Disclaimer: Los personajes de la historia que narro a continuación pertenecen a J.K. Rowling, así como todos los derechos que provengan de ella. Escribo sin ánimo de lucro, con respeto y la única intención de entretener.
Nota: He tardado mucho, pero como siempre… vuelvo. Porque estos drabbles son una de mis obsesiones. Hacía mucho que quería hacer uno de Draco como padre, y sé que muchos queríais leerlo, así que… ¡aquí está! Me ha gustado bastante, así que no descarto repetir. En este caso, no han sido gemelos… es un bebé… de momento.
Acepto peticiones, ¿algo en particular que os gustara leer sobre Luna y Draco? ¿Algún momento de su relación? Sé que no actualizo tan seguido como debería… así que ofrezco la posibilidad de darme ideas, si queréis. Ojalá disfruten de este trocito. Y ojalá, dejen reviews con lo que piensan.
Gracias por seguir ahí.
PADRE
⸺¡Lumos!
El haz de luz iluminó el rostro de Draco mientras recorría el pasillo. Con pasos suaves, imperceptibles sobre el suelo enmoquetado que recorría casi toda la casa, fue acercándose hasta la puerta entreabierta situada justo en frente de su dormitorio.
Bajó la varita para que la claridad del hechizo iluminara sus pasos. No quería pisar algún juguete y despertar a Luna.
Despacio, fue aproximándose dentro de la estancia, hasta situarse justo delante de la cuna. Apartó el dosel, sonriendo a la pequeña carita bañada en lágrimas que le miraba con anhelo. Los ojos azules, brillantes, se posaron en él y dos bracitos se alzaron, mendigando un contacto que Draco no iba a tardar en satisfacer.
Apuntó a las lámparas y la luz se hizo en todo el dormitorio, revelando un mobiliario infantil en tonos blancos y turquesas. Todas las comodidades del mundo mágico y Muggle en cuanto a la crianza y bienestar de un bebé podían encontrarse en aquella habitación. No habían reparado en gastos ni extravagancias. Prueba de ello eran las tres escobas voladoras que colgaban de la pared, y que el pequeño bebé no podría usar hasta dentro de varios años.
Draco había querido que su hijo lo tuviera todo, incluyendo, por supuesto, una familia cariñosa junto a él.
Guardó la varita en el bolsillo de su pantalón de pijama de raso negro y extendió los brazos para agarrar a su hijo. El pequeño gorjeó de alegría, pegándose al pecho desnudo de su padre en busca de calor. Draco sonrió, besando su cabello rubio y meciéndolo de un lado a otro, intentando calmar la inquietud del niño.
⸺¿Qué pasa, amigo? ⸺susurró, envolviéndolo en sus brazos y mirándole con ternura. ⸺¿Te han despertado los elfos domésticos? ¿Hay Nargles bajo tus sábanas? ¿las fotografías de tu tío Ron que tenemos en casa te han asustado?
El niño hizo un mohín, lloriqueando otra vez. Draco decidió ser práctico para evaluar la situación. Teniendo en cuenta que el bebé no olía mal… sus pañales estaban limpios. Por lo tanto, ese no era el problema.
Se movió por la habitación, tumbando al bebé entre sus brazos e intentando en vano ponerlo a dormir para regresar a su cama. Le esperaba un día duro en Gringotts al día siguiente y no tenía intención de empezarlo con falta de sueño. Intentó cantar alguna cosa… pero los Malfoy jamás habían tenido una voz apropiada para tales hazañas. Aunque por lo visto, cada generación era más ruidosa que la anterior.
⸺Lorcan Scorpius Malfoy, duermes en la cuna más cara que los galeones pueden comprar, ¿por qué estás tan enfadado?
El niño soltó un chillido, pegando su cara al torso níveo de Draco. Él enarcó una ceja al notar el intento de succión, y luego sonrió. Había descubierto el misterio. Hambre. Tan simple como eso. Su hijo quería comer.
Draco se planteó ir a la cocina y preparar un biberón, pero estaba cansado y Lorcan era muy dictador en cuanto a sus comidas. Él no lo criticaba, por supuesto. También habría renunciado a comer otra cosa si la alternativa eran los pechos llenos de Luna.
⸺Quieres a tu mamá, ¿no es cierto? ⸺Levantó al bebé, mirándose a sí mismo en su pequeña carita compungida. ⸺Pequeño tirano… no puedo culparte por eso. Yo la quiero también.
Sosteniendo el peso de su hijo con un solo brazo, Draco usó el otro para recuperar la varita y apagar las luces. Volvió a recorrer el pasillo y entró a la penumbra de su propio dormitorio. La gran cama presidía la estancia y en ella, un pequeño bulto se removía. Despacio, Draco se inclinó hasta besar el hombro de Luna, que abrió los ojos de inmediato. Las madres tenían el sueño ligero.
⸺Alguien tiene un reclamo que hacerte. ⸺Explicó Draco, acercando a Lorcan a la cama. ⸺Y aunque me gustaría… no soy yo.
Luna se incorporó, apartando los largos mechones de pelo de su cara y estirando los brazos. El bebé emitió lo que Draco llamaba "ruidos felices", tan pronto ella lo tuvo en su regazo. Era un niño listo, de eso no cabía duda.
Mientras Lorcan jugaba a sujetarse los pies, acomodado contra el cuerpo de su madre, ésta se trenzó el pelo con velocidad, dispuesta a alimentarlo antes de que el llanto volviera a poner la casa patas arriba. Llevaba puesta la camisa de seda del pijama de Draco. Las iniciales de su marido estaban bordadas con hilo de oro en las solapas del cuello. La prenda olía a él, por eso a Luna le gustaba llevarla.
En cuanto estuvo lista, se desabotonó la camisa y tomó al bebé, acercándolo a su pecho mientras Draco se acomodaba a su lado, sin perder detalle de la escena. Lorcan comenzó a succionar en el acto, abrazando el cuerpo de Luna con sus pequeñas manitas.
⸺Quería a su mamá ⸺susurró ella, mirando a Draco con una sonrisa.
⸺Por supuesto que sí. ¿Quién no te querría? ⸺Tumbado boca arriba, Draco dobló el brazo izquierdo para colocarlo bajo su cabeza. Parte de la Marca Tenebrosa quedó a la vista. ⸺Empezaré a llorar de vez en cuando si con eso consigo que te desnudes.
Luna soltó una risilla, meciéndose apenas para provocar el sueño en Lorcan, cuyos ojitos grises estaban fijos en ella.
⸺Nunca has necesito trucos para conseguir eso, Draco.
Él sonrió con petulancia, manteniendo los párpados abiertos a pesar de lo cansado que estaba. Había pasado el día en Azkaban, y aunque el agotamiento mental y físico había hecho mella en él, observar momentos como el que ahora veía le ayudaba a tener recuerdos felices con los que enfrentar a los Dementores en su trabajo.
Su esposa amamantando a su hijo… era un remedio poderoso. Una visión así hacía un Patronus imponente.
⸺Deberíamos tener otro bebé. ⸺Dijo sin pesar, haciendo que Luna abriera mucho los ojos. ⸺Pronto.
⸺¿Qué significa pronto para ti, Draco?
⸺Bueno… ⸺se rascó el mentón. Una leve sombra de barba rubia hacía áspero su rostro. ⸺Lorcan irá pronto a Hogwarts…
⸺Tiene un mes, cariño.
⸺El tiempo vuela, ¿no te has dado cuenta? Hace unos días no éramos más que unos niños, y ahora… ⸺Draco se incorporó, acercándose hasta que Luna pudo acomodar la espalda en su pecho. Le gustaba recostarse en él, sentirle como apoyo cuando tenía al bebé en brazos. Así los tres estaban juntos. ⸺No quiero desaprovechar ni un solo momento.
⸺Aún nos queda mucho por vivir como padres. ⸺Luna extendió la mano, enredándola en los despeinados mechones rubios de su marido, que ronroneó de placer. ⸺Me gustaría disfrutar de todas las cosas nuevas de Lorcan antes de trabajar en ampliar la familia otra vez.
⸺¿Detestas la idea de que tengamos otro hijo?
Luna negó con firmeza. Él sabía que ella quería tener una gran familia.
⸺Solo quiero que vivamos cada etapa sin prisas por la siguiente. ⸺Sonrió cuando él la besó en las mejillas. ⸺A veces eres muy ansioso, amor mío. Como si temieras que algo fuera a robarte lo que tienes.
⸺Lo temo. Todos los días.
Y para corroborar sus palabras, Draco envolvió a Luna y Lorcan con sus brazos. Mientras estuvieran allí, bajo su constante mirada, estarían a salvo.
⸺Te prometo que no voy a irme a ningún sitio.
⸺Solo quiero asegurarme de ello. ⸺Una sonrisa lobuna adornó los labios de Malfoy. ⸺Llenarte de hijos es una buena manera de conseguirlo.
Luna chasqueó la lengua y negó, aunque sonreía. Los temores de Draco a perder su familia solían quitarle la paz de vez en cuando, sobre todo cuando pasaba horas en Azkaban y su alegría era cruelmente extraída de su cuerpo. En los días posteriores a las visitas a la cárcel, Luna se llenaba de paciencia y era doblemente cariñosa y atenta con él, esperando que su corazón dolorido recordaba los muchos motivos que tenía para ser feliz.
Lorcan terminó de comer con un suspiro satisfecho. Luna le ayudó a expulsar los gases y luego, lo entregó a Draco para poder vestirse. Malfoy sostuvo con cuidado a su hijo, cuyas mejillas estaban sonrosadas. Parecía saciado y contento, después de haber conseguido la atención de sus dos padres, que se desvelaban juntos con cada sonido que él emitía.
⸺Vamos a convertirlo en alguien mimado y presuntuoso, Luna. Va a pensar que con solo abrir la boca obtendrá cualquier cosa que pueda desear.
Ella le miró enarcando una ceja.
⸺Fui hija única toda mi vida, Draco. Nunca fui una niña mimada, no veo porque Lorcan tendría que serlo.
Malfoy gruñó por lo bajo, pegándose al bebé al pecho.
⸺Es mitad mío, querida. Fui el rey de los niños mimados. Aún lo soy. ⸺Bajó la cara, mirando aquellos preciosos ojos grises, aspirando el aroma a bebé del que no se cansaba jamás. ⸺Y puedes jurar que voy a malcriarlo hasta las últimas consecuencias.
⸺¿Eso tiene algo que ver con las dos nuevas lechuzas que compraste la semana pasada?
⸺Tendrá que escribirnos desde Hogwarts. ⸺Se defendió Malfoy. Mechones rubios cayeron sobre su cara. Luna los apartó con suma paciencia. ⸺Y nos escribirá muy a menudo. No permitiré que te preocupes porque no tengas noticias suyas. Por eso necesitará dos. Una sola no podría hacer tantos viajes.
⸺Lorcan solo lleva en este mundo treinta días, Draco.
⸺Soy un padre previsor. ⸺Zanjó él. ⸺Cuando reciba la carta, estaremos listos.
Luna se mordió una sonrisa, convencida de que Draco jamás estaría preparado para ver salir a su hijo por la puerta. Eso explicaba que quisiera tener otro tan pronto, la idea de que su pequeño se apartara de él le era imposible de aceptar. Ella estaba dispuesta a complacerle, pero… no inmediatamente.
⸺Tienes once años por delante para serenarte, querido. ⸺Luna besó su mejilla. ⸺Más te vale aprovecharlos bien.
Él la miró, incapaz de resistir la tentación de desviar los ojos por todas aquellas curvas que el embarazo había regalado al cuerpo de Luna.
⸺Lo tomaría mejor si tuviera otros hijos con los que ocupar mi tiempo. ⸺Tanteó Draco. ⸺Todos tendrán que ir al colegio… pero de ese modo yo podría dividir mi preocupación.
⸺Estoy segura de que los tendremos. ⸺Luna besó la pierna de Lorcan, que se había adormecido en los cálidos brazos de Draco. ⸺Pero antes… debemos hacer un buen uso del tiempo. Si nos llenamos de bebés demasiado pronto, ¿cuándo tendremos tiempo para hacer vida conyugal?
Aquello pareció aplacar todas las prisas de Draco. Se impulsó con increíble sigilo, incorporándose de la cama sin moverse de cintura para arriba para evitar despertar a Lorcan.
⸺¿Y ahora adónde vas? ⸺le preguntó Luna, al borde de la risa.
⸺A ponerle en su cuna. Necesito tener los brazos libres para ti. ⸺Explicó Draco, recorriendo a grandes zancadas el dormitorio. ⸺Por cierto, querida, ese pijama que llevas es mío.
⸺¿Quieres que te lo devuelta?
Luna soltó un botón. Y después, otro. Draco tragó saliva.
⸺Tardaré menos de un segundo. ⸺Aseguró, saliendo a toda prisa.
Luna soltó una risita, acomodándose sobre las almohadas. Con aquello mantendría distraído a Draco durante unos meses… al menos, hasta que Lorcan fuera capaz de dormir la noche completa. Solo entonces se plantearía buscar un hermanito para él… o hermanita.
Hasta ese momento, disfrutaría de las atenciones de su amoroso marido. Su época de post-parto había pasado y la medimaga la había animado a retomar todas sus actividades… hacer uso del maravilloso cuerpo de Draco estaba lo primero de la lista.
⸺¡No tardes! ⸺exclamó con un susurro, mordiéndose el labio con anticipación. ⸺Me muero de ganas de devolverte tu pijama.
Al otro lado del pasillo, con cuidado y ternura, Draco depositó a Lorcan en su cuna. Cubrió el pequeño cuerpo con las sábanas, acariciando con los dedos las iniciales bordadas del niño. Un inocente capricho, pensó sonriendo, de entre los muchos que estaba seguro de que vendrían.
Se lo quedó mirando unos segundos, mientras movía los labios conjurando hechizos no verbales de protección que se extenderían a lo largo de aquella habitación. Nada tocaría a su hijo mientras a él le quedara un hálito de vida. E incluso después.
⸺Duerme tranquilo, pequeño. Papá estará aquí cuando despiertes ⸺Susurró, extendiendo el dosel a su alrededor. Lo miró emocionado, con el corazón lleno de amor. ⸺Papá siempre estará aquí.
Después, apagó las luces y volvió a su propio dormitorio, donde su esposa esperaba para recibir toda la pasión que Draco había estado reservando para ella. Tal vez acudiría a Gringotts con signos evidentes de falta de sueño en su rostro, pero cuando tuvo a Luna entre los brazos, y sus cuerpos desnudos se encontraron bajo las mantas, supo que era un precio que estaba más que dispuesto a pagar.
