Todos los derechos de Harry Potter son de J. K. Rowling

Capítulo 10.-Un querido amigo

Harry, Hermione, Ron, Neville y Luna corrían a toda prisa desde la puerta del carruaje hasta la cavernosa entrada al vestíbulo del castillo este estaba alumbrado con antorchas estas se sostenían solas y al doblar un segundo después estaba las escaleras de mármol. Un gran chapuzón de agua callo de golpe salpicando a todos por un poco les caía directamente en la cabeza.

-¡No otra ves peeves!-Grito una voz irritada-¡Ve a molestar a otro lado por favor!-

La profesora Mcgonagall, la subdirectora y jefa de la casa de Gryffindor bajo las escalinatas, pero al llegar con ellos se resbalo por el agua y se agarró a Hermione para no caerse.

-Perdón, señorita Granger-

-No se preocupe profesora-Dijo Hermione jadeando por el peso que de un momento a otro soporto.

-¡Peeves, baja aqui ahora!-Bramo la profesora Mcgonagall, enderezando su sombrero.

Peeves salió a toda marcha rumbo al castillo, mientras se reía como loco, le gritaba a los alumnos cosas degradantes y mojaba todos con globos de agua,

-Bueno vamos -Ordeno la profesora Mcgonagall -Todos al gran comedor-

Harry solo pudo sonreír y pensar como su vida hubiera cambiado si en lugar de vivir con los Dursley hubiera estado con Mcgonagall, si pudo haber aprendido magia desde edad temprana, si todo lo que ha pasado hubiera sido más sencillo o si todo viera sido menos confuso, no se dio cuenta que la miraba desde la distancia incluso sus amigos fueron empujados por la gran multitud de alumnos que pasaban obligándolos a subir.

-¡Harry! -Grito Mcgonagall sonriéndole-Sube rápido aqui puedes resbalarte-

Siguió su orden dedicándole una sonrisa, la gran escalinata estaba seca aun así propuso ver donde pisaba pues peeves aún seguía lanzando globos, giro a la derecha y entro por la puerta doble.

El gran comedor, decorado para el banquete de comienzo lucia incluso más increíble que todos los años anteriores, el miedo dentro del paro en cambio sintió el calor de las miles de velas flotando en el techo, continuo hasta la mesa de Gryffindor, pasando por la de Slytherin la cual se rieron a carcajadas, supuso que ya Malfoy ya les había dicho a todos su pequeño show en el tren.

Al llegar a la mesa se encontró con Nick casi decapitado el cual lo saludo cordialmente, Harry devolvió el saludo y se sentó a lado de Hermione y Ron, estos le habían apartado un lugar, un chiflido le llamo la atención venia cerca del final de la mesa de Gryffindor vio a Neville sentado al lado de Fred y George, estos lo saludaron y siguieron hablando.

-Espero que se den prisa con la ceremonia de selección, porque tengo mucha hambre-Dijo Harry Tomando la punta de la túnica y exprimiéndola.

-Claro solo tienes un par de tostadas además de un pastel de calabaza-Dijo Hermione siguiendo la acción de Harry.

Para después tomarlo de la mano por debajo de la mesa, la selección de los nuevos estudiantes para asígnales casa siempre era antes del comienzo del banquete pero por su mala suerte siempre se la perdía. Solo había asistido a la suya.

Harry volteo a ver la mesa de los profesores, el pequeño profesor Flitwick tenía asignada la clase de encantamientos, se sentaba sobre un montón de cojines. A lado la profesora Sprout, su asignatura era herbologia, mantenía una divertida conversación con Sinistra la maestra de astronomía. En otra punta de la mesa se encontraba Snape, era su profesor menos apreciado por sus innumerables formas de molestarlo, si no fuera por el seguramente Harry adoraría pasiones. Después de este había un asiento vacío de seguro de la profesora Mcgonagall.

Y en medio de toda la mesa se encontraba el profesor Albus Dumbledore, el director, su abúndate pelo plateado y su barba brillaban a la luz de las velas, Harry de inmediato sintió las ganar de ir y pedirle que le digiera quien lo había dejado con los Dursley, quien se había metido en medio de un futuro mejor para él, pero no era momento solo deseaba pasarla bien con sus amigos, así que subió la vista el techo tenía la misma apariencia de afuera, era tormentoso.

En ese momento se abrieron las puertas del gran comedor dando a entrar a la profesora Mcgonagall seguida de un montón de alumnos de primer año aun sin casa, si él estaba mojado de pies a cabeza, ellos daban la impresión de haberse dado un chapuzón en el lago con todo y ropa, tal vez no estaba tan alejado de la realidad.

Todos temblaban, excepto un alumno que era muy pequeño aun para su edad, pero tenía un enorme abrigo de piel sobre de él, enseguida supo que era el de Hagrid. El pequeño veía en la dirección de Colín Creevey que cursaba tercer año y vocalizando las palabras "Me caí en el lago" aunque parecía encantado con el accidente.

Entonces el sombrero seleccionador fue traído y puesto sobre un taburete todos estaban expectantes ante el viejo pero magnifico sombrero, se abrió un desgarre en el sombrero y este comenzó a cantar.

Hace tal vez mil años

que me cortaron, ahormaron y cosieron.

Había entonces cuatro magos de fama

de los que la memoria los nombres guarda:

El valeroso Gryffindor venía del páramo;

el bello Ravenclaw, de la cañada;

del ancho valle procedía Hufflepuff el suave,

y el astuto Slytherin, de los pantanos.

Compartían un deseo, una esperanza, un sueño:

idearon de común acuerdo un atrevido plan

para educar jóvenes brujos.

Así nació Hogwarts, este colegio.

Luego, cada uno de aquellos fundadores

fundó una casa diferente

para los diferentes caracteres

de su alumnado.

Para Gryffindor

el valor era lo mejor;

para Ravenclaw,

la inteligencia.

Para Hufflepuff el mayor mérito de todos

era romperse los codos.

El ambicioso Slytherin

ambicionaba alumnos ambiciosos.

Estando aún con vida

se repartieron a cuantos venían,

pero ¿cómo seguir escogiendo

cuando estuvieran muertos y en el hoyo?

Fue Gryffindor el que halló el modo:

me levantó de su cabeza,

y los cuatro en mí metieron algo de su sesera

para que pudiera elegiros a la primera.

Ahora ponme sobre las orejas.

No me equivoco nunca:

echaré un vistazo a tu mente

¡y te diré de qué casa eres!

En el gran comedor resonaron los aplausos cuando termino de cantar el sombrero, pero a Harry le había dado un vuelco el corazón, pues los anillos comenzaron a vibrar de tal forma que solo por un momento pensó que estallarían, cada que el sombrero decía Gryffindor o Ravenclaw estos emitían más calor, tanto que después del canto tenía casi la túnica en llamas.

-No es la misma canción de cuando nos seleccionó-comento Harry, un poco consternado intentando que nadie se percatara de lo sucedido.

-Canta una canción diferente cada año, al parecer tiene unas 100 lleva repitiéndolas durante toda su vida-Dijo Ron –Sabes, es lo único que tiene que hacer después de la selección de casas-

Empezaron a pasar uno por uno cada alumno al decir el sombrero de su casa todos o por lómenos la casa aplaudía y le tendían un asiento a su nuevo miembro. Al pasar el pequeño con la capa de Hagrid fue enviado a Gryffindor, al llegar con su hermano le comento que se había caído en el lago pero algo lo devolvió a la barca, seguramente el calamar gigante, pero nunca lo había visto Harry así que le entro la duda de que había en el fondo del lago negro.

La selección continuo, y la fila se acortaba más y más hasta que dio fin con Whitcy Kevin que fue a Hufflepuff, seguido de aplausos de todo el mundo y dio por finalizada la selección y el principio del banquete.

El profesor Dumbledore se levantó-Solo tengo dos palabras que decir-Sonrió levantando los brazos -¡A comer!-

Enseguida las charolas, copas y toda las mesas se llenaron de diferentes comidas, bebidas y sobretodo de cosas deliciosas, el olor que lleno el gran comedor fue espléndidamente genial, no tardo ni un segundo en comenzar a llenar su plato de comida, al igual que Ron y Hermione

-Esto es lo mejor-Dijo Ron a lado de él.

Una vez terminado el postre Harry se sentía totalmente ajusto, aun muchos no terminaban, Harry se apeno por comer tan rápido, pero no pudo evitarlo ya que él no tenía casi nada en el estómago, Hermione aún estaba comiendo tarta de melaza cuando se escuchó un puff junto a su mano, había una nota que decía, "Afuera del gran comedor, en el pasillo".

Harry se disculpó diciendo que tenía que salir al baño, enseguida le pasó la nota a Hermione la cual se quedaron mirando y viendo como Harry salía del gran comedor. Pero afuera no había nadie, pero se escuchó una voz chillona.

-Harry Potter, señor- Un segundo después un elfo domestico se le lanzo con los brazos abiertos y apretó su estómago tan fuerte que casi le saca su cena recién ingerida, le dio miedo tener que devolver su deliciosa comida.

-¿Do…Dobby?-Dijo entre ahogo y duda.

-Es Dobby mi señor, Dobby esta aqui mi señor-Dijo Dobby separándose un poco y con una sonrisa algo chueca, este tenía la ropa de siempre un trapo viejo y sucio en forma te toga pero parecía recién sacada de algún basurero.

-¿Qué haces aqui Dobby?-Dijo Harry feliz de encontrar al elfo pero inquieto por si algo estuviera pasando.

-Winky le ha dicho a Dobby, si Dobby está feliz, tanto esperando ver a Harry Potter y ahora Harry Potter busca a Dobby-dijo el elfo saltando y gritando.

-¿De qué hablas Dobby?-Dijo Harry algo confundido, lo cual no pasó desapercibido por el elfo, el cual lo miro con esos enormes ojos verdes y se dispuso a golpearse contra la pared pero Harry lo detuvo justo antes de golpearse-Espera Dobby, no es que no te quiera ver ni nada por el estilo, pero estoy algo confundido. ¿Puedes explicarme?-

-Winky le ha dicho a Dobby que si no encontraba trabajo tal vez el gran señor Harry Potter lo quisiera ayudar, que Dobby le podría ser útil-Dijo haciendo una reverencia.

Harry recordó lo que le había dicho a Winky en la copa mundial, se reprendió por no recordar que el pobre Dobby buscaba trabajo y que este aun no encontraba a nadie así que le pareció buena idea escucharlo.

-Así, perdón Dobby no recordaba, ya sabes tanta exaltación desde el partido me ha dejado un poco olvidadizo-dijo Harry soltándolo, para que el elfo se moviera, el cual solo salto de emoción.

-Dobby tendrá trabajo con el señor Potter, me dará trabajo el señor Potter-Dijo el elfo saltando.

-Bien si pero primero veamos ¿que necesitas? y ¿cuáles son tus peticiones?-dijo Harry sentándose en el duro suelo de piedra para estar a la altura del elfo, había crecido desde su segundo curso ahora Dobby lo miraba incluso más hacia arriba.

-Dobby quiere que le paguen señor, quiere llevar ropa y que le paguen, Harry Potter ¡A Dobby le gusta ser libre!-Dijo sonriendo y enseñando los dientes.

-Muy bien Dobby, eso estupendo-Dijo Harry contento de que el elfo estuviera tan feliz después de una vida con los Malfoy y su liberación planeada por el.-Te parecen 10 galones a la semana y los fines de semana libres-

A Dobby se le borró la sonrisa y enseguida puso cara de horror, se estimación un poco-A Dobby le gusta la libertad señor Potter, Pero no tanta libertad, Dobby Prefiere trabajar-

Harry estaba un poco apenado, a decir verdad se dio cuenta de que aquel elfo solo quería trabajar al mismo tiempo que se sentía libre, pero los viejos hábitos no se olvidan-Bien Dobby, dime cuanto quieres y que día quieres librar- dijo Harry acariciando la cabeza del elfo, se sorprendió por un segundo y se apartó un poco.

-A Dobby nunca lo han acariciado, Lo siento señor Potter, a Dobby le gusta pero es nuevo para Dobby-Dijo mientras se observaba las piernas.

-No te preocupes Dobby, ya te acostumbraras-Dijo Harry tendiendo su mano y volviéndolo a acariciar, a lo cual el elfo se mostró feliz-Volviendo a nuestras negociaciones ¿cuánto quieres? y ¿qué días no quieres trabajar?-

-Dobby quiere un galeón a la semana y librar un día al mes-Dijo saltando nuevamente de emoción.

-Bien aqui está mi contra oferta, un galeón, un sicklet y un knut a la semana y dos días libres al mes-Dijo Harry tendiéndole la mano a lo cual el elfo estuvo pensando si aceptar o no -Acepta no es mucho para mí, además de que deberás usar ropa, yo mismo te la conseguiré- Harry esperaba que el elfo aceptara.

-Aun ahí una parte que no le he dicho al señor Potter-Dijo Dobby nuevamente mirando la mano que le tendió Harry, pero no la bajo ni mucho menos.

-Y bien ¿cuál es?-Dijo Harry sorprendido.

-Dobby es un elfo doméstico, nosotros tenemos magia sin necesidad de las varitas, pero con el paso de los año uno pierde magia si no tiene un amo para servir y por eso Dobby y los demás elfos necesitamos un amo-Dijo Dobby volviendo a mirar el suelo y sobándose los brazos.

-¿Sigues atado a los Malfoy?-Harry parecía comprender por qué el elfo estaba apenado, pero a pesar de todo no le importaba mientras el elfo quisiera estar con él, pero al ver al elfo no contestar este se preocupó.- ¿No has estado conectado a un mago estos dos años Dobby?-

-Dobby ya no está conectado con ese malo mago,... pero Dobby hiso algo malo algo que no debía hacer...-dijo Dobby, casi al punto de tomar otra vez la intención de golpearse contra la pared-Dobby fue liberado por el gran mago Harry Potter, y perdí la conexión con el mago malo, pero se conectó a otro inmediato, me conecte a usted mi señor Potter-

Harry se sorprendió bastante, nunca pensó que los elfos tuvieran que tener alguna conexión mágica con sus amos, pero por el modo que ellos idolatraban a sus amos este supuso que era algo razonable, aun así se preguntó por qué Dobby se conectó a él, eso significaba que Dobby esos dos años estuvo dependiendo de él, lo cual no lo hiso enojar si no se sintió tranquilo de que el elfo lo escogiera en lugar de a otro.

-Buen Dobby, no hay ningún problema, eres un amigo mío, así que no te preocupes, si hay algo más que te preocupe dímelo. Necesitare mucha ayuda de ti así como un montón de trabajo-dijo Harry, mirando al elfo subir la vista y estar a punto de llanto.

-Dobby será el mejor empleado del gran amo, de mi gran amo-Dijo mientras tomaba la mano de Harry y acto después se abalanzaba sobre su cabeza para abrazarlo.

-Bien Dobby, pero no veo nada-Dijo Harry, tratando de separar al elfo-Ahora quiero que me hagas un favor Dobby, necesito que vayas a todas estas casas- Saco la carpeta del monedero y copio mágicamente todas las casas que tenía-las reviso, si hay alguien en ellas los sacaras, las limpies, acomodes, también que veas que hay en ellas, si están en mal estado la repares, y sobre todo en esta isla que revises toda el área y aprendas bien que hay. Cuando acabes con cada una ven a verme y me contaras todo lo que ha pasado, cuando vulvas de la primera te tendré tu ropa lista-Saco también el primer pago de Dobby.

-Si mi amo, estoy para servirle-Dijo Dobby sonriendo por tener un trabajo en años, pero a Harry le incomodo que le dijera amo pero escucho la voz de Hermione en ese segundo.

-Harry James Potter, ¿cómo que eres amo de ese elfo?-Grito Hermione que se encontraba mirando la escena -¿Así que también esclavizas?-

Hermione se dio la vuelta, pero antes de dar un paso Harry la tomo de la cintura para evitar que se fuera.

-Espera mione, no es lo que parece. Él es Dobby, el elfo que te conté, del que Winky hablaba-

Hermione trataba de separarse de él forcejeando todo lo que podía, pero el elfo se acercó a ella levanto la mano y se quedó quieta.

-Dobby ¿qué haces?-Grito Harry.

-Dobby hace que la señorita no huya-Dijo Dobby, mientras retiraba el encantamiento, Harry aprovecho el segundo que le dio Dobby para colocarse enfrente y tomarla de la cara

-No lo esclavizo Hermione, le he ofrecido trabajo ¿recuerdas?-

-¿Por qué te creería Harry?-Dijo Hermione enojada estaba roja tanto que a Harry le pareció mas a cuando Mcgonagall se enojaba aunque estaba hermosa, decidió esperar a decirle eso después-Lo he escuchado te ha dicho amo-

-Si pero es porque es su costumbre, no le he pedido que me diga así-Dijo Harry mientras miraba a Hermione a los ojos llenos de lágrimas,-Le voy a pagar por sus servicios y le daré días libres, ya están hechos los tratos mione. Por favor créeme-

Hermione pareció suavizar su enojo y miro a Dobby.

-¿Es verdad?-Dijo Hermione su voz era suave pero firme.

-El amo, le pagara a Dobby 1 galeón, 1 sicklet y 1 knut a la semana, le dará 2 días al mes y le dará ropa para vestir, es el más grande mago de todo el mundo-Dijo Dobby haciendo una reverencia a Harry.

-Eso es muy poco ¿no crees?-Volvió a mirar con furia a Harry, el se preguntó si hacia echo bien al contratar a Dobby.

-Yo no lo decidí, fue el, no acepto más-Dijo Harry, dándole un beso a Hermione la cual trato de evitar-Pregúntale, él te responderá todas tus dudas, si no te parece le daré más paga, más días y lo que te parezca justo-Dijo Harry sabiendo que el único que la convencería en ese momento era Dobby.

-Bien-Dijo firme Hermione.- ¿Cuánto le pediste a Harry?-

-Dobby pidió Un galeón a la semana y un día al mes, además de vestir ropa-Dijo Dobby volviendo a reverenciar a Harry -Dobby no esperaba que el gran amo le diera más a Dobby-

-No crees que debería ser más-Dijo Hermione algo más calmada-Eso es muy poco-

-Dobby ama la libertad, pero no tanta señorita, Dobby es un elfo libre solo porque tiene al gran amo-Dijo Dobby casi llorando de felicidad.

Hermione asintió la cabeza y vio a Harry, estas ves ella le dio un beso-Perdón Harry, pensé que esclavizabas al pobre Dobby-lo abrazo y se sintió calmado.

-Dobby nunca dejaría ser esclavizado nuevamente, Dobby por eso estuvo feliz de que el gran amo le pidiera a Dobby servirle-Dijo avanzando a Hermione.

-Por favor Dobby, ya no me digas gran amo, ni amo, solo dime Harry- Pidió suplicante Harry, bastante le pasaba para que Hermione se enojara con el solo por el hecho de que Dobby le dijera amo.

-Dobby debe respeto al amo, así como a la nueva ama-Dijo mientras reverenciaba esta ves a Hermione, ella se sorprendió mucho.

-¿Como que ama?, el trato es con Harry, yo no tengo nada que ver-Dijo Hermione devolviéndole la reverencia.

-Dobby cree que al estar emparejada con mi amo usted pasa a ser mi ama-Dijo Dobby soltando su llanto por la acción de Hermione.-Dobby tiene el honor de servirle a mi gran amo y a mi dulce ama-

-Bien Dobby, creo que es suficiente por hoy creo que tendremos que regresar al gran comedor-Dijo Harry esperando evitar que tanto como Hermione y Dobby estuvieran reverenciándose cada 5 minutos.-Además de que a partir de ahora como tu as dicho también le responderás a mi mione, si no me encuentras o ella te llama deberás escucharla-

-Dobby lo ara así mi amo-Dijo pegando un saltito de alegría.-Dobby tiene una última petición, si me permite mi amo-se sobo los brazos, en señal de vergüenza.

-¿Cual Dobby?-Dijo Harry esperando poder terminar la conversación y regresar antes de que todos terminaran de comer-Lo que sea, puedes decirlo con confianza-

-Dobby se ha enterado de que Winky ha sido despedida por su anterior amo, el quisiera que el amo, le ofrezca trabajo-Dijo casi chillando.

-Bien Dobby, dile que pase a verme y veremos los acuerdos de su contratación-Dijo Harry pero antes de irse recordó los hábitos del elfo así que decidió poner un par de reglas más.-Pero antes, creo que te pondré un par de reglas para que sigas con migo-

Hermione pareció enojarse ya que le dio con el codo y le puso cara de enojo, pero Harry no le hiso caso ya que suponía que le gustarían sus reglas.

-Lo que usted ordene amo-Dijo Dobby escuchando atentamente.

-Primero que nada, no puedes auto infligirte castigos, eso incluye plancharte las manos, golpearte, arañarte… bueno todo lo que te cause dolor. Segundo si hay algún problema me lo dirás sin titubeos, así que siéntete libre de decirme lo que quieras incluso si deseas más paga o más días. Tercero, tomaras la casa más cercana al castillo y colocaras todas tus pertenencias en un cuarto, vivirás ahí en lo que salgo de Hogwarts. Todo lo que compres con tu dinero es cosa tuya al igual si lo guardas, pero si necesitas ropa, comida, alguna cosa me dirás, yo te apoyare en lo que necesites-Dijo Harry mientras, veía a Dobby abrir la boca y casi estuvo a punto de llorar pero solo lo reverencio tanto que su nariz toco el frio suelo.

-hay Harry, de verdad que eres increíble, no creí que dijeras eso-Dijo Hermione mientras trataba de hacer que Dobby se levantara.

-Dobby hará lo que el amo quiere-Dobby, esta vez abrazo a Hermione le cual se le escapo el aire por la sorpresa-Y a la dulce ama también, Dobby ira a cumplir la orden-Dobby les sonrió enseñándole todos los dientes y se escuchó un puff y desapareció, para después ver un rayo, y el trueno de este un segundo después.

-Creo que ahora, tendré que aprender a dejar de respirar cuando Dobby me abrace-Dijo Harry, para hacer reír a Hermione, esta se rio solo un poco.-Por cierto ¿Qué haces aqui?-

-Me dejaste la nota: "afuera del gran comedor", pensé que me pedias que viniera después de ti-Dijo Mientras empezaban a caminar rumbo al gran comedor.-Creí que me dirías algo-

-La nota era de Dobby, me quería ver, ya que le dijo Winky que lo podía ayudar-Dijo entrando a la gran comedor, llena de alumnos y con conversaciones por todos lados.

-No lo savia, solo me la diste, jamás pensé que él te la mando-Dijo Hermione un poco molesta aun poco -Si tan solo hubieras dicho algo, creo que nos viéramos evitado toda esa escenita-

-¿Cual escena?-Pregunto Ron, el cual se mostraba muy curioso-Me he perdido algo de nuevo, esto se hace más frecuente ¿no creen?-

Después de contarle todo referente a lo que paso afuera, se mostró poco sorprendido de que Dobby, pidiera poco, además de que le dijo a Harry que aquello era muy raro para un elfo doméstico y que se había ganado una buena servidumbre.

Fred, George y Neville, se cambiaron justo frente a ellos, para cuando cavaron todos los alumnos.

-He Harry, ya estas mejor ¿no?, ese hechizo que debiste practicar es muy útil, podrías enseñárnoslo después -Dijo Fred mientras observaba al varón sanguinario pasar cerca de ellos.

-Bueno aunque si tú no pudiste, tal vez nosotros necesitemos tener practica.-Dijo George, mientras tomaba un poco de jugo de calabaza.

-Si a decir verdad Harry, no es bueno practicar hechizos así. Yo una vez lo hice en un closet, termine despertando 2 días después, mi abuela casi me mata, destroce su armario favorito-Dijo Neville, quitándose de su túnica, lo que parecía un pedazo de tarta.

-Si tienen razón y gracias por preocuparse por mí-Dijo Harry, mientras tomaba un poco de jugo sintiéndose algo culpable.

-¡Bien!-Dijo Dumbledore, sonriéndole a todos-Ahora que todos estamos bien comidos, debo rogarles vuestra atención mientras comunico algunas noticias-

-El señor Filch, el conserje, me ha pedido que les recuerde la lista de objetos prohibidos en el castillo se ha visto incrementada este año con la inclusión de los yoyós gritadores, los discos voladores con colmillos y los bumeranes-porrazo. La lista completa comprende ya cuatrocientos treinta y siete artículos, según creo, y puede consultarse en la conserjería del señor Filch.-

Harry pensó que aumentaría al año siguiente a 500 con los nuevos sortilegios Waesley, Dumbledore prosiguió:

-Como cada año, quiero recordaros que el bosque que está dentro de los terrenos del castillo es una zona prohibida a los estudiantes. El pueblo de Hogsmeade para todos los alumnos de primero y de segundo esta prohibido, los de tercero y cuarto sin permiso de sus tutores no podrá acceder al pueblo. Es también mi doloroso deber informaros de que la Copa de quidditch no se celebrará este curso.-

-¿Qué?-dijo Harry sin aliento, paso toda la semana tratando de aprender varias jugadas de la copa para que se cancelara el quidditch.

Miró a Fred y George, sus compañeros del equipo de quidditch. Le decían algo a Dumbledore moviendo sólo los labios, sin pronunciar ningún sonido, porque debían de estar demasiado consternados para poder hablar. Dumbledore continuó:

-Esto se debe a un acontecimiento que dará comienzo en octubre y continuará a lo largo de todo el curso, acaparando una gran parte del tiempo y la energía de los profesores y personal del colegio... pero estoy seguro de que lo disfrutaran enormemente. Tengo el gran placer de anunciar que este año en Hogwarts...

Pero en aquel momento se escuchó un trueno ensordecedor, y las puertas del Gran Comedor se abrieron de golpe. En la puerta apareció un hombre se apoyaba en un bastón su capa de viaje era negra y muy grande. Todos voltearon a verlo, se bajó la capucha tenía una cabellera negra con un montón de canas por todos lados, mientras cada paso que daba hacia un sonido sordo, casi nadie en el comedor hablaba hasta que un rayo ilumino todo el gran comedor, Hermione ahogo un grito.

El hombre era diferente de lo que pensó Harry, su rostro muy diferente a todos los que había visto en su vida, era como si alguien la hubiera labrado en madera, pero aquel artista no tenía ni idea de cómo utilizar las herramientas haciendo un desastre total, en la boca tenía un montón de cicatrices, así como le faltaba un tozo de nariz, lo que más le asunto a Harry, era que sus ojos eran diferentes entre ellos. Uno era totalmente normal su iris era negro, mientras el otro grande y el iris azul eléctrico como si un foco estuviera de ojo iluminándolo de aquel color, no parpadeaba para nada y se movía en todas las direcciones. Le pareció varias veces que paraba en el pero enseguida se movía con velocidad.

El extraño llego a Dumbledore. Le tendió la mano tan tosca como su cara y el director la acepto, hablaron un poco pero a tal distancia no pudo entender nada, acto seguido se sentó en la silla correspondiente al profesor de defensa contra las artes obscuras.

-Les presento a nuestro nuevo profesor de defensa contra las artes obscuras-Dijo animadamente Dumbledore, ante el silencio de todos prosiguió:-El profesor Alastor Moody-

Lo normal hubiera sido un montón de aplausos, pero el silencio reino, los únicos aplaudiendo fueron dumbeldore, Mcgonagall, Snape y Hagrid. Los demás profesores estaban mudos.

-¿Moody?-le susurro a ron-¿Ojoloco Moody?, ¿al que tu padre ayudo en la mañana?-

-Debe ser el-dijo Ron, con voz asustada.

-¿Qué le ha ocurrido?-Pregunto Hermione en voz baja-¿Que le paso en la cara?-

Parecía que al nuevo profesor no le importaba tan fría bienvenida, pero saco una pequeña licorera de su abrigo y tomo un sorbo, parecido no agradarle pero se tomó el contenido, Harry vio como debajo de su abrigo, se observaba parte de algo que parecía metal en vez de carne, donde debía estar su pierna había solamente una pierna de metal.

-Cómo iba diciendo-siguió Dumbledore, tratando de sacar las miradas del profesor Moody, pero con pocos resultados-tenemos el honor de ser la sede de un emocionante evento que tendrá lugar durante los próximos meses, un evento que no se celebra desde hace un siglo. Es un placer para informarles de que este curso tendrá lugar el Torneo de los Tres Magos.

-¡Se está burlando de nosotros!-dijo Fred tan alto que todos en la sala se rieron.

-No me burlo de nadie, señor Waesley-repuso el director mirándolo con una sonrisa-Aunque, en este verano me han contado un chiste buenísimo de un duende, un trol y un lepreuchan que entran en un bar...-

La profesora Mcgonagall se aclaró la garganta ruidosamente.

-Aunque no es momento, tal vez en otra ocasión-dijo dumbeldore-El torneo de los tres magos, bienes algunos de ustedes seguramente no sabrá de lo que les estoy hablando así que daré una breve explicación-

Harry miro a Hermione, tal vez el profesor lo explicaría bien, pero la mayoría de veces no le entendía asta después de un rato así que fue a la persona que se lo explicaría bien, a lo cual Hermione lo miro comprendiendo su intensión así que le sonrió y se acercó a su oído.

-El torneo fue creado hace como 600 años, era una competición amistosa entre las 3 escuelas más importantes de Europa. Hogwarts, Durmstrang y Beaxbatons. Para representar cada una de las escuelas se escogía un representante y estos participaban en 3 pruebas mágicas, se turnaban la sede cada 5 años cuando se celebraban, se consideraba una buena forma de hacer lazos entre magos. Pero cada vez había más muertos entre los participantes decidieron cancelaron al poco tiempo, no sé porque ahora lo traen de regreso pero espero tomen medidas de precaución.-Dijo Hermione algo asustada a Harry, el asintió, ya que tenía una idea de cómo era, pues alguna vez en casa de los Dursley vio los juegos olímpicos aunque aqui parecía algo más chico. Su corazón se agito y sintió miedo por un momento, aunque la mayoría de los que se encontraban presentes cuchicheaban de emoción, aunque quería sentirse exaltado por el simplemente se sentía aturdido.

-Se ha intentado revivir este torneo, hasta ahora los esfuerzos fueron infructuosos, pero el ministerio nos ha dado el permiso de hacerlo. En octubre llegaran los directores de Beaxbatons y de Durmstrang con su lista de candidatos, y la selección de los tres campeones será en Halloween. Un juez imparcial decidirá que estudiantes reúnen los méritos para competir en la copa de los tres magos. La gloria de su colegio y el premio en metálico de mil galeones.- Dijo Dumbledore mientras miraba fijamente a todos.

-Yo lo intentare, te unes a mi hermano-Dijo George con entusiasmo

-Claro que si-dijo Fred.

-Aunque me imagino que todos están deseando ganar la copa del torneo de los 3 magos-dijo dumbeldore callando al gran comedor -Los director hemos decidido establecer restricciones de edad para los contendientes de este año. Solo los estudiantes mayores de edad, es decir de 17 años podrán proponerse a consideración-todos estallaron en protestas, incluso Ron empezó abuchear, pero Harry pensó que era lo mejor y eso lo quitaba de la lista de candidatos.

A lo cual Hermione le susurro entre grandes gritos-Gracias a dios Harry-

-Es una medida que estimamos necesaria dado que las tareas serán difíciles y en extremo peligrosas, por muchas precauciones que tomemos, por lo tanto solo aquellos de sexto y séptimo curso podrán participar. Me asegurare que ningún menor de edad engañe a nuestro juez, así que les advierto no presentarse si no tienen la edad requerida-dijo Dumbledore mirando a Fred y George que eran los que más se quejaban.

-Así que dicho las restricciones, les diré las libertades que tendrán a partir de esto, nuestras visitas se alojan con nosotros, ellos podrán estar en todo los terrenos de Hogwarts incluido Hogsmeade. En todo caso de permitírselo a nuestros invitados también los alumnos a partir de tercero tendrán total libertad de ir y venir de Hogsmeade, claro que después de clases y en sus tiempos libres, pondremos receptores para observar toda la competencia, está la vera no solo las tres escuelas sino también sus familiares si así lo desean, para que esto pueda pasar tendrán que llenar las solicitudes impartidas por su jefe de casa-Dijo dumbeldore, mientras Harry se alegraba mucho, al poder ir a Hogsmeade después de clase le daba esperanzas de ir con Hermione a muchas citas, incluso a entrar a la casa de los sustos para estar a solas con ella.

-Ya se está haciendo tarde y sé que para todos ustedes, estar despiertos y descansados para las clases de mañana en la mañana es de suma importancia ¡hora de ir a dormir!, ¡Prefectos conduzcan a todos a sus respectivas salas!-Dumbledore se sentó y empezó a charlar con ojoloco.

-Nosotros cumplimos años en abril, deberíamos tener una oportunidad-Dijo Fred levantándose estrepitosamente, pero esto fue opacado por la cantidad de ruido que se hiso al ponerse todos de pie para retirarse.

—No me van a impedir que entre —aseguró Fred con testarudez, mirando a la mesa de profesores con el entrecejo fruncido—. Los campeones tendrán que hacer un montón de cosas que en condiciones normales nunca nos permitirían. ¡Y hay mil galeones de premio!-

—Sí —asintió Ron, con expresión soñadora—. Sí, mil galeones...-

—Vamos —dijo Hermione un tanto decepcionada por la actitud de sus amigos-si no nos movemos nos vamos a quedar aquí solos.-

Harry, Hermione, ron, Fred y George salieron por el vestíbulo; los gemelos iban hablando de lo que Dumbledore podía hacer para impedir que participaran en el Torneo los menores de diecisiete años.

— ¿Quién es ese juez imparcial que va a decidir quiénes serán los campeones?—preguntó Harry.

—No lo sé —respondió Fred—, pero es a él a quien tenemos que engañar.-

—Ya, pero él no es el que decide quién será el campeón, ¿no? —dijo George astutamente—. Me da la impresión de que cuando ese juez sepa quién quiere participar escogerá al mejor de cada colegio y no le importará mucho la edad. Dumbledore pretende que no lleguemos a presentarnos.-

—¡Pero ha habido muertos! —señaló Hermione con voz preocupada mientras atravesaban una puerta oculta tras un tapiz y comenzaban a subir otra escalera más estrecha.

—Sí —admitió Fred, sin darle importancia—, pero eso fue hace años, ¿no? Además, ¿es que puede haber diversión sin un poco de riesgo? ¡Eh, Ron!, y si averiguamos cómo engañar a Dumbledore, ¿no te gustaría participar?-

— ¿Qué te parece? —Le preguntó Ron a Harry—. Estaría bien participar, ¿no? Pero supongo que elegirán a alguien mayor... No sé si estamos preparados...-

—Yo, desde luego, no lo estoy —dijo desde detrás de Fred y George la voz triste de Neville—. Supongo que a mi abuela le gustaría que lo intentara. Siempre me dice que debería mantener alto el honor de la familia. Tendré que hacer algo así algún día si quiero su aprobación.-

Fueron hasta la entrada de la torre de Gryffindor, estaba oculta tras el enorme retrato de una señora gorda con un vestido de seda rosa.

— ¿La contraseña? —preguntó cuándo los vio aproximarse.

—« ¡Tonterías!» —Respondió George—. Es lo que me ha dicho abajo un prefecto.-

El retrato se abrió hacia ellos para mostrar un hueco en el muro, a través del cual entraron. Un fuego crepitaba en la sala común de forma circular, abarrotada de mesas y de butacones mullidos. Harry se sintió feliz de al fin estar en un lugar tan conocido y familiar, aunque Hermione se despidió de todos y subió las escaleras que conducían a la habitación de las chicas, Harry estaba a punto de salir a darle un beso de buenas noches como cuando estaban en la madriguera pero se limito a subir a su habitación con Ron y Neville, pegada a la torre se encontró con 5 camas y todas sus cosas junto a ella. Deán y Seamus se metían ya en la cama. Seamus había colgado la escarapela del equipo de Irlanda en la cabecera de la suya, y Deán había clavado con chinchetas el póster de Viktor Krum sobre la mesita de noche. El antiguo póster del equipo de fútbol de West Ham estaba justo al lado.

—Está loco —comentó Ron suspirando y moviendo la cabeza de lado a lado ante los futbolistas de papel.

Harry, Ron y Neville se pusieron el pijama y se metieron en la cama. Alguien, un elfo doméstico, sin duda, había colocado calentadores entre las sábanas. Era muy placentero estar allí, en la cama, y escuchar la tormenta que azotaba fuera.

—Podría presentarme —dijo Ron en la oscuridad, medio dormido—Si Fred y George descubren cómo hacerlo... El Torneo... nunca se sabe, ¿verdad?-

—Supongo que no... —Harry se dio la vuelta en la cama y una serie de nuevas imágenes deslumbrantes se le formaron en la mente: engañaba a aquel juez imparcial y le hacía creer que tenía diecisiete años... Lo elegían campeón de Hogwarts... Se hallaba en el campo, con los brazos alzados delante de todo el colegio, y sus compañeros lo ovacionaban... Acababa de ganar el Torneo de los tres magos, y de entre la borrosa multitud se destacaba claramente el rostro de Hermione, resplandeciente de admiración y amor... Harry sonrió a la almohada, contento de que Ron no pudiera ver lo que él veía aunque en el fondo de su corazón algo le decía que se avecinaba peligro.

A Harry lo despertó temprano hedwing con picotazos cariñosos en la cara, pues desde que el entrenamiento de Priscob comenzó, este le pido que lo despertara a lo cual la lechuza cumplía al pie de la letra su pedido, aunque un poco adormilado, le agradeció acariciándole el pico y acto seguido se puso un pantalones deportivos, una sudadera y sus tenis, para bajar a empezar con el entrenamiento, aun no amanecía así que se dio su tiempo en bajar, hasta que los primeros rayos del sol de dieron de lleno cuando entro cerca de la casa de Hagrid, el entrenamiento le iba bien para una semana el cuerpo cada vez le dolía menos y su capacidad de aguantarlo también.

Se encontraba finalizándolo cuando escucho la voz del guarda bosques.

-¿Harry?, ¿qué haces tan temprano?, ¿estás haciendo ejercicio?-Dijo Hagrid con un abrigo grande y una taza de café tan grande que parecía una tetera completa.

-A Hagrid, si tengo una rutina ahora y no puedo perderla ni un solo día…Aunque ya perdí dos-Dijo mientras empezaba a acercarse a la casa de su amigo.-¿Cómo estás? ayer solo te pude saludar-

-Muy bien Harry, me sorprendes que ahora te levantes tan temprano-Dijo Hagrid dándole paso a su cabaña, a lo cual entro pues él estaba sudando mucho y si seguía a la intemperie sin hacer ejercicio le afectaría-Y ¿desde cuándo lo haces?-

-Desde la semana pasada más o menos-Dijo Harry saludando a fang el perro jabalinero de Hagrid, rascándole la cabeza como le gustaba-Aun no tengo tanto tiempo pero espero avanzar rápido-

Hagrid tomo un vaso enorme y lo lleno con chocolate caliente, Harry lo acepto gustoso-Bien Harry, eso está muy bien, pero debes comer bien y cuidar de tu cuerpo, tanto ejercicio también hace daño-dijo mientras tomaba otro gran trago de su taza.

-¿Crees que haya algún problema con que me pare temprano?, dijo si estas tan tarde pueden castigarte, lo que no se es que tan temprano te dejen estar fuera de tu sala común-pregunto Harry, mientras toma un poco del chocolate estaba algo amargo pero le gusto a Harry.

-Nunca he sabido de alguien que este a esta hora haciendo ejercicio Harry, por lo general los alumnos siempre evitan estar lo más temprano posible-Dijo Hagrid sentándose a lado de él.- Un así deberías hablar con el profesor Dumbledore, él te echara una mano-

De un momento a otro se escuchó una pequeña explosión a lado del sillón, a lo que Harry se levantó de golpe y vio un montón de creaturas que parecían langostas deformes de unos 5 centímetros de largo, sin caparazón, horribles y pálidas de aspecto viscoso, Harry busco la cabeza pero parecía inexistente.

-¿Qué es eso Hagrid?-Dijo Harry un poco asustado.

-Ya lo sabrás en cuanto comience mi clase-Dijo tapando a las criaturas con una cobija-Mejor cuéntame ¿qué has hecho estas vacaciones Harry?-

Pasaron la siguiente hora charlando, de las vacaciones de Harry y de la copa del mundo sin mencionar el incidente de los mortifagos y la marca tenebrosa, mientras terminaban sus bebidas. Cuando la hora del desayuno se acercó, Hagrid despacho a Harry hacia el castillo, mientras el subía a la sala común no se encontró a nadie, pero una vez pasado al retrato de la señora gorda, la sala tenía un par de alumnos de primero, que estaban discutiendo sus nuevos horarios, saludaron a Harry, más de uno le pidió un autógrafo, a lo que contesto más tarde ya que tenía que subir a darse una ducha y a cambiarse.

Al llegar Ron, Neville, Seamus y Deán seguían igual que el dejo, así que se metió al pequeño cuarto del baño para darse una ducha rápida y quitarse todo el sudor que tenía pegado al cuerpo, al terminar salió. Ron ya estaba despierto, en cuanto estuvieron cambiados bajaron a toda marcha al gran comedor, al entrar a él se dieron cuenta que el techo seguía teniendo un par de nubes grises dándole un aspecto triste.

Al llegar a donde por lo general desayunaban, se encontraron a Hermione la cual los ayudo con una sonrisa, pero a Harry le empezaba a desagradar la idea de que a pesar de todo parecieran simplemente como amigos frente a los demás, mientras examinaban sus horarios, Fred, George y lee Jordán discutían métodos de envejecimiento y engañar al juez para participar en el torneo.

-Hoy no está mal: fuera toda la mañana-Dijo Ron pasando el dedo por la columna de lunes de su horario-Herbologia con Hufflepuff, demonios, cuidado de creaturas mágicas con Slytherin esto es una broma.-

-Y en la tarde dos horas de adivinación-dijo Harry sin gusto, adivinación era su materia menos apreciada incluso por encima de pasiones, ya que casi todo el tiempo la profesora siempre estaba prediciendo la muerte de Harry, lo cual no le agradaba.

-Si hubieras abandonado esa materia como yo lo he hecho, estarían estudiando algo que les serviría en el futuro como Aritmancia- dijo Hermione mientras untaba una tostada de mantequilla.-Además quería comentarles que voy a empezar a hacer campaña por los derechos de los elfos domésticos-repuso Hermione con altivez.

Harry, supuso que con lo de la noche anterior ella no estaría tan enojada con él, pero al parecer tenia metida la idea de que podría no solo ayudar a un elfo sino también a todos los que pudiera, la apoyaría en su decisiones el también quería que los elfos fueran mejor tratados, aun así continuo comiendo su avena sin decir nada.

-A si Hermione, espero te valla bien. Sabes son muy testarudos los elfos según tengo entendido-Ron tomaba un par de tostadas más mientras hablaba. Hermione le lanzo una mirada de enojo, seguida de una mirada de pregunta a Harry, este solo asintió, tratando de darle a entender que estaba con ella.

Pasaron toda la clase de herbologia exprimiendo unas gruesas plantas, negras y gigantes que le salían un enorme bultos por todo el largo que tenían fuera de la tierra, estas les explico la profesora Sprout que eran bubotebuerculos, los cuales tenían pus en los bultos pero era una muy buena forma de eliminar el acné si se sabía preparar. Así que Harry lleno casi una veintena de frascos solo, ya que Ron no ayudaba mucho, se dedicaba a platicar con Hannah Abbott y al parecer a Hermione no le agradaba mucho el olor que producía, así que él tuvo toda la tarea casi encima, al replicar las campanas estuvo contento de dejar la clase, regresar con Hagrid a ver esas criaturas que tenía en la mañana.

Mientras se acercaban parecían haber más pequeños estallidos como el de la mañana, mientras Harry se preguntaba si eran criaturas dóciles.

-Buenas-Dijo Hagrid mientras, los tres se acercaban más-Sera mejor que esperemos a los de Slytherin, no querrán perderse esto-Señalo una caja completa de las criaturas que había visto Harry.

-Escregutos de cola explosiva-Dio mostrando una sonrisa y posando una enorme mano en Harry, el cual se hubiera caído si no fuera porque ya antes Hagrid había posado su peso sobre de él. Ron y Hermione examinaban a las criaturas un poco curiosos y horrorizados, cuando la criatura estallo dejando un pasar de chispas en el aire, Hermione retrocedió dándole la mano a Harry, Él se sintió gustoso ya que desde la noche anterior no parecía que hubiera nada entre ellos, pero su alegría se fue cuando Hermione lo soltó algo rápido, como si se encontrara apenada.

-Son recién nacidos-Dijo Hagrid, viendo la escena-Para que puedan criarlos, un buen proyecto de crianza de criaturas-

Cuando llegaron los de Slytherin muchos se soltaban a carcajadas cuando veían a Harry, algunos le hicieron señas de locura, pero cuando se enteraron de las criaturas pasaron a criticar a Hagrid y a tratar de evitar la tarea que se les daba. Hagrid trajo todo tipo de comida para criaturas y les dijo que daría puntos a quien supiera o averiguara que les gustaba, pero al parecer nadie sabía nada así que pasaron los siguientes minutos tratando de dar de comer a su Escregutos de cola explosiva, pero a pesar de todo no comían, Harry tomo al suyo y lo dejo un rato en el piso este se movía muy raro.

Le recordó a un cangrejo de mar, pero parecía que sus pasos eran más sin sentido, ahí fue cuando pensó que tal vez debía dejar que el escogiera que le justaba y coloco en círculo la diferente comida, huevos de hormiga, hígado de rana, trozos de culebra, algún que otro pedazo de carne de quien sabe que criatura, y al final dejo un poco de pasto simple y puro.

-Tengan cuidado, los machos tienen un aguijón en sus colas, las hembras en su barriga una cosa succionadora, supongo que para la sangre y a veces explotan-Explico Hagrid mientras se escuchan un par de explosiones.

-Claro ya veo para que hacemos esto-Dijo Malfoy desde el otro lado-Quien no quiere de mascota algo que te puede matar-

-El que no sea agradables no significa que no sirvan para nada-Dijo Hermione enfadada-La sangre de dragón es increíblemente útil y nadie quiere un dragón de mascota-

Harry, suspiro profundamente aunque Hermione tenia razón, el conocía a una persona que realmente quisiera un dragón de mascota y ese era Hagrid, es mas en su primer año Harry vio cuando nació un Ridgeback noruego llamado Norberto en su casa, al parecer a Hermione se le olvido ese detalle ya que Hagrid solo se mostró algo apenado y continuo dando sus indicaciones con un tono más bajo.

Cuando continuo, vio que su escreguto estaba cerca de la carne de culebra, al parecer no solo la olía no se veía del todo contento, así que Harry pensó que tal vez Hagrid tenía razón de la sangre, tomo una pequeña piedra afilada y se cortó el dedo índice, sacando unas gotas, dejando caer unas pocas en cada alimento, enseguida el escreguto comenzó a comer de forma algo rara, se ponía encima de la carne de culebra y al poco tiempo la había terminado.

Todos observaban a Harry, para cuando este se dio cuenta la mayoría tenía la boca abierta, incluso Hermione la cual no se dio cuenta que su escreguto empezaba a explotar rompiendo la caja en la que estaba.

-Muy bien Harry, muy bien-Dijo Hagrid dirigiéndose a él y dándole un poco más de carne de culebra-¿Cómo lo has hecho?-

-Bueno al principio le di a elegir a él pero cuando escuche lo de que absorbía sangre le puso un par de gotas en la todas y algo así como olfateándola, el solo comenzó a comer-dijo Harry algo apenado por su forma de explicar-Yo no he hecho nada.-

-20 puntos para Gryffindor-Hagrid le dio un pequeño giño.

Los siguiente hora todos intentaban darle de comer con la explicación de Harry, ayudo a que el escreguto de Hermione comiera, poniendo la misma comida alrededor del suyo, pero en lugar de acercarse a la culebra fue directo a la hueva de hormigas Hermione se cortó un poco en dedo, y vacío unas gotas, enseguida el escreguto comió, algunos escogieron la carne otros el hígado de rana.

-Bueno por lo menos son pequeñitos-Dijo Ron subiendo de nuevo al castillo.

-Ahora lo son-repuso Hermione exasperada-Cuando Hagrid sepa que son de más de dos metros espero los cambie-

-Bueno no importa si son muy útiles-Dijo Ron estando un poco nervioso

-Eso solo lo dije para callar a Malfoy, pero no puede tener muchos usos-Dijo Hermione-Espero que se dé cuenta antes de que alguien salga herido.-

Ha Harry le pareció una exageración, tal vez esas criaturas tenían algún uso, tal vez si los educabas bien serbia de mascota que espantaba a diferentes criaturas.

Llegaron al gran comedor listos para degustar sus alimentos, pero Hermione comió tan rápido que la noche anterior Harry hubiera parecido una tortuga, -Iré a la biblioteca, los veo en la noche-Saliendo a toda prisa sin siquiera decirle nada.

-Hoy es el primer día aun no dejan deberes-Dijo Ron gritándole a la distancia.-No le dirás nada deberías estar un rato con ella- le guiño un ojo a Harry.

-No lo sé Ron, sé que tenemos que mantener la fachada de amigos, pero esto parece demasiado-Dijo Harry un poco conmocionado.

-Pues tal vez la veas en la biblioteca ¿no?-Dijo Ron mientras se serbia otra ración de patatas.-dudo que este enojada o ¿has hecho algo Harry?-

-Que yo sepa no-Dijo Harry mientras terminaba de comer y sonaba la campana que daba por comienzo las clases de tarde.

Se encaminaron a la torre norte, en la que al final de una estrecha escalera de caracol, terminaba en una trampilla circular que había en el techo, donde se encontraba la profesora Trelawney, en el salón el aroma dulzón le pego en la nariz a Harry, y tomaron asiento.

-Buenos días-Dijo la profesora Trelawney justo a la espalda de Harry que dio un brinco.

-Estas preocupado, querido mío-Le dijo a Harry en tono lúgubre-Mi ojo interior puede ver por detrás de tu valeroso rostro, alma turbulenta que habita dentro, lamento decirte que tus miedos son algo grandes además de que veo ante ti tiempos difíciles, demasiado difíciles... eso a lo que le temes tanto está a punto de ocurrir y antes de lo que esperas -

Ron miro a Harry, este tenía una mirada fría mirando a la profesora, ella los dejo de inmediato y fue a recibir a los demás alumnos, la clase empezó pero para desgracia de Harry lo que había dicho la profesora lo mantuvo con la mente ocupada, tanto que ni le importo que le diera la profesora como mínimo unas 5 predicciones de muerte en el transcurso de todo el año escolar

Al terminar harry, savia bien que tenía que hacer y era buscar un lugar para continuar con su siguiente paso en el entrenamiento de Priscob, el entrenamiento mágico.

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Gracias a cada uno que dio a Favoritos.

Gracias por seguir esta historia, aunque los personajes no sean de mi propiedad y tenga muchas referencias a los libros espero les guste.

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