FELIZ NAVIDAD TUTURU RU FELIZ NAVIDA, Prospero año y felicidad…

Heeeeeeeeeeeeey que pasa caóticos del mundo, sobre todo un saludo a aquellos que me han seguido de capitulo uno, de aquellos que den me gusta y comenten mis historias.

Y un besote… no para ustedes si no para mi novia y hermosa chica. Se que estás diciendo ¿Que hace este loco? Pero por eso es que esto sea bueno.

Se que estoy tardando mucho, y lo siento, pero la verdad es que no he escrito como antes y cuando me llegaba la inspiración no tenía tiempo para escribir. AL fin lo termine, recién salido del horno, para todos ustedes.

Es el regalo de este Caos para todos los caóticos, abajo explicare otra cosa especial, pero por el momento diré dos cosas. NO es un capítulo tan largo, tal vez me equivoque en algunas cosas y no lo revise a conciencia (solo fue una revisión rápida), así que cualquier cosa espero no los moleste.

Espero traer otro capítulo antes de año nuevo, pero si no.

"FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO NUEVO. Y QUE LA MAGIA Y CAOS ESTE CON USTEDES Y SU FAMILIA"

Este capítulo se pondrá ardiente y sangriento. joajana

ADVERTENCIA: Este capítulo contiene escenas Sexuales. Si eres meno de 18 no recomiendo leer, si lo hace es bajo la responsabilidad de cada uno. Estará marcado con un M +18. El contexto de las escenas de sexo no cambia la historia para nada. Se puede saltar si así lo desean. Aunque sé que no lo harán. Cabe asegurarse y repetir que uno se desliga de toda responsabilidad.

ADVERTENCIA DE LA ADVERTENCIA: hice la parte león… no tan fuerte o eso creo, de tal forma que no me juzguen porque no es fácil…

Gracias y una vez más, Disfruten, Lean y Comenten.

Capítulo 95.- Sangre vieja, nueva y enfrascada.

No creía que eso ocurriera, se suponía que el día sería muy sencillo, solo iría a Camelot y de regreso. No paso por su mente estar ante aquella escena. Medio piso, del área de "enfermedades infecciosas" de San Mungo, llena de hielo y destrozada; el resto del escuadrón, así como pacientes y doctores en el suelo heridos; y al otro lado del pasillo, más de una docena de cuerpos, tendidos y con mantas ensangrentada cubriéndolos.

Harry no sabía ni que hacer o decir, sol se mantenía de pie, mirando aquella fila que el mismo realizo. ¿Pudo haber hecho más? Tal vez si no hubiera pensado mucho, más vidas se hubieran salvado y entonces… No habría tenido que sacar aquellos cuerpos con sus propias manos y arrastrarlos hasta ahora estaban. Su mente se nublaba ante esa imagen, ante el recuerdo de sus rostros de miedo que aun poseían, del tono azulado de su piel y por la rigidez que ya presentaban.

Sus pulmones dolieron, al igual que todo rodó por un segundo y aquel pasillo se volvió estrecho, tanto que le oprimió y se empezó a sentirse mal. Fue entonces que se percató que debía respirar, de alguna forma olvido que su cuerpo necesitaba oxígeno, tomo dos bocanas de aire aliviando su malestar un poco, aun así, cada parte de aquel pasillo parecía fuera de lugar.

Miro a Kingsley que estaba vendando a uno de su escuadrón, el cual había perdido un ojo ante las estacas de hielo de Lucius y, a pesar de estar lleno de golpes y de tener a su escuadrón mal herido, parecía estoico. Le parecía que cada batalla que tuvo, cada perdida, parecía que lo preparo para aquello, sin embargo, era un error. Paso por situaciones terribles, pero aquella imagen le recordaba sus pesadillas. Observo sus manos, tenía las manos llenas de la sangre y suciedad de personas inocentes. ¿Pudo cambiar algo?

{Para ya} dijo Merlín en su cabeza {No te tortures, aun eres un mocoso y esto hubiera pasado con o sin ti}

{Por primera vez estoy de acuerdo con Merlín} continuo Nimue de forma cariñosa {Sin ti… más hubieran muerto}

{Incluso Kingsley} declaro Revé y sintió algo cálido inundando su cuerpo {De tal forma que no continúes, déjalo fluir y…}

{Continúa avanzando} murmuro Harry con su voz rara y baja incluso en su mente.

- ¡Henry!… ¡HENRY! - escucho el grito, pero no le prestó atención, su nombre falso aún era incoherente a sus oídos.

No hasta que le tomaron el hombro, obligándolo a salir de su propia mente. Kingsley le movió a un lado, permitiendo a algunos medimagos pasar, se veían pálidos y apurados, ya que corrían de un lado a otro, mientras que atendían a los heridos. Con manos fuertes le giro y miro con fuerza.

-Entiendo que esto no es fácil… pero tienes que controlarte- gruño el hombre apretando sus hombros con fuerza, incluso aunque le temblaban -Además tienes que reparar esa mascara o sabrán de inmediato quién eres-

Se llevo la mano a la máscara y toco su pómulo derecho, con su mente perdida no se percató que parte de ella estaba rota. Dejando al descubierto su ojo derecho y parte de la frente. Busco donde mirarse, inmediatamente encontrando uno de los trozos de cristal roto, no solo su ojo estaba visible, su cicatriz se notaba tras el cabello. De inmediato la reparo, intentando que quedara igual, aunque no era posible, el daño de la magia de Lucius aún estaba presente.

-Gracias- indico Harry a Kingsley cuando se reunió junto a él.

-Eso es lo que yo te debo decir- dijo Kingsley palmeando su hombro- tú me salvaste y otra decena-

Miraban ambos a los medimagos que volvían a sus labores. A la distancia miro como la Medimaga Emma se abría paso entre todos, y repartía pociones además de movía camillas a toda la velocidad que le permitía su varita. Llego hasta ellos, la peor parte del todo el piso, y los miro de arriba abajo y murmuro algo muy bajo. Luego líneas de color verde azulado salieron de Kingsley y este gimió.

-Deja de hacerte el tonto-dijo Emma muy molesta, poniendo las manos cruzadas- Tienes daño interno y seguro que tu magia esta inestable, así que ve a que te chequen de inmediato-

-Otros necesitan ayuda...-

Dio dos pasos largos, haciendo resonar sus tacones bastante y le tomo de la oreja al Auror. - ¡EH DICHO QUE VAYA! ¿ERES IDIOTA O QUE? - le señalo a los demás Aurores que estaban siendo atendidos – Ahora eres también un paciente y no tengo humor de discutir ¿VAS A IR O TE NOQUEO? Elige bien-

La cara de Kingsley era de verdadera sorpresa, y la de la doctora no parecía que bromeara, y aunque le sobre pasaba por una cabeza, aun sostenía su oreja con fuerza. Le miraron y Harry asintió, si Kingsley estaba herido lo mejor era que se quedara en San Mungo.

-Y tú. - Dijo la doctora Emma avanzando con Kingsley quejándose por su oreja e ir inclinado para que no le doliera más. Le miro un segundo y suspiro -… defendiste bien el hospital, pero ahora tengo mucho trabajo, te pido que dejes las instalaciones y… atrapa a Lucius Malfoy- Se giro molesta y de paso torciendo la oreja que sostenía, pero volteo y miro con fuerza- … creí que era un error crear tu puesto y más aún dártelo a ti… pero veo que fue lo mejor-

Harry asintió, viendo cómo se llevaba al hombre a paso veloz y sin hacer caso a sus quejas por el trato dado. Tardo un buen rato en salir, con el caos de adentro, la muchedumbre intentando saber que sucedía y un centenar de reporteros en la puerta, apenas y pudo hacer una desaparición. En el ministerio las cosas no fueron mejores, las personas corrían de un lado a otro, con pergaminos en las manos, con cientos de aviones mágicos sobre sus cabezas y un millar de lechuzas entrando y saliendo. Sin contar que el vestíbulo estaba más reportero.

- ¿QUE HA SUCEDIDO EN SAN MUNGO? -

-SE DICE QUE EL ATAQUE FUE PROVOCADO POR UN PACIENTE, LUCIUS MALFOY ¿ES CORRECTO? -

- ¿EL HOSPITAL MÁGICO ESTABA DENTRO DE LO QUE CREÍAN QUE ATACARÍA? -

- ¿COMO ES LA SEGURIDAD DEL HOSPITAL ERA TAN BAJA? -

Harry estaba rodeando y los resplandores de las fotografías le deslumbraban. Avanzo sin decir ni una palabra, no quería ni comentar lo que paso, sin embargo, no podía ni dar dos pasos sin recibir más y más cuestionamientos. Además de una andanada de flashes. Se cuestiono si mandarlos a volar sería bueno, pero no fue necesario; un paso constante y algo arañando el mármol del piso les silencio. Abrieron un camino, directo a Rufus Scrimgeour, parado ahí con su bastón y su cara enojada.

- ¡VEN AQUÍ! -grito dando la vuelta y caminando con una cojera más pronunciada.

Varias decenas de Aurores salieron de la nada y comenzaron a contener a los reporteros, permitiéndole pasar lo más rápido que pudo, ya le alcanzaba e ignoraba las voces a espalda. No presto atención al camino, ni al traqueteo del elevador, solo a sus pensamientos revueltos y acelerados. El dolor de la cicatriz y sus sentimientos de emoción no eran buena señal, solo indicaba que Voldemort tenía sentimientos muy altos en ese memento. Tenía casi todo preparado para su ataque, no sabía cómo, pero eso pasaba por su mente.

- ¡¿QUE PASO POTTER?!- grito Rufus en cuanto su puerta se cerró, tomándolo del cuello de la camisa y golpeándolo contra la pared. - ¡CREÍ QUE ERAS MAS FUERTE QUE ESO! -

Algo dentro de Harry se removió, provocando que le tomara la muñeca y de un solo empujón lo mando por el aire, hasta su escritorio, estrellándose y terminando semi recostado. Le alcanzo, quitándose la máscara y arrojándola, lo tomo de la misma forma que lo tenía, volviéndolo a estrellar contra la madera. Un gemido y algo de sangre por la comisura del labio de Scrimgeour le freno, le miro a los ojos y le soltó.

Tomo un momento aire y espero a que el ministro se levantara. El escritorio revuelto y semi destruido, además de un desastre en el piso.

-NO HUBO TIEMPO… Y EL LUGAR NO ERA PRECISAMENTE APTO PARA PELEAR CON EL- Grito Harry peinándose la cabellera, ahora que la sentía notaba el sudor frio en su frente e intento calmarse- No había mucho que pudiera hacer -

Scrimgeour movió su varita y escritorio regreso a la normalidad, se acomodó la capa y el saco que portaba. Le dio una mirada dura, admiraba esa determinación que portaba, sin embargo, el ministro no se veía nada bien.

-Lamento el … exabrupto. - dijo Harry sentándose en el sillón más lejano del ministro.

-No lo lamentes-gruño Rufus sentándose en su escritorio soltando un quejido lastimero – Mejor has lo que me dijiste ese día, atrapa a los Mortifagos, elimina a quien tú sabes y… no me hagas quedar como el idiota que te contrato-

-Técnicamente fue todo el ministerio - dijo Harry sobándose el cuello.

-Como sea Potter – Gruño y un momento la espalda le trono -Dime que sucedió y ¿Dónde está el escuadrón de Kingsley? -

Con grandes rasgos y sobre todo mencionando los Aurores muertos y como quedo el hospital mágico. Por un largo momento Rufus no dijo nada, volteo su asiento hacia el gran ventanal de su espalda y miro el tumulto de decenas de metros abajo.

-Si quien tú sabes tiene a Lucius, sobre todo en ese estado, de su lado...-

-Se volverá más peligroso, tendremos que tomar contra medidas y esperar más muertes-Gruño Harry entendiéndolo mejor que nadie.

El ministro no giro su mirada y solo pareció pensar por par de minutos.

-El ministerio no tiene la fuerza para pelear contra ellos- declaro en voz baja, casi como si le doliera- ¿Pendragon puede cambiar las tornas? -

Harry lo pensó de igual forma que el ministro, mirando a la distancia – Todavía no-

Regreso su mirada a Harry y le miro tan temeroso que no parecía el mismo. - ¿Que necesitas para estar listo? -

Se levanto y fue al escritorio del ministro, tomo un pergamino y pluma, al acabar dejo la pluma manchando parte del escritorio y se fue directo a la puerta. Apenas la abrió y el ministro chasqueo la lengua. - Realizare los preparativos, enviare a los más confiables y… te conseguiré esas audiencias. -

-No me llame para redadas y asuntos que puede hacer otro- Dijo Harry convocando la máscara que yacía oculta bajo un archivero y se la coloco - Y… espero entienda que ahora mismo… esta guerra está en su momento más crítico-

- ¡Lo sé bien! -

Salió del despacho y se encamino al elevador, pero en una de las oficinas una bruja rechoncha estaba entrando y con un vestido rosa chillón. En cuanto lo vio su boca de sapo se ensancho y abrió la boca, pero el humor de Harry era pésimo, le tomo de la cara y la empujo dentro del despacho para luego cerrar las puertas, sin importar el que croara.

- ¡ESTO LO SABRÁ EL MINISTRO! -grito Umbrige desde adentro. Eso le hizo sonreír, se preguntó qué diría si supiera que hacía minutos también golpeo al ministro contra su escritorio.

Antes de salir, del elevador, activo la magia de Utgar, no quería pasar de nuevo por los periodistas. Y apenas escucho el "ting" de que llego al vestíbulo, se lanzó corriendo esquivando a todos y en dirección de las chimeneas. Escucho algunos gritos y quejas, más simplemente se adentró a ella y su pensamiento fue directo a la oficina de Dumbledore. Paso por cientos o miles de chimeneas y entro en una de golpe, sus pocos viajes por chimenea le enseñaron que no era mejor entrar lento.

Saco la cabeza con cuidado, por era una chimenea baja y se encontró en la oficina del viejo profesor. Dejo la máscara en la mesa de cachivaches del profesor y camino con pasos cortos por la habitación, en dirección de Fawkes el fénix y le acaricio el pico. Este le recibió gustoso y comenzó a cantar, cosa que le calmo, era como si supiera que lo necesitaba.

Aun recordaba la primera vez que lo vio, su semblante enfermo y su leve canto, el cómo ardió le asusto y sin embargo el ave resurgió como un pequeño pozuelo. Casi parecía mentira que en ese momento fuera elegante, con sus hermosos colores destellando y su canto sublime. Pero su mirada, esos profundos ojos negros le indicaban que algo no andaba del todo bien, como si pudiera ver lo que se acercaba y temiera por ello.

Termino su canto y continuo en su perchero, agitando las plumas de sus colas. Y fue entonces cuando se percató de los gritos de algarabía y la multitud, desde el estadio, a la oficina del profesor, llegaban apagados y difusos, más era claro que estaban divirtiéndose. Salió al balcón mirando a la distancia el estadio, como las banderas rojas y azules ondean con fuerza y una que otra vez notaba unas pequeñas motas voladoras cruzando el cielo.

El partido aun no terminaba y se recordó que, con seguridad, el profesor aún estaba presente al ser la final. De tal forma que solo se dejó caer sentado, pasando las piernas por los barrotes y las dejo suspendidas en el aire. Tenía mil opciones para hacer en ese momento y mucho en lo que debía progresar, pero aquel momento de paz le parecía que sería uno de los últimos hasta que todo terminara.

Y aun cuando su mente quería despejarse, regresaba a los sucesos que pasaron en la mañana y lo que conllevarían. Incluso la decisión de Draco y su madre le parecía poco importante, de cualquier forma, Lucius tendría que caer en batalla y no quería ni saber que pasaría cuando le dijera eso a los dos Malfoy que estaban por tomar un lado.

Revolvió su cabello, despejando su mente e intentando escuchar que pasaba en el estadio. Lo cual no fue más que una subida de volumen al salir disparados dos jugadores hacia el cielo, girando en espiral e intentando pasarse al otro, y en un momento después, uno de ellos acelero de tal forma que dejo a su adversario atrás. El grito general del estadio no indico quien gano, pero finalizaba el apartido y, si conocía el vuelo de Dennis, y lo hacía, su pequeño pupilo acababa de atrapar la Snitch.

Minutos después se escuchó algo de silencio, y una voz sonora que apenas escuchaba por el hechizo sonorus -Es un placer entregar la copa de quidditch al equipo de Gryffindor y a su capitán- Se imagino entre ellos parado celebrando y orgulloso de sostener la copa de la casa por segunda vez consecutiva luego de años haberla poseído Slytherin. Mas en cambio estaba ahí, dado por muerto y preparando un contra ataque contra Voldemort.

Minutos después observo a todo el alumnado saliendo del estadio y dirigiéndose entre vítores y cantos al castillo. Enfrente de todos ellos avanzaba el equipo de quidditch sosteniendo la copa en alto. Levanto la varita, y a la altura de sus labios, murmuro algo y una pequeña bola plateada avanzo por el aire perdiéndose en la multitud y castillo.

Faltaban un par de horas para que el sol comenzara ocultarse, de que el día terminara, pero por alguna extraña razón Harry se encontraba sudando, adolorido y, el abrazador sol provocaba que la frente le ardiera.

{Tranquilízate} dijo Merlín en alguna parte de su mente {Debes controlarte o eres muy...}

{¡Ahora no Merlín!} Dijeron el resto, pero Harry apenas e identificaba sus voces, algo más fuerte en su cabeza ocurría.

Los campos, la gente caminando directo al castillo y su alrededor se difumino, dejando manchas de todo a su alrededor.

{No pelees…} susurro una dulce y gentil voz en su oído, mientras que intentaba cerrar su mente, más sentía al pedazo de Voldemort dentro intentar abrirse paso con fuerza. {No pelees con él, deja que te lleve y déjanos al otro a nosotros} Solo un momento no reconoció la voz, pero de algún modo su mente encontró el tono cariñoso de Revé y por puro instinto, confiando más en su maestra que el mismo, dejo que su mente se conectara a la de Voldemort {Ese es mi niño}

La primera cosa que observo era un jardín, pero no como en Camelot, estaba soleado; pero parecía el pasto reseco, los árboles descuidados y los altos muros con hiedra con plumas descoloridas de pavorreales. Mas a sus pies estaba Lucius Malfoy, azul y congelando alrededor como hacia horas. Solo veía su espalda azul y pelo blanco más notaba que estaba hincado. A su alrededor una veintena de Mortifagos y a su costado los Lestrange, ambos riéndose y luciendo excitados.

-Repite lo...- murmuro Voldemort acariciando la cabeza de Nagini en su hombro. El solo siseo de su voz le hizo recorrerán frio por la espalda, sus músculos se entumieron y sintió su cuero congelado, sin poderse mover y sin sentir nada.

-Mi lord su ciervo está aquí pidiendo piedad por su familia – dijo Lucius alzando la cabeza sus ojos blancos y ese tono espectral – Seré su arma, solo perdone a mi estúpido hijo y a mi ilusa esposa, sin mi…. Ellos son solo dos imbéciles sin mi guía - Bajo los ojos y continuo en su posición.

-Arriba – silbo y su voz sonó más helada que el propio Lucius. Cuando estuvo de pie, extendió la mano y sujeto su mandíbula apretándola y mirando sus ojos. Si Harry no supiera que solo podía observar, hubiera intentado moverse, pero cada acción de Voldemort repercutía en su cuero y en ese momento la congelada mandíbula de Lucius le lastimaba la palma- Der acuerdo, si no han traicionado a nosotros… - le abrazo y sonrió de forma tétrica -… considerare no torturarlos hasta la muerte-

La ira y odio invadió su cuerpo provocando que sonriera, aunque no era su cuerpo y sintió como una magia extraña y aterradora subía por sus brazos. De la punta de los dedos de Voldemort surgieron sombras negras y antes de que pudiera reaccionar, Lucius, estas entraron en el cuello azul y un grito desgarrador surgió de su boca, congelando a su alrededor sin control alguno.

Su mente regreso de golpe mirando como los campos estaban desérticos, su cuerpo temblaba y sentía que le pesaban los parpados, los barrotes del alfeizar estaban doblados y torcidos por sus manos. Las soltó y se peinó intentando mitigar el ardor que le nublaba la mente. Mas su espalda se encontraba empapada, de un sudor frio, más el ardor de su cicatriz amainaba.

{¿Ese es el mago oscuro?} dijo Merlín entre aburrido y taciturno {No parece tan malo}

{¡¿Te han dicho que hablas por hablar?!} dijo Revé con cierto cansancio y molestia en la voz.

{Un par de miles de veces} dijo Nimue sonando exasperada.

Tal vez si su frente no estuviera ardiendo, se hubiera dado cuenta que la presencia de Dumbledore y McGonagall, la puerta se abrió de golpe y vio a ambos profesores, algo apurados y sorprendidos. Mas que nada por encontrarlo sentado en el balcón y con la respiración algo agitada.

- ¡¿Harry?!- Pregunto McGonagall avanzando hasta donde estaba - ¿Que ha pasado? ¿Estás bien? -

-Minerva-dijo Dumbledore serio y mirando a Harry con ojos curiosos, esos mismos ojos de hacía muchos años antes. - Deja que nos cuente-

No le apetecía para nada contar lo que paso a San Mungo y más aun lo que paso en el despacho del ministro, menos aquella pequeña visión que acababa de tener. Paso unos momentos en que su respiración se calmara, McGonagall no se apartó de su lado, hincada para sostener sus hombros y mirándolo preocupada. Espero, por un momento aclarando su adolorida mente y pensando que es lo que podría decir y que no.

-Ha comenzado la guerra- declaro Harry luego de su voz regresara, ambos profesores se vieron con mayor cuestionamiento, más el solo comenzó a contar lo que paso en San Mungo.

Como si Dumbledore hubiera imaginado ese escenario solo pareció frustrado; en cambio la profesora McGonagall estaba más que sorprendida y, en cuanto a como lo encontraron, se enojó cuestionarlo seriamente.

-Entiendo la urgencia de vernos- dijo Dumbledore sentándose en su escritorio y sobándose las manos como un adolescente ansioso- Esto es bastante terrible, ¿Sabes por qué Lucius tenía ese poder? -

-Mas que poder es una enfermedad-declaro Harry sobándose el cuello, ya sentado en uno de los sofás del profesor. - Yo la porte antes de Lucius-

- ¡¿QUE?!- gritaron ambos con los ojos muy abiertos.

Por un minuto completo se quiso estrellar a si mismo contra el escritorio y regañarse por decir algo que ya no venía ser parte de su problema actual.

- ¿Tu enfermo de ello? - pregunto McGonagall alcanzándolo y comenzando a revisar su rostro y hasta su boca, como si fuera encontrar una parte azul en su piel. O algo peor por su mirada.

Justo en el momento en que intentaba zafarse, de la inspección de la profesora, un traquido de puerta sonó. - ¡Profesor, soy Hermione ¿Puedo pasar? - Antes de que terminara la frase su prometida abrió un poco la puerta y asomo la cabeza.

Estaba algo agitada y notaba que estaba alterada, pero apenas lo vio y una enorme sonrisa surgió de sus labios. Sin darle oportunidad de decir algo, se lanzó a su cuello y le beso, para continuar con otra inspección, aunque Hermione estaba más preocupada por heridas, que por piel azul o alguna clase de enfermedad.

- ¡Estaba tan preocupada! ¿Por qué no me dijiste que vendrías luego de la llamada de emergencia del ministerio? -

-Lo siento, ni yo sabía- dijo Harry detenimiento las manos y mirándola -Pero tenemos cosas que discutir y… debemos hablar-

El profesor carraspeo y los miro sobre sus lentes, tal vez no queriendo interrumpir, pero era necesario y Harry lo entendía.

-Ahora, podría continuar con su explicación sobre la enfermedad de Lucius. - dijo con amabilidad el director. -Para que todos estemos en la misma frecuencia ¿Sí? -

-Es una enfermedad de los gigantes antiguos, aquellos capases de utilizar magia para aumentar sus capacidades físicas. El clan Utgar la creo para poder controlar otros clanes y rápidamente conquisto la mitad de clanes del mundo, pero el abuso de esa magia le llevo al desastre. Sus guerreros y el mismo Utgar contrajeron la enfermedad de los gigantes azules, la cual les hace absorber toda su magia y concentrarla en poder congelar todo. -Conto Hermione sin siquiera pensarlo mucho, de echo ella conocía esa magia y aunque no pudiera utilizarla, supuso que ayudo mucho a Daphne a aprenderla. -Los últimos escritos de ellos habla sobre que se realizó una caza masiva de la especie por ser altamente peligrosos, ya que resistan la magia mejor que los gigantes e incluso con el tiempo se volvían locos y comenzaban a matar a cualquier cosa- Eso si no lo sabía, pensó Harry alzando ambas cejas.

{Un buen resumen, aunque debemos decir que tampoco es que fueran muy listos} dijo Nimue para ambos, pero permanecieron impasibles ante los profesores. {Ahora les daré el resto la información, díganla luego de mi...}

-La única forma de acabar con los gigantes azules es desmembrar los he incinerar las partes o.…-dijo Harry luego de su maestra, pero miro a Hermione, antes de continuar, más que nada porque eso era información muy problemática de manejar -… o eliminar su magia. -

-Eso es… ¿Imposible? - dijo Dumbledore mirando a ambos. -Si suprimes la magia de alguien esta se volverá inestable y en el peor de los casos se volverá un… Obscurial...-la mirada del profesor se volvió más dura, como si el simple hecho de mencionar la creación de ese parásito mágico le trastornara.

-Sabemos sobre ello. La pérdida de control sobre el Obscurus y la fuerza de destrucción, incluso que pocos casos se presentaron en adultos-giro los ojos Hermione y chasqueo la lengua, tal vez por tener que dar su punto mejor. - No se refiera a suprimirla hasta crear un agente parasitario. Se refiere a anular su magia… del todo y volverlo muggle. -

Los profesores se miraron con seguridad no creyendo sus palabras, pero para Harry eso era algo posible, ya que de alguna forma tenia a Nimue y Merlín como prueba. Además de que si alguien sabia realizar ese proceso, sin equivocarse y con un cien por ciento de certeza, era Nimue.

-Como sea… es una de dos opciones. - dijo Harry antes de entrar en una nueva discusión, que no fuera el tema principal y continuo repitiendo la información de Nimue- El punto es que hasta ahora… solo gigantes podían tener esta enfermedad, pero… un tonto… aprendió esta magia y sin controlarla bien sobrepaso toda su capacidad y se rompió, contrajo la enfermedad y casi muere- continuo aunque su cara estaba roja por como lo llamaban sus maestros en su mente, sobre todo Huffy - logro curarse extrayendo toda esa enfermedad en una capsula. Pero Lucius la comió y se incrusto en su cuerpo. Creo que tener la enfermedad en mí y luego trasmitirla a Lucius le llevo a adaptarse y poder estar en un mago o… evoluciono-

- ¿Esa fue le emergencia? ¿Lucius? -pregunto Hermione uniendo los puntos sin que le dijeran nada- ¿San Mungo ha caído? -

-No- contesto Harry tomándole la mano, pero no pudo sonreír le y ella de inmediato se puso seria -Pero creo que ocuparan la nueva habilidad de Lucius y no creo que para hacer helados y raspados para todos los Mortifagos-

-Eso es seguro- dijo McGonagall sentándose - ¿Que haremos ahora? -

{¿El archipiélago?} pregunto Hermione mirándolo a los ojos, el solo asintió.

Se coloco frente al director y lo vio serio -Me llevare a Pendragon al archipiélago-

Se vieron entre Harry y Dumbledore, casi sin moverse y con un aire de seriedad que ni McGonagall ni Hermione pudieron interrumpir.

-Aún son mis alumnos y tienen clases y exámenes- decreto el profesor como si eso fuera algo inmutable- Están los TIMOS para los de quinto y los demás tienen exámenes en dos semanas-

-Exacto, solo tenemos semanas para el fin de cuero- dijo Harry - Luego de que acaben los exámenes anunciaran que enviaran a los alumnos a sus hogares de inmediato y el curso terminara. Hable con Rufus para que envié dos escuadrones para protección de los alumnos y reforzara los del perímetro de Hogwarts con una docena -

-Terminamos el curso medio mes antes y tendría que hablar con todo el profesorado para que empezara a primera hora el lunes- declaro Dumbledore y entrelazo sus dedos, bastante nervioso - Lo que planeas Harry es algo que indicara a Tom que estamos listos para pelear con todas nuestras fuerzas, si hacemos eso ahora no tendremos la fuerza para...-

- ¡EL ESTA PLANEANDO ALGO TERRIBLE, ALGO QUE SACUDIRÁ AL MUNDO SI NO LO DETENEMOS! - grito Harry por un solo segundo su cuero y se movió solo, golpeando las palmas contra el escritorio con tal fuerza que lo sacudió. McGonagall y Hermione retrocedieron y el profesor llevo la mano a su varita. Miro en los ojos del profesor algo de rojo amoratado, un intenso color que se movía por sus pupilas, mas no era en los ojos del profesor, era en los suyos.

- ¡Harry, tranquilízate! - dijo Hermione acariciando su brazo.

- Ya lo he visto...- Continuo Harry respirando y viendo desaparecer ese intenso color-... y solo habrá muerte y sangre si no lo paramos pronto...- suspiro y dio varios pasos hacia atrás-… Con o sin su consentimiento se realizará, el ministro preparara todo, es mejor que usted haga su parte profesor. - Se dio media vuelta y tomando a Hermione de la mano se dirigieron a la puerta – En cuanto acaben los exámenes… a los Pendragon ya no estarán en Hogwarts-

- ¡Piénsalo Harry! - dijo McGonagall tomándole el brazo y girándole - Comenzar esta batalla antes de tiempo… es algo que quien tú sabes quiere… él tiene mucho poder ahora, con Lucius de su lado será mayor-

Harry sabía que Voldemort se fortalecía y que aún no podrían hacerle frente, más algo en su interior le gritaba que si esperaba la brecha no cerraría. - En este momento estoy casi seguro de hacerle frente, pero si él logra su objetivo antes que yo… el mundo tendrá un demonio que matar-le tomo la mano y acaricio mientras le miraba a los ojos -y no me creo capas de lidiar con otro-

{Acaso crees que el…} comenzó Merlín exaltado.

{Es obvio} dijo Revé susurrando.

{Va a recrear al Dios Imperial Demonio Dragón} termino Nimue. {Uno con aptitudes más feroces y desquiciadas que el de Morgana}

{No sin lo detengo antes, esto es él llega crear otra quimera o yo logro recrear a Excalibur} dijo Harry sin dudar un momento, no tenía tiempo para eso.

-De acuerdo Harry, pero...- dijo el director suspirando y levantándose - ¿Tendrás listo, lo que preparas, en dos semanas? -

- No profesor, ese será solo el fin comienzo - dijo Harry y junto con Hermione salieron del despacho sin ver a los profesores. Pero escuchando la orden del Dumbledore, que McGonagall reuniera a los profesorados cuanto antes.

Bajaron por los pasillos desiertos y se dirigieron al séptimo piso, aunque entre más avanzaban se escuchaba la celebración de Gryffindor. Harry paro un momento, mirando por la ventana de las escaleras que conducían al pasillo, donde encontrarían la sala de menesteres, podía ver el campo y bosque, incluso la casa de Hagrid. Hacía mucho que no miraba esa vista y ahora le parecía irreal.

-Lo lograremos Harry- dijo Hermione abrazándole. -Estaremos listos para cuando venga por nosotros-

-No Mione- dijo Harry girándose y regresando el abrazo, aunque por el escalón quedan a la perfecta altura – Nosotros iremos por el- le beso mientras sentía como la cicatriz aun punzaba, pero en grado menor -Dejaremos que hoy se diviertan- le acaricio la mejilla y sonrió - Pero mañana, los quiero a todos antes de que el sol salga- Continuaron caminando, tomados de las manos, pero le surgió una duda el doblar en el pasillo. - y… ¿Qué fue lo que Draco decidió? -

Hermione le vio y suspiro. -Aún no se, con esto de Lucius, todo cambiara. -

-Eso creí-

- ¿Dónde está ahora? - pregunto Harry deteniéndose un momento y mirando los ojos ámbar de su prometida.

-Hablara con Narcisa toda la noche y mañana en la mañana iré a ver decidieron- contesto Hermione parpadeando mucho- Dobby y los demás elfos lo están cuidado, asegurándose que no escape-

- ¿Daira y Marlow? -

- Daira siendo consentida por los elfos y… Marlow aprovechándose de ello-

-Entonces… los Pendragon celebraran y Draco no están en la sala de menesteres, además de que tendremos la habitación sola- dijo Harry en un tono un tanto peculiar- Y luego de esta noche… estaremos muy ocupados, todo el tiempo y con muchos viéndonos. ¿Deberíamos aprovechar la noche? -

Hermione primero abrió los ojos, luego los rodó, pero termino sonriendo y dándole una mirada coqueta que le dio la respuesta. Sin soltarse de la mano, corrieron por los pasillos, la algarabía de Gryffindor y la fiesta del gran comedor se escuchaba por doquier, sin embargo, ellos dos fueron directo a la sala de menesteres y, de ahí, a su habitación.

Sin prestar mucha atención comenzaron besarse, a acariciar su cuerpo e intentar entrar a la habitación. Entrando tambaleándose por no dejar de besarse y ni siquiera ver a donde iban.

-Necesito una ducha… fue… duro el día- jadeo Harry por casi no poder separar sus labios de los de su prometida. Recordando que no solo tenía tierra y escombro encima, si no también sangre y sudor.

- ¿Enserio ahora? -pregunto Hermione metiendo las manos por su camisa y separándose de repente- Tienes razón necesitas una ducha- Sacando las manos y limpiándoselas en su chaqueta.

-Diez minutos- Dijo Harry besando le para luego encaminarse al baño.

°*~°*~°*~°*~ M+18*~°*~°*~°*~

Casi al entrar fue a la ducha, acciono el agua tibia y comenzó a quitarse la ropa. Un minuto después estaba adentro del agua, con el agua recorriendo su piel y provocando que se le pegara el pelo en su frente. Los anillos descansaban fuera, colgando del toallero. Disfrutaba esos momentos cuando sus seis locos maestros le decían cosas en su mente.

La puerta se abrió de repente y vio a Hermione quitándose la blusa con una sonrisa pícara- Ni un minuto más- No se quejó Harry solo se quitó el cabello de la frente, mirando como su prometida que quitaba las ultimas prendas que le cubrían, exponiendo su hermosa piel sin nada.

Le tomo y atrajo para que ambos estuvieran bajo el agua y sin esperar más le beso de una forma que incluso el ansia por el contacto con su cuerpo; sus labios calientes, suaves y húmedos contra los de Harry se seguían moviendo sin frenar un momento. De tal forma que no lograba concentrarme en nada mas que no fuera la mujer que tenía entre sus brazos. Le sostuvo y cargo, Hermione paso una pierna de cada lado, y aferro sus rodillas en su cadera restregándose contra el como si el rose contra su piel le fuera una necesidad.

La dejo resbalarse hasta que la entrepierna de Hermione estaba sobre su endurecido miembro, palpitaba y ambos sonreían, aun continuando dándose besos. Se separaron un momento para verse y contemplarse. Su cabello mojado y rizado caía por delante cubriendo sus pechos y con la piel brillante por el agua, además de un leve jadeo por la falta de aire le excitaba. Mire su rostro, angelical, pero quería más, más de ella.

Harry solo quería un momento, que entendiera que Hermione era lo más importante para él y que no era solo su cuerpo lo que quería.

- ¿Que pasa amor? - comento Hermione mientras movía sus manos por su nuca. -

-Eres preciosa y… te amo más que nada- dijo Harry mirándola con intensidad.

Acaricio su cadera y sintió su vientre, aunque plano estaba muy en forma, su pecho contra el suyo y toda su anatomía pegada a su piel. Era una mujer preciosa. Intentando acomodarse mejor llevo la mano a su trasero, anteriormente sus manos habían evitado ciertas zonas Hermione, ahora sentía como no las pudiera controlar y quisiera cubrir cada tramo de piel con ellas.

-También te amo… sin importar nada- dijo Hermione gimiendo al apretar cada glúteo. -…Por qué gusta… tanto mi trasero-

-Como no gustarme, es tan suave y desmesurado - dijo Harry sonriendo.

-Claro, ahora utilizas palabras como "desmesurado"- rio Hermione acariciando su nuca y su espalda, sin parar de besar sus labios, además de como su miembro tocar directamente la feminidad de su prometida y ambos se acercaron más sentir un gusto enorme.

Harry cerro el agua y sin esperar más comenzó a llevarla a la cama, derramando agua en el camino, salpicando todo el lugar sin siquiera dejar un solo tramo seco y empapando la cama en cuanto la recostó le sonrío de oreja a oreja.

Comenzó a besar su cuello, esta vez dando leves mordidas, pasando por sus hombros, sintiendo como Hermione continuaba acariciando con su mano su espalda. Empecé a empujar con algo de mi fuerza bruta, pero poco a poco sentía en cada movimiento Hermione también se movía al compás. Despacio, sentía cada centímetro, como rosaba con la piel de Hermione, disfrutaba de sentir mi piel caliente y húmeda, como se presionaban uno al otro, e incluso su propio cuerpo comenzó a erizarse con cada movimiento juntos.

Estuvieron un pequeño besándome, en el mismo sitio, notaba el calor de su cuerpo, veía el sudor de su frente y cuerpo combinándose con el agua y los sonidos de sus voces estremecían las paredes. La pasión acrecentaba más, quería que supiera que la quería mucho, y estaba prendado de ella. Sus labios se comían uno a otro, además del placer y los sabores que sentían cada uno.

-Continua… mas- susurro en algún punto Hermione.

Notaba como pasaba el tiempo distorsionado a su al redor, como cada toque de su prometida le daba placer y como varias veces cambiaron de lugares, incluso llegando a mirar a Hermione desde abajo. Hermione no paraba de mirarle a los ojos, de susurrar su nombre e incluso de moverse y besarlo.

Era un momento perfecto para ellos, sin pensar en nada y nadie, solo concentrándose en ellos dos y demostrándose cuanto se amaban. No pararon ni un momento mientras la acariciaban, Harry había pasado sus manos por todo el cuerpo de su novia y sostenía su cadera como fuera su vida, su boca no paraba de recorrer, desde su cuello hasta sus pechos, la piel de Hermione.

Mas de una vez entrelazo sus dedos con lo de ella, sujetándolos con fieramente y fuerza sin quererlos separar. Hermione, se movía, provocando cada vez más placer, nunca había pensado que fuera a tener esas sensaciones, esos placeres, me subían por todo el cuerpo, y ella levantaba nuevas sensaciones, aunque aquello fuera algo que ya hubieran pasado antes y estaba seguro que en el futuro sería igual o mejor.

-Harry…. Amor- gimió Hermione tan bajo y sensual que le excito mucho.

La sensación de gozo fue como la primera vez, palpitaban sus cuerpos al mismo tiempo, su corazón retumbaba contra el otro y, pesar de ya estar cansados, su boca compartía todo con la otra, mientras que ella se aferraba con fuerza a su espalda, y Harry le sostenía contra si al querer sentirla más cerca de su cuerpo. Estaban desbocados, a todo galope y sin medirse. Sintió como llego ella al orgasmo y luego el mismo, convulsiono con fuerza, moviendo las piernas con rapidez y apretando con más fuerza que nunca. Gemía Hermione con movimientos fuertes y continuos, una de tras de otra.

El sudor bajaba por todos lados de su cuerpo. Hermione clavo tanto sus uñas en su espalda y las movió con tanta fuerza que seguro terminaría más rasguñado que nunca, sin embargo, se sentía complacido por provocar eso. Sus besos llevaban ya el placer de cada uno, llenando de lujuria al otro ese momento.

°*~°*~°*~°*~ M+18*~°*~°*~°*~

Quedamos enlazados los dos, sudorosos, pero con una sonrisa que no parecía ceder ni un poco. El gozo que tenían en aquel momento, era muy grande, estaban contentos y se vieron con amor mientras leves besos cubrían la cara de Hermione, sintiendo la pasión y el amor que se tenían. Giro a Hermione para que quedara recostada, se acurruco en el pecho de Harry, por su parte tomo la almohada restante y lo coloque en su cabeza. Tomo sus manos, enlazo sus dedos con los de ella, beso su frente sudorosa y con el cabello pegado.

-Te amo tanto- dijo Harry cerrando sus ojos demasiado a gusto.

Hermione enredo su pierna con la suya, se miró unos segundos, luego simplemente beso con ternura sus labios.

- ¿Crees que necesite otro baño? -pregunto Harry abriendo sus ojos y viendo el desastre que provocaron sin darse cuenta.

-Ahora no, tal vez mañana temprano- dijo Hermione riéndose y mirándolo para luego acariciar su pecho- La noche aún no termina -

La noche continuo, no supo ni a qué hora se durmió, solo durmió mirando el rostro de Hermione apacible y sonriente. Y pareció que durmió muy poco porque apenas y pego los ojos sintió que le movían y como la luz a través de sus parpados le molestaba.

Intento no recordar su situación actual, tenía que levantarse de la cama e ir a avanzar en sus planes, sin embargo, era difícil hacerlo. Apenas y quería moverse, porque en cuanto lo hiciera tendría que levantarse y no quería. Mas que nada por su cuerpo parecía diez veces más pesado. Sin contar con que estaba agotado, tal vez por la noche o por lo que pronto explotaría en el mismo mundo mágico.

Mas su amada prometida le zarandeaba el hombro, intentando despertarlo con suavidad, y susurrando su nombre no se la ponían fácil. Abrió los ojos mirando que como siempre ya estaba preparada, recién bañada, arreglada y lista para su día.

-Tienes que levantarte, flojo- dijo Hermione con una leve risa.

-Ya voy...- dijo Harry para luego escuchar leves voces en su cabeza, podría pasar por loco, si no fuera porque sus seis maestros estaban quejándose a la lejanía.

-McGonagall nos llamó a los prefectos para una reunión de emergencia, creo que van a aplicar lo que le dijiste- dijo Hermione besando le en cuanto se sentó y guardo su monedero. - Intentare acelerar todos los procesos de los exámenes lo mejor que pueda, tu concéntrate en… lo que sea que tengas que hacer-

-No tengo ganas-dijo Harry tronándose el cuello, la vio parada con los brazos cruzados levantando la ceja y algo molesta. Por puro reflejo levanto las manos y sonrió temeroso- Solo bromeaba-

-Mas te vale Potter. Te maten de informado de que pasa- repitió Hermione, girando la moneda Pendragon antes de lanzar le un beso al aire y salir por la puerta.

De inmediato se levantó y fue al baño, en el lavamanos, enredados a una perilla se encontraba la cadena y los anillos de sus maestros. Apenas los toco y comenzó a escuchar sus voces quejándose por dejarlos abandonados en un baño- No les presto mucha atención, no cuando sabía que sus reclamos aumentarían contestándoles y diciéndoles que no se arrepentía de nada.

Harry de inmediato se vistió, con unos pantalones raídos, playera y las bolsas para la pierna, no tenía intenciones de salir a combatir Mortifagos ese día. Sin embargo, tenía que comenzar sus contras medidas contra Voldemort, ya no se trataba de planear, era momento de ensuciarse las manos y tener todo listo para cuando se enfrentaran.

Antes de salir fue a la cabecera de su cama, donde el báculo de merlín descansaba, con su varita reconstruida y lo raro que se vería cargando el báculo a todos lados, le pareció innecesario llevarlo siempre y por lo mismo ahora estaba sin ser usado en el único lugar más seguro del castillo. La habitación contaba con varios hechizos y maleficios para quien entrara sin su permiso o el permiso de Hermione, además de que estaba en el nivel superior del cuarto de menesteres, en el cual solo entraban Pendragon. Sin contar que estaba dentro de Hogwarts (Oculto por ubicación) y que en el perímetro estaba rodeado de Aurores.

Aun cuando lo tomaba en su puño, sentía como si una oleada de magia lo golpeara y por unos pequeños momentos lo notaba caliente y pesado, pero aquellas sensaciones las pasaba por alto y lo coloco en su espalda, amarrado con correas que salieron de sus bolsas para la pierna.

El viaje fue tranquilo; un paseo corto, una desaparición y ya estaba delante Camelot. Caminando por el largo pasillo rumbo a la mansión, viendo como el sauce boxeador se agitaba indagando quien era el nuevo visitante, y sacudiendo sus ramas, como alegre, al percatarse de la llegada de Harry.

Encontró a Dobby en la puerta y su lado Daira y Marlow, ambos lucían con la cabeza agachada y las miradas de un niño regañado. No paso mucho antes de que entendiera el por qué, ya que ambos habían estado jugando en la biblioteca y terminaron quemando y rasgando antiguos tomos de los Potter. Y aunque Harry posiblemente los tenía en la biblioteca infinita prefirió darles una pequeña reprimenda, de esa forma aprenderían a no dañar cosas tan importantes como antiguos libros.

-No más quemar ni afilar las garritas- dijo Daira con esa voz un tanto tierna, como si intentara convencer a Harry de no seguirla regañando- Papá de verdad no quería hacer daño, yo no quería-

-Está bien, solo no lo comentes con Mione- dijo Harry suspirando por los problemas en que se metería si su prometida se enterara de ello, solo esperaba que Hermione no les diera un regaño peor a el que a Daira.

Una vez que Daira estuvo en su hombro y Marlow en su bolsillo, estaba dispuesto a ver a Draco y Narcisa, mas no fue necesario entrar ya que salieron por la puerta delantera. Ambos con esa mirada altiva y caras serias.

-Supongo que ya lo saben-dijo Harry acariciando las plumas de la barbilla de Diaria- ¿Lo de Lucius? -

-Nos enteramos ayer… en cuanto te fuiste… el periódico fue muy contundente- dijo Narcisa dando una mirada a Dobby, el elfo no hizo nada, solo paso la mirada a Harry ignorándola por completo.

-Elfo...- gruño Draco y por un momento pareció a punto de soltar una barbaridad, pero tal vez lo pensó dos veces ya que Harry apretó los puños. - podrías mostrárselo-

Dobby se alejó dos pasos y chasqueo los dedos, apareciendo una regadera y comenzó a regar los setos, haciendo que la regadera sobre los setos. -Dobby no tiene nada que hacer por los Malfoy-

Harry se rasco la nuca y miro a Diaria la cual aún estaba renuente a hablar por los regaños. -Dobby podrías traerme el periódico por favor- dijo intentando no sonar mandón y más como si le hiciera un favor.

-Claro amo, Dobby le traerá lo que le pida, para eso le sirvo- dijo Dobby haciendo una inclinación y apenas chasqueo los dedos y el periódico apareció enfrente, lo tomo y leyó el título.

"Carámbanos en San Mundo, el congelado puño de Quienes ustedes saben ataca"

No terminaba de creer las barbaridades que, hacia el periódico para poder vender más ejemplares, pero no podía negar que era un título atrayente. Y si bien era un lector regular, también era accionista mayoritario del periódico y parte de las ganancias era suya, cosa que aumentaba su bóveda del banco.

"Esta misma tarde bajo las narices del ministerio, y los Aurores, un acontecimiento sin precedentes a ocurrido. Durante muchos años se ha pensado que el sagrado centro de sanación era un lugar seguro, incapaz de verse como un lugar donde atentados tan siniestros ocurrieran, sin embargo, se debe de admitir que este mismo día, ha sido destrozada y aplastada ese pensamiento.

HAN ATACADO SAN MUNDO.

El suceso no se sabe cómo ha comenzado en realidad, muchos cuentan que un mismo enfermo ha sido el culpable, otros que ha sido un medimagos y algunos que han aparecido en el mismo hospital por medio de un traslador. Siendo cualquiera y sin lugar a dudas descartando las bajas probabilidades de ataque, es una infamia lo que ha pasado.

Decenas de enfermos han perdido la vida, sin contar con la vida de algunos Aurores y Medimagos. Además de los varios cientos de magos que han tenido que sufrir dicho ataque.

El atentado ocurrió cerca de las trece horas luego de que el segundo piso del hospital sufriera un verdadero golpe de frio y se sacudiera cual terremoto. Nos cuenta una de las fuentes presentes. Medimagos empezaron a intentar controlar la situación, pero se fue de las manos cuando carámbanos comenzaron a surgir. Testigos inmediatamente dieron aviso de lo ocurrido a las autoridades, por lo que Aurores se trasladaron al hospital para poder ayudar y capturar a los culpables.

Entre los Aurores enviados, por primera instancia, se encontraba Kingsley Shackelbolt el cual no solo se destaca por su ferocidad y magia, si no por ser el elegido por el mismo ministerio para proteger al ministro muggle. Con todo el escuadrón, y sin dudar salto a la acción, solo para ser arrollado abrumadoramente por ese colosal poder.

Fue entonces cuando llego Henry Tuft, el Asesor Auror Externo, con solo un par de minutos controlo aquella situación y puso a heridos fuera de peligro. -Se movía como un rayo y daba una sensación de ser gigante- nos cuenta Keila McCurry que visitaba a un familiar en el mismo piso que atacaron -Estaba oculta en un cuarto, pero lo vi atrapar a ese Auror y luego esquivar todos los ataques de ese demente-

Y con este nuevo testimonio, este periódico ha llegado a una nueva conclusión, el ministro Scrimgeour ha tomado la decisión acertada de crear este puesto. Además de que dicho ataque no solo ha sido para demostrar que no tienen límites en sus ataques y que, uno solo Mortifagos, puede sembrar tanto terror como sus oscuras almas quieran.

¿Quién fue? Se preguntará, pues las investigaciones y un par de testimonios anónimos han dicho que se trató de nada más y nada menos que Lucius Malfoy, el Mortifago que paso menos de un año hospitalizado y que se creía que tenía una rara enfermedad.

Ahora ¿Cual será el siguiente paso de Voldemort? Y ¿Henry Tuft lo podrá detener?

Por ahora, solo podemos esperar y tener esperanzas de que el Asesor Auror logre su objetivo. Ser igual que nuestro héroe caído, como el elegido y niño que vivió, una esperanza para todos

Epitafios de los fallecidos página 20

Conferencia del ministro por el atentado página 13

Entrevista al Medimaga jefe pagina 9"

Harry alzo una ceja, si no los conociera, diría que estaban poniendo todo el peso sobre él. Aunque no supiera que hablaban de el mismo. Pero doblo el periódico y guardo, para terminarlo de leer después.

Al observar a los Malfoy y ver con detalle su rostro noto con claridad que la noticia les había afectado en realidad, tenían los rostros pálidos, los labios secos y los ojos, con ojeras y rojos, sin haber descansado. Pensó un momento en que podría decirles, no era tan sencilla su situación, estaban entre su padre y su futuro, y él no era quien para hacerlos decidir. En su mente, Harry, se colocaba en la misma posición de Draco y antes de que lo supiera supo que los Malfoy de verdad lo estaban pasando mal.

- ¿Necesitan algo de tiempo o.…- comenzó Harry intentando ser lo más cordial que podía, la guerra en si ya era bastante mala y cambiaba a las personas, para que se quedara atrapado en el pasado, cuando eran niños, y le dañara más a ese niño pomposo y rico?

Sin embargo, Draco se paró frente a Harry y sin mostrar ninguna emoción lo interrumpió- He cometido los mismos errores de mi padre, mas ahora quiero…. necesito intentar algo diferente y ser diferente… ahora mismo no es como hacerlo. ¿Puedes ayudarme? -

No estaba del todo sorprendido, pero había algo en sí que, a pesar de su rosto impasible, denotaba verdadera honestidad y, era un tato raro no escuchar esos tonos de voz que le provocaban romperle la dentadura. Y aunque notaba completa sinceridad, algo parecía fuera de lugar y no sabía si era por la señora Malfoy que soltó un gimoteo o por el mismo Draco, parado tan cuadrado y rígido.

-Estoy de acuerdo, por primera vez, contigo. -Contesto Harry alzando la mano e intentándola poner en su hombro como a sus amigos, sin embargo, no se sentía tan natural. - Hurón ¿Como quieres iniciar? -Eso se sintió mejor.

Una leve sonrisa maliciosa surgió de sus labios, y eso le quito la tensión al asunto, tal vez no podrían ser amigos buenos como Ron y el, pero ellos mismos tenían su forma de ser y llevarse.

-Primero… necesitas saber que Quien tú sabes está planeando un ataque a Hogwarts a gran escala-

-Eso ya paso y.…-

-Lo que paso en Navidad… solo fueron sus fuerzas menores- dijo Draco sin quitarle los ojos de encima- Sus fuerzas no solo abarcan magos de Londres, su red ha llegado tan lejos que sus números sobrepasan el número de Aurores en el ministerio y no solo tiene a magos, también a Gigantes y …. dementores-

- ¿Los de Azkaban? - pregunto Harry preocupado por la nueva información.

-Ha convocado a todos los dementores que se pueda, la ultimo de que me entere ya tenía miles bajo su mando-

{Bueno, entonces tienes que practicar esa magia} dijo Merlín en tono misterioso {Aunque ni yo logre}

{Eres cerrado de mente y muy egocéntrico} dijo Nimue {Harry es lo contrario}

{Si no lo logra Harry, es magia imposible} dijo Revé en tono maternal.

{Pues claro, demostraremos que rugimos con todo el corazón}

{Hablábamos de mi niño, idiota} dijo Sly con un gran suspiro.

{Por ahora revisemos si lo que dice es correcto} dijo Harry a sus maestros que tenían razón, era hora de practicar esa magia.

Esa nueva información, dada por parte de Draco le pego mucho más fuerte de lo parecía, Harry paso un rato indagando en su mente alguna otra pieza que le indicara era verídica. Y al final solo tenía una forma de saberlo. Por su parte, como medida de seguridad saco a Draco de Camelot, no creía que al estar cerca de su madre en ese momento fuera lo mejor, ella parecía no estar del todo en acuerdo con su hijo, y lo llevo de nuevo a Hogwarts y la sala de menesteres.

Tuvo tiempo de meditar la afirmación, toda la tarde se la paso enviando cartas a diferentes partes del ministerio, intentando averiguar si era cierto que los Dementores, en ese momento, estaban controlados o desaparecidos. La peor parte es que el departamento encargado de ello, era la misma oficina de Umbrige y suponía que no contestaría del todo bien, además de que tuvo que modificar su letra. En la torre flotante, adecuó el cuarto de forja, haciéndolo más grande y alto de lo que ya era, también colocando muchas protecciones distintas para poder utilizarla sin problemas.

La semana paso siendo una locura, apenas y vio a alguien en la sala de menesteres, estaban tan apurados estudiando y repasando lo del año, como cada ciclo, que incluso, por cuentos de Ron, la biblioteca casi se quema por alguien que hizo mal un hechizo. La mayoría del tiempo tendía a estar ocupado moviéndose entre la torre flotante y el archipiélago Arcano, pues estaba preparándose para cuando terminaran los exámenes. En cuanto a Hermione, pasaba largas horas sentada estudiando sus amados libros, repasando todo una y otra vez, sin dejarse ni un momento desperdiciado, llegando a dormir muy entrada la noche. Cosa que no molestaba a Harry, porque él hacia lo mismo al estar tan ocupado afinando los detalles del traslado de los alumnos junto con Ron, no quería que nada quedara a la suerte.

Los exámenes fue una guerra a pequeña escala, cada alumno pasaba de un lugar a otro con cara de ir a una batalla perdida y algunos incluso terminaban en la enfermería y simulando estar muertos en vida. Ni toda la práctica de Pendragon le sirvió mucho, ya que los había entrenado para batalla y el resto de materias quedaron relegadas, los pocos que no parecían desesperados, estaban enfocándose en las materias que menos se les daba. Neville pido más de una decena de veces a Theo que le explicara múltiples pociones, y Daphne no paraba de ir detrás de Hermione intentando encontrar la fórmula correcta para conjugar las runas de elementos y las runas de formas.

Por otro lado, Daira y Marlow se encontraban huraños, pasando más tiempo encerrados que antes, nadie podría cuidarlos, y siendo arrastrados por Harry todo el tiempo.

La última semana de mayo, con el calor aumentando y un viento azaroso, se realizaron los últimos exámenes, del enorme bullicio por el estudio solo quedaba un ambiente cargado pereza y hostilidad. Pues, aunque la mayoría ya habían terminado, los restantes dejaban que su agotado y doloroso cerebro descansara antes de dar el último empujón. El resto se la pasaba en los campos o solo en su sala común disfrutando de terminar su curso en Hogwarts.

Por su parte Harry no había parado ni esperaba parar a descansar en un buen rato, tenía que hacer muchas cosas y agradecía que los exámenes no los tomaría. Aunque por un momento, Hermione, insinuó que McGonagall tenía la idea de hacerle los exámenes en secreto, pero al casi no estar en el castillo era imposible.

Del otro lado del mundo, en el Archipiélago Arcano, Harry estaba no solo revisando las runas y los conjuros en el enorme portal ubicado en la playa. Y los hombres lobo no paraban de ayudarlo, llevándole aquello que pedía o simplemente ofreciéndole algo con lo que llenar su estómago vació.

La verdad que sin las presiones y el estigma que llevaban, eran muy buenas personas, además de que eran rápidos a la hora de construir cosas. En menos de ese mes, ya tenían una pequeña aldea en el centro de la isla, con por lo menos una docena de casas medianas de madera y piedra, y estaban planeando crear un sembradío de las distintas frutas raras del lugar. Y aunque Harry no le veía el caso, ya que podía reabastecer sus provisiones, Sasha se mantenía recia en continuar con su autonomía.

En la isla lago, la construcción había frenado, casi no cambio nada desde su visita con Hermione, mas que nada por que estaba enfocado en otros aspectos y por que los gemelos aun no lograban completar su pedido.

-Al fin- dijo Ron sentado con la cabeza hacia atrás y suspirado- Ese maldito de Snape no puedo creer que dos horas nos pusiera a girar el caldero-

-Era parte de la poción- gruño Theo igual de cansado.

-Pero se pudo encantar para que por si mismo "girara en el sentido de las agujas del reloj durante dos horas" -dijo Ron refunfuñando.

-Sin varita- dijo Harry tomando su primera noche de descanso desde hacia mucho- "No quiero encantamientos tontos en esta clase"-

-Como sea, ahora mismo me voy a descansa- dijo Ron levantándose y dándole una hojeada a Harry – McGonagall avisara que los alumnos regresaran pasado mañana en la mañana a los padres, y mañana a los alumnos ¿Estamos listos para esto cierto?-

-Nosotros los planeamos ¿Recuerdas?- dijo Theo también levantándose y bostezando – Juntos formamos el plan perfecto-

-El problema es Harry- dijo Ron suspirando.

-¿Yo?-

-¿Arruinas los planes siempre?- dijo Hermione entrando con una gran sonrisa- Me parece que el examen de runas pudo… ser un reto mayor-

Ron bufo y Theo alzo ambas cejas sorprendido, ya que siendo técnicos, Hermione era una maestra en runas y el que aplicara un examen estudiantil, no pareciera lógico o no para ellos dos.

-Y ¿Que tiene de malo mis improvisaciones?- pregunto Harry intentando no regresar al tema del plan, ya llevaba toda la semana escuchándolo.

-Son suicidas-

-Descabellados-

-Maniáticos-

-Es decir sin pies ni cabeza- termino Hermione sentándose a su lado.

-Okey, okey, ya entendí- dijo Harry abrazándola- A partir de ahora ustedes se hacen cargo de todo, yo solo voy a observarlos a ver como enfrentan a Voldy… solos sin ayuda alguna-

-No es para que te pusieras en ese plan-contesto Ron antes de alzar los hombros y luego se fue, saliendo para la sala común de Gryffindor. Seguido de Theo el cual parecía mas dormido que despierto, pero no los culpaba los últimos días habían sido exhaustivos para todo el colegio.

Hermione le abrazo y coloco la cabeza sobre su pecho, la chimenea encendida y el leve crepita les dieron un lindo momento, mas Harry no esperaba que durara mucho. Como todo ese tiempo, solo basto un par de minutos para que todo se volteara y un nuevo obstáculo apareciera a la vista. Unos picotazos sonaron y desde arriba de la chimenea, Hedwin, atravezo los ladrillos y se paro sobre de ella, con varias cartas en la pata y malhumorada. En ese preciso momento era su única forma de enviar cartas y aunque pudieran reconocer a Hedwin no suponía que fuera un problema, había demostrado mas de una vez que podía defenderse y hacer llegar la carta a donde fuera. Mas llevaba una semana de viajes continuos, le hubiera dado un descanso y utilizado una lechuza de Hogwarts, mas el carácter de su emplumada mascota era recio y se afanaba a ser ella misma la que entregara cada carta suya.

Se levanto y, acariciándole el pico y las plumas, desato las cartas. De inmediato soltó un bufido de fastidio, que no paso desapercibido por Hermione, la cual se levanto y tomo a Hedwin que gorgoteaba por completar todo y cada uno de los viajes de Harry en un tiempo récord.

-¿Enserio?- gruño Harry sacudiendo las cartas para luego dejarla sobre el sillón, para continuar con la siguiente y su gruñido se volvió feroz -¿ESTÁN DE BROMA?-

-¿Que sucede?-pregunto Hermione colocando a Hedwin en un nido convocado y sin chistar tomo su lugar, para ocultarse con su ala, y tomar un merecido descanso.

-Esos dos… no lo puedo creer, se lo toman bastante bien- dijo Harry revisando la tercera carta y queriendo quemarlas ahí mismo, pero solo la paso a Hermione que las leyó.

"Asesor Auror:

Por medio de la presente, se le informa que el ministerio a convocado a una junta extraordinaria del Wizengamot para cambiar o disolver su puesto. El ministro y ministerio de magia no ha tenido ningún informe de usted y tampoco se le ha visto haciendo una actividad que pueda ayudar en la situación actual. Por lo tanto, nos vemos en la penosa necesidad de tomar medidas extraordinarias y buscar la forma de que funcione esta nueva modalidad en el ministerio de magia.

Por su entendimiento gracias.

Subsecretaria del Ministerio de Magia

Dolores Jane Umbridge"

-¿Esto es una broma?- despotrico Hermione al leer el nombre asustando a Hedwin y Daira las cuales solo le lanzaron sonidos de advertencia. -No puede hacerte eso, le dijiste al ministro que estas semanas no podrías atenderlo ¿Eso ya en si es un informe?-

-Es Umbridge, ¿Que esperabas de ella? Me odia, siendo o no siendo yo.- dijo Harry teniendo que pasar la mano por la espalda de Daira la cual, volvió a ronronear y a sacar humo por las fosas nasales. -Seguramente el ministro ni estaba enterado hasta que la carta estaba en su escritorio y para ese momento, el Wizengamot, ya estaba enterado. Su elegido para seleccionar me fue el primero en caer, no dudo que estén sentidos conmigo.-

-Amor, ¿Por que haces tantos amigos a donde quiera que vayas?- pregunto Hermione pasando de carta.

-Mi carisma cielo- contesto Harry alzándole ambas cejas varias veces.

-Tonto- contesto Hermione negando con la cabeza y riéndose. -Hooo… esto, o es ¿bueno o malo?- Sin dejar espacio leyó

"Henry (o como sea):

Luego de un par de favores cobrados y una constante negativa, he logrado consolidar le las juntas que ha solicitado, y, a pesar no saber para que quieres tener una reunión, he puesto el nombre del ministerio en juego. NO CAUSES PROBLEMAS MOCOSO."

-Ja, no sabe a quien se lo esta pidiendo-dijo Hermione en una leve carcajada, y por contestación, de parte de Harry, recibió un pechero y le saco la lengua- Madura Harry-

-nel- contesto, mientra suspiraba -termina de leer mione-

"La reunión estará programada para mañana en la noche a las 8, la unión sera en londres en la fuente de Piccadilly Circus, ellos te reconocerán. La segunda se llevara a cabo al siguiente día temprano, ya he hablado con Dumbledore y ambos llegamos al acuerdo que sera mejor que te acompañe a ello.

Repito que no tengo idea de que planeas Harry, pero espero salga como esperas.

P.D: Seguro también te sera enviado una carta del Ministerio, solo dejame aclarar que intentare detener al Wizengamot, pero no puedo prometerte que me excluyan y tomen una decisión solo. "

-Entonces tienes dos reuniones- comento Hermione torciendo los labios- Estarás ocupado en la noche y en la mañana, eso cambia los planes-

-No le gustara nada a esos dos- dijo Harry dejando caer la cabeza en el hombro de su prometida- Estarán bien, pero seguro se quejaran… otra vez-

-Bueno de todas formas tienes que ir y ver que pasa- contesto Hermione mirando la ultima carta.- Es de Dumbledore-

"Harry:

Un saludo, he notado que no has echo aparición publica, como tu alterego, y espero que todo este en orden. Se que pediste a Rufus lo mismo que a mi, entiendo que presionando de ambos lado, del ministerio y por mis contactos, lograrías tu objetivo, te felicito por tu excelente táctica y la forma de pensamiento que has obtenido con el tiempo. Es un orgullo para mi ver en que clase de hombre te has convertido, aun recuerdo el dia que apareciste por las puertas del gran comedor, pequeño y nervioso, ahora llevas esta guerra sobre tus hombros..."

-Creí que el profesor iría al punto-

-Continua de esa forma, recordando el pasado, contándome un par de anécdotas de su juventud, incluso menciona a Scamander- dijo Harry pasando le la pagina y encontrando otras dos para luego señalar la posdata.

"P. D: La reunión de pasado mañana, lamentablemente, me solicitaron estar presente y espero sea de tu agrado. Te espero frente al lago negro en cuanto salga el sol"

-Bueno, tienes días complicados- dijo Hermione abrazándole- Esto funcionara?-

-Creo que si- dijo Harry suspirando, ya que tenia que conseguir su objetivo o habría que conseguir algo mas, ya que sentía que las cosas pasarían muy rápido.

El día fue muy rápido, mas que nada por las preparaciones para la noche y por las quejas de los alumnos, que no estaban nada complacidos con hacer las maletas y regresar unas semanas antes a su hogares. Aunque McGonagall no les dio opción a quejas, de inmediato puso a cada alumno del castillo a poner todo en sus baúles y prepararse para partir.

Antes de darse cuenta, ya había llegado la noche, estaba preparado, llevando consigo lo que creía necesitar. Miro a los Pendragon todos en la sala hablando y divirtiéndose, algunos jugando y otros solo descansando.

-Me marcho- le comento a Hermione dándole un beso y guiñándole un ojo.-Recuerden lo que quedamos y…-

-Claro, claro- respondió Ron dándole una mirada rápida.- Estaremos bien, esto sera sencillo a comparación con lo que te tocara. No rompas brazos ni piernas -

-Y eso que diversión le dejaría-

-Si lo haces, no me los traigas por favor, estoy de vacaciones-dijo Sofá acomoda acostada en solo sofá, leyendo corazón de bruja.

-Eso no durara mucho-

-Que aguafiestas eres - dijo Daphne pintándose las uñas de un color plateado - Ustedes dos si que son un par ¿Ustedes si pueden divertirse y nosotros no?- murmuro soplando la punta de sus dedos con una sonrisa un tanto malvada.

-¡DAPHNE!- gruño Hermione arrojando un cojín que la Slytherin apenas esquivo.

{La niña es muy asertiva} dijo Griffin entre risas.

-De cualquier modo- gruño Theo sentado en el suelo, botado a ese lugar por la misma Luna, que se la pasaba mirando a Neville con una mueca en la boca y haciendo pequeños muñecos de tela solo moviendo la varita. - Ya nos hemos defendidos solos… creo que estaremos bien-

-¿Alguna vez te han dicho que eres algo molesto?-pregunto Neville enfrascado en un juego de cartas explosivas con Ron y Colin, el cual ya tenia la cara llena de tinta. -Todo estará bien Harry, nos has enseñado casi todo lo que sabemos-

-Neville tiene razón- dijo Luna, desviando la mirada antes de que se percatara Neville, con su concentración completa el numero de muñecos que se formaban solos se duplicaron- Ve tranquilo estaremos aquí cuando regreses-

Harry se rio, para luego volver a besar a Hermione y dirigirse a la salida, pasando de lado a Draco y Ginny, ambos charlando de quidditch, o mejor dicho Ginny hablando y Draco solo moviendo la cabeza. Cada día Ron parecía mejor con que su hermana hablara con Draco, sin embargo no dudaba que tuviera que intervenir alguna vez para evitar que se mataran entre ellos.

Piccadilly Circus era una intersección de calles y un espacio público del West End de Londres, con edificios históricos y gente siempre entrando y saliendo del metro, también muchos se reunían alrededor de la fuente. Harry no paraba de mirar al ángel de la fuente, parado sobe una y pierna y desnudo, con arco y flecha. Le recordaba a cupido y también a gnomo que Fred y George colocaron en el árbol de navidad hacia tiempo.

Tomo asiento en los escalones, vestido de auror y con la cara cubierta con una nueva mascara, mas los muggles de alrededor no parecían preocupado de un hombre sentado con una marcara y una gabardina peculiar. Pasaban sin notarlo y la verdad es que estaba lanzando hechizos "confundus" a cada uno que se acercara a su persona, no era cansado pero si tedioso.

Paso un largo rato sentado, frotándose las manos, nervioso y ansioso de que llegaran los contactos.

Observo pasar a personas bastante bien vestidas, también como otros que salían a alguna fiesta o que ya estaban mas que tomados, incluso los autobuses y los carros pasaban sin mucha prisa para el, aunque al ser un cruce era bastante movimiento el que surgía. Pasaron un par de patrullas y tal vez era el entrenamiento muggle o los sentidos del patrullero, pero por un minuto lo miraron hasta que Harry les lanzo el hechizo, luego de un momento se fueron.

Estaba tentado a irse y ves si todo estaba bien con Pendragon, sin embargo aparecieron como fantasmas, no había magia de desaparición y tampoco un traslador, era como si solo no hubiera percibido su magia. Cosa que le puso alerta. Un chico de no mas de 20 vestidos de cuero negro, con el pelo estilo punk(el chico) y la chica de 16, con un vestido floreado y de coletas. Muy diferentes uno de otro. Se acercaron sin temor alguno y a menos de dos metros le observaron.

-De tal forma que el ministerio nos necesita- dijo el chico sonando hostil.

-Hermano, no seas grosero, sera nuestro invitado esta noche- rio la chica bastante y luego se lamió los labios. -Esta noche… sera un buen banquete-

Se levanto y estiro la mano, esperando que todo fuera como con los hombres lobos - Es un gusto conocerlos - Por un buen rato le miraron.

Ambos sonrieron bastante, mostrando grandes colmillos, puntiagudos y que llamaban la atención de inmediato. Pero en lugar de estrechar la mano, la hizo aun lado y se coloco cara a cara, o mejor dicho le tomo del cuello y levanto los diez centimetros del suelo que le faltaban para tener la misma altura.

-No creas que por tener el puesto nuevo, tu puedes hacer lo que quieras- dijo el chico antes de parecer sediento – No somos de quienes seguiremos al ministerio, tenemos nuestra propia mentalidad y si tu o tu gente quiere intimidarnos… tienen que aprender que nuestra sed de sangre es mas grande que todos ustedes-

No se movió, al contrario solo se quedo quieto, dejando que su magia se descontrolara un poco y fluyera fuera de su cuerpo con todo su aura. Le soltó tan de repente y salto hacia atrás con tanta fuerza que tomo el doble de distancia que su hermana, el sudor comenzó a cubrir su frente y su mirada era nerviosa. Solo se acomodo la camisa y la gabardina regresando su aura antes de que los muggles se dieran cuenta y comenzaran a mirar hacia donde se encontraban ellos.

-¿Que eres tu?- pregunto con voz baja.

-¿Que sucede hermano?- pregunto la chica reuniéndose junto a su hermano.

-Me dijiste que su sed de sangre es insaciable, pues ...- dijo Harry intentando pensar en una buena frase que decir y dejando un espacio dramático, el cual tal vez fuera mejor si no sonaran claxon de coches al fondo- … yo tal vez tenga una buena propuesta para cambiar eso. Y díganme ¿Son ustedes los lideres de los vampiros? -

Ambos se miraron un segundo para luego negar, se encontraron recelosos por Harry y luego de un momento agitaron su mano para llevarlo por las calles de londres. Claro que caminaban como si no hubiera gente, encontrando huecos entre las personas, rosando los coches al pasar la calle y casi flotando, aunque caminaban a un paso demasiado rápido. Si Harry no hubiera estado concentrado en que su presencia no fuera notada por nadie, y que aquellos que le volteaban a ver obtuvieran un hechizo, el paso hubiera sido moderado, sin embargo casi los pierde dos veces en un cruce y apenas lo alcanzo en Baker Street.

-Hey miren… el 221 ¿Es el numero de ...-

-Lo sabemos- dijeron ambos dejándolo atrás sin siquiera mirarlo.

Hasta casi parecía turista Harry, era cierto que vivia en londres y que un par de veces los Dursley lo sacaron en su coche, pero nunca a pasear y la mayoria de veces se conformo con ver desde afuera. Ahora no tenia tiempo para visitar aquellos lugares que tanto le picaban la curiosidad de niño, no el tenia una guerra en progreso y nada de eso cambiaría por ir a visitar puntos importantes de la ciudad. ¿O tal vez si? Se pregunto al llegar al Outer sir. Y miro los magníficos edificios, sin embargo aquellos hermanos fueron directo hacia un muro de matorral, detrás detonaban una glicinia y un abeto, solo movieron las manos y las ramas lo engulleron. Regents Park estaba desierto a esas horas de la noche y aun así lucia un buen lugar para pasar la noche, hacer un campamento, prender una hoguera y disfrutar de la naturaleza. Mantuvo el paso de aquellos hermanos que lo dirigieron justo al centro del parque.

Cruzaron todo el camino sin hablar y sin siquiera hacer ruido, hasta que llegaron al su este del Queen mary's rose garden, en un pequeño puente de madera, detrás una pequeña caída de agua y esta pasaba bajo sus pies hasta el lagito, y enfrente de el una isla nada interesante.

-Asegurate de no tocarlo y de no ver sus colmillos, eso es grosero-le susurro la chica a su espalda y se volvió a reír.

El chico nada mas salto la barandilla y pisando en las piedras llego una mucho mas grande y que bien podría entrar dos personas paradas sin problema. Se mordió el costado de la muñeca y un flujo de sangre comenzó a brotar, esta salpico la piedra y el agua calmada comenzó a girar en círculos y creo un remolino grande.

-¿Viene o no?-pregunto la chica saltando en las piedras y llegando a la de su hermano.

Sin dudas los vampiros tenia magia poderosa, ya que Harry miro como la herida abierta de el chico comenzó a cerrarse, una curación natural pero a un paso acelerado. Ambos hermanos no dudaron, saltaron dentro del embudo de agua y Harry llego a la piedra sin dudar. Aun recordaba su viaje del retrete de ministerio y no pudo evitarlo comparar, solo esperaba que estaba vez no quisieran romperle la cabeza. Se lanzo al agua y sintió como le salpicaba la cara de agua helada, la rompa empapada y como si se deslizaba por enorme tubo cristal.

Lo primero que le llamo la atención era que el lugar era ruidoso, la música subió de volumen y la gente de su alrededor bailaba. Se encontró parado en la entrada de lo que parecía una discoteca, con un montón de vampiros bailando y divirtiéndose. Apenas escuchaba, pero era claro que nadie de ahí le importaba ni un poco lo que pasaba, miro hacia el techo descubriendo que había pequeñas luces cambiantes de colores por todo el lugar, parecía el firmamento, pero luego de estudiarlo durante años supo que no era, debía ser algún tipo de piedras lumínicas que cubrían el lugar.

Observo alrededor buscando a quien lo guiaba, sin embargo solo encontró a un par de parejas besándose con mucha pasión y otros que ingerían algo escarlata de largas botellas. Solo por un momento se sobo el cuello esperando no salir con menos sangre o mordido. Aunque el pequeño viaje ya le había dejado la ropa húmeda.

A dos metros la chica le grito algo, pero no la escuchaba por el intenso barullo que le llegaba y sintio una mano tocando su hombro. Apenas giro y miro a un hombre de casi dos metros de algo y bastante fuerte que le guiño el ojo y sonrió. Dijo algo, y aun a estar pegado a su lado no escucho nada. Pero le pareció algo como "Vienes solo ¿Quieres algo de compañía?"

Solo negó siendo cordial, mas un momento después el chico que le guio estaba ahí junto a el, empujando al hombre y mirándolo con demasiada agresividad. Y sin esperar un momento lo empujo para que comenzara a caminar, Harry solo siguió sus indicaciones cruzando el mar de personas.

Tal vez fuera algo nuevo para Harry, estar en una lugar con cientos de personas(vampiros) bailando y bebiendo (lo que podría ser sangre fresca), pero lo que mas le hacia fruncir la nariz era el olor del lugar, parecía mucho a los sosos perfumes que Vernon le compraba a su tía. Y las luces del lugar cada vez eran mas tenues, al punto que solo ya veía brazos y cabezas por cualquier lado, incluso notaba como las cosas se empezaban a poner algo raras. Esta seguro que en el mismo lugar había dos o tres troll, y que un duende semi desnudo estaba siendo pasado por encima de la multitud como balón de playa.

Apenas sintió cuando llegaron a unas puertas blancas, con un letrero dorado y llamativo que decid "No pase si no tiene 4 litros o mas" Tal vez un chiste entre ellos, pero a Harry lo que le pareció fue una advertencia de que podía salir sin ese liquido rojo que corría por sus venas.

La chica procedió ha hacer lo mismo que su hermano para entrar y se mordió el costado de la muñeca, abriendo dos huequecitos con sus colmillos y con ella toco el letrero. La puerta tembló como si saboreara la sangre y luego soltó un gemido, o tal vez fue alguien detrás de Harry, pero el paso quedo libre.

Adentro perecía un mundo diferente, era un salón de te, múltiples mesas de acero, con piso de madera y un ventanal que daba a un hermoso jardín y un día soleado. Incluso la música se silencio por completo. Y en medio, sentado en la única mesa ocupada, un hombre vestido de traje formal azul marino una camisa y corbata moradas. Podría tener quizá 200 y aun así parecía un hombre de entre 30 a 40. Bebía de una taza leyendo el periódico, casi le parecía sacado de una vieja película, de esas que le gustaban a la señora Fig, donde los caballeros eran formales a toda hora.

A su lado alejados del hombre, otros dos estaban vestidos menos formales, con camisa de manga larga y tirantes.

-No suelo tener invitados del ministerio- comenzó el hombre dejando su taza y continuando con el periódico- pero creo se suele presentar primero el que llega de visita, ya que esta es mi residencia, joven-

-Buenas noche señor, mi nombre es...- comenzó Harry dando una leve inclinación.

-Ellos dos son parte de mi circulo mas cercano de allegados- interrumpió mirándolo y sonriendo cordial.

{No es mas grosero interrumpir que no presentarse} dijo Reve enfuruñada.

Sus ojos grises casi lo escanearon por completo incluso sintió una magia intentando entrar a su mente, sin embargo lo mas sorprendente y destacable eran sus colmillos del doble de largo de aquellos jóvenes, tanto que estaba seguro que sobrepasaban el tamaño de los inferiores.

- Le presento a Eldred Worple y Sanguini, ambos unos buenos colegas y demasiado interesados en que esta reunión sucediera - Continuo doblando el periódico y dejándolo en la mesa -Espero que mis hijos, Noa y Lia, fueran cordiales con ustedes, siempre les digo que sus modales pueden mejorar, pero ya conoce a los chicos de hoy en día ¿Cierto? Señor Potter-

La pesadez que callo en su estomago fue diez veces la que esperaba que sucediera, sin embargo ninguno de los cinco presentes dijo ni se movió y solo sonrieron con los colmillos afuera. Se quito la mascara y miro a aquel que conocía su identidad.

-Es un placer conocerlo- dijo Harry y contra todo lo que le dijo Noa y su lógica extendió la mano dejándola a hacia el hombre.

{Tiene sentidos muy elevados, tienes que tener cuidado Harry} advirtió Sly pero por alguna razón sus maestros no sonaban nada nerviosos. Racionaron apretando los puños sus hijos, si embargo su padre se rio y la estrecho.

{Cuidado con el tacto de los vampiros, algunos pueden enviar ilusiones o sentimientos} comenzó Nimue, sin embargo fue tarde.

Se vieron por un momento y fue entonces cuando sintió como la magia del hombre le mostraba algo, como si una enorme oleada de sangre llenara la habitación y comenzara asfixiarlo, mas no se dejo llevar y expulso su magia también. Antes de darse cuenta Noa, Lia, Sangini y Eldred estaban en el suelo jadeando buscando aire y con la frente llena de sudor.

{Aunque esa es una buena forma de contrarrestarlo mi niño} declaro Sly y soltó un subdivido, o lo que pareció.

{Lo aprendí de ustedes} dijo Harry calmando su magia.

-Que magia tan bestial-dijo el hombre con la mano temblorosa- en mis 135 años de vida… jamas he conocido a alquilen que pueda aguantar mi sed de sangre… y tu… joven Potter… tienes… el aura de un dragón que podría acabar con todo-

-O proteger a todos-dijo Harry soltándole la mano. -Señor….-

-Edward Blooth, y se muy bien para que va venido míster Potter- dijo con cierto acento que delataba que tenia un cierto toque francés -Y los vampiros no tomas partido en las guerras de los magos, lamento darle esta negativa, pero somos neutrales -

{Bastante razonable luego de lo que han pasado} Dijo Huffy aunque muy atenta.

Harry miro como Noa y Lia se levantaban aun bastante afectados y aun así a su padre no parecía importarle.

-En esta guerra todos debemos tomar un partido por que Voldemort no tendrá piedad con nadie-dijo Harry suspirando- Mi escuela...-

-Pendragon ¿Cierto?- volvió a interrumpir Edward tomando la tetera de en medio de la mesa y vaciando el contenido en dos tazas, una de las cuales la puso a lado de una de las sillas en la misma mesa.

-¡PADRE!- soltó Noa aun jadeando y mirando con enojo como Harry tomaba asiento.

-Acaso no lo has sentido hijo, mister Potter tiene bastante magia… incluso para rivalizar con tu anciano padre- dijo Edward dándole una cálida sonrisa, aunque el vello de la nuca de Harry se erizo – No debemos enemistarnos si podemos ser cordiales con nuestro invitado ¿No cree joven?-

Harry asintió y llevo la taza a los labios, esperando que fuera una sola taza de normal y corriente. Lo cual parecía mas bien un café negro, bastante cargado.

-Mi escuela parecerá pequeña...-

-Tal vez ahora- dijo Edward colocando la mano bajo su mentón y sonriendo- Pero en un futuro sera una fuerza colosal de este mundo-

{De nuevo, este hombre no deja que hables} se quejo su maestra y hasta se la imagino haciendo berrinche.

-Entonces comprenderá que debemos unir fuerzas y...-

-Se que en un futuro muchas de las especies mágicas del mundo estarán reunidas en un solo lugar, se también que su colegio sera la base de una nueva era y… que la luz que surgirá de usted sera la que nos lleve a nuevos horizontes- dijo Edward suspirando- Pero los vampiros no tomamos partido, no después de la cacería que hubo milenios atrás, compartimos ese destino con los hombres lobo. Sin embargo… no solo los muggles, los no mágicos, nos cazaron también los mismos magos casi nos llevan al borde de nuestra extinción-

-Le aseguro que si formamos una alianza, eso no volverá a pasar-

{Lamento decir que eso no era sencillo, serán años o décadas antes de que eso llegue a buen termino}murmuro Merlín aburrido {Aunque yo trate con un montón de chupa sangre, la mayoría terminaron descolmillados}

Se miraron y entrelazo los dedos uniendo los indices y llevándoselo a los labios. Medito las cosas y por un momento, parecio que tenia una una nueva fuerza en Pendragon, sin embargo negó. -Lo lamento míster Potter, no dudo de su palabra, enserio creo que nos protegería y que ayudaría a nuestra raza a ser aceptada en este frio mundo, pero…. No solo tiene que convencerme a mi, tiene que convencernos a todos-

-Tengo una alianza con los hombres lobo, los gigantes, duende, centauros e incluso tengo dragones que nos ayudaran- dijo Harry sonriendo por haberse ganado la confianza y amistad de cada uno de los grupos – Si me permite demostrarle que podemos ser aliados, ser un solo mundo mágico y todos juntos pelear contra aquellos que quieran destruir la paz-

-Eso lo permitiré- dijo Edward con una sonrisa un tanto mas sincera, pero sin embargo volvió a tomar su periódico- Pero ...- Señalo el titulo "Asesor Auror Externo ¿Desaparecido" - … las cosas se demuestran con echos y no tiene buenos precedentes. Pero lo dejare demostrarme que tan bien puede proteger el mundo mágico que usted ama, gane esta guerra, lleve a Pendragon a ser reconocidos por todos y a aceptar a mis hermanos lobos. Entonces y solo entonces...-

-Ellos están a salvo y...-

-… puede venir y volverme a invitar a hacer una alianza con ustedes.- dijo Edward bastante serio -Cuando su mundo pueda vernos no como chupa sangre, entonces nosotros podremos tomar partido-

-Escuche, haré lo mejor que pueda y cada cosa que pase por mi mente para hacer mejor las relaciones mágicas, sin embargo, ahora mismo, no tengo la fuerza ni la capacidad de enfrentar contra las numerosas fuerzas de Voldemort y los necesito-dijo Harry intentando sonar lo mas calmado.

-¡Ahora nos necesitan! ¿Y cuando mataron a todos nuestros antepasados?- dijo Noa avanzando pero Edward le miro y se quedo en su sitio.

-El que admitas eso te hace no solo un líder sabio, si no un joven que conoce su lugar mejor que muchos de nosotros, los ancianos, por eso mismo te lo repito míster Potter- murmuro Edward para luego pararse y poniendo la mano en su cabeza, como si fuera un pequeño aun y por un momento se sintió así.-Cuando llegue ese momento, te respetare como a nadie mas y podremos entrelazar nuestra sangre con el fuego de tu gente. Quiero ver ese futuro donde todas esas alianzas… se vuelva hermandades, y donde unos y otros luchen mano a mano por un mundo mejor-

-¡Papi!- dijo Lia casi llorando mientras se aferraba al brazo de su hermano.

-Entiendo- dijo Harry levantándose en cuanto quito su mano y pudo notar que incluso desde esa fachada de caballero - Solo quisiera que guardara el secreto de que estoy… vivo, solo por un tiempo-

-No se preocupe joven-dio una leve risa y miro a sus hijos y a los otros dos- Son de mi mas completa confianza.-

{No tiene caso, el no dará su brazo a torcer, es… un hombre que cumple su palabra siempre}dijo Griffin sonando serio, cosa que hacia mucho no pasaba. {Dejalo, te ha dicho que en el futuro pero ahora es imposible}

Su maestro tenia razón, pero Harry sentía en sus adentros que aquel hombre confiaba, de alguna forma, en su palabra, pero que de ninguna forma aceptaría, no sin sus que pudiera demostrar lo que menciono. Y por mas que quisiera darles vuelta, aquella forma en que hablaba no le dejaba mucho por hacer, y solo podía retirarse y solo quedar con ese "tal vez" de garantía.

-Tengo una duda- dijo Harry terminando su taza de un trago y dejándola con un sonoro "plic" contra la mesa. - ¿Voldemort los intento reclutar? -

-Oh por supuesto que si- dijo Edward como si fuera un juego y incluso soltó un suspiro cansado - Vino aquí con promesas de libertad y sueños ilusos y vagos, cuando solo podía darnos mas cadenas y un derramamiento de sangre que nunca nos quitaría esta sed. Lamentablemente a muchos de mis hermanos los convenció y se fueron con el, claro que a todos ellos ahora mismo se le considera desertores y traidores. No podrán volver a poner un pie aquí-

{Genial ahora también sabemos que sus números aumentaron, ¿Sera tarde para cambiar de bando?}pregunto Merlín y por toda contestacion un grito de parte de todos sus maestros que le hizo tener un leve tic nervioso.

Mas en ese momento esta preocupado por otra cosa, Harry miro a Noa el cual era demasiado agresivo y de alguna forma parecía ser del tipo que concordaría con el mismo pensamiento Mortifagos, sin embargo parecía muy leal a su padre.

-Cuidate de ellos joven Potter- dijo Edward antes de dar una leve palmada con sus manos, la mascara de Harry se coloco en su rostro y la puerta por donde entraron se volvió a abrir. - Y no te preocupes, aquellos que siguen a Tom Marvolo Riddle han rechazado nuestra sangre, y por lo mismo su destino ya no nos incumbe. Pero eso no significa que su sola presencia entre los seguidores de ese pequeño ser oscuro no aumente su poder en batalla-

- Gracias por recibirme y … si necesita algo...- dijo Harry volviendo a extender su mano. -… solo necesita pedirlo-

-Lo se míster Potter, cuando la sangre y polvo desaparezcan, venga a verme y tomaremos otra taza de te- dijo Edward antes de volverse a sentar, abrir el periódico y rellenar su taza de te. -Por favor hijos acompáñenlo a la salida-

El viaje de regreso fue un poco diferente, rápido y sin esa tensión, solo el caminaba a lado de Noa y Lia los cuales sonreían un poco bajo la oscuridad. Llegaron al mismo punto donde cayeron por el tuvo y entonces Noa y Lia volvieron a sacar su sangre, solo que esta vez la dejaron derramar en dos diferentes tubos de ensayo que sacaron de sus ropas. Se los tendieron y con los labios murmuraron muy cerca de su oído.

- Solo por que padre confiá en ti- dijo Noa.

-Combinada con magia rúnica, puede regenera heridas difíciles en poco tiempo- dijo Lia entre risas.

Luego sintió como su cuerpo era succionado y al parpadear estaba fuera, parado en el lago y con los zapatos llenos de agua, sin contar que en su palma tenia dos tubos de ensayo llenos de sangre de vampiro.

{Es hora de regresar, tal vez con la gente del agua te vaya mejor}

{Aunque ellos son diez veces mas agresivos}

{Y necesitaras alguna forma de respirar bajo el agua por mucho, mucho, mucho tiempo}

-Genial- dijo Harry alargando la palabra- Volveré a ser un sirenito y justo mañana cuando parte el tren de Hogwarts-