No puedo decir que me tarde por algo importante… la verdad es que mi inspiración estaba completamente destrozada, y no pude escribir más de quinientas palabras en dos días… y créanme es algo que… pues nunca me paso. O no por tanto tiempo… que yo recuerde.
Y dejando eso de lado, déjenme decirle que… que vayamos a lo que importa, el capítulo. Así que comencemos lo antes posible.
Espero que les agrade.
Sin más les dejo que lean, disfruten y dejen su comentario.
Los personajes le pertenecen a J. K. Rowling
Dedicatoria a: Jhoana Katte
°~!°~!°~!°~!°~!°~!°~! Para la chica que me ayuda cada vez que estoy al fondo del pozo y solo puedo ver el cielo oscuro. A aquella que me ayuda a salir, para poder mirar las estrellas en el cielo y disfrutar de la luz de la luna°~!°~!°~!°~!°~!°~!°~!
Capítulo 83.- Regalos de un Arcano.
Dormir en los brazos de su prometido, no solo le era confortable, también le dio uno de los mejores descansos en meses. Su sueño fue tan tranquilo que le apetecía no despertar. Sin en cambio empezó a escuchar voces, la de Harry y su padre, se despertó encontrándose una escena un tanto rara. Ambos parecían tener una discusión un poco entretenida pero rara.
Su padre reclamo, de inmediato, el que durmiera en el mismo lugar que Harry, pero su prometido le quito de encima cualquier cuestionario con su aumentado apetito. No pudo evitar reírse por saber que, en parte Harry, solo estaba siguiendo a su instinto y, la otra parte era, que le estaba evitando una charla larga.
Ese día fue rápido, con algunas pláticas y la llegada de los señores Longbottom a Camelot, además del señor Weasley. Pasaron con tranquilidad horas, se sentía como nunca antes, en paz y completa por primera vez en meses. También algo nerviosa, las cosas cambiarían con Harry presente, notaba en su mirada que ya estaba haciendo planes para lo que realizaría y aunque no parecía que lo tuviera bien cimentado, su intuición le decía que sería grande y algo que a ella no se le ocurrió.
Al siguiente día planeaba llevar a todos a la sala de entrenamiento y crear un nuevo entrenamiento conjunto. Por lo que vio en la reciente batalla, Harry, tenía un poder descomunal y podía hacer cosas que solo un mago muy antiguo, como Merlín, podría realizar. Estaba segura de que Harry les enseñaría sus nuevas habilidades, cosa que a los demás les estaba manteniendo al máximo de sus capacidades.
Aunque pensaba que antes tenía que demostrarle a Harry que se defenderían bien y que su magia era fuerte o de lo contrario intentaría proteger a todos y se pondría en peligro incalculable.
Como los últimos días Harry comía por cuatro o cinco personas y eso parecía no cambiar. Y estaba bien, por lo que comentaba Sofi, su desnutrición estaba a punto de ser curada, su cuerpo ya estaba sanado de sus últimos daños y parecía más fuerte que nunca. Claro que le reprendía, de vez en cuando, por haber olvidado algunos de sus modales, pero poco a poco lo regresaría al cauce.
Terminaban de desayunar cuando -Hija, al terminar ¿Podemos hablar?-pregunto su madre con una leve sonrisa.
-Si claro- le dijo, con curiosidad por lo que podría decirle, más no se preocupó, cualquier cosa de la hablaran seria tratada lo mejor posible. La conocía bien, si tenía algún problema lo discutirían hasta llegar a la solución.
Cuando se levantaron para ir a charlar en un lugar privado, vio a Harry seguirles con la mirada a ambas. Si ella se dio cuenta, también su madre y no tardo en reírse un poco.
-Tranquilo Harry, solo atenderé un par de cosas con tu novia- dijo su madre sonriéndole con algo de dulzura a su prometido.
Vio el gesto de Harry, como si un viento frio le subiera la espalda y un poco de terror se plantara en su cara. También se rio un poco, porque aun con todo ese nivel de magia le tuviera miedo a su futura suegra. Lo dejaron en medio del postre, o mejor dicho de su tercer postre. En la sala no estaba nadie, los Pendragon estaban seguramente ya en el campo de entrenamiento, la señora Weasley en alguna parte de la casa ayudando a los elfos, junto con los señores Dursley, Dudley y Narcisa. En cuanto a Sirius, el probablemente seguía dormido o en alguna misión de Dumbledore. Por lo cual tenían el lugar para ellas.
-y ¿Qué sucede mamá?-pregunto Hermione sentándose a su lado y mirándola de soslayo.
-¿Qué no ha pasado hija?-dijo su madre con un tono extraño.-Tu padre quejándose y molestándome porque su niña no le hace caso, ustedes dos apareciendo siempre dormidos en el mismo lugar, además de que se han, Harry y tú, escapándose para comprometerse-
El tono de la piel de Hermione palideció un poco, aunque de todas formas levanto su mano izquierda mostrando el anillo de compromiso. Ni siquiera paso por su mente ocultarlo, no era algo que la avergonzara, ni siquiera algo que quisiera mantener para ella. Si ni Harry, ni ella había dicho públicamente su compromiso, era por aquellos, como la señora Weasley o Lupin, que les pondrían mil trabas y les intentarían cambiar de opinión.
No podía mentirle a nadie sobre su compromiso, si preguntaban o le decían como su madre, no lo negaría.
-Antes de que se… fuera al archipiélago…- comenzó Hermione mirando las gemas que eran contenidas por un infinito.- Me propuso que nos casáramos. No. Incluso antes de eso, cuando nos volvimos novios nos enteramos que estábamos unidos por algo poderoso…algo mágico… supimos que llegaría un día en que nuestras vidas quedarían enlazadas.-
-¿Hace tres años?-pregunto su madre sorprendida.- Eso no me lo habías dicho-
-Era solo una posibilidad en ese momento… luego fue un deseo entre ambos, y cuando se marchó una promesa… una que nos mantuvo unidos a pesar del tiempo y la distancia- dijo Hermione soltando un suspiro y sonriéndole.
-Entiendo- dijo su madre tomándole las manos- Por eso lo llevabas en la mano equivocada. Me preguntaba si era porque querían ocultarlo, veo que no estaba ni cerca de la verdad-
-Me lo propuso en la batalla, pero no acepte. - dijo Hermione con unas leves lágrimas en los ojos- Es testarudo, demasiado recto y se guía por su corazón, si nos comprometíamos en ese preciso momento se quedaría a mi lado y dejaría pasar la oportunidad de volverse tan poderoso como lo es ahora. No podía ser tan egoísta. ¿Y si el después me odiaba por evitar que fuera?-
-Mi niña, siempre pensando de mas- se rio su madre abrazándola y acariciándole el cabello- No creo que él lo viera de esa forma, ni en mil años. - Se quedaron en silencio unos momentos y luego su madre se rio un poco, como si un pensamiento divertido le cruzara la mente- Así que… ¿Se escaparon para que volviera a pedir tu mano?-
-Técnicamente… no- dijo Hermione separándose un poco y suspirando- Harry fue a ver a sus padres- vio el desconcierto en la mirada de su madre, pero continuo- Fuimos al cementerio del valle de Godric y… no sé cómo o por qué, pero decidió pedírmelo ahí y… conteste que si-
-¿En un cementerio?-pregunto su madre separándose con una mirada preocupada- No es muy detallista y romántico ¿O sí?-
Hermione se rio un poco, pensando en los otros lugares donde le hizo propuestas parecidas; un bosque tenebroso, junto al lago oscuro con el frio del invierno, en una batalla de espaldas a un portal al infierno y en un cementerio bajo la luz de luna. No era precisamente lugares idóneos, pero estaban los dos juntos y, de alguna forma, ella quiso que lo hiciera.
-Ciertamente no fue el mejor lugar.- Dijo Hermione sujetando su mano izquierda y mirando el anillo resplandeciente- Pero no lo cambiaria ni un poco-
-Me alegra verte de nuevo tan feliz- contesto su madre tomándole las manos- Te aseguro que por mí no existe ningún problema, he visto que clase de muchacho es y me alegra que estén juntos.-
-Gracias mamá, te quiero tanto- Dijo Hermione abrazándole.
-Solo una cosa- dijo besándole la frente- No me den nietos tan pronto-
-¡MAMÁ!-dijo Hermione completamente sorprendida y comenzando a sentir calor- ¡Él y yo no… aun… nada!-
-Eso me parece bien, por ahora, y a tu padre mejor ni te digo. - rio su madre acariciándole la mejilla- Aun así yo creo que ustedes dos deben esperar mucho más, no interferiré y den ese paso ustedes solos. Aunque algún que otro consejo puedo….-
-Dime que no vamos a donde creo que va la conversación… No quiero esta conversación- comento Hermione viéndose que tardaría un par de horas de terminar de hablar con su madre, tal vez más que solo un par, esperaba que no se le fuera toda la tarde.
-Lo siento jovencita, tu madre tiene una responsabilidad y el deber de darte algunos consejos- dijo con una mirada que daba a entender que no tendría escapatoria.- Sobre todo para la convivencia con tu pareja-
-Esto se pondrá raro-
Las siguientes tres horas fueron la combinación de una situación algo vergonzosa e, aunque no lo admitiría a viva voz, informativa. Cuando al fin termino, solamente se paró su madre y se fue, cosa que le sirvió, tenía muchas cosas que pensar y procesar de lo que le conto y platicaron.
Esperaba tranquilamente en la sala, sujetando su mano izquierda y suspirando por que no tuviera que ocultarlo de su familia. Según su madre, trataría el asunto con su padre poco a poco y lo prepararía para la bomba.
-¿Qué paso?-pregunto Harry cuando entro y se sentó a su lado, tomando su mano y apretándola- No me digas que es por haber dormido en la sala-
Negó con la cabeza y le sonrió sintiendo ese calor que le daba, la tranquilidad que solo su presencia le daba. Y con la plática con su madre, no pudo evitar querer que llegara el día en que se cazaran.
- Mamá nos dio su bendición-le dijo al oído.
La sorpresa de Harry fue algo que esperaba, que quedara atónito y que luciera como si no pudiera entenderla, fue gracioso. -¡Ah!- salió de sus labios con un tono raro. Luego comenzó a balbucear cosas incomprensibles y la verdad era, que aunque fuera muy poderoso e imponente, aún era temeroso en ciertos temas.
{Estoy muy feliz} dijo Harry al final, aunque su rostro lucía un poco avergonzado por su anterior despliegue de torpeza {Pero si tu padre se entera me mata}
-Creo que me siento un poco idiota aquí con ustedes dándose esas miraditas- murmuro Sirius que también estaba presente, pero con la emoción de que su madre supiera su compromiso, lo olvido.
Durante esos días, la paso entrenando a los Pendragón, sobre todo a las chicas que querían aprender ciertas habilidades mágicas. Como Luna que estaba interesada en el manejo de marionetas, o Daphne que no paraba de intentar de reforzar su cuerpo con magia. En un principio pensó que la magia de Utgar le iría bien, cosa que no resulto del todo, aquella magia requería una enorme cantidad de magia y el desgaste de su cuerpo era mucho. La primera vez que Daphne lo intento, se cubrió de un aura verde (cosa que la desconcertó, ya que había visto a Harry cubrirse de un aura amarilla), y luego moverse a una velocidad que le hizo estrellarse contra una enorme piedra. Su cara termino con un moretón, y el cuerpo le dolía. Lo intento nuevamente, solo logrando controlarlo por un minuto antes de que desapareciera por completo.
Al contrario Luna comenzó con cosas fáciles, como un par de muñecos que creo para ver como lo hacía, logrando controlar de seis a ocho pequeños muñecos al mismo tiempo. Charlaba con ellos y se reía como si le contestaran, cosa rara pero que dejaron pasar, no es como si no conocieran a un chico que hablara con dragones y criaturas mágicas. El agotamiento recibido por dicha habilidad fue igual de grande que la de Utgar, al terminar de ocuparla termino soñolienta y mareada.
Sofi era la más avanzada en su propia especialidad, luego de haber entrenado con Madame Pomfrey y de tener el diario de Meredi, se podría decir que casi podía curar lo que fuera. Pero Hermione no le daba tregua con el entrenamiento de ataque y defensa, era muy estricta, luego de lo que paso en la batalla, no estaba dándole opción. De forma que estaba avanzando lento en su defensa mágica.
Ese día pasaba riéndose por la sala, divertidas por ver a Daphne auto golpearse contra la roca, en un acontecimiento raro que hizo que le dejo un lindo morado bajo el ojo. Pero algo las desconcertó, la voz de Ron decía que lo bajaran y que no fue su intención hacerle algo a Marlow, y otras cosas que no entendieron.
Encontraron a Ron colgado de los tobillos, Harry y Marlow desfrutando de la vista. -¡¿Quién dejo a mi novio colgado?!-pregunto Daphne furiosa, mucho más por sus anteriores burlas hacia su pequeño accidente.
-Marlow- dijo Harry saltando y al Bowtruckle que con su garra le regresaba el gesto.
Luego sin esperar salieron corriendo por el ventanal, casi parecía que huía de un crimen horrible.
-¿Enserio Harry?-pregunto Daphne siguiéndolo a la ventana-Huyes de unas simples e indefensas chicas-
-¿Chicas indefensas?-pregunto Ron retorciéndose en el aire- Eso no lo creen ni ustedes… espera no, cariño, no -
Daphne bufaba de furia y caminaba hacia el pelirrojo con una cara que daba a entender que sería implacable con su novio.
-Oye… ¿Qué te paso? Tienes la mejilla morada- dijo Ron quedándose quieto y sorprendido.- ¡Quien te pego!-
-¡CALLATE RONALD WAESLEY!-
Luego de calmaran a Daphne y que evitaran que lo agarrara como piñata, bajaron a Ron y este salió detrás de la su rubia novia que no paraba de decir palabrotas.
Fueron a bañarse, para refrescarse y, quitarse el sudor y tierra de encima. Al finalizar se secaba el cabello, caminando directo al comedor, donde seguramente encontraría a Harry, últimamente era su lugar favorito.
-¡Hermione!- dijo Sofi corriendo detrás de ella.
-¿Qué pasa?-pregunto Hermione mirando que venía agitada y con una cara molesta.- ¿Algún problema?-
-Una carta llego a la lechuceria, Hedwig me la dio, supongo que tampoco le agrada mucho- dijo Sofi pasando el pergamino bien envuelto.
En cuanto vio la letra supo porque a Sofi no le agradaba, era de parte de Viktor. La abrió ahí mismo en el pasillo, y leyendo lo más rápido que pudo.
-Y ¿Qué dice el cabeza de Quaffle?-pregunto Sofi con las manos en la cadera.
-Me recuerda que mañana llegara a Londres y se quedara en el caldero chorreante… - dijo Hermione sin animo.- Quiere que nos veamos -
No quería ir realmente, por mucho que fuera su amigo y que tuviera un leve interés en lo que le dijera, le parecía mucho mejor pasar ese día a lado de Harry, aunque no hicieran nada.
-Y ¿Iras?-pregunto Sofi con un poco de enojo en la voz.
-Tengo que ir- contesto Hermione metiendo el pergamino en su bolsillo sin cuidado alguno- Pensaba esperar hasta después de las fiestas, pero ya que veré a Viktor aprovechare para ir también con los gemelos y recoger lo que les pedí-
La pequeña hermana de su prometido coloco las manos en la cadera y alzo una ceja, luciendo además de algo preocupada, un poco molesta.
-Solo es un amigo-
-Un amigo que te beso y que según los periódicos del profeta, era tu "otro" novio. ¿Que pensaran si ahora los ven juntos? Más cuando Harry esta "muerto"- pregunto Sofi mirándola seria- Ya tuvimos a un idiota con, casi todas, las costillas rotas y un leve hemorragia interna… no quiero tener que hacerle crecer las extremidades a otro-
-¿Y si no voy sola?- le pregunto Hermione, continuando su camino.- Podría llevarme a Daphne con la excusa de lo que recogeremos en la tienda de los gemelos. Y aparte sirve de que le hecha esos ojos de basilisco ¿Te parece?-
-Suena a algo mejor-
El veinte estaba ya lista para ir al caldero chorreante, acababan de desayunar y a punto de irse de Camelot cuando Daphne, a su lado, comenzó otra vez a quejarse.- ¿Pero por qué tengo que ser yo? Sofi haría el mismo trabajo-
-Sofi puede estar en peligro si sale de Camelot, la intentaron secuestrar por algo. -dijo Hermione tirando de su brazo.- Luna fue tomada por la abuela de Neville para unas lecciones especiales, aunque la vi escondiéndose en los jardines. Y no quiero preguntarle si quieren ir y que la furia de ambas caiga sobre mi.-
-Que vaya Neville o Ron- gruño Daphne.
-Ron y Neville son fieles a Harry, no quiero que esto termine con Viktor golpeado en primera plana- contesto Hermione rodando los ojos y traspasando al comedor.
-¿Tanto te preocupa Viktor?-pregunto Daphne con ese el tono de serpiente, que daba a entender que estaba a punto de inyectar su veneno.- Pobre Har…-
-Primera Viktor es también amigo de Harry, Segunda me preocupa que se cree un escándalo de nada y por ultima deja de insinuar cosas tontas Grengrass- Contesto Hermione con una mirada seria sobre su amiga.
-Para que me necesitas, nada más mírate en un espejo, das miedo con ese rostro-
Soltó un resoplido y miro el techo girando los ojos.
-No hagas renegar a mi amor, ¿Quieres Daphne?- dijo Harry entrando a la cocina, cepillando su cabello y bostezando mucho, su pelo seguía igual de enredado que siempre, pero algo aplastado por la almohada.
-Ya llego su caballero de la armadura oxidada- dijo Daphne riéndose.-Sabes ahora salíamos de Camelot, tenemos algo de prisa-
-Cierto- dijo Harry sonriendo, cosa que la rubia no esperaba- Me saludan a Viktor y dile que espero no plantar mi puño en su rostro de nuevo… ahora no se si solo le rompería la nariz… mejor apunto a un lugar menos necesario-
-No puedo decirle eso- dijo Hermione con tono de reproche y tomándole la mano- No puedo comentarle que ya has regresado, si alguien lo escucha, tu fachada se descubrirá-
-Claro… mi estatus de muerto- gruño Harry metiendo la mano dentro de su playera y sobando una de sus viejas heridas, en el proceso descubriendo su abdomen, haciéndola sonrojar. Aunque le preocupaba que aun tuviera dolor en sus heridas a pesar de estar curadas.- Como sea. ¿Regresas para la comida?-
-Yo supongo que si- dijo Hermione parándose un poco sobre sus dedos de los pies para darle un beso. No podía creer que tan solo unos meses atrás tuvieran la misma estatura y ahora ella solo alcanzara su hombro.- Regreso en un rato-
-Adiós Harry- se despidió Daphne un poco más entusiasmada en ir con ella, no le daba buena espina eso.
Fueron a la sala en lugar de salir afuera, las razones eran simples; afuera todo estaba cubierto de nieve y el frio debía ser demencial; llegar a Londres desde Queen Woods no era difícil, ciertamente tendrían que caminar media hora y luego tomar un trasporte que los llevara al centro; La desaparición requería también de salir de Camelot, pero con el temporal de afuera no apetecía. La solución era fácil, ir por medio de la red Flu directamente al caldero chorreante.
La primera vez en la mansión se preguntó por qué, encima de la chimenea, existía un frasco con polvos Flu, en esos momentos aceptaba que eran útiles. Arrojaron un puño de polvos al fuego y cruzaron diciendo claramente a donde irían. Con la mayor honestidad del mundo, sentirse girar en un vórtice de fuego verde y que la ceniza se le pegara a la piel y que aspirara un poco, no era la mejor forma de viajar.
Llego después de Daphne, la cual estaba quitándose el tizne del cabello con la varita, moviéndola de arriba a abajo de su cuerpo desprendiendo las motas negras.
Mientras seguía la acción de su amiga, miro a su alrededor, el caldero chorreante estaba lúgubre al ser iluminados con un par de velas, y los clientes estaban muy esparcidos y callados. Tom, el viejo tabernero, se encontraba enfurruñado en la barra, pasando las páginas de una revista. Ni parecía percibir su llegada.
-Buenos días, ¿Viktor Krum se encuentra aquí?-pregunto Hermione acercándose a la abarra y esperando no ser inoportuna.
-Ho… si, llego anoche- dijo Tom distraído y pasando a otra página -¿Lo puedes creer? Un par de chiquillos capturando a más de treinta Mortifagos sin ayuda y el ministerio completo apenas logrando capturar a tres, esto no pinta nada bien-
-Hacen lo que se puede- dijo Hermione no queriendo darle la razón, y tampoco queriendo poner a un civil contra el ministerio. Aunque ya seguramente tenía a un gran grupo de personas descontentas.- Le puede avisar que ya llegamos-
-¿De parte de quiiiie…- comenzó Tom con una leve mueca de fastidio, pero al alzar la vista abrió la boca y casi la mandíbula se le cae. No era el hombre más simpático, tampoco el más feo, pero con esa mueca le dio un toque a una Banshee.
Miro su revista y cerro de golpe, en la portada se vio algo que la desconcertó, la misma foto del profeta cuando atacaron los Mortifagos Hogwarts. Donde los siete estaban y como título tenía "los generales dragón" con llamas que cambiaban de colores, y hasta abajo decía "La soltera y codiciada Sarcedotiza Runica peleando por su colegio Pendragon". Daphne no pudo evitar hacer un ruido a risa ahogada y llevarse la mano a la boca. ¿Soltera y codiciada? Ella no estaba soltera y hacia un par de años que todo el mundo la tachaba de una cualquiera que buscaba fama ¿Cómo cambiaron las tornas?
-¡Lo siento profesora, no me di cuenta que era usted, le solicito que le dé su perdón a este humilde e idiota tabernero!- dijo Tom inclinándose varias veces seguidas.- Y también lo siento, mi señora Condesa -
-¿Ehh?-dejaron salir ambas.
El silencioso lugar dejo de serlo, las miradas voltearon a ellas dos y al percatarse de por qué Tom estaba casi a punto de besar el suelo a sus pies, se levantaron, y comenzaron a rodearlas. Dieron inclinaciones, algunas palabras que no entendían por el ruido y les daban saludo tras saludo.
-Un gusto profesora, no creí encontrarme con usted en este lugar- dijo un mago regordete y bajo que estaba rojo, y no era una forma de hablar de un sonrojo, era el color de su piel por alguna razón.
Fue empujado por una bruja más alta que ella, casi haciéndole mirar hacia arriba y provocando que la señora se inclinara. Le apretó la mano entre las suyas, y las agito con tanta fuerza que pensó que deseaba arrancarle el brazo completo. -Usula Plant, secretaria de relaciones y conexiones mágicas internacionales, un gusto conocerlas, de verdad es un placer-
-Es un gusto también- dijo Hermione tirando de su mano para que no se la arrancara por la fuerza con que la saludaba. Miro a Daphne que del otro lado estaba acorralada entre dos chicas, más grandes y que le alababan por su apariencia y que fuera novia de uno de los diez magos más guapo de Hogwarts (Cosa que ninguna de las dos conocía y que pensaban exagerado, sobre todo Hermione).
Antes de que pasara diez minutos, había saludado de ocho a diez personas, y cada una la atosigaba con preguntas que ni le dejaban responder antes de lanzarle alguna alabanza y luego inmediatamente otra pregunta.
En algún punto, entre Amanda Silk, amiga de Ursula, y Antony McSulamet comerciante de artículos mágicos, tomo a Daphne de la mano y la arrastro lo más posible a las escaleras.
-¿En que habitación dijo que estaba Viktor?-pregunto Hermione a Tom, evitando tener contacto visual con cualquiera.
-Cuarto quince, puede subir profesora- dijo Tom interponiéndose entre los que estaban en la taberna y ellas.
Sin pensarlo dos veces comenzaron a subir al cuarto de Viktor, esperaba que no se molestara por interrumpirlo ahí, pero con tanta gente que le saludaba y hacia un cuestionario al mismo tiempo le era imposible seguir ahí parada.
-Que molestos- dijo Daphne bufando y sobándose el cuello- No puedo creer que esas chicas dijeran que Ron es una adonis-
-¿Lo dices por qué no lo es o porque es tu novio y no te agrado que ellas lo dijeran?-pregunto Hermione recorriendo el pasillo, cada cuarto marcado con un número. Aun recordaba como el cuarto de Harry siempre era el 11 y como Tom se la paso presumiendo que el "niño que vivió" se quedaba en su local.
-La segunda, Ron es guapo- gruño Daphne mirándole de reojo.
-Aja, si tú lo dices- dijo Hermione no queriendo meterse en camisa de once varas.-Aquí es-
Ambas vieron el número sobre una puerta negra y descuadrada que se acomodaba en un pasillo mal hecho y que serpenteaba por alguna razón. Tocaron la puerta y escucharon algo moverse del otro lado.
El ojo de buey de la puerta se abrió y luego la puerta mostro a Viktor Krum, con su tosca figura, su cabello más largo y retirado hacia atrás. Parecía haber ganado aún más musculatura, su cara de malas pulgas era pero con los años. Más sonrió, una sonrisa que era débil pero demostraba la felicidad de verla.
-¡Hermione!- dijo Viktor alzando los brazos y tomándola entre ellos- Esperaba tu llegada, pero creí que me avisarían- hecho una mirada a Daphne y su sonrisa desapareció- Eres Daphne ¿Cierto? Me han contado y enterado mucho de ti-
-Espero que solo cosas buenas- murmuro Daphne estirando la mano.- Es un gusto al fin conocerte de frente, porque ¿Quién no conoce a Viktor Krum, el afamado y joven buscador de la selección de Bulgaria?-
-Digo lo mismo de ustedes- dijo Viktor riéndose un poco torpe -La famosa Diva guerrera, Sacerdotisa Rúnica que peleo contra el que no debe ser nombrado y su amiga, la condesa Astuta. Creo que has ganado más renombre que yo ¿No crees?-
-Bueno, no estamos aquí para presumir eso- dijo Hermione, al ver que el rostro de Daphne cambiaba un poco a enojada, era obvio que el que Viktor la nombrara solo como "su amiga" le llevo a que le viera como si buscara pelea- ¿Podemos pasar?-
La mirada de Viktor fue hacia adentro y negó de inmediato- Mejor vamos al callejón, en este momento está la habitación muy desordenada-
Cosa que le daba igual, no tenía intención de quedarse mucho y si pasaban por la tienda de los gemelos aprovecharía para recoger sus cosas.
Esperaron a que Viktor saliera con un grueso abrigo negro de alguna clase de criatura. Durante parte del trayecto se quedaron callados, primeramente porque Daphne se le aferro al brazo y le lanzaba al búlgaro unas miradas bastante dura (Lo que le dijo le toco una fibra sensible). Al llegar a la parte de atrás de la taberna, se notó el cambio de temperatura, el rostro le escoció un poco y el vaho de sus bocas fue bastante notable. Con un poco de torpeza Viktor toco con su varita los ladrillos de la pared, noto cuando la manga del abrigo se alzó y la pulsera de campeón quedo expuesta, plateada y con un toque dorado por el cuerno de Graphorn.
En ese momento le hizo recordar más cuando estaba incrustado en la pierna de su prometido, y se preguntó si la marca que debió dejar en la piel de Harry era grande. Técnicamente vio todas sus cicatrices de la cintura para arriba, pero sus piernas también debían estar muy marcadas. No creía que el cuerno de Graphorn fuera el único que le hirió sus piernas. Y ahora que lo recordaba ¿No también, un par de días antes de la primera prueba del torneo, llego al gran comedor herido de la piernas?
-¿Estas bien Hermi?-pregunto Daphne tirando de ella.- Parecías… afligida-
-Un… doloroso recuerdo- dijo Hermione sonriéndole- Uno que no me pertenece, pero de igual forma me hace doler el pecho-
-¿Harry?-pregunto Viktor mirándole con seriedad, luego bajo los ojos al piso y continuo con un- Lamento su muerte. En cuanto me entere de ello… quise venir y darte el pésame… pero supuse que lo que menos querías era escuchar eso. Harry era una gran persona-
Ninguna contesto, en su lugar dejaron al búlgaro con la palabra en la boca y se adentraron al callejón Diagon. No querían ser descorteses, más si lo hacían seguramente dirían algo erróneo y que lo contradijeran, ya que en ese mismo momento Harry estaba desayunando en Camelot. Tal vez terminando con su décimo plato y comenzando con el postre.
-Primero vamos a Weasely & Weasley- dijo Hermione para cambiar el ánimo.
El viaje fue rápido, primero porque el callejón estaba desierto, el frio y el temor eran algo que mantenía a la mayoría encerrado en sus casas. Y segunda porque Viktor no dijo nada más en el largo tramo de tiendas, aunque Daphne estaba platicando mucho con Hermione. Parecía que esperaba solo hablar con ella, lo conocía y sabía que no era tan platicador, pero no tan callado tampoco.
Al ingresar a la tienda de los gemelos, se encontraron un par de jóvenes chicas murmurando y riendo cerca de las opciones de amor, a unos señores mirando con miedo los "lord Kakadura" y a las dos tenderas moviendo cajas y acomodando cosas. Le alegraba que incluso en esos momentos las cosas le fueran más o menos bien a los gemelos.
-¡He, Fredy tenemos a un par de VIP en la tienda!- dijo una voz estridente saliendo debajo del mostrador, llevaba un sombrero morado y tenía unos lentes con ojos saltones en su cara.-¡Mi clienta favorita, y mi Cuñada serpentil!-
-¡Fred!- Gruño Daphne alzando la mano en una seña nada bonita.
-¡Que grosera!- dijo Fred bajando por las escaleras con el pelo revuelto y con unas leves ojeras.-¡Uno aquí feliz de tenerlas con nosotros y tú nos haces eso… le diré a mi hermanito que no le convienes!-
-Como si Ron les fuera a hacer caso-dijo Daphne ufana- Ustedes son molestos-
-¡¿Nosotros?!-Dijeren ambos.
-Nos ofendes mujer- dijo Gorgue levantándose los lentes, dejando que el par falso se balanceara por toda su frente.- Debiste decir: increíblemente molestos o supremos en molestar, incluso aceptaría los más guapos bromistas-
-¡Ni en sus sueños les diré así!- dijo Daphne rodando los ojos.
-¿Esto es enserio?-murmuro Viktor alzando una ceja.
-Y ¿Qué haces junto al muñeco con esteroides?-pregunto Fred dirigiéndose a Hermione y señalando a Krum a su lado.
-Primero que nada… ¿Cómo saben que son los esteroides?-pregunto Hermione caminando a ellos, seguida de Viktor que no parecía ignorar el insulto del pelirrojo o tal vez no lo entendio.
-Papá no es al único que le gusta las cosas muggles ¿Sabes?-dijo George sacando sus lentes y dejándolos en el mostrador-Mira lo que encontramos en un mercado de pulgas, pensamos hacerlos en masa con algún clase de hechizo para los ojos o parecido ¿No es increíble lo que hacen sin magia?-
-¿Por qué los muggles crearían un mercado donde se venden pulgas?-pregunto Viktor rascándose la barbilla.- Y eso se ve estúpido-
Los gemelos le vieron, nunca les vio realmente ofendidos, en ese momento parecía por completo insultados y con un rostro irritado. Era como si acabaran de insultar a toda su familia, abofetearlos en el rostro y aun peor (para ellos) decir que sus bromas no eran graciosas.
-Como decíamos…- dijo Fred quitando la mirada del búlgaro-¿Qué necesitan señoritas hermosas? Tenemos de todo, desde calcetines anti olor hasta nuestro nuevo producto…- con los dedos dio un redoble de tambores en mostrador.
-... el libro de insultos listos- Termino George sacando un pequeño libro de mano- Ábrelo y en su interior aparecerán los insultos más destacados del mes, como "miren a ese enorme Baladí" -continuo señalando a Krum, cosa que a Daphne le saco una sonrisa y a Hermione una mueca de preocupación- o el tan afamado "El cenutrio que no comprende nada" y no mencionemos el…-
-Ya basta chicos.- dijo Hermione evitando lo que podía ser una pelea entre los tres chicos. Aunque Krum parecía no importarle, o no entenderlo del todo.- ni ustedes han de comprender esos insultos -
-En eso… puede que tengas un punto-Murmuro George viendo a otro lado.
-He venido aquí por otra cosa-
-A te refieres al secretísimo que tienes, y la enorme estafa en la que nos hiciste caer- dijo Fred sacando otro libro parecido al que tenía su hermano, y dejando en manos de Daphne- Por si Ron es un idiota contigo-
-¿Secretísimo?-pregunto Viktor alzando una ceja.-¿De qué se trata?-
-¿Qué parte de la palabra no entendiste?-preguntaron ambos pelirrojos con unas sonrisas algo burlonas.
-¿Qué les dije? Es mi última advertencia- dijo Hermione ya algo molesta, señalando a los gemelos y Viktor, dando un ligero chasquido de lengua, luego giro al mostrador y dejo el monedero encima- ¿Puedes ponerlo todo adentro?-
-Claro que si- contesto George tirando el otro libro grosero que fabricaron al monedero, cosa que no tenía ninguna utilidad para ella. - ¿No quieres algo más? Tenemos unos buenos dulces también que desearíamos que probara, creemos que es el indicado para ser el primero-le guiño el ojo sin que le vieran.
-Por favor, solo quiero mis cosas- dijo Hermione a punto de darles un par de coscorrones. Si hablaban de esa forma, todo el mundo sabría pronto que tenían algo oculto y ese algo era una persona, que sin lugar a dudas era Harry.
-Que aburrida- murmuro Fred y suspiro, tomo el monedero y lo peso como si esperara encontrarlo lleno de monedas- Danos cinco minutos, está en la trastienda-
En lo que los gemelos estaban metiendo cada artículo que les pidió, Daphne, curiosa, abrió el libro insultos que estaban en un pequeño que le dieron. Se reía con algunos y con otros le parecía que no los comprendía del todo. Lo raro es que solo abría el libro una y otra vez en medio. Supuso que el tamaño y el grosor era broma y al abrirlo aparecía un nuevo insulto, en la misma página.
-¿Podemos salir un momento?-pregunto Viktor señalando con la cabeza y mirando a Daphne de reojo.
Por un momento dudo, luego asintió y lo siguió con sigilo junto con Krum. En el último momento, antes de salir, Daphne se percató que ambos salían, pero solo negó con la cabeza y continúo viendo el libro. Nunca la vio tan interesada en uno como en ese momento.
El blanco callejón les daba un poco de privacidad, pero si alguien se asomaba a la ventana la verían ahí con Viktor, aunque no estaban haciendo nada malo. Se pegó a la pared y se metió las manos en los bolsillos de su chamarra.
-Lamento todo lo que dijeron- inicio Hermione, mirando su cara algo molesta.- Después de lo que pasó y de lo que dijo el profeta de mí, no quedaste en una buena posición con ellos.-
-No importa- dijo Viktor sonriendo un poco y frotándose las manos una contra la otra- Yo quería hablarte de algo… es sobre…- la ceja de Hermione se alzó curiosa, aunque luego abrió los ojos al escuchar el-… nosotros-
-¿Nosotros? Viktor… no de nuevo- dijo Hermione lista para alejarse si era necesario. La anterior vez que comenzó con esa palabra, termino con ella golpeando su mejilla y con un titular que por poco provoca su rompimiento con Harry.
-Ya sé que no hubo un nosotros, y que aún no estas lista.- dijo Viktor tomando su hombro y sonriendo-He esperado a que lo de Harry pasara, a que tu estuvieras mejor y pudieras abrirte de nuevo. Y quisiera saber si… si… en un futuro pudiéramos intentarlo-
Un gruñido surgió de su propia boca. ¿Acaso era posible que escogiera peores palabras? Intento calmarse, diciéndose a sí misma que Viktor no tenía la culpa de no saber que Harry estaba vivo, de que ahora era su prometido y, que si no hubiera vuelto Harry, ni una década sería suficiente para poder volver a considerarlo. Aun así su molestia era grande.
-¡No!- dijo sin siquiera dejar que un segundo pasara. - ¡Es mejor que lo olvides por que no pasara!-
-¿Pero por qué?-pregunto desconcertado.
-No siento nada más que una amistad por ti- comenzó Hermione suspirando para no sacar la varita- Eso ya te lo he dicho una y otra vez, también porque mi corazón ya está ocupado por Harry, sin importar la situación-
-Se eso bien. Y no te pido que lo olvides, pero él quisiera que continuaras tu vida- dijo en voz algo baja y acercándose. -No dije que ahora mismo, ni siquiera el siguiente año, pregunte si en un futuro-
-No lo creo- dijo Hermione alzando las manos deteniéndolo su avance, alejando lo de sí. Pero fue un grave error, porque ante el blanco de la nieve, su anillo con gemas roja y rosa eran muy atrayentes a la mirada.
Le tomo la mano con fuerza, observo el anillo por un momento y luego le miro a los ojos con una clara molestia en ellos. No se dijeron nada al principio, parecía que Viktor le estaba dando la oportunidad de dar una excusa o decir que "no era lo que pensaba". Cosa que no podía hacer, porque era lo que pensaba y no daría alguna tonta excusa por eso que tanto le hacía feliz.
-Así que es por esto- dijo Viktor soltando su mano con la misma fuerza que la tomo-¿Estas comprometida?-
-Sí, me he comprometido-
El búlgaro llevo las manos al rostro y se la restregó como si intentara despertar de un sueño. Luego exploto sus emociones en el rostro, entre el enojo y la incredulidad.
-¡Debo ser tan idiota como creen tus amigos!- dijo Viktor dejando la mano sobre la pared- ¡Yo aquí intentando demostrar lo que siento por ti y tu ya incluso comprometida! ¡Sabes algo me sorprende bastante! ¡Creí que con la muerte de Harry no podrías ni voltear a ver a chico y resulta que incluso ya le has olvidado! ¡¿Tus amigos saben de esto?! ¡Por qué seguro que no están ni enterado de que le has dado la espalda al amor que tanto profesabas! ¡No sé ni cómo llamarte…-
-¡NO HABLES DE LO QUE NO SABES!- dijo Hermione con un tono tan molesto que incluso a ella le sorprendió- ¡Primero que nada, tú fuiste el que me cito, yo solo he venido por cortesía pero veo que fue un error!- le miro directamente y el búlgaro retrocedió- ¡Segunda yo amo a Harry, y ni tu ni nadie lo cambiara, si dices algo más te enviare a San Mungo sin dudarlo!-
Respiro intentando clamarse, el frio ayudaba pero no del todo ya que sentía las venas arder en coraje por sus palabras.
-¡Claro que saben mis amigos, y ellos están felices por nosotros, porque el también es su amigo y lo aprecian como no tienes idea!-gruño y pateo la nieve enviando una gran tanda lejos. Avanzo hacia Viktor, el cual retrocedió algo asustado-¡Y puedes llamarme como quieras, se quién soy y por qué me he prometido! ¡Te he considerado un amigo a pesar de que me hicieron mucho daño por tus palabras, de que casi destruyes lo mío con Harry! Y ahora ¡¿Me sales de nuevo con lo mismo?!-
-¡No cambies las cosas, tu eres la que esta con otro!-
-¡No seas estúpido!- Dijo Hermione plantando un dedo en su pecho y antes de que ambos lo supieran, el enorme búlgaro estaba sentado en la nieve- ¿Cómo si tú no hubieras venido a cortejarme? ¡Y te lo repito, no hables si no conoces todo lo que ha pasado!-
Hermione le miro desde arriba, ahí en el suelo con una mueca bastante enojada, la cual regreso con la misma intensidad. Soltó un suspiro antes de decirle -Es mejor que aquí terminemos esta discusión-
-Yo también lo creo, espero que te vaya muy bien con "ese"- dijo Viktor levantándose, sacudiéndose la nieve y dándole la espalda.- Te veo luego Hermione-
Lo miro caminar unos pasos lejos de la tienda, con los puños apretados y dando pisadas fuertes. Luciendo mucho más torpe de lo que podía ser realmente.
-Viktor- llamo Hermione ya a unos metros lejos de ella, volteo a verla aún muy enojado- Cuando lo veas, sabrás que todo lo que dije es cierto y que incluso tu estarás feliz de nuestro compromiso. Por eso no quiero que dejemos de ser amigos. Así que enfría tu mente, porque no todo es lo que crees, existen cosas que no puedo decirte por la seguridad de todos, así que no hagas conclusiones antes de ver las cosas con tus propios ojos-
Gruño, espero unos momentos como si lo procesara lento y asintió, luego se marchó a pasos más tranquilos. La compostura de Hermione se fue en cuanto lo perdió de vista, tomo sus manos y se las sobo con fuerza. Si no fuera porque estaba guardando el secreto del regreso de Harry, le hubiera gritado mucho más e incluso lo hubiera llevado inconsciente ante su prometido para que se tragara sus palabras. Cosa que podría ser malo para el búlgaro, si Harry descubría que pensó de ella en esos momentos, no estaba segura de como terminarían las cosas.
Para quitarse el reciente escenario, entro en la tienda nuevamente. Ahí estaba Daphne mirándole con ojos que decían ¿Qué paso?
-No quiero hablar de ello- dijo Hermione -¿Los gemelos?-
-No nos extrañes tanto- dijo Fred saliendo de la tras tienda con el monedero en mano y Gorgue le seguía con una leve sonrisa.- ¿Y el músculos farmacéuticos?-
-Dejen eso ya- dijo Hermione chasqueando la lengua-¿Todo va adentro?-
-Menos el roció- dijo Fred bostezando- Y también dile a "sabes tú quién" que esperamos nuestro regalo de navidad-
-¿Acaban de hablar de Voldemort o de Harry?-pregunto Daphne en su oído mientras salían de la tienda.
-Es un juego de palabras, creo. Por lo general es "quien tú sabes", y dijeron a Harry como "sabes tú quien" ¿Entiendes?- dijo Hermione intentando no molestarse más.
-La verdad, lo entiendo un poco, no del todo- contesto su amiga tomando su mano- Ahora ¿Te parece si vamos de compras?-
No podía ir peor el día ¿Cierto?
Pasaron varias tiendas desérticas comprando un par de cosas, incluso en una tienda de vestidos de gala. Después de unas dos horas en las que Daphne intento ponerle un vestido muy escotado, escogió uno sencillo, más de su tipo. Además de que casi se durmiera viendo a su rubia amiga cambiarse como cien diferentes vestidos, mirarse al espejo y negar, para continuar con su pasarela.
Regresaron a Camelot, después de que ambas tenían ya sus vestidos y un par de cosas más.
Agradeció no encontrar nuevamente a tanta gente en la taberna, y de que pudieran regresar casi de inmediato a la sala de Camelot. Donde Harry estaba sentado leyendo un libro, alzo la vista y les sonrió a ambas.
-¿Cómo les fue? Espero que se divirtieran- dijo Harry con una gran sonrisa, cosa que le hizo también sonreírle y acariciar su mejilla. Parecía increíble que olvidara lo que paso solo con eso- ¿Cómo esta Viktor?-
-Molesto- dijo suspirando del cansancio -Sera mejor que esperemos a que pase algo de tiempo antes de contactarlo-
-Le hiciste enfadar- dijo Harry besándole - Esa es mi chica…ahora la pregunta es ¿Qué te hizo para que tuvieras que defenderte?-
-No hablemos de eso- contesto Hermione colocando su cabeza en su cuello y dando una leve sonrisa-Ahora solo quiero estar junto a ti-
El resto de la semana se la paso entrenando a mayor velocidad, motivada porque de alguna forma solo necesitara una cosa más y pudiera realizar el ritual que tanto trabajo le costó investigar y conseguir cada aspecto que necesitaba. Aunque entre más lo pensaba, más dudas surgían.
Cada vez que subía de su entrenamiento veía a Harry platicando con sus padres, se veía cómodo con su madre, aunque receloso por tocar el tema del compromiso, en cambio con su padre era más bien cuidadoso con sus palabras.
Por insistencia de Harry tuvieron una pequeña reunión de navidad, cosa que aprovecho Daphne para arreglarle nuevamente el pelo, dos horas se quejó de sus bucles sin que pudiera defenderse. Ella se colocó el vestido nuevo, esperando que le gustara a Harry, no podía creer que en su reencuentro la viera con ese atuendo escogido por Tamara. No deseaba que creyera que esos eran sus gustos, así que escogió uno más cómodo y que era lo que ella se pondría en cualquier fiesta.
Casi todos sus amigos asistirían a Camelot, excepto algunos que no podrían o que no sería buena idea invitar (como Viktor).
Estaba terminando de arreglarse, cuando sintió muchas magias llegar, una tras otra y además de a Harry paseando entre todos, seguro saludando o agradeciendo que asistieran. Casi aseguraba que la mayoría preguntaba por su tiempo en el archipiélago Arcano, más Harry diseño algunas formas de evadir el tema.
-¡Me adelanto!- dijo Sofi algo emocionada, seguramente porque Colín asistiría.- Te veo abajo-
-Claro- dijo Hermione sonriéndole.
En cuanto desapareció por la puerta, Hermione saco de su monedero el enlistado de las cosas que le dieron los gemelos (Si le preguntaban, admitiría que habían hecho un buen trabajo, de otra forma no), estaba marcada con su letra, tachando lo que si tenía y lo que no. Lo único que faltaba era un ingrediente y podría comenzar con el ritual.
Tenía que preguntarle a McGonagall sobre eso, y hablar de lo que le pasaba sobre el ritual. Sus dudas aumentaban a cada segundo. Ahora que estaba Harry junto a ella y que esos malos sentimientos no le nublaban la mente, realizar aquel ritual en ella no le parecía lo mejor. ¿Por qué quería cambiar su forma? No, ella no quería, apreciaba ser como era. Tal vez cuando tenía el temor de que no regresara y de que sintiera miedo por perderlo, quería ser algo más para no sentirse de esa forma. En ese momento no le pareció una buena herramienta que ocupar y distraerse a sí misma, en ese momento inmediato estaba pensando que tal vez apresuro mucho las cosas.
Guardo la lista en el monedero y lo dejo en la mesita de noche de Harry. Estaba en su cuarto porque lo compartían, era raro que a pesar de tener su habitación con Daphne, tuviera algunas de sus cosas junto a las de Harry y que incluso a veces no quisiera irse de ahí. A Harry no le molestaba, incluso le pedía algunas noches que no se fuera. Veía que tenía un leve temor de volver a tener pesadillas y de que al despertar no estuviera en Camelot y aparecieran en el otro lado del mundo. Deseaba quedarse y volatilizar todas esos pensamientos en Harry, pero la mayoría de ojos estaban sobre de ellos.
Bajo encontrándose a Harry amenazando al Colín, suponía que por enterarse de su noviazgo con su hermana. Simplemente se rio y negó con la cabeza al escuchar sus palabras.
-Aclaremos algo me alegra que mi hermana se fijara en ti para novio y no a un estúpido o débil chico.-Dijo Harry con un tono serio y algo fuerte - Pero…manténganse atentos, yo puedo aparecer donde sea y cuando sea, no quiero verlos besuqueándose en mi presencia-
-¡Que mentira!-dijo Hermione llegando abajo. Girando los ojos por recordar las veces que ellos se habían estado besuqueando y ¿Ahora salía con eso? -¡Si ni siquiera puedes desaparecer amor!-
-¡Cielo!- se quejó Harry girando.- Yo no quiero ver a mi hermanita en esas situaciones, no dije que no lo hagaaaaan-
Su rostro se puso caliente y se sintió como si estuviera expuesta ante los ojos de Harry, ya que este sonreía como idiota. La miro por completo, abrió la boca y con una voz algo rara murmuro.-Antes eras preciosa, ahora… eres divina- Se acercó mirando su atuendo.-Como quiero tener suerte, si soy muy suertudo al tenerte a mi lado-
Estaba muy guapo, como todos los días, con esa gabardina que ondeaba cada que caminaba, con sus músculos marcados por la camisa roja que llevaba y con los pantalones negros que le hacían ver más formal. Aunque su cabello seguía siendo un desastre. Le abrazo y beso la mejilla por los elogios que le daba.
Luego de que llegara Daphne del brazo de Ron, fueron al salón, donde comerían y disfrutarían de la compañía de todos. La música era de una bruja famosa que le gustaba a la señora Weasley y que aunque cantaba bien, no terminaba de gustarle del todo. De inmediato Dobby sirvió la cena y todos en el salón tomaron asiento.
Fue agradable, aunque surgieron temas sobre el ministerio y por un segundo Harry estuvo muy serio y dijo cosas ciertas. Como que el ministerio, los Mortifagos y Hogwarts mismo habían creado una gran brecha entre magos y las criaturas mágicas. Cosa que podía ser muy mala pensando que las criaturas mágicas eran vitales para mantener un equilibro en el mundo mágico y si se unían los magos no eran tan poderosos para hacer algo. Simplemente los magos tenían la supremacía porque en el pasado eran superiores en número.
Aquella cena no fue tan mala después de ese incidente, aunque sostuvo la mano de Harry y le dijo mentalmente que ella estaba con él. En lo que quisiera hacer en un futuro.
La comida termino, y la velada comenzó con una música de villancicos, alcohol en el ponche (cortesía por todos los hermanos Weasley) y platica animadas. En algún punto Harry se quedó a solas con Lupin, decidió darle su espacio y dejarle actuar como le pareciera, después de todo el había sido el que consiguió a los gigantes y centauros. No podía negar que sus planes, por muy locos y suicidas que fueran, tenían un propósito claro.
-¿Ya le has dicho de tu ritual?-pregunto la profesora McGonagall en voz baja y tomando lo que parecía hidromiel.- Digo, sobre la Metamorforanimago-
-Aun no-declaro Hermione soltando un suspiro- Ni siquiera sé si lo hare, me falta el roció no tocado...-
-Debes de decirle, estoy seguro que él podría ayudarte- dijo la profesora mirándole con esos ojos que daban a entender que era serio-O de lo contrario yo le contare-
Le miro a sus ojos, tan felinos como pudieran, sin pupilas alargadas y pero con ese toque de fiereza.
-Lo hare, pero cuando lo crea prudente.- contesto Hermione tomando algo del ponche, sintiendo un leve ardor en la boca a causa del alcohol que contenía.- Apenas ha regresado del Archipiélago, no tiene ni un mes y ya está trabajando en lo que él debe hacer, lo mío está paralizado sin el roció, esperare a tenerlo y en ese momento le diré-
-Más le vale jovencita- dijo McGonagall dándole una palmadita en el hombro- No dudo en ninguno de los dos, y sé que tienen sus motivos y su forma de ver las cosas, diferente de los demás, así que confió en que no cometerán imprudencias-
-¿Conoce a Harry?-le pregunto Hermione con una sonrisa algo divertida.
Se quitó el sombrero puntiagudo y se peinó el canoso cabello hacia atrás.-No me refería a eso Hermione. Pero es cierto, Harry es la imprudencia con vida- Se rio un poco McGonagall, mientras Hermione solo estaba roja y no por el alcohol -Y es por eso que te necesita, y tú a el-
Ambas la miraron como llamaba a Tonks que estaba paseando cerca de la chimenea, y un minuto después se rieron por ver como tomaba a la Aurora y la arrojaba a los brazos de Lupin que quedaba rojo y mirando directamente a la Metamorfomago.
Su prometido se encamino hacia ellas y al llegar parpadeo e inclino la cabeza
-¿Qué pasa? ¿De qué se ríen?- pregunto Harry siguiendo su vista, mirando a Tonks roja de cabello y con la cara rosa, mientras que Lupin miraba a otro lado y se rascaba la rala barba que poseía. -Pensé que necesitaban un empujón, pero parece que a ambos necesitan tirarlos por completo-
-Déjalos ir a su ritmo- declaro la profesora McGonagall acariciando la mejilla de Harry.- Y por lo consiguiente a tus estudios-
-¿No me diga que quiere que curse de nuevo el quinto curso?-pregunto Harry pálido y temblando como si fuera una sentencia de muerte. Provocando que ambas rodaran los ojos.
-No. Pero si espero que te pongas al corriente con el sexto en cuanto derrotes a Voldemort- dijo McGonagall con un tono serio- Así que le enviare todos sus trabajos atrasados, de cada profesor-
-¿Esto… es… enserio?-pregunto Harry tragando duro y mirando a Hermione, la cual alzo los hombros.
-Sera fácil, para alguien que ha sobrevivido al triangulo de las bermudas- dijo la profesora McGonagall con un toque de reto, el cual fue bien captado.
-No creo que sea lo mismo- dijo Harry tragando con fuerza- Insisto, prefiero lidiar con dragones demoniacos.-
-Exagerado- dijo Hermione al verlo parecer mareado.
En ese momento se cortó la conversación, Ron estaba ebrio y estaba subido en la mesa, bailando de forma graciosa mientras que se empezaba a desnudar frente a Daphne. Su amiga no podía estar más roja de vergüenza mientras le cerraba la camisa una y otra vez con la varita, sin lograr que su novio se calmara. Solo surtió efecto cuando la señora Weasley y el señor Weasley le tomaron por los brazos y tiraron para bajarlo. Se lo llevaron mientras que le gritaban a sus hermanos por emborracharlo, aunque Bill y Charlie estaban más o menos en el mismo camino que Ron, los gemelos por otro lado silbaban mirando a otro lado y con sonrisas burlonas.
Entre tanto escándalo vio a Harry mover la mano y bajar el gnomo del árbol de navidad y luego liberarlo por una de las ventanas adyacentes al jardín. Se había percatado del pequeño colgado cuando Harry levito un pedazo de pastel de manzana directo al Gnomo, supuso que alguno de los gemelos lo subió y el solo esperaba el momento indicado para bajarlo. Pero aun así le enterneció ver como acariciaba la pequeña cabeza de la criatura y le daba otro trozo de comida para que se la llevara.
Nuevamente como en cada noche le costó poder lograrse dormir, pensando que, tal vez, Harry estaba en su habitación teniendo nuevamente pesadillas y ella no podía hacer nada más que esperar a que estuviera bien al otro día. Al lograr dormirse, tuvo un sueño algo raro.
Se encontraba enfrente de una chimenea, en las llamas se observaba una piedra ovoide o parecida y luego de unos momentos esta se resquebrajaba y abría. Mostrando a una criatura roja, blanca y dorada, que tenía muchas plumas y un cuerno en la frente (parecido a un cuchillo de cacería). Sus ojos dorados y con la pupila alargada le hacían ver tan temerosa y con fiereza que le dieron ganas de sostenerla y acurrucarla en sus brazos. Espera ¿Sostenerla? Se preguntó en su sueño, sin saber cómo era una niña.
{¿Eres mi mamá?}Pregunto con su voz infantil y con temor.
No logro contestar, escucho un golpe y abrió los ojos. Miro a su alrededor viendo a Daphne sobándose la mano y luciendo recién despierta. Claro que su cabello era un desastre y tenía una mueca de odiar las mañanas, como cada día que despertaba.
-Feliz navidad- dijo Daphne con una leve sonrisa y luego señalo a su lugar- Te han enviado un par de regalos-
Miro al pie de su cama y observo que era cierto, tenía un buen tanto de paquetes envueltos en papel navideño y con notas encima, además de que algunos estaban amontonados al otro lado de su cama ya que estorbarían el paso para salir de la habitación.
-Mira esto- dijo Daphne alzando la mano mirando una gargantilla fina, de color plateado con una piedra romboide de color azul claro y con toques verdes.- Es de parte de Ron, es realmente costosa. No tenía que darme algo tan costo… pero luego de lo de anoche-
-No fue toda su culpa- dijo Hermione bostezándose y estirándose.- Además te estaba bailando a ti, no a otra chica-
-Aun así, la vergüenza que me hizo pasar anoche- declaro Daphne bufando acariciando la piedra sin darse cuenta.-Alguno de esos debe de ser de Harry, ¿Qué te habrá dado?-
Eso ni siquiera se lo planteo, recordaba el año pasado donde Harry estuvo tan ocupado, frustrado y casi ni se daba tiempo para respirar que su regalo fue una completa sorpresa. Aunque descubrió al abrir la nota que no era directamente de Harry, porque Dobby tenía la letra peor que la de su novio y además de que el elfo no pudo evitar escribir "Harry le envía esto, con especial afecto de Harry Potter, el más grande mago de la era". En aquel momento le dio mucha risa, Harry nunca ocuparía esas palabras, pero agradecía el regalo que considero parte de ambos.
Los regalos de Daphne fueron también bastantes. Como un par de aretes con forma de rábano de color plata, por parte de Luna; una botella con pación relajante de Sofi, de Neville recibió un reloj de escritorio raro (parecido a tres bulbos antiguos de televisión que tenía números fosforescentes adentro) y de Hermione un paquete nuevo de "bruja coqueta" que compro a los gemelos. Ambos pelirrojos bromistas le enviaron como broma una rana de chocolate, la cual al abrirse no saltaba y escapaba, si no que se ponía a cantar y a danzar, una y otra vez. Incluso daba pena comérsela. Y Theo le envió un simple y estilizado juego de plumas. La sorpresa de Daphne fue grande cuando de entre uno de los obsequios saco un jersey tejido, de parte de la señora Weasley, de color verde y con una "D" en el pecho.
-¿Por qué todos piensan que el verde es mi color favorito?-pregunto Daphne un poco sonrojada y una sonrisa mayor. Y no era para menos, un Jersey de la señora Weasley, era un claro mensaje de que ya parte de la familia. Solo esperaba que no fuera por compromiso o petición de Ron y fuera por propia convicción de la matriarca Weasley.
-Pues te ves feliz- Contesto Hermione mirándola doblar con cuidado y ponerla junto a su ropa que se pondría ese día. Aunque no lo pareciera, la chica era sentimental.-Y deberías decirle que para el próximo año te envié uno azul claro-
Entre los regalos de Hermione había un jersey con unas runas escritas en la parte delantera que decían "Amor y Paz", o por lo menos la combinación de ambas (La señora Wesley debió solo escogerlas por verse realmente bien). Una caja de grajeas de todos los sabores, mas esta tenia los sabores más deliciosos del mundo en lo lugar de los más raros cortesía de los gemelos Weasley; de parte de Luna un par igual de aretes de rábanos; Neville parecía que no supo que enviar porque coloco un par de broches para el pelo con diseños de flores y una nota que decía "Gracias por la ayuda"; de Theo fueron otros aretes pero de cristal que producían luz de diferentes colores; el de Sofi consistió en paquete masivo de pociones e instrucciones para el cuidado de su salud y figura(Un poco exagerado pensó).
En cuanto a Ron el de verdad podía darle algunas sorpresas, dándole de regalo una figurita de una lechuza que revoloteaba por todo el lugar y que se posaba sobre la cabecera de la cama. También hablaba cosas predeterminadas, hasta ese momento lo único que decía era algo que le grabo Ron. " Tirana mandona come libros", se repetía una y otra vez cada cierto tiempo. El regalo fue bonito lo admitía, pero Ron se las pagaría por el pequeño mensaje que le grabo.
También tenía regalos más sencillos como; Lupin un par de guantes para el frio; Hagrid un montón de pastelillos sin azúcar; McGonagall un nuevo diario de campo (Como si la incitara a seguir investigando); Tonks una sudadera; Sirius una pulsera con escrito "para mi ahijada"; encontró ropa interior muy sugerente de parte de Tamara(cosa que no mostro a Daphne); y de Slughorn un par de recipientes para pociones de media calidad (La que pidió a los gemelos era de la más alta calidad), ya los ocupara para algo.
Mas rebusco y rebusco incluso guardo la basura que quedo para buscar el de Harry, aun así no lo encontró. Simplemente sonrió y pensó que, con tanto en su cabeza y sus limitaciones, era obvio. Recién había regresado y no podía ir por ahí comprando cosas, más por mantener su fachada de muerto (aunque el ya quisiera hacerlo). Aunque en su cabeza pensaba que debió de mandar a Dobby por lo menos por algo simple para los demás.
-No te deprimas, aún queda ese- dijo Daphne señalando sobre su cómoda, donde estaba un paquete enorme y cuadrado mal envuelto que tenía un cordón por todo moño.
Comprendiendo de quien era fue a tomar ese regalo, desenvolviéndolo encontró un centenar de juegos de calcetas y calcetines de diferentes pares. Miro la carta y no pudo evitar sonreír: "Mi dulce ama, Dobby no puede creer lo mucho que le está agradecido, por favor acepte nuestro regalo, he intentado conseguirle los más hermosos y divinos pares que he encontrado. Dobby desea continuar sirviendo a ustedes por el resto de su vida. El obsequio de Dobby, no es solo de él, es de parte de todos nosotros, los elfos domésticos, que le estaremos agradecidos eternamente por ser los mejores amos que hemos tenido." Miro que era cierto los calcetines eran muy lindos, algunos de ellos tenían notas adentro con el nombre de los elfos que se la enviaban.
Se rio un poco al ver que incluso Winky le envió un par rosa con el otro amarillo fosforescente.
-Creo que no comparas o lavaras calcetas, en lo que queda de año- dijo Daphne mirando el ciento de pares que debía emparejar, porque todos estaban revueltos.
-Solo espero que tenga todos los pares, o me veré rara con diferentes en cada pie- dijo Hermione guardando su regalo con cuidado dentro del monedero, al igual que todo lo demás.
-¿Le enviaste algo a los elfos?-pregunto Daphne ya agregándose, colocándose primero la gargantilla que le regalo Ron, y aunque intentaba estar seria se le notaba la sonrisa.
-Claro que sí, ropa para cada uno- dijo Hermione recordando el buen rato que la paso encogiendo y asegurándose de que la talla fuera correcta. Aunque no esperaba ella un regalo también-Tengo que pensar que les daré el siguiente año, tal vez unas vacaciones-
-Espero que eso se lo tomen bien, recuerda que sus hábitos no se olvidan- dijo Daphne colocándose los aretes dados por Luna y mirándose, aunque quedaban un poco raros, se le veían bien.-Algunos pensarían que están despedidos. Aunque nunca vi a los elfos regalar algo así a sus amos, supongo que los tuyos son tan raros como su dueño-
-Aunque Harry no es su dueño, es su empleador- dijo Hermione asintiendo ante sus palabras, debía pensar con cuidado sobre no hacerlo parecer una liberación o despido.
No le dijo nada solo se continuo arreglándose. Siguió su ejemplo y al poco ambas bajan al comedor. Llevaban los jerséis nuevos, y sus nuevos accesorios, aunque en el caso de Daphne presumía su gargantilla con orgullo. A la hora de llegar al comedor, cuando se sentaron a la mesa, todos también llevaban el mismo estilo de jerséis, cada uno con su letra inicial. Incluso Fleur que era de color blanco (por lo visto, la señora Weasley se había esmerado al tejerlo, era muy bueno), y al contrario que los demás tenía una pequeña "F" en la altura de su corazón. La propia señora Weasley, que lucía un sombrero de bruja azul marino nuevecito, con diminutos diamantes que formaban relucientes estrellas, y un vistoso collar de oro.
-¡Regalos de Fred y George! ¿Verdad que son preciosos?-pregunto al verlas entrar.
El ambiente era bueno, olía a pino y comida casera recién preparada, le hacía estar de mejor humor. Aun se sentía algo rara de no ver a Harry ahí.
-Buenos días- contesto Hermione al sentarse y ver a Neville estaba al lado de Ron el cual se tomaba la cabeza y Sofi le daba algo negruzco en su vaso. Le palmeo la espalda con fuerza provocando un quejido y que le viera con enojo -¿Qué tal la cruda realidad?-
-Claro, búrlate, cuando estés igual que yo será mi turno- dijo Ron sobando su cabeza-Y a ustedes, juro que no les volveré a hacer caso. Es la última vez que me la hacen-
-Si como no- dijo Luna al otro lado leyendo el Quisquilloso.
Ron miro a Daphne e intento darle un beso, esta giro la cabeza y se sentó un poco alejada, dejando al pelirrojo estupefacto y preguntándoles con la mirada ¿Qué hice?
-Alguien tiene problemas- rieron los gemelos.
-Además nosotros no te obligamos, tú fuiste solito y te tomaste más de la cuenta- Comentó George con un ademán indolente al otro lado de la mesa, tomando un plato de gachas -¿Qué tal sus regalos chicas?-
-Muy buenos- contesto Hermione mirando a su alrededor sin encontrar al que llegaba antes que cualquiera a la mesa y salía una vez terminado con la porción de diez hombres. -¿Y Harry?-pregunto.
-Aun no baja.- dijo Fred bostezando y tomando jugo de calabaza.- Y no ha abierto ninguno de sus regalos, todos están en la sala de estar-
-¿Por qué ahí?-pregunto Daphne girándole la cara a Ron, que intentaba hacer que le hablara, tocándole la mejilla, preguntando si le gusto el regalo y pareciendo que de verdad no entendía su enfado. El cual solo era por la vergüenza de la noche anterior.
Ambos gemelos alzaron los hombros- Nosotros solo lo enviamos a Harry, y cuando nos levantamos lo vimos de pasada-
-Entonces ¿Aun no se despierta?-pregunto Ron sin quitar la vista de su novia que comía con tranquilidad- Si no se apura tendrá que comer todo frio-
-Más frio el que tiene Hermione, el muy desconsiderado no le regalo nada- dijo Daphne en dirección a los gemelos, pero atrayendo la mirada de cada uno presente.
-Entiendo que no tuviera tiempo para nosotros- dijo Sofi señalando a los de la mesa-Pero él no se olvidaría de Hermione ni en mil años-
-Pues lo hizo- dijo Daphne llevando la mirada de todos a su persona.
-No es tan importante- dijo Hermione rodando los ojos- El apenas regreso, no ha tenido el tiempo de adecuarse a nuestro tiempo y además de que seguro que no pudo conseguir nada a tiempo-
-Eso es lo que te repites en la mente ¿verdad?-Dijo Ron con una leve mueca de dolor- Aunque ¿Por qué a su hermano de armas no le dio nada? Se pasa, le voy a meter esta zanahoria en el…- Su mejilla fue sostenida por Daphne y comenzó a estirarla como si fuera de goma-… okey, okey no le meteré nada de nada-
-Aunque es raro de verdad- dijo Luna aun metida en su periódico- El por lo general se disculparía o estaría ya haciendo algo para compasarlo, el que no aparezca pareciera que nos evita-
-No creo, él no nos evitaría ¿Cierto?-pregunto Neville algo raro mirando a Luna, la cual le sonrió y continúo leyendo.
Hermione se levantó y se encamino a la puerta.
- ¿A dónde vas querida?-pregunto la señora Weasley entrando con la varita apuntando a un cuenco grande llenos de tocinos, indispensables en el desayuno para Marlow.
-Estamos especulando mucho, pero seguro que solo se ha quedado dormido- contesto Hermione sin detenerse- Iré al levantarlo-
-Si no bajan en diez minutos las salchichas se acabaran- dijo Ron comiendo ya aunque mirando a su novia de vez en cuando, como esperando que las cosas regresaran a la normalidad. Lo cual era raro, lo normal en ellos eran esas peleas.
No tardo nada en subir, aunque escucho un par de ronquidos al pasar por la puerta de Sirius, también en el cuarto de Bill y Charlie, incluso escucho a sus padres ya levantados y estar hablando en su cuarto. Solo les toco y les aviso que el desayuno estaba listo, ellos le contestaron que ya bajaban y continúo.
El cuarto de Harry estaba protegido contra cualquiera no autorizado, por lo cual solo entro con naturalidad, la mayoría necesitaba tocar y que Harry contestara. Pero como siempre, Harry simplemente le dio acceso total, para que pudiera ocuparlo como su cuarto si quisiera. Lo cual deseaba, pero aun no podía hacerlo del todo.
Al entrar miro que efectivamente estaba en la cama, acostado, las sabanas en el piso y la luz ya se filtraba por el lugar.
-Harry te esperábamos abajo, es hora de levantarse flojo- dijo Hermione entrando por la puerta mirando como el alzaba la cabeza y le sonreía. Se sentó a su lado mirando su cabello alborotado, su cara sonriente y un brillo especial en la mirada.- Te esperamos para abrir tus regalos- Su mirada fue atraída por algo peculiar, una quemazón en el cristal, era el que dejaría una fuerte flama impactándola -¿Qué paso aquí?-
Harry le sonrió, levanto la mano un poco, descubriendo una figura pequeña blanca, roja y dorada con plumas. Era una pequeña dragona enroscada y durmiendo, era hermosa, sus colores vivos y deslumbrantes, el movimiento de su respiración se notaba en sus plumas, y su cola se movía un poco. Marlow le abrazaba como protegiéndola por ser pequeña e indefensa, aunque el cuerno dorado y parecido a una cuchilla sobre su cabeza le decía lo contrario.
-Daira dile hola a tu madre, Mione ella es Daira-dijo Harry sonriéndole y levantándose para darle un beso, el cual acepto, pero estaba anonadada.- ¿Qué te parece? Anoche… ¿Nació?... ¿eclosiono?... ¿Reeclosiono?-
-Ya veo- dijo Hermione recordando un poco de su sueño, incluso le parecía que recordaba cuando la flama quemo el vidrio.- Entonces ¿Ella es Daira? Es preciosa, enserio que es un dragón angelical-
-No olvides lo de imperial- rio Harry acariciando el lomo de la dragona.- Eso es muy importante-
-Si por supuesto, el que tenga el sustantivo imperio en su nombre es esencial- dijo Hermione rodando los ojos y sonriéndole- Pero ¿Madre?-pregunto
-De hecho… creo que en todo caso, serias su padre- dijo Harry con una mirada burlona- Porque a mí me vio primero y me dijo mamá-
-O cállate- dijo Hermione levantando la mano con algo de temor, guiándola a la dragona, se preguntó si interrumpir su sueño estaba bien, era una recién nacida y podría reaccionar con violencia. Mas Harry le ayudo y cuando toco sus plumas no pudo hacer otra cosa que sonreír, era tan cálida, suave y se sentía como si sus plumas le infundieran en un estado de tranquilidad mágica.
La pequeña abrió el los ojos y su cabeza se irguió, no supo bien que paso a continuación, Harry rugió bajo, reconocía que estaba hablando Draconia por la veces que hablaba con las miniaturas de Kagura, Mai, Rea y Cirse. Mas no le entendía, y era igual con Daira, también rugía y se levantaba sobre sus cuatro patas, estirándose, sacudiéndose y bostezando. Lo que le permitió observarla en todo su esplendor, era de verdad hermosa, con sus seis alas y sus incrustaciones doradas y ese tono de ternura que le hacía querer alzarla y abrazarla. Su vista se clavó en ella y se acercó olfateándola, Hermione se quedó quieta procurando no lucir intimidante, aunque recordaba la vez con Norberto y como por poco le quema.
-Dice que eres muy bonita- rio Harry levantándose y rodeando la cama para quedar de su lado. La pequeña Daira se restregó contra su mano y comenzó a darle con el hocico intentando meterse debajo de su mano, Hermione se sintió contenta de que le quisiera y le acaricio sus plumas que parecían cresta. Rugió con más fuerza-Además de tiene hambre-
-Pues no es la única- menciono Hermione observando a Marlow escalar su hombro y palmar mirando Daria, como si le indicara donde debía colocarse.
-Ya lo creo, me gruñe el estómago- rio Harry colocándose la gabardina.
-Me refería a Marlow- contesto Hermione soltando un suspiro y sobándose la cien.-y ¿Qué come un Dragón angelical imperial?-
Se miraron con esa misma pregunta rebotando en sus miradas.
-¿Dragoncitos demoniacos?-sugirió Harry rascándose la nuca.
-Olvídalo-rodo los ojos Hermione y miro a Daira hacer algo raro, dar un saltito que le hizo caer de lado-¿Puedes preguntarle que quiere comer?-
Harry rugió algo raro, y luego Daira contesto- Dice que algo fresco, como un animal muerto y que de preferencia para tomar quisiera algo fuerte-
-¿Le parecerán un par de salchichas bien cocidas y un poco de hidromiel?-pregunto Hermione riéndose por que la pequeña dragona saltaba por la cama y agitaba las alas con algo de desesperación.-Supongo que aún es muy pronto para que vueles, tienes que esperar a que tus alas tomen fuerza-
Se sintió de inmediato tonta por saber que no le entendería, pero la dragona se quedó quieta giro la cabeza y plegó las alas. Miro a Harry anonada, por el hecho de que pudo entenderle.
-No me preguntes- contesto Harry a su mirada- Yo no tengo idea como lo ha hecho, pero dijo que estaba bien y que no podía esperar porque sus alas fueran fuertes -
-¿Entonces me entiendes Daira?-pregunto Hermione alzándola entre sus manos, era tan pequeña que cabía a la perfección, la miro directamente a la dragona. Rugió y acaricio su costado con la cara ronroneando, cosa rara.
-No del todo, pero comprende lo suficiente-tradujo Harry acercándose y estirando la mano para que Daira subiera por ella. Mas la dragona solo olfateo.
Luego de que Harry rugiera un par de veces más y de que asintiera, lo escalo e intento colocarse en su hombro, más las primeras tres veces casi cae al caminar. Ya que era un poco pequeña para mantenerse equilibrada, le costaba sostenerse. Y cuando intento aferrarse con sus garras, le causó daño a Harry, por lo que al final se levantó tomo a Daira y la coloco sobre la cabeza de su prometido. Dejándolo como un gorro raro y emplumado.
-¿Enserio?-pregunto Harry moviendo la cabeza y caminando, pero parecía que Daira se aferraba mejor que en su hombro.
-Será poco tiempo en lo que aprende a volar-dijo Hermione riéndose, Marlow también se reía aunque parecía un chillido leve.-Además tu eres el padre, encárgate de mantenerla a salvo-
Luego, tomados de la mano y sonrientes bajaron al comedor. Para ese momento seguro ya estaban sus padres y los otros dormidos de Camelot. Daira rugía y chillaba cada que veía algo nuevo, como preguntado por cada cosa y haciendo que Harry tuviera que contestar a cada momento en Draconia. No le importaba mucho que no pudiera ayudarle en eso, ambos parecían muy felices y contentos al estar hablando entre ellos.
En la cocina estaban desayunando felices, y su plática era entretenida, ninguno se dio cuenta del nuevo integrante al principio. No hasta que Daira rugió leve, como si le susurrara a Harry y este se rio un poco alto, aunque fue como un rugido estridente.
Las conversaciones pararon y fueron a la cabeza de Harry, en la cual la dragona estaba viéndolos con miedo. Pero Hermione no les prestó atención, ni hablaron, solo bajo a Daria y la dejo a lado del plato de Harry. Marlow ni espero, salto y fue directo al bufet de tocino que le esperaba. Cada uno tenía la pregunta en la mirada y estaban quietos y sin poder creer lo que veían.
-¿Qué les pasa? Les comió la lengua la dragona-pregunto Harry levantando la mano y atrayendo el cuenco de las salchichas casi vacío.- Dobby…-El elfo apareció a su derecha sonriendo con un delantal de chef y con un nuevo gorro con el emblema Pendragón que Hermione le hizo.- ¿Puedes traer un cubo con hidromiel y más salchichas, algunas crudas? Veremos que quiere Daira-
-Mi amo, es una sorpresa increíble- dijo Dobby saltando, sujetándose del borde de la mesa y mirando con sus enormes ojos a la dragona-Dobby no puede creer que avisara de inmediato, para alimentarla. Dobby cree que la pequeña Daira debe de morirse de hambre-
Luego salió corriendo directo a la cocina.
-Chicos, ¿Qué les pasa?-pregunto Harry sirviéndose el desayuno, un par de tostadas, tocino y unos cuantos huevos.
-Acaso tu no ves ese dragón blanco con seis alas, oro y que está comiendo mis salchichas- dijo Sirius para luego olfatear el aire- Huele a bosque-
Daira rugió y comenzó a gruñir, mostrando sus dientes y con una llamarada roja saliendo de la comisura de la boca.
-Si, como ven ella es Daira, es el huevo de dragón que traje- contesto Harry con tranquilidad- Y dice que esa es su comida, no la tuya, que te atrevas a acercarte y te arrancara los dedos de las manos-
-No sé si sorprenderme, o no sorprenderme que te pasen cosas así- dijo Ron mirando a la dragona y acercando el dedo por detrás.- Tu lista de criaturas lindas crece con cada día.-
-Aleja el dedo- dijo Hermione rodando los ojos- Te lo quitara-
Y como fue, la dragona rugió de forma que enterneció las miradas, luego abrió las fauces y dio un mordisco cerca de la mano de Ron, el cual la quito asustado.
-Dice que es una advertencia, que a la siguiente te lo arrancara- dijo Harry y sonrió para luego rugirle a Daria, la cual asintió y continúo comiendo.
-¿Qué le has dicho Harry?-pregunto Sofi curiosa con los ojos asombrados y maravillada por la nueva criatura que comía con ellos.- Y si no le importa ¿Puedo acariciarla?-
-Le dije que puede defenderse, pero que no coma partes humanas, que aquí si tiene hambre Dobby le dará comida- dijo Harry sonriéndole y luego haciendo la pregunta de Sofi en Draconia, una vez obtuvo respuesta miro a Sofi- Dice que mientras come no, que tal vez luego-
-Por supuesto- contesto Sofi alegre y ansiosa por acariciarla.
-¿Por qué todos lo ven normal?-preguntaron Bill y Fleur al mismo tiempo que tenían los ojos casi saltones- Es un dragón comiendo con nosotros-
-Incluso para mi es algo raro- dijo Charlie el cual estaba fascinado, tanto o más que las chicas que veían la criatura.
-No es la primera vez que pasa- dijo Neville soltando un suspiro y sosteniendo a Luna que estaba dando saltitos en su asiento y no paraba de murmurar cosas sobre dragones y nuevas especies que investigar.- Fue lo mismo con Marlow y las dragonas que llevo a la sala de Menesteres-
-Exacto- contestaron los gemelos apuntando cosas, como si la aparición de la dragona le hubiera dado ideas.
-Oye Harry ¿Qué clase de súper poder tiene ella?-pregunto Fred levantando la vista.
-Ni idea, lo descubriremos con el tiempo- contesto Harry acariciando el lomo de Daira, sacándole un ronroneo a la dragona.
-¿'Pog' que a ti te deja 'tocagla mientgas' come?-pregunto Fleur sin poderle de quitar la vista, pero estaba temerosa. Según Hermione la última vez que trato con un dragón, salió quemada y apenas pudo esquivar sus colmillos.
Daira levanto la cabeza, con la boca llena de carne de salchicha, y con algunos trocitos atorados en sus plumas rugió de forma rara.
-¿Qué dijo?-preguntaron todos en la mesa.
Harry gruño y se rasco la nuca, se sonrojo y dijo- Dice que yo no soy un extraño. Que soy de su familia-
Comenzaron a hacer comentarios sobre que ellos también lo eran, dirigidos a Daira, pero la dragona estaba interesada mucho en las salchichas. Dobby trajo el cubo de hidromiel y enseguida comenzó a tomar a raudales (Su lengua salía y tomaba un buen tanto antes de desaparecer y repetir), manchando un poco la mesa, pero era curioso que sus plumas fueran permeables del líquido.
-¿Qué dijo en realidad?-pregunto Hermione a Harry sin que los escuchara.
Se volvió a poner rojo y gruño- Dijo "Papá y Mamá son los únicos a los que le compartiría mi comida. Ya que Mamá es el más poderoso en todo el lugar"-
Hermione no pudo evitar una risita, al entender que Daira lo consideraba su mamá, ya que ella no tenía su nivel de magia.
A la señora Weasley casi le da un infarto al llegar con el señor Weasley y encontrarse a un pequeña Daira comiendo y destrozando salchichas. Fue gracioso un poco, ya que Daira de alguna forma se sentó, sostenía una salchicha con sus garras delanteras mientras la mordía, y en cuanto la señora Weasley pego el grito lanzo una llamarada, cocinó la salchicha a le perfección y aparte dejo una marca negra en la mesa. Si no fuera por Harry que contuvo el fuego la casa hubiera terminado incendiada.
Luego de que llenaran los estómagos, de Daira, Marlow y Harry fueron a la sala donde casi toda la casa se presentó para conocer al nuevo miembro de Pendragón. Mientras Luna, Sofi, Daphne e incluso Sirius se peleaban por acariciar a Daira, y esta gruñía y advertía que mordería a todos (según se tradujo), Harry explicaba los sucesos que pasaron durante su nacimiento.
Apenas paso media hora que termino en desayuno, cuando Dobby se presentó con Wiski y sangre de gallina mescladas para Daira. Cosa que de verdad molesto a la pequeña dragona, haciendo que escupiera el líquido, y se sacó las garras y mostro los dientes rugiendo como un pequeño motor diciendo que arruinaron el sabor y que apestaba. Si no fuera por Harry que la calmo, estaba segura que hubiera incendiado la mansión y mordido a todos los presentes. De inmediato Dobby cambio esa rara combinación por la hidromiel que tanto le gustaba a Daira, y también muchas salchichas, algunas crudas y otras cocidas, ya que la dragona no se decidía cual comer.
Cuando la emoción por el Daria paso, se fueron retirando, cada uno a sus propias actividades, aunque vio a Fleur huir de Daira y a los gemelos decir que se irían a la tienda.
-He por cierto- dijo Harry de repente cuando todos nuevamente esperaban su turno para acariciar y juguetear con Daira.- Me falta abrir mis regalos y entregar los suyos-
-¿Los nuestros?-pregunto Ron saltando como un niño y mirándole.- Pensé que te olvidaste de mi-
-Bueno, no tuve tiempo de enviarlos- dijo Harry rascándose la nuca y sonriendo- Aparte quería entregárselos en persona-
-Entonces nosotros lo haremos también- sugirió Ron caminando a la pila de regalos que estaba junto a la chimenea y el árbol que expulsaba el olor a pino. Se lo dio a Harry con una sonrisa y se sentó adelante mirando su expresión- Feliz Navidad hermano, espero sea de tu agrado-
-Sea lo que sea, seguro me encantara- dijo Harry abriéndolo y sacando de su interior un cinturón, negro con escamas negras y como hebilla tenía la cabeza de un dragón. Esta se enroscaba automáticamente y la cabeza mordía el lado contrario asegurándose de mantenerse firme en la cadera. La función era simple, la hebilla aseguraba que no se soltaría hasta que el dueño quisiera.
Y así fueron pasando uno por uno los regalos en el montón. Pasando los regalos de Harry; Sirius un collar de colmillos de dragón, no servía para nada pero se veía bien; Lupin un par de libros que consiguió de contactos en Uagadou; McGonagall un conjunto de túnicas y ropa que le quedaban (ya estaban teniendo problemas con eso, vestía siempre con la misma); le sorprendió ver un regalo de Dumbledore, que era un par de plumas que supuestamente tenían diferentes capacidades mágicas, pero que no probo Harry; Inmediatamente después de eso abrieron la boca y se quedaron sorprendidos de ver el regalo de Moody el cual le regalaba un viejo vestuario de Auror y encima una carta.
Harry no la leyó en voz alta pero pudo leerla, ya que estaba sentada a su lado.
"¿Sorprendido chico? Si sé que estas vivo y de regreso, no soy tan idiota como los del ministerio o los Mortifagos. Además Dumbledore parece seguro de que ganaremos esta guerra y la única forma es que tú regresaras.
Como he dicho me sorprenden tus agallas que pones en lo que haces. Por lo tanto he decidido darte esto, es mi antiguo uniforme de Auror. No lo he ocupado en mucho tiempo, ni siquiera sé si te entre, pero estoy seguro que le se lo he dado a alguien que lo apreciara y sabrá darle un mejor uso que yo.
Y ya estoy escuchándote, "No seré Auror", ya lo sé, y no me importa criajo. Tus cualidades lo son de primera, nunca vi a un chiquillo poder hacer lo que tú. Déjame decir que has tomado tu camino y creo que es mejor que esta vida llena de batallas, sangre y sufrimiento. No sé cuándo o como nos veamos, pero estoy seguro que será para la guerra que está a la vuelta de la puerta.
Prepárate mocoso, espero verte destrozando al idiota de Voldemort. Y recuerda alerta permanente"
No dijo nada Harry solo envolvió bien la carta y guardo el uniforme con una enorme sonrisa. Y continúo con los regalos; el de Hagrid era un abrigo como los de Durmstrang, peludo y de cuerpo completo, no le sorprendería que fuera de su propia confección; Tonks le dio un par de guantes nuevos parecidos a los de Quiditch de piel de dragón; Fleur una pipa clásica de madera con detalles hechos a mano y con un paquete de diferentes hiervas para fumar, cosa que no le agrado nada a Hermione; Los señores Weasley, aparte del Jersey color rojo fuerte con una "H" en el pecho, un buen libro de historias escritos por "Abraham Lemin"; Los hermanos Weasley, los siete, un antiguo reloj de bolsillo que al abrir la tapa no tenía números ni manecillas, con líneas de color fosforescentes y con planetas y astros adentro (Era entre un sistema de posicionamiento global "gps" y un astrolabio, además de un mapa estelar, un espejo doble y una sonda de rectitud).
Algo extremadamente caro y que según los gemelos, se podría comunicar con la lechuza que le dio Ron, aquella que estaba en su cuarto sin importar en donde estuvieran en el mundo. No pudo evitar sorprenderse al saber que gastaron menos de dos mil galeones por buscar ambos objetos y comprarlos (de una anciana que vivía en Australia y que mando a hacer ambos a los duendes por pedido especial hacia más de cien años). Además de que adentro de la caja estaba un libro que Harry escondió de su vista y que se puso rojo como tomate.
Harry no comentaba nada, su sonrisa y su mirada lo decían todo. La alegría de poder regresar y estar al lado de cada uno, se derramaba por los ojos. A veces ella teniendo que abrazarlo y limpiar sus lágrimas.
Sus padres le regalaron un par de buenos pantalones de vestir; Los Longbottom, los tres que habitaban la casa, un antiguo reloj de arena roja, dragones volando a su alrededor y un toque de dorado en las contra parte, el cual según dijo Neville media el flujo de la conversación (si la arena fluía era un ambiente bueno y si se detenía era malo); Los Dursley no le dieron nada realmente más que una carta que guardo para el mismo.
Y ahí fue cuando los regalos fueron entregados casi en persona comenzaron con Theo, el cual llego tarde porque se había pasado la mañana entrenando en solitario. Fue un buen paquete de dulces y golosinas que Harry comenzó a ver y babear; Luna un dije para su collar con los anillos excalibur, un dragón que se enredaba en la cadena y cuidara de lo que pusiera en ella; Neville, a pesar de lo de sus padres, le dio un fruto seco dentro de un frasco, lo llamo "Estraim cadmitum" pero parecía una hoja de menta roja y que si la comías podías adquirir alguna habilitada única por 10 min; Daphne le dio un brazalete de acero negro que tenía una espada y un báculo cruzado que bien podía ponérselos en el brazo o en la muñeca, se auto ajustaba.
En cuanto a su regalo Hermione ni siquiera lo había pensado mucho, conocía a Harry bien y las cosas materiales no le interesaban mucho, tampoco es que con todo el oro de su bóveda y los distintos objetos mágicos le hiciera falta algo. Pero bastante tiempo atrás que pensó que debió de cambiarlos y solo cuando tuvo tiempo en vacaciones (y el objeto en sus manos) pudo ir a sacar unos nuevos.
-Este es el último y es de Hermione- dijo Sofi pasando la pequeña caja cuadrada a sus manos, para que se la entregara a Harry.
-Bueno, no es mucho- comenzó Hermione dándole la caja y el la acepto acariciando sus manos y sonriéndole- Solo creí que era mejor que tuvieras unos que no se te perdieran-
Harry lo abrió y se lo quedo mirándolos un momento antes de que la mirara, le tomara la mejilla con sumo cuidado y le diera un beso.- Son grandiosos-
Enseguida mostro los anteojos, de montura circular negra como le gustaba.
-Mande a hacer un duplicado de tus lentes de forma mágica en Gringgots, con cristales mágicos y acero duende, y les puse varios hechizos encima- dijo Hermione al ver que le gustaban tanto, porque enseguida se quitó sus viejos anteojos, dejándolos dentro del estuche que le servía para guardarlos. Ni siquiera supo por que durante seis años llevo los mismos anteojos y solo le pedía a McGonagall que agrandara, tal vez podía ser que era muy testarudo para pedirle a los Dursley que le compraran unos o simplemente no le tomo importancia. Pero ella quería cuidarlo incluso si se trataba de su vista- Son técnicamente irrompibles y no puedes rayarlos, no puedes perderlos por que aparecerán siempre en el bolsillo de la prenda que tengas puesta y tiene algunas runas y círculos mágicos que incluí para que puedas utilizarlos de diversas formas-
-Grandioso Mione, me haces… amarte sin control- dijo Harry al colocárselo, enseguida pareció entender el truco por que recorrió un dedo por la varilla y el cristal comenzó a ponerse oscuro- Perfecto, veo bien y la luz se atenuó.- murmuro con una enorme sonrisa en la boca. -Me encantan-
Continúo buscando sus funciones. Las cuales eran demasiadas como que no se empañaban, tampoco la lluvia les afectaba, si estaba de noche podía ver claramente e incluso, con un ligero cambio de una runa escrita en la terminal del lente, podía ocuparlos para ver a grandes distancias o ver todo a cierta distancia de su cuerpo. Y técnicamente podía realizar cualquier cosa que un omnicular pudiera hacer. La idea se la dio los destrozados googles que ocupo en el archipiélago Arcano. Aquel instrumento era pesado, estorboso y tenía que manejarlos mucho para encontrar la forma perfecta para que se adecuaran a la vista de Harry. En cambio estos se adecuaban a los ojos de Harry.
Luego de un par de noches buscando llevar a tal grado lo logro, aunque requería una gran cantidad de magia para que funcionaran, pero no era problema para Harry.
-Son increíbles- dijo Harry desplegando círculos mágicos y runas en los cristales, también en los laterales e incluso en las pequeños talones y puente nasal. Los círculos giraron y las runas brillaban con intensidad, las gafas comenzaron a cambiar entre todas las funciones que tenía. Hasta que se detuvieron y volvió todo a la normalidad.-Y pensé que no podías sorprenderme más, eres sin lugar a dudas la bruja más lista de cualquier era.-
-Ni a nosotros ¿Cuándo hiciste eso?-pregunto Daphne mirando la caja y girándola- Hasta tiene el sello del banco-
-Pedí los lentes en estas vacaciones, antes de que el la nación duende cerrara sus puertas- dijo Hermione sintiendo como Harry le abrazaba y ella dejo la cabeza en su hombro- Y he estado trabajando en ellas en mis tiempo libres desde que regresaste, intentando incluir todo lo que podrías necesitar-
-No puedo creerlo ¿Acaso nunca descansas mujer?-Dijo Ron picando la pancita de Daira que estaba acostada con las patas arriba y con el vientre abultado por su reciente comida.
-Claro que descanso- dijo Hermione mirándole feo- Solo que creí que sería mejor para el tener unos lentes que no se rompieran, dañaran o que pudiera limitar su movimiento en pelea-
{Siempre pensando en todo ¿verdad amor?}Dijo Harry atrayendo su mirada y luego dándole un casto beso lleno de sus sentimientos {Te adoro}
-Por dios, no se pongan acaramelados- dijo Daphne rodando los ojos y dejando, por primera vez en el día, que Ron le tomara la mano.- ¿Y nuestros regalos? Harry-
-Cierto -dijo el chico metiendo la mano en su gabardina y sacando la billetera peluda que le dio Hagrid un año atrás-Bueno empezare, perdón por no envolverlos, es que no encontré una forma de hacerlo-
Saco lo que parecía una piel de alguna clase de animal curtida de color café intenso, y negó.-Esto no era-
-¿Qué es eso?- dijo Luna mirándolo con ojos brillos, la nueva piel le parecía facinante.
-Es la piel de un Mammulopendra-
-¿Un qué?-pregunto Luna de inmediato mirándole-¿Qué es un mammulopendra?
-Una criatura enorme, como si hubieran cruzado a un cien pies con un mamut y luego hacerlo crecer cien veces- dijo Harry con una leve risa- A esta piel la encontré pegada a uno de los cadáveres, la recogí porque tiene propiedades interesantes, como cambiar de color y atraer magia hacia ella, en todo caso puede curar leves heridas-
-¿Enserio?-pregunto Luna más interesado que antes.
Harry volvió a meter la mano removió el interior y saco un enorme cosa arrugada de un diámetro de casi tres metros y lo puso en la mesa.
-¡NO PUEDE SER!-Grito Luna e emoción y se arrojó sobre la cosa tocándola y observándola de cerca tan fascinada que no tenía comparación-¿COMO LO CONSEGUISTE?-
-Se me cruzo en el camino e intente no asustarlo, dejo caer uno de sus cuernos y huyo despavorido- dijo Harry riéndose y sonriendo- No vi el caso dejar tal artículo tirado en medio de una selva-
-¿Qué es Lu?-pregunto Daphne también tocando el cuerno- Es tan… suave, ¿Seguro que es un cuerno?-
-Es de un Snorkack de cuernos arrugados- dijo Luna fascinada.-Son tímidos y mi padre cree que habita en Suecia-
-Pues no- dijo Harry riéndose- Habita en el archipiélago Arcano y es sumamente difícil de verlo, me lo encontré por accidente. Y es bueno que te guste, es tuyo-
-¿Enserio?-pregunto Luna tomándolo con ambos brazos y a pesar de que era casi el triple que ella lo sostuvo con fuerza- Es perfecto, mi padre no lo creerá. Tengo que mandarle una carta-
Con algo de estrepito y no queriendo soltar su nuevo cuerno arrugado, se fue de la sala dejando a todos riéndose y sorprendidos.
-Ya no me dejo terminar de darle el resto… bueno se lo daré cuando se calme- dijo Harry riéndose. No paro ahí, saco una pequeña bolsa de tela bien amarrada y se la arrojo a Neville el cual apenas la atrapo antes de que callera al suelo.
-¿Qué es?- pregunto Neville levantándola, provocando un sonido a pequeñas cosas chocando entre ellas.
-Semillas de la flor lunar, o por lo menos eso dice unos libros que se denominan GAFFAA's- Dijo Harry poniéndose algo serio- Este es un regalo, pero también necesito que las plantes y hagas crecer cuanto antes- Le volvió a arrojar algo pequeño y que era como un libro de bolsillo-Todo lo que dice ese libro es que necesita tierra combinada con plata, algunas cosas que no comprendo y baños de Luna por un mes para que florezcan, pero requieren un nivel avanzado de botánica. Y creo que yo la regaría, tu puedes hacerla crecer por montones ¿Cierto?-
-Claro que puedo- dijo Neville entusiasmado. Miro el libro y un segundo después era enorme y con un dibujo de una isla en la portada.- Ninguna de estas semillas se desperdiciara, y te daré tantas plantas como requieras Harry-
-Qué bueno- dijo Harry sonriendo- Ahora tu regalo- Movió su mano nuevamente y en la mesa donde antes coloco el cuerno, se llenó de un montón de bolsas de tela amarradas con diversas telas de colores y pergaminos que decían diferentes nombres, si bien las contabilizaba rápido podían llegar a ser cientos.-Todas tuyas, puedes hacer lo que quieras con ellas. Ya sea investigarlas por tu propia cuenta o buscar la poca información que trae las GAFFAA's que te di-
-Pero…esto-dijo Neville boquiabierto y anonadado como todos los demás- Son muchas semillas ¿Cómo las conseguiste?-
-Dos años atrapado ¿Recuerdas?-dijo Harry rascándose la nuca- No tenía mucho que hacer además del entrenamiento y lidiar con dos psicópatas, así que recolectar cosas fue un hobby. Ahora es tuyo-
-Gracias Harry, esto es… un sueño para cualquier botánico- murmuro Neville con manos temblorosas aferrando el enorme libro y mirando las cientos de bolsitas con semillas.- Empezare de inmediato-
-¿Cómo te las llevaras? Son cientos- dijo Ron abriendo la bolsa más cercana mostrando piedritas cuadradas, o semillas cuadradas.
-Cierto- dijo Harry pensando y sonrió- Te las guardare hasta que lleguemos a Hogwarts ¿Te parece?-
-Claro Harry- dijo Neville asintiendo- Pero déjame estas, empezare con tu pedido- alzo la bolsita que le dio.
Luego de guardar las semillas, Neville salió murmurando cosas y apresurado al igual que su novia, incluso este mantenía un semblante serio. Miro a Ron el cual esperaba su turno con demasiada ansia. Se rio Harry y fue a Daphne la cual quedó impresionada, ya que en sus manos apareció un cristal del tamaño de un balón, de color azul claro y que lanzaba luz propia.
-Sacado de una cueva virgen, o tan virgen antes de que la profanara porque una isla cayó sobre mi cabeza- dijo Harry sonriéndole- Creo que es tu color favorito ¿No?-
-Sí, lo es. No creí que lo supieras - dijo Daphne mordiéndose los labios para no llorar, además de que Ron le abrazo y le susurro algo al oído.
-¿Enserio?-pregunto Harry sorprendido- Pero si dices siempre que te encanta porque es el color de tus ojos-
-¿Qué hace ese cristal?-pregunto Ron entrecerrando los ojos para mirarlo.
-Alumbrar- dijo Harry riéndose un poco al ver sus caras incrédulas- Tiene algunas propiedades mágicas, supongo, pero no se mucho sobre él. Pensé que tu podrías descubrir varias cosas o construirlas si te apeteciera… incluso si la quieres vender… supongo que es valiosa-dijo Harry sin perder tiempo saco una licorera llena con agua, una agua cristalina con diminutas burbujas que subían y bajaban. Incluso el diseño del cristal era bonito- Para mi Hermanita, algo para que siempre me recuerdes-
-El mejor hermano del siglo- rio Theo que estuvo muy callado todo el tiempo- Regalando licor a su hermana menor de edad-
-No es licor- dijo Harry con calma soltando un suspiro.
-¿Entonces?- pregunto Sofi tomando la licorera, abriéndola y oliendo-¡Es mágica!-
-Exacto- dijo Harry con una enorme sonrisa- Es agua del Archipiélago Arcano, puede curar heridas físicas y reponer la energía mágica, pero agota de inmediato. - Ambos se vieron a los ojos y se sonrieron- Ocúpalo bien-
-Claro que si- dijo Sofi sujetando la botella con fuerza.
La mirada de Harry fue a Theo que permanecía sentado con los brazos cruzados, dudo un momento y luego negó. Metió la mano al monedero y saco un buen conjunto de cosas de colores, amarradas con tela y con un rastro de olor pútrido. Se lo dio a Theo el que miro el objeto y alzo los ojos muy abiertos.
-¿Huesos?-pregunto.
-Huesos de todas las criaturas que me encontré, no se sus propiedades mágicas, pero supongo que puedes hacer investigaciones con ellas-dijo Harry un poco serio-Siendo el mejor en pociones… sabes la importancia de incluir algún reactivo que le de potencia o alguna propiedad singular.-
Le pareció tan singular su forma de decirlo, que supo que no solo era un regalo, Harry necesitaba eso por alguna razón.
-Y supongo… necesitas que lo investigue y que te diga los resultados- dijo Theo justo al momento que sus pensamientos comenzaban a formar una imagen de a donde deseaba llegar.
-Eso depende de ti… pero no negare que me interesa saber si alguno de ellos puede llegar a hacer que una poción tenga mucho más efecto que una normal- dijo Harry antes de volver a continuar a entregar sus regalos.
Giro a Ron y miro su ansia. Se rio y saco una billetera delgada de cuero rojo que tenía un dragón por estampado y se la tendió.
-¡¿Eeeh?!, A todos les das objetos traídos de tu misteriosa isla y ¿A mí me das una billetera estándar- dijo Ron tomándola un poco ofendido, aunque era un poco visible su sonrisa- Dime que por lo menos adentro tiene dinero-
-No es una billetera común- rio Harry- Fue hecha con una piel especial de un lagarto rojo que se esconde en arboles altos y escupe burbujas de hielo. No tengo ni idea que sea, es muy raro lo que te encuentras en ese lugar. Es como el monedero de Hermione o mi cartera, aunque no lo parezca tiene un encantamiento de expansión indetectable-
-OOH- soltó Ron abriéndola y metiendo la mano por completo luego saco un galeón deslumbrante- Si, galeones. ¡Eres el mejor hermano!-
Todos rodaron los ojos, sin percatarse que Ron miraba la cartera y no el galeón en realidad
Por último la vio y ella se quedó pasmada, el mejor regalo de esa Navidad era que estuviera a su lado y eso era lo que estaba haciendo. No necesitaba nada más. Pero Harry le tomo la mano y le sonrió, al girar su palma con la otra la metió un su gabardina.
-Esto es algo que conseguí por accidente y no pude pensar en otra persona que lo pudiera ocupar correctamente-dijo Harry acariciando su mejilla y colocando algo en su palma de la mano y haciendo que cerrara los dedos- Esto es solo tuyo-
La alzo y estaba a punto de ver que era cuando enfrente de ellos apareció Dobby el cual los miro e inclinándose en forma de disculpa dijo- Dobby informa acerca de visitantes, se acercan por el bosque de Queens Wood, doce en total. El ministre Rufus Scremengour y el ex ministro Cornelius Fudge y vienen con un grupo de Aurores armados-
Se observaron entre todos y Harry se levantó con una sonrisa.
-Que osados en venir en Navidad…es mejor que recibamos a nuestros invitados como se debe-
