Dos al hilo, y antes de lo esperado. Creo que esto puede o ir muy bien o terminar en caoz, ya saben a lo que me refiero. Un capitulo largo, no tanto como el más largo de mi historia, pero tampoco tan corto.

Es el inicio de algo nuevo, un poco difícil de escribir, de tal forma que me esforzare.

En una semana importante la que sigue, llevo dos años con la historia, casi un millón de palabras y setenta y nueve capítulos. Estoy más que feliz de haber empezado y aun mucho más alegre de que ustedes sigan conmigo.

No sé si pueda hacer un especial o algo este año, tengo algunas cosas preparadas y… no creo a completar tres capítulos en una semana, así que les diré que mis anteriores capítulos…. Hace un año… eran de trece mil a dieciséis mil y fueron especiales. Tres semanas seguidas con más de 15 mil cada uno… creo que es un especial súper largo, espero que el siguiente sea igual. Además tengo una sorpresa preparada.

Responde cuatro de las cinco bien y te ganas un dedicación en el capítulo.

¿Qué avienta Ron a sus hermanos gemelos en navidad?

¿Cuántas Navidades paso Hermione en la madriguera?

¿De quién habla esta frase? " - "seguía negándose a permanecer en presencia de Ron más tiempo del imprescindible para lanzarle una mirada de desprecio.

¿A quién se le cayó la pierna en sus lecciones de desaparición en el sexto libro?

He exagerado, tal vez. No me peguen por intentar algo diferente.

Pero eso sí, espero que los comentarios no falten y también las risas, sonrisas, enojos, gritos, gemidos, pujidos y lagrimeos.

Sin más que decir, los deja su amigo Caoz con este mensaje: Lean, disfruten y dejen su comentario.


Los personajes le pertenecen a J. K. Rowling


Capítulo 79.- Marcas de una vida.

-¡Tardaste mucho idiota!- dijo Hermione con la voz dura, intentando regañarlo aunque estaba feliz, Harry sintió como le enterraba las uñas en la nuca- ¡Gracias a dios, estaba muy preocupada por ti!-

-¡Perdón!- Dijo Harry dejando la frente contra la de Hermione, ambos nuevamente se estremecieron y se rieron un poco, suponía que disculparse cuando inesperado e incontrolable pasaba era su tradición familiar.- Es que los problemas me encontraron nuevamente.- llevo su mano a su mejilla y temiendo dañarla penas la toco, Hermione cerro los ojos y luego sonrió.- De verdad lo siento tanto, no te dejare otra vez, pase lo que pase-

Mientras lloraban se apretaron y en su oído murmuro -Estoy en casa amor-

-Bienvenido cariño- contesto Hermione con una leve risa.

-¿Eres tu Harry?-pregunto una voz.

Dos dias antes.

Al fondo del océano, entre barcos hundidos, arena oscura y el coral petrificado, algo se movía a toda velocidad, creando una corriente de agua y burbujas mientras viajaba. Viajaba a gran velocidad y después de un rato paso una marca, un círculo brillante en el fondo del lugar, dio un viraje a la derecha y después de un minuto encontró otro, pasó uno más y a la lejanía, a varios metros se veía otro y luego otro. En medio de aquella separación se frenó la ráfaga de agua. Surgió un báculo de las burbujas, golpeo el suelo de piedra marina, y creo otro círculo mágico idéntico a los que estaban a su lado. Viendo el trabajo acabado, se elevó y subió desde el lecho marino hasta golpear la superficie y dispararse por el cielo en una ráfaga de viento. Cruzo el camino del océano en una fracción de hora, cruzando por olas que se azotaban en la superficie, espuma y el viento que ondeaba la tela que le cubría el cuerpo. Avanzaba en línea recta y notaba a la distancia las islas que flotaban a gran altitud.

Cruzo con una aleta enorme que movía el agua.- Cuidado, voy pasando- dijo la voz y observo como la cabeza de una tortuga gigante salía a la superficie, dio un giro y se metió entre un par de tentáculos, girando tan de prisa que parecía haberlo hecho toda su vida, y antes de llegar a la primera isla redujo su velocidad, la miro un momento posaba sobre el mismo nivel del mar.

Freno en la blanca arena y se quedó suspendido un momento, luego con lentitud se bajó. Gimió al tocar la superficie blanda y quedar bien parado. Se descubrió el rostro y se limpió el agua salada que le bajaba del cabello mojado. Cojeo unos cuantos metros, en la base de una palmera se notaban muchas cosas, entre ellas: Una bolsa para la pierna, una muñequera y un montón de mantas que dejaban entre ver un huevo rosa.

Recogió su bolsa para la pierna y se la coloco, aunque en el proceso gruño y casi grita de dolor. Luego se colocó la muñequera correctamente. Sostuvo el huevo en su mano, Harry, sonrió al ver que seguía ardiendo a pesar de que llevaba mucho tiempo fuera. Verifico que su círculo de fuego siguiera activo y lo reforzó por las dudas. Y vio a ambos lados de la playa, mientras el báculo se lo recolocaba en la espada, como una antigua espada.

-¿Dónde se fue?-pregunto Harry abriendo la bolsa para la pierna, la cual estaba casi despejada, a excepción por el monedero peludo (Los grimorios se encontraban adentro) y metió el huevo y aseguro correctamente.- ¡Marlow no es momento de jugar! ¡Ya nos vamos!-

De las altas hojas de la palmera se vio como salía su cabeza, luego comenzó a descender mientras Harry lo esperaba. Al llegar a una altura considerable salto, sin mucho esfuerzo termino en su hombro y se sentó.

-No, esta vez no puedes ir en ese lugar- dijo Harry tomándolo, al ponerlo a su vista vio sus ojos con enfado- Es largo el viaje, no quiero que te lastimes. Solo será por una docena de horas… tal vez un poco más- Se cruzó de brazos y le giro la cara. -¿Enserio? No seas berrinchudo- murmuro haciéndole cosquillas con el dedo, no le gusto y le lanzo sus garras arañando su dedo- ¿No quieres ver a Mione? Entre más rápido salgamos más rápido llegaremos, además tienes que cuidar a tu hermanita Daira-

Regreso su rostro e tuvo un pequeño movimiento de hoja, era involuntario y significaba que estaba de acuerdo, aunque seguía sin verle. El pequeño recorrió su mano, su brazo y descendió a su pierna donde se metió adentro de la bolsa y se acomodó junto al Huevo de Daira.

-Eso está mejor- murmuro Harry cojeando un poco, mientras se recargaba en la palmera.

La pierna le mataba desde hacía unas semanas, cuando aquel fuego negro le atravesó la pierna. Los primeros dos días ni siquiera logro levantarse, si no hubiera sido por su magia y Marlow estaría en el estómago de cualquier criatura carroñera. Luego se intentó curar varias veces, y aunque funciono solo para parar el sangrado, no logro cicatrizarla, seguro cualquier medimago de San Mungo podría ayudarlo con el tiempo. Los siguientes días se dedicó a volar y recorrer el mar y a los alrededores correspondientes del archipiélago. Ayudándose de su magia logro poner círculos mágicos al redor de todas las islas. Y recién termino su trabajo, con aproximadamente más de mil círculos mágicos, un par de hechizos y runas puestas en cada isla, estaban a punto de partir.

Marlow ayudo a mantener el huevo de Daira a salvo y caliente, aunque a veces parecía algo frustrado por que vigilara un objeto inanimado. Se mostraba ansioso por ver lo de adentro, tanto que en uno de sus viajes a poner círculos lo descubrió intentando romperlo, aunque no logro ni rasguñarlo.

Se elevó despacio e impulsándose con su pierna sana. Primero voló directo a la isla lago, flotando su pierna no dolía para nada, aun así al caminar o siquiera mantenerse en piel le provocaba un ardor intenso y unas punzadas penetrantes cada tiempo.

Llego minutos después a la isla lago, aun así no freno y continúo volando de frente hasta que alcanzo una de las orillas del lago. Bajo en el pórtico, nuevamente quejándose y con un dolor agudo que le subía por el costado. Respiro calmándose y luego ingreso al lugar.

Todas las noches había subido a revisar las cosas de Nikol, no quería que aquello que tanto le costó investigar y los cientos de años que paso sola fueran inservibles. La mayoría ya estaba guardo y catalogado en su monedero peludo, aunque estaba en la casa por otra razón, era algo que no podía olvidar para nada.

Entro viendo los cuartos ya limpios de anotaciones, los sillones de criaturas las dejo tal cual, e incluso la vieja chimenea la limpio dejándola impoluta. Subió la escalera de caracol y recorrió el pasillo, a su derecha encontró la habitación de Nikol que no tenía muchas cosas, más que ropa muy vieja que le perteneció, una cama y un escritorio donde escribía sus investigaciones. La de la izquierda era la que ocupo por un corto periodo de tiempo, la reviso por las dudas y no encontró nada que fuera de importancia. El baño al fondo, sin nada más que un destartalado lavabo y un inodoro que había trasmutado Nikol en algún momento y en ese entonces era inservible. Mas eso no era lo importante, lo que buscaba se encontraba a su derecha y en la puerta contigua a la de Nikol, aquella de la que tuvo curiosidad y no entro.

No le había prohibido entrar, pero decidió respetar su privacidad, en ese momento ya no importaba.

Abrió la puerta viendo un pequeño taller, donde antes que lo revisara Harry se encontraba lleno de polvo de acero, virutas de madera y cosas apestosas y pútridas por todos lados. Nikol ordenada no era o se le olvido con el tiempo. Ahora limpio se notaba las dos mesas en las que trabajaba, también las herramientas limpias y ya tan usadas que estaban rotas. En el estante se notaban un par de dispositivos que no tenían una función clara y que sin lugar a dudas fueron fracasos de Nikol. También un Barco modelo, como si en algún punto Nikol hubiera estado dispuesta a navegar y salir de la isla. Un búho de acero que te seguía según caminabas, creado para que no se sintiera sola, incluso se podía hablar con la figura y aunque no respondiera más que con chirridos evitaba que se perdiera la cabeza.

Los dispositivos que servían o parecían servir estaban ya guardados, y en cuanto regresara se los daría a Fred y George para que los actualizaran o los reinventaran. ¿Quién más para revisar cosas de su predecesora?

Lo importante estaba en el centro de la habitación, eran dos cosas: En un pódium se veía dos gruesos libros cerrado con cerradura y la llave puesta, en la portada tenía la imagen del archipiélago a la distancia, las islas flotando y con el agua del mar moviéndose con un vaivén tranquilizador. En una tenía una enorme flor roja que lanzaba rayos de fuego y en la otra la imagen de Diddy, como debió ser antes de que le arrancara el alma, Un dragón blanco puro con las puntas de las plumas doradas y un rostro sabio.

Como título en letras con relieve y parecidas a arboles rezaba "Guía y Almanaque de Fauna y Flora del Archipiélago Arcano" Harry soltó una leve risa una vez más al leer el título.

-Y yo soy el malo con los acrónimos- murmuro pasando la mano por el encuadernado de ambos, el cual disminuyo hasta volverse en dos libros de bolsillo, tan pequeños como su palma- Tu obra maestra y completa ¿cierto?, son tus "GAFFAA's"-

A su derecha estaba una botella de cristal en un pedestal, lucía llena de fuego adentro, un fuego multicolor, cambiando entre tonos y brillando tanto que iluminaba la fría habitación. También la tomo y molestando un poco a Marlow que parecía apunto de dormirse los dejos adentro del monedero. Echo un último vistazo al lugar y procedió a salir, viendo nuevamente la nota que estaba clavada a la puerta con letra clara y dirigida a él. "Esto me lo decía tu bisabuelo. Siempre que me daba algo: Úsalos bien"

-Parece que el legado familiar continuara- dijo Harry dándole una ligero toque al pergamino, que se movió al aire.- No dejare que se te olvide, te lo prometo-

Paso un tiempo para que saliera, más que nada por su pierna que, aunque la magia le permitió bajar las escaleras bien, un ligero toque le hizo quedarse en el pasillo hasta que el dolor pasara. Una vez afuera volvió a volar y subir a la cima de la torre de cristal (aunque no era de ese material), la primera vez le costó casi un día entero, en esos momentos solo una hora. Al llegar estaba algo mojado por las nubes y el clima húmedo.

Se recostó sobre el árbol que continuaba creciendo en la cima, saco un poco de fruta que llevaba para el camino y, Marlow y el, comieron mientras disfrutaban la vista. El cielo tan azul y claro que podías perderte en él, las nubes esponjosas y mojadas que bajaban tanto a la lejanía como debajo de ellos y, el sol brillando y calentando a todo el mundo a sus pies. Sin ruido, sin dolor, y sin nada más que una vista esplendida y un sentimiento frio en el pecho. Porque sin Hermione, sin su familia, sin sus amigos y sin nadie de los que amaba a su lado no tenía caso verlo. Aunque el pequeño Marlow le proporcionara un poco de ello. Guardaron la comida y Marlow volvió a su lugar, junto a su Huevo escamoso que contenía a Daira.

-El ultimo- murmuro Harry extendiendo su mano, el báculo de su espalda se desprendió, giro solo en el aire y se acomodó en su mano. Giro el báculo por su mano izquierda girando por su cuello y terminando en la derecha. - Y le voy agarrando el truco. Si, ya se, estoy de acuerdo, sigo hablando solo-

Tomo una distancia prudente del árbol, y por prudente fue justo a la orilla, lo levanto del suelo y dejo caer el extremo tocando el cristal. Aquel círculo fue cien veces más grande que cualquiera de los que coloco en el mar. Desapareció en el aire y dejo la marca de fuego en la nubes y la base donde estaba parado. Regreso el báculo a su lugar.

-Ya estoy en camino Mione-

Cerró los ojos y se dejó caer de espalda, de que tenía que preocuparse si podía volar, tal vez de algún avión aunque nunca los vio en la isla. A mitad del camino(o lo que creía que era la mitad) giro, aumento su magia y avanzo en diagonal, alejándose de las islas a un vuelo medio rápido. Tardo un poco creyendo estar a la distancia más o menos adecuada para continuar su ritual, donde veía aun el archipiélago Arcano y a ambos lados tanto mar que incluso estaba muy azul. Se trono el cuello de un movimiento, alzo la mano hacia las islas y la cerro un poco como si tuviera una pelota en ella.

-Dives regio, ubi vita et mors, omnia redundant, terminos naturae non est. Te me et te in domum suam.-murmuro Harry y el mar comenzó a brillar en forma de circulo, aunque era compuesto de multiples círculos mágicos que creaban un mayor circulo alrededor del archipiélago. Lo cual era el hechizo que Harry estaba creando- Areo kie vivo abundas kaj morto pasis, naturo abundas kaj limoj ne ekzistas. Lasu min porti vin kaj porti vin hejmen.-Continuo, de la punta de la torre surgió una barrera que se curvaba y formaba una enorme y cristalina esfera alrededor, introduciéndose en el mar y dividiéndolo, pasando justo donde los demás círculos mágicos. La magia de Harry fue consumida a raudales tan rápido que incluso le hizo descender por si caía al mar- Omrade der livet bugner, og doden har gatt, naturen bugner og grenser eksisterer ikke. La meg ta deg og ta deg hjem.- La pronunciación era la correcta o eso quería creer, mientras sentía otro tirón del estómago algo brillo y la enorme esfera tembló.

El agua formo un remolino y el cansancio le obligó a cerrar sus ojos y concentrarse en la imagen mental que tenia de lo que pasaría. Apareció tan clara como siempre que realizaba un nuevo hechizo, todo el archipiélago Arcano envuelto en una doble protección trasparente y del cual una estabilizaba todo lo de adentro y la otra era para que no le afectara el constante movimiento de alrededor. La inmensa imagen se encogía poco a poco hasta que la podía contener en su mano. Aunque al mismo tiempo se imaginaba el espacio vacío del océano y aire del alrededor y como el rellenaba con sus magia elemental, haciendo que fuera poco a poco y que no creara algún cataclismo en algún lugar del mundo. No comprendía si podía pasar por quitar un enorme pedazo del mundo de la nada, aun así se imaginó esa parte para no afectar nada. Eso podría ser malo tanto para el mundo como para su salud. Si Hermione se enteraba lo ahorcaba.

Al finalizar sentía como jugara cuatro o cinco partidos de Quidditch extremadamente casados y largos, donde sus adversarios eran dragones y él estaba solo, controlando la quaffle, las bludgers e intentando atrapar la snitch.

Abrió los ojos y sintió la mano pesada, y sostenía una esfera de cristal en la cual adentro se veía el archipiélago Arcano, el mar e incluso si le veía por debajo, se observan los barcos y criaturas se veían claramente si prestabas atención.

Era el mismo lugar solo que contenido en un espacio tan reducido que le parecía imposible ver a la tortuga gigante del tamaño de un pez diminuto, las islas como pequeñas cosas con mucho verde y las nubes flotando arriba de la esfera. La movió para checar si sus protecciones funcionaron, aunque la girara continuaba siempre estabilizada, y si la agitaba no ocurría nada adentro y al meterla bajo su túnica miro que seguía iluminada, correspondiendo a la hora del día. Un terrario perfecto, donde nada le pasaría a menos que el quisiera y que mantenía las condiciones climáticas perfectas.

Con su conocimiento comprendía que si se marchaba el archipiélago Arcano quedaría sin su fuente de magia, el báculo de Merlín, el cual era su principal razón para vivir esos dos años en el lugar y no lo dejaría. Las criaturas morirían, al igual que la vegetación e incluso existía la posibilidad de que todas las islas se desplomaran en el atlántico.

Y como parte de su vida se negaba a dejar que eso pasara. La solución la pensó durante meses o incluso más y llego a la conclusión de que tendría que llevarse las islas con él. La pregunta de ¿Cómo? fue un elaborado plan que ejecuto con mucho cuidado. Pensó que si podía meter muchas cosas en un simple monedero, tal vez crearía un círculo mágico que lograría contener todo un lugar en un solo espacio. No era la primera vez que lo veía, según el profesor Flitwick les conto, en una de sus tantas clases, que el meter terrarios y habitad naturales en pequeños contenedores como, cajas, armarios o baúles, no era nada que no pudieran hacer.

Y se hizo la pregunta ¿Por qué no?

Creando varios círculos mágicos que probo y luego adquiriendo una muy cansada rutina que hizo con diferentes cosas de las islas, reduciendo palmeras y alguna criatura que pudiera comerse (en caso de que la matara sin querer), luego de cientos de errores logro perfeccionarlo y veía que valía la pena.

Alzo la mirada a donde estaba el archipiélago, quedaba mar que reflejaba el cielo y una rara sensación de magia conglomerada y desfase temporal. Su presión mágica seguía siendo fuerte, pero seguro que con el pasar de los años disminuirá hasta que en unos cincuenta o más años desaparecería del todo. Lo bueno de eso era que se aseguró de dejar que el tiempo dentro de la esfera corriera normalmente y que en el triángulo de los bermudas continuara avanzando cuatro veces más rápido. ¿Cómo lo logro? Ni él lo sabía, pero confiaba en sus círculos mágicos que protegían su pequeña esfera que contenía el archipiélago Arcano continuaran protegiendo el lugar.

Guardo también la esfera en su bolsa, aunque esta era pesada, mucho más pesada de lo que pensó. La curiosidad de Marlow gano dándole un zarpazo al cristal que la protegía, aunque no logro hacerle nada tampoco.

-Cuídalo, tenemos que buscar el lugar adecuado donde establecerlo- Dijo Harry mirando a Marlow- Es un lugar hermoso, muy peligroso y que sin lugar a dudas tiene una diversidad de criaturas y vegetación. O eso dicen las GAFFAA's de Nikol-

Se aseguró de sujetar todo bien, de que Marlow siguiera cómodo y alzo la mano.-Rosal ventius oriéntame- Una explosión de luces doradas saltaron de sus dedos, formaron una imagen simple, un pequeño ser humanoide lo representaba y a su alrededor nada más que mar. Y debajo una pequeña brújula. Si sabía lo que hacía y se orientaba correctamente (Aunque no sabía lo que hacía y no comprendía como orientarse correctamente), tendría que volar directo al noreste y viajar hasta ver tierra, de ahí solo era reubicarse de donde estaba y viajar a Londres.

Un viaje muy largo.

Miro al noreste, se puso de frente y pensando en que solo le faltaba un viaje para llegar. Y reuniendo mucha magia de vuelo salió como una bala, abriendo el agua a su paso y creando una línea recta en medio del mar y salpicando agua a ambos lados, casi como si un misil viajara sobre la superficie del agua.

Viajar volando era genial, lo malo era que a las dos horas estaba agotándose y no veía tierra, continuo avanzando a una velocidad promedio e intentando ver más que mar, delfines saltando y una que otra cola de ballena. Pasadas otras cuatro otras se frenaron, dejándose caer en el océano y congelando la superficie para mantener un lugar estable. O lo mejor que se puede cuando se balanceaba de un lado a otro como un hielo en un enorme vaso de agua salada.

-¿Seis horas sin señales de tierra? ¿Pues a qué velocidad voy?-se preguntaba comiendo con Marlow entre sus piernas cruzadas.- Tengo que apresurar el paso o moriremos en medio de tanta agua…-El pequeño le miro y le saco un sonido parecido a un "pufff"- Tienes razón, si la muerte me quiere del otro lado tendrá que venir con toda su fuerza por que no estoy dispuesto a rendirme tan fácil- Una pequeña garra le dio el tobillo- Déjame ser dramático por una vez… o dos-

Después de una comida donde no dejo ni una sola parte de la fruta, puso a salvo a Marlow y continuo. No esperaba lo que cada vez se veía más cerca. Las nubes negras, el clima frio y el viento azotando en todas direcciones, mientras que rugía una tormenta a la distancia. Un cumulo de tempestad fría y arrolladora que con la lentitud de un elefante pastando le estorbaba en su camino más corto a su casa. Le recordó a sus días en el archipiélago arcano, donde las tormentas le azotaron, gracias a su cueva logro sobrevivir esa temporada, pero cada vez que eran tan lentas el infierno mismo se desataba. En cuanto asomaba una tenía que apurarse a ingresar a la cueva, en ese momento se adentraría a una sin dudas.

En cuanto se acercó lo suficiente el cielo se oscureció de inmediato y el oleaje enloqueció, empapado y con una mano sobre su bolsa para la pierna (utilizando un hechizo para protegerlos) avanzo subiendo más y más, ya que las olas lo golpeaban con furia desestabilizándose. Incluso llego a ver una ola de diez metros de altura, la cual por poco lo atrapa y lo hunde sin consideración algún. La tormenta tronaba con rayos y truenos que lo ensordecían, el agua le dificultaba la visión, incluso con un hechizo impermeable, y sin lugar a dudas el viento lo zarandeaba de un lado a otro sin compasión, la piel el picaba por cada gota que le daba y su cuerpo se entumía más y más, con el agua congelada.

No deseaba utilizar más magia de la necesaria, no cuando le quedaba un largo viaje y tenía mucha ansia de llegar y ver a todos.

Avanzando directo al cielo, intentando sobrepasar la tormenta por arriba, sintió como los vientos giraban y bajaban, dificultándole subir a una velocidad decente. El cielo se ilumino, el viento se electrizo y antes de saberlo sentía una corriente dolorosa atravesar su cuerpo. Ni siquiera le roso, pero la onda eléctrica se trasmitió por el agua y en ese segundo se encontraba cubierto del líquido que condijo el rayo a su cuerpo.

Volteo a revisar a Marlow, la protección seguía activa y precia que no sintió nada. Se apresuró, viendo cómo se volvía a iluminar, acumulando magia y utilizándola de golpe logro quitarse de su trayectoria, y luego otro y otro rayo, aunque los truenos atravesaban sus oídos como explosiones directamente en su cara. Sordo y con el cuerpo entumido, atravesó la nube, mucho más cargada de agua helada que vio hasta el momento. Más que volar parecía que nadaba entre corrientes de agua turbia.

Salió al cielo, donde la calma era mayor, aunque escurría litros de agua y sentía cada musculo apretado y adolorido. Las corrientes cálidas y frías, subían y bajaban, además de que golpeaban de una forma rara su cuerpo, algo que no sabía explicar. No espero a que lo hicieran caer, ya tenía suficientes caídas del cielo, acelero el paso y voló durante más de hora y media sobre la tormenta.

Parecía una locura que al ver el mar desde arriba, aun pareciera que faltaba mucho camino. Cuando pensó que tendría que bajar y descansar el cielo comenzaba a teñirse de rojo, y a su vista apareció una pequeña línea oscura y deformada. Algo le dijo que continuara. Unos minutos después parecía que el corazón se le salía del pecho, ya que con la oscuridad de la noche, una luz comenzó a iluminar el lugar, una luz artificial que daba vueltas y señalaba a los barcos donde se encontraba la costa. Y en se momento, para Harry, era como si le gritara que su destino no quedaba lejos.

Descendió y recorrió cada vez más lento, procurando que nadie estuviera cerca, cualquier muggle se impresionaría de ver a alguien encapuchado recorriendo el mar flotando y a una velocidad de un jet.

Cuando aquella luz se volvió un enorme punto y la masa de tierra parecía un muro colosal, se dejó caer en el agua y ayudándose de la magia fue a la orilla, lejos del faro, ya que seguramente era un punto donde los muggles estarían reunidos. De la nada y sin esperarlo, se topó contra algo duro y que le dio en la cara, no dolió pero la sorpresa fue grande. El acantilado media cerca de treinta o cuarenta metros de altura. Subió escalando en la roca y tan lento como podía, cualquier movimiento alarmaría a quien pudiera verlo y en ese momento era lo que no quería hacer.

Al llegar a la cima vio el lugar un prado sin mucha vegetación y el frio humedecía el lugar, con un estacionamiento junto al faro, un par de autos estacionados y nada que le indicara donde estaba. Camino un par de pasos y sintió la magia a su alrededor, en un segundo y por medio de la aparición, una docena de magos le apuntaban con las varitas en alto. Se veían un poco raro, con una vestimenta que no reconocía, más si le parecía que sus intenciones no eran de darle información. Se acercaron rodeándolo.

(Nota C: Aclaración hablan otro idioma, lamentablemente es español, lo que tendré que poner en "comillas" señalándolo. No se preocupen, solo son un par de líneas)

-"Señor ha traspasado el limite por medios mágicos ilícitos, se le solicita su identificación y su permiso expedido por la UME para estar aquí"-dijo un sujeto avanzando más confiado al ver que no alzaba las manos ni nada que los alertara.

Era una alegría para Harry ver y escuchar a más personas, que no fueran unos locos maestros con ganas de matarlo o una pelirroja de medio milenio muy bien conservada, solo verlo no pudo evitar reírse.

Se alertaron y levantaron más sus varitas -"¿Dónde me encuentro?"-pregunto Harry en su idioma (nota: Español, pero… bueno entienden).

-"Esta en el Farol de Cabo de Sao Vicente, ¿Se ha perdido? ¿Cómo es que ha llegado aquí?"-pregunto el mismo sujeto.

-¿España?-pregunto Harry cruzándose de brazos y moviendo la cabeza de un lado- ¿Cómo carajos termine en el este?-

-"Señor, necesito ver sus manos y…"-

Hablaban y se acercaba mientras Harry pensaba en como termino desviándose. Mas podría ser que se desviara al este por la tormenta o que quedara de camino, no lo comprendía del todo. En esos momentos se arrepentía de no estudiar cartografía como Hermione le recomendó. Pero mientras más lo pensaba, sentía que estaba mucho más cerca de su casa. Aquel tipo no dejo de hablar, diciendo algunas cosas que no quiso escuchar. Pero entre más procesaba todo, más se acercaba hasta que sintió la punta de la varita de aquel sujeto, apuntándole a la cien, pero no le importaba. Necesitaba información y la obtendría de ellos.

-"Disculpe la molestia señor pero ¿Por dónde queda Londres?"-

-"¿Señor? ¿Eres menor de edad?"-pregunto sin tanto enojo.

No era mayor de 17… en el tiempo normal, pero tampoco tenía 17…en su tiempo de vida. Había vivido más tiempo que eso en diferentes y difíciles cuestiones de su vida ¿Cómo respondía a esa pregunta?

-"No lo sé"- respondió Harry rascándose la nuca y mirándolo bien por primera vez. Vestía un uniforme o lo que parecía uno ya que era como la túnica, aunque un poco más rala y abombada, con un escudo en su pecho: era un castillo en el cual un enorme león de nemea que se encontraba rondándolo, con una planta muy parecida a un mimbulus mimbletonia y tres varitas apuntando hacia arriba. Suponía que debía ser un Auror "¿Hacia dónde queda Londres?"-

Se giró vio a su compañero, el cual alzo los hombros, nadie que lo rodeaba lo entendía lo que pasaba. Mas asintió y con la mano libre apunto hacia un punto en específico.- "A más o menos un día en escoba"-

-Ya veo- dijo Harry sonriéndole, luego tomo su varita y con su fuerza se la quitó. La respuesta de sus compañeros fue acercarse indicando que se detuviera, pero él tenía al sujeto aferrado y apuntándole a la yugular con su propia varita-"Lamento las molestias, pero no tengo tiempo que perder" Magia de Utgar tomare la fuerza- murmuro lo último casi de forma incoherente. La luz amarilla lo ilumino justo cuando lanzaban diferentes hechizos, para atarlo, dormirlo y calmarlo, sin embargo avanzo y dejo al sujeto junto a su compañero. Les lanzo una última mirada- "Díganle a sus superiores que no me quedare en el país, mi viaje es aún más lejos. No me sigan… o mejor dicho no pueden seguirme así que no se molesten"-

Sin esperar más se giró, miro por donde señalo y salió corriendo a gran velocidad, pasando entre dos aurores y corriendo a la otra orilla. Cuando llego al filo se lanzó y oculto por la oscuridad del acantilado y la cegadora luz del faro comenzó a flotar. Antes de que llegaran se marchó, avanzando y adentrándose en el mar y pendiente de sus magias, a pesar de que uno o dos utilizaron escobas en la persecución se quedaron atrás a la media hora y se retiraron. Continúo a unos dos o tres kilómetros de la orilla de España, pasando por Lisboa y Portugal, Oporto y la Coruña, donde continuo recto. Un atajo, si no recordaba mal sus clases muggles, lo que era muy posible.

No freno durante la noche, pasando por Plogoff, eso decía el cartel que vislumbro en el camino. Y terminando en una pequeña isla, donde paro a comer algo rápido, esperando alcanzar Londres antes de que amaneciera, aunque su magia estaba de alguna forma baja. Volar en si requería mucha de su magia y se agotaba con rapidez, más al incrementar la velocidad y sin lugar a dudas estaba llevándose al extremo de su poder. Llevaba casi dieciséis horas continuas de vuelo, exceptuando unos veinte minutos de comida, unos diez con los aurores en España y esa pequeña parada. Sintiendo a algunos puntos mágicos directo a su dirección, se levantó del suelo y expulsando un vaho pesado salió proyectado nuevamente al cielo.

Cruzo hasta la mitad el canal de la mancha y se dirigió al este, prefería ver más agua y congelarse un poco, a armar un revuelo por su repentina irrupción en Londres. Y si estaba en lo correcto, cosa que estaba empezando a creer que sí, podría cruzar media Inglaterra y subir nuevamente para llegar al centro de Londres, el truco era saber dónde. Y tenía una pequeña pista, el canal se estrechaba y cuando viera ese espacio tendría que ir a tierra, reubicarse y continuar su viaje.

Dejo de volar en el cabo de Dungeness, un lugar un poco solitario, la granulosa arena cubierta de Nieve en sus pies descalzos se sentía bastante mejor que mantenerlos congelados. Camino para estirar la pierna, que desde hacía medio día le dejo de sentir, se sentó y contemplo un buque de carga navegando muy lejos, podía que incluso anclado al otro lado del canal en algún puerto. Se revisó la herida metiendo la mano y al sacarla sus dedos estaban pintados de rojo. Saco su monedero y bebió el agua del archipiélago, aún conservaba su habilidad de curar, pero aunque lo intentara con todo su conocimiento de sanación no parecía funcionar del todo. Le dejaba de sangrar y se cerraba un poco, pero para un mes desde que se la hizo estaba aún sin cerrar del todo.

Espero por un rato la aparición de algún Auror o de alguien que le dijera que estaba ingresado ilegalmente a Londres, y lo reconociera, para después llevárselo preso o cualquier otra cosa. Incluso se sentiría feliz de ser nuevamente juzgado en el Ministerio. Más no sucedió.

-Cierto, el detector no lo tienen- se dijo Harry casi sonriendo al ver como una fina línea de luz se alzaba del otro lado del muelle.- No saben que estoy aquí… o no por un rato-

Termino levantándose unos minutos después, cojeo en lo que intentaba salir del lugar, sin embargo la pierna punzaba de tal forma que le obligo a flotar. Temiendo que lo vieran al ser un área muggle, se elevó y subió más y más, hasta que parecía que no lo verían. Reviso nuevamente su dirección y avanzo a Londres. Parecieron unos minutos, aunque fue casi media hora, dando ya las siete y con el sol comenzando a alumbrar cada parte de la ciudad forrada de una capa blanca.

Ver la ciudad de día no le pareció mala idea y por instinto bajo donde conocía, y aquel lugar en el que llego la primera vez que hizo un viaje tan cansado. Aunque fue mucho menos que en ese tiempo, más de veinticuatro horas despierto y 19 de viaje le estaban pasando la factura. Sin medir consecuencias se mantuvo flotando junto al Big Ben para ubicarse e ir a Kings Cross.

Se quejó al llegar, la luz era bastante y no lo ocultaría, aunque la neblina que se asentaba y la nieve alrededor eran de gran ayuda para que no señalan al volar tan cerca. Paro un momento en el aire, sintiendo que el báculo estaba demasiado suelto, se lo acomodo mientras que intentaba sentir presencias mágicas, solo encontró un par. Sentía muchos puntos no mágicos a su alrededor, personas que estaban por debajo y algunas que estaban empezando a parecer de la nada, más una le llamo la atención, era casi diminuta y por su distancia no estaba tan lejos, la cuestión era que la conocía bien. Sonrió y sintió como su pulso se aceleraba. Salió volando a toda prisa del lugar.

Un minuto después estaba sobre el reloj de Kings Cross y dejo de volar, era peligroso al ya estar completamente claro y con múltiples muggles caminando por todos lados y los autos avanzando con velocidad. Saco la esfera que contenía el archipiélago y la reviso, lucia totalmente normal, sin rasgaduras o alguna cuarteadura, incluso seguía soleada a pesar del frio que le calaba los huesos. Luego fue por el huevo y también lo checo, hirviendo por sus hechizos y seguro cualquier cosa que tocara la derretiría.

Por ultimo saco la capa del monedero, hacía mucho que no la utilizaba, no porque no pudiera, en el archipiélago estaba en peligro constante y con cualquier cosa se pudo dañar. Al ser una reliquia familiar, prefería no ocuparla.

Un dolor surgió en su cabeza. Y al girar a ver que era pensó en que una bola de nieve blanca con pico y garras afiladas le había golpeado, luego no pudo evitar casi llorar.

-¡HEDWIG!- Grito Harry mientras la veía planeando, ululando con alegría, dándole picotazos cariñosos por el pelo, también en el rostro y restregándose contra él. Cosa rara ya que no era ese tipo de criatura amistosa. -¡Te extrañe tanto, no sabes que infierno pase! ¿Viniste aquí por mí? Que buena eres y un poco gruñona- le pico con fuerza, Harry se rio y le mostro el brazo para que se posara- Cuanto tiempo sin ti, amiga, te extrañaba-

Le gorgoteo con fuerza y le miro como si nunca antes lo había hecho. Parecía incluso más feliz que cuando la compro hacia ¿seis u ocho? Años en el callejón Diagon.

-¿Vienes de Hogwarts cierto?-pregunto Harry sentándose contra el muro, sus ojos se cerraban y se sentía como si hubiera cruzado medio mundo. Cosa que tal vez estaba haciendo. Hedwig contesto ululando.

De su bolsa salió Marlow que enseguida que la vio comenzó a saltar y a subirse en ella, acariciando su plumas y pareciendo la criatura ms feliz del mundo. Su blanca lechuza no se quedaba atrás, también ululaba y precian tener una larga charla con su verde amigo. Se echó la capa encima para que no lo vieran, el frio, cansancio y los sonidos de sus dos compañeros en el techo le hicieron que sintiera los ojos cada vez estaban más pesados y se quedó dormido.

Despertó de la nada, sintiéndose más pesado que cuando se durmió ya que nevaba de forma lenta y se cumulaba con lentitud sobre si, también como la luz le pegaba en los ojos y que sin lugar a dudas era un bloque de hielo. La nieve le cubría toda la parte inferior del cuerpo y era una capa gruesa, Hedwig y Marlow estaban acurrucados contra su cuerpo y totalmente tibios por estar muy cerca del huevo de Daira.

Los miro unos momentos, los tres eran sus mascotas, sus amigos y criaturas que estuvieron a su lado siempre, sin importar las circunstancias. Hedwig era testaruda y aun así siempre lo ayudaba, incluso con pedidos locos. Marlow comportándose como un buen compañero de viaje y defendiéndolo incluso con su pequeño cuerpo. Y Daira, antes Amiji, la cual paso su anterior vida salvándolo y luego al fallecer lo acompaño ayudándole cuando requería su hechizo más fuerte y rencarno para continuar junto a él. Los quería tanto que al verlos juntos no pudo evitar pensar que esperaba que lo acompañaran durante mucho más tiempo.

-Chicos tenemos que irnos- dijo Harry moviendo la nieve para quedar libre. Se agitaron pero no le hicieron caso.- Debemos llegar a Hogwarts… y no sé a qué hora hagamos eso- miro el reloj por lo menos había dormido hasta pasar medio día. Hizo cálculos rápidos y burdos, si saliendo de Kings Cross a las once llegaba a Hogwarts entre las siete y ocho… ¿Cuántas horas le costaría volando a su velocidad?- Chicos… ¿Hedwig, Marlow?- No respondieron.

Decidió dejarles otro rato descansar, no tenía tanta prisa y seguro que el cambio para Marlow fue duro y Hedwig debió volar durante la noche por su cansancio. Tampoco ayudaba el frio, Marlow era una criatura que invernaba y a esa temperatura seguro sus instintos estaban haciéndolo dormir más.

A la siguiente hora comió a gusto con sus compañeros, emplumada y con follaje, Hedwig picaba la fruta restante aunque por como hacia la cabeza no le gusto para nada y Marlow riéndose de ella o lo que parecía una risa.

-No puedo salir con tanta gente alrededor- dijo Harry viendo para abajo buscando alguna oportunidad- La capa saldrá despedida por la velocidad, solo nos queda una opción- Le miraron como si no entendieran, lo cual era seguro- Me desilusionare, por muy raro que suene-

Antes de partir reviso que Marlow fuera seguro, quiso ir sobre Hedwig, pero como la lechuza no volaría, era imposible. Se colocó a Marlow en la bolsa y Hedwig se introdujo en su capa cubriéndose del aire y calentándolo en el proceso. Coloco hechizos de protección en ambos y giro el báculo en su mano y con un leve toque en su frente sintió como si algo lo cubriera. Se intentó mirar las manos y solo vio como la nieve comenzaba a formar la silueta de sus brazos.

-Perfecto, ahora a volar- dijo Harry, pero se detuvo y se sentó- ¿Eso sonó a Peter Pan? Como sea no sé a dónde ir… si supiera por donde se encuentra el castillo-

Hedwig ululo adentro, cosa que no entendió Harry, aunque un picotazo le dio en el costado y una magia le hizo comprenderla, parecía como si de repente supiera el camino y supo a donde tendría que volar. Mucho más al norte y directo a escocia. Partió y avanzo por el cielo sin problemas, a pesar de que la nieve delataba su ubicación no suponía que fuera algo extraño con tantos remolinos de aire. Viajo por más de cuatro o cinco horas, siguiendo las instrucciones de Hedwig, cada que parecía desviarse le daba un picotazo y sabía que rumbo tomar, tal vez por su incremento de magia incremento su empatía con el ave y en ese momento era como si compartieran magia.

Voló hasta que se oscureció, pasando lagos y montañas, dejando bosques atrás y viendo que cada vez menos poblados aparecían. Y cuando las estrellas pintaban el cielo, el castillo se empezó a levar en el horizonte, sacándole no solo una sonrisa sino carcajadas histéricas, carcajadas de felicidad absoluta.

Una extraña sensación le llego de repente sintiendo un escalofrió y luego como huellas mágicas aparecían desperdigadas muy adelante. Aunque un gran grupo de magos estaba reunido mucho más lejos y un poco alto. Se sentía feliz de al fin llegar, pero, algo muy raro, su cuerpo estaba intranquilo. Su sentimiento aumento y vio algo rojo elevarse, a esa distancia no parecía nada pero de cerca seguro que era grande. Freno en el aire a tiempo de ver como aquello, una bola de fuego mágico, se estrellaba directo contra la barrera de Hogwarts y como se detenía por unos momentos. Y luego de lo que parecía unos cuantos segundos se cuarteaba, despedazando el hechizo y creando un gran hueco por donde lo atravesó.

El castillo de Hogwarts, su castillo, donde estaban los Pendragón y cientos de alumnos se encontraban, se única protección que les cubría se desmorono. Aumento su velocidad, listo para ir contra quien estuviera tacando Hogwarts, se detuvo al ver un hechizo explotar en el cielo y dibujar la imagen que más le hizo enojar.

La marca de lord Voldemort.

Voló a toda velocidad, y cuando veía el castillo claramente, las luces resplandecientes por las ventanas y la nieve en los techos de cono y el campo e incluso los bosques. Sintió algo nostálgico y ansioso. Una luz apareció delante de él una serie de runas y dan deprisa que se estrelló de lleno. El golpe le hizo gruñir de dolor, su pierna punzaba como si metieran una mano dentro de la herida y la abrieran una y otra vez. Aquellas runas le cancelaron de golpe su hechizo para hacerse invisible, también su vuelo y apenas logro recomponerse durante la caída. Se separó intentando que su pierna no le doliera pero parecía imposible. Avanzo con cuidado y su mano se estrelló contra una pared mágica de la cual salían las runas, una y otra vez sin importar donde intentara pasar. Si bien sabia de Runas, no las entendía por completo "Encapsulado, cúpula, salida emergente y mata hechizos", O algo muy parecido.

No pudo evitar una sonrisa tonta al ser conocedor de quien lo hizo. Su primera idea fue Dumbledore, pero al sentir la magia era… tan cálido y se sentía tan bien a su tacto.

-Mione- murmuro y descendió tocando la magia, esperando que eso significara que el espacio que los separaba apenas casi cuarenta y ocho horas antes fuera reducido a nada pronto. Floto unos centímetros sobre la tierra, movió su mano dentro de la túnica y saco a Hedwig que se desperezo al sentir el frio -Sé que no quieres, y yo no quiero enviarte a un viaje ahora, pero debes ir por Sirius, Lupin y los gemelos, el colegio corre peligro. Por favor-

Al contrario de lo que pensó la lechuza se esponjo, ululo con una alegría increíble y salió volando directo a Hogsmeade. Harry los había sentido también al acercarse al castillo, sus huellas mágicas de los cuatro eran claras y fuertes, se encontraban en las tres escobas. Podría ir por ellos personalmente, aunque no sabía cómo reaccionarían y aunque le pareciera egoísta, él quería ver a Hermione cuanto antes.

Bajo al suelo sintiendo la protección aun con una mano y ayudándose con un poco de magia la siguió rodeando Hogwarts e intentando ir rápido aunque su pierna se lo impedía, dolía y punzaba más que antes, el golpe seguro reabrió su herida y necesitaba tomar otra vez el agua y curarse, en ese momento no tenía tiempo. Perdía valiosos segundos intentando entrar a Hogwarts y entre más pasara podría ser que alguien saliera herido o que los Mortifagos le encontraran.

Salió al camino que llevaba a Hogwarts sintiendo que la magia dejo libre el camino a Hogsmeade libre.

-Siempre pensando en todo- dijo Harry sonriendo y sintiéndose feliz, de ver que Hermione supo que tal vez necesitarían una salida en cado de que las cosas fueran mayores.

Tomo el báculo para ayudarse a caminar, mientras que avanzaba y escuchando algunas peleas a su alrededor, también sintiendo a los Pendragón peleando en los terrenos. Le temblaron las piernas y le sudaron las manos viendo la magia de Ron la cual había incrementado mucho, la de Neville que era una candente llama que iluminaba su alrededor, la de Daphne que se movía alrededor de su enemigo enroscándolo en sus juegos, la de Luna que estaba calmada y brillante como su nombre, y Theo que sin lugar a dudas estaba llegando a ser equiparable a la de los profesores. Los cuales luchaban también un poco retirados.

-Profesora- murmuro al sentir como peleaba con diez y le ayudaba la magia de la profesora Sprout.

Giro el báculo en su mano varias veces, creando unas veinte luces rojas que eran el hechizo Desmaio, apunto con cuidado e imagino como viajarían hasta las marcas tenebrosas de cada uno y las lanzo directo a los Mortifagos. Como dardos a un blanco, y cada Mortifago de cada batalla que estaban en los terrenos era ese blanco.

La marca verde brillaba en el cielo, no aguantando verla alzo el báculo y una luz dorada salió disparada. En cuanto llego al cielo la marca tenebrosa se volvió dorada y desapareció en un montón de luces pequeñas.

Continuo avanzando sintiendo dolor a cada paso, hasta que sus ojos presionaron por llorar al ver una magia correr directo a su dirección. La magia de Hermione era la más hermosa que vio, su llama cálida y de color dorado moviéndose alrededor de todo lo que le cruzaba y llenándolo tanto que le hizo olvidar todo lo demás. No podía esperar más para tenerla en sus brazos, besarla y por fin escuchar su dulce voz.

Más no era la única en su dirección. Un Mortifago salió de la sombras y se apresuró por el puente, haciendo eco en las paredes y sacando a Harry de su pensamientos. Gruño al ver a Sofi en su hombro y la magia de esta dormida, y como la estaba llevando contra su voluntad. Se paró en medio del puente enojado.

El Mortifago viendo un nuevo obstáculo, freno levanto la varita y dijo -¡QUITATE O TE MATO!-

-No, no deberías decir tus intenciones hasta obtener lo que deseas- dijo Harry moviendo el báculo.

-¡SUELTA ESO, AHORA!- Escupió con furia mientras veía atrás una y otra vez.

-¿Quieres que suelte… esto?-pregunto Harry alzando el báculo, reacciono lanzando un hechizo que le roso en la mejilla y exploto una pared del puente.

Vio el lugar, parecía justo donde antiguamente se escondió con todos los Pendragón, el lugar donde coloco la sala de menesteres para que nadie los encontrara. Eso lo molesto más. Nadie tiraba la entrada a su escondite.

-NO ESTOY JUGANDO, AHORA BAJA ESA MALDITA COSA- Grito avanzando y con Sofi en su hombro.

Harry asintió, y arrojo el báculo al bosque con todas sus fuerzas, se perdió en la oscuridad como una flecha.- Solo que no es buena idea que haga eso-

-¿Por qué?-pregunto ya con su varita en su cara.

-Por eso- señalo el lugar por donde el báculo se perdió. De la nada salto y con la velocidad de un cohete se estrelló contra la cara del sujeto.

Aprovechando la oportunidad Harry realizo un hechizo que dio en Sofi, el Wingardium leviosa hizo flotar el cuerpo de la pequeña. El sujeto se sostenía la cara con dolor, con la poca movilidad que tenía movió el báculo por el aire tomando más distancia.

-Escucha esto bien, porque será la última vez que escuches algo.- dijo Harry aclarándose la garganta y le miro con furia, mientras sus ojos esmeraldas destellaban contra la oscuridad- ¡Nadie toca a mi hermanita!-

El báculo salió disparado golpeando al Mortifago que gimió con dolor y antes de que lo supiera se estrellara con el muro abriendo un hueco enorme y llevándoselo a la profundidades del bosque. Despareciendo en un largo grito de dolor y agonía, con las sombras ocultándolo, hasta que no se escuchó más. Regreso la mirada a Sofi y alzo las manos, fue depositada con suavidad en sus brazos. Al sentir el peso gruño. La vio bien, era una niña aun en su rostro, era linda, pero sin lugar a dudas aun le faltaba crecer.

Aunque, Harry, no entendía porque traía un vestido color vino lleno de lodo y nieve.

Se estremeció y petrifico al escuchar pasos y un jadeo. La vio salir de las sombras, hermosa y como siempre fue, con el cabello desordenado y cayéndole sobre los hombros, su mirada furiosa e inamovible, la mueca de concentración en su frente y sus labios apretados, incluso aquel rasguño en su brazo le parecía lo más hermoso del mundo. Nada podía comparársele. Dejo de respirar, de pensar e incluso el dolor de su pierna ya no parecía importante. Su sola presencia era lo que necesitaba, s deseo de verla una última vez estaba sucediendo y si era un sueño, jamás quería que terminara.

-¡Alto ahí!- dijo la voz de Hermione cortándole la respiración. La voz en sus recuerdos era una sombra de lo que en verdad era, y aun si sonaba furiosa, le parecía increíblemente atractiva.

Le apunto con la varita y sujeto con ambas manos. Si, esa era su novia, nunca dejando nada al azar y utilizando lo que aprendieron juntos. Abrió la boca y un leve jadeo salió, Harry se sintió completamente idiota, pero su cuerpo temblaba y no creía que lo que saliera de sus labios fuera lo correcto. ¿Qué le diría? Hola he regresado, he mando al Mortifago a limpiar la nieve a lengüetazos. Sonaba estúpido y en su mente solo sonaba una cosa que quería salir por su garganta, el nombre de ella.

-¡Hermione!- dijo la voz de Tonks interrumpiéndolo.

Llego detrás de Hermione la cual aún le miraba y no quitaba sus ojos de encima, con ese color ámbar parecía lista para aniquilarlo si se movía. La aurora llego con un compañero, ambos habían estado en batallas y se notaba en su ropa y la marca de su cara. Giro un poco cuando más magias se juntaron en el puente, específicamente las personas por las que fue Hedwig-

-¡Es bueno que nos tomáramos unas copas antes en Hogsmeade!- dijo la voz de Sirius, aunque a su espalda -¡Ahora baja a la pequeña Potter y no te destrozare tu cara!-

No pudo evitar sonreír un poco, al comprender que todos ya sabían de su pedido de adopción. Cosa que no le sorprendía, aunque no podía evitar sentirse algo avergonzado que él no fuera el que diera la noticia.

-Lo has escuchado. Baja a la pequeña y entrégate- dijo Lupin con voz furiosa, acompañado de Fred y George que le apuntaban también.- Estas rodeado-

Estaba encerrado entre ellos. Y aun así solo continuaba viendo a Hermione que avanzaba con pasos cuidadosos y manteniéndose firme, incluso su respiración parecía regularse con rapidez, clara señal de que estaba controlándose a la perfección y que se preparaba para la batalla. Le encantaba vera en su modo de guerrera.

-¡Hermione, aquí estamos!- dijo la voz Ron que le hizo aun temblar más.

Su amigo, su hermano apareció con el cabello revuelto y la vista molesta, encabezando a los Pendragón y con la profesora McGonagall detrás. Todos vestidos de gala, lo cual por un segundo le pareció nada importante, aunque raro.

Escucho un murmullo de Hermione -¿Cómo es que…-

No encontraba palabras que decir, abría y cerraba la boca intentando encontrar alguna forma de decir "Hey soy Harry, regrese de un archipiélago peligroso y de matar a un Dragón sin alma con el báculo de Merlín, para hacer que Amiji reencarnara en Daira", no, definitivamente eso no sería una buena forma de empezar. Podría simplemente decir hola y esperar que contestaran, aunque por más que abría la boca solo lograba hacer un quejido mudo.

Con cuidado se movió para dejar a Sofi, todos saltaron y le apuntaron con la mirada fija en su ser. Con sumo cuidado bajo a Sofi y la deposito sentada en el suelo, con la espalda recargada contra el muro, estaba ansioso por contarle a todos lo que realizo en la isla, de decirles que ahora podría protegerlos. Al levantarse intento relajarse y poder hacer algo más que solo verlos, al contrario se tensó tanto que su aura mágica comenzó incrementarse. Vio la cara de cada uno cambiando a una de miedo y como retrocedían, por un segundo sintió un gran dolor, no en su pierna, en su pecho y sintió su aura crecer más, intentando protegerse del sentimiento. Sus instintos, aquellos que consiguió en la isla, haciendo que las bestias le temieran y se retiraran o que algunas se sintieran protegidas era cada vez más fuerte por sus emociones descontroladas.

Los miro sintiéndose extraño entre ellos, parecía que ya no los conocía y ellos tampoco lo estaban reconociendo. Dos años, era demasiado y… el ya no era el mismo. Por un segundo pensó retirarse, por el miedo a que lo desconocieran. El sonido de pasos le atrajo la vista, buscando el sonido, y mirando como Hermione avanzo sin dudas, bajando la varita y temblando, tanto que su varita término en el suelo y sus ojos empezaron a lucir cristalinos. Las dudas de Harry se despejaron.

Eran los mismos ojos que le despidieron, los mismos que le daban calma en esas noches que despertaba lleno de terror por sus pesadillas, aquellos que le daban energías cuando regresaba de sus entrenamientos cansado y apaleado, los mismos ojos que le salvaron de los dementores y aquellos que le vieron llenos de amor cuando le propuso cazarse.

Harry no lograr contener las lágrimas, sus mejillas se mojaron y su sonrisa surgió sin igual.

No le importaba nada más. Con paso tambaleante y sin poder controlar su magia fue directo a ella, observando cada detalle de su rostro, desde sus labios temblorosos hasta la marca de tierra que le cubría la mejilla derecha. Sonreía, le encantaba tanto volver a verla que cada instante en el archipiélago y cada cosa que paso valieron la pena, solo por ese momento, solo por estar a su lado. Más no le gustaba verla llorar, levanto su mano inconscientemente para intentar limpiarlas lágrimas de sus mejillas.

-Ni se te ocurra tocarla- dijo Sirius y un hechizo dio en su espalda. No supo cuál pero sí que le desequilibro, avanzo y coloco su pierna mala en el suelo, gimiendo por el dolor que lo atravesó y subió por su cuerpo.

-¡NO LO ATAQUEN!-Grito Hermione con la voz tronándole, y alzando sus manos ambos lados del puente. -¡SI LO ATACAN YO LOS MATO A USTEDES!-

Se irguió y sin saber cómo termino viéndola directamente a rostro. Hedwig los sobrevoló, dio un rodeo y termino en su hombro, mostrándose feliz y restregándose contra su mejilla. Las temblorosas manos de Hermione fueron a su rostro y al tocar su piel se erizo. Se sentía desesperado por tomarla y sentir su calor, besar sus labios y no despegarse de ella. Se descubrió, mostrando su rostro y viendo que la sonrisa de Hermione se ensancho.

Escucho el jadear de las personas, cosas que terminaron en el suelo y la reparación agitada de Hermione.

En un lento movimiento, Hermione, le quito los rediseñados omniculares, descubriendo por completo su rostro y haciendo que se sintiera el mismo de siempre. Ya que le sonreía, sus ojos llenos de amor se vieron casi desesperado por un segundo y luego salto a sus brazos. La atrapo mientras Hermione cruzaba las manos detrás de su nuca, y enredaba sus piernas en su cadera. Aferro sus manos a su cuerpo, alrededor de su cintura y la apretó contra su cuerpo, tan fuerte que sentía su calor aumentar al instante. Sus verdes ojos se encontraron con el color miel y antes de que incluso cruzaran una palabra sus labios se tocaron, tan fríos, con un sabor salado y con una descarga que cruzaba su cuerpo y era trasferido por los labios de Hermione, que sin lugar a dudas lo sentía. Se estremecieron con fuerza y jadearon en los labios del otro. Era lo único que necesitaba y que le volvía loco, la apretó contra su cuerpo hasta sentir su palpitante corazón contra la de ella, y continuando besándose sin importar nada a su alrededor. El mundo eran nada más ellos, solo sus corazones vibrando contra el otro y saludándose con cada centímetro que tocaban del otro.

Había soñado tanto con eso que le daba miedo separarse, abrir los ojos y que despertara en la cueva o en el archipiélago. Mas no lo era, no al sentir su beso aumentando de ritmo, su cuerpo calentándolo y su cabello sobre su rostro. Era tan increíble estar de regreso que en cuanto finalizaron su beso, comenzó a reír, y Hermione le siguió, en una riza descontrolada, al igual que el ritmo de sus desbocados y sincronizados corazones.

-¡Tardaste mucho idiota!- dijo Hermione - ¡Gracias a dios, estaba muy preocupada por ti!-

-¡Perdón!- Dijo Harry llevo su mano a su mejilla y temiendo dañarla penas le toco, Hermione cerró los ojos y luego sonrió.- De verdad lo siento tanto, no te dejare otra vez, pase lo que pase-

Mientras lloraban se apretaron y en su oído murmuro -Estoy en casa amor-

-Bienvenido cariño- contesto Hermione con una leve risa.

-¿Eres tu Harry?-pregunto la voz de Ron, sacándolo del recuerdo de su larga travesía.

Se separaron un poco y aun con Hermione aferrada a su cadera le miraron. Con las manos temblándole y pareciendo atónito. Harry estiro su mano y le sonrió al verlo crear una cara de felicidad y asombro. Mas no se le igualaba a lo que el sentía, después de todo ese tiempo, de cada noche solitaria y cada pensamiento dedicado a su familia ellos estaban junto a él.

-Sí, mi hermano-

Con una velocidad que no le vio antes (más que para los desayunos, comidas o cenas), corrió por el puente, llego de golpe abrazándolo y de paso juntando las cabezas de los tres. Sonriendo y riéndose como tontos, mientras los tres lloraban a la par. No existía otro lugar en el mundo en que quisiera estar, ni que le importara, todo lo que requería para ser feliz estaba en sus brazos.

-¿Fue una noche muy dura?-pregunto Harry llorando y apretando a su prometida y a su hermano de aventuras.

- De las mejores…-dijo Ron riéndose y limpiándose los ojos con la devolviéndole la sonrisa.- Aunque estos meses… han sido un infierno. Tienes a nuestra fustigadora en tus brazos-

-¿Enserio?-pregunto Harry pasándole el brazo por el hombro a su amigo y besando a Hermione, la cual se rio.- Esa es mi chica-

Entonces una luz naranja atrajo su atención. -¡Hermione, Ron aléjense de él!-dijo la profesora McGonagall levantando la varita, al igual que Sirius y todos los demás.

La profesora estaba enfrente de los Pendragón que parecían mirarle con la boca abierta, al igual que Tonks le apuntaba a su cabeza y detrás sentía a Sirius y Lupin con la varita levantada. Los miraban como si estuvieran locos, y se veían preocupados. Hemiono bajo de él deprisa de su cuerpo y cuando toco el suelo miro a Ron, luego asintieron a un solo tiempo. Dieron dos pasos rápidos, Ron quedando a su espalda y Hermione adelante, pegados y cubriéndolo.

-¿Qué hacen?-preguntaron Hermione y Ron cambiando su mueca de felicidad por una de enojo-¡ES HARRY!-

-Puede que no sea Harry, después de todo intento secuestrar a Sofi-Ordeno Lupin que avanzaba más y más.- ¡Chicos aun lado!-

-Sobre MI cadáver- dijo Ron levantando la varita.

-No sin que me maten- dijo Hermione atrayendo su varita y levantándola, con la mano al aire.

Aquellas palabras le asustaron a los Pendragón, también a McGonagall, ya que ambos parecían decididos y seguramente juntos eran algo que temían. Antes de que se saliera de control, Harry le tomo del hombro Ron y abrazo a Hermione por los hombros.

-Tranquilos chicos- dijo Harry calmado y mirando a la profesora directo por sus lentes y viendo su titubeo en los ojos- Solo creen que puedo ser un impostor. -Cerro los ojos y murmuro- ¿Cómo se resolveremos esto?-

-Dinos algo que solo sepamos cada uno- dijo Sirius a su espalda. Con la mano abajo y sonriéndole, sonriendo tanto que parecía apunto de sacar la lengua y jadear. Cosa que no quería ver. Mas indicando que le creía y que estaba listo para abrazarlo- Cosas que nos hagan creer que eres tu cachorro-

-¿Cosas de cada uno?-pregunto Harry soltando a Ron y sobándose el cuello. Luego una sonrisa maliciosa apareció-Si están seguros.- Sus amigos y cada uno de su alrededor se estremeció. -Neville tiene un problema intestinal al comer caramelos de sangre desde el primer curso; - el pobre se llevó una mano al estómago y pareció enfermo- a Luna le robaron sus cosas en el quinto curso y no le dijo a nadie, pero yo las recupere y algunos terminaron golpeados;- Luna sonrió y saludo como si recién lo viera- Daphne mantuvo a su serpiente, Ringed, cazando ratones y pequeñas presas en el bosque prohibido;- La profesora la volteo a ver y la rubia miro enfadada al azabache- Antes de que se fueran del colegio Fred beso a Angelina y termino cacheteado;- "¿Qué" murmuro cundo todos lo vieron, incluso su hermano gemelo -George también la beso y a él si le correspondió;- el chico saco el pecho y le sonrió a su hermano.- Sirius tuvo un problema de pulgas; -Su padrino se rasco su larga cabellera- Lupin miraba a Tonks durante largos ratos en navidad pasada y escribió su nombre dentro de un corazón;- El hombre lobo solo atino a voltear a otro lado- Tonks estaba tan distraída por sus miradas que termino quemando su regalo y tuve que conseguirle otro, nada barato por cierto-

-¡HARRY!-Gritaron los tres totalmente rojos.

-Profesora… no diré nada de usted o seguro me gritara toda una hora- dijo Harry riéndose técnicamente no conocía ningún dato de vergonzoso de la profesora, pero si muchos momentos juntos que quería guardar para el mismo- Y ya que estoy revelando unas verdades; Ron le dijo a Ringed de comer helado levitador y la dejo colgando del techo durante un par de horas-

-¡RONALD!-grito Daphne más roja que antes y viendo a Ron.

-¡Traición!-murmuro Ron pálido.- ¡Mi amigo me ha traicionado!-

Harry se rio, luego vio que le faltaban un par de personas. El Auror que no conocía y Theo. Su mirada cambio y miro los ojos del Slytherin, el cual parecía un poco raro y por un momento lucio un poco temeroso.

-Y Theo…- murmuro Harry y soltó un suspiro, fue como una corriente fría que hizo que todos le vieran- Tú y yo tenemos que hablar, pero ahora no, ahora tengo todo lo que necesito a mi lado-

-Bueno, eso comprueba que si eres- dijo la profesora McGonagall temblando y guardando la varita, intentando lucir controlada, cuando no lo estaba.

Se acercó al oído de Hermione y susurro- Y mi linda novia babea cuando duerme-

Mientras decía esto Tonks y McGonagall enviaron al Auror a ayudar a los profesores y apresar a todos los Mortifagos. Hermione se dio la vuelta y le sonrió mientras se agacho a checar a Sofi la cual estaba aún inconsciente, y sin murmurar el hechizo le librero y despertó. Lucio desconcertada y cuando lo vio, salto e intento alejarse.

-Está bien, todo está bien- le dijo Hermione parándose de nuevo a su lado, abrazando su costado- ¡Es Harry!-

-¿Harry?-pregunto Sofi viéndolo, casi un segundo después se levantó y lo atrapo en un abrazo fuerte-Gracias, de verdad gracias por ser mi hermano. Estoy tan feliz…-

-Tranquila pequeña -dijo Harry acariciando su espalda y cabeza- En cuanto te conocí, te convertiste en mi familia y no puedo esperar para contarte tantas cosas. Una que tal vez te haga enfurecer, ahora mi pregunta es ¿Por qué tan elegantes? Si sabían que vendría no era necesario tanta formalidad.-

De su bolsa salió algo trepo por su cuerpo y cuando llego a su hombro salto al de Hermione.

-¡MARLOW!-grito Hermione eufórica, dándole de besos y acariciándolo contra su rostro -¡Sabía que no estabas perdido, sabía que cuidarías de él!-

-Al revés, él es mi salvador- dijo Harry acariciando su hoja, pero el pequeño parecía más interesado en estar en Hermione, tanto que incluso se sentó en su hombro. – Me salvo tanas veces que no puedo recordarlo-

Le miro raro luego se apartó, pues un estrepitoso ladrido sonó a su lado apareció Sirius el cual le palmeo la espalda y le revolvió el pelo.

-¿Copiando a tu padrino?-pregunto moviendo su cabello e intentando lucir genial- Me gusta que al fin veas tu potencial-

-Es que no encontré una peluquería decente- le contesto Harry abrazándolo.- Todas a la redonda estaban cerradas-

-Nos da mucho gusto que estés de regreso- dijeron los gemelos a cada lado y luego dándole un puñetazo en cada hombro.

-Por decirle a George del beso- menciono Fred algo avergonzado.

-Por no decirme del beso antes-Dijo George volteando a su hermano y dándole otro golpe con más fuerza.

Dando saltos se acercó Luna la cual le beso en la mejilla y le tomo la mano- Sabia que regresarías, se lo dije a Hermione, le dije que derrotarías incluso a un demonio solo por ella- Hermione lucio un poco roja y miro a Luna un poco fuerte.

-Sin dudarlo- contesto Harry bajando su mano y tomando la de Hermione, la cual enseguida entrelazo sus dedos.

-Pobre de Ringed, ustedes barbaros e idiotas- murmuraba Daphne llegando a donde estaban, le sonrió y luego le dio otro beso, solo que al lado contrario que Luna- Siempre es bueno verte-

-Todo bien ¿Cierto?-dijo Harry al pensar en la última vez que la vio, le envió a una misión y esta termino en la enfermería.

-Claro que sí, aunque siento no haber estado en la batalla del ministerio- Volteo a Ron y le dio una leve cachetada- por mi mascota-

-Y las cosas iban tan bien hace rato- gruño Ron sonriéndole y atrayendo a Daphne con su brazo- pero tengo a mi hermano de aventuras en donde puedo ayudarlo. Y una pregunta- Le miraron con curiosidad.-¿Por qué siempre te tocan los besos?-

Lupin se acercó y lucia algo sonrojado ya que Tonks estaba a su derecha y también se encontraba roja. Literalmente, su piel parecía raramente de color granate y su cabello se comenzaba a tornar rojo vivo.

-Es un gusto ver que no has cambiado- dijo Lupin mientras le daba una mirada y palmada en su hombro- Y que pareces más… ¿Prudente?-

-Error- dijo Harry recordando los momentos más imprudentes de la isla, y sonrió mucho- Creo que es lo contrario-

Se sobo el puente de la nariz y soltó un suspiro largo. Tonks le abrazo y le revolvió mucho más el cabello mientras le daba dos besos atronadores. Tal vez por revelar lo de los corazones con su nombre que encontró cuando le robo lo del monedero a Lupin.

-Estas… sorprendente- dijo Tonks mirándolo de arriba abajo- Creciste mucho más de lo esperado-

-Fueron un par de cosas que pasaron- dijo Harry mirando como todos parecían querer decir mucho más, pero se estaban turnando o algo parecido.

Fue entonces cuando vio a la profesora parada con los labios fruncidos y mirándole como la primera vez que llego a Hogwarts, recordó que hacía mucho más que no veía a la profesora. La última vez estaba desmayada, entre Kreacher y Winky la llevaban a San Mungo, verla en ese lugar completamente bien era un alivio, aunque estaba preocupado, también le dijo que no se metería en problemas en el curso y fue lo único que hizo desde ese entonces. Incluso después.

-Yo… lament…-

Lo tomo de los hombros tan rápido que quito a Hermione y le abrazo con tanta fuerza que casi se simulaba a los abrazos de Hagrid. No se limitó y la abrazo mientras recordaba ese sentimiento, muy parecido al que paso con su madre, se sentía calmado y feliz, incluso como el amor maternal le llenaba. - e verdad que extrañaba a mi problemático y valiente niño, Harry, gracias por ayudarme y… estar aquí-

-Yo soy el que debería decir eso- dijo Harry sintiéndose lloroso, con el cuerpo temblando y las manos aferradas en la ropa de la profesora- Gracias a todos por creer en mi-

-No tienes ni que mencionarlo- dijo Ron dándole unas palmaditas.

Cuando la profesora lo soltó, Hermione le volvió a tomar la mano, se vieron y parecía que no hacían falta palabras, pero aun así lo dijo. -Gracias, por esperarme- aferrado a su mano y viendo sus ojos, que se alegraron de inmediato.

-Por siempre lo hare- dijo Hermione besándole y acariciando su mejilla.- Sin importar el tiempo-

Avanzo para estar más cerca, la punzada en su pierna fue mayor que nunca, su rodilla se dobló y termino en el suelo sujetándose la pierna y mirando como todos le miraban sorprendidos y preocupados. Con Hermione arrodillada y temblando mientras le sujetaba. Y Sofi a su otro lado alzando la varita de inmediato. Ron no solo se le paso el brazo por detrás de su nuca, también miro a cada lado, como si un enemigo invisible hubiera atacado.

-¿QUÉ SUCEDE?-pregunto Hermione un poco desesperada-¿QUÉ LE SUCEDE SOFI?-

-Hermano, tu pierna…-dijo Ron tocando el suelo y levantando la mano mostrándola ensangrentada. -¡No está bien tenemos que llevarlo a la escuela y rápido!-

-No, a la escuela no- dijo Hermione mirándolo con mucha más preocupación mientras movía la varita- No podemos arriesgarnos que lo vean-

-¿Entonces?-pregunto Ron molesto y girando la mirando a todos lado- Si nos quedamos más tiempo aquí…-

-Esto es malo- murmuro Sofi movió su varita, algo amarillo surgió y sintió un poco de alivio y le vio- Solo he parado la hemorragia pero no se curara fácilmente, ¿Qué fue lo que te pasó?-

Miraban a Harry con tantas preguntas, y algunos directamente su pierna donde escurría la mancha roja que mojaba su cadera y pierna.

-No lo sé bien- respondió Harry intentado levantarse, Sirius le paso un brazo y de un tirón lo levanto, de inmediato sujeto por su padrino y su mejor amigo.- ¿Por qué no pueden verme en el castillo?-

Le miro, luego gruño y le acaricio la mano asustada -Estas muerto- dijo Hermione a su lado y pensando.

-Genial, y yo pensando que si me mataban tu irías y me rematarias- dijo Harry algo enojado-Y me has matado ya-

Le tomo el rostro y le miro un poco enojada también- No fue mi idea, pero tenemos que mantenerte oculto por un tiempo, es lo mejor para no alertar a los Mortifagos-

-Tenemos un problema más grande- dijo Tonks mirando hacia arriba- La barrera temporal que pusieron está desapareciendo-

-Puedo ponerla cada cierto tiempo, pero no durara mucho. El castillo pierde magia y no creo que tarden en ver que estamos descubiertos- dijo Hermione tomándole la mano.-Puedes hacer algo ¿Cierto?

-¿El castillo perdió su magia?- pregunto Harry sintiéndose idiota.

-Creo que eso quedo claro…Es mucho que contar- suspiro Hermione preocupada y continuando pensando, aun si su conexión mental podía ver su mente trabajando y buscando la solución en los miles de libros que conocía- Si no, no tenemos de otra, debemos evacuar Hogwarts ahora-

-¿Qué?- Preguntaron muchos.

-Concuerdo, es lo mejor antes de recibir un segundo ataque-dijo la profesora luciendo realmente mal.

Paso su brazo por la cabeza de Sirius, el cual no entendió la extendió hacia el hueco en el muro y sintió el báculo regresar a gran velocidad y antes de que le preguntaran y haciendo que saltaran del susto le llego a su mano. Tan resplandeciente como siempre y aumentando su nivel mágico al instante.

-WAO- dijo Ron, Neville y Theo mientras admiraban el arma.

-¿Eso es… por lo que…- tartamudeo Hermione mirándolo desde abajo a arriba.- El poder de…-dejo el espacio evitando decir Merlín.

-Esto es por lo que me fui- completo Harry sonriéndole- Por cierto de donde ha venido encontraran a un Mortifago, tal vez necesite una reconstrucción facial completa.- Luego sostuvo el báculo con ambas manos, aunque Ron quedo casi de por medio- No tienen que evacuar, solo tengo que… bueno… no se explicarlo, es más un gran presentimiento-

Junto un gran cumulo de magia pura, toco el suelo del puente y la inyecto, imaginándose como viajaría hasta la torre flotante donde era el origen de la magia de Hogwarts. El báculo resplandeció de múltiples colores y de donde toco una enorme barrera comenzó a crecer y crecer hasta volverse una cúpula que cubría a Hogwarts e incluso Hogsmeade por lo que le parecía. Casi el doble de la anterior. El muro del puente se reparó y las heridas superficiales de todos fueron curadas al instante.

-Eso es todo -dijo Harry mirando el cielo, sudado, cansado y con ganas de dejarse caer al suelo. Lo cual hubiera echo si no fuera por Ron- Durara un buen tiempo, en lo que pienso como restablecer el poder en Hogwarts-

-¡¿Acabas de darle poder mágico a Hogwarts?!-pregunto la profesor McGonagall con la boca abierta.

-Un poco, tal vez un par de años… quise darle unos diez, pero… aun no controlo bien esto- dijo Harry girando el báculo un par de veces y luego colocándoselo en la espalda- Creo que es como si influyera mi voluntad en ella, dependiendo de lo que desee es cómo reacciona o algo parecido-

-Tendremos tiempo para charlar, ahora tengo que revisar a Harry- dijo Sofi molesta luego le vio-Necesito un lugar espacioso-

-¿La sala de menesteres la puedes abrir?-pregunto Hermione mirándose rara, algo que le sacaba un poco de desconcierto pero tal vez eran sus ideas. Sobre todo viendo como Marlow parecía decidido a continuar a su lado y bueno ¿Quién lo culpaba? Él también quería seguir a su lado.

-Creo que si- dijo Harry extendiendo su mano tocando el muro y la piedra desapareció haciendo un cuadro.

-Chicos y tu Lupin van a ayudar a capturar a los Mortifagos, Chicas liberen las salas comunes, Tonks quédate por si vienen periodistas sea cual sea- dijo Hermione con rapidez y todos asentían, lucia de verdad como la líder a pesar de estar frente a cuatro adultos que también estaban asintiendo, su sonrisa parecía no alcanzar limites esa noche- Fred y George avisen a su familia, lo querrán ver pero díganle que mañana los veremos en Camelot. La profesora McGonagall y yo iremos a revisar que todo el castillo este bien y que no quede nadie suelto. Sirius y Ron lleven a Harry a nuestro cuarto y luego tu Sofi curas a Harry. Al acabar nos reuniremos en la sala de menesteres-

Asintieron, se giraron y comenzaron a retirarse lanzándole miradas y palabras como "nos vemos en unos momentos" "no desaparezcas" y "si nos necesitas envíanos un mensaje". Sirius y Ron intentaron entrar directamente a las sala de menesteres, pero cuando Hermione se disponía a seguir a McGonagall, Harry aferro su mano con fuerza y la vio empezando a aterrarse, no quería que se fuera, la tenía al fin consigo y dejarla ir era… doloroso.

Hermione le tomo el rostro y le beso suavemente, y susurro en sus labios. -Regresare de inmediato, no creas que te libraras de mí-

-No tardes, he pasado años… sin ti- dijo Harry soltándola lentamente. Le miraron muy raro, más asintió y le beso otras ves antes de retirarse.

En cuanto su mano dejo de tocarla se sintió frio, adolorido y sin lugar a dudas desesperado por alcanzarla y no dejarla ir. Pero su pierna, Sirius y Ron se lo impidieron. Hermione volteo con Marlow en su hombro justo cuando le empujaban a la sala de menesteres, le sonrió y supo que estaría con el pronto, más le llevaron adentro y la perdió de vista.

Pasaron por el pequeño pasillo que siempre fue la entrada, luego vio la oscuridad adentro e ingresaron a la sala de estar, lucia diferente. Sus cosas estaban tan cual las dejaron, los sofás desperdigados, las mesas e incluso la apagada chimenea, pero se sentía frio, un lugar que no había sido ocupado en mucho tiempo. Cada cosa tenía una gruesa capa de polvo. Le llevaron directo a su habitación, subiendo las escaleras que le quedaban de frente, la de la derecha era de chicas y la izquierda de chicos. En el piso superior, se encontraba solo una puerta, ya que ni Hagrid ni Sirius regresaron después del cuarto curso y la única que quedaba era la que compartía con Hermione. Adentro encontró lo mismo que abajo, un lugar desolado.

Después de que Sofi le indicara que lo recostaran, de que corriera a Sirius y Ron (como usualmente madame Pomfrey lo hacía), comenzó a hacerle conjuros y un montón de cosas que eran verdadera magia medicinal.

-Encontraste tu profesión- se rio Harry mirando la concentración de Sofi y como comenzaba a sudar- Y no estuve aquí…-

-Fue por ti que empecé esto- dijo Sofi tomando un pergamino de la mesita- Porque mi idiota hermano siempre termina lastimándose-

-Lamento no haberte dicho lo de la adopción…- dijo en un gruñido Harry al sentir otra punzada en su pierna ya que la tocaba con la punta de la varita-… Pero no sabía si se lograría…-

-De verdad eres…- dijo Sofi bajando la varita y con el pergamino lleno de anotaciones- Me hiciste la persona más feliz del mundo el saber que ahora pertenezco a tu familia y que porto el apellido de la persona que más respeto y admiro-

Se levantó y se dispuso a irse por la puerta, Harry la detuvo cuando estaba por salir, tomándole del brazo y girando el cuerpo en la cama, a pesar de que le dolía.

-Desde que me tropecé contigo, ese día te volviste mi familia- dijo Harry con voz segura y fuerte, no quería que pensara que solo fue por lastima o cualquier otra cosa- Debí pensar mucho más en ti, al darte mi apellido te puse en un grave peligro y… yo soy quien está orgulloso de ser hermano de una chica como tú-

Las lágrimas de Sofi le empaparon el rostro, luego se le arrojo, le abrazo y le beso la mejilla. - Cualquier peligro es nada a comparación de ser tu hermana-

Por unos minutos se abrazaron, Sofi llorando y el acariciándole la espalda y lagrimeando por que entendiera que de verdad la apreciaba. Luego lo recordó- Por cierto… aquella ves que te hablo la estatua de tu sala común era yo- Se levantó de golpe y lo miro parpadeando mucho.

-El tejón… -Sofi abrió la boca y lucio enojada-¡ME TRATARON DE LOCA POR DOS DÍAS…además ¿Por qué tu entraste a la sala común de Hufflepuff?-

-Necesitaba una cosita- murmuro Harry volteando los ojos, no viendo esos ojos semi morados que pareciera quererlo ahorcar- Además mejor loca por dos días, que dado por muerto ¿No?-

-¡Espera!- grito Sofi poniéndose roja y frunciendo el ceño-¡Nora me dijo que me vio esa noche en la sala y luego…!- Harry intento tomar su báculo, pero Sofi ya le tenía agarrado de las mejillas y le pellizcaba con fuerza-¡¿TE TRANSFORMASTE EN MI?!-

-edas la unida ed quied pude hacedlo (Eras la única en quien pude hacerlo)- dijo Harry intentando que frenara, no solo le dolía la cara, la pierna también.-NO DI NADA, LO JUDO (NO VI NADA, LO JURO)-

Dio tres respiros largos y luego sonrió soltándolo, Harry se sobo las mejillas pensando en que pudo guardar el secreto por otro siglo por lo menos y cuanto respeto le profesaba Sofi.

-Te creo, pero solo porque si no Hermione te hubiera enterrado hace mucho- dijo Sofi luego le dio un leve golpe en el hombro- No lo vuelvas a hacer-

-Claro que no- contesto Harry nuevamente recostándose- La ropa me quedaba demasiado pequeña y… solo bromeaba, era broma- reparo rápidamente viendo como cerraba el puño.

-¿Eres idiota o solo te haces? No me refería a eso…no te atrevas a dejarme sola de nuevo - le dio un beso en la frente- Iré por lo que necesito para tu curación, no salgas y… toma una ducha para entrar en calor, pero no te esfuerces-

-¿Tanto apesto?-pregunto Harry oliendo su ropa, si apestaba un poco raro.- Pero… no tengo ropa…-

-Ya veremos eso, por ahora necesitas estar limpio para la curación- le ordeno y luego de que lo viera asentir, salió por la puerta.

Escucho como Sofi le decía a Sirius y Ron que dejaran de espiar por la puerta y que mejor la acompañaran a la enfermería, que era tarde y que no debía recorrer los pasillos sin permiso o Filch la castigaría. Luego de un par de quejidos y regaños se los llevo. Seguramente Sofi no quería que le molestara, no cuando debía de bañarse y descansar, aunque no al mismo tiempo.

Se sentó haciendo que su cuerpo tronara, con manos temblorosas desprendió la bolsa de su pierna y saco su contenido sobre la mesa de noche. Dejando el huevo de Daira bien envuelta aun lado de la esfera que contenía el archipiélago Arcano e incluso el monedero. Conservando la botella resplandeciente adentro. La colgó en la cabecera y miro que su trabajo y el de Nikol estaban en esos pequeños objetos, pero que sin lugar a dudas eran enormes artefactos (y el archipiélago Arcano) que le ayudarían a mejorar el futuro.

Con cuidado y utilizando el báculo como bastón se quitó la ropa sucia y desecha por el tiempo, sintiendo que era la última vez que la utilizaría, después de casi un año completo utilizándola de a diario y de que paso duras batallas con ella. Mas ya era hora de dejarla atrás. Se metió en el baño, no lo recordaba tan acogedor, con un pequeño banco para sentarse y varias llaves que le ayudaban a que obtuviera la temperatura adecuada en el agua.

Debajo del agua caliente y recorriendo su cuerpo, no solo se sintió bien y limpio su cuerpo de la suciedad y sangre que tenía encima, también le puso somnoliento y lleno de emociones encontradas. Tenía tanta alegría que lloraba al mismo tiempo que se sentía preocupado por lo que vendría adelante, la nostalgia de regresar a Hogwarts y se sentía extraño a todo lo que pasaba a su alrededor. No podía sentirse más que un sueño, uno que vio cada noche en el archipiélago, uno que deseo que fuera realidad y que por fin lo estaba viviendo. Se dejó caer sentado al suelo, con el agua empapándolo quitándole tierra, sangre y muchas cosas más de su cuerpo que el tiempo y viaje le dejaron encima. No aguantaba las lágrimas saliendo y sonriendo por al fin estar de regreso. Paso un rato mientras veía como el agua roja, llena de tierra y sus lágrimas se filtraba por el drenaje y se marchaba, hasta que se aclaró y se dijo a si mismo que haría lo mismo.

Dejar todo lo malo que le ocurrió en el archipiélago en el triángulo de los bermudas y continuar adelante con los recuerdos felices de estar de regreso.

Cerro el grifo, fue al espejo encima del lavamanos, se miró con el cabello largo y con algunos mechones muy revueltos. Utilizando el diffindo lo corto mientras el cabello se desperdigaba por el suelo y lavamanos. Lo hubiera hecho en la isla, pero hubiera sido muy difícil sin algo que le reflejara correctamente. Viéndose al espejo mirando al viejo Harry, aunque más grande y sonriendo de forma tonta, termino de bañarse, sacando algunas cosas de su cabello que no quería mencionar. Se enredó una toalla en su cintura y salió del baño.

El cuarto no estaba vacío. Hermione se encontraba sentada en la cama, cambiada a un atuendo más cómodo, el cuarto completamente limpio y una muda de ropa sobre sus rodillas. Marlow yacía dormido en la mesita de noche, parecía que el cambio de clima le estaba afectando de verdad. Al verlo ella salto de la cama sorprendida (tirando la ropa) y luciendo casi aterrada, no le miraba, no directamente, más bien a su cuerpo. Bajo la vista y vio que era lo que le aterraba. Los múltiples hematomas, cortes y cicatrices que le cubrían el trozo y brazos del cuerpo.

-¿Quién te hizo todo eso?-pregunto Hermione enojada y con voz llorosa.

-Fueron… muchas cosas- dijo Harry caminando a ella y viéndola- Tengo mucho que contarte-

Las manos de Hermione fueron a su brazo y son sumo cuidado le tomo la mano derecha, con sus ojos sobre su piel le comenzó a revisar, subiendo cada vez más, llegando a una herida en su antebrazo circular de unos dos centímetros de diámetro. Le miro a los ojos y la pregunta apareció en sus ojos.- Mi primera marca mágica, fue el colmillo de basilisco-

-Nunca la vi- murmuro Hermione enojada, pero parecía más consigo misma que con él.

-No tenías porque- dijo Harry acariciándole una mejilla- Fue un gran error mío el atacar al basilisco de esa forma-

Continuo subiendo por su brazo hasta llegar a los tres cortes rectos que tenía cerca de su hombro- Un dragón enorme y malhumorado- fue a su otro brazo y encontró una cicatriz casi en su codo- acromantura mediana, muerden como un perro- subió y en su hombro hizo una mueca mucho peor casi parecía querer matar a alguien, ya que veía un circulo de diez centímetros la cual parecía una quemadura- Lanza de fuego cortesía de un demente- sin decir nada y acariciando su cuerpo siguió revisándolo, sin darse cuenta que provocaba que su piel se erizara y respirara agitado. Termino llegando a su pecho donde encontró la línea recta que lo cruzaba y que era una cicatriz de medio centímetro- El mismo dragón mal humorado, nuestro primer encuentro, casi me mata- Hermione tembló, sus ojos soltaron lágrimas y dejo caer la cara contra su pecho dando un beso a la herida.

-Perdóname- pido Hermione llorando- Yo debía de…-

-No tengo nada que perdonarte- la interrumpió Harry abrazándola, alzando su rostro y mirando directamente a sus ojos- Tú no tienes nada que ver en estas cicatrices, aunque…- la mano de Hermione tocó su pecho y recorrió la línea con cuidado con la misma calidez que sintió con su madre-…cuando me paso, lo último que desee fue verte y tenerte entre mis brazos otra vez. Esto es todo lo que necesito ahora-

-No sabes lo mucho que me hiciste falta- dijo Hermione estirándose un poco, plantando un suave beso en sus labios- Todos los días rogaba que regresaras-

-Estamos juntos, y a partir de ahora nada ni nadie nos separara- dijo Harry mientras Hermione se separó y toco el tatuaje de su pecho izquierdo y luego el de su hombro del mismo lado.- Una historia chistosa… en quinto…-

-Lo sé- dijo Hermione estirando su palma encima del escudo Pendragón y sintiendo como su latido cruzaba de su corazón a la palma de ella- Me diste tus recuerdos ¿Recuerdas? Sé que no los querías y que… son parte de tu poder ahora- Sin siquiera esperar siguió su camino hasta su costilla derecha una marca con forma extraña -Un cuerno de una criatura, si no fuera porque Marlow me aviso en último segundo hubiera sido peor- en seguida llego a una cortada recta que bajaba hasta su abdomen dejando que sus dedos viajaran entre los surcos de su trabajo diario- Corte por hielo, no fue profundo pero no pude sanarlo y dejo la marca- paseo su mano muy cerca de la toalla y fue a su costado contrario encontrando otra herida un poco más pequeña e irregular- Primera prueba, el trozo que sostenía la lona atravesó mi costado- Volvió a hacer su rostro de enojo y fue al lado contrario encontrando una gran quemadura de fuego y junto a ella una de hielo- Un par que no sabían lo que hacían y me atacaron e intentaron matarme- gruño tan fuerte que casi parecía lista para matar- por ultimo vio el lado de su cintura, donde se notaba la marca del fuego negro que giraba y se perdía dentro de la toalla.

-El fuego negro, mientras detenías el circulo dorado- murmuro Hermione tocando, haciendo que saltara y se le erizara la piel, tan rápido como pudo ella retiro la mano-Lo siento, no quería…-

-No es eso- dijo Harry rápidamente, luego tomo su mano nuevamente su mano y la coloco encima, no dolía al contrario sentía como la punzada desaparecía- ¿Cómo sabes que paso?-

-Lo vi en un sueño- dijo Hermione sonrojándose, y metiendo un dedo en la toalla- ¿Puedo ver la herida?-

Lo pensó por un momento, principalmente porque no le agradaría lo que vería y segunda porque eso significaba mostrar mucho más que su torso, sino también su vientre y el costado de su pierna. Más asintió. Hermione fue muy cuidadosa deslizando su mano y descubriendo casi todo su lado derecho. Se sintió algo intranquilo por lo que diría, al mismo tiempo que comprendía que no dejaría a cualquiera verlo en ese estado. Veía como Hermione le miraba a los ojos y se ponía totalmente roja. No supo que pensó cuando vio su herida, un circulo de veinte centímetros que parecía entre quemadura y apuñalada que hacía que su piel se hinchara, que dejaba salir un par de gotas de sangre en ese momento. Levanto la mirada horrorizada, le cruzo los brazos por el cuello y le miro a los ojos.

-No dejare que nada así te pase nuevamente- murmuro Hermione rosándole los labios.- No importa que suceda, jamás nadie te volverá a hacer daño-

-Y jamás, nunca te dejare sola-dijo Harry señalándole el huevo de Daira al mismo tiempo que se recolocaba la toalla para que no terminara por el suelo. -Y bueno, tuvo su recompensa-

-Eso es un huevo muy grande ¿Es de dragón?-pregunto Hermione sorprendida, parecía que ni siquiera lo había notado.

-Te contare todo con detalle- dijo Harry tomándola de la cintura.- No creerás ni la mitad de ellas. Pero antes ¿Qué te sucedió?-

Tomo su mano detrás de su nuca y la miro y acaricio el color rosa que tenía desde la punta de sus dedos hasta casi su hombro. Lo había notado, desde el primer momento, aunque era algo que le costaba entender como se lo realizo.

-Fue… entrenamiento- murmuro Hermione dejando caer su frente contra su hombro- Estaba desesperada por no saber dónde estabas, también frustrada por que en sueños te vi caer de muy alto y furiosa por ser tan débil que tuviste que irte… -

-Llevaste tu magia más allá del límite e incluso cuando se te termino la magia continuaste forzando a que el hechizo continuara-Dijo Harry examinando el color y sintiendo la magia que se restringía en la piel, ni musculo, venas y huesos del brazo estaban dañados- ¿Qué hechizo utilizaste?-

-Runas y magia de títeres- respondió Hermione avergonzada- No sabemos cómo arreglarlo-

-Ya veo- dijo Harry sosteniendo su mano a la altura de su rostro- Tu magia te sana, pero como no has parado a descansar ni un día por lo que sigue avanzando y ha tomado mucho de ti, algo que sería irreparable. Podrías perder no solo el control de tu magia si no también tu brazo-

-Lo suponía- suspiro Hermione cerrando los ojos- Solo empeore todo-

Harry soltó una leve risa- Me paso lo mismo cuando pelee con los gigantes. Me lleve al límite de mi cuerpo y magia y casi muero por continuar utilizando magia sin algún limite. Anexado a mis sentimientos y la furia que me implantaba Voldemort empeoro todo.-

-Nunca te vi con alguna parte de tu cuerpo de color- dijo Hermione con el rostro indeciso, no parecía saber si enfadarse o lucir aliviada.

-Es que el hechizo que utilice fue la magia de Utgar y esta cubre el cuerpo de magia que fortalece de adentro hacia afuera, hueso, musculo a la piel mantiene la magia concentrada. Por fuera parecía normal pero por dentro estaba realmente enfermo- rio Harry sin evitar el tema, eso podría enfurecerla más y en ese momento era lo que menos deseaba- Me rompía de adentro hacia afuera, lo tuyo es de afuera hacia adentro y es más fácil.-

-¿Por qué eso no lo sabía?-pregunto Hermione sorprendida y molesta.

-Tal vez reprimí eso inconscientemente- dijo Harry evitando el tema, no le diría que lo evito para no preocuparla.

-¿Cómo te curaste?-pregunto Hermione -¿Cómo lo arreglamos?-

-Bueno yo me cure pasando la prueba de Slytherin y obteniendo magia y conocimientos de curación en lenguaje Parcel- dijo Harry acercando su mano- Pero lo tuyo es más fácil, tienes mucha magia acumulada en tu piel por intentar absorberla de tu entorno sin conocimiento alguno. Solo tenemos que drenarla. Dolerá un poco-

Llevo la punta de los dedos de Hermione a sus labios, beso y comenzó a absorber esa magia que cubría su piel, avanzando por su mano escuchándola gemir de dolor y jadear, efecto al arrancarle la magia. Por donde pasaba el color rosa se atenuaba y desaparecía dejando el color de piel natural de Hermione que sin lugar a dudas lucia más hermoso que el rosa. Continúo por su muñeca y ante brazo hasta llegar a su hombro.

-¡Harry tu mano!-jadeo Hermione tomando su brazo y mostrando como también se teñía aunque en su caso parecía que pintura roja que se le hubiera derramado, ya que tenía puntos y manchas por todo lo largo.- ¡La enfermedad, paso a ti!-

-Lo sé- dijo Harry absorbiendo lo último y dando un repaso de regreso, Hermione empujo su cabeza intentando quitarlo pero no dejo de hacerlo. Al terminar la vio preocupada.- Tranquila, mira-

La magia que ahora cubría su piel del brazo se comenzó a desvanecer hasta que solo quedaban puntos difuminados por su piel.

-¿Cómo?-

-Aprendí como absorber magia- dijo Harry tomando la mano de Hermione y colocándosela en la mejilla. Con ambas manos teñidas de color y la cual se atenuaba, se sonrieron con los ojos cristalinos y justo después desapareció el color por completo.- Ahora utilizaras la magia con todo tu poder-

Se miraron un segundo y se acercaron lentamente, hasta que ella le clavo las uñas en la nuca y él se aferró a sus caderas. Se besaron lentamente dejando que su cuerpo se moviera por sí solo, haciendo que la cargara, la dejara en la cama y sin saberlo como se subiera encima de ella. Pasaron unos cuantos minutos de esa forma, hasta que se separaron y se vieron. Hermione jadeo cuando metió su cara en su cuello y le beso la piel, recorriendo y dejando un camino directo a su hombro. Mientras ella le acariciaba la espalda y le pasaba la mano por su abdomen.

-Harry, los chicos están…-

Era gracioso que supiera a que se refería y que ni siquiera le importara, sus amigos (menos Theo) subía al igual que McGonagall, madame Pomfrey, Sirius y una presencia enorme que podía ser Dumbledore. Necesitaba con urgencia sus labios y se le hacía difícil separarse de ella, más Hermione le aparto un poco y le acaricio.

-Tenemos todo el tiempo ahora- murmuro seria y se sentó justo a tiempo que tocaban la puerta.

Hermione le llevo su pijama antigua, aunque un poco engrandecida por medios mágicos. Luego de que se vistiera (en el baño) informaron que tenían permiso para entrar. Ingresaron en tropel, cada uno ya cambiado y pareciendo ansiosos. Vio como miraron la toalla tendida en una silla y luego su cabello mojado de Harry, y sin lugar a dudas como también Hermione tenía un poco húmeda la ropa.

Ron no pudo evitar sonreír de forma burlona y se sentó a su lado aun vestido con traje de gala.

-¿Algo que debamos saber?-pregunto la profesora McGonagall al entrar.

-Acaba de darse un baño solamente- dijo Hermione aunque nada creíble por el color de su rostro.

Cuando entro madame Pomfrey abrió los ojos y casi pega un grito, se contuvo y dijo- Señor Potter, es bueno verlo de nuevo, aunque… no sé cómo y… ese estado. ¿No puede pasar un año sin dañarse?-

-Al parecer no- dijo Daphne sentándose a lado de Hermione, y viéndola de una forma que daba a entender que luego le preguntaría todo.

-Quisiera decir que fue un accidente, pero me tire de cabeza contra el peligro- menciono Harry recordando como bajo desde la torre de cristal a Diddy, esas palabras lo describían bien. Aunque no miro la mirada de enfado de la mayoría.

En ese momento vio al profesor Dumbledore, el cual ingreso con una mirada sorprendida, agitado, con las manos y túnica llenas de tierra como si hubiera caído en una carrera apresurada. Vio a Harry y se acercó con paso lento, pensó que lo mejor era levantarse para saludarlo, lo que no esperara era que lo tomara y lo abrazara con fuerza y dijera- Bienvenido muchacho, dude, lo admito, pero veo que a usted no se frena por nada ni nadie-

-Lo contradice un par de veces que casi muero- dijo Harry riéndose y dándole unas palmaditas- Aunque esto sería más bueno si no me encontrara en pijama y todos me miraran como si de verdad estuviera muerto-

-Es que estás muerto- dijo Ron en una carcajada. Lo cual provoco un golpe de Hermione y Daphne que eran las más cercanas.

-Insensible- dijeron al mismo tiempo.

-Cierto, déjeme checarlo - dijo Madame Pomfrey con fuerza, moviendo a todos y acercándose apresurada, sacando cosas de sus bolsillos y llenando la mesa de tantas cosas que el huevo fue tapado. Además que Marlow fue movido a un lado del Huevo, parecía tan cansado que ni siquiera se despertó.

-No es necesario- dijo Sofi pasándole el pergamino, que utilizo anteriormente, a la enfermera.

-¡BENDITO MERLÍN!- Grito Madame Pomfrey abriendo los ojos, llevándose la mano a la boca al momento que todos se asustaban y le volteaban a ver. En definitiva le miraban como un muerto andante- ¡Mas de tres cuartos de sus huesos fracturados, algunos astillados o con esguinces! ¡Sus músculos rasgados o con sobre carga mágica! ¡Más golpes, cortes y cicatrices que piel! ¡Desnutrición y anemia! Y ¡Con una herida en la cadera que podía ser fatal!-

Hermione enredo su mano con la suya y la apretó con fuerza, al igual que Ron que le tomo el hombro, e incluso Neville, Luna y Daphne le miraron como si no lo hubieran hecho hasta entonces.

-Entonces ¿Estoy bien?-pregunto Harry.

No solo provoco que Madame Pomfrey se golpeara la cabeza con la palma de la mano y gruñera, si no que McGonagall se enfadara y apretara los labios de forma reprobatoria, que sus amigos y Sirius le gritaran cosas como "¿Cómo crees que estas bien?", "Estas loco o que te pasa", "No puedes ir por ahí haciendo tonterías y dejando tu cuerpo en tal estado" y la que más le gusto de parte de su padrino "Si tu madre y padre te vieran estarían tan orgullosos".

-Señor Potter- dijo Madame Pomfrey molesta-A partir de ahora le prohíbo la utilización de magia, deberá comer lo que le diga su hermana, también seguir al pie de la letra el tomar sus opciones y mantenerse en calma por lo menos hasta que le vuelva a checar-

-Un arresto medico domiciliario- dijo Sofi igual de molesta- Y sin discusiones- le señalo con un dedo amenazante.

-Por qué no mejor me tiran y compran uno nuevo, creo que estaría de rebaja- dijo Harry levantándose, aunque cojeo al avanzar- Estoy bien y…-

-Ni siquiera sé cómo logra caminar con todo eso enzima- dijo la profesora McGonagall casi llorando mientras se mantenía firme el semblante.

-¿Magia?-pregunto Harry sonriente.

Le llovieron otro tanto de insultos y de gritos mientras se reía y abrazaba a Hermione que sin lugar a dudas se encontraba preocupada, pero al verlo reír y estar bromeando se rio también.

-Sé que todos tienen mucho que hablar con Harry- dijo Dumbledore cuando guardaban silencio y que estaban mirándolo ansiosos como si quisieran ir y gritarle más- Pero es mucho por hoy para nosotros y Harry, debemos retirarnos para dejar descansarlo, también nosotros lo necesitamos y deben preparar todas sus cosas para su viaje mañana.-

-Pero…- comenzaron Neville y Sofi, Daphne asintió al igual que Luna, aunque Ron solo miro a Harry él se alzó de hombros.

-El profesor tiene razón, debemos descansar, mañana con más calma hablaremos de todo lo que quieran en Camelot- dijo Hermione en un tono de orden. Ni siquiera rechistaron, asintieron y le dieron "hasta mañana", "Descansa" y un "No te desaparezcas nuevamente" y comenzaron a salir. Le dieron un par de palmadas en el hombro, la profesora le abrazo y cada uno comenzó a retirarse dándole un abrazo y despidiendose.

-Nosotros dormiremos en las habitaciones desocupadas- dijo Sirius señalándose y también a Hermione.

-¿Por?-pregunto Harry sujeto de la mano de Hermione- Ella se puede quedar ¿no?-

-Después de tanto tiempo y de cómo los encontramos dudo que sea conveniente- dijo el profesor Dumbledore mirándole con una sonrisa- No se preocupe, han pasado tanto tiempo lejos y se han reunido de nuevo, un par de horas no cambiara nada. Y por cierto, me alegra verlo junto a nosotros-

-A mí me encanta estar de regreso- dijo Harry regresándole la sonrisa- Y por cierto, yo también lo aprecio mucho, aunque hemos peleado-

Dumbledore si dio la vuelta y se perdió por el pasillo. Sirius le miro y se rio, avanzo abrazándolo con fuerza, dándole unas palmadas y diciéndole –No puedo creer que estes aquí, rece y ore a todos los grandes magos que regresara, incluso a tus padres. Te quiero tanto cachorro-

-Pues los grandes magos por poco me matan- se rio Harry y le dio un par de palmaditas, luego cuando se separaron termino- Pero papá y mamá me salvaron la vida-

Asintió un poco consternado, y luego se retiró rascándose la nuca. Espero a afuera a Hermione, la cual se aferró a su cuerpo en un abrazo muy apretado, donde ambos se sintieron desesperados por continuar juntos, aunque parecía que por esa noche no podría ser.

-¿Estarás aquí cuando despierte?-pregunto Harry con la voz temerosa.

-Si tú lo estas, yo estaré aquí- dijo Hermione alzándose un poco y besándolo, lo cual le hizo tomarla de la cintura. Fue unos minutos y eso provoco que Sirius mirara a otro lado he hiciera "gem gem". Separaron sus labios y la miro unos segundos.

Luego se retiró, cerraron la puerta y la desesperación comenzó a carcomerlo. Todo estaba en silencio, la habitación era tibia y se sentía encerrado entre los muros del lugar, no era para nada parecido a la selva. Donde dormía siempre escucha los sonidos de las criaturas, el oleaje del mar y el viento corriendo entre los arboles; el calor era casi nulo y estaba acostumbrado al frio de la noche le durmiera; Y después de que la cueva fuera enterrada dormía a la intemperie, no en un lugar cerrado, aquello le parecía el infierno.

Intento cerrar los ojos y dormirse, pero la cama era demasiado suave, la oscuridad atemorizante, el silencio perturbador y el calor abrumador. No se sentía bien, mareado, desesperado y comenzando a sentir como de su pecho quería salir algo, algo que gritaría y seria desgarrador. Se sentó intentando calmarse, mas no lo logro. En un impulso desesperado se acostó en el suelo, sintiendo la piedra fría contra su espalda reconfortándolo un poco, pero sin lugar a dudas estaba despierto y todo lo que le rodeaba no ayudaba. Al cerrar sus ojos se imaginaba el archipiélago y no sabía si sentirse bien o aterrado, giro sobre su costado y luego el otro. Sin lograr calmarse.

El sonido de la puerta abriéndose le alerto, se quedó quieto y listo para saltar y atacar a aquello que estaba en las sombras. Su magia salió sin control, como una bestia gruñendo y alertando que si daba un paso más no atacaría con garras y colmillos.

-¿Harry?-pregunto la voz de Hermione alterada.

Se levantó de golpe y del báculo salió una luz que ilumino el lugar, se vieron un momento, ella con lágrimas en los ojos y el desesperado. Se lanzaron contra el otro abrazándose y apretándose, dejando salir sus sentimientos.

-Creí que fue un sueño, que no estabas y… luego no te vi en la cama…- gimió descontrolada en su pecho-… pensé que… pensé… PENSE QUE ME DEJASTE DE NUEVO, QUE TE MARCHAS Y…-

-Estoy aquí- murmuro Harry dejándose caer sentado en la cama abrazándola y protegiéndola en sus brazos- Nada nos separa, ni el tiempo, la distancia. Estamos juntos-

Hermione golpeo su pecho con fuerza y en total llanto grito -¡NO TE ATREVAS, NO LO VUELVAS HA HACER IDIOTA, NO ME DEJES NEUVAMENTE!-

-Jamás me iré nuevamente de ti- dijo Harry recostándola encontrando su rostro, compungido, empapado en llanto y aterrada. -Lo juro-

Se besaron con desesperación, sintiéndose completos y llegando a olvidarse de todo lo que les rodeaba. Ella entre los brazos de él y ella sosteniendo su espalda y cuerpo, aferrado a sus labios sin que nada ni nadie los separara. Corrió por el limbo, cayó al infierno, vivió entre criaturas y fantasmas, peleo, sufrió, gano batallas y sabiduría, cruzo un medio mundo en solo dos días; todo por ella, solo por ella. Y ese momento llego al paraíso en esa pequeña habitación.