metió un par de fideos a la boca y sorbió la salsa.

-¡Está delicioso!- declaró con una sonrisa.

-¡Quiero probarlo!- declaró Natsu con entusiasmo y abrió la boca. Lucy entendió, volvió a enterrar el tenedor y a tomar una porción más grande que había tomado de sí misma y la dirigió a la boca abierta de Natsu. Observó el rostro de Natsu cambiar a uno de satisfacción y gusto. -¡Es cierto, está buenísimo!

Natsu volvió a repetir la acción, abrió la boca esperando que Lucy le alimentara. Con la mano temblando le un poco hizo lo mismo, tomó una porción grande y la acercó a la boca de Natsu.

Natsu se inclinó un poco y tomó el bocado y miró a Lucy a los ojos mientras masticaba; Lucy tomó un poco para sí y noto que estaban a punto de terminar el platillo.

-Yo quiero un pescado- Lucy había olvidado que el gato seguía ahí observando toda la interacción hasta que hablo.

Lucy tomó lo último del platillo y se inclinó hacia Natsu quien abrió la boca con gusto, dispuso de el plato de papel en el basurero que había a un lado del puesto.

-Vamos por tu pescado, Happy- anunció Lucy que recibió un "Aye" entusiasmado del gato y en esa ocasión fue ella quien jalo a Natsu de la mano para que caminaran-¿Dónde están Erza y Wendy?

-¿Dónde más? Fueron a buscar dulces- respondió Happy y Lucy sintió el calor del cuerpo de Natsu a su espalda.

El pabellón donde estaban los puestos de comida y restaurantes estaba adornado con lazos gigantescos y lámparas que colgaban entre los edificios, Lucy se preguntó si Elfman topaba con las lámparas, mientras buscaba a alguien que vendiera pescados, observó los diferentes puestos que había, desde locales hasta personas que había viajado desde Crocus solo para vender sus productos.

Al pasar por uno en especial, noto que el la leyenda decía provenían de Iceberg y se pregunto si vendían Brunost que tanto le gustaba a Gray y que en una ocasión Erza había intentado recrear después de escuchar a Gray mencionar el dulce sabor, claro que Gray había tragado lo que hizo Erza y le pidió que jamás volviera a intentarlo.

-Por allá hay uno- Natsu señaló con su brazo sobre su hombro para que pudiera ver a dónde se refería.

Lucy sujetó con su mano libre la orilla de su bolsa, no estaba de más ser cuidadosa.

-¿Que llevará, señorita?- el cuanto se acercaron el viejo señor que atendió comenzó a mencionar el menú pero Lucy le detuvo rápidamente.

-Me da un pescado crudo-

-¿Crudo?- el viejo la miró como si tuviera otra cabeza y Lucy solo señaló detrás de ella.

-Es para el gato-

-¡Aye!- después de que Happy obtuvo su pescado, continuaron caminando hasta que cruzaron uno de los puentes, notaron como pasaban por un túnel de las mismas lámparas que se veían en todos lados dándole un toque mágico al puente, Lucy deseaba verlas por la noche encendidas.

Tras pasar por el túnel los puestos comenzaron a cambiar, para ese entonces, era media tarde y el frío comenzaba a sentirse un poco más, en esa sección del festival era más artesanal, con objetos hechos a mano, tanto joyería como armas y la cantidad de personas que pasaba era más moderada.

Lucy continuó caminando observando desde lejos varios puestos mientras escuchaba a Natsu y Happy hablar sobre algo que no podía escuchar.

Fue hasta que vio un puesto que vendía joyería que se acercó con entusiasmo lista para preguntar si tenía alguna llave.

Soltó la mano de Natsu y se acercó con rapidez a la jovencita de cabello morado, le explicó lo que buscaba y mientras la joven buscaba en su repertorio tras asegurar que tenía una, Lucy se giró para celebrar junto a Natsu y Happy.

Pero ellos no estaban a su lado, ni cerca, ni en ningún puesto, ni entre la gente.

En un segundo habían desaparecido.

-¡Aquí esta !- festejo la chica llamando la atención de Lucy, ella se giró mientras la joven alzaba una llave de plata en su mano.

-Que bien y …¿En cuanto la vendes?-

-Para ti, serían quince mil Jewels- la joven sonriendo pestañeo varias veces.

-¿Quince mil? ¿Es lo más bajo que la puedes vender?- en su mente, Lucy estaba comenzando a idear un plan para negociarlo pero la sonrisa de la joven le decía que iba a ser difícil.

-Si- y la joven encogió el brazo hacia si misma alejando la llave de Lucy- Si no la quieres …

-Si la quiero- dijo rápidamente Lucy mientras comenzaba a buscar en su bolsa el dinero.

Al menos ahora tenía un nuevo espíritu.

Parándose en el medio del pabellón, Lucy buscó el familiar cabello rosa o el pelaje azul de Happy pero no vio nada.

Desanimada, se reprendió por haberle soltado la mano a Natsu. Si no lo hubiera soltado seguirá ahí con ella.

Aún que tal vez él deseaba ir por ahí, sin ella.

Lucy invocó a Plue para evitar la repentina soledad que sintió.

-¡Plu!- tomándolo en sus brazos, Lucy apretó a el ser y siguió caminando observando todo a su alrededor.

-Lucy- a sus espalda se encontró con Juvia.

Vestida con el abrigo azul de siempre pero sin su gorro, podía ver en su rostro, donde usualmente había maquillaje sencillo y perfecto, en ese momento solo podía ver un poco de rímel y un par de ojeras.

-¿Como estas? Escuche que tu y Gray pelearon- se acercó a ella, sin perder el tiempo, no le gustaba el modo en el que se veía, decaída y con una sombra de tristeza en el rostro.

-Gray-sama y Juvia tuvieron una discusión, si, pero Juvia esta bien- con el tiempo, Juvia había dejado de hablar en tercera persona, pero en ocasiones se encontraba recayendo en la muletilla.

Lucy lo había notado desde que había comenzado a estar semi-oficialmente con Gray. Lucy había estado tan alegre por ambos pues desde de tanto tiempo, ellos merecían estar juntos y disfrutar de la vida.

Al principio cuando los había visto tomarse de la mano disimuladamente bajo la mesa o cuando los había encontrado caminando por la calle o hasta una ocasión que los vio a través de una ventana, tomando un café juntos; Lucy podía ver la felicidad en el torso de ambos.

Las miradas que le dedicaba el uno al otro eran tan llenas de amor que Lucy sintió envidia.

Pero busco olvidarlo rápidamente, eran de sus amigos más cercanos, había regresado a la alegría de verlos juntos y felices.

-¿Estas segura? Vi a Gray bastante decaído- Lucy supuso que la pelea que habían tenido había sido bastante fuerte para que ambos se vieran como si llevaran días sin dormir ni probar comida. En el caso de Juvia, sabía que ella había estado llorando, reconocería lo hinchado de los ojos en cualquier lado.

-Juvia está bien, gracias por la preocupación- Juvia se inclinó ligeramente y trató de sonreírle a Lucy.

-De acuerdo, si tu dices, pero si necesitas hablar, no dudes en buscarme- entre sus brazos, Plue se removió.

-Gracias, Lucy- el rostro de Juvia se relajo y la vio suspirar de forma pesada - Juvia quiso distraerse un poco con el festival pero … Juvia perdió a Lisanna.

-¿Viniste con Lisanna?- Lucy no había visto a Lisanna en varios días, siendo parte de la organización del festival, la joven había estado muy ocupada.

-Así es, íbamos a ver la presentación de Naab- Juvia se giró a todos lados como buscando la joven de quien hablaba y Lucy repitió el mismo movimiento, el pabellón en el que estaban lentamente de llenaba de más personas que seguían el camino de la parte donde vendían comida, alcanzaron a ver a varias personas de Mermaid Heel que lo lejos pero nada de una cabeza blanca- Pero Juvia la perdió en un segundo.

-Que curioso, yo perdí a Natsu hace un momento, venía caminando detrás de mí y …-

"Si no te gusta …. entonces esta bien que yo lo intente con el, ¿Cierto?"

Recordar aquellas palabras la hacía vomitar.

-¿Lucy?- pasando la bilis que nació en su estómago, pestañeo rápidamente y tomó todo el aire que sus pulmones le permitían.

-No es nada, Juvia- Juvia la inspeccionó y Lucy giró el rostro mientras fingía seguir buscando -¿Quieres que los busquemos juntas?

-No es necesario, Lucy, Juvia creer alcanzar a ver a Lisanna, nos vemos después- Juvia le había dicho con tanta rapidez, que Lucy sintió que la joven buscó una escusa rápido para salir de esa situación. Por supuesto que Juvia notó el rápido cambio que tuvo cuando el recuerdo de su discusión con Lisanna volvió a su mente.

"Si no te gusta …. entonces esta bien que yo lo intente con el, ¿Cierto?"

"Que cosas dices Liss, es mi mejor amigo"

"Podría jurar que no lo vez solo tú amigo"

Comenzó a caminar perdida en esas palabras, en lo duros que habían sido los ojos de Lisanna y como las mentiras habían salido de su propia boca.

"Solo es mi mejor amigo"

Y si Natsu había encontrado con Lisanna y había decido pasar tiempo con ella. No podía evitar que fueran amigos y pasaran tiempo juntos, pero el hecho de pensar en que ella podría estar en ese preciso momento tratando de cautivar a Natsu, le causaba nuevamente nauseas y ganas de llorar en la oscuridad de su departamento.

Se distrajo acercándose a un puesto, donde había joyería hecha a mano, por una señora con cientos de arrugas en la cara y un pañuelo en la cabeza.

-¡No lo puedo creer!- Lucy dio un pequeño salto asustando a Plue en el camino. Dejó la pulsera que tenía en la mano en su lugar y sonriendo a la señora que atendía el puesto se alejó un poco, a su lado una persona desconocida de acerco.

Un joven se había parado a su lado mientras movía las manos de arriba a abajo con emoción haciéndola recordar al Exceed que hacía la misma acción.

-Hemmm … ¿Hola?- se limitó a decir después de un momento que aquel joven no hablaba y solo la observaba con la boca abierta sin dejar de hacer la acción con las manos.

Lucy se tomó un momento para inspeccionar y saber si no había visto en algún momento.

De cabello tan rojo que rivalizaba con el de Erza, lacio que se le pegaba a la cara por ambos lados y en las orillas se curveaban. De piel pálida y todo el rostro lleno de pecas, Lucy podía ver un par de pequeños ojos tan verdes que parecían fosforescentes ocultos detrás de un par de gafas de pasta negra.

Era alto, mucho más alto que ella, probablemente tenía la misma altura que Gajeel, pero tan delgado y pálido que podía ver en sus manos las venas azules resaltando.

-Discúlpame, verdad no es mi intención ponerte incomoda- el joven le habló mientras dejaba la acción con sus manos y se removía el cabello en forma nerviosa- Pero tú, eres Lucy Heartfilia ¿Cierto?

-Si, ¿Te conozco?- le pregunto y apretó a Plue en sus brazos, con un rápido movimiento observó a sus alrededores.

-No, claro que no … yo soy tu fan, tu libro, tus historias cortas- el joven de verdad parecía a punto de desmayarse de la emoción y Lucy aún no estaba acostumbrada a ese tipo de atenciones.

-Gracias por seguir mi trabajo- Lucy extendió una mano y el joven casi saltó de alegría, su rostro mostraba felicidad y Lucy no podía dudar de sus palabras- ¿Cómo te llamas?

-Me llamo Akim- su delgada y fría mano tomó la de Lucy y ella se sintió un poco extraña, la delgadez parecía casi antinatural pero Lucy no era quien para juzgar a una persona por su físico.

-Es un gusto, Akim, ¿Te gustaría caminar conmigo y decirme que es lo que más te gusta de mi libro?- Lucy hizo una pequeña seña con el rostro hacia la fila de puestos, el joven asintió con la cabeza sin soltar la mano de Lucy.

-Claro que sí, me encantaría- Lucy le sonrió esperando a que soltara su mano. Pero Akim solo se dedicaba a sonreír de un modo bobo.

-Si me sueltas podemos caminar- con sorpresa en el rostro, el joven soltó su mano.

-Lo siento, lo siento, estoy un poco nervioso- nuevamente se rascó la cabeza y toda su postura le decía a Lucy que estaba arrepentido. Aquello le pareció tierno.

-Vamos, caminemos- Lucy se dio la vuelta y sintió los pasos de Akim a su lado. Podía escucharlo suspirar y decirse a sí mismo que debía calmarse, a lo que no pudo evitar reír - ¿Qué es lo que más te gusta de mis historias?

-Oh, la aventura por supuesto. Me encanta que como es la narración tan detallada de cada historia- pasaron a un lado de un río de personas mientras el joven pelirrojo seguía hablándole sobre cómo había buscado sus libros de historias cortas para leerlo a su sobrino- A él le encanta, en especial la de …

Lucy dejó de sonreír cuando escuchó en su mente la estática que le decía que Warren trataba de contactarla.

"¿Lucy? Es Warren"

-¿Warren? ¿Sucede algo?- Lucy alzó una mano para interrumpir a Akim. Ambos detuvieron sus pasos en medio del gentío que observaba a un artista en medio del corredor a una persona pintada completamente de dorado haciendo poses y juegos a cambio de monedas. Akim dejó de hablar sorprendido ante la interrupción y se acomodó los lentes de pasta negra.

"Si, los radares registraron un pequeño ataque en la barrera que rodea Magnolia y tu eres la más cercana"

-¿Necesitas que me acerque a revisar?-

"Por favor, Lucy, envió el lugar exacto a tu lacrima en un momento"

-Gracias, Warren, en cuanto sepa algo, te contacto- la conexión se cerró y Lucy escuchó su lacrima sónar con la información que necesitaba, rápidamente lo sacó de su bolsa y observó como el punto al que debía acercarse era varios cientos de metros detrás del límite del festival.

-¿Todo bien?- Akim se movió en su lugar, en su delgada figura mostrando nerviosismo al escuchar a Lucy.

-Ah … Claro, solo necesito ir a un lugar rápido- hizo desaparecer a Plue quien había comenzado a temblar y guardo la lacrima una vez más en el bolso.

-¡Oh, te acompañó!- alzando las manos Akim dio un paso para acercarse a Lucy pero ella colocó ambas palmas frente a su cuerpo deteniéndolo.

-No, no es necesario, podría ser peligroso-

-¿Bromeas? Y perderme de ver a mi escritora favorita en acción- Lucy no entendió por qué la insistencia. A menos que fuera un mago, pero Lucy estaba segura que Warren estaba llamando ya a refuerzos.

-De verdad, necesito que permanezcas aquí- el joven suspiró derrotado, con los hombros caídos.

-Lo siento no quiero ser una molestia- Lucy comenzó a dar la vuelta en su lugar para salir de ahí pero sintió la fría y delgada mano sobre su brazo, con un toque débil solo para llamar su atención - ¿Podía volver a verte? Me gustaría saber más de ti y…

-Claro que si- Lucy necesitaba darse prisa y buscar el lugar que le mandó Warren.

-¿Cómo te puedo encontrar?- Lucy alzó la mano derecha.

-Fácil, búscame en Fairy Tail- el joven le sonrió Lucy pensó que su rostro era particularmente agradable a la vista detrás de los mechones de cabello lacio y las gafas.

-De acuerdo, suerte Lucy- y con esa despedida, Lucy se abrió paso entre la gente para entrar al bosque y correr al límite de la barrera.

Saco una vez más la lacrima y se aseguro en que iba por el camino correcto, pero al acercarse, noto el brillo de colores de las runas características de Freed y comenzó a distinguir algo detrás del brillo de la barrera.

-Demonios- se detuvo varios metros detrás de la barrera y con rapidez se llevó un par de dedos a la frente -Warren.

"¿Que pasa, Lucy?"

-Creo que necesito refuerzos …- frente a ella, había tres criaturas negras, con forma babosa y de lo que aparentaba ser légamo.

Aquellas mismas que la habían atacado a Wendy y a ella un par de meses atrás.

Sintió un escalofrío al recordar la situación.

Habían llegado de la nada varios minutos después de que Natsu las había dejado solas, como si hubieran salido de entre las raíces de los árboles y en un segundo las estaban atacando.

Recordó el graznido que había hecho la criatura que apareció un momento después, tan parecida a las criaturas en la tierra pero salió de entre las copas de los pinos, con alas enormes y olor a putrefacción.

La había atacado directamente a ella, Happy la había levantado tratando de esquivar el hocico de la criatura y cuando había tratado de atacar con una flecha de Sagitario, podía recordar el ardor que sintió cuando la criatura se estrelló contra ella y Happy.

Recordó cómo se quedó sin aire y mientras ambos caían por el aire y recordó la desesperación su voz cuando llamó a Happy y el no le respondió, lo abrazó y se preparó para el impacto.

"¿Cual es la situación, Lucy?" Despabilo cuando a su mente llegó la voz de Erza.

-¡Erza! Son esas criaturas … las que encontramos en la misión del pueblo Erah, las que nos atacaron a Wendy y a mi- escuchar la voz de Erza le trató una ola de tranquilidad que no sabía que necesitaba. En ese momento fue como si las criaturas por fin notaran su presencia y comenzarán a lanzarse hacia la barrera causando más chispas de colores - Están intentando entrar en la barrera.

-Mantente a la defensiva, Lucy- ella asintió aún que sabía que no la podían ver - Voy para allá.

Busco en su bolsa la llave dorada que estaba adornada por un par de cuernos invertidos.

-Abre, puerta del carnero, Aries- en una ligera nube rosa apareció Aries tapándose el rostro, con las rodillas juntas.

-Lucy, lo siento, ¿En qué te puedo ayudar Lucy avanzó un poco hacia la barrera con Aries a su lado.

-Aries podrías crear una muralla para reforzar la barrera, por favor- Lucy le indico la muralla y el sector donde necesitaban la barrera.

-Claro que sí, Lucy. Lo siento- ambas se acercaron unos metros más a la barrera y las criaturas al ver el movimiento comenzaron a moverse con desesperación.

-Asegúrate de no salir de la barrera- Lucy se quedó a su lado mientras Aries alzaba las manos y una gruesa capa de nubes rosas comenzaba a formarse, Lucy le indico que la formara tan alta como pudiera para evitar que pareciera otro de esos seres voladores.

Al dejar de verla, las criaturas se clamaron, pero Lucy había dejado de tener visibilidad de ellas y no tenía ni idea de que estaban haciendo.

Varios minutos después, Aries había creado una barrera de nubes tan gruesa como su mano y tan alta como los árboles.

Aries caminaba a hacia un lado para expandir la más mientras Lucy observaba a su alrededor ansiosa por la llegada de Erza.

A su espalda escuchó risas y pisadas de alguien corriendo, girándose busco entre los matorrales y árboles.

De la nada, cuatro niños, de no más de doce años corrían juntos empujándose los unos a los otros, gritando y riendo.

Lucy abrió los ojos y caminó hacia ellos rápidamente, sin fijarse en cómo salían de la barrera.

-¡Esperen! ¿Qué hacen aquí?- los cuatro niños se detuvieron a verla sorprendidos de encontrar a alguien en esa parte del bosque.

-Lo sentimos solo estábamos dando un paseo- dijo uno que Lucy reconoció como el hijo menor de la familia dueña del restaurante donde Happy, Natsu y Ella solían frecuentar pues vendían un platillo de pollo picante que casi alcanzaba las expectativas de Natsu.

-Si no sabíamos que no podíamos venir aquí, señorita Lucy- otro niño, uno de los que Lucy había visto en el orfanato cuando acompañaba a Cana, avanzó hacia ella.

Detrás había otro niño y una niña que Lucy no reconoció, pero seguían detrás de los ni los que sí reconocía, ocultos tratando de librarse de un posible regaño.

-¡Lucy!- el grito de Aries la alertó y se dio la vuelta con rapidez y observó la barrera a unos metro de donde estaban y como dos de las criaturas se acercaban a ella a una velocidad increíble.

Con un movimiento de su mano cambió al StarDress de Aries y de un movimiento creó un pequeño escudo sobre los niños.

-¡Al suelo!- les grito y los cuatro se dejaron caer de rodillas.

Sintió entonces que una de las criaturas se estrellaba con fuerza contra el escudo que sostenía su mano, y el lugar de atravesarlo o disolverse en el, la criatura se derritió hacia el suelo al contacto por efecto de la magia de Aries.

-¡¿Qué es esa cosa?!- gritó la niña que se cubría la cabeza, el niño que Lucy reconoció del orfanato, le bajó la cabeza y se colocó sobre ella.

¿En dónde estaba Erza? ¿Por qué tardaba tanto en llegar?

-¡No se muevan!- les volvió a gritar y buscó con la mirada como Aries había salido de la barrera y encerraba a una de las criaturas en un círculo mientras esta trataba de salir de ahí.

El olor putrefacto la estaba haciendo sentirse mareada pero no podía perder la concentración, aún había una criatura más que no podía encontrar, pues al disolverse la primera había desaparecido.

-¡Señorita Lucy cuidado!- el niño que la conocía gritó y señaló a su izquierda, desde donde la última criatura se formaba mientras salía de entre las raíces de un árbol que Lucy notó con rapidez comenzaba a tornarse de color oscuro.

No tuvo tiempo de pensar en la siguiente acción, la criatura tomó forma de una masa sin una forma en específico más que una mancha visual, que por más que Lucy trataba de enfocar no podía, a pesar de que era más grande que hacía un momento antes de desaparecer; la criatura se movió a una velocidad increible y Lucy recordó el primer encuentro que tuvo con esas criaturas, corrió a colocarse frente a los niños, justo a tiempo para cubrirlos y dejar que la criatura se estrellara contra su pecho.

-¡Arg!- sintió todo el aire que tenía en los pulmones salir de su ser y como la conexión con Aries comenzaba desvanecer.

-¡Lucy!- un fuerte dolor de cabeza le obligó a cerrar los ojos y se dejó caer sobre sus rodillas, cayendo de lado sobre la tierra, sintiendo una pulsada sobre el costado izquierdo.

-¿Ari...es?- trato de hablar pero su lengua no se movía, y con desesperación trató de mover sus manos hasta su cuello pero ninguna le respondía.

-Lo siento por favor, Lucy está herida- escucho a Aries hablarle a alguien y a su espalda varios de los niños llorar con gritos desesperados pidiendo ayuda.

-¿Lucy…?- apretó los ojos con fuerza y lentamente comenzó a sentir sus oídos dejar de recibir sonido.

-Lu...cy … L..ucy … o..nd...e..- los murmullos bajaron y en un segundo, todo regreso.

-¡¿Qué mierda pasó aquí?!- la voz de Natsu alteró todos sus sentidos, el grito hizo silbar sus oídos, abrió los ojos pero solo podía ver blanco, en su lengua sintió el sabor metálico de la sangre, sus manos se movieron hasta su cabeza y su garganta le permitió hablar -¡Lucy!

-Lo sentimos de verdad … no sabíamos…- mientras escuchaba al niño que la reconocía lloriquear a su espalda, sintió un par de brazos moverla, sintió las manos calientes de Natsu moverle el rostro y buscarle el pulso.

-Hey, Lucy …- volvió a escuchar su voz pero su cuerpo comenzó a pedirle que durmiera.

Cerró los ojos y comenzó a apagar su cuerpo lista para dormir.

-...mos a Wen…-

-¡...un lado ... la toquen…!-

Cuando volvió a tener conciencia, sabía que había soñado con el espacio en blanco que había visto por última vez antes de caer rendida en brazos de Natsu.

Movió la lengua y suspiro, aún sin atreverse a abrir los ojos, movió los dedos de los pies y notó como alguien le había quitado los zapatos, movió las manos y tocó las ásperas sábanas de la enfermiza del gremio, movió la cabeza y sintió calma en su cerebro.

Después de asegurarse de que estaba en un lugar seguro, comenzó a abrir los ojos.

La dulce sonrisa de Wendy la recibió.

-Hola, Lucy- pestañeo un par de veces acostumbrándose a la luz de lugar - Nos diste un gran susto.

Movió la cabeza y vio como Wendy tenía un par de gasas en la mano.

-¿Los niños….?- hablo y por segunda vez en ese día, deseo tener una vaso de agua lo más pronto posible.

-Ellos están bien, un poco asustados pero a salvo- le aseguro y sintió la mano de Wendy sobre su brazo.

-¿Puedo … puedo tomar agua?- sentía la garganta tan rasposa como si no hubiera tomado agua en veinte días, Wendy asintió y se alejó por un momento.

Aprovecho para comenzar a mover su cuerpo y usando sus codos se alzó sobre la cama y observó la soledad que había en la enfermería. Al sentarse sobre la incómoda cama, sintió en su costado izquierdo un dolor que pulsaba. Se subió la blusa y observo un pequeño corte que probablemente Wendy estaba estaba curando antes de que despertara.

-Aquí tienes- Lucy bebió el agua a tres tragos bajo la mirada atenta de Wendy -¿Cómo te sientes?

-Creo … que bien- dejó el vaso en el pequeño mueble que sostenía la lámpara que la alumbraba y Wendy se sentó en la silla y le señaló el costado.

-Estaba por terminar- Lucy alzó el brazo junto con la blusa y una mano de Wendy se iluminó, colocando la palma sobre la cortada- Lucy, ¿Puedo preguntarte algo?

-Claro- el calor de la mano de Wendy la hizo sentir tranquila y en calma.

-Note que tienes varios … moretones- la calma y tranquilidad que sentía se esfumaron en un segundo cuando recordó todos los chupetones que Natsu había dejado en ella y no se había molestado en maquillar, trago saliva pesadamente y sintió el sudor juntarse en sus manos mientras buscaba una escusa rápidamente- ¿Estas bien? ¿Estas teniendo déficit de hierro, otra vez?

-Oh Wendy, esto me da mucha vergüenza- le dijo mientras se tapaba la cara con la mano que no sostenía su blusa.

-Esta bien, Lucy, sabes que puedo tratar casi todo … pero también note este - Wendy movió la mano hasta su cintura justo donde estaba la piel rojiza a causa del agarre de Natsu.

-Wendy, eres muy joven para explicarte estas cosas y desearía que nunca tuviera que haberlos visto- fue lo único que dijo cuando el rostro de la joven Dragon Slayer se volvió rojo.

-No soy una niña- dijo en un susurro y Lucy sintió ternura.

-Lo sé, pero me gustaría que siguieras siendo inocente un poco más- sin poder evitarlo llevo una mano a la cabeza de Wendy donde le acarició el cabello y ella solo le sonrió.

-Listo- anunció la joven y ella misma le bajó la blusa a Lucy.

En ese momento, Natsu y Erza entraron a la enfermería, como si hubieran estado esperando detrás de la puerta, Erza enfundada en su armadura.

-¿Lucy?- la preocupación en la voz de Natsu le acogió el corazón, su mirada la inspeccionaba y su cuerpo mostraba ansiedad y el hecho de que estaba frente a ella en un segundo asegurándose de que estuviera completa le daba ilusión.

-Estoy bien- coloco su mano sobre su hombro y trató de alejarlo un poco para sentarse en la orilla de la cama.

-Discúlpame, Lucy. Si hubiera llegado un minuto antes, nada de esto hubiera ocurrido- Erza bajo la cabeza y Lucy rápidamente trató de arreglar la situación.

-Para nada Erza, yo debí de ser más cuidadosa, todo está bien, yo estoy bien, los niños están bien-

-Dirás tu club de fans- intervino Natsu parado a un lado de la cama con los brazos cruzados; la ansiedad había abandonado su rostro y se veía más tranquilo.

-¿Que?- pregunto.

-Los niños están afuera, esperándote Lucy, quieren agradecerte- explicó Erza.

Se sentía avergonzada, no había hecho nada extraordinario, había hecho lo que se debía de hacer.

-¿Lucy?, ¿Estas bien?,¿Que paso?- Gray entró por la puerta jadeando, había perdido la chamarra y la camisa mientras a su espalda Laxus y Makarov lo seguían a paso más tranquilo pero ambos con una expresión de seriedad.

Lucy sintió ternura de la preocupación de Gray, a pesar de su propio estado de desánimo, demostraba consternación al saber que algo le había asegurarle de que estaba bien, el joven había relajado el rostro preguntando con insistencia lo que había sucedido.

Entonces Lucy le explicó lo que había sucedido, desde que había cortado la comunicación con Erza, nadie dijo ni una palabra mientras ella hablaba, pero si noto el rostro de todos cambiar mientras seguía describiendo cómo lentamente había perdido los sentidos tras el impacto del ser.

Observó las miradas que se dieron Erza y Laxus al mencionar como su cuerpo dejó de responder y todo había regresado en un segundo.

-Wendy, ¿Notaste alguna anomalía?- le pregunto Erza.

Wendy, quien se tambaleaba sobre sus tobillos moviendo su falda en el camino, movió la cabeza de forma negativa.

-Todo normal- Lucy le agradeció mentalmente en que no mencionara los moretones - hubo una cosa que sí me pareció curiosa.

-¿Que es?-

-Cuando cure la cortada que recibió … note que la incisión no cerraba- Wendy miró a Natsu quien continuaba parado a un lado de la cama como un guardián - Como cuando Natsu tuvo su propio encuentro. Por eso me tardé un poco más, porque seguí insistiendo hasta que cerró, a diferencia de Natsu que tuve que suturar.

-Ya veo- nadie habló después de aquello. Laxus y Makarov salieron de la enfermería con el mismo silencio con el que habían entrado, pero Lucy los escuchó murmurar en cuanto salieron al pasillo en dirección al Gran Salón.

-Bueno, si estoy bien, ¿Podemos regresar al festival?- todos la miraron con confusión en el rostro.

-El festival está por terminar el día de hoy- declaró Erza mientras señalaba la ventana- Llevas varias horas inconsciente.

-¿Que?- Lucy se giró para observar la ventana que señalaba Erza - No ...

-Esta bien, Lucy, aun esta mañana y pasado- trato de animarla Wendy.

-Lo arruine para ustedes- declaro sintiendo culpabilidad, ellos habían perdido una buena parte del día por estar ahí con ella, Wendy había perdido horas con ella cuando pudo estar divirtiéndose.

-Claro que no, Lucy- declaró Erza. quien se acercó para sentarse a su lado sobre la cama y le tomó de la mano - No te preocupes por eso, lo importante es que ahora estás bien.

A pesar de las palabras alentadoras, Lucy sintió en el corazón, el familiar arrepentimiento y culpabilidad.

-Natsu aún podría ir a su presentación pero no quiere- declaró Wendy quien se había acercado hacia el mueble de a un lado de la cama y tomó una pequeña bandeja con instrumentos quirúrgicos sin utilizar, se acercó hacia el mueble donde solía guardar todo y comenzó a guardar cada cosa.

-Natsu tienes que ir- giró el rostro hacia el guardián a su lado, quien se había recargado sobre el mismo mueble y había cruzado los brazos. Podía ver sus cejas pegadas en molestia y Lucy volvió a sentir culpabilidad.

-Para nada, te pierdo de vista por un segundo y mira lo que pasa- la señalo con una mano y negó con la cabeza.

-Esta bien, Erza, Gray y Wendy están conmigo … no hay nada que me pueda pasar si ellos están aquí- movió un poco los pies sobre la orilla de la cama y lo observó, fingiendo una sonrisa para respaldar sus palabras, aunque en ese momento su lado egoísta le pedía que que no lo dejara ir, que se abrazara a su espalda y no lo soltara.

-... De acuerdo- dijo Natsu poco convencido después de ver a Erza a la cara quien asintió con entusiasmo.

-Princesa- Virgo apareció a un lado de Gray quien gritó una grosería ante la aparición inesperada del Ser. En sus manos, Virgo llevaba la caja blanca que contenía el traje de Natsu, se acercó y se lo puso en los brazos - Amo Natsu.

-Gracias, Virgo- Virgo hizo una pequeña reverencia mientras juntaba las manos, Natsu salió de la enfermería, Lucy agradeció mentalmente que no comenzara a desvestirse ahí mismo frente a todos.

-¿Merezco un castigo, Princesa?-Lucy negó con la cabeza - Todos estamos preocupados, Princesa.

-Puedes asegurarles de que estoy bien- sintió que sus ojos ardían un poco, había sido descuidada y había preocupado a mucha gente en el proceso.

-Claro que sí, Princesa. Eso calmará a Aries, no ha dejado de llorar desde que volvió- declaró Virgo con la misma expresión monótona de siempre. Lucy llevó su mano derecha hasta su costilla izquierda y sobre la ropa, rasco con fuerza.

-Oh, pobre Aries- no podía permitirse llorar frente a todos, parpadeó con rapidez y bajo un poco la cabeza, tallo la orilla de su ojo izquierdo mientras fingía acomodar un mechón de cabello que se le pegaba a la cara.

-Hermano mayor la está consolando-

-Deja de llamarlo así- olvido la culpabilidad que sentía tras escuchar aquello.

-Con su permiso, Princesa- Virgo hizo otra reverencia y desapareció en una nube de humo.

Varios minutos después, cuando se puso de pie, sosteniéndose del brazo firme de Erza a su lado, tanteo el piso con miedo de volver a sentir la desesperación de que sus extremidades no le respondieran. Aliviada de poder caminar con normalidad, tomó su bolso que Wendy le extendía, lo abrió para asegurarse de que todas sus llaves estuvieran en su lugar junto con su nueva llave plateada.

Al salir de la enfermería, se encontró en el Gran Salón a los cuatro niños que había salvado sentados en una mesa limpiándose los mocos, todos sentados muy juntos con las cabezas agachadas y la niña apretando a Happy entre sus brazos.

-¡Lucy!- le llamo Happy en cuanto la vio y trató de escapar de los brazos de la niña, pero ella lo sujetó con aún más fuerza mientras los cuatro corrieron hacia ella, hablando al mismo tiempo y volviendo a llorar.

Lucy se sintió incómoda cuando los cuatro la abrazaron y la hicieron tambalearse. Con la mano buscó nuevamente el brazo de Erza para sostenerse y ponerle atención a cada uno de los niños que le agradecían. Cada uno le aseguro que no volverían al bosque de forma descuidada, después de varios minutos les aseguro que era momento de regresar cada uno con sus mayores pues probablemente estaban preocupados de no verlos en un buen rato.

La niña había dejado ir a Happy después de que Lucy le aseguro que en verdad no lo iba a querer después de que le pidiera pescado cruzó para cada comida. Entonces el Exceed había pasado a los brazos de Lucy que lloriqueo por un momento sobre lo preocupada que estaba por ella y lo alegre que estaba de que esos seres no se la habían comido.

-¿Qué te parece?- Natsu había salido de la habitación de los casilleros multiusos varios minutos después con el traje puesto-No creo que sea mi estilo.

Romeo lo había diseñado. Más que un traje parecía una armadura de tela. Los pantalones eran iguales a que usaba usualmente pero de color café oscuro, en la capa que tenia alrededor de la cintura era roja con los bordes dorados con varias cadenas sosteniendo la tela y la faja de dorada que tenia alrededor de la cintura, había dejado de lado las sandalias y se había puesto las botas que combinaban con el color oscuro de los pantalones.

Se veía como un guerrero listo para atacar a pesar de la falta de una camisa, pues lo único que adornaba su pecho era su bufanda y un par de cadenas de cuero que le adornaban los hombros.

-Definitivamente es tu estilo- dijo suspirando y grabando la imagen de ese Natsu tan sensual en su mente.

-¿Quien lo escogió?, ¿Para que lo necesito? Solo voy a incendiar unas cuantas cosas, ¿Por qué necesito cambiarme de ropa para hacerlo?- se quejo mientras se veía a sí mismo dando vueltas en su espacio, tocando la tela de la capa y moviendo los pies, golpeando la punta contra el suelo, Lucy sabía que él prefería usar sandalias en lugar de zapatos cerrados.

-Natsu es parte del show- le dijo Erza quien seguía a su lado pero que Lucy la había soltado. Lucy notó que Erza había cambiado su armadura por una simple falda y suéter.

-Me paso el show por los …- comenzó a decir cuando Lucy le puso la mano sobre la boca.

-No te atrevas, Wendy está aquí- le regaño y ambos observaron la mirada que Erza le dirigía.

-Escucha las peores cosas de Gajeel- dijo Natsu cuando Lucy retiró la mano.

-Es cierto- dijo Wendy por lo bajo y a lo lejos Lucy escuchó la característica carcajada de Gajeel.

Un par de mesas a lo lejos, Lucy observó a Gajeel sentado a un lado de Juvia, cada uno con uno de los gemelos dormidos sobre el pecho, Jutla cubierta con una manta verde y Yajeel con una amarilla. Lucy también observó que Gray se había sentado frente a ambos y se había girado a verlos cuando salieron de la enfermería.

Lucy alzó una ceja y él rodó los ojos. Lucy sonrió y Gray le devolvió la sonrisa.

-Te llevo a la azotea- Natsu interrumpió su silenciosa conversación con Gray cuando le hablo y sin esperar a que ella le contestara la cargara en sus brazos, soltó un pequeño grito y rápidamente buscó agarrarse del cuello. Se dirigió a las escaleras que llevaban a la azotea con Erza y Wendy detrás de ellos con Carla en sus brazos, Lucy sospecho se había estado escondiendo de los niños y Happy sentado sobre su estómago aprovechando el viaje.

-Puedo caminar, ¿Sabes?- le dijo recargando un poco la cabeza sobre su hombro y absorbiendo todo el calor que irradiaba.

-Como sea- fue lo único que dijo y más rápido de lo que ella lo hubiera subido entraron a la azotea, donde había ya varias personas. Natsu la dejó sentada sobre la orilla de la pared, Wendy rápidamente se subió en la pared y se sentó a su lado muy cerca temblando ligeramente.

-Nos vemos en un rato, ¿De acuerdo? - Happy se estiró en su regazo y abrió las alas mientras Natsu le frotaba un brazo muy lentamente, como si quisiera darle un poco más de calor antes de irse; Lucy asintió y le sonrió. Natsu aun demostraba un poco de molestia en el rostro y todo su expresión corporal le decía que de verdad no quería alejarse mucho de ella- Tu solo descansa y disfruta del espectáculo.

-Natsu- Wendy a su lado señaló en su costado donde estaban las claras marcas de las uñas de Lucy- ¿Qué te pasó ahí?

-¿Uh?- Natsu busco con la mirada donde Wendy señalaba y alzó los hombros en una muestra de su déficit de atención - Ni idea.

-Que descuidado- dijo Carla en los brazos de Wendy.

-Ya vuelvo- Fue lo único que dijo cuando Happy terminó por abrir sus alas y mandar a ambos a volar en dirección del lago. Lucy lo siguió con la mirada hasta que los perdió de vista. Bajo la vista un poco y observo varios botes a lo lejos en el lago, con lámparas de colores por todos lados, en el barranco que había detrás del gremio, Lucy no pudo evitar abrir los ojos de asombro al ver a miles de personas, en grupos, sentadas en sábanas sobre el pasto seco, podía ver varias fogatas alzarse entre la gente.

-Mmmm- a su lado escuchó a Wendy murmurar, girando la cabeza vio como la jovencita la veía como buscando una respuesta en su rostro.

-¿Que pasa, Wendy?- le pregunto y ella solo se mordió el labio inferior mientras abría los ojos muy grandes, Lucy la vio inclinarse ligeramente sobre ella y olfatearla, solo para que abriera los ojos aún más - ¿Wendy?

-Ya entendí- fue lo único que dijo y Lucy también entendió. Sintió su rostro arder con fuerza y alzó los ojos deseando que Wendy no dijera nada más pues no estaba segura de querer ser la indicada en darle la platica a la joven Dragon Slayer.

-¿Pasa algo?- Erza se les unió cuando dejó a Gray y Juvia muy juntos en la esquina contraria de la azotea, con las cabezas muy pegadas y el brazo de Gray rodeando a Juvia.

-¡NADA!,¡No pasa nada!,¿Por qué tendría que pasar algo? Todo está bien, todo perfecto, yo no sé nada- Lucy quiso reírse de Wendy ante su nerviosismo, definitivamente debía de tener una platica con ella, pero podía confiar que no fuera a decir nada.

-De acuerdo- Erza se encogió de hombros e hizo aparecer una manta con la que las cubrió, Lucy abrazo a Wendy y se acomodaron la una cerca de la otra.

Sobre el lago comenzó a ver mas luces aparte de los botes que flotaban en las orillas.

Comenzó con cientas de lámparas flotando sobre las orillas, en un momento varias docenas de líneas de fuego nacieron desde un punto hacia las orillas incendiando las lámparas, Lucy pudo ver el reflejo que creaban las alas de Happy, en cuanto terminaron las lámparas terminaron de incendiarse, pequeños pirotecnias de fuego se alzaron no más allá de la orilla iluminando a las personas mas cercanas, y como una secuencia comenzaron a alzarse nuevas pirotecnias de fuego todas de diferentes colores producto de Romeo quien Luce podía ver siendo alzado por Lily.

Los fuegos artificiales fueron creciendo, de tamaño y de altura, cada vez iluminando más alto el cielo, podía escuchar el ruido de las personas impresionadas por la demostración.

-Es hermoso- susurró Wendy a su lado. Entre las luces alcanzaba ver a Romeo y a Natsu volando creando explosiones a sincronía, como si hubieran practicado durante meses, pero Lucy sabía a ciencia cierta que no era así, aquella era la primera vez que hacía todo aquello y les quedaba excelente.

Después de quince minutos de explosiones de color, dos últimos fuegos artificiales creados por Romeo, formando serpientes que danzaron sobre el lago y las personas y mientras se disolvían con una lluvia de brillos impresionando a todos los espectadores.

Y tal como empezó, varias líneas de fuego nacieron desde la orilla hasta varios kilómetros dentro hasta un solo punto, donde hacía una bola de fuego que se fue alzando lentamente creciendo de tamaño, explotando y creando un gigantesco dragón, tan parecido a Igneel pero a la vez diferente.

Lucy podía jurar que sintió el calor intenso del fuego sobre las mejillas.

Observó como la figura gigantesca se extendía como un verdadero dragón y creaba una llamarada que iluminó el cielo por un segundo, después el dragón se acomodo perfecto para planear y se movió siguiendo la figura de Natsu y Happy.

La gente gritó cuando voló sobre el barranco y el gremio, Lucy pudo ver la figura de ambos de sus compañeros y cómo se movían con la misma facilidad de siempre.

El dragón terminó de planear para volver al centro del lago, donde voló juntando las alas listo para estrellarse en el agua y convertirse en una lluvia de luces.

Los gritos de emoción de todos los espectadores ensordeció el ambiente por varios minutos, sin duda Natsu y Romeo estaban hasta arriba de los favoritos.

Un par de minutos después ambos aterrizaron en la azotea.

-¿Qué te pareció, Luce?- le pregunto en cuanto sus pies tocaron el techo y caminó hacia ella.

Completamente sudado, con el cabello pegado a la frente, respirando a grandes bocas, con los pantalones y la capa mojados y un poco chamuscados, Natsu Dragneel se veía increíblemente hermoso.

Quería correr y abrazarlo con la misma adrenalina que bombeaba en sus venas, besarlo hasta dejarlo sin aliento y pedirle que repitiera aquel espectáculo solo para ella.

Porque era normal querer ser egoísta y desear todo de él.

Porque era normal estar enamorada de su mejor amigo y tener sexo con él siempre que deseara, acosta de dañar su propio corazón, ¿Cierto?


Gracias por leer