Todos los derechos de Harry Potter son de J. K. Rowling.

Harmony abadejo: Ya que no te puedo contestar por mensaje privado te contestare por aquí. Mi intención de hacer que sus emociones se descontrolaran, funciono. Gracias por tu comentario espero que te siga gustando y que también sigas dejando reviews. Tardare una semanita… tal vez, para el siguiente capítulo. Gracias por todo, a mí me encanta subirlo.


Hola... hola... tal vez tarde mucho... tal vez no, aun así aquí les traigo el siguiente...


Capítulo 32.- El poder del pasado.

Harry al principio iba a entrar a su habitación pero recordó que la compartía con Ron así que siguió subiendo hasta el cuarto piso donde casi nunca nadie iba, ya que era el ático de la casa. En su recorrido en la casa buscando los artefactos oscuros había visto un espacio con un pequeño cuarto donde estaba una cama y contra pared un sillón amplio, esto último gracias a que no había lugar en la casa para acomodarlo, así que decidieron meterlos ahí. No había ventanas y era tan pequeño que solo la cama y el sillón ocupaban todo dejando un ligero pasillo por donde pasar, supuso que todos sabrían dónde estaría pero no le importaba. El dolor de la cicatriz no lo dejaba en paz.

Al llegar al cuarto cerró la puerta y se acostó en la cama poniendo los brazos como almohada, se encontraba fría la habitación pero le agrado la sensación ya que sus emociones se desbordaban, cerró los ojos intentando nuevamente calmarse y despejar cada emoción. Sin dar tiempo a que lo lograra la puerta chirrió indicando que alguien había entrado, el no abrió los ojos y siguió calmándose. Los pasos resonaron y alguien se sentó a lado de él, reconoció enseguida quien era, ya que solo una persona le acariciaba el cabello como ella.

-¡¿Harry?!-dijo Hermione con voz baja.

-Si-dijo Harry.

-Lo siento-le dio un beso en la mejilla el cual acepto gustoso, abriendo un poco los ojos tomo del rostro de su novia sin pensarlo dos veces la beso, demostrándole que no le importaba lo que pasara la seguiría amando.

-No fue tu culpa, fuero ellos-dijo Harry mirando de perfil a Hermione que realmente parecía muy triste, tenía el rostro marcado por el llanto.-Tranquila solo fue el momento, solo necesito calmarme-

-No debí darles el monedero-dijo Hermione sin poder ver a Harry a la cara.

-De todas formas te lo hubieran quitado, ya ves lo que hicieron con la capa-dijo Harry girando un poco su vista y mirando el techo, sentía nuevamente el coraje que sentía en ese momento hacia Sirius y Lupin.-No quería ponerte en una situación peor, por eso decidí que se los dieras-

-Tienes razón, pero no puedes ir por ahí haciendo quien sabe que cosas-dijo Hermione apretando sus labios, como si no se creyera lo que decía.- Me preocupaste mucho, no sabría qué hacer si no regresabas… Tenía miedo-

- No te preocupes. Me conoces, no hice nada que no fuera completamente necesario. Tenía que ir al callejón Diagon-dijo Harry acariciándole las mejillas y regalándole una sonrisa.

-¿Estarás bien?-dijo Hermione mirándolo directamente a los ojos.

-Mientras tú estés a mi lado, siempre lo estaré-dijo Harry firme, no sabía cómo haría muchas cosas en Hogwarts pero supuso que se las ingeniaría, no sería la primera ni la última.

-Lo…lo… nue…st…ro, lo nuestro... ¿Estamos bien?-dijo Hermione lentamente y arrastrando las palabras.

-Hay amor, ¿por qué deberíamos estar mal?-dijo Harry sonriendo, no podía decir que no sentía confuso por todas sus emociones y que el dolor lo ponía peor, lo único seguro en su vida siempre era ella.-Sigues siendo mi novia y te sigo amando con locura-

Hermione se inclinó y le beso la frente, pero Harry la jalo nuevamente hasta que sus labios tocaran los de él. El beso duro unos segundos hasta que Hermione se apartó un poco, con una sonrisita en sus labios.

-La señora Weasley planeo una pequeña fiesta para la noche, ¿Bajaras?-dijo Hermione mientras le acariciaba el pecho en círculos con un dedo.

-Jamás me perdería celebrar tu nombramiento como Prefecta-dijo Harry mirando a la chica, aunque no quería ver a nadie, debía de bajar solo por Hermione y nadie más.-Solo por ti, amor-

Hermione le acaricio el cabello y el cerro los ojos dejando que aquel sentimiento recorriera todo su cuerpo alejando el coraje y todo sentimiento de odio, remplazándolo por confort y calma. La cicatriz le dolió menos.

-Yo si confió en ti, jamás me aran cambiar de opinión. No eres un arma, eres mi Harry-dijo Hermione con su voz más dulce que tenía.-Me importas mucho, me duele verte así, tan… tan… furioso-

-Lo sé-dijo Harry abriendo los ojos -pero ellos intentan mantenerme aquí, tenía que salir para poder ir a…-

-No me lo digas-dijo Hermione pareciendo espantada.

-¿Por qué? Yo te lo quiero decir -dijo Harry intentando saber las razones detrás del espanto de Hermione.

-Harry, ahora no puedes confiar en nadie, ni siquiera en mí. Ya sea por Dumbledore, Ron o cualquier otro, tu sabes que en cualquier momento pueden intentar conseguir información a través de mi-dijo Hermione acariciando las mejillas de Harry- Yo jamás te traicionaría, pero ambos sabemos que hay otras formas de sacar información, incluso que se los digamos sin querer.-

-Quiero de verdad decírtelo, pero tienes razón. No confió en que Dumbledore. Supongo que algunos de la orden utilizan la legeremancia, otros incluso no le importaría utilizar veritacerum, hasta robar los recuerdos-dijo Harry sentándose un poco y dándole un nuevo beso-Confió en ti más que en mí mismo, si me lo preguntas te lo diré todo, no me importa las consecuencias-

Sabia claramente que era cierto si ella lo preguntaba, él diría sus planes. Si se enteraba Dumbledore no importaba, lo que quería era que Hermione confiara en él.

-No-dijo firme Hermione- Sé que fue para detener a Voldemort y sé que siempre aras lo correcto, aunque a veces parezca que no lo es. Como con lo de Neville, cualquier otro no hubiera salvado a Barty pero tú no podías dejarlo morir tan fácil. –

-Cómo te he dicho no soy tan bueno- contesto Harry con una media sonrisa.

Hermione se mordió el labio y miro un poco sonrojada a su novio. La mirada no paso desapercibida así que el simplemente sonrió. Se vio preocupada y eso también lo preocupo.

-¿Que sucede Mione?-Pregunto Harry, tomando su rostro entre sus manos.

-Es solo que…. que… dijiste algo abajo, algo que…-

-Solo dilo, amor-dijo Harry intentando averiguar que parte de la plática le era tan preocupante.

-Dijiste que… los Dursley te castigaron una semana en "La alacena". ¿A qué te referías con eso?-pregunto Hermione con una voz baja y con tono medio enfadado.- Ellos, te encerraban en una alacena cuando te castigaban-

Harry empezó a temblar, no era miedo, era frustración. Durante años, había intentado contarles esa parte a sus amigos, en especial a Hermione, pero simplemente las palabras se atoraban en su garganta mientras pensaba como reaccionaria. Él sabía que aunque eran sus amigos y en caso de Hermione su novia, siempre había tomado pensado en como un líder y de alguna forma los Dursley le habían dejado heridas muy profundas que contrarrestarían su forma de verlo, no quería que al decirle lo viera diferente. Los ojos preocupados y algo furiosos de Hermione, aparto la vista mirando hacia un lado mientras sentía un nudo en la garganta.

-yo… yo-tartamudeo Harry con los ojos fijos en el techo.

-Esos malditos hijos de….puta-dijo Hermione tomando su rostro y obligándolo a que lo viera, estaba preparado para todo desde reproche en sus ojos, hasta odio. Sin en cambio lo que vio fueron esos hermosos ojos con rastros de rojo y su sonrisa de siempre. Entonces lo entendió ella jamás lo dejaría de ver por quien era.

-No solo me castigaban ahí, yo… era… mi… alacena-Dijo Harry mientras recordaba esas interminables tardes en aquel viejo y sucio lugar.

-¿Tu alacena?, ¿Qué quieres decir con eso?-dijo Hermione con un sobresalto.

-Eres lista Mione sabes a lo que me refiero- dijo Harry tranquilamente, pero mione negó con la cabeza. Ambos se vieron durante un largo rato hasta que suspiro Hermione.

-Nunca me contaste tu infancia y… nunca entendí por qué siempre que preguntaba cambiabas el tema-dijo Hermione acariciando la mejilla de Harry-¿Podrías contarme?-

Harry asintió recordando sus recientes palabras. Le indico un sitio junto a él y ella se recostó, poniendo su cabeza es su hombro.

-Lo primero que recuerdo desde siempre es los regaños y gritos de Vernon Dursley. Mis tíos siempre me mintieron sobre mis padres diciendo que habían muerto en un accidente de coche y que mi padre era un borracho.-

-Eso es mentira-dijo Hermione apretando las manos en la camisa de Harry.

-Lo sé, pero en ese entonces yo… sentía un rencor hacia ellos, por jamás haber escuchado sus voces o haber visto sus rostros, por dejarme solo en una casa que… odiaba.- Harry trago saliva- Al principio yo dormía junto a Dudley en un cuarto, hasta… que un día sin querer hice magia accidental y una ventana se estrelló, en ese entonces pensé que le había gritado muy fuerte a Dudley pero en cuanto descubrí que era un mago entendí que simplemente me había enfado mucho. Vernon creyó que yo era un peligro para que siguiera junto a su hijo y… incluso pienso que para él y mi tía también. Así que decidieron mandarle a la alacena debajo de la escalera.-

Hermione chirrió los dientes mientras apretaba con más fuerza a Harry y este sentía como se humedecía su playera.

-Desde ese día tuve accidentes, esporádicos y siempre era cuando me enojaba o estaba muy asustado.- Espero unos segundos suspirando- Todas esas veces me gritaban y castigaban encerrándome en la alacena, sin comida o agua, durante horas y horas. Solo en esa oscuridad-

-¡Eras solo un niño!- dijo Hermione llorando.-No merecías nada de eso. ¿Qué más te hicieron Harry?-

-No tiene caso, eso… ya paso-dijo El acariciando su brazo.

-Dime por favor-

-Es gracioso que Dudley esté en boxeo ahora sabes… cuando éramos niños su saco de boxeo favorito era yo-

-Maldito y todavía se atrevió a ir a verte en la tercera prueba-dijo Hermione apretando mas las manos y comenzando a temblar de coraje.- Debí… de hechizarlo… una maldición… por lo menos regresarle todos los golpes-

-Mione eso… ya paso. Este verano Dudley fue un gran compañero… creo que sin el yo me hubiera largado a la semana. A veces pienso que mimaron mucho a mi primo y a mí ni me prestaban atención y creo que a ambos nos hicieron mucho daño.-dijo Harry suspirando mientras acariciaba la espalda de Hermione.- Si no hubiera ido a Hogwarts, estoy seguro que en algún punto hubiera tenido que escapar de Privet drive-

-¿Por qué nunca nos contaste? –pregunto Hermione con sus ojos rojos y una muesca de tristeza.

-No savia como-dijo Harry honestamente- ¿Cómo explicarle a la persona que amas que viviste en una alacena hasta los once?-

-Idiota yo te quiero, sin importarme donde durmieras o de donde vengas, te amo por quien eres-dijo Hermione levantándose y viéndolo. Harry sintió todo el amor que tenía por aquella chica amante de los libros con aroma a pergamino y menta, esos ojos color miel y aquel cabello alborotado, lograron despejando su mente por completo.

-¿Cómo puedes enamorarme más de ti cada día?-dijo Harry sonriéndole, tomándola de la cintura y con cuidado acostándola en la cama viéndola a la cara y rodando para quedar encima de ella.-Si que eres una bruja increíble-

-¿Cómo puedes ser tan bueno y valiente haciendo que te amé con locura?-dijo Hermione acariciando su nariz con la de ella, sus mejillas se pusieron algo sonrojadas-Eres tan fuerte que los demás no se dan cuenta-

-Gracias a Merlín que te tengo-dijo Harry besando su cuello, escuchando la respiración acelerada de Hermione -No sé si estuviera vivo sin ti-

-No digas eso -dijo Hermione cerrando sus ojos y suspirando.

-Me ayudaste con lo de la piedra, seguro hubiera tomado el veneno. Descubriste que era un basilisco lo que había en la cámara. Tenías el Giratiempo para poder rescatar a Buckbeack y Sirius. El curso pasado solo sobreviví por volver a ver tus ojos, escachar tu voz, sentir tus labios-dijo Harry subiendo lentamente mientras besaba cada milímetro de sus piel, ella suspiraba.- Ahora mismo me iría de aquí sin importarme el que me pasara, ya no tengo una razón para seguir en esta casa, pero sé que te aria mucho daño si eso pasara. Además nunca por cualquier motivo podría dejarte-

-Todos te quieren y desean cuidarte, solo temen que hagas una locura y busques a Voldemort-dijo Hermione con la voz un poco más suave- Tienes muchas razones para no irte-

Harry la miro a los ojos le sonrió y acaricio su cabellera, se veía tan Hermosa que deseaba quedarse viéndola para siempre.

-Nunca me ha importado ser el que elimine a Voldemort, pero si me importa tener un futuro junto a una chica muy especial. Ella me quita el aliento y su sola voz hace que me sienta bien. Todo lo que amo, eres tú-dijo Harry con voz tranquila, acaricio su mejilla y la beso.

Hermione cruzo sus brazos detrás de su nuca mientras el sentía sus suaves labios, sus cuerpos se acercaba más hasta pegarse completamente, ella jugueteaba con su cabello, mientras el alzaba su camisa y recorría con sus manos su pequeña cintura, subiendo poco a poco y acariciando cada milímetro.

-Harry-susurro ella mientras sus labios seguían unidos.

Ninguno de los dos quería separar sus labios del otro, aferrándose a las sensaciones que les provocaba el contacto. Harry quería tenerla para él solo, quería sentirla para siempre, quería que el tiempo se congelara y nunca terminara. Hermione lo obligo a girar nuevamente y ella se quedó con una pierna de cada lado mientras estaba sentada sobre su vientre bajo. Se separó poniéndole las manos sobre su pecho y en el acto dejando un vacío dentro de Harry.

Lo miro unos segundos mientras ambos jadeaban en busca de aire. El aún tenía sus manos sobre su cintura mientras Hermione las tenía en su pecho, despego una mano por instinto y subió a sus labios delineándolos suavemente, mientras Hermione se estremecía. Hacia menos de un minuto que la había besado pero ya extrañaba la sensación que le provocaba.

-Te amo-dijo Harry casi en un susurro, era lo único que pasaba por su mente.

Se había olvidado de todo lo que paso en el día y también de todo fuera de esa habitación. Para el solo existía Hermione. Ella lo miro unos segundos, se mordió un labio y Harry siguió acariciándola de su cintura a su espalda, tan suave como si se la fuera a romper por solo el contacto de sus dedos, mientras su otra mano jugueteaba con su cabello. Hermione al sentir su mano en su espalda, dejo salir un gemido y se mordió un labio. Apreto su camisa con ambas manos y tiro tan fuertemente que ambos quedaron sentados nuevamente y sin desperdiciar un segundo sus labios reduciendo la distancia a cero.

Estaban tan sumergidos en ellos mismos que no escucharon los pasos. En ese momento se abrió la puerta de golpe, creando un sonido seco. Ambos gruñeron muy enojados. Harry miro los ojos de Hermione que parecían fastidiados y furiosos. Miraron a la persona que entro. Y ahí estaba Ron, miraba sorprendido la escena pues tenía la boca tan abierta que parecía caérsele al suelo. Enseguida intento hablar pero ninguna palabra salió, solo un leve quejido incomprensible.

-TOCA -gritaron ambos.

Hermione se puso completamente roja, Harry no savia si de vergüenza o de enojo pero se separó y se puso a un lado sentándose a unos centímetros. Él se sintió nuevamente fastidiado, enojado y confundido. Harry se acostó nuevamente con los brazos como almohada, la felicidad se había esfumado trayendo de nuevo el enojo y sin querer gruñía por segundos.

-¿Que pasa Ron?-dijo Hermione con un claro tono de molestia.

-M…ma….mma...mamá…quiere que bajes a ayudar a hacer los baúles para el colegio-dijo Ron mientras miraba a otro lado, como si hubiera encontrado a ambos desnudos.

-Iré en un rato-dijo Hermione acariciando el brazo de Harry, el cual sonrió. Tal vez si se iba Ron podrían continuar lo que habían empezado. Sin en cambio Ron no se movía solo se quedó ahí, mientras los segundo pasaban. No lo resistió mas, se acercó al oído de Hermione y susurro tan bajo que solo la castaña oía.

-Ve-dijo Harry mientras le acariciaba la mejilla, deseaba tenerla para el pero obviamente en esa casa nadie los dejaría en paz.

-¿Seguro?-dijo Hermione con el mismo tono bajo y haciendo una mueca de tristeza.

-Sí, tranquila, no saldré de la habitación-dijo Harry sintiendo que era toda la verdad ya no tenía ninguna razón para salir.- Solo hazme un favor, en el pasillo de la entrada esta mi sudadera y una bolsa que se coloca en la pierna, tráemelos. Por favor, mione-

Hermione asintió le dio un último beso antes de salir rápidamente y dejar a Ron parado en la puerta viendo los aun con la boca abierta. Harry solo suspiro y cerró los ojos, a la única que quería ver y hablarle era a su chica. Y después de esa interrupción estaba seguro que no sería muy amable con su amigo.

-Lo siento todo esto, hermano-dijo Ron desde la puerta.

-Para la siguiente toca-dijo Harry molesto y sin saberlo haciendo una cara de enojo.

-Y sobre lo que paso allá abajo… yo…. También lo siento-dijo Ron un poco tranquilo para gusto de Harry, el cual no contesto nada solo siguió en la misma posición. No quería dañar a su amigo.

-Pero no debiste salir, fue imprudente y muy tonto. Si le hubieras dicho a Hermione o a mi te habríamos acompañado y ayudado-dijo Ron sentándose en el sillón. Harry continúo sin moverse, parecía muy lejana esa sensación que había tenido con Hermione.

-Creo que sin el mapa o la capa estarás más seguro...-empezó Ron al ver que Harry gruñía se calló. Paso un largo rato hasta que Harry hablo, más por obligación que por gusto, sabía que Ron no se iría sin una palabra.

-¿Sabes que contenía el monedero?-dijo Harry sintiendo la fatiga en su voz.

-Qué más da solo eran pociones, papeles, la saeta, el mapa, libros, algunas cartas, varios ingredientes y...-dijo Ron pareciendo comprender – oh, no...Demonios-

-Exacto-dijo Harry sintiéndose irritado -El guardapelo-

El silencio volvió a reinar la habitación Harry simplemente seguía intentando dormirse o por lo menos no estar tan enojado.

-Tal vez pueda hacer que te lo regresen-dijo Ron con preocupación

-Déjalo así-dijo Harry sonriéndole un poco.

-De verdad tal vez si le dijo a Lupin que contiene algo muy importante para ti, él te lo regrese-dijo Ron su voz sonaba casi aterrado.

-No Ron, solamente harás que guarde el monedero mejor que nunca-dijo Harry intentando no sentir ningún resentimiento hacia Lupin pero parecía imposible.- Sabes algo curioso es que podría denunciar mis cosas como robadas y acusar a todos- Ron profirió un quejido de espanto- Obviamente el banco me apoyaría y estoy seguro que conseguiría un juicio o una audiencia.- Su amigo parecía espantado con la cara pálida- Pero no quiero hacerlo-

Después de unos segundos Ron pareció comprender las palabras.

-¿Por qué no?-dijo Ron con incredulidad.

-Ya bastante he tenido del ministerio en este mes, no quiero tener que presentarme nuevamente.- dijo Harry con voz molesta- En mi Audiencia conseguí que la gran mayoría del Wizengamot dejara de pensar en mi como un adolescente que solo quiere llamar la atención. Si hiciera un escándalo de esto apenas saliendo de lo de Pendragon y mi acusación por la utilización de magia en una zona muggle estoy seguro que lograría hacerlos cambiar de opinión y seguramente darían el fallo contra mí. Bastante he tenido que soportar este verano para tener más problemas con el estúpido de Fudge, no quiero oírle la boca en un largo tiempo-

-No entiendo, fuiste muy tonto al salir solo y con todo lo que me dijiste pareces … otro-dijo Ron empezando con voz normal pero al llegar al último su voz se quebró ya que el rostro de Harry pareció mas enojado.

-¿Tonto?, Si creo que lo tonto fue regresar aquí. Créeme Ronald, si no fuera porque Mione se encontraba en esta casa yo estaría en el caldero chorreante o hubiera tomado el autobús noctambulo a Hogwarts y le estaría explicando a McGonagall por qué llegue un día antes. Incluso estaría gritándole a Dumbledore… claro si el muy cobarde no huye de mí nuevamente. Es mejor que agradezcan que pienso en no meterlos a todos en problemas.-

-Harry, por Merlín. Ambos sabemos que solo hablas por hablar, no harías nada de….-comenzó Ron pero Harry soltó una risita.

-Acaso no viste que cree me fui de la torre de Gryffindor sin chistar, que cree un colegio a pesar de enfrentarme a Fudge y no pare hasta que Rita pagara lo que le hizo a Hermione- dijo Harry su voz molesta- Créeme Ron, solo les sigo la corriente a todos porque de alguna forma son mi familia y aun así eso no cambia el hecho de que me están encarcelado. ¿Alguna vez te han encerrado en un lugar con un hechizo y sin que puedas utilizar magia?, ¿Te han aislado de todos? o ¿Quitado todo lo que tienes?-

Ron solo hizo una mueca de frustración.

-Lo suponía-dijo Harry girándose un poco-como dije es mi culpa por no mandar a la fregada a Dumbledore e ir a Privet Drive. Si tan solo le hubiera pedido a Dobby irme a una de mis casas. En este momento nadie sabría dónde estaría, hubiera ido por Mione y ambos estaríamos felices, solos-

Ron gruño un poco, como si le molestara lo dicho, pero no podía negar que esos pensamientos le rondaban la cabeza en esos momentos. Pasaron minutos en silencio.

-¿A dónde fuiste Harre?-dijo Ron con tono muy bajo.

-Solo Salí a dar una vuelta-dijo Harry molesto.- y por ahora quisiera estar solo, por favor -

-sí, lo entiendo-dijo Ron parándose y caminando a la puerta.- ¿Te veré en la noche?-

-Aja -dijo Harry suspirando, pues pensaba en que vería a todos en pocas horas, un pensamiento nada agradable.

-Genial-dijo Ron con una sonrisa y salió de la habitación cerrándola suavemente.- De nuevo lamento lo que pasó Hermano-

Harry no se movió mentalmente hacia una lista de que contenía el monedero, lo clasificaba en importante a inservible, poniendo el mapa y la saeta en extremadamente importante junto con el horrocrux. También puso la capa aunque esta no savia si la tenía Lupin u ojoloco. Lo Mejor mantener su mente ocupada.

Después de unos minutos Hermione entro con la bolsa para la pierna. Ambos se vieron y el tomo las cosas acariciando las manos de ella. Hermione le acaricio el pelo y salió mientras le daba unas sonrisas. Podían ver en sus ojos que lo que pasó había sido mucho más que un arrebato hormonal, ambos lo deseaban pero decidieron silenciosamente esperar, sobretodo Harry pues no sabía si Hermione estaba lista y aunque él no lo dijera abiertamente, él tampoco estaba listo. Aquel momento especial para ambos quedaría silenciosamente guardado, por ahora.

No se exprimiría la cabeza con ese tema, abrió y saco todo lo que contenía, aparto los sellos dejándolos de un lado de la bolsa y por último saco el maletín de Herramientas para moldear madera. Miro cada una de estas; escofinas, limas, serruchos, sierras, gubias, formones, cepillos y un mazo pequeño. Todos de color brillante, plateados y con la marca Ollivander bien grabado. Sentía una magia protectora no sería fácil dañar aquellos objetos y también estaba seguro que podía trasmitirles magia para activar alguna especie de cualidad. Necesitaría mucho conocimiento y habilidad para tallar algo, mejor familiarizarse con sus nuevas Herramientas plateadas igual que sicklet's. ¿Plateadas? ¿Sicklet?

-La tarjeta de obsidiana…. El saco de dinero- Dijo Harry recordando aquellos objetos del Banco de Gringotts y dándose un manotazo en la frente.

Como pudo ser tan olvidadizo, ambos objetos estaban en el monedero, pero…según las palabras de Apahtio si se perdían o se robaban, podría esperar 10 minutos y regresarían a él. Llevaba mucho más que ese tiempo y no regresaban. Tal vez no los consideraba perdidos o Robados. Después de todo se podía alejar del monedero o dárselo a otra persona y no aparecía espontáneamente en sus manos. Se concentró por minutos y consiguió poner en su mente como perdido. El aire comenzó a brillar y delante de él, apareció la bolsa y la tarjeta de obsidiana del banco.

-oh, Genial-dijo Harry tomando el saco metiendo la mano, pidió la carpeta donde tenía escrito todo lo que contenía y la saco. Era gruesa y muy extensa pero aun así, comenzó a leer, buscando un artículo en especial. Una sonrisa salió de su boca ya que ahí estaba "Reloj biblioteca", el objeto dicho por Sly, metió la mano y sacaría el objeto. Alguien toco la puerta, Harry intento concentrarse para que llegara a sus manos, pero seguían tocando la puerta insistentemente.

-¿Quién?-dijo Harry con la voz más molesta que encontró.

-Soy yo, Sirius-

-Ahora no-dijo Harry rápidamente, pero Sirius ya había entrado. Se sorprendió al ver todo lo que estaba esparcido por la cama, el simplemente metió todo en el maletín y luego echo todo al bolso del Banco, y este la metió en su bolsillos rápidamente. No estaba dispuesto a perderlos nuevamente.

-¿Cómo estas cachorro?-dijo Sirius sonando preocupado.-Veo que enojado, pero debes entender que era lo mejor-

Harry solo se dedicó a escuchar, estaba cansado por el correr para llegar al subterráneo, de las pláticas a gritos, del enojo que subía por la sus venas y se incrustaba en su cuerpo. Podía contestar agresivamente, tal vez intentan entenderlo, pero sencillamente no tenía ganas de hacer nada, así que solo escucharía.

-Sé que debes de sentir que es injusto... yo sentiría lo mismo-dijo Sirius con la voz triste-Sé que es pasar encerrado en algún lugar sin poder salir, sin ver el sol en días, sin saber nada de nada. Es horrible, un tormento-

Él se sentó en sillón, Harry nuevamente coloco sus manos detrás de su nuca y se acostó.

-Si me hubieras dicho que querías salir, te hubiera acompañado-dijo Sirius sonando ya preocupado-Tienes derecho a decir todo lo que pensabas. Perdóname por hacerte esto después de todo lo que hiciste por mí y por todos ellos….-

Harry suspiro pesadamente, si lo sentía tanto porque no le regresaban sus cosas, pero ya había tomado una decisión, no hablar a nadie en ese momento así que siguió guardando silencio. Paso un rato antes de Sirius volviera a hablar.

-Si me dijeras a donde fuiste, podría ayudarte un poco-dijo Sirius, las palabras cambiaron nuevamente el ánimo de Harry.

-¿Has venido a sacar información? Si es así puedes salir de aquí ahora-dijo Harry con voz enojada.

-Solo es por tu seguridad, Cachorro-dijo Sirius acariciando su cabello, no era precisamente reconfortante para Harry pero si lo calmo un poco. –Te lo aseguro-

¿Cuánto más podría odiar esa frase?

-Fui a dar una vuelta, ya se lo he dicho a Ron y a Mione-dijo Harry molesto- Ve a consultar la información, tu trabajo de espía a acabado-

-Harry-dijo Sirius su voz era casi de dolor.-Yo sé que no...Pero también sé que fue importante-

Los siguientes minutos fueron eternos ya que Harry no dijo ni una sola palabra y enseguida Sirius se paró.

-Te entiendo-dijo caminando a la puerta.-Sé que por ahora estás enojado, pero te juro que yo no creo que seas una arma-

-Sirius-dijo Harry con voz firme.

-Si-la voz de Sirius parecía mejor.

- Te quiero y sé que no pudiste estar ahí conmigo cuando tenía problemas, pero… -dijo Harry intentando que su voz sonara tranquila- tenía que hacerlo, te ayude a ti a ser libre y también tengo que ayudarlo a él… es familia. Aun así nadie tenía el derecho de quitarme la capa de mi padre o algo mío. Si crees que no soy un arma, demuéstramelo-

Harry miraba el techo, escuchando la respiración de su padrino, después de un rato Sirius cerró la puerta tan lento que tardo un minuto completo.

El resto de la tarde recibió visitas de todos en la casa y como con Sirius, Harry permanecía callado todo el tiempo algo molesto por que lo interrumpieran en sus asuntos. Siempre en todas las conversaciones aparecía la misma pregunta, claro que se la presentaban de diferentes formas y cada una con una pequeña opción de poder recuperar sus cosas, ¿Qué hiciste? Una y otra vez. Ojoloco el más rápido en entrar y salir, pregunto a donde había ido y que había hecho, Harry contesto firme su respuesta, enseguida salió como si estuviera conforme. Después entro Lupin el cual le dio una catedra completa de que debía tener cuidado, de que no debía meterse en problemas y actuar lo mejor posible, media hora escuchándolo lo dejo soñoliento. Lupin tuvo que salir algo molesto pues Harry comenzó a roncar después de la tercera vez que le preguntaba a donde había ido.

A quien no esperaba escuchar fue al señor Weasley que toco, dijo su nombre y en cuanto Harry les dio permiso entro suavemente.

-Hola Harry-dijo el señor Weasley lucia completamente normal como si ni siquiera hubiera salido de Grimmauld place.

-Hola-dijo Harry el señor Weasley no había contribuido en nada, además no podía negar que de todos era el único que no parecía enojado o afligido, simplemente pareció ser el mismo de siempre.

-Qué día más pesado-dijo sentándose en el sillón y subía los pies en la cama.- Muy interesante ¿no?-

-Demasiado interesante para mi gusto-dijo Harry intentando sonar calmado pero con poco tino.

- Hoy tuve que reparar otros 3 retretes regurgitadores-dijo el señor Weasley riéndose un poco-hubieras visto a los pobres muggles estaban bañados en el agua del inodoro-

-Alguna pista de quien lo hace-dijo Harry sonriendo, con verdadero.

-El rastro mágico sigue en investigación-dijo el señor Weasley, saco de su túnica una baraja de cartas explosivas-¿te apetece una partida?-

Harry acepto pasando toda la siguiente hora jugando mientras platicaban de todo menos de lo que había pasado ese día, el señor Weasley resulto un buen jugador por lo cual le dio algunos consejos en cuanto a trucos con las cartas, también le conto algunas aventuras que tuvo cuando era joven, como cuando se fugó del colegio con la señora Weasley y poco después estaban casados. Harry quedo muy sorprendió por la información, después de la hora el simplemente guardo el mazo de cartas y se dirigió a la puerta.

-Se me olvidaba, baja en media hora, estaremos celebrando a Ron y Hermione. Lo crees mi hijo es un prefecto-dijo feliz al decirlo con los ojos un poco cristalinos- Ya tengo a varios pero nunca creí que Ron lo fuera, estoy tan orgulloso-

-Señor Weasley-dijo Harry antes que saliera-¿por qué no me pregunto a donde fui hoy? todos lo hicieron, era como si alguien los mandara a sacarme la información-

El señor Weasley sonrió y alzo los hombros dándole un toque más juvenil.

-Supuse que si no se lo dijiste a Hermione, no se lo dirías a nadie, además tienes razón en todo lo que dijiste. No eres un arma, eres un muchacho y no te mereces todo esto. Nunca te has merecido todo lo que has tenido que pasar-

Harry solo le regalo una sonrisa grande, por lo menos el señor Weasley no era de esos que seguían ciegamente a Dumbledore.

-Y supongo que Molly mando a la mayoría, si me pregunta algo solo diré que me dijiste que diste un paseo. Ya lleva escuchando eso desde la tarde, no creo que si sale de mí se enoje más-el señor Weasley abrió la puerta-Por cierto tu baúl ya está hecho, Hermione lo hiso-

Harry después de un rato reviso su reloj de pulsera. Este estaba roto del cristal y la flecha de los segundos no avanzaba, pero su sentido indicaba que eran cerca de las 8 así que se decido a bajar. Cuando se acercó a la cocina se dio cuenta que todos estaban y por todos se refería a aquellos que estuvieron cuando le quitaron sus cosas, además de Kingsley. En la pared de la cocina había una gran bandera de color escarlata que colgaba por el final de la cocina con letras color dorada decía:

"Felicidades Ron y Hermione: Nuevos prefectos"

Hermione se acercó rápidamente y Harry le sonrió parecía más feliz que nunca. Pensó que se mostraría avergonzada por lo que había pasado sin en cambio se mostró igual que siempre. La abrazo mientras la felicitaba y vio que toda la mesa lo veía insistentemente. El simplemente se sentó como normalmente lo aria a un lado de Hermione y Ron del otro, durante el tiempo que la señora Weasley empezaba a poner todo en la mesa. No quería enojarse pero la señora Weasley le mandaba miradas irritadas mientras tomaba la mano de Hermione.

-Bueno creo que deberíamos hacer un brindis-propuso el señor Weasley cuando todos al fin tenían alguna bebida. Levanto su copa-¡Por Ron y Hermione, los nuevos prefectos de Gryffindor!-

Ron y Hermione lucían radiantes mientras todos bebían a su salud y luego aplaudían, Harry beso a Hermione sin importarle que todos la miraban y ella se sonrojo hasta quedar del mismo tono de rojo que Gryffindor.

-Yo nunca fui prefecta-dijo Tonks a Harry intentando cambiar el ambiente tenso, mientras todos se servían comida. Ahora que Harry la veía bien tenía el cabello color rojo y liso; parecía la hermana mayor de Ginny-El jefa de mi casa dijo que me faltaban ciertas cualidades necesarias-

-¿cómo cuáles?-pregunto Ginny que había escuchado mientras tomaba una papa asada.

-Como la habilidad de cuidar de mi misma-contesto Tonks poniendo un puchero algo infantil.

Ginny se rio; Hermione la miro sin saber si reír o no, por lo que tomo un trago de cerveza de mantequilla del tarro de Harry que de alguna forma era el más grande de todos, suponía que querían mantenerlo lo más contento posible. Él sabía que todos los ojos lo observaban pero el simplemente veía a su novia, como si fuera la única en la habitación.

-¿Qué hay de ti Sirius?-pregunto Tonks, pareciendo triste de no lograr que Harry hablara.

Sirius soltó una risa que asemejo a un ladrido.

-Nadie me hubiera hecho prefecto, pase demasiado tiempo en detención con James, por todas nuestra escapa...-enseguida se silenció por un codazo de Lupin además de que Hermione lo fulminaba con la mirada mientras Harry apretaba los puños, a lo que no termino y continuo con otra cosa-Lupin gano la insignia-

-Dumbledore intento que yo controlara a mis mejores amigos-explico Lupin viendo a Harry pero este seguía con la mirada clavada en los ojos de su castaña-lamentablemente siempre falle-

Harry simplemente se dedicó a comer mientras Hermione le hacía cosquillas y caricias bajo la mesa, él se las regresaba siendo un juego entre ellos evitando a todos los demás presentes. Todo esto hacia que el sonriera, todo el mundo parecía estar más a gusto cuando él lo hacía. La señora Weasley tenía su usual discusión por el pelo de Bill, Fred y George trataban de bromear con Harry a lo que él solo les sonreía y seguía comiendo o tomando un trago de cerveza de mantequilla. El resto de la cena se la pasaron hablando sobre lo que implicaba ser prefecto a Harry no le llamaba la atención pero Hermione se mantenía muy adentro de la plática.

-Hay algo que no entiendo-dijo Ron rápidamente- ¿Por qué Dumbledore no nombro como prefecto a Harry?, el cumple con cada aspecto que mencionan-

Todos quedaron en silencio sin nadie decir nada. A lo que Harry suspiro.

-Ron. No confía en mí-dijo y siguió jugando con los cubiertos.

-No creo que sea eso Harry-dijo Lupin, pero el continuo con los cubiertos poniendo uno sobre otro en un balance perfecto entre ellos y luego haciéndolos girar.- De seguro pensó que no era necesario, con todo lo que te esforzaste el año pasado-

-Bueno, eso demostraría su confianza y más si se esforzó tanto. Es lo que yo hubiera hecho, como le dije a Tonks el otro día, si Rufus no me la asigna en el escuadrón yo mismo pediré que entre, confió en ella plenamente-dijo Kingsley ya que él no savia que había pasado esa tarde-Además como Prefecto los que dice el profeta cambiaria de opinión de ponerlo como el "niño que mintió" o "El delincuente que quiere llamar la atención" al "Prefecto Potter"-

Todos miraron a Harry incluso Hermione le tomo la mano como si lo estuvieran hubieran dañado, pero siguió con su pequeño jueguecito ya que era el octavo cubierto que lograba poner. Había escuchado bien, pero no le importaba. Él ahora tenía más posibilidades de ganar contra Voldemort pero aun así no le diría nada a nadie menos al profesor Dumbledore. Cuando todos se dieron cuenta que Harry no prestaba atención siguieron su plática y Lupin salió con Kingsley, seguramente para contarle lo que había pasado.

Cuando todos empezaron a retirarse Moody espero un momento antes de salir, se acercó y lo miro con ambos ojos, haciendo que se estremeciera, ¿acaso podría ver sus entrañas?

-¿Estás bien, muchacho?-gruño Moody.

-Siempre- Dijo Harry con tono aburrido, luego miro el moretón en el mentón de Moody- ¿Usted está bien?-.

-Si…ven conmigo tal vez pueda darte algo que te interese-le propuso, Harry sintió un poco de esperanza de recuperar la capa, diciéndole que no la ocupara o que la ocultara bien.

Cuando estaban en la sala, de su túnica saco una vieja foto mágica.

-La orden del fénix original-dijo Moody con un tono de voz alegre pero con su expresión tan seria como siempre-la encontré cuando buscaba mi capa invisible de repuesto- Harry gruño-No hay manera de que te pueda regresar la tuya o todavía no... Pensé que te gustaría verla-

Harry tomo la fotografía, era un pequeño grupo de gente, algunos saludando mientras otros agitaban sus manos.

-Aquí estoy yo-dijo Moody señalándose a sí mismo algo innecesario ya que era inconfundible, aunque su pelo estaba menos gris y su cara más completa. En la foto también estaba Dumbledore, Lupin, los señores longbottom, Hagrid incluso Alberforth, el profesor señalo cada uno de los miembros mientras sonreía. El corazón de Harry latió rápidamente y le dolió, sus padres lo saludaban, ambos eran iguales a los que había visto en el cementerio, pero estos eran a color, sonreían amablemente.

-Gracias-dijo Harry al profesor.-Lamento haberlo golpeado-

-oh, no te preocupes por eso, es comprensible, si me lo hubieran hecho a mi seguro que la mitad terminaría en san mungo-dijo Moody con una sonrisa.- Además reconozco que tu poder es abrumador, solo puedo imaginar que lograrías con la varita-

-Créame todos en la habitación hubieran terminado noqueados, excepto mione. Nuevamente muchas gracias por la foto, pero aun así no le perdono lo de Mi capa ¿Me la regresara?-dijo Harry mirando al profesor.

-Créeme muchacho, si pudiera lo haría pero no la tengo-dijo el profesor rascándose la barbilla.

-¿Quién?-dijo Harry regresando la vista a sus padres.

-Lupin, tiene todo-dijo Moody su ojo giro a todas direcciones como checando que nadie escuchara.-Bueno me voy, tengo que prepararme para mañana-

-Descanse bien-dijo Harry regresando junto a Hermione para ir a descansar.

No se molestó en entrar al cuarto de siempre, fue directamente al cuarto de Hermione dándole un último beso y subiendo al pequeño cuarto de arriba. Harry observo por horas la foto, olvidándose de todo pues solo veía sus padres. Repaso cada cara de la Orden, Dumbledore, Alastor, Alberforth, Alice y Frank longbottom, Benjy Fenwick, Caradoc Dearborn, Dedalus Diggle, Dorcas Meadowes, Edgar Bones, Elphias Doge, Gideon y Fabian Prewett, Marlene Mckinnon, McGonagall, Mundungus, el asqueroso de Peter Pettigrew, Lupin, Sirius, Hagrid, Snape, Sturgis Podmore. Muchos de ellos habían muerto por acabar con Lord Voldemort que nuevamente se había alzado y por culpa suya. No permitiría que murieran más personas a mano de ese ruin hombre. Tomo su varita y se colocó la foto en la bolsa del banco, se acostó con las manos detrás de la cabeza y cerró los ojos.

Al abrirlos Harry se encontraba en Hogwarts caminando por los terreno, bueno caminando era poco corría se sentía cansado y agitado, se adentró al lago como si nuevamente Hermione estuviera con las sirenas, pensó que sentiría el agua fría o por lo menos el agua, pero la imagen simplemente mostro muros de plantas tan altas que apenas y se veía el cielo, estaba parado en el laberinto. Corría como nunca, doblando en cada pasillo o saltando algún obstáculo, al cruzar un pasillo ahí estaba el cuerpo de Sirius en el suelo.

-¿Sirius?-dijo Harry acercándose, mirando el pálido rostro. Se acercó a su pecho que aun subía y bajaba, no podía dejarlo morir, tan sutil como se acercó un cuerpo más apareció a un lado, era Lupin estaba pálido y no respiraba. Se acercó más apareció la señora Weasley también tirada, ojoloco, los gemelos, Ginny, Bill, Charlie, Percy, el señor Weasley, McGonagall seguían rotando y Harry no podía hacer nada. Alguien gimió detrás de él y giro para poder ver si podía ayudarlo. Su corazón se estremeció y dolió, apareció Ron con un hilillo de sangre salía de su boca, comenzó a toser sangre y en un segundo dejo de moverse con los ojos mirando los de Harry.

-No-grito Harry arrodillándose y viéndolo.

Unos pasos se acercaron, levanto la varita apuntando con todo el dolor de su corazón, ahí parada enfrente de él estaba Hermione, tenía una expresión de terror tenia rasguños por todos lados, la sangre botaba de su abdomen, calló pesadamente. Harry salto a sostenerla, acunándola en sus brazos, su cuerpo estaba frio. El corazón de Harry se destrozó.

-Harry-dijo la voz de Hermione con los ojos entrecerrados, su respiración se hacía menos rítmica.

-NO, HERMIONE, MI AMOR, PORFAVOR NO-grito Harry con desesperación.

-Harry-dijo quedamente su voz cerrando sus ojos, pero aun respirando.

-TE AMO, QUÉDATE CONMIGO- Grito Harry dándole un beso en la frente mientras la pegaba a su cuerpo- NO ME DEJES SOLO-.

-Harry, mi querido Harry-un voz fría y aguda de ultratumba resonó en sus oídos.-Esto lo provocaste tu-

Harry levanto la vista ahí enfrente estaba Voldemort, apuntando a Hermione.

-¡NO!-grito con todas sus fuerzas cubriendo el cuerpo de su novia. Mientras una luz los cubría.

Un duro golpe sacudió a Harry y enseguida se encontró en el suelo, era un piso de madera cubierto de polvo, su mejilla se sentía caliente resaltando en el frio del suelo. Harry estaba todo sudado, la garganta seca y el cuerpo entumido, centro su vista mirando debajo de la cama.

{Fue un sueño, solo un maldita pesadilla} pensó Harry muy agitado.

Se levantó de golpe, seguía en la pequeña habitación, la cicatriz le dolía pero la podía soportar. Volteo a todo lados, observando la pequeña habitación, se recostó nuevamente pero no pudo dormir solamente veía el techo mientras se preguntaba cuando las pesadillas terminaría. Siguió pasando el tiempo hasta que tocaron la puerta ruidosamente.

-Harry, mi madre dice que vamos a perder el tren-dijo la voz de Ron.

-En un segundo voy-dijo Harry levantándose, buscando la varita en su bolsillo, la bolsa del banco, mientras se estiraba.

Hermione entro aceleradamente, justo cuando Harry se dirigía a la puerta.

-Buenos días amor, es tarde tenemos que irnos-dijo Hermione sonriéndole, vestida con una camisa rosa y unos jeans negros.

Harry recordó su sueño, se lanzó y la abrazo fuertemente mientras la besaba. Hermione se sobresaltó, pero el continuo la necesitaba sentir, necesitaba simplemente saber que estaba ahí, que nada de la pesadilla era verdad. Lo abrazo, mientras él ponía su cabeza en el hombro de ella, pasaron unos segundos mientras ella le acariciaba el cabello y la espalda.

-¿Estas bien?-pregunto Hermione preocupada.

-Todo bien-dijo Harry poniendo su frente en la de ella y sonriendo- Solo sentí el impulso de abrazarte y besarte, te necesitaba.-

Hermione le acaricio la mejilla mientras le sonreía, tomo su mano y lo condujo afuera.-la señora Weasley lo ha arreglado todo, solo falta uno de la escolta y podremos salir-

-¿Escolta?-dijo Harry sobresaltado-¿Vamos a ir a Kings Cross con escolta?-

-Tú vas a ir a Kings Cross con escolta-corregido Hermione cuando habían llegado a la sala de estar.

-NO-grito Harry y se quedó parado-Ahora una escolta, que piensan, que me voy a ir a buscar Voldemort o que voy a ir por ahí lanzando hechizos a diestra y siniestra a cualquiera que me parezca un mortífago-

-No Harry, pero es lo que ordeno...-comenzó Hermione con una pequeña mueca de incomodidad.

-DUMBLEDORE OTRA VEZ, ESTOY HASTA LA CORONILLA DE SUS ESTÚPIDAS ORDENES-grito con todas sus fuerzas para que todos en la casa lo escucharan.

-¡Harry!-dijo Hermione tomándolo del rostro con una mirada severa y entrecerrando los ojos, Harry le encantaba esas miradas de autoridad, pero no era momento de decirle-Escucha, solo será unas cuantas horas más y después estaremos en Hogwarts, sin escoltas, sin vigilancia-

Harry dudaba que no lo vigilaran aun así asintió con cabeza, no quería tentar a su suerte y conociendo a Hermione podría dejarlo noqueado si le daba la gana.

-Bien, pero solo porque tú me lo pides-Dijo Harry mientras le sonreía.

Enseguida apareció la señora Weasley, parecía haber escuchado a Harry ya estaba roja y mostraba una sonrisa algo torcida.

-Harry tu baúl y la jaula de hedwing están en el pasillo-dijo mirando la escena.

-¿Mi escoba?-dijo Harry intentando que fuera más una orden que pregunta.

-No, Lupin aun la tiene-dijo la señora Weasley mientras se dirigía escaleras arriba, grito que bajaran todos.

-Genial ni mi escoba puedo tener-dijo Harry sobándose la cicatriz el dolor no lo había dejado.

-¿Te duele?-pregunto Hermione.

-No-mintió Harry, de verdad le dolía mentirle a su novia, pero como podría decirle que poco a poco se acostumbraba al dolor en aquella cicatriz.

Enseguida bajaron todos con sus baúles y sus cosas, Ron mostraba su insignia en una playera nueva, mientras llevaba un baúl nuevo, más chico y con colores escarlata y dorado. Fred Y George se habían puesto insignias también pero con una decía "Mi Hermano es un…" que cambiaba a "…Prefecto Troll". Harry quería reírse pero se aguantó al ver la mirada fulminante de la señora Weasley hacia los gemelos.

-Harry, tu vendrás conmigo, Tonks y Sirius-dijo la señora Weasley, por encima del ruido que hacían todos.

-Por la química de Paracelso-dijo Harry ahora no quería saber nada de ella o de alguien más.- esto es un …-

-¡Harry!-dijo Hermione a su lado nuevamente mandándole una mirada fulminante.

-Bien, bien-dijo Harry alzando los brazos-Me aguanto-

Al abrir la puerta salieron a un día soleado de septiembre. Sirius ya se encontraba afuera sonriendo como nunca cerrando los ojos con el sol en el rostro. Harry agarro su baúl y lo aventaba al suelo con fuerza ante la mirada de todos. Hermione rodo los ojos y suspiro profundamente seguramente calmándose a sí misma.

Sirius volteo a verlo sonriéndole un poco.

-¿Mejor?-pregunto su padrino.

-Algo, agradece a tu ahijada-dijo Harry tomando la jaula de hedwing, tratando de introducirla por el baúl ya que solo tenía unas túnicas y un par de cambios de ropa. Logrando hacerlo pero abollándola completamente. Después lo arreglaría con magia.

-Harry, mira yo quería decirte...-empezó Sirius

-Tranquilo-dijo Harry levantando el baúl.- Ya paso, ninguno de los dos puede hacer algo con el pasado, pero podemos cambiar el futuro. Siento todo lo que hice y dije, ¿Aun soy tu cachorro? –

-Siempre, sin importar que-dijo Sirius acercándose y abrazándolo, él lo dejo, lo apenaba un poco pero con su pesadilla tan escabrosa no podía negarse que lo necesitaba. Cuando se separaron Hermione entrelazo sus dedos, vio sus ojos relucientes de felicidad, no era necesario la conexión mental para saber que estaba muy orgullosa de él.

-¿Dónde está Tonks?-pregunto Harry desviando la atención.

-Ella nos espera ahí-dijo la señora Weasley fuertemente al salir, una anciana les saludo desde la esquina. Tenía el pelo rizado y gris, llevaba un sombrero morado con forma de pastel.

-¡Como estas Harry! - dijo ella guiñándole el ojo.

-Siendo sincero podría estar mejor-dijo Harry con voz tranquila-Pero estoy mejor-

-Entonces démonos prisa ¿vale?-dijo Tonks sonriendo y dando un saltito.

-En cuanto antes llegue a Hogwarts mejor-dijo Harry rápidamente mientras le devolvía la sonrisa.

-Se siente fantástico, ser libre-dijo Harry sonriéndole a Sirius, nuevamente cerraba los ojos sintiendo el sol en su rostro y con una sonrisa enorme

-Es un sueño hecho realidad -dijo Sirius sonriendo completamente, miro a Harry y luego a su cicatriz, hiso una mueca.

-¿Qué pasa Sirius?-pregunto Tonks dándose cuenta.

-Nada, solo recordé algo horrible-dijo Sirius bajando la vista. Harry sé pregunto que había pasado por su mente.

Demoraron al menos 30 minutos en llegar a Kings Cross a pie y nada importante pasó en ese tiempo, sin contar que no platicaban entre ellos, mucho menos con Harry, también que siempre que iba demasiado rápido la señora Weasley lo detenía. Una vez en la estación, Harry se dirigió a la entrada entre la plataforma nueve y tres cuartos, sin esperar a que estuviera despejado a lo que la señora Weasley lo detuvo del cuello de la camisa y Harry gruño asustando a un montón de gente, Sirius estuvo tan molesto con la señora Weasley como él. Pasó el tiempo en que esperaban a que nadie lo viera con mala cara asustando a un par de niños que corrían al verlo. Cuando al fin lo dejaron cruzar, vio el expreso de Hogwarts emitiendo vapor negro, con su pintura roja escarlata y las letras doradas. El andén estaba lleno de estudiantes que se despedían de sus familias. Harry aspiro el olor familiar, sintió que al fin podría tener un poco de libertad.

-Espero los demás lleguen a tiempo-dijo la señora Weasley, mirando fijamente la entrada al andén.

Harry enseguida comenzó a ver que todos en el andén cuchicheaban al ver a Sirius.

-¡Hola Harry! ¿Cómo estás?-dijo Seamus acercándose pero parándose en seco al ver a Sirius.

-Hola Seamus, estoy bien. Supongo que conoces a mi padrino Sirius Black, recién exonerado de todos los cargo-dijo Harry sonriendo, mientras Sirius hacia una leve inclinación.

-ah...¿co…co...como es..esta señor bl..black?-dijo Seamus tan tartamudo que le recordó a Quirrell.

-Muy bien, es un gusto conocerte-dijo Sirius sonriendo.

Enseguida Seamus se inclinó demasiado y salió corriendo de ahí. Sirius levanto una ceja.

-Se le veía más valiente en el castillo-dijo Sirius alzando una ceja.

-No es más cobarde de lo que se ve-dijo Harry también riendo.

Moody venia cojeando por el arco de la entrada tirando de un carro con baúles.

-Todo bien-susurro a la señora Weasley y a Tonks -No nos han seguido-

Harry pasó el resto del tiempo jugueteando con su varita haciéndola girar y haciendo diferentes piruetas con esta. Su mente vagaba en lo que tenía que hacer, en cuanto estuviera en el tren sacaría el reloj biblioteca y aprendería que tenía que hacer. Era mucho lo que tenía planeado y sería muy complicado hacer todo, pero con tiempo y esfuerzo lo lograría. Sirius le Hablo pero él seguía en su mundo sin percatarse de ello, hasta que segundo más tarde, el señor Weasley apareció en la plataforma con Ron y Hermione. No se habían ni acercado cuando apareció George, Fred y Ginny con Lupin.

-¿Algún problema?-pregunto Moody.

-Hasta cree-dijo Harry sonando mordaz-Una escolta que tontería-

Todos lo miraron algunos curiosos otros con enojo en especial la señora Weasley, mientras Hermione nuevamente rodaba los ojos pero con una sonrisa y Ron parecía preocupado de que Ojoloco lo atacara.

-Daremos un informe a Dumbledore sobre Sturgis-dijo Moody dándole una leve sonrisa-Esta es la segunda vez que no viene en la semana.-

-Ya me imagino el informe, "Ha sido una completa idiotez, si lo hace otra vez, Harry le pateara su lindo trasero"-dijo Harry intentando que sonara amenazante.

-Harry eso no es muy maduro-dijo la señora Weasley enojada.

-No, pero es lo que hare si Dumbledore no deja de entrometerse en mi vida-dijo Harry con voz fuerte.

-¡Harry!-dijo Lupin que parecía más cansado que nunca.

-¿Qué?-pregunto Harry sin algún tono en particular.

-Dumbledore solo quiere protegerte al igual que nosotros-pregunto Lupin frunciendo el entrecejo-Deberías intentar entenderlo-

-Lo entiendo, pero él no comprende cómo me siento yo -dijo Harry irritado- quitándome mis cosas, encerrándome con un hechizo, alejándome de todos y todo, intentando quitarme lo que más amo en esta vida. -

-¿Lo que más amas?-dijo Sirius con un tono de sorpresa.- Te refieres a…-

Ron, Ginny, Fred, George incluso Tonks vieron a Hermione. Sirius abrió la boca al igual que Ron, mientras la señora Weasley y Lupin miraban a otro lado.

-No… el no pudo… o ¿sí?… -comenzó Sirius con una cara de sorpresa. Harry sabría que tendría una reacción peor si se enteraba de lo que le conto Hermione.

-Dumbledore piensa en mí seguridad en que nada me pase, pero aún siguen sin entender que mi seguridad no cambiara hasta que Voldemort esté muerto-dijo Harry desviando la atención y mirando a Lupin firmemente-El reloj de los Weasley lo mostraba porque es la verdad, permaneceré en peligro de muerte hasta que lo elimine, no importa donde este yo o si este con alguien, eso es inmutable. Uno de los dos deberá morir a manos del otro, pues ninguno de los dos podrá vivir mientras siga el otro con vida-

-¿Y eso que es, Harry?-pregunto Tonks con voz chillona.

-Si su líder no se lo ha dicho, yo no tengo por qué decirles-dijo Harry tranquilamente- Pero piensen bien en las palabras y piensen que más les oculta Dumbledore-

-Cariño, solo queremos… protegerte-comenzó al Señora Weasley se veía roja y con los ojos cristalinos.

-No pueden, por eso yo debo ser más fuerte-dijo Harry tranquilamente- Porque si quiero un futuro junto a los que amo- acaricio la mano de Hermione-debo prepararme bien para cuando me busque, para matarlo-

Nadie dijo nada. Sin esperar contestación o siquiera despedirse Harry comenzó a caminar por el andén hasta entrar la puerta del tren mientras Hermione se despidió de todos a su espalda, sonó el pitido del tren alarmando a todos que partiría pronto, así que Harry miro a todos a la distancia y no paso inadvertido que Sirius estaba triste, y el lo llamo con la mano. Sirius se acercó rápidamente.

-¿Que pasa?-pregunto Harry con el ceño fruncido pero un poco preocupado.

-Creo que no podre verte hasta navidad, entrar al castillo ahora ha de ser imposible-dijo Sirius mostrando un leve sonrisa

-Puedes entrar si quieres-dijo Harry sonriéndole- Te dije que lo lograría y lo he hecho-

-¿De verdad?-dijo Sirius con una gran sonrisa.

-Sí, yo siempre cumplo mi palabra-dijo Harry sin decir una palabra más ambos se despidieron mientras lo sabían, se verían muy pronto.

Todos subieron y el tren comenzó a avanzar, enseguida Sirius tomo su forma de perro y comenzó a seguir al tren agitando la cola, Harry se despidió con la mano hasta que lo perdió.

-Bien-dijo Fred, dando una palmada-No queremos tener la misma conversación, nos vamos a hablar de negocios con Lee. Luego te vemos, te contaremos que tal van las finanzas- y desaparecieron por el pasillo de la derecha.

-Genial, Busquemos un vagón-dijo Harry sonriendo a Ron y Hermione al fin podía platicar con ellos todo el camino.

Ron y Hermione intercambiaron miradas.

-Bueno-dijo Ron con voz baja.

-Ron y yo, deberíamos ir al vagón de los prefectos-dijo Hermione pareciendo incomoda.

Ron no miraba a Harry y Hermione hacia una mueca.

-oh-dijo Harry pareciendo sorprendido pero sabía bien que en el fondo esperaba que dejaran ese vagón por estar con él un rato.-Bien me parece genial, deberían ir ahora mismo, tienen que contarme como es y también que tal se viaja-su voz parecía completamente alegre pero en el fondo le dolía mucho.

-No creo que pasemos ahí todo el viaje-dijo Hermione rápidamente como si se percatara de su dolor- las cartas decían que recibiríamos instrucciones y patrullaremos los pasillos por turnos-

-Bien- dijo Harry con alegría fingida-luego los veré tengo que encontrar a Neville de los dementores seguro se muere del susto-

-Claro-dijo Ron dedicándole una sonrisa a Harry.

Hermione le dio un beso antes de salir con Ron hacia el frente del tren donde quedaban los vagones de los prefectos. Harry salió al lado contrario con la intención de ver quien de sus amigos encontraba. Recorrió un gran número hasta que por fin los vio, Neville sentado al Lado de luna mientras ambos se sonreían. Al verlo le agitaron la mano.

-Hola Harry-dijo Neville rápidamente.- ¿Cómo fue tu verano?-

-No fue tan bueno, pero dentro de lo que cabe me divertí-dijo Harry bastante mal se la había pasado para recordar solo lo malo. Entro y dejo su baúl aun lado del de Neville.

-¿Hermione y Ron?-Pregunto Luna mirando el pasillo con insistencia.

-En el vagón de prefectos-dijo Harry sentándose.

-¿Enserio?-Dijo Neville sorprendido-¿Pensé que tu…?-

-No, le dieron la prefectura a Ron-dijo Harry sonriendo y poniéndose las manos detrás de la nuca.

-Hermione no me sorprende-dijo Luna rápidamente mientras sacaba un periódico raro. Harry leyó nombre "El Quisquilloso". - Ron, digamos que le falta presencia y un poco de respeto por parte de los alumnos-

-Estará bien-dijo Harry esperando a Ron le sirvieran haber sido Subdirector de Pendragon.

-Bueno, aunque tiene también a Daphne de su lado-dijo Neville mientras atrapaba a Trevor en un salto.

-¿Daphne?- Pregunto Harry sorprendido.

-También ha sido seleccionada para ser Prefecta, ella y…Draco-dijo Luna mirando a Harry, le sonrió y luego regreso a su periódico.

-No puede ser-dijo Harry con voz cansada mientras se rascaba la nuca.- Este año será muy cansado, ¿Cómo se enteraron?-

-Vi a Daphne con su madre y su Hermana-dijo Neville- Ella llevaba la insignia en el pecho y luego vi a Draco con la insignia cuando subía-

-¿Daphne tiene una Hermana?-Preguntaron Luna y Harry sorprendidos.

-Bueno supongo que era su Hermana, era una chica de un año menor que tu Luna. Tenía pelo castaño igual que la madre de Daphne y ojos verdes, aunque me parecía algo pálida-continuo Neville, Harry se dio cuenta entonces que ambos se veían algo incomodos. Y por un intente se percató que Neville tenía la mano muy cerca de la de Luna.

-Creo que iré a buscar a la señora del carrito, tengo Hambre-dijo Harry sabía que hacia mal tercio.

-Tengo algo aquí Harry-dijo Luna señalando su baúl.- Si quieres…-

-No tranquila, regreso en un rato-dijo Harry sonriéndoles y abriendo el compartimiento.

Y ahí estaba solo, en un tren donde todos los vagones estaban ocupados, no podía andar por los pasillos y tampoco ir con Hermione o Ron. Se rasco la nuca, no quería incomodar a Neville y Luna menos cuando esos dos podrían estar en plan romántico, sabía lo que se sentía y no le agradaba entrometerse. Camino al final del tren y salió para respirar un poco del aire de afuera, vio pasar las casas, las calles, personas, y carros a toda velocidad mientras se preguntaba qué hacer.

Unos segundos después se giró y vio la escalerilla que daba al techo, entonces sin saber porqué, subió. El techo era diferente de lo que creía, se separaba en tres partes, los dos de cada lado del tren se levantaban en un Angulo hacia las calles, la parte de en medio bajaba dejando un hueco lo suficientemente grande para que dos personas estuvieran ahí sin problemas. Se acostó justo ahí, sentía en la espalda el frió metálico, en la cara el aire corriendo y como zumbaban sus oídos, era como si estuviera volando aunque él seguía acostado. Se dedicó a ver el cielo, sabía que su cuerpo se movía muy rápido, pero las nubes se movían lentamente, alguna que otra estaba gris amenazando con llover.

Todo de alguna forma iba de mal a peor, no tenía su saeta de fuego, las cartas de sus padres, los libros o el Horrocrux. Ahora Hermione y Ron eran prefectos tenían muchas ocupaciones que ahora mismo estaban empezando y que seguramente en un futuro serían más, iba a Hogwarts donde seguramente Dumbledore encontraría una forma de encerrarlo para que no saliera del castillo, Hagrid estaría en las montañas con los gigantes que no habían tomado aun bando, Cuando llegara no podría ir a la sala de menesteres sin la capa porque alguien se percataría o incluso Lupin podía estarlo vigilándolo con el mapa del merodeador.

No savia si las clases le serian algún reto para él aunque realmente lo deseaba, ¿Qué aria con los Pendragon?, seguramente todos tomarían su vida normal de Hogwarts, la prueba era que Hermione, Ron y Daphne que ya la estaban re-tomando. Aun necesitaba aprender mucho y además tenía hacer una varita cuanto antes, demasiados problemas y las circunstancias no lo favorecían.

Algo paso encima de su cabeza, era blanco como una nube pero con alas, con gran dificultad seguía el paso del tren, Harry tuvo que levantarse y ayudarla. Hedwing tenía atada a la pata una carta y parecía feliz de estar con él, a lo que le picoteo la mano y Harry le acaricio las plumas. Guardo la carta que era de Hermione, podía leer claramente que era la contestación de sus padres. Se acurruco con Hedwing bajo el brazo mientras la acariciaba. Su amiga se mostraba más gusto que nunca.

Harry saco la bolsita del banco y saco lo primero que se le vino a la cabeza. El reloj biblioteca. Al principio no estaba seguro de que funcionara, no sabía si fuera tan sencillo, extrañamente lo fue. Al observar bien era un reloj de bolsillo plateado, con su cadena larga y fina, su forma circular bien definida y su pequeño botón y perilla para colocar la hora, aunque como todo lo mágico podía aparentar una cosa y ser otra. No se levantaba la tapa para poder ver la hora en su lugar se veía trasparente con un montón de pequeños libros.

Toco con su dedo el pequeño cristal que los mostraba, era sólido y aunque lo toco por todos lados no parecía hacer ninguna cosa. Una idea le llego, alzo la pequeña perilla para poner la hora y la giro un poquito enseguida uno de los libros brillo con un aura azul y mostro en el marco del reloj, "Guía de transformación para principiantes, Emeric Switch". ¿Por qué tenía un libro del primer curso de Hogwarts?, continuo girando la perilla leyendo títulos, como "Animales fantásticos y donde encontrarlos, Newt Scamander", hasta "Paseos con los hombres lobo, Gilderoy Lockhart".

-Necesito uno que me haga más fuerte-dijo Harry molesto al ver que todos eran libros que ya había leído.

Los libros se recorrieron y dejaron vacío el cristal, un segundo después aparecieron otros, comenzó a buscar los títulos eran atrayentes, el que más le atrajo la atención fue el título "Nacidos en tierra: La fuerza corporal máxima". Presiono el botón como si fijara la hora y el libro se materializo enfrente de él. Sonrió como si fuera navidad, ya que el articulo era lo mejor que había visto, esperaba mostrárselo a Hermione estaría fascinada. Mientras él estaba acostado y con su amiga dormida, hiso que el libro flotara sobre sus ojos, comenzó a leer, pasando las hojas igual mente con magia.

En resumen el libro explicaba cómo utilizar la magia para reforzar los músculos del cuerpo, otorgándole a quien la utilizara una fuerza gigantesca, según el libro "Jotun" consigo ser tan fuerte que levantaba 10 veces su propio peso. Era extremadamente sorprendente, y no se dio cuenta cuanto tiempo paso mientras pasaba las páginas y leía detenidamente. Continúo informándose hasta que empezó a llover, faltaban casi dos horas de llegar a Hogwarts, así que solo creo un hechizo protector en forma de campana sobre de ellos, la lluvia golpea tan fuerte que pocos quisieran estar afuera pero él se mantenía muy entretenido con Hedwing calientita y durmiendo.

Así que el resto del viaje se la paso sin darse cuenta, la noche se unió a la lluvia como no había luna todo se mostraba más obscuro que nunca impidiéndole continuar leyendo. De repente se levantó con un pensamiento, Hermione a esas horas estaría buscándolo en el tren. Lo peor llego cuando comenzó a detenerse poco a poco y los ruidos de la gente saliendo del tren.

{Me va a matar Mione} pensó Harry mientras tomaba a Hedwing despertándola de muy mal humor y saltaba las escaleras de servicio para entrar por la puerta. Salió del tren justo a tiempo que la mayoría se había ido, el aire nocturno lo sentía en la cara, Harry olio los pinos que crecían en el sendero. Supo que sería imposible escuchar la voz de Hagrid por lo mismo comenzó a correr con Hedwing picándole la oreja por despertarla, sin esperar a ver a Hermione o Ron, ellos deberían estar ya en el castillo.

Los cientos de carruajes que siempre llevaban a los estudiantes que no eran de primero. Se detuvo viendo a las creaturas atadas a los carruajes, caballos negros que parecían esqueléticos, haciendo que cada hueso se remarcara tanto que parecían estar fuera de ellos. Su cabeza de dragón, sus ojos sin pupila, blanco y fijo. Tenían alas grandes y con textura a cuero parecida a la de murciélagos.

-Thestrals-dijo Harry caminando a ellos, lo acaricio y resoplo mirando al muchacho. Un par de alumnos pasaron mirándolo y cuchicheando, ignorándolos siguió acariciando al Thestral, Harry sabía bien que solo alguien que hubiera presenciado la muerte podría ver a un Thestrals, a lo que se preguntó si era por los fantasmas en el cementerio o por la muerte de amiji, doliéndole más que nunca que su escreguto no siguiera junto a él. Continuo hasta que se dio cuenta que si no se apuraba Hermione o Ron alertarían a medio castillo y su siguiente castigo seria estar atado a la mazmorra con Snape como carcelero.

Nadie se quería subir en el carruaje de Harry por lo cual el Thestrals comenzó a caminar llevándolo al castillo, solo con la compañía de Hedwing. El rechinido y tambaleo de los carruajes se movieron en caravana sobre el camino. Cuando pasaron entre los pilares de piedra coronados con jabalís alados, colocados a ambos lados de la entra, sintió la magia que desprendía Hogwarts. No era como antes que el cosquilleo le decía que había magia en el aire, ahora era como sumergirse en agua caliente y reconfortante, el sentimiento paso rápidamente.

Una luz brillo en el carruaje, asustando a Hedwing y a el mismo Harry, reviso inmediatamente de donde venía, en su hombro derecho relucían los colores de cada casa de Hogwarts, el símbolo le quemo la manga de su playera y la piel, casi en una fracción de segundo sintió dolor y alivio. Se alzó el resto de la manga para observar el símbolo de la Escuela con los colores rojo, amarillo, verde y azul brillando en su piel.

{Genial, ahora tengo un tatuaje} gruño Harry en su mente, revisando la piel no era exactamente tinta y tampoco algo externo, era como si su piel brillara de ese color formando el símbolo.

Harry saco su túnica y se la coloco, no deseaba que nadie supiera de su nuevo tatuaje. Menos Hermione, ¿Cómo se pondría al enterarse de solo había aparecido?, ¿Cuántas horas lo regañaría? Algo andaba raro, entre más se acercaba al castillo las presencias mágicas las veía sin necesidad de cerrar los ojos. Esas magias algunas pequeñas otras más grandes, de todos los colores y formas. Se concentró intentando no ver las, por segundo parecía todo normal y otros después volvía a sentir todas las magias, abrumando sus sentidos. Cuando al fin se paró el carruaje, él estaba nuevamente normal, bajo llevando a hedwing en el hombro, entro al vestíbulo donde antorchas flameantes se mostraban.

-Ve a la lechuceria, te lo mereces, yo llevo el mensaje a mione-dijo Harry a Hedwing, ella entendió y voló lejos.

Subió por las escalinatas que daban a la entrada del gran comedor, se aseguró tener todo en la bolsita del banco, al entrar al gran comedor las mesas estaban repletas de alumnos el ruido de voces se escuchaba por todos lados, el techo totalmente negro y sin estrellas. Las decoraciones de los colores de las casas. Las velas encendidas y flotando en el aire a lo largo del gran comedor, iluminando a todos lados. Otra vez los murmullos hacia su persona, los alumnos diciendo que mentía. Harry quería salir de ahí y se dirigirse a la sala de menesteres para quedarse ahí por todo el curso, aun así se obligó a entrar.