Primer capitulo del año, me emociona mucho subirlo, se que tarde mas de lo esperado. Solo que como es comienzo del 2019 he tenido bastante que hacer. Y estoy trabajando en un proyecto especial, y si funciona estoy seguro que a muchos sorprenderá de verdad. Mándenme toda su buena vibra para que salga bien y rueguen por que no tengan un bloqueo mental, ya que esto sera una bomba si sale como yo deseo.

Una vez mas a todos ustedes. " GRACIAS POR UN INCREÍBLE AÑO JUNTO A MI Y ESPERO PODER SEGUIR CON USTEDES DURANTE 2019."

Y como siempre, lean, disfruten y dejen su Reviews. De un amigo que le encanta estar imaginando: Dazeas Caos


Todos los Derechos de los personajes son de J. K. Rowling


Capitulo 63.- Camelot.

Si una semana puede ser deprimente, esa fue en la que Harry cumplió sus 16 aunque claro que el no estaba y por lo tanto todos estuvieron deprimidos. Hermione intento resistirlo, el ambiente no le ayudo. Toda la mañana se la paso ocupada trabajando en los deberes que le impuso a Ron, Sofi y Ginny, aunque ninguno de los tres estuvo de acuerdo en seguir su régimen de entrenamiento, ese día en especial se dedicaron a distraerla. Aunque en su mente estaba con su novio, cada segundo, cada minuto de ese día no dejo de pensar en donde estaría, en si el estaba celebrando su cumpleaños, pero lo que mas pensaba era en lo mucho que lo extrañaba.

Esa noche intento ser dura con sigo misma y no soltar ese gran cumulo de dolor que apuñalaba su corazón. Pero en cuanto se acostó y supo que ese día termino, su control se perdió en un segundo. Soltó un lastimero gemido, cubrió su rostro con la almohada y dejo que se empapara de las gruesas lágrimas que salían por centésima vez. Sofi que también estuvo deprimida no dijo nada, aunque claro que le tomo la mano y le apretó con suavidad, luego se pego a ella para abrazarla. Amabas esa noche lloraron por una hora hasta que el cansancio les hizo cerrar los ojos.

En la mañana nadie pregunto por que lucían con los ojos hinchados.

Y las siguientes semanas, pasaba gran parte del tiempo estudiando los libros de la biblioteca infinita, así como también ayudando a Sofi, Ginny y Ron con sus entrenamientos personalizados, diseñados y impuestos por ella. Se quejaban todo el tiempo sobre lo que podrían estar haciendo; Ginny mandando mensajes a sus amigas y a su posible siguiente conquista, en cuanto a Ron practicando Quidditch o flojeando como siempre, le agradecía a Sofi que ella no fuera de esa forma. Le costaba despertarse cada mañana, sin embargo, en cuanto lo hacia comenzaba con su rutinas diarias o sus practicas, y si no entendía algo de inmediato le preguntaba.

Estar en la madriguera le dio otro aire a su vida familiar, sus padres pasaban la mañana ayudando con placer a la señora Weasley. Las madres se sentaban en el patio con una tetera y un montón de entremeses para platicar sobre todo lo que pudieran. Mágico o no mágico. Su padre se había encargado de hacer casi un manual de reparación para el señor Weasley que últimamente aparecía temprano para inmediatamente después ambos desaparecieran en el garaje, su madre ya decía que parecían hermanos. Ella tenia mas tiempo para pasar por todo el entrenamiento que realizaban, y con las comidas de la señora Weasley (tres enormes platos al día) estaba segura que nutrimentos no le faltaban.

Intentaban que fueran unas felices y tranquilas vacaciones. Si no fuera por que se sentía la tensión todos los días al ver las noticias de desapariciones, extraños accidentes e incluso algunas muertes. Varias desapariciones eran echas por la orden que habían adoptado el sistema de Hermione y con casi un 75% de efectividad evitaban los secuestros. Algunos días ni siquiera tenían que esperar al profeta, llamaban al señor Weasley o a Bill de sorpresa y de inmediato sabían que algo horrible pasaba.

A dos semanas de el reingreso a Hogwarts se presentaron Remus y Sirius con truculentas noticias, ambos parecían que cambiaron de lugares, el jubilo de Sirius ahora lo lucia Remus, y el padrino de Harry lucia como si hubiera corrido 10 maratones seguidos. Uno con ropa bien arreglada y peinado, el otro con la ropa riada, sucia y su olor era a vagabundo.

-Se han producido ataques de dementores -anunció Lupin mientras la señora Weasley le servía un suculento trozo de carne- Han encontrado el cadáver de Igor Karkarov en una choza, en el norte; los asesinos dejaron la Marca Tenebrosa. La verdad es que me sorprende que Karkarov siguiera con vida un año después de haber abandonado a los mortífagos; si no recuerdo mal, Regulus…-

-¡Lupin!- gruño Sirius mirándolo con los ojos rojos e intentando acabar su comida.

-Vamos Sirius, era tu Hermano y al final de todo se dio cuenta de que estaba mal y deserto- dijo Lupin mordiendo su carne a medio coser.

-Creo… Supongo que tienes razón- gruño nuevamente Sirius esta vez volteando a Hermione que los miraba con los brazos cruzados sobre el pecho.- Mi… hermano… no duro mas de unos días al ser cazado por los Mortifagos-

-Basta-dijo la señora Weasley arrugando el entrecejo-¿ Que les parece si hablamos de otra…?-

-¿Te has enterado de lo de Florean Fortescue, Remus? -preguntó Bill, mientras sostenía a Fleur por la cintura y ella no paraba de servir vino- El dueño de la…-

-… ¿ El heladero del callejón Diagon? -terció Hermione, sintiendo una desagradable sensación de vacío en el estómago- ¿Qué le ha pasado?-

-Tal como ha quedado la tienda, parece que se lo han llevado.-

-¿Igual que a Ollivander?-pregunto esta vez Sofi quien estaba entretenida leyendo "Mil y un curas para toda enfermedad"

-Pero ¿Por qué? -preguntó Ron mientras la señora Weasley fulminaba a su hijo Bill con la mirada.- Entiendo lo de Ollivander, un fabricante de varitas que podría crearlas para ellos o información sobre como aumentar el poder de alguna le es de utilidad. ¿Que necesitan de un Heladero?-

-Helados gratis seguro que no- dijo el Señor Weasley mirando uno de sus cachivaches mientras que su padre lo ayudaba a repararlo- Era… es un gran Historiador y podría también tener información que le ayude en la guerra-

-O hacer algo que le molesto a los Mortifagos- dijo su madre mirando como la señora Weasley fruncía cada vez mas el ceño.- Aunque puede que lo estemos pensando demasiado, tal vez solo sea para demostrar su poder-

La miraron como si ella tuviera la respuesta a todo. Hermione cada vez mas pensaba que la señora Weasley explotaría. Y solo giro la miraba buscando algo con que distraer a todos, y lo encontró, una cabellera color rosa que salia de la chimenea seguida de Charlie.

-¡Eh!- Exclamo agradeciendo la aparición de ambos-¡Miren quien esta aquí!-

-¡Hola!- saludo Tonks dando un salto y ruborizándose al mirar a Lupin.

Lupin volteo como exorcizado, presiono demasiado su cuchillo en la carne que salto liquido y termino sobre la mejilla de Sirius, el resto del almuerzo puso una sonrisa boba. Al parecer Sirius estaba bastante cansado, ya que no aprovecho la oportunidad de burlarse de su amigo. La merienda termino cuando empezaron a recoger la mesa, cada quien fue a hacer algo, incluso Lupin que salio sospechosamente detrás de la Aurora. Sirius por su lado fue adentro, tomo el sillón de tres plazas y se recostó, para segundos después comenzar a roncar estrepitosamente. Nadie lo despertó por mas que lo intentaron.

Al día siguiente Hermione veía como Sofi leía junto al cuerpo de Sirius, que aunque no lo creyera seguía dormido y roncando. Estaba a punto de sentarse a leer cuando escucho el cristal ser golpeado varias veces. En el canto estaba Hedwing, Pig y Errol cada una con una carta en sus patas.

-Las cartas de Hogwarts- grito Sofi, tan rápido como se podía llego a la ventana la abrió y las lechuzas entraron de golpe.

Hedwin entrego sus cartas a Hermione y Sofi, Errol llevaba la de Ginny y Pig ( : perdonen pero no pondré su nombre completo, es complicado) la de Ron. La lista de libros eran todas diferente, incluso la de Ron ya que algunas materias no las tomaría ese curso. Pero lo que si pedían era un montón de ingredientes para pociones, un nuevo juego de probetas y un caldero de plata.

-Genial, no son muchos- dijo Ron al ver su lista.-¿Que tal la tuya, premio anual?-

-Cállate-ordeno Hermione inspeccionando el reloj biblioteca y monedero, tenia los libros, en cuanto a los ingredientes ya no tenia y esperaba que aceptaran el caldero de Oro que dejo Harry.

-¿Caldero de Plata?-pregunto Ginny al ver la lista.- ¡Eso es caro! ¿Quien lo pediría?-

-Slughorn- susurro Hermione medio molesta por que el profesor no pensara en la posibilidad económica de cada alumno.

-¿¡Son las listas!?-pregunto su madre al entrar con la señora Weasley.

-Si, pidieron un caldero de Plata- dijo Ron masticando algo.

-¡Ohh!- salto la señora Weasley miro a otro lado como si esperara que no notaran la preocupación.- Siempre nos la hemos apañado-

-Podrías decirles a Fred o George, esos dos seguro tienen uno-dijo Ginny enseñándole la lista a la señora Weasley.

-Puede ser- contesto la señora Weasley, mientras repasaba la lista de todos los libros que tendría que comprar- Me temo que ahora que ya tienen sus listas no podremos esperar mucho para ir al callejón. Iremos el sábado, si su padre no tiene que trabajar. No pienso ir de compras sin el.-

-¿De verdad crees que Voldemort podría estar escondido detrás de un estante de Flourish y Blotts, mamá? - se burló Ron.

-¡Como si Fortescue y Ollivander se hubieran ido de vacaciones! -replicó ella, que se exaltaba con facilidad últimamente- Si consideras que la seguridad es un tema para hacer chistes, puedes quedarte aquí y ya te traeré yo las cosas.-

-¡No, no! ¡Quiero ir, quiero ver la tienda de Fred y George! -se apresuró a decir Ron.-Pero… pero… pero...-

Hermione estaba a punto de reírse de Ron, a no ser por que se quedo mirando a Sirius.

-Sirius… si… Sirius podría acompañarlos-dijo Ron señalando al sillón.

-¡Jovencito!-dijo la señora Weasley revisando, como cada hora, el reloj que señalaba todas las manecillas "peligro de muerte.- No abuses...-

-Esta bien Molly, Yo los acompaño- dijo Sirius abriendo los ojos, lucia mas recuperado y menos pálido.- Después de todo necesito un leve descanso para continuar-

-¡Seguro!-pregunto su madre mirándolo ya sentado y estirándose mientras le tronaban todas las coyunturas.

-Claro- dijo Sirius- Además necesito tener un tiempo con los chicos, me empiezo a sentir viejo-

Se miraron entre todos por las palabras del ex reo. Hermione avanzo al sillín y le miro de reojo, fue suficiente para saber que no solo se trataba de tener un descanso o pasar el tiempo con ellos, algo quería decirles.

-Supongo que si tuviéramos a otro para acompañarlos-dijo La señora Weasley buscando algo entre el cesto de ropa limpia y sacando un pergamino - Bill tendrá descanso mañana. Si no puedes Sirius...-

-Ya lo dije, yo los acompaño- gruño Sirius para volverse acostar.- Eso solo significa mas descanso para mi-

-A todo esto.-dijo la señora Weasley intrigada-¿Que tanto has estado haciendo? En todas las vacaciones solo te hemos visto dos veces-

-Es un encargo de Dumbledore, una búsqueda- dijo Sirius cerrando sus ojos.

Intento seguir preguntando, pero al ver que Sirius paresia dormido la señora Weasley salio de la habitación algo enojada. Al escuchar su voz lejos abrió los ojos sonrío a Hermione, para después de verdad dormirse.

Al siguiente día Ron procuro levantarse temprano, Sofi bajo con el cabello desarreglado y Ginny estaba contando sus ahorros que podría gastar en la tienda de sus hermanos. Durante el desayuno todos estaban algo tensos sobre todos sus padres que pensaban que salir era peligroso. Bill, estaba aferrado a la mano de Fleur que esperaba un gran "día de compras". Ginny lucio molesta en cuanto se entero que también los acompañaría. Bill antes de salir le pasó a Hermione un pequeño pedazo de pergamino de color canela. Llena de dados sobre retiro de dinero, también el numero de su cuenta y el nombre de Apathio.

-¿Que es esto?-pregunto Hermione mirando desconcertada a Bill.

-Para sacar tu dinero-dijo Atrayendo la atención de todos.-Saque el fromato y lo llene, solo falta el numero a retirar de tu cámara acorazada, por que ahora con las nuevas regulaciones de los duendes los usuarios de las cámaras tardan mas de cinco horas en acceder a su oro. No estábamos seguros cuanto tardaríamos en sacar el dinero, parece que es mas sencillo en cámaras como la tuya. Solo unas tres horas en sacar el formato. Hoy llegaremos y de inmediato iras con tu gerente-

-¿Solamente 3 horas?-pregunto Ron, mirando el saco que era bastante grande.

-'Y eso fue gapido'- menciono Fleur- 'A la pobge Susan McTinon le llevo 6 hogas sacaglo y unas dos mas en veg a su gegente'-

-Gracias Bill- dijo Hermione, guardando su formato de cita en el monedero.

-'Siempge tan atento' -le susurró Fleur a Bill con adoración mientras le acariciaba la nariz. Ginny, a espaldas de Fleur, simuló vomitar en su cuenco de cereales; Hermione giro la vista y se atragantó con los copos de maíz.

Hacía un día oscuro y nublado casi como todo el tiempo desde lo del ministerio. Cuando salieron de la casa abrochándose las capas, uno de los coches especiales del Ministerio de Magia, en los que ya había viajado, los esperaba en el jardín delantero.

-¿Y esto?-pregunto Hermione a Sirius que lucia casi el mismo después de recibir un baño matutino, por lo menos ya no olía a vagabundo.

-Es solo una suposición- dijo Sirius entrando en el coche seguido de Hermione- Pero creo que el ministerio espera que la Orden y los Pendragon estén de su lado en la guerra, y para eso necesitan mantenernos contentos-

-Contentos con ellos no estamos- dijo Ron estirando los brazos y piernas con comodidad mientras el coche arrancaba y se alejaba de la madriguera.

-Luces bastante contento Ron- dijo Ginny negando con la cabeza.

Hermione se despedía con la mano de sus padres que decidieron quedarse junto a Sofi que estaba furiosa por no poder ir al callejón. Había abogado por ella, pero al ser menor incluso que Ginny y aun luciendo mucho menor a su edad real era difícil decir que era capas de defenderse sola. Sofi grito que tenia 14 años al decir la señora Weasley que una niña de 12 años era un blanco fácil en estos tiempos. Al final su madre intervino y Sofi acepto solo por que estaba bastante avergonzada por haber gritado. Ya en la noche, Hermione le prometió que le llevaría un regalo del callejón.

-Pero no se acostumbren, lo hacen porque somos demasiados para viajar al caldero por algún otro medio.- advirtió el señor Weasley, volviéndose para mirarlo. Su esposa y él iban delante, junto al chófer oficial; el asiento del pasajero se había extendido y convertido en una especie de sofá de dos plazas- En el Caldero Chorreante se nos unirá otro destacamento de seguridad.-

-¿Y el noctambulo?-pregunto Hermione mirando el desagrado de casi todos en el coche.

-No es tan seguro- respondió seco la señora Weasley.

Hermione miro por la ventanilla, ¿Destacamento? Se preguntaba algo enojada, esperaba que no fuera alguna estúpida orden de Dumbledore o de el Ministro. Sin embargo empezaba a sentir que Harry tenia razón, tanta seguridad, todos los favores y cosas que hacían por ella, era como si la aprisionaran. Necesitaba espacio para poderse mover y hacer lo que tenia planeado. Mientras Sirius platicaba con los señores Weasley, y Ron disfrutaba a sus anchas, Ginny gruñia viendo como Bill y Fleur estaban pegaditos y sonriendo. Ella esperaba que se le ocurriera algo. Tenia un bloqueo mental.

-Ya hemos llegado -anunció el chófer tras un rato asombrosamente corto, y detenía el coche frente al Caldero Chorreante- Me han ordenado que los espere aquí. ¿Tienen idea de cuánto tardarán?-

-Calculo que un par de horas -contestó el señor Weasley.

-¿Tiene algo mejor que hacer?- pregunto Hermione mirando al chofer, aunque llevaba su uniforme de Auror ella no terminaba de confiarse.

-Al parecer… no- contesto molesto y inclino el asiento para recostarse- Despiértenme cuando nos vallamos-

Bajaron mientras el Auror lucia ya despreocupado. El corazón le dio un vuelco: no había ningún Auror esperándolos fuera de la taberna, sino la gigantesca y barbuda figura de Hagrid, el guardabosques de Hogwarts, que llevaba un largo abrigo de piel de castor. Al ver a Hermione, sonrió sin prestar atención a las asustadas miradas de los muggles que pasaban por allí.

-¡Hermione! -bramó, y en cuanto la abrazó casi le tritura los huesos.- Yo necesito saber… intente comunicarme contigo pero no pude, quería saber, necesito...- Gimio Hagrid con la voz casi en llanto mientras ella miraba como le resbalaban gruesas lágrimas y se perdían dentro de su barba.- Lo lamento, lamento que no me comunicara contigo que… es que es tan triste-

-Esta bien- dijo Hermione palmeando le el hombro, que era lo que alcanzaba si se paraba de puntitas- El esta bien-

Hagrid la miro con insistencia.

-Esta vivo, y regresara- aseguro Hermione. Encontró el valor que necesitaba y sonrío.

-¿Estas segura?-pregunto con la voz mas fuerte de lo que todos querían. Ya que giraron la cabeza en todas las direcciones posibles como si buscaran ha alquilen que no encajara, pero ellos eran los que no encajaban en ese barrio.

-Como siempre- aseguro y Hagrid sonrío tanto que incluso le pareció dispuesto a saltar de emoción,- ¡No sabíamos que el "destacamento de seguridad" eras tú!- continuo antes de que si saltara.

-Ya. Verás, el ministerio pretendía enviar un puñado de aurores, pero Dumbledore dijo que eso era excesivo y que yo podía encargarme - explicó Hagrid con orgullo, sacando pecho y metiendo los pulgares en los bolsillos. -Gracias, Hermione-

-¿De que?, solo soy la mensajera- dijo mientras veía como los señores Weasley abrían la puerta de la taberna.

- ¡En marcha!- exclamó Hagrid mas contento que cuando llegaron, y al punto se corrigió- Molly, Arthur, vosotros primero.-

Era la primera vez que el Caldero Chorreante estaba vacío. Aparte del arrugado y desdentado tabernero, Tom, no había ni un cliente. Al verlos entrar sonrió ilusionado, pero antes de que abriera la boca, Hagrid anunció dándose importancia:

-Hoy sólo estamos de paso, Tom. Espero que lo entiendas. Asuntos de Hogwarts, ya sabes.-

-Por supuesto- gruño y saco un trapo para limpiar la barra que lucia como nunca antes, brillaba de lo pulida que estaba.

Hermione, Hagrid y los Weasley cruzaron el local y salieron al pequeño y frío patio trasero, donde estaban los cubos de basura. Hagrid levantó su paraguas rosa y dio unos golpecitos en determinado ladrillo de la pared, que se abrió al instante para formar un arco que daba a una tortuosa calle adoquinada. El callejón Diagon había cambiado: los llamativos y destellantes escaparates donde se exhibían libros de hechizos, ingredientes para pociones y calderos, ahora quedaban ocultos detrás de los enormes carteles de color morado del Ministerio de Magia que había pegados en los cristales. Algunos carteles tenían fotografías animadas en blanco y negro de Mortifagos que andaban sueltos: Bellatrix Lestrange, por ejemplo, miraba con desdén desde el escaparate de la botica más cercano.

Varias ventanas estaban cegadas con tablones, entre ellas las de la Heladería Florean Fortescue. Por lo demás, en diversos puntos de la calle habían surgido tenderetes destartalados; en uno de ellos, instalado enfrente de Flourish y Blotts bajo un sucio toldo a rayas, un letrero rezaba: "Eficaces amuletos contra hombres lobo, dementores e inferi." Un brujo menudo y con mala pinta hacía tintinear un montón de cadenas con símbolos de plata que, colgadas de los brazos, ofrecía a los peatones.

-¿No quiere una para su hijita, señora? -abordó a la señora Weasley lanzándole una lasciva mirada a Ginny -¿Para proteger su hermoso cuello?-

-Si estuviera de servicio… -masculló el señor Weasley mirando con ira al vendedor de amuletos. No termino por que Hermione avanzo al vendedor y miro los amuletos.

-¿Proteger su cuello?- pregunto Hermione al vendedor.

-De los hombres lobo- declaro el vendedor.

-¡Hermione, tenemos prisa!- Dijo la señora Weasley alterada.

-Un momento- dijo Hermione estirando la mano para tomar uno de los collares y antes de que el sujeto hiciera algo ella vacío un poco de su magia en las runas que se escribían- Espero esto sea suficiente para que no vuelva a amenazar a mis amigos o a nadie. La siguiente vez que lo vea me asegurare de que no pueda vender nada-

Alejo su mano, el vendedor estaba a punto de decir algo y por toda acción los eslabones del collar se separaron y empezaron a rebotar en el lanzo para atraparlos, pero cada que obtenía uno de ellos estos rebotaban a su frente empujándolo con fuerza y tirándolo al suelo. Hermione se alejo mirando como el hombre les intentaba maldecir, pero los traviesos eslabones se metían en su boca e impedían cualquier acción.

-¿Hermione, que has echo?-pregunto la señora Weasley con la boca abierta.

-Nada mas que enseñarle una lección- dijo como si nada, empujando a Ron para que caminara.

El solo miraba y negaba con la cabeza.

-¿Donde lo aprendiste? Es magia sin varita y...- dijo Bill mirándola con un gesto de que parecía comprender algo.

-No se mucho de la magia sin varita, si se algo de esa magia son por los libros que he leído-dijo Hermione con rapidez para evitar que hablara de cualquier otra cosa.

El señor Weasley la miro, estaba apunto de abrir la boca cuando Sirius le tomo el hombro y sonrío.

-Esa es mi ahijada. Ahora que les parece si nos dividimos para hacer todo mas rápido- dijo Sirius señalando el callejón.

-Primero debo sacar dinero de Gringgots.- dijo Hermione señalando el banco.

-Correcto- dijo Sirius rascándose la barbilla- Yo te acompaño-

-Nosotros iremos a Madame Malkin; Ron ya enseña demasiado los tobillos y Ginny quiere una túnica nueva. Vamos, por aquí…- señalo la señora Weasley.

-Molly, Yo iré con ellos, te parece si vas con Hagrid a comparar los libros- objetó su marido.

-No sé, no sé - respondió ella, angustiada; era evidente que se debatía entre el deseo de terminar las compras deprisa y el de mantener unido el grupo- Esta bien...-

Después se dirigían todos a sitios distintos, Sirius sonreía un poco bobo y Hermione deducio el porque.

-¿Veras ha Támara?- dijo Hermione al llegar al banco. Sirius alzo una ceja, la miro unos momentos.

-No es necesario que intentes dejarme a un lado señorita, solo dilo y te daré un tiempo a solas con tu gerente. - dijo Sirius con voz cansada, Hermione estaba a punto de contradecirlo- Aunque no niego que esa también era mi intención. ¿Te parece encontrarnos en una hora?-

-Correcto- dijo Hermione mirando que el banco de igual forma cambio. De un lado estaba una enorme fila de duendes que atendían a un par de clientes, pero en cuanto terminaban con uno pasaban al siguiente duende, era como si revisaran datos y demás cosas que llevaban los magos.

-Esta algo desolado hoy- dijo Sirius señalando a arriba.

Hermione nunca lo vio en persona, sin embargo tenia ese recuerdo de Harry y sabia a la perfección que el que estaba observando desde la parte mas alta del banco era Ragnok. El cual miraba a todos como si escudriñara su alma. Continuaron hasta llegar casi a donde estaba el líder de la nación duende. Un par de duendes mal encarados lo detuvieron.

-¡Nombres!- ordeno uno de ellos con voz gruesa.

-Hermione Granger, vengo a ver a Apathio- dijo Hermione sacando el formulario que le dio Bill.

-Sirius Black, vengo a ver a Támara HallWhite- dijo Sirius con firmeza, pareciendo algo despectivo, sin embargo no tenia formulario y los duendes lo vieron durante unos segundos.

-¡DÉJENLOS PASAR!-Grito Ragnok desde donde estaba, y antes de obedecer la orden de su líder los duendes se vieron sorprendidos.

Hermione intento no girar la cabeza, sabiendo que detrás de ella cada uno de los duendes e incluso los que estaban en el banco los miraba de la misma forma que los guardias duendes.

-Es un placer saludarlo- Dijeron Hermione y Sirius con una reverencia al estar mas cerca de Ragnok y solo asintio la. Camino siguiendo las indicaciones que le dieron, solo que al pasar a lado de la silla de Ragnok este se levanto, sin decir una sola palabra comenzó a caminar a su lado.

Quería decir que conocía el camino de memoria, solo que por la expresión del líder duende que estaba haciéndolo por otra razón que cortesía.

-Hasta aquí llega Señor Black- indico Ragnok una de las tantas puertas que daban a los cuartos donde se atendían los gerentes de cuenta.- Sígame Lady Granger- Ordeno con voz fuerte. Sin pararse continuo caminando.

Sirius le repitió que la esperaría en la entrada del banco, acto seguido ella continuo caminando e intento alcanzar a Ragnok el cual caminaba apresurado, moviendo algo en su mano. Continuaron de frente, incluso cuando se acabaron las puertas de los gerentes, se adentraron a un pasillo iluminado con piedras que parecían diamantes y columnas gruesas echas de mármol. Giraron dos veces a la derecha, y una mas a la izquierda, hasta que llegaron a una escalera de madera brillosa y comenzaron a subir. Se pregunto mas de una vez a donde la estaría llevando, pero por su propia seguridad llevaba bajo la manga la varita. La escalera se bifurco, tomaron hacia la derecha y al final de un pasillo, decorado con pinturas sobre duendes y exóticos tesoros, llegaron a una doble puerta labrada madera. Le sorprendio ver una placa de oro que tenia grabado con rubíes el nombre de Apathio y debajo mucho mas pequeño la leyenda "Gerente de cuentas VIM's&W's" (Very important Magician's & Witch's).

Ragnok toco con la palma la puerta, esta comenzó a abrirse despacio y de forma que mostrara lentamente el interior. Un lugar demasiado grande para ser solo una oficina con el piso alfombrado de color crema, las paredes con acabados hermosos, una gran chimenea encendida con un fuego color azul, el escritorio parecía echo con un solo y enorme trocó. Abrió la boca al ver todo un mudo lleno de portafolios enormes con diferentes nombres. Sobre el escritorio descansaban mas de un tintero, cada uno con diferente color, pergaminos con colores exóticos, y un cristal trasparente que no tenia nada pero Hermione supuso que serbia para que Ragnok o sus superiores a Apathio se comunicaran con el.

-¿Se puede pasar?-pregunto Ragnok, aunque para Hermione era una pregunta fuera de lugar ya que la puerta estaba abierta mostrando todo el lugar.

-Si, adelante- contesto la voz de Apathio, de inmediato lo busco con la vista se encontraba encima de una escalera y revisaba lo que parecía ser un diccionario que contenía todas las palabras del mundo, tan grueso que podría ceder la tabla en la que estaba. Curiosamente era el único sobre ese lugar.

-Hola Apathio, ¿Hace cuanto que no nos vemos?-pregunto Hermione al ver su expresión concentrada en el enorme tomo.

-Me parece que fue cuando vino con Harry, según recuerdo ese día la cuenta Potter se incremento en un ochenta por ciento y solo era la mitad total de su Herencia- dijo Apathio cerrando el libro, y sin que se moviera los peldaños de la escalera comenzaron a descender, los de abajo desaparecían para aparecer arriba y dejar al pequeño duende en el suelo.-Debo decir que esperaba que viniera antes, pero ya que esta aquí espero hablar asuntos delicados con usted-

-Creo que no es el único Apathio- dijo Ragnok acercándose al escritorio tomando la silla, sin pedir permiso se sentó. Apathio solo tubo que mover la mano y apareció una nueva y enfrente de ambos duendes un mullido sillón. Además de una mesa de te con una tetera y un montón de postres.- Pero como es la costumbre de la nación duende, primero la escucharemos Lady-

Se sentó intentando parecer lo mas tranquila posible, solo que estaba nerviosa, tenia mucho de lo que hablar y el tiempo era limitado, de tal forma que lo tendría que resumir en muy pocas palabras y en caso de que se creara algún conflicto intentar llegar a un acuerdo con los dos. Tomo mucho aire en sus pulmones, con lentitud y mirándolos directamente lo saco con lentitud.

-Primero que nada, perdón por no venir antes, como sabrán aun no cumplo mi mayoría de edad y no puedo ir por ahí sin que mi tutor o padres lo aprueben. Ya que estoy aquí tengo varios asuntos que tratar con ustedes. Lo mas importante que necesito resolver, ahora mismo, es sobre la impugnación del testamento de mi novio- dijo Hermione dejando que su tono de mando saliera a flote, después de todo aun lo conservaba, solo que salia a flote cuando era muy seria. Pero algo había cambiado en el, ya no era como lo recordaba, tal vez era su cambio de voz o el echo de que ahora tuviera mucho mas conocimiento y menos nerviosismo, era mucho mas tranquilo y hacia llamar la atención, incluso del líder de la nación duende- A continuación quisiera hablar sobre la posibilidad del manejo de la isla de Harry. Por ultimo, pero no menos importante, quisiera un favor personal-

Los duendes asintieron con tranquilidad, Ragnok floto las tazas sirvió el te y atrajo la de ambos, mientras Hermione sonreía y agradecía al recibir la suya. Los tes tomaron un trago largo, sabían que la conversación seria extensa.

-Con respecto a lo de la impugnación de la Herencia, lady Granger, le informo que estamos enterados desde el principio y ya tenemos la disposición para ayudarla. Solo y solo por una razón- dijo Ragnok mirándola con esos ojos fríos.

-¿Y esa razón es?-cuestiono Hermione no despreciando los bocadillos que le ofrecían los duendes.

-El Lord Potter y la nación Duende teníamos un contrato- dijo Ragnok sacando la larga pipa a la cual introdujo algo violeta, aunque lo mas seguro es que fuera extracto de la raíz de Pino lagrimeante que bien serbia para aromatizar y hacer que el fumador fuera menos susceptible a legeremansia o cualquier magia invasiva.

-Estoy enterada de ello y créame el trato sigue en pie- continuo Hermione adelantándose a lo que seguro pensaba.- Por que...-

-Harry no murió-corto Apathio revisando sus papeles sobre el escritorio.- Esa noticia de que murió fue solo un chisme infundado por el mismo Albus Dumbledore, suponemos que para frenar "al que no debe ser nombrado"-

-¿Como sabe esa información?-pregunto Hermione sorprendida.

-Hace un año vino el señor Potter, visito a Priscob y me cito para… una oferta que no pude rechazar. Ese día me monstruo que nuestro amado Priscob le dio su marca, señalándolo como un amigo de la nación duende y por lo consiguiente aliado- dijo Ragnok encendiendo la pipa, sus ojos no se retiraban de Hermione que intentaba lucir lo mas tranquila posible- Nuestra marca solo la tienen 2 duende, uno de ellos era Priscob al ser el mas antiguo y el otro es el líder de la nación, yo. Y como espero que entienda esas marcas son transferibles, por motivos de seguridad, sin embargo nunca antes o no escrito en nuestros libros se le a trasferido a un Mago. Por lo que logramos rescatar de un antiguo texto, se dice que si la marca no se trasfiere antes de morir esta pasara al siguiente en rango de la nación duende, sin importar donde o cuando muera-

-Revisamos a nuestros colegas y ninguna marca ha aparecido, por lo consiguiente, Harry sigue vivo- Dijo Apathio, haciendo que Hermione se olvidara de todo lo que había planeado y solo repitiera esas palabras una y otra vez.

Si, el estaba vivo y seguramente estaba intentando regresar de donde quiera que estuviera. Trago duro al percatarse de las miradas de ambos sobre de ella y que llevaba unos minutos sin hablar.

-Entonces caballeros ¿Que razón pude ser la que los lleve a ayudarnos?- pregunto Hermione inclinando su cabeza y posándola sobre su puño, mientras su otra mano descansaba sobre sus piernas.

-Nuestro contrato dice que mientras "Quien no debe ser nombrado" nosotros tenemos que aportar nuestra ayuda- dijo Apathio sacando un pergamino de color dorado intenso. Lo mostró con las clausulas impuestas por ellos dos.

-Lady Granger, permítame felicitarla, usted es la única bruja a la cual las puertas de la nación duende están abiertas- dijo Ragnok con una sonrisa cruel.- Por lo mismo estamos dispuestos a ayudarla en todo-

-Y por la herencia del señor Potter no se preocupe, la cambiaremos a nombre de usted de inme...-

-No- dijo Hermione interrumpiendo a Ragnok que no pudo contener una mueca de desagrado – La cuenta la quiero congelada, ningún movimiento se podrá hacer, ni trasferencia , ni cambio de dueño, ni para mi ni para nadie. Hasta que Harry regrese-

-De acuerdo- dijo Ragnok mordiendo la pipa-Sacaremos el acero duende de este año y cerraremos la bóveda del lord Potter. Sobre el manejo de la isla… solo podríamos darle acceso si fuera algo mas que solo la novia del Lord Potter.-

-¿Disculpe, a que se refiere?-pregunto Hermione sorprendida.

-Me refiero a que sabemos que es su novia, que ustedes mantienen una relación muy cercana, sin embargo eso no significa nada para nosotros- dijo Ragnok mostrando sus dientes, en una mueca de satisfacción- ¿Me entiende lady Granger?-

-Lo entiendo- Contesto.

Hermione estaba pensando en que ella era mas que solo la novia de Harry, ahora era mas, la prometida y si ella era la mas "la mas lista de su generación", ella sabría pasar ese obstáculo. Claro que dejaría su compromiso con Harry como la ultima carta en su baraja. Cruzo su pierna, coloco las manos sobre su rodilla y sonrío de manera dulce, como si viera a un ser querido.

-Yo solo pensaba que podría ocuparla para los Pendragon, ya saben nuestro colegio, aquel donde entrenamos alumnos para el levantamiento contra lord Voldemort. Supongo que no se puede hacer nada si ustedes no me permiten tener el control- dijo Hermione dejando salir un suspiro.

-¿La utilizara para enfrentar a Voldemort?-pregunto Apathio mirando de reojo a Ragnok que comenzaba apretar los dientes con demasiada fuerza, dejando marcas en la pipa.- Eso no lo menciono antes-

-Creí que estaba implícito- contesto Hermione tomando otro trago de te, mirando como Ragnok le miraba ya no con superioridad, era como si viera a un potencial problema.- Pero como he dicho no importa si...-

-Le daremos los papeles concernientes para que pueda tomar decisiones sobre de la isla e incluso el secreto de donde se encuentra, supongo que los elfos que atienden a Lord Potter la llevaran de inmediato - continuo Ragnok sin dejar que ella continuara con su pequeño monologo.- Siendo para contrarrestar al Lord Voldemort no podemos negarnos. Pero permítame decirle que si en algún punto nos enteramos que no se ha ocupado para ese propósito Lady, el Lord y usted tendrán que responder ante las antiguas leyes de los Duendes-

-Mi estimado Ragnok ¿Para que mas quisiera toda una isla?-pregunto Hermione sin desviar la mirada del duende que la veía con tal fuerza que podría estar mismo compitiendo. - Estoy segura que mi novio estará feliz de recibir la ayuda de usted, no dudo que le devolverá al favor proporcionalmente-

Esa fuerza se perdió, se relamió los labios y se estrujo ambas manos, seguro de recibir una buena tajada en un futuro. Hermione no pudo evitar una leve risita al percatarse que los duendes de verdad eran muy avariciosos, que no cambiarían en ninguna época y que después de todo, el oro era primordial. Apathio era otra historia, el se encargaba de hacer el papeleo mientras el líder duende estaba perdido en los galeones.

-Como he mencionado, necesito un favor-dijo Hermione llevando los brazos y cruzándolos sobre el pecho, como indicándoles que lo siguiente seria un tema mucho mas delicado.

-Usted dirá- contesto Ragnok en su ensoñación.

-Deseo que toda la información compartida desde este momento, solo sea para ustedes dos y nada mas- dijo Hermione aun mas firme.

Ragnok al fin reacciono, miro a Apathio que también lo miro, luego la miraron por un minuto al menos y asintieron alzando la mano, un leve destello morado indico que ellos no podrían comentarlo a nadie.

-¿Conocen la existencia de los Horrocruxes?-pregunto Hermione apretando la mandíbula, sintiendo un leve enojo al pensar en esos objetos que hacían sufrir tanto a Harry.

-¡Horrocruxes!-medio gritaron ambos, alterando a Hermione que esperaba una negativa.

-¡Esos objetos estan fuera de toda discusion! ¡Nosotros los duendes no nos metemos en tales atrocidades! ¡Cualquier duende que se atreva si quiera a mencionar tal magia negra es considerado un traidor y se ejecuta de inmediato!-gruño Ragnok y de la apertura en su pipa salio una llamarada rojo oscuro, la oficina se lleno de un olor a flores y fruta recién cortada, pero la atención aumento en su pequeño cuerpo.-¡¿Qué quiere usted con esos objetos?!-

-Tranquilo- ordeno Hermione intentando no dejarse llevar por sacar la varita, echarle encima un hechizo relajante o borrarle la memoria a ambos. Espero a que lo hiciera, al contrario comenzó a hiperventilar.- Lo que yo quiero es destruir esos inmundos objetos-

-¿Destruir?-pregunto Apathio encogido en su haciendo intentando lucir mucho mas pequeño de lo que ya era.

-¡¿Acaso alguien los ha creado?!- pregunto Ragnok agitándose mas- ¡Eso no es posible!-

-Lo es – dijo Hermione con lentitud, esperaba que con lo siguiente el duende entendiera- Por varias fuentes fidedignas nos hemos enterado de que Tom riddle, conocido como Lord Voldemort ha creado estos Horrocruxes-

Dejo caer la pipa, dejando un reguero de ceniza en el escritorio de Apathio, el cual no estaba mejor la pluma que sostenía hacia tan solo un segundo atrás estaba en el suelo manchando la alfombra. Ragnok paso una de sus manazas sobre su frente que se había perlado de sudor, dejo salir un ruido extraño antes de volverla a ver a los ojos.

-¿Esta...segura?- pregunto.

-Ya hemos encontrado varios- respondió Hermione asintiendo- Pero creemos que nos faltan uno o dos por localizar-

-¿Dos?-pregunto Apathio con manos temblorosas-¿El que no debe ser nombrado ha echo mas de Dos?-

-Si, no les diere cuantos, pero estoy segura que uno de ellos se encuentra aquí- dijo Hermione señalando hacia abajo y pensando en los cientos de metros de pasadizos, bóvedas y tesoros que se escondían debajo de ellos.

-¡¿EN MI BANCO?!-grito a todo pulmón Ragnok ya no asustado, estaba fuera de sus cabales, mostraba todos sus dientes y gruñía como una bestia.-¡SACRILEGIO!-

-Ese es mi favor personal, ¿Podrían buscarlo en las bóvedas?- dijo Hermione continuando antes de que esa conversación se alargara por otra hora.- Y en caso de que encuentre alguno, ¿Entregármelo?-

El duende salto de su asiento, antes de que avanzara Apathio le detuvo, seguramente tenia que estar bastante molesto para que alguien mas hablara por el.

-Hermione, podemos inspeccionar las bóvedas en busca de artefactos oscuros, en este caso especifico, Horrocrux. Sin embargo los duendes resguardamos esos objetos, no podemos tomar nada y dárselo a otra persona. Lo que se podría hacer es informar a la persona de la bóveda que se tiene que hacer el retiro del objeto en cuestión de inmediato o se impondrá una multa muy severa. Pero como digo ninguno de esos objetos puede salir en manos de alguien a quien no le pertenezca la bóveda. Es terrible la situación, pero así es nuestra ley.- indico Apathio intentando calmar a Ragnok que miraba a todos lados queriendo destrozar algo, de los oídos le salia humo que formaba horrorosas imágenes de muerte.

Ella dejo salir un suspiro cansado, antes de regresar la vista al líder de la nación.

-Entiendo. Entonces cambiare mi petición. Deseo que inspeccionen sus bóvedas y encuentren el horrocrux, pero no informen a su propietario, mándeme la información para estar alerta. Mejor un Horrocrux bajo su custodia que uno perdido-dijo Hermione sacando su siguiente carta.

-ACEPTAMOS- Grito Ragnok asintiendo mientras Apathio se soltaba un poco la corbata. - Lady Granger, encontraremos ese Horrocrux en cuanto este en nuestro poder estará la información a su disposición-

-Permíteme ahora a mi preguntar ¿Que harás con la información?-dijo Apathio sacando un pañuelo para limpiarse la frente, se observaba bastante consternado por toda la información y seguro que le llevaría mucho hacer tan laborioso trabajo.

-Como he dicho, mas vale estar seguro de donde esta y no saber que esta perdido- dijo Hermione intentando contestar a medias.-Pero no se preocupe yo no haré nada para sacar ese Horrocrux del banco. Creo que eso seria todo por ahora… o cierto, necesito sacar algo de dinero de mi bóveda-

-Apathio, encárgate de todo los tramites- dijo Ragnok ya ni viéndola, estaba caminando rumbo a las puertas, con los puños apretados y una mirada enojada- Yo iré de inmediato a poner a todos a revisar knut por knut, no importa si nos lleva un años o mas, ¡Lo encontraremos!-

Salio despotricando contra los magos, diciendo que eran unos desdichados que no tenían ni la menor idea de que significaba el compromiso o el respeto a los contratos de bóvedas. Hermione no pudo evitar morderse el labio al ver a Apathio sentarse, y encontrarse de frente con el gerente de cuentas. Todo ese tiempo se la paso observando directamente al líder de la nación duende, que si bien era el mas importante de la habitación también el mas peligroso y ahora que no estaba estipendio un poco el humor de Apathio. Lucia con ojeras, desganado y sus orejas puntiagudas estaban algo decaídas.

-Y yo creyendo que el que traía peticiones extrañas y problemáticas era Harry, veo que me equivoque- dijo Apathio levantando la pluma que seguía en el suelo, limpiando con una sola mano su escritorio y dejando un par de documentos encima.

-Lo lamento- dijo Hermione de verdad- Pero era necesario- El rasgar de la pluma en los documentos, siguió por unos minutos. -Veo que te han ascendido, Felicitaciones-Continuo intentando que el humor cambiara en la habitación.

-Si, ahora tengo un puesto alto dentro de la nación y en el banco. Se podría decir que es a que tengo una de las mayores cuentas de todos los tiempos. Como ves aun esto aclimatándome- dijo Apathio un poco tosco.- ¿Cuanto va a sacar de su bóveda?-

Hermione advirtió que no tenia que poner de peor humor al duende, le indico el montón, también guardo silencio y espero paciente a que terminara todo lo escrito. Después de firmar y sellar cada pergamino magico, lo miro y dedujo que el duende tenia mucho, no la veía seguía mirando diferentes documentos que aparecían de la nada.

-Fue un gusto saludarte- dijo Hermione levantándose, le estiro la mano y Apathio la estrecho con fuerza- ¿Crees que pueda ir a ver a Priscob?-

Detuvo su trabajo, levanto la mirada con la boca abierta y negó.

-Nuestro amado Apathio falleció casi ya un año, justamente dos días después de que Harry viniera- dijo el elfo con tristeza.

No pudo decir nada mas, ni siquiera moverse, ¿Apathio murió? Era su pensamiento general. Para ella era imposible después de todo el elfo les dijo que tenia un hechizo echo por el mismo Merlín. Una lágrima gruesa cruzo su mejilla, se la removió con la mano e intento sonreír.

-Ya era hora. Tantos siglos viviendo, lo extrañaremos, pero el ya esta descansando… al fin- dijo Hermione.

-Fue duro perderlo, pero todos estamos tranquilos de que el este junto a todos sus seres amados- dijo Apathio, luego sonrío- Esperare mas alocadas peticiones, solo espero que como siempre...-

-Si, puedes tomar lo que acordamos de mi bóveda- dijo Hermione asintiendo.

Se despidieron una ultima vez, una mucho mas amigable y luego ella salio de la oficina, bajo las escaleras y recorrió todo el camino sola hasta el vestíbulo. Pensaba en todo lo que paso cuando Harry salio la ultima vez al callejón Diagon, era tanto que aun no entendía si estaba conectado a la actualidad. El secuestro del señor Ollivander, el cierre de la nación duende, y la muerte de Prisco. De un momento a otro recordó la única vez que ella lo vio, sus libros que le dio y todo lo que paso, se concentro en aquello que olvido de ellos por todo lo que pasaron. (N. Caos: A mi también se me olvido, lo siento, pero gracias por recordármelo Bell Sky) Aquellos libros que le dio seguían guardados en el monedero, no quiso cambiarlos de lugar por una extraña razón, tal vez ahora entendía. En cuanto regresara a la madriguera comenzaría a leerlos a conciencia, esperando encontrar algo que la ayudara a avanzar mas rápido.

Justo en la entrada del banco estaba Sirius con los brazos sobre la cintura de Támara que le veía algo sonrojada, y vestida de civil. Ambos soltaban risitas algo bobas, el estaba casi encima de ella y por lo que se veía ninguno de los dos deseaba estar lejos del otro. Hermione tocio desde varios metros atrás, incluso intento pisar mas fuerte para que se percataran de que ella ya estaba ahí. Solo cuando paro a un lado de ellos la vieron.

-¡Hermione!-salto Támara separando a Sirius el cual se reía estrepitosamente. -¡Hola… ¿Hace cuanto que no nos vemos?-

-Pensé que tardarías mas-dijo Sirius revisando su reloj.- Tendremos tiempo de sobra para regresar-

-¿En que están pensando?-pregunto Hermione arqueando una ceja.

-Tengo que mostrarte algo- dijo Sirius bajando los ojos, rascándose la barbilla, casi tan rígido como una estatua.

Advirtieron que muchas personas los miraban atemorizados, y ninguna de ella se acercaba lo suficiente, o se atrevían a hablarles. Sirius movió la cabeza, y ambas lo siguieron por el callejón, continuaron caminando hasta que estuvieron fuero de la vista de todos.

-¿No tendrías que estar trabajando?-pregunto Hermione a Támara que lucia algo nerviosa.

-No realmente, ahora solo somos contactos entre el ministerio y el banco, la mayoría de nosotros no tiene mucho trabajo hoy en día- contesto algo desganada.

-Ya te he dicho que lo dejes, ahora tengo la fortuna de mi familia, podemos sobrevivir con eso- dijo Sirius mirando a todos lados.- ¿Lista? Támara nos dará tiempo por lo menos otra hora o hora y media-

-¿Adonde vamos?-pregunto Hermione con voz molesta.

-Camelot ¿Recuerdas? Fue tu idea un lugar para proteger a los Pendragon- dijo Sirius revolviéndose el pelo.

-Me lo hubieras dicho- dijo Hermione entendiendo todo.- Yo también quiero ir, pero me falta todo lo de pociones, ingredientes, las probetas y demás-

-Yo los comprare, no tienes de que preocuparte, lo tendré todo antes de que regresen- dijo Támara extendiendo la mano. Hermione entrego la lista, seguido de una pequeña bolsa con dinero.

-Por cierto tenemos que regresar antes de que ellos se den cuenta. -dijo Sirius alzando un pequeño espejo y dándoselo a la pelinegra-Cualquier cosa ya lo sabes utilizar-

-¡Pues que esperan! Distraeré a los señores Granger y a los demás, seguirán los dos dentro del banco- dijo Támara dando un beso a Sirius- Vete, y por favor ¡No vuelvas a hacer que te envie una lechuza furiosa por no comunicarte conmigo!-

-Lo lamento, estaba cansado-

-¡Ve te!-Ordeno Támara lanzándole una mirada amenazante

Un segundo después Sirius le extendió el brazo a Hermione, quien dejo salir un gemido al recordar la horrible sensación que tenia cada que se desaparecía. Su cuerpo se comprimió, descomprimió y el aire se le salio de los pulmones. Para cuando reacciono estaba parada en las afueras de un bosque, repleto de arboles frondosos, pasto verde amarillento y con un sendero que se internaba en el.

-¿Queens Wood?-pregunto Hermione al reconocerlo- No esta precisamente a las afueras de Londres-

-Tampoco esta tan cerca-indico Sirius comenzando a caminar a paso apresurado.- Aun nos falta para llegar-

El camino continuo por otras 50 metros, y apareció un letrero viejo que tenia escrito " Cuidado con los animales", Sirius saco la varita y del letrero surgieron destellos que giraron entorno a ellos, después formaron un camino que se internaba en el bosque. Sin decir nada continuaron caminando, vieron varios tipos de aves, también una que otra ardilla, incluso una lechuza que los miraba con ojos inexpresivos. Y en lo profundo se toparon con una vieja verja de jardín, el blanco de la pintura carcomida, con enredaderas alrededor.

-¿Como pasamos?-pregunto Hermione cuando la presión mágica de adentro le llego a sus sentidos.

-Solo un Potter puede atravesarla- dijo Sirius mirando hacia adentro, sus ojos brillaban con esplendor.- Pero también el elfo domestico puede abrirlas, solo tenemos que tocar-

Con la varita en mano, golpeo la madera de la verja varias veces seguidas. Después de dos o tres segundos, nada paso. Hasta que vio un par de ojos azules a traves de los huecos de la madera. Con un golpe se abrio, mostrando a una criatura pequeña, con orejas de murciélago, nariz larga y una sonrisa enorme, todo enfundado en un perfecto uniforme Pendragon.

-¡DULCE AMA!-Grito Dobby saltando y abrazándola con tal fuerza que casi le rompe las costillas.-¡DOBBY ESPERABA SU LLAMADO, DOBBY NO PENSÓ QUE USTED VINIERA EN PERSONA!-

-Hola Dobby- dijo Hermione sonriendo al ver como el pequeño la soltaba y saltaba varias veces.- Estoy muy feliz de verte-

-Hola Dobby, ¿Como has estado?-pregunto Sirius.

Dobby pareció otro, lo miro de mala forma ni lo saludo y abrió toda la puerta para dejarlos pasar.

-¿Esta todo bien entre ustedes?-pregunto Hermione antes de continuar con su camino.

-No desde la ultima vez- dijo Sirius muy bajo.

Al pasar fue como cruzar a otro lado, un lugar muy diferente. Adelante se encontraba un precioso lago de agua azul, y en medio de ese lago estaba una pequeña isla con una mansión, era impresionante; el primer piso tenia puertas por cada lado, ventanas que tenían cortinas blancas, y en el segundo piso enormes ventanales que daban a un balcón desde el cual podías observar cada ángulo del lugar, un camino de piedra blanca a cada lado del lado le daba acceso a la Mansión. Y en cada entrada existía una pequeña fuente que sin ayuda de nada en particular hacia mover el agua con forma de animales.

Los jardines eran flotantes, tenían plantas de colores morados, rosas, amarillos, rojos e incluso plateadas cada uno se movía de alguna forma, incluso observo tentacula venenosa. Lo mas impresionante de todo es que en el centro se levantaba un Sause Boxeador mucho mas grande que el de Hogwarts lucia tan alto que podría aplastar a cualquier elefante con una sola rama, se movía dándole un toque aterrador.

Del lago salían las cabezas de Kelpies que con curiosidad por los invitados salían a ver quien había llegado. Incluso Hadas acuáticas, esas criaturas pequeñas que parecían duendes con colmillos filosos, alas como de libélula y que si no te andabas con cuidado podían morderte.

-Bienvenida Ama, a Camelot- dijo Dobby dando saltos de alegría, señalando la casa y jalando la de la mano- Venga, todos se sorprenderán de verla-

-¿Pero como es que todo esto esta aquí?-pregunto Hermione con la boca medio abierta- Los Kelpies, el sause… ¿Las hadas de agua no estaban extintas?-

Sirius se río un poco mientras avanzaban por el pasillo que los llevaba a la lujosa propiedad. Dobby se adelantaba corriendo o mas bien dando saltos largos, no sabia para que pero algo tramaba.

-Los Potter tenían bastante secretos ocultos, incluso al ministerio de Magia, creo que los Kelpies estaban siendo vendidos hace mucho a un circo. El bisabuelo de Harry los compro, como no tenia medio de enviarlos a los océanos creo un lago para ellos alrededor de la casa, desde entonces las criaturas no han querido irse… o eso me dijeron. El sause ese ya estaba aquí, la casa se construyo a su alrededor, el protege la vivienda ¿De donde crees que sacaron el injerto que se planto en Hogwarts?, de igual forma que la mansión se le dio algo que cuidar al sause, el pasadizo por donde cada mes Lupin desaparecía -contó Sirius pasando la mano por el barandilla de piedra lisa que marcaba el camino, la nostalgia estaba impresa en su rostro- Vine aquí solo un par de veces, era la casa Peverel antes, para los Potter era como su casa de vacaciones. James… el era cuidadoso con quien invitaba, jamas pensamos que Peter nos traicionaría. Fue una alegría saber que este lugar no permitió regresar a ninguno de nosotros cuando murió James. No hasta que Harry tomo control de sus pertenencias, entonces Dobby subió a ser el elfo principal y ahora estamos aquí. Camelot, le queda-

-¿Por que te vio de esa forma?-pregunto Hermione intrigada, nunca en todo lo que conocía a Dobby miro de esa forma a alguien.

-Ya lo veras- dijo Sirius soltando un pesado suspiro- Es... complicado de explicar-

Sin pensarlo llegaron a la entrada, una escalinata de piedra negra lo llevaba a la fachada blanca. La puerta decorada con un león recostado y con su pecho mostraba la procedencia de todos los Potter. Se abrió, de ella salio un chico de cabello negro con una mirada inteligente y sonriendo, llevaba las manos en los bolsillos y al verla sonrio. Theo estaba llegando a ellos cuando en la puerta se perfilo Magnus lament, Jazmin Snowyowl, Alex Winnickus, Arhur King, Rache Erad y otras personas mayores y que nunca antes en su vida vio. Incluso Hannah Abbot, con su madre Ainia, Madame Bones con otras cuantas personas que estaban clasificadas como desaparecidas.

-Hola- saludo Theo alzando la mano.

Entre empujones a todas las personas enfrente salio una rubia de ojos azules y antes de que cualquiera reaccionara corrió a ella, se lanzo y la abrazo cubriendo su vista con la cabellera.

-¡Hermione!- dijo Daphne con un gimoteo-¡Debí comunicarme antes contigo, creí que seria interceptada!-

-¿Que pasa aquí?-pregunto Hermione anonadada.

-¡Creí que estabas enterada!-dijo Daphne abriendo los ojos como platos, giro a Theo y lanzo una mirada tan furiosa que todos retrocedieron -¡DIJISTE QUE ELLA ESTABA DE ACUERDO!.-

-Yo pensé que...-comenzó Theo alzando las manos.

-¡No debiste, Mentiroso!- dijo Daphne rechinando los dientes, luego giro a Sirius-¡Y la trajiste a ella!-

-Espera abusona, estaba...-

-¡ELLA NO DEBERÍA ESTAR AQUÍ!-Grito Daphne señalando a la mansión-¡Es la casa de Harry y Hermione!-

-Basta-ordeno Hermione con voz baja y la voltearon a ver, su pelo flotaba, su mirada era una neutra pero su cien indicaba que estaba de verdad cabreada- Expliquen antes de que los saque de todos aquí en solo un movimiento de mi varita-

Ni siquiera se percataron cuando tomo la varita, pero la enfundaba y apuntaba directo a Theo que alzaba las manos pálido. Los demás retrocedían con lentitud.

-Cuando me diste el pergamino pensé que era un lugar seguro para todos nosotros, para aquellos que huimos de algo. Winnikus, Jazmin, Arthur, todos ellos son perseguidos por Mortifagos, son sus hermanos o familiares aquellos que se escondieron y vagaron por mucho tiempo. Te juro que todos son de fiar. No rompería mi juramento a Harry. Ninguno de nosotros- dijo Theo muy rápido e intentando salir de la mira de Hermione.

-¿Y los que se suponen que están en un lugar seguro?-pregunto Hermione esta vez hacia Sirius que era el único de la Orden presente.

-Dumbledore me pidió llevarlos a un lugar donde nadie supiera, y los únicos que saben la localización exacta de este lugar y como entrar son los elfos domésticos. Sin contar que una vez que salgan de aquí no recordaran mucho del lugar, solo que existe, pero ni siquiera sabrán si esta en Londres-dijo Sirius con temor al verla tan enojada.

-Señorita Granger, yo le aseguro que mantendremos este lugar...-comenzó Madame Bones avanzando e intentando calmarla.

-¿Bien, seguro, sin que nadie lo sepa?-interrumpió tan bruscamente que todos saltaron-Usted ya no es la jefa de aplicación de ley mágica, usted no puede prometer eso. Este lugar es de Harry. ¡THEO!- Lo miro de tal forma que este trastabillo- No tenias derecho a traer a mas que a Pendragon, pero ya lo has echo, te juro que si este lugar termina siendo publico estas muerto.-

-Si- gimió.

-Este lugar lo pensé para los Pendragon y acepto que me agrada que lo vean como un lugar donde estár a salvo. Pero nadie te les dio permiso de traerlos aquí, si me hubieras preguntado hubiera estado de acuerdo, ahora estoy muy enojada. Y no creas que lo olvidare-

Su amenaza resonó por todo el lugar, entonces fue cuando la vio, su cara palida y esa mirada de superioridad, incluso los ojos grises. Era Narcissa Malfoy, se encontraba hasta atrás de todos y le miraba directamente a los ojos. De un movimiento de varita una soga gruesa intenso salio de la punta, recorrió el camino entre ellas dos y la ato del cuello, al siguiente segundo era atraída. La arrastro todo el camino, y la dejo a sus pies, alzo una vez mas la varita. Sirius le tomo la mano, modio su varita y el hechizo desapareció.

-¡SIRIUS BLACK!-grito Hermione girando la mano para soltarse de su agarre lo cual logro, al siguiente movimiento le lanzaba un desmaio que evadió con facilidad.

-¡Espera se puede explicar!- dijo Sirius intentando protegerse.

-¡ES UN MORTIFAGO!-Grito Hermione, reacciono al instante que Sirius lanzaba un pretificus totalus, apenas rosando le la mejilla.

-¡Escucha… ella...-

Y como un montón de abejas sobre miel aparecieron pequeños cuerpos que estaban sobre Sirius, deteniéndolo. Los elfos salían de todos lados, apuntaban a todos, en un segundo hacían un circulo alrededor de Hermione, apuntaban con sus manos a todo el mundo. Dobby estaba enfrente de Hermione apuntando a Narcissa que estaba en el suelo jadeando y la miraba con odio puro.

-Dobby solo necesita la orden de la Ama y terminara todo esto- indico el elfo mirando a la mujer que no podía estar mas sorprendida.

-¿Que hacen?-pregunto Theo mirando a todos los elfos que eran cerca de 300 y que rodeaban a todo el mundo listos para atacar- Hemos estado conviviendo con ustedes de por mas de un mes...-

-Ustedes no son nuestros amos. Nuestros amos son Harry y Hermione Potter- dijo una voz femenina, Hermione no pudo evitar sonreír al ver a Winky bien vestida, mirando a Dobby que no paraba de apuntar a Narcissa- Ama solo ordene, todos estamos listos para sacar a los intrusos de Camlet-

Hermione dudo entre decir algo o dejar que todo continuar como estaba.

-¡Piénsalo bien Hermione, estas enojada, pero tu sabes que esto es lo correcto, sabes que esto es lo que debemos hacer!- dijo Sirius en el suelo, con casi 20 elfos encima, y uno de ellos sosteniendo la varita lejos de su mano.

-¡No! Es tu casa, tu decides- dijo Daphne que alzaba las manos ante cuatro elfos.- Nadie tiene por que estar aquí si tu no quieres-

-Déjenlos- dijo Hermione con molestia, comprendía todo, el por que Sirius los llevara a Camelot, por que Theo ayudara a los Slytherin y sus familiares, incluso podía hacerse a una vaga idea de por que Narcissa estaba ahí. Lo odiaba. Pero en ese momento era lo que necesitaba, un santuario donde todos pudieran sentirse a salvo y si ese lugar era el lugar donde algún día tendría que residir Harry, lo aceptaba.

Los elfos se retiraron poco a poco y con muchos "puff" desparecieron uno tras otro, excepto Dobby y Winky, el pequeño viendo a Narcissa tan fijamente que aprecia no ver nada mas y la elfina tomándole el hombro con ojos preocupada.

-Solo lo preguntare una sola vez, si no me satisface, te enviare al mismo lugar donde esta Barty Crouch Jr. Según recuerdo ha estado mucho tiempo solo, creo que aceptara compañia.- dijo Hermione de forma fría mirando a la mujer que lucia débil y temerosa.-¿Por que estas aquí?-

-Mi… mi… hijo- dijo lentamente Narcissa con los ojos llenos de lágrimas- Esta desaparecido-

-Creo que dije que no lo repetiría y ...-

-Me pidió ayuda- dijo Sirius avanzando, y colocándose enfrente - Vino a mi y...-

-¡Deja que ella lo diga! o el que recibirá toda mi ira seras tu Sirius y créeme, ¡No seré nada benévola!-dijo Hermione ya harta por Sirius.

El cerro la boca, todos los miraban pero no importaba, solo necesitaba saber si la esposa de Malfoy iría a acompañar a su viejo colega a una isla deshabitada o tendría algo de su clemencia. Espero hasta que Narcissa temblando volvió a abrir la boca.

-Fui a suplicar ayuda a Sirius, el… me ayudo. Mi hijo esta en muy graves aprietos, el lord oscuro lo tiene mareado con sus cuentos, tiene una misión que lo matara. Esta ciego de rabia contra ustedes por hacerle eso a su padre, el que Potter los ridiculizara una y otra vez. Draco desea venganza-

-¡Ese no es nuestro problema!- dijo Hermione avanzando, moviendo la cabeza para que Sirius saliera de su camino, el hombre se planto frente y ella se sostuvo la mirada durante un minuto-¡Muévete!-

-Narcissa a dejado de ser una Malfoy, su matrimonio ha sido disulto y ha regresado a ser parte de mi fami...-

-¿Entonces eso ha redimido todas sus atrocidades?-pregunto Hermione ya resoplando por toda su furia -¡Una sola acción buena no remedia miles de malas!-

-¡PIENSAS DEJARLA SOLA EN LAS MANOS DE EL QUE NO DEBE SER NOMBRADO!- Grito Sirius gruñendo.-¡HARRY HUBIERA PROTEGIDO A LA TODOS LOS POSIBLES!-

Hermione lo miro en silencio, su ira estaba fuera de sus cabales.

-Lo se, pero el también entendía que ahí personas a las cuales no se les debe proteger. O no a menos de que prueben su lealtad-dijo tan bajo que apenas fue escuchada- Lo repito una vez mas, muevete y que Narcissa me explique o de lo contrario, tu y tu familia tendrán que dejar Camelot, Pendragon y Hogarts para siempre-

-Pero...-

- Además no puedo permitirme ser débil, complicar las cosas y crear muchos mas conflictos para cuando regrese.- continuo Hermione moviendo de nuevo la cabeza- Sabes que yo no soy Harry, no me tentare el corazón contra personas que han dañado a mi familia. No me obligues a, otra vez, a sacarte de Pendragon-

-¡Estas siendo irracional!- dijo Sirius aun un poco alto- ¡Piensa con lógica!-

-Muévete- ordeno Hermione.

Dejo salir aire contenido, con un movimiento de cuerpo dejo libre la vista Narcissa.

-Tienes un minuto para explicar. Espero que seas buena resumiendo-dijo Hermione dando dos pasos, quitando a Sirius del todo y quedando a la misma altura que Narcissa. -¿Me lo harás repetir?-

-Mi esposo enfermo, mi hijo desapareció por una misión suicida, el señor oscuro me utilizaba de sirvienta y para quejarse de los fallas de Lucius… yo no tenia a nadie mas. Solo quería sentirme a salvo.- comenzó Narcissa temblando, con el rostro empapado en llanto- Acudí a Sirius...-

-Para, lo demás no me interesa- dijo Hermione con dureza. Con un movimiento rápido tomo su brazo izquierdo, lo levanto y con la punta de la varita abrió la manga que cubría su piel. Tal como pensaba, ahí estaba la marca de Voldemort. La alzo mostrándosela a todos.- Ya no es mi decisión si te quedas o te largas. Se lo dejare a las personas que se quedaran en Camelot contigo. Es su decisión vivir a lado de alguien que los traicionaría o proteger a otra persona en busca de seguridad-

Soltó con repugnancia a la mujer, miro a Dobby que lucia muy enojado.

-Mantén siempre a tres elfos siguiéndola, no puede estar en ningún momento sin vigilancia y si solo da un indicio de que trama algo la enviaran a lado de Barty- Dijo Hermione acariciando la cabeza de Dobby haciendo que el levantara la vista y le sonriera, ella se alegro de que el pequeño no guardara tanto desprecio como ella. -Daphne, Nott vamos a un lugar privado. Tengo que tener una platica privada con ustedes-

- Hermione no tenemos mucho tiempo y...-

-Ahora no Black, no después de todo lo que paso- dijo Hermione mirando a Daphne que le tomo del brazo y la llevaba a adentro de la Mansión. La miraban como si esperaran mas ordenes de ella.- Pueden decidir que hacer, platiquen entre ustedes, antes de irme quiero escuchar si se queda o se va Narcissa Malfoy-

Mientras subian por la escalinata de marmol, miro como Madame Bones miraba a Narcissa y la evaluaba, incluso como la señora Abbott platicaba con Hannah para llegar a una resolución. Los demás Pendragon cuchicheaban y la miraban con cierto respeto. Antes de cruzar la puerta de cristal miro por ultimo a Sirius que lucia deprimido, a Narcissa que se sentaba en la jardinera y a Dobby desaparecer junto a Winky.

Al entrar se quedo impactada, nuevamente, por el hermoso lugar con un estilo rustico que era tanto hipnotizador como hermoso. Un recibidor amplio con estatuillas de criaturas mágicas o normales en pareja, que se movían realizando múltiples acciones. Y entra una y otra había un retrato dos retratos que las separaban, todos ellos la miraba. El patrón se repetía, un hombre, todos con melenas negras e incontrolables, ojos café o azules, algunos incluso muy parecidos a Harry; una mujer, ellas con las cabelleras rojas y eran hermosas. Sin embargo le llamo la atención que terminaran en un pasillo que seguía de frente y a su lado dos escaleras circulares que llevaban al piso superior, pero lo que atraía su vista era los cuadros colgados ahí. Eran los padres de Harry que le sonrieron al verla, James guiño un ojo y Lily le mando un beso que la sonrojo. La estatuilla que los representaba era un un ciervo y una cierva.

-Por aquí- indico Theo subiendo al segundo piso.

Subieron, ella impresionada que incluso en las pequeñas decoraciones del barandal se viera el diseño a mano y la magia que desprendían. Recorrieron un pasillo ancho, donde continuo mirando las caras de los ancestros de Harry. Se sentía cada vez peor, no veía ni a una sola esposa que no tuviera el cabello rojo fuego, se comenzaba a preguntar si era una maldición o algo parecido. Daphne debió percatarse por que le regalo una sonrisa algo burlona, como solían ser sus sonrisas de afecto. Llegaron a una puerta labrada en ébano, se abrió incluso antes de que llegaran y adentro había un par de sillones formando una "u" alrededor de una mesa de te, al fondo un escritorio limpio y un gran ventanal por el cual se veía a los Kelpies juguetear en el agua. Sin las miradas de las esposas Potter o de los Potter se sentía mas tranquila. Al ver a Theo despreocupado, con las manos en los bolsillos recordó por que necesitaba hablarle a solas.

-¿Y bien que querías hablar con Daphne y?...-

Theo no logro ni terminar la frase, la palma de Hermione se estampo con toda su fuerza contra el rostro del chico que se tambaleo y callo golpeándose con los sillones. Daphne se había echado hacia atrás como esperando un segundo ataque contra ella. Pero avanzo y miro a Theo que tenia la mitad del rostro a rojo vivo, una mirada cristalina y aterrada.

-Como una de las fundadoras de Pendragon, y aquella que te dio entrada a Camelot acepto que tu decisión de meter a refugiados fue generoso e increíble. Como Hermione Granger estoy furiosa- comenzó dejándolo de ver, dirigiéndose al ventanal esperando que su furia se atenuara- Estoy segura que si me hubieras enviado una carta, solicitando que entraran, no existiera este problema, sin embargo ya no lo puedo cambiar. Es tu responsabilidad a partir de ahora, ver y asegurar que nadie de los que entre a Camelot divulgue cualquier información sobre el lugar. Daphne...- Su amiga salto, asintiendo con la cabeza -… ¿Que es lo que te hizo venir a Camelot? Creía que estas de vacaciones-

-Lo estaba, solo que… apareció mi padre- mencione Daphne con voz gruesa.- Persigue a mamá, mi hermana no lo entendió del todo pero creyó que aquí estaríamos a salvo y como necesitaba ayuda envié un mensaje a Theo sabiendo que el tenia un lugar seguro. No pensé que fuera el hogar ancestral de Harry hasta que entre a la mansión, debí suponer que no era para todos los...-

- Como he dicho acepto que estén aquí, solo que me sorprender mucho al ver este lugar y como había muchas mas personas de las que creí… también el que algunos que están en la lista de secuestrados o perdidos aparecieran delante de mi-dijo Hermione sobando se el cuello, cada día le pesaba mas – Lamento mis exabruptos-

-No tienes por que, fue tan repentino que a todos nos tomo por sorpresa. Por eso salimos a recibirte, creo que tensamos que darte la noticia mas despacio-dijo Theo ya levantado, sobando se la zona afectada que se mostraba a la perfección con la marca de su mano.

-Tal vez- menciono Hermione sentándose, ya no tenia caso seguirse mostrando hostil- Ahora díganme ¿Como esta todo?-

-Los Pendragon siguen entrenando, la biblioteca de aquí no es tan buena como creíamos, la verdad es que tienen un buen centro de entrenamiento bajo el lago, desgraciadamente la información es escasa y no es del todo de primera calidad.- menciono Daphne soltando un suspiro- Los adultos se la pasan haciendo planes he intentando encontrar los siguientes movimientos de quien tu sabes, están intentando salvar a los mas posibles-

-Nosotros nos preguntábamos si tendríamos que regresar a Hogwarts este año o quedarnos aquí y ayudarte...-

-Regresaremos a Hogwarts, no podemos dejar que el miedo nos impida continuar- dijo Hermione pensando en como todo lo sucedido cambiaba sus planes -Los que deseen quedarse lo pueden hacer, pero a ustedes dos los necesito en Hogwarts entrenando-

-No creo que las clases nos sirvan de mucho- menciono Theo sentado, la marca roja pasaba a un tono amoratado.

-Las clases no, yo los entrenare-dijo Hermione moviendo el pie una y otra vez, saco su monedero, saco varias guías bastantes gruesas echas por ella misma, una por cada miembro pendragon- Tengo esto para ustedes-

Las tomaron las suyas y las miraron con la boca abierta, pasaron las hojas revisándola una y otra vez.

-¿Es una guía de torturas?-pregunto Daphne.

-Son entrenamientos especializados, corresponden a lo que he observado de ustedes, cuales son sus fortalezas y debilidades, como incrementar su defensa o ataque según lo requieran. Estoy empleando esto en Sofi, Ron y Ginny...-

-¿Como esta?-pregunto Daphne de golpe, su mirada indicaba que se refería a Ron.

-Bien, se queja todo el tiempo- comento Hermione viendo la sonrisa que formaban sus labios. - Esta ansioso por verte en Hogwarts. Espero que para el primero tengan por lo menos tengan asimilado el entrenamiento fisico-

-Esto es pesado- dijo Theo señalando su guía- De verdad estoy tan flaco-

-Comparado con quien, si es con Harry tu eres un palillo, comparado con Neville eres un poco mas fuerte- dijo Daphne haciendo que Theo gruñera.- Si eso es todo, podemos darte un Tour por el lugar-

-Una ultima cosa- menciono Hermione observándolos con seriedad- Sobre lo que dijo Narcissa, Draco tiene una misión. Si ella se queda espero que entre ustedes dos consigan el máximo posible de información sobre eso. No dejaremos que Voldemort se salga con la suya-

-Entendemos, no tienes por que preocuparte- dijo Theo levantándose, se trono el cuello, aunque se veía a leguas que era mas por el dolor en al mejilla- Tengo que hablar con los demás sobre lo que nos has dicho… además de entregarles las guías de tortura-

Salio del lugar con las guías en los brazos. Daphne no pudo evitar una risita.

-Tienes la mano pesada- menciono.- El pobre tendrá problemas para morder-

Hermione rodó los ojos con la nariz al techo – Puedes madurar Greengrass-

El tour por la Mansión fue rápida, los cuartos eran demasiado parecidos unos entre otros, en la planta baja se encontraba una enrome casina con todo lo necesario, incluso un enorme un armario enfriador (igual a un refrigerador pero sin ser uno) y por alguna razón un horno de piedra. El comer era tan grande, circular y con un montón de mesas que sin duda podría dar una fiesta ahí sin problemas. Vio también la zona de entrenamientos, al parecer los Potter se lo tomaban muy enserio tenían de todo para entrenar la magia, pero su biblioteca era un chiste a comparación con la biblioteca infinita. Daphne la arrastro hasta la alberca, donde algunos estaban nadando, otros tomando el sol, por su parte ella no le tomo importancia. Al final terminaron en el techo, junto al tronco del sauce boxeador donde le enseño los pequeños brotes que tenia a su alrededor como diminutos arboles que agitaban sus ramas al acercarse. Pasaron un rato comentando lo que pasaron en vacaciones.

Se impresionaba de que Daphne se esforzara en cada tema por alejar a Harry de el o incluso alejar todo el conflicto actual de su mente. Lo agradecía aunque de vez en cuando no podían evitar comentarlo.

Sirius apareció diez minutos después de que estuvieran ahí en el techo, no dijo nada y no fue necesario ella entendió que era hora de regresar al callejón antes de que se percataran de que no estaban. Minutos Dobby que le abrazaba con fuerza, Daphne le dio un beso en la mejilla y le dijo que la vería en el expreso a Hogwarts, los engendraron también aparecieron para cuando fueron las despedidas algunos viéndose molestos por las guías aunque no lo mencionaron y otros resignados. Las burlas por la mejilla de Theo no faltaron, otros incluso se reían a carcajada limpia.

Durante el trayecto a Queens Wood no hablaron, incluso cuando llegaron a la zona de desaparición ni se vieron, lo cual ponía una mirada deprimente en Sirius. El callejón lucio casi igual que cuando se fueron con diferencia que se veían menos personas. Vieron a Támara enseguida escondida por un pilar del banco, al verlos se alegro y salio del lugar. Hermione no espero ni a que le preguntara como habían ido las cosas, camino apresuradamente lejos de Sirius.

Reviso que los ingredientes de pociones, comprados por Támara, fueran suficientes que las túnicas le quedaran saltándose el vestido de gala que tenia un color rojo. Además de una gran caja e frutos secos para Hedwing y comida para Crookshanks. Sirius y Tamara le seguían el paso directo a la tienda de sortilegios de Fred y George.

-¡Vaya!- exclamo Sirius al llegar al numero noventa y seis del callejón.

Hermione compartía su expresión, la tienda tenia como letrero "Sortilegios Weasley, W&W" del cual se mostraba una gran mano la cual se abría y mostraba a un ratón, luego se cerraba para abrirse y mostrar una varita, un dragón, pociones, y continuaba mostrando sus diferente artículos. Los carteles lucían fuegos artificiales tan magníficos como los ocupados en Hogwarts y tenían colores demasiado llamativos.

Los dos magos mayores fueron los primeros en entrar en la tienda, tan abarrotada de clientes que Hermione no pudo acercarse a los estantes. Sin embargo, miró fascinada a su alrededor y contempló las cajas amontonadas hasta el techo. Hermione se abrió paso entre la multitud hasta el mostrador, donde un grupo de maravillados niños de unos diez años observaban una figurita de madera que subía lentamente los escalones que conducían a una horca; en la caja sobre la que se exponía el artilugio, una etiqueta indicaba: "Ahorcado reutilizable. ¡Si no aciertas, lo ahorcan!"

-Esto es grandioso-comento Hermione asombrada.

-Por haber dicho eso, Hermione -los sorprendió una voz a sus espaldas- puedes llevarte o un surtido salta clases para una semana gratis o un paquete sabelotodo-

Hermione se dio la vuelta y vio a Fred, que sonreía radiante. Llevaba una túnica de color magenta que desentonaba con su cabello pelirrojo.

-¿Cómo estás, Hermione? - dijo inclinándose - ¿Entonces que sera?-

-¿Que es un paquete sabelotodo?-pregunto Hermione intrigada.

-O nada- dijo la voz de George a su derecha saliendo de entre un grupo con Ron a su espalda que lucia molesto – Solo titan cambia color o invisible a petición, plumas recargables y con sabor a cerveza de mantequilla, un diario con cerradura de huella mágica y no podría faltar el libro del conocimiento, es capas de contestar cualquier pregunta que le hagas-

-Aprovecha- gruño Ron levantando un detonador trampa- Cinco galeones la pieza...¡CINCO!-

-No te quejes, mira que no te los dejamos a Diez que es el precio al publico en general-dijo George sonriente. Una joven bruja de cabello corto y rubio asomó la cabeza por detrás de una cortina; Hermione vio que ella también llevaba la túnica de color magenta del personal.

-Ahí fuera hay un cliente que busca un caldero de broma, señor Weasley y señor Weasley .-dijo la bruja.

-Muy bien, Verity, ya voy -dijo George – Toma lo que quieras, ¿vale? Y ni se te ocurra pagar. Un regalo para la premio anual mas joven-

-¡Sin pagar!- protesto Ron, que ya estaba bastante rojo.

-¡Hermano recuerda que ella es la novia, futura esposa de nuestro patrocinador y maestro! ¿Como cobrarle cuando nos ha enseñado magia de ultima generación y nos ha dado esta tienda preciosa?- dijo Fred siguiendo a su Hermano- Recuerda que aquí no pagas Hermione, solo recuerda, si alguien pregunta diles de Sortilegios Weasley, ubicado en el callejón Diagon... -

-Ya lo sabe- volvió a gruñir Ron.

Apartó la cortina y fue a atender a los clientes, y Hermione se entretuvo con los estantes sobre todo donde Ginny examinaba las fantasías patentadas. Continuo observando sortilegios demasiado complicados, como los chicles imitador de voz "Podras engañar hasta a los profesores", maquillaje quita imperfecciones " ni un solo grano, ni punto negro en menos de 1 segundo", aerosol peina rápido "lucirás como Elizabeth Wiccan en una sola aplicación" y un montón mas que tenían usos variados. En uno de los estantes lucían ropa o artículos diarios, la capa tercer brazo "Seguirá tus ordenes solo con decirlo, advertencia : Se pueden sublevar" , Tenis asteroide "Ve tan rápido como un hechizo expulsor. No apto para uso diario. Advertencia : Dolor de pies intenso", Calcetas anti olor "Puedes utilizarla durante meses sin una sola lavada y nunca olerán. Advertencia : El hechizo se debilita si tu madre las lavaba" y Sombrero cambia forma "¿Cansado de ese aburrido sombrero puntiagudo? No busque mas el sombrero cambia forma le dara el adecuado para la ocasión y en conjunto con lo que lleve. Valido en Hogwarts".

Un grupo de exaltadas chicas llamo su atención, se reían apiñadas alrededor de una cosa color rosa chillón. Hermione miro a Ginny que recelosa intentaba observar desde atrás. Miro el letrero de encima "Filtro de amor" resaba. Bufo y continuo mirando. Encontró unas bolitas de pelusa de colores, rodaban por una enorme jaula y emitían chillidos agudos.

-Micropuffs – le susurro George en el oído -Puffskeins en miniatura. No nos damos abasto. Pero cuéntame, ¿Te ha interesado algunas cosas?-

-El aerosol peina rápido, el sombrero cambia forma, creo que también las plumas auto rellenables, la tinta multi usos y por supuesto que...-

-No me digas, el libro del conocimiento- dijo George alzando ambas cejas.

-La verdad no, mas bien aquellos- señalo Hermione a las micropuff.

-¿En serio? Pero si ya tienes a Croockshank y según mamá cuidas de Hedwing- comento.

-No es para mi- dijo Hermione dando una ligera sonrisa.

-Para Sofi -dijo Fred apareciendo con una bolsa bastante grande de color morado y que tenia el logo de la tienda- ¿Segura que no quieres uno para ti?-

-No me interesa- dijo Hermione viendo que entre ambos metían varios artículos, dulces y uno que otro articulo salta clases. Lo que la exalto fue ver que introducían un fuego artificial del tamaño de un balón de fútbol americano.-¿Qué hacen?-

-El surtido pos clases- dijo George mirando dentro de la bolsa- Fred ve por un par de lentes cambia ojos-

-¿Cambia ojos?-pregunto Ron que tenia ya varios artículos en los brazos.

-Te los pones, cambia el color, forma o tamaño del ojo, según el interés de la persona- dijo George metiendo tomo un set de "Accesorio bruja coqueta"- Y aquellos que te ven no pueden observar los lentes. Son tan difíciles de hacer y fabricar que tenemos que hacerlos sobre pedido. Solo vendemos unos 4 al mes, y cada uno sale en por lo menos en 30 Galeones-

-Listo- dijo Fred regresando con las monturas de lentes cuadrados y de color plata, solo que sin cristal- Las Premium Delux-

-¿Para quien es todo eso?-pregunto Sirius que caminaba rumbo a ellos mordiendo una figura de gato con sabor diferente a cada mordía – Tienen un cliente importante o ¿Que?-

-¡Son nueve sicklet por la figura multi sabor, edición gato!- dijeron ambos sin voltear a verlo si quiera.

-Creo que eso es todo Hermano- dijo Fred tronando los dedos.

-Si, lo es- coincido George también tronando los dedos, al instante la bolsa giro sobre si misma roto en varias formas y se convirtió en una pequeña caja cuadrada del tamaño de un dado.- Es para Hermione-

-¿Para mi?-pregunto sorprendida.

-Bueno no exactamente para ti, es la dotación de Harry pos clases, pensábamos darle 3 al año, la pos clase, la dotación de navideña y la pos exámenes- indico George poniendo el dado en la palma de Hermione y cerrándola.

-Ya que no esta se la confiaremos a su novia- termino Fred, se giro y miro los artículos que llevaba ron- Son tres galeones, dieciséis sicklet y nueve knuts-

-¡Pero soy su hermano!-dijo Ron.

-Tres galeones, dieciséis sicklets. Te perdonamos los nueve Knut- dijo Fred luciendo todos sus dientes.

Nadie esperaba la sonrisa en la boca de Ron ni que metiera la mano en su túnica y dejara el dinero en las manos de sus hermanos. Exactamente el monto dicho por Fred.

-¿Y los 9 knut?- pregunto George al ver el dinero.

-Tratos son tratos, sabes tengo otros 10 Sicklet's ¿Que me comprare?-dijo Ron alzando ambas cejas y continuando revisando los estantes con una risa exagerada.

-Ese embustero- dijo George dándole un zape a Fred.- Un Knut es un knut-

El micropuff que le compro a Sofi era de color morado casi idéntico al de sus ojos, lo llevaba en el hombro mientras este chillaba de felicidad. Intento pagar todo lo que le dieron dejando unos 50 galeones sobre el mostrador, pero lucían bastante atentos a ella, cuando estaba por salir le devolvieron el dinero. De tal forma que decidió amenazarlos con ser diez veces mas estricta en Hogwart conforme a sus artículos y que no pasaría ni uno de ellos, los tiraría directo al retrete. De inmediato le hicieron un descuento del cincuenta por ciento y les termino dando 25 galeones. Antes de salir del callejón Diagon Ron le miro con una sonrisa burlona, ella extendió la mano pagando la apuesta echa antes de salir de la madriguera. La cual consistía en que los gemelos les darían algo gratis, incluso utilizarían a Harry y como paso ella pago 10 galeones.

Hagrid caminaba junto a ellos con uno enormes bombones de whisky de fuego en cada mano, hechos y creados especialmente para el guardabosque. Una manera de agradecer las miles de veces que atrapo a los gemelos entrando al bosque prohibido y no recibieron ningún castigo. La señora Weasley caminaba con una sonrisa fantástica al ver el abrigo de piel echo con la muda de Zouwu que repelía el calor en verano y en invierno calentaba. Era una pieza bastante cara, ya que la muda de piel del Zouwu ocurría cada 10 años.

Una vez en la madriguera Hermione le dio a Sofi el micropuff que saltaba con agilidad de su cabeza a su hombro y se restregaba contra su mejilla con mucha alegría. Contó a Ron y Sofi lo que paso en el banco incluso, lo de Camelot. Ambos se sorprendieron y se vieron ansiosos de ir pronto a un lugar así de increíble.