Y aquí el siguiente capítulo, he tardado algo menos que el anterior y algo más de lo acostumbrado. Aun así me he apurado y escribí algunas cosas con prisa, no sean muy duros, si tienen dígamelas y las escribiré y re subiré el capítulo. Espero les guste.
Disfruten.
Todos los personajes son propiedad de J. K. Rowling.
Capítulo 45.- La mente es más fuerte que el cuerpo.
Años antes, pasar Navidades era quedarse en el castillo, esta vez seria con la familia Weasley y lo que antes lo hubiera emocionado ahora era un completo suplicio. Harry solamente esperaba que alguien le hablara o le hiciera alguna pregunta, nadie le dirigía la palabra. Cuando Tonks llego en la noche se mostraba interesada por lo que había pasado la noche anterior a lo que todos contaron la historia o su versión de la historia, y sobre todo recalcaron que tenía rasgada y ensangrentada el pijama.
-¿Estabas herido o algo parecido?-pregunto Tonks curiosa y algo sorprendida, durante la comida, mientras todos evitaban mirarlo.
-No-dijo Harry secamente, solo mirando su plato vacío.
-¡¿No?!-continuo Tonks con aire confundido-Supongo que había otra razón ¿¡Verdad Harry!? Quiero decir, sería algo difícil creer que algo te pasara a ti y al señor Weasley al mismo tiempo-
No contesto, se levantó y se fue de la cocina. Afortunadamente todos saldrían a San Mungo a visitar al señor Weasley. Como medida preventiva, habían acordado que se quedaría vigilado por ojoloco y Sirius el cual seguía mirándolo pensativo y a ratos le comentaba diferentes cosas de la no tienen ninguna relevancia. Bufaba y se alejaba, luego Ojoloco lo miraba intensamente como si quisiera ver dentro de su mente con su ojo mágico, aunque no podía por sus barreras mentales.
Se sintió algo más que atrapado, quería ver al señor Weasley aunque nadie parecía importarle un comino si iba o no. Harry paseaba por todo el lugar hasta que se topó en la puerta de la recamara del último piso, se sentía raramente solo. Como si ahora fuera un sucio bicho que todos tenían que soportar, algo que molestaba y solo traía tragedias, pena y sufrimiento, otra vez estaba con los Dursley. Debía dormir un poco, no por que tuviera sueño, si no que si seguía pensando en tantas cosas sobre todo en la mirada de reproche de todos los Weasley terminaría huyendo de Grimmauld place y en su estado físico sería fatal, una sentencia de muerte segura.
Se recostó, se preguntó si debía regresar a Hogwarts para las navidades, para evitar que todos se sintieran tan incomodos. Aunque ahí seguramente estaría encerrado y si regresaba a Privet Drive, seguramente terminaría deprimido. No podía creer que ahora incluso había perdido la confianza de los Weasley, parecía casi imposible que hace menos de 24 horas estaba en la sala de menesteres entrenando como antes, estando con la persona que más amaba y ahora estaba en un cuarto solo y pensando tonterías.
-Harry la cena esta lista-dijo Ron desde el otro lado de la puerta. Se levanto fue a la puerta y la abrió lentamente, ahí estaba Ron parado y jugueteando con su varita.- ¿Bajaras?-
-No tengo hambre-Dijo agradeciendo que le hablara y que no lo mirara como los demás.
-No has comido nada, Hermano, no soy tonto-dijo Ron poniéndole una mano en el hombro.- Te pondrás enfermo-
Enfermo estaba, pero no por la comida. Aun así negó con la cabeza.
-Tengo sueño, no he dormido nada-dijo Harry se vieron unos segundos y Ron asintió y luego se dirigió a los pisos inferiores.
No les impondría su presencia, nuevamente cerró la puerta y se recostó. Se dio la vuelta a la pared, aun pensando cosas, no supo cuándo pero se quedó dormido.
En su pesadilla nuevamente era una serpiente y atacaba a todos los que encontraba en Hogwarts y nuevamente al señor Weasley, con el sabor de sangre en su boca todo el tiempo y ese instinto asesino que desprendía la serpiente. Recuperaba su cuerpo normal solo, en medio de los terrenos del colegio temblando y cubierto de sangre. Una figura negra caminaba lentamente en su dirección. La capa negra, la piel lechosa, sus ojos amoratados y esas rendijas en lugar de nariz, Lord Voldemort lo miraba con su una sonrisa cruel.
-¿Tienes miedo?-pregunto con la voz fría y cruel que lo caracterizaba. Temblaba mientras el frio incrementaba, la oscuridad subía y se engullía casi todo.- El gran Harry Potter, teniendo miedo a la oscuridad. ¿A que más le tienes miedo?, ¿De verdad eres niño que vivió?-
La segunda persona le tomo el cabello con fuerza, tirando fuertemente y empujándole la cabeza hasta que callo a la tierra. Le dolía el cuerpo, su mente no lograba entender que pasaba. ¿A que más le tenía miedo?, años atrás le tenía miedo a tener miedo por eso los Dementores le afectaban tanto. Ahora no lo savia, estaba solo, apartado, sin nadie, cada persona que quería le era arrebatada por Voldemort. No le tenía miedo a Voldemort, tampoco a estar en problemas o luchar por su vida, siempre lo hacía. Tampoco a Morir, más de una vez desde su infancia había creído que moría, de inacción o por un maniático que asediaba su vida.
La presión incremento y lo movieron a un lado, un pie descalzo piso su cara, ya no estaba en los terrenos de Hogwarts, era el cementerio de los Riddle. Pero no era Lord Voldemort quien pisaba su cara, esos ojos crueles, verdes oscuros, el anillo rojo al final de iris, la sonrisa malévola, el cabello negro azabache, sus rasgos tan familiares y la cicatriz en su frente. Era el mismo.
-¿Entonces, niño que vivió, a que le tienes miedo?-Pregunto con la voz de lord Voldemort que le aterro mucho más.
-No tengo miedo-dijo Harry intentando levantarse.
-Soy tu, ¿Recuerdas?-dijo mientras apretaba su pie con mucha más fuerza y su cara se hundía en la tierra.- Se todo lo que piensas, cada cosa que deseas, todo lo que sientes. ¿Quieres la verdad? Aquí esta; Odias a todo el mundo, desprecias el mundo mágico tanto como el muggle ya que solo te ha provocado dolor, miedo, soledad, te ha quitado a las personas que amas, te quito las cosas que querías, te nombro su salvador antes de que pudieras hablar y todos esperaran que lo salves nuevamente cuando re surja Voldemort. ¿Y cómo te pagan todos esos infelices, ingratos y estúpidos?-
Dejo de pisarlo, lo tomo del cuello y lo alzo tan rápido y brusco que no supo cómo termino a medio metro del suelo y con su versión Malvada sonriéndole. Intento contestar, las manos se cerraban sobre su cuello con fuerza. La sonrisa malvada incremento hasta que era igual a la su mayor enemigo, Jadeo intentando tomar aire.
-Admítelo, tienes miedo - dijo su versión malvada.- Quieres huir, desaparecer y olvidarte de todos-
-No-jadeo mientras intentaba zafarse de su agarre. La sonrisa de su versión malvada desapareció y soltó una mano, aun así no disminuyó la fuerza con que lo sostenía.
-Entonces tendré que demostrártelo-dijo estirando su mano libre al otro lado apretó y de la nada apareció el rostro de Hermione, intentando tomar aire y mirando a Harry suplicante.
-¡AYUDAME!-gimió Hermione desesperada. Intento con todas sus fuerzas y estiro la mano intentando llegar a ella. Algo cambio el ya no era asfixiado, ahora era el que ahorcaba su mano sobre el cuello de Hermione mientras ella pasaba a un tono pálido y sus manos caían a lado de su cuerpo sin fuerza.
Despertó saltando de la cama, sudado y con escalofríos por todo el cuerpo. Jadeo intentando olvidar su pesadilla, pero era imposible, el rostro de Hermione, el dolor que le provoco verla sufriendo y peor aún, era el culpable. No quiso volver a dormir, aun después de una hora sentía el sudor frio bajar por su espalda, el cuello completamente mojado y la frente fría. Solo cuando se levantó y decidió mantener su mente ocupada recordando todo lo aprendido.
La suspensión de su entrenamientos físicos fue levantada, total si descansar no lo ayudaba a estar mejor de salud, no tenía caso seguir descansando. Fue a la habitación más grande de la casa, es decir, la habitación de Buckbeack donde las modificaciones anteriormente echas le servirían.
El lugar lleno de pasto, los árboles y el cielo artificiales también ayudaron a sentirse menos encerrado. Buckbeack ni siquiera se molestó cuando entro, se acercó sin la acostumbrada ceremonia y le comenzó acariciar el plumaje. En cambio le restregó el pico contra la cara en señal cariñosa, luego el comenzó con su entrenamiento con la ayuda del Hipogrifo. Mientras lo perseguía jugando, él se dedicaba a esquivarlo y cambiar su dirección, sin el peso extra que le proporcionaba la hombrera de Hufflepuff lograba moverse tan rápido como la creatura, que inmediatamente se dio cuenta que si no ponía todo de su parte no lo atraparía. Las horas pasaron, hasta que Buckbeack se cansó y se fue a recostar debajo de un árbol. Harry no tenía su equipamiento, ni un solo libro para leer o algo que lo ayudara. Lo cual lo llevo a pararse en una sola mano, poner la otra detrás de su espalda y comenzar a bajar lentamente, le era difícil, le encantaba porque su mente tenía que poner toda su concentración y se olvidó de todo lo que le rodeaba.
Todos los demás, pasaron la mañana siguiente, adornada para navidad. Todos se encontraban de mejor humor, todos cantaban y parecían estar en un bullicio de risas continuo, mientras el escuchaba las voces desde el piso de arriba en la habitación de Buckbeack donde se encontraba jugando con Marlow y el hipogrifo, que parecían haberse hecho grandes amigos. Se sentía casi un trasto que solamente debía estar arrumbado y los demás ni se inmutaban en verlo. Pero continúo entrenando, con una mano primero luego la otra y de vez en cuando corriendo a máxima velocidad hasta que caía sin fuerza alguna. Jadeante, sudoroso, adolorido y muy débil.
No pudo dormir, incluso cuando nadie se movía ni hacia ruido. El solo se dedicaba a mantener su mente ocupada. En un descanso tirado con todas sus extremidades adoloridas, extendidas y agotado se preguntó si Hermione ya estaría con sus padres y deseando poder verla pronto.
Alrededor de las seis de la tarde, alguien toco el timbre y sintió una nueva presencia mágica, no le tomo importancia muchos miembros de la orden iban y venia. La fuerza con que su estómago sonaba era lo suficiente para que Buckbeack se mostrara muy interesado por su persona, mirando su estómago he intentado escuchar más de cerca mientras Marlow se colgaba de sus alas. Cuando alguien golpeo la puerta el simplemente ignoro el sonido, como todas las veces anteriores, si nade quería verlo realmente simplemente el esperaría ahí hasta regresar a Hogwarts.
-Sé que estás ahí-dijo la voz de Hermione clara y firme
¿Acaso estaba ya alucinando?, Alguna vez escucho que si no comías y no dormías, anexado al ejercicio extremo, podías empezar alucinar o poner tu salud en muy mal estado.
-¿Puedo entrar?, De verdad quiero estar contigo-dijo nuevamente su voz y Harry de un salto se puso de pie, ella de verdad estaba afuera de la puerta.
-¿Que estás haciendo aquí?-pregunto Harry abriendo la puerta mientras Marlow saltaba a su hombro y Buckbeack arañaba el suelo lleno de pasto.-Pensé que estarías con tu mamá y papá esquiando-
-Hola amor, yo también te he extrañado mucho ¿Cómo estás?-dijo Hermione con sarcasmo, poniendo las manos en forma de jarras y una mirada dura.
-Perdón-dijo rascándose la nuca- Es que me sorprendiste Amor. Pensé que te vería hasta después de las fiestas-
La expresión de Hermione se suavizo, Se dio cuenta que tenía las mejillas rosas un abrigo que parecía muy abrigador y una fina capa de Nieve que se comenzaba a descongelar. Harry se dio cuenta que llevaba puestas las muñequeras, donde descansaba el reloj biblioteca, los binoculares, la pluma y el pergamino. En su pierna derecha la bolsa con los grimorios y por debajo del abrigo se podía percatar de la hombrera. Se alegró y alivio de ver sus cosas, seguramente su varita también la tenía.
-Gracias por traer mis cosas-dijo alegre y El avanzo con intenciones de darle un beso, sin en cambio las imágenes de él ahorcándola y de cómo la sostenía en la sala de menesteres regresaron a su mente. Apretó los labios, los puños y bajo la mirada. Sin en cambio ella se acercó.
-¿Cómo pudiste olvidar tu varita?, y para ser sincera, hace días cancele el viaje quería pasar esta navidad junto a ti- comento Hermione con su voz dulce - Así que venimos aquí para las navidades-
No supo cómo reaccionar cunado le pasó las manos por la nuca o cuando se pegó a él, ni cuando le beso. El solo apretó cada musculo para no comenzar a temblar.
-¿Estas bien?-pregunto Hermione preocupada, el solo miraba sus pies, avergonzado por todos los sueños y que si su versión malvada tenía razón, en algún punto de su mente quería herir a Hermione.
- Yo… No lo sé-respondió con la voz baja, aun sin mover su cuerpo- Deseaba verte y tenerte a mi lado-
-¿Deseabas? ¿No quieres que este aquí?-pregunto Hermione bajando la voz.
-No es eso-dijo rápidamente y levanto la vista, viendo los ojos de su novia, triste y la boca medio abierta.- Solo que, pasaron algunas cosas y… no me siento…. Yo mismo. Todo este año y… creo que…- Harry se llevó una mano a la cicatriz- él está ganando-
Hermione lo vio durante unos segundos, luego junto su frente con la suya y el dejo de apretar sus músculos. Su novia le sonrió mientras le acariciaba el cabello.
-Es lo opuesto-dijo Hermione con la voz tranquila y mordiéndose un labio.- El que te preocupes y cuestiones si está ganando, es lo que te hacer seguir siendo el Harry que conozco, del idiota que me enamore-
-No quiero hacerte daño, no lo soportaría y si…-dijo Harry abrazándola y cerrando sus ojos, intentando olvidarse de la imagen que le llego en sus sueños.
-Tranquilo, no lo harás- dijo Hermione tan firme que el sintió alivio.-Confió en ti amor-
Pasaron un rato, solamente abrazado a ella mientras ambos sonreían. Eso era lo único que necesitaba.
-Gracias Mione- dijo Harry al separarse un poco- Por cierto ¿Cómo llegaste aquí?-
-Pues hoy en la mañana tome el tren a landres y después inmediatamente venimos-dijo Hermione acariciándole las mejillas.
-Espera-dijo Harry recordando algo.- Dijiste ¿Venimos?-
-Sí que te has vuelto lento-dijo Hermione con una risita. – Mis papás decidieron pasar las navidades aquí y bueno esperaba al fin poder presentante como mi novio-
El miedo que sintió en ese segundo solo se comparaba con…. No, no tenía comparación. Vio en el rostro de Hermione un poco de incredulidad, seguramente porque trago duro y se sentía de piedra.
-¿Les tienes miedo a mis padres?-pregunto incrédula.
-No-respondió Harry girando la vista.- Es solo que, no sé cómo actuar enfrente de ellos-
-Solo se tú mismo-respondió Hermione entrelazando sus manos.- Admito que estaba decepcionados de no ir a esquiar, pero se emocionaron de pasar unas navidades en el mundo mágico o como me dijeron una navidad Mágica. Aunque supongo que querían conocerte mejor-
-Merlín, échame una mano-pido Harry mirando al techo. Y Hermione bufo, pellizcándole una mejilla.
-Deberíamos bajar, si no, ellos subirán. Están en la sala de estar-
Sacando la poca fuerza que le quedaba se encamino, sujeto a la mano de Hermione, pero enseguida se frenó.
-Nadie me quiere ver-dijo Harry apenado y casi con irritación-Desde que fueron a ver al señor Weasley-
-No te preocupes, Harry-dijo Hermione -He hablado con Ron, tengo una idea de lo que paso, ahora ven y platiquemos-
-No sé qué les paso pero, no quiero que me veas como ellos-dijo Harry sabiendo que si Hermione lo veía como la Ginny o Fred el estaría seguro que se iría de esa casa sin que nadie lo impidiera.
-Nunca -dijo Hermione sonriéndole -Yo estoy segura que no has hecho nada malo-
Harry sonrió y la siguió de regreso al primer piso, encontrando a Ron, Ginny y a los padres de Hermione sentados conversando aunque cuando lo vieron callaron abruptamente y los padres de lo miraron intensamente como si quisieran toda una explicación sobre su noviazgo con su hija. Recordaba a ambos de todas las veces que recogieron a Hermione en King Cross o cuando la acompañaron hacía más de 3 años al callejón Diagon, en ese entonces no les presto mucha atención, ahora era lo único que miraba. Aquellas dos personas le imponían tanto como si tuviera a los magos más poderosos frente a él.
-Buenas tardes señores Granger- dejo salir y se inclinó, con la frente sudándole y las manos temblorosas.
-¡Ya habíamos acordado que no era necesario hacer eso!, ¡Ven Harry!-dijo Hermione jalándolo y llevándoselo a un sillón vacío, con los ojos de Ron sorprendidos y Ginny mirando a otro lado.
-Tan mandona como siempre, ¿Verdad?, Hija-dejo salir el señor Granger con una gran sonrisa y la mirada picara de Hermione. Ahora que lo observaba el señor Granger tenía los mismos ojos de Hermione, ese color ámbar aunque más risueños y una expresión más relajada. Era un hombre delgado, con bastante pelo color negro y corto. Llevaba una camisa a cuadros blancos y rojos, y encima de ella un suéter de color azul, pantalones de vestir y zapatos bien lustrados, al sonreír se podía ver perfectamente que era dentista, los dientes blancos y bien alineados, con los dientes frontales un poco grandes, como los tenía Hermione.
-¡Papá!-dijo Hermione sonrojándose y sentándose mientras parecía que estaba a punto de echar humo por la coronilla.
-Tranquila cariño, ya conoces a tu padre, siempre le gusta molestar-dijo La señora Granger dejando salir una risita.
Harry nunca se sorprendió del parecido, pero la verdad era que Hermione era muy parecida a su madre. La señora Granger, tenía el cabello castaño, largo y rizado, sus ojos de color a diferencia eran verdes, una nariz pequeña igual que Hermione. Vestía con una blusa de color azul, con unos pantalones color café y un abrigo que le llegaba debajo de las rodillas. Lo que le llamaba la atención era la intensa mirada que le daba, como si lo analizara, descubriendo sus puntos débiles y su forma de ser, decidiendo si era un buen partido para su hija. Además de que percibía la inteligencia de ambos, cada uno a su forma y cada cual decidiendo cosas de él.
-¿Puedes sentarte Harry?-pregunto Ron con una sonrisa burlona y apretándose los costados, como si intentara no reírse.
-He- dijo salir con una voz tonta y mediocre.
Seguía parado mirando a los señores Granger con Hermione tirándole de la mano para sentarlo.
-¡Por amor a Merlín Harry!-Susurro Hermione sentándolo con algo de fuerza-Solo son mis padres-
{Prefiero a Voldemort} pensó Harry nuevamente tragando saliva y procurando no verlos a los ojos.
-Pensaba venir en el autobús noctambulo, aunque mis papás me dijeron que vendrían y no era necesario -menciono Hermione despreocupadamente, quitándose el abrigo antes de que el pudiera decir o hacer algo-Dumbledore me dijo lo que le había pasado al señor Weasley y que los envió a aquí, pero tuve que esperar a que terminaran las clases para venir. Umbridge casi parecía una loca queriendo saber por qué tu habías venido a visitar al señor Weasley. Dumbledore le tuvo que explicar que eras cercano a la familia-
El estómago de Harry gruño con tanta intensidad que lo obligo a encogerse. Levanto la vista con la cara caliente y con las manos sudando mientras miraba a otro lado.
-¿Hace cuánto no comes?-pregunto Hermione con mirada preocupada.
-Un día… Tal vez-dijo Harry enseguida sintió que de verdad podría comerse un hipogrifo completo.
-¿Tal vez?, muchacho debes saber que comer es importante, no puedes dejar de hacerlo y menos a esta edad, puedes enfermarte-dijo el señor Granger abriendo los ojos-Además de que es una de las cosas que más se disfrutan en esta vida-
-¿Verdad que si?-dijo Ron entusiasmado.
Ginny le dio un zape a su Hermano y La señora Granger dejo salir un suspiro.
-Disculpa a mi marido, ya verás lo glotón que puede llegar a ser-dijo La señora Granger regalándole una sonrisa y del mismo modo se percató que tenía una dentadura perfecta, aunque sus caninos eran grandes y filosos.
-No se disculpe, Doctora Granger-dijo Harry cordialmente he intentado regresarle la sonrisa pero era muy difícil mientras estaba nervioso.
-Iré a ver cómo va mamá con la comida -dijo Ron levantándose y mandándole una mirada burlona a Harry, el solo esperaba estar presente y regresarle el favor cuando conociera a la madre de Daphne. Ginny lo siguió sin decir nada.
Se tensó mucho más, estaba solo, con la familia de su novia y ella miraba sus padres tranquilamente, mientras él quería salir corriendo de la sala.
-Jean, solo dime Jean, mi título solo lo ocupan mis pacientes. Y a mi esposo dile Dany, aunque se llama Daniel-dijo La señora Granger con una mirada aprobatoria.
-Sí, lo are-dijo Harry inclinándose nuevamente por los nervios, ¿Por qué estaba tan nervioso?, ni siquiera en el laberinto se había puesto de esa forma.
-¡Harry!-dijo Hermione nuevamente.
-Lo siento, perdón, solo es que… yo… ellos… nosotros… aaah…-dijo Harry moviendo las manos señalando a sí mismo, luego a sus padres y al último a Hermione. Y se percató que estaba haciendo el ridículo, dejo caer su cabeza en el hombro de Hermione, con ganas de que la tierra se lo tragara. Ella le acaricio el cabello y se sintió mejor, por lo menos ella estaba ahí.
-¿Algo que nos tengas que decir?, Harry-dijo El señor Granger con la voz dura.
Se levantó como un resorte, miro a Hermione que tenía las mejillas rojas. Abrió la boca para decir lo que tenía en mente y su traicionero cuerpo dejo que su estómago gruñera fuerte, apenándolo más. Se llevó las manos a la cara apenado.
-Tranquilo Harry, le puede pasar a cualquiera-dijo La señora Granger con una voz tranquila, cruzando la pierna y mirando a Hermione, le indico algo sin ninguna palabra y su novia asintió.
-Voy a traerte algo de comer Harry-dijo Hermione soltando su mano y saliendo de la sala.
Sus nervios subieron a un nivel nunca antes visto, tanto que tuvo que aferrar sus manos al sillón para mantenerlas quietas. Después miro a los señores Granger, Daniel abrazaba a su esposa por los hombros mientras su sonrisa era más ligera.
-Entonces ¿Algo que tengas que decirnos?-pregunto Nuevamente el señor Granger con la voz más tranquila. La Señora Granger no intervino, se le veía en la mirada que también deseaba saber la respuesta.
Harry tomo aire y miro ambos sin desviar la vista, dejo salir el aire poco a poco.
-Amo a mione- dijo Harry tranquilo y firme. Espero la respuesta de los señores Granger que parecían imperturbables. No se movieron ni un milímetro, no dijeron nada y no desviaban la mirada.
-Ya veo-dijo el señor Granger después de un minuto. Conocía a Hermione también que se le hacía fácil darse cuenta que las expresiones venían de sus padres, ya que los señores Granger parecieron preocupados.
-Les preocupa que salga con su mione, ¿Verdad?-pregunto Harry Quitándose sus nervios y dejando todo los demás a un lado.
Los señores Granger se miraron un solo segundo pero fue suficiente para Harry. Ellos no estaban completamente en desacuerdo, pero tampoco lo aprobaban del todo.
-¿Se preocupan por que le pueda pasar?-continuo Harry algo más cabizbajo.
-Eres listo, muchacho- dijo El señor Granger sonriendo un poco.
-No-contesto Harry algo brusco- Soy intuitivo y recuerdo lo que he aprendido. La lista es su hija, mione ¿Por qué no…?- se paró pensado el por qué los padres de Hermione parecían gente buena, agradable y al mismo tiempo les molestaba que fuera su novio.- Saben quién soy, saben lo que significa ser… yo-
Espero unos segundos y ellos dejaron salir un nuevo suspiro.
-Lo sabemos. Hermione practicante llegaba cada verano contándonos de ti. De lo bueno, valiente, amistoso, increíble que eras. Los logros increíbles que hacías para evitar en el colegio-dijo la señora Granger sonriéndole.
-Ese no es el problema, apreciamos lo que has hecho por nuestra hija-dijo El señor Granger también sonriéndole y pareciendo más preocupado.- Aunque no lo creas nos cuenta casi todo lo que le sucede en Hogwarts. Sabemos que ella ha hecho mucho por ti y que tú has hecho mucho por ella. Pero…-
-No quieren que sea novia de alguien tan perseguido -dijo Harry levantándose algo brusco y sintiendo nuevamente esa sensación de dolor en el pecho. Estaba lastimado, pero no subió la voz en cambio, el bajo su tono- De alguien que es perseguido por un mago muy peligroso, de alguien que le pueden matar en cualquier momento, de lo que muchos odian, desprecian e intentan someterlo y todo lo que significa mi nombre-
-Entiende Harry, es…-
-Los entiendo, se preocupan por la seguridad de mione y creo que tienen razón-dijo Harry tranquilo.
Vio cómo se confundían y lo miraban como si fuera todo lo contrario de lo que pensaban. Se acercó a la ventana viendo la calle negra, las rejas llenas de nueve, las casas iluminadas por luces, varios transeúntes e incluso algún coche estacionado.
-No soy lo que todo el mundo mágico cree y la verdad es que soy lo que conoce el mungo muggle, solo una persona más, un don nadie que es perseguido por un maniaco. Entiendo por qué la quieren proteger, lo entendí hace mucho más de un año, debo admitirlo. –dijo Harry tocando el cristal, frio, liso y con su reflejo recordándole su sueño. Girándose para mirarlos, complemente serios- Seré sincero con ustedes. El verano del año pasado, le pedí a Hermione que fuera mi novia-
-Espera- dijo la señora Granger con calma- Hermione nos dijo que se lo pediste en el baile de Navidad-
-Es cierto-dijo Harry acercándose un poco.- Bueno, a medias, la segunda vez que le pedí que fuera mi novia-
-¿No acepto a la primera? – pregunto con sorpresa el señor Granger.
-No exactamente- dijo Harry tomando el sillón a un lado de ellos y mirando la chimenea encendida, el fuego crepitaba y el recordaba lo que había pasado- Hermione acepto ser mi novia ese verano. Fuimos novios los siguientes… dos meses… más o menos. Y luego termine con ella-
-¿Qué?-pregunto El señor Granger algo enojado he intento pararse, pero su esposa le tomo del suéter y lo sentó.
-Deja que se explique-dijo la señora Granger mirándolo fijamente y supo que si no tenía una buena excusa terminaría muy mal.
-La quería mantener a salvo. Entre en el torneo ese año y me di cuenta que pasara el tiempo que pasara, mi vida seguiría siendo un suplicio hasta que Voldemort me matara o yo lo matara.- dejo un espacio recordando esa noche, el costo de terminar con ella, su dolor y el dolor de Hermione y el tiempo que dejo escapar en lugar de estar a su lado- Termine con ella para mantenerla a salvo de lo mismo que he dicho y seguro piensan, no quería que Voldemort pensara en lastimarla para llegar a mi.-
-Eso suena lógico-dijo la señora Granger tranquila- Y estoy seguro que si se entera que nos lo dijiste ella estará muy molesta-
-Sí, eso lo sé. He mentido y ocultado tantos secretos y emociones en este año que estoy cansado. Y ya no puedo más. Por eso se los cuento- dijo Harry mirándolos serio- Además de que son los padres de mi novia y estoy seguro que sería un error contarles mentiras-
-Concuerdo muchacho, cada vez me agradas más-dijo el señor Granger con una sonrisa más sincera.
-No le agradare cuando le cuente que le hice llorar mucho. La termine a pesar de que ella me pidió que no lo hiciera y a pesar de estar dispuesta a ponerse en peligro.-continuo Harry y como era lógico el señor Granger no pareció nada contento, juntando las pestañas y entrecerrando los ojos.-Intente alejarme de ella, me enfoque en entrenarme, pasaba más tiempo encerrado estudiando que en el castillo. Pase más de un mes sin ver a muchas personas y por más que lo intente no pude. Le amo y no puedo estar sin ella. Hasta que alguien me dijo que si era fuerte y confiaba en ella pues no debía alejarla para protegerla, tenía que mantenerla cerca de mi.-
-No es lógico, pero es cierto-dijo La señora Granger asintiendo con la cabeza.
-Luego en el baile de Navidad, le volví a pedir que fuera mi novia-termino Harry sonriéndoles y entrelazando sus dedos- Hermione sabe que Voldemort quiere matarme y conoce su situación bien. He hablado con ella muchas veces de eso mismo, una y otra vez me contesta lo mismo. Ella eligió este camino y no se arrepentirá-
-Puede que en este momento esté a punto de arrepentirme-dijo la voz de Hermione y todos giraron a la puerta.
Ahí estaba sosteniendo una bandeja con sándwiches y una jarra llena de algo… ¿Qué? no importaba. Su expresión sombría, su mirada fulminante, el color rojo de su cara y la forma en que torcía los labios, lo aterro.
-Mione, yo… ellos… nosotros… tu… es que… -dijo Harry levantándose y se acercó a ella.
-Hemiono, se buena con Harry el solo hizo lo que creía correcto-dijo su madre tranquila levantándose y tomando la bandeja de comida y la coloco en la mesa de café. Harry se preguntaba por qué hasta que Hermione lo tomo de la mano y lo acerco.
-¿Qué tanto les contaste?-pregunto Hermione con la voz temblorosa y la cara a rojo vivo.
-Eeeeehhh, como empezó nuestra relación-dijo Harry temblando y le sonrió. Ella dejo salir un suspiro de alivio.
-Después hablamos-susurro Hermione y se sentó, tomo un Sándwich y lo mordió aun roja.
-Finalizando esta platica, Harry consideramos la seguridad de nuestra hija y estamos muy preocupados por lo que pueda pasarle. Pero por lo que he visto en este corto periodo de tiempo, sé que mi hija escogió un buen chico-dijo el señor Granger sonriendo y parándose.
Pensó por un segundo que estaba en problemas luego le estrecho la mano y lo jalo para darle un abrazo rápido. Sonrojándolo y poniéndolo nuevamente nervioso. Se volvió a sentar a lado de Hermione y ella le tomo la mano más tranquila.
-¿Seguro que solo le contaste eso?-pregunto Hermione sorprendida, el asintió.- ¿Les diste Amortentia?-
-Nunca he preparado la Amortentia y no me atrevería hacerlo. Solo les dije lo mucho que te am…-dijo Harry.
Hermione le metió el resto de Sándwich a la boca y el mastico para no atragantarse. Su color rojo aumento mientras miraba a sus padres insistentemente.
-Veo que el carácter no te cambia ni enamorada-dijo la señora Granger y el señor Granger asintió.
-¡Mamá!-grito Hermione nuevamente roja.- No digas eso-
-E igual de mandona-continuo su padre sonriéndole a Hermione.
-¿Puedo irme a Hogwarts a pasar las festividades?-pregunto Hermione ocultando su cara en el cuello de Harry.
-Podríamos, pero nos llevamos a tus padres. La navidad es para pasarla en familia-dijo Harry acariciándole el cabello.
-Claro, ponte a su favor. ¿Qué es la hora de molesta a Hermione?-pregunto levantando la vista e intentando parecer furiosa solo logrando enternecer a Harry, el cual le dio un beso.
-Creo que será mejor que empecemos la hora de molestar a Harry- dijo el señor Granger con una expresión un poco molesta.
-Entonces llegamos a la hora correcta-dijo Ron entrando a lado de Gorgue- Molestando a Harry es mi hora favorita-
-Suena divertido.- dijo Tonks entrando detrás de ellos- Hola Harry, Hermione-
-Papá, Mamá- dijo Hermione sonriendo y pegándose a Harry, la mirada molesta del señor Granger no pasó desapercibida - Ella es Nymphadora Tonks, una aurora del ministerio de magia-
-Mucho gusto-respondieron a una voz.
La siguiente media hora, se la pasaron platicando con un humor muy bueno. El señor Granger se portaba como si lo conociera de toda la vida aunque si se los veía besarse o muy pegados, gruñía. La señora Granger se mostró maternal, y aunque siempre parecía estar analizándolo ella era muy amigable. Sirius llego después e inmediatamente entablo conversación con los señores Granger, todos parecían muy alegres. La señora Weasley no pareció nuevamente cómoda con Harry e intentaba acaparar la atención de Hermione todo el tiempo
La alegría de Sirius al tener la casa llena con todos felices por las fiestas era incalculable, se mostraba totalmente feliz e intentaba entablar conversación con Harry sin mencionar nada de lo que habían pasado. Después se enteró por el señor Granger que descubrió a Hermione regañando a Sirius, el cual parecía un niño pequeño agachando la mirada y asintiendo. Fue bueno porque su padrino lo dejo de ver como si estuviera a punto de suicidarse. Su padrino estaba determinado a que todos disfrutaran tanto o quizás más que si hubieran estado en Hogwarts y trabajaba incansablemente antes de navidad, decorando la casa con la ayuda de todos, el cambio de la lúgubre casa a esa alegre morada era de no creerlo. Aunque también tenía que ver que en una de sus pláticas, se le salió comentarle que Tamara iría en las Navidades.
Harry se despertó la mañana de navidad para encontrar un cumulo de regalos al pie de su cama era tan grande que incluso parecía estar llenando la habitación, que ahora volvía a compartir con Ron. Su amigo ya iba por la mitad abriendo sus propios regalos de un montón grande.
-Buen botín este año, espero tus fans nuevamente te hayan enviado esos deliciosos chocolates-le informo sentado desde el suelo.
-Mientras no tengan, pócimas de compulsión o Amortentia-continuo Harry tomando sus gafas y levantándose.
- Por Cierto- dijo Ron entre una nube de papel-Gracias por la brújula de escoba, es excelente, mejor que el de Hermione, me dio un organizador de tareas-
-Ya la conoces. Le gusta ser muy ordenada- Dijo Harry también sentándose en el suelo.
Supuso que los dos réglalos eran de Hermione ya que por tener tanto en la mente ni se acordó de los regalos de Navidad, pero se alegró de saber que le habían gustado. Revolvió sus regalos y encontró uno con la letra de Hermione, era bastante grande y parecía ser algo pesado, al abrirlo vio un enorme tarro con agua plateada. Era un Pensadero, se sorprendió por el articulo era realmente escaso y además muy útil, podría ver sus pensamientos o recuerdos, además de los de otras personas, era increíble. Lo puso a un lado con cuidado para continuar viendo que le regalaron. Sirius y Lupin le habían dado una colección de excelentes libros de defensa mágica práctica al igual que todo libro de magia que fuera realmente extraña y muy útil, lo cual sería perfecto si no fuera porque tenía una biblioteca con libros infinitos. Hagrid le había enviado una billetera peluda anti-robo, la cual solo se abría al dueño y en caso de pérdida aparecía en su bolsillo, con un hechizo expansible, así que le serviría para guardar sus cosas. El regalo de Tonks era pequeño, una saeta de fuego diminuta que volaba a su alrededor. Harry deseo tener su versión tamaño real, Ron le había dado una caja enorme de grageas de todos los sabores, además de un pack completo de ranas de chocolate, lo cual le recordó al sueño de Hermione con las ranas de chocolate. Faltaba el habitual suéter de la señora Weasley algo que le hizo casi desaparecer toda su felicidad, pero enseguida se le olvido al ver una pintura mal hecha y parecía que lo pintaban desde un punto bastante bajo y se veía con un toque a un superhéroe, seguramente de Dobby. Un fuerte crac sonó Fred y George aparecieron al pie de la cama.
-Feliz navidad-saludo George con una media sonrisa-No vayan a bajar durante un rato-
-¿Por qué no?-pregunto Ron.
-Mamá esta inconsolable, Percy ha regresado el suéter tejido-dijo George sirviéndose una rana de chocolate -Lupin la está consolando-
-¿Que se supone que es eso?-pregunto Fred, mirando de reojo la pintura de Dobby- Parece un gibón con dos ojos verdes-
-¡Es Harry!-escalmo George, señalando el reverso de la pintura.- ¡Eso dice atrás!-
-Buen parecido-declaro Fred, sonriendo. Harry le tiro una rana de chocolate la cual atrapo y le mordió la cabeza.-Gracias-
-Por cierto Harry-dijo Fred sacando un gran pergamino y una caja bastante grande de su túnica-Este es tu regalo, ya no lo envolvimos ni lo enviamos porque...-
-Nos dio pereza- continuo George mirando el retrato y burlándose con la mirada-A decir verdad pensábamos ya no dártelo, hasta que he escucha a decir a papá que tú no tenías nada que ver es su ataque.-
-¿Creían que yo atacaría a su padre?-pregunto Harry atónito y dejo caer una rana de chocolate a medio comer.
-Bueno… tenías esa sangre en tu pijama y al llegar a San Mungo papá no paraba de decir "No Harry, no lo hagas, Vete Harry". No sé, tal vez fue el susto y todo pero parecía mucho a que tú lo atacabas- Respondió Gorgue pasándole la caja.
Miro la caja pensando que tal vez no estaban tan errados. Después de todo, él era la serpiente en su sueño y de alguna forma evito el primer ataque.
-Además papá despertó y por la primera persona que pregunto fue por ti-
-¿Por mí?-pregunto Harry subiendo la vista.
-Quiere verte, así que pensamos ir a verlo antes de la cena y quieras o no te llevaremos- dijo Fred con una sonrisa un poco psicópata.
-Iré-dijo Harry un poco más tranquilo.
La caja era una colección de sortilegios Weasley así como algunos que habían preparado para algún apuro, el pergamino tenía instrucciones así como muchas otras cosas que no leyó, pues su atención fue atraída por un libro, muy viejo, desgastado y con la tapa casi completamente en blanco.
-¿Qué es?-pregunto Ron sacando el libro y abriendo los ojos.-sorprendente-
-Recuerdas la apuesta cuando seleccionaron al segundo equipo de Gryffindor, pues cumplimos nuestras promesas. El secreto de los sortilegios.- Dijo George arrebatando el libro a Ron que se vio molesto y dándoselo a Harry- Después de que lo leas, quémalo-
Inmediatamente desviaron su atención al regalo de Ron por parte de los gemelos, que era unas ratas de gomas que chillaban. Harry pensó que en la biblioteca infinita tendría un ejemplar, pero al revisar, extrañamente no había ni un ejemplar, lo guardo leyendo como lo clasificaba. "Métodos de experimentación y diseño de artefactos mágicos de Nikola Tesla". Abrió la boca y miro a los gemelos, ellos seguramente no sabían el título del libro pues era escrito por una persona conocida incluso por Muggles. Cuando viera a alguno de sus maestros, le preguntaría.
Continuo abriendo el siguiente regalo mientras Fred y George miraban los obsequios de Ron. Era de Charlie, tenía una figurilla de una cola cuerno húngaro tallado en madera, era genial. Bill una chaqueta de piel de dragón, recordó la anterior dada por Fleur y como la perdió junto con sus cosas dentro del monedero. Lo bueno es que una era de color café y la otra negra, así que podría ocupar las dos, después de recuperar sus cosas.
-Genial a mí me dio una también- dijo Ron alzando una chamarra casi igual que la suya.
Harry se colocó una playera nueva que había enviado ojoloco teniendo una pinta muy comida y flexible "Para moverse adecuadamente en combate o entrenamiento" decía en un pequeño pergamino con la letra del auror. La chamarra de piel de dragón de Bill y unos jeans de parte de McGonagall que le deseaba Feliz navidad. El regalo que lo sorprendió fue el de Snape, nunca antes le había enviado nada mucho menos regalarle algo, era una segunda bolsa para la pierna, sin el cinturón, lo abrió solo para asegurarse que no era ninguna broma. Se desplego abriéndose los cuatro lados, en todos los lados compartimientos para frascos pequeños o grandes, algunos con etiquetas especificando la poción con seguros para mantenerlos en su lugar, incluso un cuchillo, goteros, tijeras, aguja y por alguna razón un mechero con tubitos de diferentes colores y botones con formas diferentes.
Cerro aquella bolsa echa para para un alquimista y la acerco a su pierna, la bolsa de los grimorios desplego una cinta uniendo ambas bolsas y dejándolo a una buena altura para tomar las cosas. Después de guardar todo en su nueva billetera y la metió en su chaqueta en el bolsillo interior derecho de la chaqueta, ya que en el izquierdo tenia a Marlow se había acomodado plácidamente desde que se puso la chaqueta.
Bajaron las escaleras y enseguida vieron a Hermione, tenía un vestido de color rojo con orillas blancas, medias blancas, además de un sombrero puntiagudo que al final tenía una bolita blanca, zapatillas que combinaban además de moño color verde.
-Feliz navidad-dijo Hermione arrojándose a Harry y besándolo largamente.
-Feliz navidad-dijo Harry cuando se separaron.- Estas preciosa-
-Me encantaron tus regalos, La chamarra para cualquier ocasión y del perfume es único. Sobre todo me encanto el vestido-dijo Hermione sonriendo y girando para lucirlo, estaba realmente feliz- Ron gracias por ese nuevo juego de plumas me ayudaran mucho en mis deberes-
Harry casi quería salir corriendo a llamar a Dobby y besarlo, seguramente se había encargado de enviarle eso a Hermione ya que él estaba dispuesto a disculparse una y otra vez, por no recordarlo por todo lo sucedido.
-No hay problema-dijo Ron-¿Y para quien es ese regalo?-Agrego, mirando el presente que estaba envuelto muy bien.
-Kreacher-contesto radiante.
-Se lo merece-dijo Harry sintiendo más amor por Hermione.-Debería haber pensado en Dobby él me envió algo a mí-
-Yo le envié algo-dijo Hermione sonriéndole. En ese momento llego el elfo tenía un pequeño suéter rojo con una k en el centro, Harry nuevamente recordó que le faltaba su suéter de la señora Weasley.
-Perfecto, Kreacher feliz Navidad-dijo Hermione sonriéndole y extendiéndole el regalo que el elfo lo tomo.
-Gracias, dulce señorita-dijo Kreacher abriendo su regalo y mirándolo era una colcha de color blanca, al parecer bastante cómoda.-Pero debo decir que yo no tengo una cama-
-¿Como que no tienes una cama?-pregunto Harry casi con ira.- ¿Dónde duermes?-
-En la caldera-dijo Kreacher mostrándose algo nervioso.
-Ho no, eso sí que no-dijo Harry sintiendo que de verdad Kreacher se merecía algo mejor-De ahora en adelante dormirás en la habitación que quieras de la casa, yo hablare con Sirius para que pase-
-Genial-dijo Hermione tomándolo de la mano y acariciándola.
-¿Que me dirán?-dijo Sirius, saliendo de una habitación con un gran pavo crudo mientras cerraba la puerta de la alacena.
-Kreacher tomara una habitación de la casa, no puede seguir viviendo en la caldera-dijo Harry mirando a Sirius, el cual sonrió alegremente.
-Claro, lo que tú desees Harry-dijo Sirius.
Una vez que terminaron su almuerzo de navidad, los Weasley, Harry y Hermione, estaban planeando como efectuar la visita al señor Weasley, pero enseguida fueron interrumpidos por Lupin que se mostraba serio.
-Deberían escoltarlos junto con ojoloco -dijo Lupin sonriendo, pero Harry lo miro nuevamente y este supo que pensaba.-No te daré tus cosas Harry, ni lo sueñes-
-Ok-dijo Harry regresando a sus planes.-Por lo menos me dejas sacar un par de libros, me hacen falta. No he podido estudiar muy bien sin ellos-
Lupin miro unos segundos a Harry y luego chasqueo la lengua.
-Está bien pero solo los libros-dijo Lupin sacando el monedero de su bolsillo y se lo dio a Harry.
Harry tomo el monedero sintiendo algo de alegría, metió la mano y saco la varita de la manga una vez adentro esperando que las cosas salieran bien. Enseguida movió la varita y ordenando a todo los que había meterse en la billetera de Hagrid, Las cosas miniaturizadas volaron dentro de su manga y se metieron directamente. Movía su mano como si aún buscara los libros, hasta que sintió lo último adentrarse en el monedero. Saco la mano con tres libros que logro sostener, ocultando su varita entre ellos.
-Ya, mucha Gracias-dijo Harry sintiéndose más feliz que nunca.
-¿Feliz?-dijo Lupin con una sonrisa.
-Más que nunca, profesor-dijo Harry metiendo la mano y sintiendo la billetera un poco abultada, pero todas sus cosas adentro.
Mundungus se presentó a tiempo, con el auto prestado para la ocasión ya que el subterráneo no funcionaba el día de navidad. Harry tenia serias dudas de que fuera tomado con el consentimiento de su dueño, había sido hechizado para que entraran todos y nadie se viera desde afuera. Era más bien parecido en el interior a una limusina donde todos cabían cómodamente, aunque el único que savia manejar era Mundungus, sentándose frente al volante con Lupin a un lado.
Enseguida Moody entro y su ojo se paró en Harry.
-Bonita billetera-dijo Moody sonriendo.
Harry trago saliva, se preguntaba si él podía saber que ahora tenía todas sus cosas dextro de la billetera.
-Gracias-dijo Harry intentando no reírse. Hermione le pego en el hombro aunque ella también intentaba no reír, pues ojoloco tenía un sombrero de hongo inclinada de lado para ocultar su ojo mágico. Todos los mayores intentaron lucir como muggles para el viaje a San Mungo aunque sin mucho tino como siempre.
El viaje a Londres fue rápido ya que no había tráfico, y lo agradecía, aun con la magia seguían siendo demasiados para entrar todos y él tuvo que cargar a Hermione mientras era apretujado entre Tonks y Fred.
-¿Dónde queda San mungo?-pregunto mientras mantenía las manos apretadas sobre sus piernas, ya que apenas y se podía mover.
- No muy lejos de aquí- refunfuño Moody mientras vigilaba atentamente a Mundungus mientras que su ojo mágico se mantenía en su dirección y debes en cuando giraba en todas direcciones.- No fue fácil encontrar una buena ubicación para el hospital. Ningún lugar en el callejón Diagon era lo suficientemente grande y no podíamos tenerlo bajo tierra como el ministerio, no sería saludable. Al final se la ingeniaron para construirlo aquí. EN teoría los magos enfermos podrían venir y simplemente mezclarse con la multitud.-
-Aquí paramos-señalo Mundungus aparcando en un lugar libre.
Enfrente había una tienda por departamentos de ladrillos rojos, grandes y pasados de moda, llamada Purge y Dowse Ltd. El lugar tenía un aspecto destartalado y miserable; los aparadores consistían en unos pocos maniquíes astillados con sus pelucas tocadas, parados desordenadamente y modelando ropas de al menos 10 años atrás. Grandes letreros en las polvorientas puertas donde se leía "Cerrado por remodelación". Harry alcanzo a escuchar claramente a una mujer gorda con bolsas de plástico en la mano que le decía a su amiga mientras pasaban.
-Este lugar nunca está abierto-
No era lo único que sentía, la fuerte concentración mágica, pero no por el lugar más bien la magia de muchos magos reunidos y algunos de ellos con su poder mágico muy bajo o afectado por alguna razón.
-Bien- comento Tonks, haciendo señas hacia un ventanal que solo mostraba un feo maniquí femenino. Sus pestañas postizas colgaban y modelaba un vestido verde de nylon con delantal- ¿Todos listos?-
-Esperen-dijo Harry observando una tienda al otro lado de la calle. Salió corriendo ante la vista de todos, aunque Moody le seguía el paso. Entro a la tienda y después de unos minutos Salió con un regalo para el señor Weasley.
Cuando regreso, todos se acercaron al cristal y Tonks se inclinó cerca del cristal, mirando al feo maniquí, su respiración empaño el vidrio- Hola- Saludo- Estaos aquí para ver a Arthur Weasley-
El maniquí abrió la boca y haciendo señas con su dedo directamente a un lugar, Tonks tomo a Ginny y a la señora Weasley por los codos, parándose justo al frente del vidrio y desaparecieron. Fred, Gorgue y Ron avanzaron después de ellas. Harry le echo un vistazo a la gente que se acercaba. A veces pensaba que lo muggles no podían verlos y otras que la magia se encargaba de hacerlos no ver.
-Vamos- gruño Moody, dándole a Harry un empujón en la espalda, tomo a Hermione de la mano y juntos avanzaron a través de lo que se sentía como una cortina de agua helada, emergiendo tibios y secos del otro lado.
El área de recepción lucia agradablemente festiva, los orbes de cristal que iluminaban San Mungo habían sido convertidos de color oro y rojo para las festividades. Las filas de magos y brujas abarrotaban el lugar, algunos sobre sillas de madera, algunos luciendo perfectamente normales y leyendo con atención los números del semanario la bruja, otros lucían con extrañas cosas en sus cuerpos, manos donde no debían de tener, patas de elefante en vez de manos, algún que otro luciendo colores fosforescentes. Brujas y magos con túnicas color verde lima recorrían las filas, haciendo preguntas y tomando notas en sujetapapeles como el de Umbridge. Harry noto un emblema bordado sobre el pecho: Una varita mágica y un hueso cruzados.
-¿Medí magos?-pregunto a Hermione.
-No exactamente-dijo su novia con una risita- Ellos son curanderos se encargan de las cosas más fáciles de arreglar, digamos que están en entrenamientos para ser Medí magos.-
-Como los estudiantes para Doctor-dijo Harry mirando a un señor con un pie en medio de la frente.
-¿Doctores?-repitió Ron, sorprendido- ¿Esos carniceros muggles que cortan a la gente a pedazos?-
-Bueno a veces las cortan, otras solo las pican o incluso les ponen ungüentos o entablillan. Es parecido-dijo Harry sin prestarle importancia.
Siguiendo a todos que al parecer sabían dónde estaba el señor Weasley. Vio en la pared detrás un cuadro con una bruja rubia, rechoncha y sentada detrás de un escritorio, y un cartel a su lado que decía.
"Un caldero limpio evita que las pociones se conviertan en venenos y los antídotos son anti- No hasta que hayan sido probados por un curandero Calificado."
Y la placa de oro que decía.
"DIlys Derwent
Curandera de San Mungo 1722- 1741
Directora de Escuela Hogwarts de Magia y hechicería 1741 – 1768"
Dilys miraba a la familia Weasley atentamente contándolos; y cuando su mirada se cruzó Harry le guiño el ojo, camino hacia un lado de su retrato y desapareció.
Mientras tanto enfrente de una fila, un mago joven estaba dando saltos extraños e intentaba, en medio de gruñidos de dolor, explicar su predicamento a la bruja que lo atendía.
-¡Son estos… ouch… zapato que me dio mi hermano… ooh… me están comiendo… ouch… los pies…mírelos, deben tener alguna clase de… Arrgh… ! maldición sobre de ellos y no puedo … AAAAARGH… QUITEMELOS! -saltaba a un pie al oro como si bailara sobre carbones.
-¿Los zapatos no le impiden leer, verdad?-pregunto la bruja rubia, señalando con irritación un cartel a la izquierda- Usted requiero Daños por Encantamientos, cuarto piso. Justo como dice en la guía de pisos ¡Siguiente!-
En mago salió enojado y diciendo algunas cosas del pésimo servicio. Se apeno de no poder usar magia por que la maldición debía ser muy fácil de eliminar y él pobre tendera que saltar de pie en pie hasta el cuarto piso.
-No te preocupes pueden ayudarlo-dijo Hermione de repente- No es como si le fueran a dejar los zapatos para siempre. Todos aquí tienen algún problema, no puedes ayudar a todo el mundo, aunque lo intentes-
-Ya, pero si pudiera usar mi varita-continuo Harry y Hermione chasqueo la lengua.
-¡Harry Potter!-grito alguien desde el fondo. Y todos giraron, una bruja con una bata larga de color verde oscuro se acercaba a pasos apresurado.
-Si-respondió Harry intentando ocultar su sorpresa.
-Emma Fletming, Directora y Jefe Medí Mago de San Mungo, es todo un placer en conocerlo en persona y muchas gracias, su Donación a San Mungo ha sido más que generosa…..-dijo La Medí Mago y el Salto negando con la cabeza.
- ¿De qué donación habla?-pregunto La señora Weasley de repente.
-De la que hice al final de mi Audiencia Disciplinaria-dijo Harry rápidamente, esperando que la Directora supiera que no quería que se enteraran.
-Ahí, si de esa Donación- Continuo la Señora Fletming, inmediatamente le estrecho la mano agitándose la con fuerza- Le repito es un gusto conocerlo y le agradezco de su donación, hemos logrado abrir un área de investigación y además se planea abrir un nuevo Hospital para mejorar la atención médica. Aun pensamos en el nombre, pero le aseguro que le encantara.-
-¿Por qué?- pregunto Ginny con una mirada confundida.
-Le nombraremos en honor al Señor Potter- Dijo La señora Fletming volviéndole a estrechar la mano- Le aseguro que todos su Dinero será ocupado adecuadamente. ¿Supongo que viene a ver al Señor Weasley?, Esta en la primer piso, lo acabo de atender, su habitación es la 32. –
-Muchas gracias- respondió Harry si entiendo las miradas a su espalda y como la señora Fletming lo miraba con una sonrisa enorme.- Ahora mismo iremos a verlo-
Le estrecho una última vez la mano. Y comenzaron a irse directo al primer piso.
-Ha señor Potter si quieres pasarlos a ver están en el Cuarto piso, en una habitación especial dedica para ellos dos- dijo inmediatamente – Solo envía alguien para que puedas pasar, te daré todo el tiempo que quieras-
"Directora Fletming se le solicita en recepción" dijo una voz mágica.
-Me tengo que ir, fue un placer y recuerda lo que gustes estoy a tu disposición-Dijo antes de desaparecer rápidamente.
-¿Qué fue todo eso?-pregunto Ron cerca de su oído mientras se encaminaban al primer piso.- ¿Cuál cuarto especial?-
-Ni idea- contesto caminando más rápido.
-Exactamente ¿Cuántas sorpresas me llevare cuando me cuentes todo?-pregunto Hermione con voz baja.
-¿Exactamente?... Muchas-dijo Harry tragando duro, esperaba el enojo de Hermione no fuera mucho al enterase de su pequeña pelea con Golgomath.
Siguieron por unas puertas dobles, caminando por un largo pasillo, decorado con famosos curanderos y con las burbujas de cristal con velas adentro. Magos y brujas con las betas verdes recorrían de un lugar a otro y sin prestarles atención, algunos luciendo a punto de caer dormidos. Subieron las escaleras y entraron en el pasillo de Heridas causadas por criaturas, donde caminaron a la habitación indicada con un letrero encima: "Peligroso: mordeduras serias". Con una placa debajo escrito con letras doradas: "Medí Mago responsable: Emma Fletming. Curandero ayudante: Hipócrates Smethwyck".
-Valla atención personalizada-dijo Moody palmeando el hombro de Harry.
-Esperaremos afuera, Molly- propuso Tonks alegre- Arthur no querrá a demasiados visitantes de golpe… debe entrar la familia primero-
Ojoloco gruño aprobando la idea y apoyo su espalda contra la pared del corredor, su ojos mágico giraba en todas direcciones. Harry retrocedió y con Hermione tomaron un lugar junto a Moody y Tonks. Los Weasley entraron y Harry escucho los "Hola Papá" y "Feliz Navidad" de ellos. La puerta se cerró y todos tomaron asientos en una banca para esperar. Esperaron unos minutos, mientras miraban un retrato de un señor bastante gordo y que parecía completamente arto.
-¿Por qué tan enojado?-pregunto Harry sin pensar.
-Toda una vida en esta área y ahora toda la muerte, ¿Lo crees justo niño?-respondió el retrato poniendo una mano en el marco y saliendo de la vista.
-No tenía que enojarse tanto- dijo Hermione molesta.
La puerta se abrió y Fred señalo adentro con una gran sonrisa. Ambos se miraron y entraron a la habitación. Encontraron al señor Weasley apoyado en la cama con los restos de su desayuno en una bandeja sobre su regazo y el a mirar a Harry sonrió ampliamente.
-¡Harry!-dijo el señor Weasley quitando la bandeja y dejándola a un lado-A la persona que más quería ver-
-¿Arthur?-dijo la señora Weasley confundida.
-o Molly no es nada pero estoy seguro que Harry entiende-dijo el señor Weasley abriendo sus brazos completamente en su dirección. Hermione lo empujo y el camino tímidamente. Cuando estuvo cerca del señor Weasley recibió un abrazo tan fuerte que se preguntó si de verdad estaba herido -Gracias Harry sin ti no hubiera podido ver a mi familia nuevamente-
-¿Recuerda?-susurro Harry algo asustado de que mencionara a la serpiente.
-¿Que si recuerdo algo?-dijo el señor Weasley con una enorme sonrisa y sin soltarlo-No... Pero sé que tú me salvaste...eso si lo recuerdo bien. Tu voz diciéndome que todo estaría bien que volvería a ver a mi familia que no me dejarías morir-
-Ni lo mencione-dijo Harry apartándose, mostro su regalo y se lo dio al señor Weasley mientras todos los demás levantaban los suyos.
La señora Weasley miraba intensamente a Harry y después de unos minutos le sonreía como cuando recién lo conocía.
-¡ah Harry, esto es absolutamente maravilloso!- acababa de abrir el regalo recién comprado, era un juego de herramientas muggles, desatornilladores, matracas, dados, etc. Ya que la tienda abierta era una ferretería - ¿Cómo funcionan estas cosas?-
-Solo pensé que con esto puede reparar algunas cosas que tiene en su garaje-dijo Harry recordando los trastos que guardaba el señor Weasley.
-Sí, si… estupendo -dijo el señor Weasley alzando una matraca-¿Esto cómo funciona?-
La siguiente media hora el señor parecía un niño pequeño comprobando cada pieza y sorprendiéndose de lo que podían hacer. Todos parecían también fascinados por el regalo excepto Hermione divertida por la expresiones de todos y mostrándoles cómo funcionaban.
-Arthur ¿No te quitarían las vendas hoy?-dijo la señora Weasley al percatarse que el pecho del señor Weasley tenía una venda limpia.
-Bueno Molly veras, me la quitarían hoy pero parece que necesitaran un poco de tiempo más. Ese veneno no era uno cualquiera, aun con el antídoto que la Directora Fletming ha hecho con la muestra que envió Harr... que Kreacher les dio, he tenido que beber una poción restauradora de sangre cada hora.-dijo el señor Weasley guiñándole un ojo a Harry.
De verdad Harry le agradecía no decir que había enviado las muestras de veneno, si algún día era libre de Voldemort y cualquier otra cosa, le daría una guía por todo el mungo muggle si era su deseo.
-la historia oficial es que saliste del ministerio y ahí te ataco la serpiente. Se me hace extraño que salieras del ministerio cuando pudiste aparecerte o viajar por la chimenea, ¿Que estabas haciendo de verdad papá?-pregunto Gorgue de repente.
- Eso es asunto mío- replico el señor Weasley aunque con una pequeña sonrisa- Estaba leyendo sobre el arresto de Willy Widderhinhs cuando llegaron. ¿Sabían que Willy resulto estar tras aquellos inodoros regurgitadores el verano pasado? Uno de sus maleficios le salió al revés. El inodoro le explotó y cuando lo encontraron estaba cubierto de pies a la cabeza en…-
-¿Ya que hacías papá?-replico Fres acercándose a la cama- ¿Estabas protegiéndolo, verdad? ¿El arma, la cosa que quien tu sabes está buscando?-
-¡Chicos, callados!-estallo la señora Weasley.
-No trajeron un postre de casualidad-pregunto el señor Weasley buscando entre sus obsequios.
-¿Y la serpiente enorme? ¿Cómo era?-pregunto Fred.
-Ya fue suficiente-dijo la Señora Weasley enojada-Ojoloco y Tonks están afuera, quieren verte, Arthur. Y todos ustedes pueden esperar afuera-agrego mirando a todos.
Regresaron al corredor. Ojoloco y Tonks no tardaron en entrar, cerrar la puerta y Fred saco un par de orejas extensibles.
-Veremos que dice Papá de todo lo sucedido-dijo Gorgue colocándose el extremo dentro del oído.- ¿No tienes curiosidad Harry?-
-No, si de algo se enteran me avisa.- dijo Harry y Hermione le sujeto el brazo.
-¿A dónde vas?-pregunto rápidamente.
-A la cafetería, iré a traerle un postre al señor Weasley-dijo Harry tranquilamente.
-Bueno, vallan-dijo Ginny acercándose a donde estaban sus Hermano escuchando.
-Yo voy con ustedes- dijo Ron rápidamente.- ¿Dónde quedaba la cafetería?-
-Quinto piso-dijeron al mismo tiempo Hermione y él.
-Yo voy- dijo Ginny quitándose el extremo de las orejas extensibles del oído.
Caminaron por un largo corredor, atravesaron unas puertas dobles y encontraron la desvencijada escalera alineada con más retratos de curanderos con aspecto brutal. Mientras ascendían, los curanderos les llamaban, diagnosticando extrañas enfermedades y sugiriendo horribles remedios. Ron se sintió seriamente insultado cuando un mago medieval le dijo que el claramente tenía un mal caso de Spattergroit. Harry le tuvo que decir al mago que Ron no tenía Spattergroit lo que tenía eran pecas.
-¿Qué piso es este?-pregunto Ron después de deshacerse del mago.
-Creo que es el quinto- contesto Harry desconcertado por las magias de todos, raras y algunas muy dañadas.
-No, es el cuarto- asevero Hermione- Uno más…-
Pero cuando se apuraba por el pasillo se detuvo abruptamente, mirando fijamente al pequeño conjunto de ventanas sobre las puertas dobles, que marcaban el inicio del corredor señalado por un cartel.
"Daños por encantamientos"
Harry miro que la freno, era un hombre que los miraba detenidamente a todos ellos con la nariz presionada contra el vidrio. Cabello ondulado y rubio, ojos azules bríllate y una amplia sonrisa vacía que revelaba sus destellantes dientes blancos…
-Caray-exclamo Ron, también fijándose en el hombre.
-Oh, Dios mío- Susurro Hermione de repente, sin aliento- ¡Profesor Lockhart!-
Su ex profesor de defensa contra las artes oscuras empujo la puerta para abrirla y se movió hacia ellos, vistiendo una larga bata color lila.
-¡Hola ahí!- saludo- Supongo que les gustaría mi autógrafo ¿Verdad?-
-Es bueno ver que algunas cosas nunca cambian-dijo Harry a Hermione, mientras Ginny asentía con la cabeza.
-Ehh… ¿Cómo esta, Profesor?- pregunto Ron, sonando ligeramente culpable.
Hacia 3 años que por el mal funcionamiento de la varita de Ron, Lockhart perdió la memoria, a tal grado que termino en San Mungo, aunque dado que Lockhart había intentado borrarles toda la memoria y hacerlos parecer locos a ambos en primer lugar, la simpatía de Harry era muy limitada.
-¡De maravilla, gracias!- Contesto Lockhart con exuberancia, sacando una maltratada pluma de pavo real de su bolsillo- Ahora ¿Cuántos autógrafos van a querer?-
-Cero-contesto Harry con una mueca de desagrado recordando su castigo de responder la correspondencia del exprofesor. Hermione por otro lado no pareció nada contenta y dio con el codo en las costillas-¡Oye!-
-No venimos por ninguna por el momento, gracias- dijo Hermione rápidamente.
-¿Tiene permiso de andar vagando por los corredores? ¿No debería estar en el pabellón?-pregunto mientras se sobaba.
-¿Nos conocemos?-pregunto Lockhart desvaneciendo sus sonrisa.
-Más de lo que quisiera-dijo Harry y un segundo codazo le cayó cerca de la boca del estómago- Dijo si, si nos conocemos ¿Recuerda?-
-Jovencito se me hace conocido- dijo Lockhart, luciendo como si intentara recordar una palabra muy difícil y que vagamente se ocupaba-¿Yo?, ¿Qué hice?-
Y Luego su sonrisa reapareció de su rostro tan repentinamente que Hermione le tomo la mano y Ginny se acercó a Ron.
-Yo enseñaba, seguramente aprendiste todo de mi ¿Verdad?-Dijo con una sonrisa de suficiencia- ¿Entonces cuantos autógrafos?-
Justo en ese momento una cabeza se asomó por la puerta y una voz llamo.
-Gilderoy, niño travieso, ¿Dónde te habías metido?-
Una curandera de aspecto maternal luciendo una guirnalda de oropel sobre su cabello lego apresuradamente por el corredor, sonriendo cálidamente a todos.
-¡Qué bien! Vinieron a verte Gilderoy ¡Encantador! Además el día de Navidad Saben, él nunca tiene visitas, pobre, y no puedo imaginar el por qué, es tan adorable-
-Les estaba dando unos autógrafos- Explico Gilderoy a la curandera con su sonrisa brillante- ¡Quieren montones de ellos, no aceptan un no como respuesta!-
-Escúchenlo- comento la curandera, tomando el brazo de Lockhart y sonriéndole tiernamente como si fuera un niño pequeño- Era bastante conocido hace unos años. Tenemos esperanzas de que esa afición por dar autógrafos sea una señal de que está recuperando la memoria. Van a entrar ¿Verdad? Adelante y no se molesten en el tiempo, estará encantado el tiempo que se queden-
-ER… Nosotros, no-comenzó Ron haciendo gesticulaciones inútilmente, la Curandera en un minuto la tenía adentro del pabellón.
-Esta es la sala de nuestros residentes a largo plazo- Les informa en voz baja- Para dais permanentes por hechizos, ya saben. Desde luego con pociones reparadoras intensivas, encantamientos y un poco de suerte, podemos mejorar alguna de estas pobres almas-
Después se despidió diciendo que ira por una taza de té a la cafetería.
-¿Nos quedamos?- dijo Harry mirando como Lockhart sacaba un par de fotografías suyas, algo arrugadas y manchadas.
-No deberíamos estar aquí-dijo Hermione mordiéndose el labio.- El profesor ni nos recuerda-
-A lo mejor recuerda que sacaste un perfecto en su examen. Y esa botella de licor que tanto quería- comento Ron burlón mientras se negaba a recibir la fotografía de Lockhart.- Además de todas sus ambiciones secretas-
-Cállate-dijo Hermione poniéndose roja.
-¿Aun recuerdas su color favorito?-pregunto Ron con la fotografía arrugada en el puño, Lockhart era insistente.
-No- contesto Hermione y algo le dijo a Harry que mentía y que si lo sabía.
La cabeza de Harry busco alrededor, mirando las condiciones de las personas que se quedaban en el hospital durante meses o años. Percatándose que no eran del todo malas, pero podían mejorar, ya enviaría su carta a la Directora Emma. Sin en cambio vio dos camas muy bien cuidadas. Una anciana que lucía formidable portando un largo vestido verde, una piel de zorro apolillada y un sombrero puntiagudo decorado con lo que era, sin lugar a dudas, un buitre tupido, y a rastras detrás de ella, un completamente deprimido…. Neville.
Con repentina ráfaga de alegro, Harry se separó del grupo y se encamino a ellos.
-¡Neville!- Saludo Harry a un par de metros.
Neville salto y se encogió, casi como si una Hechizo le no le hubiera dado por poco.
-¿Qué haces aquí?-pregunto Neville luciendo nervioso.
-Esa no es forma de saludar-dijo la abuela de Neville con un poco de enojo- ¿Amigo tuyo?-
-Es Harry-dijo Neville rápidamente y Harry trago saliva al ver la expresión de su abuela.
Hubiera preferido estar en cualquier otra parte del mundo y nunca haberse percato de Neville. Todos se acercaban a saludar cuando La abuela de Neville se levantó y realizo una inclinación bastante formal, luego le tomo la mano y se la llevo a los labios. Harry se la quitó inmediatamente pero ella insistentemente, lo abrazo.
-¡¿Abuela?!-dijo Neville también asombrado.
-Calla Neville-dijo Su abuela mientras se separaba- Gracias por lo que has hecho por mi familia-
-¿Yo? ¿Qué he hecho?-pregunto Harry desconcertado. Hermione y todos estaban ya a su lado aunque igual de sorprendidos.
-Educar a este- señalo a Neville- Y atrapar a ese canalla por lo que les hizo a mi hijo y nuera-
Neville veía sus pues con la cara roja y moviendo los labios sin ningún sonido.
-¿De qué habla?-pregunto Ginny que era la única que no savia de Barty Crouch Jr.
-Ho, ustedes son Weasley ¿Verdad?- prosiguió la señora Longbottom, ofreciendo su mano regiamente a Ron y Ginny- Si, conozco a sus padres… no muy bien, desde luego… pero son buenas personas, buenas personas… ¿Y tú debes ser Hermione Granger?. Neville no ha parado de hablar de ti desde el primer Curso-
Hermione se puso del mismo color de su vestido, mientras pasaba sus ojos de Harry a Neville.
-¿Algo que m tengas que decir Neville?-pregunto Harry intentando mostrarse sorprendido, aunque la verdad sabía que su amigo no miraba a Hermione de esa forma.
-No, ella no… yo a ella no… ¡Abuela!-dijo Neville levantando la vista y agitando sus manos- Solo admiro a Hermione no la veo de esa forma-
-Ya lo suponía-dijo la señora longbottom- Seria una desgracia para la familia que le jugaras tan sucio al señor Potter-
-Solo Harry, por favor-pidió mientras le abrazaba por la cintura a Hermione que no salía de su impresión.
-Claro, claro. Por cierto estuve en tu audiencia, una muy buena y sólida defensa-dijo la señora Longbottom.
-¿Por qué estás aquí Neville?-pregunto Ginny con algo de curiosidad.
-¿Qué es esto?-interrogo la señora longbottom bruscamente- ¿Neville, no les has contado a tus amigos sobre tus padres?-
-Se equivoca-interrumpió Harry tranquilamente.- Neville ya nos habló de ellos, pero Ginny no estaba en ese momento-
-¡Más le vale! ¡No es para avergonzarse!- espero la señora longbottom airadamente- ¡Estamos orgullosos, Neville, Orgullosos!-
-Lo sé y Harry ya lo ha dicho, si les conté-dijo Neville moviendo sus labios de más y diciendo "Gracias".
-¿Qué les paso?-pregunto Ginny acercándose a las camas.
-Torturados hasta la locura por seguidores de Ya saben quién-Contesto la señora Longbottom.
Ginny se llevó las manos a la boca, mientras Ron le colocaba una mano en lo hombro de Neville.
-Unos Héroes-dijo Harry mirando Neville que sonrió un poco.
-Gracias Harry, saben eran aurores muy respetado dentro de la comunidad mágica- Prosiguió la señora Longbottom- Sumamente talentosos, ambos. Yo… si, querida Alice, ¿Qué es esto?-
La madre de Neville se había paro y los miraba con una cara feliz. Tenía la misma cara redonda de Neville y vestía un camisón, parecía más delgada sus ojos más grandes de lo normal y su pelo blanco, era etéreo y lucia muerto. Le impresiono a Harry que mantuviera el mismo semblante que en la vieja foto de Moody, pero su magia era….
Parecía no querer hablar, o quizás no era capaz, pero hizo tímidos movimientos hacia Neville, sosteniendo algo en su mano extendida.
-¿Otra vez?-pregunto la señora Longbottom, sonando ligeramente cansada- Muy bien, querida Alice, muy bien. Neville, tómalo, sea lo que sea-
Pero Neville ya sostenía la mano de su madre, y le acariciaba con el pulgar la superficie de ella. Dejo caer un envoltura vacía del mejor cicle bomba Drooble.
-Muy lindo, querida- comento la abuela de Neville con voz falsamente alegre y palmeándole el hombro.
Neville susurro mirando la envoltura.
-Gracias Mamá-
Ante la sorpresa de todos y sobretodo de Neville, su madre se giró a Harry y estiro nuevamente la mano. Lentamente estiro la mano y ella dejo caer en su mano una segunda envoltura. Fue solo un segundo el que sus dedos se rosaron pero fue suficiente. Ella comenzó a bajar la mano, sin en cambio Harry la sostuvo mirándola atentamente.
-¿Qué haces Harry?-dijo Neville con la voz un poco enojada.
No le prestó atención y con su otra mano la estiro, mientras la madre de Neville tira de la primera. Toco su frente. Fue como si una tormenta de arena se agitara en todas direcciones, la magia era normal, sin en cambio era una combinación de dos magias que se arremolinaban e impedían a Harry llegar a su mente.
-¡Suéltala!-dijo Neville furioso quitándole la mano de su frente y quitándole la mano de su madre.
-Espera un segundo-dijo Harry antes de que se enfureciera más. Miro a su alrededor, Hermione parecía intrigada, Ron tenía la boca medio abierta y Ginny se tapaba la boca. La madre de Neville, Alice se alejaba medio corriendo en dirección a un Hombre muy parecido a Neville - Necesito hablar a solas con Neville-
-¿Por qué?-pregunto La señora Longbottom algo confundida.
-No les puedo decir nada ahora, solo diré que… es sobre sus padres-Contesto Harry mirando a Hermione para que le ayudara.
-Podemos ir a la cafetería solos, comprar lo del señor Weasley y regresar, en lo que hablan. ¿Nos acompaña señora Longbottom? Seguro que no ha comido nada todavía-dijo Hermione con el menor tono de mando que tenía. Aunque no variaba del mayor.
-Yo quiero sabe….-comenzó la señora Longbottom.
-Ve abuela- dijo Neville con decisión como aquella vez que se enteró de Barty.
Harry no supo si la señora longbottom estaba furiosa, alegre o confusa mirando tal vez a un Neville que no conocía. Luego Hermione con gentileza la tomo del brazo y se empezaron a alejar con Ginny del otro brazo y Ron con las manos en los bolsillos.
-Cuente como era su Hijo de pequeño-dijo Hermione comenzando una plática, seguramente para distraer a la señora Longbottom.
Se alejaron un poco de la curandera en turno. Una vez que nadie los escuchaba, miro a Neville ¿Cómo le diría todo? Supuso que solo tenía que suavizar las cosas.
-Mira Neville, no soy curandero y no tengo una magia de curación. Sin en cambio siento la magia mi alrededor, la percibo como los colores o las acciones, solo que es magia.- Comenzó Harry y vio como Neville se ponía más nervioso.
-Entiendo ¿Qué tiene que ver con mis padres?-pregunto Neville comenzando juguetear con el tiro de su camisa.
-Pronto entenderás, pero primero ¿Por qué nos dio la envoltura?-dijo Harry levantando el pequeño envoltorio.
-Hace mucho que lo hace, desde que soy niño. Aunque me sorprende, siempre me los da a mí y a nadie más-respondió Neville algo exasperado-¿Qué sucede?-
-No te has puesto a pensar que tus padres apresar de enloquecieron, te reconocen y a tu abuela. Que siguen estando aquí y no al mismo tiempo. Que te da los envoltorios porque quiere que sepas que esta aun contigo-dijo Harry deprisa y volteando a mirar los padres de Neville.
Ambos juntos y pareciendo hablar como si fueran personas normales lo único extraño de ellos dos era que no eran palabras, más bien con acciones. Mientras Alice le extendía la mano, el señor Longbottom veía que señalaba y se lo entregaba.
-He soñado con eso mucha veces como sabes- continuo Neville también observándolos- Los Medí Magos dicen que es imposible-
-Se equivocan-continuo Harry dejándolos de observar.- No quiero hacerte ilusiones Neville, pero sentí su magia, es normal.-
-¿Entonces por qué?-
- No solo tiene su magia, también ahí otra, supongo que la de tu padre. Ambas están protegiendo su mente, retroalimentándose una a otra- Dijo Harry siguiendo observando a sus padres- Por lo general la oclumancia crea barreras para evitar que lean la mente, como muros sobre tu mente infranqueables. La barrera que ellos tienen es como una tormenta de arena que gira a su alrededor, no puedes ni acercarte por que no ves ni un metro más adelante y eres golpeado por la arena. Ni siquiera pude ver qué pasaba bien. Lo que pude percibir es que no solo evitan que entren, también que salgan. No están locos, su mente está atrapada dentro de sus cuerpos. Un Hechizo de protección muy antiguo-
-Pero puedes ayudarlos ¿Verdad? Tal vez si aprovechas mi magia, la de mi abuela y contactamos a los…-Comenzó Neville con un brillo en sus ojos, se silenció ante la mirada de Harry.
No es que no quisiera ayudarlos, si eso lograba hacer el deseo de Neville lo aria, pero era difícil. Los medí magos lo tomarían de a loco y si por casualidad la directora Emma le hiciera caso tendría que ser supervisado. Si era por el en ese momento los ayudaría pero…
-Entiendo que no es fácil-dijo Neville con la mirada sombría y apretando los puños- Sé que no puedes ahora y que puede que tardes mucho, pero ayúdalos Por favor. No digo que ahora, solo, algún día-
Harry dejo salir un largo suspiro y se sobo el cuello. Sería muy difícil.
-Lo hare-dijo Harry y tomo a Neville del brazo- Y como dijiste necesitare tu magia, no sé cómo reacciones tampoco así que tendrás que tranquilizarlos-
-Espera, lo harás, ¿Ahora?-pregunto Neville con la boca abierta.
-Que Merlín nos eche una mano por que esto se pondrá feo.-Contesto Harry acercándose lentamente, mientras Neville le seguía.
Al verlos llegar, Alice y Frank se juntaron, el enfrente de ella mientras la madre de Neville parecía aterrada.
-Hola señora, Lamento lo de hace rato-dijo Harry con una sonrisa y una inclinación.
Alice asintió y se ocultó nuevamente detrás de Frank, que miro a Neville abriendo y cerrando las manos. Neville se acercó tranquilamente y sostuvo las manos de su padre.
-Mamá, Papá es Harry, mi amigo que tanto me ha ayudado. Los puede ayudar- dijo Neville estirando la mano para que su madre saliera de su escondite.
Alice estiro su mano y Neville la tomo, lentamente salió de detrás del Frank mientras le señalaba la cama y Harry se acercó lento. La miro y estiro su mano sin tocarla.
-Me permite Madame- dijo Harry sin dejarla de ver a los ojos, esperaba que de esa forma viera sus intenciones.
Frank se sentó junto a su esposa y miraba a Harry insistentemente. Tenía el pelo corto y moteado de gris igual que su mujer, unos ojos azules y una barba de algunos días. Neville tomo la mano de su madre y lentamente la llevo a la de Harry. Alice cambio su mirada de miedo a una de curiosidad como si pensara que su cara era graciosa. Harry tomo su mano suavemente y coloco la otra encima de ella. Neville coloco su mano en su hombro.
-Todavía no, necesito inspeccionar el terreno antes. Te diré cuando. Mantelos tranquilos-dijo Harry relajándose, dejando salir el aire y mirando los ojos de Alice.
Cerró los ojos. Nuevamente la tormenta de magia agitándose alrededor de la mente de Alice, el color azul de su magia y el verde de Frank se cruzaba y giraban entre ellos aumentado el poder de la barrera. Intento adentrarse más y ver qué pasaba, seguían girando a mayor fuerza. Controlo su magia y la envió intentado frenar la fuerza de ambas magias. Ni siquiera lo movió un poco, la fuerza le dañaba y no era la de Alice. No funcionaria, la magia de Frank le servía de respaldo.
-Necesito la mano de tu padre también-dijo Harry abriendo los ojos, sentía la frente mojada y su respiración algo agitada.
-¿Por?-pregunto Neville pidiendo la mano de su padre, el cual la alzo.
-Si no atacamos las dos mentes de una sola vez, es imposible. Intente con la de tu mamá, solo resulto un desperdicio de magia-Dijo Harry sosteniendo la mano de Frank- Algo más Neville-
-¿Qué necesitas? Lo que sea-dijo Neville con la voz temblorosa.
-Al entrar a la mente de ambos será mucho más fuerte que nunca. Lo suportare y abriré un camino directo a su mente, ahí estaré en problemas, sus mentes me atacaran por ser un invasor- dijo Harry dándose un tiempo para continuar, si lo hacían bien podrían deshacer las barreras y liberarlos- Consumiré parte de tu magia, pero no toda. Te dejare suficiente para que tú entres y les los saques.-
-¿Qué?-pregunto Neville más nerviosos- ¿Por qué yo?-
-Eres su hijo. Si a alguien escucharan es a ti. Necesitas convencerlos de salir de ahí, si no bajan las defensa jamás volverán a ser los mismos-dijo Harry concentrándose y tomando ambas manos, juntándolas tranquilamente para no asustarlos.
Ya parecían bastantes confusos para hacerlo más difícil.
-No lo lograre, es mejor que tu…-
-Neville, entiende. Yo no significo nada para ellos, solo soy un chico más. Sin en cambio tu eres su hijo. Háblales desde tu corazón diles lo que deseas y te aseguro que todo saldrá bien-dijo Harry girando su vista a la curandera en turno, se movía mucho y no les quitaba la mirada. No tenían tiempo la señora Longbottom llegaría en cualquier momento y podía oponerse.- Es ahora o nunca. Si no resulta, puede que no podamos intentarlo otra vez.-
-Bien- dijo Neville más decidido- ¿Solo tengo que colocar la mano en tu hombro? –
-Si.-dijo Harry pensando un poco.
Neville se cambió de asiento enfrente de sus padres y les sonrió.
-Los traeré de vuelta-dijo mirando los ojos de su madre y padre que le sonrieron.
No era momento, pero Harry sintió celos y los ojos se le humedecieron. Sintió celos, Neville podría tener a sus padres si todo salía bien y el… seguiría igual.
-¿Listo Harry?-pregunto Neville de repente y el asintió.
Nuevamente dejo salir un suspiro largo y cerró los ojos. Antes era una tormenta de arena mágica arremolinándose con fuerza, esta vez era un Tifón. La fuerza mágica golpeo a Harry, pero su mente no era la única la de Neville estaba a su lado, una magia roja que si podría describirla era un fuego titilante que podría quemar o apagarse. Concentro su magia y sustrajo la mitad de Neville, comenzó a pensar en una runa en conciso la runa de "Camino", para que tanto Neville como sus padres encontraran el sendero a una vida, a una verdadera Familia.
{Tranquilo Neville comenzaremos ahora} dijo Harry en su mente.
Dejo salir toda su magia que salió de él, como una ráfaga de viento abriendo un camino. Un túnel lo más grande posible para una persona. Alrededor evitando que la magia de Alice o Frank atacaran a quien entrara estaba una única runa repitiéndose cada tanto brillando de color dorado.
{Ahora Neville, Ahora} grito Harry.
En su mente sostenía ese túnel con su magia, la cual era sustraída mucho más rápido de lo que pensaba. La magia de Neville o su mente, no lo supieron bien ya que su conciencia se concentraba en mantener abierta el puente, cruzo el umbral y se perdió.
Era como tener asido en toda su piel, quemándolo, dañándolo, abriendo la piel mientras el dolor subía por cada poro. No sabía ni que pasaba, solo se mantenía abriendo el túnel, no podía permitirse dejar a Neville adentro porque estaría peor que sus padres.
{Escúchenlo por favor} pidió Harry jadeando mentalmente.
El tiempo pasaba, se sentía incapaz de seguir sosteniendo su magia y abrir el túnel. Su mente le pedía dejar todo, le gritaba que no resistiría y que era hora de darlo por pedido.
{NEVILLE, APÚRATE} Grito Harry con casi el mismo dolor que le provocaba Voldemort al atacarlo mentalmente.
Sin en cambio imágenes venían a su mente. Un hombre parado siendo apuntado pro varitas, mientras la mujer estaba en el suelo jadeando y con lagrimas
{CARIÑO, NO}Gritaba el Hombre en su cabeza totalmente desesperado {HAGAN LO QUE QUIERAN CONMIGO DEJEN A ALICE EN PAZ}
{FRANK, DEJAME VETE AMOR, VETE} grito la voz de una mujer con dolor.
Ya no sentía solo su dolor, también el de Alice y Frank dentro de su ser. La desesperación por que el otro se fuera, el dolor que recorría su cuerpo mientras se retorcían de dolor por el hechizo cruciatus. Una y otra vez el dolor invadiendo su mente y su cuerpo, el hechizo era repetido tantas veces como se lo aplicaron a ambos Aurores.
Ni siquiera savia si seguía sosteniendo el túnel, No había descripción para tal dolor. Lo más cercano seria a un desmembramiento una y otra vez mientras que tu cuerpo se recomponía. Intento regresar a la mente de ambos pero las imágenes lo golpeaban cada vez con más dolor.
{NEVILLE} Gritaba la mujer con desesperación {LO LAMENTO AMOR}
{MI BEBE, PERDONANOS}Grito el hombre con la voz destrozada.
-AAAAAAAAAAHHHHHHHH-Grito Harry sin poder aguantar más.
Se adentró más en las mentes del ambos aurores. Neville, debía buscarlo y sacarlo antes de que sus fuerzas fueran nulas. El túnel seguía abierto mientras el intentaba llamarlo mentalmente, sin éxito, no tenía ya fuerza ni su mente podía seguir. Su mente se perdió, flotando en una nube de terror, dolor y desesperanza mientras intentaba defenderse de los terribles recuerdos de los aurores.
{SAL DE AHÍ} grito la vos de sus maestros en su mente.
-No- gimió de dolor y frustración mientras nuevamente su mente era destrozada una y otra vez- Neville… adentro… no puedo… no… Neville-
Concentro lo único que le quedaba su convicción y valor. Y nuevamente lo sintieron las mentes de los 3 Longbottom en un solo punto. Neville y sus padres… que hacían o decían no importaba su mente ya no percibía otra cosa que un ardor irresistible.
{Ya… no puedo… mas} dijo su mente jadeante y sufriendo.
Los siguientes días se preguntó si lo que vio fue cierto. Neville estirando ambas manos a cada uno de sus padres, luego los aurores sosteniéndolo y corriendo hacia donde él estaba, tumbado con ambas rodillas en la oscuridad, sosteniendo un túnel de luz que se hacía más chico cada vez, mientras el tifón se desvanecía a su alrededor.
{Solo un poco más, un último esfuerzo} se dijo a sí mismo y expulso toda su magia agrandando el túnel convirtiéndolo todo en un blanco puro. Mientras caía al suelo.
Abrió los ojos con pesadez, mojado de la espalda y la cara, sintiendo a muchos a su alrededor mientras el sentía un zumbido en sus oídos. Lo movían mientras veía cosas; los zapatos de alguien, la cama de otra persona, artículos mágicos, luces, pelo castaño, pelo rojo, unos ojos color azul intenso, una bata verde oscuro y por ultimo unos ojos color miel.
¿De quiénes eran? Lo sabía, era de…de…Hermione. Si de ella eran. Entonces se movió, saboreo su boca con el sabor a sangre en ella y un toque salado. Se llevó un mano al cuello mientras se sentía aletargado, si alguna vez se emborrachaba esperaba que no se sintiera así, era horrible.
-¿Estas bien? ¿Qué pensabas al hacer algo así?-dijo Hermione y se abrió bien los ojos.
Estaba acostado en una cama y ella sosteniéndole la mano como siempre. Obligándolo a sonreír.
-Eso me suena muy familiar-dijo Harry con voz cansada.
-No me vengas con eso, si hubiera sabido…. Pero no creas que te saldrás con la tuya-dijo Hermione con la voz aliviada pero una mirada furiosa.
-Bien-contesto sentándose.
-Señor Potter, recuéstese, aún no he terminado de checarlo-dijo Emma que por alguna extraña razón estaba ahí.
-Estoy bien- dijo Harry sentándose sin que nadie lo impidieran -¿Qué paso?-
-Por donde empiezo, lo busque en el cuarto del señor Weasley por que creí que seguía ahí. Sin en cambio me dijeron que fue a la cafetería al llegar me tope que con las señorita Granger, Weasley, la señora longbottom y el señor Weasley. Comparamos lo que querían y bajamos. Lo encontramos con Neville desmayado en la cama, Alice y Frank en el mismo estado uno sobre otro. Mientras usted parecía en un trance sosteniendo las manos de los tres y con una mirada de completa agonía. Intentamos soltarlo, pero dijo algo de que Neville seguía adentro. Segundos después… cayó al suelo, sangrando de la nariz con abundancia, tosiendo sangre y pareciendo muy mal. Inmediatamente lo atendimos. Han pasado media hora-
-Okey-dijo Harry intentando recordar que había pasado, no lo entendía del todo.- y ¿Cómo estoy Doc?-
En ese momento se percató, que más de media docena de ojos lo veían. Hermione, Ron, Ginny, La señora Longbottom, La señora Weasley, Moody y Tonks. Todos con el mismo semblante de preocupación y en el caso de Hermione soltando unas cuantas lágrimas, que limpio con sus manos y sonrió.
-Tiene algunos daños internos, sus músculos ni siquiera sé por dónde empezar están más que cansados y su magia agotada. Pensé que tendría algún daño mental, pero parece todo en orden-dijo la doctora Emma- Puede irse y estar en su casa, solamente le daré pociones y un par de ungüentos para que se coloque, también me serviría que alguien me acompañe para que le indique como seguir el tratamiento y además enviare una nota a Madame Pomfrey para que te haga un chequeo en Hogwarts y ella vea el mejor tratamiento a seguir-
-¿Neville, Frank y Alice, están bien?-pregunto Harry rápidamente ya que cada cosa recién ocurrida regreso a su mente.
-En prefectas condiciones…. –la doctora lo miro con interés, casi una joya-los señores Longbottom están mejor que nunca, creo que se recuperar por completo-
-¿Completo, completo o a como estaba hoy?-pregunto Harry sin prestar atención a las miradas molestas.
-Completo, completo. No sé qué hiciste Harry, ni cómo. Solo sé que sus mentes se recuperaran poco a poco, necesitaran terapia y mucha atención médica, aun así en más de un año, podrán volver a casa-dijo la doctora Emma aun mirándolo de esa forma- Espero que antes de hacer otro milagro me busque primero-
-No hice nada-dijo Harry sintiendo los colores subirse al rostro. ¿Milagro?, el solo quería ayudar a Neville. –A todo esto ¿Dónde está Neville?-
-Ahí-dijo Hermione señalando la cama de alado.
Ahí estaba tendido en medio de Alice y Fran con la cara llena de sudor y sin embargo una sonrisa, al igual que sus padres en las camas contiguas y todos tomados de las manos. Eso hizo que todo su esfuerzo valiera la pena.
-¿Cuáles serán esos tratamientos? Yo se los daré-dijo La señora Weasley a la doctora.
-Sígame-
Ambas mujeres salieron acompañadas. Tonks se sentó a un lado.
-Bueno muchacho te esperamos abajo. Aun ahí que celebrar la Navidad-dijo Moody palmeándole el Hombro- Solo espero que no quieras ser Medí Mago, ¿Ya te he dicho que serias un excelente auror?-
-Si-contesto Harry con una sonrisa.- Y no se preocupe Medí Mago no es mi profesión-
-Nosotros vamos por Fred y Gorgue que se quedaron cuidando a papá-dijo Ron sonriéndole- ¿Por qué siempre nos asustas?-
-Ni idea-contesto Harry devolviéndole la sonrisa.
-No hagas nada impudente mientras nos vamos-dijo Ginny y por alguna razón le dio un beso en la mejilla.
Se quedó ahí sentado, intentando que Hermione no siguiera echando humo por los oídos y que Lupin no pereciera consternado. Sin percatarse que la señora Longbottom lo miraba.
-Nunca poder pagar lo que has hecho hoy… -dijo de repente atrayendo la atención de los tres.
-No, yo lo hice porque quise, nadie me obligo. Neville es mi amigo y… bueno ya he ayudado a bastantes de mis amigos Neville no podía quedarse atrás-contesto Harry sinceramente, fue suficiente para Hermione le tomara el brazo un poco fuerte pero era un avance.
-¿Cómo…?-comenzó Tonks con la voz tambaleante.
-Ni idea, solo lo hice, supongo que la fe y la valentía me ayudaron-dijo Harry rascándose la nuca. Miro a la señora longbottom un segundo y su mirada se lo dijo todo- ¿Qué hechizo utilizaron?-
Se quedó atónita y palidecio, su viejo sombrero casi se cae mientras el chal apolillado se resbalo de sus hombros.
-¿Sabes del…?-
-Si no lo supiera no los hubiera podido liberar-dijo Hermione con voz medio molesta.- Odio eso-
-¿Hechizo?-pregunto Tonks
-Uno de la familia longbottom, ancestral y no ocupado desde hacía siglos. Mi hijo hace años, cuando Voldemort se levantó, sintió peligro. Me dejo a Neville y junto a Alice realizaron el hechizo. Un hechizo para proteger todos sus secretos y de los demás. Sacrificarían sus mentes a cambio de proteger a los demás. Sus magias protegerían sus mentes y los encerrarían. Nunca se descubrió como liberarlo, es más una maldición. Entendí después el porqué, mi quería Alice, mi hijo Frank, Ellos….ellos se….-dijo con los ojos llenándose de lágrimas.
-No diga mas, siempre fueron unos héroes, ahora más que nunca-dijo Harry levantándose y sonriéndole.
-Gracias-dijo la señora Longbottom soltándose a llanto vivo mientras lo abrazaba, las plumas del sombrero le hicieron cosquillas y el bolso le golpeo la espalda pero aun si dejo que se des ahogara.
Minutos después la señora Weasley entro con una bolsa llena de pociones y ungüentos, además de un montón de otras cosas que no sabía que eran. Toda cortesía de San Mungo. Luego de una despedida muy emotiva de la señora Longbottom y Neville que despertó por tanto ruido, se dirigieron a despedirse del señor Weasley que pareció alivio al verlo. EL postre había sido olvidado en una mesita y seguramente no sería comido muy pronto. Los gemelos lo instigaron a hablar aunque con el señor Weasley haciendo preguntas a diestra y siniestra no pudo decir nada.
-A veces creo que eres demasiado bueno-dijo Hermione aun algo molesta durante un momento en que la doctora Emma le daba una nota para madame Pomfrey- ¿Por qué no me diste? Pensé que le dirías otra cosa, no que arriesgarías tu mente para ayudar a los señores longbottom-
-Lo siento, todo fue al momento. Tienes razón debí planearlo-dijo Harry parándose y sintiendo que todo se movía, se mareaba y agito su cabeza.
-¿Estas bien?-pregunto de repente Hermione.
-Un mareo, ha de ser que perdí sangre-dijo Harry siendo su voz lejana.
-En cuanto lleguemos comes-dijo Hermione dándole un beso que recibió con gusto.
No tardaron en salir y trasportarse a Grimmauld Place, done los padres de Hermione se enteraron de lo que paso he igual que todos lo bombardearon de preguntas. El tema no paro hasta la noche, donde cenaron en un ambiente entretenido. Las rencillas se terminaron por el momento, todos parecían contentos y se olvidaron un poco de él, que fue lo mejor. La cabeza le dolía y el que tuviera que tomar pociones cada dos horas no le ayudaba para nada. El día parecía no terminar y no quería que terminara, ese ambiente, las voces contentas, las pláticas variadas, el olor a comida deliciosa e incluso las constantes chistes de los gemelos le hacían feliz. Sirius se olvido de todo al ver a Tamara y no dudaba en que ambos se mantenían cerca uno de otro a pesar de que se requerían para diferentes pláticas.
Aunque no era el único, todos se veían igual y algo dentro de su cuerpo le decía que eran las mejores navidades de Neville.
Las fiestas pasaron y el año nuevo llego, para todos fue lo mas normal, sin en cambio para Harry era tener a la señora Weasley detrás suyo intentando hacer que siguiera las instrucciones de la doctora Emma. Solo lográndolo por que Hermione era la que se lo aplicaba. Algo bueno era que los padres de Hermione se fueran y no porque les desagradaran al contrario le caía súper bien, solo que las miradas algo enojadas del señor Granger cuando besaba con su hija eran de temer y algunas veces la señora Granger lo cuestionaba sobre sus sentimientos.
Kreacher tomo la habitación en el ático donde Harry había dormido varias veces, se preguntó si el elfo lo eligió a propósito. Sirius parecía algo menos feliz al ver que la navidad se había acabado, y a medida que su regreso a Hogwarts se acercaba, se volvió más y más malhumorado.
Todos se olvidaron de lo sucedido en San mungo el último día de vacaciones, mientras jugaba una partida de ajedrez mágico con Bill. Veía como su torre se peleaba con un peón, enseguida lo llamo la señora Weasley a la cocina y su torre perdió.
-¿Por qué mis piezas siempre pierden?-Se preguntó Harry bajando la escalera mal humorado. Nuevamente un mareo lo asalto, no era la primera vez y después comenzó a ver puntos de colores por todas partes. Suspiro unos segundos deteniéndose de la pared hasta que el mareo freno y los puntos desaparecieron. Continúo bajando lentamente. Esperando que las pociones de San Mungo se aliviara pronto.
Suponía que encontraría a la señor Weasley, sin en cambio en la mesa sentado enfrente de una taza de té estaba el profesor Snape. Miro a su alrededor buscando a la señora Weasley y como no estaba comenzó a subir la escalera.
-Espere, señor Potter- dijo el profesor Snape alargando las palabras.
-¿Qué?-dijo Harry sorprendido.- o mejor dicho ¿Para qué?-
-El director me ha enviado a comunicarte, Potter, que su desea es que estudies oclumancia este curso-dijo Snape serio.
-¿Solo eso?, como hacen a uno perder el tiempo. Vera profesor ya se oclumancia-dijo Harry buscando algo en sus bolsillos, esperaba dárselo, pero no tan pronto. Tal vez después de clases.
-No es un juego Potter-dijo Snape con voz silbante.
-Lo sé, he aprendido oclumancia-dijo Harry nuevamente sacando un rectángulo envuelto en pergamino, sin nada a su alrededor.
-Bien, si eso quieres, te are un examen el Lunes a las seis en punto en mi oficina, si alguien pregunta te mande a llamar para verificar que no hagas trampas en mi clase-dijo Snape sin detenerlo y petulante.
-Como si me hiciera falta- agrego Harry lanzándole un pequeño paquete a sus manos que atrapo- Además gracias por el regalo, me va a servir mucho- señalo su bolsa en la pierna.
Snape no hizo otra cosa más que chaquear la lengua. Escucho algarabía arriba, subió lo más rápido que pudo, encontró a toda la familia Weasley acompañados de Hermione, todos felices alrededor del señor Weasley caminando orgullosamente en medio de la sala, vestido con unos pijamas a rayas y cubierto por un impermeable. El regalo de Harry descansaba en la mesa.
-Curado-anuncio radiante al ver a Harry-Completamente curado-
-Esa es una increíble noticia-dijo Harry acercándose con alegría.
-La muestra que les dio Kreacher, el antídoto perfecto, además de que parece ser una muestra muy valiosa pueden curar varios venenos con ella, lo puedes imaginar-dijo la señora Weasley muy contenta.- Y todo se lo ven a Kreacher-
La cena de esa noche fue bastante alegre con el señor Weasley de vuelta y Sirius invitando nuevamente a Tamara que fascinada asistía. Harry les dijo en voz baja a Hermione y Ron lo que había pasado con Snape.
-Supongo que quieren evitar que Voldemort te posea del todo-dijo Hermione enseguida.
-Pero ya tengo la oclumancia la llevo ocupando todo el tiempo incluso ahora y no logro evitar sentirlo-dijo Harry rápidamente.-Además de que mis maestros están evitándolo y por eso no puedo hablar con ellos-
-Solo preséntate demuéstrale lo que haces y ya-dijo Hermione besándolo-¿Que le distes a Snape?-
-Un porta retrato-dijo Harry sin tomarle importancia.
-¿por qué un porta retrato?-dijo Ron sorprendido.
-El regalo en si es la foto, fue una de mi madre-dijo Harry algo sonriente y mirando como a Hermione le brillaban los ojos, al igual que Ron abría la boca. Dejo escapar una risita-Aunque... la verdad espero no se enoje ya que mi padre sale en ella-
