Sorpresa, dos por uno, como en el cine… pero sin colas, gente que molesta al hablar o empujando la butaca y la espera en los comerciales.
Las palomitas, dulces, refrescos y los nachos… los ponen ustedes. Claro si quieren, si no… pues solo vean…¿Lean? Y ya.
Como todavía no he tenido comentarios y estoy esperando sus comentarios. Pues aquí les dejo una canción.
Dedicada a mi chica favorita, si, a ti cielo.
"Siento el calor, de toda tu piel, en mi cuerpo otra vez
Estrella fugaz, enciende mi ser, misteriosa mujer
Con tu amor sensual, cuanto me das
Haz que mi sueño, sea una verdad
Dame tu alma hoy, haz el ritual
Llévame al mundo donde pueda soñar
Uh debo saber si es verdad, en algún lado estás
Voy a buscar una señal, una canción
Uh debo saber si es verdad, en algún lado estás
Sólo el amor que tú me das me ayudará"
Mago de oz, Mujer amante.
Que cursi soy… bueno, empecemos por lo que estamos aquí.
Sin más les dejo que lean, disfruten y dejen su comentario.
Los personajes le pertenecen a J. K. Rowling
Capítulo 84.- Todos contra uno.
Apenas camino un par de pasos cuando Hermione le detuvo de la mano y le miro. Supo que tenía que decirle antes de que incluso pudieran comunicarse con la mente o hablando.
{Es mejor que me dejes manejar esto a mí}Contesto Hermione apretando su puño, con su regalo contra el pecho.
-Y ¿Quién ira a recibirlos?-pregunto Ron parándose con seriedad y mirando el intercambio de ambos- Si vienen el ex ministro, el ministro no creo que sea para tomar él te-
-Dobby trae esto, acaba de llegar unos minutos antes de detectar a los visitantes- dijo Dobby alzando un pedazo de pergamino.
Todos lo pudieron ver y leer, lo que decía enfureció algo a Harry: "Acabo de enterarme que el ministro ira a Camelot, por favor, Harry, no hagas nada imprudente" No entendía a que se refería, pero era seguro no deseaba que lo vieran los invitados.
-Iré yo -declaro Hermione mirándolo a los ojos con un rostro que no daba a discusiones.- Me acompañaran ustedes tres- dijo señalando a Ron, Daphne y Theo.
-¿Entonces Harry y yo?-pregunto Sofi acercándose a donde estaban.
Pero Harry ya no estaba ahí, tenía a Daira y Marlow entre sus brazos, y se encaminaba a la puerta con una mirada algo enojada, todos le vieron y Hermione fue la que avanzo y le dijo en la mente {Confía en mi}
{Confió en ti más que nadie} dijo dándole una mirada rápida y luego regresándola a la puerta {Pero no soporto que ahora estén dejándome de lado}
{¡No es eso!}
-¿Qué harás?-pregunto Ron también preocupado como todos los que le rodeaban.
-Me quedare en mi dormitorio, sin hacer ruido para que no se note que estoy- dijo Harry, con voz inexpresiva.
-Harry, no…- gimió Hermione con dolor en la voz.
No podía evitarlo aquello le parecía tan parecido a la vez que los Dursley tenían visitas, y cuando lo encerraban en la alacena o en su dormitorio sin que pudiera salir o hacer ruido. Solo en la oscuridad, totalmente quieto y a veces llorando, mientras escuchaba las voces, risas y esperando a que pudiera salir por no estar solo en aquel lugar.
Su prometida, intento alcanzarlo pero él ya estaba avanzando por los pasillos a paso rápido y encaminándose a lejos del lugar. No entendía bien como podía seguir sintiéndose apartado, con en sus cosas y él en una isla con Merlín y Nimue, además de las diversas criaturas. Lo intentaba, cada que hablaba, cada que se movía de verdad esperaba reintegrarse, pero no lograba sentirse del todo bien.
Era como si fuera una pieza de un rompecabezas, uno en el que no encajaba y ni siquiera parecía pertenecer.
-¡Harry! -exclamó de pronto la voz de Sofi, corría detrás de su persona, jadeando al colocarse a su lado y mirarle con los ojos preocupados-¿Qué paso, estaba bien todo y…-
-Lo siento, estoy molesto- dijo Harry volteándose y acariciándole la cabeza- Ahora no es buen momento de estar a mi lado- le entrego a Marlow el cual ni siquiera chisto en cuanto lo dejo en sus hombros y a Daira que dormía plácidamente aun, se notaba que aún era una cría.- Cuídalos por favor, bajare en un rato-
El continuo caminando, mientras Sofi se quedaba para en medio del pasillo con los ojos siguiéndolo y sin saber qué hacer. Más no estaba nada tranquilo, sentía que estaba a punto de estallar y que si alguien se encontraba cerca de su persona cuando explotara, causaría mucho daño. Ni siquiera tomo las escaleras al techo, simplemente voló hasta arriba y camino a la orilla de la casa donde podría ver qué pasaba en los jardines. Pero desde ahí lo verían claramente. Así que con la mirada busco un punto mejor de vista y que no lo detectaran.
Una rama del Sauce Boxeador atrajo su atención, literalmente, le llamaba y le señalaba una rama que extendía mucho metros más arriba, empezaba crecerle ramas y arbustos. En la posición perfecta para poder ver lo que pasaba y ocultarse. No lo pensó dos veces y tomo posición en aquel lugar que le daba el enorme árbol que cuidaba de la casa. Y de inmediato saco su dispositivo creado en Hogwarts, el tercer ojo con las orejas extensibles de los gemelos.
Se quitó sus lentes nuevos, dados por su prometida y creo un círculo mágico encima, interconectando ambos objetos, además de crear que pudiera escuchar a través de las terminales de los anteojos. Lo arrojo, colocando un hechizo de desilusionador en ellos, y este voló directo a donde salían Hermione, Ron, Daphne y Theo.
Se recoloco los lentes acariciando un poco el regalo, no podía creer que apenas unos cuantos minutos atrás no se sentía de esa forma. Pero tampoco dejaría que las cosas le sobrepasaran, no, tenía el control de sus acciones y si tenía que hacer algo lo haría, así terminara enfadando a Dumbledore y a cada persona que conociera.
La imagen era como si lo viera todo en persona, incluso los sonidos, observo a Hermione girando la mirada a la mansión cada pocos segundos, y casi presentía que tenía la intención de correr hacia adentro a buscarlo. A Ron y Daphne tenían una cara de desagrado total. Incluso Theo se sobaba el cuello incómodo.
Al llegar a la verja de jardín que dividía los terrenos, Dobby ya se encontraba ahí, listo para abrir Camelot al ministro.
-Abre Dobby- dijo Hermione dando un último vistazo hacia atrás.
En cuanto lo hizo, aparecieron una docena de personas, entre ellos Rufus Scremengour el cual estaba con un rostro leónica y los labios muy apretados, además de que avanzaba cojeando ligeramente, con la melena entrecana y orilla de la negra capa mojada. Lo notaba por el tercer ojo, ya que estaba probando si podía ser detectado, y lo paso muy cerca de su rostro sin que lo percataran. O no le prestó atención en ese momento.
Detrás, inmediatamente, estafa Fudge el cual tenía la cara algo molesta y se notaba que temblaba de frio, además de eso, le seguía pareciendo un hombre sin importancia. El resto de los Aurores seguramente solo eran una escolta que bien podría ser la elite de sus filas, sus magias no eran tan impresionantes como esperaba.
Lo que le hizo sospechar de sus intenciones.
Antes de que nadie dijera hubo un breve pero incómodo silencio, que él hubiera roto con un chiste sobre lo canoso que estaba el ministro con solo sus pocos meses en el puesto o sobre el estúpido bombín que conservaba Fudge. Entonces el ministro dijo con cierta rigidez:-Feliz Navidad, a todos ustedes.-
-Feliz Navidad también- dijo Hermione con su usual educación, aunque se notaba que ella también se colocó en una pose defensiva.- ¿Cómo ha estado señor ministro?-
-Muy bien, gracias por preguntar- dijo Scremengour avanzando y cojeando, aunque sorprendiendo un poco el que saludara a Hermione de mano, luego se apartó y se quedó apoyado en su bastó. - Les pido una disculpa por presentarme sin aviso- también saludando a todos con una seña, y luego Fudge le siguió, a regañadientes.- Estábamos Cornelius y yo trabajando aquí cerca, ya saben, y nos hemos parado para saludar.-
-A que mentira tan mas obvia-dijo Harry aprovechando que nadie lo escuchaba- Si Camelot no está marcado en el directorio mágico, lo más probable es que alguien buscara antiguos registros y buscaran en todas las direcciones registras al apellido Potter-
Hermione le sonrió un poco y con una voz dulce, una que incluso le hizo pensar que estaría en problemas en cuanto la viera, dijo-No se preocupe, no es como si pudiéramos evitar que el Ministro de magia viniera y además yo creo que es un honor que llegara hoy precisamente-
El chasquido de lengua de Fudge fue ignorado, al igual que el leve movimiento de ojos que realizo.
-Aunque nos tomó de verdad por sorpresa- dijo Ron viendo a Rufus con tal seguridad que incluso lucia como otro. -No es por declarar segundas intenciones de usted ministro, pero yo creo que no solo han venido a saludar-
Por el tercer ojo vio a Daphne pellizcándole el costado, aunque por primera vez no se quejó su amigo y ni se movió. Parecía también molesto, a tal punto que no bajaba su defensa en absoluto.
-¡Pero pase y siéntese, por favor, señor ministro! -dijo Hermione moviendo la mano en dirección al camino directo a la casa. -Si tienen hambre puedo pedirle a los elfos algo para que coman, incluso una copita para conmemorar su primera visita a Camelot el hogar de Pendragón-
-¿Camelot?-pregunto Fudge con un tono que no agrado a nadie de los presentes, menos a Harry que apretó la corteza del sauce boxeador y trono su corteza.- Esto es una…-
-Gran mansión y un buen nombre para tal lugar- gruño Scremengour a Fudge encarándolo con unos ojos llenos de enojo, regreso la mirada suspirando- Quisiera de verdad pasar y tomar algún aperitivo con ustedes, pero no podrá ser hoy- continuo Scrimgeour, y miro a Hermione, sus amigos, Dumbledore y luego el jardín- Tengo unos diez minutos, pero no me molestaría dar un paseo por el bonito jardín que tienen, ¿Podría, señorita, ser mi guía?-
Ninguno de sus amigos se tragaría eso, tampoco creía que esa amabilidad saliera por su cuenta, y sin lugar a dudas, algo estaba muy raro. Su enfado fue puesto de lado y una ancha sonrisa surgió, cuando de la boca de su prometida brotó un chasquido de lengua y cruzo los brazos mirando al ministro y surgieron sus ojos que podían bien intimidar a un dragón.
-Acabemos con los teatros- dijo Hermione haciendo que el ambiente cordial y de amenaza cambiara - Todo esto me harta y créame tengo otro asunto millones de veces más importante que usted. Y siendo sincera, arruino mi estado de ánimo, así que al punto por favor-
En los rostros de Aurores se notaba que no podían creer como le hablaba al actual ministro, en Fudge tenía un leve tic en su ceja, y por el otro lado los Pendragón sonrieron y siguieron el ejemplo de Hermione. Les miraron con algo de furia.
-¡¿A quién crees que le estás hablando jovencita?!-pregunto Fudge con voz gruesa y avanzando decidido.
-A usted no, de tal forma que se calla y deja a los adultos hablar- dijo Hermione con la voz tan fría que bien podría haber congelado más el ambiente, si no fuera porque todo tenia nieve a su alrededor.
-Señorita, por favor no seas mala- dijo Scremengour intentando interceder- Hemos venido a hablar adecuada…-
-No me importa a que han venido, me molesta que estén aquí y que crean que seguiré con sus juegos estúpidos- gruño Hermione al ministro, el que se lo pensó un momento.- Y en cuanto a mis palabras, pido una disculpa, pero no creo que les moleste cuando ustedes interrumpen nuestras vacaciones de invierno, además de conseguir de forma ilegal la dirección de Camelot-
-¡NO COMPRENDE DE VERDAD NIÑA ESTUP…- Comenzó Fudge, y fue bueno que no terminara.
Harry hubiera ido a hacer que se tragara sus palabras, cuando vio a Ron, Daphne y Theo moverse con una velocidad que nunca antes. Su mejor amigo se colocó detrás de Fudge y le coloco la varita en la garganta, Theo se la clavó en las costillas, sin verlo y vigilando a los Aurores, en cuanto a Daphne enfundo la varita y apunto a cada uno de los Aurores de atrás. La sorpresa y que ellos tres atacaran fue algo que no esperaba Rufus, porque salto de lado para ponerse a salvo, sacar la varita y defenderse. Mas no contaba con Hermione que se colocó a su espalda al momento, le golpeo la varita con su mano y esta rodo al suelo y le clavo la propia en la cien.
En cuanto los Aurores reaccionaron ya era tarde, tenían al ministro y ex ministros acorralados. Sacaron sus varitas tarde, y antes de que incluso pudiera direccionarlas Daphne lanzo tantos hechizos de desarme que salieron volando y terminaron algunos dentro del lago. Harry se quedó mirando en todo momento, aunque por un segundo estaba a punto de salir directo a ellos y darles su merecido, pero al percatarse que podían solos, se calmó y sonrió un poco.
-¿¡QUE CREEN QUE HACEN?!-Rugió Fudge y estaba por gritar otra estupidez.
Fue detenido por Rufus que alzo las manos en señal de rendición, y dijo- Me disculpo por lo que ha dicho mi antecesor, por favor bajen las varitas-
Hermione estaba enojada, el cabello le flotaba, pero no miraba al ministro derrotado, miraba al grupo de Aurores que estaban listos para atacar, peor fueron petrificados por su mirada.
-Si quieren salir ilesos de aquí, les recomiendo que ni muevan un musculo y que ni piensen que pueden enfrentarnos- murmuro Hermione, provocando un escalofrió le recorriera la columna.-Porque si lograran derrotarnos a nosotros cuatro, ustedes terminaran muertos y el ministro aquí presente desaparecería de la faz de la tierra. Y ninguno de nosotros lo provocaría-
Retiro la varita de la sien del Rufus y tomando la mano de Daphne indico que bajaran las varitas, al instante Ron y Theo también dejaron a Fudge en donde estaba atónito.
-Ahora permítame responder su pregunta- dijo Hermione sonriéndole un poco al ex ministro.
Se escuchó incluso a la distancia que estaba Harry, sin necesidad de magia, y la cara de Fudge estaba girada y la marca roja de su cara era tan grande como la palma de Hermione. Ningún Auror se movió, Fudge ni sus amigos pudieron hacer algo o decirlo.
-Eso no crea que es por mí, eso es por sus acciones pasadas- dijo Hermione con la mano aun en el aire y su en rostro se notaba que quería seguir abofeteándolo.
En cambio Fudge tenía los ojos rojos y llorosos, se tomaba la mejilla y abría la boca, pero el dolor le obligaba a cerrarla de inmediato. Por el rabillo del tercer ojo, vio a Theo tomarse la misma mejilla y mover la mandíbula con una cara de pena.
-Ahora ministro, sígame y deje sus hombres aquí en la entrada o no hablare con usted.- dijo Hermione dando una seña a Ron, el cual asintió y comenzó a caminar sin esperar al ministro. Aunque no fue necesario le siguió pasando por el lado de su amigo.
Se quedaron en medio del camino, Ron cruzado de manos con la varita lista y una mirada que retaba a los Aurores; aunque Daphne estaba en la orilla derecha con la misma expresión, sosteniendo algunas varitas de los Aurores y jugando con ellas con una mirada de burla; y Theo en la izquierda aun sobándose como si él hubiera sido el que recibió la cachetada.
-Son… bastante fuerte- dijo Harry con una leve risa y sintiéndose nostálgico, aun recordaba cuando no Ron no podía solo tirar a un muñeco de practica.- Esto se pondrá bueno-
Fudge intento seguirlos ya que se alejaban, pero Ron y Theo alzaron los brazos impidiendo que se moviera. Abrió la boca, pero ambos negaron.
-Créame, no quiere enfrentarla con ese humor- dijo Ron en un tono un tanto divertido bajando la mano- No a menos que su nombre sea el indicado o… desee perder todo su ego y sea humillado, pero si quiere intentarlo adelante-
Fudge se quedó parado, con la cara morada a excepción de la marca de mano en su mejilla y tan quieto que bien podría ser una estatua. Dejo a sus amigos esperando que nada se descontrolara, y siguió a Hermione y Rufus. Se dirigieron hacia el jardín donde crecían flores de invierno, con colores blancos y trasparentes, además de sus ramas cubierto de nieve; Scrimgeour cojeaba, se preguntó si era una herida de batalla. Antes que ministro, Scrimgeour había sido jefe de la Oficina de Aurores; tenía un aspecto severo y curtido y no se parecía en nada al corpulento Fudge con su característico bombín.
-Precioso -observó Scrimgeour con sequedad, deteniéndose junto a la fuente del jardín, y contempló desde allí el nevado lago y las siluetas de las Kelpies, que nadaban sin saber que pasaba en la superficie- Realmente precioso lugar.-
Hermione no comento, solo lo observaba analizando cada cosa de su persona, incluso podía ver como estaba ya creando diferentes respuestas para el dialogo que se crearía a continuación.
-Hacía mucho tiempo que quería hablarte de esta forma -dijo Scrimgeour al cabo de un momento.- Ese día en la audiencia, me dejaste sin palabras y veo que a pesar de que metí a mis muchachos a entrenarse no logre cambiar mucho las cosas. -
-Disculpe a mis amigos, no soportan que ofendan a nuestro colegio y menos a uno de nosotros- dijo Hermione con voz neutra- Además si Cornelius terminaba esa frase, puede que muriera-
-¿A qué te refieres?-pregunto el ministro pasando la mano por la nieve- ¿Acaso… ustedes?-
-No puedo decir nada más, pero… digamos que lo hicieron para proteger a Fudge más que a mí- dijo Hermione soltando un suspiro y mirando al cielo- Suele no tomarse un insulto a mi persona tan bien como yo-
Eso era cierto, si no hubieran actuado de esa forma, él hubiera volado sobre de ellos y seguramente algunos no se hubiera enterado que los golpeo hasta que se vieran en San Mungo.
-¿Quién?-
-¿No dijo que solo tenía diez minutos?-pregunto Hermione desviando el tema.- Ya van más de diez-
Se rasco la barba y lucio consternado -Primero, déjame asegurarte que entiendo su reacción y pedirte, nuevamente, disculpas por mi colega. No puedo creer que no entiendan nada, especialmente después de lo sucedido en el ministerio… -Esperó a que Hermione dijera algo, pero ella permaneció callada, así que continuó- Estaba deseando que se presentara una ocasión para hablar con usted desde aquella audiencia bajo el puente de la torre, pero he estado ocupado e ir a Hogwarts sería algo que podría llamar la atención-
Hermione asintió solamente.
-¡Qué rumores han circulado en estas semanas!-exclamó Scrimgeour -Aunque ya se sabe que las historias se tergiversan… Todas esas murmuraciones acerca de su TIMO en runas… De lo que paso en el castillo…y Pendragón-
-No sé a qué se refiere, señor ministro.-
-Bueno, a ti no importará simples rumores, desde luego -dijo Scrimgeour y soltó una risita- Pero para la comunidad mágica en general… Todo es muy subjetivo, ¿no? Lo que interesa es lo que cree la gente.-
Guardaron silencio. No creía que Hermione no intuyera por dónde quería ir a parar el ministro, pero no pensaba intervenir hasta que estuviera seguro de que era necesario.
-Verás, la gente cree que Harry te dejo sus poderes cuando murió-prosiguió Scrimgeour con la mirada seria y clavada en su novia. Ella no reacciono y solo lo miro como si fuera nada sin importancia.- Te consideraba solo una hija de muggle novia del gran héroe, y luego… ¡La primera profesora Rúnica de Londres en mil años, con ese poder que petrifica a todos y el atrapar a más de treinta Mortifagos en una sola hora!-
-Se llama trabajo duro, paciencia, valentía, audacia, inteligencia, creatividad, astucia y determinación.- continuo Hermione contestado de forma como si no importara de lo que hablaban.- Además lo último no lo hice sola-
-Claro, claro- dijo Rufus suspirando- Pero las creencia popular dice que Harry dejo el poder para enfrentar a Voldemort en ti y…-
-Haga la pregunta y déjese de juegos-dijo Hermione entrecerrando los ojos.
-¿Es cierto que existe "el poder del elegido"?-
-Qué tontería más estúpida-contesto Hermione por primera vez riéndose, aunque de forma burlona- Si existiera algo así lo tendría Neville, y no yo-
-¿Cómo?-pregunto el ministro parpadeando, justo cuando una cabeza de Kelpie salía para ver quienes estaban parados de forma estoica cerca de su cueva sub acuática.
Su novia apunto la nariz al cielo y bufo exasperada, al bajarla agito la cabeza y la mano negando. -No se preocupe por eso. Y como he dicho eso de "el poder del elegido" no existe, simplemente nuestro sistema de enseñanza es… diferente. -
Una sonrisa surgió en los labios de Rufus, mostrando los grandes caninos, más de lo que debían ser.- El caso es que ahora eres un símbolo de esperanza para muchas personas. El hecho de pueda existir alguien…que tal vez sería capaz de destruir a "El que no debe ser nombrado", o que incluso podría estar a su nivel de magia…bueno, levanta bastante la moral de la gente.-
-Aja ¿y?-contesto Hermione cansada de la conversación, lo notaba en sus labios apretados.
-Y no puedo evitar la sensación de que, cuando te des plena cuenta de ello, quizá consideres que es… no sé cómo decirlo… bien, que es casi un deber colaborar con el ministerio y estimular un poco a todo el mundo a contribuir.-
El silencio siguiente fue incluso incómodo para Harry, y estaba a metros de ahí con varios pisos de diferencia y oculto por ramas del sauce que se balanceaba lentamente. Pero incluso el Kelpie se hundió lentamente y sin hacer nada de ruido, para luego su sombra desaparecer.
-Qué curiosa criatura, ¿verdad? Pero ¿Qué opino, Señorita Granger?-
Las cejas de Hermione alzadas, sus labios apretados y un ligero temblor en el pómulo, le indico a Harry que hubiera sido mejor que hubiera déjalo ese tema para nunca jamás volverlo a tocar.
-¿Qué quiere de mí?-pregunto Hermione de verdad con un tono desconcertado-"Colaborar con el ministerio" ¿Qué significa eso en realidad?-
-Bueno, nada demasiado molesto, te lo aseguro -repuso Scrimgeour- Quedaría bien que vieran a los Pendragón, o a ti, entrar y salir del ministerio de vez en cuando, por ejemplo. Y mientras estuvieras allí, tendrías oportunidad de hablar con Gawain Robards, mi sucesor como jefe de la Oficina de Aurores, Dolores Umbridge, mi secretaria, incluso con Kingsley Shacklebolt…-
La carcajada sardónica de Hermione le hizo cortar su discurso, le miro y pareció que veía a un pequeño niño que empezaba a descubrir como limpiarse la boca, pero manchándose más en el proceso. Provoco un desconcierto y molestia en el ministro.
-Ustedes sí que necesita una actualización del estatus entre esa arpía y Pendragón- rio Hermione- Ninguno de nosotros la soporta. Y en cuanto a que aparentemos trabajar conjunto al ministerio…-
-Créeme la gente se animaría al pensar que te implicas más -comentó Scrimgeour, que parecía alegrarse de que hubiera captado el mensaje a la primera. Al contrario que Harry, sabía que estaba llevando las tornas por el lado equivocado.-En que no solo es el ministerio, Hogwarts y Pendragón juntos y trabajando…-
-Eso ya lo intento Harry y ustedes le dieron la espalda, lo atacaron y le hicieron llegar a ser el más odiado por el mundo mágico- dijo Hermione con la mayor frialdad que podía expresar-¿Por qué yo los ayudaría a tomar el crédito de cada cosa que hemos hecho?-
-¿Acaso no entiendes? Se trata de infundir optimismo en la población, de transmitirle la sensación de que están pasando cosas extraordinarias…-
-Están pasando cosas extraordinarias- dijo Hermione con voz fuerte-Desde antes que cualquiera de los del ministerio se diera cuenta, antes de que el idiota de Fudge admitiera el retorno de Voldemort- En nombre creo un escalofrío en Scremengour y se retiró un paso-Y créame las sorpresas apenas están empezando, lo que ha visto solo es lo que yo he logrado y no lo que se ha estado trabajando durante estos años. Es mejor que olvide sus dudas, Pendragón se alzara para terminar con Voldemort por completo, y cuando terminemos el mundo no volver a ser igual-
Scrimgeour endureció el semblante. - De mal a peor, eso es lo que estas provocando- murmuro Harry.
-No espero que lo entiendas, Fudge y yo somos diferentes-dijo, pero no tuvo tanto éxito como Hermione en disimular la rabia que sentía- Vivimos tiempos difíciles y es preciso adoptar ciertas medidas. Tú sólo tienes diecisiete años y…-
-Lo mismo dijo Fudge.- menciono Hermione con una nota arriba de su volumen de voz-Un niño que está mintiendo, solo son niños, tienen quince años, ¿Qué pueden hacer?... supongo que no recuerda que sucedió en el ministerio y a Harry peleando mano a mano con Voldemort. Somos jóvenes, pero ya los hemos superados-
Se miraron a los ojos, largamente y con dureza. Al fin Scrimgeour dijo, ya sin fingir cordialidad:-Entiendo. Prefieres desvincularte del ministerio, ¿verdad?-
-Lo entiende mal y cree que soy su enemigo- dijo Hermione suspirando y rodando los ojos- Yo no he dicho que nos desvincularíamos del ministerio, pero tampoco quiero que nos utilicen y cada logro o cosa que hagamos lo vean como si solo el ministerio lo hiciera. Durante mucho tiempo Pendragón ha sido la burla, la comidilla de la gente, y nadie piensa que lograríamos nada. Pero ahora usted está aquí, solicitando que demos esperanza a la gente. Mi pregunta es ¿Qué ganaremos nosotros con hacer eso?-
-¿Acaso hacer el bien requiere una compensación?-pregunto Rufus calmándose un poco- Ustedes solo se tienen unos a otros, y la nación duende puede que te abra las puertas, pero si ocurre un ataque no irán a ayudarte a menos que sean pagados y entonces ¿Qué les pasara a sus miembros? No puedes asegurar su seguridad-
-Es cierto- dijo Hermione con una sonrisa amable, casi sentía que su voz era la de alguien que le explicaba algo a un niño pequeño. Estaba hirviendo en coraje, eso es lo que sentía Harry por sus venas por parte de su conexión con su prometida- Pero usted no está seguro de que eso sea cierto, y lo que ha visto de nuestro poder solo es el uno por ciento.-
-Solo estas alardeando-decreto Scremengour con singular superioridad.- No te creo-
-¿Esta seguro? Puede que lo diga para que no me crea, y puede que sepa que piense que lo digo para que usted crea que no debe creerme al decir que no me crea, o el que crea que no cree que me cree.- dijo Hermione de forma tan fácil que parecía que lo dijera todos los días.
Harry se llevó la mano a la cabeza e intento seguir el curso de pensamiento de su prometida, pero le termino doliendo la cabeza con tan solo intentar recordar lo que dijo. Lo dejo así y continuo escuchando y viendo. De igual forma Scremengour estaba tan confundido como él.
-Mire quiero dejar algo muy claro- continuo Hermione girando la vista un poco y por un segundo le pareció que seguía con la vista al tercer ojo que sobre volaba el área. Dio una sonrisita sincera y regreso la mirada- Ustedes están haciendo lo mismo Fudge ¡Fingiendo que todo era maravilloso mientras asesinaban a la gente delante de sus narices, y usted encarcelando sin saber que de verdad son Mortifagos! ¡Y ahora ¿busca que el público le vea bien por tener a los Pendragón trabajando para usted?!-
Abrió la boca para defenderse, pero conocía a Hermione y en ese momento no se callaría nada.
-A usted no le importa que nosotros vivamos o muramos, sólo le interesa que lo ayudemos a convencer a todos de que está ganando la guerra contra Voldemort. No lo he olvidado, señor ministro… -giro otra vez la mira al tercer ojo y supo que lo descubrió, aunque no entendía como- No recuerdo que alguien creyera cuando Harry intentaba explicarles a todos que Voldemort había regresado. El año pasado, el ministerio no mostraba tanto interés en mantener buenas relaciones con Pendragón o Harry en sí. No hasta dejamos de ser un colegio legal, y lo nombraron "el niño que mintió". -
Permanecieron en silencio, con la nieve comenzando a cubrir un poco de sus pies.
-En todo caso podríamos hacer una alianza, con un contrato mágico donde diga que nuestros méritos son nuestros y que el colegio será aceptado ahora y siempre- continuo Hermione alzando los dedos enumerando las condiciones- Que no tengamos ninguna responsabilidad u obligación con el ministerio. Y sobre todo, que cualquier método, objeto e información que se revele será expresamente de Pendragón y no puede ser ocupado ni difundido por ustedes-
-Eso podría hacerse, claro, mientras ustedes también cumplan con ciertas condiciones- dijo Scremengour con una leve sonrisa- Aunque primero tendría que ver esos métodos, objetos e información para saber si de verdad valen la pena para hacer tal contrato-
-No soy estúpida ministro- gruño Hermione- Pensé que usted era mejor que Fudge pero parece que el puesto le ha corrompido también-
-Simplemente intento que esta guerra lleve el mejor curso y si para eso es necesario usar estos trucos, lo hare- dijo Rufus casi decepcionado- Piense bien lo que sucede y tome la mejor decisión. Harry Potter hubiera tomado la decisión correcta, ayudándonos a luchar contra "El que no debe ser nombrado" y… quisiera a su colegio y amigos a salvo. ¿Cierto?-
Fueron las palabras mágicas que descontrolaron a Harry, corto la conexión con su tercer ojo, se levantó viendo que la nieve se había cumulado sobre la rama y que su cabello estaba cubierto de blanco. Además de que la tarde se acercaba con rapidez. ¿Qué harían los elfos para la comida? Pensó mientras se estiraba y le daba unas palmaditas al Sauce Boxeador.-Gracia por el escondite, pero es hora…- sonrió con malicia y activo la magia de Utgar -Creo que es hora de que los problemas y el caos comiencen- y sin dudar un solo segundo, corrió por el techo, y salto directo a donde estaban el ministro y Hermione.
Dibujo un arco perfecto, primero no viendo donde estaba Hermione y luego se dirigía con rapidez hacia ellos. Aterrizo justo detrás de Rufus Scremengour, fue como si una sombra apareciera detrás a la velocidad de un relámpago, y provocara un enorme temblor y que la nieve se esparciera en todas direcciones. Reacciono sacando la varita he intentado dar vuelta, Harry le tomo la muñeca la torció detrás de su espalda y le tomo el cuello dejando el dedo índice en la yugular del Ministro de magia. En seguida Hermione no puedo evitar sacar la suya, tampoco abrir los ojos y soltar un pequeño grito de sorpresa.
El estruendo llamo la atención de los aurores, de Fudge y los Pendragón, lo que no fue bueno. Los Aurores convocaron sus varitas y algunas escaparon de las manos de Daphne, Ron y Theo giraron por completo perdiendo de vista a los que vigilaban que aprovecharon para pasarlos y llegar a donde ellos tres estaban.
Ron apenas pudo proteger a Daphne y Theo del ataque de un par de Aurores. En cuanto a Theo recibió el golpe de uno de ellos y terminaron rodando por el suelo.
-Hola amor, lo siento, de verdad quería esperar… pero ya me colmo la paciencia- dijo Harry con una leve sonrisa, al verla algo enfadada. Giro con el cuerpo de Rufus ocupándolo como escudo y miro a los Aurores apuntándolo-¡DETENGANSE AHORA!-
Su voz resonó en todo el jardín, y todos pararon, Ron quitando de encima al Auror y que tenía el puño de Theo enterrado en su cara.
-Ahora las varitas fuera- dijo Harry y cada una salió volando de la mano de su propietario y terminaron rodando apuntando al ministro. Los únicos capaces de sostenerla eran Hermione y Ron, porque incluso la de Daphne, Theo y Fudge fueron arrebatadas.-Relájense un poco ¿Va? Nadie matara a nadie, no en mi guardia-
-¡TU!-Grito Fudge trastabillando para atrás y cayendo en la nieve temblando-¡No…NO… tu… tu… estas muerto!-
Soltó una carcajada grande y arrojo a Scremengour hacia adelante el cual tocia por haber sido casi estrangulado por Harry. Se miraron y aunque tanto aurores como el ministro abrieron los ojos, no lograron ni producir un sonido.
-Mi muerte fue extremadamente exagerada- dijo Harry sintiendo la mano de Hermione tocar la suya apenas con sus dedos.
{Idiota, tenías que esperar a que lograra un convenio} dijo Hermione en su mente con un tono molesto, pero no tanto para que se preocupara {Ahora… el gato salió de la caja}
{Ya era hora, empezaba a apestar adentro y créeme no te gustaría limpiarlo} rio Harry internamente mientras le sujetaba y entrelazaba sus dedos. {¿Estoy en graves problemas?}
{Conmigo no} dijo Hermione soltando un suspiro y mirándole de reojo {Pero ahora todos sabrán que estas de regreso}
{Intentemos cambiar eso} fue lo último que dijo antes de regresar la mirada a Scremengour que estaba tonito.
-Y ¿Qué dacia de blofear?-pregunto Harry intentando intimidarlo, lo cual funciono, retrocedieron y se pusieron a la defensiva.- Vamos ministro, creí que era más valiente ¿O los fantasmas le asustan?-
-¿Eres… eres…?-comenzó a tartamudear.
-Sí, soy Potter, si la cicatriz no los convence, puedo mostrarles un lunar que tengo en mi -dijo Harry riéndose un poco.
-No de nuevo ese chiste- dijo Ron llegando a su lado junto con la mano de Daphne y Theo rascándose el costado.- ¿Pudiste espantarnos menos?-
-¿Qué? ¿No te gustan mis estradas épicas?-pregunto Harry riéndose y mirando como los tres ponían los ojos en blanco.
-Creo que es… bastante fascinante que creas que es épico- dijo Hermione con una leve risa- Sabia que nos veías, pero no esperaba que no armaras tanto alboroto y mira lo que has hecho-
-Eh, no puedo negar mi don especial, es mi forma de ser- dijo Harry sonriéndole y acariciando su mano.
-Ahora, chicos avisen a los elfos que llegaremos tarde a comer y que tendremos visitas- dijo Harry continuando mirando a Scremengour.- Y luego junten a los siete y nos vemos en la sala de entrenamiento. Es hora de un poco de ejercicio-
Le miraron raro, incluso Hermione, mas asintieron y junto con Dumbledore entraron en la casa. Regreso la mirada, donde Fudge seguía en el suelo, Rufus atónito sobándose la muñeca y los Aurores sin saber qué hacer. Avanzo con Hermione y encaro a Scremengour el cual parpadeaba y abría la boca sin que nada saliera de ella. Estiro la mano y atrajo el bastón del Auror y se la entrego.
-Siento la brusquedad, solo estaba probando sus reflejos- se disculpó saludando de mano, y después de unos segundos, Scremengour la estrecho.- Ahora, entremos. Tengo que mostrarles algo, y es mejor que traiga a todos, hace frio y le aseguro que los necesitara-
Se adentraron a la casa, cruzaron la entrada con Fudge completamente mudo, aunque lo miraban a Harry como si fuera un fantasma. El no terminaba de acostumbrarse, ¿Cómo le hacía sir Nick? Claro que tampoco le regreso las varitas, estas flotaban alrededor de ellos, con una débil y diminuta luz en cada punta.
En lugar de subir las escaleras que subían a los pisos superiores, Harry comenzó a abajar, siempre veía a Hermione y los demás ir hacia ahí para entrenar, aunque nunca bajo, suponía que ahí estaba el área de entrenamiento.
Las escaleras de caracol eran bastante cómodas para bajar de tres en tres, aun así fueron lentos mientras que escuchaban voces y pasos arriba. Pronto sintió las magias de todos los habitantes dirigiéndose a ese lugar, seguro el estruendo llamo su atención y lo que paso se rego como pólvora. El no pudo evitar sentirse un poco más complementado con lo que sucedía. Por lo menos no le echaron en cara el que se presentara frente a Scremengour y que casi le volara la cabeza a este (aunque no era su intención).
Admitía que pensó que sería más tranquilo, pero con su cuerpo recuperado y descansado, su poder volvió a aumentar y tendría que entrenarse para saber sus límites.
Al llegar hasta abajo, parecía que estaban por muy debajo del suelo, casi como un edificio de diez o quince pisos distancia de la mansión. Llegando a un área blanca, con puertas dobles del tamaño perfecto para que pasara un elefante, con chapas cobrizas y con dibujos de criaturas mágicas. Las puertas se abrieron sin siquiera tocarlas, mostrando lo que era un espacio bajo la tierra hueco, con un increíble bosque que apenas dejaba ver que del techo colgaban aros(como los de Quidditch) y que a los lados tenía dos hileras de ventanas que dejaban ver lo que pasaba en el interior. En ese momento vio a casi todos los elfos, a los señores Dursley, Granger, Longbottom y la señora Weasley. Suponía que algunos ni se acercaron al ver que el ministro era el que estaba en la mansión, si se enteraba de Narcisa o simplemente los desaparecidos, se armaría una grande.
-Ya que estamos aquí, hablemos claro-dijo Harry acercándose a la pared para inspeccionarla.- ¿Quieren que los Pendragón trabajen para el ministerio, que alcemos la esperanza de la gente y que los ayudemos contra Voldemort?-
-¿Cómo es que estas vivo?-pregunto Fudge de forma grosera.
-No morí, cruce el velo de la muerta, pero solo me envió al otro lado del mundo, viví en una cueva por ocho meses, me encontré con Merlín y Nimue, me entrenaron, pelee con un dragón infernal y regrese volando sin escoba- dijo Harry alzando los hombros. Provocando que tanto Fudge como Scremengour dieran miradas incrédulas y algunos Aurores se aguantaran la risa.
-Si no quieres contestar no tienes que decir mentiras tan obvias- dijo Scremengour un poco más tranquilo.
Miro a Hermione que rodo los ojos y le dijo {Que genio eres, decir la irreal verdad para que no te pregunten más}
{Creí que por más que se lo explicara no lo creerían}Contesto Harry regresando la mirada con una sonrisa.{Entonces para que explicar}
-Ahora que sabemos que esté vivo, lo cambia todo- continúo Scremengour con una mirada un poco menos segura que antes- ¿Quién es el líder de Pendragón?-
Se volvieron a ver entre ellos, hubo una discusión rápida en sus mentes y aunque no quería, Hermione lo señalo y con una voz alegre dijo- Harry es el director y líder de los Pendragón ¿Algún problema?-
Esa pregunta fue directo a su ser, más que a sus oyentes. Trago duro y asintió sin opción.
-Ya que hemos contestado, ustedes contesten a mi pregunta- dijo Harry mirando llegar a sus amigos detrás de los aurores, a los generales dragón.
Sofi traía en brazos a Daira la cual miraba todo el lugar y agitaba la cabeza sorprendida, y no existía señal de Marlow. Luna de alguna forma logro bajar su arrugado hueso, mientras sostenía la mano de Neville, el cual tenía tierra y raíces en el cabello.
-Lo que has dicho es lo que queremos hacer- dijo Scremengour con seriedad, aunque sus ojos se notaba la duda.
-Por lo que escuche dijeron que blofeábamos, que teníamos poco poder y que necesitábamos del Ministerio o algo de protección del ministerio… ¿Quiere comprobar ahora si es cierto?-pregunto Harry sobándose el cuello.- No he entrenado en un par de semanas y siento que me hace falta, creo que un viejo perro de guerra como usted y un par de sus elites Aurores me serán perfectos para calentar.-
Aquel comentario no fue bien recibido, pero pareció que los hizo ver una posibilidad de cumplir su meta de ese día.- ¿A qué se refiere?-
-Los reto a un duelo mágico. Los estoy retando por los antiguos magos del pasado y las armes mágicas más ancestrales-dijo Harry con una sonrisa algo macabra.
-¡Doce contra ocho!- dijo Fudge bufando de furia- No suena a reto-
-Cierto- dijo Harry llevando su mano a la barbilla como si pensara, y luego sonrió- Entonces seré solo yo contra ustedes doce-
-¿Qué tu solo?-preguntaron en general.
-¿Qué no pueden ustedes solos? Llamen a cuantos elites Aurores necesiten, aun así los destrozare- rio Harry con una mirada de reto y burla a los ojos de Scremengour.
-Hombres- murmuro Hermione caminando a donde estaban los otros y en seguida cargo a Daira acariciándola y haciéndolo caricias bajo las alas, provocando que rugiera - Mamá linda, ¿Papá matara a esos débiles?- y sacara un par de fuegos.
Tal vez un poco de ego se le fue a la cabeza, alzo los hombros - Acabemos esto con facilidad.- dijo Harry preparándose, estirándose, haciendo flexiones de piernas y estirando los brazos.- Si yo logro dejarlos noqueados, ganare. De lo contrario, si ustedes logran hacerme un solo golpe, Pendragón estará bajo sus órdenes, seguiremos al ministerio, haremos lo que dicen e incluso aseguraremos que el ministerio fue el que nos entrenó para estas circunstancias. ¿Les parece?-
-Y ¿Qué pasara si no?-pregunto Scremengour con cuidado, su astucia como viejo Auror y su frialdad le hacía cuidadoso.
-Dejaran a Pendragón en paz, no podrán decir que estamos asociados y que estamos en su contra tampoco. Y una vez regresen los estudiantes a Hogwarts, nos dejan en paz totalmente, ni un solo Auror a la redonda del castillo y mantendrán sus narices lejos de cualquier asunto que nos implique. -Dijo Harry tronándose los dedos y estirándolos, a veces los ocupaba mucho cuando hacia hechizos sin varita o el báculo- Además de que no podrán mencionar nada de lo que ha ocurrido hoy. Sobretodo que sigo vivo-
-Estas metiendo la soga en tu cabeza ¿Crees que un chico podrá no ser dañado por uno de nosotros?-pregunto Fudge confiado.
-Entonces no tienen nada que temer ¿Cierto? Es ganar o ganar- dijo Harry alzando la mano y acercándosela al ministro con la mirada retándole.- Solo un pequeño duelo y sabrás que pasara en un futuro, te lo garantizo-
-Tóquenme- ordeno Rufus a sus Aurores y a Fudge, lo realizaron de inmediato. Poniendo una mano en su hombro y así a cada uno hasta a completar los doce tocándolo y acerco su mano para estrecharla- Aceptamos el duelo y las condiciones, no te retractes después "niño"-
-No te preocupes- dijo Harry apretando su mano con fuerza y con la otra encima, moviéndola de arriba a abajo levemente- Porque esto es un contrato inquebrantable que cumpliré con todos ustedes o ustedes deberán cumplir conmigo-
-¿De que estas hablando?-pregunto Fudge.
Antes de que terminara de la unión, de ambas palmas, salieron cadenas rojas como la sangre y fueron directo al corazón de cada uno y se adentraron sin dejar un solo rastro. Un pequeño dolor surgió en cada rostro y luego se soltaron, se vieron el pecho y buscaron algún daño, pero no quedaba nada.
-¿Qué has hecho?-pregunto Rufus molesto y apuntándole con la varita.
-No te alteres anciano- dijo Harry levantando las manos- Como he dicho solo complete el contrato. Es como un juramento inquebrantable, pero aquel que pierda tendrá que cumplir los datos del convenio o de lo contrario…-
-¿Moriremos?-pregunto un Auror de cabello rubio y comenzando a temblar.
-Puede que solo caigan en un coma profundo. Pero claro solo si no ganan contra mí y rompen los acuerdos- dijo Harry dándose la vuelta y caminando un poco lejos- Pero antes permítanme arreglar esta habitación, tiene buenas barreras para no dañar el exterior, pero seguro que no resistirán mucho conmigo aquí adentro-
Se concentró y pensó en la mejor barrera que podía crear para proteger a todos, el cual era una combinación entre la del ritual que realizo en el archipiélago y la que estaba en la sala de entrenamiento. Choco sus puños en el aire y luego con un estruendo y el calor aumentando las bajo al suelo, líneas de fuego recorrieron de sus manos al suelo y crearon una onda en la tierra que se expandió moviendo un poco los árboles y llegando a los muros, subiendo cual movimiento de gelatina. Las marcas se intensificaron de color y se incrustaron. Cada una compuesta de pequeñas runas que formaban una enorme esfera dentro del hueco que formaba la sala de entrenamiento.
Le miraban los Aurores con la boca abierta, Scremengour temblaba y gruñía, en cambio Fudge estaba pálido y al punto del desmayo. Atrás de ellos los siete se reían y jugueteaban con Daira, además de evitar que la pequeña dragona fuera a su encuentro, ya que estaba haciendo el intento de bajar de los brazos de Hermione.
-Eso fue cansado- dijo Harry moviendo su brazo- Y ¿Quieren comenzar?-
-Danos diez minutos para hacer alguna estrategia y prepararnos- dijo Scremengour con una mirada que aseguraba que las cosas no marchaban como pensaba.
-Les doy cinco, cuando estén listos, los veré en el claro en medio de este bosque. Al pasar los cinco minutos vendré por ustedes- dijo Harry metiendo las manos en los bolsillos y encaminándose a en medio.- Además si no me enfrentan contara como que perdieron-
Miro a las ventanas mientras caminaba, vio a los señores Granger con la mirada fija en él y algo sorprendido, alzo la mano y los saludo. También a los Dursley que eran los que poseían la cara más cómica de todas, con la boca abierta, los ojos saltones y pálidos. Y eso que solo ocupo apenas el cinco por ciento de lo que sabía de magia.
Y ahí entre todos los que miraban, estaba Sirius, con elfos que saltaban con fuerza y lo vitoreaban con estridentes voces. Tenía una bolsita de carne seca en la mano y miraba todo con unos ojos asombrados y una enorme sonrisa burlona. No podía negar que ese era su propósito, demostrar cuanto había crecido en el archipiélago Arcano, que ya no era el mismo y que ahora podría proteger a cada uno si era necesario. No contaba con que lo fueran a ver más personas. Por lo menos les serviría a los Pendragón ría para observar hasta donde podían llegar.
Llego al claro luego de dos minutos, se quedó parado en medio y continuo observando a los de su alrededor. Casi se carcajea al ver a Dobby pegado al vidrio con la nariz casi aplastada y con la cara rara por la deformación que estaba auto realizándose. Sintió un leve movimiento de magia en donde estaban los Aurores, y decidió dejar de sentir la magia ya que eso le diría que harían y realmente quería entrenar un poco.
Bostezo con ganas cuando los cinco minutos estaban llegando al fin del tiempo. Recordaba cuando entrenaba con Merlín y Nimue de manera tradicional, es decir ellos apuntando a matar y el apenas logrando esquivar cada ataque sin saber de dónde vendría o como seria. Eso le recordó cuando le querían matar enserio y evitar que completara el ritual, solo que las cosas habían dado un cambio, era mucho más fácil para el en esos momentos ya que su magia ahora la poseía. Los meses que entreno se habían solidificado en sus huesos, reforzando músculos y templado su piel; cada movimiento que hacían a la distancia e incluso su formación la deducía por los sonidos y movimientos de su entorno.
No podía confiarse aun así, lo que le enseño Merlín fue que por más mínimo que pareciera, un hechizo podría dañarlo. Esperaba que la magia de ellos fuera sin lugar a dudas fuerte, y que le dieran un buen entrenamiento, por eso les ayudo desperdiciando la mitad de su magia en la protección que coloco en ese lugar y otro cuarto en el contrato, es decir que con solo una cuarta parte de su magia total debía de serle de verdad un entrenamiento ¿No?
Una serie de hechizos salieron de todos lados del bosque, en formación circular y en perfecta sincronización, teniéndolo como su objetivo. Se movió apenas un par de pasos para esquivar los primeros cuatro, los otros tres fueron eludidos con solo levantar un simple escudo, dos de ellos chocaron con los que evadió y los últimos dos giraron en su dirección cuando se movió. Levanto dos pequeñas piedras del suelo provocando que se estrellaran y evitaran darle.
-Vamos señor Ministro, creí que eras el jefe de Aurores y que no tenías rival en tus tácticas, por favor puedes hacerme sudar- dijo Harry sonriendo mientras mantenía las manos en los bolsillos y moviendo el cuello.
-Que no se te suba a la cabeza niño- dijo su voz dentro el bosque, provocando que sacara las manos y que las moviera a sus lados como si quiera tomar algo-Recuerda que la experiencia hace que todo pueda cambiar, ese trasero tuyo no estará siempre protegido-
-Lo lamento, mi lindo trasero ya tiene dueña-dijo Harry cerrando las manos en el aire y del suelo se levantaron dos enormes porras de tierra que sostuvo- Y creo que tienes razón, mi experiencia en batalla… es muy diferente a la tuya-
Del bosque salieron cuatro Aurores corriendo, con los hechizos preparados, lanzándolos tan deprisa como fueron vistos y continuando con varios consecutivamente, en una ráfaga constante que se aceraba a Harry.
- No te confíes del bosque- dijo Harry lanzando las porras con fuerza a dos espacios entre los árboles, escuchando dos gritos de dolor. Justo cuando saltaba y evadía dos hechizos cortantes, luego se impulsó en una rama antes de que fuera destruida por otro maleficio y llego a uno de los Aurores que le apuntaba al rostro- Dulces pesadillas- Evadió el hechizo con un pequeño escudo mágico en su cara, le tomo del rostro y lo llevo a la tierra, azotándolo tan fuerte que sacudió el árbol junto al que estaban y quedo inmóvil -Duerme la mona-
Giro en redondo y se encamino a los que quedaban descubiertos.
-Tres menos- dijo Harry mirando a los tres que estaban visibles, pero ellos eran a los que menos le importaban. Al verlos era fácil que los atacara, a los que no veía era el problema. -¿Quién quiere sus pataditas en las costillitas?
De entre los arboles surgieron bolas de fuego, algunos hechizos cortantes y al querer esquivarlo, se percató que, las piernas las tenía enterradas en roca. Si activaba la magia de Utgar la evitaría, pero llevaría su tiempo y antes el fuego y hechizo cortante le darían. Mas sonrió y creo un escudo a su alrededor (una cúpula le encerro), y activo la poderosa magia que le permitió romper aquel hechizo como si fuera hecho a base de papel y pegamento barato. En el último segundo de su escape, el suelo a sus pies se abrió, salió un poderoso maleficio que contuvo con su escudo que era trecientos sesenta grados.
Se notaba que estaban atacándolo con todo su poder, porque las llamaradas y hechizos continuaban llegando a raudales y ahora sabía que tenía a alguien que sabía utilizar hechizos de tierra.
- ¡Maldición, son buenos! - dijo Harry al terminar con la espalda contra una árbol y con un camino quemado enfrente.
-Aun si tienes un poder abrumador un buen equipo puede ganarte- dijo la voz de Scremengour aun oculto en el bosque, seguro de lo que hacía-Te falta mucha experiencia-
-Por eso estoy entrenando- murmuro Harry la magia de Utgar le había intensificado también el oído por lo que supo de donde llegaba la voz. Aunque no podía negar que en cuanto a trabajo en equipo le ganaban, él estuvo solo en la isla solo y ciertamente su entrenamiento fue individual pero dedicado a batallas de ese tipo. Cualquier trampa echa podía verla o entenderla, evitarla era el mejor curso y luego atacaba. -Aunque, no es lo único que ayuda. Y dije buenos, no increíbles, sorprendentes, o maravillosas. Son solo buenos.-
Del bosque salieron los otros tres, dando seis en total, aunque uno tenía un brazo lastimado. Por lo que sabía fue el causante y significaba que aún quedaban cuatro aurores ocultos.
-Ya tienes la espalda contra la pared- dijo Fudge con una carcajada- No puedes hacer nada mocoso…-
-Tener la espalda contra la pared solo significa que no puedes retroceder-Dijo Harry alzando la vista, mantenía una miraba de aburrimiento. Desde Diddy no sentía una amenaza real, al contrario le parecían presas muy presuntuosas que solo intentaban dar zarpazos inútiles- Y cuando alguien no tiene escapatoria.- Levanto la manos al aire y la tierra tembló, finas partículas comenzaron a subir y combinarse, girando una sobre otra hasta formar filos cuchillos, espadas, lanzas y diversas armas punzo cortante pero de tierra -… es cuando más peligroso se vuelve uno-
- ¿Qué haces…-comenzó un Auror sin ver arriba.
Bajo las manos con fuerza, y un millar de armas hechas de roca bajaron, estrellándose con todo lo que encontraran a su paso, soltando un sonido tan fuerte que incluso los que observaban se cubrieron los oídos. La lluvia de piedras con forma de arma era suficiente para dejarlos inconscientes a los desprevenidos, pero estaba seguro que no daría a todos.
-¡Auch! - grito uno de tantos en el bosque- ¿Qué demonios? Esto due…-
-Uno menos- murmuro Harry moviéndose por el tronco del árbol, subiendo y llegando a la copa, salto y se elevó por encima de todo hasta el techo. Enterró los dedos cuando lo toco y coloco magia en la planta de sus pies para no caer.
Observo de cabeza, continuando lanzando sus armas de piedra, alternando entre los lugares y creando nuevas formas, haciendo sumamente difícil que supieran a cual atacaría y de qué tamaño seria. Incluso le dio tiempo de hacer un automóvil de piedra y tirarlo entre los árboles a un pobre Auror que se protegía con un escudo mágico la cabeza. De todas formas no le fue útil, termino en el suelo medio enterrado (solo inconciente).
Se distrajeron lo suficiente, con la vista bloqueada y su concentración en esquivar y protegerse de su ataque, que lo descuidaron. Salto del techo directo a donde estaba Fudge, era el que más gritaba órdenes y se alejaba de la pelea, al llegar a él, lo pateo el estómago y lo lanzo contra un árbol dejándolo inconsciente.
Termino la lluvia de figuras, incluso una estatua de Merlín estaba medio enterrada en la tierra con el brazo chueco y con un rostro algo chistoso ya que tenía la lengua de fuera. Espero por un segundo con los ojos cerrados y el oído agudizado, escucho dos movimientos aparte de los últimos vestigios de las rocas cayendo, un movimiento de ramas a la derecha y uno a la izquierda donde algo suave choco contra el tronco.
-Los tengo- murmuro Harry y salió corriendo a toda velocidad, brinco sobre la copa de los árboles para apurarse, callo delante del Auror de la derecha y este freno en seco, se tropezó y termino noqueándose solo contra el tronco de un árbol.- Esto es elite y lo demás tonterías-
-Por mis pulgas- escucho reír sorprendido a Sirius y además del griterío de los elfos de su alrededor, todos totalmente alabándolo. - Eso fue rápido…-
-¿Enserio-se dijo Harry a sí mismo -Me contuve todo el tiempo. Con Diddy mis mejores escudos fueron rotos con fuerza bruta y mis ataques más poderosos apenas y los noto. ¿De qué hablas ahora?, concéntrate Harry-
Saltando nuevamente al techo, y quedándose en él para rebuscar al último, al ministro y ex jefe Auror.
-¡Es hora de terminar el trabajo! Y mira apenas ya han pasado los cinco minutos- dijo Harry, para luego encontrar a Scremengour, su sonido al cojear lo delataba.- ¡Listo o no, ahí voy!-
Un hechizo de magia fue a él, en su inconciencia se descuidó y el ministro aprovecho lanzo un Desmaius, giro el cuerpo y salió expulsado del techo apenas y rosando con su pantalón la luz roja. Y lo vio ahí formando una esfera de fuego algo grande que seguro planeaba lanzarle, extendió la mano y antes de que llegara creo una ola de agua de mayor volumen. Y ambas magias chocaron de cara al otro, el vapor se extendió de inmediato cubriendo donde estaban y ocultándolos por un momento.
Luego de un segundo creo una ráfaga de viento que expulso todo el vapor y mostro a Harry con la mano en el rostro del Ministro, y la otra en el costado, mientras que la varita de este estaba en el suelo.- Tu estrategia fue buena, pero… el que me atacaras de forma circular fue predecible. Un estratega real hubiera cubierto la posibilidad aérea y además de que me hubiera encargado de tener un plan de reserva, del de reserva-
- ¿Un estratega real? -pregunto dejándose caer en el suelo derrotado.
-Mi mejor amigo, mi hermano de aventuras y compañero de armas- dijo Harry sobándose el cuello. Miro a donde todos le miraban, aunque Ron no estaba entre ellos, pero la señora Weasley si.- Es un gran estratega, nadie lo derrotaría si se pone totalmente serio… aunque es algo flojo. Y… Mione es la bruja más lista que nunca ha existido, ella para este punto ya hubiera encontrado mis puntos débiles, más bien… con solo ver este duelo lo ha hecho. Si ella hubiera peleado en mi lugar… dudo que alguno de ustedes pasara de la primera vez que lanzaron sus maleficios, no tiene piedad cuando se trata de proteger lo que ama.-
-Suenan increíbles como magos- dijo Rufus aun en el suelo- Te subestime y ahora debo cumplir el acuerdo-
-Cada Pendragón es increíble- declaro Harry estirándole la mano para que se levantaba. -Ahora, ¿Qué te parece si vamos a comer como un acuerdo de paz?-
Al estrechar su mano y dar el tirón, aquellas cadenas de rojo intenso sufrieron de su cuerpo y se aferraron a toda su persona, antes de que desaparecieran y dejaran una ligera marca mágica justo en sus mano de Scremengour. Ambos comprendieron que ese era el final de su contrato y que quien lo que debían cumplir.
-No sé qué clase de infernal entrenamiento tuviste, pero no creo que ellos pudieran segui…- dijo Scremengour levantándose con un ligero tirón de su mano.-
-Te equivocas- dijo Harry cortándolo de forma grosera- No tienes ni idea de que tanto puede crecer una persona si tiene la voluntad de hacerlo. No solo me refiero a la magia, seguro que han estado dejando la piel en su entrenamiento y me sorprenderán -
Su vista parecía pérdida, aunque no era de esa forma, parecía analizar sus palabras.
-Confías mucho en ellos- dijo Scremengour mirándolo directamente.
-Con mi vida- dijo Harry sonriéndole y agitando la cabeza para que caminaran- Ahora vamos a ayudar a tus Aurores, a curarlos y luego a terminar nuestros asuntos disfrutando de una deliciosa comida preparada por mis amigos los elfos-
-¿Por qué invitarías a tu mesa a quien ha intentado controlar tu colegio y te ha subestimado?-pregunto Scremengour perplejo.
-¿Por qué no?- pregunto Harry entendiendo como pensaba. No podía negar que algunas de sus palabras le enojaron, pero no era su idea ir contra el ministerio y tampoco ofenderlos de forma directa- Es mejor tener amigos y poderse ayudar mutuamente, a pesar del pasado que tenemos entre Pendragón y el Ministerio.-
-¿Amigos?-
-A su debido tiempo, claramente- contesto sonriéndole.
Del bosque surgieron los siete, con Daira sobre la cabeza de Hermione. En cuanto llegaron a donde se encontraban, Daira rugió diciéndole que quería estar con él y la tuvo que sostener para que no terminara creando un alboroto mucho mayor. Sofi y los demás se presentaron de inmediato para ayudar, claro que mientras lo hacían le reñían por dejarlos heridos. Ninguno fue grave, Fudge que tenía un poco dañada la espalda por el impacto, el que golpeo contra la tierra y un par más que estaban descalabrados, pero nada que Sofi no pudiera curar en minutos.
Mientras lo hacía y le regañaba una y otra vez, Hermione se alejó con Ron y se pusieron a discutir, aunque no pareciera que fuera algo importante, más bien planeaban algo. Si los conocía bien, era lo mismo que pensaba que terminaría pasando pronto. Un minuto después parecieron llegar a un acuerdo y regresaron.
El viaje al comedor fue un tanto silencioso por parte de los Aurores y Scremengour, Fudge seguro se hubiera estado quejando, si no siguiera inconsciente (llevado por Hermione que le levitaba con facilidad). Parecía que ni Scremengour lo quería despertar.
-¿Qué le parece, no son los más increíbles y geniales?- dijo Harry con emoción al llegar al comedor y ver la mesa servida con platos rebosantes y con cosas que de solo olerlo estaba comenzando a salivar- Los elfos son los mejores del mundo-
-Lo admito se ve bastante bien- dijo Scremengour asombrado.
En cuanto se sentó una pequeña figura saco la cabeza de los tocinos, y miro a Harry con una mirada sonriente, aunque no paraba de meterse comida a su pequeña boca.
-He Marlow ya me preguntaba dónde estabas glotón- dijo Hermione sentándose a su lado, con una leve risa.- Por eso no nos seguiste, estabas adelantándote-
-Me he estado preguntando desde hace rato- comenzó Scremengour un tanto alejado en la mesa de ellos, aun así viéndolos directamente-Ese dragón es raro y… ahora el Bowtruckle. ¿Qué clase de criatura es? Y ¿Son tus mascotas?-
-No son mascotas y no es una criatura simple- dijo Harry mirándole con seriedad- Ella es mi familia ¿Verdad?-
-¡CLARO QUE SI!- rugió Daira lanzando una llamarada hacia arriba casi quemándole el cabello.- Y MARLOW ES MI HERMANO MAYOR Y HERMIONE MI MAMÁ-
-¡OYE! A la familia no se le quema y ten cuidado con tu hermano cerca que no es bueno con el fuego- declaro Harry con un leve tono de regaño, soltó un suspiro y le acaricio las plumas detrás de su cabeza. Le seguía sorprendiendo que su afilado y peligroso cuerno no pareciera dañarlo aunque lo sujetara con fuerza- Aun tengo que enseñarte mucho-
Cada mago en la mesa e incluso los propios elfos le observaron.
-Lord Potter, déjeme decirle que usted es el mago más raro que he visto en mi larga vida- dijo Scremengour con sus ojos fijos en el- Ni su padre o madre eran como usted-
-Eso ya lo ha escuchado- dijo Hermione sonriéndole con un poquito de burla.
-También que es un suicida, idiota, testarudo, necio…- comenzó Ron y continuo con un par de adjetivos más.
-Sin contar que se mete en problemas y que es severo, pero igual de suave a veces- continúo Neville.
-Y no mencionamos el que se haga daño a cada rato, causando que nos preocupemos y pensemos en quererlo meter en plástico de burbujas y arrojarlo en un cuarto acolchado- dijo Sofi riéndose.
-¡Que malos son!- dijo Harry ocultando su claro sonrojo poniendo a Daira en medio.- No me gusta la hora molestando a Harry-
-¿Hablan mal de ti papá?-pregunto Daria girando la cabeza a todos lados rugiendo- ¿Te hicieron algo? ¿Les lanzo fuego hasta dejarlos fritos?-
No podía negar que una comida en compañía de amigos y compañeros era algo que todos disfrutaban, por un momento incluso Scremengour pudo sonreír y olvidarse de la guerra que estaba en sus manos.
Continuaron comiendo todos con algarabía, incluso cuando por poco Daira le araño un trozo de brazo a un Auror por acercarse lo suficiente a su comida. Claro que Harry solo le riño un poco mientras que ella continuaba con la cabeza dentro de su cubo de hidromiel. La mesa no tenía a muchos de los personajes que usualmente acostumbraban a estar. Como los gemelos que habían regresado a su tienda, Charlie que fue a la reserva de dragones, Bill, Fleur y Percy que están siendo convocados por el banco. Y por supuesto Narcisa y los Dursley. Aunque los padres de Hermione entablaron una charla sobre política con Scremengour, que de alguna forma fue entre acalorada e informativa para ambos. Ya que algunos métodos muggles podrían funcionarle a Fudge y ellos comprendían cómo funcionaba el ministerio de magia.
La señora Weasley se las arregló para mantener la copa del ministro llena y Sirius se encargó de no dejarlo tocar ni un solo pedazo de pay de manzana. Aunque le vio como si lo fuera a encerrar en Azkaban por tal acto.
Luego de que terminaran, descansaran un poco y de que Daira soltara un gran trozo de carne que apenas y le entraba en su pequeña mandíbula, hablaron.
-Entonces ¿Qué piensan que ocurrirá ahora?-pregunto el ministro paseando la mirada por los presentes.- No podemos decir nosotros que Lord Potter está vivo y tampoco decir que Pendragón manejara el colegio Hogwarts por si mismos-
Alzo la vista de su naranja, la pelaba para comer un poco de fruta (Su prometida se la dio, aunque luego de comer dos años fruta, se estaba tomando su tiempo para ingerirla), miro a los ojos fieros y su melena cana. Alzo los hombros. Provoco que se descontrolaran los Aurores y que rieran los Pendragón, algunos como la señora Granger no pudo más que solo soltar una mirada en blanco.
-No sé que haga el ministerio, pero si tiene que saber mis planes… diría que…- miro a la nada con la naranja aun entre sus manos y giro la cabeza-… no tengo idea.-
-¿No tienes planes?-preguntaron.
-No es que no los tenga, es que no puedo terminar de formar una imagen de lo que usted quiere que le diga. Por qué en si nada que le diga lo complacerá y todo lo que le oculte le molestara, así que evito dar mi punto de vista- Dijo Harry distraído por la fruta. Se llevó una mano a la nuca y se sobo el cuello- Además… si hago planes todo se va al traste, mejor simplemente actuó con forme a la situación-
-Eso suena muy… problemático para quienes lo rodean- murmuro Scremengour con una sonrisa ancha.
-No tiene ni idea, desde los once he pensado en exorcizarlo- dijo Ron soltando un suspiro y recibiendo un coscorrón de su amigo.- He cuidado que me dejaras tonto.-
-¡¿Mas?!-
Unos minutos después se encontraban afuera, junto a la verja de jardín y despidiendo a los invitados inesperados de ese día. Aunque uno en especial no parecía nada contento y mucho menos capaz de comprender que había pasado, incluso se encontraba emberrinchado, con los brazos cruzados, rojo y el bombín torcido.
-Bueno, pasamos a retirarnos. Nuestros diez minutos se volvieron un par de horas- dijo el ministro levantándose y dirigiéndose a despedirse de mano -Un gusto saber que se encuentra vivo y de que contamos con un aliado tan poderoso, aunque sea ambiguo en su decisiones sobre esta guerra-
-No se preocupe, ya sabrá de mí y Pendragón. No dudo en que muy pronto nos reunamos y, lamentablemente, será para asuntos de guerra- dijo Harry mirando a sus ojos que también decían que no le agradaba- Y recuerden el contrato, ustedes no estuvieron aquí y tampoco saben nada de mí-
-Cuente con ello- dijo Scremengour por ultimo antes de partir y perderse con su escolta detrás y un Fudge que gruñía a cada paso.
-Que curiosas son las cosas, llegan a amenazar e intentar controlar a Pendragón, y terminan siendo los controlados y amenazados- dijo Hermione abrazándolo y plantando un beso en sus labios- Aunque fuiste contra las órdenes de Dumbledore, y el que te mantuvieras oculto, me alegra que no tengas que ocultarte de ellos por lo menos-
-Tengo una beta rebelde- contesto Harry.
-De eso no existe duda alguna- dijo Hermione mostrando una mueca y mordiéndose los labios- Y lo de la mañana, yo no quería esconderte yo solo pensé que no era factible que te…-
Le cargo para que estuvieran a la altura, mientras acariciaba su cadera y se reía- Lamento también lo que paso, es que… no puedo evitar sentirme un poco como antes de que llegara a la archipiélago Arcano y fuera de lugar con ustedes-
-No tienes porque- dijo Hermione con prisa entrelazando sus dedos y sonriéndole- pronto no tendrás ya que preocuparte más por nada y viviremos en paz. Además tu lugar es aquí- susurro en su oído abrazándolo por la nuca.
Unieron sus labios en un beso largo que evitaba que la nieve y el frio le hicieran mella a alguno. El resto de la tarde fue tranquila, a excepción de que Daira saliera a buscarlos, derritiendo la nieve y quemara un arbusto, aunque se vio arrepentida, bajando la cabeza y metiendo su pequeña cola entre las piernas. Y pidiendo perdón por su emoción.
Ninguno de los dos la regaño, más bien le comenzaron a enseñar a cómo controlar su fuego, cosa que incendio otros dos arbustos y dejo el tronco de un árbol negro.
La semana voló rápidamente, con el mismo ambiente tranquilo, con los Pendragón entrenando y Harry manteniéndose a raya en la mansión, paseando, trabajando en muchas cosas y conviviendo con todos. Marlow y Daira eran su distracción principal.
Resultaba que la habilidades de Daira incrementaba con forme ella creciera, los primeros días corrió detrás de los copos de nieve corriendo y girando buscando su colita; los siguientes agitaba las alas con fuerza y daba un salto enorme que tenía la altura de Harry.
El último día de vacaciones estaban entrenándola en vuelo junto con Marlow mirando sobre su hombro y riéndose de la pequeña dragona que saltaba, pegaba dos aletazos sin control y caía al suelo.
-No puedo… no puedo… pá… no puedo- rugió Daira, entre el llanto y la desesperación de apenas y subir un metro.
-Tranquila, tranquila, a ver déjame pensar un momento- dijo Harry observando a detalle los movimientos que realizaba.-Continua un rato intentando, ¿Si?-
-Intentar lo mismo una y otra vez ¿Me ayudara?-pregunto girando la cabeza haciendo que luciera muy tierna.
-No, pero me ayudara a descubrir el motivo de que no puedas volar- Le acaricio la cabeza y sonrió.
Los libros mágicos decían que los dragones aprendían a volar rápido, apenas unos días después de que eclosionar, pero Daira llevaba una semana intentando y no lograba un avance. Y por más que lo intentara siempre conseguía el mismo resultado. Cosa que le hacía a Harry comenzar a realizar diversas teorías.
Daira continuo agitando sus seis pequeñas alas con fiereza, aunque solo lograba despejar el lugar de nieve, derretirla y alzarse un poco, pero en cuanto continuaba aleteando ella descendía con lentitud sin lograr volar. Mas freno al ver a Hermione avanzando hacia ellos dos, con Ron de lado, Sofi, Neville, Luna, Daphne y Theo detrás.
-Vaya, acabaron muy temprano hoy chicos.- dijo Harry inclinándose hacia atrás y palmeando su pierna para que Daira subiera-¿Quieren entrenar con nosotros? Tengo una gran teoría de por qué Daira no logra volar y no podrán creer que es…-
-¡Intimidación!- gruño Daira en cuanto subió a su pierna y se erizo como un gato contra sus amigos- ¡Sus miradas y su magia quieren intimidarte papá!-
-Lo sé bien- dijo Harry sonriendo y acariciándola- Guarda tus fuerzas y no los ataques, ellos no quieren hacernos daño-
-Harry, nosotros queremos…- comenzó Hermione parándose delante con la mirada fija y determinada.
-Ya sé que quieren- dijo Harry levantándose y colocando a Daria en su cabeza, movió el cuello de un lado a otro y sonrió- Los estaba esperando desde hace mucho-
Sin decir una sola palabra, se pusieron en marcha, entraron a la mansión y fueron directamente a la sala de entrenamiento, cada paso resonaba en cada escalón, mientras continuaban caminando hacia abajo. Daira no comprendía bien que les pasaba por la mente de ellos, tampoco que clase de asunto les hacía poner a los siete un semblante serio y decidido, mientras su magia era amenazante. Quería hacerlos a la parrilla, aunque veía a Hermione con unos ojitos heridos y su prometida le sonreía. En ese corto periodo de tiempo se tomaron mucho aprecio, tanto que incluso a veces dormía con ella, eso le daba tiempo para pasar tiempo con Marlow, que seguía haciendo de las suyas por la mansión. Era su área de juegos personales, como montar cada lechuza y viajar por todo el lugar y su favorita colarse en las alacenas y comer a espalda de los elfos.
Al final de la escalera bajo a Daira- Quédate aquí y no interfieras- dijo Harry acariciándole la cabeza y sonriéndole.-Puedes ver, pero no quiero entres, esto será inofensivo para todos pero si estas en medio puedes salir lastimada-
-¿Se pelearon?-pregunto Daira con un tono en llanto- No quiero que papá y mamá peleen-
-No, solo estaremos entrenando- rio Harry y luego la dejo en el suelo.
-Está bien pá- dijo Daira girando la cabeza y luego fue corriendo con sus pequeñas patas directo a la zona, donde podría ver el entrenamiento.
Soltó un suspiro largo y avanzo, las puertas dobles se abrieron y observo el cuarto de entrenamiento se sorprendió. No era el bosque que recordaba, eran unas ruinas donde se asomaban varios edificios destruidos, calles destrozadas y donde la vegetación crecía bastante.
-No se supone que era un bosque- dijo Harry girando a ellos algo emocionado.-Por qué no me lo dijeron, puede haber hecho esa batalla más emocionante-
-Puedes hacer que cambie de forma, colocar cualquier cosa y además de que incluso te deja cambiar el tamaño del lugar- dijo Ron avanzando por su lado sin mirarlo.
-De tal forma que esto fue lo que decidieron- dijo Harry mirando cómo no fue el único, también lo paso sin ver Neville, Daphne y Sofi.- Veo que lo pensaron muy bien-
-Estamos listos para esto Harry- dijo Luna dando saltitos y con una sonrisita, pero sin verlo al rostro.- No creas que será tan fácil como con ellos-
Continúo como sus amigos, ya los únicos que faltaban eran Hermione y Theo, el Slytherin le dio una palmada en el hombro y siguió de frente.
-No dudo eso- dijo Harry encarando a su prometida, la cual fue la única que le vio directamente, solo que mantenía un semblante sonriente-Espero que me sorprendan de verdad-
Hermione le sostuvo la mirada y un segundo después cruzo uno de sus brazos detrás de su cuello, se paró en sus dedos para alcanzarlo y lo atrajo a sus labios. Un beso intenso le siguió, mientras él le sostenía y le abrazaba para que no tuviera mantenerse sobre sus dedos, además de que entrelazaron sus manos libres.
Su corazón vibraban con fuerza y sus cuerpos parecieron comunicarse mucho mejor que con sus mentes o que sus voces. Supieron todo en ese momento y nada podía ser más tranquilizador para ambos que esas caricias que duraron un momento. Al separarse miro que le sonreía y sintió una caricia en su mejilla con tal suavidad que le hizo cerrar los ojos.
-Iremos con todo amor- susurro en su oído abriendo sus brazos para bajar y que la soltara por completo- No nos dejes ganar o estaré enfadada-
Asintió y la vio pasar por su costado, soltando su mano y sintiendo que eso le ayudaría a olvidarse de su sentimiento de estar apartado y no encajar. Más cuando sus dedos dejaron de tocarse, fue como si fuera el comienzo de aquello.
Espero con los ojos cerrados, dejando de sentir las presciencias mágicas, también estirándose y preparándose como siempre. Su preocupación por Daira le gano y miro a la sala de observación, donde pudo ver a varios Pendragón mirando todo, incluso a Daira pegada al cristal junto con Dobby y ambos con muecas en sus facciones. Ambos eran tan apegados a ellos, no les parecían ese tipo de entrenamientos, aunque para Harry fuera necesario saber hasta dónde crecieron y donde les faltaba crecer.
-Ya todos lo sabían ¿Cierto?-dijo Harry estirándose por último y volteando al fin.- Vean bien y aprendan-
El lugar no daba señales de donde estaban sus amigos, tampoco de que hubieran pasado por el lugar y los rastros mágicos eran casi nulos. Si no fuera por su súper sentido mágico. Claro que lo dejo de ocupar para equilibrar más las cosas.
-Bien chicos, comencemos…demuéstrenme que tanto avanzaron en este año- dijo Harry caminando directo a las ruinas, pasando entre dos edificios medio destruidos, y viendo escombros por todos lados.
Iría con tranquilidad, esperando que ellos supieran que no atacaría primero. Paso de tres a cuatros minutos caminando con lentitud, solo viendo delante de la calle y esperando un ataque de sus amigos, pero parecían esperar algo o que el llegara a algún lugar. Se frenó cuando pensó que ya estaba a la mitad de todas esas ruinas, entre una casa de dos pisos destruida y un obelisco que estaba tirado y en cachitos.
Espero, mirando cada lugar y escuchando, intentando sentir movimiento a su alrededor e incluso algún olor. Pero parecía que se encargaron que todo oliera a humedad, también a que algunos objetos se mantuvieran balanceándose a pesar de que no existía algún viento. Nublaban sus sentidos un poco. Una técnica bastante buena y segura que, Hermione vio que utilizaba mucho sus sentidos naturales y fue contrarrestado por Ron. Pasado unos diez minutos desde que quedo solo, se puso algo ansioso.
-¿No se moverán?-pregunto Harry sonriendo- Entonces tendré que hacerlo yo-
Activo la magia de Utgar y estiro sus dedos, movió su mano hacia el obelisco y fue cuando comenzaron las cosas. Las rocas salieron volando por todos lados, desde una muy pequeña hasta las del obelisco. Todas cubriendo su persona pero sin acercarse mucho. Y de la nada aparecieron cuatro lanzas de fuego a su alrededor, además de cuatro bombardas intercalados y en cada punto cardinal. Parecía la misma técnica de los aurores, con diferentes hechizos, pero no lo era. Estaban volando de forma errática y de modo que lo pudiera esquivarlos con facilidad.
Estaba por saltar y salir del embrollo, cuando aparecieron Sofi, Daphne y Luna volando sobre escobas, apuntando lo con sus varitas.
-Confringo-
Aquellos hechizos cubrían el cielo, y si golpeaban cualquier cosa explotarían. No podía moverse a los lados y arriba, pero no era lo único. El suelo se convirtió en arena y comenzaron a tragarlo, al momento que salían cadenas y lo intentaba sujetar.
-Sin salida- dijo Harry tomando las cadenas antes de que llegaran a dejarle sin escapatoria-No lo creo. Protego máxima totalum-
Los hechizos golpearon las rocas explotando, al igual que los bombardas y las flechas de fuego, se calentó la arena alrededor de su protección hasta hacerla cristal derretido y las cadenas las rompió con su magia. Sin perder tiempo, salió expulsado hacia arriba, a donde las chicas debían estar, pero al salir de las llamaradas de la explosiones no las vio.
Escucho un grito agudo a su derecha y vio a Daphne apareciendo de la nada, con el puño dirigido a su cuerpo y un rostro fiero además de gritar. Golpeo la protección, pensó que se lastimaría y bajo su nivel de magia para protección, lo cual le paso factura. Lo atravesó con relativa facilidad. Tarde se dio cuenta que tenía la magia de Utgar activa en su cuerpo, cubrió su cuerpo intentando ponerse en posición fetal, pero fue tarde. El golpe le dio de lleno en el torso, el dolor fue poco por su propia magia de Utgar, pero sintió como la fuerza fue tal que lo envió por los aires, cruzo una casa en ruinas, destruyéndola más y terminando saliendo a una calle lateral.
Rodo varios metros y cuando recupero su control salto hacia atrás, sintiéndola venir otra vez a la rubia, que intentaba dar más golpes. Fallando pero incrustando su brazo dentro del asfalto.
-No pensé que de todos, tú serias quien decidiría aprender esta magia- rio Harry, sosteniendo una sonrisa, no le duro mucho.
Cruzo un poste y por el rabillo del ojo vio a Neville, el cual tenía la varita que le hizo, moviéndola a toda prisa, lanzando una serie de hechizos que giraban sobre su cabeza y costado para regresar a atacarlo. En medio del aire, movió sus piernas como en un salto evitando los ataques, pero lo hechizos seguían persiguiéndolo a toda velocidad, parecían no frenar ni un poco.
-Sorprendente- murmuro.
Y alzo ambas manos directo a los hechizos que los perseguían. El golpe que siguió fue doble, el primero era de Daphne que estaba ya ahí, le daba una patada rotatoria en el estómago y un puño enorme de tierra que estaba en su rostro evitando que viera de quien venía. El nivel de fuerza y magia le hizo volar mucho más hacia atrás, golpearse contra la calle partiéndola y caer contra unos juegos infantiles que estaban en un parque. Coloco una escudo protector a su alrededor, y se estaba levantando cuando los hechizos de Neville llegaron a raudales sobre su espalda, eran hechizos Desmaius, Confringos, locomotor mortis, reducto y unos cuantos más que destruían todo a su alrededor. Si no fuera por la magia de Utgar y su Protego estaría sintiendo cada golpe.
Se preparó y salto hacia enfrente, el hechizo desviaba y eliminaba los hechizos, aunque esta comenzó a desquebrajarse poco a poco. Miro a Daphne parada preparándose nuevamente, a un enorme golem de piedra (deforme, con los brazos enormes, piernas largas y sin cabeza) con Luna encima y moviendo la varita como una batuta. Y a la distancia un nuevo problema, Theo con un montón escombro levitado, creando una cúpula enorme y comenzando a ser más y más conforme el tiempo pasara, una trampa segura. -¿Qué será?-
Intento retirarse por el momento, más los hechizos de Neville seguían llegando, evito la gran mayoría, pero algunos ya estaban filtrándose por los lugares que su protección estaba rota. Uno roso su rostro y luego, un nuevo golpe rompió su escudo, una piedra con forma de puño cortesía de Luna que lo envió de regreso, y las cosas no paraban, Daphne aprovecho para tomarlo del brazo, apoyarse en un techo e intentar arrojarlo dentro de la cúpula de escombro que construía Theo.
La rubia novia de su amigo no conto que el sujetara su brazo y fuera el que la lanzara dentro, aunque como supuso solo se estrelló contra unas rocas y se adentra pero no le callera el escombro encima. Así que no era esa su función. Debía pensar en que podría ser, más tenía suficiente con preocuparse con los hechizos múltiples de Neville, el golem que controlaba Luna y una Daphne furiosa para pensar en atacar a Theo.
Salto del techo y corrió por la calle en sentido contrario, con los hechizos a su espalda y el golem de Luna lanzándole piedras con algo de magia infundida (Luna sí que aprendió a controlar bien esa clase de magia, pensó). En la intersección de una calle, algo le volvió a sorprender un poderoso olor, y un leve cosquilleo por la piel. Miro a Sofi la cual tenía una especia de mascarilla, que cubría su boca y nariz, peros sus ojos estaban firmes. Intento hechizarlo, pero con su velocidad lo esquivaba con facilidad. Y el cosquilleo aumento más y más mientras avanzaba, sentía entumecido los músculos y la mente comenzaba a dolerle.
-No puede ser- murmuro girando la mirada viendo calderos por toda la calle, los cuales soltaban una cortina de humo morado que le estaba provocando aquellos síntomas- ¿Por qué deje que se prepara…-
No termino, un golpe lo elevo hacia el techo, mientras múltiples hechizos le seguían y veía a Luna preparándose, en tierra, para continuar con un golpe aéreo. Se estabilizó en el aire, y apunto a Luna, la cual estiraba ambos puños del golem de forma rara.
-¡A donde miras Harry!-grito la voz de Daphne arriba, y la vio con los puños unidos y bajando directo a su espalda.
El golpe fue brutal, salió propulsado hacia abajo donde Luna lo recibió con el golem y no pararon lanzándolo contra los hechizos de Neville, que le dieron en los brazos cruzados sobre su rostro y una enorme explosión lo envió a otra ruina, cruzándola y terminando sobre una vieja sala mirando el techo. De inmediato se levantó reactivando su escudo, curando un poco sus síntomas provocados y por supuesto preparándose para atacar.
-Incarcerous-grito la voz de Ron.
Sin lugar a dudas, había planeado cada paso hasta ese momento y suponía que le dijo a cada quien como actuar. Lo más preocupante era lo que construían. Esquivo las primas dos cadenas que salían del techo, luego las de la pared y por ultimo las del suelo, pero al salir por la ventana, se encontró con la novia de quien le atacaba. Le golpeo de lleno en la cara y luego con una patada lo lanzo directo a Luna, la cual le golpeo contra el asfalto, Sofi no se quedó atrás y con un hechizo levitado le lanzo el líquido de un caldero. Fue cuando lo vio Ron corriendo con la varita moviéndola y, a su espalda, Neville sobre el edificio.
Salto hacia arriba y en golpeo el torso del golem con las piernas, propulsándose por la calle en que se seguía armando la trampa. Chisto, los efectos de la poción de Sofi le costaban contrarrestarlo, pero logro concentrarse y alzar las manos en ambas direccione de la calle. Queriendo atacar ambos lados. Más le preocupaba algo, seis de ellos le atacaban y, la más peligrosa estaba aún sin ser vista. Hermione estaba preparando algo para él.
-No podrás Harry- dijo Theo, llevándolo a girar la mirada.
Un hechizo cortante cruzo la calle hacia su cuerpo, se quitó a tiempo, pero su reacción bajo por los efectos de la poción y Daphne estaba nuevamente ahí. Le dio tan fuerte que lo hizo volar en círculos a donde estaban los hechizos de Neville, se sintió como pelota Pin pon, rebotando entre ellos y solo cubriéndose. Cayo al final, pero le esperaba Ron el cual movió la varita levantando una cadena que le tomo del tobillo y lo giro con una velocidad de vértigo mientras más hechizos seguidores le daban, al soltarlo fue hacia una extraña formación entre Luna y Daphne. El golem sostenía a Daphne, alzo la pierna como en un lanzamiento y luego envió a la rubia con toda su fuerza por Harry.
La colisión fue como un tren golpeando un muro de acero. El cuerpo de Harry formo un arco y termino golpeando la tierra, y al fin teniendo un segundo de paz. Se levantó y miro que estaba dentro de la cúpula de escombro.
-Demonios, eres brillante Mione- rio Harry al mirar que por dentro, todo el lugar era un enorme círculo mágico, con cada piedra formado de runas.
-Este es nuestro cien por ciento, y es un último ataque Harry- dijo la voz de Hermione viniendo de afuera.-Date por vencido o tendrás que recibir el resto de nuestras magias combinadas-
Los demás no tardaron en llegar, cada uno en un punto y, sin esperar, tocaron un escombro y le apuntaron con la varita. Harry busco a Hermione, encontrándola de la misma forma que sus amigos, listos para atacarlo con toda su fuerza. Cada runa dentro de la cúpula se iluminó de rojo intenso, y líneas sobre el suelo comenzaron a surgir, formando una estrella de siete puntas, siendo cada vértice uno de los Pendragón.
-¡Ríndete Harry!- gritaron los siete.
Él se limpió el rostro de esa cosa morada que le echo Sofi, tambien se sacudió la gabardina y sobo el hombro. Alzo la vista y a cada uno de sus contrincantes tragaron duro. Tenía unos cuantos rasguños en la cara y parecía que los golpes de Daphne solo provocaron un leve enrojecimiento, incluso los hechizos de Neville ya estaban anulados y casi estaba intacto a pesar de todo lo que recibió en esos pocos minutos. Aunque lo de verdad les hizo verle con temor, fue la sonrisa maniática y sus ojos asombrados, al tiempo que su magia salía sin control alguno, como lengüetas de fuego que estaban expandiéndose con lentitud.
-¡Vamos chicos!- dijo Harry moviendo la mano hacia sí, inventándolos a atacar-¡Denme con cada gramo de su magia, porque en unos momentos les daré un par de lecciones!-
Entre ellos se miraron. Pero Harry rio un poco.
-No me rendiré y ustedes se agotaran si no ocupan esta grandiosa trampa-dijo Harry esperando convencerlos- Así que es ahora o nunca-
-No dejes que esto te mate hermanito- murmuro Sofi poco convencida.
-Tienes que enseñarme como soportar el cien por ciento de la magia de Utgar- gruño Daphne un poco molesta.
-Aun no te he agradecido todo correctamente- menciono Neville limpiándose las lágrimas que le salieron, seguro que por ser el que más lo ataco y el que sus hechizos le acorralaran.
Las runas se encendieron en fuego y comenzó a surgir cirulos mágicos en cada tramo, apuntando todos a su persona.
-Luego tendremos que ir a festejar esta práctica, todos juntos- rio Luna con su sonrisa intacta, ni parecía que le dio unos cuantos golpes con su golem títere.
-Espero que sigamos siendo amigos luego de esto- dijo Theo con una mirada fija.
-Pase lo que pase Harry- Dijo Ron seguro- Somos hermanos de armas-
Había tenido que girar a cada uno, con las manos en los bolsillos, y asentirles. Pero cuando fue el turno de Hermione, ella no dijo nada solo asintió y enseguida todo se puso rojo. Se alejaron de inmediato para no recibir el enorme hechizo mágico que habían creado y llenado de sus siete huellas mágicas. No pudo evitar reírse por que habían crecido mucho sin el presente.
-Frum sphaera dracaen máxima bombarda-Gritaron juntos.
La magia de fuego exploto, llenando la esfera por completo de llamas y un intenso calor surgió en la sala de entrenamiento. Tembló cada tramo a su alrededor y derritió el escombro que flotaba a su alrededor dejando solo las runas brillando a sus alrededores.
-¡¿Crees que este bien?!-pregunto Ron dando unos pasos hacia el circulo y frenando por el calor.
-¡Esto, esta incluso haciendo que el suelo se derrita!- gimió Sofi soltando unas cuantas lágrimas.-DETENLO-
En sus rostros lo estaban considerado y alzaron la varita, pero las llamas comenzaron a girar por la esfera, con fuerza y de forma que el calor se propago mucho más que antes. El temblor desprendió trozos del techo que cayeron en todos lados. Yuna figura se vio entre las llamas, la silueta de Harry que levantaba la mano y que no se movía.
-Lo sabía-dijo Hermione con una sonrisa enorme y los ojos fijos en la silueta oscura.-Esto no pudo matarte-
-Y eso que lo diseñamos para ello- dijo Neville con una cara un poco aliviada.
-¡EL AMO ES EL HECHICERO MAS PODEROSO! -Grito Dobby llegando detrás de Daira que rugía y lloraba, de forma tan lastimera que daño a todos lo que le escuchaba-¡EL AMO NO SE RENDIRA TAN FACIL!-
El fuego freno y la sombra negra estiro los dedos, como saludándolos.
-¡Ahí esta! -dijo Daphne llevando las miradas a donde estaba el fuego. - ¡Sobrevivió!-
Enseguida todos comenzaron a acercarse, a pesar del fuego. Pero frenaron cuando las llamas comenzaron a adentrarse en la esfera y ser llevadas a Harry, en un tornado que llegaba a su mano, encendidas en llamas y absorbiendo todo sin siquiera parecer agotarse o estar concentrado. Sus ojos estaban fijos en ellos. Cada uno estaba sonriendo, a pesar de que eso significaba que su trampa fallo. Hasta después de unos minutos logro absorber toda las llamas y extinguirlas por completo.
-Si quieren dañarme no utilicen mi elemento en mi contra, porque le saldrá mal la jugada… aunque… no se cual ocuparían- dijo Harry acomodándose la gabardina que estaba humeando pero intacta, sonrió con gentileza y trono su cuello. -¿Listos para mi clase? Tienen un minuto para…-
Hasta entonces parecieron recordar que estaban en un entrenamiento, e intento de derrotarlo. Se prepararon, se pusieron en guardia y luego comenzaron a atacarlo nuevamente.
Theo, Hermione, Ron y Luna lanzando lanzas de fuego y bombardas casi al mismo tiempo dirigiéndose a su persona. Moviendo la varita para que el hechizo cambiara de dirección y fuera difícil esquivar. Esta vez Harry se quedó quieto y alzo la mano cubierta de llamas, las lanzas golpearon las bombardas y las explosiones se contuvieron, para luego ir a su mano y ser absorbido.
Harry miro arriba y vio esta vez a Daphne dirigiéndose directo de cabeza contra él, con un brillo verde cubriéndola.
-Para utilizar correctamente la magia de Utgar debes entrenar mucho tu cuerpo y más aún el control de tu magia en cada sección de tu cuerpo- comenzó Harry a decir esquivando su primer golpe solo con girar un poco, luego el segundo dando una ligera palmada en su mano desviando el puño- Y lo más importante es no solo impregnar tu piel de esta magia, si no cada parte de tu cuerpo, desde los huesos, músculos y el aire inmediato a tu piel, eso solidificara un más tu fuerza-
Daphne dio una patada giratoria, que Harry detuvo con una mano y lanzo varios hechizos para colisionaran con los hechizos que lanzaba ya Neville a una distancia segura.
-Esta magia es fuerza pero te quita la capacidad de utilizar hechizos ¿No?-continuo Harry mirando a la rubia que lucía ya agotada y adolorida, el efecto secundario de ocuparla- No dejes que toda la magia se la lleve el hechizo, y así podrás defenderte con magia tambien.-
Le soltó la pierna y se acercó golpeando un punto en su cuello, de inmediato término en el brazo de Harry inconsciente.
-¿Quién sigue?-pregunto Harry moviendo los ojos para que sus hechizos golpearan los de Neville en el aire. Lo veía comenzar a sudar en la lejanía. Aprovecho que estaban, seguro, reagrupándose y haciendo su táctica B, para mirar a Dobby y señalar a Daphne- ¿Con que ustedes dos?-
El elfo entendió chasqueo los dedos y Daphne floto hasta donde Dobby se protegía, junto con Daira que rasguñaba con desespero la superficie del escudo. Le dolía verla así, pero tenía que aguantar un poco más.
Un puño de piedra bajo y le golpeo el brazo que subió para protegerse.- Hechizo de títeres combinado con un golem de roca, fuerte pero cansado. Si no fuera por tu enorme energía y magia estarías ya inconsciente. Te recomiendo buscar títeres con una forma más fácil de manejar, un humanoide está bien, pero este esta deforme-
Clavo los dedos y rompió el brazo en múltiples partes, pero le sorprendió no ver a Luna encima, sino a Hermione que le veía emocionada. Los ojos ámbar de su prometida vieron a la distancia y le siguió por reflejo, vio a una enorme serpiente de hueso dirigirse a él. Subió la vista y Hermione ya no estaba ahí controlando al golem, si no subida en una escoba y alejándose. -Ocupar mis puntos débiles, que genio-
La enorme serpiente lo embistió, destruyendo el golem ya inmóvil, y llevándolo con el hocico lejos del lugar. Puso la palma en el hueso y planto los pies en tierra, creando dos surcos en el asfalto, destruyendo una casa y terminando por donde antes estaba el obelisco.
-Punto débil de el hechizo de títeres, si los tocas y encuentras su hilos que lo unen al titiritero, córtalos con tijeras y el muñeco termina inservible- dijo Harry y los huesos se desmoronaron, esparcieron por todo el lugar, dejando un cráneo enorme caer y astillarse por su misma velocidad.
Neville hacia bien su trabajo los hechizos seguían persiguiéndolo y se habían acumulado muchos, pero el miro el suelo-Wingardium Leviósa- montones de piedras se levantaron creando un muro y evitando que los hechizos dieran, y luego los lanzo por todos lados como una lluvia haciendo que pronto la ráfaga de Neville terminara.
-Magia de Utgar tomare toda la fuerza- continuo Harry y antes de que cualquiera pudiera verlo, fue a tal velocidad por la calle. Levantando polvo escombro y cruzando muros, tal cual no existieran (aunque terminara dejando un desastre a su paso).
Y llego delante de Neville, el cual estaba sudoroso, con un ojo cerrado y respirando con dificultad, además de sostener la varita con ambas manos temblorosas. Al verlo este intento lanzar más hechizos, Harry dejo que le golpeara el primero el cual fue un Desmaius, pero se dispersó como humo.
-Me impresiona cuanto has avanzado y logrado en tan poco tiempo- dijo Harry colocando una mano en su hombro y sonriéndole- Pero conoce tus limites, si continuas te harás mucho daño… te lo aconseja alguien que ha estado en ese lugar y no es nada bonito. -
Neville sonrió de forma torcida- Dos a uno, me llevas ventaja ahora-
Se desmayó sin necesidad de siquiera un hechizo o un pequeño golpe, Harry lo echo a su hombro y fue a donde Dobby a la velocidad que podía con la magia de Utgar. Lo dejo y continúo su camino buscando a los otros cinco que le faltaban.
No tardo en ver a Luna la cual estaba agachada, buscando aire e intentando ir a algún lado de esa pequeña cuidad en ruinas. Al verlo, giro la varita y grito-¡REDUCTO!- no fue directo a su persona, golpeo un pilar del edificio a su lado y este se volvió polvo. El edifico se desplomo sobre Harry, pero este solo lanzo varios reductos hacia su camino ya arriba, pasando por algunas piedras y llegando a la rubia que intentaba escapar.
-Bien hecho, si no fuera alguien con la magia de Utgar, hubiera terminado incapacitado y podrías huir- dijo Harry corriendo hacia atrás y parándose frente a ella.- Tu sentidos son agudos, pero aun te falta un poco de condición física. Eso se arregla y te ayudare en el proceso-
Luna paro en cuanto estuvo enfrente, levanto la mano en redición mientras jadeaba y se limpiaba el sudor que caía a raudales por su frente.- Eres increíble Harry, creí que con el plan de Ron y la trampa de Hermione tendríamos una posibilidad-
-Aunque no lo creas estoy agotado- dijo Harry sobándose el hombro no podía creer que le doliera- Y esos golpes tuyos y de Daphne, sí que me fueron fuertes. Ahora descansa Lu-
Le dio un toque con el dedo en la frente y un hechizo de desmayo. A ella la cargo bien, y saltando toda esa distancia, además del edificio, la llevo con Dobby el cual atendía a Neville. Pero le desconcertó no ver a Daira.
-¿A dónde se fue?-pregunto Harry preocupado.
-Lo siendo amo, Dobby intento detenerla pero… Daira salió corriendo en cuanto Dobby se descuidó- murmuro el elfo un poco tembloroso.
Harry le dio una caricia en la cabeza y le dijo -No te preocupes por ella, es la heredera de Diddy, débil no es- luego se encamino murmurando- Además esta batalla está a punto de terminar-
Avanzo un par de calles y entonces miro como por ambos lados de la acera aparecían dos de los generales Dragón. Sofi y Theo de un cada lado. Comenzaron con andanadas de hechizos que esquivaba moviéndose sin parar y preguntándose ¿Qué nuevo plan estaban realizando?
Un segundo después volvió a sentir esos síntomas de la poción que estaban repartidas por el lugar. Y agito el aire enviando lejos el olor y los calderos, volvió a la carga y fue por la mitad de la calle, esquivando cada hechizo, más ninguno de los dos parecían preocupados.
-Unas excelentes pociones, alteran los sentidos y a pesar de la magia estos surten efecto, olor afecta, tomándola será mortal ¿No?-dijo Harry cuando estaba muy cerca- Sin conocimiento avanzado sobre medimagia y sobre pociones, no pudieron haberse hecho, pero ante alguien con una magia poderosa solo hace falta detectar el lugar de donde sale par que sea eliminado.-
Lanzo dos hechizos y estos golpearon a Sofi, la cual cayó pero lentamente gracias al segundo hechizo. Fue a Theo y mientras se colocaba atrás y él lo atacaba con el arsenal de hechizos que le enseño. Harry comento- Perfecto para trabajar en equipo y tienes la habilidad de poderte mantener en calma. Pero aun tienes que encontrar tu punto fuerte, aquello que te hace mejor que los demás, si lo encuentra puede que tengas una oportunidad de darme-
Theo titubeo un momento al escuchar esas palabras y paro una centésima de segundo, suficiente para ser golpeado en el estómago con el puño de Harry y quedar tendido en el suelo. Tomo a Sofi antes de que se golpeara en el suelo y la recostó junto a Theo.
-Un momento hermanita, enseguida regreso- dijo Harry girando y viendo a Ron esperándolo- Eso no fue muy listo o una buena estrategia hermano-
-¿Tú crees?-pregunto con una leve risa- Utilice todo el conocimiento que nos diste en tu pelea contra el ministro y sus aurores, y ni siquiera mostraste el cincuenta por ciento de lo que has hecho aquí-
- No quería presumir -dijo Harry avanzando y alzando los hombros-Ahora déjame felicitar tu táctica, atacar, atacar y continuar atacando sin darme oportunidad de hacer algo hasta llevarme a una trampa mortal-
-Ni tan mortal, sigues vivo ¿No?-dijo Ron serio y levantando la varita, como en un duelo.- Que dices hermano, ¿al viejo estilo?-
Harry levanto la varita, sonrió y ambos se inclinaron, dieron la vuelta y comenzaron a caminar. A cierta distancia se detuvieron, giraron y se vieron ambos en pose de combate. Diferentes pero ambas especiales por ser echas para combatir con la capacidades de cada uno (Aunque Harry tenía la palma extendida en lugar de varita). Esperaron unos segundos y luego, una pequeña piedra cayo de un techo y toco el suelo con un sonido seco. Ambos se movieron, pero Ron fue más lento, el hechizo de Harry llego a la mitad de camino cuando él estaba apenas lanzándolo.
Espera, se dijo Harry al darse cuenta, ¿Y Hermione? Fue tarde para cuando se percató, su prometida apareció del aire a su lado, saliendo debajo de la capa de invisibilidad. Mientras Ron sonreía con superioridad, brillando en rojo y cayendo al suelo, Hermione llego a Harry. Este giro, pero era tarde, su prometida le tomo del cuello de la gabardina con una mano, lo embistió con fuerza tirándolo, ambos caían al suelo, rodaron por la fuerza que utilizo, alzando polvo y con estrepitosos movimientos, hasta parar.
Y ahí estaban, con Hermione a horcajadas sobre su estómago, tomada de su cuello de la gabardina y apuntado a su corazón, mientras que jadeaba. Se veía sucia, sudorosa, desarreglada, con una mirada cansada y aun así tenía una sonrisa en los labios, igual que su amigo pelirrojo no lejos del lugar. Hermosa es lo único que paso por la mente de Harry por segundos.
Sus miradas estaban fijas en el otro, su color ámbar lucia extasiado, mientras que su verde esmeralda estaba feliz.
-No puedo creer que ganara de nuevo de esa forma- dijo Harry bufando y poniendo las manos detrás de la nuca como almohada- Sacrifico al caballero y ataco con su torre, directo al jaque mate sin tener ya piezas en el tablero-
-La única forma de evitar que ganaras- dijo Hermione riéndose y luego quitando su varita- Fue lo que dijo mientras nos estabas dando una lección-
-Aunque debo decir algo importante- dijo Harry sonriendo- A ustedes ya no tengo nada que enseñarles, ¿Tienen cosas por mejorar? Si, pero creo que han llegado a mi supera las expectativas cuando comenzaron a atacarme sin control-
Hermione sonrió y jalo de su gabardina atrayéndolo a sus labios y besándolo con fuerza. Luego se vieron y se rieron un poco. Escuchaban a la distancia a los restantes Pendragón entrando a la sala de entrenamiento y corriendo para auxiliarlos, pero tardarían unos minutos. Estaban disfrutando de ese momento a solas (aunque sus compañeros estuvieran desmayados a los lados), cuando una figura a apareció saltando del edificio. Agito el aire y rugió mientras lanzaba fuego a los lados.
-DEJEN DE PELEAR- grito Daira planeando al suelo, y cayendo al final, pero testaruda se levantó y comenzó a correr hacia ellos-No me gusta verlos pelear, no lo hagan-
-No estamos peleando… entrenamos- dijo Harry estirándole la mano para que trepara a ella.- Es como hace rato contigo, lo hacemos para que mejoremos, aunque en tu caso es el vuelo-
-Pero yo aún no vuelo- gimió Daira y se encogió en su mano.- Tarde mucho en llegar a ustedes, soy tan torpe volando-
-¿Qué le pasa amor?-pregunto Hermione con voz queda y acariciando las plumas.- ¿No se siente bien?-
-Se siente mal porque no ha logrado volar- dijo Harry riéndose un poco, provocando una mirada de molestia de ambas.- No me vean así, si me rio es porque se ahora lo que le falla a la hora de querer volar-
-¿Enserio? -Preguntaron ambas-¿Qué es?-
Harry dejo a Daira en el suelo, le miro y dijo.- Cuando mueves tus alas, lo haces con las seis al mismo tiempo, pero no están diseñadas para eso…-
-Es cierto- dijo Hermione dándose con la palma en la frente- Por planear derrotarte no me di cuenta. Daira solo tiene que alternar sus alas para poder hacer que el aire fluya debajo de su cuerpo constantemente y de esa forma poderse mantener el aire. ¡Era tan simple, que cualquiera pudo darse cuenta!-
-Tarde una semana en descubrirlo- murmuro Harry algo rojo.- Además de que vi a Diddy hacerlo en el archipiélago-
Vieron a Daira que parecía no comprender, luego de una explicación de Harry en su idioma, y en lo que descansaban un poco de su pelea, la pequeña practico. Al principio era torpe y no lograba moverlas al mismo ritmo, pero poco a poco consiguió mantenerse en el aire y moverse unos círculos pequeños. Aquello fue la felicidad para Daira que saltaba de un lugar a otro, rugía lanzando fuego y ahora volaba persiguiéndose a sí misma.
Luego de eso, el estómago de Harry rugió con fuerza, despertaron a los demás, y salieron de la sala de entrenamiento. Harry se disculpó con todos un centenar de veces, después de todo no salieron ilesos; a Daphne le dolía cada parte del cuerpo, pero sobre todo el cuello; Luna casi se dormía de solo dar pasos; Neville cojeaba por alguna razón rara y estaba verde; Sofi parecía a punto de soltarse a llorar de no poderlos curar ya que su magia estaba realmente baja; Theo se sostenía las costillas nuevamente; Ron tenia una contusión en la cabeza por su caída; Y Hermione un par de mechones quemados y una mano temblorosa por el exceso de magia que ocupo al activar la trampa que creo especial para él. Agradecía que podía curar con agua a todos, porque de lo contrario sus amigos llegarían a Hogwarts al otro día algo golpeados.
Todos pegaron un grito en cuanto los vieron, sobre todo la señora Weasley que los regaño por pelearse como críos, aunque ellos dijeron que estaban entrenando, no pararon sus quejas y sermones de parte de cada madre hasta muy noche. Luego los mandaron a dormir de inmediato para que fuerana Hogwarts al siguiente día.
Esa noche mientras reflexionaba lo que ocurrió en la pelea y disfrutaba de las suaves plumas de Daira en su mano, veía la cabecera de su cama y supo que no tenía que hacer. Y que al otro día no iría a Hogwarts directamente, tenía cosas que hacer antes.
