Naruto caminó tranquilamente por el bosque. Se había despertado mucho antes de lo habitual y no le apetecía volver a dormir, así que decidió salir a dar un paseo. La mañana era agradable. Cielo despejado, un ligero viento fresco y la vida natural. Le gustaba el panorama. Además, tal vez se volviera a topar con el chico que se parecía a una chica.

Se detuvo cuando vio una persona. Miró y sí, era la misma persona. Llevaba el mismo kimono rosa que le había visto usar la otra vez. Parecía que estaba recogiendo hierbas esta vez también. Se acercó tranquilamente y con cuidado para no asustar al joven. Con un poco de suerte, descubriría si sus sospechas anteriores eran ciertas o infundadas.

-Hola, ¿necesitas ayuda? - se ofreció el rubio.

El pelinegro se sobresaltó un poco por su presencia, pero se relajó al ver que no tenía malas intenciones.

-Umm, claro, muchas gracias - le sonrió cálidamente.

El ojiazul vio las plantas que había recogido hasta ese momento. Algunas no le sonaban de nada, y eso le inquietaba. Las que sí reconocía no tenían propiedades médicas que él supiera, lo cual lo inquietaba aún más.

Otra vez le hubiera gustado usar el pulso de chacra para comprobar sus niveles de chacra, pero sabía que aún no lo tenía lo suficientemente refinado. Si realmente fuera un enemigo, se estaría descubriendo y las cosas podrían salir mal, muy mal.

-Si no te importa la pregunta, ¿para qué son estas plantas?, tengo cierto conocimiento sobre plantas y medicinas, y no reconozco algunas - le dijo en un tono ocioso.

-Para la circulación principalmente. Mi padre ha tenido problemas con la circulación desde hace un par de días y quiero ayudarlo a ponerse bien - le respondió suavemente.

Las alarmas empezaron a sonar en la cabeza del Uzumaki. El hecho de que cambiara las hierbas que recogía era una cosa, ya que no era el mismo día que se conocieron en el otro reinicio, pero esa explicación no ayudaba. ¡La utilidad de las otras hierbas y estas no eran lo mismo y se ajustaban demasiado bien a Zabuza!

-Me llamo Haku. ¿Y tú? - salió de sus pensamientos ante la pregunta.

-Naruto Uzumaki. Encantado - se presentó con una sonrisa forzada.

-Dime, Naruto san, eres un shinobi, ¿verdad?

-Sí, lo soy. ¿Por qué?.

-Dime, ¿tienes alguien precioso para ti?

Incluso si esa era la segunda vez que le hacía la pregunta, su mente no pudo evitar evocar las imágenes de los Ichiraku, Konohamaru y sus amigos, Iruka sensei y su belleza lavanda.

-Sí, los tengo - respondió con una sonrisa sincera esa vez.

-Entonces te volverás realmente fuerte. Yo creo que las personas nos volvemos realmente fuertes cuando tenemos alguien precioso a quien proteger - le dijo mientras se levantaba y se iba - Ah, y por cierto, soy un chico.

No reaccionó ante la confesión. Seguía pareciéndole increíble que fuera un chico con lo femenino que parecía y se vestía, pero ya no había sorpresa.

Suspiró. Era casi un hecho en su mente que el tal Haku era el usuario de hielo que acompañaba al espadachín. Ahora la pregunta era qué hacer con eso. Aunque no le gustara admitirlo, era probable que tuviera que pasar por varios reinicios más, por lo que sería inteligente que la próxima intentara obtener información de ese sujeto.

Luego recordó las últimas palabras que le dijo. Eran bastante reveladoras si te parabas a pensarlas. Su creencia en que una persona era fuerte cuando protegía a alguien precioso decía mucho de su carácter. Probablemente daría su vida por un ser querido. El hecho de que llamara a Zabuza su padre en esa conversación significaba que lo quería mucho y estaba claro que haría cualquier cosa por ayudarlo

Se levantó, aún analizando la conversación para poder obtener cualquier dato útil. Se giró y empezó su camino de vuelta. Probablemente su sensei hubiera vuelto a mandar a Sakura a buscarlo. Y, tal como pensó, no muy lejos se encontró con su compañera de equipo.

Tuvieron la misma conversación que la otra vez, aunque el jinchuriki no fue tan cortante ya que no estaba tan irritado. Durante el camino de regreso a la casa del cliente, el rubio volvió a darle a la pelirrosa una lista de métodos de entrenamiento, consejos y recomendaciones para su carrera. La kunoichi se alegró de tener una buena memoria y pudo memorizar todo lo que le dijo su compañero.

El desayuno transcurrió en silencio. Nadie tenía nada que decir o contar. Una vez que todos terminaron, se dedicaron a lo suyo. Inari se subió a su habitación a cavilar. Tsunami empezó a hacer las labores de la casa. Tazuna se fue a preparar las cosas para el día siguiente volver al trabajo, y a beber a escondidas de su hija. Sasuke continuó con el ejercicio de caminar sobre los árboles. Sakura empezó el régimen de entrenamiento que le había indicado su compañero de equipo. Naruto y Kakashi se fueron a un claro para el entrenamiento del primero.

Una vez llegaron al lugar del día anterior, el peliplateado se dirigió a su alumno.

-En primer lugar, me gustaría disculparme por lo de ayer. Sé que no estuvo bien de mi parte afirmar que estabas mintiendo sin darte la oportunidad de probarlo - le dijo con arrepentimiento en su voz.

-Disculpas aceptadas. Pero quiero que sepas que NUNCA exagero ni miento sobre mis habilidades. Como dice el viejo dicho shinobi: "si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no temas el resultado de cien batallas; si te conoces a ti mismo pero no a tu enemigo, por cada batalla ganada perderás otra; si no conoces al enemigo y no te conoces a ti mismo, perderás cada batalla". Puede que no siempre pueda conocer a mi enemigo, pero quiero estar seguro de conocerme a mí mismo para al menos tener la posibilidad de ganar.

El antiguo capitán anbu asintió. Era sorprendente que alguien tan joven conociera ese dicho y actuase a partir de él. Por lo general, los jóvenes no lo conocían, y aquellos que sí lo conocían no le prestaban atención.

-Bueno. Comencemos con tu entrenamiento. ¿Con qué quieres ir primero?, ¿técnica nueva o kusarigama?

-Kusarigama. Los jutsu puedo aprenderlos rápidamente con kage bunshin, pero no la destreza en el uso de un arma.

El invocador de perros volvió a asentir. Era un pensamiento lógico y sensato. Aunque era consciente de que su actitud en la academia era una máscara, conocer al auténtico Naruto estaba siendo una sorpresa tras otra.

-Muy bien. Muéstrame lo que tienes.

El ojiazul sacó la kusarigama de su sello y le mostró lo que había desarrollado.

El hijo del Colmillo Blanco miró maravillado su estilo. Le recordó un poco el estilo de manejo de espadas que usaba Kushina.

-¿Qué opinas, Kakashi sensei?

-Debo decir que está muy bien para algo que has desarrollado de la nada. Pero puedo ver algunos defectos aquí y allá. Crea un clon para que lo haga. Luego ven aquí y te señalaré dónde están las fallas.

Las próximas dos horas se centrarían en su estilo de kusarigama. El estilo era principalmente defensivo en ese momento, pero realmente haría daño si alguien se acercaba. Tendría que configurarlo más tarde para que fuera más ofensivo. También le enseñó el jutsu raiton: bestia de rayo rastreo de colmillo.

Le hubiera gustado continuar ayudándolo con todo, pero tenía que revisar a sus otros dos estudiantes. El Uzumaki lo entendió y le avisó que le había dado a la Haruno un régimen de entrenamiento esa mañana. El Hatake asintió bastante feliz por ese hecho y se fue.

El jinchuriki aprovechó el resto de la mañana y la tarde para seguir entrenando con su kusarigama, intentando desarrollar un estilo más ofensivo. Sus clones se encargaron de dominar la técnica de rayos. En el anterior reinicio no lo usó en la batalla porque era algo inestable. Esperaba poder usarla en este y ver qué pasaba.


Hola, espero que os haya gustado el capítulo. No sé si lo habréis notado, pero la cita que ha hecho Naruto era del libro "El arte de la guerra" de Sun Tzu. Me gustó y la uise poner. Espero que a vosotros también os haya gustado.

Comentarios a las reseñas:

carlos29: gracias, me alegra que te haya gustado.

EddieSL: desde luego, y gracias por los ánimos.