Feliz Navidad... adelantada... o atrazada... depende de ustedes.
Solo estoy aqui para darles el siguiente capitulo, contestar comentario y estar con ustedes antes de Navidad.
Tal vez no publique antes de año nuevo, así que FELIZ AÑO NUEVO. Si les doy un capitulo antes puede que sea por que tuve tiempo de escribir... de otra forma creo que estaré con ustedes hasta Enero. Espero poder hacerlo antes.
FELIZ NAVIDAD, FELIZ AÑO NUEVO Y DISFRUTEN.
SU AMIGO CAOS.
El derecho de los personajes son de J. K. Rowling.
Capitulo 62.- El resultado del esfuerzo.
En aquel lugar el tiempo parecía correr mas rápido de lo común, por que en tan solo una hora, el sol paso de estar en su punto mas alto a casi ocultarse por el horizonte. El verde del pasto se teñía de colores anaranjados, el gran y hermoso lago que destellaba como espejo cuando apareció ahí, ahora se veía oscuro y de algún modo helado, a la lejanía el horizonte, de un rojo sanguinolento, indiciaba que el atardecer no duraría mas tiempo. Recordaba esas visiones de Harry sobre Nimue y como ella le dijo "El tiempo se termina". ¿Seria lo mismo en esta ocasión?
Apretó los brazos de Harry con sus manos. De un momento a otro sintió la tensión de el también, como aferro sus brazos y la atrajo a su pecho, mientras dejaba caer el mentón sobre su hombro. El rojo se trasformo en morado y entonces en loquesco. Giro para ver a Harry que tenia una mirada de puro dolor, mientras que la miraba con suplica.
-Estoy intentándolo, de verdad, estoy haciendo mi mayor esfuerzo- dijo la voz de Harry. Esa voz que no había escuchado en semanas, aquella acción le dio un poco de calma, casi como si le quitaran mucha tristeza de su corazón.-cumpliere mis promesas. Tengo que regresar con mi familia, tu, Sofí, Ron, Sirius, los Weasley, Luna, Neville y todos los demás Pendragon-
-Sabes bien que lo se-Contesto Hermione abrazándolo y escondiendo la cara en su hombro- Pero me siento tan sola, no estas aquí y no se si pueda...-
-Si eres tu, lo puedes hacer todo- dijo Harry acariciándole el cabello- No por nada me enamore de ti, la bruja mas lista del siglo-
-Idiota, ¿Tienes que ser así de lindo incluso en este sueño?-pregunto Hermione alzando la vista llorosa.
-Que un sueño me recuerde que es un sueño, es extraño… aunque seria lo mas lógico que tu lo sepas- dijo Harry soltando una leve risa.
-No, tu eres el sueño. Mi sueño- dijo Hermione acercándose sin poderlo evitar, apunto de darle un beso.
-Y tu el mio- contesto Harry rosando sus labios.
Su cabellera azabache le llamo la atención, como siempre lucia desordenada y esa sensación de calidez le daba un confort que nadie mas.
-¡HERMIONE NO!-Grito la voz de una chica.
Se encontró con una situación poco cómoda. Estaba abrazando a Sofí, que tenia el cabello negro revuelto una mirada aterrada y empujaba con la palma de su mano su rostro que estaba muy, muy, muy cerca de sus labios de ella.
-Reservo mi primer beso para otra persona, es mas lo reservo para un chico- dijo Sofí con la cara roja y casi saliendo le vapor.
Como un resorte Hermione la soltó, se alejo y se incorporo en la cama. Estaba en el cuarto de Harry en la madriguera, apenas y recordaba como había llegado de la cocina ahí, pero algo era seguro, Harry no se encontraba junto a ella. Se sentó al canto de la cama, con las manos en la cara e intentando no olvidar la sensación de las caricias de Harry.
-Tranquila no pasa nada- dijo Sofí arrodillada en la cama, abrazandola.- ¿Soñabas con el?-
Ella reacciono regresando el abrazo con fuerza mientras que intentando parecer la mayor de ellas dos, pero agradecía que Sofí le diera ligeras palmaditas en la espalda.
-Fue tan real-contesto Hermione abatida por su sueño.- Se sintió tan real-
-Todo esta bien- dijo Sofí con una triste sonrisa- Ya paso-
Hermione se aparto un poco y le agradeció con la mirada, antes de ver que su cuñada tenia el cabello muy despeinado, también que el cuarto se iluminaba por el comienzo de un nuevo día. Miro de soslayo por la ventana, el sol se levantaba al contrario de su sueño, el rojo paso a naranja con una velocidad rápida, antes de darse cuenta la luz golpeo el cuarto.
-Esta haciendo todo por regresar- dijo Hermione calmándose.- Tu hermano no nos dejara solas, es muy terco-
-En eso tienes razón- dijo Sofí con una media risita.
Necesitaba la cabeza mas clara que nunca, tenia mucho que hacer antes de entrar a Hogwarts y si todo iba como ella planeaba, podrían obtener el ultimo Horrocrux antes de abordar el expreso. Con Sofí a su lado de inmediato se recompuso, y se levanto de la cama. Quería regresar a soñar con Harry, pero le seria imposible dormir a esa hora. Después de casi obligar a Sofí que se levantara de la cama, de escombrar un poco,y vestirse estaban a punto de ir a abajo a ver a Ron y contarle toda su charla con Dumbledore. No fue necesario bajar.
-¡'Hegmione'!- dijo una voz algo aguda.
Le puerta se abrió de golpe y dejo ver a una mujer con el pelo rubio platinado, facciones finas y labios rosas. Casi la perfección de mujer que todos tenían en mente. Fleur entro dando grandes zancadas, la francesa le dio un beso en cada, ella se quedo de piedra y solo apretó los puños para no gruñir de enojo. Fue entonces que se percato que tenia un poco húmedas las mejillas y que Fleur tenia los ojos algo rojos ¿Que le pasaba?
-¡Lo lamento! ¡De vegdad, lo lamento mucho!- gimió Fluer con las manos en la boca y con algunas lágrimas bajando por las rosadas mejillas.
-¡Fleur, no seas imprudente, Hermione seguro acaba de despertar!- dijo la voz de la señora Weasley entrando agitada al cuarto, seguido de Ron y Ginny.
Miro a Ron que le agito la mano al igual que Ginny, pero no les presto verdadera atención al sentir como Fleur la abrazaba con mayor fuerza y can fuerza jalaba de su nuca para que recostara su cabeza en su pecho. Cosa que no mejoro su animo, al contrario esta vez si que gruño.
-¡'Es teggible, tgiste, muy tigste'!, ¡'No puedo ni imaginag lo dologoso que debe seg paga ti'! -continuo Fleur sin darle tiempo a nadie de reaccionar, menos Sofí que lucia incomoda al no conocer a la francesa. -'Pego tganquila, todos estamos aquí paga apoyagte. De vegdad que no tienes que aguantag el desahogagte'-
-Fleggrrrr- dijo Ginny de un modo tosco y remarcando la "r" de forma casi grosera.- ¡Deja en paz a Hermione!-
-Es mejor que nos...- comenzó Ron rodando los ojos.
-¿De que están hablando?-pregunto Hermione ya harta, y mucho mas al ser abrazada y jalada por Fleur mientras le intentaba consolar, por alguna cosa.
-¡'OHHH, pobgecita'!- dijo sollozando- ¡'Aun esta catatónica pog la noticia'!, ¡Cuanto lamento esto, mas ahoga que mi Bill y yo estamos a punto de'...-
-No Fleur, ahora no- dijo Ron avanzando e intentando llegar a ellas.
Hermione ya no resistió mas su enojo, aparto un poco a Fleur haciendo que dejara de llorar y le mirara atónita, tal vez por el semblante de enfado con entre cejo muy fruncido y los labios apretados, tanto que estaban blancos.
-¿QUE AHORA QUE?- grito sin medir su tono.
-¡¿No lo sabes?!- pregunto Fleur mirando detrás de ella, a la señora Weasley que negaba y Ron que se rascaba un brazo.
-No lo creímos prudente- dijo Ginny con enojo.
-¡'Meglin'!- dijo Fleur cambiando a un semblante pálido y retrocedió unos pasos- ¡'no ega mi intención, yo solo quegia que supiegas que estaba contigo, que Haggy era también mi...'-
Hermione se paralizo, ¿Harry era su que? Se cuestiono comenzando a enojarse enseguida miro a Fleur que escondió la cara entre las manos y gimoteo. Espero un segundo, abriendo su mano derecha y empezado a sentir ganas de estamparla contra la perfecta cara de la rubia, solo que ella levanto los ojos y se veía impotente.
-'Haggy me salvo, me salvo de mogig a manos de "el que no debe seg nombgado" y en el labeginto mas de una vez. Ega mi amigo, yo soy una inútil, no puge ni ayudaglo una sola vez'- gimió Fleur escondiendo de nuevo su rostro.- ' Le dije que solo ega un niño, me demostgo que me equivocaba y… lo siento… no ega mi intención-
-¿Que no era tu intención?-mascullo sintiéndose ya tonta no entender nada, y si Fleur no respondía ya, le daría una bofetada de la cual no se olvidaría cuando comiera.
-¡Hermione, no es momento para escucharlo!- dijo Ron mirándola directo, luego bajando la mirada a su mano, ella por instinto siguió su mirada encontrándose con el anillo de compromiso.
¿Que tenia que ver su compromiso, con Fleur?
Avanzo observando la mirada de advertencia de Ron, el cansancio de la señora Weasley, el enojo de Ginny e incluso a Sofí que aun lucia incomoda.
-Digan me- ordeno Hermione, por alguna razón su voz sonó diferente. Ya conocía su voz de mandona… por así decirlo, esta fue diferente una mucho menos fastidiosa y mas autoritaria. Al segundo todos asintieron.
-¡'Me voy a casag'!-dijo Fleur en un tono muy bajo que apenas fue escuchado por Hermione.
En cuando la palabra "Casag", salio de los labios de Fleur, su mente trabajo a todo ritmo para comprender. Tal vez era el tono francés de Fleur, o que dijera la "r" como una "g", pero tardo un poco en asimilarlo. De inmediato sintió que su mano derecha pesaba mucho, y en dedo anular se le enfriaba de un segundo a otro, sus ojos giraron a ella encontrando el anillo resplandeciendo de rojo y rosa. Lágrimas presionaron contra sus ojos. Recordó su compromiso con Harry, mas ahora pensaba que su futuro estaba desmoronándose. Sonaba egoísta, pero ella era la que tenia que estar pensando y planeando su boda. Apretó el puño, cerro los ojos y sacudo la cabeza, soltando unas lágrimas que cayeron sobre el piso, respiro profundo y luego exhalo con lentitud, hizo el proceso tres veces mas antes de sentir que las lágrimas se retiraban. Al abrir los ojo vio que la miraban con atención.
-¡Felicidades!- dijo Hermione sin mucho animo.
Abrieron la boca de forma muy cómica.
-¡¿Que?!- gimió Fleur, Ginny y la señora Weasley. Sofí jugueteaba con la punta de sus largo cabello mientras que le miraba de forma inquisitiva. Ron por su parte exhalo y se cruzo de brazos.
-Es bueno que Bill y tu al fin se comprometas- dijo Hermione dando una ligera sonrisa a Fleur.
-¿No estas furiosa?-pregunto Fleur temblando, a pesar de que el sol ya calentaba la habitación.
-¿Por que debería estarlo?-pregunto Hermione tomando la mano de ella, sosteniéndola entre las suyas, sintiendo las manos frías de Fleur, el anillo y como se tensaba con su toque- No estoy enojada… algo celosa si soy sincera. Quisiera que el estuviera aquí para que pudiera ser tan feliz como tu.-
Fleur apretó sus manos, ella sonrío, solo un poco.
-De cualquier forma te felicito por parte de ambos- dijo Hermione soltándola, caminando a la puerta con paso lento, pasando entre Ron y Ginny. Seguida de Sofí que aun le miraba con insistencia.
-¿Ambos?-pregunto la señora Weasley.
-Mía y de Harry- dijo Hermione ignorando la mirada e Ron.- No te preocupes, antes de que sea la boda el estará de regreso con nosotros. Una ultima cosa-
-¿Que?-pregunto Fleur.
-Si quieres pagarle algo a Harry, no le digas "el que no debe ser nombrado". Llámalo por su nombre, Voldemort- dijo Hermione dejando a todos con la boca abierta.
Continuo caminando por el pasillo rumbo a los pisos inferiores, escuchando como Sofí y alguien mas le seguía, por el sonido de los pasos y el leve quejido que daba, seguro era Ron.
-¿Estas bien?-pregunto Ron al empezar a bajar las escaleras.
-Eso fue generoso y valiente- dijo Sofí tocándole el hombro.
Hermione freno con la mirada perdida en los escalones, sus piernas temblaron tanto que estuvo a punto de caer por todas las escaleras, su hombre se pego a la pared y se aferro con la mano contraria. Enfocaba y desenfocaba, sintiendo el latir de su corazón en los oídos mientras que se esforzaba por mantenerse completa.
-¿Por que lo hiciste?- pregunto Ron pasándola de lado, mirándola durante un segundo.- No me mal entiendas, fue noble felicitarla y valiente el confesar lo que sentías, pero… - dio un espacio bastante amplio-...eso no es lo que queras hacer-
-Ron, ¿Crees que es momento para eso?-pregunto Sofí mirando a Hermione con atención.
Seguía sujeta a la pared, sintiendo que si tan solo se alejaba un milímetro caería sin control alguno. Trago y volvió a respirar para tranquilizarse.
-Entonces ¿Que es lo que piensas Hermione? Por que siendo sincero, no entiendo...-
-No puedo derrumbarme- dijo al sentirse un poco mejor- No debo dejarme llevar por todo el dolor que siento, no ahora… me necesita… me necesita para sostener su peso. No debo dejar que Voldemort se haga mas poderoso, no dejare que deshaga todo por lo que Harry esta luchando, por todo lo que tubo que pasar- dijo Hermione subiendo la vista, enfocándose en mirar a Ron que la veía con una expresión algo enojada.- Voldemort no puede hacerse del ministerio de Londres, si lo hace no solo el reino unido correrá peligro, si no todo el mundo mágico-
-Entiendo. Pero no intentes actuar como el- dijo Molesto -Harry no empezó esto para proteger a todo el mundo. Solo por una cosa lo ha echo, una y otra vez a puesto su vida en peligro por una sola meta. Y no es salvar a todo el mundo-
-¿Que es entonces?-preguntaron ambas viendo a Ron.
Soltó un suspiro y se sobo el cuello. Las miro y sonrío un poco.
-Cuando ambas lo descubran entenderán por que mi principal meta ahora es… cuidar de ambas- dijo Ron bajando los escalones con total calma.
-No necesitamos que nos protegían- dijo Sofí molesta.
-Yo las protegeré de ustedes mismas- dijo Ron bostezando- ¿Que habrá preparado mamá para desayunar? Tanto alboroto me dio hambre-
-No salgas con esa- dijo Hermione ya sintiendo la piernas y alcanzándolo saltando los últimos 3 escalones.- A que te refieres-
-Por cierto ¿A que hora llegaron ambas?-pregunto Ron intrigado.
Por un segundo Hermione dudo si lo dicho por Ron fue un ataque de filosofía o nada mas palabras que estuvo practicando todo el verano solo para simular madurez. No dudaba que Ron fuera listo, por lo menos tácticamente, de otra forma no seria tan bueno en ajedrez o incluso que Harry lo considerada el estratega principal en el asalto al Ministerio. Pero dentro de ella algo de lo que dijo Ron le hizo eco una y otra vez.
Harry no quería salvar al mundo mágico, ni siquiera quera ser un héroe, lo hacia por una meta, por una sola cosa. ¿El que? Aun no lo descifraba por completo. Estaba tan metida en sus pensamientos que no escucho cuando las voces lejanas de la cocina se encontraban junto a ella.
-Buenos días ¿Que tal durmieron?-pregunto su madre junto a ella, mientras comenzaba a servir varios platos sobre la mesa- El desayuno estará en unos minutos-
-¡Genial!- salto Ron con una sonrisa- ¿Que hay?-
-Panqueques- dijo su padre con el mandil de la señora Weasley y la cara llena de harina- Hermi ¿Sabias que aquí el fuego puede mantenerse a una sola temperatura y que puedes ordenarle a esta espátula cada cuanto voltear las cosas? Quiero dos para navidad-
Hermione, Sofí, incluso Ron comenzaron a reír ante su fachada, principalmente por que lucia extraño con el mandil de la señora Weasley y con toda la harina en su cara casi lucia como un fantasma.
-¿Dos? ¿Para que quieres dos?-pregunto su madre curiosa.
-Uno para cocinar y el otro para cantar- dijo su padre algo rojo.
Tomaron asiento, escuchando como su madre aguantaba la risa, minutos después ambos subieron por Fleur, Ginny y la señora Weasley. Que en ese momento eran los únicos
-Tus padres son geniales- dijo Ron mientras desayunaban los panqueques de distintos sabores.- Creo que son muy divertidos-
-Espera a que los conozcas bien- dijo Hermione bufando- Son aveces un poco...-
-Raros- continuo Sofí desde su otro lado- ¿Que es lo que haremos ahora?.-
-Desayunar- dijo Ron sirviéndose mas panqueques.
-Me refiero a ¿Cómo haremos el trabajo que nos dejo Harry?- pregunto Sofí molesta.
-Necesitamos ir al callejón Diagon y hacer que nos dejen solos- dijo Hermione mirando a Ron.
El solo metió otro pedazo de panque dentro de su boca.
-Echo- dijo alzando una ceja pero con la boca llena.
-Trágate eso Ronald- gruño Hermione molesta.
-¿Y para que?-pregunto Sofí comiendo con lentitud.
- Para reunir a los Pendragon- declaro Hermione alzando la muñeca y mostrando el reloj biblioteca- Necesito entregarles algunas cosas a cada uno-
-Ya veo...- dijo Sofí llevándose una mano a la barbilla- Puede que no sirva mucho mi ayuda, pero haré mi mejor esfuerzo-
-Para ti, te tengo un trabajo especial- indico Hermione sonriendo le- Esta noche te diré cual-
Al poco tiempo todos estaban desayunando, sus padres conversando con entusiasmo a la señora Weasley y Fleur, mientras ellos terminaban. Comían tranquilos, después de todo Hermione tenia planeado contar las platicas a Sofí y Ron, para entregarle a ambos lo que les tenia preparado, esperando que ambos estuvieran dispuestos a seguir sus indicaciones.
Lo menos que esperaba era que tocaron la puerta de la cocina trasera. La señora Weasley miro a Fleur que miro a sus padres, ellos notaron la preocupación en sus ojos, tanto que se tensaron. Sofí miro a Hermione y Ron, que de un solo movimiento sacaron la varita y apuntando con discreción a la puerta. Nadie iría a la madriguera a esa hora, o no por lo menos aquellos que conocían la cubicaron de la casa.
-¿Quien es?-pregunto la señora Weasley temerosa y sin soltar el pomo de la puerta.
-Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore- contesto la voz del profesor-
-¿Profesor?-pregunto Ron y Sofí.
La señora Weasley ya estaba dándole vuelta al pomo cuando Hermione salto de su asiento, de cinco zancadas alcanzo la puerta y la cerro de golpe. AL estar entre abierta hizo un ruido seco.
-¡Hermione Granger!- dijo su madre exaltada.
-¡¿CUALES FUERON LAS ULTIMAS PALABRAS QUE NOS DIJO ALBUS DUMBLEDORE A HARRY POTTER?!-Pregunto Hermione silenciando a todos.
-¡Como siempre! ¡Perfectamente pensado!- Dijo el profesor desde el otro lado.- ¡Molly apreciaría que la siguiente vez, no seas tan confiada, incluso debes tener cuidado conmigo! ¡Hermione es impresionante!-
-Responda- dijo Hermione apuntando la puerta- Atacare en 10 segundos-
-Lo ultimo que le dije a Harry fue: "Escucha Harry, no eres tu"- dijo Dumbledore serio.
-Es el- dijo la señora Weasley dejando salir aire.
-ERROR- Grito Hermione moviendo la varita haciendo que la puerta temblara- He preguntado ¿CUALES FUERON LAS ULTIMAS PALABRAS A HARRY POTTER?-
-¿Las ultimas?-pregunto Dumbledore con voz desconcertado- Lo ultimo se lo dije solo a el y...-
-5...4...3...2...-contó Hermione con la punta de la varita iluminada de un hechizo color morado.
-"No Harry, no puedo, por que yo te aprecio" fue lo ultimo que le susurre- Dijo Dumbledore desde el otro lado con rapidez.
-Correcto-contesto Hermione esperando, el profesor no dijo nada mas.
-¿Que sucede por que no abres Hermione?-preguntaron sus padres.
-Falta que el pregunte- dijo Hermione alzando un poco la voz para hacerse escuchar.-Su pregunta profesor-
Un segundo de silencio seguido de la voz de Dumbledore.
-¿Cuantas vueltas son necesarias para salvar a mas de un inocente?-pregunto el profesor con voz tranquila.
-Tres-contesto Hermione paro abruptamente de mover la varita y la bajo. Al abrir la puerta, el profesor estaba parado en la entrada, con un semblante confundido
-¿Es en serio? ¿Eso que significa?-pregunto Ginny muy confundida.
- Es… complicado de explicar- dijo Ron haciendo la cabeza hacia atrás, mientras bufaba.
-Muy buenos días a todos- dijo el profesor Dumbledore con amabilidad.
Lucia cansado, con la misma ropa del día anterior, incluso se podía ver como lucia un poco mas sucia, casi como si hubiera estado viajando de un lugar a otro y levantando polvo y demás cosas. Paso con una sonrisa enorme.
-¿Cree necesario hacer eso siempre?-pregunto Ginny a lado de su madre, casi queriendo alejarse lo mas posible de Fleur.
-Por su puesto, fui participe de la idea en mandar folletos a todos los magos del reino unido- dijo Dumbledore quitándose la capa de viaje.- Inclusive me enviaron uno. Esperaba lo encontraran útil-
-No mucho.-dijo la señora Weasley algo apenada- No creí que fuera muy eficiente ese método-
-Ya me lo imaginaba. Me alegra saber que Hermione es capas de reaccionar tan rápido. Molly debiste preguntarme, por ejemplo, cuál es mi mermelada favorita.-
-¿Para que sirve todo este procedimiento?-pregunto su padre cruzado de brazos.
-Ya sabe, para comprobar que soy el verdadero profesor Dumbledore y no un impostor. Ahí un montón de formas de pasar desapercibido y mas aun convertirse en otra persona-
Su padre no lucio muy complacido con la respuesta, estaba segura que mas tarde le preguntaría al señor Weasley sobre esos métodos para convertirse en otras personas.
-No se me… -empezó Molly, Hermione no entendia si estaba sorprendida o avergonzada.
-Para la siguiente vez, quiero que todos sepan que mi mermelada favorita es la de frambuesa. Aunque, evidentemente, si yo fuera un Mortifago me habría asegurado de averiguar mis propias preferencias respecto a las mermeladas antes de hacerme pasar por mí mismo.- dijo Dumbledore con una sonrisa enorme.
Como muchas otras veces Hermione no entendió si el profesor hablaba en serio o simplemente les tomaba el pelo. Pero por su parte ella se grabo el dato. Se sintió algo extraña, pese a que durante todo el año anterior se dedico a tener reuniones recurrentes con el profesor, verlo dos días seguidos era un poco extraño. Mas aun cuando la miraba de tal forma como si la única razón de regresar a la madriguera fuera ella. No dejaba de pensar en las palabras de la noche anterior donde le dijo que estarían en contacto, si regresaba era por algo, y eso solo significaba problemas. En ese momento se sintió un poco alegre, si la necesitaba podría alejar su mente de la boda de Fleur, de los datos que le inundaban la mente y sobre todo de el sueño que tubo con Harry.
-¿Gusta algo de desayunar?-pregunto la señora Weasley ofreciéndole una silla de la mesa.
-Muchas gracias, no saben la noche que he tenido, no he parado en nada- dijo Dumbledore tomando haciendo y quitándose el sombrero y dejándolo sobre una punta de la silla.- ¡Excelente panqueques!-
El plato de Dumbledore se lleno tan rápido como se vacío, el profesor comía con rapidez y aun así cuidando sus modales.
-'¡Pgofesog no quiero seg gosega!, pego ¿Pog que esta aquí de nuevo?'-pregunto Fleur intrigada.
-Me pregunto lo mismo- dijo Dumbledore dejando de lado su tenedor, el frasco de mermelada de frambuesa que medio vacío y miro a Fleur- Anoche tuve un recuentro con un conocido, solo que no fue como yo quisiera, y como supuse desde el principio necesito ayuda-
-En lo que podamos profesor- dijo su madre como siempre dispuesta a ayudar.
-Podrían prestarme a su hija- dijo Dumbledore sonriendo a sus padres, pero con los ojos puesta en ella- Necesito que me ayude con mi viejo colega-
-Pero dijo que no dejáramos que nadie saliera de la madriguera- dijo la señora Weasley un poco aterrada- o no hasta que estén partiendo a Hogwarts-
-Es un caso especial Molly, lo he intentado anoche y falle- dijo Dumbledore con cansancio- Ahora quisiera que ella venga conmigo y lo intente-
-¿Por que ella?-pregunto su padre un poco rudo- No tiene a otros alumnos que lo ayuden-
Dumbledore lo miro, ladeo la cabeza como si pensara, luego negó.
-Lamentablemente todo alumno actual de Hogwarts terminaría con mi mismo fracaso, en cambio ella lo lograra-
- Si un mago tan experimentado como usted, tan poderoso e inteligente a fracasado. ¿Por que cree que mi hija lo lograra?-pregunto su madre luciendo agresiva.
El único sonido que sonó fue el de fuego que crepitaba en la chimenea.
-Le juro por mi magia que no sera arriesgado -aseguro Dumbledore mirándolos con seriedad, brillando sus ojos con total calma.
-No ira- dijo su padre apretando las manos- Quedamos que ella estaría a salvo aquí, y apenas llegamos nos dice que se la llevara a hacer algo en lo que usted fallo. ¿COMO QUIERE QUE ESTEMOS TAN CALMADOS COMO USTED?-
Hermione se mordió el labio por el interior, sus hombros se tensaron, mientras intentaba mantener su vista en la discusión que se empezaba a formar. Dumbledore le sostuvo la mirada por uno segundos.
-No quiero que estén calmados, jamas pediría a un padre que dejara ir a su hijo así de simple. Solo les pido que confíen en que la regresara totalmente a salvo-
- ¿Confiar? ¿Como podemos confiar en un adulto que deja a un niño en manos de personas que lo aborrecen? ¿Como confiamos cuando usted dejo a tres alumnos ir por un objeto que debió destruir desde el principio? Por amor de dios, dejo a Harry solo cuando mas lo necesita. No, definitivamente no, no le dejare la seguridad de Hermione a usted- dijo su madre gruñendo mientras apretaba con fuerza sus manos.- Usted no es de confianza-
Todos la miraron. Hermione sin embargo miraba a Dumbledore con cierta furia dentro de ella. Su madre conocía todo esos datos por que en parte ella se los contaba, lo demás era por que se le escaparon el verano pasado cuando despotrico contra el profesor por encerrar a Harry en la casa de los Dursley. En ese momento recordó los momentos en que Harry se tensaba ante la mención de sus tíos, cuando lo veía en las camillas de Hogwarts, como llego al comedor luciendo rasguños, golpes, con la pierna sangrante y una mirada de loco, su recuerdo mas doloroso surgió en su mente:
" De un momento a otro Ron se levanto, lanzo una leve mirada a Harry y le palmeo la espalda antes subir por las escaleras a los dormitorios dejándolos solos. Su novio estaba mirándose la mano llena de sangre, mientras que seguía con el uniforme que había echo para el partido, veía aquellos lugares donde las cadenas desgarraron tela y piel, donde el negro se tenia de un rojo oscuro. Sin embargo lo que mas le preocupaba era la mirada vacía de Harry como si su mente no estuviera en su cuerpo. Dentro de su cuerpo había un ansia, el ansia de abrazarlo de consolarlo y decirle que todo estaba bien, pero apenas y podía moverse sintiendo que en cuanto lo hiciera la mente de Harry regresaría y no sabría como reaccionaria.
-Deberíamos curarte -dijo Hermione preocupada por que la sangre ya era negra en sus mano, se puso de pie. Y el la imito, casi como un resorte, miro sus ojos lucían desolados y aterrado durante unos segundos. ¿Por que no podía confiar en ella? ¿Por que parecía tan asustado de estar a solas con ella?
-Me voy a entrenar-dijo Harry y dándose vuelta tan rápido que ella no supo como reaccionar.
No supo que decir, lo que si fue es que se enojo de verlo ir al hueco del retrato de la señora gorda.
-¿Por qué?-pregunto Hermione mientras el miedo se incrementaba al verlo llegar a la salida.
-Necesito ser más fuerte-contesto Harry sin girar mientras se abría el hueco.
Se dirigía directo a la oscuridad, mientras el no la miraba.
-CARAJO HARRY. OLVÍDATE DE ESO-Grito Hermione molesta de que el pensara en ir a lastimarse mucho mas - ¿Por qué no puedes decirme que es lo que te pasa?-
Se planto en la mitad de la puerta con la oscuridad casi ocultándole de su vista, le vio temblar un segundo, mientras apretaba los puños y se tensaba.
-Por qué no sé qué me sucede.- susurro Harry con una voz extraña, el frío le invadió a Hermione al ver que aquellas sombras se arremolinaban alrededor de Harry, casi como si lo engulleran por completo-
Temblando, con pasos tembloroso fue directo a el. Le dolía no ver su rostro, no saber que le pasaba, no comprender que le pasaba por la mente, lo que le hacia sufrir era que a pesar de estar a metros de el, parecía un abismo el que los dividía, y no podía hacer nada por que la oscuridad lo tomara por completo. Sus lágrimas presionaban sus ojos, sintiendo terror de perderlo. Con cuidado le tomo del brazo, hizo un esfuerzo monumental para girarlo pero al fin vio sus ojos.
No contuvo las lágrimas al verlo, su rostro mostraba todo el cansancio que ocultaba durante el día, sus ojos apenas y parecían enfocarla, mientras que lucia como si se presionara para intentar lucir mejor. Lo que no podía ver a simple vista y que siempre deseo ver lo encontró en ese doloroso segundo. El peso que cargaba Harry no era como el de cualquier otro, hacia que sus hombros se hundieran de tal forma como nunca le había visto. Por primera vez en todo el tiempo que lo conocía lo vio derrotado.
-No tienes que cárgalo tú solo- dijo Hermione medio desesperada por ver al Harry que tanto amaba -Estamos contigo, todos nosotros-
Su semblante cambio, su mandíbula se apretó tanto que hacia una mueca cruel, sus puños se alzaron y desesperanza cambio a ira pura. Sus ojos se dilataron tanto que su mirada enloqueció, mientras un anillo rojo-purpura aparecía al final de su iris
-NO ES CIERTO- Grito Harry haciendo que su corazón casi se partiera en dos- ¿CREES QUE NO LO VEO?, LA DECEPCIÓN DE TODOS. DE MCGONAGALL, DE SIRIUS, LUPIN INCLUSO LA TUYA Y SUPONGO QUE DUMBLEDORE ES EL MÁS DECEPCIONADO, SU ALUMNO DOTADO QUIEN CREYÓ QUE DERROTARÍA A VOLDEMORT LO DEJO RESURGIR, LO DEJO POR AHÍ VOLVIÉNDOSE FUERTE Y COMO YA NO SIRVO…-
Cada grito retumbaba en su ser, como si la abofetearan una y otra vez, señalándole todo el dolor y terror que sentía Harry. Cada musculo de su cuerpo estaba tenso, podía escuchar como su voz no sonaba al cariñoso Harry, sonaba mas a alguien cruel y despiadado. Su piel comenzó a palidecer. Entonces lo entendió, Voldemort estaba detrás de todo eso. Enfureció de solo pensar que alguien estaba manejando a Harry.
-¡HARRY!-Grito Hermione roja y poniéndola las manos en la mejillas.- Sácalo de tu mente, no dejes que gane.-
Gimió de dolor de inmediato que lo toco, sus manos fueron tan rápido a su frente que ella no se dio cuenta hasta que sintió sus mejillas húmedas de sudor o llanto. Su novio cayo al suelo jadeando con una mirada de desesperación.
-Ayúdame -pidió Harry como un niño perdido y sin encontrar a sus padres.
Sus manos intentaban sostenerlo, pero estaba empezando a romperse igual que el, empezaba a sentirse tan desesperada que apenas y podía pensar en que hacer. Pues ahí estaba su novio, por primera vez luciendo tan débil que incluso con una sola palabra podría terminar con el. Las lágrimas de Harry empapaban su rostro, temblaba tanto que sus manos intentaban sujetarlo pero le era casi imposible.
- Ya no puedo más. Por favor Ayúdame, me duele mucho- suplico Harry jadeando, casi al grado que parecía a punto de estallar
Lo abrazo tan fuerte que sentía como sus manos dolían, como sus brazos apenas contenían el temblor de Harry, como el lloraba en su pecho. No lo soltaría, no lo dejaría solo, no permitiría que lo arrebataran de sus brazos.
-No soy Voldemort ¿Verdad?-pregunto Harry abrazando su cintura con tanta fuerza que le dolía un poco, pero no le importaba ya que seguro que no era su intención. - Soy Harry… soy Harry… ¿Verdad?-
Enterraba su rostro mucho mas en su pecho, como si quisiera fundirse en su calor corporal, escuchaba la desesperación en su voz. No podía entender como Harry vivía todos los días con toda esa carga, aun mas con todo ese dolor incrustado en su corazón, podía enojarse por que lo ocultara siempre, durante cada día y cada segundo. Pero en ese momento estaba preocupada por que sus sospechas estaban siendo confirmadas por Harry, Voldemort estaba intentando controlarlo.
-Tú eres Harry -le confirmo Hermione llorando a lágrima viva por el dolor que no podía evitar -No eres Voldemort, nunca lo serás-
Era verdad en aquel momento el que estaba entre sus brazos era a quien amaba con todo su corazón, aquel que soportaba todo el mundo a sus espaldas a pesar de estar tan herido.
-Entonces por qué me siento como el… busco poder igual que el…estoy haciendo todo lo que hizo… intento ser otro… no puedo… no comprendo, cada vez soy más parecido… ¿es su alma dentro de mí? o ¿Es que yo soy así?-dijo Harry empapando su blusa - Lo quería muerto Hermione… desee matarlo…yo quería…-
Lo comprendía, pero no aceptaba que el se recriminara todo el bien que hacia. Pero no podía ayudarlo, se odiaba a si misma por eso, detestaba la situación por que el único capas de acabar con todo estaba entre sus brazos.
-No eres tú, es su alma y… perdón por pedirte que luches en contra eso ya que es doloroso y cansado, pero debes hacerlo- Dijo Hermione besando su frente repetidas veces, apretando tanto que le dolía ya los brazos- DEBES VENCERLO… LO SIENTO… DE VERDAD PERDÓN… POR TODA ESTA CARGA SOBRE TUS HOMBROS-
La abrazo como ese día que se despetrifico y corrió ella a sus brazos, sentina como la necesitaba como no deseaba separarse, como dejaba de temblar lentamente.
-No me dejes… no hoy- pido Harry besándola con un sabor salado, los labios fríos y la voz dolida- Te necesito- "
-¿Que opinas Hermione?-la llamaron.
Alzo la vista, sus padres fulminaba la mirada a Dumbledore que lucia abatido y culpándose. Pero no comprendía la situación, la señora Weasley y Ginny ya no estaban, Ron y Fleur la miraban preocupados. Debia concentrarse en el presente no en el pasado.
-¿Opinar?-pregunto desconcertada. ¿Cuanto tiempo se perdió en sus recuerdos?
-Si ¿Que opinas del bien mayor?- dijo su padre furioso.
-Como le digo, todo lo que hago es por un bien mayor- dijo Dumbledore con un semblante serio.
-¿Esta chiflado?-pregunto Hermione sin poder evitarlo.
Se giraron a verla, su padres casi estuvieron a punto de reprenderla si no fuera por que aprecia que también lo pensaban.
-¿Hizo sufrir a Harry solo por lo que usted llama "Bien mayor"?- pregunto chirriando los dientes.
-No yo no...-
-Puede pudrirse el bien mayor si eso hace sufrir a las personas… yo no peleare nunca por eso. Yo me levantare contra Voldemort o contra nadie a favor del bien mayor, si peleo a favor de eso me sentiría usada. - Continuo sin importarle que pensaran los demás- Solo peleo por el futuro, uno donde pueda reírme a lado de los que amo y quiero, uno donde todos seamos libre. No me importa el bien mayor, eso solo lo utilizaría una persona que cree que el fin justifica los medios-
-Aveces es la única forma- contesto el profesor cabizbajo.
-No, me han enseñado que siempre ahí otras formas- dijo Hermione levantándose- ¿Quiere mi ayuda para resolver su problema? Bien, lo ayudare pero si lo logro usted aceptara que "el bien mayor" es una chorrada de personas que no pueden ver que el camino correcto siempre es el mejor-
-Hermione, ¿Iras con el?-pregunto su padre cambiando a un semblante asustado.
-Si, es necesario que después de todo le falto aprender una lección- dijo Hermione levantando se con firmeza.- Tranquilos lo único que quiere es que hable con una persona, y le demostrare que yo tengo la razón-
-¿Cuando no?-bufo Ron con una media sonrisa. Hermione le fulmino con la mirada.
-¡Si mi hija regresa con un solo rasguño, le juro Albus Dumbledore que me las pagara!- dijo su madre con la mirada fija y amenazante.
-Se lo prometo- dijo el profesor levantándose y tomando su sombrero- ¿Tienes tu varita, Hermione?-
-Si, señor.- contesto rodeando la mesa para ir a la puerta de la cocina.
-¿Se van ahora?-pregunto Sofí un poco espantada.
-No te preocupes, estarás bien- dijo Hermione dándole una sonrisa rápida- Regresare pronto-
-Molly me retiro, señores Granger les pido una disculpa por cualquier palabra que les haya desagradado y les reitero que Hermione estará a salvo. Daría mi vida antes de que a ella le pasara algo- dijo Dumbledore con una reverencia educada.
Salieron de la cocina directo al patio, el sol ya estaba en lo mas alto cuando el profesor la guío por el camino de tierra a las afueras de la zona anti-aparicion. Se detuvo, se sobo el cuello al momento que casi lucia como si todos sus años ya le pesaran, lo cual podría ser cierto. Luego la miro con los ojos tristes, un poco de vergüenza e intentando sonreir.
-Lamento mis palabras tan duras- dijo el profesor sin saber que ella no sabia a que palabras, se había perdido en medio de la conversación pero estaba seguro que Ron le contaría en cuanto llegara.
Al llegar al letrero que indicaba el final de la madriguera se detuvo en seco- Todavía no has aprobado el examen de Aparición, ¿verdad? -preguntó.
-He pedido una cita para hacerlo, ya que se la teoría y aun no cumplo los diecisiete, pero no me ha llegado respuesta, supongo que para el ministerio la aplicación de exámenes es lo de menor importancia- contesto con los brazos cruzados.
-Así es. De modo que tendrás que sujetarte con fuerza a mi brazo.- Dijo el profesor ofreciendo su antebrazo. Hermione se agarró al antebrazo que le ofrecía - Muy bien. Allá vamos.-
De pronto todo se volvió negro, y empezó a percibir una fuerte presión procedente de todas direcciones; no podía respirar, como si unas bandas de hierro le ciñeran el pecho; sus globos oculares empujaban hacia el interior del cráneo; los tímpanos se le hundían más y más en la cabeza, y entonces…
Aspiró a bocanadas el aire fresco y abrió los llorosos ojos. Se sentía como si lo hubieran hecho pasar por un tubo de goma muy estrecho. Tardó varios segundos en darse cuenta de que el campo verde era sustituido por una plaza de pueblo desierta, en cuyo centro había un viejo monumento a los caídos y unos cuantos bancos. Las personas pasaban a su lado como si ellos no acabaran de aparecer de la nada, y tal vez no los veían o era un punto de desaparición. Como en varios puntos de la ciudades que había en todo el mundo, incluso ella conocía uno en Londres, pero no podía ser del todo seguro si un muggle estaba viendo fijamente. Creía que con esa experiencia en carne propia podría aprender la desaparición en un par de meses, solo necesitaba practica.
-¿Te encuentras bien? -preguntó Dumbledore mirándolo con interés- Lleva tiempo acostumbrarse a esta sensación.-
-Estoy bien -contestó Hermione frotándose los ojos que se le habían humedecido- Prefiero viajar a pie-
Dumbledore sonrió, se intento ceñir la capa de viaje pero se percato que la olvido tomarla de la madriguera. (N,C: A mi también se me olvido escribir esa parte)
-Por aquí.- Echó a andar con brío por delante de una posada repleta y de varias casas de donde el bullicio salia. Según el reloj de una iglesia cercana, era casi pasando medio día. Doblaron una esquina y pasaron ante una cabina telefónica que tenia a alguien riéndose y una parada de autobús con muchos esperando el siguiente. Hermione volvió a mirar de reojo a Dumbledore y se pregunto cuanto tiempo se había mantenido despierto.
-¿Dónde estamos?
-Esto, Hermione, es el precioso pueblo de Budleigh Babberton.-
-¿Aquí vive el profesor Slughorn?- pregunto curiosa
-No.- respondió.-izquierda, Hermione-
Subieron por una calle estrecha y empinada con hileras de casas a ambos lados, pero no había ni una sola persona en la calle. El frío que, desde hacía dos semanas, la neblina se hacia mas densa ahí casi al punto que lucia blanca como nube.
-¿Que es lo que necesita que el profesor Slughorn haga?-pregunto Hermione de un momento a otro
-Que acepte el puesto, estuve intentando convencerlo por todo el verano, sin embargo apenas y me a escuchado- contó con cansancio- Lo único que en este momento lo hará aceptar demostrarle con exactitud cuánto saldría ganando si regresa a Hogwarts. -
- Ya veo- respondió Hermione empezando a formular escenarios posibles de convencerlo.- ¿Me contaría mas de el?-
-A Horace le gusta rodearse de comodidades -explicó Dumbledore- También le gusta estar acompañado de personas famosas, de éxito y con poder, y le entusiasma creer que influye en ellas. Él nunca ha querido ocupar el trono; prefiere el asiento de atrás, donde tiene más espacio para estirar las piernas, por así decirlo. Cuando enseñaba en Hogwarts, escogía a sus alumnos favoritos, a veces por la ambición o la inteligencia que demostraban, otras por su encanto o su talento, y tenía una habilidad especial para elegir a aquellos que acabarían destacando en diversos campos. Horace formó una especie de club integrado por sus alumnos predilectos, del cual él era el centro; presentaba unos miembros a otros, forjaba útiles contactos entre ellos y siempre obtenía algún beneficio a cambio, ya fuera una caja de su piña confitada favorita o la ocasión de recomendar a un nuevo empleado de la Oficina de Coordinación de los Duendes.-
-No quiere poder o seguidores, quiere obtener lo que se le llama posición privilegiada- dijo Hermione un poco asqueada ante la actitud del mencionado.- Como una araña que teje la su red para para atrapar las moscas mas sabrosas-
- Correcto- continuo Dumbledore- Quiero que tu seas una de sus privilegiadas, con tu inteligencia y talento no duro que lo seras-
-Entiendo, me utilizara de cebo- dijo Hermione sonriendo un poco- Pero espero que no crea que yo actuare como tal-
-No espero otra cosa mas que actué como usted misma es- dijo Dumbledore sonriendo con alegría.
Se estaban acercando a una casita de piedra rodeada de un jardín. Harry estaba tan ocupado asimilando y creando un plan en el cual el resultado fuera favorable que no prestaba atención a nada más, pero, cuando llegaron a a verja, Dumbledore se detuvo en seco y el chica chocó contra él.
-¡Cáspita!-gruño
Siguió la mirada del anciano mago a lo largo del cuidado sendero del jardín y se le abrieron los ojos tanto que le dolieron: la puerta de la casa colgaba de los goznes. Dumbledore miró a ambos lados de la calle, que parecía desierta y la niebla no ayudaba.
-Saca tu varita y sígueme- ordenó en voz baja. A continuación abrió la verja y recorrió con rapidez y sigilo el sendero.
Pasaron la puerta y ambos iluminaron el lugar con dos "Lumos". A la izquierda había otra puerta abierta. Manteniendo en alto la iluminada varita, el anciano entró en el salón, con ella pegada a sus talones. Ante ellos apareció un escenario de absoluta devastación: en el suelo yacía un astillado reloj de pie, con la esfera rota y el péndulo tirado un poco más allá, como una espada abandonada; un piano tumbado sobre un costado tenía las teclas esparcidas a su alrededor; los restos de una lámpara de cristal centelleaban a pocos pasos; los almohadones tenían tajos de los que salían plumas, y fragmentos de cristal y porcelana lo cubrían todo como si fuese polvo. Dumbledore alzó un poco más la varita para iluminar las paredes, cuyo empapelado estaba salpicado de una sustancia pegajosa de color rojo oscuro.
-Nada bueno- dijo Hermione alejándose un poco de Dumbledore- ¿Estaba así cuando se fue?-
-No estaba aquí ayer en la noche, le pedí que fuera a otro lugar para hablar, me dijo que no y le pedi una ultima oportunidad de convencerlo, me dijo que este era el lugar donde se quedaba- dijo Dumbledore con seriedad.
Avanzó con cautela hasta el centro de la habitación mientras examinaba los escombros.
-Creo que… si puede ser- dijo Hermione observando la sangre.
Intentando no imaginar lo malherido que tendría que estar un hombre para dejar esas manchas en las paredes, pero examinándolas con ojo critico, olvidándose que podían ser un hombre y se concentro en descubrir si lo era como si fuera un examen.
-No creo que sea un ataque ¿Hermione? -repuso Dumbledore mientras miraba detrás de una volcada butaca con exceso de relleno.
-Huele a azufre- dijo Hermione tocando la sangre, retiro un poco la mano- Esta fría como el hielo- la movió entre sus dedos demostrando que estaba aun en estado liquido.
-¿Que opinas?-pregunto Dumbledore con una ligera sonrisa.
- Es demasiado oscura para ser de humano, creo que por el color, la temperatura y el olor puede ser de Dragón-dijo Hermione limpiándose en el mismo empapelado manchado.
Y sin previo aviso, se movió una butaca que asusto a Hermione, hizo que Dumbledore se moviera y que alguien gritara: -¡Increíble deducción!
-Buenas tardes, Horace -saludó Dumbledore de nuevo.
Hermione arrugo el entre cejo. Un anciano calvo y tremendamente gordo, que se frotaba la calva y miraba a Dumbledore con ojos entrecerrados y gesto ofendido, se hallaba donde un segundo antes estaba la butaca.
-¿Como es que alguien tan joven lo sabe?-refunfuñó, poniéndose en pie con dificultad- Cree el escenario perfecto, incluso los mortífagos se irían-
La luz de la varita brilló sobre su reluciente calva, sus saltones ojos y su enorme y plateado bigote de morsa, así como sobre los bruñidos botones de la chaqueta de terciopelo marrón que llevaba encima de un pijama de seda lila. La coronilla de aquel personaje apenas llegaba a la altura de la barbilla de Dumbledore.
-Entonces ¿Como lo has descubierto? -gruñó mientras se tambaleaba. Se mostraba sorprendido de que supiera que no era sangre real.
-Mi querido Horace -contestó Dumbledore, que parecía encontrar todo aquello muy gracioso- Ella es la bruja mas lista de Hogwarts. Además te recomiendo que si quieres que se vea mas real pienses en que no ha aparecido la Marca Tenebrosa encima de la casa.-
El mago se dio una palmada en la ancha frente con una de las manazas que tenia.
-La Marca Tenebrosa -masculló- Demonios, nunca me acuerdo de ella. Bueno, en cualquier caso no habría tenido tiempo. Acababa de darle los últimos retoques al tapizado cuando entraste en la habitación. - Exhaló un suspiro tan hondo que estremeció las puntas del bigote.- Dime jovencita ¿Como sabes lo de la sangre?-
-Leí los el tratado sobre los 12 utilizaciones de la sangre de Dragón escrita por el profesor Dumbledore, ahí menciona como identificarla-dijo Hermione con sinceridad- Después de todo es fácil si sabes para que se puede utilizar.-
-¿Quieres que te ayude a poner orden? -se ofreció Dumbledore con amabilidad.
-Por favor.- dijo Horace gruñendo.
Los dos magos se colocaron de pie, espalda contra espalda, y sacudieron sus respectivas varitas con un amplio e idéntico movimiento. Los muebles volvieron volando a su posición original; los adornos se recompusieron suspendidos en el aire; las plumas se metieron de nuevo en los almohadones; los libros rotos se repararon por sí solos antes de regresar a sus estantes; las lámparas de aceite se trasladaron por el aire hasta sus mesitas y volvieron a encenderse; una serie de dañados marcos de plata también voló por la habitación y aterrizó, intacta, en un aparador; desgarrones, grietas y agujeros se repararon por todas partes, y las paredes se autolimpiaron.
- Por cierto, ¿Donde conseguiste la sangre? - preguntó Dumbledore, elevando la voz para hacerse oír por encima de las campanadas del restaurado reloj de pie.
-De un tal Mundungus- gritó el mago llamado Horace al mismo tiempo que, con un agudo chirrido y un fuerte tintineo, la lámpara de cristal volvía a enroscarse en el techo. Tras un último ¡plin tilin! de las teclas del piano, volvió a reinar el silencio. Se dirigió hacia una pequeña botella de cristal que había encima de un aparador. La puso a contraluz para examinar el espeso líquido que contenía- Mi última botella, y por desgracia se ha puesto por las nubes. No obstante, quizá pueda volver a utilizarla. Hum. Ha cogido un poco de polvo.-
-Y grasa- corroboro Hermione al ver algo negro flotando en la superficie.
-Si claro, grasa- dijo el mago mal humorado.
La dejó otra vez en el aparador y suspiró. La miro de arriba a abajo y ella quiso darle un golpe en la cara.
-Ella es Hermione Granger -hizo las presentaciones Dumbledore -Hermione, te presento a un viejo amigo y colega mío, Horace Slughorn.-
Éste se volvió hacia el director de Hogwarts con expresión sagaz.
- ¿Con ella me persuadirás? Ya has enloquecido ¿verdad? Pues bien, la respuesta es no, Albus.-
Se aparto de la repisa con decisión, volvió la cara hacia otro lado y adoptó el aire de quien intenta resistir una tentación.
-Supongo que al menos podremos hablar como viejos colegas ¿no? - pidió Dumbledore- Cuéntame, Horace, ¿Cómo te va? -
-No muy bien. Tengo problemas respiratorios. Tos. Y también reuma. Ya no puedo moverme como antes. En fin, era de esperar. Ya sabes, la edad, la fatiga…-
-No lo creo, usted luce como un mago en magnificas condiciones. Incluso me sorprende la gran agilidad para prepararnos semejante bienvenida en tan poco tiempo. No creo que hayas tenido más de tres minutos desde el aviso.- dijo Hermione para empezar su treta.
-Dos -replicó Slughorn con una mezcla de fastidio y orgullo- No oí el encantamiento anti intrusos cuando sonó porque estaba dándome un baño. Aun así - añadió con severidad y arrugando el entrecejo- el hecho es que soy muy mayor, Albus. Soy un anciano cansado que se ha ganado el derecho a tener una vida tranquila y unas cuantas comodidades.-
-Eres más joven que yo, Horace -comentó Dumbledore.
-Pues mira, quizá tú también deberías empezar a pensar en jubilarte -respondió Slughorn, y sus ojos, de un tono rojizo, se fijaron en el cansancio de Dumbledore- Veo que has perdido energía en los últimos años-
-Tienes razón -reconoció Dumbledore -No cabe duda de que soy más lento que antes y me canso mucho mas-
Por un segundo vio que Dumbledore tenia una caja en su bolsillo, y si no le fallaba la vista era la misma que contenía el anillo que les monstruo a Ron y ella en su despacho. Se pregunto para que lo llevaría con el.
-Y todas estas precauciones contra los intrusos, Horace… ¿las tomaste por los mortífagos o por mí? -preguntó Dumbledore.
-¿Qué van a querer los mortífagos de un pobre vejete averiado como yo?- repuso Slughorn.
-Bastante, claro si sigue siendo igual de bueno en pociones, aunque ahí cierta parte de mi que lo duda- declaro Hermione atacando al ego del pocionista.-¿Me estás diciendo en serio que todavía no han venido a reclutarle?-
Slughorn la miró torvamente y luego masculló: -No les he dado esa oportunidad. Llevo un año yendo de un lado para otro y nunca me quedo más de una semana en el mismo sitio. Voy de casa en casa de muggles; los dueños de esta vivienda están de vacaciones en las islas Canarias. Aquí me he sentido muy a gusto; el día que me marche lo lamentaré. Cuando le coges el tranquillo, resulta muy fácil: sólo tienes que hacerles un simple encantamiento congelador a esas absurdas alarmas antirrobo que utilizan en lugar de chivatoscopios, y asegurarte de que los vecinos no te vean entrar el piano.-
-Seria mas fácil tener un lugar seguro, como un castillo- dijo Hermione con una sonrisita.- Después de todo usted ya esta muy entrado en edad y dudo que pueda seguir moviéndose con total soltura… pensándolo bien creo que debería quedarse aquí y dejar que los Mortifagos lo encuentren, en cuanto vean que por su edad puede morir con facilidad lo dejaran en paz-
Dumbledore le miro y estaba segura que oculto su sorpresa.
-¡No soy tan viejo!- gruño Horace, de inmediato se tapo la boca.
-No, supongo que no lo esta- dijo Hermione sentándose en el Sofá alado de la chimenea, cruzando la pierna intentando lucir elegante, y colocando sus manos en sus piernas, como toda una dama, según su madre.
-¡Si vam a decirme que mi vida sería más apacible en ese agobiante colegio, puedes ahorrarte el esfuerzo, Albus! ¡Quizá haya estado escondido, pero me han llegado extraños rumores desde que Dolores Umbridge se marchó de allí! Si es así como tratas a los maestros actualmente…-
-Permítame explicarle que le ha sucedido a la profesora. Fue al bosque prohibido donde ataco a la manada de centauros residentes, una falta casi falta si no fuera por el profesor Dumbledore. Ahora ellos tienen un nuevo líder-
-¿En serio? ¿Eso hizo? Qué mujer tan idiota. Nunca me cayó bien.- dijo Horace sorprendido
-A nadie- dijo Hermione con una leve risa demostrando que era empatica -
De pronto Dumbledore se levantó.
-¿Ya se marchan? preguntó Slughorn, como si eso fuera lo que estaba deseando.
-No, pero si no te importa utilizaré tu cuarto de baño.-
-¡Ah! -dijo Slughorn, decepcionado- Está en el pasillo. Segunda puerta a la izquierda.
Dumbledore cruzó la habitación. Tan pronto la puerta se hubo cerrado detrás de él, se hizo el silencio. Tras unos instantes Slughorn se sentó en el lugar mas alejado de Hermione, luciendo inquieto. Le lanzó una mirada furtiva a la chimenea y se quedó un rato concentrándose en ese punto.
-No creas que no sé por qué te ha traído aquí -dijo con brusquedad. Hermione lo miró, sonrío un poco pero no dijo nada. La acuosa mirada de Slughorn se deslizó a la chimenea de nuevo- Cree por que eras novia de Harry Potter, de que peleaste a su lado en la batalla en el ministerio, y que puedes llegar heredar su fortuna estaré interesado en ser tu profesor-
-No solo soy la novia de Harry y no heredare su fortuna, pero le aseguro que la interesada en ser su alumna soy yo- dijo Hermione mintiendo el lo ultimo.
Slughorn la miro, sus ojos relucieron de interés.
-Explíquese- pidió
- He escuchado la legendarias que pueden ser sus pociones, como todos y cada uno de sus estudiantes has logrado algo en la vida. Creo que usted tiene un montón de poder y sin que se diera cuenta- dijo Hermione con tranquilidad, con gracia se levanto del sofá y miro el punto que tan insistentemente atraía a Horace. Miro el casi centenar de retratos que tenia encima de la chimenea.- ¿Estudiantes?-
-Todos son ex alumnos míos y todos, grandes fichajes. Reconocerás a Barnabás Cuffe, director de El Profeta, a quien siempre le interesa escuchar mi opinión sobre las noticias del día; a Ambrosius Flume, de Honeydukes, todos los años me regala una cesta por mi cumpleaños, ¡sólo porque le presenté a Cicerón Harkiss, que le ofreció su primer empleo!; y en la parte de atrás… la verás si estiras un poco el cuello. Ésa es Gwenog Jones, la capitana del Holyhead Harpies. La gente siempre se sorprende cuando se entera de que me tuteo con las Harpies, ¡y tengo entradas gratis siempre que quiero! - Esa idea pareció animarlo muchísimo.
-Es genial- dijo fingiendo sorpresa -¿Y saben dónde encontrarlo y adónde enviarle esas cosas? -preguntó Hermione, que no le importaba lo mas mínimo a quien había enseñando.
La sonrisa se borró de los labios de Slughorn con la misma rapidez con que la sangre se había borrado de las paredes.
-Por supuesto que no -le respondió con altivez- Hace un año que no me pongo en contacto con nadie.-
Slughorn l por un instante se mostró muy afectado. Luego se encogió de hombros.
-Con todo lo que pasa… Los magos prudentes se mantienen al margen en tiempos como éstos. ¡Dumbledore puede decir lo que quiera, pero aceptar un empleo en Hogwarts ahora equivaldría a declarar públicamente mi lealtad a la Orden del Fénix! Y aunque estoy seguro de que son muy admirables, valientes y todo lo demás, personalmente no me atrae su tasa de mortalidad…-
Hermione dejo de escuchar, a ver a Harry entre los cuadros, no, no era Harry. Tenia sus ojos, pero era completamente diferente. Sin pedir permiso levanto el retrato y la miro fijamente a los ojos, olvidándose de el pelo rojo, se su sonrisa amplia, sus facciones hermosas y esa inteligencia que mostraba.
- Lily Potter… en ese entonces aun era Evans- dijo Horace desde su sillón, como si supiera que cuadro era desde la distancia.
- Harry siempre me dijo que tenia los ojos de su madre, pero nunca creí que se parecieran tanto-dijo Hermione sacando su guarda pelo de corazón de su camisa, lo desprendió y lo abrió, mostrando la foto de ambos. Sus ojos eran idénticos, bueno hacia falta ese toque pícaro y aventurero en los de la madre de Harry. Eso que la hacia suspirar.
-Sí Potter era como Lily, bueno… No está bien que los profesores tengan alumnos predilectos, desde luego, pero ella era uno de los míos. Su madre- añadió en respuesta a que ella no podía dejar de ver la imagen, comparando sus rasgos pero era imposible Harry tenia todo de su padre- Lily Evans. Fue una de las alumnas más brillantes que jamás tuve. Una chica encantadora, llena de vida. Siempre le decía que debería haber estado en mi casa. Y recuerdo que me daba unas respuestas muy astutas.-
-¿Slytherin?-pregunto Hermione teniendo sus razones para sospechar.
- Si. Yo era jefe de Slytherin -reveló Slughorn- Su madre era hija de muggles, ya lo sé. Cuando me enteré no podía creerlo. Yo estaba convencido de que era una sangre limpia, porque era una gran bruja.-
-Yo soy hija de muggles, y estoy orgullosa de ello- dijo Hermione girándose mientras lo miraba con calma, aguantando las ganas de gritarle.
-Sí, tiene gracia que eso ocurra a veces, ¿verdad?-
-Mas bien, es lógico, los magos llevan tanto tiempo creyendo que la magia es de una forma que nunca se paran a pensar en lo que puede llegar a ser. Pero cuando un hijo de muggles descubre su magia, ellos piensan en todo lo imposible que puede llegar a ser parte de su vida y entonces se esfuerzan para ser mejor cada día- dijo Hermione guardando su tono de regaño para otra persona, si queria al profesor necesitaba mostrar mas astucia y en ese momento utilizo un tono mas divertido como si dijera un dato interesante
-¡Valla! ¡Nunca lo pensé así! - replicó Slughorn con gesto de sorpresa-Como acabo de decir que Lily era una de mis alumnas favoritas. Y un año después le di clases a Dirk Cresswell, que ahora es jefe de la Oficina de Coordinación de los Duendes. Pues bien, él también era hijo de muggles y un alumno de gran talento. ¡Todavía me proporciona informaciones reservadas de lo que se cuece en Gringotts!-
-Como suponía bastante bien conectado- dijo Hermione dejando el retrato y tomando haciendo de nuevo y poniendo cara triste, lo cual no costaba- Es una lastima-
-¿Disculpa?-pregunto
-Me refiero a todos sus alumnos, sin saber de su profesor, sin poderle enviar cartas o información, sin poder si quiera intentar enviar un regalo- dijo Hermione colocando una mano en su mejilla como si pensara- Debe ser triste y solitario viajar como usted lo hace, alejandose de todos, cambiando su suave cama cada tanto, asegurandose que nadie lo siga, buscando un lugar nuevo sin saber donde estará. Es triste-
Slughorn la vio durante unos segundos, ella hizo como que seguía pensando, guardando una sonrisa interna por obtener toda la atención de su locutor.
-Usted tiene sus razones para hacerlo, sin embargo espero que sea feliz- continuo jugueteando con su cabello.- Como le decía a la profesora McGonagall en mis cartas, esperaba que a pesar de estar en tan precaria situación se la pasara bien en sus vacaciones en el castillo, aunque me contaba que en Hogsmeade platicaba mucho con Madame Pomfrey, también salia por los jardines a pasear con la profesora Sprout y ni se diga de tener un duelo amistoso con el profesor Flitwick. -
-¿Enserio?-pregunto Slughorn sobando se el dorso de una mano.
- Por supuesto. Incluso estaba preguntándome si ahora con toda esa seguridad extra se siente cómoda, no es una mujer que le guste sentirse encerrada, creo que el ministerio incluso fue presionado por Dumbledore para que muchos Aurores hagan la vigilancia de este año- dijo Hermione como si estuviera en un estado taciturno, luego abrió los ojos y fingió sorprenderse por soltar todas esas palabras- O pero usted no tiene que preocuparse, estoy segura que muy pronto todo esto terminara, y entonces podrá volver a recibir las cartas de sus ex alumnos. Aunque ...-
Se llevo un dedo al labio, casi segura que el profesor seguía la linea de pensamiento que formulaba-
-¿Aunque que?-
-Me pregunto si los Mortifago desistirán de seguirlo- dijo en un susurro y intentando lucir muy preocupada. - Creo que el siendo un profesor usted dejaría de ser seguido, que podría ponerse en contacto con sus ex alumnos y descansara de tanto tiempo corriendo. Pero no puedo asegurar su total seguridad, claro que nadie esta seguro ahora y además ayudaría a los alumnos con gran potencial a ser mejores-
El profesor Dumbledore llego por el pasillo luciendo una sonrisa.
-¡Ah, Albus! -dijo Horace como si saliera de un transe profundo-Has tardado mucho. ¿Andas mal del estómago?-
-No; estaba leyendo unas revistas de muggles. Bueno, Hermione, ya hemos abusado bastante de la hospitalidad de Horace; creo que debemos marcharnos.-
A Hermione no le costó nada obedecer y se puso en pie enseguida aun conservando una cara de preocupación dirigida al profesor. Slughorn pareció desconcertado.
-¿Se marchan ya?-pregunto Horace.
-En efecto, nos marchamos. Sé ver cuándo una causa está perdida.- dijo Dumbledore, mientras Hermione pasaba la mano por el aparador directo rumbo a la salida.
-¿Perdi…?- Slughorn hacía girar sus gruesos pulgares y no paraba de moverse mientras Dumbledore ya estaba en la salida y Hermione metía la mano a su bolsillo.
-Bueno, lamento mucho que rechaces el empleo, Horace -dijo Dumbledore alzando la mano en señal de despedida- En Hogwarts todos se habrían alegrado de volver a verte. Si así lo deseas, puedes visitarnos cuando quieras, pese a nuestras endurecidas medidas de seguridad.-
-Sí… bueno… muy amable. Como ya digo…-
-Adiós, Horace.
-Adiós, cuando deje este lugar márchese con mucho cuidado -dijo Hermione dando una ligera sonrisa. Giraron y avanzaron sin verse y sin hablar. Estaban en la puerta de la calle cuando oyeron un grito a sus espaldas.
-¡Lo haré!-
Dumbledore se dio la vuelta y vio a Slughorn, jadeante, plantado en el umbral del salón.
-¿Aceptas el empleo?- pregunto con un poco de sorpresa.
-Sí, sí -dijo Slughorn algo impaciente- Debo de estar loco, pero sí-
-¡Maravilloso! -exclamó Dumbledore, radiante de alegría- Así pues, Horace, nos veremos allí el uno de septiembre.-
-Sí, allí nos veremos -gruñó Slughorn. Dumbledore y Hermione ya se perfilaban por la calle cuando lo oyeron de nuevo.
-¡Tendrás que aumentarme el sueldo, Albus! - Éste rió entre dientes.
La verja del jardín se cerró detrás de ellos, que descendieron por la colina entre la neblina y en mirando que algunos muggles salían de sus casas pero ni los miraban. Hermione relajo sus facciones, y movió un poco su rostro para destensar los músculos que tuvo que ocupar para fingir.
-¿Pensaste todo eso tu sola?-pregunto Dumbledore al girar para regresar al centro del pueblo.
-No fue difícil pensar que extrañaba su vieja vida, que además estaba desesperado por que lo dejaran de perseguir y mas aun por obtener su antiguo estatus-comento Hermione tocando la botella que tenia guardada en su bolsillo, no le parecía que el ahora profesor Slughorn la fuera a ocupar.- Solo necesitaba que bajara sus defensas, hacerle ver que el mejor lugar para el ahora era Hogwarts y que podía recuperar un poco lo que tenia-
-Un Griffyndor ganándole en astucia aun Slytherin y además un Slytherin con experiencia- dijo Dumbledore con una sonrisa monumental- Creo que es increíble-
-Tengo una amiga que se burlaría de lo que hice, creo que diría que no lo hizo correcto y que me falto emoción- dijo Hermione mirando al profesor que asentía- Daphne si que hubiera echo que aceptara y sin subida de sueldo. Créame ella es tan insistente y dedicada que incluso le sacaría secretos a una persona en un par de días-
-¿Greengras?- pregunto Dumbledore casi llegando a la vieja estatua.- Interesante capacidad tiene esa chica-
Hermione noto el todo de Dumbledore, como si encontrara algo que le faltaba, pero ella no le tomo importancia después de todo Daphne no era nada fácil de manejar, ni siquiera Harry y ella juntos podrían contenerla del todo. Si ella estaba en Pendragon y era novia de Ron era por que ella quería, mas aun ella deseaba seguir entre todos los Dragones.
-Creo que se sorprenderán de lo rápida que fue- dijo Dumbledore alzando su brazo nuevamente cuando llegaron al mismo punto de desaparición.
Ella esta vez estaba prevenida, se preparó para des-aparecerse, pero, no obstante, la experiencia le resultó desagradable. Cuando cesó la presión y pudo volver a respirar, se hallaba de pie en un camino rural que hacia menos de una hora desaparecieron, al lado de Dumbledore.
-Disculpa si no le acompaño a la puerta, pero es que aun tengo que ir al castillo y hacer el papeleo del profesor Slughorn, también informar a todos los miembros del Winzengamot que el 30 de Julio tendremos una reunión de emergencia en la cual espero este tan increíble como hoy-dijo el profesor guiñando le un ojo- Y lo mas importante dormiré una buena siesta-
-Profesor… creo que aun tenemos muchas diferencias de nuestros pensamientos para esta guerra, pero confío en que usted nos escucharemos mutuamente y que podremos trabajar juntos-dijo Hermione mirándolo con seriedad.
-Por supuesto- dijo Dumbledore- Y deje decirle que aprendí mi lección, creo que tienen razón uno nunca es viejo para aprender-
-Se escucha muy bien decir que todo es por el bien mayor, pero solo piensas en eso y no en que todo el camino para llegar ahí tiene cosas que pueden cambiar a un hombre- dijo Hermione cruzándose de brazos.
-Créame, ahora comprendo- pareció recordar algo e entristecedor de inmediato.
-Ahora creo que regresare al cuarto de Harry y leeré un poco- dijo Hermione intentando no lucir incomoda por la mirada perdida del profesor.
-¡¿Cuan despistado puedo llegar a ser últimamente?!- dijo Dumbledore rebuscando en su túnica y sacando tres pergaminos, uno de color brillante dorado con toques platinados y otros dos muy normales.- Se me olvidaba darle esto, creo que el señor Weasley ya ha recibido su carta. Pero pensé que esto confirmara con hechos mis palabras de ayer. Ahora esperare a que entre a la barrera antes de desaparecer.-
Hermione, con ambas cartas en una mano, paso la barrera y fue directo por el camino intrigada por lo que decida la carta, pero hacia tanto frío afuera que decidió entrar primero antes que leerla. Toco la puerta con cuidado. Esta vez fue Ron quien estaba presente y le pregunto "¿Cual era el hechizo que derroto a un troll en su primer año?" y ella les pregunto "¿Cual era la fundación para la liberación de los elfos que contaba con un total de 323 elfos domésticos registrados?".
Después de pasar Ron no dejaba de burlarse por que no se le ocurriera algo mejor, luego ella le gruño y el casi se fue a esconder. Encontraron ambos a Sofí en un sillón de sala muy quieta, al verla salto del sofá y le pareció un poco desesperada. Claro que sabia que le incomodaba por que aun no conocía el lugar. Sus padres por otra parte dejaron salir aire contenido, su piel pálida lucio mejor y le vieron como si desde hacia meses que se fuera.
-Por cierto te lo perdiste, llegaron las lechuzas de los TIMOS- Dijo Ron con voz alegre, luego la miro- Solo que la tuya no venia-
-Dumbledore me dio esto- dijo Hermione alzando las tres cartas con nerviosismo- Supongo que son los resultados de mis TIMOS-
{oh, no! ¡Oh, no! ¡Oh, no!} pensaba internamente.
-Ábrelas- dijo Ron sacando una de su bolsillo.
-Sólo he suspendido Adivinación e Historia de la Magia, las que menos me importan. A ver las tuyas- Hermione echo una mirada rápida a su pergamino, no tenia ningún excelente pero si muchas "A" y par de "S"- No me ha ido tan mal, ¿verdad?-
-¡Enhorabuena! -dijo Ginny desde un rincón muy entretenida con una carta- ¡Siete TIMOS! ¡Más de los que consiguieron Fred y George juntos!-
-No es nada- dijo Ron avergonzado.- Pero vamos abre la tuya, quiero ver que es-
-Seas impaciente- amonesto Hermione, sus padres solo rieron un poco.
Durante unos instantes nadie dijo ni pío. Al final, Hermione consiguió abrir el sombre con manos temblorosas y sacó la hoja de pergamino que contenía.
"TÍTULO INDISPENSABLE DE MAGIA ORDINARIA
APROBADOS:
Extraordinario (E)
Supera las expectativas (S)
Aceptable (A)
SUSPENSOS:
Insatisfactorio (I)
Desastroso (D)
Troll (T)
RESULTADOS DE HERMIONE JEAN GRANGER
Encantamientos : E
Transformaciones : E
Herbología : E
Defensa contra las Artes Oscuras : E
Estudio de Runas Antiguas :E
Pociones: E
Aritmancia : E
Cuidado de Criaturas Mágicas : E
Astronomía : E
Historia de la Magia : E "
Hermione releyó varias veces sin poderlo creer, mientras mas revisaba una y otra vez mas se hacia una sonrisa en sus labios. Esos resultados eran en parte por el gran apoyo que le dio Harry.
-¡Por las barbas de Merlín!- soltó Ron mientras daba un salto- ¡Todo extraordinarios! ¡Esto debe ser el mejor resultado de este año!-
-Felicidad, esa es mi niña hermosa- dijo su padre abrazándola y dándole un beso en la frente.
-Es estupendo, aunque si hubieras sacado notar normales hubiéramos estado igual de orgullosos- dijo su madre después de que sonreía como no lo hacia desde que se entero que ella estaba inmiscuida en una guerra.
-Seras la mejor de todo Hogwarts- dijo Sofí abrazándola, mientras que ella le sonreía.
-No lo creo- dijo Hermione viendo La otra carta en sus manos.
-¿Quien mas que tu sacarina todo bien?- dijo Ron abriendo los ojos grandes.
Abrió el sobre con manos firmes y leyó.
"RESULTADOS DE HARRY JAMES POTTER
Encantamientos : E
Transformaciones : E
Herbología : E
Defensa contra las Artes Oscuras : E
Estudio de Runas Antiguas :S
Pociones: E
Adivinación : I
Aritmancia : S
Cuidado de Criaturas Mágicas : E
Astronomía : E
Historia de la Magia : E
Estudios Muggles : T "
-¿ Una "T" ?- dijeron todos mirándola.
-Nunca hizo el examen de estudios muggles- dijo Hermione mordiéndose un labio- Y la adivinación nunca se le dio bien, a menos que sea a la forma que lo ven los centauros-
-¿Centauros?-pregunto Fleur entrando a lado de la señora Weasley que parecía harta.
-Harry saco 9 timos, y Hermione todos los que hizo- dijo Ron mirando a su madre.- ¡Es genial ¿verdad?!-
-Una sorpresa de verdad, increíble- dijo la señora Weasley revolviendo el pelo a Hermione.
-'En Bouxbatons no se califica de esa fogma'- dijo Fleur sentándose a lado de Ginny que guardo de golpe la carta.- 'Es mas exámenes constantes paga pgomediag al final'-
- ¡Bueno, ya somos estudiantes de ÉXTASIS! -se alegró Ron, sonriente- ¿Que sera la comida, mamá? Se me antojan las salchichas-
-¿Y esa ultima carta Hermione?-pregunto Sofí mirándola.
-No lo se, nunca vi una así- dijo Hermione mostrándola.
-¡Por Morgana!-pego un grito ahogado la señora Weasley tapándose la boca.
-¿Que sucede?-preguntaron sus padres.
-Vamos queridas léela ahora- dijo la señora Weasley apresurando la.
Hermione abrió el sobre, encontrando una carta igual de llamativa que el sobre, solo que tenia letras de color rojo intenso. La leyo en voz alta.
"Estima señorita Hermione Granger.
Es un placer para mi, como Profesora y jefa de casa Griffyndor, enviarle esta carta para informarle que la seleccione para premio anual de este año. Sus destacables notas desde primer año, su apoyo al colegio y también su indiscutible comportamiento le ha echo acreedora a el puesto. Como un caso mas que excepcional, ya que aun cursa el sexto curso en el colegio de Hogwarts de magia y Hechicería, pero el director y una servidora no creemos que nadie mas merezca el puesto mas que usted.
Hermione Jean Granger a partir del 1 de septiembre tomara parte como premio anual de la casa de Griffyndor, también de todo el colegio. Sus obligaciones y deberes se le informara a principios del curso, donde también se le dará su lugar correspondiente junto a todos los nombres que han llegado a obtener el puesto.
Sin mas por el momento, se despide la profesora Minerva McGonagall y Albus Dumbledore" (caos: No escribí el nombre completo por que me da flojera)
Hermione no podía quitar los ojos de la carta, ya que abajo de los nombres tenían la firma de ambos y en medio lucia el sello que lo hacia oficial. Hacia meses hubiera saltado de alegría, llorado e incluso pavonearse lo a Ron durante Horas o Días. En ese momento solo pudo pensar en que lejos, en un lugar desconocido para ella Harry estaba luchando con muchas cosas solo y sin nadie que le ayudara. Mientras ella estaba en la madriguera con sus padres, Sofí, los Weasley e incluso viendo a Dumbledore, recibiendo sus TIMOS y un nuevo puesto en el colegio. No pudo mas que cuestionarle como reaccionaria su prometido al enterarse que ella era premio anual un año antes de cualquier otro.
La felicitaron de nuevo, le abrazaron y la señora Weasley prometió una pequeña fiesta en la noche para celebrar. Debia estar feliz, solo deseaba sentir los labios de Harry en ese momento y escuchar como le decía al oído "Esa es mi Mione".
