EHHHHHHHHH QUE PASA CAOTICOS DEL MUNDO... ¡ESTOY DE REGRESO! Una vez más con esto que... pues si soy sincero he escrito en un montón de tiempo,¿Por que? Pues muchas cosas, muchos factores y muchas ... dudas.
Como todo el mundo sabe, estamos llegando al fin de finales, por lo menos de esta historia, la cual ha dejado un par de marcas en mi y me ha hecho mejorar como escritor. Estoy seguro que muchos de ustedes la esperaron con ansia, otros no tanto... pero de cualquier forma, si han llegado aquí y leen estas palabras:
Gracias por todo este tiempo y por leer a este novato.
Y sin más rollos, luego de "Taaaaaaaaaanto tiempo", les dejo la nonagésima segunda entrega de esta humilde historia.
Lean, disfruten y comenten... como siempre... y "No se fíe nunca de las impresiones generales, muchacho, concéntrese en los detalles." Sherlock Holmes, Sir Arthur Conan Doyle
Capítulo 92.- Caldero y líquidos de plata.
Trotaba por el perímetro del castillo, con su percepción mágica activa, portando la pechera con un peso bastante grande e incluso repasando en su mente cada hechizo que sabía y que podría ser útil. Resoplaba ya por el cansancio, expulsando vaho de la boca y sintiendo la ropa ya empapada de su sudor. Fría y pegajosa, cosa que le pondría incómoda en cuanto dejara de ejercitarse. Y aun así portaba tres capas de ropa y una sudadera, para que el frío del exterior no le afectara y sudara aun en ese clima, enfermarse por algo de ejercicio no era lo mejor en ese momento.
Aún ni el sol se perfilaba por el horizonte, pero Hermione ya estaba algo cansada y continuaba con su ritmo al trotar desde media hora antes. Avanzó por quince minutos más por los terrenos de Hogwarts, llegando directo al camino donde el puente de piedra conectaba con Hogsmeade. Estaba por regresar para tomar una ducha, ir a su clase y hacer sus deberes diarios.
Más su magia percibió un cambio drástico en su entorno, llenándola de un sentimiento de somnolencia y una presencia a su espalda. Giro con toda su fuerza y dio un golpe lleno de magia, solo que su puño fue detenido por una mano, aun cuando se suponía que debía de haber provocado daño a su adversario, su magia no parecía hacer efecto. De un movimiento circular de su brazo, le hizo girar y envolviéndola en sus brazos y planto un beso en su mejilla.
-Un día de estos me vas a matar- dijo Harry sonriendo, liberándola un poco, aunque le acariciaba la mano. Se giró suavemente conservando sus brazos alrededor de su cintura, para tomarle el rostro, el cual estaba frío como témpano y una mirada cansada.
- ¿Cómo estás, todo bien, estás herido? - dijo Hermione mirándole la ropa, nada limpia, e incluso notaba unos cuantos mechones mal cortados.
El ministerio había enviado un mensaje urgente a Harry, el cual no tardó en salir de inmediato el día anterior y llevaba todo ese día esperando que se comunicara con ella. Pasó la noche sin aparecer por su cuarto, lo que le decía que ni siquiera estaba cerca de Hogwarts, y aun si era consciente de que tenía más responsabilidades, y como parte del Ministerio tenía recursos y apoyo, no le dejaba de preocupar. Pasó la noche intentando dormir, moviéndose de un lado a otro sin poder conciliar el sueño por completo y al menor ruido de Daira o Marlow, despertaba pensando en que era Harry quien entraba por la puerta.
Dejó el viejo encendedor de Dumbledore siempre a mano, y lo miraba por ratos, esperando que no pasara nada y que llegara el siguiente día lo más pronto posible. Cosa ilógica en su mente. La noche no se movía más rápido si lo deseabas, pero eso no impidió que lo hiciera y que esperara leyendo un libro y preguntándose ¿A qué hora llegará? De tal forma que a las cinco decidió salir a hacer un entrenamiento matutino, seguro que de esa forma su mente se despejará y de paso le servía para no continuar girando entre las sábanas.
-Rufus se pasó de la raya, planeo cinco incursiones a "posibles" escondites de Mortifagos- Gruño Harry acercándose a sus labios y plantando un beso un poco largo- Solo hizo que Kingsley, otros seis que conocen mi identidad y yo vagáramos por todo el Reino Unido buscando esos sitios. - Se peino el cabello de tal forma que no era necesario que explicara lo demás.
-No me digas, todo salió mal- dijo Hermione mientras se encaminaban al pasaje.
-En el primer sitio encontramos solo a cuatro Mortifagos, pero de alguna forma debieron contactar con los demás. Todos los demás estuvieron desolados y ni un solo pergamino o mueble se encontraron. Pero note que recién había ocupado magia en el lugar- bufó Harry y luego le miro para sonreírle- Pero por lo menos no fue infructífero...-
- ¿Qué hiciste? -preguntó Hermione con desconfianza.
- ¿No puedo salir a cazar Mortifagos sin que consideres que se desatara el caos? -Pregunto Harry entre risas.
- ¿Quieres que responda a tu pregunta? Mejor contesta la mía- dijo Hermione adentrándose por el pilar de piedra del puente.
-Pues... el primer lugar al que fuimos era el más alejado y lo considere algo extraño, ya que estaba cerca del faro de Lizard. En uno de los pergaminos que intentaron quemar localizamos uno de sus siguientes objetivos... o lo que parece uno de ellos- contestó Harry parpadeando mucho por la luz del interior de su cuarto. - Rufus ya está hablando con el gobierno sudamericano e intentando informar a CasteloBruxo que puede que algunos Mortifagos intenten entrar ilegalmente al colegio-
- ¿Por qué quisieran entrar los Mortifagos? -preguntó Hermione algo curiosa, ciertamente no se sabía mucho de ninguna escuela mágica, a lo mucho sus nombres y aparentes ubicaciones. El secreto de las escuelas era por completo de los mejores cuidados por cada nación.
-Bueno... Solo encontramos unos informes sobre como cruzar las fronteras mágicas sin ser detectados. Y un pergamino con una palabra en ella "Vilu" y "CasteloBruxo", el resto estaba en código. Creemos que van tras algo sobre una magia sobre el agua o mar y también sobre una poderosa magia sobre tierra o volcanes- dijo Harry suspirando al llegar a la sala de estar y luego subir a su habitación- No estoy seguro de nada sobre eso, pero ahora que sabemos su movimiento, espero que no puedan obtenerlo. A menos que Rufus no pase el informe al presidente de allí, o este no le haga caso-
-Es algo bueno el que fueran al final- comentó Hermione dándole otro beso al verlo dejarse caer en la cama con cansancio.
-Bueno... supongo. La verdad es que, si lograron ocultar casi toda la información, en cuanto empezamos a codificar este se volvió un pergamino mojado en tinta. Solo espero me pague las horas extras- rio Harry para luego tomarla, cargarla, y apretarle contra si- Y dime ¿Qué haces despierta tan temprano? ¿No podías dormir sin mí? -
-Estaba entrenando- Dijo Hermione rodando los ojos y negando con la cabeza. A pesar de que fuera cierto, no lo diría, eso solo inflaría el ego de su prometido y la sonrisa que tenía ya era signo de que estaba inflándose sola. - Ahora, me iré a bañar, luego a clases. Descansa-
-Podemos bañarnos juntos, vengo cansado, me haría bien y así ahorramos agua-
-Muy buen intento- rio Hermione haciendo que le bajara y empujándolo a la cama, en la cual Harry cayó de sentón- Pero hoy no... pronto despertarán Daira y Marlow-
Voltearon a ver a la dragona, la cual lanzaba dos columnas de humo blanco de sus orificios nasales, entre sus patas, y con las garras retraídas, descansaba Marlow el cual no dejaba de mover sus garritas como comiendo algo.
-Si, bueno... creo que hoy me toca cuidar de ellos- dijo Harry sobándose el cuello - Además tengo que continuar con las modificaciones en el archipiélago-
- ¿Y qué modificaciones son? -preguntó Hermione quitándose las capas de ropa, quedándose en su camisa húmeda del sudor.
-Cosas... cosas de Pendragón- Harry se estiro en la cama y gruño- Que cómoda esta la cama-
-No puedes dormirte si tienes cosas que hacer- dijo Hermione, sentándose a su costado y acariciándole el rostro- Harry, vamos levántate... ya dormirás más tarde-
Un sonido raro salió de su garganta, su cuerpo se removió y le miro sus ojos, luego sus labios y por último bajo la vista.
- ¿Segura que no quieres ahorrar agua? -pregunto Harry tragando saliva. -Ayudaríamos a la ecología-
Siguió su mirada, notando que con la ligera playera se marcaba su anatomía y que su escote brillaba. Le miro con un sonrojo y le beso con una leve mordida a sus labios.
- ¿Es un sí? -
-No a todo- contesto parándose con rapidez, antes de que sus hormonas se alborotaran más y terminara accediendo a las idead de su prometido. Fue directo al baño- Tengo cosas que hacer y si entramos juntos... tardaríamos -
-De acuerdo- gruño Harry levantándose de golpe y alzando los brazos e inclinándose a su costado, haciendo que tronara su espalda- Me llevare a Daira y Marlow, espero que Umbra no le moleste echarles un ojo en lo que me apuro a... -
Ya adentro del baño no escuchando del todo bien lo que decían, se dio una ducha rápida, quitando todo el sudor de su cuerpo y calentando sus músculos algo adoloridos por su entrenamiento, se peinó lo mejor que pudo y salió ya vestida con el uniforme. Encontrándose a Harry cambiado, la gabardina del ministerio estaba en el pequeño sofá y llevaba una chamarra café oscuro, que tenía remiendos y estaba algo apolillada. Marlow y Daria ya estaba acomodados en su bolsillo. Aunque la dragona era mucho bulto y se notaba a leguas que la llevaba en la bolsa más grande. En esos meses la pequeña dragona creció mucho, y como no cuando comía por montones.
Parecía algo más descansado, a pesar de que fueron 10 o 15 minutos en los que tardo de ducharse.
-Me voy amor- dijo Harry dándole un beso y acariciando su pelo aun algo húmedo.
-Regresa temprano, come y si tienes sueño duerme- dijo Hermione arreglándole el cuello de la camisa, que estaba algo doblado y acomodándole un poco su cabello rebelde. - Esta tarde no tengo nada más que una reunión de prefectos y llegare luego de la comida-
-No te preocupes- dijo Harry sonriéndole- Te espero-
-No sé a qué hora llegue-
-Te espero-
Se miraron, le paso las manos por su cuello hasta sentir su nuca y sentir las manos de Harry terminaron rodeando su cintura. Para luego besarse, de forma suave y lenta, dejándose llevar por los labios del otro y sintiendo las emociones en su pecho.
-Aun podemos…-murmuro Harry.
-No - contesto separándolo de su cuerpo. -Se me va a hacer tarde- murmuro Hermione separándose, aunque queriendo estar más con él. - Y entre más pronto termines, antes regresaras a descasar-
Se rasco la cabeza y asintió, para luego acariciarle una mejilla. - Te veo al rato-
En cuanto Harry desapareció, ella bajo al castillo y fue directo al gran comedor. Aún era algo temprano por lo que muy pocos alumnos estaban levantados, sin en cambio como siempre los profesores eran unos de los primeros, ya desayunando y revisando sus pergaminos. Listos para continuar las clases de ese día.
Saludo a la distancia a la profesora McGonagall, la cual ya terminaba su desayuno y en ese momento repasaba un pergamino con una larga pluma plateada. A su lado el profesor Snape miraba con desdén a cada alumno que entraba que no fuera de Slytherin, y mordía un par de tostadas con tal cara que parecía que no le gustaran para nada. Del otro lado de la mesa, Slughorn apenas se servía un plato de avena y al verla, comenzó a saludarla con bastante alegría provocando que la avena se derramara en la mesa.
Se sentó en lo alejado que pudo del profesor de pociones que intentaba llamar su atención. Saco sus tareas de Aritmancia y de trasfiguración, para repasarlas mientras tomaba un plato de cereal y un poco de jugo. Sentía las miradas de múltiples lugares del salón y notaba que cada vez tenía más atención sobre su persona, aun así, no le tomo importancia y continuo con la morfología básica del método de transfigurativo avanzado. Era un hecho de que estaba bien, pero una segunda revisión le aseguraba que su trabajo era adecuado.
-Buenos días- dijo Sofí sentándose a su lado, dejando caer de forma estrepitosa su mochila, provocando que tres libros y un par de pergaminos se deslizaran afuera, y hasta un tintero que salpico la mesa. - Necesito tu ayuda... he estado tan ocupada con Madame Pomfrey y con el entrenamiento que no revise mi trabajo de pociones, lo volví a releer y es un desastre, es para la última clase. ¿Me ayudarías? - acabo comenzando a guardar todo dentro otra vez.
Hermione le vio de reojo y suspiro, nunca antes le pidió ayuda de esa forma, por lo que de seguro estaba en su límite. Guardo sus pergaminos y con la varita limpio la tinta que se derramo- ¿De qué se trata? -
-Los doce usos de la sangre de dragón y sus propiedades- dijo Sofí cansada y dejando caer la cabeza contra la mesa. - Desde que regresamos de las fiestas el profesor Slughorn está muy... muy...-
- ¿Amigable? ¿Consentidor? ¿Estresante? - pregunto Hermione ya revisando lo que llevaba, lo cual no estaba mal, pero se notaba que no estaba concentrada y redundaba mucho.
-Aja- contesto volteando a verla, sus ojeras aun eran visibles, pero en ese momento parecía más adolorida que otra cosa. -Se la ha pasa en clase diciéndome que no esperaba menos de uno de sus alumnos estrella, que me espera un gran futuro y que no duda que con "su guía" me llevara a ser igual que... Harry- Gruño y apretó los puños- No quisiera ya ni ir a sus clases y ni entregar este trabajo, pero... -
- Lo sé - dijo Hermione revisando también su ortografía y redacción. - Cree me estoy igual -
-Espero que no esté tan mal- comento Sofí mirándole algo apenada- No supe si "Jugo de horclump" era con "ka" o con "ca"-
-Es con "ka"- corrigió Hermione echando un vistazo a la redacción - Y es jugo de sanguijuela, ¿Qué pluma estás utilizando? -
-Una de las de Fred y George con corrector ortográfico incorporado. Pero me parece que el encantamiento perdió su efecto. -
-Ya lo creo -dijo Hermione, y le señaló el título de la redacción- Porque es una redacción de cómo preparar una poción de eliminación de furúnculos, y que yo sepa no de funarulufus-
- ¡No puede ser! - exclamo algo horrorizada- ¡No me digas que tengo que rescribirlo! -
-No te preocupes, se puede arreglar- dijo ella; cogió la redacción y sacó su varita mágica.
- ¿Tan temprano y haciendo tareas? -pregunto Ron llegando con Daphne y Neville, los cuales se sentaron enfrente. Miraba cómo Hermione, sin decir nada, iba tocando con la punta de la varita cada una de las palabras mal escritas y las corregía - Son un par de aburridas-
- ¡No estoy para bromas! -dijo Sofí lanzándole una mirada cansada, para luego dejar caer la cabeza en la mesa, estrellando su frente de forma sonora.
Se miraron entre ellos, sin que Hermione dijera nada parecieron entender, sobre todo porque aún estaba revisando su tarea y no estaba para explicar.
-Que carácter- murmuro Ron comenzando a servirse un par de huevos- ¿Mala noche? -
-Cállate- volvió a gruñir, con la voz algo ahogada por la mesa.
- ¿Qué le has hecho? -pregunto la voz de Luna algo enojada, llegando dando leves saltos, para luego tomar asiento y abrazar a Sofí que se dejó.
-De seguro gritar… como siempre- dijo Ginny sentándose lo mas alejada de su hermano.
El gran comedor ya estaba siendo llenado por alumnos, el barullo era tanto que se acercaban mucho a la mesa para hablar.
-Nada, juro que apenas le dirigí dos palabras- dijo Ron defendiéndose.
-Bueno, muchas más que dos, pero si no fue mucho- dijo Neville dándole una leve sonrisa a Luna, ella se la regreso, aunque se notaba cierta tensión.
-Necesitas más descanso Sofí- dijo Daphne estirando la mano y alcanzando los dedos de la Hufflepuff. - Tienes mucho encima, no has pensado en tomarte un día para ti-
-Quisiera, pero las clases, el trabajo en la enfermería, el entrenamiento y...-
-Podrías dejar por ahora el trabajo con Madame Pomfrey- comento Luna con la mirada preocupada. - Ella entenderá-
-No lo hare- dijo Sofí suspirando- Madame Pomfrey me ha estado enseñando bastante bien, he aprendido más de ella que sola y el trabajo en enfermería es bastante-
-Y el entrenamiento...- Comenzó Neville rascándose la nuca.
-Si me necesitan no quiero fallarles- le freno Sofí soltando aire, para luego forzar una sonrisa y mirarlos- Estaré bien-
-Tan terca - murmuro Ron para luego quejarse y bajar las manos a su espinilla.
Hermione tenía la culpa, a pesar de estar terminando de revisar el pergamino, escuchaba bastante bien y ciertamente ella entendía los sentimientos de Sofí y su decisión de hacer todo lo posible. Y aunque en parte estaba de acuerdo en que necesitaba un descanso, también comprendía que no lo tomaría, o no por su propia voluntad.
-Listo- dijo Hermione regresando el pergamino a la azabache que sonrió y agradeció, mirando que tendría que explicar la leve mancha de tinta de una de las puntas, pero ya estaba terminado. -La verdad lo hiciste bastante bien, solo que recuerda que la forma más simple de explicar es la mejor-
-Muchas gracias. ¿Me prestas tu pluma para escribir las conclusiones? -
Comieron a gusto, y estaban terminando cuando una banda de lechuzas comenzó a entrar por el gran comedor, llevando múltiples paquetes. Los alumnos comenzaron a recibir carta y paquetes con cosas, incluso las noticias. Como las tres lechuzas pasaron volando a su lado, llamo su atención, dejándole caer a su lado un periódico "el profeta", una revista "corazón de bruja" y "el quisquilloso". Ni siquiera les prestó atención, lo más llamativo de todo eso era que en medio de toda la bandada de lechuzas, Filch corría de forma rara, sosteniéndose el pecho y dando zancadas largas, sin contar con la señora Norris corriendo por delante.
Cruzo el gran comedor, se inclinó ante McGonagall y le dijo algo que hizo que se levantara de golpe. Juntos comenzaron a cruzar las mesas, en su dirección. Al llegar a ella, Hermione ya estaba parada y suponiendo que algo pasaba.
-Sígueme- le susurro la profesora en cuanto estuvo a su lado, para un minuto después continuar su camino hacia afuera.
Sin perder tiempo, guardo sus cosas y le siguió, tal vez fue la curiosidad o el hecho de que ahora las lechuzas, cumpliendo su misión, salieran por las puertas dobles, pero la mayoría de ojos le siguieron el paso.
Apenas alcanzaron el vestíbulo cuando se percató que los seguían, Ron, Daphne y Theo le seguían muy de cerca. Ni siquiera se preguntó cuando se les unieron, solo se preguntaba si Luna evito que Sofí le siguiera y por lo consiguiente Neville no les seguía. Esperaba que no fuera nada severo, pero su mano no pudo evitar moverse y tomar la varita, lo que provocó que al mismo tiempo sus amigos le siguieran el ejemplo.
- ¿Qué pasa? -pregunto Hermione a la profesora.
-Algo grande viene- dijo la profesora resoplando por bajar los escalones a gran velocidad y también por saltar los últimos cuatro.
Al llegar al patio exterior, vio las tres grandes figuras acercándose. Dos de ellas aladas avanzando a velocidad y la otra algo plateada y enorme en medio. Se cubrieron los ojos, pues el destello de aquel objeto les cegó por un momento. Al siguiente vieron planear a Buckbeak y otro hipogrifo, uno de color café marrón, a su lado volaban en saetas de fuego dos pelirrojos. Transportaban un enorme caldero de más de tres metros de ancho y una altura de más de metro y medio. Su color platinado y los detalles eran asombrosos y demostraban que no era un objeto cualquiera. Alrededor del patio, miro que varios alumnos subían la vista para admirar tal espectáculo, pero también otros que salían para ver qué pasaba.
El aire alrededor de ellos comenzó a agitarse con los potentes movimientos de las alas de ambos hipogrifos, a solo dos metros de altura, medio metro antes de que el calero tocara el suelo, se quedaron estáticos y como dos naves bien sincronizadas giraron en círculos. Lo que de verdad le sorprendió fue el que los hipogrifos lo dejaran con tal suavidad en el suelo, sin siquiera sonara. Y al instante George y Fred quitaron las sogas que ataban el caldero a los Hipogrifos. Libres del peso y su cometido, salieron volando directo a la cabaña de Hagrid, aunque Buckbeak dio una vuelta en el aire soltando un graznido de satisfacción que creo alaridos de asombro.
-Wao- escucho decir a Theo al deslumbrante artefacto.- hermoso-
-Listo- dijo Fred al pisar el suelo, quitándose el sudor con un trapo y arrojándoselo a su hermano, el cual le imito para lanzarlo por su hombro y que este desapareciera en la nada. - Caldero extra grande, listo para su uso u abuso... aunque no tengo ni idea de cuál sea lo divertido-
- ¿De qué se trata esto? -pregunto la profesora McGonagall mientras miraba también el enorme caldero.
-Una entrega mi querida profesora, no se preocupe, aquí está la autorización de Dumbledore y la autorización de entrada de los Aurores- dijo Fred mostrando algunos pergaminos de colores a la profesora.
Mientras su hermano gemelo se acercó a ella, rebuscando entre sus bolsillos de la chaqueta de cuero.
-Buenas días, Profesora Granger ¿Cierto? - comenzó George con una voy de comentarista al llegar a un metro y descender del todo, quedando parado con la escoba en su hombro- Gracias por ocupar WaesleyExpress "Entregas en un Ximsala bim". Mi nombre es George Weasley. - Le estiro un portapapeles con un pergamino y una pluma mágica-Necesito su firma en la parte de abajo y su pedido estará completo-
- ¿Esto debe ser una broma? -pregunto Ron al ponerse a lado de su hermano y ver el pergamino- ¿Un nuevo departamento en su negocio? -
-Algo que va a hacer felices a los clientes, entregas a domicilio- continuo George agitando la varita apareciendo un pequeño libro, "Catálogo de productos" escrito en letras moradas, y pegándoselo al pecho a Ron para retirarlo- Con gusto, te haremos un pequeño descuento... de un knut en cada compra, hermanito-
-No se vayan a quedar pobres-gruño Ron.
Eso no creo que pase- comento Fred guardando los papeles que mostro a la profesora, mientras la pluma que ofrecía George voló y se agito delante de los ojos de Hermione, señalando el portapapeles- Su firma, si es tan amable madame-
-Yo no lo pedí- comento Hermione mirando el enorme caldero, de comprar esa cosa se acordaría pensó.
Los gemelos se miraron y luego alzaron los hombros.
-Digamos que lo pusimos a tu nombre, ya quien lo compro... esta muerto-dijo Fred alzando los hombros como si no tuviera menor importancia.
-Y pensamos que entregárselo en persona seria difícil, entonces... su noviecita sería lo ideal- continuo George alzando las manos.
-Entonces es de Ha...- comenzó Ron, pero no pudo ni terminar ya que las manos de Daphne le tapaban la boca y McGonagall le lanzaba una mirada reprobatoria.
-Es más que obvio Ron- murmuro Daphne negando con la cabeza.
Miro por un momento el enorme caldero de plata, Harry no le había comentado nada de eso, pero no le sorprendía que comprara algo así, solo esperaba que no fuera una estafa de los gemelos. Aunque no creía que ambos jugaran con ella. De tal forma que firmó mientras muchos alumnos se acercaban al gran caldero admirándolo. Incluyendo a Theo, el cual ya pasaba las manos por la superficie, admirado, con los ojos y la boca muy abiertos.
En cuanto termino de firmar, el pergamino brillo y se desvaneció. Dejando el símbolo "Weasley & Weasley" el cual no tardo tampoco en desvanecerse.
- Muchas gracias y le informo que le llegara por correo una encuesta sobre nuestra sección WeasleyExpress "Entregas en un Simxala bim", quejas o sugerencias son bien recibidas- continuo Fred quitándose el sombrero y guardando el portapapeles adentro.
-A todo esto, ¿No pudieron enviar a su personal? -pregunto Daphne aun sujetando la boca de Ron, el cual se mantenía cruzado de brazos.
-Para esta entrega no- dijo Fred negando- Muchos galones en juego, cliente "VIM' incluso Hagrid fue muy amable de prestarnos a los hipogrifos de un día para otro-
-A todo esto- dijo George girando a la profesora y le sonrió de forma amable, aumentando las dudas de la profesora- Quisiéramos agradecerle en persona, ¿A menos que se requiera que nos retiremos de inmediato? -
La profesora soltó aire y asintió- Ya que están aquí, sería bueno que sean agradecidos- se giró y comenzó a regresar al castillo, mientras que apuraba a los alumnos para ir a sus clases. -Sin bromas, regalos especiales o licores ilegales dentro del colegio-
-Huy… nos cacho- rio George guardando algo parecido a una botella oscura, con letras escritas "Mampoer Venom".
Mientras Ron y sus hermanos se ponían al día y que Theo se dedicaba a murmurar cosas del caldero, ella tomo un momento para pensar que hacer con el caldero. Con certeza era capaz de moverlo con magia y llevarlo a la sala de menesteres, pero no creía que fuera esa la idea de Harry. Si la consiguió de los gemelos era porque lo ocuparía, y en todo caso solo lo guardaría hasta que su prometido lo ocupara.
Levito el caldero, y alejo a Theo que comenzó a quejarse por que le quitaran tal artilugio, aunque no era suyo. Con el caldero por delante lo llevo al centro del patio y miro hacia arriba, la torre flotante enseguida comenzó a desplegar la escalera de piedra. Aunque muchos o casi todos a su alrededor no entendía que hacía. Al comenzar a subir fue como si hubiera desaparecido, todos miraban a cualquier lado menos a donde debían y seguramente las protecciones de la torre desviaban las miradas curiosas.
Entrar por la puerta de un metro de ancho le fue fácil, con cierta magia de agrandamiento temporal, más atinar al centro y no golpear uno de los laterales no fue tan rápido. Al llegar al centro de la torre noto que algo había cambiado, seguían los cuatro emblemas, cada uno de las casas de Hogwarts, grabados en la sólida piedra en donde Harry cruzo duras pruebas. Las cuatro puertas, que conducían a las diferentes secciones donde alguna vez trabajaron los fundadores y el atril el cual ahora contenía un libro.
Llevo el caldero al lugar de las opciones, el lugar era amplio, encontrándose un enorme fogón en medio, mesas con diferentes cajones, compartimientos y herramientas. Sin contar con los estantes que cubría todo un muro, con cientos o miles de frascos, con algunas sustancias, polvos, plantas, partes de animales y vacíos.
Su primera clase, de Aritmancia, estaba por comenzar por lo que no se entretuvo y dejo el caldero encima del fogón, quedando suspendido a una distancia perfecta para que el fuego calentara toda superficie. Mas al regresar a la sala de los emblemas, aquel libro colocado en el atril le dio curiosidad. Por un minuto lucho con su ser para ir a clase y no inmiscuirse en las cosas de su prometido. Mas al mirar aquella portada, un encuadernado simple negro parecido a escamas y plumas, con rasguños y raspones de colores diversos, además en el centro y cubriendo gran parte el símbolo Pendragón en color blanco, y con una cerradura igual que los grimorios.
Se mordió el labio, aquel libro no le parecía como los grimorios y no notaba ninguna magia saliendo de su portada o de sus páginas y ninguna protección le aseguraba. Solo parecía un libro común y corriente que encontraría en cualquier lugar. Lo levanto e inspecciono la cerradura, abrió la boca al notar que estaba abierto, solo basto abrir la portada para que notara el título y el autor. Sonrió acariciando la página con cuidado, cerro el libro dando un beso en la portada y dejándolo donde estaba.
El día trascurrió con relativa calma, a excepción que los del equipo de Griffyndor en cuanto pudieron salieron volando al campo, aunque de paso crearon un barullo por la carrera que hicieron. En la junta de prefectos acordaron nuevos horarios de vigilancia, en los cuales se rotaban para que estuvieran atentos y fue a entregar a los profesores las notificaciones de que alumnos estarían en otras actividades en el momento de sus clases.
A la hora de la comida, Ron se la paso revisando el catálogo que le dieron sus hermanos, encerrando en un círculo aquellos que tal vez podrían comprar, aunque sus finanzas no eran muy buenas. En todo ese rato espero a Sofí, pero la chiquilla no apareció en todo el rato, por lo que supuso que estaba con Madame Pomfrey o durmiendo en algún lugar del castillo.
Las clases de la tarde fueron la de Pociones y Defensa Contra las Artes Oscuras, las cuales le fueron rápidas, pero incomoda. En las dos clases evito miradas de ambos maestros, los cuales comenzaron las clases mirándola de forma diferente, inquisitiva y de alguna manera intuyo que se trataba sobre el rumor que corría de que tenía un caldero enorme de plata. Y en cuanto sonó el fin de clase, salió corriendo para evitar preguntas.
-Hermione- le llamo Theo justo en la entrada a la sala de menesteres. Se veía ansioso y se sobaba las manos- En la mañana, el caldero... ¿Es de Harry cierto? -
-Supongo- contesto Hermione extrañada.
-Y.…- dejo un espacio en el cual no pudo evitar acercarse a ella. - ¿Crees que ... sea para las prácticas de pociones? -
Le miro y se sobo el puente de la nariz, algo exasperada. - Si tu pregunta es ¿Si te dejara utilizarlo? Supongo… que tal vez... en cambio no creo que sea para tu uso personal y no creas que será frecuente. Ni siquiera yo sé para que lo está maquinando-
La mirada nerviosa de Theo paso a una decepcionada, para luego asentir y continuo su camino a las cocina. Ella suspiro y fue directo a su habitación esperando que Harry pudiera explicarle que pasaba con el caldero enorme. Y el por qué ambos profesores de pociones la veían con esa cara de incredulidad.
Apenas llego al pasillo comenzó a escuchar el profundo ronquido, así como también un par de gruñidos roncos y sin lugar a dudas también algo que rodaba por el suelo. Daira apenas la vio entrar salto del rostro de Harry y planeo hasta la cómoda, y Marlow se quedó quieto rodando un orbe azul por el suelo lleno de tierra. No entendía mucho. Solo que Harry tenía la cara tiznada de negro, con la figura de las garras de Daira en sus mejillas, medio cuerpo fuera de la cama y la ropa con tierra.
Bufo un momento antes de sacar su varita y agitarla, desapareciendo la tierra, levantando a Marlow que continuaba aferrado a su bola azul y lo deposito junto a Daira que rugía, como explicándole porque sus patas marcaban la cara de Harry. Aunque no entendía nada. Desapareció la ropa sucia de Harry y le acomodo en la cama, estaba tan profundamente dormido que ni se despertó. Intento limpiarle el rostro, pero aun con su magia solo dejo aun un poco en su cuero cabelludo.
-Si que has trabajado mucho amor- dijo Hermione besando su frente y mirando a Daira y Marlow, que estaban muy quietos. Como niños los cuales fueron atrapando rompiendo algo. - Y ustedes dos, no lo molesten, vengan abajo-
Tomo a Marlow colocándoselo en el hombro, y a Daira en el otro, desequilibrándola un poco, ya que era cuatro veces más grande, y no dudaba que dentro de muy poco no lograría acomodarse en su hombro.
Bajo de nuevo, directo a la sala, donde el fuego de la chimenea calentaba todo, algunos ya estaban sentados realizando diversas tareas o no haciendo nada (como Ron). Mas no paso mucho en lo que se exaltaran. Un rato antes de cenar, hubo alboroto, porque Dean entro informando del examen de aparición. Solo los alumnos que, para el 21 de abril, fecha del examen, tuvieran diecisiete años podrían conseguir su licencia de aparición, se llevaría a cabo en Hogsmeade donde las estrictas medidas de seguridad los mantendría a salvo y podrían aparecer.
No tardaron en entrar en pánico aquellos que ya tenían o cumplirían diecisiete para esa fecha.
-No he practicado mucho la aparición- murmuro Ron a su lado, jugando con la pelota azul que Marlow intentaba quitarle con ferocidad. - He estado entrenando con mis trasformaciones, aun no soy capaz de convertirme en una criatura mágica, y toma unos minutos en que tome la forma que deseo. Y ahora también tengo que desparecerme-
-Pues entrena- contesto Hermione que, aunque de cada diez intento solo ocho podía hacer una desaparición decente, se encontraba nerviosa. - O puedes pedirle clases suplementarias al profesor Twycross-
-Para eso mejor pregunta a Harry, estoy harto de sus tres "D"- gruño Daphne que intentaba terminar los cálculos de Aritmancia.
-Qué bueno que yo no tendré que tomarlo hasta Julio- dijo Neville con una sonrisa a pesar de que arreglaba su Mimbulus Mimbletonia, enderezándola y acariciando sus bulbos, ya que intento comérsela Daira y como prueba un mordisco uno de sus bulbos.
-Aun así, tienes que practicar- Dijo Hermione acariciando la cabeza de Daria que ocultaba rostro entre dos cojines, fingiendo dormir ante la posibilidad que Neville le regañara por su planta - Es una herramienta muy útil de trasportación, a pesar de que sientas que de comprimen en un tubo-
-Prefiero los portales de Harry- comento Theo mirando el techo, recostado en el asiento más grande, suspirando como si le hubieran roto el corazón. Lo cual ya había pasado antes y no lo vio ponerse tan mal. - Son más fáciles de usar-
-Pero solo son de un lugar específico a otro, la aparición da más posibilidades- comento Hermione rodando los ojos.
Perdieron un poco el tiempo hablando de sus preocupaciones sobre la aparición, y con un poco de dificultad todos resolvieron sus tareas, desde el difícil cálculo de Aritmancia Daphne, hasta la simple redacción de herbología de Neville, la cual fue sobre la misma planta que Daira estuvo por volver abono.
-Hola chicos ¿Hoy tampoco esta Harry? -pregunto Luna llegando con una pasta naranja en la mejilla.
-Está descansando- respondió Hermione antes de lanzarle una mirada inquisitiva. Y no era la única.
- ¿Esto? -pregunto sentándose junto a Daphne y tomando un poco de la pasta de su mejilla. - En clase de defensa me lastime, Madame Pomfrey me curo. Dice que la pasta que hace Sofí es perfecta para que no deje cicatrices. A todo esto ¿Dónde está? -
-Espero que, si no está en la enfermería y aquí, este descansando- dijo una voz desde la escalera. Harry ya bajaba, revolviéndose el cabello y bostezando. -Ha trabajado y entrenando bien, se merece descansar y divertirse-
- ¿Hablan de esa mocosa de Hufflepuff? - pregunto Draco que le seguía a su prometido. -Solo sé que me cura como si quisiera herirme más-
-No dudes de ello- comento Harry sin mirarlo- Y... ¿Qué vamos a cenar? -
-Ya llego el hijo de papi- gruño Ron, lanzándole una mirada dura.
-Cálmate comadreja, no me hagas callarte- respondió Draco de igual forma.
- ¡Inténtalo! -casi grito Ron levantándose. -¡Huron!
Ambos chicos avanzaron hacia el otro, Ron tomo el cuello de su camisa y Draco le apretó la garganta. Se gruñeron por un segundo. Hermione, Theo y Daphne se levantaron de un salto. Al contrario de Luna que suspiro y abrió su libro de Defensa contra las Artes Oscuras en la página 189.
Pero antes de que incluso ellos pudieran detenerlos, Harry ya estaba ahí, rascándose la nuca. -Aquí no se peleen, si van a hacerlo que sea en privado- dijo Harry más ninguno de los dos se soltó, es más ambos alzaron las varitas. -Ya basta, par de necios-y dio dos coscorrones, uno a cada uno.
Aun a la distancia en que estaban se escuchó como los dos cráneos de ambos sonaron huecos, seguidos de dos gemidos de dolor. Se soltaron para tomarse la cabeza y comenzarse a sobar el área afectada.
-Eso dolió, se vale sobar- se rio Theo, parar luego observar las miradas de desaprobación de Neville, Luna y Daphne. - Lo recomiendo pega como si tuviera puños de acero-
-Demonios Harry, eso duele- gimió Ron con un par de lágrimas en los ojos.
-Maldito seas Potter- se quejó Draco, su voz sonaba cortada, además de que ya tenía la cara roja y le miraba con enojo- En cuanto pueda me las pagaras-
-Si, sí, sí. Como sea... ya he dicho si quieren pelearse, háganlo en un lugar donde no puedan dañar a terceros. - dijo Harry pasando entre ellos alejándolos y caminando hacia Hermione, que estaba aliviada de que no comenzaran a destrozar su lugar de descanso. - Buenas noches amor- Le dio un beso que respondió.
- ¿Esta es la forma de arreglar peleas? -pregunto Hermione alzando una ceja y cruzándose de brazos.
Le miro, suspiro haciendo un puchero que le pareció lindo, pero mantuvo su semblante duro. Harry volteo a ver a ambos y murmuro- Por culpa de ustedes ya estoy en problemas, a las próximas les doy más duro-
-De todas formas, Ron ganaría- dijo Daphne ya con su novio, mirando el chichón que le provoco.
-Ni siquiera me tocaría un pelo- escupió Draco con la voz más compuesta.
-No me hagan enojar- dijo Harry negando con la cabeza, para luego mirar a Daira saltar de los cojines a su pierna y como Marlow aún tenía entre sus garras la pelota azul- ¿Con que aquí estaba? -
-No lo ha soltado y se enoja si se lo quitas- dijo Hermione mirando como aun Ron y Draco se miraban con furia.
-Si bueno, le dije que lo cuidara, es importante- dijo Harry inclinándose y estirando el brazo, de inmediato Marlow corrió rodando la bola, colocándola en la mano de Harry y subiendo a su hombro-Gracia amiguito…- le acaricio su hoja dañada-… doble ración de tocino hoy-
-A todo esto, que hacías con el rubio oxigenado- dijo Theo con la misma mirada ansiosa que le dio a ella.
-Lo encontré en la escalera espiando- dijo Harry como si nada, guardando la bola azul y también recogiendo a Daira la cual se removió contra su mano, soltando un leve rugido, abrió un ojo y volvió a su bolsillo. Soltó un rugido, y escucho la respuesta de Daria, pero esta no salió. - ¿Ocurrió algo malo? -
-Daira solo fue... ella misma. Pero ellos… - dijo Hermione señalando a los dos que seguían causando conflictos.
-A sí que reuniendo información ¿No? - acuso Ron.
- ¿Quién quisiera escuchar sus estúpidas platicas? - dijo Draco negando con la cabeza, aunque sus mejillas tenían algo de rosa.
-Si quieres amigos, solo tienes que dejar de ser un patán y pedirlo- dijo Luna mordiendo una pluma de azúcar sin siquiera haberse movido del lugar- No tienes que acosarnos. Eso es raro y espeluznante-
-Mira quien lo dice- gruño Draco, aunque el tono en su rostro aumento. - ¿Quién los quisiera como amigos? -
Hermione no pudo evitar pensar en Slughorn el cual no paraba de acosar a los Pendragón e intentar ganar sus favores. Nadie contesto, porque justo en ese momento, Dobby apareció en medio de la sala, con su sombrero de chef y una mancha de comida en mandil.
-Dobby informa que la cena se servirá- comenzó el pequeño elfo como solía hacer.
-De tal forma que es cierto ¿Dobby trabaja ahora para ti Potter? - dijo Draco con una voz dura.
Dobby se quedó quieto, parecía tan pequeño, pero su cuerpo tuvo un escalofrío que lo sacudió desde el sombrero a las largas orejas.
-Pu... pueden pasar... cuando gusten a.. am… amo- jadeo Dobby y por un momento se estrujo las manos, como esperando alguna contestación. -Dobby... Dobby va a...-
-Dobby ¿Qué pasa? -pregunto Hermione inclinándose preocupada. Estiro la mano para acariciar su cabeza, y de pronto echó a correr hacia la chimenea como si fuera a arrojarse al fuego.
Harry desapareció de su lado, ni siquiera fue un parpadeo en el que sostenía a Dobby, abrazándolo, mientras este se sacudía y forcejeaba con gran ímpetu. Incluso en uno de sus tantos movimientos, golpeo a Harry, pero este solo le abrazaba con fuerza, sin soltarlo.
-Calma Dobby, todo está bien- murmuraba Harry mientras las manos y pies del elfo buscaban escapatoria. - No te dejare hacerte daño, ahora eres mi familia... debes tranquilizarte… nadie te hará daño… nadie-
La sorpresa del arranque de Dobby tenía a todos estáticos, en su sitio y sin poder decir ni una sola palabra. La mayoría conocían bien que Dobby fue un elfo de los Malfoy y que este logo escapar de su servicio por Harry, el cual después se encargaría de darle un trabajo y una buena familia. Dobby era vital en Pendragón, no conocía a ninguno que no obtuviera ayuda de Dobby si se la solicitaban. Desde darles algo de comer, hasta incluso labores más complicadas, siempre ofreciendo sus servicios con una sonrisa y dando lo mejor de sí. Si alguien hiriera a Dobby se ganaría un pase directo a San Mungo y sin retorno alguno.
El elfo forcejeó unos segundos más y luego dejó de oponer resistencia, sus ojos grandes estaban llenos de lágrimas, su cuerpo temblaba y sus manos se aferraron con fuerza al hombro de Harry. El cual estaba lo más quieto posible, como un muro infranqueable entre las llamas de la chimenea y el pequeño cuerpo Dobby.
- ¿Mejor? -pregunto Harry alzando la mano y acariciando su cabeza desde atrás.
-Gracias amo -jadeó al tiempo que sabía la nariz - A Dobby todavía le cuesta ver o hablar con sus antiguos amos... pero... Draco Malfoy... el... el...-
Las miradas pasaron de Dobby a Draco, un estremecimiento se notó en el rubio, que bien pudo haber recibido mil maldiciones en un segundo por parte de los presentes. Y fue cuando se preguntó Hermione ¿Qué le hizo Draco para ponerlo tan alterada? Tal que Dobby prefería arrojarse a la chimenea que enfrentarlo e incluso romper la regla de Harry de no dañarse. De algo estaba segura, si movía una sola mano o cualquier parte de si hacia Dobby, su mal genio saldría a flote. Y conocería a una nada linda Hermione Granger.
-Recuerda que ahora eres parte de Pendragón- dijo Harry soltando al elfo y sonriéndole- Estas bajo mi protección, incluso de que tu mismo te dañes-
El elfo no alzo la vista hacia ellos, solo se inclinó a recoger el gorro que tiro se lo colocó bien y miro a Draco, desafiante. Con voz firme, pero sin parar dijo - ¡Draco Malfoy no se portó nada bien con Dobby, pero Dobby encontró una familia, Dobby... es un elfo libre que trabaja con Harry Potter! - se giró a Harry y dio una reverencia, para luego darle una sonrisa que le respondió- Me retiro amo-
Un "Pop" después el elfo había desaparecido, pero el enojo estaba aún más presente en cada uno.
- ¿Qué le has hecho a Dobby? - Pregunto Luna que en algún momento guardo sus cosas y se puso de lado de novio, que miraba también enojado a Draco. -Y empezabas a acostumbrarme a tus tonterías-
-Yo no hice nada- se defendió Draco, metiendo las manos a los bolsillos. - Dobby tiende a.…-
-Hiciste... lo que le hiciste a Dobby, eso estamos preguntando- corto Daphne tomando a su amigo pelirojo, que ahora si parecía a punto de golpearlo. - Tu pedazo de escoria. -
- ¡Acaben de una vez! - Dijo Hermione, intentando no sonar enojada, de echo quería decirle un par de cosas mal sonantes, pero Draco había demostrado que tal vez deseaba cambiar. Por lo menos, según Harry, él había de alguna forma intentando salvarle. -Lo hecho... hecho esta, no lo podemos cambiar lo que hizo. Draco ya tiene lo que se merece, escogió el lado equivocado y eso lo ha traído hasta aquí, él sabe que ha perdido y ganado por comportarse de esa forma. Dejen que cargue con su culpa solo-
-Bien- dijo Neville, que señalo a Malfoy y gruño- Pero ni se te ocurra que no tomaremos represalias si dañas a uno de nosotros, o yo me encargare de que te coma un Standameius Netera-
Luego paso a lado del rubio hacia las cocinas, evitando cualquier contacto, al igual que Luna y Theo que les siguió.
- No sé qué sea eso de Sandameius Netera... Pero lo apoyo- dijo Daphne arrastrando a Ron mudo, el cual su color de rostro demostraba enojo y sus ojos alargados que se contenía.
Quedando solo Harry, Draco y ella en la sala, aligerando un poco al rubio, que relajo los hombros.
-Y yo pensando que podría dejar mi cuarto un poco más- gruño Draco antes de mirar como Harry fue hacia ella y le tomo la mano. -No necesitaba tu ayuda sangre su... -
- ¡BASTA! -le espetó Harry de alguna forma haciendo sonar su voz más fuerte de lo que dijo- Deje que todo lo de Dobby pasara por que yo sé que intenta dejar su pasado con ustedes atrás, pero si continúas colmando mi paciencia Draco, voy a deformare de por vida esa carita que tanto te gusta y admiras en el espejo-
Draco se llevó las manos a la cara, luciendo exasperado, se froto con fuerza y gruño- ¿Y qué quieres? ¿Una disculpa? por qué no lo hare. No soy de esa clase de persona-
- ¿Y crees que no lo sabemos a estas alturas? - respondió Hermione avanzando-Pero para nosotros primero será Dobby antes que tú, ¿De acuerdo? Si quieres de verdad cambiar Draco, juzga tu pasado, deja tu zona de confort y enfrenta las cosas que has hecho, y...-
- ¿Y QUIEN DIJO QUE QUIERO CAMBIAR? -Grito Draco apretando tanto sus facciones que la cara se le desencajo.
-Tú mismo- dijo Harry pegándola a su cuerpo, tal vez para retenerla de hacerle algún daño al rubio. Lo que era más probable. -Ya te lo dije, si quieres lárgate de aquí... pero haya fuera ya corre el rumor de que los Malfoy han traicionado al Voldemort. - sus miradas duras se enfrentaron- Puedes huir del país, dejar todo atrás y comenzar... pero estas aquí por qué quieres tu anterior vida, quieres vivir en paz ¿O no? -
No dijo nada, pero sus ojos titilaron en dudas.
-De tal forma que tienes dos opciones Draco; enfrentas a Lord Voldemort y todo su sequito de Mortifagos o te alias con nosotros y peleas por esa paz que deseas- continuo Harry bastante severo-Tienes la marca tenebrosa en ti...- al instante la mano de Draco viajo a su antebrazo-...pero eso no te define como persona, tus acciones lo hacen. Dices que no quieres cambiar... entonces decide que deseas ser en esta vida... un hombre libre o un sirviente de Voldemort. -
- ¿Ahora soy como un elfo domestico? - murmuro Draco desviando la mirada.
-Pisaste los sentimientos de los demás, las creencias e ideales de otros durante años. Tratándonos como si no valiéramos...- Continuo Hermione al tiempo que lanzaba una mirada muy seria -... al tratar a todos de forma inferior que tú, al juzgarnos y pensando que merecías todo. - A su costado sintió el bolso de Harry agitándose, indicio de que el olor de la cocina ya estaba llamando a Daira, la cual no tardaría en salir. - Te prometí llevarte con tu madre y a ella intentar ayudarte, no pienso romper la promesa. En cuanto saque la licencia de aparición lo hare, pero una vez cumplido deberás decidir qué quieres-
Harry y Draco se miraron, para luego mirarle.
-No va a ser un Pendragón-
-No voy a ser una lagartija-
Chaqueo la lengua, rodo los ojos exasperada y pellizco a Harry. -Me refiero a si pelea con nosotros o contra nosotros- Harry se sobaba al terminar la frase, con Daira saliendo del bolsillo interior para volar mientras se estiraba y escupía fuego.
-Ustedes…. No entienden… - dijo Draco sobándose el cuello. -…. Mi familia-
Daira miro a Draco, saco otra llamarada en su dirección para luego rugirle a Harry, el cual asintió. - Ya vamos a cenar... ¡¿No nos vas a esperar?!- dijo Harry mirando como Daira ya volaba hacia la cocina sin hacerle caso.
La puerta chirrió, miro hacia la puerta Hermione, donde Ginny se encontraba mirando desconcertada la escena frente a ella. Sus ojos marrones miraban a Draco, el cual le miro un segundo, con la comisura de sus labios un poco arriba y saco las manos de los bolsillos apresurado.
-Hola- dijo Ginny dando una leve sonrisa, algo desconcertada. - ¿Todo bien? -
-Hola- contesto Draco sin mirarla y sin parecer interesado. -O algo así...-
- ¿Debo decir hola o.…? - le murmuro Harry, pero ella negó y tirando de su brazo se lo llevo a la cocina.
Había hablado con Ginny de Draco, la chica no sabía que pasaba con sus sentimientos, aunque podría ser solo una atracción, estaba confundida y exaltada con su presencia. Solo esperaba que esa situación no fuera una bomba de tiempo, no una que empeorara las cosas.
Esa noche ocurrió algo inesperado. Despertó sintiendo que el cuerpo de Harry, se estremecía espero un momento, para luego volver a sentir removerse y gemir de dolor. Se levanto un poco mirando su rostro, aun dormido, pero con el gesto adolorido, murmurando cosas incomprensibles, las manos aferradas a las mantas y la frente perlada de sudor.
Lo abrazo, mientras le susurraba en su oído, no era la primera vez que sucedía y sabía que no sería la última. Parecía que soñaba o recordaba algún evento en el cementerio, porque murmuraba cosas sobre fantasmas y regresar a Hogwarts. Poco a poco comenzó a calmarse, aunque su cuerpo continuo tenso y su mano se aferró a su cintura y le abrazo con fuerza. Lo peor era cuando incluso lloraba y le pedía a su madre que no se sacrificara. Aunque desde su regreso no había pasado de nuevo. Tal vez ese sueño con sus padres, salvándolo, le había ayudado a calmar ese fantasma de su pasado.
Logro calmar a Harry en un par de minutos, le acariciaba el pelo mientras pensaba en que deseaba estar ahí todas las noches que sus pesadillas le invadieran. No deseaba verlo sufrir. Miro por largo rato el rostro de Harry, el cual se relajó y poco a poco volvió a la normalidad. Cuando al fin se quedó dormida, se encontró con sueños de estrategias, de las batallas que se vendrían adelante y por supuesto, del futuro que les esperaba. De la vida que tendrían juntos.
A la hora del desayuno Harry estaba impaciente, bastante más de lo que debería. Era viernes por la tarde, el día que irían con los hombres lobos, y había indicado a Neville y Theo que los necesitaba en cuanto salieran de clases. Aunque ninguno de los dos estaba presente y para Harry el tiempo se escapaba de forma fácil.
Sin embargo, Hermione, intentaba desviar su interés en sus planes, antes de que fuera por ellos a sus salas comunes y tuviera que crear algún plan para no ser visto por el castillo. Cosa que le llevaría más tiempo que esperar a que ambos llegaran.
-Mira en la encuesta "Popularidad del Auror externo" tienes un 68% de aceptación- comento pasándole el corazón de bruja.
La sección completa trataba del puesto que ahora Harry desempeñaba, aunque solo la última parte de encuestas era sobre sus obligaciones y aceptación de las personas. La mayoría trataba sobre los comentarios sobre la imagen de Harry, o mejor dicho Henry Tufl e incluso en otros artículos, como "Los Aurores con mejor porte" y "Los más guapos del ministerio", Harry había desbancado al primer puesto. Y eso que ni siquiera conocían su rostro o puede que el echo del misterio decidiera atraer a las lectoras, y tal vez algunos lectores.
-No lo hice por aprobación o aceptación- dijo Harry sirviéndose su desayuno al tiempo que miraba la revista. - He... Cedricc está en el puesto 10, y Dawlish en el... 46, nada mal comparando con el resto-
-Y ya viste que Kingsley es el 3 de los más fuerte de los Aurores- contesto Hermione esperando distraerlo lo suficiente.
Daira miraba también la revista, aunque en su caso solo las imágenes móviles, ya que se entretenía en su gran porción de carne y con Marlow a un lado degustando un plato de pijos de madera; aunque estos eran contenidos por una barrera mágica, ya que algunos se estaban intentando escapar.
- ¿Tercero? - dijo Harry con el tenedor lleno de carne a medio camino a su boca. - ¿Y quienes le ganan a Kingsley? ¿Creí que él era el encargado de cuidar al ministro por ser el mejor? -
-Según esto si- comento Hermione justo cuando llegaba la lechuza del periódico -El numero dos se supone que es el antiguo jefe del departamento de Aurores, ahora ministro de magia Scremengeour, y el numero uno eres tú Harry-
-Si Tai-Gō fuera parte del departamento... creo que yo sería el numero dos- dijo Harry sonriéndole y pasándole el periódico que quito de la pata de la lechuza con amabilidad. - No sé qué clase de magia conozca… pero es fuerte- comentó su novio a pesar de que Harry tuvo que mediar entre Daira y Marlow que se peleaban por un gran pedazo de tocino.
Luego de la comida continuo más tranquilo, en cuanto ambos amigos aparecieron por la puerta y se sentaron Harry comenzó a preguntar porque llegaron tarde. Al contrario de ella que inmediato leyó el profeta, esperando que el ansia de Harry fuera liberada al ya tener a Neville y Theo delante.
- ¡Por Merlín santo! - exclamó Hermione, provocando que ambos amigos se atragantaran con el desayuno y Harry terminara con ambas criaturas soltaran el pedazo por el que peleaban.
-De santo no tenía nada- comento Harry antes de ponerse serio - ¿Qué sucede? -
-Mundungus; lo han detenido y enviado a Azkaban. Dice que se hizo pasar por un inferius durante un intento de robo. Y ha desaparecido un tal Octavius Pepper... ¡Oh, qué espanto, también han detenido a un niño de nueve años por haber intentado asesinar a sus abuelos! Creen que estaba bajo la maldición imperius...- les comento Hermione mirando las reacciones de desconcierto de sus amigos.
-Maldición- dijo Neville mirando el periódico.
-Mas bien malditos- gruño Theo.
Mas Harry arrugo el entrecejo y se tocó el cuello, con una mirada algo enojada y sus ojos oscurecidos por la furia. Paso un momento en que estuvieron en silencio y sin esperarlo Harry se levantó.
-Vamos, necesito su ayuda- dijo Harry moviéndose hacia el retrato de los dragones que daba directamente a la salida de emergencia. Daira le siguió volando, con Marlow en su lomo, aferrado a su cuerno dorado.
- ¿A dónde vamos? -pregunto Neville y Theo.
-Traen lo que les pedí ¿Cierto? -pregunto Harry para luego mover la mano por el retrato, esta creo ondas como si la pintura aun fuera liquida y luego surgió una nueva imagen. De un lugar extraño, oscuro, con criaturas atrapadas en frascos y un caldero negro y con un líquido verde burbujeante en su interior. Ni siquiera espero Daira cruzando el nuevo retrato.
-Claro- comento Neville tocando su bolsa que llevaba al hombro.
-Aquí- dijo Theo sacando una osamenta de su bolsillo.
- ¿Crees que los deje pasar? -pregunto Hermione quitándose el suéter y arremangándose la camisa.
Le miro a los ojos y sonrió, para luego tomar su mentón y besarle. {Recuerda quien es el heredero del castillo y el numero uno de todos los Aurores}
{Presumido}
-Y ahí van de nuevo- dijo Theo cruzado de brazos- Y me refiero a la miel que riegan por todas partes... a las miradas de "te entiendo" y platicas sin mover siquiera los ojos ya nos acostumbramos-
- ¿Celos? - murmuro Neville mientras miraba a otro lado, algo incómodo.
-Un poco si- respondió Theo alzando los hombros
-Bueno, cuidado de terminar pegajoso, la miel es muy viscosa. Ahora entren chicos, recuerden que - rio Harry para luego tomarla de la mano y pasar por el cuadro.
Tan pronto como miro la sala se encontró que el lugar tenía un par de cosas que antes no. Para empezar dos docenas de probetas de diferentes tamaños y graduación; Tubos de ensayo, con su respectiva rejilla para depositarlos; Placas de Petri con sus tapas; Pipetas de cristal y plástico; Matraces con un extremo muy ensanchado. Además de una balanza de latón mágico, pinzas de plata, escalpelo que tenía el filo casi trasparente (suponiendo que era de diamante o algún mineral muy duro), Limas de diferentes tamaños y granulaciones, Termómetro de calor controlado y cuentagotas.
Todo lucia nuevo, y ordenado de alguna forma. Incluso los múltiples calderos sobre la mesa, con el fuego bajo ellos y con etiquetas a los lados: "Infusión de Maltiat", "Extracto de Sunatluf" o "Bálsamo coagulante".
-Vaya sitio- dijo Theo al pasar por la puerta. Estaba sombrado que ni se dio cuenta que tenía la boca abierta. -Lindo… me parece que navidad llego otra vez-
-O Halloween…esta repisa se parece a la del profesor Snape- dijo Neville mirando el contenido de los frascos.
-No lo he ocupado mucho, pero creo que tenemos lo suficiente. Solo he preparado algunas infusiones y extractos que ocuparemos- dijo Harry tomando sus anillos con la mano y cerrando los ojos {Maestros, espero estén bien}
No menciono que lo escuchaba, sentía la preocupación de Harry, ya que era un mes completo desde que sus maestros hicieron presencia y de alguna forma le preocupaba a Harry. Se pregunto si tenía algo que ver que casi murieron por falta de magia y al regresar Harry les sobre cargo, pero no era momento de preocupar más a su prometido.
-Dinos que hacer Harry- dijo Hermione llamando la atención de sus amigos y de Daira que estaba olfateando los calderos con infusiones.
-Primero que nada... Esto será muy fácil y tendremos que hacer varias pruebas de tal forma que... nos llevara un par de horas- dijo Harry caminando a la mesa que estaba a un lado del plateado caldero y colocando un despliegue de instrucciones y cosas por hacer de cada uno- No esperen dormir mucho hoy… esto es lo que haremos-
Se encimaron en la mesa, incluso Daira que le rugía a Harry, con seguridad preguntándole algo de los calderos y Harry respondió con un leve rugido. En cuanto a Marlow este salto a la mesa y enseguida comenzó a arrastrar una tabla de picar de unos treinta centímetros cuadrados.
-Theo tú te encargaras del caldero, lee bien tus instrucciones consúltalas y ocupa el temporizador y reloj para ser preciso al segundo. - dijo Harry enseñándole la parte de que se encargaría- Si va alguno retrasado nos indicas y en caso de ser necesario nos dices para enforcarnos en lo que se requiere-
-En términos simples... seré el líder- dijo Theo con una leve sonrisa mientras sus ojos pasaban por las instrucciones de forma lenta, aunque se notaba la excitación que tenía por comenzar.
-Neville, sé que no eres el mejor en pociones, pero eres el experto en semillas, tubérculos, frutas y... en un término en cualquier cosa relacionada con plantas y tal vez bichos- dijo Harry mientras que le tomaba el hombro- Cuento contigo para que busques en la gran colección de cosas de ese estante las que necesitamos, revisa que estén en buen estado y si no lo está, buscaras en la cartera- saco de la cadena de su cuello la peluda cartera que le regalo Hagrid.- Una vez echo empezaras a preparar esta parte.- señalo la parte del pergamino y Neville asintió aunque se notaba mas relajado que en clases. -Mi amor...-
- ¿Colocación de runas, adaptación del equipo y lenguaje rúnico? -pregunto Hermione más que nada viendo su parte donde tenía detallado como grabar un círculo mágico y las runas alrededor del caldero, y también las modificaciones que requería el equipo nuevo de química, además de que era preciso decir un par de oraciones en medio de todo el proceso.
-Como siempre, tienes toda la razón- dijo Harry sonriéndole- también necesitare los frascos que guardan la energía lunar...-
-Aquí están- dijo Hermione adelantándose y sacando la media docena de frascos que le sobraban- que bueno que los gemelos hicieron extras-
-Fue de ayuda la verdad- rio Harry tomando los frascos que vibraban solo con el rose- Yo me encargare de la preparación de los ingredientes, así como también de hacer las pruebas, tengo el tiempo justo, de tal forma que si me atraso... me gritan para que me apure-
- ¿Por qué gritar? - pregunto Neville mirando con curiosidad como Marlow sacaba de un cajón un trapo viejo y limpio, para llevarlo a lado de la tabla.
-Digamos que es de los que se pierden en sus pensamientos, ¿Conocen esa expresión de "cuando comen no conoce"? Lo mismo, pero en la elaboración de cosas- dijo Hermione rodando los ojos, era una parte que bien conocía de él, no por nada lo acompaño durante horas mientras dedicaba con sumo cuidado a crear sus varitas.
-Bueno, comencemos- dijo Harry acariciando la espalda de la dragona que ahora rodaba uno de los tubos de ensayo entre sus patas.
Le hablo, rugiéndole de una forma melodiosa, ella agito sus alas emocionada y agito las patas con fuerza. La acerco debajo del caldero y enseguida soltó una llamarada, aquellas llamas rojas y un leve tono dorado en donde esta tocaba el plateado caldero. La preciosa llama fue tan caliente que la habitación paso de fría a caliente en cuestión de un segundo, pero Daira solo lo sostuvo un minuto antes de comenzar a toser bocanadas de humo negro y comenzar a gruñir.
- ¿Esta bien? -pregunto Hermione al notarla algo erizada.
-Está cansada- dijo Harry acurrucándola en su brazo- Nunca sostuvo una llama tan larga, y menos tan pura. Solo necesita descansar y comer-
-Perfecto, pero recuerdo que en mis instrucciones dice que les dé instrucciones, de tal forma que... Llena el caldero Harry- dijo Theo disfrutando de ese momento.
-A sus órdenes… jefe- dijo Harry dejando a Daira junto a Marlow el cual esperaba algo, con paciencia. La pequeña Dragona giro como persiguiendo su cola, rasgo la superficie de la mesa y lanzo una muy diminuta llama, incendiando parte de la madera de la mesa, para luego acostarse en ella y cerrar los ojos.
Harry movió la mano a su derecha, no lo vio hasta que lo tuvo en su mano, una enorme burbuja de agua algo deforme, tan grande que bien podía entrar en el caldero ocupando toda su superficie.
-Ese Aguamenti es enorme- dijo Neville boquiabierto.
-No es un Aguamenti- declaro Hermione notando cierta esencia magia desprendiéndose del agua cristalina y, aunque le pareciera raro, notaba como si ya la conociera.
-Es agua salida directo de la más pura fuente mágica del archipiélago arcano, un manantial que se encuentra bajo la última isla. Su contenido poder mágico es fuera de serie- dijo Harry moviéndola con precisión y con lentitud hacia el caldero, y dejar que un arroyo corriera de la burbuja hasta dejar que rellenara el caldero.
-De acuerdo, entonces de aquí comienza lo tedioso, esperar a que el agua se evapore mientras el contenido mágico purificado se concentra - dijo Theo sin mirar el pergamino, se notaba que tenía aptitudes natas para las pociones. - Hermione empieza a colocar el circulo, para expulsar aquello que no deseamos y dejar lo que nos sirve. –
Ella asintió, aunque llevaba un minuto y medio haciéndolo, mejor dicho, desde que Harry convoco el agua. No le diría nada, pero esperaba que no se le subiera a la cabeza el dar órdenes o ella se encargaría de hacerle poner los pies en tierra.
- Neville lo primero que necesitamos son Lithops y Aro gigantes, también si encuentras Mimosa púdica estaría genial para avanzar, en cuanto los encuentres prepara una basta de los tres. En cuanto a Harry...-
-Ya estoy en eso- comento Harry ya en la mesa, pasándole un par de plantas raras a Marlow, aquellas que Neville llevaba en su bolsa de tela, el pequeño tomo una de ellas y coloco en su tabla para picarla con sus garras. - Cortare, coceré y sacare la esencia de estas... ¿Le pusiste nombre Neville? -
Alzo la planta mostrándola bien, era un tallo grueso de color blanco, terminando en un cáliz de un tono azulado plateado sus sépalos eran tan grandes que levantaba como media esfera y servía de contenedor de los pétalos, estambres y el pistilo. Era curioso que pareciera una flor abierta de perfil, con sus pétalos platas y grises abriéndose de forma hermosa, los estambres sosteniendo lo que parecía polen de un leve color azulado y en su pistilo, donde estaba el estigma tenía una esfera pequeña, una que asemejaba a la perfección a una la luna llena.
-Supongo que, si salen de semillas de la flor lunar, esta sea la flor lunar- murmuro Neville moviendo ambas varitas que hacían que frascos pasaran frente a su rostro, se destaparan y se apartaran en diferentes grupos. Suponía que tenía alguna clase de sistema, porque estaba viendo en un lugar puras plantas, otra de hongos, además de partes de animales, semillas, y plantas. Además de que algunas que se parecían entre otras formaban una fila en la mesa hacia abajo. Tal vez por reino y clase, o especie. Mas no estaba segura.
-Ahora me siento tonto por la pregunta- dijo Harry regresando a su trabajo.
Ella le imito regresando a la configuración del circulo que de cierta forma era muy simple, pero hacia varios bucles y de alguna forma, parecía que programaba el caldero para hacer preguntas de lo que se pondría o expulsaría y de esa forma controlarla la poción a la perfección. Continúo poniendo runas en los instrumentos, aunque en alguno le costó por ser cristal o un material muy duro, en cuanto a Marlow y Harry, ellos dos solos se encargaron de separar cada parte de las flores lunares y ponerlas en diferentes recipientes. Cuando el líquido del caldero comenzó a ser la mitad de lo que fue, Neville y Theo ya estaban añadiendo ingredientes, aunque notaba un leve resplandor del caldero, cuestión que significaba que la calidad potenciaba la poción.
Una hora después, Harry y ella estaban metidos en las pruebas de ciertos componentes de la flor, utilizando todos los instrumentos nuevos, añadiendo mezclas, poniendo otros ingredientes e intentando que el líquido de alguno tuviera cierto efecto. El solo dejar caer una gota de infusión en la flor lunar, tenía que crear una reacción positiva como burbujeo o brillo, o eso se suponía. Mas un hora y mediad después continuaban intentándolo, ninguno de los dos lo lograba, solo consiguiendo que el líquido se volviera negro el contenido.
Pasaron una media hora más, llegando al tiempo límite, mientras que Neville de alguna forma se las ingeniaba y acertaba al preparar un par de combinados necesarios.
- ¿Seguros que esto está bien? -pregunto Neville luego de incluir un Fo- ti picado, bañado 10 minutos en el líquido rojo que supuraba el "Diente sangrante" mientras se espolvoreaba en el polen de la flor de chocolate. Cosa rara pero efectiva, para extraer sus propiedades. -Se ve raro y mal… muy mal…-
(N/caos: Así se llaman, no me pregunten que son reales)
Tenía un color negro chapopote e incluso parecía que tenía pelos y baba en su interior, el contenido burbujeante soltaba un aroma agrio.
-Por supuesto- dijo Theo moviendo el contenido del enorme caldero ocupando la varita, y una enorme cuchara de plata que le servía para no solo ocupar su magia. - Esta justo como la queremos... aunque si no se apuran...-
-Soy yo ¿O se puso algo pesado? - murmuro Hermione derramando otra gota de prueba en el Extracto de Sunatluf, dando un resultado negativo.
-Déjalo... es su primera vez siendo líder de algo-dijo Harry con una leve risa- Ya aprenderá que se consigue más con miel que con hiel… y si no… bueno… deberé educarlo-
-Los escucho, más trabajo menos cosas muggles- gruño Theo sin siquiera mirarlo.
Ambos se vieron y suspiraron, continuaron trabajando. Luego de un par de pruebas, el resultado surgió, en cuanto la gota toco parte de la Infusión de Maltiat burbujeo tanto que se llenó el frasco y se desparramo por los lados, asustando a Marlow que cortaba otros ingredientes. El pequeño se esforzaba, dejando todo perfectamente igual, aunque su tabla ya tenía un par de cortadas de sus garras y el trapo algo sucio. Tomo el frasco con un líquido platino adentro, parecía metal líquido, pero al moverlo este soltaba luz blanca.
-Lo tenemos- sonrió Harry mirando la mezcla que ocuparon- ¿Quién diría que la clave sería el espolvorear Ajenjo y Asfódelo? Snape sí que estaría diciéndome que soy el peor alumno que tuvo, más por ser esa primera clase en la que me enseño de ello-
-Él lo diría, aunque viera esto- corroboro Neville sudando a mares y con las manos llenas de diferentes plantas.
-TIC TAC, TIC TAC- dijo Theo señalando el temporizador y su reloj, estaba igual que todos y su cabello comenzaba a lucir igual que el de Snape- El tiempo no para… continúen-
-Continua así Nott y tu cabeza hará tic tac al terminar - gruño Hermione llenando la mitad de unos matraces con los ingredientes y creando formulación que crearon, pero en grande.
Hasta llenar todo un frasco con aquel liquido metálico. Lo vaciaron justo al momento y luego de un par de minutos dejando reposar la opción, hasta que esta se comenzó a tornar trasparente y soltar burbujas de colores diferentes.
Continuaron trabajando, aun llevaban media preparación y estaban cansados. No podían estar seguros que hora era afuera, pues llevaban mucho trabajando y no sabían si era de noche o de día. Adentro hacia un calor, que no paraban de sudar y por mas que limpiaran su frente volvía a empaparse de inmediato. Lo peor era el hambre y el mal humor que comenzaba a surgir, sin mencionar el olor corporal de tres chicos en su plena adolescencia.
Pero estaba casi terminada solo faltaba apagar el fogón y dejar que se enfriara por un par de horas. Mas Harry le pidió el cuerno a Theo, el cual se lo entrego.
-Grábale una runa, algo así que signifique "Anhelo"- le dijo Harry poniendo el cuerno en sus manos.
-Espera Harry- dijo Theo tomando su brazo, y deteniéndola- Se necesita no dañar el cuerno o.…-
-Lo sé bien- dijo Harry sonriéndole- Pero esto no lo dañara, te lo aseguro-
Theo le miro un momento, y bufando la soltó- Espero que sea así, se nos acabaron los ingredientes raros y los imposibles de conseguir acabas de cocerlos y destilarlos- se sobo el puente de la nariz con los ojos cerrados- no podemos obtener mas hasta…. Dentro de unos meses-
-Tiene razón- dijo Neville sentado, con el sudor cayéndole por el pelo y jadeando, manchado de tierra y sangre de criaturas, las manos temblándole- Aun si las comenzara a plantar ahora mismo, tardara meses en obtener todo de nuevo-
No contesto Harry, espero por ella. Pensó en la runa que ocuparía, si necesitaba algo que significara "Anhelo" o algo mejor, solo se le ocurría una. La grabo con sumo cuidado rellenando cada surco con su magia y asegurándose de que fuera de forma limpia. Una vez entregado a Harry, este fue al caldero e introdujo el cuerno en la poción, lo vieron flotar en el centro y luego hundirse lentamente. Los cuatro esperaron.
-Te lo dije- dijo Theo soltando un sape a Harry, el cual le miro con la ceja alzada- Lo echaste a perde...-
-No lo creo, mira- interrumpió Neville señalando la poción. - La cual soltó una luz azulada y luego comenzó a burbujear de forma salvaje, antes de quedarse cual cristal y volverse blanco y semi trasparente.
- ¿Decías algo Nott? -pregunto Hermione algo enojada de que golpeara a su prometido.
Se desordeno el cabello y balbuceo cosas imposibles de traducir.
-Ahora solo queda la compresión y encapsulamiento ¿Te encargas de ello Theo? - dijo Harry mirándole con una sonrisa un tanto burlona. - Solo te llevara unas 8 horas más-
- ¿¡Estás locoQ? Ni lo intentare, yo me voy a comer- gruño Theo para luego darse la vuelta y salir por el cuadro dando pisadas fuertes. - Avísame cuando esté listo, quiero ver que hace… debe ser sorprendente-
Una vez paso el cuadro Harry se rio y la miro- Espero no se sorprenda que la comida tardara una hora más…apenas está amaneciendo-
-Pero ya es noche, de hecho, muy de noche- dijo Neville mirando su reloj de pulsera, el cual agito a su oído.
-El tiempo aquí es un tercio del de afuera- dijo Harry sonriendo a ambos- Y aún tenemos trabajo, ¿Me ayudan? Les prometo que saldremos para la comida-
-Claro, aunque salgamos tendremos que esperar, a menos que Theo logre que Dobby despierte- dijo Hermione besándole, miraron a Neville el cual asintió.
-Que me queda… además…- se señaló- Deberé tomar dos duchas para dejar de apestar-
Tardaron tres horas más, pero al final tenían incluso el lugar limpio, pero Marlow y Daira ya estaba de malas por la falta de comida. La poción ya estaba lista y guardada para que su efectividad y duración bajara. Con sinceridad, esa poción, aunque no lo pereciera llevaba un largo tiempo de preparación, sin contar con el tiempo de la maduración de la flor lunar y el conseguir los ingredientes tan raros, como las infusiones.
Si Harry llevaba preparando todo, seguro comenzó a principios de año.
Luego de lo que fueron casi un día en la torre flotante, y 8 en realidad, regresaron a la cocina. Encontrándose con un Theo enfurruñado, mientras que comenzaban a servir la comida. Ron, Daphne, Luna, Dennis, Dean y Ginny, junto con otra media docena de Pendragón ya estaban sentado. La sorpresa real era quien estaba sentado junto a Ginny y a Astoria. Draco miraba el decorado del mantel con sumo cuidado y de vez en cuando lanzando miradas algo soberbias. Al otro lado Dean no paraba de lanzar miradas de odio hacia el rubio, el cual continuaba su inspección de el mantel.
No paso ni un segundo en el que Daira se lanzó al plato que le pertenecía, ya ni siquiera los Pendragón intentaba tomar algo, comprendían que podían perder un par de dedos si Daira no se controlaba.
-Y díganme ¿Por qué el rey del agua oxigenada nos complace con su presencia hoy? - dijo Harry sentándose a lado de su amigo pelirrojo.
-Ese insulto tendría algún sentido, si no fuera cosa de muggles y yo no fuera sangre pura- dijo Draco en voz muy baja, pero lo suficiente para que lo escucharon.
Saco la varita, para arreglarse un poco, además de limpiar sus manos- ¿Entonces como sabes que es un insulto? - dijo Hermione arreglándose las mangas e intentando acomodarse el pelo.
-No te metas Granger- dijo Draco alzando la vista, un tanto enojado- tu inteligencia no...-
Se silencio al instante, nadie entendió el porqué, aunque Hermione noto una leve mueca de dolor por parte de Draco y un minuto después como su mano se movía sobando su pierna. Incluso a Marlow, el cual ya acompañaba a Daira noto las muecas, pues se le quedo mirando con intensidad. A su lado Ginny miraba a otro lado, pero una mueca nada linda se notaba.
- ¿Vas a terminar? O ¿Nos los imaginamos? - pregunto Ron tronando la boca y mirándole con dureza.
-No presiones Ronald- gruño Draco intentando no notarse agresivo y fallando de forma fenomenal.
-Y como ustedes siguán peleando, me veré necesario llevarlos al archipiélago y dejarlos en la isla de los carnívoros, donde podrán resolver sus problemas- dijo Harry negando con la cabeza. Y antes de que comenzar a decirle algo o a repelar continuo- Hoy saldré a las 5, Daphne, Theo, Ron y Mione me acompañaran... los demás pueden disfrutar de su día. -
-Perfecto- dijeron el resto ya que esperaban entrenamiento arduo en el archipiélago.
- ¿Mas trabajo? -pregunto Theo pasando el bocado- Eres un explotador. ¿Por qué no te llevas a otro? -
-Pensaba hacerlo, pero aún tengo esto que se llama... deja recuerdo... creo que le dicen ... sed de venganza- dijo Harry con una sonrisa algo divertida. - Por robarte un beso de mi novia-
-y aquí vamos de nuevo- gruño Hermione comenzando a comer, dejando que hicieran lo que quisieran.
Ron y Draco soltaron una leve risa, para luego soltar un bufido por la coincidencia. Mientras Theo no paraba de mirar a Harry con una cara de incredulidad.
-Solo fue uno… Como broma estaría bien- gruño Theo para luego asentir- Bien, pero solo si me dejas ocupar ese caldero de vez en cuando. -
-Espero que cuides mis juguetes- dijo Harry acariciando. - Y que no haya una segunda vez-
-Cuanta testosterona se ha regado- dijo Daphne apoyada en su brazo con una mirada un tanto curiosa- Y dime Harry ¿A quién le patearemos el trasero esta vez? -
-Espero que no- dijo Ron sobándose el brazo. - Aun tengo que entrenar la desaparición y.… no hay progreso-
-Pide clases extras- solo le repitió Hermione desde que lo sacaba a colación. - Necesitas practica-
El resto de la tarde solo esperaron y descansaron de su trabajo arduo, incluso llegando a tomar un largo sueño a media tarde. Aunque continuaron las malas miradas a Draco que, o no le importaban, o intentaba no prestar atención. Mientras el resto salió a los terrenos simplemente pasar el rato.
Media hora antes, de la hora indicada por Harry, subió a ponerse algo más cómodo, unos jeans viejos y una camisa holgada, además de amarrarse el cabello en una coleta. Encontró a Daphne y Ron ya esperando, su amiga muy parecida a ella, exceptuando que su camisa era sin mangas, en cuanto a Ron este estaba aún taciturno por el examen de aparición. Theo al contrario tenía una sudadera negra y con la cara cubierta con su capucha. Luna, Neville y Sofí también estaban, aunque en el caso de ellos tres, estaban muy cómodos en su lugar.
-Hermione- dijo Sofí al verla y saltar del sofá en el que descansaba, fue a ella y le susurro- Ya está listo, termine de incluir las opciones que creamos y de poner un par de cosas de curación-
-Es perfecto- dijo Hermione sonriéndole, para luego mirar que sus ojeras estaban casi desapareciendo y se notaba mucho mejor- Que bueno que descansaras. -
- Casi 18 horas continúas durmiendo, debió de ayudarme en algo- dijo Sofí riendo.
-Entonces chicos, ¿Si cuidaran de Daira? -pregunto Hermione mirando como Luna y Neville, mientras la dragona perseguía a Marlow rugiendo, aunque era seguro que solo jugaban.
-Pues... mientras no muerda- Dijo Neville atento a que no lastimara a Marlow, el que por supuesto se escondía en recovecos en los cuales no entraba la dragona.
-Solo denle de comer a su hora y... no la dejen dormir cerca de sus cuerpos. A menos que tengan un bezoar a mano- dijo Hermione moviendo la varita al ver que estaba a punto de clavar sus garras en el pequeño Marlow sin notarlo. Haciendo que este se moviera del lugar.
-Ya mamá dragona, estaremos bien- rio Luna sonriéndole y guiñando un ojo. - Y ellos estará a salvo-
Suspiro, esperaba regresar y no encontrar que la sala de menesteres termino incendiada. Lo que podía ocurrir con un dragón, y uno tan hiperactiva como Daira.
- ¿Listos? -pregunto Harry 10 minutos después al regresar de encapsular y comprimir la poción en pequeñas esferas del tamaño de una canica, resplandecientes como la luna y que incluso rebotaban. Tenía dos bolsas en mano, una que podía contener miles, y otra que era más pequeña llenaban un saco de tela. - Haremos desaparición conjunta...-
-Espera...- dijo Hermione mirando a Sofí la cual, le pago un gran envoltorio en tela roja y amarilla. Saco la piernera de Harry, renovada, actualizada y con un par de protecciones extra- Sofí y yo lo terminamos apenas, así que... te lo regreso amor-
La mirada de Harry paseo por la pernera, era diferente de como la recordaba, ya no solo era una, era un par, una de cada lado donde estaría la cadera. Era iguales, ya que copio lo que mejor pudo la anterior, la cerradora de dragón era ahora el símbolo Pendragón de un lado y el de Hogwarts del otro. Tenía espacio en el cinturón, para varias pociones comprimidas, artefactos y, por supuesto, para la varita de Harry. La vieja bolsa de pociones, ahora también se aferraba a su cadera, mas pequeña pero más amplia y funcional, más accesible que antes. Contenía todas las pociones que pudo hacer, ninguna tan rara como poción veritacerum, pero si poción multijugos y de curación.
-Esta genial- dijo Harry tomándola y mirándola con una enorme sonrisa, incluso era parecido niño con juguete nuevo, que empezó a abrir los bolsillos y revisarlos. -Gracias mi amor, y yo pensando que Sofí se olvidó de ella-
-Creí que merecía una actualización. Tiene un par de aditamentos, nuevos- Dijo Hermione señalándole un bolsillo, una pequeña ranura con un par de runas cocidas y llenadas de magia- Si colocas tu cartera aquí, todo el contenido se trasfiere a las bolsas de las piernas, en cuanto la retiras los objetos regresan adentro. También tiene varios hechizos que evitaran que se rompa a menos que sea una magia sumamente poderosa y no puede ensuciarse, además de que estoy seguro que te será útil para tu trabajo. Esta versión puede almacenar miles de veces más, y tiene hechizos y runas que evitan el desgaste de los objetos en su interior. -
Apenas termino, le beso y abrazo con mucha fuerza- Gracias mi vida, esto… es de lo mejor-
Con una sonrisa enorme de oreja a oreja, para luego colocarse la pernera, abrochándolo en la cadera, apretándose bien las bolsas a las piernas. Saco su varita del bolsillo interior y coloco la varita en el pequeño lugar que le señalo. La muñequera que alguna vez ocupo Harry, ahora ella la ocupaba más, el par que Harry termino llevándose al archipiélago termino siendo destruida, según le conto. Por lo que pensó incluir los artilugios de ambas muñequeras en la pernera, lo que significa que tenía pergaminos, plumas y tinta incluidos, aunque por la emoción de Harry ni siquiera pudo comentárselo.
Harry ya había puesto su cartera peluda en el lugar indicado, llenado las perneras con sus cosas, estaba revisando bolsillos y revisando la funcionalidad. Y aun mas las opciones, pequeños bolsillos en el cinturón que le daba accesos al almacenamiento que tenía, pudiendo sacar desde las capsulas comprimidas que almacenaba, hasta los grandes frascos que guardaba.
-Te amo enserio- Repitió Harry colocándoselo adecuadamente, colocándose la gabardina de sus padres, quedando las perneras perfectamente con su estilo. Le tomo de la cintura y le beso, apretándola contra el - Eres la bruja más lista, hermosa, divina, celestial, fuerte, y...-Le tapó la boca.
Cállate ¿Sí? -dijo Hermione con las mejillas ardiéndole.
-Derrame de miel, servicio de limpieza a la sala de menesteres- dijo Daphne riéndose un poco- Pero que melosos están últimamente-
-No empieces- dijo Hermione lanzándole una mirada molesta a su amiga.
-Bueno, ¿Vamos a ir o me voy a dormir? - gruño un poco Theo sobándose la nuca. - Aun tengo horas de sueño perdidas-
-De acuerdo, vengan-
Luego de que se tomaran de los hombros y de que Harry le dijera a Ron que prestara atención en su magia, hicieron la desaparición. Supuso que Harry sabría a donde ir, le había contado que pensaba y quería conseguir con los hombres lobo. Mas no estaba segura que pasaría, mas la idea de Harry le daba seguridad. Sintió esa compresión y el giro vertiginoso antes de la aparición, un minuto después y antes de que supiera estaban en un campo de futbol, viejo y descuidado, con el pasto amarillento además de basura acumulada a un lado.
-Ya era hora cachorro-
Voltearon a ver a Sirius, el cual estaba recargado contra el marco de la portería, su aspecto era un tanto cansado y se notaba un corte en su cuello un tanto feo. Pero la sangre ya estaba coagulada y se notaba que había aplicado una especie de pasta de plantas alrededor.
-Ya me conoces... soy de los que llega justo a tiempo- dijo Harry abrazando a su padrino, el cual le palmeo la espalda y le acaricio la cabeza con una enorme sonrisa.
- Lindos artilugios, algún día debes prestármelos- dijo Sirius señalando las perneras. - Y dime ¿Cómo ha estado todo? -
-Ocupado, así ha estado- dijo Hermione también abrazando a Sirius, el cual respondió de igual forma.
-Lo leí- dijo Sirius señalando con la cabeza un montón de periódicos arrumbados, mágicos y muggles. - Lucran bien con tus artículos-
- Y solo está comenzando- dijo Ron acercándose y saludando con la cabeza- Y a todo esto ¿A dónde vamos? -
El padrino de Harry le vio y alzo una ceja. -Aun no les dices-
-No, pero ya lo descubrirán- dijo Harry mirando alrededor- Ahora... guíanos-
-Si, sobre eso... tenemos que hablar- dijo Sirius rascándose la barbilla.
-La última vez que dijiste eso... terminamos peleando- gruño Harry sobándose el cuello.
-Esa vez yo tenía miedo de perderte, ahora... es sobre lo que harás- Continuo Sirius inclinándose sobre el marco de la portería. - Los hombres lobo han tenido...-
- ¿¡Hombres lobo!?- Pregunto Theo y Daphne los cuales tenían la boca abierta.
- ¿Venimos a ver a los hombres lobo? - repitió Theo atónito.
-No te sorprendas tanto, esto se ha vuelto común en nuestras vidas- dijo Ron cerrándole la boca, mientras aferraba su mano a la de Daphne. - Y en parte entiendo el por qué... aunque ¿Por qué? -
-Es necesario hacer una alianza- dijo Hermione cruzada de brazos mirando a Sirius el cual de verdad parecía preocupado. - Si Voldemort consigue la fuerza de los hombres lobo, la pelea se hará más peligrosa y.… tendremos que tener medidas... para ayudar a quienes muerdan-
-De eso quiero hablar- Corto Sirius antes de que Daphne hablara, la cual puso cara de enfado- Se que en la carta que escribió Lupin puso que hoy los recibirían, pero... será complicado, de tal forma que mejor regresen. Yo daré una excusa que...-
-No-digo Harry caminando rumbo a las viejas y destartaladas gradas que poseía la descuidada cancha. Y aun si estaban en mal estado, con un montón de oxido y vegetación encima, se sentó. - Le pedí a Lupin una audiencia con el líder de los hombres lobo, si falto ahora a mi palabra... no sé cuándo pueda hablar con ellos-
-Esta semana tuvieron un ataque-
Hermione miro la seriedad del padrino de su prometido, también como Theo, Ron y Daphne alzaron las cejas. Mas sorprendidos que antes de todo eso.
- ¿Cómo? - dijo Daphne en voz baja- Sus campamentos están escondidos, se mueven por todos lados y nunca se quedan en el mismo lugar dos veces-
-Un traidor adentro o suerte- dijo Ron pensando dejándose caer junto a Harry, el cual miraba el pasto seco.
-Lo primero- contesto Sirius señalando su herida en el cuello- Este lindo saludo me dieron cuando llegue a ayudarlos-
- ¿Están bien? ¿Necesitan alguna clase de ayuda? ¿Curaciones, alimento, un lugar para quedarse o dinero? - pregunto Harry regresando la mirada a Sirius, el cual sonrió.
Igual que Hermione, ahí estaba el Harry del que estaba más que enamorada, aun si no eran aliados aun, estaba ofreciendo su ayuda. Siguiendo su ejemplo chasqueo los dedos y del monedero salieron un par de objetos, una gasa, también antiséptico y agua oxigenada. Se acerco a Sirius con ellas. Podía curarlo con magia, pero requería mucha magia y con seguridad Sirius pudo hacerlo, pero por alguna razón no logro cerrar la herida. La solución tal vez no era mágica, si no una más común, al estilo muggle y que curara con el tiempo.
-Voy a limpiarla, siéntate- ordeno Hermione mientras con la varita comenzaba a realizar la limpieza.
-Gracias- dijo Sirius sonriéndole, para luego regresar la mirada a Harry. - No aceptaran nada de extraños, son muy cerrados, tanto que incluso Lupin tuvo problemas para quedarse en el campamento, están... intentando sacar a los que no son de confianza-
- ¿Cómo está el profesor Lupin? -pregunto Hermione limpiando la herida con el agua, luego untando el antiséptico de forma cuidadosa ya que Sirius hacia muecas y aunque le gustara decirle que se aguantara, estaba más interesada en la conversación.
-Está bien, golpeado y con el labio partido, pero logro salir con todas sus extremidades intactas- rio Sirius para luego gruñir pues seco su herida con un hechizo, el cual seguro le provoco algo de ardor. -Harry, lamento decir que es el peor momento para un trato con los hombres lobo-continuo con un leve jadeo al volver a sentir el antiséptico directo en el corte -Si llegas... no te verán como un aliado-
-Ya estoy aquí, estoy listo y no pienso irme con las manos vacías- dijo Harry inclinándose hacia atrás mirando el cielo pasar a un tono naranja- A demás, la luna llena será hoy... mañana ninguno de ellos estará disponible-
- ¿Por qué crees que los atacaron? Es su momento más sensible... antes de sus cambios están muy nerviosos y ansiosos- dijo Theo el cual cerraba el circulo en el que estaban hablando. -Un ataque sorpresa solo los puso más tensos-
-Esa era la idea ¿No? - dijo Ron jugueteando con una rama seca que saco de entre las gradas -Enseñarles a los hombres lobo que no somos enemigos, ni en sus momentos más difíciles, pero ahora...-
-Estarán alerta y a cualquier cosa podrán reaccionar con violencia- decreto Daphne suspirando por mucho tiempo- Esto no será fácil-
-Creo que nuestra idea de plan puede funcionar, si lo logramos nos asegura una alianza fuerte y segura- dijo Hermione al terminar de cubrir la herida, también colocando un runa de limpieza para que no se ensuciara. -Y no nos retiraremos ahora, es importante para evitar que Voldemort los utilice, ya que este se valdrá de cualquier artimaña para ponerlos de su lado y luego que le dejen de ser útil los traicionara… incluso acabara con todos-
-Sabes que ella siempre tiene la razón. Y como dijo tenemos una idea de plan-
La mueca en la boca de Sirius no presagio nada bueno y luego se peinó el cabello hacia atrás.
-Cuéntanos ¿Qué fue lo que paso? -dijo Ron el cual se notaba que evaluaba cada aspecto.
-Bueno, por donde empiezo-
- ¿Por qué siempre dicen eso? -cuestión Harry sonriendo y riéndose, mientras tomaba la mano de Hermione, y le hacía sentarse en sus piernas- Comienza en el comienzo y cuando llegues al final... diría que guardes silencio... pero es obvio-
-Que inteligente eres amor- dijo Hermione rodando los ojos.
- ¿Fue sarcasmo? -pregunto Harry sonriéndole y besando su mejilla.
- ¡Nooo! - dijo Hermione exagerando para que entendiera.
-Pues sonó- le susurro en su oído antes de notar que los miraban con caras de desconcierto- Adelante, ¿Cómo paso? -
Tomo un momento a Sirius que entrelazo sus dedos y dejo caer los codos en las rodillas.
-Los hombres lobo son unidos - comenzó Sirius con los ojos algo perdidos en sus recuerdos- El primer grupo tiene unos cincuenta a sesenta integrantes- Dumbledore encomendó a Lupin el intentar convencerlos de unirse a nosotros, pero no podía ser tan directo... la sutileza era necesaria y alguien con su "problema peludo". Entonces... un día Greyback llego al grupo-
- El que traiciono a los lobos, él les dijo dónde estaban-pregunto Daphne, aunque Sirius solo asintió.
-Supongo que le envió algún mensaje de alguna forma- gruño Sirius para luego suspirar. Miro a Harry el cual asentía recordando algo también, seguramente la vez que le hablo del encuentro entre el señor Goyle y Greyback en el callejón Diagon- De esto hace más de un año. Apareció diciendo que los hombres lobo tendrían el respeto del mundo mágico, y si no era de esa forma... los magos pagaríamos con nuestra vida, incito a muchos y supongo que consiguió algún seguidor más adentro. Hubo momentos en que parecía que se uniría a los Mortifagos, pero el líder al final decidido que lo mejor era alejarse de esta guerra entre magos. Para no ser un grupo tan grande y llamativo, tomo a sus dos líderes de confianza y les ordeno separar para que no fuera tan fácil atacarlos-
- ¿No funciono mucho o sí? - dijo Theo mirando a su alrededor.
-En más de un año Greyback no pudo juntar a los dos grupos o saber dónde estaban - dijo Sirius sonriendo un poco- Su líder no es idiota, sabe lo que hace. Comprendido de inmediato que tenía alguien desleal adentro de sus miembros, y fue una de las razones por lo que los dividió, para ver qué grupo tenía contacto con Greyback. - se rio un poco y los miro- Creyó que era Lupin, el pobre tuvo vigilancia por muchos días y tuvo que demostrar que no era un espía de los Mortifagos. Entonces con los grupos divididos necesitaron más ayuda, a eso me he dedicado a ser el mensajero de ambos grupos. -
- ¿Por qué tu? - pregunto Daphne extrañada.
-Fui creído Mortifago, llevado a Azkaban, luego perseguido por el ministerio, me escondí por casi tres años sin que nadie supiera donde estaba, luego exonerado y declarado en contra de él que no debe ser nombrado, e incluso peleé contra los Mortifagos el verano pasado- dijo Sirius con una leve risa- Estaban seguros que no solo es una tapadera ya que incluso intentaron matarme de verdad. Además de que creo que les calma el que me convierta en un perro. -
-Es bueno saber que lo peludo les es familiar- dijo Ron con una leve sonrisa.
-Ja ja- dijo Sirius negando con la cabeza- Como les he dicho... fui la comunicación entre los grupos, al tiempo que también atendía asuntos de la orden y que intentaba evitar que los Mortifagos encontraran los campamentos-
-Por eso estabas tan cansado cuando te vimos en la madriguera- recordó Hermione como durmió casi por dos días.
-En parte... también me la pase jugando a las cartas con un par de ellos hasta el amanecer- rio Sirius mientras se rascaba el mentón, al notar su mirada y la del resto, seguro que prefirió continuar- Regresando a lo importante. Lunático intento poco a poco colarle la idea de una alianza al líder, más me dijo que está más preocupado por conseguir alimento, moverse y no ser detectados por otros. El único que sabía dónde encontrar ambos grupos era el líder y yo, ni Lupin sabia. - se tocó la gasa, donde la herida aun debía dolerle- Supongo que el que ahora el Ministerio mande a cazarlos, les puso nerviosos o ansiosos a los Mortifagos. Ese día, estaba rumbo al campamento que estaba al oeste, cuando me llego un mensaje de uno de mis amigos en el lugar... Greyback apareció diciendo que, si no lo seguían por su voluntad, los obligaría. -
Un silencio siguió, Hermione sintió como Harry se tensaba y su mano se aferraba a la de ella, y aunque ella estaba también molesta, le preocupaba más que los hombres lobo retaran a Harry. Igual que con los gigantes, la magia les afectaba de forma diferente, no estaba seguro de cómo resolver el conflicto de forma pacífica. A pesar de saber que su prometido tenía un buen plan que aún no contaba.
-Llegue en medio de la batalla. Mataron a muchos, a mi amigo… no solos a aquellos que se les opusieron, se deshicieron de todas las mujeres y... de los niños- gruño Sirius con las manos estiradas y por un segundo sus ojos se oscurecieron.
- ¿Niños? -pregunto Hermione asombrada. - ¿Tenían niños en el campamento? -
-Desde el levantamiento del que no debe ser nombrado, Greyback y sus seguidores, han mordido a muchos... entre ellos a múltiples niños. Los del campamento se han encargado de recoger a los niños que se convierten y de darles un lugar seguro - Continuo Sirius mirando el suelo- No pude más que intentar proteger y sacar a unos cuantos, uno de ellos sobre reacciono a mi aparición y.… salí herido. - volvió a tocar la gasa- fue suerte de que no me cortaran la cabeza u ocuparan la imperdonable. Estaban por hacerlo, pero... llegaron el resto de hombres lobo y todo termino, los Mortifagos desaparecieron llevándose a muchos, ya fuera encadenados o por su propia voluntad. Intenté hablar con el alfa, pero si no pude verlo antes, ahora era imposible que me dejaran acercarme-
Esperaron un momento, pensando la precaria situación de los hombres lobo. Se notaba que procesaban la información y en la cara se notaba su inseguridad. Sobre todo, de Sirius, Theo y Daphne, los cuales conocían mejor que ellos dos el pensamiento de personas que vivieron toda la vida en el mundo mágico.
-Creo que es momento de decirlo- dijo Ron sonriendo y mirando a ambos- Debemos ir ahora mismo, es lo mejor que podemos hacer-
-Sería un suicidio, con las cosas tensas nos mataran apenas nos movamos mal- gruño Theo sobándose la sien.
-Con cuerdo- dijo Daphne cruzándose de brazos- Esperar seria lo adecuado-
-Necesitan primero estabilizarse y estar seguros antes de ver a alguien extraño- concordó Sirius un poco aliviado. -No es momento de estresarlos-
-Es por eso que debemos ir- dijo Harry acariciando su mejilla, mientras que le veía- Ahora que tienen miedo, que los han atacado y que no confían en nadie. Necesitamos demostrar que somos diferentes. Cuando uno es más vulnerable, es cuando uno más necesita ayuda -
-Entonces vayamos- dijo Hermione tomándole la mano y acariciándola también- Con o sin sus reglas, demostremos que no somos sus enemigos-
-Pero...-
-Ya está decidido- dijo Harry levantándose con una mueca de seriedad que todos conocían, así como una sonrisa leve en sus labios. - No damos vuelta atrás-
Theo y Sirius se miraron y bufaron. Para luego mirarlos con aceptación.
-Está bien, pero si tenemos que salir huyendo... no les diré se los dije, pero recuerden que se los dije ¿De acuerdo? - dijo Sirius estirándose al levantarse- Sera una tarde pesada-
-Vamos ¿Qué es lo peor que puede pasar? -pregunto Hermione convencida de que tenían que continuar con sus planes.
-Que termine uno de nosotros perdidos en una isla desierta en al cual no pueda salir, y necesite medio año para regresar- dijo Ron con una sonrisa un tanto burlona. En seguida le cayeron dos coscorrones de Sirius y Harry, al igual que un golpe en el hombro de Hermione y Daphne le jalo las mejillas. -De acuerdo, no más bromas sobre islas -
Minutos después Sirius los conducía por un lado de la carretera A44, cerca de Pant Mawr, un lugar paradisiaco, con el asfalto negro en una línea recta hacia el oste, con campos verdes y amarillentos extendiéndose de un lado, mientras que se notaba bosque al otro. Caminaron cerca de 15 minutos hasta que encontraron una desviación que se adentraba a su derecha, lo siguieron caminando entre el paisaje llano.
Aunque se quejaron un poco los chicos, incluido Harry continuaron a pie, ya que, Sirius les menciono, tenían hechizos para alertarlos de personas llegando por aparición o vuelo. Por lo consiguiente llegar caminando era lo mejor en ese momento. Admitía no era tan fácil una vez que comenzaron a subir cuestas y tener un camino nada recto. Pronto se encontraron ante un bosque con árboles de quince metros y con un espaciado d entre cada uno, el camino ensanchado para automóviles se volvió angosto al punto que caminaban en parejas.
Sin esperar Sirius se adentró por el bosque, aunque conocía la localización, parecía tener que buscar ciertas señales, señales que ella no notaba. El andar por el bosque era aún más complicado, aunque el único que avanzaba con facilidad era Harry. Vivir en islas donde todo es casi vegetación tenía sus ventajas. Sintió su magia al llegar a una desviación, donde esta bajaba por la ladera directo a un pueblito.
-Esperen, iré primero. Si no regreso en unos minutos... es mejor que se vayan- dijo Sirius girando a verlos, adentrándose entre dos arbustos y con una leve sonrisa desapareció.
-Y aquí es donde un aullido tenebroso surge y el maniático asesino sale a matar alguno de nosotros- dijo Harry haciendo que lo mirara, pues se estaba colocando la máscara que ocupo para ir al ministerio, y era bueno que lo hiciera. Si salía mal, el que estaba vivo aun no podría ser esparcido- ¿No es lo que pasa en las películas? -
-¿Pelitulas?- pregunto Daphne alzando una ceja.
- ¿Asesino cómo un Mortifago o parecido? - pregunto Ron curioso.
-Ni idea de que hablas- dijo Theo rodando los ojos.
-Harry, eso no funciona con ellos que crecieron sin la tecnología muggle- dijo Hermione sonriendo, aunque asintió ante su premisa de la situación. - No conocen las películas de terror. -
-Pues que aburridos-
- ¡EHHH! - Dijeron los tres.
-Olvídenlo, además con esa mascara tu pareces el asesino de la película amor- dijo Hermione observando como bajo la máscara sus ojos verdes se proyectaban.
-Qué bueno que no es una película amor- rio Harry, seguramente poniendo una sonrisa tétrica, cosa que se imaginó y le dio un leve escalofrió por recordar la sonrisa que hizo en el ministerio de magia cuando estaba poseído.
-Pareces un chiquillo-dijo Hermione, aunque sintiendo un leve escalofrió, recordaba las películas que vio con su padre, en el cual siempre terminaba mordiendo algo para no gritar. Y como sus padres se reían por verla saltar luego por cada pequeño ruido en las noches. El ambiente y Harry no ayudaban mucho.
-Ustedes- dijo Sirius provocaron que saltara y Harry le abrazara por la cintura con una leve risa- Adelante, ya he avisado que están aquí. -
Se adentraron justo por en medio de los dos arbustos, que incluso para una persona normal estarían muy juntos, solo un niño podría pasar entre ellos sin problemas.
El campamento de los hombres lobo eran un montón de casas de campaña, como las que vieron en el campeonato de quidditch, a excepción de que estas eran viejas, sucias, rasgadas y lo principal, no tenían decoraciones extravagantes. A su alrededor de ellos, o de lo que parecía la entrada a su campamento, doce hombres muy delgados: con cicatrices y cortes en el rostro y brazos, el pelo largo, con miradas cansadas y duras les observaban. El resto estaba alejado cada uno muy cerca de las casas de campaña, incluso noto a media docena de mujeres con un aspecto parecido. Y detrás de una de las mujeres dos niños, de apenas unos 9 y 10 años. Aun a la distancia, noto que los pequeños ya tenían alguna que otra cicatriz y que tenían los ojos rojos, seguramente por llantos constantes.
Le apretó la mano, Harry entrelazo sus dedos con los de ella y una mirada le dijo todo. Cambiarían eso, de una u otra forma.
-Buenas noches...- comenzó Harry avanzando y alzando la mano para saludar al más cercano. Los niños salieron corriendo al escuchar su voz, adentrándose a una tienda de campaña más cercana, aunque escucho más voces infantiles. Dos de las mujeres tomaron sus varitas y también un par de hombres, aunque estos la levantaron en dirección de ellos. -... Soy de Pendragón y vengo a hablar con el alfa-
De la copa del árbol más cercano una sombra se movió, salto de la copa y al caer no levanto las hojas del suelo y ni provoco un ruido, se movió con tanta gracia que parecía ser un fantasma flotando. Sin mirarlos, simplemente camino entre el resto de hombres. Era una mujer igual de seria, con cabello rojo fuego amarrado en una coleta y cayendo hacia un lado, sus brazos cruzados y la mueca en su boca notaba su descontento. Una cicatriz marcaba su rostro, desde la barbilla hasta la oreja y ancha como garras. Al mirarlos, sus ojos oscuros le miraron con cautela y desafío.
-Eso es una entrada estupenda, disculpe si me emociono, pero... la voy a utilizar en algún momento… amiga- dijo Harry con un tono divertido y asombrado, aún tenía la mano levantada.
-Mi nombre es Ara, y no soy su amiga- gruño la mujer dando un manotazo alejando la de Harry.
A su espalda se escuchó movimiento y los hombres a la espalda de Ara gruñeron, tomando sus varitas con ambas manos, aquellos que no tenían se pusieron listos para pelear. Si la situación continuaba de esa forma, se levantaría una batalla feroz.
-No venimos a pelear, estamos aquí para ayudarlos y hablar con ...- dijo Hermione avanzando.
Mas pasos rápidos se escucharon, del árbol más cercano una niña salió corriendo directo a Harry y salto hacia su cuerpo apuntando su puño directo al rostro de su prometido.
- ¡ES TU CULPA! -grito la niña con furia en la voz y la cara roja de coraje, mientras Harry giraba a ver. El puñetazo sorprendió a todos, sonó bajo, pero la cara de Harry termino ladeada.
