Todos los derechos de los personajes son de J. K. Rowling


Me he tardado por muchas razones y se que no quieres oírlas. A mi tampoco me gusta mucho decirlas y esta vez me las guardare. Solo diré.

¡Se acerca el aniversario de mi primer fic… osea este!

Tienen que escoger uno para ese día. Y después lo subiré.

A) Capitulo de aniversario

B) Dos capítulos el mismo día.

C) Nuevo Fic de …..¿Percy Jackson?


Capítulo 47.- La voluntad del Heredero.

Sin darse cuenta febrero llego trayendo un clima húmedo y caliente y la perspectiva de la segunda visita del año a Hogsmeade, aunque el claramente Harry se quedaría en el castillo. Casi todos se mostraban realmente editados por ir, Harry logro conseguir que Hermione aceptaría ir acompañada de todos y que le comprara algo en Honeydukes, ella siguió renuente a dejarlo solo insistiendo a Sofí que lo acompañara un rato. El simplemente deseo tener una cita normal con Hermione, algo que no implicara ir a clases o estar entrenando, haciendo deberes o preocuparse por alguna cosa. La última vez había sido mucho tiempo atrás.

No tuvo mucho que lamentarse durante las siguientes dos semanas. Primeramente porque entrenaba arduamente sus habilidades con el agua y la sanación. Al igual que su cuerpo, en la sala de entrenamiento después de curarse logro alcanzar el nivel 100 fácilmente, y sin magia logro alcanzar el nivel 60. Su lecturas cambiaron un poco, ya no eran sobre hechizos de defensa, ahora consistían en libros de curación y medicina muggle, algo con lo que trabajar sus nuevas habilidades. Nadie creía que estuviera tan activo, cuando antes se la pasaba dormido casi todo el tiempo. No tenía tiempo pero por estar ocupado siempre.

El noviazgo de Luna y Neville fue durante algunos la sorpresa para muchos y el resto del tiempo era la actitud de Neville, Sin titubeos, sin vergüenza, siempre intentando mantenerse firme en todo lo que hacía. Ron y Hermione dirigían Pendragon tan bien que no era necesario ayudarlos, solo en algunas clases en la sala de menesteres. Y en las Noches Harry simplemente abrazaba a Hermione mientras hacia sus deberes u obligaciones y el leía el grimorio de Slytherin a conciencia.

En la mañana del 14, el viento era fresco, con una brizna suave. Todos estaban dispuestos a salir a la visita con una sonrisa enorme, mientras él se vestía con la chaqueta de dragón, su camisa más cómoda y unos vaqueros desgastados. Marlow iba a acompañar a Hermione a Hogsmeade ya que podría comprarle algunas chuches que le gustaran. Bajo a ver como todos se dirigían al pueblo y despedirse de todos. En la fila ya se encontraban Hermione, Daphne, Luna, Neville, los gemelos e incluso Sofí que iba a lado de algunas de sus compañeras. No vio a Ron ni Ginny por ningún lado.

-¿Donde esta Ron?-pregunto Harry a Daphne que parecía tan apagada como Hermione por dejarlo.

-Nos alcanzara, al parecer su capitana de equipo quiere entrenar más, dice que su hermana es buena, pero no tanto. Y Dennis a veces pierde la Snitch por más de una hora-dijo Daphne algo desganada.

-Cuanto siento eso, es mi culpa. No debí decirle que aflojo un poco en los entrenamientos-dijo Harry sintiéndose algo apenado.- Se toma lo de ser capitana muy enserio-

-Bueno yo también le hubiera dado una paliza a Malfoy si hablaba mal de mi familia-dijo Daphne algo más animada- Empezaron temprano así que supongo que terminaran en un rato -

-Seguro te busca. Ya verás no tardara en encontrarlos-dijo Harry suspirando pesadamente.

Hubiera dado un equipamiento nuevo a Hufflepuff o Ravenclaw con tal de que lo dejaran entrar nuevamente en el equipo de Gryffindor. E incluso a Slytherin, con la condición de que sacaran a Malfoy.

-Lástima que no vengas Harry. Sería mejor ir todos-Dijo Luna abrazada a Neville que tenía las mejillas ruborizadas.

-¿Por qué no tienes permiso si…?-comenzó Neville nuevamente.

-Dumbledore me lo retiro-dijo Harry gruñendo un poco y percatándose que Hermione miraba a otros lados.- ¿Qué pasa?-

-¿Estarás bien?-pregunto Hermione mordiéndose el labio inferior- Estarás solo en el castillo-

-Solo, solo, lo que se dice solo, No-dijo Harry acercándose y sonriéndole- Todo los de primer, segundo y algunos de tercer están adentro. Además tengo que ver a McGonagall. No me ha regañado en un rato-

-Bueno. Nos vamos-dijo Hermione mirando que todos parecían impacientes.

-Si-dijo Harry sonriendo y dándole un beso, que le saco una sonrisa a ambos-Los veo al rato, tráeme un par de dulces ¿Quieres?-

-Claro-dijo Hermione tomándole las manos-Ranas de chocolate, drobles y plumas de azúcar, lo que te gusta-

-Y unos diablillos de pimienta, se me antojaron la última vez-dijo Harry pareciendo muy interesado, aunque realmente solo estaba dándole un motivo a Hermione para ir a divertirse un rato.- Y si puedes podrías traerme también algunas cosas de Zonko-

-¡¿Articulos de Bromas?!-pregunto Hermione con una mirada severa- No tienes suficiente con las que te dieron ellos.-

Señalo a los gemelos que se encaminaban con miradas de estar planeando algunas bromas pesadas.

-Pues por eso-dijo Harry acariciándole una mejilla- Quiero comparar la calidad de los artículos. Me interesan los tenedores muerde lengua y tinta invisible-

-Okey- Dijo Hermione cediendo ante sus miradas.

-Se da cuenta que es una prefecta y que si los utiliza en Hogwarts tendrá que confiscarlos-dijo Daphne pero Hermione y Harry no la escucho, se besaron para olvidar que perderían un día especial para ambos.

Después de verlos partir simplemente decidió ir a ver a Hagrid y luego a McGonagall. Tenía que preguntarle a su amigo que había pasado con los gigantes, además de que por lo menos así no se sentiría tan solo, camino lentamente cruzando el castillo hasta el otro lado donde se encontraba la cabaña de Hagrid, al legar a la sima de la colina vio la figura imponente del semigigante afuera atendiendo su hortaliza.

-Hola-saludo Harry ligeramente triste.

-hoo, hola, te creí en Hogsmeade Harry-dijo Hagrid sorprendido-¿Por qué no fuiste?-

-Dumbledore-dijo Harry viendo como sostenía una cubeta de lo que parecía ser abono.-Por mi seguridad no debo salir de Hogwarts-

-Enserio, hora entiendo por qué el profesor me advirtió que podrías estar bastante molesto-dijo Hagrid continuando con su labor.

-Bueno eso y otras cosas que andan por mi mente-dijo Harry viendo como Hagrid dejaba el abono en un hueco en el suelo y lo tapaba con más tierra.

-Creo que deberías hacerle un poco más de caso, ya ves la última vez que saliste terminaste peleando contra un gigante-dijo Hagrid levantándose y luciendo un moretón grande en su mejilla.

-¿Que te paso?-dijo Harry tanto preocupado como algo molesto por su comentario.

Hagrid miro a ambos lados para después acercarse tanto a Harry que casi sintió su cara dentro de la espesa barba.

-Los gigantes han estado inquietos, en cuanto estuvieron de nuestro lado los tuve que traer-dijo Hagrid un poco bajo por lo que Harry tuvo que agudizar un poco más su oído-Son creaturas temperamentales, se la pasan todo el tiempo peleando y discutiendo si no tienen nada que hacer. Así que los traje a Hogwarts por eso tarde tanto en regresar, son muy difíciles de mover además de que es un grupo bastante grande, creo que ahora aquí en Hogwarts se sienten un poco menos inquietos-

Harry asintió y nuevamente vio hacia el bosque, preguntándose si el bosque prohibido era lo suficientemente grande para esconder a los gigantes todo el tiempo, enseguida sonrió un poco y Hagrid se apartó algo pensativo.

-Creo que es por estar en una zona mágica con tanta magia-dijo Harry sintiendo la brizna en la lluvia en el cuello.

-SI creo que sí, pero pasemos a la cabaña, ¿Quieres una tasa de chocolate caliente?-dijo Hagrid sonriendo algo que parecía extrañamente con el enorme moretón en su mejilla.

-Claro-

Entraron a la cabaña donde todo lucia tan normal como de costumbre, incluso fang se encontraba tirado en el tapete esperando que Hagrid le diera alguna chuche o jugara. Hagrid tardo un tiempo en preparar el chocolate, cuando al fin se lo sirvió en una de esas enorme tazas que contenían un litro del espumoso y caliente líquido.

-Gracias-dijo Harry cuando lo sostuvo entre sus manos y estas se calentaron.

-No hay de que-dijo Hagrid sentándose con la taza más grade, una parecida al bote pequeño.

-por cierto ¿Y Madame Máxime?-pregunto Harry después de unos momentos.

-Regreso a Beaxbatons. Demasiado tiempo sin su directora sería muy sospechoso. Me ha enviado varias cartas. Además desde que comenzamos a movilizar a los gigantes pocas veces he necesitado la magia-dijo Hagrid palmeando su varita, como si fuera a desaparecer.- Pero tuve que enfrentarme a un par de mortifagos que aparecieron. Todo termino bien gracias a Merlín-

-Qué bueno-dijo Harry tomando un gran trago del chocolate.- Pensé que mover a todo el clan desde las montañas del norte a Hogwarts sería imposible-

- Ya no son el clan montañas del norte- dijo Hagrid pasándole una cesta con pastelillos algo duros.

-¿Entonces?-dijo Harry metiendo uno de los pastelillos en su chocolate, para suavizarlos.

-Pendragon- dijo Hagrid sonriéndole con todos los dientes.- Los venciste y ahora son el Clan de Gigantes Pendragon-

-Ho claro-dijo Harry medio atragantándose con un pastelillo- Cambian el nombre cuando el otro Gurg gana un duelo. ¿Cómo se me pudo olvidar?-

-Pronto tendrás que hacerles una visita o insistirán en venir aquí-dijo Hagrid tranquilo.

Continuaron hablando sobre las fiestas aunque Harry dejo de lado todo lo que malo o lo que paso en San Mungo y se dedicó a contarle las horas de alegría que paso junto a Hermione. También Harry le conto de lo pasado en el partido de quidditch contra Slytherin y la razón de porque no jugaría en el siguiente partido.

-Ho yo que esperaba ver tus grandiosas jugadas, me contaron que hiciste el amago de wronski y que otra vez dos bludgers locas te persiguieron-dijo Hagrid casi con incredulidad.

-Sí, bueno lo de las bludgers no es una noticia nueva-dijo Harry sintiéndose un imán de cosas malas.

-Bueno creo que estar fuera del quidditch por ahora es lo mejor. Si quien tu sabes decidiera atacar cuando todos estén en un solo punto sería algo malo-dijo Hagrid tomándose una gran sorbo de su tasa, casi acabándosela.

-Tal vez-dijo Harry sintiéndose casi tan mal que tenía ganas de irse de ahí. E ir a escuchar a McGonagall.

Después de unos minutos, Harry se despidió diciendo que tenía deberes que atrasados y que pasaría a la biblioteca por un libro. Sin en cambio no se dirigiría a la torre de Gryffindor. Iría primero con McGonagall a recibir su regaño de una vez por todas.

Al salir la lluvia era increíblemente fuerte, casi ni se podía ver bien, mojaba toda su ropa haciéndola pesada mientras que los lentes se le empañaban. Entro al castillo y se dirigió al despacho de la profesora, pasando de largo al grupo de niños que abrían la boca al verlo. Toco tres veces antes de que la profesora contestara. Entro pero McGonagall no se encontraba en su escritorio.

-Y ahora ¿Qué es lo que pasa o quieres?-dijo McGonagall que entro por la puerta de atrás de su escritorio con una taza humeante.

-Solo viene a recibir mi regaño por saltarme las clases el otro día- Respondió Harry avergonzado de tener esa reputación con McGonagall.

-Ya me ha explicado Hermione-dijo McGonagall sonriendo un poco- Por supuesto no creo que el dormirte en la sala de menesteres sea bueno. Si necesitas más horas de descanso solo pídemelas y hablare con los profesores-

-Lo siento-dijo Harry rascándose la nuca- ¿Mione le explico?-

-Por su puesto. ¿Crees que hubiera esperado hasta que tu vinieras para regañarte?-dijo McGonagall con una mirada seria y señalando el pequeño sofá a lado de su escritorio.

- Y yo pensando que era suerte- dijo Harry sentándose- Entonces ¿Nada de regaños?-

La profesora se quedó callada durante unos minutos.

-No. Al contrario. Quiero pedirte una disculpa Harry-dijo McGonagall con la mirada ensombrecida y una mueca de tristeza.

-¿Qué?-dijo Harry mirando a su alrededor.

-Quiero disculparme por…-

-Respóndame ¿Cómo murió Voldemort?-pregunto Harry esperando no estar nuevamente en la prueba de Slythering y en una realidad donde McGonagall no regañaba.

-¿De qué hablas Harry?-pregunto McGonagall desconcertada.- Yo quiero disculparme por gritarte y quitarte 200 puntos antes de navidad.-

-Haaa. Okey-dijo Harry más tranquilo.- Pero no era necesaria una disculpa yo sé que…-

-Actué sin pensar. Creyendo nuevamente que no podías manejar las cosas y que…-comenzó McGonagall apretando su taza con fuerza a la altura de sus rodillas.-… No sé. La verdad es que me asuste-

-¿Por qué?-pregunto Harry acercándose a la profesora e inclinándose para tomarle las manos.

-De que tú te perdieras. Que ya no fueras Harry, nuestro Harry que tanto amamos- dijo McGonagall sonriendo y dejando su taza para mirarlo mejor.- Siempre he tenido muy mala suerte con las personas que amo. Siempre mueren-

Harry no entendía del todo. Sabía que la profesora tuvo un esposo y que murió hacia algún tiempo, también que paso mucho tiempo siendo soltera por alguna razón y que era una mujer fuerte. Lo que no entendía era que tanto lo amaba para poder ponerse así.

-No me moriré-dijo Harry sonriéndole-No dejare que pase -

McGonagall sonrió mientras extendía su mano y le acariciaba una mejilla. Harry vio como sus ojos se ponían cristalinos y le apretaba las manos.

-Más te vale. –dijo McGonagall limpiándose las comisuras de los ojos.

Harry se levantó y observo por la ventana. Viendo los campos donde por primera vez voló. Recordó todo lo sucedido ese día, solo tomando la decisión de hacer algo por que lo sentía correcto. E igual que en ese momento sus sentidos le gritaron que debía hacer algo más.

-¿Le molestaría enviar unas cartas por mí? Y asegurarse que llegue a su destinatario, sin que alguien la intercepte-dijo Harry rascándose la nuca. No es que quisiera ir para pedirle un favor, pero dado lo que sentía era inevitable.

-Ya decía que era demasiado lindo para creerlo-dijo McGonagall soltando una risita.-Claro que puedo hacer eso-

-Gracias-dijo Harry devolviéndosela- Creo que esta habitación tiene una maldición. Siempre que entro siempre pido algo-

-Ya lo creo-dijo McGonagall.

Inspecciono que no hubiera nadie espiándolos, cuando se sintió totalmente seguro así que busco pergamino, tinta y una pluma, escribió todo lo que tenía en su mente con la ayuda de la profesora McGonagall. También saco el Pensadero de Hermione y se ayudó de sus recuerdos para poder a completar su relato, evitando algunas cosas importantes para su vida íntima. La profesora se vio cada vez más sorprendida por lo que escribió y al finalizar incluso lloro un poco. Sello el pergamino con su firma, los sellos del colegio y lo envió al nuevo reportero Andrew Cannor del profeta.

Le dejo la carta antes de ir al gran comedor, dejando que la profesora la enviara. Después de un rato se despidió dejando más calmada a la profesora y salió del despacho. No quería ir a la sala común simplemente necesitaba estar solo olvidarse de todos y todo.

Fue al baño de prefectos e intento dejar su mente en blanco, cuando se sumergió dentro del agua caliente, perfumada y llena de espuma, sintió como el peso era liberado su cuerpo de la tensión. Floto en una nube oscura y se perdió.

Se encontraba sentado en un lugar lúgubre con una chimenea encendida, la luz que proyectaba apenas era visible, ¿dónde se encontraba? Su cuerpo se movía un poco, se mantenía en la cabecera de una mesa donde se encontraban muchas más personas. La lluvia golpeaba fuertemente los cristales y paredes.

-Y bien, ¿Dónde están los gigantes?-pregunto una voz que le causo terror a Harry, sabia de quien era.

-No los encontramos parecen haberse ido del lugar-dijo un hombre regordete a la izquierda.-Pensamos que al final fueron convencidos por Dumbledore.-

La ira dentro de Harry se incrementó, le ardía la cicatriz, el cuerpo se tensó y además de que sentía que de verdad tenía ganas de matar algo.

-Eso es muy malo...-dijo Voldemort con voz suave.

-Pero seguiremos buscándolos, buscaremos en todas las montañas si es necesario-dijo el mismo hombre, parecía tan pálido como la leche y querer salir corriendo.

-Bien y tu Greyback como vas con esos hombres lobo-dijo Voldemort sin mirar a otro lado que no fuera aquel hombre.

-Se nos han unido un par más, creo que cuando estén seguros que ha regresado mi lord, todos están de nuestra parte-dijo Greyback mostrando todos sus dientes afilados.

-Bien-dijo Voldemort, algo se arrastraba por el piso, reptando por la pata de la mesa y mostrando una cabeza de serpiente algo grande para su especie, Nagini silbo.

-¿Que desea que haga amo?-dijo la serpiente algo más que excitada.

-Comételo-dijo Voldemort en parsel.

Mientras lo demás lo veían algo impaciente, poco a poco la serpiente repto sobre la mesa, ataco al hombre de un solo movimiento, algo sacudió su alma, su cicatriz ardía como nunca. Se encontraba en un lugar con muchas cosas acomodadas en filas y la mitad de la habitación vacías… ¿Por qué estaba viendo la sala de menesteres?

La imagen giro ahora era totalmente obscuro, parecía alguna cabaña y a lo lejos se veía un pequeño pueblo, la imagen volvió a girar ahora estaba en una bóveda de Gringotts con un montón de galeones al rededor, se encontró en una cueva obscura, y de repente estaba parado en la mesa viendo como un cuerpo sin vida se encontraba en el suelo, siendo engullido por Nagini. Todo se volvió a nublar y en cuestión de segundos caía a una increíble oscuridad, cayendo hasta que de un momento a otro sintió un gran golpe en su frente, que ardía como nunca se llevó las manos a la frente y abrió los ojos.

Se encontraba aun en la bañera con el agua y ni siquiera había pasado mucho solo unos minutos, con el piso mojado y todo dando vueltas a su alrededor se vistió. Algo no parecía estar del todo bien, reconocía que había estado en la mente de Voldemort pero que había sido lo último, una serie de lugares que había visto al azar o ¿algo importante para Voldemort? Después de un rato contemplando sus posibilidades y el que ahora no le afectara tanto. Era tarde seguramente ya todos se encontraban regresado al gran comedor para la cena y aún seguía mareado mientras caminaba por los pasillos.

Hasta que se encontró muy cerca de del gran comedor donde todos estaban entrando se dio cuenta que la lluvia areció tan fuerte que apenas se podía ver hacia afuera. Intentado concentrándose en recordar y rememorar todo lo visto, aun no savia que había pasado y por qué, pero entendía que era importante.

-¡Harry!-dijo la voz de Hermione y eso despejo su mente y alzo la vista mirando como su novia le sonreía mucho desde la mesa de Gryffindor señalando un lugar a lado de ella, el sonrió por lo menos ella se había divertido.

Cuando llego al lugar donde señalaba Hermione, todos ya tenían comida en sus platos. Al parecer Marlow se había divertido mucho y permanecía en el regazo de Hermione totalmente dormido y ella sostenía una bolsita junto a su plato que tenía una cantidad de fruta suficiente para alimentar a tres lechuzas.

-¿Cómo les fue?-dijo Harry sonriendo tal vez les contaría de lo que había visto pero no en ese momento, solo lograría que sus amigos se preocuparan.

-Si no hubiera estado lloviendo hubiera sido lo mejor del mundo, paseamos, compramos muchas cosas, así como estuvimos en las tres escobas. Deán y Seamus se pusieron a hacer algo tan pero tan...-dijo Neville algo más contento, cuando Ginny se dio cuenta de la cara de Harry le dio un codazo callándolo de golpe.

-Me alegra que se hayan divertido-dijo Harry intentando sonreír de verdad.

-¿Tú que hiciste?-dijo Ron que parecía tan molesto como Ginny, que aun tenían las túnicas del equipo lleno de barro.

-Ir a platicar con Hagrid estar con Mcgonagall un rato-dijo Harry aplastando un pedazo de pastel con la cuchara para luego metérselo a la boca.- ¿Cómo les fue en las practicas?-

-Fue un asco-dijo Ron molesto.

-No creo que te haya ido tan mal, solo necesitas algo de practica-dijo Harry sabiendo que este exageraba lo malo que era.

-Tiene razón, fue un asco-dijo Ginny arrimando su plato molesta.

-¿por qué?-dijo Hermione con sorpresa.

-No veíamos nada, además de que angelina estaba histérica, me hiso volar tanto que me duele el trasero -dijo Ginny fufando.

Harry que tenía intención de decir que eso era común en los vuelos largos, pero decidió callarse.

-Al final quería llorar. Me estuvo gritando por que no pude atrapar meter la quaffle ni una sola vez con tanta lluvia-

-Si es difícil por la lluvia, el balón pesa más, el aire impide un vuelo directo -dijo Harry recordando su partido con Hufflepuff de hace dos años donde perdido su Nimbus 2000.

Ron y Ginny se fueron a bañarse después de la cena, Harry y Hermione regresaron a la concurrida sala común de Gryffindor y a las tareas que debían hacer, donde Hermione le entrego las golosinas que había pedido, además de las cuches Hedwing y otras para Marlow que ahora estaba descansando dentro de la chaqueta de Harry. Mientras estudiaban de runas antiguas y de contra maldiciones, apareció Fred y George, que parecían contentos de al fin haber finalizado algunos de sus sortilegios Weasley dejando en la mesa algo que parecía carbón.

-¿qué es eso?-pregunto Hermione algo molesta.

-Polvos de oscuridad-dijo Fred sonriendo.-De la mejor calidad que hay. Cubre una zona de 100 metros cuadrados sin problemas durante 10 minutos-

-Si lo utilizas, puedes obscurecer una habitación o incluso si toca a una persona le cubre la cara aumentando el tiempo de duración y así lograras escabullirte-dijo George sonriendo.-Lo tuvimos que utilizar para escapar de Angelina durante las practicas. Esta loca-

-Muy útil-dijo Harry alzando la piedra que parecía resistente entre sus manos.

-Por cierto, también tendríamos que darte este-dijo George lanzándole un pequeño objeto cuadrado, negro y tenía un orificio lo suficientemente grande para meter el dedo muy parecido a una bocina.

-¿qué es?-dijo Harry algo curioso.

-Detonadores trampa- dijo Fred más sonriente-Tíralo o lánzalo disimuladamente, este ara un ruido tan fuerte que podrá alterar a más de 1. Si lo activas a menos de un metro de tu objetivo le dejaras sordo… temporalmente, Tal vez-

-Eso está prohibido para el uso en Hogwarts-dijo Hermione enojada-Deberé confiscarlos-

-Genial, te dije que con Hermione enfrente no era buena idea-dijo George con mala cara.

Hermione rodo los ojos e hiso ademan de tomar el detonador trampa pero en ese segundo Harry giro entre los dedos pequeño cuadrado y le guiño un ojo a su novia, desconcertando a los tres. Luego tomo los polvos de oscuridad y el detonador, se los extendió a Hermione. Que los tomo con suavidad y le acaricio las manos.

-Todos tuyos mione-dijo Harry, Hermione algo precavida los mirando desconcertada.

-¿Por qué me los das?-dijo Hermione entrecerrando los ojos casi buscando dentro de su alma.

-Ya lo has dicho el uso en Hogwarts está prohibido-dijo Harry sonriéndole y luego vio a los gemelos-Además uno no me sirve necesito que hagan tantos como puedan, si pueden aumentar la potencia también háganlo-

Hermione abrió mucho la boca como si no lo pudiera creer.

-Que no sean letales por favor. –Añadió- No los utilizare en Hogwarts-dijo Harry antes de que ella le gritara por pedirles que hicieran más.

-Okey-dijo Hermione exasperada-Mientras no los utilicen en Hogwarts-

-Si claro-dijo George sonriendo y con cara de no hacerle caso y seguro con la tentación de venderlos a granel.

Y aunque Harry habría querido conservarlo no podía negar que Hermione estaría pendiente de que no los ocupara, aunque tenía en su bóveda del banco todos los artilugios Weasley que le habían dado en navidad y esos aunque de menor calidad eran efectivos.

El sábado siguiente Harry hubiera dado media bóveda por jugar quidditch, y no ver como el partido fue tan corto. Los espectadores de Gryffindor tuvieron que aguantar solamente 42 minutos de una reñida competencia. Era fácil saber por qué perdieron, los golpeadores de Hufflepuff dejaron a Angelina con la boca sangrando y aturdida la mitad del partido, mientras y eliminaban Katie del partido dejando a Demelza entrar que no se acoplo con Alice. Ron lograba parar la tanda de tiros que se dirigían pero eran tanto que 14 tiros lograron entrar en menos de 30 minutos. Fred y George se encontraban simplemente defendiendo las bludgers que parecían estar queriendo ir por Alice, Dennis parecía estar loco volando sin rumbo y girando tan brusco por cualquier movimiento que casi vomita por unos instantes. Al final Dennis si logro atraparla por poco, haciendo que se perdiera el partido por solo por diez puntos. De modo que la cuenta final resulto doscientos cuarenta contra doscientos treinta.

-Buena atrapada-dijo Harry a Dennis cuando regresaron a la sala común, cuya atmosfera asemejaba a un funeral particular mente deprimente.

-Fue suerte-dijo Dennis con la voz señalando que estaba a punto de llorar- La Snitch apenas y volaba por el viento. Summerby estaba resfriado, estornudo y cerró los ojos exactamente en el momento equivocado. De todas formas, una vez que regreses al equipo...-

-No regresare, tengo suspensión de por vida- recordó Harry al ver la cara de depresión de Angelina- Solo queda que mejores. No te deprimas pequeño, lo lograras-

-Tienes suspensión mientras Umbridge este en la escuela, es diferente-dijo Hermione que no parecía deprimida ni siquiera molesta. Tal vez aliviada de no preocuparse por su salud por una vez en años.

Harry miro que Ron se encontraba encorvado en una esquina, mirando fijamente una botella de cerveza de mantequilla que tenía en la mano.

-Creo que el dejar que metieran tantos puntos le afecto-dijo Ginny casi tan preocupada como lo podría estar siendo su hermano.

-He ni Oliver pudo parar tantos puntos en su mejor día-dijo Harry en voz alta para que lo escuchara Ron-Y fueron demasiados. Se ensañaron con nosotros-

Aun así el ánimo de Ron no mejoro para nada, tiempo después se arrastró hasta la cama sin decir nada. Harry simplemente se quedó fuera de la habitación, pegado a la puerta de espaldas, escuchando como su amigo parecía estar golpeando cosas y haciendo algunos ruidos que eran sollozos. Savia como era estar así de frustrado y era mejor dejarlo a solas. Evito que Neville entrara dándole una excusa y cuando al fin paro el ruido supo que su amigo se encontraba acostado y fingiendo dormir. Entro escuchando los fuertes ronquidos eran tan fuertes que le aclaro que su amigo fingía.

Hermione y el habían estado mirando todo el partido desde las gradas, estaba impresionado de la ejecución de Ron al igual de que Ginny volara tan bien y Dennis, aunque el había visto la Snitch mas de 20 veces antes de que Dennis fuera a atraparla la primera vez, pocas veces Hermione decía algo durante el partido, aunque era porque el gritaba a todo el mundo que hiciera algo para evitar que tiraran más a Ron que se veía de verdad frustrado.

Intento dormir pero solo logro escuchar como de verdad Ron se dormía, haciendo su respiración más rítmicamente. El simplemente estaba despierto intentando no pensar en todas las cosas que pudo evitar si hubiera volado en ese partido, al igual que pensar sobre lo que había visto con Voldemort, nuevamente se hizo muy noche cuando logro dormir

El siguiente día despertó tarde y como era sábado bajo a la sala común donde sus amigos hacían los deberes y terminaban de estudiar. Ron con la cabeza dentro del libro pareciendo no querer saber nada y Hermione a completando su reporte de cosas confiscadas mientras revisaba sus deberes de Aritmancia. Se sentó y abrió la bolsa para la pierna tomando el libro de Fred y George y sacándolo.

Era tan normal como cualquier otro, solo que este te enseña desde la base como crear objetos mágicos. Leyó la mitad en menos de una hora, era muy descriptivo y si conocías la magia tan bien como Harry la lectura era mucho más rápida. Por supuesto que otra persona necesitaría revisar cientos de libros más para entenderlo e incluso consultar algunos libros avanzados de hechicería. Lo sorprendente es que el autor parecía conocer la magia y combinarla con la ciencia.

-¿Tesla fue un mago?-pregunto Harry a Hermione que era la más avanzada en Historia.

-¿Nikola Tesla? El inventor, ingeniero mecánico, eléctrico y físico de origen sebocroata.-

-Supongo-dijo Harry rascándose la nuca-¿Qué sabes de él?-

-Desarrollador de varias teorías que lo ayudaron a forjar bases de los sistemas modernos para el uso de la energía eléctrica por corriente alterna, el motor de corriente alterna, etc.- Dijo Hermione con una ceja levantada.- Hijo de padres serbios, nació el 28 de junio de 1856…. –

-Pero ¿Era mago?-pregunto Harry doliéndole un poco la cabeza.

-¿Por qué?-pregunto Ron levantando la vista.

-El libro… esta borroso y no dice quién es el autor. Pero parece que fue Nikola Tesla-dijo Harry mostrándoles el libro.- Si fuera un mago sería lógico… -

-Nadie puede saberlo-dijo Ron alzando un poco la cabeza- Eso fue hace 500 años, nadie de ese entonces vive hoy. Podría ser hijo de squib o simplemente que alguno de sus padres fuera mago. Durante generaciones se escondieron magos y otros simplemente desaparecieron por miedo a los puristas. Si era mago mestizo, hijo de muggles o un squib en ese tiempo pudo ser malo, las leyes eran mucho más estrictas en ese entonces.-

-En conclusión, nadie vivo puede conocer si tesla era un mago o squib-dijo Hermione mirando el libro- Pero si era un muggle y escribió de magia… era un tipo muy inteligente-

- Supongo-dijo Harry dándole la vuelta a la hoja. Continuo leyendo esta vez pensando en cada palabra puesta por el inventor y realmente era extraño que supiera muchos términos mágicos.

El lunes entraron al gran comedor, para el desayuno, en ese momento entraron las lechuzas a trompicones, no era extraño que hubiera cientos de lechuzas revoloteando ni que los alumnos se encontraran esperando nuevas noticias de los mortifagos que se habían escapado. Lo que era realmente raro era que casi veinte lechuzas se apiñaran al redor de Harry en un segundo, para después ser treinta, haciendo demasiado ruido alrededor.

-¿A quién buscan?-pregunto Harry a las lechuzas, que le picaban el cabello intentando que le hieran caso, cuando un lechuza le soltó la carta encima de su plato de tostadas leyó el destinatario.

"Lord Harry Potter: Escuela Hogwarts, Gran comedor."

-¿Qué pasa?-pregunto Ron asombrado, mientras la mesa se inclinaba a ver a todas esas lechuzas.

Frunció el ceño, ¿quién le escribía? Antes de tomar la carta, un centenar de lechuzas revoloteaban encima de él asustando a toda la mesa de Gryffindor.

Las lechuzas no se ponían de acuerdo y poniéndose mas furiosas cada vez intentándose dar poco tasos y aleteando furiosamente. Harry desato todas las cartas mágicamente y de un momento a otro tenía todo su lugar cubierto de cartas, recordándole la vez la sala de Privet drive se había llenado de cartas. Las lechuzas libres de cartas se vieron satisfecha de que entregar su paquete y tan porto como llegaron salieron volando pareciendo una parvada bastante inusual. Y algunas que otras llevándose tostadas, tocinos o cualquier cosa que lograran picotear de las mesas.

-¡Harry!, ¿Estas bien?-grito Hermione al ver que tenía varios arañazos y picotazos de las lechuzas que estaban bastantes nerviosas-¿Y que es todo esto?-

-Cartas-dijo Daphne que llego a lado de Luna y Sofí.

-¿Cómo no me di cuenta antes?-ironizo Hermione rodando los ojos.- Tonta de mi-

-¿Todas serán para Harry?-pregunto Luna-tal vez admiradoras de todo el mundo-

Hermione Gruño. Sofí sostenía en su mano una copia del profeta sin desplegar.

-La verdad no tengo ni idea-dijo Harry bastante sorprendido-pero sé que esas lechuzas sí que son de temer cuando están alteradas-

Hermione tomo una carta viendo el nombre de Harry, y miro también el profeta de Sofí. Lo desenvolvió y casi al instante abrió mucho los ojos y se le cae el bocado de su cereal de la boca, dejándole un hilillo de leche recorriéndole la barbilla. Se vio apenada pero simplemente estiro el profeta para que todos lo miraran. Harry vio como todos abrían los ojos.

-¿Qué pasa?-pregunto Harry desconcertado.

Hermione abrió el periódico enfrente de sus ojos, en medio de la primera plana estaba, nuevamente, su imagen en su audiencia disciplinaria y con el título encima.

"Harry Potter y la verdad sobre lo ocurrido en la tercera fase del torneo"

Todos ahogaron un grito, el gran comedor estaba lleno de cuchicheos la mayoría de miradas eran hacia él.

-¿Cuando has tenido una entrevista?-dijo Hermione totalmente molesta.

-Nunca-dijo Harry con un poco de miedo por la mirada de su novia.-Solo he enviado una carta-

-¿DE QUE? ¿A QUIEN?-pregunto Ron quitándole el periódico a Hermione.

-Andrew Cannor, el nuevo periodista del profeta. Le conté todo lo que paso en esa noche durante el torneo-dijo Harry viendo como Hermione se relajaba.

-Entonces todo eso significa que son respuestas de los lectores-dijo Hermione mirando el montón de cartas que cubrían la mesa y parte del suelo.

-Es bueno ¿verdad?-declaro luna que se hallaba a lado de Neville - Este periódico es de ayer y como es que lo publicaron tan fácil. El ministerio seguro que intento retener la historia-

- No si el dueño mayoritario diera la instrucción de que se publicara-dijo Hermione algo más contenta.

-¿Conoces al dueño del profeta?-pregunto Sofí sentándose a lado de Harry con varias cartas en la mano.

-Algo así-dijo Harry sintiéndose el centro de atención de todo Hogwarts y empezaba a sentirse raro.

-Harry ¿te molesta si te ayudamos con...?-pregunto Hermione alzando varias cartas.

-Abran todas la que quieran-dijo Harry sintiéndose algo más calmado ante la actitud de Hermione-De todas formas no puedo leer todas yo solo-

Todos los preséntese incluso Los gemelos que parecían sorprendidos con el montón de cartas comenzaron a recoger cartas y abrirlas.

-Este tipo piensas que estás loco y que deberías irte a la... Mejor omito esa parte-dijo Ron echando un vistazo a la siguiente parte-también te aconseja que pruebes con un buen curso de hechizos de impacto en San Mungo-

-Esta persona se ve bien-expreso Hermione casi saltando de alegría-dice que cree en ti y que esta preparándose por cualquier cosa que suceda-

-Él está indeciso-hablo Fred, quien estaba tronando el cereal y abriendo cartas-dice que no das la impresión de ser un loco, pero que si estas en un estado lamentable y que no quisiera creer que quien no debe ser nombrado a regresado. Ahora no sabe que pensar. ¡Vaya desperdicio de pergaminos!-

-aquí hay uno que dice que lo convenciste-exclamo Hermione con alegría y comenzó a leerla -"he leído tu historia, parece más creíble que lo que cuenta el ministerio además das detalles precisos para habértelos inventado tu solo, creo que el profeta por primera vez publica algo que merece la pena leer. Aunque quisiera que el que no debe ser nombrado no ha regresado, me veo forzado a admitir que usted dice la verdad"...Es maravilloso-

-Varios más te creen Harry-dijo Sofí colocando una carta encima de las ya leídas.

-La mayoría se ve indeciso-dijo Neville abriendo como la vigésima carta.-Después de todo y siguen sin comprender-

-Otro que piensa que estás loco-dijo Ron tirando la carta hacia atrás.-O pero esta dice que está convencida y ahora piensa en ti como un héroe. También incluyo una fotografía... ¡WOOOW!...esta buenísima-

Hermione le lanzo una mirada fulminante a Ron pero el no dejo de ver la fotografía.

-¿Por qué me enamore de ti?-pregunto Daphne arrebatándole la foto y dándole un codazo.

-Soy divertido-dijo Ron sobándose y mirándola con una mirada de disculpa- Además tu también estas buenísima-

Harry se pasó la mano por su garganta indicándole a su Amigo que dejara de hablar antes de que Daphne lo degollara.

Siguieron leyendo, la mayoría parecía convencido, incluso un niño de apenas unos 6 años le escribía con crayones para decirle que era su héroe y quería ser como él. Algo que enterneció el corazón de Hermione que decidió guardar la carta.

-¿Que está pasando aquí?-pregunto la falsa y dulce voz de Umbridge.

Harry apenas levanto la mirada con las manos llenas de sobres. Umbridge estaba parada detrás de Neville y Luna que parecieron temerosos de voltear. Detrás de ella se encontraban todas las miradas aun observando algunos estudiantes tan cautivados con el montón de cartas que faltaban que parecían estar embobados.

-¿Que son todas estas cartas, señor Potter?-pregunto lentamente.

-¿Ahora es un crimen recibir el correo?-dijo Fred en voz demasiado alta-Ahí como doscientos infractores en todo el comedor-

-Tenga cuidado, señor Weasley o estará en detención –escupió Umbridge-¿bien señor Potter?-

Harry decido decir la verdad al fin de cuentas nadie podría cambiar lo que había echo y sobre todo el apoyo que estaba recibiendo de todas esas personas.

-Quiera Dolores son cartas de la gente que ha leído el diario el profeta- dijo Harry mostrándose sonriente y muy confiado.

-Así ¿y que dice el diario el profeta?-dijo Umbridge mostrándose confundida.

-Es de ayer ¿No lo ha leído? Acaso no está suscrita-dijo Harry burlonamente-Debería suscribirse Dolores-

Por alguna razón echo un vistazo a la mesa de profesores donde tenía la sensación de que Dumbledore estaba mirándolo. Y así era. Harry no lo resistió alzo la mano saludándolo enfrente de todos. Al chocar miradas con el profesor pareció entre alegre y temeroso pero Harry simplemente sonrió y volvió su mirada a Umbridge.

Arrebato el diario de las manos de Sofí que aun leía las cartas, su cara palidecio, estaba espantada, el todo rosa claro de su cara se trasformó en un feo violeta. Lo cual a Harry le pareció la mejor imitando a una rana de lo más venenosa.

-¿cuándo hizo esto?-le pregunto, su voz temblaba.

-El día de visita a Hogsmeade-contesto Harry obviamente obviaría que se lo encargo a McGonagall.

Ella lo contemplo, indicando furia pura, temblaba debajo de sus regordetes dedos, rompiendo el periódico.

-No habrá mas viajes a Hogsmeade para usted, señor Potter-susurro-¿cómo pudo desafiar... cuál es su... esta intentando...?-

-Dolores termine alguna de sus preguntas y solo tal vez le contéstale. Acaso ha perdido la cabeza-dijo Harry más burlonamente que nunca tratando de desquiciar a la profesora algo que logro de inmediato.

-He intentado enseñarle a no decir mentiras. El mensaje no ha sido asimilado. Cien puntos menos para Gryffindor y otra semana de detención-dijo Umbridge bastante nerviosa y temblando.

-Para empezar no son mentiras, además segura que quiere otra semana de detención yo la tomaría con gusto es más le parece un mes de detención. Me fascina pasar tiempo de calidad con usted Dolores-dijo Harry mirando la mano de la Umbridge que tenía oculta con un guante rosa.-Entonces ¿Quiere continuar con el castigo?-

Oculto su mano en la túnica y negó con la cabeza.

-Eso pensaba-

Se alejó indignada, apretando el profeta contra su pecho seguida de muchos ojos de los estudiantes.

Apenas termino la primera clase cuando enormes carteles habían sido colocados por toda la escuela, no solo entablones de anuncios de las casas, sino por todos los muros de los pasillos.

"Por orden de la gran inquisidora de Hogwarts:

Cualquier estudiante que sea encontrado en posesión del diario el profeta será expulsado. Lo anterior es de acuerdo con el decreto educacional número 27.

Firma dolores Jane Umbridge.

Gran inquisidora"

Por alguna razón estaba contento con los carteles, ya que los chismes en Hogwarts no corrían, volaban. Eso llevaría a oídos de todos sobre la historia y todos podrían tomar opinión de lo que pasaba realmente. Al final de día Harry había visto desaparecer el diario el profeta de manos de todos, pero a cada pasillo hablaban de ello, todos lo discutían, incluso los profesores.

Incluso Hermione informo que durante un rato hablo con algunas chicas.

-Entonces me reconocieron, como obviamente saben que soy tu novia, me bombardearon con preguntas-le conto a Harry con ojos brillantes- y Harry, todas te creen, deberás lo hacen ¡Creo que al fin lograste convencerlos!-

La profesora estaba al acecho, haciendo que cualquier estudiante mostrara su mochila y posesiones, savia que buscaba copias del diario el profeta, pero los estudiantes le llevaban tanta ventaja que habían recortado el texto y disfrazándolo como parte de tareas y demás. Algo que podía ser leído por cualquiera como si fuera algún deber pero para alumnos era el extracto del profeta. No tardo ni llegar al gran comedor, esa tarde, que todos he incluido Filch, conocían el contenido y relato de Harry.

La profesora Sprout le había concedido 50 puntos cuando Harry le paso una regadera vieja, el profesor Flitwick presiono una caja de chirriantes ratones de dulce contra su pecho al final de clase, sin que otro se diera cuenta y despachándolo a clase de la profesora Sinistra. De regreso al gran comedor se encontraron con Trelawney, la profesora rompió en lágrimas. Haciéndole una adivinación personal enfrente de Umbridge, según la adivinación; no moriría hasta una avanzada edad, sería el salvador del mundo mágico nuevamente, llegaría a ser ministro de magia, y mago supremo del Wizengamot, además de tener doce hijos.

Algo de lo que Hermione se rio a carcajadas cuando lo escucho, además de decir que era la mejor predicción de la profesora.

-Cuando tengamos hijos no serán más de cuatro, ¿Doce? es una locura-dijo entre risas Hermione mientras se sentaban en la mesa.

No entendió el por qué Hermione no se dio cuenta de sus palabras, pero Harry acepto contento de que pensara tener hijos en un futuro y con él. Lo que lo llevo a pensar en su futuro. Tenía que asegurar ese destino, así que tendría que volver a las puertas de la torre flotante y buscar los horrocrux.

Si algo mas era necesario para aumentar su felicidad era la cara de Malfoy, Crabbe y Goyle que parecían estar siendo acusados por las miradas de muchos. Ellos amenazaban con los nidillos a Harry, algo que le dio risa, claramente había denunciado los nombres de los que escucho ese día y ahora serian acusados por todo aquel que le creyera.

Esa noche Harry fue el héroe de la sala común de Gryffindor. Habían ampliado la portada del profeta y colgado en la pared, además de una imagen de el con la varita levantada y lanzando un hechizo, claramente durante algún entrenamiento de los Pendragon. La comida rebosaba en la sala común, miles de preguntas le hacían así como también muchas chicas se le acercaban pero al ver la cara de Hermione todas salían despachadas a seguir en la fiesta, No le agradaba responder a las preguntas, era revivir una y otra vez esa noche y recordándole que motivo verdadero de que Voldemort regresara era que el necesitaba la sangre de Voldemort y lo intercambio. Su culpa. La cicatriz le picaba, algo que indicaba que seguramente Voldemort ya estaba enterado, cuando al fin se fueron a la cama, se sentía mareado además de que la cicatriz empezaba a arder, se obligó cerrar sus ojos y dormir.

En el castillo no se hablaba de otra cosa que fueran del escape de los mortifagos o de la historia de Harry. A veces algunos de Slytherin, se reían ante la derrota de Gryffindor en su juego contra Hufflepuff para cambiar de tema.

Eso no lo irritaba, pero parecía así, su molestia real era que la cicatriz no lo dejaba pensar como siempre, Voldemort estaba furioso aunque no savia la razón.

-¿Sigue ardiéndote?-pregunto Hermione por la tarde al acabar las clases.

-De que hablas-dijo Harry disimulando.

Hermione lo paro y lo vio con una mirada cansada.

-Harry sabes muy bien a que me refiero-dijo Hermione levantándole el mechón de pelo y tocando su cicatriz con la yema de los dedos.-Te arde y no lo niegues-

Dejo de intentar frenar el dolor y sostuvo la mano de Hermione con suavidad.

-Está furioso-contesto Harry pasando la mano de Hermione por su mejilla, ayudándolo a controlar un poco el dolor.- No ha dejado de doler. Me cuesta concentrarme-

-Debes ir a donde deje de doler. Ve a la torre flotante-dijo Hermione acercándose y tomándole el rostro entre sus manos.- Intenta descansar-

-Quiero estar contigo-dijo Harry tomando la cintura de Hermione- Hace mucho que no dejo de….-

-Y yo quiero que tu estés bien-corto Hermione mordiéndose un labio y con los ojos brillosos.- Por favor-

-Okey-respondió Harry besándola.- Solo que no quiero estar solo. Ven conmigo-

Hermione abrió los ojos y sonrió.

-SI-

Caminaron lentamente hasta la torre del reloj, subieron sin dejar de sostener su mano y entraron a la sala de menesteres. Hermione pareció confusa cuando entraron a su antigua habitación y más cuando observo el retrato de la torre flotante. Sin embargo no dijo nada y poco después atravesó el retrato como si fuera solo una niebla. Al entrar en aquella habitación circular con las puertas y el grabado en el muro, sonrió, pero no por todo aquello que veía diariamente si no por Hermione que giraba y lucia fascinada por todo.

-¿Es la torre flotante?-pregunto con alegría- Es sorprendente, mira el techo está encantado al igual que el gran comedor, se siente la energía mágica emanando incluso desde el suelo.-

-Y aun no has visto lo mejor-dijo Harry sonriendo mucho más, ni siquiera se dio cuenta que el dolor de la cicatriz ceso.- ¿Qué quieres ver primero? El cuarto de forja, para crear pociones, de entrenamiento o…. la biblioteca infinita-

Lo miro como si fuera un completo idiota y el simplemente alzo los hombros, le estiro la mano y ella corrió a su lado. Al entrar a la biblioteca Hermione abrió tanto la boca y los ojos que le dio algo de risa a Harry.

-Impresionante-dijo Hermione y solo pudo observar los estantes y estantes que flotaban por todos los lugares de la habitación-¿Y todas son…?-

-Todos los libros que se han recolectado a través de los tiempos. Y todos son tuyos-dijo Harry señalando todo el lugar- Siempre que quieras puedes entrar aquí… bueno eso espero. No sé qué reglas tiene este lugar. Pero te dejo entrar…. Supongo que es porque eres parte de mí-

Hermione se acercó luciendo feliz y con paso seductor.

-Al igual que tú de mi-dijo Hermione colocando los brazos sobre sus hombros y tomando el cabello de su nuca.

Sintió un cosquille, aunque no el habitual de sentir a Hermione pegada a su cuerpo. Era algo mucho mas antiguo. Como un instinto llamando algo tirando de su estomago y su mente.

Harry giro la cabeza para escuchar algo extraño en la torre mientras protegía a Hermione con un brazo y tomaba su varita sin la otra.

-¿Que sucede?- dijo Hermione también tomando su varita y apartándose un poco de Harry.

Esperaron pero nada paso y el sentimiento se desvaneció. Pero dejo en Harry un sentimiento de inquietud. Luego bajo la varita, no tenia caso estar alerta, nadie podía entrar en la torre flotante aparte de el y Hermione ¿Verdad?…

-Creo que estoy algo nervioso- respondió Harry rascándose la nuca. Esa sensación la había tenido antes, solo que, no se acordaba de cuando.

-Bueno… ¿Crees que pueda tomar algunos libros?- pregunto Hermione sonriendo.

-Por supuesto – dijo Harry dándole el reloj biblioteca- Solo pide y obtendrás-

Todo el día siguiente la pasaron leyendo y disfrutando de estar solos. A medida que avanzaba las semana Harry tuvo que esforzarse para seguir manteniendo sus notas al máximo, al igual que mantenerse calmado y sobre todo evitar que Voldemort entrara. Seguía entrenando lo mas que podía por sus cuenta, entrando a la torre flotante luego de las clases y saliendo casi después de la cena, siempre con la misma sensación en el estomago como si algo tirara de él.

Hermione se mantenía tan ocupada con la prefectura que poco se daba cuenta de las escapadas hasta tarde. Aunque claro siempre que no llegaba a dormir o que regresaba a la madrugada Ron parecía percatarse, solo que nunca lo menciono. Hagrid parecía estar mas en el bosque prohibido que en su misma casa aunque eso era bueno, los gigantes se aburrían muy rápido si los entretenía podía evitar riñas innecesarias.

Apestar de todo el trabajo que tenia no podía dejar de pensar sobre su visiones dentro del la mente de Voldemort... Aun no lo había discutido con Hermione o Ron. Prefería evitar que Hermione se pusiera a pensar sobre eso con toda la carga de trabajo que tenia, en cuanto Ron el no podría ayudar ni un poco ya que apenas lograba terminar sus trabajos a tiempo para que pensara sobre algo mas.

El fondo de su mente no era el lugar mas seguro en ese momento, aunque tampoco savia si alguna vez lo fue, por lo menos con sus maestros cuidando la entrada podría estar un poco mas tranquilo.

En la tarde de la tercera semana, Harry estaba de camino a la Torre flotante cuando un grito de mujer lo obligo a pararse en seco, algo estaba pasando, el grito era algo amortiguado pero podía escuchar el tumulto proveniente de la escalinata de mármol en la entrada del vestíbulo. Enseguida se encamino a donde el ruido se incrementaba, saco la varita listo para cualquier cosa.

Llego de donde venían los gritos, estaban alrededor de la escalera de mármol y el tumulto crecía a cada segundo con estudiantes. Incluso salían del Gran comedor solo para observar que sucedía. Observo a algunos estudiantes se montaban sobre las columnas y observaban todo. Entre empujones y algunos codazos se abrió camino rápidamente entre todos, algunos de ellos lucían impactados, otros incluso parecían asustados.

Al llegar al principio de la congregación observo a la profesora McGonagall estaba a un lado de Harry, parecía completamente enferma y furiosa. Su atención la atrajo la profesora Trelawney que estaba de pie en medio del circulo con su varita en mano y una botella vaciá de jerez en la otra. Parecía completamente desquiciada, se mostraba totalmente en mal estado, el cabello despeinado, los lentes torcidos, la ropa algo sucia y dos grandes baúles estaban colocados en el piso a cada lado de ella. Uno de ellos parecía golpeado y arañado, como si hubiera sido arrojado por las escaleras después de su dueña. Capto su mirada, de terror, miraba figamente algo que no podía ver por el gentio pero en cuanto dio unos pasos y se acerco a la profesora se sorprendió mucho.

-No-chillo la profesora Trelawney -No esto no puede... no me niego-

-¿No comprendió que iba a pasar?- se escucho una voz alta como de niña, sonaba divertida, la profesora Umbridge tenia una sonrisa tan malévola que a Harry le dieron ganas de lanzar le una maldicion.-¿Aun eres incapaz de predecir como estará el clima mañana?, seguramente debe haber notado su lastimoso desempeño durante mis inspecciones y carencias de cualquier mejora. Inevitable querida fue despedida-

-¡Usted no... no puede!-chillo la profesora Trelawney, mientras las lagrimas corrían por su rostro, detrás de sus enormes lentes-¡No puede...no pude despedirme ! ¡he estado...aquí por dieciséis años!¡Hogwarts es mi hogar!-

-Era su hogar -corrigió la profesora Umbridge, y Harry sintió hervirle la sangre al ver como se extendía una enorme sonrisa de placer al ver a la profesora en ese estado.

Su cara de sapo feliz.

-Hace una hora, cuando el ministro de magia confirmo la orden de despido. Ahora tenga la amabilidad de abandonar el vestíbulo. Nos esta avergonzado.-

Harry no aguanto mas la cara de regocijo de la profesora Umbridge mientras la profesora Trelawney se estremecía y gemía sobre sus baúles. A lado de McGonagall, Lavander y Parvati lloraban quedamente. Entonces camino con pasos decididos hacia la profesora ante el asombro de todos, se arrodillo y extendió una mano a la profesora que seguía llorando.

-¿Esta bien Profesora?, ¿Cree que pueda levantarse?-Le pregunto Harry lo mas amablemente que podía y sonriendo le.

Trelawney lo miro con perplejidad, como si no creyera lo que suceda.

-Tranquila no dejara Hogwarts, este colegio es su hogar- reitero Harry tomando la mano de Trelawney y ayudando la a levantarse.

-He dicho que debe abandonar los Terrenos -ordeno Umbridge que ahora tenia la cara algo roja.-Y caro que abandonara el Castillo-

Harry estaba a punto de contestar con todo el odio que le tenia a Umbridge pero las puertas de robe se abrieron bruscamente. Los estudiantes se corrieron abriendo un camino por donde Dumbledore avanzaba rápidamente a zancadas. Parecía que en su visión era de algo impresionante como si algo hubiera descubierto, las puertas siguieron abiertas detrás de el, mientras atravesaba el circulo de espectadores, mirando como la profesora Trelawney volvía a romper a llorar. Después de un segundo se percato de que Harry que permanecía a lado de la profesora y como la profesora McGonagall también se dirigida a ellos dos.

-Oh. Es usted profesor Dumbledore -dijo Umbridge con una risita desagradable.-Me temo que el señor Potter no entiende la situación. Aquí tengo -saco un rollo de pergamino del interior de su túnica- Una orden de despido firmada por el ministro de magia, según las indicaciones del decreto educacional numero veintitrés, el gran inqui...-

-Ya sabemos de que se trata el decreto educacional numero veintitrés. Nos tiene hartos con todos esos carteles por todo el castillo-dijo Harry fríamente alzando la voz lo mas que podía.

Un murmullo de sorpresa y -Uuuuuh- recorrieron el lugar.

La profesora Umbridge pareció mas que indignada casi enloquecida, tomo un respiro de aire y tranquilamente vio como Dumbledore se paraba a aun lado de la profesora Trelawney.

-MI querida Sybill ¿Tiene alguna Herida o le puedo ayudar en algo mas?-Pregunto Dumbledore sonriendo igual que siempre.

A Harry le hubiera dado rabia, si en ese momento todos sus impulsos asesinos y de odio se dirigieran a aquella que resaltaba por el intenso rosa salmón de su túnica.

-He decidido que la profesora Trelawney no esta a la altura. la he despedido-dijo con un tono algo mordaz.

-Tiene toda la razón, por supuesto, profesora Umbridge- dijo Dumbledore sonriendo y pareciendo tranquilo.-Como usted lo ha dicho tiene el derecho a despedir a mis profesores. Sin embargo, no tiene la autoridad para enviarlos lejos del castillo.-continuo, con una ligera inclinación de cortesía- Me temo que el poder para hacerlo reside en el ...-

-Dueño de Hogwarts y después del Director. Es decir del Heredero o de El profesor Dumbledore -dijo Harry interrumpiendo al profesor el cual solo sonrió con mas ímpetu como si las palabras de Harry le alegraran el día.

-El señor Potter tiene razón, el director o el Heredero. Y es mi deseo que la profesora Trelawney continué viviendo en Hogwarts.-dijo Dumbledore tranquilamente.

Ante eso, la profesora Trelawney profirió una risa descontrolada, en la que apenas pudo disimulo un hipo.

-NO...no... yo me iré...Dumbledore pa...partiré de Hogwarts y... buscare fortuna en otra parte-

-No-dijeron Dumbledore y Harry al mismo tiempo ambos pareciendo molestos con la maestra.

-Es mi deseo que se quede a vivir aquí, Sybill- dijo Dumbledore algo divertido por la reacción de ambos.-Profesora McGonagall ¿Le puedo pedir que acompañe a Sybill arriba?-

-Por supuesto- contesto la profesora McGonagall - vamos Sybill, levántese...-

Harry con un movimiento de varita levito los baúles y la profesora Trelawney fue ayudada por la profesora McGonagall y también por la profesora Sprout que salia de la multitud para ayudar. Guiaron a la profesora dejando atrás a Umbridge mientras los baúles le seguían por las escaleras de mármol. La profesora Umbridge todavía de pie, miraba fijamente a Dumbledore, luego a Harry para regresar su mirada a Dumbledore como si se preguntara a quien era el mas peligroso.

Su sonrisa se desvaneció y su color cambio a morado.

-¡NO SE QUEDA!-grito Umbridge a todo pulmón.

No aguanto mas. Harry le envió ordenes al castillo. Un segundo después una estatua del castillo callo de lo alto. El sonido exalto a todos y algunos gritaron, aunque todos fueron muy agudos. La estatua dejo un hueco en el mármol y agrieto los escalones. Alzo su espada y con un sonido cortante movió la espada en dirección de Umbridge.

-Sapo venenoso. Se le a advertido que no tome decisiones en mi castillo.- dijo la voz del castillo resonando incluso en los terrenos. La estatua lanzo un mandoble con la espada y dejo un surco en las escaleras, desperdigando piezas de mármol por todos lados. Una chico se desello detrás de McGonagall. -Sybill Trelawney se queda a vivir en el castillo. ¿Alguna queja?-

Umbridge abrió la boca justo cuando la estatua le apunto al cuello y quedo a centímetros de atravesarla.

-¿Qu.. qui...quien eres?- Pregunto Umbridge pálida y temblando.

-Yo soy el Heredero de Hogwarts- dijo la voz del castillo.

-No te saldrás con la tuya. Te encontrare y lograre que Hogwarts sea parte del ministerio-Dijo Umbridge en un susurro.

-Inténtelo- dijo la voz del castillo- Deje en paz a los profesores o yo me encargare usted. Esta es mi voluntad-

La estatua se movió a un lado y comenzó a escalar por los muros regresando a su lugar original. Todos estaban atónitos, incluido Dumbledore quien miraba la estatua buscando respuestas. EL tiempo paso e incluso la chico que se desmayo regreso en si.

-¿Y que va hacer cuando el nuevo profesor de adivinación que yo designe necesite su alojamiento?-pregunto en un susurro que se extendió por todo el vestíbulo de la entrada.

-Ah, ese no sera un problema- contesto Dumbledore agradablemente y con su sonrisa de siempre- Debe saber que ya he encontrado un nuevo maestro de adivinación, y el prefiere otros alojamientos en planta baja-

-¿Ha contratado?-increpo Umbridge con tono agudo-¿Usted a encontrado? Pues le recuerdo, Dumbledore que bajo el decreto educativo numero veintidós...-

-EL ministro tiene derecho a elegir a un candidato conveniente si, y solo si, el director es incapaz de encontrar uno- puntualizo Harry haciendo énfasis en sus palabras- Y como el profesor a encontrado uno en esta ocasion esa regla no aplica-

-Exacto-dijo Dumbledore sonriente-¿Puedo presentárlo?-

Se giro hacia las puertas del castillo aun abierta, a través de los cuales la luz del ocaso ya se deslizaba lentamente por la escalera. Harry escucho ruido de cascos. Hubo un murmullo de personas entre asustados e impresionados, el recién llegado era una cara que Harry había visto un noche de hacia muchos años antes. Su cabello era blanco-rubio y ojos increíblemente azules, la cabeza y el torso de un hombre unido a la de un caballo palomino, tenia cicatrices en algunas partes mostrando sus gallardees de guerrero y aun así mostraba un semblante sereno y sonriente.

-Este es Firenze -dijo Dumbledore feliz de una atónita Umbridge- Creo que usted lo encontrara conveniente-

Umbridge abrió la boca pero nadie ya le prestaba atención. Pues Harry camino hacia Firenze que parecía mucho menos alto que la ultima ves… Okey el era quien creció y mucho pues le llegaba al lomo. Levanto la vista y la mano para saludar a Firenze.

-Hola, Harry Potter -dijo Firenze inmutable- Sera un honor ser su maestro-

-El honor es mio-dijo Harry inclinándose-Profesor, Solo espero que pueda ser un simple oyente ya que deje Adivinación a principio de año-

-No importa. Que venga a mi clase sera un honor- repitió Firenze estrechándole la mano.

Se encontraban desayunando, dos días después del despido de la profesora Trelawney, y Parvati estaba rizándose las pestañas con su varita y examinando el resultado en el reverso de su cuchara. Esa mañana tendría su primera lección con Firenze. Y la mayoría de chicas estaban emocionadas.

-Apostaría que en este momento desearías no haber abandonado adivinación, ¡¿Verdad Hermione?!- le pregunto Parvati sonriendo burlonamente.

-No realmente-contesto Hermione con indiferencia, mientras leía un libro nuevo de la biblioteca infinita- La verdad es que nunca me gustaron los caballos.-

-El no es un caballo, es un centauro- exclamo Lavender, que sonaba horrorizada.

-Un centauro guapísimo...-suspiro Parvati.

-Sea como sea el aun tiene cuatro patas- comento Hermione con descaro.

-Y yo nunca confiaría en la parte trasera de un equino-dijo Harry escribiendo una mota para la profesora de Aritmancia.

Quería ver que podía lograr con Firenze y era necesario faltar. Hermione no pareció complacida pero tampoco le dijo que no, después de un desayuno Hermione partió hacia clase de Aritmancia, Harry y Ron siguieron a Parvati y Lavender hacia el vestíbulo en dirección a adivinación.

Obviamente no subieron a la torre norte, si no que guiaron en dirección a un salón que por lo general se mantenía desocupado, el aula numero once se encontraba en la planta baja a lo largo del corredor conducía hacia el vestíbulo y enfrente del salón principal. Cuando entro, justo detrás de Ron se encontró en un claro en medio de un bosque, por lo que se quedo momentáneamente pasmado.

El piso había sido convertido en musgo donde crecían los arboles, su ramas frondosas abanicaban a través del techo y las ventana teniendo una apare ciencia mas realista. Contra algunos troncos de los arboles o grandes rocas, estaban todos los alumnos restantes todos estaban bastantes nerviosos. En mitad del claro, donde no había arboles, esperaba Firenze.

-Harry Potter -exclamo, tendiéndole la mano cuando Harry entro.

-Hola Firenze -saludo Harry estrechando su mano del centauro, sonriendo un poco-Aunque ahora tengo que decir profesor Firenze. Es bueno verlo nuevamente-

-Lo mismo digo- replico el centauro, inclinando su cabeza rubia-Estaba predicho que nos volveríamos a encontrar-

-Me alegra mucho saberlo-dijo Harry antes de reunirse con el resto, observo como todos miraban al centauro con temor, por lo visto estaban impresionados ante el tamaño del centauro, a quien al parecer encontraban intimidarte.

Harry podría decir que era mucho mas intimidante; los Dragones, los Gigante y sobre todos ellos estaban el Basilisco. Un Centauro era a algo que no tenia miedo.

Cuando la puerta se cerro y el ultimo estudiante se hubo sentado en un tronco del árbol, al lado de la papelera, Firenze hizo un gesto alrededor del salón.

-El profesor Dumbledore amablemente acondiciono esta aula para nosotros-señalo Firenze, cuando todos estuvieron acomodados- Es una imitación de mi hábitat natural. Preferiría enseñar en el bosque prohibido que fue mi hogar... pero ya no es posible-

-¿Por que no? nosotros ya hemos estado allí con Hagrid, no tenemos miedo-dijo Parvati algo jadeante.

-No es cuestión de valor- replico Firenze- Si no de mi posición. No puedo regresar al bosque. Mi rebaño me ha desterrado-

-¿Rebaño?- pregunto Lavender sin entender y Harry supo que pensaba en vacas. La compresión afloro en su cara.-¿Hay otros como tu?-

-Si, los centauros no somos sirvientes o juguetes de los humanos- afirmo Firenze quedamente. hubo una pausa antes de que Parvati levantara la mano nuevamente.

-¿Por que los demás centauros lo desterraron?-

-Por que estuve de acuerdo en trabajar para el profesor Dumbledore- respondió Firenze- La mayoría piensan que es una traición a nuestra raza. Pero eso no es de mi materia por lo que debemos comenzar-

Meneo su larga cola de palomino, levanto la mano hacia una frondosa cubierta sobre su cabeza, luego la bajo lentamente y mientras lo hacia, la luz se debilito al punto que ahora parecía estar sentados en un bosque en medio de la noche y las estrellas aparecieron en el techo.

Hubo jadeos o sobresaltos.¿Los centauros podrían hacer magia? Harry sabia que en parte, pero la magia que utilizo fue mas la del castillo, lo sentía por ser su propiedad.

-Caray- comentaban algunos.

-Acuéstense en el piso- ordeno Firenze con voz suave- Y observen el cielo. Ahí esta escrita, para todo el que quiera verla, la fortuna de nuestras razas.-

Harry se recostó y contemplo el techo, una centelleante estrella titulaba sobre su cabeza.

-Se que han aprendido los nombres de los planetas y sus lunas en astronomía.- comento Firenze con voz calmada- pero esto es diferente no devén ser guiás mas bien deben ser guiados a ver el futuro en la bóveda celestial-

-Nosotros ya vimos astrología con la profesora Trelawney -declaro Parvati con excitación- Marte origina accidentes, e incendios y cosas similares, y cuando esta en angulo con saturno, tal como ahora- continuo, dibujando un angulo recto en el aire- quiere decir que las personas deben ser mucho mas cuidadosas con cosas calientes-

-Eso- dijo Firenze tranquilamente- es una tontería de los humanos-

La mano de Parvati cayo débilmente al suelo. Harry que observaba el cielo sintió nuevamente la sensación en su estomago y su mente viajo a la torre flotante. Algo le incitaba a regresar inmediatamente.

-Esas cosas son dimitas para las estrellas, ellas no reflejan tales acciones mas bien ellas dicen cosas que pueden afectar no solo a una persona si no a todo un pueblo o al planeta- dijo Harry sin pensar viendo aun la estrella que titilaba, se sentía somnoliento y cansado-En este caso marte simplemente avisa de un gran cambio en el futuro. Guerra, que podría devastar o ayudar a los magos. Saturno advierte que es tiempo de ayudarnos tiempo de cambiar y todo comenzara pronto, antes de darnos cuenta, antes de que abramos la mente-

-Muy bien señor Potter -dijo Firenze con voz sorprendida-¿Donde ha aprendido a leer la bóveda celestial?-

-Ni idea-dijo Harry sintiendo que algo en su mente lo savia como si alguien introdujera nueva información. Giro su cabeza, claramente Parvati se encontraba enojada y molesta, casi ofendida.

-Harry Potter, podría señalar que significa esa estrella verde sobre usted-dijo Firenze casi como si esperara algo mas de su persona.

-Una pequeña calma, entre dos guerras, una ya librada la otra por comenzar-dijo Harry sintiéndose adormilado-Un sacrificio, una desolación, un temor. Tres partes de un todo que desembocaran en una resurrección-

-Perfecto-dijo Firenze-¿Ahora como se siente señor Potter?-

-Cansado-dijo Harry antes de cerrar los ojos y quedarse dormido.

Ron lo despertó asombrado por lo que el dijo, sin en cambio no recordó ninguna palabra solo que miraba la estrellas y que algo salia de su boca.

Tuvo una lección poco usual, quemando salvia y malva dulce en el piso del aula y buscaron formas en el humo. Mientras todos buscaban atentamente Harry vislumbraba casi 2 formas por humareda algo que se preguntaba si era por el poder de Voldemort dentro de el o por el poder de sus maestros, incluso se pregunto si aprender tanta magia le había llevado a un estado de sacudidura superficial.

Aun así no dijo nada simplemente se quedo viendo los diferentes augurios que lanzaban el humo pues Lavender y Parvati ya le lanzaban miradas ofendidas y podría jurar que estaban apunto de atacarlo. Firenze no era parecido a ningún maestro, parecía querer demostrar que lo que ellos sabían, no era mas que una simple prueba de lo que se podía hacer en este mundo. Como si ni siquiera el conocimiento de todas las criaturas mágicas y de los magos pudiera apenas ser algo importante.

-No es muy preciso en nada, ¿Verdad?-dijo Ron en voz baja, mientras echaba otra tanda de malva dulce al fuego- Solo digo, podría dar algunos otros detalles acerca de esta guerra-

-No funciona así- dijo Harry viendo el símbolo que auguraba un miedo terrible en el corazón de todos.

La campana sonó y todos saltaron fuera de clase tan rápido que parecían querer huir de lo que pasaba. Al parecer habían olvidado que un estaban dentro del castillo pues se sorprendían al salir por la puerta.

Harry estaba a punto de seguirlos cuando Firenze lo llamo.

-Harry Potter, una palabra, por favor-

Harry regreso. Ron se quedo parado, vacilando si se quedaba o no.

-Ve, de todas formas tengo que buscar a Mione en un momento-dijo Harry viendo la expresión de Firenze, enseguida Ron asintió y continuo su camino.

-Harry Potter, Hagrid es tu amigo ¿no?-dijo el centauro.

-si-dijo Harry.

-¿Entonces quisiera saber por que hay tantos gigantes en los bosques en este momento?-dijo Firenze dudando de su pregunta.

-ha eso, vera hemos reclutado a los gigantes para la guerra que viene-dijo Harry mas tranquilo.

-Ademas de eso quería preguntarte otra vez ¿Donde has adquirido esos conocimientos?. Podrías engañar a tus compañeros pero yo me di cuenta que veías los símbolos en el humo-dijo Firenze mas intrigado.- Ese augurio es… lo mas cercano a una profecía dicha por las estrellas-

-Pues he tenido unos maestros muy buenos... no Trelawney. Pero si otros maestros, ellos... me ayudaron y me han dado los conocimientos especializados-dijo Harry alzando los hombros sintiéndose tonto por saber algo que nadie le enseño.

-Bien-dijo Firenze calmadamente y extendió un pergamino- Tus palabras las escribí y Espero tengas un buen día Harry Potter-

-Disculpe profesor pero le podría hacer una petición y una pregunta-dijo Harry pensando una nueva posibilidad en sus planes y tomando el pergamino. Las palabras le regresaron a la mente como si de un sueño se tratase.

-Claro-dijo Firenze cordialmente.

-Primero quisiera que me dijera Harry simplemente, Harry Potter es demasiado formal-dijo esperando que el centauro no se ofendiera- y quisiera preguntarle. si voy con los centauros ¿Cree que pueda convencerlos de que se unan a mi en la guerra que se avecina?-

Firenze pensó por un momento haciendo ruido con sus pezuñas para después ver a Harry fijamente.

-Harry, los centauros son muy cerrados si no te ganas su confianza y respeto jamas podrás hablar con ellos, aun así jamas nos uniremos a cualquier causa que no sea la supervivencia de nuestra especie-dijo Firenze casi con tristeza.

-Gracias profesor-dijo Harry suspirando pesadamente después le dio una sonrisa-Eso me sera de utilidad.-

Camino por los pasillos rascándose la nuca y mirando las palabras escritas en el pergamino.

" Un sacrificio, una desolación, un temor. Tres partes de un todo que desembocaran en una resurrección"

¿Que significaba? No quería saberlo.

-¿Que no son Claras mis palabras?-Dijo al voz enojada de Hermione desde algún pasillo cercano, quitando su mente del pergamino.-ALEJATE DE Mi-

Harry camino lo mas rápido que podía y antes de entrar en el pasillo escucho la voz de un chico.

-Vamos Hermione. Nunca lo sabrá. Eres mucho para ese niño que vivió.- Era la voz de Cormac McLaggen-¿Sabes que solo es famoso por esa cicatriz?-

-Cierra esa bocota o te la cerrare-dijo Hermione con enojo en su voz.

-Eres bonita y lista. Te mereces algo mejor-dijo McLaggen y su voz se acerco.

Harry se asomo con cuidado. Hermione se encontraba a espaldas de el con las manos cruzadas sobre su pecho y por su postura, casi podría jurar que estaba conteniendo su furia. McLaggen se acerco demasiado para su gusto, casi a centímetros de la cara de ella.

-¿Y ese eres tu?, No me hagas reír McLaggen solo eres un hijo de papí- soltó Hermione con una risita despectiva- No obtuviste el puesto de Guardián y culpaste a Harry. Y como no sabes herirlo o ponerlo en vergüenzas, vienes a mi con estas intenciones de querer conquistarme y me pregunto ¿Por que? La respuesta es obvia...-

-Me gustas-dijo McLaggen con una sonrisa radiante como si fuera un galán de telenovela.

-Ewww- dijo Hermione apartándose un paso- Si crees eso, tu mente esta muy mal, le avisare a Madame Pomfrey. Y tu respuesta es incorrecta. Quieres herirlo de verdad y lo has visto casi a punto de morir por las pruebas del torneo y aun así seguir adelante, lo que significa que físicamente es imposible pero sentimentalmente es lo mejor.-

-Ese es un plan muy bueno- Concordó McLaggen feliz.

- Te doy un consejo, deja tus tonterías y alejate de nosotros. Ni siquiera pienses que puedes hacerme algo. Primera por que si no lo haces la profesor McGonagall se enterara que me acosas y segunda-Dijo Hermione con la voz mas fría- Yo misma te tendré que hacer mucho daño, por que si no Harry te matara-

McLaggen dejo de sonreír y se vio molesto. Harry estaba a punto de salir y detener lo que pasaba, pero freno. Tenia ganas de matarlo, pero eso significaba precisamente lo que dijo Hermione. Y el que no le comento de McLaggen por que el podría explotar e ir contra el idiota al igual que Malfoy. Penso durante un segundo.

Finalizo que no todo el tiempo podría defender a Hermione y… aunque se preocupara debía dejarla sola. Por algo la entrenaba, por algo le enseñaba mejor que a nadie. Ella era fuerte, mucho mas fuerte que cualquier Pendragon. Rechino los dientes y apretó los puños, mientras se clavaba las uñas en la palma al ver como McLaggen tomaba a Hermione del brazo con Fuerza.

-Mira Niñata, no concibo que ese estúpido Potter me dejara en vergüenza. Así que tu aras lo que yo ordene-dijo McLaggen con furia.

Harry temblaba mientras intentaba suprimir su instinto de salir y romper cada hueso del cuerpo de McLaggen.

-Suéltame-Ordeno Hermione arrastrando la palabra- Tienes 3 segundos antes de que tenga que responder en defensa propia y créeme ya hable con McGonagall. Estoy autorizada a utilizarla-

McLaggen no pareció responder rápido y Hermione bastante fastidiada por que antes de 3 segundos Cormac estaba en el piso, con la rodilla de su novia en su garganta y retorciéndole el brazo.

-¿Quieres intentar probar mi habilidad mágica?-Dijo Hermione dejándolo y arreglando su túnica. - Lo diré una vez mas y espero que esta vez escuches bien. Deja a Harry en paz, alejate de mi o los Pendragon y olvida tu estúpida venganza. No ganaras.-

-Eres una ...-dijo McLaggen con la voz algo ronca y intentando pararse.

-Yo diría que es mucho mejor que tu-dijo Harry saliendo de su escondite.

-¡¿Harry?!-dijo Hermione luciendo un poco conmocionada-¿Desde cuando...-

- Desde que le preguntaste si no entendía tus palabras-dijo Harry caminando en su dirección.

-Casi nada-dijo Hermione cruzando los brazos y pareciendo molesta- Solo te falto el , ¿Que carajos quieres McLaggen?-

-Bueno… supongo que en el lugar y momento correcto. Nuevamente-dijo Harry sonriendo le y acercándose para besarla. Ella se alejo un poco.

-y ¿Esperarte por?-pregunto mirándolo a los ojos.

-Por que tu podías defenderte sola-dijo Harry y por toda contestación recibió un beso de Hermione.- Por cierto. Esa técnica de sumisión es buena-

-Ya te dije- contesto Hermione sonriendo coqueta- Clases de defensa personal-

Harry miro a McLaggen con la mano en la garganta y jadeando. Se acerco con paso decidido y Hermione le tomo la manga.

-No Harry...-

-Tranquila. Ya le diste su lección-contesto y se acerco a McLaggen.- Da gracias a Merlín que Hermione ya puso las cartas sobre la mesa y te gano la partida, por que si no, ya estarías expulsado del colegio.- Ladeo la cabeza- Corrijo, aun puedes ser expulsado-

Tomo a Hermione de la cintura y le guiño el ojo a McLaggen.

-No te avergüences. Te equivocaste de bruja, Mione me ha dado palizas monumentales-dijo Harry besándola- Hazle caso McLaggen, olvida esto, por que nosotros ya lo hemos echo-

Caminaron lejos del chico que gruño en cuando se perdieron de vistas. Hermione le lazo una mirada.

-¿Que?-pregunto Harry.

-Gracias-dijo Hermione sonrojándose.

-¿Por?-

-Dejame demostrar que yo no solo soy tu novia-dijo Hermione mordiéndose el labio inferior.

-No solo eres mi novia, eres la perfecta mas capas de Hogwarts y lo que dije es cierto-dijo Harry recordando los pisotones de Hermione- Eres fuerte. Mucho mas que yo, se que algún día seras tan importante para el mundo mágico que me catalogaran como "EL novio de Hermione Granger"-

-No-contesto Hermione jalándolo y llevándolo a la pared.

Quedo con Hermione entre el y la pared pegados y con sus rostros a centímetros. El con un brazo de cada lado cerca de la cabeza de su chica.

-Seremos solo Harry y Hermione Potter- dijo Hermione con voz baja.

-Suena bien-dijo Harry tocando su frente con la de ella.

Nuevamente el sentimiento de que algo pasaría le recorrió el cuerpo. No se movió pero lo escucho y al parecer también Hermione por que se puso pálida.

Una voz gruesa y antigua. Mucho mas de las que conocían, no era ninguna de conocía Harry, ni siquiera la de aquella dama en sus sueños o de aquel hombre en el velo. Era mas ancestral.

{La siguiente puerta prueba espera. Heredero has comenzado un viaje que no terminara pronto, ve a donde el fuego y los rugidos se crean. Tienes una semana}