Capítulo IV:


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MIENTRAS LLORAS

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Bienvenidos al penúltimo año.

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¿Puedes pasar por nosotros? Te esperamos en casa de Sakura.* Naruto.

Releyó el mensaje de Naruto como por décima vez, aún dentro de su coche. Había llegado a su casa hacía como diez minutos y estaba estacionado en frente con el motor apagado como un idiota con miedo a verla .

Guardo el móvil en el bolsillo de su pantalón y bajo del vehículo, la alarma sonó detrás de él y su mano golpeó tres veces la puerta de entrada.

Uno.

Dos.

Tres.

―Al fin llegas― La sonrisa de Sakura se borró al instante cuando vio quien era ― Sasuke― Susurró y creyó que lo había dicho tan bajito que él no la había oído.

―Naruto me pidió que los pasara a buscar― Comentó sin interés.

―Él aún no llega―

―Los espero en el coche entonces― Dijo volviendo sobre sus pasos, así evitaría estar a solas con ella.

―No― Lo detuvo, Sasuke alzó una ceja volviendo a la posición inicial y Sakura pensó que quizás podía oír su corazón de lo fuerte que palpitaba ―Pasa― Le ordenó abriendo más la puerta.

Sasuke entro a aquella vieja casa que conocía a la perfección y el corazón de Sakura aumento la velocidad cuando el perfume del Uchiha la envolvió. Ya se habían visto en clases esos últimos días pero no habían estado solos desde su cumpleaños - desde que hicieron el amor por primera vez- porque eso no fue sexo, al menos para Sakura no lo era. Cerró la puerta y se encaminó a la cocina, el pelinegro la siguió sin decir nada.

―Me estaba por cambiar― Susurro rompiendo el silencio ― Mis hermanas no están y mi madre está trabajando― Comentó.

Y miles de ideas cruzaron por la mente del Uchiha.

―¿Quieres algo de beber? ― Sasuke solo negó con la cabeza, apoyándose en el marco de la puerta y cruzando sus brazos delante de su pecho ―¿Quieres hablar de lo que paso en tu cumpleaños?― Se animo a preguntar y si Sakura no hubiera estado tan concentrada en cómo se marcaban los músculos de sus brazos por debajo de la camisa negra hubiera notado la expresión de incomodidad en el rostro del Uchiha cuando recordó como se la cogió en su cumpleaños hacía apenas dos semanas.

―Dejémoslo así― Dijo restándole importancia, de seguro culpando al alcohol por lo que habían hecho.

Sakura no supo que le dolió más, si sus palabras o el hecho que le restara importancia a algo que para ella era tan importante.

―Bien― Murmuró de mala gana dando media vuelta, su móvil vibro sobre la mesada de la cocina.

En veinte estoy.* Naruto.

―Naruto viene en unos minutos― Le dijo aún de espaldas contestando el mensaje de su novio.

Sasuke la observó en silencio, llevaba una remera color naranja que le quedaba grande - el Uchiha calculaba que era de Naruto- y estaba descalza, tenía su corto cabello suelto y laceo, aún no había acabado de maquillarse pero para Sasuke se veía hermosa.

―Iré a terminar de arreglarme― Murmuró dando media vuelta pero su corazón casi se detuvo cuando encontró al Uchiha demasiado cerca de ella.

No sabe en qué momento se aproximo tanto pero era como si el cuerpo de Sakura tuviera un imán con el suyo. La pelirrosa lo miró embobada y el ego del Uchiha aumento cuando la sintió temblar entre sus brazos apretándola entre la encimera de la cocina y su cuerpo.

―Sasuke― Susurró y sintió que se mojaba más cuando el Uchiha acarició su mejilla con la yema de sus dedos.

No podía creer lo patética que se veía, ahí toda excitada por alguien que solo la veía como una amiga o peor como la novia de su mejor amigo.

―¿Cuánto demora?―

―Veinte minutos― Y Sakura no acabó de terminar la frase cuando él ya la estaba besando.

Si, estaba mal. Si, era la novia de su mejor amigo. Si, era un maldito bastardo.

¿Y qué? Eso a él no le importaba.

La abrazó con fuerza atrayéndola a su cuerpo, Sakura sintió la erección del Uchiha a través del pantalón y él la levantó haciendo que se sentara en la mesada de la cocina, se coloco entre sus piernas y enredó sus dedos en el corto cabello de la chica. Sakura lo besó con fuerza apretándolo con sus piernas y haciéndole notar lo húmeda que estaba, lo había extrañado tanto, su olor, su piel, su cabello, todo de él le encantaba.

―¿Estás seguro?― Le preguntó agitada cuando él se alejo de ella y le quitó la ropa interior.

―No― Le respondió con una sonrisa de lado y Sakura mordió su labio inferior con fuerza.

¿Cómo podía ser tan atractivo? ¿Cómo podía gustarle tanto?

El Uchiha sonrió egocéntrico ante el gesto de la chica y se desbrochó el cinturón, bajo el cierre de la bragueta y Sakura no pudo evitar abrir los ojos cuando vio el miembro de Sasuke. Ya lo había visto la última - y primera- vez que estuvieron juntos pero no se detuvo a observar lo grande y grueso que era. Y si, las chicas tenían razón. El Uchiha cogía como los dioses.

―¿Te gusta?― Le preguntó él orgulloso cuando notó como miraba su pene, ella sonrió de lado sonrojada y asintió mordiendo su labio inferior.

Eso solo hizo que la verga se le pusiera más dura. Si no fuera porque solo tenían veinte malditos minutos la pondría de rodillas y la obligaría a chupársela hasta acabar y tragarse todo. La penetró despacio solo para ver su cara de satisfacción pero no pudo disfrutarla mucho porque Sakura lo agarro de la nuca y lo besó.

―¿Sabes que te quiero?― Le susurró la pelirrosa al oído.

Y entonces acabo dentro de ella. Esas dos simples palabritas Te quiero lo habían hecho venirse en menos de diez minutos. Genial, ahora tenía que salir de dentro de ella. Sakura se bajó de prisa tomando su ropa interior del piso y se encaminó a la puerta sin mirarlo.

―Me voy a terminar de cambiar―

Sasuke no respondió solo dio media vuelta acomodando su pantalón y abrochándose el cinturón, se lavo las manos y encendió un cigarrillo, el sonido del timbre lo despertó de su ensoñación.

―¿Ya están listos?―

Naruto, había llegado.

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―¿Nos vamos? ―

Ambos la observaron parada a unos metros de ellos en la escalera. Ella les sonrió - como solo ella sabía hacerlo- llevaba unas zapatillas blancas, un pantalón de cuero algo holgado y que se ajustaba a su cintura con un elástico y un crop top semi trasparente color negro manga larga. El cabello laceo, las pestañas muy largas -postizas- demasiado rubor en sus pálidas mejillas y los labios muy rojos.

A los ojos de Naruto, Sakura era la mujer más hermosa del mundo.

A los ojos de Sasuke, Sakura era la única mujer en el mundo.

Ambos se miraron de reojo y volvieron a ver a su mejor amiga y al amor de sus vidas bajar los pocos escalones que le quedaba y aproximarse a ellos.

Mi vida.

Mi amor.

―Estoy lista―

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Sasuke vio a Naruto beberse la quinta lata de cerveza. Era bien sabido que el Uzumaki no era buen bebedor rodó los ojos fastidiado por la escena de su amigo y la observo entrar a la cocina, detrás de ella iba Sasori.

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―Sakura―

Ella sonrió de lado coqueta y el pelirrojo se posiciono detrás de ella rosándole el trasero con su entrepierna y entonces sacó lo que ella tanto quería, una pequeña bolsa de cocaína del bolsillo y la movió de derecha a izquierda ante su vista. Los ojos de Sakura brillaron ante ese polvo blanco y lo tomó de prisa con la mano izquierda.

―Me la tienes que pagar, muñequita― Murmuró sádico y Sakura quiso escupirle la cara.

―Esta Naruto. No puedo―

―Entonces me la devuelves hasta que me pagues― Dijo y apretó la muñeca de la chica para que abriera la mano y le devolviera la bolsita blanca.

Sakura se quejo por lo bajo aun con la mano cerrada. No pensaba devolverle nada.

―Sakura―

Ambos voltearon observando al Uchiha menor parado en la entrada de la cocina y Sakura suspiro aliviada liberándose del agarre en su muñeca. Apretó la bolsita en su mano evitando que Sasuke la viera. Sasori retrocedió unos pasos alejándose de la chica, no porque le tuviera miedo a ese mocoso sino porque no quería problemas con Itachi.

―Naruto esta vomitando en la sala― Volvió a hablar serio y aunque le hablaba a Sakura sus ojos no se despegaba del pelirrojo ―¿Me ayudas? ―

Sakura suspiro aliviada asintiendo y se dirigió a la puerta de la cocina. Paso frente a Sasuke y sintió la mano del chico apoyarla en su espalda para ayudarla a pasar y dejarle bien en claro al No Akatsuna que Sakura no estaba sola. Que aunque nadie lo supiera era suya.

Ambos se dirigieron en silencio a la sala y Sasuke noto como la chica metía la cocaína a escondidas en su bolso.

―Naruto― Lo llamo Sakura acercándose a su novio ―Es hora de irnos, mi vida―

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Lo recostaron en la cama de la pelirrosa. Sasuke se alejo unos metros mientras Sakura lo arropaba con las mantas. Naruto sonrió atolondrado por el alcohol y la observo a los ojos desde la cama y Sakura supo que nunca nadie la miraría con tanto amor como lo hacia Naruto.

Te quiero

Y eso le partió el alma.

La de Sasuke. La de Sakura ya estaba echa mierda. No pudo seguir viendo la escena. Dio media vuelta y bajo a la sala.

Ella beso la frente del rubio en un gesto maternal acomodando las frazadas y dio media vuelta tomando una sudadera gris de arriba de la cama. Se quito los zapatos colocándose unas graciosas pantuflas en forma de chanchito color rosa y se coloco la sudadera sobre el top. Esta le quedaba bastante holgada cubriendo la mitad de sus muslos y se dejó el pantalón de cuero que llevaba puesto. Bajo las escaleras despacio y lo vio de espaldas. Supo que algo andaba mal cuando vio su bolso abierto sobre la mesita de centro.

―¿Qué haces?― Ella ya sabía lo que hacía pero lo corroboro cuando Sasuke se dio vuelta y le enseño la pequeña bolsita con el gramo de cocaína.

―¿Ahora consumes esta porquería?― Ella no le contesto pero se acercó más a él ―¿Te la da Sasori? ¿Qué le das a cambio por esta mierda? ¿Te lo coges?―

Ella quiso golpearlo por lo que dijo. Pero la realidad era que tenía razón. Había caído tan bajo que se cogía a ese infeliz por un gramo de merca.

―Si― Sasuke la miro sorprendido por su respuesta ―¿Ahora me la das?― Él apretó más la bolsa entre sus dedos ―¿Te preocupas por mi? ― Murmuró coqueta y se acercó a besarlo.

Él le dio vuelta el rostro alejándose y ella terminó apoyando sus labios en su mejilla. Acababa de hacerle lo mismo que le hacía a todas las chicas.

―Naruto esta arriba― Comento lo obvio.

―Eso no te importo hoy a la tarde mientras me cogías en la mesada de mi cocina―

Él la miro serio aunque sabía que tenía razón. Naruto no le importaba, al menos no en ese momento. Él siempre sospecho que algo andaba mal en Sakura pero jamás pensó que se drogaba. La miro a los ojos. Se veían rotos, tristes, cansados. Agotados. Muertos.

―¿Desde cuando? ― Le preguntó.

―Desde que Konan se suicido―

En realidad un poco antes pero no podía entrar detalles con él.

―Lo siento―

―¿Por la droga o por cogerme en la cocina?―

Él no pudo evitar largar una risita vacía ante su chiste sin gracia.

Molesta― La insulto y la abrazo con fuerza.

Sakura se quedó muy quieta en el lugar, eso no lo veía venir. Sus brazos quedaron colgados a cada lado de su cuerpo y sintió como el azabache apretaba más sus brazos sobre su espalda y pensó que en cualquier momento se rompería en mil pedazos. Sintió su respiración en el oído y entonces lo abrazo, clavo sus dedos en su espalda apretando la tela de su camisa y sintiendo el calor emanar del cuerpo del Uchiha.

―Porque nunca te pregunte si estabas bien― Le dijo el chico en su oído.

Ella cerró los ojos con fuerza evitando llorar ante su respuesta y se separo de la única persona que realmente le interesaba como se sentía luego de que su hermana había saltado de un veinteavo piso.

―¿Café?―

Él asintió aceptando.

―Y eso es mío― Murmuró quitándole la bolsita de cocaína de la mano y la guardo en el bolsillo de su sudadera mientras se marchaba a la cocina.

Sasuke quiso quitársela pero seria en vano. Sabía que de una u otra forma ella conseguiría más.

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Se sentaron en los escalones de la pequeña escalerita de la entrada de la casa de la pelirrosa, no había nadie en la calle a esa hora. Ella se arropó con una ruana de lana color verde y apretó la taza rosada entre sus manos sintiendo el calor. El aroma a café inundó sus pulmones y tomó un sorbo sintiendo como el líquido caliente calentaba sus tripas. Sasuke hizo lo mismo junto a ella.

―Esta amaneciendo― Comentó.

Sasuke se quedó callado pero ella sabía que la escuchaba. Una ráfaga de viento lo hizo temblar. La pelirrosa dejó la taza de café a un lado y lo observo unos segundos.

―Hace frio―

―Hace frio― Confirmo él dejando la taza de café a un lado y Sakura se quito la ruana y la paso por los hombros de Sasuke para envolverlo.

Él la miro como nunca lo había echo, como solo se permitía verla un domingo a las cinco y treinta de la madrugada.

―Ven― La llamo abriendo los brazos y junto a ellos la ruana.

Ella sonrió, se acercó más a él hasta quedar casi pegados y apoyo los brazos en las rodillas de Sasuke recostado su cabeza sobre sus propios brazos.

―Mi amor― Lo llamo y aunque no podía verlo porque su cabeza estaba mirando la calle sabia que la oía ―Gracias por estar conmigo ―

Él la envolvió entre sus brazos y la ruana de lana y apoyo su cabeza sobre la de ella. Sus labios quedaron justo en su oído. Tembló al sentir su respiración tan cerca.

―Gracias por estar conmigo, molesta

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Naruto los observo desde la ventana y realmente quiso ser él quien la abrazara esa noche.

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