Hola, estoy de regreso después de una desgracia Celestial... Se preguntaran cual... esta si se las puedo decir. Resulta que mi Disco Duro de la computadora valió, y al decir valió, significa que se daño en su totalidad. Mis avances en los fic fueron destruidos, una historia que estaba escribiendo y que mostré a alguien cof satori coff coff... perdón la tos... como decía se perdió todo. Re escribí este capitulo a base de recuerdos y matarme dos noches haciendo mis trabajo de la universidad a velocidad de tortuga (por el cansancio mas que nada). Así que espero que entiendan mi tardanza.

Un asunto mas antes de continuar. Si, se que es mi historia y no me seria difícil re escribirla, pero crean me cuando les digo que la historia cambio mientras lo escribía, por que algunas partes las quite y otras las moví de lugar, incluso anexe algunas mas. Por lo consiguiente el capitulo esta salido del horno, lo acabe hace unas horas. NO me juzguen y si tengo faltas de ortografía perdonen me.

Sin mas que anexar, Lean, Disfruten y Comente.


Los derechos de algunos personajes son de J. K. Rowling


Capitulo 59.- Una maraña del verano

Aquel lugar era como cualquier dormitorio, de cualquier chica, de cualquier lugar en el mundo. Las paredes pintadas de colores cálidos, con un dibujo de árbol muy bien detallado en la pared, un buró con muchas imágenes encima y cajones para la ropa. Una planta algo descuidaba descansaba a lado de un enorme librero lleno de tomos pequeños y gruesos, de temas variados, cuantos infantiles hasta Ciencia e incluso algunos que lucían salidos de alguno de esos cuentos infantiles. Con pastas curtidas, paginas amarillentas, pero lo que las hacia especiales era el echo de que contenían textos mágicos. Y esos eran los preferidos de Hermione Granger.

Ella estaba recostada en la cama y abrazando una almohada, mientras que un hilo de saliva escurrida por la comisura de sus labios, sus ojos mostraban rastros de haber llorado y su cabello se enredaba y esparcía por todos lados. Había pasado despierta hasta muy entrada la noche, mirando en una sola dirección, llenándose la cabeza de todos los datos que podía y repasándolos una y otra vez.

Los rayos del sol empezaban a filtrarse por la ventana que mostraba lo empañada que estaba por la ligera neblina. Era suficiente para que alumbrara los muros, unos cubiertos con cuadros e imágenes, algunos mostrándola a diferentes edades. Todo en la habitación era totalmente normal, nada que no perteneciera a lo que uno pensaría de una chica lista e incluso había plumas, pergamino y tinta sobre un pequeño escritorio. Pero algo sobresaltaba a plena vista, algo que incluso que para un mago seria extraño.

Uno de los muros estaba despejado, sin un solo mueble puesto contra la pared o algo tapando la mirada y dejando el montón de papeles, pergaminos, periódicos, chinchetas e hilo a plena vista. Desde un poco mas abajo del techo, hasta casi el suelo, mostraba una colección impresionante de noticias. Algunas imágenes impresas en ellos se movían, otros no y solo algunos parecían estar casi escondidos entre todos ellos.

Nada aparte de eso lucia desarreglado, ni un solo zapato fuera de su lugar o una basura en el piso, ni siquiera los libros parecían desordenados, cada uno puesto por tema o nombre y lo que había en una cómoda junto a la cama era una foto: de un chico con cabello negro, ojos verdes, con labios finos y una sonrisa amplia y con una marca en su frente medio oculta por un mechón de cabello. Además de un par de periódicos, de Titular:

"Harry Potter: ¿EL ELEGIDO O EL HÉROE?

Aun después de un mes, siguen circulando rumores acerca de lo sucedido en el altercado ocurrido en el Ministerio de Magia, durante el cual "El que no debe ser nombrado" a hecho acto de presencia y donde nuestro Héroe combatió contra el sin inmutarse.

-No estamos autorizados a hablar de ello, no me pregunten nada-, manifestó ayer por la noche, al salir del ministerio, un nervioso desmemorizador que se negó a dar su nombre.

No obstante, las fuentes contrastadas del Ministerio han confirmado que el altercado se produjo en la legendaria Sala de las Profecías y que ha quedado en muy mal estado. Aunque se rumorea que no es lo único que se ha dañado en el ministerio y que aun faltan cosas por clasificar en tal desastre que dejaron atrás. Por ahora los magos portavoces se han negado a confirmar la existencia de algo llamado "velo de la muerte", el cual se cree ha sido destruido en la refriega.

Cada vez un mayor número de miembros de la comunidad mágica cree que los mortífagos, que en la actualidad cumplen condena en Azkaban por entrada ilegal y tentativa de robo, pretendían destruir una profecía. Se desconoce la naturaleza de ésta, pero se especula con la posibilidad de que esté relacionada con Harry Potter, la única persona que ha sobrevivido a una maldición asesina y que estuvo en el ministerio la noche en cuestión. Hay quienes llegan al extremo de llamar a Potter "El Elegido", pues creen que la profecía lo señala como el único que conseguirá librarnos de "El que no debe ser nombrado".

Se desconoce el paradero actual de Harry Potter, los rumores indican que esta en recuperación después de graves heridas sufridas por "El que no debe ser nombrado", aunque..."

No se leía nada mas ya que otro periódico cubría el resto, y tenia el siguiente titular:

"La triste verdad sobre el elegido : UN DÍA OSCURO EN LA HISTORIA"

y el cuerpo decía:

"Hoy queridos suscriptores al diario, es mi mas sentido pesar, el informarles que… Harry Potter, el niño que vivió, el Héroe y El elegido ha fallecido. Esta noticia estremeció al mundo mágico.

A poco mas de un mes de su intervención en el Ministerio de Magia, nos hemos enterado que a fallecido por sus graves heridas y que aun después de que muchos medi magos lo vieran, ninguno pudo sanar sus heridas.

Nuestro reportero se ha enterado por causa de una reunión poco secreta, entre Albus Dumbledore, Rufus Scremengour, actual ministro de magia y Cornelius Fudge, antiguo ministro. Parecía una simple discusión de la reconstrucción del recibidor del Ministerio, aquella discusión se salio de tono y en un punto crucial, Dumbledore dijo o mejor dicho grito - ¡NO PUEDE PELEAR CON EL OTRA VEZ, POR QUE HARRY A MUERTO!- Todos a su alrededor se quedaron extasiados incluidos el actual y antiguo Ministro de magia. De inmediato y sin decir una sola palabra mas el profesor salio del Ministerio dejando muchas incógnitas.

Hemos intentado encontrar mas información sobre las causa de su muerte, también donde y cuando lo han sepultado, aunque por lo que se cree es en el valle de Godric, donde ahora descansara junto a sus padres, James y Lily Potter. Una cruel historia es la de Harry Potter, y mas aun al saber que ha perdido la vida a manos del hombre que también a matado a sus padres.

No les mentiremos queridos lectores, es en gran parte este periódico cree que sin Harry Potter, el futuro esta a manos de "El que no debe ser nombrado". Esperemos que el director del colegio de magia y hechicería, el actual ministro y anterior jefe de auror tengan el poder y recursos para enfrentarse a estos oscuros tiempos.

Estaremos investigando por mas información de lo que realmente a sucedido y de lo que..."

Lo demás estaba arrugado, como fuera estrujado con todas las fuerzas de Hermione y luego arrojado a la cómoda donde ahora descansaba. Los demás artículos del periódico descansaban en aquel muro lleno y encimado, que mostraba una total caos de todos textos.

Uno de los periódicos decía : "Scrimgeour sustituye a Fudge."

La mayor parte de la primera plana la ocupaba una gran fotografía en blanco y negro de un hombre con espesa melena de león y el rostro muy castigado. La fotografía se movía: el hombre saludaba con la mano al techo. A la izquierda de ese periódico había otro doblado que mostraba un artículo titulado "El ministerio garantiza la seguridad de los alumnos", con el subtitulo "Nuestro Ministerio permanece Fuerte".

Otro que incluía las nuevas medidas tomadas por el ministerio para protección de Hogwarts y los alumnos entre ellas incluía : Hechizos y encantamientos defensivos, un complejo despliegue de contra maldiciones y un pequeño destacamento de aurores dedicados de manera exclusiva para rodear el colegio.

Cerca de él, casi en medio de todo, había un folleto de color morado con el siguiente texto impreso:

"Distribuido por encargo del Ministerio de Magia

CÓMO PROTEGER SU HOGAR Y A SU FAMILIA CONTRA LAS FUERZAS OSCURAS

La comunidad mágica se halla en la actualidad bajo la amenaza de una organización compuesta por los llamados "Mortífagos". El cumplimiento de las sencillas pautas de seguridad que se enumeran a continuación lo ayudará a proteger de ataques a su familia y su hogar.

1. Se recomienda que no salga solo de su casa.

2. Se aconseja tener especial cuidado durante todo el día y mas aun durante la noche. Siempre que sea posible, procure terminar sus desplazamientos antes de que haya oscurecido.

3. Repase las disposiciones de seguridad de su vivienda y asegúrese de que todos los miembros de la familia conocen medidas de emergencia, como los encantamientos escudo y desilusionador, y, en caso de que en la familia haya menores de edad, la Aparición Conjunta.

4. Prepare contraseñas de seguridad con familiares y amigos íntimos para detectar a mortífagos que pudieran suplantarlos utilizando la Poción Multijugos (véase pág. 2).

5. Si advierte que un familiar, colega, amigo o vecino se comporta de forma extraña, póngase en contacto de inmediato con el Grupo de Operaciones Mágicas Especiales y evite comentar sus sospechas a nadie mas, pues esa persona podría encontrarse bajo la maldición imperius y el comentarlo lo pondría de sobre aviso (véase pág. 4).

6. Si aparece la Marca Tenebrosa encima de una vivienda u otro edificio, NO ENTRE. Póngase en contacto de inmediato con la Oficina de Aurores.

7. Ha habido indicios no confirmados de que los mortífagos podrían estar utilizando dementores o inferi (véase pág. 10). Todo encuentro o detección de un inferius debe ser INMEDIATAMENTE comunicado al ministerio. Y en caso de encontrarse con un Dementor, se infórmese de como hacer el hechizo "Especto patronum" (Explicación completa pág. 11, 12 y 13) "

El resto del artículo estaba rasguñado, seguro por el gato a canelado que en ese momento descansaba en una cesta de mimbra y con varias cómodas mantas, con un sonido de ronroneo suave, tranquilo y con la cola enroscada en su cuerpo. Una gran jaula estaba en su suporte, adentro de ella estaba una esplendida lechuza, blanca como la nueve, que recorría con la mirada la habitación y de vez en cuando giraba la cabeza escuchando a todos lados. Un par de veces hizo un suave ulular, que antes hubiera despertado a Hermione, pero ya se estaba acostumbrando.

En el centro de la habitación se hallaba un enorme baúl con la tapa abierta, como expectante; sin embargo, estaba casi vacío: dentro sólo había ropa interior, blusas, pantalones, la túnica del colegio, un par de zapatos y calcetas.

Hermione se quejo en sueños y se re acomodo en la cama, del filo resbalo un pergamino algo arrugado, planeo al suelo, se elevo un poco y termino sobre una alfombra de color crema. En el pergamino se encontraba cubierto con una caligrafía pulcra y estilizada que decía:

"Estimada señorita Granger:

Si le parece bien, iré a recogerla y a la señorita Potter el próximo viernes a las once en punto de la noche para acompañarte a La Madriguera, donde las han invitado a pasar el resto de las vacaciones escolares.

Si está de acuerdo, agradecería su ayuda para un asunto que espero poder resolver de camino hacia allí. Se lo explicaré con más detalle cuando les vea.

Por favor, envíame tu respuesta con esta misma lechuza.

Hasta el próximo viernes.

Atentamente, Albus Dumbledore"

En veranos anteriores, hubiera comentado a sus padres que podría pasar las vacaciones en "La Madrigera" y preguntarles si podía ir, si ellos se negaban simplemente se sentiría algo enojada por no poder ver a sus amigos. Ahora ella se tomo un par de días para decirles, y dos mas para saber su respuesta. Después de lo que su platica al regresar, era lo que creía mejor. En esos instantes era un recuerdo que le golpeaba cada vez que pensaba en su futuro.

El auto antiguo de su padre era algo lento, pero como siempre los llevaba a todos lados, no por nada pasaba un par de horas los fines de semana revisándolo y arreglándolo aveces. Como decía siempre que su madre se quejaba de lo viejo que era, exactamente lo que hacia en ese momento.

-No es una chatarra, es un clásico mi amor-dijo su Papá mientras rechinaba el automóvil al llegar a una parada.- Lo he tenido desde que soy...-

-¿Un feto?-dijo su Mamá soltando un cansado suspiro.-El día que nos deje tirados y sin compostura, entenderás que las cosas siempre cambian, uno nuevo tampoco haría tanto daño-

Hermione se encontraba sentada viendo por la ventana, viendo pasar los coches, las calles, los edificios, casas y todo lo demás, aunque en su mente regresaba al único que en ese momento le sacaría una sonrisa. No le emocionaba mucho lo que se avecinaba y tampoco el que Sofí lo viera, aun así se mantenía ocupada, intentando no mostrarse tan deprimida como estaba. Sofí se mantenía en el asiento junto a ella, sosteniendo en sus piernas a Crookshankcs que ronroneaba alegre, Hedwing por su parte se encontraba aun huraña en su jaula y escondida bajo su ala.

-y… ¿Como les fue en el colegio?-pregunto su Mamá con una sonrisa y elevando la mirada por el retrovisor.

Giro la mirada para observarla, dio una sonrisa torcida y sin muchas ganas de platicas.

-Bien, hicimos los T.I.M.O.S, me parecieron realmente adecuados para valorar el nivel de cada uno- comento siendo el único tema que le llamaría la atención en ese momento.

-Espero que no sean tan duros como suenan, de solo pensar que pasare todo el tiempo estudiando… me duele la cabeza-comento Sofí en voz baja mientras seguía acariciando a Crookshankcs.

-No te preocupes, Hermione siempre suele exagerar con los exámenes o cosas que impliquen estudio. Podría haber una revuelta, ella estar en medio y estaría tranquila. Pero con un examen en puerta enloquece- dijo su Papá mientras giraba en la esquina.

-¡Papá! No comencemos – dijo Hermione sintiéndose expuesta por su propio padre.

-Claro, no ves que quiere quedar bien ante la hermanita de su novio- comento su Mamá, mientras ella rodaba los ojos y regresaba la vista a la calle.

Enseguida reconoció la calle, había pasado toda su vida viviendo ahí y estaba segura que aunque pasaran mil años ella podría saber cuando llegaba a su casa. El lugar estaba a las afueras de Liverpool y cerca de la estación de tren, por alguna razón sus padres preferían ir por ella en el auto familiar, considerando que siempre regresaba con un enorme baúl, un gato y llena de ganas de hablar de lo sucedido en el año. Claro que siempre era acompañado de lo que preguntaron en los exámenes o de las proezas de Harry. Esta vez, simplemente prefirió estar callada.

La mayoría de esas casas eran las típicas, solo una construcción de dos pisos o en caso tres, pero la suya tenia cierto toque tudor, con su construcción de madre, sus ventanas viendo a la calle, su porche, la puerta blanca y sobre todo esa familiaridad de tantos años. Entraron en el garaje y su padre apago el motor, luego lanzo una sonrisa a ellas.

-Hogar dulce hogar- dijo mostrando sus bien alineados dientes.

-Como siempre- dijo su mamá devolviéndole la sonrisa.- Hermione ayuda a Sofí a instalarse, tendré algo listo antes de que terminen de arreglar sus cosas y… después platicaremos, los cuatro ¿si?-

Después de que ambas asintieran, salieron del coche, con ayuda sacaron los baúles, la jaula de Hedwing y entraron por el frente. Su casa era muy simple de explicar, tenían el recibidor, a la derecha el salón, seguido del comedor y a tras la cocina, del lado izquierdo se encontraba el despacho de su padre, el salón de juegos que alguna vez construyeron sus padres y por ultimo lo que se podría llamarle el cuarto para lavar la ropa. En el segundo piso, existían cuatro habitaciones, la mas grande donde dormían sus y que contaba con baño propio, dos que eran medianas y una de ella era donde dormía, la ultima la pequeña para los invitados. Eso sin contar que en el pasillo se encontraba un baño completo, con regadera y tina que le venia muy bien cuando quería relajarse. Por ultimo el ático donde guardaban todo lo que no ocupaban casi en el año, como los adornos de Hallowen o los de navidad, pero también algunas otros objetos.

Sofí abrió un poco la boca al ver el interior, que aunque era lo mas normal para Hermione, seguro que un orfanato no lucia así y por lo mismo comenzó a darle un pequeño recorrido. Terminaron en la habitación de juegos de su padre, que en si era mas una vieja mesa de billar medio arrumbada entre un bar, una sillón y una pantalla grande, donde sus padre veía el futbool para no molestarlas.

-Vamos te mostrare tu habitación- dijo Hermione jalando la pues se había quedando viendo una de sus fotos de pequeña, en conciso una donde le habían cortado el cabello muy extraño.

-Puedo dormir en el sillón no es necesario que...-dijo Sofí, algo apenada al comenzar a subir las escaleras.

-¿Sillón?-pregunto Hermione alzando una ceja- Nadie en esta casa a dormido en un sillón… bueno mi padre una vez que se emborracho y … mi madre lo dejo ahí dormido. No te lo recomiendo es muy viejo y las maderas se entierran en cualquier lado-

-Pero yo...-

-Nada de peros, eres ahora la hermana de Harry, créeme si el te viera haciendo esto ya estaría dándote de coscorrones y diciéndote que ninguna Potter dormirá en un viejo sillón desvencijado- dijo Hermione con las manos en la cadera y la mirada dura.

-Es que no me sentiría cómoda quedándome en tu cama- dijo Sofí algo sonrojada.

-No es necesario, ahí otras habitaciones vacías- dijo Hermione señalando las puertas que muy pocas veces se abrían y lo hacían solo para limpiar. Abrio la segunda puerta -Esta es la mía-

-Ohhhh- dejo salir Sofí mientras miraba adentro- Todo lo que se esperaba de ti, hasta esta limpia-

-Eso es por que mi mamá o papá entran a limpiarla mientras no estoy. Pero si estoy la que se encarga de eso soy yo- dijo Hermione cerrándola y conduciéndola a la siguiente.- Esta sera la tuya-

Abrió mostrando un lugar igual de espacioso que la suya, con la diferencia que esta tenia una cama, un ropero, un librero, un buró y cómoda sin nada. Además que apenas y se veía rastro de polvo.

-Esta un poco sucia ya que no la limpian tanto como la demás, pero te garantizo que es cómoda y la vista por la ventana es esplendida-dijo Hermione metiendo el baúl de Sofí adentro.-¿Qué te parece?-

-Genial- dijo Sofí con una gran sonrisa y los ojos un poco brillosos.

-Ponte cómoda, al rato te daré las cobijas y sabanas -dijo Hermione dispuesta a ir a su habitación -Por cierto la siguiente puerta es otra habitación, luego esta el baño y la ultima del pasillo es la de mis padres.-

-De acuerdo- dijo Sofí llevando el baúl a los pies de su cama, mientras parecía ansiosa por empezar a sacar sus cosas.

Hermione cerro la puerta y antes de dar un paso, escucho como Sofí se lanzo a la cama con una leve risa nerviosa. Fue a su habitación escuchando como sus padres tenían la radio puesta, como platicaban y de seguro discutían los puntos que querían saber de lo sucedido.

Entro a su cuarto soltando un gran suspiro, dejando salir frustración y tristeza, luego fue a su cama sin siquiera arrastras su baúl, se quito el reloj biblioteca dejándolo en el buró a lado de la foto de Harry, luego se saco la sudadera y los tenis para dejarse caer sobre las cómodas cobijas. Se quedo un tiempo as, hasta que sintió algo de frío, saco el monedero y de el la chamarra de piel de dragón de Harry. Estaba en mal estado, con rasguños, golpes, quemaduras e incluso una pequeña mancha de sangre. Sin embargo se tapo con ella y sintió tibia, como si el calor de Harry aun persistiera en esa prenda, al igual que su aroma que de inmediato la pusieron soñolienta.

Antes de quedarse dormida, sintió como aun en aquella chamarra esta en detector, el Taboo y los lentes de Harry, por alguna razón no las sacaba de ahí, simplemente no se sentía correcto.

Estaba a punto de dormirse cuando escucho como rasguñaban la puerta, seguramente Crookshankcs queriendo entrar a su habitación, se levanto y abrió la puerta de inmediato el gato salto a su pequeña cesta de mimbre que era su cama durante los veranos. No tardo mucho mas para que su madre subiera y les dijera que bajaran a comer algo.

La comida fue tranquila, con sus padres contándole lo que paso durante su año, como que sus vecinos estaban preocupados por el nivel de delincuencia que había por todos lados o el que la señora de enfrente se quejara de la constantes lechuzas que les llegaban y como le decían que era su mascota y lo único que no explicaban era que fueran de diferentes tamaños, formas y colores. Antes de lo esperado por Hermione sus padres preguntaron.

-Cuéntenos ¿Que paso en el Ministerio Mágico?-dijo su mamá como si fuera un tema cualquiera, pero se notaba la tensino en su rostro.

Sofí la vio y ella asintió, de todas formas se enterarían de forma sutil y desde hacia años no les contaba sus cosas personales o se las contaba con total libertad sabiendo que no la juzgarían. Pero en este caso ellos estaban tan interesados que aunque quisiera ocultarlo se enterarían a través de pequeñas preguntas o cuestionarios sin siquiera que uno se percatara.

-Entramos al ministerio por que Harry sabia que Voldemort intentaría tomar algo muy valioso- dijo Sofí resumiendo todo en esa simple linea.

-Bien, eso lo entendemos, lo que nos preocupa es las repercusiones que traerá para ustedes. -dijo su papá entrando en esa fase seria que no le quedaba para nada-Ambas se metieron en graves problemas y estamos seguros que no a terminado ¿Me equivoco, señoritas?-

Sofí pareció sorprendida, pero después de tantos años de ver como sus padres encontraban la respuesta para casi todo a Hermione no le sorprendía, solo soltó un suspiro largo.

-¿Por que siempre tienen razón?-dijo Hermione un poco fastidiada por no poder mantener a sus padres lejos del conflicto- Están en lo correcto, esto apenas inicio y en lo que estamos metidas es… en una guerra-

Ambos se vieron, palidecieron e incluso vieron como tragaron saliva. Su papá movió los ojos de un lado a otro como si pensara a toda velocidad, mientras que su madre cruzo los brazos sobre el pecho y las miro fijamente, su postura demostraba que también estaba pensando a toda velocidad. Se movió en el sofá intentando quitar se el nerviosismo, entrelazo sus manos esperando que no lo notaran, sin embargo estaba segura que ya lo habían visto. El silencio se hizo incomodo incluso para Sofí que comenzó a mover la pierna de arriba a abajo. No ayudaba a Hermione.

- Lo mejor para ambas es que se alejen de eso, ustedes son demasiado jovenes para entrar en algo tan peligroso como una guerra. Dejen que los magos adultos y experimentados se encarguen de ese "Voldemort".. dijo su mamá en esa clásica forma de regaño, como si hubiera echo una travesura- No eres tonta Hermione y sabes que esto no es un juego-

Las palabras cayeron en ellas como un golpe duro en su estomago, intento mantenerse firme, pero solo logro asentir.

-Se que no es un juego-dijo con voz baja y mirando sus manos entrelazadas.- Pero no puedo quedarme sentada, viendo como esta guerra avanza y sabiendo que puede empeorar día a día-

La sensación en la sala dio un giro, la anterior cómoda y confortable casa ahora se sentía pesada y casi como si al aire fuera nocivo, pues sus padres endurecieron sus miradas, Sofí comenzó a temblar y ella levanto la mirada con decisión.

-No me quedare quieta, participare en esta guerra y si es necesario la dirigiré -dijo Hermione con voz clara.

La cara de sus padres fue todo un poema, desde la sorpresa inicial, para pasar a confusión total y terminando en un catastrófico terror que hizo que ambos se estremecieran, abrieran la boca y en el caso de su padre patera sin querer la mesita de te. Hermione por su lado se encontraba quieta esperando la contestación de sus padres, y que, tal vez, Sofí la apoyara. Pero la pequeña solo estaba mirando la mesa de te, como si se sintiera cohibida de estar en medio de aquella discusión familiar. Al ver que no hablaban, ella les sonrío un poco, esperando que entendieran aunque fuera una mínima parte.

-No- dijeron ambos aun asustados.

Se movieron con rapidez y brusquedad, levantándose y mirándola con un miedo parecieron por segundo listos para saltar encima de ella, pero al final se quedaron quietos, con los puños apretados y las miradas dudosas.

-NO LO HARÁS, NO TE INMISCUIRÁS EN ESA GUERRA-grito su padre como nunca antes, haciendo saltar a Sofí a su mamá y sobretodo a ella.

Nunca, de verdad nunca su padre le había gritado de tal forma, ni siquiera cuando en la escuela primaria le informaron que le había dicho tonto al maestro o cuando llego con un gato callejero a la casa y lo mantuvo unos días sin que se dieran cuenta sus padres. Simplemente, ella jamas recibió un grito de el. En otras circunstancias sus ojos estarían llenos de lágrimas y hubiera salido corriendo a su habitación para encerrarse un par de días, en ese momento se quedo mirándolo con dolor en el pecho y mordiéndose el interior del labio, evitando que llorara.

-Voy a hacerlo, con o sin su consentimiento. Pero si ustedes no me apoyan… simplemente sera mas duro para mi-dijo Hermione con la voz quebrada, aguantando todas sus emociones e intentando ser fuerte. Tan fuerte como Harry.

-No, no, esto no puedo concedértelo -dijo su padre muy alterado, tomándose el pelo con las manos y dejándose caer en el sillón.-¿Por que tienes que hacerlo?, Solo eres un niña-

-Es lo que me enseñaron, siempre ayudar, intentar ser mejor persona y siempre ser yo misma-dijo Hermione con el labio inferior temblando le un poco – Tengo que ayudar-

-¿Ayudar?, Hermione, esta guerra ni siquiera es tu culpa-dijo su mamá con un leve tono de preocupación.-Es mas si hubiéramos declinado a que fueras a Hogwarts, no sabrías de ella-

-Eso puede ser cierto, pero la cuestión es que vivo en el mundo mágico y aunque no soy responsable de esta guerra, quiero ayudar a que no dure mucho- dijo Hermione insistiendo aunque se sentía terrible al ver como su madre parecía mas aterrada que nunca y su padre caía destrozado.- Debo de hacer todo lo posible-

-¿Eso es lo que quieres de nosotros?-dijo su papá desde el su asiento sin levantar la vista- ¿Quieres que te dejemos ir a una guerra sin sentido? Eres nuestra hija, ¿Que pasaría con nosotros si te perdiéramos?-

-NO… yo- comenzó Hermione, aunque fue interrumpida.

-Solo intenta entendernos un poco. Cuando comenzaste a tener explosiones mágicas, nos asustamos mucho, no por tus habilidades, mas bien por que no teníamos idea de como ayudarte a controlarlos o a entenderlos y mejorarlos. Gracias a dios apareció la Profesora McGonagall y nos dijo que tu podrías ir a aprender a utilizar la magia y que había un mundo en el cual no tendrías que esconder tu fenomenal poder. Intentamos comprender y aceptar cada cosa que nos contabas como un echo y no fantasía, solo que… algunas de ellas eran tan complicadas que apenas y te seguíamos el paso. -dijo su mamá con algunas lágrimas saliendo de su rostro, su padre le paso el brazo y la atrajo a el, pero ella seguía hablando- Hemos intentado ser comprensivos y en mi opinión permisivos, pero vas al colegio 10 meses al año y cuando al fin te tenemos para nosotros, llega el profesor Dumbledore diciendo que te necesita tu ayuda, de lo cual nos sentimos orgullosos, pero eso te lleva a no sabemos donde y durante casi todas las vacaciones de verano. Y cuando al fin creemos que estaremos juntos por dos meses, llegas y dices que estas dispuesta meterte en una guerra. Yo por mi parte, simplemente me siento… lastimada.-

Las emociones de Hermione llegaron a su limite, sus lágrimas llenaban sus ojos y salían sin que pudiera controlarlo, entendía a su mamá y a su papá por el simple echo de que ella se sentía frustrada, triste y algo enojada. Pero no podía hacer nada, su decisión era absoluta y de alguna forma comprendía que tenia que mantenerse firme.

-Lo lamento-dijo Hermione sintiendo la mano de Sofí sosteniendo la suya y dándole ánimos. -pero...-

-¿Sabes que te amamos tanto que moriríamos por ti?-dijo su padre mirándola con los ojos rojos.- pero si tenemos que ver como te lanzas al peligro, prefiero que dejes de ir a Hogwarts-

-¡No puedes hacer eso! ...-medio grito Hermione abriendo los ojos y temblando un poco.

-¿QUÉ NO PUEDO?, SOY TU PADRE Y HARÉ LO MEJOR PARA TI, AUNQUE TU ME ODIES. SI TE TENGO QUE MANTENER AQUÍ PARA SIEMPRE, LO HARÉ, CREE ME -grito su padre por segunda vez, haciéndola ya llorar mucho mas e incluso a Sofí que se mantenía a raya de todo el asunto.

-No es algo que puedan evitar-dijo Hermione muy bajo.

-Yo… -su padre apretó los dientes e incluso los rechino, algo que nunca sucedería a menos que sus emociones se descontrolaran, lo que pocas veces pasaba. Otra vez mas se llevo una de sus manos a la cabeza mientras la otra apretaba mas a su madre que lloraba en su hombro -No se…-

La casa se quedo en silencio por un buen tiempo, por un instante pensó que todo quedaría ahí y que la discusión se realizaría otro día, aunque no quería volverla a tener y que comenzaran de nuevo.

-Perdón- dijo Hermione cuando todo estuvo mas tranquilo-Comprendo y acepto lo que sienten. Sol que hace año acepte todo lo que conllevaba ser parte del mundo mágico y eso incluye pelear por el, ser participe de el e intentar hacerlo mejor. Pero ustedes me… enseñaron a hacer lo correcto. De verdad creo que ayudar es lo correcto, no puedo cambiar su opinión, pero tampoco pueden cambiar la mua. Por favor no me obliguen a elegir entre mis dos mundos, entre mi familia y mi familia mágica-

Su padre se sobo la cara con fuerza mientras tronaba los dedos, lucia mas cansado y asustado que enojado, pero Hermione se mantuvo en su lugar.

-¿Por qué eres tan mandona?-dijo su papá con voz baja.

-Solo no queremos que estés en peligro-dijo su mamá aun llorosa, haciendo notar su preocupación en cada nota de su voz.

-No puedo prometerles eso, en cualquier momento las cosas pueden salirse de control y lo seguro es que estaré en peligro. Pero puedo prometerles que intentare mantenerme a salvo en todo momento. -dijo Hermione tan llorosa como su madre- puedo asegurarles que me comunicare todo el tiempo con ustedes y que los tendré al tanto de como van las cosas-

-Y por mi parte, le juro que estaré apoyando a Hermione en cada paso y me asegurare de que cuando Harry regrese, pueda venir a entregarle a su hija- dijo Sofí con ese valor que la caracterizaba, aunque aun temblaba.

Sus padres se miraron, antes de lucieran derrotados, asintieron e intentaron sonreír. Pero era seguro que ninguno de los dos estaba feliz.

-Eso es mejor que nada-dijo su mamá mientras se limpiaba las mejillas.-Por favor, de verdad por favor cuídate -

-Descuide señora Granger, su hija es la bruja mas inteligente de su generacion y por lo que he visto, también muy poderosa- dijo Sofí con una ligera sonrisa- Incluso puede controlar a Harry que es el mago mas poderoso de la ultima era-

-Nos alegra escuchar eso, sobre todo el que controle a ese noviecito suyo-dijo su padre luciendo mas compuesto – Sobre todo de donde pone sus manos-

-¡PAPÁ!-Dijo Hermione sobresaltada, recordando navidad, como Harry la acariciaba y besaba, como su mano suba lentamente por su pierna y como parecía enloquecido por ella. Agito la cabeza intentando olvidarse de ello- ¡Podemos cambiar de tema!-

-Mandona- dijeron sus padres al mismo tiempo haciendo reír a los cuatro, aunque aun se notaban nerviosos, preocupados y sobretodo pálidos.

Había sido solo una se sus conversaciones, aunque la única donde su padre se exalto y su madre lloro, despumes los ánimos se calmaron y su vida familiar regreso a la normalidad, o lo mas normal que se podía con ella trabajando en su paredes de datos. a cual creció con rapidez, ya que pidió a Dobby que le buscara noticias muggles, donde casi siempre le traía periódicos, incluso algunas cartas de sus amigos que como hizo a principio del verano y de inmediato ellos se reportaban por medio del galeón cada que pasaba algo que llamara su atención, aunque fuera poco.

Además sus padres cancelaron citas de trabajo, reuniones con amigos, e intentaron pasar esas cuatro semanas pegadas a ellas dos. La primeras semana hicieron de todo, salidas a lugares divertidos, comidas en algún restauran, luego noches de películas y demás; después no pudieron cancelar tantas citas, aunque se tomaban su tiempo para pasarlo con ellas. Pero no todos los días fueron felices, algunos de ellos lúgubres y donde ella no podía sonrerir de solo observar las horribles noticias que rondaban, tanto buenas como malas. Como una de las noticias que descansaba en su muro y solo tenia el titulo : "Desaparición de Emmeline Vance y Ainia Abbott", pero a un lado pinchado con una chincheta y pergamino tenia escrito "A salvo, la orden las tiene en una casa de seguridad". O como otra que decía: " Puente de Brockdale destruido, Mortifagos causan masacres por todo bretaña", esa tenia un pergamino escrito con letra gruesa y a rayones "No necesario en los planes de Voldemort". Y asi continuaba su muro cada noticia y acto enlazados, con sus respectabas notas y señalando actos de Voldemort, algunos tan despiadados como el hombre.

El reloj de muro que estaba justo junto a la puerta marco las 8 y sonó con un "Tan... tan... tan" que resonó por toda la habitación, los ojos de Hermione se abrieron con lentitud, mostrando unos ojos miel y como sus pupilas pasaban de ser un poco pequeñas a normales. Se estiro sacando un brazo fuera de la cama antes de cubrirse los ojos de la luz que entraba ya por la ventana, con el antebrazo se limpio el hilo de saliva que aun escurría por la comisura de sus labios. Giro las piernas y se sentó estirándose nuevamente, enfoco varias veces antes de levantarse y dar un paso, encontrándose nuevamente con la carta del profesor que se pego a su pie, se inclino a tomar el pergamino y observo.

Recordó como sus padres parecieron renuentes a dejarla ir, al final de otra pequeña discusión llegaron a un acuerdo que fueran a donde el profesor las creía seguras, pero solo si ellos podían también ir a la madriguera. Así los cuatro comenzaron a prepararse para ir durante un mes a la casa de los Weasley. Y como era lógico le envío una carta al profesor exponiendo la petición de sus padres, la respuesta de Dumbledore fue casi inmediata diciéndole que estaba de acuerdo.

No tenia sentido releer la carta de Dumbledore, ese día en la noche el viejo profesor pasaría por todos e irían a la madriguera, y por lo que le decía la carta a ella le llevaría a otro lugar para hacer algo. Cosa que no le emocionaba nada, no sin información y un plan que le ayudara a lograr el objetivo deseado.

Dejo la carta encima de todos los periódicos que descansaban sobre su buró, y camino hacia afuera, no sin antes dar un vistazo a su baúl, el equipaje estaba hecho y encima de ella descansaba el monedero que sin lugar a dudas contenía mucho mas que aquel viejo baúl. Se coloco el reloj biblioteca que estaba en el cajón, saco también los anillos Excálibur y con la ayuda de la cadena se la coloco en la muñeca, a lado del regalo de cumpleaños de Harry, de alguna forma llevarlo gunto al guardapelo en forma de corazón le parecía bastante incomodo. Como si en ese lugar solo pudiera estar aquel hermoso obsequio que le dio su novio.

Los maestros de Harry hasta ese momento no parecían hablarle, aunque no tenia idea si podían hacerlo sin el presente. Algo que le preocupaba es que con el paso de los días, poco a poco se comenzaban a oscurecer, antes lucían de un color plateado, dorado y la gemas resplandecían con un brillo mágico, en ese momento estaban descoloridos y mostraban un semblante bastante normal, como si fueran joyería común y corriente. No podía hacer nada sin saber que pasaba y aunque había leído todo lo que podía sobre el tema, nada le ayudaba.

Salio al pasillo donde colgaban nuevas imágenes, algunas donde aparecía Sofí riéndose, otras de las dos juntas y solo una donde salían los cuatro como si ella fuera su hermana menor y por como ella se sentía hacia Sofí no estaba tan errado. Toco en la puerta contigua, escuchando un ligero ronquido, no tanto para ser estruendoso o molesto, pero si un ronquido.

-Sofí, ya amaneció, es hora de comenzar el día- dijo Hermione tocando con mas fuerza.

Un ligero gruñido le indico que aun estaba dormida y no deseaba ser molestada, pero aun así se adentro al cuarto. El cuarto cambio mucho con la llegada de Sofí, paso de no tener nada y parecer frío, a estar algo desordenado, con cepillos y pasadores esparcidos por el tocador, también un par de pantalones colgados de su escritorio, una blusa en el piso y mejor no empezaba con la ropa interior que de alguna forma estaba medio escondida pero a plena vista. Sophía Potter L'angelo estaba roncando, con una pierna fuera de la cama, con la almohada en el piso y las mantas revueltas a su alrededor. Hermione se acerco y le palmeo la pierna intentando despertarla.

-Vamos arriba, tienes que empacar- dijo Hermione con una ligera sonrisa.

-Ya… voy- dijo casi dormida.

-No te vuelvas a dormir- indico Hermione ya saliendo de la habitación, paso otra puerta antes de entrar al baño.

Se lavo los dientes, la cara, se cepillo el cabello e incluso intento peinarlo, con los mismos resultados de siempre quedo esponjado y con sus risos mas incontrolables. Salio para cambiarse de ropa y se encontró a Sofí con los ojos casi cerrados, el cabello desordenado y luciendo algo molesta.

-Buenos días, ¿Mala noche?-pregunto Hermione dejando la puerta abierta para que pasara.

-Buenos días, algo así... estoy nerviosa…. por estar en la casa de magos y... No se como...-

-Tranquila, estaré ahí, al igual que papá y mamá. Además de que a los únicos que no conoces son a los mayores, nos divertiremos ya veras- dijo Hermione dándole unas palmaditas, antes de continuar a su cuarto.

En medos de 15 minutos estaba bajando a desayunar y como casi siempre, se encontraba a alguno de sus dos padres preparando el desayuno en el caso de ese día fue el de su padre, que tenia a todo volumen el radio y se movía al ritmo de "Why Can't We Be Friends - Smash Mouth", volteando un par de palanquees y vertiendo el jugo de naranja en una gran jarra. Se paro con una sonrisa enorme mientras disfrutaba de ese pequeño espectáculo.

-"The color, the color, the color of your skin don't matter to me"- cantaba ya mientras movía su cabeza a lo loco- "As long as, as long as, long as we can live in harmony"- volteo los panquees -"I kinda, I kinda, I kinda, like to be the president"- En esa estrofa se dio cuenta que lo observaban, tomo la espatula utilizándola de micrófono y canto mas fuerte- "And I could, and I could, and I could show you how your money's spent"-

Se paro frente a ella con la espatula muy seca de su boca, y como cuando era niña incitándola a cantar.

"Why can't we be friends"-canto tomando la espátula y comenzando a bailar también, le encantaba cuando tenían esos pequeños momentos padre e hija.

Continuaron la canción bailando y cantando, aveces su padre le daba giros y le quitaba la espátula para cantar a todo pulmón, hasta que en la radio cambio la canción y en peso "Barbie girl de aqua", le bajaron y continuaron preparando el desayuno. Aunque su padre continuo contoneándose al ritmo de la canción, que al parecer de Hermione era un poco extraña.

-Siguen tan desafinados como siempre-comento su mamá que para sorpresa de ambos estaba ya sentada y mirándolos con una sonrisa radiante.

-¡Ehhh!-dijeron ambos.

-Buenos días, señores Granger -dijo Sofí con una sonrisa entrando a la cocina.

-Solo Jane y Danny- dijo su mamá por centésima octava ves en las vacaciones.-Ya nos conocemos bastante, no es necesario los señores Granger-

-No me siento cómoda diciéndoles de esa forma-dijo Sofí sentándose mientras su padre ya comenzaba a servir.

-Bueno, pero no lo hagas tan seguido, me haces sentir viejo...-

-Clásico, querido, clá~si~co – dijo su mamá burlándose un poco.

-No utilices mis palabras contra mi- dijo su papá entrecerrando los ojos.- Por cierto, los gemelos Henderson y la niña Fintach vendrán a la clínica hoy...-

-Si, después podremos regresar y esperar al profesor Dumbledore. Las siguientes semanas he cancelado todo, y después de eso tendremos un montón de trabajo- continuo su mamá mientras tomaba un poco de la naranja que preparo su padre.

-¿Entonces no pasaran la tarde aquí?- pregunto Sofí pasando sus panques.-¿Y su equipaje?-

-Esta echo desde ayer y le he dado una ultima revisada antes de bajar a desayunar- dijo su mamá – y el suyo señoritas-

-Desde ante ayer, y todo esta guardado en el monedero. Antes de que se vallan a la inclinan dejen las cosas en el pasillo, yo las meteré para que no viajemos con incomodidad- dijo Hermione terminando de desayunar, pues tenia prisa, aun tenia que meter todo ese muro de datos en el monedero y no tenia idea de como hacerlo sin alterar una sola cosa.

-Me sorprende que ha esa cosita le quepa tanto, de verdad la magia es sorprendente- dijo su padre relamiéndose los labios.-

-y ¿Tu equipaje Sofí?-pregunto su mamá en dirección de la pequeña, que tenia el tenedor entre los labios y parecía un poco sonrojada.

-Aun no lo he echo- dijo entre dientes y con el utensilio en la boca.

Hermione la miro durante ese pequeña conversación, Sofí parecía triste de irse, cada día era mas notorio ese semblante de tristeza que demostraba. Y si no estaba errada, que no sucedía con frecuencia, entendía el por que la pequeña se encontraba en ese estado. Después de vivir en un orfanato, el estar en ese ambiente tan hogareño era como un sueño echo realidad y cambiarlo tan rápido por otro era difícil.

-Si quieres en cuanto regresemos te ayudo- se ofrecio su mamá con una sonrisa.

-No, estaré lista antes de que regresen.- dijo Sofí negándose con una sonrojo mayor, y aun con el tenedor entre los dientes.

-¿Segura? No es problema, antes lo hacia con Hermione, pero desde que crecio se las arregla bastante bien. Extraño esos desordenes que parecen puzzles- dijo su mamá con tono maternal.

-¡Mamá!- medio grito Hermione al revelar que no siempre fuer ordenada.-No te preocupes cualquier cosa que Sofí yo la ayudare-

-Okey, okey, eso me pasa por ofrecerme- dijo su mamá fingiendo tristeza.

-Y si a mi se me ofrece "algo", tu podrías… ya sabes- dijo su papá con cierto toque pícaro- "Ayudarme"-

-¡No empiecen!-dijo Hermione al ver la mirada sonrojada de su mamá y como Sofí volteaba a otro lado, como si hubiera visto algo que no debía.

-¿Que tiene que me ayude?-pregunto su padre alzando amabas cejas- Después de todo… ahora con Sofí aquí, hemos comprobado que eres buena Hermana mayor-

-Por Merlín-dijo Hermione frotándose las manos sobre la cara- No están muy grandes para eso.-

-Para "eso" no ahí edad, ya lo descubrirás, solo ninguna de las dos me haga abuela tan rápido- dijo su mamá levantándose- Y antes de que les demos una cátedra completa de sexo seguro, es mejor que nos vallamos a trabajar-

-Gracias- dijeron amabas chicas, tan rojas como un tomate.

Después de que sus se despidieran para irse a trabajar, entre Hermione y Sofí limpiaron, lavaron y escombraron el desastre que hizo su padre al cocinar. Para luego subir directo a la habitación de Sofí donde todo seguía igual de tirado, con un poco mas de media hora la recamara quedo limpia ordenada y semi vacía. Ya que Hermione no dejo que Sofí retirara algunas mudas de ropa, como dándole a entender que en algún momento regresaría a esa casa y que a partir de ese verano, esa habitación seria de ella.

Después de que guardaran las cosas de sus padres y de Sofí en el monedero, fueron a ver como guardaban la inmensa cantidad de periódicos, notas, cartas y medas datos sobre los acontecimientos del inicio de esa guerra. Asesinatos, destrozos, robos e incluso desapariciones de magos ocurrían todos los días. Como Ollivanders, que apenas dos días después de que ella regresara a su casa fue secuestrado de su misma tienda, el lugar fue destruido e incendiado, solo quedando un local vacío, un recordatorio de que tan mal estaban las cosas.

-Eso son los movimientos de Voldemort, ¿Y lo de Harry?-pregunto Sofí mientras pasaban cada articulo con mucho cuidado a una pizarra de corcho que Hermione tenia desde niña.

-Ahí- señalo Hermione sobre su buró, donde descansaba los artículos del profeta que mencionaban a Harry, cuando lo nombraron héroe o elegido y el articulo de su muerte.- No es mucho, incluso en los periódicos de otros lugares no ahí mención, ni señales de el. He tenido correspondencia con Viktor, paro parece que en Durstrang no saben nada y Fleur me dijo que Gabrielle no ha escuchado ni mención de Harry en las redes de chismes de Bouxbatons, y por lo que se… ni en Uagador, Mahoutokoro y Castelobruxo ocurrió algo que merezca la pena mencionar.-

-¿Mahouto qué?-pregunto Sofí extrañada.

-Las escuelas de magia mas renombradas en el mundo.- respondió Hermione soltando un suspiro.- Claro sin contar Pendragon. Para el tamaño de las demás escuelas mágicas, Pendragon es solo una tontería, aun no llegamos ni al nivel de la menos prestigiosa-

-¿Mágicamente o en alumnos?- pregunto Sofí cruzándose de brazos.

-De todas las formas conocidas- dijo Hermione tomando uno de los últimos artículos de la pared, descubriendo el color crema de la habitación- Necesitamos mejorar mucho mas, si pudiéramos llegar a ser de los primeros de Hogwarts...-

-Pero tampoco somos los peores, eso debe contar- dijo Sofí algo molesta.

-Lo se, aunque debemos mejorar mucho antes de que regrese Harry- respondió Hermione no prestándole enserio.

-Por eso vamos a la madriguera ¿No?, para trazar un plan de estudios y una estrategia contra Voldemort- dijo Sofí mirando el ya acabado pizarrón, mucho mas comprimido que en la pared y luciendo mucho mas desastroso.

-Correcto-

Pasaron el resto de la tarde viendo películas, algunas donde se veía magia, como "Matilda" que hicieron suposiciones que seguro le llegaba carta de Ilvermony en cuanto cumpliera 11. Otras donde el tema no llamaba la atención y lo tomaron para hacer palomitas y traer algo que tomar. Al llegar sus padres se unieron a su pequeña calma, esa momento de relajación antes de ir a donde los problemas estarían a la vuelta de la esquina. Su padre como todo buen amante de la ciencia ficción trajo una nueva película, la cual era Hombres de Negro (Men in Black) y todo ese relato de alienígenas y mundo oculto a personas comunes le recordó un poco a su situación.

La noche cayo con tal rapidez que nadie se dio cuenta, la hora del reloj marco el número once y la farola que había enfrente de la ventana se apagó. Hermione se quedo callada, pues como una alarma sintió la presión que ejercía una parecencia mágica afuera y era muy fuerte de eso no había duda. Y lo sentía por que Harry paso días, semanas y algunos meses enseñándole únicamente a ella como detectar magia, aunque no lo hacia del todo como Harry le explico que se sentía, podía percibir las presión de la magia. Se enderezo, y con la mirada dio a entender a sus padres que ya era hora. Una alta figura oscura con lo que parecía una ataviada con una capa larga y ondeante paso delante de la ventana.

Su madre se levanto con tranquilidad, sus pasos resonaron directo al recibidor, justo antes de que el timbre de la puerta sonara. Y se levanto al mismo tiempo que su padre, y Sofí.

En el recibidor la voz servicial de su madre dijo.

- Buenas noche profesor Dumbledore, es un placer volverlo a ver. Pase, la noche esta muy fría-

Ese tono lo había conseguido después de tantos años atendiendo a pacientes y de ser una odontologa que necesitaba mucha paciencia y dedicación.

-Buenas noche, el placer es todo mio, e venido a recogerlos.-

Hermione tomo la mano de Sofí que reacciono un poco al oír la voz del profesor, supuso que se acordó que la anterior vez que lo vio ella lo habita retado junto con varios Pendragon. Le infundo algo de su fuerza antes de mantenerse sera y firme como siempre.

Los pasos resonaron, antes de que viera a su madre con una mirada algo alegra, seguro que era por que el profesor dijo "e venido a recogerlos" y no " e venido a recoger a las chicas". En el umbral se perfilo un hombre alto y delgado, de barba y cabello plateados hasta la cintura; llevaba unas gafas de media luna apoyadas en la torcida nariz e iba ataviado con una larga capa de viaje negra y un sombrero puntiagudo. Su padre de inmediato fue a donde estaba Dumbledore, le tendio la mano y dijo.

-Buenas noches, es un placer tenerlo en nuestra casa. Justa algo de tomar o unos aperitivos, seguro el viaje fue cansado. Pero déjeme decirle que si son los aperitivos de mi esposa, espero le gusten algo quemados.-

-¡Dany!- dijo su mamá con tal fuerza que se puso roja.

-No muchas gracias, estoy bien y casi aseguro que Molly no espera con grandiosos manjares -dijo Dumbledore quitándose el puntiagudo sombrero y mostrando una sonrisa esplendorosa -Aunque estoy seguro que me gustaría mucho probar la comida de su esposa-

-Profesor, ¿Como han estado su verano?-pregunto Hermione sacudiendo la mano en un saludo.

-Un poco pesado, la verdad. He tenido reuniones insoportable con Ruffus, pero espero que a partir de ahora todo mejore- contesto el profesor y por su expresión de fastidio todos supieron que decía la verdad. - Pero es una alegría saber que los muggles tienen mejores modales que los magos, aun ahí días en los que yo mismo tengo que hacerles ver que es de buena cortesía ofrecer algo a los invitados, incluso una vez me dejaron en el umbral de un Mansión por mas de dos horas.- rectificó e con simpatía-Permítame decirle que sus Cannas están creciendo muy bien. Son plantas magníficas.-

-Ya vez, te dije que eran bonitas- dijo su mamá con una sonrisa petulante dirigida a su padre.

-Me siguen pareciendo plantas pecosas- respondió su padre, abrazándola por la cintura y plantando su rápido beso en sus labios.

-Por cierto, aun detecto que alguien no me ha saludado. ¿Como ha estado señorita Potter?-dijo el profesor dando una mirada a Sofí la cual se puso un poco detrás de Hermione, como si fuera penosa, aunque no lo era para nada.

-Hola profesor, yo… es que… lo siento. Podría decirme solo Sofí, Señorita Potter me hace sentir algo rara- dijo con la voz baja.

-Lo lamento, quisiera, pero tiene que acostumbrarse, después de todo es un regalo de Harry para usted- dijo Dumbledore caminando un poco, pasando su gran y arrugada mano por la cabeza de Sofí que aunque lucia algo indecisa le agradeció con una sonrisa.- Pero creo que es momento de que tomen sus cosas, y estén listos ya que tenemos que irnos de inmediato el viaje sera algo duro-

Al parecer, esas palabras provocaron en sus padres miradas, Hermione hacia mucho les contó de la desaparición y como ahora ella sabia toda la teoría. Pero era evidente que no les emocionaba el desaparecer de un lugar y llegar a otro si era necesario sentir que eran exprimidos y que sus pulmones se llenaran de agua, en su opinión, cualquiera método de viaje que requiriera algo de sufrimiento no les era de agrado.

-Solo déjenos tomar los suéteres -dijo su mamá casi corriendo hacia arriba donde seguro regresaría con todos los necesarios o mas de los necesarios.

Dumbledore curioso, miro los retratos sobre la chimenea y Hermione no pudo contener morderse el labio interior. Alzo un cuadro y sus preocupaciones se hicieron realidad.

-Toda una artista desde niña- dijo el profesor, señalando una foto donde se encontraba pintando con las manos, el cabello pintado de varios colores y haciendo un estropicio monumental.

-Si, nuestra hija es la mejor. Aunque algo mandona-

-¡Papá! No digas que no te he advertido- dijo Hermione acalorada.

-OH- salto Dumbledore alzando una revista del sofá.- Una revista de tejido, me encantan, los puntos y cuentas, para hacer algo lindo y magnifico. Es una actividad muy entretenida-

-Es de Hermione, desde que su abuela le enseño a tejer, no ha parado de hacerlo. Por eso tenemos varios de estos- dijo su madre regresando y alzando un par de suéteres de colores diferente con diferentes formas y cada uno diferente de otros.

-O merlín, también tu mamá- dijo Hermione ya ocultando su cara entre sus manos.

-¿No… no nos vamos, señor? -preguntó Sofí con algo de tristeza.

-¡ahh!, si, si, es hora de marcharnos- anunció Dumbledore al tiempo que veía la revista.

-Puede quedarse la si quiere- añadió Hermione intentando que al profesor se le olvidara la conversación de sus padres.

-Muchas gracias señorita Granger, a decir verdad las colecciono. Es un viejo habito- dijo Dumbledore levantando su larga capa y metiendo la revista adentro.- Con su permiso-

Paso con paso apresurado por la sala y fue directo a la puerta, donde la abrió y con todos siguiéndole, mientras Hermione apretaba su monedero con fuerza. Sabiendo que al salir de su casa, le esperarían muchos problemas y cosas nuevas, algunas de ellas que le traerían dando vueltas a la cabeza todo el tiempo. Sin embargo también sabia que al salir, estaría mas cerca de que Harry regresara y de la hiciera su esposa. Pues ahí en su dedo anular de la mano derecha aun estaba el anillo plateado, rosa y rojo que deslumbraba a la luz del recibidor. Llevo su otra mano al anillo acariciándolo, se sentía aun extraño en su mano derecha, pero esperaba que pronto cambiara a la izquierda.

-Listos- dijo Dumbledore ya afuera.- Es hora, adentrémonos en la oscuridad y vayamos en busca de la aventura, esa caprichosa seductora.-

Alzo la varita y pareció hacerle la parada a algo, dos luces comenzaron a acercarse a toda velocidad por la calle.

-El noctambulo no, el noctambulo no- dijo Hermione gimiendo de preocupación.

El autobús se detuvo delante de ellos mostrándose casi vacío y solo llevaba un par de brujas, un tipo dormido, Ernie conduciendo con algo de ojeras y un nuevo cobrador. No era aquel sujeto que nombro Neville a Harry, mas bien era una chica.

-Bienvenido al autobús noctámbulo, transporte de emergencia para el brujo abandonado a su suerte. Alargue la varita, suba a bordo y lo llevaremos a donde quiera. Me llamo Violet MiClare . Estaré a su disposición esta noche. ¿Cuantos van a ser y a donde?-dijo la chica con una sonrisa enorme y luciendo dispuesta a dar un servicio excelente.

-Cinco, a las afueras del pueblo muggle de Ottery St. Catchpole- dijo Dumbledore con una sonrisa a la chica.