Continuemos donde lo dejamos, aunque espero avanzar más rápido con lo que sigue… esto es por el bien… de mi cordura que no soporta solo poner algo simple y dejarlo de esa forma. Ya se soy obtuso por intentar darle un sentido completo y real.

Bien, el capítulo anterior llegamos al millón de palabras y vamos ya directo a la línea final. Así que continuare dando lo mejor de mí, aunque advierto que se vienen… algunos eventos… raros, fascinantes y que nos llevaran a alucinar… por lo menos a mí a la hora de escribirlos. No sé qué voy a hacer.

Y solo como dato curioso… responderé a las preguntas que hice.

¿Qué avienta Ron a sus hermanos gemelos en navidad? : Un cuchillo de pelar, que se convierte en avión de papel por la señorea Weasley

¿Cuántas Navidades paso Hermione en la madriguera? : Según yo ninguna… aunque no estoy seguro en tercero.

¿De quién habla esta frase? "Hermione" seguía negándose a permanecer en presencia de Ron más tiempo del imprescindible para lanzarle una mirada de desprecio. – Es cuando Ron empieza a tener una relación con Lavender y este la desprecia-

¿A quién se le cayó la pierna en sus lecciones de desaparición en el sexto libro? Hannah.

Ahora subiré algo especial en este mes. Estén atentos por que será un capitulo o pre cuela de lo que vendrá al acabar la historia.

Como me da flojera inventarme algo les dejare esta frase:

¡!¡!¡! Es divertido hasta que alguien se hace daño, y ahí es cuando todo mundo termina carcajeándose sin control. ¡!¡!¡!

Y les recomendare algo… sean caóticos.

Lean, disfruten y dejen su comentario.


Los personajes le pertenecen a J. K. Rowling


Capítulo 81.- Bajo la luz de luna.

-¡Harry no corras!- le dijo Hermione, Harr la empujaba a la cocina, y aunque los demás los seguían el parecía no percatarse de nada a su alrededor. Sus ojos miraban a todas direcciones buscando la cocina y el lugar donde Dobby le señalaba saltando.

Aun si todos los cuartos parecían lo mismo, el comedor resaltaba por ser enorme, con forma circular y con múltiples mesas, más Harry al verla ni le prestó atención. Continuo siguiendo a Dobby, Hermione apenas olía el aroma de la comida, sin embargo parecía que la nariz de Harry la seguía, olisqueaba el aire y viraba incluso antes de que Dobby le dijera, más avanzaban sin siquiera darle tiempo de preguntarle cómo lo realizaba.

Entraron en tromba, uno detrás de otro, con Hermione aun aferrada a la mano de Harry, los Pendragón arras grados por la prisa que tenían, al igual que los demás. A Theo fue llevado por la profesora McGonagall a su cuarto, Hagrid los ayudo al llevarlo en brazos y Sofi fue tras ellos, pasándole pociones al gigante para que se recuperara.

-Es amplia- dijo Harry frenándose y comenzando a babear, no figurativamente. -Y huele esquicito-

Los elfos corrían de aquí a allá, preparando comida sobre planchas salientes de las paredes que servían de mesas, metiendo y sacando pan y diversos platos del horno de piedra, revisando y checando postres en el armario que congelaba y por supuesto sirviendo la mesa circular que estaba en el centro. Winky era quien parecía dirigir la orquesta y daba voces fuertes y avanzaba de un lado a otro sin prestarles atención a nadie ni nada.

Los ocupantes de la mesa se levantaron en cuanto entro Harry. Y Hermione sonrío ante la vista alegre de todos ellos.

-No tan grande como la de Hogwarts, pero parece más funcional y practica- dijo Fred aun sentando en la mesa con un cubo de rubik en las manos girándolo y girándolo. Mientras su hermano tenía otro y parecía frustrado- Llegan muy tarde, los esperábamos para el almuerzo-

-Como si ustedes hubieran llegado para el almuerzo, estoy aquí desde la maña- dijo Percy molesto a su lado casi durmiendo. Levanto la mano y le lanzo una mirada a Harry- No pueden contigo ¿Cierto?-

El resto de la familia Weasley se levantó, entre ellos la Señora Weasley, Bill y Ginny. Incluso Fleur estaba caminando hacia Harry.

-¡Harry, querido, es un alivio, un gusto, encantador verte de nuevo!- dijo la señora Weasley alcanzándolo inmediatamente después de que llegaran. Le abrazo llorando, además de con la cara contorsionada en una mueca de felicidad y Harry le devolvió el abrazo, aunque su mirada estaba perdida en la mesa casi servida.- ¡No lo creí en cuanto me dijeron esos dos que estabas en Hogwarts, simplemente pensé que era una de sus bromas, pero veo que no!-

-Madre, eso duele, no bromearíamos con algo así- dijo George ofendido.

-Tal vez… una o dos veces pero no más- murmuro Fred dejando el cubo en la mesa y le dio con la varita, los colores saltaron de las caras del cubo y se reformaron a la perfección- ¡Tomen esa muggles!-

-¡Chicos!-le reprendió la señora Weasley.

-Pero es 'ciegto' en cuanto 'llegagon' se veían muy felices, no como la vez 'antegiog'- dijo Fleur parada detrás de la señora Weasley con lágrimas recorriendo sus rosadas mejillas y con una cara compungida. En cuanto la señora Weasley lo dejo abrazo a Harry.

Hermione hubiera sentido celos o alguna clase de enojo, pero la mirada de Harry y sus acciones estaban puestas sobre los platos que llevaban los platos servidos. Siguiéndolos con la mirada y lamiéndose los labios.

-Nadie creyó que fuera cierto, pero es una alegría que lo sea- dijo Ginny dando leves saltitos, quitando a Fleur de forma brusca y abrazándolo también. Y aunque Fleur lucio algo molesta no le hizo dijo nada.

-Qué mala fama tenemos- gruño Fred y luego sonrio.- ¡Es grandioso!-

-¡La mejor hermano!- dijo George chocando palmas con su hermano.

-Se lo han ganado a pulso hermanito- dijo Bill revolviéndole el cabello a Harry y dándole una palmadita en el hombro- Mas esta vez nos han dado buenas noticias… eso ya es algo-

- Me alegra que las cosas no cambiaran tanto- dijo Harry riéndose un poco y moviendo la cabeza para concentrarse en los platos que pasaban de lado- Pero ahora las cosas serán deliciosas… digo complicadas-

- Alguien tiene hambre y pensé que Ron era el glotón- dijo Percy saludándolo de mano de forma muy formal.

-¡No es cierto!- dijo Ron caminando con los demás a la mesa y sentándose. Daphne le dio un toquecito en el hombro y lo vio con una ceja levantada- Bueno… un poco-

-Un poco… eso es ser gentil- dijo Sofi y antes de que Ron se quejara le lanzo una mirada parecida a las suyas. La había aprendido de alguna forma al verla realizar.

-Pero debes tener hambre… ven cielo siéntate y hablaremos, seguro tienes mucho que contarnos- dijo la señora Weasley con una sonrisa ancha.

-No tanto, fue… un viaje tranquilo- dijo Harry quitándole importancia.

-¿Y el señor Weasley?-pregunto Hermione aguantando la risa de que la señora Weasley pareciera confundida.

-En el trabajo, llegara mañana- Dijo su padre saliendo de una puerta lateral con una media sonrisa- ¿Debería enojarme que mi hija no pregunte por sus padres?-

-¡Papa!- Hermione le sonrío, corrió y le abrazo mientras le daba un beso en su mejilla.

-¿Y yo que?-pregunto su madre detrás de su padre, enseguida realizo lo mismo acto- Así está mejor y ahora…-

La mirada de sus padres voltearon a Harry el cual estaba parado viéndolos con una sonrisa y tranquilo, olvidándose de la comida.

-Señores- Dijo Harry inclinándose un poco -¿Cómo han estado…-

Se acercaron a su novio y antes de que pudiera si quiera reaccionar, pasaron dos cosas. Una cachetada que dio de lleno en la mejilla de Harry, y luego un puñetazo que resonó por la habitación haciendo que se ladera la cara de su novio. Los elfos dejaron de trabajar y algunos saltaron de su lugar de trabajo con miradas furiosas a sus padres. Harry estiro la mano a su costado y todos se quedaron quietos.

-¡¿Qué les pasa?!- pregunto Hermione interponiéndose entre sus padres y Harry. -¿¡Por qué lo atacan?!-

A pesar de que era seguro que Harry estaba bien, no pudo evitar molestarse y tomar una pose defensiva, sujetando la varita y protegiendo a sus padres. Aún más cuando la cara de Harry estaba de lado y sus ojos parecían vacíos.

-Te hizo llorar por meses y nadie hace llorar a mi hija- dijo su madre sin arrepentimiento y con la voz algo molesta, mientras le sujetaba el hombro.

-Yo no puedo perdonarlo el que te hiciera daño, él sabía que corrías peligro y aun así se largó, dejándote a merced de es sujeto… Voldemort- dijo su padre intentando avanzar de nuevo.

-¡Silencio!- dijo Hermione estirando su brazo para evitar que encarara a Harry, el cual seguía en la misma posición.- Papá, no tienen ni idea de que ha hecho, pasado y… lo que les ahora puede hacer-

Recién acababa de ver como de un simple puñetazo rompió las costillas de Theo y se había contenido. No quería pensar en lo que podría realizar si su coraje se salía de control.

-Mione a un lado- Dijo Harry irguiendo la cabeza y con voz baja- Esto es entre tus padres y yo-

-Harry no…-

-Por favor- dijo Harry avanzando y mirándole con una sonrisa leve y los ojos preocupados, ni siquiera tenía una marca en su cara, ni rojo, ni nada.

Asintió y le advirtió que no hiciera nada malo, o ella lo pararía. Después de todo eran sus padres y los amaba al igual que a Harry. Cosa que no la ponía en la mejor de las situaciones. Se colocó de lado y sus padres vieron a Harry de frente, tomo un largo suspiro para esperar que pasaba.

Lo siguiente no solo saco miradas de desconcierto, también de horror y algunos gritos ahogados. Harry se inclinó ante ellos tanto como Dobby cuando lo contrato, con las manos casi tocando el suelo y totalmente quieto.

-¡Estoy de acuerdo con ustedes! Lamento mucho todo lo que le he hecho pasar a Mione, cada lagrima que ha derramado por mí, cada herida que se provocó ayudándome y cada preocupación y dolor innecesario que le he hecho sentir- dijo Harry con voz calmada, levantándose poco a poco, irguiéndose - Y les pido su perdón. Más no cambiaría nada del pasado. Así que les prometo que en un futuro la hare feliz cada día de su vida, por la memoria de mis padres-

-¿Por qué crees que dejaría la felicidad mi hija a tu cuidado?-pregunto su padre bajando un poco la voz.

Los claros ojos de Harry sonreían- No le estoy pidiendo permiso y no pienso hacerlo. La decisión la toma Mione, no usted, la amo y mientras ella me ame estaré a su lado.-

-Una declaración muy fuerte, a mi parecer- dijo su madre con la vista clavada en Harry- Después de lo que le has hecho-

-Él no me ha…-

-Por eso mismo- la interrumpió Harry sin desviar la vista- Por cada cosa que le he hecho pasar desde que nos conocimos, por todo lo que le debo, porque… sin ella estaría muerto desde hace años. Debo pagarle cada cosa, y si eso requiere cada segundo de mi vida futura lo acepto-

-Si aún son unos niños- dijo su padre apretando los puños y mirándolo- ¿Qué tienes para respaldarlas?-

-Nada- dijo Harry con calma- Solo todo lo que soy yo.-

El silencio y el foco en ellos fue tal que por un segundo el ambiente tenso se palpaba.- Con que así son las cosas ¿no? - Continúo su madre sonriéndole a Harry, y sujetando el brazo de su padre- Entonces estaremos felices por ustedes, no nos defraudes hijo-

-¿Pero…- comenzó su padre y recibió una mala mirada de su madre.

-Es el regreso de Harry, no es momento de esto- dijo su madre dándole una ligera mirada, y luego le sonrió. Hermione no pudo evitar pensar que aún no entendía del todo lo que pasa por su mente.- Además mi niña está feliz y eso es algo que me alegra mucho, su humor a veces estaba insoportable-

-¡Mamá!- dijo Hermione sintiendo la cara caliente.- No es cierto-

-Es más cierto que mis pantuflas de conejito- dijo Neville al otro lado de la habitación e intentando ocultarse.

-¡Neville Longbottom!- dijo Hermione alzando el puño. Palideció de golpe y Luna ser rio.

Sintió la mano de Harry recorriendo su espalda y su cadera y acercándola a su cuerpo mientras se reía. La sonrisa de Hermione fue inmediata y una leve risa le acompaño.

-Es tranquilizador saber que no te matara… por ahora- dijo Ron palmeándole el hombro-No mientras Harry este a su lado-

-Y ya arreglado todo- dijo su madre señalando la enorme mesa-… pasemos a comer-

La palabra comer fue como una explosión en la cara de Harry, se volteo a la mesa y abrió la boca, casi parecía a punto de babear. Sin esperar más se fueron a sentar, lo que fue gracioso al ver a Harry tomando los cubiertos con rapidez y golpeando la mesa repetidamente. Todos en la mesa le hacían preguntas a Harry, y el solo contestaba algunas, su mirada estaba clavado en un plato lleno de tocino.

De dos chasquidos de Dobby, la mesa se ilumino con paltos de oro y plata, con comidas de todo tipo. Desde; platos que rebosaban de guisos con pescado, res o cerdo; hasta algunos que eran cremas y sopas. Tenían comidas azadas, rostizados, ahumados, al carbón e incluso un par de ollas que humeaban un aroma delicioso.

-¡MARLOW!- Grito Harry mirándola y asustando a todos, enseguida sintió como el pequeño se movió dentro de su bolsillo y asomo su cabeza- ¡Ahora si es tocino!- El Bowtruckle salto de su bolsillo y se colocó entre ambos, babeando clorofila(o parecido) y una cara que dio miedo. Harry levito el plato lleno de tocinos y lo coloco enfrente de Marlow. -Todo tuyo-

-¿Todo eso para el?- pregunto Hermione mirando como el pequeño no espero, se abalanzo contra el plato y antes de saberlo ingería dos de golpe.

Y las conversaciones se quedaron estáticas, las miradas fueron a los dos que comían ya. Harry de alguna forma se apodero de cinco platos a la vez, uno de huevos con tostadas, otro de costillas y de sopa, incluso una cacerola llena de lo que era crema de champiñones. Sin perder tiempo comenzó a morder e ingerir cualquier cosa que tuviera al alcance de sus manos. Mientras masticaba sus manos recogían lo de los platos y lo acercaban a su boca para rellenarla y continuar comiendo. Era sorprendente que cada persona presente que lo veía tenía la boca abierta y no daban crédito a lo que veían. Ahí estaba Harry Potter comiendo sin control alguno, como si llevaría meses sin ingerir alimento, uno tras otro plato, vaciando uno y continuando con otro y otro. Inclusive Ron estaba impresionado. El palto rebosante de tocino fue vaciado en menos de cinco minutos, y sin esperar, Marlow, avanzo a la mesa hasta encontrarse unas costillas de cerdo que enseguida comenzó a comerlas mientras trepaba.

-Amo tome algo, se ahogara- dijo Dobby también impresionado y pasándole un vaso con cerveza de mantequilla.

-Gaaaciaddd- dijo Harry intentando no hablar con la boca llena, y sin lograrlo por que continuaba moviendo las manos volando entre la comida. Tomo el vaso y se lo llevo a los labios, al bajarlo estaba vacío y de la comisura de los labios de Harry caía un hilo de cerveza de mantequilla. Se limpió con la palma y miro a Dobby - ¿Tienes más-

-Yo creo que tiene mucha hambre- dijo Sirius riéndose un poco mirando a los padres de Hermione que estaban a su lado- Recuerdo esos años en Azkaban, no era muy rica la comida, pero cuando salí… lo primero fue una buena comida. Aunque la robe de un autoservicio si soy sincero-

-Camelot tiene barriles llenos de diversos líquidos amo- dijo Dobby mirando la taza y luego como las mejillas de Harry se inflaron y dejo salir un poco de aire-Dobby lo traerá de inmediato amo-

No fue contestado Harry continuo comiendo.

-Harry, sé que estas… hambriento y que esto es algo que falto en el archipiélago- dijo Hermione tocándole el hombro y el freno con una porción muy grande de bistec en su tenedor- Pero ya no tienes que vivir como lo hacías, podrás comer cuando quieras-

Harry le miro y bajo sus manos, mirando alrededor pareciendo advertir como le veían, se sonrojo y regreso su mirada. Sus ojos se tornaron cristalinos y la mueca de ansia se volvió tan intensa que tenía ganas de regañarse a sí misma por sus palabras.

-Es que…- comenzó Harry dejando caer unas lágrimas mientras veía sus platos vacíos y los platos alejados de él que aun rebosaban de comida-… están deliciosos y… en dos años solo… quería algo de ello. No puedo… yo… estoy contento de tener tanto y…-

Al verlo llorando solo por comida Hermione le abrazo, pensando en todo ese tiempo que paso solo y enfrentándose a la naturaleza para poder comer o solo ir de un lado a otro. Aun si le miraban no podía negar que pensar en que llegara a ese punto donde la comida le pareciera un lujo que no se repetiría era… doloroso para ella. Ya que no era la primera vez que sufría por su alimentación, muchas veces tuvo poco que comer en la casa de los Dursley y aguanto sin quejarse. Pero al llegar a esos extremos, que pareciera que en esos dos años no probó nada de comida y que le hicieran actuar de tal forma la derrumbo.

Le limpio la comisura de la boca y le beso -Calmado, todo está bien, come tranquilo - dijo Hermione apretándole la mano.

Lanzo una mirada a todos para que le dejaran de ver tan asombrados, su cara debió ser suficiente porque les hizo saltar y ver su platos.

-Eso Harry, no tienes que contenerte… admito que fue extraño verte actuar de esa forma.- Dijo la señora Weasley dándole una sonrisa amable.

- Solo cuida los modales -declaro su madre riéndose.- Piensa en lo que dirían tus padres-

-A mí me parecen bastantes buenos para haber pasado dos años en una isla salvaje- dijo Ron.- Podría ser peor-

-Has mejorado esa lado sensible hermano- dijo Harry riéndose- Papá es que se reiría mientras diría que como Sirius en su forma animago y mamá nos reprendería a ambos a gritos-

-Por cierto, primo ¿Qué es lo que paso todo este tiempo?-pregunto Dudley del otro lado, Hermione olvido que estaba presentes los Dursley y aunque prefería evitar pensar mal de ellos se molestó. Parte de esa abstinencia de Harry también era parte de su pasado.

-Me perdí en un lugar muy conocido- dijo Harry continuando comiendo y mirando a su primo sin ninguna emoción en particular.

-Entonces, Harry, ¿Qué has hecho estos meses?-pregunto la señora Dursley con la nariz apuntando a Narcisa la cual evitaba mirar a otro lado que no fuera su plato.

-Entrenar, leer, casi morir, aburrirme como ostra, volver a entrenar, casi morir, re entrenar, volver a estar al borde de morir …- dijo Harry sonriendo al ver a un grupo de elfos trayendo un enorme barril.- ¿Ya mencione entrenar?-

-¿Entonces solo pasaste 'entegnando' este tiempo?-pregunto Fleur riéndose un poco.

-También casi muero- menciono Harry moviendo la mano levitando los platos vacíos y se enfilaron al lavatrastos, dejando hueco en la mesa para el barril que desde el punto de vista de Hermione tapo a los Dursley.

-Suena muy mal eso- dijo Bill rascándose la barba.

-Mal, me parece un infierno- dijo Sirius que mordía un hueso largo y ya sin carne alguna.

Ni se inmuto ante los comentarios Harry, tomo el barril lo destapo y con una sola mano, como si fuera cualquier vaso lo llevo a sus labios y se escuchó como tragaba el líquido una y otra vez, mientras su cuello mostraba los signos del líquido pasando de su boca a su estómago, sin parar y constante. Cuando paro dejo el barril y este sonó a que lo había casi vaciado.

-Lo lamento, ¿Qué decían?-dijo Harry intentando evitar un pequeño eructo que resonó ahogado.

- Hablábamos sobre tu travesía…- comenzó Percy dejando el tenedor en su plato, y arrimando su plato a la mitad.

-¡He Dobby!- dijo Harry y apareció a su lado- ¿Crees que se podrian servir los postres?-

-Dobby no está seguro amo- dijo Dobby mirando a Winky que corrió al armario y metió la cabeza adentro.

-Se puede servir, aunque no creo que nos alcancen con el apetito señor Potter- dijo la elfina con un humor algo raro, entre queriendo ser una buena sirviente y despreciando a Harry con la vista.

-¿Nos está ignorando?-pregunto Dudley el cual se alzaba un poco para ver a Harry sobre el barril.

-No, solo tengo cosas más importantes que degustar… que pensar- dijo Harry sobándose las manos y pasándose la lengua por la boca- Comencemos con lo dulce-

-Empiezo a pensar que será difícil saciar ese apatito- dijo Hermione sobándose la sien.

-No, solo… de que hablo tienes razón- dijo Harry mirando todo el lugar cubriéndose de postres.

Tomo un poco de jugo de calabaza y mirando que a pesar de que a su lado estaba repleto de platos vacíos, y que Harry pareciera comerse todo con la vista, a ella le estaba compartiendo algunas cosas y prestando más atención que a nadie. Lo confirmo en cuanto los postres llegaron, una porción de Helado de vainilla le llego flotando y luego un trozo de pay de melaza y Harry diciéndole que estaban "increíblemente súper deliciosos".

Nadie se atrevió que decirle no a Harry o Marlow cuando algo veía para comer. Principalmente porque la primera vez que Ron intento evitar que Marlow comiera una costilla, le salto y le corto la mano con su garra y luego Harry le arrebato un postre de crema a Sirius, el cual gruño como perro pero pareció no importarle a su novio. Lo otro era porque ambos ni siquiera preguntaban si lo querían lo obtenían.

Continuaron comiendo incluso cuando los elfos limpiaron la mesa de alrededor y la mayoría dejo de comer. Ron termino verde por intentar seguirle el paso, Sirius estaba ya tartamudeando en su cuarta jarra de cerveza de mantequilla, y Harry en su segundo barril de cerveza de mantequilla. Incluso sumando a todos entre los que había en la mesa, terminaron siendo derrotado solo por Harry.

Varios de los curiosos tuvieron que irse ante el espectáculo que daba, algunos verdes y mareados, otros saliendo a sus ocupaciones; como los Dursley y Narcisa que por orden de Dobby tenían que limpiar y mantener la casa limpia; los Pendragón que tenían que cosas que hacer (entrenar y estudiar); Bill y Fleur a sus trabajos; Incluso los gemelos y Percy que estaban atendiendo Weasley & Weasley.

Su padre de Hermione quería tener una charla seria con Harry por su actitud, pero mientras el comía su madre le hizo el favor de llevárselo a dar un paseo y que se calmara. No quería que las cosas se pusieran más tensas con su padre. Conocía a Harry y sabía que él se mantendría firme en seguir a su lado y trataría con sus padres con respeto y cordialidad, pero sin dar su brazo torcer. Siendo Harry un testarudo y su padre también, tendría que aprender a lidiar con ambos, pero ya lo haría en algún momento.

Marlow termino acostado en la mesa, manchado comida y con su abultado estómago. Seguía siendo tierno aunque Hermione se preguntaba cuanto tiempo tardaría en vomitar lo que comió o bajar el peso que subió en esos momentos. En cuanto a Harry, no podía creer que estaba varias decenas de platos a su alrededor apilados y limpios, con casi tres barriles vacíos y con el vientre abultado.

-Eso estuvo bueno- dijo Harry mirando el techo y con la mano sobre su estómago.

-No puedo creer que todo eso entrara en ti- dijo Daphne verde y tapándose la boca.

-Lo bueno que con tanto entrenamiento que haces seguro te recuperas rápido- dijo Sofi la cual había regresado de checar el estado de Theo que seguía inconsciente.- Pero debemos controlar ese apetito, no es bueno para tu salud-

-Ni para la nuestra- dijo Ron a su lado con la cabeza dándole vueltas- Me ganaste en lo único que era bueno-

-Harry, espero que sea la única vez que seas tan… ¿salvaje? comiendo- dijo Hermione con una mueca de molestia por verle dándose una palmadita en el estómago.

-Tranquila- dijo Harry levantándose y estirándose, la camisa de Ron sonó, las costuras de los costados no parecían aguantar con el volumen extra.- Ya me siento satisfecho.-

-Cuida tu figura Harry, no creo que a Hermione le gusten gorditos- dijo Ginny con una leve risa.

Hermione le miro mal a la pelirroja, sin contar con el físico de Harry ella lo amaba por cómo era, su figura era lo de menos, aunque admitía que era guapo. Miro a Harry verse el vientre abultado y mirándole.

-No me disculpare, fue mi primera buena comida en años- dijo Harry desplegando magia, y antes de que cualquiera reaccionara, su vientre regreso a la normalidad y su cuerpo, que antes parecía un poco desnutrido, volvió a estar en forma con sus músculos más marcados. La camisa de Ron le quedo peor- Así está mejor ¿No? Ahora un sueñito estaría bien-

-Eso te hará daño físicamente- dijo Sofi mirándole- Y ¿Cómo has hecho eso?-

Harry lo pensó unos momentos y luego alzo los hombros.- No se explicarlo, solo lo hice-

-Luego lo pensaremos, ahora que te parece ir a tu cuarto para cambiarte- surgirlo Hermione sujetándolo de la mano.

Las habitaciones las dividieron para cada uno la señora Weasley y los elfos. Y Sirius fue el encargado de llevar a Harry a la suya, aunque Hermione los acompañaba por su petición.

-Te va a encantar cachorro- dijo Sirius pasando la mano por la pared caminando-Es la habitación principal, le perteneció a tus padres-

-No me digas más- dijo Harry mirándolo serio- No quiero saber nada mas de ese lugar, de solo pensar lo que pudo haber pasado ahí me da escalofríos-

-De hecho… solo los elfos pueden entrar para limpiar- dijo Sirius con algo de nostalgia en los ojos- Nadie más que los Potter pueden pasar, o permitir que más entren-

-Eso es bueno, suelen no tener habito de tocar- murmuro Hermione recordando al intrusión de Ron durante varios momentos con Harry.

Llegaron a una puerta simple, pero sin perilla, cerradura o alguna forma de abrirla.

-y…- Dijo Harry alargando el sonido- ¿Cómo se abre, no es pared cierto?-

Los ojos de Hermione no pudieron evitar ver el techo y negar con la cabeza sin creer que lo preguntara.

-Harry, a veces me pregunto si tanto golpe no le ha hecho daño a tu cerebrito-dijo Hermione.

-¿Enserio?-dijo Harry riéndose -Yo también me lo pregunto-

-A eso mismo me refiero- murmuro Hermione tomando su mano, colocándola en la puerta y le acaricio con cariño.

La puerta se volvió como gelatina, ondulo y pareció cambiar su aspecto sólido, además de que su mano se introdujo sin problemas por ella. Atravesaron al otro lado, seguidos de Sirius que se apresuró detrás de ellos.

Al entrar miro que Sirius tenía razón, la habitación era encantadora y la más grande en esa casa, una cama enorme con cabecera de madera tallada, un pared completa que servía de closet, sillón pequeño en la piesera, con dos mesitas de noche a los lados y un cuadro en lo alto mostrando un paisaje antiguo. De frente le quedaba una chimenea con repisas a los lados y una puerta que seguro era el baño. El otro muro era un ventanal completo por el cual se veía el jardín, lago y bosques completamente blancos ya por la nevada que golpeaba con furia. Casi totalmente alfombrado, ya que una pequeña parte tenía una zapatera y repisas en las cuales había plantas y adornos., incluso una fotografía enmarcada.

-¡Mira Harry!- dijo Hermione algo curiosa.

Avanzando, quitándose los zapatos y dejándolos en su lugar, al caminar en la alfombra parecía que era como si estuviera en una nube esponjosa y reconfortante. Más eso no era lo que le quería mostrar. Tomo el marco de la imagen y la vio bien, en ella se veía a un bebe que no tenía más de un año, con un mechón de pelo azabache y unos ojos verdes intensos, sonreía y se reía alegre por que montaba una pequeña escoba de juguete. Salía y entraba a la foto como si lo hubiera hecho mil veces, sabiendo lo que hacía.

-¡Eras tan tierno!- dijo Hermione acariciando la foto, con Harry detrás y Sirius a su lado derecho.

Miro que en la imagen, el pequeño no tenía ninguna cicatriz en su rostro, y suponía que tampoco en su pequeño cuerpo. Y por un segundo los comparo. Pensando en que ese pequeño creció sin su familia, sin que nadie le ayudara para sus primeros pasos, o que le dejaran dormir a su lado cuando tuviera miedo en las noches, sin a quien poderle decir sobre lo que hacía en el colegio, sobre sus amigos que hacía en el parque o siquiera abrazarlos y reír con ellos. Crecería para enterarse que un asesino lo perseguía, que tenía que enfrentarlo y que lo haría sin vacilar una y otra vez. Que viviría batallas que le dejarían marcado de por vida. Y aun así sonreiría de igual forma siempre.

-¡Mione!- dijo Harry alzándole la mirada-¿Estas bien amor?-

Harry le acaricio el rostro quitándole las grimas que salieron sin pensarlo. Le sonrió para no preocuparlo y le tomo las manos dejándola sobre su mejilla. -Fue la emoción de verte pequeño, nunca antes te vi de esa forma-

-Ni yo lo había hecho- dijo Harry sonriéndole, de la misma forma que la foto y luego se rio un poco-Bueno, no de bebe, porque si de niño, ya sabes, en los espejos y en las fotos del colegio donde uno nunca sale bien y se ve raro…-

-Ya se- contesto Hermione riéndose e interrumpiéndolo, antes de continuar balbuceando, con un rápido beso.

Se vieron directo a los ojos y noto que aunque ese pequeño bebe había crecido y vivido cosas horribles y desgarradoras, aun sus esmeraldas ojos brillaban de la misma forma.

-¿Si saben que sigo aquí? - murmuro Sirius rascándose la cabeza- Chicos… si quieren me voy-

Harry lo vio y pareció pensarlo, moviendo la cabeza con indecisión y al verla sonrió de forma boba.

-Harry, ¡No!- le dijo Hermione apartándolo un poco aguantando las ganas de reír por su cara- No podemos correr a tu padrino-

-De poder… podemos - dijo Harry alzando los hombros y recibiendo un golpecito de ella.- Ni modo, que se quede-

-Eso duele- dijo Sirius con la mano en el corazón- Pero entendible. Yo solo te mostrare una última cosa y luego me iré… para que la continúes viendo como borrego a medio morir- Camino al closet y lo abrió.

-No es…- dijo Harry moviendo la cabeza de arriba a abajo de forma muy lenta-… necesario-

-Me doy cuenta- dijo Sirius ladrando o carcajeándose, era difícil saberlo cuando salía sin control.

Adentro miro un montón de ropa, parecía de dama, negó y abrió otra puerta, adentro era un pasillo largo donde se veían muchos accesorios y cosas para hombre y mujer.

-¿Donde los metió?- Se quejó Sirius continuando abriendo puertas, una donde era se veía un montón de artículos de broma e incluso una donde estaban calderos, pociones, pergaminos, y una piel rara que no quería saber de qué criatura era. Por último, abrió una con ropa de hombre.-Al fin, que desordenados eran-

Metió las manos y se agitaron levantando la manga y moviéndose de un lado a otro como si pidieran ser ocupados, le dio un golpe a un suéter viejo y apolillado que le tomo los hombros. Al sacar la mano saco un largo porta trajes. Lo coloco en la cama y sonrió dirigiéndose afuera.

- Es un regalo de tu padre… uno que… bueno pensó darte cuando crecieras, aunque no pudo.- Le dio una palmada en el hombro a Harry y con una mirada nostálgica salió de la habitación.

Por unos momentos Harry vio aquel porta trajes, luego soltó un suspiro y camino por el lugar, pasando la mano por varios objetos y dejando el báculo recargado contra la cabecera de la cama, quitándose la pernera y muñequera, de igual forma, colgándola. Por último se acercó a la chimenea, acomodo el carbón. Con sus dedos tiznados dibujo un círculo mágico en la parte superior de la chimenea y con un soplido se encendió con el círculo mágico del cascaron brillando.

-Ya se- dijo Hermione recordando algo, y sin preguntarle a Harry busco en su bolsa para la pierna, sacando el huevo de Daira y con varita en mano lo hizo flotar hasta la chimenea y lo metió entre las llamas, recargado en el carbón ardiente- De esa forma se incubara correctamente ¿No te parece?-

Harry le beso y murmuro- No sé qué haría sin ti-

Levanto la cabeza, vio el fuego y huevo con una mirada de nostalgia y tristeza.

Hermione quería hacer algo, preguntarle que le pasaba, sin embargo espero a que Harry se abriera ante ella, esperando que las cosas regresar a ser como antes. Con calma y cuidado se sentó en el sillón al pie de la cama y lo espero mirando su espalda, parado frente a la chimenea y sin mover un musculo. Tan raro era verlo quieto que incluso le pareció que la escena del expreso de Hogwarts en su cuarto curso se repetía. Ella esperándolo a que sus ideas se organizaran y esperando que todo estuviera bien y que pudieran superarlo juntos. Aunque esa vez su corazón dolía, en ese momento se encontraba tranquilo y sentía el de Harry palpitar muy dentro de ella. Sabía que su conexión predestinada aún estaba dañada o rota, pero el solo sentir eso le hacía ver todo con calma.

-Siento esto… irreal-dijo Harry sobándose el hombro- No sé… estar aquí… luego de tantos años y… conocer donde… mis padres vivían antes de irse al valle de Godric… No se cómo sentirme-

Hermione sonrió, se levantó y camino despacio hasta su espalda paso sus brazos por sus costados y abrazándolo desde atrás. Tan fuerte como pudo, sentía su cuerpo mucho más ancho y firme que antes, el confort y calidez que le daba al estar ahí juntos, también la felicidad de Harry pues su corazón palpitaba más y más rápido. Anterior mente hubiera alcanzado su hombro y podido besarlo sin problemas, esta vez solo coloco su cabeza en un poco por debajo de su hombro. La leve risa de Harry surgió y alzo sus manos tomando las de ella abriéndolas poco, dándose vuelta y envolviéndola en sus brazos.

-No sé si esto es irreal, mas estoy contigo, ahora podemos afrontar las cosas ¿No? Cada cosa que venga, cada problema o batalla que libremos estaré junto a ti. Una vez dentro de los doseles de una cama oscura y fría me dijiste que un abismo nos separaba y me prometiste que algún día tendríamos una familia y un futuro juntos. En este tiempo no solo era un abismo de problemas que nos separó, era un mundo el que nos alejó del otro, y aun así aquí estamos nuevamente, juntos. Hoy, aquí mismo en esta habitación cálida e iluminada por tu fuego, yo te prometeré lo mismo.- Dijo Hermione con total seguridad, mientras acomodaba su cara en su pecho y cerraba los ojos sintiéndose tranquila y amada, con su magia inundando cada parte de la habitación. Sabía que Harry tendría un largo camino que recorrer aun y en cada paso estaría en riesgo, su felicidad seria eclipsada por la guerra, el mundo mágico, su familia y amigos observándolo por ser "El Elegido" y que los guiaba a la paz. Su mente le decía que intentaría dar cada paso por sí mismo. Mas su destino no era continuar solo, ella no dejaría que sucediera. -Quiero que un día tú seas mi esposo y que podamos vivir sin que nadie se interponga. Algún día formaremos una familia y seremos felices, sin preocuparnos más por-… levanto su mano mirando sus ojos y toco su cicatriz en la frente, delineándola con el dedo, Harry abrió los ojos y la boca no sorprendido más bien soltó un suave suspiro -... esto.- Bajo su mano y descanso la cabeza en su pecho escuchando su corazón- Te juro que no dejare que te hieran más, ni que nada te deje cicatrices otra vez-

Pasaron unos cuantos minutos abrazados, en los que ninguno de los dos se movió y en los que escuchaban el crepitar del fuego, la tormenta afuera y sus corazones a todo volumen. Luego Harry le levanto la mirada con cariño y vio que le sonreía con esos ojos verde que le enamoraron y que le hacían sonreír sin control alguno. Una vez más deseo que el tiempo se congelara con la tormenta y que el fuego de la chimenea los mantuviera calentando a ambos por siempre. Más las cosas siempre tendían a avanzar.

Sujetó su cintura, apretándola con cariño, poniendo su frente en la de ella y rosos sus labios, jadearon por un momento y se unieron en un beso largo. Hermione no supo cuándo o como llegaron a la cama, más que Harry estaba sobre su cuerpo, que le besaba con pasión y ella le sujetaba de la nuca para que no se apartara de sus labios. Las caricias de Harry a su cadera y cintura era tal que arqueaba un poco la espalda y le mordió un poco, obligándole a clavar sus dedos en su espalda.

Si alguien entraba por esa puerta y los veía sería una bomba en Camelot, no los dejarían de regañar y molestar por un largo tiempo. Pero a ella eso no le preocupaba ahora y a Harry parecía importarle nada ya que sus besos eran descontrolados.

Tocaron la puerta o mejor dicho aporrearon con fuerza desmedida y de afuera se escuchó la voz de la señora Weasley- ¡Harry! ¡¿Hermione está ahí contigo?!-

-Me sorprendería si no- se rio la voz de su madre.

Gruñeron un poco y se vieron molestos, aunque no con el otro ambos soltaron un suspiro. Sus ojos se encontraron por un instante y soltaron una risa tonta. Harry dejo caer su cabeza en su hombro.-Creí que tendríamos más tiempo para nosotros-

-Yo también-

-¡Harry, cielo! ¡¿Si me escuchas?! ¿¡Puedo pasar!?- pregunto la señora Weasley un poco alterada, como si supiera lo que pasaba adentro.

-¡Aquí estoy señora Weasley!-dijo Hermione mirando a Harry y disculpándose con un beso por empujarlo un poco para que se levantara. No dijo nada solo se levantó y se dejó caer de lado mirándola.

-¡Hija tu padre dice que no es prudente dejarte sola con Harry tan alborotado!- escucho Hermione mientras caminaba a la puerta.

-¡Dígale que tiene razón!- dijo Harry desde la cama, mirándola fijamente y suspirando pesadamente.

-¡Lo lamento chicos!- se disculpó su madre- Pero aun ni siquiera están comprometidos-

-¡Pero qué dices Jean!-dijo sobresaltada la señora Weasley- Aun son muy jóvenes-

Hermione se detuvo a medio camino y miro a Harry, le regreso la mirada, una de complicidad un poco rara. Ambos sabían que no solo eran novios y que tampoco eran exactamente prometidos o esposos, de tal forma que el lugar de su relación era incierta. Aunque el anillo en la mano derecha de Hermione la acercaba a prometida, no le quitaba el título de novia. Harry se levantó de un salto y la alcanzo justo cuando atravesaba la puerta abrazándola.

-¡Chicos!-saltaron ambas cuando los vieron salir un poco rápido por Harry la agarro de un momento a otro.

-¡Señoras!-dijo Harry rodando los ojos.

-¡Harry!- regaño Hermione por su tono.- ¡Ten cuidado, por poco las golpeamos!-

-¿Qué pasa?-pregunto Harry riéndose.

-Dumbledore está por llegar, y quiere hablar con ustedes, la vera en la sala de estar- indico la señora Weasley con las manos en la cadera.

Harry regreso a la habitación para cambiarse. Al salir lo vieron sorprendidas las tres, por el cambio con solo las prendas lucia guapo. Llevaba una camisa blanca que tenía los dos botones del cuello abiertos, un pantalón café liso que le quedaba bastante bien amarrado con un cinturón que tenía un león con releve, y unos zapatos formales tipo Oxford Lisos de color café que acentuaban más el color de sus ojos. Lo mejor era la gabardina estilo capa negra que llevaba sobre de ello, era simple, con tres botones a cada lado y sin bolsillos exteriores. Al moverse la parte que llegaba hasta las rodillas ondeaba un poco.

Se sonrojo tanto que su madre se lo informo sin ser necesario. De un vagabundo sucio con cabello largo y que olía mal, se veía fenomenal en menos de veinticuatro horas. Harry le tomo de la mano y con una mirada bajaron con calma para ver que deseaba el profesor.

seguidos guiados por la señora Weasley la cual estaba muy risueña, parecía que nada le pudiera arruinar el humor. Encontraron a Sofi, Luna y Neville de camino, a lo que Harry no les dio escapatoria, llevándolos ellos.

En el camino, Sofi le recrimino a Harry el golpe a Theo, que aunque no fue nada que pudiera matarlo, pero que pasaría adolorido un tiempo.

Al llegar vieron a Ron y Daphne platicando con Lupin y la profesora McGonagall, como si ellos también hubieran sido convocados a la plática. El profesor no estaba en ningún lado.

-¿Y Dumbledore?-pregunto Harry inspeccionando detrás de los sofás, esperando que saliera de detrás de uno de ellos.

-Se retrasó, además aún falta Sirius y Hagrid, quiere que te pongamos al tanto de estos seis meses-

-Enserio- dijo Harry rodando los ojos- ¿Solo por eso me hicieron perder un buen sueño?-

-No es hora de dormir- dijo Lupin con todo de regaño.

-Siempre es momento para dormir- dijeron Harry y la voz de Sirius que entraban por la puerta.

-Me gusta tu forma de pensar cachorro-

-A mí me da miedo que ustedes dos piensen igual- dijo Hagrid riéndose un poco.

-Se parece más a James- dijeron Sirius y Lupin, aunque uno riendo y el otro soltando un suspiro.

-Supongo- dijo Harry alzando los hombros con el rostro divertido.

El puesto de tres plazas mas grandes fue ocupado por Hagrid, Sirius Lupin y McGonagall ocuparon otro y los Pendragón se repartieron entre los otros de dos. Al final solo quedo uno sofá individual con reposabrazos altos y que se inclinaba junto a la chimenea. Hermione ni lo pensó, siguió a Harry el cual se sentó y luego ella en sus piernas de lado, de forma que veía a todos y podía estar pegada a Harry.

Por la ventana se veía que el clima había empeorado cayendo una gran nevada que mantenía el lugar congelado.

Los cuatro adultos se vieron, aunque de diferentes formas, Lupin y McGonagall cuestionándose si estaba bien, Hagrid y Sirius felices por verlos tan acaramelados.

-Entonces te diremos que ha pasado en tu ausencia Harry- dijo McGonagall con una voz seria.

-Espere…- dijo Harry extendiendo su mano derecha.

Soplando en ella y creando un remolino que formo un círculo mágico, cerro su palma en el círculo y al abrirlo una esfera de fuego rojo y caliente se creó. Desplego alas y cola, mientras que le surgían patas y su cabeza se formaba, creando un dragón miniatura. Salió volando planeando por la habitación caldeándola en seguida y luego aleteando con fuerza fue directo a la chimenea, estrellándose y creando una pequeña llamarada que la encendió.-Así es mas cómodo-

-¿No pudiste solo encenderla? Eso fue mucha exhibición -dijo McGonagall alzando una ceja y apretando los labios.

-Pero sería muy aburrido- dijo Harry girando los ojos- Creí que les gustaría-

-A mí me encanto ¿Puedes hacerlo con un perro?-pregunto Sirius con ojos destellantes y sacando la lengua un poco- O con un…- señalo a Lupin -…Lobo-

-¿Y para qué queremos verlo con diferentes criaturas?- pregunto Lupin gruñendo.

-Que malas pulgas tienes- dijo Sirius carcajeándose.

-Parecen niños- dijo la profesora McGonagall ocultando sus ojos con una mano- Dan vergüenza ajena-

-Pues son divertidos cuando quieren- dijo Sofi con una leve risa.

-Nos hemos desviado ¿No creen?-dijo Luna sentada entre Daphne y Sofi que a pesar de tener a sus novios a lado estaban ellos sentados frente a frente viendo un tablero de ajedrez esperando que las piezas se colocaran.

-¿Creen que es momento de jugar chicos?-Pregunto Daphne cruzada de brazos.

-Nunca es mal momento para jugar ajedrez- dijo Ron con su atención puesta sobre el tablero, tomando el alfil, caballo del lado derecho, la torre y dos peones del lado izquierdo para sacarlos del juego- Sobre todo con estos tiempos-

-¿De qué hablas? Y ¿Seguro que quieres empezar con esa desventaja?-pregunto Neville desconcertado ante la acción del pelirrojo.

-Tú juega- murmuro Ron dando un vistazo a Harry, mirándolo como si con el fuera quien se enfrentará.

-Chicos… sobre lo de poner a Harry al día- comento la profesora McGonagall soltando un bufido de enojo.

-Eso es rápido- dijo Harry volteando a verla. Hermione miro sus ojos esmeraldas y sonrió- ¿Tienes todo bajo control?-

Hermione lo pensó unos momentos, era cierto que tenia algunos problemas descubriendo que era la misión de Draco, también con la actitud de Snape y lo que estaba planeando Voldemort. Pero dentro de Pendragón y el entrenamiento, sin contar con el ritual y su mismo auto entrenamiento estaba bien. Pensando en cada cosa que le llevaría a la victoria sobre Voldemort, no pudo evitar pensar que aún tenía que conseguir el que estaba en Gringotts y también la forma de capturar y matar a Nagini. Más al estar ya junto a Harry no duraría en que lo lograrían de alguna forma.

-Si- contesto Hermione con convicción.

La sonrisa que le dio Harry le hizo suspirar y cuando regreso su vista a la profesora dijo sin dudas- Eso es lo único que necesito. Todo lo demás surgirá poco a poco y estoy seguro que lo sortearemos entre todos-

-Igual que siempre, no puedes dejar todo a la suerte…- comenzó Lupin mirándole con sus ojos cansados. No termino cuando Sirius le coloco una mano al hombro y lo miro con una cara seria.

-Déjalos. Hasta ahora han hecho todo lo que existe en ellos para evitar que Voldemort se levante y… aunque nos cueste admitirlo… solo hemos sido un estorbo- dijo Sirius mirando a Harry, el cual le vio con ojos brillantes- Ya lo habíamos decidido ¿Recuerdan? Ayudarlos más… mientras podamos.-

-Padrino- dijo Harry con una voz de alegre-Gracias-

-Además ese báculo es muy genial- rio -Necesito uno de esos-

Harry solo movió la mano al aire, no pasó nada en unos segundos, y por la ventana se vio algo girar con velocidad, Hermione pensó que el vidrio estallaría por el golpe, pero el báculo entro como si fuera solo luz. En cuanto estuvo en la sala la mano de Harry señalo el suelo y justo en ese punto, aunque totalmente recto.

-¿Qué les parece una prueba?-pregunto Harry con una mirada curiosa, como si tuviera un plan, la vio de reojo y se rio un poco- Si lo pueden tomar, les enseñare una grandiosa magia-

-¿Enserio?-preguntaron todos, incluso McGonagall, Lupin y Hagrid.

Fue una invitación que nadie pudo rechazar. Daphne y Luna lo intentaron con esmero sin lograr siquiera moverlo, también lo intento Sirius y Hagrid, al mismo tiempo con el mismo resultado. En cuanto a Ron el solo hizo un leve intento pero al ver que nadie lo lograba se rindió rápido. La profesora McGonagall y Lupin no lo intentaron, aunque se le notaban las ganas. Lo contrario que Neville que miro durante unos momentos dudando, tomando el largo y con ambos brazos tiro fuerte. Fue un leve movimiento apenas perceptible, pero todos jadearon al verlo sacar unas pocas chispas del mango y Neville lo soltó como si le quemara las manos.

-Eso fue…- dijo Neville mirando a Harry el cual le veía con un sorpresa.

-Lo que siempre te he dicho- dijo Harry soltando una carcajada- Un increíble mago, honras a tus padres-

-Aunque no tan bueno como tú- reparo Neville agitando las manos, rojo y nervioso- parecía que pesara toneladas-

-No tienes idea amigo- dijo Harry soltando un suspiro largo.- Hermione tu turno-

-¿Yo?-pregunto Hermione mirándole desconcertada.

-Claro que si- dijo Harry mirando el báculo con un rostro serio.

Sin saber que quería probar Hermione se levantó y miro el largo del báculo le sobrepasaba por unos centímetros y lucía un tanto raro con esa combinación de madera y metal. Tomo aire y lo dejo salir con lentitud, aferro su mano y chispas comenzaron a brotar de donde tocara, ardía al tacto pero lo soporto, llevo la otra mano y sintió la magia de adentro inundándola. La habitación ya no parecía llena de aire era fuego lo que la rodeaba y estaba quemándola al mismo tiempo que la curaba.

{Concéntrate} dijeron los maestros de Harry en su mente.

{Es un artefacto poderoso, pero no tienes que dejar que consuma tu mente} dijo Revé con esa voz cálida y alterada.

{No necesitas fuerza, solo tu espíritu} le recomendó Huffy igual de alterada.

{Deja que fluya, no te interpongas a la magia, ve con ella} dijo Sly calmado, aunque se notaba un leve tono de temor.

{¡MANTÉN TU ESPÍRITU ARDIENDO! ¡DEJA QUE ARDA TANTO COMO LA MAGIA!}Grito Griffin e al instante se escuchó como se quejaba como si lo estuvieran golpeando los otros tres.

-Adelante Mione-dijo Harry sin ningún titubeo parado a su espalda y colocando las manos en sus hombros-Tu puedes-

No pudo evitar ver de perfil y lo miro a los ojos estos parecían tan claros y emocionados, sin contar que estaban llenos de un sentimiento que conocía bien, aquello que le hizo aguantar todo ese tiempo sola. El ardor le hizo regresar la mirada. Hermione dejo de pensar y tranquilizo su corazón, dejando que la magia fluyera, imaginando una hoguera encendida, con el fuego crepitando y a su alrededor una barrera de tierra que contuviera el fuego y no quemara cada cosa que tocara.

Y el báculo de Merlín se despegó del suelo.

Intento continuar conteniendo la magia, pero paso de ser una llama a un infierno que le hizo perder su control por completo. Hermione sintió cada musculo quemándole y su mente perdiéndose. Después todo dejo de arderle, su control regreso y la magia desapareció de su ser. Su vista se aclaró de inmediato, su mano era sostenida por la de Harry, mientras la otra estaba abrazándola.

-Sabias que podías-murmuro Harry en su oído.- Como siempre-

-¿Que significa eso? ¿Hermione también lo puede ocupar?-pregunto Ron sonriendo y moviendo su único caballo para tomar una torre de Neville, que claramente perdía.

-Significa que si alguien intenta enfrentarla terminara muy lastimado- dijo Harry riéndose.- Es increíblemente fuerte-

-Si me lo preguntas diría que es algo esperanzador… - comento Sofi mirando a ambos con una sonrisa.

-¿Señorita Potter?-dijo Lupin alzando una ceja sin entender.

-Es que… significa que Harry no es el único que puede alcanzar ese nivel de magia- dijo Sofi con los ojos centellantes- Y que no es el único que puede derrotar a Voldemort-

La profesora, Sirius, Hagrid y Lupin se vieron mientras parecían asombradas antes sus palabras.

-Y por eso es mi hermanita consentida- dijo Harry alzándole un pulgar.

-Soy tu única hermana, tarado-

-Aunque en la inteligencia se parece más a Lily Evans- dijo Hermione mirando con orgullo a la azabache.

Harry volteo a su derecha y miro la puerta con una leve sonrisa- Parece que visita llego al fin-

La señora Weasley entró en la sala de estar justo cuando Ron le daba el mate a Neville, y Sofi mantenía el rostro rojo por las palabras de ambos. Detrás de la matriarca Weasley se presentaba Dumbledore con una túnica de invierno, una bufanda color escarlata al cuello y orejeras. Dándole un toque extraño y más con su enorme barba y esa sonrisa de abuelo que mantenía todo el tiempo.

-Aquí está el profesor- anuncio la señora Weasley con unas mejillas rojas por el frio.

-¡Buenas tardes!-Dijo el profesor Dumbledore quitándose el sombrero revelando su cabello peinado hacia atrás.- ¡Que nevada se ha soltado, pensé que terminaría congelado antes de llegar!-

-Profesor, es bueno verlo en su modo casual- dijo Harry volviendo a sentarse.

Hermione no tardo en seguirlo, aunque no hacía nada que comieron, aquella magia le había cansado, tanto que su estómago estaba comenzando a tener signos hambre. Si eso soportaba Harry cada que lo tocaba, no le podía reprochar el que comiera tanto.

-Sí, he venido a hablar contigo Harry -dijo Dumbledore, y con voz más fina añadió - Como, supongo, ya le han contado todo lo que ha pasado estos seis meses podremos hablar de varios asuntos importantes-

-No, pero así está bien, me enterare poco a poco- dijo Harry quitándole importancia.- Y estoy seguro que algunas cosas estarán bien si no las movemos de lugar. Dobby- llamo y el elfo apareció a su lado saltando.

-Amo que desea, lo que sea Dobby se lo traerá-

-Podrías, por favor, traer unos aperitivos para el profesor y todos, también bebida caliente y unos diablillos de pimienta para mí- le dijo Harry acariciándole la cabeza- Claro, si puedes amigo-

-Dobby está feliz de hacerlo amo- dijo el elfo mirando a Hagrid y luego sonrió- Con una taza grande, ¿Cierto señor Hagrid?-

-Si eres tan amable pequeño- dijo Hagrid un poco rojo.

En un chasquido de dedos, Dobby desaparecido y la mesa de se te lleno de aperitivos: galletas saladas con pate, quesos en cuadritos, carnes en palillos, muchos sándwich y dulces. Del otro lado botellas de licor, una tetera que humeaba, con variedad de café y tés marcados en bolsitas y una jarra de jugo de calabaza.

-Ya veo. Bueno los he citado a todos aquí, porque deseo que La orden del fénix y Camelot tengan una reunión por el regreso de Harry- Dijo el profesor mirando a todos en la sala- Lamentablemente veo que solo seis de siete generales dragón se encuentran aquí y… pocos de la orden pudieron permitirse estar aquí con nosotros. Así que comencemos con ello, peor antes probare lo que nos trajo Dobby-

La señora Weasley se sentara junto a su hijo y que el profesor tomo asiento enfrente a la mesa de te y tomando un pequeño plato con los aperitivos (además de una copa de vino), una ligera mirada al báculo y a ellos dos y los demás pregunto-¿Nadie más se servirá?-

-Lo siento profesor, nuestro apetito esta… raro hoy- dijo Daphne que miro a otro lado que no fuera Harry.

-Qué extraño, en Hogwarts siempre comieron bien- declaro Hagrid preocupado.

-No creí que me saciaría con ver, pero paso- murmuro Ron en una leve risa.

-¿A qué se refiere señor Weasley?- pregunto el profesor Dumbledore con curiosidad.

Hermione intento controlarse, pero sabía que el profesor avanzaría poco a poco como si fuera una junta administrativa del ministerio o una clase de plática larga. Miro a Harry que lucio aburrido, y dejó caer la cabeza contra el respaldo. Se notaba en sus ojos que no estaba nada a gusto, lo entendía nada de eso le paso por años y le era difícil concretarse por completo. Por lo cual decidió apresurar las cosas.

-¿Qué desea profesor?-pregunto Hermione sabiendo que si era algo que necesitaba hablar, aunque fuera grosero interrumpir de esa forma.

-Muchas veces, por no decir todas, siempre me pregunto cómo comenzar una charla ¿A ustedes no les pasa?-pregunto Dumbledore sobándose las manos y estirándolas a la chimenea.

-Dos de tres- dijo Harry moviendo la mano de lado a lado.

-Casi nunca- dijo Hermione alzando los hombros.- ¿Eso que tiene que ver?-

-Solo comienza Albus- dijo la profesora McGonagall entrecerrando los ojos y apretando los labios- Y resume todo, no creo que estemos para largas hoy-

-Bueno tocare los puntos con rapidez- dijo el profesor sonriendo a su colega.- Lo primero es que quiero saber qué planes tienen para enfrentar a Voldemort; Segunda, si es que su contestación a la primera y es factible, quiero hacerle una petición a Harry; Y la ultima es entregarte, algo que te pertenece desde hace un tiempo-

-¿Me pertenece?-pregunto Harry con cara neutra, aunque pareciendo no comprender.- En cuanto a planes… no tengo ninguno realmente-

-Y no lo intentes amor… tus planes… no suelen salir bien- dijo Hermione cruzándose de brazos- Aunque admito que a veces son lo que se necesita hacer-

-¿No suelen salir? Nunca terminan bien. Recuerdas esa ves que enviaste a Hermione a vigilar a Snape y nosotros al tercer piso, terminamos en la sala común en menos de cinco minutos- dijo Ron dándole una leve mirada mientras recolocaban las piezas- Y cuando planeamos recuperar a Sly. Daphne termino lastimada y nosotros enfrentando a Scabior, Pansy y Malfoy-

-¿Qué ustedes qué?-murmuro la señora Weasley y McGonagall.

-Ya se- suspiro derrotado Harry.

-Sin contar con las múltiples veces que…- comenzó Neville riéndose y mirándolo.

-Odio la hora de molesten a Harry- gruño abrazándola.

-Es mi hora favorita- murmuro Hermione acariciándole el pecho sin que se diera cuenta. La miro y sonrió de forma boba.

-Regresando al tema… entonces puedo pedirles algo- dijo el profesor Dumbledore mirando a Harry con sus azules ojos de forma penetrante, lo cual le hizo sentirse rara por estar en medio- Quiero que no salga de Camelot, que te mantengas oculto hasta que nos enfrentemos a Tom. Déjanos todo lo demás a nosotros-

El silencio fue un poco. Y la primera en romperlo fue Hermione.

-Está mal de la cabeza. No puede hacer eso- dijo Hermione rechazando la oferta de inmediato. Provocando que Lupin abriera los ojos por completo y a la señora Weasley se le callera la mandíbula- Harry no puede quedarse aquí solo sin hacer nada, necesitamos sus habilidades y que nos enseñe cosas para la batalla. Además que es injusto y una crueldad hacerle eso "otra vez" Él no va a aceptar-

Giro a ver a Harry el cual estaba muy neutro. Pensando en algo, y en esos momentos Hermione quería leerle el pensamiento, preguntarle por su mente ¿Si de verdad estaba considerando la propuesta de Dumbledore?-

El profesor la vio a los ojos y dijo -Entiendo Hermione, pero por su mismo poder es una fuerza que Voldemort no considera en la guerra. - su mirada cambio a su novio- Harry, por favor, sabes que eso sería lo mejor- Dumbledore dejando su plato en paz.

-¡¿Lo mejor para quién?!-pregunto Harry bastante fuerte- Escuche bien profesor, si he estado siguiendo lo que me dicen, desde que llegue, y ocultándome este día fue porque no conozco que clase de desastre desataría con presentarme ante todos- comenzó alzando la vista seguro- Estoy molesto por no haber podido estar en Hogwarts como si nada y ver a mis todos mis amigos. Sobre todo que ahora, y supongo que ahora conoce que, el castillo y sus alrededores son parte de mis propiedades.-

-Lo comprendo- dijo Dumbledore asintiendo- Pero debes comprender que si tu presencia y poder fueran públicos, Tom se enteraría y, entonces, podría hacer cosas terribles para hacerte daño. A toda costa- Mirando de reojo a Hermione.

-¡¿Insinúa que vendrá por mí?!-pregunto Hermione casi gritando, comenzando a apretar sus puños y con una mueca furiosa - ¡No soy tan débil profesor! Y si Voldemort cree que soy un buen blanco no tiene idea lo que le espera. Y si va detrás de alguno de nuestros amigos o familia, que tenga cuidado porque lo destrozaremos hasta hacerlo polvo. Y conforme a lo que piensa del bien mayor, ya se lo he dicho. Nosotros tenemos nuestra forma de hacerlo-

-Está en lo correcto Mione- dijo Harry sonriendo de forma un tanto fría, haciendo que el profesor Dumbledore abriera los ojos, como todos los demás, incluso Sofi empezó a temblar en su lugar mientras la abrazaba Luna. Hermione también estaba asombrada, la única vez que lo vio sonreír de esa forma fue cuando Voldemort tomo control de su cuerpo, aunque en esos momentos sus ojos no tenían el círculo del iris rojo- Profesor acepto que sus intenciones por salvar el mundo mágico son buenas, la forma en que lo planea y ejecuta es impecable…a veces, pero en cuanto a sus métodos… son muy maquiavélicos "El fin justifica los medios".- Negó con la cabeza y todos siguieron el movimiento por alguna razón.- Yo no soy de esa forma y nunca lo aceptare. Esa es mi respuesta profesor, no.-

-Escúchalo cariño, el profesor sabe lo que dice- murmuro la señora Weasley nerviosa por la mirada que proyectaba Harry.- No puedes controlar lo que pase de aquí en adelante-

-Acepto que no controlo todo y que en algún punto fallare, pero para eso tengo a mi familia para salvarme- acaricio una de sus mejillas provocando un sonrojo y le sonrió a cada Pendragón, aunque eso dio un toque diferente, como un ser invencible- Confió en ellos y en sus criterios, cuando llegue el momento sé que estarán donde requieran estar y ayudaran a guiar a esta guerra-

-No estoy seguro que eso se fácil- dijo Daphne tocándose el labio inferior con el índice- Pero supongo que si-

-Difícil o fácil, no importa- dijo Sofi con el rostro aliviado por la sonrisa de su hermano- Ya hemos estado en graves problemas antes y salido sin problemas-

-Y eso que solo has estado en una- dijo Ron despistado por su partida, tomando el último de los peones de Neville dejándole solo un caballo, a la reina, dos torres y un rey.- Seis años y en ninguno la hemos tenido fácil… es injusto-

-Dime lo a mi- dijo Harry soltando una risita y volviendo su vista a al profesor- Ahora déjeme decirle lo que hare. Pasare las navidades aquí, luego cuando regrese a Hogwarts me mantendré oculto…- la sonrisa del profesor Dumbledore surgió igual que la señora Weasley, Sirius lucio confundido y los Pendragón resoplaron, como si supieran lo que venía. Y así fue, tan pronto aparecieron las reacciones, se volvieron una muecas planas y una que otra sonrisita burlona-… no por su petición, más bien porque no quiero a los periodistas encima, las personas detrás de mí y los Mortifagos alerta. Esa es mi razón. Mas no le prometo quedarme en Camelot, iré a Hogwarts, paseare por Londres, el callejón Diagon y puede que otros lugares sin que usted sepa. Claro que tendré cuidado. De ahí en fuera lo que haga, adonde este y con quien es cosa mía. Si es importante para eliminar a Voldemort se lo comentare, y buscare su sabiduría y consejo, mas no le garantizo seguir sus ideas-

Hermione estaba tan sonriente al escuchar las palabras de Harry, no solo le daba esperanza de que saldría bien, si no que contaba con ella para lo que fuera hacer. Y más al saber que estaba poniéndose firme al tiempo que le daba una respuesta favorable al profesor y se mantenía en una posición muy favorable para atacar o defender contra la guerra.

-Lo diré una vez y quiero que todos ustedes lo escuchen- dijo Harry tomando un poco de aire y su semblante serio-¡No permitiré que esta guerra dure mucho! ¡Pero tampoco me quedare en la sombra o hare un alboroto, manejaremos esto como mejor pueda y si es necesario pasar sobre su autoridad o la de quien sea lo hare! ¡Porque mi meta es la paz de este mundo!-

-Ahí está su respuesta profesor- dijo Hermione mirando al profesor con una sonrisa segura- Nosotros nos encargamos-

-¡Eso, nosotros!- dijo Neville perdiendo sin darse cuenta.

El profesor Dumbledore se peinó con una leve sonrisa asintiendo.- Esta bien chicos, pero aun así recuerden que cuentan con mi apoyo-

-Y el nuestro por completo- dijo Sirius alzándole ambos pulgares, luego giro a Lupin y este gruño- Bueno el mío por completo-

-Pero chicos… ustedes no saben nada de guerras y…-

-Mamá- dijo Ron reacomodando las piezas-Sabemos más de enfrentamientos, batallas y de la maldad de lo que crees. Hemos vivido con ello desde que entramos en Hogwarts, cada curso hemos aprendido algo, lidiado con algún misterio, problemas y pequeños conflictos, derrotando a los enemigos sin ayuda de nadie.-alzo su único alfil y dos peones más, lo saco también del tablero - Y cada una de esas pequeñas piezas que se ha obtenido y puesto a nuestro favor nos ha dado lo necesario para esta guerra. ¿O me equivoco amiga come libros, hermano de aventuras?-

-Sorprendentemente… tienes la razón esta vez- dijo Hermione y luego atrajo un drugul para lanzárselo a la cabeza a ron- ¡¿Y quién es come libros?!-

-El comelón y perezoso estratega de mi hermano tiene la boca llena… no de comida como siempre, si no de razón- dijo Harry levantando la mano y las piezas del alfil que no jugaba movieron las lanzas y le dieron a Ron con ellas.

-Ustedes dos…- gruño Ron alzando el puño-… YA ME LAS PAGARAN-

-Esto me hace dudar un poco- dijo la profesora McGonagall feliz aunque negando un poco.

-Son buenos amigos, por eso se llevan así- dijo Hagrid dando una carcajada.

Las risas sonaban y parecía que el ambiente no podía ser mejor.

-Eso no alivia mis preocupaciones- murmuro Lupin alzando la varita y apareciendo la hora.

Hermione se preocupó un poco viendo la hora y sabiendo que era el fin del ciclo lunar y que el profesor en poco tiempo se transformaría. Solo esperaba que tuviera la poción mata lobos o un lugar donde no se hiciera daño y a nadie más también.

-Y ¿Aun quiere darme algo?-pregunto Harry entrelazando los dedos con los de ella.

-A si…- dijo Dumbledore buscando en sus bolsillos, revolviendo su túnica y sin parecer encontrarlo- La guarde aquí-

Esperaron con paciencia mientras el profesor daba vueltas a sus bolsillos tres veces, tanteaba su túnica y giraba sobre si como si lo fuera a encontrarlo en los sitios que ya había revisado. Hasta que logro sacarla de entre los pliegues de su túnica.

-¿Su varita?-pregunto Hermione nada impresionada, la había visto cientos de veces y aunque era llamativa no le parecía algo muy importante.

-No solo es una varita cualquiera- dijo Dumbledore un poco ofendido- Esta es la varita de Sauco-

-¿QUE ES QUE?-preguntaron todos menos Sofi que sobre saltada miro a todos lados.

-A si… esa que... de los…- Harry giro la cabeza y cerro un ojo, Hermione casi podía ver como se exprimía el cerebro buscando entre sus recuerdos- De los cuentos de él bárbaro… no, bardo. Creo que era una reliquia de la muerte ¿No?-

-Es la varita de sauco- dijo Luna tapándose la boca emocionada.- Mi padre es un fiel creyente de ello-

-Mi abuela me ha contado mucho de sus hazañas- también dijo Neville sin ver que una de sus torres golpeaba a uno de sus caballos.

-¿Cómo es que la tiene albus?-pregunto la profesora McGonagall en voz baja, casi si fuera un secreto que no pudiera pronunciarse.

-Eso mismo es. Y fue en una batalla años atrás- dijo Dumbledore mirándola y estirándosela- Supongo que sabes por qué ahora es tuya-

Daphne y la señora Weasley gimieron antes las noticias, mirándose y luego a Harry con un ligero sonrojo. Por otro lado Sirius estaba en shock y tenía la boca abierta. El más concentrado era Lupin que solo asintió como si comprendiera algo. En cuanto a Hermione recordó la batalla del ministerio, al profesor Dumbledore con su varita en mano cuando Harry estaba en el suelo poseído por Voldemort y luego al poco estrellado en el muro sin ella.

-Por la lealtad de las varitas- contesto Hermione por inercia a la pregunta, eso era lo primero que aprendía un creador de varitas y su novio era uno experto, por lo consiguiente ella tenía esos conocimientos base de tantas charlas y de los recuerdos que le dejo.

-Correcto- dijo el profesor Dumbledore con una mirada ver un alumno bien preparado, satisfecho- Me quitaste su lealtad y desde entonces no me funciona del todo bien-

Harry la tomo y las inspecciono con sus manos con cuidado.- En la batalla del ministerio ¿Yo lo desarme?-

-Cuando enloqueciste y fuiste posesionado por Tom-

-Gracias por recordarme que tuve a un asesino jugando con mi mente-

-Cierto, lo lamento-

-Ni lo mencione, ni lo digan nadie. Jamás-

No pudo evitar una risita por el intercambio tan rápido y neutral por parte de ambos. Sobre todo porque ninguno de los dos parecía tener sentimientos negativos hacia aquel acontecimiento. Aunque Harry casi le arrancara, de un tajo, la cabeza al profesor.

-Palo de la muerte, La Varita Mortífera, La Varita del destino, Varita de Saúco, La Varita Antigua, La Varita Mayor, La varita más poderosa del mundo y la peor de todas La Vara Letal- dijo Ron olvidándose del juego, siguiendo la varita con la cara y con miedo en ojos- Solo idiotas o chalados, están obsesionados por esta cosa, esa puede matar al dueño-

-¿Cosa?-preguntaron la profesora y la señora Weasley sin entender.

-Solo es una varita, ¿Poderosa? Si, ¿La más poderosa del mundo? Lo dudo- dijo Harry poniéndola entre sus manos y checando su flexibilidad moviendo ambas manos como si quisiera partirla.- Solo es una varita echa con madera de un Sauco que tiene ¿cientos?... no miles de años. Le forzaron a empatar con pelo de Teatral y pelo de Demiguise, bastante rígida… una combinación explosiva y letal para quien la ocupa. Puede matarlos si no se tiene cuidado al utilizarla. Admito que el diseño es… interesante, convino secciones grandes y delgadas, haciendo que la magia se acumule y salga con mayor potencia.-

-¿En pocas palabras?- Pregunto Hermione interesada.

-Quien la hizo sabía lo que hacía, tanto que seguro murió después de terminarla- dijo Harry con sarcasmo y riéndose, moviendo ambas manos con lentitud, continuando probado su flexibilidad -Un accidente nada bueno. Es bastante regida… más flexibilidad la hubiera equilibrado un poco-

-¿Pero su poder podría ser de ayuda?-pregunto el profesor Dumbledore con la boca un poco abierta.

-Tal vez- dijo Harry mirándolo- Puedo estudiarla y…-

Un sonido le perturbo a todo mundo, sobre todo a Hermione que era la más cercana, un "Crack" estruendoso, chispas saltando por todos lados y un poco de magia saliendo de la nada como una mini explosión que le alboroto el cabello.

-Ups- dijo Harry a su espalda levantando las manos, mostrando la varita de Sauco en dos trozos y cada una en una mano, y apenas unidas por un par de hebras negras azabaches.- Demonios... mi desnutrición desapareció y… aun no controlo mi fuerza-

-¿UPS?-grito Luna con el rostro rojo y una mueca furiosa- Rompes la varita más afamada y dices solo "ups", solo "ups"-

-Un "que delicadita" sonaba peor en mi mente- murmuro Harry en su oído.

El profesor Dumbledore estaba atónito, se dejó caer en el sillón y miro el techo. Por el otro lado Harry junto las piezas y empato las muescas, luego con cuidado, la dejo sobre la mesita que tenían de lado. Lo que le pareció mejor a Hermione, si algo salió mal en ese momento fue que cada uno parecía como si un familiar muriera. Aunque estaba segura que exageraban.

-Dime que la puedes reparar- dijo Hermione mirando a Harry que parecía de verdad apenado.

-Podría… pero-

-¿Pero?-preguntaron la mayoría. Luna casi lo grito, detenida por Daphne y Sofi que estaban a su lado.

-¿No prefieren que la mejore y la haga más poderosa?-pregunto Harry con una leve sonrisa de lado, algo de inseguridad se notaba en su cara. Pero sorprendió a todos, lo cual fue bueno y tal fue la única en notar su dudas.

-¿Más poderosa?-pregunto el profesor regresando la vista.

-En cierto punto… la de Hagrid y Neville son… un poco iguales a esta- dijo Harry alzando la mano, de la nada las varitas de Hagrid y Neville aparecieron ante sus ojos. Una con el diseño de ojo de dragón en la base y la otra con una espada en enredaderas.- Echas de un árbol raro o dos en el caso de Hagrid y con dos núcleos raros. Las fabrique para que fueran leales incluso si los desarmaban, contuvieran un poder similar al de su dueño y no los dañara, así que tienen ciertas limitaciones. En cambio esa pudo matar a cualquiera que no supiera lo que hace-

Las varitas regresaron a sus dueños. Ambos la tomaron con cuidado, como si fueran a romperlas también.

-Ya la das por muerta a la varita de sauco, ¿cierto?-dijo Hermione sobándose la sien.- Entonces ¿Qué harás?-

La sonrisa de Harry fue más sincera y luego la vio y pareció que un par de ideas cruzaron su mente.-Ya se me ocurrirá algo… interesante-

-Ahora le pertenece, rota o bien- dijo el profesor Dumbledore levantándose y soltando un suspiro- Ahora me pasó a retirar, quede con Scremengour para arreglar esto del ataque a Hogwarts-

-Siento que se va enojado, de verdad, siento lo de la varita- dijo Harry rascándose la nuca- Solo quería checarla y…-

-Profesor deje de preocuparse por eso. Harry ahora tiene algo mejor- dijo Hermione señalando el báculo de Merlín al tiempo que se levantaba para despedir al profesor- No creo que ninguna varita se le compare-

-En eso tiene razón- dijo Harry con los ojos agradeciéndole que interviniera- No se preocupe la dejare más que nueva y con el doble de poder en un par de semanas ¿Tiene varita ahora? Le fabricare una… -nuevamente vio como el rostro de Harry se emocionaba y las ideas aparecían en sus ojos-… una…varita que le quede como anillo al dedo.-

-¿Qué me quede como anillo al dedo?-pregunto el profesor mirándolo escéptico.

-Confié en nosotros- dijo Harry abrazando a Hermione por la espalda y sonriéndole a ella, sin saber por qué - No existe cosa que no podamos afrontar juntos-

- Eso espero Harry. Desearía quedarme más tiempo pero se me hace tarde- Todos se levantaron para despedirlo.- Adiós a todos, espero verlos pronto, gracias por los aperitivos chicos-

-Yo también me retiro chicos- dijo Lupin suspirando- Lo acompaño a la salida profesor-

-Yo deje a Fan y Witherwings solos, a esta hora estarán nerviosos- dijo Hagrid palmeando la espalda de Ron que casi cae al suelo y luego a Harry el cual se la regreso de forma cariñosa- Yo lo sigo profesor-

-Yo también…-comenzó la profesora McGonagall detrás de Hagrid.

-No tiene que irse- dijo Harry tomándole del brazo con cariño- Esta es su casa si así lo desea, no tiene que vivir más en el castillo-

Los ojos de la profesora se llenaron de lágrimas, acaricio la mejilla de Hagrid y le beso la frente- Siempre he vivido ahí Harry, y no quiero dar molestias-

-No sería ninguna profesora- dijo Harry tomándole la mano – Pero no la obligare, aun así recuerde que si quiere venir siempre tendremos una habitación exclusivamente para usted- luego vio al semigigante- Sé que es lo mismo para ti Hagrid, son mi familia y aquí tenemos mucho espacio para todos-

-Gracias, Harry- dijo la profesora- Tal vez en un futuro-

-Es… eres… cuanto te quiero muchacho, gracias- dijo Hagrid abrazándolo y alzándolo al aire, casi derribando a la profesora, aunque Harry no se quejó.

Los llevaron a la puerta y los cuatro se fueron bajo una tormenta de nieve tempestuosa que parecía aumentar. La señora Weasley se fue cuando se enteró que Ginny y Fleur estaban discutiendo en el piso de arriba. Y Sirius solo se fue a la sala a recostarse un rato.

-Nosotros nos vamos a las habitaciones. Mucha emoción para un día- dijo Daphne tomando a Ron del brazo y tirando.- Ustedes hablen-

-Harry ¿Crees que mi abuela y mis padres puedan… ya sabes… venir a pasar las navidades?-pregunto Neville un poco sonrojado y rascándose la mano.

-Claro Neville- contesto Harry y luego lo pensó- No sé por qué no están aquí ya- La respuesta emociono a Neville bastante que se llevó a luna para escribir la carta de inmediato.

-Ya somos muchos- se quejó Ron también saliendo arrastrando por su rubia novia.

-Quiero dormir, pero tengo un paciente que ver…- murmuro Sofi enojada- Gracias hermanito-

-De nada, se hace lo que se puede- dijo Harry recibiendo un coscorrón cuando su hermana partía al piso superior- Eso se sintió bien… digo para alguien que nunca tuvo hermanos-

-Venga Harry- dijo Hermione tomándole el brazo derecho- Vamos a pasear-

El resto de la tarde la paseó por Camelot, viendo los cuartos de sus amigos y de los demás. También se enteró del resto de la historia que le oculto Harry del archipiélago. Algunas cosas se las saco con muchas preguntas y formando conjeturas, lo cual no era más que cosas que momentos donde pudo morir de forma horrible en el archipiélago. A pesar de que Harry dijo que no necesitaba saber todo lo que ocurrió en esos seis meses, se los conto, exceptuando lo del ritual para convertirse en Metamorforanimago. No tenía ganas de escuchar de la boca de Harry que era una locura y que no era posible, como todos los demás enterados, en teoría solo dos personas.

Hermione se sorprendió de que su novio escucho todo el rato sin interrumpirla, y cuando se sentaron en la cocina para esperar la cena le dijo que llevaba todo mejor de lo que él hubiera hecho. Cosa que le puso eufórica. El día termino con una cena con todos, y aunque Harry había comido como si no tuviera fondo los acompaño, comiendo con normalidad, aun sí bastante para una persona normal.

Al acostarse Harry sorprendió llevándola a donde estaban la señora Weasley y su madre platicando con ánimo.

-¿De verdad se tiene que quedar en otra habitación?-pregunto Harry directamente evitando contacto visual con directo con ella. El codazo de Hermione le saco un quejido.

-Harry, sé que ustedes dos ya han dormido juntos- dijo su mamá, haciendo que Harry se sonrojara y la señora Weasley abrieran la boca impresionada.

-¡Mamá!- se quejó Hermione algo avergonzada también. Ese recrimino el olvidarse que su madre también era muy directa en algunos aspectos- ¡Solo hemos dormido, única y exclusivamente dormir!-

-Aja- contesto su madre riéndose un poco- Como decía, lo sé porque Hermione no pudo seguir ocultándolo en estas vacaciones, sin embargo deberían ser prudentes por tu padre. Recuerda que aun eres su niña-

-¿Le contaste?-murmuro Harry en su oído, aunque lo escucho su madre.

-Es mi madre- contesto Hermione dándole otro codazo volviendo a provocarle un quejido.- Y no es como si hiciéramos algo malo-

-Ya, pero… es que me sorprendió-

-Imagínate a mí- dijo su madre con una sonrisa divertida- Saber que mi hija ya paso noches en brazos de su novio-

-No sé qué hacer, si disculparme por no decirle o decirle que no me disculpare por hacerlo- dijo Harry dando una ligera sonrisa, aunque sonrojado. Luego lucio enredado y la soltó un poco para verla bien-Eso es correcto… y tiene algún sentido ¿Cierto?... Estoy confundió-

Hermione soltó un suspiro y luego vio a su madre y ambas se rieron.-Eres todo un caso-

-¡¿CÓMO QUE USTEDES DUERMEN EN LA MISMA HABITACION?!-Grito la señora Weasley al terminar de procesar la información.

Su grito y regaño resonó por cada pasillo. Si alguien no la escucho fue por milagro. Aunque los únicos que al parecer, en Camelot, no sabían de ello, eran su padre y las personas ajenas a Pendragón. Hermione esperaba que su padre se lo tomara bien. No fue así. Llego corriendo a los pocos segundos con Sirius detrás que se notaba preocupado por algo. Lo único que le llego a la mente a Hermione, fue que le regañaran a el también por saberlo y dejarlos. No esperaron recibir un regaño a dos voces de su padre y la señora Weasley, mientras le impartían clase de responsabilidades, planeación familiar y una buena tanta de miradas de odio a Harry. Fue una charla de una hora y media en el pasillo de cosas que no entendieron por qué dos hablando y regañando a medio gritos no lograba captar todo.

Ningún Pendragón se presentó o nadie en sí, Hermione no los culpaba ella tampoco quería estar ahí. Si no fuera por la mirada tranquila de su madre y que Harry la abrazo y se negó a soltarla, hubiera huido.

Al terminar Sirius estaba aliviado de que su nombre no apareciera. Aunque la señora Weasley les advirtió que enviaría cartas a Dumbledore y la profesora McGonagall de inmediato para que los vigilaran en el castillo. Lo cual no le preocupo a ninguno de los dos. Mas sabían que la profesora les daría su opinión y les aconsejaría de forma muy energética al ser una mujer centrada y lista. En cambio la señora Weasley estaba exagerando la se quedó cruzada de brazos y enojada, esperándola para llevarla a su habitación.

Su padre era el problema miraba a Harry como si la hubiera dañado de forma irreparable, aunque luego de que su madre le tomara de la oreja y le reprendió por tratarla como una niña este soltó un gruñido y advirtió a Harry que debía cuidarla o se las pagaría. Hermione no sabía si Harry escucho más de la mitad, paso bostezando los primeros minutos, luego dejo caer la cabeza en su hombro y pareció que se quedó dormido. Lo cual era raro ya que estaba parado de pie abrazándola.

Cuando al fin lograron dejar de regañarlos, se dispusieron a ir a dormir. Más Harry se despertó bruscamente preguntando qué se perdió y si le daban un resumen. Lo que no tomaron bien la señora Weasley y su padre. Su madre solo se reía.

Se separaron y se vieron con algo de tristeza y se dieron un "hasta mañana" con un beso largo.

Su habitación era muy diferente con la de Harry, era palpable con solo entrar, parecía una habitación de un buen hotel, amplia y para dos personas. Por lo mismo dividieron las habitaciones y todos la compartían, aunque los adultos no, lo cual le parecía injusto. Ya que ella la estaba compartiendo con Daphne.

Su rubia amiga no tardo en pedirle detalles de todo lo que paso con Harry, y como siempre se negó, aunque de alguna forma hizo las preguntas correctas para sacarle parte de la información. Luego se rio un poco por los gritos que se escucharon en todo Camelot regañándolos.

-No puedo creer que al Grung de los gigantes, rey de los dragones, el elegido; y a una bruja de tu nivel, la diva guerrera y la Sacerdotisa Rúnica les regañen por simplemente dormir en la misma cama- dijo Daphne acostada y riéndose.

-Silencio Greengrass- dijo Hermione ya dentro de las cobijas y con los ojos cerrados sintiendo la magia de Harry en su habitación. O más bien el epicentro de la magia, ya que se desbordaba y llenaba casi todo Camelot. Aun no comprendía como tenía tanta magia.-Ha sido un día agotador y largo…-

-Pero bien que lo disfrutaste ¿No?-

-¡DAPHNE!-Grito Hermione y luego murmuro solo para no negarlo- Fue muy cariñoso conmigo-

-¡Lo sabía!- dijo con voz triunfal.

-Ya duérmete-

Estaba tan agotada que se durmió casi de inmediato.

Más no tardo en despertar, la habitación estaba en silencio, el frio le atacaba y una sensación de desesperación la invadió. Al principio pensó que era solo por estar en un lugar desconocido y Hermione intento continuar durmiendo, cerrando los ojos. Salto de la cama de golpe y sin siquiera tomar algo para cubrirse del frio salió por el pasillo corriendo.

-No, no, no, no- dijo Hermione corriendo a toda la velocidad que le daba sus piernas, bajando escaleras girando en los pasillos y saltando la mitad de la escalera del recibidor- No, por favor no-

Lo confirmo en ese lugar donde los cuadros estaban despiertos, y voltearon a verles con una leve sonrisa. Lily le sonrió llorando con James a su lado y ambos le señalaron la puerta y con los labios formaron un "Ve".

El golpe al abrir la puertas de cristal fue estridente, pero lo único que le importo fue seguir corriendo y avanzando. Sin siquiera pensar en el frio o en la nieve que le golpeaba con fiereza. Cerró los ojos y lo sintió alejándose más y más, al tiempo que su terror aumentaba.

No podía creer lo que pasaba, no lo aceptaba y se negaba a pensar Harry estaba alejándose nuevamente.

Corrió por la piedra dura y resbalosa, cruzando por la fuente congelada acortando camino, y guiándose por su magia y la de Harry, ya que la nevada le impedía ver más de cinco metros adelante. Pero no lo dejaría irse así porque si, no podía y necesitaba saber que pasaba. Si era necesario lo detendría a la fuerza. Cruzo la verja de jardín sin problemas y continúo por Queens Wood entre troncos y nieve, congelándose a cada paso mientras la magia de Harry se perdía a la distancia. Su terror supero toda lógica y sus sentimientos se volvieron tan tormentosos como la nieve a su alrededor.

-¡MENTIROSO!-Grito Hermione avanzando con dificultad por su cuerpo congelado y el medio metro de nieve acumulado.-¡ DIJISTE QUE NO ME DEJARIAS OTRA VEZ, PROMETISTIMOS ESTAR JUNTOS. ¡HARRY!- Tropezó con algo duro y vio la nieve ir a su rostro.- No te vayas, no me dejes-

Un brazo la sostuvo de la cintura, la detuvo de caer y la alzo del suelo, cargándola y protegiéndola con los brazos. Su temor fue remplazado por la alegría de haberlo alcanzado a tiempo. Harry se hincó dejando sus piernas sobre su rodilla, quito su brazo y le acaricio la mejilla sonriéndole, calentando su cuerpo desde el punto en que su piel la tocaba.

-Jamás -dijo Harry -No sin ti-

-¿Por qué?-pregunto Hermione apretando las manos en su cuello y mojándole la camisa por el llanto helado que corría por su rostro.-¿Por qué te marchabas entonces?-

Miro a la nada y su mueca fue de enojo, movió la mano con toda fuerza como si alejara algún bicho que se les acercaba. La tormenta freno en seco, dejando millones de copos de nieve flotando en el aire, con un toque cristalino y blanquecino, el sonido de los arboles agitándose y el viento se silenciaron. La tormenta tapaba la luna, en ese momento la luz dio en cada copo, proyectando puntos plateados a su alrededor de ambos. Luego comenzaron a caer al suelo con lentitud creando líneas de luz que se apararon en la nieve acumulada.

Ahora que lo veía se daba cuenta que estaba con la misma ropa, su cabello alborotado y con copos de nieve.

-Iba a regresar pronto, antes que amaneciera- dijo Harry quitándose la gabardina con un rostro preocupado, colocándoselo encima y volviéndose a erguir con ella en brazo. No tenía frio, no cuando él estaba pegado a ella, pero en cuanto le coloco la gabardina le dio la cordura que necesitaba - Creo que debí comentártelo… soy un idiota por completo. -

-No- dijo Hermione después de un momento de resonarlo- Yo… debí de suponerlo, entender que regresarías y que… no….siempre estaremos pegados al otro. Me dio miedo el verte marchar, que lo pensaras al darte cuenta que las cosas no cambiaron desde tu partida y de nuevo intentan mantenerte encerrado-

Harry la observo y luego le sonrió-No quiero irme, vamos a visitarlos como me lo prometí.-

-Ehhh- dijo Hermione- ¿Vamos?-

-Bueno… aún no se desaparecer- dijo Harry algo rojo- Así que… estábamos alejándonos para no alertar a nadie. Dobby-

Unas pisadas se escucharon y Dobby salió detrás de un árbol, con sus ojos grandes temeroso, un par de gorros encimados en su cabeza, bufanda que le cubría rostro y hombros, lucia temeroso.

-Vamos, ven, no te hará nada. Regaña mucho y mira tu alma destrozándola por el arrepentimiento, pero no dañaría a una criatura- dijo Harry riéndose.

-¡Potter!- dijo Hermione tomando sus mejillas y apretándolas tanto que la piel se puso blanca.- ¡No digas eso, parece que soy un monstruo!-

-Dulce ama, Dobby lo siente, Dobby solo seguía lo que el amo le pidió- dijo el elfo inclinándose, enterrando la cara de lleno en la nieve.

-No Dobby, tú no tienes la culpa- dijo Hermione sonriéndole al elfo- Es este idiota que hace cosas sin pensar-

-Debería quejarme- suspiro Harry- Pero siempre tienes razón-

- Esta bien… ¿Entonces regresas antes del amanecer?-pregunto Hermione más tranquila sabiendo que Dobby lo acompañaba y que regresaría.

-No- dijo Harry mirándole fijamente- Me vas a acompañar ahora-

-¿Salir ahora? -dijo Hermione mirándose, tenía la parte inferior de la pijama mojada por la nieve, y aunque la gabardina de Harry le protegía no quería que la llevara cargando todo el tiempo.-Quiero, pero estoy en pijama-

-No te preocupes, no es grave- dijo Harry moviendo sus ojos por su cuerpo, de abajo a arriba. Trasformo su pijama en ropa de invierno, con botas altas, un pantalón grueso y su abrigo que le regalo hacia un año atrás. Tal vez debió sentirse algo colorada, cuando la mirada de Harry tardo un poco en su pecho, pero solo le chisto con molestia falsa y el continuo a sus ojos, para finalizar colocándole un gorro rojo en su cabeza y una bufanda en el cuello.- ¿Lista?-

-Eso tengo que aprenderlo a hacer- dijo Hermione bajando de los brazos de su novio, y colocándole su gabardina con cuidado a Harry, para después tomándole la mano a Dobby.

-¿A dónde Dobby lo llevara amo?-Pregunto el elfo dando un leve saltito emocionado.

-Valle de Godric-

Hermione se giró a verlo con genuina sorpresa, suponía que la idea al regresar a donde sus padres vivieron surgió la necesidad de ver donde fallecieron y posiblemente su lugar de su descanso eterno. El viaje podría ser peligroso, con tantos Mortifagos rondando cada lugar de Londres, no dudaba que algunos de ellos estuvieran en el valle de Godric vigilando el pueblo mágico. También conocía que si Harry quería hacerlo, nada lo detendría, y ella estaba convencida de ir y ayudarlo a lo que fuera.

Desaparecieron de forma conjunta, ella ayudando a Dobby a aparecer en el pueblo. Entre las cosas que no lograba entender del todo de lo que paso Harry, era el que no supiera hacer una desaparición cuando incluso podía conceder magia a Hogwarts. La oscuridad era casi absoluta, las luces de colores a las distancia les indico que le faltaba para llegar al pueblo.

-Deberíamos tomar precauciones- sugirió Hermione.

-No siento ninguna presencia mágica hostil- dijo Harry tan tranquilo y mirando a la distancia con una leve sonrisa-Además no seré otro frente a mis padres-

-¿Seguro de lo que haces?-

-Más o menos, aun reviso el lugar y estaré atento a todo -

Esas palabras, no solo significaban que Harry afrontaría lo que viniera con su valor, inteligencia, astucia y esfuerzo, significaba que era correcto y eso fue suficiente para convencerla.

-Dobby regresa a descansar, yo puedo regresarlo- dijo Hermione al elfo que miraba a su alrededor buscando enemigos también- Estaremos bien, aunque no sepa desaparecer –

-¡Ehhh! No es mi culpa-

-Como ordene dulce ama-y desapareció.

Avanzaron con sus dedos entrelazados, por un camino nevado bajo las estrellas, mientras que las luces navideñas le marcaban cada lado de la calle y las casas. A la distancia algunos faros de color dorado marcaban el centro del pueblo. Miro a Harry recorriendo la mirada por el pueblo, pareciendo querer reconocer algo, al haber estado ahí solo poco tiempo y luego de irse en menos de un año, era imposible. La pequeña vereda por donde caminaban se curvo hacia la izquierda hacia el corazón del pueblo. En donde apareció una pequeña plaza.

En él se veía un enorme árbol de navidad decorado por luces destellantes ocultaba un monumento del mismo tamaño. Había algunas tiendas, una oficina de correos, un bar, y una pequeña iglesia cuyas vidrieras de colores lanzaban más luz a la plaza. Cruzaron con algunos habitantes nocturnos, sus figuras parecían alegres y algunas cansadas. Las risas y los éxitos de la música sonaron de las puertas de un bar y vieron que un sujeto salía tambaleándose.

Al cruzar la plaza, para llegar a la iglesia del otro lado se pararon en seco y miraron hacia el monumento. Aquel monumento oculto por el árbol se desvaneció como humo y en su lugar dejo una estatua con dos adultos cargando a un pequeño.

-¡Si que capturaron la sonrisa de mamá!-dijo Harry alegre mirando con ojos destellantes las estatuas de sus padres. -¡Creo que papá se ve tonto!-

Hermione había escuchado, leído e investigado el valle de Godric por curiosidad, más nunca creyó, ni leyó que existiera una estatua de ellos dos en medio de la plaza. Ver otra vez una representación de Harry pequeño, sin cicatrices y sonriendo le hizo reafirmar su promesa a su novio.

-Eras tierno- dijo Hermione sin pensar mucho.

-¿Era?-pregunto Harry señalándose y haciendo una expresión dramática que rayaba en lo cómica-¿Creí que me amabas?-

Hermione rodo los ojos y se rio- No seas teatral. Además tú me dijiste que lindo no era un adjetivo adecuado para ti. Y no seas dramático-

Continuaron caminando sin regresar la mirada a la estatua y directo al panteón que estaba detrás de la iglesia. Había una portezuela en la entrada del cementerio. Hermione la empujo intentando no llamar la atención, pues en la iglesia algunas personas estaban y los canticos sonaban. A ambos lado del resbaladizo camino, la nieve era profunda y sin señales de haber sido pisada. Se movieron a través de ella, dejando huellas detrás mientras caminaban alrededor de la iglesia y llegando al cementerio. La hilera de tumbas parecía interminable, a la distancia se mantenía oscura y sombría.

-No pensé en esto… será cansado buscar- dijo Harry rascándose con la nuca- Me dio flojera de repente.-

-¡Harry, son tus padres, has un poco de esfuerzo!- reprendió Hermione molesta por sus palabras.

Harry soltó una carcajada- Bien, bien, busquémoslos - y continuo avanzando bien sujeto a su mano.

Caminaron más adentro del cementerio, dejando un camino de sus pisadas al andar, parándose a mirar de cerca las palabras sobre las viejas tumbas, cada vez escudriñando con cuidado cada nombre del cementerio.

-¡Aquí es, Harry!- Grito Hermione emocionada y escucho una carcajada de su novio.

-Hermione, necesitas lentes ahí dice "Lilia Ploter"-

Se acercó y entre la oscuridad se sonrojo por leer mal- Perdón, no lo vi, esta oscuro-

-Puedo hacer que se ilumine todo…-

-Claro y llamarías la atención de todo el pueblo-

-Bien, sin fuegos artificiales- dijo Harry riéndose y quitándose los lentes-¿Te los presto?-

-Nooooo-

De tanto en tanto reconocía un apellido, como Abbott, o los McNair. Algunas veces había varias generaciones de familia en una sola hilera, mostrando el tiempo de cuando fueron enterradas, y con un leve cálculo aproximo el lugar donde debían encontrarse los padres de Harry. Y fueron directo a ese lugar, continuaron caminando y de repente lo vio, frenando en seco y provocando que Harry tropezara.

-¡Aquí están!- señalo la tumba próxima, estaba casi en el centro del todo.

Echas en mármol blanco, y eso le hacía más fácil leer en la oscuridad. Se acercaron viendo el grabado en la piedra.

"James Potter

Nacido el 27 de marzo del 1960

Murió el 31 de octubre de 1981

Lily Potter

Nacida en 30 de Enero de 1960

Murió el 31 de octubre de 1981

El último enemigo que debe ser destruido es la muerte.

-Vaya pensamiento pusieron aquí- dijo Harry inclinándose sobre la lápida y sonriendo a todo lo ancho de su rostro- Yo le dará la interpretación de: "A lo último que debes temer es a la muerte"-

-Más o menos, es vivir más allá de la muerte.- dijo Hermione inclinándose de igual forma. Y colocando su mano en su hombro- Dejar algo para las futuras generaciones, un legado, una huella, una enseñanza que sobreviva siempre. Quedar en el corazón de los que amas-

-Es bueno saberlo- dijo Harry acariciando la lápida-¡Hola mamá, hola papá estaba por el barrio y decidí venir a verlos!- Respiro, luego continuo -Gracias por lo que han hecho por mí, por salvarme cuando era un niño, continuar a mi lado incluso cuando no los veía o escuchaba, susurrándome lo que debía hacer y apoyándome en cada paso que di. Salvarme la vida en el Archipiélago y permitir que pudiera regresar a mi hogar- le apretó la mano y sonrió. Y también les vengo a presentar Hermione, mi novia- la miro con una sonrisa.

No era como si los padres de Harry estuvieran presentes viéndola o que le pudieran decir nada, también conocía los retratos en Camelot y parecían apreciarla, sin embargo los nervios le pudieron y se sonrojo.

- ¡Ho..ho… hola…señores Potter!- tartamudeo mordiéndose la lengua por torpeza.

La expresión en el rostro de Harry era de incredulidad. Se sintió extrañamente rara.

-¿Les tienes miedo a mis padres?-pregunto Harry con una sonrisa sardónica.

-No-respondió Hermione girando los ojos.- Son… tus padres y… yo… no sé cómo actuar enfrente de ellos-

-Sabes… esto es lo mismo que te dije ese día que conocí a tus padres-dijo Harry riéndose y tomándole las manos- Y te daré el consejo que me dijiste, se tu misma por ellos te aman porque yo te amo-

-Su hijo es… - dijo Hermione riéndose y plantando un casto beso- el amor de mi vida-

Harry sonrió por completo y mirándola a los ojos tomo su mano –También voy a cumplir con lo último que te prometí hace seis meses.- sin dudas o algún temor.

-¿Harry?-

Tomo su mano y le acaricio con cuidado.

-Hermione ahí algo que te preguntarte desde hace seis meses en tu tiempo y dos años en el mío y no fue el mejor momento… Ahora lo quiero hacer en un lugar un tanto inadecuado, pero con mis padres como testigos. -dijo Harry sonriendo un poco, Hermione termino arrodillada también viéndolo directo temblando y con lágrimas pujando por salir.-Desde que nos conocemos hemos danzado en la oscuridad, estando enfrentándola sin miedo, seguros y protegidos por nuestros sentimientos-

Tomo la mano derecha de Hermione y lentamente quito el anillo de compromiso, el peso y frio de aquella mano que llevo por meses desapareció. Tomo la izquierda con suavidad y sostuvo el anillo entre ellos. Sus lágrimas se congelaban al instante de tocar la nieve, el blanco puro lucia diez veces mejor y en aquella ocasión la luna surgió sobre la iglesia, iluminando todo con una luz plateada alrededor.

-Hermione Granger, ahora que he pasado por varias cosas… no puedo dejar de pensar en que sin ti… mi vida no tendría sentido y que te amo sin control alguno. Y como aquellas ves te lo repetiré: Eres mi mejor amiga, mi amante, mi novia y ahora quiero pedirte por segunda vez. ¿Quieres ser mi esposa?-

-Siempre me preguntas dos veces- dijo Hermione sonriéndole y acercándose a su rostro-desde Claro que quiero ser tu esposa idiota suicida cabeza hueca, desde aquel beso en el bosque tenebroso-

Harry coloco el anillo esta vez en su dedo anular de la mano izquierda, y fue por completo diferente el sentirlo en su otra mano, no era una carga, sino un pilar de apoyo en su fuerza. Se abrazaron con fuerza y le beso con tanta pasión que se aferró a su cuerpo. Intento levantarse pero sus pies se estiraron sin sentir nada bajo de ella. Abrió los ojos al ver que flotaban a dos metros del suelo, con la luna a su espalda de Harry.

-Dijiste que nada de fuegos artificiales… esto es llamativo-

-Amor, no puedo explotar tan fácil, aunque sea muy candente-

Rodo los ojos y chasqueo la lengua- No hagas que cambie mi respuesta a "me lo pensare"-

-Este producto no es retornable- dijo Harry entrelazando sus dedos de una mano- Nada de cambios ni devoluciones una vez adquirido-

-Creo que hice una mala adquisición- dijo Hermione poniendo sus pies sobre los de Harry, cruzando el otro brazo tras su nuca y tan cerca que solo veía sus ojos esmeralda- Aunque pudo ser peor-

-Supongo que Crabbe y Goyle siguen solteros- dijo Harry riéndose y alzando ambas cejas- Y serán fáciles de conquistar, de alimentar es otra cosa-

-Pero que tonterías dices, no, no y no- negó Hermione varias veces sintiéndose feliz- Y acaso no te viste esta tarde… comiste como por ocho-

-Y me quede con hambre…-

-¿Qué?-

-Es broma-

-En definitiva quiero una devolución-

{Te amo Hermione} dijo Harry girando con lentitud en el aire, mirándola con cariño, mientras juntaba su frente con la de ella.

Se sorprendió un poco por la voz en su mente, aun así sonrió, sus ojos se llenaron de lágrimas y le beso {También te amo Harry}

{Creí que no me lo preguntarías} comento Hermione en su mente mordiéndole un poco el labio {No pensé que…fuera aquí… siempre escoges los escenarios peores amor} Coloco su cabeza en el pecho de Harry.

{Siento tardar tanto… es el cambio de horario} rio Harry acariciando su cabello y continuando girando y volando subiendo más y más. {Pero nunca lo olvide. Esperaba otro momento, aunque mi ansia me gano}

{No importa. Me faltaste tanto este tiempo} dijo Hermione mientras unas lágrimas salían de su rostro mojando la camisa de su prometido.

Siguieron un buen rato subiendo, sin darse cuenta que alcanzaron una altura considerable viendo el la luz de la luna resplandeciendo en cada nube y proyectando una luz mágica en ellos. Ninguno de los dos se percató de cuánto tiempo paso estando juntos, solo besándose, acariciándose y suspirando el uno por el otro.

-Harry, será mejor que regresemos-dijo Hermione después de un gran rato.

-De acuerdo-dijo Harry abrazándola por la cintura -Te sigo… después de todo no puedo desaparecer –

-Te enseñare-

Desaparecieron desde el cielo y llegaron al bosque de Queens Wood, ingresaron a Camelot cansados y felices. Adentro no fueron a sus habitaciones, según Harry habían dicho todos que no podían dormir en la misma cama, pero nunca mencionaron nada del sofá, por lo cual se recostaron en el más grande y abrazados durmieron con amplias sonrisas en sus labios. Con las manos entrelazadas y un anillo destellando a la luz de la chimenea.