Okey. El capítulo está por comenzar, no sin antes decirles que… fue un poco estresante esta semana. No quiero decir que en el capítulo me costó escribirlo, no, fue mil cosas que pasaron en lo últimos tres días. Más eso es privado. Así que entremos en materia y vallamos a lo que nos importa, la historia.

Espero que les agrade.

Sin más les dejo que lean, disfruten y dejen su comentario.


Los personajes le pertenecen a J. K. Rowling


Dedicatoria a :

hermbetty

°~°~°~°~°~°~Me alegra mucho que me sigua leyendo con nosotros, desde los comentarios del capítulo 69 que no lo leo y me alegra que dejara su comentario °~°~°~°~°~


Capítulo 75.- Un día de considerable suerte.

La noche era tranquila y plana, el cielo salpicado de estrellas, el aire olía a humedad indicio de que podría llover nuevamente. Pero eso a Hermione le venía sin cuidado. Recargada en la puerta del castillo y mordiendo una manzana esperaba con paciencia. Hacia solo una media hora atrás que envió su mensaje a todos los Pendragon, tendría que haberlo enviado por sus Galeones mágicos y sin embargo solo le dijo a los que encontró en el comedor que reunieran a todos en ese lugar en cuanto pudieran. Esa manzana era lo único que pesco en su rápida salida del gran comedor y de un cesto de fruta en la mesa de Ravenclaw, de alguna forma parecía ser la única mesa que tenía fruta para cualquier hora del dial, tal vez algo que las demás mesas podían empezar a copiar.

-¡¿Y para que nos quieres aquí?!-pregunto Ron llegando con mal genio, seguramente sin haber cenado como quisiera.

No contesto, y dando otras dos mordidas continúo vigilando la noche.

-¿Me está ignorando?-pregunto Ron girando su rostro a Daphne que salía bien abrigada. A su lado estaban Sofí y Luna que platicaban muy bajo. Más atrás Neville caminaba con las manos en los bolsillos.

-Yo creo que… si, por completo- contesto su rubia novia frenándose a unos pocos pasos.- ¿Qué te hizo este?-

-¿Este?-pregunto Ron alzando una ceja.

-Esperen a que lleguen los demás- fue lo único que murmuro intentando que la manzana le durara mucho más al masticar más de lo necesario.

-Creo que exageras Hermione, solo dinos que hacemos…- comenzó Ron pasándole un brazo por los hombros y picándole una mejilla. Por toda contestación recibió un codazo que le saco el aire y un pisotón que le hizo alejarse saltando he intentado sobarse.

-¿Cuándo aprenderá?-preguntaron las chicas.

Ginny llego con Astoria que se habían vuelto buenas amigas; Parvati y Padma lucían más entusiasmadas que los demás; Anthony, Ernie, Hannah y Justin se presentaron puntual ni un minuto antes o después; Colín y Denis llegaron corriendo con el bocado en la boca y al ver a Sofí le beso sacando un sonrojo de la chica y que su hermano menor hiciera mímica de vomitar; Cho apareció algunos minutos después con Michel persiguiéndole; Deán, Seamus bostezaban mientras se acercaban al gran grupo que comenzaba a formarse.

El silencio que disfruto minutos antes se convirtió en murmullos y luego risas y en conversaciones animadas.

De ahí Jimmy, Ritchie, Fay, Damelza, Anthony, Maxine, Zacarias, Malcom, Heidi, Tasmin, Herbert, Grant, Marietta, Machael, Mandy, Terry, Stewart y Lisa llegaron solo diez minutos retrasados. Y platicando animadamente con los Slytherin que no se quedaron en Camelot. Se presentó Jazmin, Rachel, Ritchie, Fay, Damelza, Anthony, Maxine, Alex que tenía bastante curiosidad de lo que planeaban hacer.

Theo se presentó en medio de todos ellos, aunque se recargo del lado contrario de Hermione y le miraba con insistencia, ella esta vez le regreso la mirada. Solo que de forma que parecía que lo mataría. Como ya estaban todos, soltó un gran suspiro-¡Síganme!- Avanzo por las escaleras de Mármol sacando la varita y con seguridad.

-¿Vamos con Hagrid?-pregunto Sofí alcanzándola.

-Tenemos que reparar el error de esos- dijo Hermione apuntando detrás de su hombro.-Iremos al mismo lugar en que se metieron en problemas-

-¿Qué?-preguntaron Ron y Daphne corriendo para alcanzarla y frenarla. Se pararon adelante y le cerraron el paso para asombro de todos.

-¿Iremos con los Gigantes?-pregunto Ron algo pálido.

-Ustedes los atacaron, ustedes les pedirán disculpas- declaro Hermione intentado avanzar, pero fue detenida.

-Nos mataran a todos- dijo Daphne pretendiendo razonar con ella.

-Si han entrenado como es debido, no lo harán, ahora muévanse o los muevo- dijo Hermione utilizando su voz de mando.

No les quedo de otra que hacerle caso. Avanzaron hasta alcanzar la colina de Hagrid, bajaron con relativa velocidad, llegaron junto a la cabaña y sin detenerse, continuaron hasta el límite del bosque. Un grupo de árboles en el que se espesaba y parecía no tener fin. Giro a verlos, todos la seguían. Por lo menos no eran cobardes para ir a un lugar donde vieron gran peligro y pasaron momentos malos.

-Quédense en grupo de tres, asegúrense que no falte ninguno entre más avancemos y si requieren ayuda lancen chispas de su varita- dijo Hermione moviendo su varita atrayendo tinta.- Ahora formen una fila-

Como un buen grupo se formaron por estaturas, el pequeño Dennis al principio y Ron al final. Cada uno paso estiro si mano y en la palma les dibujo una runa "Lazo", podía significar muchas cosas y en la que se basaba era muy antigua que le ayudaría en caso necesario.

-Curioso- dijo Luna al ser su turno, luego miro como la hacía en Neville-¿Para qué sirve?-

-Nos enlazara en caso de que se descontrole todo- dijo Hermione continuando su labor- No podremos separarnos muy lejos, si lo hacemos esto nos unirá de nuevo-

-¿Y por qué no solo nos aparecemos?-pregunto Deán con los brazos cruzados.

-En Hogwarts no se puede aparecer, es imposible- dijo Sofí en el grupo de Colín y Dennis.

-Al fin, alguien que ha leído Historia de Hogwarts-casi grita Hermione al escucharla, le sonrió- No se puede. Igual que no podríamos ir al bosque de noche, no a menos que tengas autorización-

-¿Y la tienes?-pregunto Theo.

Le voltearon a ver, algunos ya sin ganas de mirarle feo, en el caso de Sofí como si acabara de apuñar a algo precioso.

-Al contrario que algunos…- dijo Hermione volteando a ver a los rojos Ron y Daphne los cuales se dignaron a sonrojarse- Yo he solicitado el permiso-

-¿Y qué loco e irresponsable Profesor te ha dado el permiso de ir al bosque y visitar gigantes?-pregunto Ron cruzados de brazos.

-El profesor Dumbledore- dijo Hermione con una leve risa. Aun recordaba unas horas antes cuando le dijo lo que había pasado y lo que planeaba. Al final y después de un par de condiciones le dejo ir con todos.- Le pasare tu mensaje después-

-¿Qué? No, no, de verdad no-dijo Ron moviendo las manos alterado.-No le digas que le dije loco e irresponsable-

-Aunque supongo que le encontraría el lado bueno- respondió Hermione.

Termino de marcar cada palma y se dispuso a continuar. Comenzaron a avanzar por los árboles, siguiendo la luz luminosa de la varita de Hermione, la cual era su única guía entre la oscuridad. Mientras atravesaban el gran trecho entre los terrenos y el hogar de los gigantes se mantenían alertas, el bosque prohibido no lo desconocían, pero no dejaba de ser peligroso. A cada paso que daban tenían que saber que algo podría surgir de la oscuridad y escondites que proporcionaban los árboles. El fuerte viento del norte soplaba con furia, y produciendo sonidos que los alteraban y les hacía frenar para asegurarse que no fuera nada extraño. Agregado a una fina neblina pegada al suelo, les hizo la noche un poco más pesada, al llevar empapados los pies y las túnicas.

-¡Uf, esto se pone frio!- dijo Sofí avanzando a su altura-¿Qué tanto nos falta?-

-Un poco- respondió Hermione girando la mirada sobre su hombro, veía que continuaban avanzando, pero los rostros no eran precisamente relajados y se notaba el cansancio- Pararemos unos minutos-

Cuando llegaron al claro donde alguna vez Harry peleo con un montón de Acromantulas se detuvieron, a pesar de que les conto la masacre que vivió esa noche, no quedaba rastro de ella. Se veían el pasto completamente cubierto de agua u humedad, las cortezas de los árboles sanaron y quedaba un extraño sentimiento que algo no veía. Como una sombra de dicha batalla. Dio un descanso de veinte minutos, porque algunos ya no lograban seguirle el paso y solo avanzaban por que los demás les animaban. Se sentaron en el suelo, sin importarles mucho mojarse o mancharse, parecía que la necesidad de descanso les era más necesaria.

-Esta no fue la ruta que tomamos antes- dijo Neville sentándose con Luna y aunque se vio un poco torpe le tomo su mano y entrelazo sus dedos. Hermione aparto la vista.

-Es porque evitamos el territorio de los centauros- dijo Hermione aumentando el tamaño de una piedra hasta que fue lo suficientemente grande para sentarse.- No sé cómo pasaron el territorio de los centauros sin terminar como carne picada-

-Somos suertudos -sugirió Luna recargándose en el hombro de su novio.

-Bastante para no salir muertos o heridos de gravedad- comento Theo dejándose caer en un lado salpicando a Ron, el cual le regreso el favor golpeando el agua y dirigiéndola a su cuerpo.- Y dime Hermione… - continuo diciendo por primera vez su nombre desde hacía mucho o desde que intento matarlo-… ¿Qué estas planeando para contrarrestar a ya sabes quién?-

-Un poco de esto y otro más de aquello…- comenzó sin prestarle real atención.

-No me digas, de casualidad no haces más de esto que de aquello- dijo Ron con ironía.

Pateo el agua empapando a ambos chicos en el proceso.-Ups- dijo antes de suspirar y mirar el cielo. Se preguntó, si Harry miraba las mismas estrellas, si estaba bien y si habría alguna forma de hacer que regresara antes. Los veinte minutos pasaron, tan rápidos, que cuando les dijo que continuaban ninguno parecía recordar el por qué estaban haciendo el viaje. Respiraron hondo y se levantaron para continuar. Se abalanzaron por el camino con paso rápido, esperando regresar pronto al castillo.

Con cuidado y saltando entre raíces, subidas y bajadas del terreno llegaron a un camino más ancho, aunque no era natural. Los arboles fueron empujados a los dados por enormes fuerzas, y el suelo aplastado por pies descomunales. De no tener nada de luz comenzó a verse fuego en cantidades enormes, no era un incendio, eran las fogatas de los gigantes. Tan grandes que parecían casas incendiándose y que incluso a doscientos metros se notaba el calor.

-Alto-murmuro Hermione levantando la varita sobre su cabeza.

De la nada los árboles se movieron y bajaron sus enormes ramas al camino, no, eran dos gigantes tan quietos que no los hubieran notado si no fuera por sus magias y aquello eran sus brazos. Con la poca luz que le llegaba vio a las dos torres que les flanquearon el paso, levantando dos porras hechas de árboles completos y gruñendo. Estaban por correr y gritar.

-Quédense quietos y callados o dejo que se los coman y utilicen sus huesos de palillos de dientes- advirtió Hermione avanzando con cuidado, con la mirada casi en el cielo al ver a un gigante sucio con el cabello enmarañado hasta la espalda.

El primero dijo una frase que no entendió. Hablaba rúnico y un montón más de idiomas pero el gigante no era su especialidad, hasta ese momento no le vio la necesidad de estudiarlo. Ya que la anterior le hablaron con normalidad.

-Lo lamento no hablo gigante- dijo Hermione inclinándose con respeto y guardando la varita, era una locura hacerlos pensar que los atacaría- He venido a ver a Kathor-

Los gigantes se vieron, el segundo hablo- ¡Intrusos atacarnos noche pasada, Kathor no disponible!-

-No hemos venido a dañarlos- Contesto sonriéndoles-Díganle que vengo a enmendar los errores de mi clan. Que le esperare aquí mismo, sin moverme un centímetro-

-¡¿Cómo llamar la intrusa?!-pregunto el segundo bajando su porra al suelo y moviendo el suelo como una avalancha de lodo.

-Hermione Granger-

-¡HEGMANI!-Dijo el primero sorprendido, se vieron entre ellos y sin decir nada corrieron por el ancho sendero al campamento. El movimiento fue como temblores consecutivos que amenazaba con tirarlos, cada vez que avanzaban el suelo vibraba y los árboles se movían con violencia.

-¿Segura de lo que haces?-Pregunto Ernie que estaba blanco, y eso que no lo veía bien.

Ron le dio un golpe en la cabeza con la mano estirada, y le sonrió- Aprende de la mandona y tirana Hermione Granger-

Tal vez pensaba que no lo escuchaba, aunque no le respondió después le daría su merecido. No tardaron en un montón de voces gigantes comenzar a regresar, seguidos de temblores y un gigante enorme encabezándolos. Enseguida lo vio, Kathor, era el gigante mayor a todos los demás. Con casi un metro más, un chaleco de cuero, un faldón de no sabía que clase y una cadena de buque envuelta en la cintura, y ahí donde debía haber una porra se encontraba una roca plana y larga que le servía de escudo. Esperaba que los Pendragon fueran lo suficientemente inteligentes para no gritar ni moverse. Escucho unos gritos ahogados e incluso como alguien se cayó de espaldas. Pero no volteo.

-¡Nuestra amada Hermione!-soltó Kathor en cuanto llego a muchos metros, pero suficientes para no aplastarlos, se dejó caer una rodilla, y coloco la cabeza inclinada-¡Bienvenida mi señora!-

-¿Qué?-

-¿Cómo?-

-¿Gu que?-

Decían detrás de ella. No entendía que pasaba por la mente de los gigantes, pero si era seguro que parecían muy felices por verla. Siguiendo el ejemplo de Kathor, los demás gigantes se arrodillaron y bajaron la cabeza.

-¡Esperábamos su regreso, con noticias del Grung!- dijo Kathor levantando la mirada.- ¡Hagrid nos ha dicho que el Grung ha hecho un viaje a tierras inhóspitas, en busca de conocimiento y aventuras sin iguales!-

Su sonrisa y ojos brillantes parecían describir a un personaje de cuento, algo que seguro fue obra de Hagrid. En teoría tenía razón, aunque lo hacía parecer más que fue a darle la vuelta al mundo. Lo que claramente Harry no estaba haciendo. Pero no podía decirles algo diferente, si mencionaba que estaba perdido, sería como declarar que estaban sin rey y por lo consiguiente se armarían peleas y duelos para obtener el control del clan.

-Harry me ha enviado un mensaje, y me ha pedido el venga a visitarlos- dijo Hermione sorprendiendo a todos.-Asegurarme que se encuentran bien-

Levanto la mirada y observo a los demás Pendragon, de inmediato llevo la mano al escudo y lo alzo.- Los atacantes de anoche. ¿Acaso le han secuestrado a nuestra señora y planean utilizarla como rehén? ¡LOS APLASTAREMOS CON OSOS!-

Su voz resonó, seguro, en varios kilómetros. Aunque más que asustarla le hizo pensar en quien más que gigantes podría aplastar osos sin problemas. Los gigantes levantaron sus garrotes y porras, los chicos sus varitas y dieron un paso atrás, se veían como enemigos, pero eso cambiaria.

-¡ALTO!-Grito muy enojada luego les miro con enojo -No es necesario la violencia. Los intrusos de anoche, resulta que pertenecen también a nuestro clan. Clan Pendragon les presento la sección gigante, gigantes les presento a la sección de magos-continuo Hermione haciéndose de lado y extendiendo los brazos a ambos lados, animándolos a conocerse- Espero puedan llevarse bien-

-Nos han venido a atacar, no son confiables- susurro Kathor aunque era como si gritara.

-Sobre eso…- dijo Hermione mirando a Ron y Daphne pegados y apuntándoles a los gigantes.- ¡Discúlpense!-

-¿Qué?-fue la pregunta general.

-Pídanles una disculpa- continuo Hermione con las manos en la cadera y una mueca de enfado.

-Ellos nos causaron más daño a nosotros, que nosotros a ellos- dijo Ron cruzándose de brazos.

-¡PERO ELLOS ESTAN EN SU TERRITORIO TRANQUILOS Y USTEDES LOS IMPORTUNARON!- Grito enojada y para que todos la escucharan con claridad-¡AHORA, SE DISCULPAN O LOS DESTIERRO A TODOS, POR NO SER AMABLES CON NUESTROS HERMANOS GIGANTES!-

Los dos lados se quedaron boquiabiertos, literalmente. Parecía que el termino destierro lo entendían bien los gigantes, de inmediato lucieron como si fuera algo horrible, en cambio los Pendragon se vieron pálidos. Hermione se cruzó de brazos con el ceño fruncido, los labios apretados y moviendo el pie de atrás a adelante, esperando por el momento en que lo hicieran. Les advirtió con la mirada que empezaran. Lucieron como un grupo de niños regañaron, con pasos cortos se acercaron se colocaron en fila y ante los gigantes comenzaron con: "Perdónenos", "Lo Siento", "Sentimos haberlos atacado", "Perdón por haberlos importunado" y ""Realmente sentimos haberlos atacado sin razón".

Aunque cuando Sofí estaba por hacerlo, no la dejo, ella no había estado presente. Y con una leve explicación sobre él porque continuaron con la procesión de disculpas.

-Lamentamos también asustarlos, aunque ustedes no debían estar aquí a esas horas- dijo Kathor levantándose, moviendo la mano para que los siguieran y con todos sorprendidos corrieron detrás de sus enormes pasos.

-Y ¿Grung del clan Pendragon?-pregunto Sofí en un murmullo.

-Larga historia… tu hermano es un idiota irresponsable y cretino que no piensa a la hora de actuar- murmuro Hermione enojada de solo recordar el terror que sintió al pensar en Harry peleando con gigantes. Aunque todo saliera bien.

Llegaron a la grandísima área despejada donde un montón de casas gigantes rodeaban una hoguera. El fuego era tan alto que por segundos sobrepasaba la copa de los árboles. La anterior vez la mayoría se encontraban dormidos, los gigantes estaban despiertos y en diferentes actividades, algunos traían la caza del día, un montón de ciervos y criaturas empalados (nada lindo de ver), Otros con cestos enormes de vegetación y raíces; Y a la distancia las gigantas cocinando o cuidando a los gigantitos. Aunque ellos se entretenían jugando con Grawp que les correteaba y les atrapaba, los hacia girar para luego dejarlos ir. Parecía un lugar esplendido para ellos, porque ninguno parecía dispuesto a provocar una pelea, como solían decir los libros: "Salvajes que disfrutan de pelear y la matanza", no, eso no era lo que pasaba en ese clan.

-¡HOLA GRAWP!- Grito como saludo Hermione alzando la mano.

Enseguida el gigante corrió directo a ellos, provocando una estampida de minis gigantes que volcó un cesto de (lo que consideraban) vegetales, las gigantas le vieron, pero parecieron comprender su excitación por que dejaron de hacer sus cosas para acercarse.

-¡HERMY!- salto Grawp y se barrió de estómago alzando tierra hasta donde estaban. Le tomo entre sus manos y le acerco a su mejilla, una de tamaño colosal que le parecía como lija, pero solo provoco una leve risa.

-Tranquilo, tranquilo, recuerda que me puedes hacer daño- le recordó al sentir como le apretaba de más.

-¿Hermy? ¿Quién es una Hermy?-pregunto una giganta niña que le miraba con la boca abierta- ¿Personita es Hermy?-

-Marinag no seas grosera, ella es pareja de Grung- dijo Kathor frenándola de tomarla y alzarla en el aire, cosa que hubiera causado que se le revolviera el estómago por la velocidad que lo hacían.

-Esto es surrealista- dijo Neville avanzando pegado a Luna, que parecía querer ver el lugar y arrastrarlo por todos lados- ¿Cómo es que esto está en el bosque prohibido?-

-Esa no es la pregunta correcta ¿Esto es un sueño? Es mi pregunta- dijo Theo girando para ver a todos los gigantes que le cerraban en un círculo-¿Es seguro?-

-¿Cuándo nos ha gustado lo seguro?-pregunto Ron negando y avanzando a Hermione que intentaba separarse de Grawp-Y ¿Que hacemos aquí?-

-Conocer a tus aliados, hacer lazos, convivir… eso harán ustedes- dijo Hermione terminando con cuatro o cinco chiquillos mirándola y Grawp trayéndole un ciervo muerto.-Ahora no Grawp, ya comí, muchas gracias- Estaba segura que si seguía viendo eso regresaría la manzana.

-Okey, hacer lazos con gigantes. Me agrada la idea- dijo Luna avanzando con Neville a cuestas dirigiéndose a una giganta que se limpiaba las manos con una enorme pila de hojas.- Es hermosa-

En cuanto salieron de su vista, Ron se rió y codeo a Deán- Ahora sé por qué es novia de Neville.-

Daphne no tardo ni dos segundos en golpearle la nuca- Déjate de tonterías-

-Magos muy extraños- dijo Kathor sentándose con las manos cruzadas.

-Si, en eso te doy la razón- dijo Hermione recibiendo de todo por parte de los Gigantes. Vegetación variada, piedras, bicicletas oxidadas, un par de animales muertos e incluso una especie de cubo con baba adentro. Se negó a todo, sin saber si era correcto o no, pero no se arriesgaría a tomar algo que podría causarle un dolor de estómago eterno.

Una hora pasaron conviviendo entre todos, algunos gigantes tenían que sentarse para platicar con los Pendragon, aunque la mayoría no hablaba otro idioma que gigante, parecían ingeniárselas al entenderse entre ellos. Los niños gigantes querían levantar a muchos, y aunque Ginny y Astoria gritaron cuando las levantaron, no les paso nada. Aquel rato fue muy fructífero, por lo menos en lo que se refería a convivencia. Pero el tiempo apremiaba y su misión aún no estaba completa.

-¿Cómo llevan las cosas entre ustedes y los centauros?-pregunto Hermione.

-Ninguno cruzamos la línea territorio- dijo Kathor alzando la mano y señalando un lugar que él veía pero Hermione no, por su estatura.

-Muy bien. Espero que los centauros no requieran mi presencia, la última vez no nos fue nada bien- dijo Hermione muy bajo, recordando el susto que se llevó y las heridas que les dejaron.-Kathor, necesito un favor-

-El que sea mi señora- contesto inclinándose más.

-Llévame a donde esta Aragog-

Los gigantes no tenían mucha curiosidad, el asintió y de inmediato se fue entre un pequeño hueco entre los árboles. Corría para alcanzarlo ya que veinte o treinta zancadas largas era un paso del gigante. Terminaron en un pequeño riachuelo por el cual casi no había luz. Tenía el uniforme lleno de suciedad y rasguños, también unos pequeños golpes por las ramas, aunque nada que fuera importante. Kathor se sentó en el límite del rió y tomando una enorme cubo de gusanos, los mismos que vio en la casa de Hagrid.

-El suele picarnos-dijo Kathor avanzando con el cubo y sin cruzar lo dejo al otro lado del riachuelo.- No cruce agua-

Hermione siguió su indicación, mirando las sombras, una pata con pelos blancos surgió y temblorosa, otras más se le unieron y salió a la luz de la luna. Aragog le dio más asco que miedo. Las arañas no solían darle miedo, aunque midiera el triple de alto que ella, tuviera ocho ojos, los colmillos sobresaliendo de lo que parecía un hueco escabroso y del que salía un líquido negro pestilente. La mayoría de su pelo ya estaba manchado con puntitos blancos en otros lugares se veía gris y solo en la espalda se conservaba negro. Se movió con lentitud tomando los gusanos y metiéndolos en la boca con un sonido de crujido y luego a escurrimiento. Podría solo pensar una cosa "iug"

-Hueles al amigo de Hagrid- dijo Aragog con una voz quebrada y lenta- Ese chico que lastimo a mis hijos y me robo mi veneno. Pero no es su olor por completo ¿Quién eres?-

-Soy su prometida- logro decir por primer vez, solo estaba Kathor y Aragog, por lo que entendía ninguno podría esparcir ese conocimiento. Kathor ya debía considerarlos más que novios (Por algo le decía señora) y en cuanto a Aragog lucia muy enfermo para moverse.

-La prometida del amigo de Hagrid- repitió mientras volvía a meter otro gusano esparciendo el líquido por el suelo -¿Qué deseas de mí? ¿Más Veneno? ¿O mi vida?-

-Quiero saber ¿Dónde están tus hijos? ¿Por qué te han dejado solo?-pregunto acercándose al río, aunque Kathor intento impedirlo.

Aragog no contesto, continuo comiendo con tranquilidad, y cada que atrapaba un nuevo gusano lo mordía provocando el mismo asqueroso ruido que le provocaba que la piel se le erizara.

-Los he enviado lejos- dijo al final de su quinto gusano, sus ojos le vieron sin expresión alguna- No quería que continuaran en donde pudieran lastimarlos-

-Mentira- dijo Hermione mirando a sus ojos derechos, no podía a los ocho.- Ellos no se hubieran ido si su líder estaba enfermo. Hubieran esperado a que murieras y luego te comerían y abandonarían el anterior nido. Pero han hecho todo diferente. Solo significa una cosa…-

-Les he ordenado hacerlo- termino Aragog con una sonrisa, o lo que parecía una (Cosa nada linda de ver), luego tocio soltando un par de telarañas que terminaron en el riachuelo.- Que prometida tan conocedora. -

-¿Los has enviado a aliarse con Voldemort?-pregunto Hermione mirando cada expresión de la araña, aunque no encontraba ninguna similitud con las humanas y descifrarlo sería tan difícil como hacer que Ron aprendiera Aritmancia.

-Eso… no lo diré- declaro Aragog y soltó una risita- Puede que los enviara a acabar con los no mágicos-

-Basta de rodeos. Estas muy viejo para hacerlo y yo muy cansada para continuar- dijo Hermione dándole la espalda, no era una buena idea, pero tenía a Kathor que le cuidaba-Es mentira ya que el ministerio se percataría de tantas criaturas mágicas entrando a una zona muggle, y enseguida daría la orden de terminar con tus hijos y no lo permitirías. Pero supongo que si los has enviado con Voldemort no puedo hacer mucho, ustedes viajan grandes distancias si se lo proponen, así que ya están con él o están a punto de llegar. No tiene sentido ir tras algo que sucederá.- Aragog se rio, volvió a toser y le pareció que casi se ahogaba.- Solo espero que por esto no sufra Hagrid-

-¿Hagrid? ¿Qué tiene que ver Hagrid?-

-Ya no importa, vive tus últimos días en paz.-dijo Hermione regresando al campamento gigante.

-Un buen método de interrogación. Pero yo no caeré- dijo Aragog continuando comiendo, lo sabía por el sonido que hacia.- Adiós prometida del amigo de Hagrid-

Hermione no quería interrogarlo, pero se preguntaba si Aragog sabía que Tom Riddle era Lord Voldemort, el mismo que causó que lo descubrieran en el castillo, aquel que intento matarlo y el que hizo que a Hagrid lo expulsaran de Hogwarts y viviera sin magia un montón de años. Si se lo mencionara, descubriría lo que quería y tal vez más datos para la batalla, pero en ese momento le parecía correcto dejar en paz al pobre anciano y que pasara sus últimos días disfrutara de la relativa alegría que poseía.

Al regresar miro como todos estaban esparcidos, los reunió y diciéndole a Kathor que pronto tendría noticias de Harry, re hicieron el camino a Hogwarts. Mucho más lento que la anterior vez, por el sueño que todos tenían. Pasadas las dos de la mañana llegaron a los terrenos, las luces del castillo eran casi nulas. Aunque algunas antorchas de los corredores seguían encendidas. En la puerta del gran comedor mando a todos a descansar. Cuando se hubo despedido de sus amigos se fue directo a acostar y despierta un momento, para reflexionar que tanto problema sería el que las Acromantulas se le unieran al ejército de Voldemort. Ciertamente indicaba un peso añadido en la balanza de poder.

Las siguientes semanas, los ejercicios con Pendragon aumentaron de ritmo, a dos o tres veces más, haciendo que la mayoría se quejara de agotamiento y físicamente se quejaran a cada rato. Cosa que Sofí no lograba curar por su ocupada agenda, todo el día corría de un lado a otro, desde la enfermería a sus clases y luego a dormir. De tal forma que apenas y tenía tiempo para Pendragon y su novio. Colín lo comprendía y se dedicaba a hacer también lo que podía. Las noticias de Katie Bell le llegaron enseguida, aun ingresada en el Hospital San Mungo y no parecía que fueran a darle el alta pronto.

El equipo de Gryffindor se preparaba para el partido, cosa que no le importaba, pero tenía que ceder a los jugadores el ir a entrenar y perderse el trabajo en equipo que estaban armando entre los Pendragon. Cada vez mejor y cada día parecían avanzar más rápido. El basilisco ya no era un reto, haciéndolo caer en cuestión de una hora. Así que estaba diseñando una nueva práctica.

Faltaba poco para el partido contra Slytherin lo que causo expectación y que todos estuvieran entusiastas. Con Alice como capitana, y Deán como suplente de Katie. Pero ella tenía planes para ese día.

Una de esas noches donde todos estaban cenando y los del equipo regresaban vio a Deán y Ginny enojados, a Jamie y Ritchie aguantando las escobas sobre el hombro y murmurando groserías. Ron en cambio parecía estar intentando alcanzar a Damelza que se sostenía la nariz y la sangre salpicaba el suelo, se sentó con ellos y con un genio que nadie se atrevió a hablarle. Ron intento ir con la chica, Daphne apareció a su lado y le sentó con cara de querer reírse pero aguantando.

-¡Ha sido un accidente! ¡Yo no quería golpear a Damelza! -se excusó Ron mientras Hermione entendía el enfado de los demás y la sangre que descendía hasta el suelo - Es que…-

-¡Te has dejado dominar por el pánico! -le reprochó Ginny, furiosa. Aterrizó al lado de Damelza y le examinó el hinchado labio- ¡Eres un idiota, Ron! ¡Mira cómo la has dejado!-

-Tranquilas- dijo Hermione para no crear problemas internos en sus amigos- Yo lo arreglo- Le toco con la varita y vio su dolor después se quitó la mano y se revisó en un plato dorado.

-Gracias Hermione- dijo Damelza soltando un suspiro.

-Lo siento- repitió Ron dejando caer la cabeza contra la mesa- Yo no quería lanzar la Quaffle tan fuerte-

-¿Le hiciste eso, solo con la pelota?-pregunto Neville sorprendido.

-Parecía una bala de cañón- dijo Damelza en forma de reproche más que para informar- Luego le lanzo una mirada enojada-¡Dolió mucho!-

-Fue uno de los peores entrenamientos del curso.- dijo Ron tomando un plato y poniéndoselo sobre la cabeza como si quisiera aplastársela contra la madera- Esto no puede ir peor-

-Es que no nos acoplamos- dijo Deán llegando y haciendo que Neville se recorriera a la fuerza hasta quedar muy lejos.- Parece que los entrenamientos nos han ayudado físicamente, pero eso nos ha arruinado nuestro ritmo-

-¿Por eso Ginny se adelanta y tú vas a la izquierda?-pregunto Ritchie ya comiendo- Además de que Jamie rompió el bate-

-¡He tu ni hables!, ¡Giraste tan rápido que casi me tiras!- dijo Jamie como queja y apuntándole.- ¡Es que no me viste a tu lado!-

-Pero tú no giraste…-

-Chicos, chicos, no se peleen- dijo Damelza tomando a Ritchie por los hombros para sentarlo ya que se paraba enojado.

-Genial Pendragon se rompe por partido de Quidditch ¿Puede ser algo peor?-pregunto Hermione cerrando su libro y estirándose para quitarse el entumecimiento, luego les miro- Existe una forma para que se acoplen-

-¿Cuál?-preguntaron de inmediato y mirándole.

-No digas entrenando más o te juro que te dejo una bomba de estiércol en tu mochila- advirtió Ron levantando la mirada por primera vez.

-¡Tú lo haces y te rapo hasta el cuero cabelludo por un año!- advirtió Hermione levantando la varita-¿Quieres una muestra?-

Azoto su frente contra la madera y se volvió a cubrir con el plato.-Sádica-

-¿Entonces cuál es?-pregunto Ginny muy interesada.

-La siguiente vez que entrene que Ron se quede mirando desde el suelo o las gradas. Él sabrá lo demás- dijo Hermione levantándose, sabiendo que Ron vería los fallos y planearía una buena forma de ganar- Y si me disculpan tengo que ir a dormir, mañana tengo un entrenamiento matutino-

-¡Hermione tu mano!- dijo Daphne apuntando la mano que sostenía el libro.

Ella ya lo sabía, después de todo era su cuerpo. Esa mañana se despertó con la mano de un color raro, de unos tonos rojos, naranjas y rosas que parcia que se la pinto apropósito, aunque la verdad era que no. Le dolía por ratos y se le entumecía, aunque al pasársele recuperaba su total función.

-No pasa nada- dijo Hermione mostrándola. Tarde que temprano la verían, y en ese momento estaba segura que todos estaban atónitos- Se quitara después-

-¿Te sientes bien, verdad?-pregunto Ron asustado como si viera la posibilidad de perder a otro amigo.

-Claro, solo es un cambio de coloración por el constante entrenamiento que tengo- dijo Hermione quitándole importancia. Además de agradecer que Sofí no estuviera, ella la hubiera delatado enseguida - Los veo luego-

No podía evitar saber que le veían desde la mesa con muchas preguntas en la mirada, pero no contestaría esa noche, estaba agotada y su mano empezaba a doler, de tal forma que ir a la cama y dormir sería lo mejor.

El ánimo de Ron mejoro en cuanto Damelza le acepto la disculpa, aunque pudo ser por Jamie (Tan solo un par de días después de esa noche se hicieron novios). Pero claro de una o de otra forma fue una mejora pasajera.

Cambiaron el lugar de entrenamiento de la cámara de los secretos a las inmediaciones del bosque prohibido, todas las tardes se la pasaban entrenando sin descanso. La cacería del Murtlap no le pareció tan mala, solo que con unos pequeños cambios o mejor dichos grandes, no utilizaría a una pobre criatura como cebo. No. Combino el combate en grupos con la cacería y haciendo que se enfrentaran, solo con hechizos que no hirieran, solo atraparan o dejaran incapacitado temporalmente al contrincante. Y con un añadido, el cuerpo del basilisco los atacaría. Eso les pondría alerta y en parte les ayudaría a mejorar en una batalla con múltiples atacantes. Sacar el cadáver del castillo y encontrarle un escondite fue exhaustivo para Hermione (Mas con Filch rondando).

A todos les fue bastante bien, el primer día gano el equipo de Ron, formado por una combinación muy extraña de solo Slytherin's y Gryffindor's cosa nunca antes vista. Lo que empeoro el humor de sus amigos fue encontrar a Ginny besándose a rienda suelta con Deán en un pasillo de regreso del entrenamiento. Los presentes, Seamus y Neville describían la escena como una pelea de hermanos intensa y que nadie quería presenciar.

-Es un bueno para nada- decía Ron al otro día mirando su desayuno sin tocarlo.

-Ginny puede tener el novio que quiera y besarse con quien quiera, porque es su vida- repetía Hermione con el libro de "Trasfiguraciones extremas y quiméricas. Lo que debes y no debes hacer", aunque estaba en Francés y eso le hacía leerlo con lentitud.

-Pero que no entiende que…-

-Si ella te impidiera salir con Daphne ¿No te molestarías?- sugirió Hermione no queriendo entrar en el tema de nuevo.

No cuando dolía tanto tocar ese tema de parejas, ella mostraba en otro mundo cuando comenzaban a hablar, sobre todo con el anillo de compromiso. Antes le parecía frio y ligero, ahora tan caliente que le quemaba la mano y le pesaba cien veces más algunas veces incluso quería quitárselo y arrojarlo lejos mientras gritaba de dolor. Se recordaba que no era físico, no estaba en su cuerpo si no en su mente y corazón, aunque eso no lo hacía menos real. Por las noches lo miraba constantemente, una y otra vez sin falta y durante un largo rato, esperando el momento en que cambiara de mano. Anqué algunas veces en lugar de darles malas emociones le recordaba que su prometido no era cualquiera y regresaría sin dudas.

-Tú y tu inteligencia me causan migraña- murmuro Ron metiéndose la cuchara en la boca.- Aun sigue siendo mi hermanita y no dejare que cualquier idiota ande con ella-

-Deán no es la mejor vela que más alumbra del lugar, pero existen peores- dijo Hermione cambiando la página del libro que leía.

-¿Cómo quién?-pregunto aun con la cuchara entre los labios.

-Podría salir con Goyle- dijo Hermione viéndole, fue un segundo antes de que ambos se soltaran en una carcajada limpia. Eso no pasaría aunque Ginny tuviera mal gusto.

Esa tarde se la pasaron un poco más tranquilo, aunque Ginny seguía sin hablarle. Algunas noches se reunía con McGonagall y Tonks para continuar su investigación, aunque ya casi lo tenía todo, pero el tiempo también se le terminaba. Si todo marchaba correctamente podría hacer el ritual antes de que regresara Harry, pero solo por poco.

Durante varios días se la pasaron entrenando de igual forma, algunas veces ganando el grupo de Theo (no tenían otro estratega al cual dejarle el mando) y muchas más ganando Ron, aunque cuando perdía era por sus peleas constantes con su hermana y novia. Daphne estaba enfadándose por su actitud hacia su hermana, aunque poco podía hacer para hacerle entender.

Según todos los jugadores de Gryffindor, sus problemas para conseguir acoplase estaban resueltas, y fue al instante en que Ron le dijo que hacer. Aunque excluyo a Dennis el cual tenía tiempo para auto entrenarse y casi no hacia trabajo en equipo, solo ir por la Snitch. Pero al chico no le pareció importar, salía cada vez que no estaba con los Pendragon a entrenar sobre su escoba.

Esa noche Hermione se quedó un largo rato despierto en la oscuridad. No quería perderse el partido del día siguiente eso le pondría de mal humor a Ron, pero su palabra estaba de promedio y era el único momento en que podría hacerlo sin que se percataran. De formas que envió a Hedwin con cartas y esperaba que saliera bien. Sin embargo el día anterior al partido recibió una carta de Gringotts, en una lechuza que podría incluso ser peligrosa. En cuanto entro por la ventana y se posó, corrieron del lugar, era el triple de grande que una normal, con el pico afilado y puntiagudo, incluso las alas parecía manchadas de sangre. No tuvo remedio más que quitarle la carta y agradecerle, aunque grazno como si la fuera a atacar y salió por la ventana, no sin antes tirar un florero.

"Estimada Lady Granger.

Principalmente permítame felicitarla por su nuevo grado como hablante rúnico, sin dudas es una bruja sin equiparable. Estamos seguros que nuestra nueva sociedad con usted será larga y firme.

Pasando a un tema más escabroso: ¡Lo encontraremos!

Aquel horrible objeto se encuentra en nuestro banco. La inspección de las bóvedas ha tardado bastante, y en las últimas revisiones lo hemos encontrado en una de las bóvedas de máxima seguridad. No podemos revelarle el lugar o en cual bóveda se encuentra. Solo le reitero que lo mantendremos en el más estricto secreto y que lo mantendremos bajo vigilancia, no podrá ser retirado, no sin que usted se entere antes.

Apathio me ha pidió recordarle sus palabras "Yo no haré nada para sacar ese Horrocrux del banco". Aunque no veo que usted incumpla su palabra.

Esperamos que pronto nos visite en el banco.

Sin más por el momento me despido.

Mis más cordiales saludos.

Ragnok,

Jefe y líder de la nación duende."

-Bueno, ya está confirmado la localización. Aunque no exacta- dijo Hermione sobándose los hombros. Apenas y tenía la cabeza lo que se avecinaba, de tal forma que dejo a un lado lo del banco, se encargaría a su tiempo. Por lo menos tenía la seguridad de que estaba resguardado.

-¿De quién era esa lechuza enorme?-pregunto Ron que acababa de llegar con su equipo de Quidditch puesto- podía matar a otras lechuzas sin pensarlo-

Guardo la carta y continúo como si nada, esa información tenía que ser un secreto infranqueable y si los duendes tardaron tanto en encontrar el Horrocrux no saldría de su boca.

-Solo un correo que pedí- dijo ante la insistente mirada de Ron.

-Claro… y yo soy un Troll- murmuro Ron y se sentó de golpe.

-Solo te falta apestar igual- dijo Hermione lanzándole una mirada de burla-…pero ya vas por buen camino-

-Chistosa- contesto con ironía y una leve carcajada.-Esta bien, al final de cuentas cuando sea tiempo me dirás… o cuando me necesites-

-Entonces podrías esperaras sentado un largo rato- comento Hermione acomodándose en el sillón.-Pero creo que eso puede ser mucho antes de lo que esperamos-

-Eso temo- termino Ron con la mirada en la chimenea- Que todo se desmadre pronto-

La conversación murió en ese momento, ambos sabían que tarde o temprano las cosas se pondrían feas, la guerra se desataría y necesitarían toda su valentía para enfrentarla. Aunque ninguno de los dos se sentía capaces de encararla, no sin Harry dirigiéndolos.

Al día siguiente, como era habitual en esas ocasiones, a la hora del desayuno reinaba un ambiente de gran agitación: los alumnos de Slytherin silbaban y abucheaban ruidosamente cada vez que un jugador del equipo de Gryffindor entraba en el Gran Comedor. Hermione echó un vistazo al techo y vio un despejado cielo azul celeste, aunque en los bordes del techo comenzaba a mostrar el techo real, piedra y mármol. Otro designio de la pérdida de Hogwarts. Pero con tanto alboroto nadie se percató, y dudaba que lo hicieran, por lo mientras hasta que no fuera más evidente.

La mesa de Gryffindor, que se veía como una masa compacta roja y dorada, prorrumpió en aplausos cuando cada todos los integrantes del equipo se reunieron en la mesa. Cada uno ya vestidos para el partido, con las túnicas negras, rojas y doradas que les quedaban como armaduras a guerreros. Aunque lucían tranquilos ninguno llevaba el emblema de capitán, a simple vista todos parecían tener un pacto en silencio.

-¡Ánimo, Ron! -gritó Lavender -¡Sé que vas a jugar muy bien!-

Ron no le hizo caso, continuo de frene y beso Daphne como saludo, haciendo que se silenciara Lavender y los ojos se le anegaran en lágrimas. Se perdió entre la muchedumbre y se fue. No podía negar que se preocupaba y sentía algo de lastima por Lavender, pero no podía controlar los sentimientos de los demás y Ron quería a Daphne.

Miro a la mesa de Slytherin los vio celebrando igual que Gryffindor, sus jugadores estaban preparadas, todos enormes y torpes, además de feos. El único que faltaba era Draco. Que se encontraba vestido como cualquier otro día, con la mirada clavada en su comida sin darle importancia a lo que pasaba a su alrededor. Se había enterado, como premio anual y prefecta, que el rubio oxigenado se había retirado de buscador y en su lugar entro otro chico. Lo que suponía un gran cambio para su enorme ego. Ese día no le quitaría la mirada de encima.

-Si lo sigues mirando así pensaran que te enamoraste- dijo Theo a su derecha, no solo sacándole un susto también un codazo que le dio en la boca del estómago- ¡Pensé que superamos los golpes!-

-¡Entonces no andes diciendo estupideces!- contesto Hermione alejándose lo suficiente.

-Tranquila, después de ese aterrador encuentro con la muerte… ya no me pareces tan…-comenzó Theo sin parecer avergonzado.

-¿Tan qué?-pregunto Hermione enojada y apuntándole con el tenedor.

-¿Linda?-sugirió poniendo su mano contra las puntas del utensilio de cocina- Es que…-

Le pincho la mano y luego dejo el tenedor en la mesa, regreso la mirada a Draco, asegurándose que no se escapara.

-A eso me refiero ¿Qué tanto le ves? Cualquiera diría que estas…-

-Repítelo y te quedas sin dientes- dijo Hermione cerrando los ojos y concentrándose en seguir mejor su magia, así no tendría a cualquiera insinuando tonterías.- Solo estoy vigilándolo-

El silencio se hizo entre ellos dos, los demás seguían en la fiesta.

-Yo quería… pedirte una…disc…-

-Basta. O me harás de verdad herirte- dijo Hermione abriendo los ojos y mirarlo con furia- Puedo llegar a perdonarte, pero hoy no es el día-

Después de una ligera pausa, asintió y se levantó- Solo no salgas lastimada… más, o Harry me va a matar-

-¿Matar? Yo creo que te torturara- dijo Ron y Daphne sentándose a pesar de que en ese momentos vestían los colores de casas diferentes- Por cierto, hoy destrozaremos unas cuantas serpientes-

-¿Eso crees, amor?-pregunto Daphne lamiéndose los labios de forma de lado a lado- Ya veremos quien termina siendo engullendo de un solo bocado-

-Muy lindos, muy lindos… pero no empiecen a besarse aquí.- dijo Neville sentándose con Luna, la cual estaba vestida de rojo y plata.

-Si lo hacen, nosotros podemos imitarlos- dijo Luna sonriéndole y acariciándole la mejilla a su novio.

-Genial, ahora me iré a vomitar - dijo Theo tomándose el estómago- Antes de que comiencen de cursis-

-He… no te olvides venir a ver cómo les descolmillo-

Theo giro y le hizo una señal grosera, tan grosera que Ron solo logro soltar una carcajada. Los demás se apartaron a continuar platicando sobre el Quidditch y lo emocionados que estaba sobre el partido. Incluso Luna arrastro Neville, como nueva comentarista tenía que empaparse de información o eso fue lo que les dijo.

Dejando a Hermione, Daphne y Ron lo suficientemente solos. Comieron en un buen ambiente, mientras ella seguía pendiente del rubio que no se movía. Tomaba jugo de calabaza, hasta que en un descuido le empujaron salpicando la mesa y regando el líquido por la mesa. Limpio con la varita enojada.

-Está bien la emoción. Pero no exageren- regaño Hermione a los chicos que le tiraron el líquido en la túnica.

Ron le sirvió nuevamente. -Anda no estés enojada-

Hermione tomo el vaso y se lo llevo a los labios, cuando lo pasaba comenzó a sentir un sabor algo extraño, como si fuera demasiado dulce. Enseguida freno, pero ya lo había ingerido, su enojo subió de golpe y golpeo la taza contra la mesa salpicando.

-¿Qué has hecho? -pregunto Hermione viéndole.

-Hoy es un día importante- dijo Ron sonriéndole y guiñándole un ojo- Y por cierto. La próxima vez recuerda que no soy el único que quiere cuidarte, y que muchos están preocupados por ti.-

-Maldición Black, ya me las pagaras- gruño Hermione mirando el líquido casi naranjado.- ¿Cómo sabias que hoy…-

-Lo has estado mirando desde la mañana- sugirió Daphne empujándole el vaso.- Termínalo-

-No- dijo Hermione sin darle crédito por lo que acababa de pasar. Como no había previsto que Sirius se comunicaba con Ron y que este seguro le conto su trato con Narcisa.

-De todas formas ya está hecho- dijo Ron abriendo la mano en medio de la mesa, soltando un pequeño frasco vacío que resonó y rodo.- Así que ¿Qué piensas hacer ahora Granger?-

-¡DARTE UNA ESCARMIENTO! y…- su mente se nublo aquel enfado desaparecía y se sustituía por una ligera tranquilidad. -Creo que es hora de un baño relajante-

-¿Qué?-preguntaron ambos mirándose.

-¿No vendrás al partido?-pregunto Ron como si fuera una cosa horrible.

No supo ni por qué termino bebiéndose el demás jugo de calabaza, podría ser el Felix Felicis actuando o que simplemente ya estaban las cosas hechas y no importaba mucho. Se levantó y se despidió con la mano.

-Los veo en el campo de juego- dijo Hermione caminando sin saber a dónde realmente se dirigía su cuerpo parecía no hacerle caso o de inmediato cambiaba de opinión y se olvidó de lo que planeaba.

Fue a su recamara tomo una muda de ropa limpia y fue directo al cuarto de baño de los prefectos, a esa hora y con el partido en su apogeo no habría nadie. Así que cuando estuvo enfrente de la estatua de una bruja con una rana en la mano le dijo "Agua burbujeante", se movió a un lado y le sonrió. Dejando un espacio cuadrado y que daba aun pasaje de piedra. Se adentró sin un solo problema cruzándole la mente, lo que era extraño ya que por lo general estaba planeado su siguiente paso o pensando en mil cosas o estudiando. Pero en ese momento, nada, solo quería relajarse en una tina de agua caliente.

El baño de prefecto era lo mejor que vio nunca, o por lo menos el de mujeres, ya que el de hombres suponía era igual o parecido. Tenía un enorme espacio para duchas, donde las múltiples perillas soltaban agua con pociones o líquidos humectantes, también un montón de cosas más que no sabía ni para que servían. Pero a la mayoría de chicas les encantaba. Pero a Hermione lo que le encantaba era la enorme tina circular que se llenaba de agua caliente y espumosa, ella solo tenía que adentrarse en el agua y dejar ir sus preocupaciones. Y así lo hizo.

Por un buen rato, o incluso una hora y media cualquier pensamiento fue arrinconado en lo más profundo de su ser.

Y como su anterior pensamiento, cuando estaba secándose y poniéndose la ropa, decidió que era momento de ir a la torre de astronomía y contemplar el cielo. Sus pasos ni siquiera parecían ser dictados por ella, solo caminaba por el colegio hasta llegar a la escalera que le conducía a la torre de astronomía. Sin lugar a dudas era una locura porque tenía que vigilar a Draco, y encargarse de un montón de cosas más, aunque en ese momento solo quería ver el cielo despejado.

Encontró el lugar vacío y con los gritos y bramidos de la multitud llegando a pesar de lo lejos que estaba. Se sentó en la parte más alejada por alguna razón externa a sus sentidos, y escucho con atención. No comenzaban aun el partido, aunque algo le decía que no estaba en ese lugar para escucharlo. Cerró los ojos y se acomodó, pudo ser la tranquilidad relativa, su reciente baño o que por primera desde lo del ministerio no le preocupara nada. Cerró los ojos y se quedó dormida. Debió ser poco tiempo porque la misma luz entraba cuando se despertó. Pero alguien la veía apuntándole con la varita y una sonrisa maniática, más no estaba intimidada.

-¡Debes ser muy tonta para venir aquí sola, sangre sucia inmunda!- dijo Draco acercándose más y más- Sin tus preciados amiguitos o esos estúpidos traidores a tu alrededor-No se movió ni dijo nada, pareciera que solo podía estar calmada. No cuando la varita de su contrincante temblaba y sus ojos parecían enloquecidos, aunque si lo veías con detenimiento mirabas la desesperación en su rostro. Malo para una batalla-Esperaba poder hacer esto mucho después, pero eres solo una brujita con aires de grandeza. Así que creo que mi Lord obtendrá un pequeño obsequio de mi parte-

-No creo que quieras hacerlo- dijo Hermione levantándose sin preocupación de que la atacara.

-¡Quédate quieta!- advirtió tomando la varita con ambas manos-¡O…!-

-¿Me atacaras?- dijo Hermione recargándose contra el balcón que daba con libertad a los campos. A la distancia escucho el partido empezar.- Hazlo-

-¡Reducto!-grito y un lado del balcón se volatilizo en polvo.-¡NO ESTOY JUGANDO!-

-Aún tenemos esa charla pendiente ¿Sabes?- dijo Hermione sin prestarle atención, dando pasos a donde quedaba la orilla recién echa por el hechizo. Miro hacia abajo, directo a los terrenos y sin saber que tramaba ella misma o… la poción.- Lo del tren aún no ha quedado resuelto-

-¿Qué? Deseas más golpes- dijo Draco riéndose con malicia-Ya veo… así Potty te enamoro. Eres una…-

-No- dijo Hermione sin mucho interés y sin siquiera voltear a verlo-¿Qué misión te encomendó Voldemort?- su pregunta salió tan normal que parecía una charla cualquiera. Pero lo cierto es que no tenía control de ella.

- Eso no importa- dijo Malfoy en voz baja y conteniendo el aliento, haciendo que Hermione se girara quedando a la orilla de caer al vacío.- ¿Cómo te has enterado?-

Vio su rostro pálido y sudoroso, incluso como parecía aterrado. Más ella solo alzo los hombros.

- Es muy lista- dijo Draco con la voz llena de odio.-Demasiado para dejarte seguir importunando a mi lord-

-No Malfoy, no comprendes el alcance de lo que implica esta guerra- declaro Hermione mirando a sus ojos grises, aunque llenos de miedo.-Sera el fin si no lo paramos-

-¿Quién?-pregunto Draco con furia- Acaso crees que tu grupito lo hará…- dio dos grandes risotadas-… eres solo una sangre sucia. No debería ni de llevarte ante mi Lord, solo te dejare caer y les hare creer que te suicidaste por la muerte del cara rajada-

-Te encuentras asustado, como un niño pequeño que no encuentra a su madre- dijo Hermione levantando su mano, haciéndole que viera el color raro que mostraba- Pero aun así intentas aparentar que estas bien. No debes hacerlo-

-¿Hacer que?-pregunto Draco tragando- TU NO SABES QUE MISION TENGO-

Hasta entonces Hermione se dio cuenta que le temblaba todo, aunque no por completo de enojo se veía en sus ojos miedo. Mas solo bajo la mano y soltó un gran sus piro ¿Qué estaba ocurriendo?

-Tu madre sufre, te espera y quiere verte- le dijo Hermione de la nada, incluso sorprendiéndola. No fue la única Draco salto y abrió la boca como idiota, luego chirriaron los dientes y dio dos zancadas enterrando la punta de la varita en su cuello.

-¿DÓNDE TIENEN A MI MADRE?-Grito a todo pulmón. Ese Draco no parecía en nada al del tren, aquel que dijo que le importaba poco lo que le ocurriera y que se pudriera. No este parecía decidido a sacarle la información de la localización de su madre.

-Está en un lugar seguro- dijo Hermione sin moverse, miro que aunque ella debía ser la aterrada se encontraba calmada en cambio Draco era un manojo de emociones que chocaban y se revolvieran en un torbellino de terror.- Ella está bajo nuestra…-

-MALDITOS IDIOTAS. LLEVAME A MI MADRE O TE MATO- Advirtió Draco empuñando con tanta fuerza la varita que sus nudillos perdieron color y se marcaron líneas al apretarla tanto.-¡AHORA!-

Levanto la cama con calma y sostuvo la punta de la varita algo que nunca antes se hubiera atrevido hacer.

-Aun no es momento- dijo Hermione dando un paso lateral- Cuando compartamos el peso, será el momento-

-¿DE QUE DEMIOS HABLAS MALDITA?-pregunto Draco con la voz extraña.

-De que eso es todo por hoy- dijo Hermione arrimando la varita de Draco a un lado.

Lo que pasaba era de locura, sin siquiera sacar la varita estaba enfrentándose a Draco declarándole que tenía a su madre en un lugar seguro y quería verlo, sin contar que este parecía también querer verla o encontrara. Aunque sus intenciones fueran ambiguas. Podría querer arreglar las cosas con ella o terminar con lo que considerara traición. Pero por supuesto que la poción hacia lo que quería y cuando dio un paso de lado. Draco se lo impidió. Ella se quedó en silencio viendo como le picaba justo en la sien.

-La diva guerrera no es más que una niña asustada- murmuro como si tuviera que recordárselo a él, más que para ella. La mirada de Draco enloqueció más si se podía, su sonrisa malvada surgió nuevamente y esa sensación de que su magia se alteraba.

-No lo hagas, terminara mal para ti- dijo Hermione sin moverse o verlo, cerro lo ojos. De verdad que esa poción le estaba llevando al límite.

-Según recuerdo la última vez, besaste la ventana del tren y tu brazo casi se rompe- dijo Draco soltando la varita y levantando el puño, lo sabía sin siquiera verlo, porque lo sabía sin verlo era el misterio.-Así que veamos que tanto has crecido en este corto tiempo.-

Algo choco contra su rostro, aunque no fue doloroso, al abrir los ojos vio la sorpresa genuina de Draco y su puño en su pómulo.

-Ya sé, no tienes que decírmelo. No me creeré mucho-murmuro Hermione.

Enloqueció la volvió atacar, pero de un movimiento le golpeo la varita que salió rodando, se quitó de la orilla y con un ligero empujón le hizo tropezar. Le tomo el brazo y se lo torció por la espalda, y dejó caer la rodilla sobre su espalda al momento que todo su peso lo compacto en ese lugar. La cabeza del rubio estaba afuera de la torre y miraba directo a los campos, más un solo movimiento y podría volar directo al suelo y sin escoba.

-No te lo imaginabas ¿Cierto? -se jactó Hermione recordando las palabras que le dijo en el tren- No soy una niña indefensa, puede que Diva guerrera me quede más, pero algo es seguro… yo no me daré por vencida hasta que eliminemos a Voldemort. Así que es mejor que despiertes, ya que estas en el lado perdedor… o sí que me se me olvidaba decirte. Un consejo, si no conoces a tu enemigo no lo enfrentes. O puede que termines cayendo del cielo-

Lo soltó y quito su peso, Draco se levantó furioso, avanzo, aunque no contaba con el polvo que creo al destruir la única barrera entre la caída y la torre. Se resbaló hacia atrás y fue directo por el hueco que creo, lo vio luchar un momento contra la gravedad y luego inclinarse más y más. Dio un grito desesperado. En un movimiento rápido, Hermione, le tomo del cuello de la camisa quedando de un modo un tanto extraño. Ella sosteniendo a Draco de caer directo a una muerte, mientras que el agitaba los brazos queriendo aferrarse a algo. Estaba segura que su pecho del chico debía arrastrarla también, pero sus pies terminaron de alguna forma inclinándose al lado contrario para soportar el peso y aguanto por unos momentos.

-¡Ayúdame! ¡No me mires y ayúdame!- dijo Draco muy asustado mientras seguía intentando salir de la situación. Pero parecía imperturbable su serenidad.- ¡AYUDA! ¡PORFAVOR! ¡AYUDAME!-

Dos cosas pasaron inmediatamente después; La primera los pies de Draco resbalaron de la orilla, su cuerpo quedó suspendido en el aire un momento y su cara de terror fue pura; La segunda, el tirón de Hermione lo regreso a la torre, aunque fue mucha fuerza que ocupo porque Draco cayó de frente golpeándose la cabeza y quedando tendido boca abajo.

Pasó mucho tiempo quieto y jadeando, cualquiera pensaría que estaba herido, pero Hermione no, o no la poción. Cuando al fin volteo, vio la marca roja en su frente pálida y llena de sudor. Parecía no saber que decir o hacer. En cuanto a Hermione ella le plantó cara en el mismo sitio en el que lo sostuvo. Como si nada hubiera pasado.

Se miraron a los ojos, ella completamente serena y el más sorprendido que en toda su vida.

-Me debes una vida- declaro Hermione pasándole de un lado, recordó cómo le puso la muñeca, también como le estrelló contra las ventanas, le torció el brazo y le propinó una fuerte puñetazo en las costillas.- Y muchas más. Esta vez te he salvado por tu madre. La siguiente vez no seré linda- Saco un pequeño papel de su bolsillo, le marco con la varita un runa "Espejo" y lo corto en dos. Sin miedo se lo estrello contra el pecho cuando se levantaba, volviéndolo a tirar.-Escribe la fecha cuando quieres verla y nos veremos en la entrada de Hogwarts-

-¿Y si no quiero?-pregunto Draco con la mirada enojada.

-Quémala, rómpela o solo tírala. Me da igual- dijo Hermione pasándolo de largo- Te lo repito, esto solo es una cortesía a tu madre, de mujer a mujer-

No creía lo que acababa de hacer, retar a Draco y darle una oportunidad de salir del agujero en el que se encontraba todo tan solo sacando la varita para marcar el papel y sin mostrarle un solo gramo de lo que sabía hacer. Su plan era muy diferente y se había preparado para pelear o incluso obligarlo a ir a ver a Narcisa, aunque por lo que intuía (por la poción) parecía no ser necesario.

Salió con paso tranquilo y nada la perturbo hasta el estadio de Quidditch donde los ánimos estaban caldeados, gritándose entre Slytherin y Gryffindor, incluso las otras dos casas. Se apresuró entre las gradas y se sentó en el primer lugar libre viendo lo que quedaba de partido, según el tablero de anuncios el partido estaba 50 Slytherin y 110 Gryffindor, aunque los dos equipos estaban mostrando signos de cansancio. Se fijó en Ron que montando sobre su escoba daba órdenes a cada jugador, e incluso señales, parecía funcionarle bien. Aunque a veces los de Slytherin lograban descifrar sus tácticas y frenarlos en el momento.

A Gryffindor todo le salía bien. Marcaron otros tres tantos, un gol tras otro, y Ron paraba los lanzamientos con una facilidad asombrosa. Parecía que su concentración estaba mejor después de mucho entrenarse. Su mirada era la que parecía controlar los movimientos de cada uno, y cuando paro un peligroso tiro giratorio el público celebró con entusiasmo el viejo tema "A Weasley vamos a coronar". Y para celebrar, una anotación instantánea de Ginny, el equipo dio piruetas como si fueran aves que volaban libres y no en un trozo de madera.

Ritchie lanzo a una bludger directo al buscador del otro equipo, que dio directo en el palo y giro sin control, aunque recupero el control en segundos. Miro enojada como el buscador y el golpeador de Slytherin se lanzó contra Dennis, que el pobre rodo sobre su eje evitando la primera embestida y con una mano suelta. En ese momento la señora Hooch estaba de espaldas, y aunque los simpatizantes de Gryffindor protestaron enardecidos en las gradas, cuando ella se dio la vuelta Goyle había golpeado el hombro con el bate.

Se sostenía el hombro adolorido y lágrimas en los ojos.

-¡Me parece que Harper, de Slytherin, ha encontrado la Snitch! -anunció Luna por el megáfono - ¡Sí, ha descubierto algo que Creeve no ha visto!-

Hermione no vio la Snitch antes, pero era cierto la pequeña pelota alada estaba volando para evitar que ese idiota de Harper la atrapara. Se sorprendió al ver a Dennis volar pegado a la escoba soltando un enorme cumulo de magia y alcanzando en un santiamén a Harper. Volaban hombro con hombro a pesar de que al menor le costaba seguirle un poco el paso. Y cuando la Snitch viro para evitar ambos brazos estirados, Harper cometió algo inmundo y sucio, se abrió un poco y regreso con fuerza golpeando nuevamente a Dennis. El tumulto que se alzo fue un griterío de groserías y majaderías que ningún profesor pudo evitar. Tampoco evitaron que Ron, Jamie, Ritchie, Ginny, Alice y Deán salieran en persecución de Harper. Con las claras intenciones de reventarle la cabeza contra los postes de gol. Aunque la Snitch se perdió de vista.

Los catorce jugadores se juntaron con rapidez, para una batalla que estaba intentando impedir la señora Hooch.

Mas se quedaron cayados cuando las manos de Dennis soltaron la parte delantera de la escoba y de alguna forma impulso sus pies hacia adelante, quedando al contrario y boca arriba en la escoba. Y empezó a caer en picada. Pensando que era una caída por su herida los jugadores se apresuraron a bajar en busca de atraparlo. Alice fue la primera en estirarle la mano para que se sostuviera, Dennis la hizo a un lado y continúo bajando a mayor velocidad, a un metro del suelo, giro nuevamente el cuerpo quedando perfecto para desnucarse. Al contrario tiro con ferocidad del palo y barrio el suelo, creando un sendero de pasto, agua y lodo que marco la mitad del campo. Termino estrellando su escoba contra el suelo y destrozándola al instante, salió rodando y cubriéndose la cabeza. Cuando freno termino boca arriba y sosteniéndose el brazo.

-¡Eso debió doler!- grito Harper con la voz algo alegre.

Hermione ya se apresuraba a bajar de las gradas y los jugadores aterrizaban, cuando Dennis alzo la mano embarrada de barro y mostraba una pequeña cosa dorada aleteando.

-¡LA ATRAPE!-Grito llorando y temblando- ¡CAPITAN, CHICOS LA HE LOGRADO ATRAPAR!-

Comenzó un griterío que silencio el silbatazo final del partido.

Los demás cayeron al suelo sin detenerse y se echaron las escobas al hombro, vio que muchos más bajaban de las gradas, la primera y corriendo como gacela era Sofí. Llego antes que cualquiera se arrodillo en el suelo y comenzó a revisarlo, alzando la varita y moviéndola tan rápido que parecía que lo hiciera todos los días (se notaba lo duro que trabajaba con madame Pomfrey). Hermione llego casi al instante viendo a Dennis reír, no sabía si de dolor o por atrapar la Snitch, pero sí que aferraba la pelota alada con fuerza-

-Lo hice, maestra, la… trape- le dijo mirándola a los ojos.

-Fue terrorífico y genial, igual que Harry- le dijo Hermione sonriéndole y acariciándole el cabello.

-Eso mocoso, estuvo de infarto- dijo la voz de Ron desde arriba, le vio de reojo, con una enorme sonrisa que demostraba su orgullo.- Esa maniobra ¿Dónde la aprendiste?-

-Es… mía- dijo Dennis gruñendo cuando Sofí le toco el brazo.

-Tienes que descansar- dijo Sofí mirándolo con una ligera sonrisa- Te daré esta poción y te llevaremos con Madame Pomfrey ella te ayudara de inmediato-

-¿No estudiabas para eso?- pregunto Deán hincándose.

-¡SI!- grito Sofí en su oído tirándolo en el barro-¡pero no tengo las pociones aquí, si no ya estaría suministrándoselas!-

-Okey, no te enojes- murmuro Deán pálido.

Hermione lo dejo con los demás atendiéndole y vio al grupo de jugadores de Slytherin riéndose y señalándolo, además de hacer mímicas de caerse y sujetarse el hombro. Los profesores aun bajaban por las gradas. Puso la mano sobre su boca y hablo rúnico. La tierra se levantó, creando enormes bolas de lodo le golpearon repetidas veces y algunas de ellas introduciéndose dentro de su boca por reírse. Parecieron que nadie lo noto. O la poción le ayudaba a que no lo notaran.

-¿Cómo está?-pregunto la profesora McGonagall mientras lo trasladaban a la enfermería, con un sequito de gente que se alzó en una ovación que ahogó el sonido de los abucheos que apoyaban al equipo contrario.

-Se pondrá bien- dijo Madame Pomfrey sujetándole el hombro para que no se moviera con el sinuoso camino.- Un par de minutos en mi enfermería y estará como nuevo-

Lo que ninguna de las dos se percataron fue de que medio equipo de Gryffindor tenían atrapado a Goyle y le estaban zarandeando de un lado a otro, como si jugaran pero el chico ya estaba verde. Y en el otro lado Ginny, y Alice cacheaban a Harper sin que pudiera nadie evitarlo y siendo ayudadas por los Pendragon que alejaban a los de Slytherin (además de taparles la vista a los profesores).

Hermione se separó del muchacho por un momento, fue a Ron y le abrazo brevemente. -Estuviste estupendo-

-Se me escaparon unas cuantas- comento rascándose la barbilla y luciendo avergonzado pero feliz- Y ¿Te fue bien?-

-Sí, Gracias… por… bueno… la poción- contesto Hermione antes de que un bólido verde y enfurruñado se lanzara contra Ron.

En primera instancia pensó que Daphne estaba ahorcando a Ron y haciéndole que se arrepintiera de ganarles, luego se dio cuenta que lo besaba apasionadamente mientras le sujetaba del cuello del uniforme y lo sacudía de delante atrás. Luego de lo que pareció algo muy personal se separó y le miro enojada.

-Ustedes son…-gruño y le dio otro enorme beso-… pero ya verás a la siguiente nosotros les ganaremos-

-No mientras tengamos a Dennis- dijo Ron aturdido y recogiendo aire como si nunca antes lo hubiera hecho.- Ese chico se tomó muy enserio la locura de Harry, esa maniobra la llamaremos la locura Creeve-

Se alzaron intentando lucir avergonzados, lo cierto es que ambos estaban muy embarrados y no lucían como si fueran contrincantes, abrazados y Daphne levantando el puño de Ron comenzó a retirarse del campo de juego. Estaba segura que la fiesta de Gryffindor no sería en la torre, porque algunos Pendragon querrían celebrarlo, pero cuando estaba pensando en pasar el resto de la tarde revisando y mejorando sus investigaciones (con la ayuda de la poción), cambio de idea. De forma tan drástica que entendió que para la poción aún no había cumplido con todo lo que tenía que hacer o en lo que tendría suerte, puede que ambas.

Mientras subía con el tumulto se desvió, giro en un recodo y antes de saberlo se encontraba caminando para el lado contrario de donde se dirigían. Hasta llegar a la oficina de Dumbledore, no comprendía que hacia ahí después de todo, no había pasado nada con los gigantes y lo de Draco creía prudente guardárselo, pero cuando la gárgola se abrió y entro supo que algo andaba raro. La puerta del despacho estaba abierta de par en par, con varita en mano se apresuró adentro y corrió directo al balcón, donde primero encontró una sombra sosteniendo algo entre sus manos. El sol la deslumbro aun así abrió la boca y pensó "Carperetractum". La soga que surgió de su varita se enrosco en algo y antes de saberlo lo atrapo en su mano. Era el anillo Horrocrux y aquel que lo sujetaba era el profesor Dumbledore, no entendía nada, mucho de lo que hacía tenía que ser provocado por los efectos de la poción.

-¿Profesor, que hacia?-pregunto cuando reacciono.

-Yo…- desvió la mirada a otro lado e intentó bajar el ala de su sombrero.

-Se…se… ¿Se lo estaba poniendo?-pregunto Hermione sin poderlo creer, el anillo lucia muy normal pero algo no le daba buena espina, de forma que lo dejo sobre el escritorio casi de inmediato-¡¿En que estaba pensando?!-

Sin embargo, cuando profesor pensaba hablar, se apartó y dejo caer los brazos contra la barandilla. Lucia apenado y estaba con los ojos perdidos. Sintió que algo le causaba gran incomodidad, como si, Hermione, no debiera estar ahí. Aunque por algo estaba (o eso creía la poción), de tal forma que camino con cuidado hasta el balcón y al salir vio como Dumbledore intentaba no girar a verla.

Se colocó un lado y miro lo mismo que el profesor, aun le parecía que había solo sido unos días atrás que se encontraba en esa misma posición viendo los oscuros terrenos y el cielo oscuro de color amoratado. En ese entonces quería creer que la perdida de Harry era una mentira. Llorar, soltar su angustia y maldecir a medio mundo. Pero en ese momento viendo el cielo claro, los arboles moviéndose con el viento y el sonido de la fiesta pisos abajo no pudo más que alzar su mano. El anillo de compromiso lo giro, por primera vez mostrando el símbolo de infinito y las gemas, las cuales destellaron a la luz del sol.

-¿Regalo de Harry?-pregunto el profesor con voz baja.

-No- contesto con honestidad, por si misma por primera vez en el día- Un compromiso, una promesa, es aquello que nos uniría por la eternidad-

Dumbledore a pesar de la vergüenza que sentía, giro la mirada y la vio con la boca un poco abierta, luego una ligera sonrisa se perfilo en sus labios y los ojos le brillaron.

-De tal forma que no escuche mal- dijo el profesor mirándole- Así que Harry no pudo controlarse en pedírselo hasta después del colegio-

-Más bien me lo pidió antes de que la guerra se declarara- dijo Hermione mirando el anillo, viéndolo desde ese lado, dejo de sentirse raro, parecía más real y cómodo- Justo antes de irse-

Dumbledore no parecía saber que decir. Apretó las manos en el barandal y su mirada pareció un poco más concentrada.

-Yo… siento lo que ha visto- dijo el profesor quitándose el sombrero de copa y peinándose el cabello blanco.- Estaba… tuve un momento de flaqueza-

-¿Quería utilizarlo?-pregunto Hermione sin entender -¿Para qué?-

-Es… complicado- respondió Dumbledore apartándose la barba como si le estorbara, aunque podía ser que de verdad le estorbara. Le miro de nuevo directo y soltó un suspiro- Yo… he estado tentado a revivir a mi hermana-

-¿Su hermana?-pregunto Hermione regresando a su antigua posición con la poción, realmente sabia la historia la había leído en una crónica del valle de Godric donde mencionaban a su familia y los integrantes. Más no decía nada sobre lo que paso con sus familiares.

-Una larga y lamentable historia… muy vergonzosa para mí lo admito- dijo Dumbledore limpiándose las gafas, aunque parecía más que las lágrimas acudieran a sus ojos- Nunca he sido el increíble mago que todos creen y admiran, en algún tiempo fui un alumno y… uno que no comprendía la diferencia entre el bien y mal. Realmente no me preocupaba por el futuro que podía crear-

Dejo un espacio para que se animara a continuar, pero cuando los minutos se volvieron muchos ella dijo- Es una persona, todos tendemos a equivocarnos-

-Lo sé, pero eso no cambia mis pecados. Algunos que me perseguirá incluso después de mi muerte- declararon Dumbledore recargándose por completo como un colegial, y luego se dejó caer hasta que sus pies quedaron entre los barrotes y miraba por el hueco entre ellos. Sentado y con las piernas al aire, parecía un chico cualquiera, uno con más de cien años. Le miro ofreciendo su lado. Se sentó y mirando cómo la tarde caía, aun le quedaba medio día para que la poción perdiera efecto- Quería verla una última vez. Además de investigar ciertas cosas, entre ella si Harry está… al otro lado…-

-Está vivo- declaro Hermione, esperaba que fuera la poción y no su mente.- Pero… eso usted lo sabe-

-Es vergonzoso, una alumna con cien años menos diciéndome lo pienso- rio Dumbledore de forma rara. Se colocó el sombrero y continúo viendo el cielo- Es raro que al final de la vida, aun aprendamos algunas cosas, pero ustedes parece que me han mostrado que no existe edad para seguir cometiendo errores, aprender y obtener nuevos amigos-

-Profesor, el… anillo no es la solución- declaro Hermione pasándose el cabello detrás de la oreja- Sé que puede ser tentador levantar a los muertos… ser poderoso, aunque… el poder siempre tiene una consecuencia. Como todo en la vida, nada puede tener una causa sin un efecto -

Permanecieron unos minutos en silencio en los cuales se encontraron en una apacible paz. Luego el profesor se levantó y fue a su despacho, suponía que era mejor seguirlo a quedarse afuera y como autómata lo siguió adentro. El profesor vio el anillo en el escritorio, saco la pequeña caja de su bolsillo y con la varita introdujo el anillo en su lugar, en cuanto al cerro lucio más tranquilo.

-Quisiera pedirle que usted lo guarde- dijo Dumbledore extendiéndole la cajita- Yo estoy tentado a utilizarlo, si se encuentra con usted estará a salvo-

Lo tomo sin dudarlo, tenía razón, ella no tendría razón para utilizar esa pieza mágica. No cuando le hacía sentir tan extraña. Le metió directo en el monedero y le miro al profesor Dumbledore.

-Ya he localizado el último objeto, aun no tengo idea de cómo obtenerlo y destruirlo, pero no está en la cueva- dijo Hermione alejándose un poco, veía que el profesor necesitaba su espacio para pensar.

-Muchas gracias por la información y venir a visitarme, estaré pendiente por lo que pueda suceder- dijo Dumbledore sonriéndole, aunque un poco falso- Ahora no la detendré más, continúe a donde deba ir, la celebración a Gryffindor se escucha grandiosa-

-Descanse profesor, solo falta mucho menos para que regrese-declaro Hermione antes de llegar a la puerta- Todo cambiara cuando aparezca-

-¿Se encuentra bien señorita Granger?-pregunto El profesor observando que se comportaba un poco raro a lo usual.

-No lo sé- respondió saliendo del despacho, y dirigiéndose a la celebración.

Tardo un poco bajar con la calma que llevaba por la poción, al pasar por un pasillo escucho a unas chicas decir-¡Están ocupando el gran comedor para su fiesta, como si un solo partido fuera ganar la copa! -anunció

Se cruzó con unos cuantos que corrían en dirección de las cocinas, seguro para hacer que los elfos les dieran lo necesario para la fiesta. Cuando entró en el gran comedor vio a sus amigos celebrando a viva voz, pero la fiesta en honor del equipo de Gryffindor estaba en pleno apogeo. Su llegada fue poco percibida por los renovados vítores y aplausos que le dirigían a Dennis, el cual estaba sentado en medio y de color rojo escarlata por la vergüenza y asintiendo o negando a lo que decían. Parecía mudo de tanta atención. El último partido había pasado solo como una atrapada de suerte, en ese momento le alagaban por su tan magnifica maniobra y que por segunda vez consecutiva atrapara la Snitch.

Tuvo que librarse de los que le impedían el paso. Escuchaba como Colín le pedía a Damelza que hiciera un detallado análisis del partido, y de un numeroso grupo de niñas se reían al lado de Deán, que parecía fascinado por la atención y que se reían de sus comentarios menos graciosos sin dejar de hacerle caídas de ojos. Mientras Ginny le lanzaba miradas asesinas sentada al otro lado.

De modo que tardó un rato en empezar a buscar a Ron. Al fin también consiguió zafarse de la plática con Pendragon. Incluso vio a Crookshanks celebrando, aunque técnicamente solo estaba comiendo lo de la mesa y disfrutando de las caricias que le daban. No entendía como lograba aparecer en los momentos indicados que solo hacia dormir, comer o que lo acariciaran. Paso unos momentos divertidos con todos, como si el día no hubiera hablado con Draco sin mostrar su magia o que hubiera evitado un nuevo posible problema con Dumbledore. Realmente las cosas raras aun no terminaban de pasarle.

Durante la celebración terminaron mojando a varios con granadas de agua (Nuevo producto de Weasley & Weasley) y haciendo diferentes bromas, las cuales ni le tocaban o hacían efecto en sus manos. Ni siquiera se mojó cuando una pelota del tamaño de baseball le cayó en las manos y arrojo agua en todas direcciones. Y a pesar de que los profesores intentaban hacerlos irse a sus salas comunes no funciono y al poco rato participaban; el profesor Slughorn bebía en la mesa de Gryffindor junto con un par de chicos que se veían que tenían otras intenciones: McGonagall intentaba regañarlos al principio y termino con un circulo de chicas que escuchaban sus aventuras de joven; Neville jugaba baraja explosiva con la profesora Sprout y el profesor Flitwitch le ayudaba de tal modo que llevaba dos manos perdidas; El único que estaba intentando repartir castigos a diestra y siniestra era Snape, el cual en ese momento ya parecía darse vencido, pues tenía la cara llena de colorines y algún liquido en el cabello muy parecido al jabón.

De tal forma que cuando anocheció, dejo a todos aun celebrando, riéndose y jugando en el gran comedor.

Ya en su habitación y con la mente clara saco su investigación, la reviso por última vez a conciencia. La única razón por la cual lo volvía a hacer era que con la poción, si la suerte estaba de su lado encontraría algún error y la posible solución. Cuando llego Lavender con los labios hinchados y despeinada aún seguía en el tema, pero ni siquiera se hablaron. Luego llego Fay la cual estaba tan normal como siempre, le dijo un par de cosas sobre que Lavender termino besuqueándose con Magnus y este ni perezoso le siguió el juego, armando un gran alboroto al casi hacer una escena enfrente de los profesores. Se recostó y la dejo continuar con su revisión.

A las doce en punto cerro su investigación, con la certeza de que no cometió ningún error y nada parecía fuera de lugar y la poción le decía que tenía total éxito o por lo menos fue la interpretación que le dio.

La poción debía seguir en funcionamiento incluso dormida, por que vio a Harry. Todo fue como fotogramas de una antigua y vieja película, una que parecía mal grabada. Harry estaba sangrando por el rostro y el cuerpo, manchado de suciedad y con las manos al rojo vivo mientras sostenía un vórtice de color negro y dorado, que giraba y disminuía con el tiempo, jadeaba y gritaba, su boca decía cosas que no escuchaba y a cada segundo su rostro parecía apunto de ceder. En el último momento vio algo atravesar su costado a altura de su cadera, una enorme lengua negra que se retorcía y salpicaba la sangre en todas direcciones.

-¡AAAAAAAHHHHHH!- grito Harry de tal forma que la despertó por completo sobresaltada y sin entender que pasaba.

La zarandeaban con fuerza, Laveander parecía aterrada y Fay estaba tomándole el pulso.

-¿Estas bien?-preguntaron a la vez.

- Estabas gritando y diciendo el nombre de… de… Harry- termino Fay tragando al último.

Se sentó de golpe alterándolas y se intentando parar, pero las piernas no le respondían y su mente estaba muy aterrada, tanto que no noto que se encontraba empapada en sudor y que la boca le sabía a sangre. Se revisó encontrando que mordió tan fuerte su labio que atravesó la carne. Intento pensar algo coherente, pero lo único que salió de su boca fue -Está muy herido- Eso la altero más, como se decía que todos los días que estaba bien Harry cuando en ese momento lo vio sufrir golpeado y adolorido. Con su cuerpo aun temblando y sin pensar en que sus compañeras la veían como una loca fuera del psiquiátrico, fue a la ventana y miro afuera. Su vista no podía mentirle. Estaba comenzando las primeras nevadas. Los campos comenzaban a cubrirse de espacios blancos con lentitud.

Algo entro de golpe, era la amiga Fay que llevaba a la profesora McGonagall.

-Hermione- dijo al verla empapada en sudor y temblar frente a la ventana.- ¿Qué le ha sucedido? ¿Se encuentra bien?-

-Profesora, está herido, está gravemente herido -Dijo Hermione soltándose en llanto y arrojándose a los brazos de la profesora y apretándola. La poción le había dado lo que más deseaba, verlo nuevamente, pero no de esa forma. O tal vez era el pago por abusar de la suerte.