Fairy tail no me pertenece. La historia es de mi imaginación.
Advertencia: Solo mayores 18. Por favor, no imitar lo aquí escrito. SIEMPRE todo consensuado. Practiquen sexo seguro. Comuníquense con sus parejas.
Notas: ¿Acaso me tome unas vacaciones y no le avise a nadie? Así es. Tuve que regresar a la vieja confiable, la bebida, para poder escribir la mitad de este capítulo. No estoy conforme y nunca lo estaré. Cuando tengan duda de cuándo actualizare, en mi perfil estará la fecha.
Jhos, este va para ti, por que esperaste con mucha paciencia, mi padawan.
Los adoro a todos, muchas gracias por sus comentarios, me dan ideas y la motivación para dejar de ignorar mis obligaciones y actualizar, besitos en el pezón izquierdo.
Capítulo XVII
It's your sex I can smell
Natsu supo que ese día iba a ser muy largo, desde que despertó gracias al ruido de la puerta del baño siendo azotada con demasiada fuerza.
Lucy no estaba a su lado y solo quedaba su olor en la almohada y su sangre en las sábanas.
Sangre.
Ya entendía.
No tiene a nuestra cría, dijo la voz de su cerebro con lo que Natsu supuso, era tristeza.
Era extraño identificar los tonos en los que se expresaba la voz, usando su propia voz. En el pecho sintió una ligera decepción.
Natsu no sabía muy bien cómo funcionaba todo ese asunto con las mujeres.
A pesar de haber crecido junto a Erza, Cana, Lisanna y Mirajane, lo único que sabía era que no debía de hacerlas enojar en esos días y si podía, darles chocolate sin acercarse mucho. Claro que en muchas ocasiones se encontró siendo el punto de las frustraciones de todas y desde que conocía a Lucy, ella se había unido a la lista.
Necesitaba que le explicara con más detalle.
Se restregó el rostro y estiró los brazos preparándose para empezar el día. No tenía idea de que hora era, sinceramente no le importaba, la noche anterior habían subido a la cama después de comer en el suelo de la cocina, sin preocuparse de ver el reloj.
Se giró en la cama para quedar con el rostro pegado a las sábanas, e inspiró el olor.
Su propio olor, el de Happy y el de Lucy. Ese olor tan característico de flores y sexo pegado en las sabanas y que tanto deseaba; saboreó la sangre al fondo de la garganta y de una extraña manera deseaba probarla directamente.
Junto en las manos las sábanas manchadas y sin preocuparse, las arrastró hasta la lavadora. Mucho bicarbonato de sodio, jabón en polvo, y el líquido que hacía que la ropa oliera bien.
Tras encender la lavadora, se dejó caer en el sillón a esperar a que Lucy saliera del baño.
El olor del jabón de flores y miel se empezó a sentir en el ambiente y Natsu se preparó para Lucy.
Ella abrió la puerta del baño del mismo modo con la que la había cerrado, con agresividad y como si quisiera arrancar la madera de su lugar. Del mismo modo cerró la puerta de la habitación y Natsu entró al baño, listo para darse un baño y no hacer enojar más a Lucy.
Fue cuando terminaba de lavarse el cabello que escucho a lo lejos el ruido que hacía la lacrima de Lucy. Cerró el agua y salió mientras escuchaba a Lucy buscar su bolso con desesperación.
-Lucy, ¿Cómo es eso, que estás en casa de Natsu? Espero que se estén comportando- a través de la lacrima se escuchó la voz consternada de Erza.
-Buenos días, Erza- le saludo Lucy con voz calmada pero Natsu, sabía que estaba escondiendo su enojo entre las palabras.
-Bueno eso no importa ahora, esto es una urgencia, Natsu necesita venir al gremio lo más pronto posible, ¡Ha sucedido una tragedia, un desastre!- Erza ignoro el saludo de Lucy y Natsu salió del baño, observando a Lucy parada en medio de la sala sosteniendo el recuadro en una mano y el cepillo de cabello en la otra.
-¿Que pasa?, ¿Están todos bien?- pregunto Lucy. Natsu se puso la ropa con rapidez y movió la cabeza de un lado al otro secando el cabello en un instante.
Las puntas del fleco se le metían a los ojos, tal vez, debería de pedirle a Lucy que llamara a Cancer para que le recortara un poco.
-No, nada está bien, tienen que venir cuanto ant…- la voz de Erza se cortó a la mitad de su oración.
-Hola Lucy, espero que no hayamos llamado en un mal momento- se escuchó la voz de Mirajane en toda la sala, Natsu rodó los ojos ante la insinuación- No es una emergencia, pero si tenemos un pequeño, pequeñín problema con el concurso de hoy.
-¿Entonces están todos bien..?- pregunto Lucy.
Natsu salió de la sala y fue a buscar una de las bolsas de frituras que había sobre la mesa para comer.
-Si, todos estamos bien, pero si creemos que Natsu puede ayudarnos con el problema- Lucy dio unos cuantos pasos en círculos, aún con la mano en la cintura, palmeándose ligeramente con el cepillo.
-De acuerdo, vamos para allá- aquello fue una gran mentira.
Fue casi una hora después que salieron de la casa, Lucy se había tomado su tiempo, cepillando el largo cabello y sujetándolo en la coleta de lado que solía usar, se había tardado muchísimo en maquillarse y cuando Natsu pensó que por fin podrían ir al gremio, Lucy decidió cambiarse de ropa.
La vio cambiarse seis veces, todo esto sin decir una palabra, Natsu sabía que era peligroso quejarse en ese momento.
Fue hasta que la vio ponerse el vestido rosa que él le había regalado que sonrió; se había recostado en el sillón con la cabeza colgando sobre el brazo, observando sin comentar cada cambio de ropa.
Verla usar la ropa que él le había comprado, le gustaba más de lo que quería aceptar, pues su pecho se inflaba de orgullo al saber que ella consideraba de su uso, la ropa que él había escogido.
La vio caminar hacia el único espejo en toda la casa y sin evitarlo se levantó del sillón y la siguió hasta recargarse en la orilla del marco de la puerta.
Metió las manos en los bolsillos del pantalón y grabó en su memoria, lo apretado que le quedaba y lo bien le hacía ver su trasero; la curva que creaba en sus cadera y lo ligeramente inflamado del vientre, lo enorme que se veían sus pechos, que Natsu sabía en esos días se le hinchan, ¿Por qué?, lo desconocía.
Al menos a pesar de lo corto del vestido, las mangas largas y el cuello alto, tapaban las marcas que él había dejado.
Natsu tenía la curiosidad de levantar la tela para saber si la piel aún seguía roja por su causa. Se detuvo a sí mismo, sabiendo que en el estado actual de Lucy, lo mejor era no hacerla enojar.
Inspiró con fuerza y sus pulmones se llenaron de Lucy, su jabón, el shampoo de cabello, el olor a la crema y el maquillaje de la cara y el olor a metal en la sangre que estaba perdiendo.
Quería meter la nariz entre sus piernas y disfrutar del olor y la extraña excitación que le causaba.
-Te queda muy bien- se limitó a decir moviendo los pies.
-Gracias- fue lo único que dijo Lucy mientras se veía a sí misma en el espejo del baño. Siguió con la mirada la figura de su cuerpo mientras se dirigía a la puerta a tomar las botas que estaban a un lado de sus sandalias - Te puse ropa sobre la cama, cámbiate.
Antes de abrir la boca para quejarse, Lucy le dirijo esa mirada. Aquella que había aprendido de Erza y que Natsu odiaba.
Se encontró con otro pantalón de mezclilla, "¿De dónde los saca? El no tiene tantos" y una camisa de color rojo oscuro.
Aprovecho el momento, para buscar entre el montón de ropa sucia que tenía, la pequeña caja que había comprado dos días atrás.
Tras encontrarla, la metió en la bolsa del pantalón y salió de habitación mientras doblaba las mangas de la camisa.
Lucy se había puesto las botas que le cubrían toda la piernas hasta el muslo y dejaba un pequeño espacio de piel descubierto entre el vestido y la bota. Estaba lista, dejando las sábanas extendidas entre dos sillas para que se sacaran, Natsu puso haberlo hecho en un segundo pero prefirió no decir nada.
-Luce- le llamo, a lo que ella solo le respondió con un murmullo terminando de acomodar las sábanas - Toma.
Natsu le dejó la pequeña caja en la mano.
-¿Qué es esto?- le pregunto pero Natsu no respondió y se dedicó a doblar la tela hasta los codos.
Definitivamente con esa ropa no podría pelear.
-Oh, Natsu- Lucy suspiro y Natsu pudo jurar que sus ojos cafés brillaron de un modo amenazante de lágrimas; Lucy corrió al baño con rapidez.
Un minuto después dos pequeños soles de oro le adornaban las orejas. Lucy lo abrazó tan fuerte que sintió como el aire lo dejaba momentáneamente.
-Muchas gracias, Natsu está hermosos- ella se alzó sobre las puntas de los pies y le besó la barbilla, Natsu le devolvió el abrazo, disfrutando el olor de Lucy.
Los había encontrado mientras caminaban el primer día del festival. Se había distraído un momento y había perdido a Lucy entre el mar de gente, por lo que los había comprado, obligando a Happy a guardarlos en su pequeña mochila y a no decir nada. Poco después Warren le había hablado en el cerebro, pidiendo con urgencia que fuera a ayudar a Lucy.
El peso en el pecho que le causó aquello fue grande. Si no se hubiera alejado de ella o si la hubiera mantenido cerca, hubiera evitado que fuera atacada.
Antes de salir del hogar, Natsu la había detenido tomándola del codo y deteniendo su andar.
-¿Puedes no terminar inconsciente hoy? No quiero volver a traerte cargando- Lucy lo golpeó con el bolso y salió de la cabaña con rapidez, Natsu pisándole los talones riendo a carcajadas.
Recorrieron Magnolia rápidamente sin cruzar palabra.
Para su fortuna, pero la de Warren no tanto, él fue el objetivo de Lucy para descargar su frustración.
Al llegar al gremio, el cual se encontraba lleno, pues era el día en que Fairy Tail se mostraba y todos eran bienvenidos; afuera, a un lado de la entrada estaba el espacio donde vendían mercancía. Un cuarto de madera que Laki había creado únicamente por ese día tenía una colección al interior de la bodega.
Desde llaveros hasta tazas y camisetas, hasta figuras de muchos magos. Erza estaba ahí, con muchas de sus armaduras, los tres Dragon Slayer junto a sus Exceed y Laxus también estaban ahí.
Y Lucy tenía muchas figuras; había una para cada Stars Dress acompañada de sus espíritus y un par donde modelaba en traje de baño y un par más, una con todo el equipo y otra donde estaban Happy, Lucy y él.
Esa era su favorita.
Aunque donde posaba en traje de baño también le gustaba.
Con una seña le indicó a Warren que quería una donde estaban ellos tres.
También señaló con discreción la figura donde tenía el traje de Capricornio sin que Lucy lo notara.
Warren alzó un pulgar y le guiño el ojo.
Entonces se alejó, para dejar que Lucy descargara toda su molestia sobre Warren pues "Ella jamás les había dado permiso de hacer figuras de ella y sus espíritus"
-Pero Lucy, son de las que más se están vendiendo- justificó Warren cavando su propia tumba.
No tuvo tiempo para presenciar la masacre, pues Mirajane llegó de improviso a su lado y lo llevó dentro del gremio, detrás del escenario sin permitirle saludos a nadie.
Ahí estaban Maxx, Rogue con Frosh en sus brazos, Yajima y Jura, cuando alzó la mano para saludarlos buscando una explicación de por qué estaba ahí, Erza entró a través de las grandes telas y comenzó a amenazar.
Natsu se preguntó si ella también se encontraba sangrando como Lucy. No quería olerla pues la última vez que lo había hecho, su rostro había atravesado la mesa donde estaba sentado.
-…Y no te atrevas a moverte de la silla hasta que todo termine, ¿Entendiste? Más te vale no moverte ni un centímetro o tendrás consecuencias-
-Pero Erza..-
-Ni un centímetro-
Fue hasta que estuvo sentado frente a una mesa con Frosh a un lado y con Yajima del otro que entendía que estaba ahí para ser juez en el concurso de cocina.
Por dos horas, iba a tener que estar ahí, escuchando a Maxx comentar el concurso, hablando cordialmente con Yajima y escuchando las palabras sin sentido de Frosh.
Excelente.
El quería estar con los demás, hablando y comiendo con su equipo o peleando con Sting o hasta entreteniendo a los civiles que iban a conocer el gremio, lo que fuera menos estar ahí sentado sin hacer nada.
Se había perdido en la plática que tenían Yajima y Jura, desde hacía rato, se dedicaba a observar como sobre el escenario, estaba Minerva, que no tenía idea de cuándo había llegado, cocinando con rapidez pero con seguridad y tranquilidad.
A lo lejos escuchaba los gritos de Sting y Yukino apoyándola. Rogue estaba sentado detrás de Natsu, cuidando de Frosh.
-Oye, Rogue- Natsu se giró en su silla y cruzó una pierna, a su espalda estaba Rogue sentado con los brazos cruzados, con el mismo rostro serio de siempre y el aura oscura que lo acompañaba- ¿Por qué Frosh está aquí?
-¿Por qué es juez, preguntas?- Natsu asintió. Rogue se rascó la oreja- No estoy muy seguro aún, creo que es por que puede comer de todo.
Natsu vio al Exceed con traje de rana mientras comía pequeños pedazos de manzana que Mirajane le había llevado.
-¿Todo?- alzó una ceja. La rana lo miro mientras mastican con gusto, con sus grandes ojos parpadeando y la cola moviéndose de un lado al otro.
-Si, no hay nada que no coma- Rogue había dicho aquello en un tono tan resignado que Natsu se preguntó en qué problemas se había metido la rana para que su compañero sonará de ese modo.
-A Frosh no le gustan los hongos- dijo el Exceed tomando un nuevo pedazo de manzana con su mano cubierta por el atuendo que siempre llevaba puesto.
-Son malos- concordó Natsu y riendo pues, Frosh hablaba igual que Juvia.
Se giró al lado contrario para buscar a la maga de agua pero había tanta gente le tomó varios minutos encontrarla.
Estaba sentado junto a Gray, Lucy y Levy.
Desde su lugar podía ver las manos entrelazadas de Gray y Juvia, sobre la mesa. Sorprendido pues era la primera vez que los veía hacer aquello en público.
Desde la primera vez que los había encontrado, sin tener la intención, besándose por ahí, ellos habían mantenido una gran sobre cara, engañando a los demás, tratando de fingir que no estaban juntos. Siempre escondiéndose, aunque juntos, pero escondidos.
Tal vez Juvia por fin se había cansado de esa actitud, por que Natsu estaba seguro, era Gray quien buscaba mantener el secreto.
Natsu pensó en que no quería eso para sí mismo y Lucy.
Quería decirle que la amaba cuanto antes y poder tomarla de la mano cuando quisiera, y besarla siempre que tuviera ganas y vivir a su lado para siempre.
Había sido poco el tiempo en que llevaba disfrutando de el acuerdo que tenía con Lucy, para darse cuenta que no podría soportar estar escondido de ese modo por más tiempo.
El que ella estuviese viviendo en su casa solo le daba un pequeña prueba de lo que quería de por vida.
-Oh, parece que comienzan los problemas y están que arden ... Si nuestro querido juez Natsu, nos haría el favor de encargarse de él fuego en el pasillo 3 se lo agradeceríamos- Natsu puso atención cuando escucho su nombre desde las lacrimas que incrementan el sonido con la voz de Maxx, observó la gran llamarada que se había alzado desde el lugar donde Erza estaba cocinando.
-No puedo- alzó los brazos resignado- Erza me dijo que no me moviera de aquí.
-¡Ven aquí ahora mismo y tragarte este fuego!- gritó Erza con pánico en la voz y Natsu se preguntó dónde estaba Jellal, si él estuviera ahí, Erza estaría mas tranquila.
Se alzó de su silla y subió los escalones, con tranquilidad tomó el fuego que había sobre la sartén y comenzó a quemar los utensilios de madera a los lados. Se lo tragó con tranquilidad mientras regresaba a su lugar.
-Todo está bajo control, gracias a nuestro querido Dragon Slayer, salvador de Fairy Tail, el gran Salamander, archienemigo de todo lo malo en este mundo, miren como anda, ese cabello, las chicas se vuelven locas por él- Natsu rodó los ojos pero no pudo evitar girarse hacia Maxx y guiñar un ojo en su dirección.
Lo último que Natsu quería era volver a llamar la atención de sus fans.
-Oh, parece que nuestra concursante de Merma…- volvió a ignorar a Maxx y sus palabrerías para escuchar a Frosh hablarse de su frutas favoritas.
Siguió viendo a su alrededor a la gente que pasaban detrás de ellos, a las personas en la barra, a Mirajane corriendo de un lado al otro, una mesa con todos los maestros de los gremios que habían asistido, menos Sting quien al ser el maestro más joven solía ignorar aquellas pequeñas reuniones y recibir un resumen por parte de Mira, pues Laxus tampoco se unía a esas conversaciones. Makarov se les unía, para decir cosas sin sentido y tomar alcohol hasta vomitar.
Natsu se giró un poco buscando a Sting y lo encontró sentado junto a Yukino con Orga y más personas de Sabertooth.
Giro un poco la cabeza y alcanzo a oler a Rogue, seguía oliendo a Minerva, a Yukino y a Sting.
Se preguntó cómo hacían funcionar aquello.
Desde lejos se podía ver el cariño que Sting le tenía a Yukino, casi podía jurar que se comparaba al que él le tenía a Lucy, pero también sabía que Sting amaba a Rogue.
Natsu entendía completamente a Sting, él era su compañero, aquel que estaba a su lado sin importar la situación ni las adversidades, Rogue era la sombra que caminaba detrás de la gran luz que era Sting.
Rogue era para Sting, lo que Lucy para Natsu.
Después intentaba unir a Minerva en esa unión y solo podía llegar a la conclusión de que si Rogue estaba ahí, ella también.
Así de simple, así de sencillo.
Había acordado mucho tiempo atrás junto con Gajeel en no meterse en ese asunto, cuando Gajeel trató de explicarle lo relacionado con el nacimientos de las crías de dragon, Natsu le preguntó si planeaba explicarle las mismas cosas a los dos menores, Gajeel había cruzado los brazos y se había ido sin responder su pregunta; y limitarse a cuidar de Wendy.
Quien estaba en un pasillo mientras hablaba animadamente con Sherria, sobre cómo le emocionaba que fuera pasar un tiempo en Fairy Tail. Aquello le alegró a Natsu.
Sabía que ellas eran muy unidas y le entristecía un poco que no pudiesen estar juntas más tiempo, pero le gustaba la idea de que cada una pasará tiempo en el gremio de la otra.
Sherria había mencionado algo de estar hasta navidad y Natsu recordó que faltaba poco para la fecha.
Y definitivamente no quería que se repitiera lo del año pasado.
Tal vez debería de aprovechar la misión que tenía libre para escoger para llevar a Lucy y a Happy de vacaciones. Aún que la apuesta había sido solo entre ellos dos, pero no tenía el corazón para dejar a Happy. Pero entonces Happy le molestaría diciendo que quería llevar a Carla y con Carla venía Wendy y con Wendy, Erza y Sherria aparentemente.
Y estaba seguro que al final terminarían todos de vacaciones.
Pero qué más daba, al final todos juntos era mejor y más divertido.
¿A dónde podrían ir?
¿Las montañas?, ¿Crocus, tal vez?, ¿Algún parque temático?, ¿O tal vez…?
-¿Lucy? Claro está por allá- escuchar el nombre de Lucy le llamó la atención.
Sin girarse en su asiento se concentró buscando a quien había preguntado por Lucy, no había reconocido su voz
-¡Akim! Que gusto verte de nuevo-Natsu se giró discretamente y busco a Lucy y al desconocido con quien hablaba.
Un tipo, con la altura de Gajeel y el cabello de Erza, con cara de lerdo y vestido como bibliotecario.
Oh no.
Esto lo había visto antes.
-O…bu-bueno yo, solo yo pasaba por aquí, por que ya sabes, supe que Fairy Tail, tenía sabes sus puertas abiertas para el público y tu, pues me dijiste que podía buscarte aquí y pensé, supuse, que te iba a encontrar hoy, yo no sabía si ibas a estar aquí, ya sabes, debes de estar ocupada y todo eso de ser maga y escritora a la vez debe de ser m…me - Natsu dejó de ponerle atención pues, además de que encontraba su voz un tanto molesta, había algo en el que le llamaba la atención.
Está demasiado cerca de ella, dijo la voz en su cabeza.
En efecto, el hombre se había acercado a Lucy tratando de hacer espacio para unas cuantas personas que querían pasar por las grandes puertas abiertas del gremio.
-Esta bien, Akim. Me alegra que me buscaras- Natsu notó un poco de incomodidad en la voz de Lucy.
-¿Enserio? … Digo, espero no molestarte… te ves un poco ocupada, no sabia que tenias un hijo- en sus brazos, Lucy tenía a Yajee dormido, recargado sobre el hombro izquierdo babeando sobre el vestido, sujetando un mechón de cabello rubio en la mano. Lucy sujetaba a la cría como si fuera experta y llevara toda la vida cargando crías; hasta donde Natsu sabía, Lucy no había tenido contacto con bebés hasta los gemelos.
-Oh, no, no. Es mi ahijado, no, puff, ¿Mi hijo? No lo creo, no- Lucy movió la cabeza de un lado a otro negando con rapidez.
Natsu inclinó la cabeza hacia un lado hasta que escuchó los huesos de su columna tronar y la voz de Rogue preguntarle si se encontraba bien. Lo ignoro y siguió poniendo atención a la conversación a lo lejos.
-Eso es un alivio…- el tipo se removió el cabello rojo mientras observaba alrededor. Natsu entrecerró los ojos tratando de encontrar en él, ese algo que no le gustaba-Digo, no es que sea malo que tengas hijos, yo solo digo, este, yo…
-Esta bien, yo entiendo lo que quieres decir- Natsu escuchó a lo lejos, el sonido de una alarma.
Tanto él como Rogue giraron el rostro buscando el origen de dicho sonido. Ambos observaron como Gajeel y Bickslow terminaban de subir las escaleras hacia el segundo piso con Freed pisándoles los talones.
Natsu sabía que iban al cuarto donde habían movido el mapa y los sistemas de seguridad por la ocasión.
¿Acaso había otro avistamiento de las criaturas que atacaron a Lucy?
Nadie más pareció notar el sonido de la alarma ni los pasos apresurados.
Concentrándose escucho la voz lejana de Gajeel pidiendo un estatus de la situación.
La voz de Macao le respondió.
-Cerca del lago, Gray, Juvia y Lyon se encuentran ahí- después de eso perdido lo que decían ante el incremento de sonido dentro del gremio, algo había pasado en el escenario, pero Natsu no se dignó a mirar.
-… De verdad eres muy amable- volvió a poner su atención sobre Lucy y el enclenque que parecía en cualquier momento perdería el equilibrio en su lugar, desde la silla, Natsu inclinó todo su peso, levantando las patas delanteras, cruzó los brazos detrás de su cuello, sujetando en los puños la bufanda - Bueno yo … quería pedirte, si … s-si tu, ya sabes, te gustaría tomar un café conmigo, otro día, claro, a menos que quieres ir ahora mismo…
Oh, no.
Quiere alejarla de nosotros, hablo la voz con perversidad.
Natsu quiso ponerse de pie y meterse en medio de ambos, alejar aquel tipo de Lucy y …
-Bueno yo… tendrá que ser después … como puedes ver tengo las manos ocupadas y tengo misiones que cumplir y ahora mismo tengo vista en casa ... y - se tranquilizo al escucharla decir aquello.
Observó cómo ella se movía lentamente en su lugar, con una mano acariciando la espalda suavemente del bebé que dormía en su pecho.
-Esta bien, yo entiendo- el tal Akim, metio ambas manos en los bolsillos del pantalón y observo su rostro pálido volverse de color rojo como su cabello- Eres muy amable como para rechazarme.
-Lo siento, no quiero que malinterpretes- Natsu se tranquilizo y suspiro, Lucy lo quería a él, era obvio que lo iba a rechazar.
¿De dónde habían nacido aquellos repentinos celos?
-Disculpa, no sabía que tenías una relación- Natsu retuvo el aire en sus pulmones por unos momentos, mientras a su lado Yajima le cuestionaba si se encontraba bien.
-No, yo … he, es complicado- ¿Complicado? Que clase de aclaración es la que Lucy acababa de darle a ese desconocido.
-Siempre es complicado-
-Un poco- el ruido del gremio bajo levemente y pudo escuchar con más claridad.
-Pero por favor considera mi invitación, como amigos- ¿Enserio volvía a insistir después de que ya lo había rechazado? Natsu quería levantarse y alejar a ese tipo lo más lejos posible de Lucy, ¿Cómo amigos? Y un carajo, había algo en la voz de esa persona que no le terminaba de dar confianza-Sin ninguna intención. Bueno tal vez una.
-¿Una?-
-Que me digas algo de la secuela de tu libro- escucho la risa de Lucy ante ese comentario estúpido, Natsu sabía a la perfección que Lucy no permitía que nadie leyera sus escritos antes que su editor.
-Creo que no puedo aceptar eso, a mi editor no le agradaría- Aquello lo tranquilizó, pero sintió su gente dolerme un poco, probablemente por culpa de el ceño fruncido que se había comenzado a formar- Pero claro, tomemos un café pronto.
Una mano acariciándole el cabello lo distrajo.
La fina mano de Anna le quitó el cabello de la frente y desde el hombro, ella se inclinó para dejarle un suave beso sobre la frente.
Natsu sonrió al sentir el cariño. Se relajó, tanto en pensamiento como su cuerpo, Anna le abrazó los hombros ligeramente y disfrutó de la tranquilidad que le traía.
Natsu aún creía increíble la habilidad que tenía Anna de calmarlo.
Después Anna se giró hacia Rogue y lo abrazó con tanta fuerza que Natsu escuchó los huesos de su espalda tronar del esfuerzo.
-¡Frosh también quiere un abrazo!- dijo la rana con entusiasmo parándose en sus pequeñas patitas y alzando los brazos hacia el incómodo Rogue y la entusiasmada Anna.
-Señorita Anna, por favor- se quejó Rogue después de un rato y Anna se dignó a soltarlo alegando que iría a buscar a Sting para abrazarlo del mismo modo.
La observo pasar entre las personas, moviéndose como si conociera el Gran Salón de toda la vida y saludando gente a todos lados. Era tan amigable como Lucy.
Natsu se preguntó si la madre de Lucy también había sido así.
Era probable que si, después de todo, ella sacrificó su propia vida para traerlos a tiempo actual.
Agradecía a las estrellas, "¿Por qué, en qué otro lugar podría estar?" Que Layla haya abierto la puerta y lo dejará, sin saberlo, enamorarse de su hija.
Lucy no tendría que hacer ningún otro sacrificio como lo hizo ella.
Natsu se aseguraría toda la vida de que ella no tuviese que ser sacrificada para nada.
-Y ahora nuestro juez, Dragon Slayer, ¿Qué opinas de la competencia hasta ahora?- una vez más, Natsu salió de sus pensamientos cuando Maxx le acercó una lacrima y lo miraba expectante de que dijera algo.
-¿Dijiste algo?- ni pudo evitar preguntar, pues en verdad no había puesto atención a lo que le había dicho.
Las risas inundaron el gremio y Natsu se sintió más perdido.
-¡Siempre pensando en las estrellas!, ¿Cierto, Natsu?- dijo Maxx.
-Pero claro- dijo riendo, pues si, justo pensaba en las estrellas -¿Cuál fue tu pregunta?
-¿Qué piensas de los competidores hasta ahora? Estamos a media hora de terminar esta increíble competencia y queremos saber los pensamientos de los jueces- Maxx explicó señalando el gran reloj que flotaba sobre el escenario marcando el tiempo restante de la competencia.
-No lo se- alzó los hombros y las Rozas volvieron a escucharse- No se ni siquiera por qué estoy aquí.
-¡Por supuesto que estás aquí, porque se necesitaba a un experto en comida!- explicó Maxx.
-De eso sí se -dijo con orgullo.
-¿Y que piensas?-
-Que tengo hambre- se quejó Natsu. Una vez más las risas no pararon, alentado a Maxx a continuar las preguntas con Natsu.
-Después de esta amigable competencia, tendremos el concurso de "Miss Fairy Tail", ¿También serás juez?- Natsu negó rápidamente con la cabeza.
-Para nada- negó con las manos con mucha rapidez.
-¿Por qué no?-Natsu quería que Maxx se alejara y lo dejara en paz.
-Por que no importa- Natsu fue sincero.
-¿No te importa ver a las adorables mujeres de Fairy Tail compitiendo por tener el título?-
-No-
-¿Por qué no?, ¿Acaso no quieres ver a las chicas en traje de baño?-
-¿No les daría frío?- preguntó con sinceridad pues podía escuchar el viento en el exterior y sabía que cada vez la temperatura bajaba con más rapidez.
-¡La llama de la competencia les incendia desde el interior!-
-Esto ya se puso raro- confesó Natsu.
-¡En efecto! Continuemos con nuestro siguiente y adorable juez, ¡Frosh!- así Natsu volvió a dejar de poner atención a lo que estaba pasando.
Dedico a pensar en qué lugares podrían ir de vacaciones.
-¡Con esto damos finalizada la parte más creativa de esta competencia y damos tiempo a los jueces para que prueben y tomen su decisión!-
Una vez más los llevaron a la parte de atrás del escenario donde había varios platillos.
Natsu los observó todos y después de que Yajima los inspeccionará, le tocaba probarlos. De los seis platillos que había ahí, tanto él como Frosh escupieron en un basurero el contenido de uno.
Diez minutos después, Elfman gritaba de emoción al ser nombrado ganador de la competencia.
Natsu se sorprendió bastante, pues no tenía idea de que Elfman tuviera el conocimiento de calentar agua.
El mencionado alzaba un pequeño trofeo que Minerva había soltado mientras torcía la boca y frunció el ceño.
Natsu había tomado un plato de comida que le ofrecía Kinana por agradecimiento en su cooperación al concurso.
Aún comiendo se acercó hasta la mesa donde estaba Lucy, aún con el gemelo dormido en su pecho, a un lado de Levy quien tenía a la otra cría durmiendo en sus brazos, frente a Erza.
Erza les hablaba de lo orgullosa que estaba de que Elfman, ganara la competencia.
-Vomitamos tu comida-le dijo Natsu a Erza aún masticando un pedazo de pollo picante.
Lucy le golpeó el brazo regañándolo.
-Esta bien, Lucy- la detuvo Erza para sorpresa de todos - Lo importante aquí es que Sabertooth no ganó.
Natsu continuó con su comida ignorando la conversación que tenían hasta que la camisa que llevaba puesta comenzaba a incomodarle.
-Toma, Natsu- Lucy había notado su molestia.
Llevaba rato moviendo los hombros y jalando las orillas de la camisa que tenía sobre los codos, se rascaba el cuello; para su fortuna, Lucy le entregaba una camiseta perfectamente doblado oliendo a limpio, ¿De dónde la había sacado? No tenía idea, Virgo probablemente.
-¡Gracias, Luce!- de ese modo comenzó a abrir los botones de la camisa.
-¡¿Qué estas haciendo?!, ¡Enfrente de mi hija, no te quites la ropa!- gritó Gajeel, quien bajaba las escaleras en el mismo momento en que se encontraba quitándose la camisa.
-¡Natsu, ve y cambiaste en el baño!- le regaño Erza.
Los ignoró y se colocó la camiseta que le daba más libertad de movimiento.
-No te quiero volver a ver cerca de mi hija sin ropa- le amenazó Gajeel cuando se sentó a un lado de Erza, moviendo con la mano discretamente un vaso que estaba frente a él.
Natsu se preguntó qué había pasado con la alarma que se había encendido.
-Como digas, Cabeza de Lata- aquel simple comentario hacía dar pie a una pelea comenzada por ambos.
La competencia de Miss Fairy había pasado sin que Natsu le pusiera mucha atención, lo que si quería saber era por que Lucy no había participado. Si se encontraba con necesidad de juntar dinero y el premio que se ofrecía siempre era alto, ¿Por qué había permanecido sentada con las piernas cruzadas? Después de pelear por un buen rato con Gajeel y Sting, nuevamente se había sentado a un lado de Lucy, con un gran plato de comida que desapareció casi al instante.
Lucy hablaba animadamente con Levy y Yukino, después de que la pelea terminara y la gente se tranquilizará un poco, más personas se comenzaron a unir a la mesa, Erza, Milianna, Gajeel hablándole en susurros a Jutla, ignoro a los demás que se habían sentado a su lado pues prefería poner su atención sobre Lucy.
Tócala, dijo la voz.
Extensión la mano discretamente y como si se estuviera acomodando en su lugar, recargo ambos hombros sobre el respaldo de la banca y con la punta de los dedos tomó unos mechones de cabello.
-¡Natsu!- se sorprendió cuando Lucy le regaño y con su mano se movió el cabello para evitar que él siguiera jugando, circulando sus dedos con los mechones y creando pequeños rizos-Basta por favor.
Necesitas tocarla, volvió a hablar la voz una vez mas pero en un tono más insistente. Aún le parecía perturbador escuchar su propia voz, pero tenía razón, necesitaba tocarla.
Se removió un poco sobre su lugar, una vez más, y bajó su mano sobre la espalda de Lucy. La tela suave del vestido lo recibió junto con el broche del sostén que llevaba debajo, acarició un poco con la punta de los dedos el espacio que creaba aquella tela y bajó con lentitud calentando su mano, hasta la base de la espalda. Busco con las yemas los huesos de la columna y los acaricio con insistencia, hasta tocar la orilla de la ropa interior debajo del vestido.
-Estoy hablando enserio, tengo calor puedes hacerte a un lado- se sorprendió cuando Lucy se giró y le susurro entre dientes, podía ver la molestia en su rostro y era cierto lo que sus labios decían, tenía las mejillas y la nariz rojas indicando el calor, observó mínimas gotas de sudor formarse en la base del cuello e inspiró para oler el sudor.
Retiró la mano y dejó que Lucy volviera a la conversación que tenía con Levy.
Observando aburrido a su alrededor, busco con que distraerse. Gray no estaba pues se encontraba en el centro de la ciudad probablemente a punto de dar su presentación.
Quería saber qué había pasado cerca del lago.
Erza hablaba con Rogue quien se había sentado a su lado, ¿En qué momento? Dejando a Frosh en medio de él y Rogue, la rana comía animadamente una calabaza amarilla.
Necesitas tocarla, gruñó la voz en su cabeza. Natsu había sacudido la cabeza fastidiado.
Entonces noto que Lucy seguía con las piernas cruzadas.
Lentamente bajó su mano para colocarla sobre el muslo derecho que se pegaba ligeramente hacia su propio. Ante la acción, la orilla del vestido se alzó y Natsu tocó ese espacio que le gustaba, donde terminaba el vestido y empezaban las botas, ese pequeño espacio de carne que se juntaba y le daban ganas de morder.
-¡Arg!- una vez más, se sorprendió cuando Lucy tomó su mano y le apretó los dedos, claro que no le causó dolor pero si incomodidad- Voy al sanitario.
Lucy se puso de pie y la observó irse en dirección al sanitario, saludando en el proceso a Beth.
-Natsu- escucho que Erza le llamó y dejó de observar la figura de Lucy alejarse para girar la mirada y encontrarse con las cejas pegadas de Erza- ¿Por qué no me dijeron que Lucy necesitaba donde quedarse?
-Estamos cómodos así- ¿Para qué necesitaba saber Erza? Ellos habían arreglado ese asunto rápidamente.
-No me parece correcto que ella se esté quedando en tu casa, sin supervisión- Natsu rodó los ojos y dejó un codo sobre la mesa para ese brazo y dejar su rostro recargado.
-Erza- dijo con toda la seriedad que podía- No te entrometas en nuestros asuntos.
-Lo va a matar- susurró Gajeel.
Frosh dejó de masticar al sentir la tensión que se creó.
Sin dejar de ver a la pelirroja a los ojos, ignoro el comentario de Gajeel y trato de no demostrar cobardía frente a Erza.
Quiere alejarla de nosotros, dijo la voz.
Entonces, en un movimiento muy rápido, Erza se puso de pie, tomó su bufanda con un puño y con mucha fuerza, azotó su cabeza sobre la mesa.
Solo pudo cerrar los ojos cuando sintió la mesa estrellarse sobre su nariz.
-¡Mierda, Erza!, ¿Estas loca?- grito al levantar el rostro y sentir el ardor en todo el rostro, se tocó la nariz y había sangre saliendo -¿Por qué hiciste eso?
-No me hables de ese modo- fue lo único que dijo Erza.
-Erza le has matado las pocas neuronas que le quedan- escuchó que se burló Gajeel cuando se puso de pie en búsqueda de Wendy.
Sting se burló al verlo con la barbilla llena de sangre y lo ayudó a llevarlo hasta Wendy, no sin antes hacerlo golpear contra la pared un par de veces en "descuido".
Natsu le pateó la rodilla después de la tercera vez.
Wendy le dio un sermón sobre hacer enojar a Erza. Lo tuvo sentado media hora, entre regaño y curación, después lo mandó a lavarse el rostro pues estaba llenado el piso de sangre y podría ahuyentar a la visita.
Fue dentro del sanitario que notó que la camisa que llevaba, esa nueva que le había dado Lucy estaba también llena de sangre.
Tendría que salir a pedirle aquella que se había quitado.
En esta nueva ocasión, encontró a más personas en la mesa, y a Cana sentada en su lugar, a un lado de Lucy. Yukino y Rogue se habían ido a la mesa de Sabertooth con Frosh en sus brazos, observó a Milianna correr con tres de los Exceed entre sus brazos detrás de ellos, probablemente con la intención de robar a Frosh.
-Mira Lucy, un poco más y seremos familia- Cana señaló con la mano derecha que sostenía una botella medio vacía, hacia una mesa en la esquina contraria del Gran Salón, al estar un poco más deshabitado el lugar, se podía ver con claridad, como Gildarts y Anna estaba sentados, hablando de la vida con demasiada familiaridad.
-No digas eso … me dan escalofríos solo de pensarlo- dijo Lucy abrazándose a sí misma, arrastrando un poco las palabras demostrando el peso de las bebidas en su organismo.
Natsu noto las mejillas y la frente sonrojada, el modo en que acomodaba sobre la mesa y el como movía la cabeza suavemente hacia los lados de forma distraída.
-Tenemos que aceptarlo, mi viejo es el más guapo de todos nuestros padres- elogió Cana. Natsu se sentó en un espacio disponible a un lado de Levy, quien tenía a Yajee dormido sobre el hombro. Noto la baba que caía de la boca del bebé y como en su pequeño puño mantenía un mechón azul.
-No puedo juzgar, nunca conocí a mi padre- dijo Erza.
Natsu observó a Gray y a Juvia sentados lado a lado frente a él, con ropas muy extrañas, aún que Gray estaba ya quitándose la camisa.
-El padre de Juvia murió cuando Juvia era una niña de 4 años, no hay mucho que recuerde- Juvia había detenido las manos de Gray mientras hablaba, como una acción de reflejo.
Aquello le hizo sonreír.
Le alegraba que pasarán su pelea.
-Tu papá debió de ser muy guapo cuando fue joven, eh Lucy- comentó Levy y Natsu busco con la mirada a Lucy. Se veía más relajada, dándole pequeños giros al vaso de bebida que tenía en la mano.
-Supongo- encogió los hombros y tomó de aquel vaso.
-¿Tú, Natsu?- le preguntó Cana.
¿Por qué preguntaban aquello?
-No lo sé, recuerdo muy poco, creo que se parecía a mi- fue lo único que se limitó a decir buscado con la mano el plato a medio comer de papas fritas que tenía Levy frente a sí. Levy le golpeó ligeramente la mano cuando trató de llevarse un par.
-Uff- busco el origen de aquel sonido y fue Lucy quien dijo aquello, mirando a Cana quien le devolvía la mirada.
Ambas tenían media sonrisa en el rostro y una mirada extraña. ¿Qué significaba aquello?
-Bueno todos conocimos al padre de Gray, así que todos estamos de acuerdo en que estaba…- Cana hablo, alzando una pierna sobre su asiento, y haciendo una seña con los dedos pegados, los llevó a sus labios y tronó un ruido de satisfacción.
-Claro- dijo Erza, cruzando los brazos.
-Por supuesto- asintió Levy.
-Si mi Gray se verá como Silver-sama, Juvia no puede esperar- Natsu miro a todas las mujeres de esa mesa y sintió un poco de repulsión.
-Que suerte la tuya, Juvia- suspiro Cana.
-¿Disculpen? Pueden no pensar de ese modo de Silver- se quejó Gray, podía ver que se encontraba tan incómodo como él, Gajeel estaba ocupado jugando con su hija como para ponerle atención a la conversación- Es extraño.
-Es la verdad- escucho los huesos de su cuello tronar cuando giro el rostro tan rápido para ver a Lucy después de que aceptara en público, en su cara, que pensaba el padre de Gray era atractivo.
Su propio corazón se aceleró, sujetó con fuerza la orilla de la mesa y quiso irse de ahí.
No puso mucho atención a lo que siguieron hablando.
Su cerebro estaba repitiendo el "Es la verdad" que había dicho Lucy.
No entendió muy bien, en por qué le pesaba escuchar aquello.
Ella lo prefiere, dijo la voz.
Aquello era estúpido, ¿Cómo podría pensar que Lucy prefería a alguien que ya estaba muerto?
Ella prefiere a Gray, dijo la voz.
Aquello le molestó.
Gray era su No-mejor amigo, ¿Cómo Lucy podría sentir algo por Gray más allá de la amistad? Aún que sabía que últimamente eran más cercanos, pero Lucy jamás se interpondrá entre el y Juvia.
Ella lo prefiere a él y no a nosotros, mencionó la voz, en un susurro, con mucha oscuridad en cada palabra.
Por un segundo Natsu tuvo miedo.
Acaso la realización que había tenido el día anterior cuando por fin había aceptado que Lucy, en efecto, si lo quería, había sido parte de su imaginación. ¿O señales mal interpretadas? Tal vez había sido parte de sus conclusiones.
Ella no tiene a nuestra cría, nada la ata a nosotros, volvió a hablar la voz.
Natsu se preocupó un poco. Estaba escuchando sus palabras más de lo normal, con un volumen más alto y con más poder en sus palabras.
Sintió el estómago removerse al pensar que era cierto, Lucy estaba sangrando en ese momento, por lo poco que entendía, no había crías.
Trató de distraerse, uniéndose a la nueva pelea que había empezado, tratando de hacer a un lado, los pensamientos oscuros que me acechaban y olvidando que iba a pedirle a Lucy su camisa.
-Natsu, tengo frío- fueron dos horas después que Natsu se volvió a acercar a Lucy.
En ese tiempo hizo una pequeña competencia con Sting sobre quién podía comer más y un recién llegado Gray, se había unido junto con Toby a la competencia improvisada.
Habían llegado a un empate entre él y Gray, pues Kinana los había detenido, invitándolos amablemente a que salieran del gremio para observar el concierto de Wendy y Sherria.
Fue hasta que Natsu caminó a la salida intentando golpear a Gray que observó a Lucy.
Borracha.
Supuso que en todo ese tiempo había seguido tomando al lado de Cana, pues tenía las mejillas sonrojadas, una sonrisa boba y la orilla del vestido muy arriba en sus piernas.
Cuando ella lo vio, dejó atrás a Cana sentada en la mesa y tambaleándose se acercó a él, se sujetó de la manga se la camiseta y se inclinó hacia él, quejándose del frío.
-Ven- le dijo cuando la hizo sujetarse de una pared, se aseguró que nadie les estuviera poniendo atención y se inclinó ligeramente a bajar la orilla del vestido un par de centímetros. Lucy colocó su mano sobre el hombro, probablemente buscando un punto de balance pero solo le dio paso a que hiciera lo mismo de siempre.
-Natsu- él alzó la cabeza y se enderezó, dejando la tela y preguntándose cómo iba a lidiar con ella - Purr, Purr.
-¡No empieces con tus cosas raras!- Natsu detuvo la mano que se dirigía hacia su barbilla e hizo una cara de disgusto. Se dio la vuelta y se colocó de cuclillas, dándole la espalda a Lucy, jalo un poco la mano y le dio a entender que quería que se subiera a su espalda.
Ella abrió la piernas a cada lado de su cadera, la tela de las botas altas también cayendo sobre los muslos le rozaron los costados y los brazos le apresaron el cuello con un poco más fuerza de la necesaria.
-Anda, tú sabes cómo- le dijo cuando se Natsu se puso de pie, acomodando la en su espalda, con sus manos sobre los muslos, con los dedos discretamente dentro de la orilla de las botas, claro no sin antes asegurarse de que el vestido siguiera cubriendo el trasero; Lucy se pegó y aplastó los pechos sobre sus omóplatos y sintió la respiración húmeda sobre la oreja izquierda cuando le volvió a hablar- Purr, Purr.
-Yo no sé nada- se quejó, y comenzó a avanzar hacia la salida del gremio, uniéndose a todas las personas que se acercaban al escenario que Laki había construido en un par de minutos- Deja de hacer eso.
-¡Pero tú sabes cómo!- el grito llamó la atención de varias chicas de Mermaid Heel que caminaban a su lado.
La noche había caído sobre Magnolia y se podía escuchar el ruido de las probablemente, miles de personas que continuaban reuniéndose para presenciar el concierto.
Al ser parte del gremio, y el escenario estar frente a la entrada directamente, lograron quedarse cerca y ver a Wendy y Sherria, usar vestidos ridículos, a opinión de Natsu, e innecesariamente cortos, cantar y bailar para todas las personas.
Fue durante ese tiempo que Lucy se mantuvo tranquila en su espalda, tarareando las canciones y moviendo los pies al ritmo de la música.
Después de un tiempo, noto que la atención de Lucy había cambiado, usaba sus manos para acariciarle el pecho y el cuello, sentía su mejilla sobre su cabeza y la respiración agitando los cabellos que definitivamente necesitaban un corte.
-Lucy estamos en público- le dijo tratando de detenerla pues podía sentir la mirada de Gray que se encontraba cerca.
-No finja que no te gusta, Nat- le susurro en el oído mientras metía su mano dentro de la camisa.
-Luce- apretó la carne de la pierna que tenía en la mano tratando de darle una advertencia, sabía que Gray los podía ver perfectamente y muy probablemente los podía escuchar; no quería que los vieran.
-Nat-
-Creo que es hora de volver a casa- declaró. Escucho a Lucy reír y la sintió mover los pies que rozaban sobre su cadera.
-¿Y Happy? ¡Happy!, ¡Happy, vamos a casa!- escucho las alas de Happy acercarse entre la gente que aun seguía disfrutando del concierto.
-Cielos, Lucy- Happy flotó frente a ambos- Estás muy borracha.
-Poquito, poquito- Lucy removió la mano que tenía dentro de su camiseta y junto el pulgar y el dedo índice, para demostrar lo "poquito" -Vámonos ya o ¿Te vas a quedar con Carla?
-Creo que me quedo con ella- Happy hizo una mueca y negó con la cabeza, movió la vista hacia donde Carla estaba parada esperándolo -Eres un tanto fastidiosa cuando te pones así.
-¡No es cierto!, ¡Natsu, dile que no es cierto!- se quejó Lucy gritando innecesariamente fuerte en su oreja.
Suspiro cansado.
-Que suerte tienes compañero- el sonido de indignación de Lucy los hizo reír a ambos.
-Traidores- el viaje de regreso a casa fue más tranquilo de lo que esperaba, Lucy se dedicó a tatarear una canción que acababan de escuchar en el concierto.
La dejó en el piso de la casa cuando entraron y fueron recibidos por el frío aire dentro de la vivienda.
-Necesito ir al baño- Natsu pensó por un momento, que Lucy se mataría sola en el baño. La escucho orinar mientras cantaba una canción de Mirajane y la podía escuchar quitarse el elástico que sostenía el cabello.
En la habitación busco la pijama de Lucy, en el cajón de Lucy, su plan había tenido éxito, ella mantenía su ropa bien doblada en aquel cajón, cuando ella regresara a su departamento, tendría que volver a buscar esa ropa que dejó ahí, era la excusa perfecta para que pasara mas tiempo ahí.
Pensó por un momento, que Lucy pronto volvería a su propio departamento.
No podemos dejar que se vaya, dijo la voz.
No podía obligarla a quedarse, no tenía ninguna obligación.
-¡Natsu veamos las estrellas saltó gritando una grosería después de escuchar a Lucy entrar precipitadamente a la habitación, con el cabello suelto, en ropa interior y con una sonrisa boba en la cara. Se acercó hasta donde estaba él y le quitó de las manos la pijama para ponérsela con rapidez, Natsu observó cómo Lucy se ponía el pantalón descuidadamente casi tropezando se sobre la tela y como con mucha rapidez, se quitó el sostén y se colocó la camisa de tirantes -Venga vamos.
Lucy le jalo del brazo y se movieron hacia la puerta de entrada con rapidez, ambos sin zapatos se pararon frente a la casa.
-Ayúdame- le dijo Lucy, moviendo su cabello detrás de los hombros acercándose a la orilla de la ventana para subir un pie y comenzar a escalar con dificultad la pared. Natsu pensó que era más fácil si la cargaba y brindaba al techo, pero ella se veía muy decidida en subir de ese modo. Aparte, la vista que le daba era bastante buena -¿Estas viendo mi trasero?
-…No- agradeció que no hubiera luz pues sentía su rostro enrojecer al ser descubierto, justo en lo que estaba pensando. Lucy lo vio sobre el hombro y negó con la cabeza, haciendo danzar el cabello a su alrededor, volvió a su tarea de subir hacia el techo hasta que quedó únicamente con los pies colgado en la orilla de las baldosas.
Natsu saltó sin dificultad, mientras Lucy pateaba al pequeño espacio que había plano en el centro del techo y se sentó, golpeando a su lado ligeramente dándole a entender que se sentara a su lado.
-Mira ahí está Escorpio, ¿Lo ves?- Lucy alzo la mano señalando uno de los millones de puntos en el cielo- Y Sagitario se ve por ahí.
-¿Ahí?, ¿Dónde?- Natsu se dejó caer a un lado de Lucy, recargando su espalda sobre la piedra dura de la chimenea.
-Ahí, pon atención- Lucy volvió a señalar moviendo la mano como si formara la figura de la constelación. Natsu pensó que tal vez debieron subir una vela pues lo único que los iluminaba era la luz de la luna a lo alto.
Solo podía apreciar a Lucy con esa luz muy poco, podía ver el brillo de los ojos y el halo que creaba su cabello, su vista desarrollada le dejaba ver la piel pálida y como ella temblaba ligeramente, uno de los tirantes de la blusa se había caído por el hombro y el pantalón le caía por la cadera, sobre el vientre ligeramente hinchado.
-Natsu- le llamó la persona de sus atenciones.
-Mmm-
-Creo que necesitamos hablar- cuatro simples palabras le hicieron sentir un hueco en el corazón. Era el mismo sentimiento de esa misma tarde, cuando la escuchó aceptar que Silver era atractivo.
Un dolor desde el brazo derecho le comenzó a atacar, lentamente, sintió la frialdad de ese sentimiento moverse hasta su corazón y Natsu se preguntó si eso que sentía era su corazón con miedo.
-¿Que pasa, Lucy?- tragó saliva e intento no demostrar el miedo que comenzó a sentir en la voz.
¿Acaso quería hablar por que la había molestado por la tarde?
Tal vez se había puesto de tan mal humor que estaba a punto de decirle que no quería que la volviera a tocar.
-Necesitamos hablar de nosotros- cada palabra que salía de los dulces labios de Lucy se le clavaba como un puñal en el corazón.
No quería esto, no hablar, no quería escuchar de sus propios labios que no lo quería, por que tan solo llevaba un día aceptando aquello como para que sus esperanzas se destruyeran.
-¿Nosotros?- susurro tan bajo como pudo. Por un momento sintió su mano derecha temblar.
No seas cobarde, le dijo la voz.
¿Cobarde? Claro, él no era un cobarde, Natsu Dragneel no conocía el significado de cobardía.
¿Entonces de dónde habían salido aquellas dudas?
-Si, yo … tú dijiste que íbamos a hacer más cosas- Natsu parpadeo y se rascó una ceja con la mano derecha.
-¿Que?- dijo incrédulo. Lucy hizo un puchero con la boca y gateo lentamente y con mucho cuidado hacia él, sentándose sobre sus rodillas entre las piernas de Natsu, se inclinó ligeramente hacia él, con las manos sobre la cintura.
-Cuando te dije que quería más, me dijiste …- Lucy movió la cabeza de un lado al otro -Yo me encargo, Lucy, bla bla, bla.
-¿Eh…?- bajó ligeramente la mirada y observó los pálidos hombros descubiertos, y como los pechos hinchados estaban por salir de la orilla de la blusa.
-Y si hemos hecho más pero también quiero más- ¿Lucy estaba hablando enserio? Él estuvo a punto de salir corriendo de ahí y ella solo le hablaba de que quería probar más cosas.
Con la cercanía podía oler el alcohol combinado con su perfume, la sangre en su ser y las feromonas naturales que suponía era lo que lo estaba trayendo a tocar a Lucy.
-¿Más de que, Lucy?- llevó sus manos hasta la cintura donde tomó sus pequeñas manos y las movió para acomodar las propias sobre la piel, con discreción las metió debajo de la orilla de blusa y las calentó -Dime todo lo que quieras y lo tendrás.
Natsu acercó su cuerpo hasta que varios mechones del cabello rubio comenzaron a rozarle los brazos. Busco los ojos de Lucy y solo la encontró con la boca ligeramente abierta y los ojos medio nublados.
-Quiero … quiero… quiero que volvamos a intentar eso de … de las cadenas- le dijo con un tartamudeo de nerviosismo y colocó sus manos sobre los hombros de Natsu, él tomó aquello como una invitación a acercarse más, hasta que sintió las rodillas de Lucy tocar la parte interna de los muslos.
-De acuerdo- aceptó y frotó sus manos buscando darle el calor que sabía necesitaba.
-Y … también, también quiero que me toques más los pechos- aunque sorprendido por la petición que Lucy le estaba haciendo, subió las manos y tocó la orilla de ambos pechos.
Definitivamente Lucy estaba bastante borracha, como para decir aquellas cosas en voz alta.
-Hecho- Natsu asintió y continuó frotando los manos sobre las costillas y el pedazo de piel de los senos que sus dedos alcanzaban a tocar.
-Quiero que lo intentemos en el suelo y contra la pared … y en el baño … quiero que … que te-tengamos sexo en la ducha- ella le sujetó con fuerza los hombros y se inclinó más hacia el casi con los rostros pegados y susurro sus deseos.
-Esta bien, Luce- Natsu entrecerró los ojos y disfruto de verla tan relajada y entusiasmada, nerviosa, todo aquello al mismo tiempo.
-¡Y quiero que … intentemos …!- una vez más volvió a expresar sus deseos pero esta vez, lo dijo tan bajo, que le fue imposible escucharla.
-¿Que? No te entiendo- Natsu apretó la piel en sus manos y subió más hasta cubrir con su mano la mitad de ambos senos con la blusa levantada sobre sus muñecas y las rodillas de Lucy acercándose cada vez más.
-¡Quiero que intentemos sexo anal!- grito asustándolo, por reflejo removió las manos y la blusa bajo descuidadamente sobre su vientre y él alzó las manos.
-Esta bien, Lucy no te alteres- un bufido indignado de la boca de Lucy me topó sobre los labios.
-¡También!… ¡Quiero que me beses más!- Lucy lo acercó aún más a ella y movió sus manos hasta su cuello, Natsu tuvo escalofríos al sentir las manos frías sobre la piel acariciándolo.
-Ven aquí- con rapidez, movió las manos para sujetar el rostro de Lucy, una mano sobre la barbilla y otra escondiéndose sobre el cabello, cubriendo la oreja sobre la palma.
La acercó hasta él para besarla, ella apretó entre sus dedos la piel de su cuello oculta entre la bufanda, para sostenerse y dejarse besar.
Él disfrutaba en esas ocasiones cuando ella lo dejaba tomar el ritmo de los besos, como si creyera que él sabe lo que estaba haciendo.
Algo en su subconsciente le decía cómo mover los labios sobre los de ella, le decía cuánto tiempo la dejara sin respirar y cuando probara su lengua sabor alcohol. La mayoría del tiempo no sabía que estaba haciendo, pero ver el rostro sonrojado y el poco aliento con el que la dejaba , siempre era un recordatorio de lo había hecho bien.
-¿Qué más quieres, Princesa?- le susurró sobre los labios, con los párpados caídos y tratando de llenar sus pulmones nuevamente.
-Quiero … todo- susurro Lucy, alzó sus labios y los pego nuevamente en los de él. Natsu movió la mano derecha, bajando hasta su cintura para impulsarse sobre sí misma, Lucy comenzó a levantarse, quedando con un poco más de altura que Natsu y sin despegar sus bocas comenzó a mover las piernas.
Natsu llevó ambas manos hasta los muslos, con fuerza y mucha rapidez, la cargó y la dejó caer sus las piernas que había juntado un segundo antes.
-Y todo te daré... pero tienes que decirlo- jadeo sobre su rostro y la acomodó sobre él. El pantalón de la pijama suave contra la tela de su pantalón, el calor de las piernas y los pechos sobre sus pectorales, ella movió los tobillos para cruzarlos detrás de su espalda, tocando con los dedos descubiertos, la piedra de la chimenea.
Jalo ligeramente el cabello que tenía entre sus dedos.
-Quiero … que experimentemos un trío- Natsu perdió todo el alcohol que había tomado en un segundo.
-No- dijo con más fuerza de lo que deseaba. Lucy se sorprendió y brincó ligeramente aún sobre sus muslos.
-Pero Nat…- comenzó a quejarse, con la vocecita que ella sabía le era imposible negarle.
Pero Natsu Dragneel se mantendría firme. Ella le estaba proponiendo algo que ella misma había dejado claro la primera vez que hablaron de el acuerdo que tenían.
"Quiero que todo esto se quede entre nosotros, sólo nosotros …"
-Dije que no, Lucy- subió las manos hasta la cadera, sobre la orilla del pantalón que se había bajado unos cuantos centímetros ante el movimiento y entre sus dedos tocó la piel expuesta, la pijama y la orilla de la tanga.
-Deja te explico…- las palabras salieron apresuradas de la boca de Lucy, un poco inentendibles, un poco confusas.
-Yo no comparto, Luce, eso lo sabes bien- yo no te comparto, le hubiera gustado decir, pero la parte consciente de su cabeza le decía, que ella no era un objeto que se volviera su propiedad.
Por mucho que le rompiera el corazón, pensar que tal vez, Lucy si quería compartirse a sí misma con alguien más.
Ella nos pertenece, dijo la voz.
Ella no es una propiedad, pensó Natsu.
-Nat- la voz de Lucy lo hizo volver al presente, ignorando a la voz que gruñía con insistencia repitiendo que ella les pertenecía.
Los enormes ojos de Lucy brillaban con la poca luz.
-Nat, escúchame- le volvió a llamar. Ella tomó su rostro entre sus manos y lo movió con un poco de fuerza, pegando sus narices en el proceso. Natsu apretó la piel entre sus manos.
-Te escucho- contestó, moviendo un poco el rostro besándole la barbilla, movió las manos y las adentro en la ropa de Lucy, sujetando con fuerza en cada mano una de las nalgas.
-Muy bien, yo … digamos que desarrolle esto, … espera, déjame concentrarme- Lucy trató de alejarse un poco, pero Natsu no lo permitió, uso su agarre para unirla con fuerza hacia él, sintió el calor de su entrepierna golpear con su vientre y la cremallera de los pantalones y los pecho pegados a su clavícula-Geminis y yo … hicimos esto… así... mira.
Ella soltó una de las manos que sujetaba su rostro y con un movimiento poco elegante, sobre su brazo, apareció el guantelete azul que usaba con el traje de Geminis.
-Y ahora …. ¡Puff!- en su mano, apareció una forma, extraña, pequeña y de color café que solía a tierra. Natsu no tendió lo que quería explicarle, pero Lucy parecía completamente emocionada de lo que le decía -Podemos hacer otro.
-No entiendo nada de lo que dijiste- fue sincero, tendría que preguntarle a Lucy sobria.
-Luego te explico- el guantelete desapareció y la masa de tierra con ella. Llevo ambas manos sobre su pecho, acariciando con los dedos la orilla de la camiseta que aún se encontraba llena de su sangre.
-¿Segura que vas a recordar esto en la mañana?- cuestionó Natsu.
-No me importa mañana … me importa ahora mismo- él hizo un sonido de burla. ¿Lucy filosófica? Por supuesto.
Pero aquellas palabras le alegraron el corazón.
Estar enamorado era tan cansado. Hacia un segundo sintió molestia ante la proposición de compartir a Lucy, y ahora, ella le decía que le importaba estar en el momento.
Con él.
No pudo reprimirse las ganas de besarla con fuerza hasta dejarla sin aliento.
-Natsu …- murmullo entre sus dientes. Natsu adentro su lengua para probar el paladar.
Ella se movió ligeramente, pegando su cadera aún más sobre su vientre, la sintió mover las manos por todo su pecho, hasta que llegaron al punto donde sus cuerpos estaban inmediatos.
-Oh, Lucy- jadeo Natsu al sentir su pequeña mano frotarse sobre pene, sobre el pantalón.
-¿Lucy?- dijo en tono de burla, Natsu repitió su agarre con solidez. Lucy por su lado, llevó ambas manos hasta la cremallera, donde comenzó a averiguar el cómo abrirlo- Me gusta cuando me llamas princesa.
-Claro que te gusta- se burló seductor, entre cerró los ojos y observó el rostro de Lucy, concentrada en su intento de abrirle el pantalón. Natsu comenzó a retirar las manos que la sujetaban del trasero -Lucy, estás borracha.
-¿Y?- ella logró abrir el botón y rápidamente, bajó la cremallera, metiendo una mano dentro del bóxer en búsqueda del pene; Natsu le detuvo la muñeca rápidamente.
-Esto no está bien- anuncio.
-No quieres- aquello había sonado más como una afirmación que como una pregunta, pero Natsu escuchó en su tono una pizca de tristeza y temió que Lucy se echará a llorar ahí mismo.
-Claro que quiero, siempre quiero- debatió rápidamente-Pero prefiero cuando estas consiente de lo que hacemos.
- Estoy consiente- el cómo extendía las palabras le dijo a Natsu que no lo estaba del todo, sin soltar la muñeca alzó tres dedos cada uno con una flama.
-¿Cuantos dedos tengo alzados?- la poca luz que crearon las pequeñas llamas de sus dedos, iluminó el rostro de Lucy, teníamos labios hinchados y las cejas pegadas haciendo un esfuerzo por contar sus dedos.
-¿Cuatro….?-
-Son tres-
-Está oscuro, no puedo ver bien-
Aquella era su llamada para detenerse. Llevó sus manos hasta los hombros de Lucy y la alejó ligeramente.
-Mañana, cuando estés sobria- le siguió moviendo de los hombros.
Escucho el puchero que soltó de entre los labios, y la sintió moverse para comenzar a ponerse de pie. Le sostuvo de la cintura hasta que ella estuvo sobre sus propios pies.
-¿Sabes qué más quiero, Natsu?- aún sentado, con las piernas un poco más abiertas, se inclinó hacia atrás, recargado ligeramente en su espalda con la chimenea para poder verla con más claridad.
Lucy se veía imponente sobre él.
Aún que tuviera el cabello hecho un nudo tanto la blusa como el pantalón de pijama mal puestos, probablemente con el maquillaje ligeramente corrido, ella se veía como una diosa viéndolo desde arriba.
-Quiero atarte a la cama, Natsu- Lucy colocó sus manos en la cintura y alzó un pie para ponerlo sobre su pecho, Natsu sintió un poco de fuerza impulsándolo a dejar su espalda completamente - Quiero vendarte los ojos y hacerte cosas …
Lucy se inclinó y tomó su rostro entre sus manos, acomodó sus labios sobre los suyos, una vez más, y le mordió con fuerza el labio inferior. Sintió el pie que había estado sobre su pecho, bajar hasta la orilla del pantalón en medio de sus piernas a un par de centímetros de pisar sus testículos y algo dentro de él se incendió de emoción ante esta Lucy.
-Hazme lo que quieras, Princesa- levantó las manos buscando tocarla pero ella se tambaleó ligeramente dando unos pasos hacia atrás.
-Lo voy a hacer- la vio tomar todo su cabello y llevarlo hacia su espalda, se acomodó el tirante caído de la blusa y nuevamente, se sentó sobre sus rodillas frente a Natsu.
Llevó sus manos hasta la cremallera abierta del pantalón y abrió la tela, moviéndola para bajarla un poco sobre sus cadera.
Todo pasó tan rápido, que fue hasta que sintió su aliento en el vientre que adivino lo que se avecinaba.
Los labios se colocaron sobre su vientre, debajo del ombligo, sobre la línea donde iniciaba el vello, la humedad de su saliva le hizo tener un escalofrío que sintió desde la punta de los pies hasta la cabeza.
La vio inclinarse un poco más, alzando el trasero en el proceso, dejando que la luna iluminara su espalda descubierta y los pies ligeramente sucios al no llevar zapatos.
Natsu se preocupó, pues el frío cada vez era más cortante y ella no llevaba nada para cubrirse.
Llevó una mano hasta el rostro de Lucy y tomándole la barbilla, le alzo el rostro, los ojos brillaron al igual que los labios.
-Vamos adentro, Lucy- ella movió el rostro deshaciéndose del agarre y se volvió a inclinar hacia él.
Uso una mano para levantarle la camisa y tocar los pectorales con la palma completa, Natsu suspiro cuando volvió a sentir la humedad de los labios, más cerca de la orilla del bóxer y la respiración caliente de Lucy sobre la piel.
-Quiero estar aquí afuera- declaró ella sin despegarse mucho de la piel. Su mano derecha buscó la orilla del pantalón y comenzó a moverlo nuevamente hasta que Natsu sintió aire frío sobre la base de su pene.
-Enfermaras- trato de detenerla nuevamente, colocando una mano sobre su hombro.
-Natsu- Lucy se alzó con rapidez, sin remover las manos sobre él pero con el rostro serio- Estoy bien, ¿De acuerdo? Aparte, esto va a ser lo único que hagamos.
-¿Qué?- aquello lo tomó por sorpresa.
-No pienso … no vamos a hacer nada por varios días Lucy se acerco y le dejo un pequeño beso sobre el labio inferior que respondió rápidamente.
-¿Por que no?- Natsu apretó el hombro en su mano y no supo identificar su lo que sintió en la boca del estómago fue decepción o nervios al sentir las manos de Lucy aproximarse hacia la parte de su cuerpo que estaba cubierta por el pantalón.
-Por qué no … yo, mmm … digamos que estoy en esos días…-
-Estas sangrando- dijo Natsu tratando de apresurar las palabras.
-No lo digas así -se quejó Lucy y enterró ligeramente las uñas sobre su estómago.
-¿Que tiene que ver que estés sangrando?-
-Que no vamos a hacer nada siempre este en estos días-
-¿Por que no?-
-Por que me dá pena-
-¿Por que te da pena?-
-¡Deja de hacer tantas preguntas!-
-¡Quiero saber por qué no quieres hacer nada!- Natsu tuvo vergüenza de decir, tener sexo, pues no consideraba sus encuentros con Lucy, simplemente sexo, era un recordatorio que debía decirle que la amaba.
-¡Natsu!- se quejó Lucy y en esa ocasión, enterró con fuerza las uñas justo en sus costillas, Natsu jadeo ante el trato pero no dejó caer la mirada que sostenía con Lucy.
-Lucy, no le veo lo malo-
-A mi me importa-
-Pues a mi no-
-¡Natsuuu, por favor!-
-No me importa, Lucy-
-Seguro que huelo a sudor-
-Hueles deliciosos- Natsu terminó de esconder su rostro en el cuello, pues era el lugar disponible donde ponía intoxicarse del perfume natural de Lucy. Casi pudo sentir sobre la boca el metal en la sangre.
Prueba su sangre, dijo la voz.
Natsu dejó los labios sobre la piel y abrió la boca, usó la lengua y probó la sal de la piel, respiro profundo y succiono sobre la piel que cubría el músculo, ese pequeño espacio donde el cuello perdía el nombre.
-Natsu- gimió Lucy y él volvió a succionar, cuando ella se contorsiono, cerró su mano sobre la cintura y la pegó más a él hasta sentir los pezones erectos sobre su camiseta.
Sin ningún aviso, Lucy puso su mano sobre el rostro y lo alejó usando toda la fuerza que tenía.
-Lucyyyy- se quejó al alejarse, llenado de saliva la mano de Lucy.
Ella no respondió, volvió a inclinar su cuerpo y con ambas manos se encargó de terminar de bajar el pantalón lo suficiente para que su pene erecto saliera de entre la tela.
La mano izquierda de Lucy lo sujetó de la base, chocando sobre la piel y los vellos.
-Natsu- le llamó con la vocecita que tanto le gustaba, susurrando, llena de pasión y control, Natsu no podía negarle nada cuando decía su nombre con esa voz.
-¿Si, Lucy?-
-Mírame- ordenó y llevó un par de dedos a su boca, con la poca luz que había, la observó como los saboreaba y contorneaba con la lengua de un modo tan sensual que no tardo en estar completamente erecto.
Ella cerró un poco la mano que lo sujetaba sin dejar de verlo a los ojos con sus propios dedos en su boca.
Alcanzó a ver el brillo de la saliva que caía sobre su barbilla. Entonces reemplazó la mano que lo aprisiona con la que ahora estaba con saliva. La fría humedad lo hizo estremecerse pero el firme agarre que tenía sobre él, lo estaba haciendo cada vez más débil.
Retrocedió usando las rodillas hasta que su rostro hacia a centímetros del pene, la vio cerrar la boca por un momento y al siguiente, la abrió y escupió sobre la cabeza del glande. Uso la mano libre para distribuir el fluido sobre la piel.
-Lu-Lucy- la voz le tembló y se maldijo a sí mismo.
Ella volvió a estrujar la base y en un segundo, se colocó la boca cubriendo el glande.
Suspiro de gusto cuando sintió la lengua que lo contorneaba, sobre la pequeña separación que se unía en el orificio de la uretra, la lengua presionó sobre ese punto y su pierna tembló y sus manos buscaron de donde sostenerse.
Ella lo introdujo un poco más, tan solo un par de centímetros, y esta vez, entró con la lengua entre la piel del prepucio, saboreando la piel que había dentro.
Natsu gimió al sentirla hacer aquello.
-Mierda, Lucy- la maldición se escapó de sus labios y llevó una mano hasta el cuello de Lucy, sobre la base de la columna, entre el cabello y tocando la orilla de la blusa.
Ella dejó sus administraciones sobre el prepucio y retrocedió hasta sacarlo de su boca. La vio jadear y usar su lengua para limpiarse la comisura de los labios.
No quería detenerla, pero el saber que no podría devolverle las administraciones, pues estaba seguro lo golpearía antes de que pudiera tocarla, lo frustraba.
Ella volvió a introducirlo en su boca, la textura lo recibió, un poco parecida a la de su vagina pero no igual, un calor similar pero diferente, una succión casi idéntica, pues sentía la necesidad qué estar más adentro al igual que cuando la penetraba.
Lucy comenzó a crear una succión con la boca que lo hizo golpear la cabeza sobre la chimenea y gruñir ante el dolor, llevó una mano hacia su propia nuca y otra sujetando con fuerza la orilla de la loza a su lado.
Lo que Lucy le estaba haciendo no era como la última y única vez que lo había hecho.
No sabía si había tomado confianza por el alcohol o se había informado pero en esa ocasión, no había duda en sus movimientos, no había temblor en sus manos ni vacilación cada vez que lo introducía más dentro de su boca.
Sintió el glande tocar algo dentro de la boca que no había tocado hasta ese momento, húmedo y semi redondo, escucho como Lucy se atragantaba pero no lo retiraba de su boca como la ocasión anterior. Natsu disfrutó del movimiento de la lengua y lo que supuso eran las amígdalas, sus testículos se tensaron y sujeto con fuerza la loza.
Con un jadeo Lucy se alejó, dejando su pene lleno de saliva, sorteando sobre el techo y la mano que lo sujetaba, que había comenzado pequeños movimientos, desde la base, movía con lentitud hasta la mitad de la longitud, llevando consigo parte de la saliva que lo humedecía.
Busco la mirada de los hermosos ojos cafés que lo hipnotizaban y los encontró, brillantes, con los labios frescos y saliva sobre la barbilla.
-Mírame, Natsu- volvió a decirle ella entre jadeos. Alzó su pálida mano hasta la que aún sostenía su nuca, cuidándolo, lo invitó a entrar en la orilla de su blusa, con la muñeca bajando la blusa y casi obligándolo a que tocara uno de los senos hinchados.
Podía oler la excitación de Lucy en el aire combinado con su sudor, la tierra húmeda de los alrededores junto con el selectivo olor de mis árboles y pinos.
Apretó sobre su mano el la piel del seno cuando ella tuvo ambas manos sobre su pene, moviendo las, con los dedos entornados alrededor moviéndolos con lentitud.
Definitivamente le gustaría tener más luz y poder ver con más claridad a Lucy.
Sintió el cuerpo bajo su mano moverse nuevamente, y Lucy se inclinó una vez más, alzando el trasero un poco más, abriendo las piernas y separando las rodillas bajo la boca sobre el abdomen, donde la camiseta, que ella misma había alzado, no lo cubría y comenzaba la cicatriz en X.
Sintió mis labios y los dientes morder ligeramente, ella movió su cuerpo, acercándose aún más a él y sintió como sostenía el pene en sus manos, deteniendo sus movimientos, Natsu alzó la cadera buscando sentir ese placer que le transmitía el simple hecho de sentir su calor.
Sintió la pequeña hendidura que tenía el pene en el glande chocar contra la piel de Lucy. Gimió con fuerza cuando ella lo restregó contra su pecho, entre el valle que había entre ambos senos, casi rozando su mano, y sin acercarse tanto a los grandes pedazos de grasa.
-Lu...Lucy- busco entre los dedos el pezón, arrugado y firme, Natsu supuso era culpa del frío, y lo apretó, frotándolo con la yema del dedo, quería hacerla decir placer, deseo con fuerza poder moverla y meterse el pezón en la boca y succionar con tanta fuerza que lo dejara seco.
Volvió a mover la cadera, usando la planta de los pies para sujetarse y su espalda recargada sobre la chimenea, cuando Lucy lo volvió a meter a su boca.
El cambio de temperatura lo animó. Lucy gimió en su boca, no estaba seguro porque, pero ella lo hizo, obligando a su garganta crear un movimiento único que había descubierto, era de sus favoritos.
La escucho atragantarse una vez más y disfruto.
El sentir el calor de la boca de Lucy, la textura que había sobre la lengua y el paladar, lo emocionaba, pero sentir los músculos de la garganta moverse sobre el glande y escucharla atragantarse cada vez que entraba a su boca, lo hacían querer correrse dentro de su boca.
Y en su hermoso rostro.
-Lucy…- gruñó desde el fondo de su pecho y ella se movió el cabello. Natsu siguió moviendo las caderas con ímpetu - Me voy a … me voy ...
Al estar la luna más en alto, logró ver cuando ella alzó los ojos y las lágrimas que se acumulaban sobre las orillas amenazaban con caer y terminar de arruinar el maquillaje.
Dentro de su ser donde horas atrás había miedo e inseguridad, en ese momento se llenó de un nuevo instinto, que tuvo gusto al verla llorar.
Llorar por gusto o por placer tendría que esforzarse un poco más para descubrir la diferencia entre ambos.
Lucy succiono, ahuecando sus mejillas y creando una fuerza que venía desde la garganta, Natsu observó las estrellas y se preguntó si los seres lo estaban observando convertirse en gelatina ante las administraciones de Lucy. Se preguntó si Lucy se sentía así cuando él era quien buscaba darle placer.
¿Acaso sentía lo mismo cuando él succionó sobre su clítoris?
Por qué la había visto convulsionar cuando él había aquella acción, y el estaba a seguro de hacer lo mismo, pues Lucy había dejado el movimiento de su mano y la había bajado, con lentitud, convierta de saliva, hasta los testículos.
Sintió el pulgar presionar entre la extraña separación que tenían y la piel arrugada que los cuidaba. Usó ese mismo pulgar para masajearle en esa zona, bajando aún más, buscando la piel plana.
Natsu no estaba seguro de querer sentir aquello en ese momento.
-¡Lu-Lucy!- el gemido que salió de su boca fue poco masculino pero lleno de ese poder que usaba sobre ella.
Lucy subió los ojos, con la boca hundida y las mejillas infladas, Natsu apretó el pezón entre los dedos y decidió por un fin dejar la loza y mover esa mano hasta la cabeza de la rubia, metió los dedos entre el cabello, que aún tenía la marca de la liga elástica y el listón donde había estado sujeto todo el día, y sujetó con fuerza, para empalmar aún más su pene con la boca de Lucy.
No tardó mucho en tener un orgasmo.
Sus músculos se contrajeron sobre los testículos que ella sujetaba y con un poco de esfuerzo, logró esperar hasta que Lucy decidiera donde terminaría todo rastro de su semen.
Lucy lo sacó de su boca, haciendo un ruido tan obsceno que Natsu sintió un poco de vergüenza, pues al no ser él quien tuviera el control, no pudieron durar más tiempo allá de lo adecuado.
Su orgasmo fue lento y placentero, salpicando su rostro, su cuello y su pecho de fluido blancuzco.
Si cada vez que ella estuviera sangrando, ese iba a ser lo único que iba a recibir, Natsu estaba gustoso con los brazos abiertos a aceptar.
A pesar de todo eso, seguía deseando estar dentro de ella.
No te conformes, dijo la voz, pues Natsu sabía que como él deseaban tenerla sin importar lo mucho o poco que estuviera sangrando.
Extendió la mano buscando su cabeza, entre los huesos del coxis donde al estar de rodillas, la piel de la cadera se juntaba con la de los muslos y creaba un espacio resaltado de carne que podía sentir entre los dedos.
Soltó un quejido cuando Lucy le golpeó la mano anticipando sus intenciones.
-Te dije que no- le regaño mientras usaba su mano para quitar los restos de semen que tenía en la mejilla, limpiando su propia mano sobre la blusa.
-Solo déjame tocarte- se quejó Natsu cuando quiso volver a tocarla y Lucy repitió la acción con más fuerza, poniéndose de pie aún limpiando rastros del pecho.
-No- Natsu arregló sus pantalones y no se preocupó mucho en cerrarlos pues un segundo después, Lucy estaba caminando hacia la orilla del techo, tambaleando sobre las lozas.
-Luceee- se apresuró a ir detrás de ella, antes de que la pudiera agarrar para ayudarla a bajar, ella brinco sin ningún problema, siendo recibida en el suelo con las botas del traje de Cancer.
-Pero tú sí me tocaste- la siguió dentro de la casa, cerrando la puerta detrás de sí, la vio entrar en el baño y se movió con rapidez a la orilla de la puerta para verla limpiar con agua los restos secos sobre su piel y unos cuantos mechones del cabello.
-No me importa- le contestó después de había limpiado lo correspondiente, lo hizo a un lado con facilidad, Natsu se sintió ligeramente herido al ser hecho a un lado con tanta facilidad.
Ella entró a la habitación, quitándose la blusa manchada, tomando una de Natsu de entre el montón de ropa que suponía, estaba limpia.
Natsu se desistió rápidamente al verla entrar a la cama.
-Me siento usado- una vez más se quejó al acercarse a ella. Buscando su cintura, queriendo estar cerca al menos al dormir, pero siendo recibido por aire y un pie sobre el estómago que le impedía acercarse.
-Déjame dormir- declaró Lucy, cerró los ojos y lo ignoró.
Gracias por leer.
