Hola y muy buenas tardes caoticos y caoticas ¿Como estamos hoy en dia? Espero que muy bien. Hoy les traigo este capitulo el 101, un capitulo que estaba semi terminado hace unas horas y que acabo de terminar. Ya que no se si en las siguiente semanas mi cabeza este para escribir o publicar, por eso me apure y escribi el final, lemento si hay algo que no cuadre o que no tenga mi estilo particular. Pero tengo un problema personal que hace que no este al 100 ahora mismo, de cualquier forma esto llegara a su fin... eventualmente. Gracias por continuar leyendo y...

Como siempre, lean, disfruten, y dejen su comtario.


Los derechos de algunos personajes son de J. K. Rowling


Capítulo 101.- Reyertas de principios del fin

Aun cuando la luna estaba oculta y el campo lleno de sombras, Harry, notaba las figuras a una decena de metros. Al igual que el estaban encapuchados, ocultando su rostro y con la varita en mano. Checo a la redonda, al parecer Voldemort creía que dos docenas de Mortifagos era lo suficientes para arruinar la boda, tal vez secuestrar a otros tantos y por supuesto sembrar terror en el corazón de todos. No contaba con que el estuviera presente, y como hacerlo cuando el mundo creía que Harry Potter estaba muerto, y el que estaba adelante era el Asesor Externo del ministerio de magia.

A pesar de todo agradecía que así fuera o su familia y todos a su espalda correrían un mayor peligro. Los veinticuatro magos delante, uno a uno no sería problema alguno, pero dudaba que hicieran fila y comenzaran a atacarlo por orden de llegada. Y si se movía de su lugar, con seguridad atacarían la fiesta, cosa que no permitiría.

-Comencemos con esto, tengo que ir al ministerio y … no me gusta que Rufus me diga que llego tarde siempre…- menciono Harry relajando sus músculos y suavizando el agarre en su varita-… a pesar de que es algo que no puedo evitar. -

No se movieron, con seguridad por el hecho de que ya tenían conocimiento que tan peligroso era. Con seguridad Lucius ya había informado de sus capacidades de combate.

-No tengo tiempo para esto- gruño Harry.

En un instante avanzo con toda la fuerza que le permitieron sus piernas, acortando la distancia en un momento y encontrando al primer Mortifago.

-Los atenderé rápido y como merecen, así que disfruten-

Dio una patada directo al estómago de su adversario, mientras observaba como varios hechizos ya se movían hacia donde estaba; en cuanto sintió como el Mortifago se dobló gimiendo de dolor, se agacho al suelo y los hechizos pasaron de largo. Algunos rosaron al de un lado Mortifago creando una herida en su brazo y este soltó un alarido. Apunto a los que tenia de frente y lanzo una serie de "Desmaius", que golpearon a los cuatro que dudaron en atacar, de inmediato salto con toda su fuerza, alzándose de un solo movimiento evitando otra tanda de hechizos que dejaron la hierba seca y quemaduras justo donde estaba antes. Su salto fue tal que estaba a 3 metros sobre sus cabezas, sin embargo, no tenía claro todos los blancos, y si volaba más arriba ellos seguramente huirían.

Noto varios rayos verdes dirigiéndose a su persona, si no pudiera volar en el aire seguro daría en él, mas solo se impulsó mientras bajaban para evitarlos. Era un estorbo la máscara a veces, le quitaba visión y le hacía no tener conciencia de todo su espacio, por lo que uno de los hechizos paso rosando su máscara y dejo un rasguño a todo lo ancho.

- ¡Era nueva! -se quejó Harry tocando el lugar al momento de impactar el suelo. - ¿Creen que se dan de la tierra? ¡Cuesta pensar en un nuevo diseño y los gemelos no dan descuento después de la 3! -

- ¡ACANBENLO! -Grito uno de ellos, y todos comenzaron a lanzarle hechizos.

Se movió tan rápido que solo veía hechizos pasándole por los costados, giro la varita desviando alguno que otro que se colaba en su espacio personal y el resto solo dejaba que pasaran he impactaran contra el suelo o los mismos Mortifagos. Y pronto quedaba un poco menos de la mitad de los Mortifagos.

De verdad que no tenía el tiempo, y menos la condición, empezaba a jadear y sentía como su magia disminuya con rapidez, y la que tenía almacenada no la utilizaría, no hasta que fuera requerido. Si no hacia algo lo probable era que en el ministerio tendría muchos problemas y sus trucos tendría que ser ocupados antes de lo previsto.

Giro la varita entre sus dedos y en un suave movimiento la arrojo a su mano izquierda que la atrapo. Fijo su vista en los que tenían enfrente, mientras con la izquierda desviaba los hechizos que le lanzaban y la derecha comenzaba a preparar un viejo y antiguado hechizo. Un par de hechizos que terminaron pasando a su lado explotaron a su espalda, si no fuera por la magia de Utgar, aun activa, seguro salía hacia el frente por el impulso y le hubiera lastimado bastante. Una vez localizadas todas las magias, cerro los ojos, imaginando un círculo cubriendo toda el área.

Con su mano apunto al cielo y murmuro. -Apolito vrochí- Un trueno amarillo fue lanzado de su mano hacia al cielo y luego desapareció en un rastro verdusco.

Los Mortifagos pararon, le miraron y con sonoras risotadas le lanzaron maleficios - ¿QUÉ MIERDA DE HECHIZO ES ESO? -

-Deben cultivarse más- dijo Harry suspirando y girando su cuerpo a un lado evitando las rafas de luz morada- Lo desconocido siempre es peligroso…-

Alzo una vez más la varita y creo una sombrilla transparente. Una gota descendió del cielo y golpeo el sembradío, luego un millar comenzaron llover sobre los Mortifagos, al principio no paso nada, arrecio la lluvia al punto en que no podía ver un metro más lejos, pero aun los sentía.

Tan súbito como comenzó a caer aquella lluvia, despareció, dejando a cada Mortifago empapado y exceptuando a Harry todos lucían más molestos que heridos.

-… deben tener cuidado, si se mojan… puede darles un catarro terrible o mortal-

-Un poco de agua no nos dañara- gruño uno de ellos mientras su voz denotaba superioridad.

-Ohhh… no subestimes un poco de agua- dijo Harry bajando la varita y guardándola -el agua puede oxidar, puede cortar cosas o pulverizarlas… y también crear formaciones rocosas… como las estalagmitas y estalactitas… aunque nunca los he diferenciado-

- ¿De qué hablas? Deja de decir TONTERIAS-

Levanto la varita, pero su cuerpo parecía lento, tan lento que el tiempo parecía ralentizada. Observo las piernas de los Mortifagos, donde el agua comenzaba a tomar efecto, creando una capa de piedra que subía y se endureció con rapidez. Para cuando su mano estaba apuntando a Harry estaba casi petrificado. Era extraño ver a un montón de hombres moverse como si fueran cada vez a más cámara lenta, los Mortifagos forcejearon con su propio cuerpo y soltaban más groserías que nunca.

- ¿Cómo? -escucho decir a uno.

-Algunos hechizos fueron creados para atacar directamente, uno a uno, como en un duelo; como el petrificus totalus- dijo Harry alzando los hombros- algunos otros fueron hechos para hacer un ataque en una gran área, como la bombarda máxima… solo no son comunes por que gastan mucha magia, concentración y, si son listos y preparados, no caerían tan fácil en un obvio truco del hace medio siglo-

- ¡Avada …- comenzó el más cercano moviendo solo los labios ya!

-Por ahora deberán quedarse como lindas estatuas de jardín… luego vendré por ustedes- continuo Harry dándole la espalda para irse lejos y poder desaparecer sin problemas.

- KEDABR…- no termino, chispas brotaron de su varita, pero estas solo provocaron que se viera como sus labios estaban apretados formando una "R", se quedó quieto al igual que sus compañeros y ni parpadeaban.

-No sean inquietos, no se muevan y… recuerden esa sensación de comezón y picazón que nos llena a provocar rascarnos, no existe, todo está en su cabeza- dijo Harry con una sonrisa algo malvada.

(Nota caos: si se rascaron al leer lo anterior, cumplí con mi propósito, dejen el comentario si sintieron comezón. Si no… pues no dejen… ¿o sí?)

Con de decisión ir lo más rápido al ministerio realizo una aparición. Tal vez si lo hubiera hecho en otra hora, hubiera chocado con una barrera mágica y tal vez alzado más alarmas que provocaría tener a medio ministerio encima. Mas solo traspaso con facilidad; termino justo en el largo y ancho pasillo de chimeneas.

Saltaban a plena vista las señales de un ataque con fuerza, todas las chimeneas estaban destruidas, el fuego verde esparcido por el Atrio y la fuente estaba sin funcionar y con media "W" convertida en una "V" rara. Era bastante aterrador notar el lugar, antes bullicioso, destruido y en ruinas.

Cada cierto tanto observaba cuerpos, algunos quejándose otros sin moverse, algunos encapuchados y otros con trajes del ministerio; con o sin el uniforme de Auror e incluso solo vistiendo túnicas. Levanto la varita y, creando una voluta plateada, envió un mensaje a la medimaga Emma para que llegara con un escuadrón de medimagos.

La pared derecha escurría liquido rojo y formando un grabado con letras de treinta centímetros de altura; aquel liquido fluía como si tuviera vida y salpicaba el suelo cada tanto y decían; "LA MAGIA ES PODER"

Suspiro y lanzo con la varita una bola de fuego, de inmediato incendio las letras y dejo un rastro negruzco en donde antes resplandecía.

-Rufus necesita reforzar su seguridad- dijo Harry comenzando avanzar trotando. -Y dejar de gastar en un Atrio tan costosos-

No sentía ni escuchaba señales de batalla, tal vez llego demasiado tarde, y todo estaba terminado pensó Harry. Pero con un checheo con su magia noto que, bajo sus pies, varios pisos abajo, una batalla se estaba realizando. Y si no le fallaba la memoria y la ubicación donde estaban, el área inefable estaba siendo atacada.

-Debe ser una maldita broma- dijo Harry sobándose el cuello, si la batalla se alargaba estaría en problemas. Paso corriendo el área de checado de varitas (la cual estaba más que destrozada) y; sin detenerse atravesó las verjas a un vestíbulo más pequeño donde se formaban veinte rejas doradas que albergaban otros tantos ascensores. Entro al elevador de un tirón, cerro la reja y pulso el botón, que aun recordaba. – Y aquí vamos otra vez-

La funcionalidad del elevador estaba igual de dañado, incluso se notaba que algo paso ya que había un daño considerable en él, teniendo que ponerse de lado por qué parte del suelo estaba desprendido. Este se movió hacia abajo, giro y se fue de lado, para frenar con brusquedad y abrir las puertas de golpe.

Era el área de oficinas generales, pero su mobiliario a plena vista denotaba un dañado y los rastros de batalla considerable. Se asomo por un momento y una ráfaga verde le cruzo por la máscara y se estrelló contra un escritorio; mandando a volar todos los pergaminos, plumas y tinta.

Los causantes eran un Auror y un Mortifago. Solo a uno reconocía, ya que el otro era un Auror de Rufus; El Mortifago se carcajeaba y mantenía una batalla unilateral contra el Auror, su cara ligeramente animal contrastaba con la máscara desteñida que tenía ladeada. Sin compasión alguna lanzaba hechizo tras hechizo, provocando que su adversario trastabillara y tuviera que retroceder buscando refugio.

Harry lo tomo del hombro antes del que lo siguieran atacando y lo metió de un empujón al elevador.

- ¡Buenos tardes Yaxley! - dijo Harry tomando el lugar del Auror, pero Yaxley los ignoró. Lanzando media docena de hechizos que Harry desvió, sin moverse un milímetro, con facilidad y que destruyeron otra gran parte del lugar.

Yaxley dio una leve sonrisa, mirándolo con el mentón arriba y agresivo, aunque su constitución fuera delgaducha no dudaba de su poderosa magia. Bajo la varita desprotegiéndose, bastante seguro de sí mismo.

-Al fin… creí que estabas herido luego de tu última pelea con Lucius. Veo que no- sonrió mostrando sus dientes amarillentos y su rostro algo extasiado -Me mandaron aquí, a tomar más magia para mi lord…una basura de trabajo- escupió en el suelo- lo bueno es que me da con que desquitarme, esos conejillos no duraron nada - señalo a un costado donde se notaba un par de cuerpos sangrantes. -No creí que me tocara una verdadera presa y vienes a mi… que delicia-

Harry no había reconocido la magia de los cuerpos, ni siquiera los sentía, ya que Yaxley los había matado; y ni siquiera tenían el uniforme de Auror, eran simple empleados del ministerio.

- ¡Ten cuidado con lo que cazas, porque puede que la presa tenga colmillos más largos de los que piensas! -Rugió Harry molesto.

-Demuéstralo-

Apretó la varita y en un movimiento rápido lanzando una enorme ráfaga de aire que lanzo escritorios, parte de la estructura del edificio contra Yaxley. Se protegió apenas a tiempo para que todo golpeara contra su protección esférica alrededor del cuerpo. Con la vista obstruida Harry se apresuró entre los escombros, lanzando un par de protecciones a las presencias mágicas aun en las oficinas, además de proteger los cuerpos inertes. Alcanzo a Yaxley en un momento y sin parar lanzo otro hechizo igual, que empujo la protección del Mortifago con toda brutalidad contra el muro de piedra.

-¡ESO!-grito Yaxley aun protegido, al tiempo que el muro temblaba y la protección se carteaba -¿CUANTO ME DARA MI LORD POR TU CABEZA?-

Harry activo de nuevo la magia de Utgar y se acercó caminando con lentitud, temblando de ira. Sus labios se apretaron al estar cerca de la protección, su cuerpo se tensó y su mirada fue a los ojos de Yaxley, el cual aún parecía estar muy seguro de si, a pesar de apenas sostener su barrera mágica.

- ¡SOY UN TENIENTE DE MI LORD, Y PRONTO VERA DE LO QUE SOY CAPAS, ¡NO VOLVERA HA HACERME A UN LADO! - Grito escupiendo saliva en todas partes. - ¡NO PODRAS DEROTARLO! -

- ¿En serio? - Murmuro Harry alzando el puño y apuntando a su rostro - ¡CUENTASELO A ALGUIEN QUE LE IMPORTE! - dio un paso con tal fuerza que el suelo se partió, giro su torso y golpeo la barrera, atravesándola sin resistencia y dando un golpe directo a su nariz.

Sintió como la cara de Yaxley se pegaba a sus nudillos, como la magia de protección desaparecía y su cuerpo se comprimía e introducía un poco en el muro de piedra sólido. En el muro se dibujaron grietas hacia todas direcciones soltando polvo y piedras que cayeron por encima de ellos, además que la ráfaga de aire se disipo dejando solo un remolino de pergaminos y polvo.

Harry respiro hondo antes de despegar su puño de la cara del Mortifago, viendo como hilos de sangre caían de su nariz y cabeza. Estaba inconsciente, pero vivo aun, tal vez aún más deforme por tener la nariz de un lado. Se limpio los nudillos de la sangre y regreso al elevador.

El Auror le miraba desde adentro, tomándose el hombro y gimiendo de dolor, pero su mirada demostraba temor; no temor por lo que le paso, si no por lo que acababa de observar. Lo noto más aun cuando el alzo la mano para ayudarlo y este salto del temor.

Harry miró alrededor como si esperara que algún otro Mortifago saliera, pero nada se movió.

- ¿Puedes... aun pelear? Hay una batalla abajo... si no puedes pelear sube y esperas a los medimagos, no tardaran en llegar-

El Auror soltó una risa nerviosa asintiendo.

-Nadie en el departamento creía en ti- dijo el Auror al final, al separarse del ascensor y dar dos pasos atrás. -Es bueno saber que estas de nuestro lado-

-No, no estoy con el ministerio- dijo Harry cerrando la reja -Estoy del lado de la paz -

El Auror no supo que hacer, la reja dorada ante ellos traqueteo. Con un asentimiento y una sonrisa rara a Harry comenzó a bajar con el sonido metálico y chirriante.

Por un momento se miró la mano, aun conteniendo rastros de la sangre del Mortifago y también temblaba con fuerza, su mirada empezaba a ver rojo e igual que antes la cicatriz le ardía. El coraje le comenzaba a cubrir la frente y sentir su ojo brincar; sin contar con su magia estaba alterándose, pues el elevador aumento la velocidad y por un momento se sacudió tan fuerte que pareció salirse de su rumbo.

No había ocupado más magia de la que creía necesaria, pero aun así estaba bastante agotado y si abajo era un campo de batalla no podría hacer mucho más.

En ese momento el ascensor saltó y se detuvo, chisporroteo el techo y una voz femenina e incorpórea, con cierto ruido ronco dijo -Nivel cuatro, Departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas, que incluye las Divisiones de Bestias, Seres y Espíritus, la Oficina de Coordinación de Duendes y la Agencia Consultiva de Plagas... - las rejas se abrieron de nuevo.

Miro el largo pasillo desértico antes de mirar a un mago salir de las sombras apuntándolo. No le dio ni tiempo de alzar la varita, lanzo un rayo naranja que golpeo el marco del elevador.

- ¡Demonios! -Gruño un hombre con barba gruesa y un bigote raro, con un leve temblor en las manos- ¿Qué quieres aquí? -

-Soy el Auror Externo, vengo a ayudarlos- dijo Harry alzando ambas manos y mirándolo. - No soy un Mortifago-

-ahhh… ¿No? - dijo dando una sonrisa, para luego reír y mirarlo con una mirada soberbia -Yo si-

Movió la varita frenética, lanzando múltiples hechizos. Harry solo pateo con fuerza la base del elevador, provocando sé que cediera y el callera por el cueco, y todos lo hechizos golpearon sobre su cabeza destruyendo el interior del elevador y parte de la construcción. El mago se encamino al elevador e inclinó hacia abajo, con mirada maliciosa, y grito- ¡LO MATE! ¡YO MATE AL ASESOR EXTERNO! -

-No tienes tanta suerte…- gruño Harry flotando hacia arriba convocando cadenas y envolviéndolo por completo, mientras que una ráfaga roja golpeaba el rostro del hombre –... y creme, Voldemort lo ha intentado por años y aun no tiene esa suerte-

Se apresuro a las oficinas y miro como un grupo de magos y brujas estaban inconscientes, junto con otra media docena de autores en el suelo amordazados. Al parecer el ministerio aún tenía Mortifagos entre sus filas, y lo ocuparon para conseguir más rehenes para Voldemort. Yaxley solo estaba enloquecido por alguna razón, pero aquel mago barbón estaba cumpliendo su misión encomendada.

-Enervate- conjuro Harry hacia los Aurores que se despertaron y en un movimiento de varita los libero. Apretó el botón de otro ascensor, pero no era para él- Lleven a los civiles a los pisos superiores, los medimagos vienen en camino y algunas personas requieren ayuda en el piso 6, si pueden ayudar vayan, de lo contrario busquen ayuda en el Atrio-

Miro por el hueco del elevador y no queriendo parar en otro piso más dio un salto dentro.

El lugar era como una caverna de Gringotts, solo que esta tenía rieles en múltiples direcciones, que conducían hacia abajo, a los lados y podía ver las vibraciones que provocaba el elevador al subir o bajar. Harry se apresuró por el hueco que continuaba bajando y llenándose de tierra, de algunas sustancias mohosas. Se abrió camino aquellos túneles hasta el último hueco donde las rejas doradas estaban cerradas. Aferro con ambas manos los límites y tirando con suavidad (aun teniendo la magia de Utgar activa) las abrió de par en par.

Cuando las puertas se abrieron, salió a un pasillo de piedra iluminado con antorchas bastante diferente a los pasillos con paneles de madera de los pisos superiores. Mirando hacia la lejana la puerta que recordaba situado al lado izquierdo, que daba a un tramo de escaleras que bajaba hasta las salas del tribunal. Su destino era la puerta negra, que marcaba la entrada al Departamento de Misterios.

Parados a pocos metros, tres personas estaba de pie ante su vista. Dos de ellos inmersos en una animada conversación, como si no hubiera una batalla en el ministerio; un mago de pelo largo que vestía una magnífica túnica de negro y oro; un hombre con su máscara de Mortifago colgando de la cintura; por último, una bruja rechoncha con aspecto de sapo que llevaba un lazo de terciopelo en su corto cabello y aferraba un portafolios rosa contra su pecho.

- ¡Ah, Umbrige! -dijo el hombre pelilargo, mirando la mujer rechoncha - ¿Por qué no pensamos en ella antes de Yaxley? -

-Una pieza bastante débil y un punto que exploto con facilidad, debo añadir- dijo el otro Mortifago de brazos cruzados. - Si no la evadieran como la viruela de dragón, seguro hubieran notado que algo andaba mal-

-Es irritante, su forma de ser no ayuda en nada y su bocaza siempre le crea enemigos- dijo Harry pasando ambos brazos por los hombros de los Mortifagos- Pero nunca creí que fuera un Mortifago-

El mago vestido de negro y dorado le miro y luego al de la máscara, por un momento se quedaron quietos.

-Aquí es donde me atacan y yo les encierro-

-No somos como los demás- dijo el mago de pelo largo, con una sonrisa, al tiempo que alzaba la varita. -Sabes, con mi lord podrías tener una buena posición, ser algo más que solo la comidilla de los demás-

-Con tu poder… ser uno de sus tenientes es asegurado- dijo el otro mostrando todos sus dientes.

- ¿Eso son? ¿tenientes? - dijo Harry con auténtica sorpresa - Vaya cosa… entonces deben ser, -miro al mago de dorado - Rodolphus Lestrange -Giro la mirada y miro al de pelo corto – y Walden Macnair-

Los Mortifagos se vieron y regresaron la mirada, al tiempo que con sutileza movían las manos a sus varitas. -Únete a nosotros y tendrás lo que más deseas, fama, dinero, poder sin límites. -

-Me tientan, me tientan… fama y poder… que tentación- susurro Harry con una leve risa- Fama no busco, dinero tampoco y tampoco poder- tomo ambos hombros de los hombres-Lo que quiero es … el descenso de Lord Voldemort-

Se movieron y con un giro apuntaron el pecho de Harry el cual salto hacia adelante, usando sus cuerpos como eje, para esquivar los hechizos y girar sobre sus cabezas, con un fuerte movimiento plantarlos pies en el suelo y lanzarlos lejos en un movimiento de palanca. Sintió una ráfaga de aire caliente a su costado y fuego comenzó a quemarle la ropa.

Umbrige le miraba con ojos llenos de odio, al mismo tiempo que no contenían luz alguna. Hacía años que no veía ojos así, la última vez fue a Viktor mientras realizaban la tercera prueba.

-Finite incatatem- dijo Harry lanzando el hechizo a los ojos de la bruja.

El encantamiento golpeo entre sus ojos y sin casi resistencia, al mismo tiempo que Harry se sacudía la gabardina y apagaba las llamas por completo. Umbrige se tambaleo y trastabillo hacia atrás, parpadeo muchas veces antes de que mirara alrededor y soltara un chillido.

Harry aún no se costumbraba a su tono de voz.

-Cállate- dijo Harry mirando a ambos hombres que se levantaban en ese momento por el pasillo.

- ¡¿PERO QUE PASA?! -Pregunto Umbrige bastante alterada y apuntando la varita hacia el- ¡¿QUE HAS HECHO?!-

- ¿Qué has hecho tu? - pregunto Harry mirándola con fuerza y atento a los dos hombres - les ayudaste a entrar al ministerio y al área inefable. -

- ¿Qué? - Pregunto Umbrige parpadeando tanto que parecía mucho más ojona de lo normal - ¡NO! ¡MIENTES! ¡TU ERES EL TRAIDOR! -

Regreso la mirada y suspiro, -Nunca aprendes- La luz roja de la varita de Umbrige salió a su persona, solo levanto la mano y le regreso la magia, provocando que callera con pesadez y resonara su cabeza contra el mármol.

-Ahora, ustedes… ¿De que hablábamos? -

-Eres un grandísimo estúpido, te dimos una oportunidad única…-

-A ya me acorde- dijo Harry mirando la puerta negra de detrás -Estaba por eliminarlos de las filas de Voldemort-

Se lanzaron de frente, lanzando múltiples hechizos y esquivándolas en el estrecho pasillo, provocando que el reluciente mármol se estrellara y que pronto diminutas piezas de escombros salieran volando por todas partes.

Esquivaba lo mejor posible en el espacio tana angosto, saltando en muros y techo, girando y desviando hechizos. Se impulso con su fuerza y en giro de su varita en su mano creo un chorro de agua enorme que empezó a arrastrar a los Mortifagos hacia la puerta. Rodolphus y Macnair se dieron cuenta de inmediato el poder que llevaba, levantando una protección dejando que el agua golpeara con violencia.

-Que trucos tan baratos- rio Macnair.

Harry sonrió, apunto a su espalda y de la punta salió tanta agua que el pasillo se llenó de inmediato. Todo el pasillo, excepto Macnair y Rodolphus en su protección, el aguanto la respiración y se movió por el agua hasta la protección, donde se preparó para lanzar un puñetazo. Su mano se volvió algo azul y translucida, mientras esta comenzó a formar un enorme torbellino de agua que movía agitaba y burbujeaba a su alrededor. Harry no proyecto toda su fuerza, solo toco con los nudillos la protección y el agua se calmó de golpe, parecieron triunfantes por un momento. Al siguiente la pared mágica invisible exploto, con tal fuerza y presión que todo objeto dentro de los pasillos golpeó la puerta negra, sacándola de sus goznes y arrojándolos a donde recordaba estaban las puertas giratorias.

Adentro era una batalla, cuatro grupos se dividían en aquel circulo, y algunos incluso volaban. Hechizos pasaban de un lado a otro y escuchaba gritos e indicaciones de como atacar. Claro que los Mortifagos estaban ganando, los Aurores que intentaban proteger el lugar eran acorralado contra las puertas inefables.

El agua paso a su lado, mientras el avanzaba por la superficie negra y al mismo tiempo anulaba la magia elemental. Vio a Rodolphus y Macnair terminar más lejos, e incluso teniendo que frenar el cuerpo inconsciente de Umbrige que pasaba a su costado.

De reojo miro a Rodolphus y Macnair con el cabello mojado y furiosos agitaron su capa. Sin embargo, no fueron a atacarlo, dieron media vuelta y comenzaron a ir directo al área de objetos mágicos poderosos.

Avanzo detrás de ellos, con cada paso que daba había más y más frío: un frío que le llegaba al fondo de la garganta y le desgarraba los pulmones. Y entonces sintió ese sentimiento arrebatador de desesperación, de desesperanza, llenándolo, expandiéndose en su interior. Dos voces sonaron en su cabeza lo frenaron; una era Hermione dando un grito y el otro era la voz de su madre pidiendo que no lo atacaran.

{Dementores} pensó.

Agito la cabeza intentando regresar su concentración y por un momento observo que media centena de Dementores era lo que más requería su atención, pero el extraño frío que lo estaba invadiendo, como si estuviese sumiéndose en la niebla congelada. El agua se comenzaba a cristalizar y congelar. Se levanto observando como una veintena de Dementores se movía de lado a lado sustrayendo poder de Aurores y de vez en cuando de algún despistado Mortifago.

Alzo la varita justo a tiempo que cuatro Dementores lo atacaban, era como si los atrajera- EXPECTO …- algo en su mente le hizo cerrar la boca de golpe y morderse la lengua. Una pequeña voz en su interior, {Estas muerto} se dijo a si mismo

Si convocaba un enorme dragón en la sala, todos sabrían quién era ¿Quién más que él y Hermione tenían como patronus un dragón?

Fue tiempo suficiente para que, al parpadear, ante sus ojos vio una escena espantosa. Los cuatro Dementores, enfilados frente a su persona, con sus bocas pútridas a su alrededor, y aspirando, al mismo tiempo que el aire se llenaba de putrefacción.

Su mano tembló y por un momento tiraron de su cuerpo toda la felicidad y buenos momentos, dejándolo solo con lo peor de sus recuerdos. Su pecho dolió y la frente le ardió, como si clavaran un puñal ardiente en ambos. Que haces idiota, se dijo a si mismo dando un paso atrás y mordiéndose el labio con fuerza. Los Dementores se deslizaban de un lado a otro delante de él, enfriando su cuerpo, creando desesperanza, y dejando desesperación. Se cernieron sobre Harry como una maldición que le oscurecía todo a su alrededor y lo arrastraban al peor lugar de su mente.

Se enfoco recuerdo feliz sin fuerza, aquella vez que Hagrid le dijo que sus padres no murieron en un accidente automovilístico e intento el hechizo una vez más -Expecto Patronum- solo una flama de luz plata surgió, pero de inmediato se extinguió. Intento con otros recuerdos, pasando por su cabeza y cada vez intentando hacerlo más poderoso hasta que pudo convocar uno sin forma y solo siendo una barrera entre él y los cuatro Dementores.

Atraídos por la energía, se agruparon para luego dispersarse entre leves chillidos. Algunos Dementores se deslizaron con nueva intención de atacar, Harry recordó otra cosa con fuerza, pero sin ser lo suficientemente poderosa para crear uno patronus corpóreo. Creando los suficientes para centrarse en lo que ocurría a su alrededor.

Había perdido a Rodolphus y Macnair de vista, pero las batallas continuaban y muy pocos tenían encantamientos patronus, así que tomó la decisión más rápida. Se movió hacia delante lanzando escudos patronus para que se protegieran aquellos que no podían y concentrándose en encontrar recuerdos que fueran felices, mas no lo suficientes para convocarlos sin llamar al dragón plateado. Claro que algunos de sus Patronus tenían diminutas alitas, o cuernos, incluso vio uno con cola.

Tan rápido como podía creaba patronus y los lanzaba a donde fuera, aunque el ardor en su frente y el frio que le entumecía su cerebro le era fuerte, sin su protección habitual los Dementores le afectaban de sobremanera y solo una cosa le ayudaba a continuar. Pensar en lo magos y brujas que necesitaban su ayuda en ese momento.

Y entonces, abrupta y asombrosamente entre la multitud resonaron gritos de Rufus, que estaba peleando con medio escuadrón.

-No podrán, no pasarán, aunque mi sangre bañe mi cuerpo este día ¡NO LES DEJARE TOMAR EL MINISTERIO! -gritaba intentando mantenerse en pie. - ¡LOS MATARE MALDITA ESCORIA! - noto que un Dementor se le acercaba por la espalda afectándolo.

- ¿Eso crees? -Reía Greyback avanzando y mostrando esos enormes dientes afilados. - ¡El ministerio es nuestro! -

- ¿Sí? Pues no veo que lleves una gabardina como la mía- dijo Harry llegando resbalándose entre las piernas de Greyback, apuntándole a su feo rostro – Despídete guapo - utilizo un Depulso que sorprendió al hombre lobo y lo lanzo metros en el aire, antes de que Harry moviera la mano y una parte del suelo se alzara y lo enrollara para luego solo ser una cabeza en el muro.

- Creo que lo deje bien plantado – dijo Harry levantándose y lanzando otros dos hechizos a los Mortifagos, mientras el ministro aprovechaba para noquear al cuarto.

Giro a su espalda y casi al instante, Harry, sintió otra vez ese frio en su interior, encontrándose con el Dementor que atacaba al ministro y viendo sus manos sujetar la máscara, por un momento hasta el aire y su fuerza le abandonaron. Sus manos apretaron con fuerza la máscara, creando cuarteaduras, y observo como su boca se pegaba a ella, absorbiendo su felicidad y tal vez buscando algo más apetitoso.

- ¡EXPECTO PATROMUN! - Grito Rufus a su lado, un enorme león rugió y salió de la punta de su varita, lanzando su garras y colmillos al Dementor que no tardo nada en comenzar a retirarse.

- ¡TARDE! -jadeo Rufus mandando a su león a cazar a los demás Dementores. - ¡COMO SIEMPRE! -

-Lamento que mi atareada y dura lucha contra Voldemort me haga retrasarme … hubiera llegado antes… si no hubiera tantos pisos- murmuro Harry observando las batallas, con sus escudos de patronus los Aurores se podían defender mejor y empezaba a ser una batalla que podían ganar -Te acabo de salvar de que tuc cabeza termine sobre la chimenea de Voldemort, ¡No te quejes! -

Una ráfaga morada rozo su hombro, provocando que jadeara y se encogiera mientras de esta brotaba sangre, se hinco en un mal momento pues un nuevo hechizo verde se dirigía directo a su rostro. Harry se lanzó contra el ministro, derribándolo y rodando justo a tiempo para que el hechizo no le diera. Soltó al ministro y continúo rodando, quedando boca abajo observando a su atacante, nada más y menos que Rodolphus.

- ¡Siempre metiéndote en el camino ¿Cierto?!- pregunto Rodolphus con una mueca de asco, al momento de intentar atacar al ministro de nuevo.

Harry lanzo un hechizo que levanto el suelo y separo a Rufus de la contienda. - ¿Qué te digo? Me cae bien el viejo gruñón-

En ese preciso momento un escuadrón de Mortifagos le cerraron el paso y solo una Aurora se coló entre todos ellos. Una mujer pequeña y joven; estaba temblando de la cabeza a los pies. Su cabello oscuro estaba recogido en un rápido chongo y llevaba el traje de Auror medio quemado. Su cara estaba completamente pálida.

-Eres valiente- murmuro Harry poniéndose a su espalda- Haremos esto… solo lanza hechizos aturdidores a diestra y siniestra… no pares aun si estoy en medio-

-Pero…-

-Nada de peros ni peras…- dijo Harry girando con la varita en alto y tomando el hombro de la mujer-…no dejare que te hagan daño-

La mujer le miro y por un segundo asintió.

Como había esperado, los Mortifagos atacaron con tanta violencia que tuvo que utilizar un escudo en la chica, mientras giraba a su alrededor y revotaba hechizos a todos lados. La mujer hizo exacto lo que pidió, comenzó a agitar la varita a la desesperada lanzando Desmaius y muchos más encantamientos para alejar o noquear a sus adversarios. Harry aprovechaba pequeños momentos para redirigirlos y sorprender a los Mortifagos.

En un momento la mitad de la tanda de Mortifagos estaba noqueado o lejos. Harry observó a Rodolphus gruñendo antes de volverse a escapar mientras sus aliados caían. Al noquear al último Mortifago, la bruja paro de lanzar hechizos, cansada y jadeante. Harry ni lo pensó bajo el muro que lo separaba de Rufus y lo vio aun acostado bajo su cuerpo un charco de su sangre jadéate.

- ¡Ya está viejo, viejo! ¿Has pensado en jubilarte y comprarte una casita en la playa? – Dijo sacando un frasco de agua de su pernera y vertiéndola en su hombro, que empezó a cerrarse en cuanto dijo unas palabras -Tengo una en las Cancún que te la rento barato, barato-

-… Cállate. Kingsley, está del otro lado, tiene a un menor número peleando…- No pudo terminar su frase, chillo de dolor y se encogió. -… Ayúdalo- dijo señalando la dirección era justo donde, Rodolphus escapo y con seguridad Kingsley peleaba y necesitaba ayuda urgente.

- ¡Claro, ya se, patear costillas, romper narices y salvar tu trasero! - Dijo tomándolo y levantándolo a pesar de sus quejidos, lo coloco sobre la mujer, que aun si era pequeña lo soporto y sin dudar asintió a lo que dijo Harry – Llévatelo al Atrio, un grupo de medimagos debe de estar en ese lugar. Muy buen trabajo- miro al rostro pálido y cansado de Rufus -Súbele el sueldo, no seas tacaño-

Sin esperar nada se lanzó corriendo hacia donde Kingsley, encontrando que las pequeñas batallas y los grupos ahora se concentraban en esa puerta y que solo un grupo de 20 Aurores detenían a casi media centena de Mortifagos.

Con tanta magia ocupada no le quedaba mucho para agotarse, tenía que pensar algo y hacerlos retroceder de una vez por todas.

Un destello de luz roja; Paso por su mejilla, desequilibrándolo, partiendo la máscara y haciendo que pedacitos titilaran por el suelo. Se toco la cara de inmediato y sintiendo el borde irregular que estaba entre su labio superior y nariz. Además de la sangre que empezaba a recorrer su rostro, aun medio oculta. No tenía tiempo de cambiarla, maldijo en alto buscando de inmediato quien lo atacaba.

- ¡MALDITO TE MATARE! ¡ERES MIO! ¡TE MATARE! -

- ¡Eres o muy valiente o el más estúpido entre los estúpidos! -

El aire helado le golpeó como un viento en dirección contraria. Yaxley, sangrando, trastabillando y con la nariz aun chueca, caminaba en su dirección.

- ¡TU MALDITO CRIO DE MIERDA, VEN Y RUEGAME PIEDAD! -

-Solo ruego a una persona, y ella es mil veces más linda que tu- dijo Harry entre risas- Y recuerda, calladito te vez más… perdón, eres feo aun callado-

Intentó mover su varita para volver atacar, pero fue demasiado tarde, Harry, ya estaba lanzando otro Depulso. Un momento después solo vio su cuerpo suspendido en el aire, para estrellarse lejos. Yaxley se deslizó hasta el muro para yacer enroscado. Estaba por lanzar un incarcerus, pero la batalla continuaba y un enorme lince corrió a su lado y se adentró entre los Mortifagos, golpeando a los Dementores que aún estaban buscando presas, que retrocedieron y se fundieron de nuevo en las sombras.

La luz del lince, más poderosa y cálida que la simple protección de Harry, le quito aquel helado y sombrío sentimiento mientras cabalgaba a medio galope por la habitación.

- ¡Ehhhh, una mano por aquí! - le grito Kingsley desde el otro lado de los Mortifagos.

Entendió de inmediato que debía acabar con aquella formación e hizo lo primero que se le vino a la cabeza. Extendiendo la varita y desplegando múltiples cadenas que no tardaron en atacar cada Mortifago, amarrándolos en cuestión de segundos, aunque uno que otros quedaron libres. Y utilizando toda la magia de Utgar que aún le quedaba los jalo hacia atrás, con tal fuerza que crearon un arco y algunos golpearon contra el techo para luego terminar estrellándose contra el suelo del otro lado, por donde estuvieron antes con el ministro.

- ¿Cómo te quedo el ojo con mi mano? - dijo Harry, para luego sentir como su magia se fue casi por completo, una vez que la magia de Utgar se despejo sintió las rodillas doblarse, como termino con un brazo apoyándose en el suelo destrozado para no tener la cara contra el piso y como le faltaba aire. -Olvídalo… mal chiste-

-Vamos… ¡No desistas! -

El ardor en su frente estaba incrementado y su magia no estaba siendo suficiente para mantener su oclumancia activa. Kingsley le alcanzo en grandes zancadas y con una enorme mano le alzo.

- ¿Quién desiste? Tu desistes- gruño Harry escupiendo el polvo que le entraba a la boca, aunque nunca hubiera tenido que hacerlo si no fuera por la máscara semi destrozada. – Tráiganme al más grande, que puedo con el también –

No vieron de donde vino la voz, pero alguien grito - ¡ESTA AQUÍ! ¡YA LLEGO! ¡RETIRADA! -

Las cadenas comenzaron a hacer un ruido metálico y de la nada se agitaron con fuerza y comenzaron a tornarse de un color verdoso y explotar. No tardo en ver a los Mortifagos salir corriendo o atrayendo escobas para retirarse hacia el pasillo que conectaba con la salida, mientras Rodolphus los levantaba y les gritaba algo incomprensible.

- Eso sí que no -susurró Kingsley apretando la varita.

- ¿Se van tan rápido? Si aún no les leo sus derechos -dijo Harry poniendo una mano en el hombro de Kingsley para no caer -Además es la hora feliz… -

- ¡CUIDADO! -gritaron a sus espaldas.

Su gran compañero, ni lo pensó, le empujo con toda su fuerza volviéndolo a estrellar contra el suelo; justo a tiempo que una ráfaga de color verde golpeo donde estaban. Y una escoba, que echaba humo negro por la cola, paso volando con fuerza; Montada en ella estaba Macnair, con varita en mano y con una mirada de victoria.

- ¿De dónde viene? - Pregunto Kingsley desconcertado, pues a su espalda estaba una puerta entre abierta. A leguas se observaba que fue forzada y ahora mostraba un pasillo largo y casi interminable de muchos artefactos diferentes. - ¡MALDICIÓN, DEBEMOS ATRAPARLO! -

- ¿Tú crees? - pregunto Harry jadeando y sintiendo ahora un sabor de sangre en la boca. - Tu quédate y captura a el mayor número de Mortifagos, esos dos son míos -

-No sé qué te paso, pero no estas en tu mejor forma…-

- ¿Quieres discutir mi estado o atrapar Mortifagos? - pregunto Harry ya avanzando hacia la puerta- y no tenemos tiempo-

Miro como los Mortifagos se agolparon durante un momento en la salida, antes de que esta se ensanchara y dejara entrar a todo el gran grupo y luego comenzara a encogerse con rapidez. Los Dementores restantes, aun adentro, comenzaron a cerrarle el paso, decidió lanzar otro patronus, el cual creo una voluta de plata que se notaba con unas diminutas alas y una larga línea parecida a la cola. Aquellos Dementores se movieron hacia Harry, pero cuando el patronus llego hasta ellos los hizo retroceder, y fundiéndose con la oscuridad, dispersándose ante la luz plateada.

Salto hacia el diminuto hueco cuadrado que ya formaba la puerta, deslizándose, y con los brazos extendidos. Apenas y paso por completo cuando la pared se cerró y creo una masa sólida bloqueando el paso.

En aquel pasillo no escucho bullicio, solo ruido lejanos cosas metálicas y gritos cavernosos. Las puertas del elevador estaban abiertas y dejaba el hueco oscuro y la clara señal que no esperarían a que el ascensor mágico apareciera.

-No pierden tiempo de huir, como las cucarachas- gruño Harry antes de adentrarse en ese hueco y comenzando a subir.

Utilizo la magia de vuelo, esperando acortar camino y al mismo tiempo darle alcance, pero en aquel pequeño lugar, cubierto de metal y diferentes salidas le costaba avanzar, solo esperaba que fuera igual para los Mortifago. Como siempre, su mala suerte le pego en la cara.

Muy cerca de los sonidos, noto las presencias mágicas acumuladas en el Atrio, y se dio cuenta que había mandado a los civiles y medimagos a mismo lugar donde ahora estaban dirigiéndose lo Mortifagos. Y si aún tenían órdenes de secuestrar a más magos y brujas, les había puesto todo en bandeja de plata.

Maldijo en voz alta y se apresuró.

Ni paro de flotar cuando noto las puertas de un ascensor explotadas. Por un momento se imaginó la escena más horrible, Mortifagos atacando a medimagos y civiles, tomándolos como rehén y desapareciendo de inmediato e incluso utilizándolos para escapar.

Se mordió la mejilla interna, sin poderse creer que él los envió a aquel lugar.

Salió como bala escuchando hechizos y pelea, notando como luces intentaban dar con algún cuerpo. Mas la escena era completamente diferente de lo que pensó. Dumbledore estaba de pie frente a los civiles y Medimagos, creando una protección para todos ellos, mientras los Aurores que mando y el ministro Rufus estaban atacando a los que intentaban escapar o reforzaban la protección.

La mayoría de Mortifagos huían, pero Harry buscaba a Macnair y Rodolphus, encontrándolos volando en escoba huyendo de la pelea y acercándose al área donde podrían desaparecer.

- ¡Estos dos! - gruño Harry.

Estiro la mano Harry y convoco a las escobas, por un momento no paso nada, luego las escobas frenaron su avance poco a poco. Tanto como Macnair y Rodolphus intentaron continuar avanzando, pero estas frenaron en seco y, sin hacerle casos a quienes montaban, retrocedían con lentitud. Harry, temiendo que bajaran y huyeran a pie, giro la varita y dos sogas gruesas fueron directo a los cuellos de ambos. Los lazo y tiro de ellos, haciendo que la soga se retrajera y los arrastrara.

Miro por entre los que arrastraba que Yaxley, sangraba y tomaba su brazo derecho con fuerza, lo miro desde la distancia con odio puro, para luego desaparecer y no era el único; la mayoría de Mortifagos estaban llegando a la zona de desaparición y no tardaban nada en irse.

Pronto se le unieron los Aurores y el ministro a la batalla.

-No podemos dejar que se vayan, tienen algo del área in…- informo Harry no a tiempo.

No supo cómo Rodolphus giro y logro aferrarse al suelo menos cinco metros de tenerlo en su alcance. Le miraba con la cara roja, sonrió y murmuro - ¡Tenebrus Umbra! -

Una ráfaga de sombras comenzó a alzarse, como picos y espadas surgiendo del suelo. Cortando las sogas y soltándolos.

- ¡Hijo! -Dijo Dumbledore colocándose a su lado.

Las sombras se lanzaron contra ellos, golpeando protecciones mágicas y lanzando a varios Aurores hacia atrás, Rufus, aun herido, paro una sombra, mientras otro serpenteo a su costado y lo atravesó, perforando de lado a lado. Soltó un grito gutural antes de cerrar los ojos y caer al suelo como un saco de papás.

Todos miraron un momento, al contrario del profesor, que creo una enorme llama y las sombras perdieron fuerza.

- ¡PROTÉJALOS PROFESOR, REGRESO EN UN MOMENTO! - dijo Harry con un plan en mente.

Plan que era arriesgado, pero patrocinado por el profesor Dumbledore.

En un segundo corrió hacia las sombras que podrían hacerlo carne picada al instante, puso ambas manos sobre su rostro comenzando a encender sus brazos y pensando en aquella llama blanca que sostuvo tanto tiempo. En cuanto la primera sombra toco el fuego Harry utilizo sus manos y girándolas hacia atrás creo una esfera de fuego a su alrededor de todo su cuerpo. Varias sombras lograron atravesarla, pero con aquella intensidad de luz apenas y tenían fuerza. Un dolor punzante en su hombro surgió, mas no dejo de avanzar y buscar algo solido a lo que aferrase.

Atravesó aquel hechizo, solo para encontrarse con un brazo y a Macnair comenzando una desaparición, fue un momento, pero Harry logro apretar su brazo. Su cuerpo comenzó a girar y retorcerse, para luego caer en algún lugar muy oscuro, escucho algo moverse, un dolor agudo en el brazo le provoco dar un leve grito antes de sentir como su cuerpo se pegaba en tierra lodosa y sentir un viendo frio correr por su cuerpo.

No tardo nada en levantarse viendo que aquel lugar era un campo de cultivo, por las enormes plantas secas de alrededor.

Giro a todos lados, buscando a Macnair, sin encontrarlo. Brazas de su hechizo de fuego comenzaron a quemar a su alrededor, proyectando una débil luz, y haciendo resplandecer algo en el suelo. Una esfera plateada, del tamaño de una pelota, con varias runas diminutas, extrañas y de color dorado; y en cada punto cardinal una pequeña piedra de color.

Antes que aquel lugar se volviera un incendio, extinguió las llamas, dejando un rastro de negrura en las plantas y el olor a humo en el ambiente.

Se dejo caer en el lodo, cansado, adolorido y con la frente comenzando a arderle. Tomo la canica, pasándola entre sus dedos y sintiendo un fuerte cosquilleo, algo antiguo y con magia muy rara, le recordaba la sensación de cuando entro en Ollivander's.

- ¿Por qué te querían a ti? - pregunto Harry sin esperar respuesta, más la pequeña esfera pareció reaccionar, provocando que sus runas giraran y las piedras resplandeciera un poco y en un segundo volver a estar estática dejando surgir unas runas de color verde.

Intento traducirla, pero ciertamente no era un experto y cuando desaparecieron deseo que Hermione estuviera a su lado.

Tardo un buen rato en aquel lugar, principalmente por que la frente le estaba quemando, segundo porque estaba bastante cansado y tercera por su hombro.

Al guardar la esfera en la pernera noto una línea de sangre que recorría su palma, también el dolor y algo más que no descifraba. Se sentó un momento tomando aire frio y húmedo, mientras que sentía el ardor crecer; de su frente era soportable, más su brazo comenzaba a ser punzante. Agradecía que su gabardina fuera negra, el color de la sangre se disimulaba más. Tomo su varita cortando un poco la tela para dejar expuesto su hombro, donde se notaba una perforación circular y bastante oscura. Aún quedaban rastros de aquel maleficio en su piel; las sombras se contorsionaban hacia la herida e incluso notaba como abrían y desgarraban más piel entre más tiempo pasaba.

-Finite incatatem- murmuro.

Mas no esperaba que terminara, aquel hechizo era algo desconocido y, con seguridad, creación de Voldemort. Pensó en su hechizo más complejo para eliminar magia, pero aquello no le permitiría cerrar la herida. Tomo un momento, mirando el cielo estrellado, oliendo de humo y de hierba quemada en el aire, para luego sonreír un poco. Voldemort se estaba equivocando y eso lo aprovecharía.

-Tu turno Theo, veamos que tan bien lo has hecho- dijo Harry sustrayendo de su pernera un frasco con una opción trasparente azulada, destapo con los dientes y vertió el líquido en el hombro.

Ardió mucho, mas solo coloco la mano sobre su hombro y sintió como las sombras estaban atacando también su palma. Recito el Hechizo de compresión mientras que el líquido comenzaba a subir de nuevo por su hombro y comenzaron a adentrarse hasta crear una esfera dentro de su palma. Una vez acabado soltó un quejido y dejo caer la mano, ensangrentada y con una pequeña esfera roja negruzca en ella.

-Si dolió- gimió Harry observando su hombro nuevamente, las sombras ya no eran muchas, pero aun así las pocas que serpenteaban por su sangre y carne le provocaban daño- Ni modo- Paso la varita a su izquierda y procedió a clavarse la punta de la varita en la herida y aguantar un quejido para sus adentros.

- Kaioravio Mayevo-

Surgió un destello blanco y las sombras que se retorcían se disiparon y solo dejo una herida que supuraba sangre. Se notaba que aún no estaba recuperado, al mismo tiempo que no deseaba sacar sus mejores armas hasta que tuviera frente a frente a Voldemort. Todo era por terminar la guerra de mejor forma.

Guardo la esfera en su bolsa de pociones e hizo una desaparición y llego justo al mismo punto donde antes estaba.

Miro a Rufus tendido y siendo atendido por medimagos, a Dumbledore hablando con los civiles, Kingsley y otro escuadrón avanzando a un grupo encapuchado y arrestado. Por lo menos una docena de Mortifagos habían caído.

- ¡He ¿Todo bien? - le pregunto un Auror que pasaba a su costado, Harry solo sintió. Camino a Dumbledore y este se aseguró de que no los escucharan.

Su brazo y cabeza ardían, aun así, no se dejó vencer por aquello. Observo un momento, notando la sangre negruzca en su gabardina, pero no le prestó atención.

-Lamento la tardanza, estaba llegando a la madriguera cuando note unas estatuas que me llamaron la atención, me entro curiosidad y me di cuenta de que eran en realidad- dijo Dumbledore peinándose la barba- Antes de entrar me encontré a la señorita Granger, me informo que te llamaron de emergencia y vine de inmediato. Llegue junto a los medimagos, estaba por ir a los pisos inferiores cuando comenzaron a aparecer huyendo. Seguramente de ti-

-Querían algo- dijo Harry estaba por contar todo, pero Kingsley apareció y le miro.

-Por poco nos derrotan, si no fuera por ti, atacaste desde la retaguardia y eso fue clave- dijo el hombre de tes oscura, sonriéndole y palmeándole la espalda. Tuvo que callar un quejido de dolor, puesto su brazo se movió y una punzada surgió de su hombro -Aun no entiendo como lograron romper la barrera, gracias a que Rufus coloco varias protecciones más en el Atrio y en los pisos inferiores no fue peor. -

-Fue Umbrige- suspiro Harry observando sus rostros se sorprendían de verdad. Se tocó mejilla sintiendo algo de picazón, tenía el corte que ni presto atención, pero ahora tranquilo notaba el calor y viscosidad de su propia sangre.

- ¿Umbrige? - preguntaron ambos asombrados.

-Bajo un imperio, pero… ella… incluso me culpo de esto cuando le quite el hechizo. Deben de investigarla y checar bien de qué lado esta- dijo Harry serio -Además de quitarle todos sus privilegios, no queremos que la ocupen de nuevo contra el ministerio o cualquiera de nosotros, si fuera yo la saco del ministerio… pero ese no es mi trabajo-

-El ministro estará fuera del público por un tiempo, sus heridas son graves. Más antes decidió que en caso de emergencia… yo sería el ministro provisional- dijo aquello ultimo como si la idea no le fuera de su agrado, torciendo la boca y frunciendo el entrecejo.

- ¿Felicidades? - dijo Harry alzando una ceja- ¿Señor ministro provisional? - se inclinó un poco y rio -Aunque tal vez podamos enviar en un retiro completo a Rufus-

-Al principio el Wizengamot no quiso- dijo Dumbledore suspirando -Esos viejos tontos querían que yo lo sucediera, pero el puesto nunca ha sido para mí y además ya estoy muy viejo, por eso yo y Rufus apoyamos a Kingsley, un joven con experiencia, poderoso y bastante capas mago-

-No me siento aun capas, solo espero que Rufus se recupere pronto- dijo Kingsley algo abochornado por las palabras de Dumbledore.

-Nadie está listo nunca para nada, solo veras que estabas listos una vez que ya lleves tiempo en el puesto- dijo Dumbledore sonriendo como abuelo.

-Por lo mientras quiero sellar este lugar, nadie entra y saldrá en un tiempo, además de que revisare a cada mago y bruja en busca de control o marcas de Mortifago. Pero también quiero su apoyo, porque ahora… el ministerio estará en la mira publica- continuo Kingsley sobando su mejilla, donde un moretón comenzaba a hincharse - No creo que el ministerio soporte otro ataque de esta magnitud-

-Creo que lo mejor es… por ahora dar la versión original a la prensa, entre más cristalino seamos, ellos menos podrán atacarnos- dijo Dumbledore mirando como varios magos llegaban al lugar, entre ellos muchos periodistas del profeta.

La punzada en su frente se juntó a la del hombro y algo se revolvió en su estómago, mientras miraba a los periodistas. No quería enfrentarlos, no cuando de verdad estaba ya harto de ocultar su identidad y al mismo tiempo agotado físicamente, sin contar con su estado mental. Sin chocolate, el ataque de los Dementores lo dejaba vulnerable y junto con la ira de Voldemort creciendo, le estaba siendo arrollador mantenerse concentrado.

-Necesito irme, me esperan en la madriguera, además Mione me reprenderá si alguien descubre quien soy y la verdad no quiero lidiar con ellos…- dijo Harry suspirando y señalando a los periodistas que no paraban de escribir con vuelapluma y tomar fotos-... no hasta que sea necesario-

Kingsley le miro, por un momento pensó que daría una negativa, más asintió-…Bien, puedes marcharte, me encargare de ellos; pero antes de que te marches dime ¿Qué fue lo que Macnair se llevó? - pregunto Kingsley con seriedad.

Paso la pequeña esfera de su mano derecha a la izquierda y, Harry, mostro la pequeña esfera, donde ambos magos la observaron y parecieron consternados.

-Eso no tiene un sentido, no se ha descubierto para que funciona… - dijo Kingsley algo confundido. -… a menos que ellos tengan una idea-

-Es un antiguo artefacto, se cree que de la era de Merlín- dijo Dumbledore y paso sus ojos a Harry, el cual estaba haciendo una cara de sorpresa; puesto si ese objeto lo conocía Merlín tal vez descubriría porque lo querían los Mortifagos.

-Aquí tiene señor ministro- dijo Harry extendiéndosela- Si Voldemort quiere esto no es para nada bueno, póngalo donde jamás lo encuentre. -

Por un momento Kingsley la sostuvo y miro con curiosidad, luego se la regreso.

-Si te la quitara la pondría en peligro, el único lugar donde no la encontrará será contigo- dijo para luego pasarse la mano por la túnica cubierta de polvo, puesto los periodistas se acercaban, y los destellos cámaras comenzaban a fotografiar en su dirección. -Por ahora está bajo tu custodia, no la pierdas y si logras descubrir algo de ella, avísame-

-Claro ministro- dijo Harry con una nueva mirada sobre el Auror, no solo porque la fuerza que demostraba, la inteligencia que tenía era mucho más de los que demostraron sus predecesores.

-Harry discúlpame con los Weasley y Delacour, no poder regresar a la boda y no creo llegar, ayudare a Kingsley a limpiar este lugar- dijo Dumbledore suspirando, quitando el sombrero y peinándose hacia atrás -Y tú debes descansar bien, note que no diste todo tu potencial-

-No me lo recuerde- gruño Harry. -Y en cuanto a los Mortifagos en la madriguera… les enviare un mensaje para que un escuadrón acuda a arrestarlos-

Empezaron a llegar los periodistas, Kingsley por un momento se puso delante de él cubriéndolo de la decena de luces de las cámaras. Se giro para desaparecer, viendo a los medimagos correr entre filas de personas que sangraban y se quejaban de dolor, y del otro lado a Aurores y magos del ministerio colocando filas de cuerpos, con mantas blancas sobre de ellos.

La imagen le mareo, le pareció estar en otro lugar, pues hasta entonces noto el aroma de la sangre en todo el lugar, aquellos sonidos de gritos, los gemidos de dolor, las voces desesperadas e incluso el dolor que había en ese preciso momento.

Solo desapareció, queriendo alejarse lo más posible del ministerio.

Al llegar a la Madriguera el camino estaba algo húmedo, miro a su alrededor y no pudo evitar una palabrota cuando noto que los Mortifagos petrificados ya no estaban. Ni uno solo había dejado huella de en qué dirección se dirigieron.

Aun así, camino sin problema hasta la verja, de paso lanzando el mensaje a Kingsley y Dumbledore de que los Mortifagos escaparon.

La música adentro sonaba bajo, como si ahora la fiesta fuera más personal. Harry llego a la lona donde antes espero a los invitados y tomo asiento, con las protecciones mágicas, no podía entrar si era recibido como invitado, cosa que no pasaría hasta que alguien saliera. Y si alguien de adentro no era parte de los que conocían su identidad, podía ser malo si aparecía solo así porque sí, de tal forma que espero.

{Harry, ¿Esta todo bien? Te siento muy cerca} pregunto la voz de Hermione en su cabeza.

{Mione} llamo Harry {he regresado, estoy afuera}

{Amor ¿Todo bien?}su voz era calmante para sus adentros, pero notaba aquella duda por el dolor que seguramente le trasmitió al tener el hombro con una herida y la cabeza volviéndose fuego {¿Estas herido?}

{No tanto} dijo Harry suspirando {Rufus salió muy lastimado, muchos civiles y Aurores también, algunos murieron} informo con una voz más baja.

La verja se abrió, mostrando el interior, donde Hermione, Lupin y Sirius les esperaba. Lupin le apunto con la varita, al tiempo que el pasaba- ¿En qué fecha Harry Potter retorno? -

Harry no le prestó atención, guardo la gabardina y miraba a Hermione, quien sin dudarlo le dio un beso. Luego tomo la varita de Lupin y dijo - En diciembre… Y no molestes que no estoy de ánimo-

Adentro todo estaba bastante tranquilo, los invitados ya no estaban, solo quedaba la música, las mesas vacías y sucias, las cosas desarregladas y solo su pequeño grupo de amigos y familia sentados alrededor de una gran mesa. Incluso miro a Billy y Fleur ambos aun enfundados en su traje de gala y vestido de novia.

- ¿Qué tal te fue hermano? Hermione nos dijo que el ministerio sufrió un ataque- dijo Ron tranquilo, sentado y comiendo como si no lo hubiera hecho en el día.

- ¿Todo bien Harry? - pregunto la señora Weasley y el señor Weasley - No saliste herido ¿Cierto? -

-La mayoría se fue luego de enterarse del ataque pensando que estaban en peligro o los Mortifagos se acercaban. Nos preocupamos cuando nos dimos cuenta que no estabas hermano. Tuvimos que enviar a los ebrios con Charlie, Percy y los gemelos porque estábamos seguros que no llegarían a sus casas. Y apenas cuando logramos dejar a Hagrid en su tienda dormido, el resto de invitados se marcharon- dijo Bill con la mano entrelazada a su esposa. - ¿Por qué no avisaste? Pudimos ser de ayuda-

-Pedí un permiso para la boda, debí de estar de guardia para ayudarte Harry. - dijo Tonks con su color usual y cambiada; con su chaqueta del uniforme aun lado en la silla, como si esperara que le llamaran en cualquier momento.

-No seas tan imprudente, para algo estamos todos aquí- dijo Theo sin la capa y con la camisa medio abierta, incluso mostrando labial en el cuello y labios.

-Déjenlo respirar, vamos que seguro quiere algo de tomar- dijo Sirius pasándole una botella de color rojo.

-Aún es menor- comenzó Lupin, a lo que Tamara, quien se encontraba sentada y a su lado le tiro de la capa para que se sentara a lado de Tonks.

Ni lo pensó, se llevó la botella a la boca y tomo un trago, aquello le calentó la garganta y el cuerpo en segundos, era fuerte, provoco que tosiera y sintiera algo de fuego pasarle por el cuello. Mas aquella sensación fue algo que le hizo sentir que no estaba en el campo de batalla; parecía que pasaron días, y tan solo había sido unas horas, las cuales fueron minutos de verdadera pelea.

Se le hacía raro en que Daira, Marlow e incluso Hedwig no fueran a recibirlo, pero con un chequeo de su magia supo que ya dormían en la casa. Junto a los Delacour, que con seguridad llevaron a Gabrielle a que descansara. Tal vez por el exceso de comida o por la bebida, incluso podría ser el día agotador, pero le alegro saber que por ahora ellos tenían esa tranquilidad.

Tomo un segundo trago antes de sentarse en una silla ofrecida por Daphne, y de inmediato apareció Sofí, con un pequeño maletín azul.

-Déjame revisarte- dijo justo al momento de que el suspiraba. -Te necesitamos bien, y no luces bien. - Abrió la boca para negar, pero fue más rápida- ¡Replícame y te petrificare! -

Hermione se acercó, y le tomo la máscara que hasta ese momento ni se percató que aun la tenía, la quito con suavidad y descubrió su vista. Le acaricio la mejilla y sonrió. A la nueva luz sus ojos se entren cerraron, los notaba calientes y cansados, y pronto lograron enfocar mejor. Notando que cada uno estaba curioso y atento de su persona.

-El ministerio no está bien, sufrió un gran daño…- dijo Harry pasándose los dedos por el puente de la nariz-… pero logramos repeler a los Mortifagos, capturamos algunos e incluso impedimos que obtuvieran algo que querían. Pero no resistiremos de esta forma, están avanzando, sus jugadas son más … despiadadas… atrevidas. Ya no tienen miedo de mostrarse -

-Pego Dumblegdoge se pegcento a la batalla ¿Ciegto?- dijo Fleur abrazada a su ahora esposo.

-Si, en parte creo que ganamos por el… los Mortifagos dieron retirada en cuanto se percataron que estaba en la batalla- dijo Harry sintiendo alivio por la repentina acción de su hermana, Sofí ponía una crema pastosa y naranja en su mejilla cortada. -Lamenta no venir, está… ocupado … arreglando todo el desastre-

-Eso no importa cariño- dijo la señora Weasley caminando alrededor, haciendo flotar varias cosas al mismo tiempo que un plato con pastel de chocolate y un tarro de hidromiel se colocaban enfrente -Debes estar agotado y necesitas comer-

Harry miro el plato y sonrió, más no pudo ni comenzar y sentía el estómago revuelto, no podría comer. Aun si sabía que el chocolate en aquel pastel le serviría mejor que la bebida. Sintió como Sofí revisaba su hombro y colocaba la misma pasta, lanzo el hechizo que curaría tanto su mejilla como hombro, por un momento todo estuvo en silencio, para luego la pelinegra mirarle con sus ojos morados confundidos. El solo negó, no quería preocupar a todos por un simple rasguño.

Torció la boca, y parecido querer delatarlo, pero suspiro y asintió.

-Mañana revisare si están bien curadas- dijo Sofí de forma muy amenazante, antes de que se alejara le tomo del brazo.

-Gracias por todo-dijo Harry sintiendo cada vez su cuerpo más raro y pesado.

-Eres mi hermano, para la próxima que te hagas el héroe… me tendrás sobre ti vigilándote - dijo Sofí para luego tomar su mano y apretar – Te quiero mucho, el cómo te dañan… y te dañas, duele-

-No solo a ti- dijo Ron que se movió a la silla a su izquierda -Somos tus amigos, tu familia y hermanos… si vas a una batalla nosotros también-

- ¡Lo se! - dijo Harry tomando la botella de Wiski y tomando su tercer trago, el calor le inundo y su cuerpo se entumió más.

- ¿Estas bien cachorro? -

- ¡Si! -

-No lo pareces Harry, estas temblando- menciono Daphne.

- ¡No! -

-Harry de verdad, tu rostro… ¿Estas enfadado? - pregunto Tonks levantándose y rodeando la mesa para acercarse - ¿Dijimos algo que te molesto? -

- ¡NO! -

Paso una de sus manos por su frente, disimulando el peinarse, puesto la cicatriz ardió con tal fuerza que pensó que le volvería papilla el cerebro. Su cuerpo se llenó de odio, con tal furia que se mordió la lengua con fuerza y se obligaba a callar. Si dijera lo que en ese momento le pasaba por la cabeza, haría grandes heridas… y la verdad es que la mayoría ni eran sus propios pensamientos.

Estaba escuchando susurros, una voz conocida y que reconocía de sus pesadillas.

- ¿Qué te sucede? Puedes decirnos, queremos ayudarte- dijo Sirius tocando su hombro.

Retiro la mano de Sirius con un fuerte golpe, mientras el resto abría los ojos y boca, pero el solo trono su cuello y sintió esa sensación de que algo saldría en su pecho. Algo que hervía de su interior y estaba a punto de estallar.

- ¿Enserio quieres que diga lo que pienso? - pregunto Harry con cierto tono hostil en su voz.

Por un momento aquel ardor en su frente bajó por su rostro, recordándole aquel mismo día que fue poseído por Voldemort, pero algo diferente estaba pasando; pues el mismo ardor, y un odio le surgía del pecho.

-Sabes que… ¡SI! - dijo la señora Weasley alterada. - ¡Si no hablas con nosotros, jamás podremos saber qué piensas! ¡No podremos ayudarte! -

{No lo hagas} dijo su propia voz en su interior.

Al mismo tiempo tomo el resto del Wiski y en unos momentos la botella estaba vacía. Esperaba que aquel ardor que entraba por su boca quemara aquellos sentimientos que pugnaban salir de su pecho, aquel dolor y resentimiento, aquellos sentimientos que suprimió por mucho tiempo. Tal vez fue el ardor de la cicatriz, el penetrante dolor en su hombro o aquella presión que se acumulaba en su corazón, pero sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y cerro sus manos en un puño con tal fuerza que se por un momento temblaron.

-Saca todo cachorro-dijo Sirius arrimando la silla muy cerca, intentando mirar sus ojos. -Es momento de que dejes que te ayudemos con la carga-

Negó, convocando otra botella de Wiski de otra mesa, y tomándola al tiempo que apretaba los labios con fuerza, dejando escapar un hilo del líquido de la comisura de su boca y esto se resolvió con el llanto de sus ojos, sin poderlo soportar lloraba.

- ¿Te hemos hecho algo Haggy?- Pregunto Fleur con lágrimas también en los ojos.- Si es así… lo escuchagemos-

- ¡Es mucho, es … todo! -murmuro Harry bajo, rechinando los dientes y dejando la botella en la mesa, vacía y con un leve rastro de sangre en la boquilla.

-Hermione ¿Nos ayudas? - pregunto Lupin suplicante y mirando a su espalda.

Harry sabía que Hermione no se había marchado de su lado, que estaba a su espalda viendo, tal vez sintiendo todo aquello que le pasaba incluso escuchando sus pensamientos internos. Pero por alguna, razón no había dicho palabra alguna y esperaba lo mismo que él.

{Harry} Escucho en su mente, sintiendo como pasaba las manos con suavidad por su espalda, sus hombros y terminaba abrazando su pecho {No contengas tus verdaderas emociones, deja que aquel resentimiento y todo lo malo fluya fuera de ti, en tu interior solo te daña más.}

{Es abrirme por completo… y no sé si pueda} dijo Harry tomando sus manos, soltando un leve jadeo y comenzando a llorar.

{Solo dilo, es ahora que todos escuchen y comprendan, como yo}

Trago con dureza asintiendo, mientras se le escapaba un jadeo y el ardor que ahora bajaba por su cuello se convino con el de su pecho. Y su mundo se comenzó a agitar de un lado a otro. Por un momento se encontró en la misma habitación fría y oscura, donde Voldemort torturaba a un golpeado Yaxley, el cual profería gritos de agonía; para luego regresar a la madriguera y ver a todos expectantes.

Apretó los puños provocando que temblaran con fuerza y agito su cabeza intentando mantenerse consciente y sacar a Voldemort de su mente. Mas Hermione tomo la iniciativa, tiro de la silla y lo alejo de la mesa, tomo sus puños y le miro.

Ella también temblaba, lloraba y notaba todo el dolor que el sentía reflejado en su prometida, incluso aquel odio que comenzaba a emanar de su interior. Volvió a ver como Voldemort lanzaba un crucio a Macnair que estaba en el aire flotando y siendo tirado por cadenas, al mismo tiempo que apuntaba con su mano a Rodolphus el cual tembló alzando las manos y diciendo algo que no escucho pues sus ojos regresaron a los de Hermione. Era claro que incluso vio aquella visión de Voldemort, porque por su rostro mostraba terror y palidez.

- ¿QUÉ LES PASA CHICOS? -pregunto la señora Weasley ya sin darse cuenta de su grito y su terror. - ¡DIGAN ALGO! -

{Lamento esto, el dolor…}

{no te disculpes Harry, estamos juntos} dijo Hermione arrojándose a sus brazos con fuerza, sentándose en sus piernas y ocultando el rostro en su cuello. {Duele mucho, déjalo fluir, deja que todo salga, por favor}

Las manos de Harry se aferraron a la espalda de Hermione, mientras ella aferraba sus manos en su cuello y continuaba ocultando su rostro. Observo a todos, sintiendo la mitad de su cuerpo entumido, como el calor ahora perforaba cada poro de su piel y con Hermione entre sus brazos, sintió un valor que nunca antes tuvo. Algo que incluso le provoco soltar todo el llanto que guardaba.

-Dinos ya ¿Qué les sucede Harry? - pregunto Lupin a la desesperada, avanzando e intentando tomarlos, pero Tonks le tomo por el brazo, la peli rosa en algún punto se puso a llorar, al igual que la mayoría en el lugar.

-Mi vida desde que recuerdo … me ha dejado marcas profundas-

Las miradas de cada uno de los presentes eran de no entender que decía, tomo mucho aire, y antes de que alguien abriera la boca o dijera algo continuo

-Mi primera memoria es de mi madre muriendo, viendo como alguien deseaba matarme sin saber por qué. Y luego mi vida con los Dursley…- cerro los ojos antes de mirar el cielo, no queriendo ver cómo reaccionarían -… siendo repudiado, golpeado y con palabras hirientes a mí, haciéndome creer en un principio que yo era el problema. Llegue a odiar este mundo por dejarme solo, por tener unos padres que no les importe ni un poco, por no tener a nadie que me tendiera su ayuda y… solo espere el momento en el cual algo pasara y me sacara de mi miseria. –

Aquellas palabras golpearon a todos de formas diferentes, parecía que no esperaban eso, como si hubieran esperado gritos y alguna contienda contra Harry, pero el que dijera aquello, se volvió algo que dejo todo en silencio. Escucho el corazón de Hermione y el suyo latiendo a pocos centímetros, antes de tomar aire y sentir una calma entrando a su cuerpo.

-Pensé en huir, Pero ¿Qué haría un huérfano en las calles de Londres? Tuve ideas en las cuales… un niño no debería pensar- murmuro Harry y sintió como Hermione se apretaba más contra su cuerpo – Incluso llegue a considerar a acudir a un orfanato yo mismo, pero ir a una familia igual o peor que los Dursley me detuvo… tenía miedo… bien dicen, más vale malo por conocido que bueno por conocer. Luego… alguien me hizo ver que servía para algo, que podía ser útil y no solo algo que tiras dentro de una alacena vieja y con olor rancio durante seis años-

- ¿Alacena? - murmuro Fleur, Tonks y Daphne.

Tomo un momento y acaricio la larga melena de Hermione, enviando aquel recuerdo que olvido por mucho tiempo. Hermione se separó un poco y le miro asombrada y una leve sonrisa apareció en ambos, y aunque aún lagrimas brotan de sus ojos, aquello le estaba haciendo bien o eso esperaba.

-Y por un momento… encontré a alguien… alguien que me demostró todo lo contrario. Me prometí y juré a mí mismo jamás tener miedo, no huir… porque comprendí que algún día tendría que ser más fuerte de lo que era en ese momento. Admito que jamás pensé que fuera un mago, solo creía que … encontraría a aquella pequeña y… la protegería como no pude en ese momento-

No les importo el que estuvieran todos, beso con suavidad a Hermione, probando un sabor salado y con sus labios húmedos, incluso el sabor del Wiski seguía presente. Mas eso se atenuaba al sentir apoyándose. Al separar sus labios algo había mejorado, sus lágrimas habían frenado. A su derecha el resto continuaban esperando.

Miro a la nada, acurrucando a Hermione en su pecho y continuo, solo diciendo lo que se le venía a la mente. -Pase cosas horribles; casi quedar atrapado en la cocina incendiándose, sufrir de insoportable frio durante noches invernarles, tener enfermedades o dolores que nadie curaba, luchar cada día para no ser golpeado e incluso enfrentarme a perros que le indicaban que me atacaran. Sin contar los castigos que acarreaba mi magia accidental, que no entendía en ese momento; pero créanme que aparecer en el techo de la cafetería de la escuela me dejo un mes solo comiendo sobras y en confinamiento solitario. Todo ello mientras las personas que se decían mi familia observaban sin mover un solo dedo. -

- ¡Malditos! - dijo Sirius a su lado, apretando sus puños tanto que sus dedos se ponían rojos.

Antes de que continuara despotricando contra los Dursley, continúo relatando o no tendría fuerza para descubrirse frente a ellos- Me pregunte. muchas veces me cuestione si los odiaba… pero la verdad es que no lo sé… no se si odie a mis padres o a mis tíos, incluso a aquellas personas que parecían conocerme de la nada y luego desaparecían. Me acostumbre tanto a mi vida en aquel hueco oscuro, a como me maltrataban, a sus palabras hirientes, aquel daño constante que … sin darme cuenta, se hizo normal, se volvió costumbre e incluso me llegue a aburrir de él. Se volvió mi mundo. Esas veces que personas que me saludaban y luego no volvía a ver, a diferentes magos que me reconocían, me … me hicieron soñar con que eran parientes lejanos … que un llegarán y me llevarán lejos Privet Drive. Rece… y observaba la calle todos los días esperando… y esperando -

- ¡DEBÍ DE ESTAR CONTIGO, YO FUI UN ESTÚPIDO…! -comenzó Sirius bajando la mirada tanto que incluso el pelo le caía por la cara y gruesas lagrimas se derramaban sobre sus pantalones.

-… hay días que me pregunto si Dumbledore tomo la decisión correcta, o si no… tal vez era lo mejor, pero…- regreso su mirada al cielo-… al final, no podemos cambiar el pasado. – Recordó aquel tercer curso y rio un poco- No sin crear fatalidades o simplemente que todo vuelva a su cauce natural por sí mismo-

-Harry, cariño… ahora tienes personas que te quieren- menciono la señora Weasley limpiándose las lágrimas con una servilleta y dando leves gimoteos. - con personas que…-

-Mi primer cumpleaños, en el que fui feliz… fue cuando Hagrid apareció derribando la puerta, diciendo que era un mago y… entregándome una tarta dura, dulce y aplastada- dijo Harry dando una sonrisa a la nada, podía notar a Hagrid durmiendo en la tienda de campaña junto al garaje, le agradecía tanto por ese cálido momento en su vida, que jamás podría pagarlo. - No dude ni un momento de ir detrás de él, alejarme de los Dursley e ir a un mundo mágico era … mi sueño hecho realidad. Saber que mis padres dieron la vida por mi… fue duro… no me alegro y tampoco me alivio, no supe cómo manejarlo. Supongo que solo lo acepte y deje que mis verdaderos pensamientos se ocultaran... en parte porque estaba viviendo cosas que jamás pensé y otra por que… no quería aceptar que aun continuaba sin saber nada de ellos. –

Suspiro profundo y acaricio la cabellera de Hermione despacio y miro a Ron.

-Conseguí mi primer amigo, mi primera amiga… personas increíbles que están en mi corazón por más de mil razones. Entre a una escuela de magia y viví aventuras junto a ellos… -

Por un momento, leves sonrisas se asomaron, al contrario de Harry que borro su sonrisa y cerró los ojos.

-Luego… nadie creyó que Voldemort buscaba la forma de regresar y tuve que verlo cara a cara. Me hizo una oferta … que me tentó por un momento-

Los ojos de todos estaban fijos en él y sus bocas estaban cerradas.

-Me prometió regresar a mis padres a la vida y poder tenerlos a mi lado-

-Eso no se puede, aun el mago más poderoso del mundo no podría traer a alguien a la vida, tal vez ponerle una pausa a la muerte… pero no revivir a alguien- dijo el señor Weasley con una cara de enojo, una que nunca le vio antes. - ¡Ese idiota manipulador! -

-Por un momento, mientras miraba los rostros de mis padres en aquel espejo… quise ayudarlo, vi una vida junto a mis padres. Luego vi los ojos de mi madre y noté que era una mentira y que… por más que quisiera no podrían traerlos a la vida. Ellos jamás regresarían. y aunque regresaran… jamás podría ser lo mismo - dijo suspirando y volviendo a ver las estrellas – Aun no terminaba de entender por qué personas a mi alrededor, que no me conocían me admiraban y querían, siendo incluso que la convivencia y estar aquí con ustedes… me resultaba extraño. El que me trataran como una persona y una celebridad, me causaba tal desconcierto que no sabía cómo comportarme. –

-Luego las cosas comenzaron a ponerse mal; la escuela me rechazo por créeme el heredero de Slytherin, Mione fue petrificada, luche contra un basilisco solo con una espada antigua y un fénix, termine envenenado… por segundos sentí la muerte viniendo a mí, el cómo que era mi fin y solo por suerte y un colmillo evite que retornara un malvado recuerdo. Cuando creí que el tercer curso sería más normal… pues resulta que el pasado me alcanza y me hace sufrir más-

Paseo la mirada entre todos, buscando las palabras precisas, pero no existía forma de hacerlo

-En ese año, los mejores amigos de mis padres aparecieron, personas que hubieran dado la vida por ellos… pero no estuvieron a mi lado, llegaron a mi cuando… ya estaba construyendo mi vida. Me imagine más de un millar de veces a Lupin llegando cuando era pequeño y llevándome lejos de los Dursley, incluso… cuando me propusiste vivir contigo, Sirius, fue algo que desee con todo fervor. Lamentablemente mi suerte ataco, Mione y yo tuvimos que hacer cosas para liberte y a Buckbeack, cosas que aún me resultan extrañas y muy… complicadas de explicar. Pero aún tenía esa esperanza de reunirme contigo y poder estar juntos-

-Yo también, sabes que lo que más quería era … pasar todo ese tiempo perdido contigo es lo que quiero- dijo Sirius sorbiendo la nariz y los ojos ya rojos.

Harry espero un momento, antes de acariciar la mejilla de Hermione y besar su frente.

-Ese año descubrí mi pasado desconocido y un futuro incierto, muchas cosas, muchas verdades y cosas que no conocía ni de mí mismo. Y llego momento que cambiaría todo, el momento en que note que una persona desde que la conocí, me ayudaba, me protegía e incluso me apoyaba en todo incondicionalmente. Claro que también me regañaba e incluso me corregía cuando estaba mal. Pero sin ella hubiera muerto varias veces. Ese bosque tenebroso siempre tendrá lugar en mis recuerdos, pues fue el primer lugar donde las sombras no lograron alcanzarme. Pero mi felicidad duro poco, aquellos momentos en que creí que mi vida solo mejoraría se complicaron… los campeones del cáliz …el parte aguas de mi historia-

-Hermano… lamento…todo- dijo Ron agachando la cabeza y poniendo ambas manos en su regazo.

-El lugar donde creí encontrar una familia, la casa de Griffindor me dio la espalda… lo que más me partido el corazón fuiste tu Ron. -Su amigo hizo el amago de volverse a disculpar, más él debía sacar todo antes de que lo volvieran a interrumpir. – Me sentí tan traicionado, tan herido que… cometí el error más grave y del cual no me perdonare nunca… pensé que si mi mejor amigo, mi hermano de armas, mi confidente ahora estaba contra mía, tal vez no merecía a Mione, porque… estuve solo, estaba volviendo a estar solo y mi futuro serio estar solo. Era yo contra lo que me sucediera y sabía que Voldemort estaba afuera buscándome y no permitiría que hiciera daño a la persona que más amaba y la única dispuesta a acompañarme a donde fuera. Como resultado, aun cuando ella aún estaba decidida a continuar a mi lado, la aparte y…- ya temblaba de nuevo recordando como Voldemort lo poseyó y torturo con ese simple recuerdo.

-Amor… -susurro Hermione acariciando rostro y haciendo que le viera, sus ojos hinchados, su cara con marcas de llanto y el cómo se mordía labio le dijeron todo.

Ellos habían hablado tanto de su vida, que la única que conocía cada parte de su historia era Mione, y más de cien veces habían discutido lo que paso en esa noche que dejo la torre de Griffindor.

-Me aleje tanto de todo y todos, me enfoque en volverme más fuerte, mi único objetivo era matar a Voldemort, terminar con él y … ver si mi vida cambiaria de esa forma- le sostuvo la mano de Hermione y sonrió un poco- Me envenene tanto de soledad, de esos días interminables de entrenamiento, de despertar y entrenar hasta desmayarme, que… me cerré más aun a mi alrededor. Pasé semanas donde no tuve contacto con nadie, solo con Dobby. Cada que estaba consciente me preguntaba si alguien me extrañaba, si se preocupaban por mi e incluso si me estarían buscando. – se supo algo incomodo recordando toda la desesperación que le llego a la guarida de Aragog y si no fuera por Amiji hubiera terminado mal – Por poco muero antes de incluso de enfrentarme a los dragones, para lo cual ya estaba más que mentalizado para la fatalidad. Agradezco a Kagura y las demás, si ellas jamás hubieran visto y recuperado a Ron y Mione… mi familia. La segunda y tercera prueba no me parecieron tan retadoras con ellos a mi lado, me sentía más seguro si ellos eran mi respaldo. Y más aún cuando ahora tenia a Pendragon que estaba impulsándome a mejorar y continuar avanzando con fuerza –

-Y luego fue el laberinto- dijo Theo que escuchaba todo con atención, sin moverse o quitar la vista de él.

-El regreso de Voldemort… si- dijo Harry sin mirar algo en conciso, recordando esa noche, los gritos, hechizos, la pelea, la muerte de Amiji, incluso podía sentir el frio que paso esa noche volando. -Nunca esperé algo así, vi como lo que conocía de Tom no era nada, su frialdad, lo despiadado y cruel que era… fue… fue algo que nunca vi en nadie. Tuve miedo, aquellos momentos… roge que todo terminara y… pudiera regresar por lo menos a advertirles. Pero papá y mamá me ayudaron a frenarlo…-

-Claro su recuerdo fue un buen impulso- dijo Bill igual de interesado que los demás.

-No. Ellos vinieron a ayudarme, me dijeron que hacer y me protegieron lo suficiente para escapar- dijo Harry sin prestar atención a las caras confundidas de Lupin y el señor Weasley -Esa noche…. aun me persigue en mis pesadillas, aún tengo esa sensación de que no he escapado y estoy atrapado por Voldemort… las semanas siguientes fueron … un tormento constante. No paraba de estar en el cementerio, pero en mis pesadillas no lograba huir, y cosas horribles pasaban. Y… otra vez estaba solo-

Lupin y Sirius se tensaron, al mismo tiempo que la señora Weasley y el señor Weasley dejaron de mirarlo.

-Dumbledore me encerró, me dejo donde menos quería estar, lidiando con el terror que se acrecentaba en mi pecho, buscando una escapatoria para mi propia mente y solo encontrando lo mismo que siempre, una habitación vacía y horas para atormentarme a mí mismo. - Murmuro notando que los grillos comenzaban a cantar y el aire cada vez se notaba más frio. Ya era tarde, y la luna comenzaba a coronar el cielo. -Acumule tanto odio, frustración, tanto asco y tedio que… simplemente mi cuerpo ya no podía con él. Una furia incontrolable me carcomía desde las entrañas, entre más pasaban los días no podía ni conmigo… y ni el cambio de los Dudley me ayudaba. -

-Era necesario… corrías peligro cariño- dijo la señora Weasley nuevamente limpiándose las lágrimas y nariz en la servilleta.

-Encerrarme y no darme información solo me ponía en más peligro- dijo Harry suspirando, no queriendo repetir la misma escena de hacía años en Grimmaul Place, algunos lo recordaron pues tragaron saliva con la cara pálida y sus ojos se llenaban de una infinita tristeza. -Querían alejarme de las situaciones hostiles, del peligro de enfrentar a Voldemort y de la posibilidad de que… lo que él vive en mi… pudiera tomar control. – sin darse cuenta había llevado una mano a la cicatriz y la acariciaba, continuaba ardiendo, pero ya era algo que soportaba -Quería hacer más, quería enfrentarlo, debía de quitarme ese miedo que implanto en mi… por que tarde o temprano sabía que lo volvería a ver. Dumbledore, ustedes mismos e incluso el no tener mis cosas… me hicieron insoportable todo… mantenerme firme fue… un milagro, todo me molestaba, cada cosa me hacía enloquecer. Me apartaron y me dejaron de lado, eso solo empeoraba mi mente, la revolvían mucho más, deje de distinguir quienes me amaban y quienes no. La línea entre enemigos y amigos se distorsiono, al punto que solo confiaba en Mione. Y aun cuando intente mantenerme de pie… llego el día en que mis desesperados deseos me consumieron, el día en que el peso de todo ese tiempo me hizo ceder y suplicar por ayuda. -

-Pero … ¿Porque no sabíamos nada de esto? - dijo Bill abriendo los ojos.

-Recapitula y veras que desde niño me enseñaron a guardar todo en mí, a sostenerlo y buscar una forma de superarlo sin nadie, a ocultar mi dolor en la alacena y llorar solo. Y las personas que me rodeaban no me creían… solo …. no podía confiar, porque cada que pasaba algo… siempre pagaba un precio. Un precio bastante alto - atrajo el tarro de hidromiel y tomo un trago, pues la garganta ya la tenía seca - Me… causaron mucho daño, entiendo que querían protegerme… pero en esa protección solo me causaron… querer huir de todos y de todo esto.

-Haggy. no- chillo Fleur abrazada al cuerpo de su esposo.

-Por eso me rompí y busqué ayuda con Mione, a pesar de todo… ella ha estado a mi lado. Aun si soy un idiota a veces. Mas las cosas solo empeoraban, mis pesadillas no paraban, el temor que aparecía en ellas me hacía… sentirme débil, frustrado… aterrado. Mas debía continuar con mis planes contra Voldemort, porque las pesadillas no desaparecerían y … él podría hacer que mis pesadillas se volvieran reales. Hice varias cosas locas y que por poco terminan conmigo… cosas que incluso me ponían como malo para ustedes. -

-Cuando me ataco la serpiente- dijo el señor Weasley dándole una sonrisa -Debió ser terrible hacer lo correcto y que todos te miraran mal-

Asintió soltando un largo suspiro- Y no mucho después, el ataque del ministerio el año pasado… pude evitar ir, pude avisar y solo decir que lo vi en una profecía… pero, algo más poderoso que yo me llamaba y decía que debía ir. Sabía que era una trampa y aun así fui… claro que la ayuda de los Pendragon fue aquello que me salvo… nuevamente. -Miro a los Pendragon presentes, faltaba Neville y Luna, pero en cuanto los viera sabía que podría decirles cuanto los apreciaba. - En esa batalla solo reafirme lo que supe desde el cementerio… que yo solo jamás ganaría y que necesitaba de todos ustedes y más. Pero… el destino quiso que no regresara de inmediato. -

-Nunca nos dijiste que paso en esos 6 meses- dijo Fleur con rastros de maquillaje bajo los ojos y una mirada roja, se notaba el llanto demasiado en ella.

-El archipiélago ¿Cierto? - dijo Tonks sentada a lado de Lupin, que seguía sin verlo.

-Caí al archipiélago, solo que en ese entonces… era mucho más salvaje y… mi vida corrió peligros innumerables y sin Marlow… sin ese pequeño… el veneno de plantas o el rastreo de criaturas salvajes me hubiera hecho terminar mi viaje antes de empezarlo- dijo Harry recordando al pequeño que, en esos momentos, estaba junto a su hermana durmiendo. - Dos años solo, sobreviviendo y buscando la forma de regresar a casa. El tiempo te hace pensar mucho sobre lo que has vivido, la supervivencia te mantiene en forma y activo, pero el pensar en casa y en lo que se quedó… y lo que puedes perder…. te enloquece. La soledad puede hacer que hagas locuras, como robar el alma para volverte inmortal… o buscar un dragón infernal y hacer que perfore tu pecho… -

- ¿Qué? - preguntaron en general.

-Hubo un momento donde sangraba sin control, mi cuerpo estaba atapado y no había nadie en miles de kilos que me pudiera ayudar, y solo bestias mágicas me rodeaban. Era una muerte segura, sabía que no había escapatoria…mi último deseo ya lo había formulado y … cerré los ojos. - recordó ese momento, y al contrario de lo que todos pensaban Harry sonrió y sus ojos se llenaron de alegría – Y vinieron a salvarme una vez más… papá me rescato, mamá me curo mis heridas y supe que ellos siempre me acompañaron, en cada momento. -

- ¿James y… Lili? - pregunto Sirius subiendo la vista con los ojos muy abiertos.

- ¡Harry… ellos no. - Comenzó Lupin, más se silenció al notar la mirada de Harry, llena de alegría.

-Hasta aquel día solo eran imágenes en un espejo, fantasmas de mi pasado en una negra noche y cartas en mi vida. Fue una dolorosa despedida… "En vida y después de la muerte, siempre, te hemos amado"- susurro lo último, recordando sus suaves voces, sus rostros con sonrisas e incluso el beso tibio de su madre en la mejilla. -No sé si fue un sueño, si fue un momento en que mi inminente muerte me hizo verlos e incluso si morí por unos momentos. Pero… no importa, porque para mí fue real. –

- ¿Eso paso antes de que regresaras? - pregunto Sofí que apretaba su rostro contra sus manos ocultando su llanto.

-Unos meses antes…- dijo Harry suspirando-… el poder regresar fue duro, luche como nunca antes o hasta ahora lo he hecho y gane solo por mis maestros, pero con marcas de una vida que jamás espere tener. Y luego de tanto me encontré en mi hogar… mi dulce hogar, me alegro tantos verlos de nuevo, tener entre mis brazos a Mione y Ron, poderles decir cuanto los amo y quiero. Pero también supe que la guerra explotaría y que debía ser más rápido, más fuerte, más estoico, mejor que nunca y no frenar ni un momento. Cada día desde que regrese he peleado por conseguir enfrentar a Voldemort, poderle parar los pies e incluso crear algo que supere la guerra y cree un legado mucho más significativo. Pero es … agotador, he logrado mucho y conseguido cosas que nunca antes pensé, también estoy tan cerca de completar todo … pero estoy harto de tanto dolor, sangre, gritos, muerte y peleas que me ronda. Estoy harto de tenerme que ocultar, tener que hacer todo bajo una máscara y tenerme que contener… Harto de no poderme mostrar lo que soy-

-Nunca fue nuestra intención hacerte sentir así- dijo el señor Weasley acercándose -Y es justo que tengas todas esas emociones, si tienes resentimientos y no confías en alguno de nosotros, déjanos cargar con ello… no debes dejar esa carga sobre tus hombros. Ya bastantes has hecho, es un peso que jamás debió pertenecerte- mientras el resto asentía, incluso Lupin y la señora Weasley que eran los que no podían ni levantar la vista.

Asintió, pero miro solo a Hermione y respiro profundo -Quiero confiar, quiero poder dejar de hacer todo por mí mismo…Pero ¿Cómo cuando estoy tan acostumbrado a ello? ¿Cómo dejar tus viejos hábitos de cuando sobrevivías solo y solo sobrevivías? -

-Dejando que nosotros hagamos nuestra pare- dijo Ron colocándose del otro lado, donde Hermione se acurrucaba, y le abrazo- Y déjanos demostrarte que no volveremos a cometer el mismo error, no volveré a fallarte… no a ti hermano-

-Cachorro, me liberaste, limpiaste mi nombre y te debo tanto o más que a James. Cuenta conmigo, incluso si quieres dejar todo esto- dijo Sirius tocando su hombro temblando, como si temiera que nuevamente la retirara, pero Harry no lo hizo, solo lo miro y asintió.

-Cariño, cuanto lo lamento, de verdad, pero… siempre he pensado en lo que es lo mejor para ti. Nunca me pare a pensar en cómo te sentías- menciono la señora Weasley acercándose también.

-Nosotros debimos protegerte, debimos ser aquellos que te dijeran y dieran lo que James y Lili no pudieron- dijo Lupin temblando y abrazando a su esposa - Y al contrario… tu siempre has pensando en protegernos y en ayudarnos sin importar el que te hemos hecho-

-Has dado mucho por nosotros, es momento de que nosotros demos algo por ti- dijo Daphne con una sincera sonrisa -Nos entrenaste para esto, es hora de que acabemos con los Mortifagos y Voldemort de una vez por todas-

-Esa mascara pesa mucho en estos momentos, pero … ya pronto tendrás que mostrarte. Y entonces acabaremos con esta guerra- dijo Sofí acariciando una de sus mejillas y sonriéndole - Me enseñaste que mi familia es aquella que me protege y me quiere sin condiciones, tú me diste eso que más deseaba y por ello siempre contaras conmigo sin condiciones, aun si el infierno es lo que nos espera-

Espero un momento con los ojos cerrados, el decir lo que fue su vida, el que había pasado y todo lo que le carcomía desde años, le dio paz.

Pues ahora los presentes conocían quien era, no era el salvador nato que todos esperaban, el niño que vivió solo era una ilusión, ahora solo quedaba el Harry Potter que se formó en tantos años y tantas vivencias que obtuvo. Todo el tiempo intentaba ser aquel que terminaría con Voldemort, aquel que enfrentaba los peligros sin temor alguno, incluso el legado de sus padres. Mas no lo era, pero tampoco es como si no tuviera puntos bastantes fuertes y era hora de dejar emerger todo lo que realizo durante años.

-De una u otra forma esto está cerca de su fin. - murmuro Harry cerrando los ojos, la cicatriz ardía, pero nada más, el resto desapareció por completo, tal vez Voldemort había logrado calmarse luego de torturar a sus Mortifagos, pero aún estaba molesto -Comenzaremos mañana, necesitare que todos me ayuden. Por favor-

-Claro-

-Y Bill y Fleur… siento lo de su boda, yo no quería-

-Olvídalo hermano, sabíamos que era algo inevitable que algo pasara, de cualquier forma… hoy fue un buen día- dijo Billy sonriéndole al igual que la rubia.

-Pog supuegsto, lo pingcipal es que todos estemos juntos y bien- dijo Fleur asintiendo.

-Cariño aún tengo una duda – dijo la señora Weasley observándolo -Aun hay mucho mas que no nos has dicho ¿Verdad? - La mayoría en lugar de mirarlo, mantuvieron la mirada en la señora Weasley que continúo tartamudeando. - Tu… tu eres muy bueno, valiente y, sin lugar a dudas centrado… pero creciste de un modo increíblemente rápido… cosa que no entiendo aun ¿Cómo pudo ser? -

-Hay secretos que no puedo contar ni a los más cercanos, porque significaría cambiar la forma de pensar de todos y se negaran a entender por sus proteger lo que creen con firmeza. - dijo Harry, haciendo una seña a Hermione, se levantaron y se estiraron un poco, más concentrado y olvidando su batalla. -Pero puedo decir que tuve maestros que me llevaron a límites insospechados, además de que… son diferentes, poco ortodoxos-

-Nos dejaste igual o más confundidos- dijo Sirius mirándolo.

-Tal vez en un futuro… si ellos quieren- murmuro Harry sobándose la nuca.

-Ahora debes comer y descansar, tal vez no quieras admitirlo…- dijo Hermione mirándole seria y con sus manos entrelazadas. -… pero esa herida no se sanará con magia, así que con descanso-

{Nunca dejas de sorprenderme amor} dijo Harry dándole un beso muy suave.

Luego de probar el pastel, que estaba ya algo oreado y de sentir una alegría bastante diferente a la usual, tal vez por el alcohol, fueron a dormir. Antes de subir a los pisos superiores, paso a arropar a Daira, que estaba boca arriba y lanzando dos columnas de humo hacia el techo. También tomo a Marlow que estaba atrapado en unas de sus garras, aunque no le hacía daño, su hojita se doblaba en un Angulo extraño. Los Delacour estaban descansando sobre el sofá cama, seguramente no queriendo tomar nuevamente la cama de los Weasley, aunque claro que con seguridad también por Daira que les llamaba mucho la atención de ambos. Tomo al pequeño, haciendo fuerza, y fueron a su habitación, por primera vez la señora Weasley no dijo nada de que Hermione fuera a su habitación; sin duda estaba afectada por todo lo que conto o por la hora en que se acostaban.

Ya acostado, con Hermione en su hombro, mirándola y acariciando su mejilla, sintió que su cuerpo era más ligero e incluso que sus preocupaciones no eran tan pesadas como antes.

Solo fue un parpadeo, su mente estaba en la oscuridad, y por un instante se encontró frente a un grupo de Mortifagos, en el suelo, sangrando y gimiendo de dolor. A su derecha se encontraba Rodolphus quien hincado pedía clemencia, Voldemort alzo la mano y suspiro.

-Llama a todos, cambiaremos de guarida, Hogwarts pronto caerá-

La imagen parpadeo, ahora encontrándose en un lugar muy iluminado, con una bola naranja flotando como el sol, y debajo sus seis maestros mirándolo.

-Está listo para ser trabajo y como vez, no queda mucho tiempo-

Termino despertando con una lengua raspando su mejilla y un fuerte olor a humo sobre su cara. Abrió un ojo, notando que la que dormía junto a su persona no era su dulce prometida, si no Daira; que le tapaba con una de sus alas la luz que entraba por la ventana y le observaba con sus enormes ojos dorados. Por un momento se quedó quieto, sorprendido y procesando que pasaba.

Intento moverse, más una pata da Daira estaba sobre su costado y su cola enroscada en sus piernas. Eso le recordó a cuando era más pequeña y durmió con la primera vez, pero ahora notaba que ya no era su pequeña dragona y tal vez pronto incluso sería tan grande como Buckbeack.

-Buenos días- murmuro Harry subiendo su brazo libre a quitar los restos de saliva de Daira.

-Dormiste mucho pá -rio Daira soplando sobre su cara al mirarlo. – No te despertó mamá ni mi tío Ron -

-ehhh ¿Qué hora es? - pregunto Harry haciendo fuerza para liberarse, pero no funciono y no quería lastimarla. - ¿Dónde está Mione? -

-No lo sé, aun no comprendo muy bien la forma en que miden su tiempo - dijo Daira girando la cabeza hacia un lado -Pero ya van dos veces que como desde que despierto, me escape... te extrañaba… desde ayer -

-Lo siento, tuve que salir de improviso… pero es hora de que el show continúe…- dijo Harry mirando por la ventana y saltando del asombro; por lo general el color del cielo en la mañana y el sol le indicaban que era temprano, esta vez el sol no estaba y denotaba que pasaba de medio día. - ¿Dormí bastante? -

-Por lo menos no se ha oscurecido el cielo- dijo Daira moviéndose y desenredándolo su apretada cola.

Daira tuvo que bajar primero las alas, antes de girar y caer sobre el suelo de madera, donde ella se levanto y sacudió. Una vez levantado, sus sueños regresaron a él, pero no era como las veces anteriores, era más como si fuera una clara advertencia y el indicio de que era hora de mover sus fichas al campo de batalla.

Camino a la puerta y en cuanto la toco, una nota apareció flotando a su vista, que escribió con la letra de Hermione "Toma una ducha y cuando termines, todos estamos esperándote en el jardín. Te amo". Una vez en el pasillo Daira comenzó a bajar, y aunque tenía sus alas retraídas y su cola lo más posible quieta, esta golpeaba contra los muros y apenas y tenía espacio para pasar, cosa que provoco que tirara un par de cuatros.

Por su parte el tomo la ducha que le indico Hermione, de cualquier forma, estaba seguro que al entrar al agua tibia y dejar de pensar por unos momentos le haría bien. Se sorprendió al notar que la herida de su hombro sanaba mucho más rápido de lo que pensó, dejando un tono rosa antes de lo esperado. Una vez terminado se dispuso a bajar y dar a cada uno una tarea que hacer.

Ya abajo en la sala no encontró ni a la señora Weasley cosa muy rara, pues a esa hora pasaba tejiendo o haciendo algún quehacer de la casa. Afuera todo lucia más normal, como si la fiesta nunca hubiera sucedido, solo quedando una mesa y el arco de troncos y ramas que creo para donde estaría a la ceremonia. Ahora con una mesa larga en la cual todos hablaban y discutían.

Notaba que Hagrid estaba sentado un poco apartado por la silla reforzada, con Neville quien escuchaba con atención lo que le decían Daphne y Sofí. Los gemelos, en sus chaquetas de cuero y un curioso sombrero, palmeaban el hombro de su amigo, que por alguna razón se ponía rojo y esos comenzaban a cantar una melodía juntos, seguro la que canto Hagrid. A su derecha Theo tenia los pies en otra silla y se cubría los ojos con la mano. Incluso Sirius y Lupin miraban atentamente la partida de ajedrez que hacían entre Hermione y Ron, los cuales tenían una concentración absoluta.

La señora Weasley atendía a los señores Delacour, que a un lado estaban hablando y conversando con su hija, y su ahora hijo político. Por un momento se preguntó dónde estaría, Tamara, Tonks, el señor Weasley, Percy y Charlie. Pero supuso que, con todo el desastre en el ministerio, ninguno de ellos podría quedarse y más ahora que el Kingsley los ha de ver convocado a cada parte que pudiera a ayudarlo a mantener en pie ante el público.

En cuanto abrió la puerta guardaron silencio y los ojos lo enfocaron, excepto de Ron y Hermione, ambos sonrieron.

-Duermes como Dragon… y olías como uno- dijo Ron levantando la varita y lanzando al aire una botella de cerveza de mantequilla. - Pasamos casi todo el día esperando-

-heeey, no olemos feo- dijo del otro lado Daira acostada y lanzando una mirada furiosa a Ron.

Harry la atrapo a vuelo, y basto un movimiento para destaparla y tomar un trago. Su estómago estaba bastante hambriento.

-Cuando aprenderás, Billius, no le hagas cosquillas a un dragón- dijo Hermione moviendo la Reina del tablero con la varita, y esta al llegar junto al caballo de Ron, tomo y atravesó su costado. El pequeño Marlow miraba todo a un costado y en cuanto las piezas cayeron, se levantó y fue a atraer las piezas para sacarlas – y…vas a perder…-

-Sueña Granger…no lo ves… pero has perdido- rio Ron sonriendo.

- ¿Estás seguro de ello? - pregunto Hermione, girando a verlo y extendiendo la mano para que se acercara. No tardo nada en llegar a ella, sentarse a su lado y ver el tablero. - ¿Tu qué dices amor? –

El pequeño Marlow de inmediato se lanzó por la mesa a su pierna y comenzó a escalarlo, tal vez feliz después de tanto de no estar cerca.

-Jugada difícil- dijo Harry notando algo muy peculiar, como si un viejo recuerdo le llegara a la mente. -Espera un momento…-

-Así que lo vez Harry…- se carcajeo Ron antes de mover su alfil y llegar al rey, dejándolo sin escapatoria y haciendo un jaque mate. - … parece que no has perdido tu agudeza-

- ¡Espera! - dijo Hermione también y le miro señalando a Ron- ¿No es la misma jugada suicida de aquel entonces? -

-Tal vez-

-Lo es-

-Cállate Harry-

-Pero lo es-

-Le engañe varias veces-

-De todas formas, seguro te metió en muchos aprietos- dijo Harry acariciando la mejilla de Hermione, que inflaba las mejillas – Después de todo… tu estilo no es suicida a menos que tengas que hacerlo… de algo sirvieron miles de partidas que hemos tenido-

-Di ilgi sirvirin milis di pirtidis- imito Ron sacando la lengua y moviendo su mano como si hablara -Déjame disfrutar ganarle a la sabelotodo-

-Entonces, deberías saber que te dará donde duele Ron- dijo Harry entre risas, mientras las piezas de ajedrez se reparaban.

-Solo esperare, esperare, esperare… y esperare el momento de hacerlo Weasley- Dijo Hermione sonriente, esa dulce y ancha sonrisa que causaba escalofríos a Harry, pero a Ron lo puso pálido.

-Así no juego, tramposos- dijo Ron cruzándose de brazos.

Un momento incomodo surgió, luego Harry miro a Hermione y Ron, los cuales se lanzaron miradas furiosas, un "puuuuff" sonoro salió de la boca de Harry. Y los tres comenzaron a carcajearse, Hermione le abrazo y Ron no dejo de palmear la mesa hasta que las piezas terminaron regadas. Los demás los miraban como si hubieran enloquecido.

- ¿Eso fue una broma? - pregunto George con cara de ofendido. -Necesitan clases… novatos-

- ¿Qué esperabas hermano? Nosotros somos expertos, expertos- continuo Fred alzando la mano -Pobres … de ellos-

-Hoy estamos contentos- dijo Lupin del otro lado de la mesa. - ¿Algo bueno? -

- ¡¿Con sus sueños?¡- pregunto Ron mirándolo, y luego alzo una ceja -Seguramente viene a decirnos que es hora de ir a hacer los últimos preparativos…-

-… nos asignará tareas a cada uno y nos dirá un plan general de lo que tenemos que hacer…- continuo Hermione.

-… luego él nos llevara a donde haremos alguna clase de locura o incluso donde pongamos la vida en peligro…- continuo Theo que se levantó y parpadeo a la luz del sol.

-… Nos apresuraremos a ir, el tendrá que hacer algo muy dramático y luego comenzará su verdadera tarea titánica…- continuo Daphne suspirando.

-… tal vez funcione, o tal vez algo imprevisto aparecerá y tendrá que hacer algo para cambiar el plan y que todo salga bien…- dijo Neville dando una débil sonrisa.

-… y aun si todo es loco, demente, desquiciado, sale mal, no tiene ni pies ni cabeza y tenemos que tomar otro rumbo. Encontraremos como salir a flote…- dijo Sofí mientras se cruzaba de brazos.

-En fin…- dijo Fred sonriendo.

-…Harry es…- continuo George.

Los gemelos cruzaron de brazos antes de decir al mismo tiempo. -Un desastre en potencia-

-Ya lo sabemos… ¿Qué locura haremos esta vez? - termino Ron alzando ambas cejas.

-Claro, si todo lo dicen así… suena feo - dijo Harry acariciando a Marlow que se posó sobre su hombro. - … debo admitir que, en algún grado, tienen parte de razón. Por lo cual no lo endulzare las cosas. -

Todos al igual que la noche anterior quedaron expectantes.

-Voldemort tomara Hogwarts en poco tiempo, y antes de eso nosotros lo atacaremos-

-Se pondrá bueno- dijeron los gemelos e incluso Theo y Ron.

Al señor y señora Delacour, junto con Gabrielle se les abrió la boca por completo.

- ¡Es una locura Harry! - dijo la señora Weasley dejando caer un plato con comida al suelo. - ¡Atacarlo… eso no…! -

-Nunca lo ha vivido, por eso no lo esperara, es el momento en que nosotros dañemos su organización- dijo Harry mirando a Daira, olfatear lo del suelo, y luego haciendo una cara de asco. - Es hora de que sea un golpe tan fuerte y contundente que lo borremos del mapa-

- ¿Estás seguro de lo que haces cachorro? - pregunto Sirius levantándose y cruzándose de brazos.

-Si no lo estuviera ni lo diría- dijo Lupin soltando una risa nerviosa- En verdad que tus planes son… algo … locos-

-Y aun no escuchas ni el principio- dijo Ron suspirando. - ¿Por dónde comenzamos? -

-En reunir a todos- declaro Harry.

- ¿Todos? - Preguntaron los Delacour asombrados.

-Hermione, vas a ir con Kathor e informa que necesitaremos que su mano derecha y él se preparen en cuanto antes; Lupin, lo mismo con Sasha; Hagrid, tú con Firence; Daphne iras al ministerio junto con Sirius, dile a Dumbledore que tendrá que hablar con Molpe, tu Sirius con Rufus y Kingsley; George y Fred, utilizaran su fama y fortuna para ir a Gringotts, los acompañara Sofí y al ser una Potter podrás hablar con Ragnok y Aphatio; El resto iremos a Camelot y luego al Archipiélago Arcano-

- ¿Para qué? - pregunto Hagrid curioso.

-Los llamo a congreso de guerra, vamos a poner todo sobre la mesa por primera vez en siglos y hablar como lo que somos un mundo mágico- dijo Harry seguro -Es hora de que todo esté en movimiento- observo todo el lugar – Pondré tareas a todos y cada uno aquí, e incluso a algunos que tendremos que ir a traer… tal vez no regresaremos pronto-

-Por lo menos deja tomar un bocadillo antes- dijo George sentado se con una mirada de estar planeando cosas malas.

-Claro hermano y una tasa de te también- concluyo Fred riéndose.

-Bueno alguien se saltó varias comidas, debería tener hambre- dijo Hermione suspirando. -No me sorprendería que perdiera fuerza de nuevo-

-Bien, bien, vamos a comer y luego cada uno a dar su mensaje- dijo Harry sonriendo un poco.

- ¿Qué mensaje debemos dar? -pregunto Sirius.

- Llevaran este mensaje: "Yo Harry James Potter, heredero de Hogwarts, ganador del torneo de los tres magos, alumno de seis hechiceros supremos, Gurg de los Gigantes, compañero de centauros, aliado de los hombres lobo, colaborador de las sirenas, socio de los duendes, amigo de los elfos, fundador de Pendragon y rey de los dragones, les llamo a un concilio. Los esperare a orillas del lago negro, en Hogwarts, a la primera luz del día"-