Buen mes caóticos y caóticas. Aquí vengo desde México para todo el mundo (que mi quiera leer) para entregarles, el más nuevo, el más reciente, el mejor (por este día), el único e irremplazable…. Capítulo 105.
Y si, ya me imagino los comentarios por lo recién escrito.
Claro que yo estoy aquí para abordarlos y darles estas… pequeñas palabras. Y a palabras me refiero a lo escrito en todo el capítulo. Pero olvidando eso, sé que ya estamos en la recta final, yo más que nadie está al borde del éxtasis por esto, ya que el final lo conozco desde el primer momento en que me puse a escribir. Ahora que estoy en el puedo ver los cambios, los desvíos e incluso las mejoras que le hice, también algunas cosas con las que quise probar y jugar como escritor. Así que, si se han percatado, estos últimos capítulos son para recoger todas esas piezas que he dejado por el camino, compilarlas, ponerlas y hacerlas funcionar dentro de la historia.
Este capítulo… me causo muchos conflictos, ya que contiene varios puntos, que si quisiera podría explotar mucho más, darles una continuidad más larga y hacer la historia mucho más grande. Lo cual no es mi idea. Y si sé que son 105 capítulos y ya es grande, pero he intentado que nunca sea aburrido y siempre tenga pistas, aventuras y algún contexto relevante a la historia. Incluso el hecho de que algún personaje crezca. Discutí conmigo en grande, me dije caos porque eres tan caótico, ve y hazlo a tu forma, y aquí estamos.
Tal vez este capítulo tenga algunos puntos apresurados, también un par de cosas que quería abarcar mucho más, pero por el flujo de la historia tuve que cortarlas o quitarlas. Y sobre todo espero que este sea el fin que merece la historia, o bueno el comienzo del final.
Todavía queda mucho por delante, pero estos son los últimos pasos. De tal forma que:
Lean, disfruten y dejen su comentario.
Los personajes le pertenecen a J. K. Rowling
Capítulo 105.- Fabricaciones & dominio
Hermione.
-Necesito más tiempo para definir un plan de acción claro- dijo Ron moviendo las enormes piezas del tablero, aun si eran las negras o blancas ello no parecía importarle, no muchos podían seguirle el paso.
Ni ella comprendía del todo como se movían sus fichas sobre el tablero, era como si no fueran las clásicas piezas de ajedrez. Cada una tomaba diferentes direcciones y atacaban a otras piezas sin siquiera parar de moverse, eran un montón de piedra siguiendo las ordenes de su amigo y estas representaban más de lo que podía distinguir. Era una batalla real miniaturizada, las piezas se desgastaban entre sí y se golpeaban de formas diferentes. Incluso si un gigante golpeando a otro creaba que las piezas más pequeñas como magos tuvieran que huir del tablero, o incluso vio algún centauro lanzar flechas a un grupo que las volvía polvo.
Era entretenido aquello, más nadie interrumpida a Ron que continuaba murmurando métodos de batallas, movimientos y referencias de los libros de Priscob.
Al final de su perorata dos piezas pequeñas se enfrentaban, un caballero de mármol blanco y uno de mármol negro, ambos combatiendo por todo el tablero y derribando algunas piezas más, incluso llegando a resquebrajar el tablero. En cambio, Ron no parecía nada feliz y lucia como si no le gustara el avance de lo que el mismo estaba haciendo. No estaba del todo segura, pero se percató el porqué, ya que en el tablero faltaban las piezas que Voldemort había estado buscando por tanto tiempo. Las criaturas que estaban subyugadas por su mano en esos momentos.
Y tal cual fue, del mismo tablero, y pequeñas piedras regadas por todos lados, se formó un dragón enorme; oscuro y que con solo mover sus alas derribo a todas las demás piezas. Quedando de pie solo esas dos fichas negra y blanca, batiéndose con fuerza.
Movió la varita y todo se quedó en pause. Cerro los ojos, cruzando los brazos en el pecho y gruñendo.
-Aun con mi mejor plan… será una batalla imposible- dijo Ron sin un tono en la voz. -Desconocemos mucho del enemigo y lo que planea, solo lo sabremos cuando esté pasando y entonces… debemos reaccionar-
-Tu especialidad- dijo Hermione en voz baja a Harry, el cual le apretó la mano con cariño y acaricio con el pulgar. -Pero eso significa ponerte en mucho peligro…no me gusta-
-Entonces señor Weasley ¿Qué debemos hacer? - pregunto Kingsley tronándose el cuello e incómodo en la silla.
Su amigo los miro, para luego volver a cerrar los ojos y esperar. Muchos abrieron la boca para hablar, pero Harry levanto la mano y negó con la cabeza. Si Ron se ponía serio en una estrategia, con seguridad podrían buscar el mejor rumbo de acción e incluso ganar en las más precarias situaciones. Las distracciones no le ayudaban, y ello era lo que siempre le costaba a su amigo, lograr concentrarse por completo. Ambos tanto Harry y Hermione confiaban en el cómo en ellos mismos en la hora de hacer estrategias.
-Solo puedo ver la mitad de la batalla clara- dijo Ron abriendo los ojos, molesto y mirando las fichas paradas- el resto… depende si todo sale bien. Pero tengo un pronóstico-
- ¿Cuál es? - pregunto la profesora McGonagall sorprendida, pero una sonrisa clara, se notaba que le impresionaba el avance de su alumno.
-Necesitamos saber si tenemos posibilidad de ganar- gruño Rufus antes de dejar caer los codos en la mesa, agotado y con un semblante empeorando. - Si quieren hacer este ataque, debe ser claro que ganaremos, si tendremos que continuar en guerra o… retirarnos por el momento-
Por un minuto o más Ron se quedó quieto, cosa rara, sus facciones no mostraron nada, un microsegundo después mostro una preocupación profunda y llena de dolor.
Tomo aire y soltándolos en una voz baja y con miedo dijo - Varios de esta mesa daremos la vida, pero la guerra terminara-
Los ojos de Ron se quedaron puestas en la nada. Lo conocía desde hacía casi 7 años, y reconocía cuando mentía bien y cuando decía la verdad, en ese momento era una verdad dolorosa, más el movimiento en su rostro y el hecho de no mirarlos, indico que también ocultaba algo de mentira, ocultaba algo que podría lastimarlos profundamente.
Y no era necesario ser un genio, para darse cuenta de que hablaba de Harry, el único en la mesa que más de una vez se enfrentó al poderoso mago oscuro de la última era, aun a costa de su integridad física. Ella también sospechaba que, si las cosas se ponían imposibles, Harry, su prometido, entregaría su vida con tal de acabar la guerra.
Se mordió el labio interno con fuerza, intento no pensar en ello o imaginarse el mundo en que tendría que vivir sin él. Si un par de meses le parecieron el infierno, toda una vida sería una herida que siempre estaría sangrando en su interior.
La mano de Harry soltó la suya, y abrió los ojos, ni siquiera estaba segura cuando cerró los ojos, solo que sintió la mano de Harry pasar hasta su cintura, pegarla a su cuerpo y con su otra mano tomar la suya con ese calor y firmeza que le reconfortaba.
-Bien, si tienes la mitad de la batalla planeada estará todo bien- dijo Harry con una voz tranquila -el 50% es bastante, esperaba mucho menos la verdad-
-Puedo hacer un plan mejor si supiera con cuatas tropas contaremos- dijo Ron intentando sonar normal, pero su voz fue un poco rara.
-De Pendraron… los 7 Generales, y un grupo de 40 listos para la batalla- dijo Hermione segura, no era momento de flaquear o dejarse llevar por la impotencia.
-Si aceptan entrar a batalla, claro- Suspiro Harry apretándole más contra su cuerpo. Notaba algo de preocupación y como empezaba a pensar en Dennis, Artur y el resto de Pendragon que aún no cumplían la mayoría de edad.
-No dudo de ello tampoco, de hechos ellos son parte de mi cálculo, su fuerza es vital para la furiosa batalla que se desatara- afirmo Ron.
-No puedo pedir a mis alumnos que participen o los profesores, solo si los mayores de edad lo desean hacer. Por mi parte cuenten conmigo y mi hermano Aberforth- dijo Dumbledore con una mirada un tanto seria y suspirando. -Con el resto hablare y vere si nos prestan una varita-
-Hablare con Aberforth para saber si nos prestara su ayuda- irrumpió Harry, se notaba que no lo había considerado y el que no estuviera presente y Dumbledore lo metiera le molestaba. No dudaba del profesor Dumbledore lograra llevar a su hermano al campo de batalla, pero para su prometido necesitaba escuchar de su propia voz que participaría por voluntad propia.
-Él fue el que me dijo "Si va a haber una paliza a esos Mortifagos, no me saques, quiero enviar a unos cuantos a la oscuridad eterna"- dijo Dumbledore sonriendo -De tal forma que aun que no se lo pidas, el estará presente, Harry-
-Gigantes participar todos. 50 serán suficientes para aplastar hormigas- dijo Kathor poniendo una mano hacia adelante y apenas dejando la mano en el suelo, pero creando un mini temblor.
-No- Gruño Harry frustrado.
Lo sentía y mucho al estar pegada a su cuerpo, el sentir su lado y como sus pensamientos de culpa le comenzaban a carcomer. Pues 50 era el número total de gigantes, es decir que incluía a los niños, a los mayores de edad, que no eran aptos para una guerra, e incluso había algunas gigantas que no sabrían cómo defenderse en batalla.
-10- dijo Ron suspirando y tronándose el cuello incomodo - Ya he previsto lo que piensas, de no llevar niños a la batalla y si, incluso he evaluado a los gigantes y sé que solo 10 de ellos podrán participar en esta guerra. Eso también está dentro de mi plan de acción-
-10 pocos, 20 más- dijo Kathor golpeándose el pecho -Gigantes fuertes, los gigantes guerreros-
-Si, pero no podemos darnos el lujo de tener que proteger a nadie- dijo Ron con un tono seco, incluso lidiando con el tono de voz- Y que sean niños, mujeres y ancianos, aun siendo gigantes, nos harán desear protegerlos. Esta en los genes de cada uno de nosotros en si vemos a un niño, cría o criatura pequeña ser atacada saldremos a defenderlo, así conservamos la supervivencia de las futuras generaciones. Igual con las mujeres y ancianos. Serán una carga y no queremos ello en batalla-
-Cuida lo que dices mocoso, algunas no necesitamos protección alguna-dijo Sasha molesta, sus ojos estaban volviéndose fieros y se notaba que los colmillos le crecieron.
Del otro lado la doctora Emma y la profesora McGonagall se veían igual de molestas.
-No lo dice con esa intención- intervino Hermione antes de que lo lincharan -Él sabe que hay mujeres que son muy fuertes y que incluso serán de valiosa ayuda, pero hay quienes no. - Sus miradas molestas ahora parecían debatirse si ir contra ella -Imagínense por un momento que están en batalla, y necesita su ayuda alguien, deberán ir a ayudar y eso les quitara concentración, le tendrán que proteger al mismo tiempo que pelean. Y eso… es algo que intentamos evitar a toda costa-
-Correcto. No discrimino a nadie en batalla, incluso sin Hermione, Daphne, Sofi o Luna. Esta batalla se volverá imposible- dijo Ron demasiado tranquilo - Pero ellas han entrenado, han especializado su magia en un tipo de combate y combatido en diferentes batallas, eso las hace aptas para esta guerra-
No dijeron nada más. Pero aún se notaban que pensaban sobre lo dicho.
-Cuenten con 5 centauros capacitados en combate mano a mano y 10 arqueros certeros- dijo Firence inclinándose un poco hacia Ron, el cual alzo una ceja- Espero sean suficientes, no dispongo de más, ya que dejare algunos guerreros cuidando mi manada, el resto no son guerreros-
-Son más de los que pensé- murmuro Ron con una leve sonrisa y asintiendo.
Miraron a Sasha que era la siguiente en línea, la cual gruño cual can y miro el cielo por un momento, el sol estaba ya en lo alto, indicando el medio día.
-Yo como alfa, mi beta Athos, y diez que saben utilizar la varita y han estado entrenando este tiempo - dijo al final mientras parecía estar bastante moleta, aunque por que no sabía que le molestaba. - Algunos de mis más fieros guerreros fueron raptados por … Vol... Volde... Voldemort el día que atacaron mi campamento. -
-Eso si es menos- dijo Ron. - Debemos tener cuidado-
-Yo soy la única que respiro fuera del agua- dijo Molpe con esa agridulce voz que lograba al sacar sus dos personalidades, lo que denotaba que estaba concentrada en su máxima capacidad - Pero si es una batalla acuática, tendrán 50 guerreros más-
- ¿Uno? - pregunto Ron muy bajo, denotando decepción.
- ¡¿CREES QUE NO SOY SUFICIENTE?!- Grito la Molpe dura y que le lanzo una mirada gélida, de forma literal, una cubertura de hielo se creó en la mesa donde estaba Ron.
-Mientras pueda batallar en tierra, será suficiente- dijo Ron sin ánimo, y sin moverse, pues un trozo de hielo crecía apuntando a su cuello.
-Molpe, por favor- soltó en un suspiro Harry, con su voz de reprimenda.
Hermione miro a Molpe como sus ojos se fueron a su prometido y luego sus mejillas de un tono algo azul, para luego peinarse y comenzar a dar una risita tonta mientras el hielo se descongelaba.
-Les daré 10 duendes y enviare a 3 guardianes de bóvedas, los mejores en batalla- dijo Ragnok en su tono frio y lleno de desagrado -No pidan más-
-Los acepto- dijo Ron de inmediato, tal vez esperando que el duende se echara atrás.
-Es un gusto ver que también ayudaras- dijo Harry en tono dulce- Y que demostraras que cuidaras a tus empleados al estar en primera línea de batalla, eso demostrara que eres el líder que ellos esperan de verdad-
El rostro de Ragnok se desencajo y lucio rojo, comprendió de inmediato que el duende estaba a punto de desafanarse de la batalla y Harry ya le habia tapiado su única salida. Más el duende solo asintió y mordió su puro. Eso estaba bien, Harry conocía muy bien a cada uno de los que estaba presente y en ese momento estaba intentando que todo saliera como el deseaba, solo esperaba que su mala suerte no se diera cuenta, porque entonces, estaba segura de que algo sucedería.
El siguiente era Dobby, incomodo, rojo y casi a punto de saltar de su asiento y correr lejos. Si continuaba sentado y con las manos aferrado a la orilla de la mesa, era por la petición de su prometido. Era tan leal el pequeño, aunque prefiriera evitarle estar en esa posición, sabía que para que los elfos que tuvieran una mejor posición y distinción en la sociedad mágica era algo aterrador, pero Dobby necesitaría aguantar un poco más.
Tembló un poco por las miradas a su pequeña persona, más cerro los ojos y grito - ¡DOBBY TIENE A 300 ELFOS BAJO SU MANDO, DOBBY NO DUDA QUE TODOS ELLOS PELEARAN CON EL AMO! -
La mayoría lucio molesto por sus palabras, se notaba que no aliviaba el que los duendes tuvieran un gran numero para combatir y que dieran diez veces más que incluso Pendragon, que hasta el momento era quien tienen más números.
-Muchas gracias Dobby, de verdad es genial que todos estén dispuestos- dijo Harry con rapidez, pues los demás comenzaban a mostrarse molestos. Como si los elfos no debieran ayudar mucho más que ellos. Siendo como era Harry, y Hermione lo conocía bien, podía apoyarse de ello y aumentar los números de cada uno para aumentar su ejército. Pero él no estaba pensando enviar al mayor número a batalla, su corazón se lo impedía- Solo que prefiero que me ayudes con 30 elfos que nos ayuden en batalla y el resto ayudara a vigilar varios lugares de importancia, y también a mantener a salvo a muchos magos que no sepan de la batalla-
Dobby asintió con fuerza, sin discutir y sin siquiera dudar un segundo.
-Kingsley- continuo Harry para desviar la atención - ¿Escuche que reformaste a los Aurores? -
-Si, he pensado en formar con todos diez grupos, cada uno dirigido por un capitán y vicecapitán. De esa forma podrá movilizarlos con más facilidad y darles un curso de acción mejor a cada uno- comenzó Kingsley moviendo su capa arreglándola un poco, ya que ahora era el foco de atención - De diez solo puedo ofrecerte seis escuadrones completos, los otros cuatro estarán en puntos de importancia dentro y fuera del ministerio…-
-Serán cinco- dijo Ron interrumpiendo -Entiendo que quiera poner más de la mitad de sus fuerzas, pero necesitan tener un escuadrón móvil que pueda trasladarse a cualquiera de las otras cuatro locaciones en caso de que de verdad sean atacadas. Si son exactos, tendrán problemas si requieren refuerzos o algún lugar tendrá que estar descuidado si de verdad son atacados-
-No lo habíamos pensado- gruño Rufus soltando una leve sonrisa -Ahora veo por qué eres el estratega en esto-
La cara de Ron se puso roja, aunque intento evitar que se notara, pero no era suficiente con hacerse el que algo llamaba su atención en el lago.
-Bien, serán 50 Aurores, cuenten también conmigo, Alastor y, si mejora Rufus- dijo Kingsley mirando directo a Harry, el cual asintió.
-En cuanto a medimagos… ¿Cuántos requerimos para este número? - pregunto Harry mirando a Ron.
-Aun no me preguntas a mi-Dijo Edward con una leve risa al notar que lo salto.
-Sus vampiros, como usted menciono, en batalla podrían no ser de utilidad- dijo Rufus, bajo los ojos hundidos se notaba una mirada feroz y cansada.
-No es necesario que lo repitas- dijo Edward suspirando y sonriendo - Pero yo si seré de utilidad, ya me conoces Rufus, no puedo perderme una cena… digo buena pelea-
-Uno más, uno menos, eso no hace la diferencia- Gruño Ragnok algo harto.
-Difiero, uno puede empezar por pequeñas cosas, y con el tiempo, hacer que su entorno cambie y ese uno se vuelva cientos o miles- dijo Hermione molesta y con la mirada fija en el duende. - Uno puede hacer la diferencia-
El duende no contesto, solo realizo una mueca y le ignoro. Mejor, se dijo a sí misma, pues no quería discutir con él.
-Con todo eso… supongo que 20 medimagos serán suficientes-dijo Ron mirando a medimaga Emma que estaba pensando - ¿Cuántos medimagos nos puede proporcionar sin desequilibrar San Mungo? -
Emma lo pensó un largo rato, para luego mirar con fuerza a Ron-Quince, solo puedo darles quince medimagos, contándome a mi-
-Y yo también- dijo Madame Pomffrey a su costado.
-Genial- dijo Ron un poco más calmado. - Con todos lograre una buena táctica y forma de ataque en grupo, pero necesito tiempo… necesito … pensarlo a fondo-
-Entonces, supongo que este es el fin del concilio- dijo Rufus pareciendo a punto de dejar la cabeza sobre la mesa.
-Antes de que se retiren, les quiero agradecer su asistencia, su disponibilidad y ayuda- dijo Harry igualmente inclinándose, ella le siguió en el ejemplo y sonrió a todos -No enviare más instrucciones, pero requiero que el 29 estén aquí todas sus tropas, a primera hora. La batalla será en Hogwarts-
- ¿Atacaras ese día? - pregunto Dumbledore con su mirada en Kathor que movía un largo tronco que no se le acomoda en la muñeca.
-No, atacaremos el 30, pero quiero que todos estén alertas y que no haya sorpresas- dijo Harry suspirando. -Con eso dicho, les suplico que escojan ustedes mismos como entrenaran aquellos que enviaran. ¿Les parece terminar esta reunión? Ho hay algún punto más que quieran discutir-
Todos se levantaron, incluso Kathor y Triock que sembraron el piso. Miraron a Harry y por un segundo noto que todos se debatían, para luego dar una inclinación cordial de despedida.
La mano de Harry se alzó, y la tela transparente comenzó a recoger y enrollarse, a envolverse otra vez en una esfera y comenzar a bajar a su mano, hasta quedar en su palma. Recordaba la esfera más grande, pues esta debía ser del tamaño de cinco centímetros, cuando Marlow era cerca de quince y aquella esfera que cuidaba media mucho más. Era extraño, pero tal vez aquella pequeña era un prototipo de Harry y la grande la estaba reservando para otra cosa.
Mientras Ron acompañaba a los que saldrían de Hogwarts, Harry indico a Molpe que en el transcurso de la semana juntara a su pueblo para enviarlos también en el archipiélago, Molpe solo se despidió con un chillido muy agudo y en un chapoteo se adentró por el lago negro seguida de Marcus. Ellos esperaron, pues llevarían al resto al archipiélago Arcano. Más se alejaron un poco junto con Dumbledore y McGonagall, los cuales eran los únicos con los que Harry parecía querer hablar por el momento. Una vez lo suficientemente lejos, él se aflojo la corbata y soltó la cara de seriedad que traía, liberando la tensión que sentía.
-No fue lo que esperaba, pero fue mucho mejor- dijo La profesora en dirección a Harry, abrazándolo con fuerza y sujetando su rostro entre sus manos. - Tú y yo jovencito tenemos mucho que hablar-
-Quisiera tener el tiempo para eso-dijo Harry besando su frente y tomando sus manos - Pero ya escucho, tenemos muy poco tiempo y miles cosas que debo de hacer…-
-Solo di que necesitas Harry, te ayudaremos en todo- dijo Dumbledore con fuerza.
-Necesito que Hogsmeade sea evacuado- dijo Harry mirándolos - ¿Cree poderlo hacer en un par de horas? -
-Tal vez algunos se opongan, pero … creo que entre Aberforth y yo los convenceremos- dijo Dumbledore peinándose su larga barba.
- ¿En cuánto tiempo estarán listos para salir? - pregunto Harry mirando hacia la torre flotante.
-Para la noche, supongo- dijo el viejo con una mirada preocupada- Harry… ¿Confías en lo que estás haciendo por completo? -
-Por completo, no. Dudo de cada paso y me cuestiono si puede haber más caminos, más formas y decisiones que fueran mucho mejor- Dijo Harry cruzado de brazos aun mirando hacia un punto en la nada. - Dudar está bien, pero eso no me detendrá de tomar una decisión y derrotar a Voldemort-
Dumbledore asintió y se volvió a peinar la barba. -Iré de inmediato-
-Supongo que todos los Pendragon estarán descansando, así que por hoy ha sido suficiente- dijo Harry rascándose la nuca- Y perdón que los deje así, pero necesito hacer un par de cosas más antes de la evacuación de Hogsmeade-
-Yo llevare a todos ellos de regreso- dijo Hermione señalando al grupo de Gigantes, Centauros y los hombres lobo. Aunque Winky y Dobby estaban entre ellos también, como tablas rígidas y temblando ante el coloso tamaño de Kathor.
Harry no le dijo nada, solo le tomo y beso sus labios. Para luego suspirar y comenzar a alejarse, con la gabardina ondeando y a paso seguro. Aun se preguntaba como llevaría a Kathor y Triock, dudaba que encontraran en la oscuridad del lago el portal. Tendría que pensar muy bien cómo llevarlos sin molestar a su prometido, el cual tendría mil asuntos en la mente.
-Chicos ¿Podrían esperar un poco más? - pregunto Hermione mirando a los 8 que estaban más alejados - Ayudaremos en la evacuación, luego iremos todos juntos a Hogwarts ¿Les parece? -
-Ningún problema mi señora- dijo Kathor
Junto con la profesora McGonagall, Aberforth, el profesor Dumbledore y ella, lograron convencer a todos los de Hogsmeade. Aunque Aberforth, casi golpea al dueño de la mensajería y tuvo que hacer un trato con Madame Rosmerta para que sus bares ya no fueran competencia y tuvieran más clientela, lo cual era trabajar en conjunto. Idea suya luego de una acalorada discusión de comerciantes.
Harry apareció a tiempo para evacuar el pueblo y de paso resolver el problema de enviar a los gigantes. Luego de irlos a dejar, todo fue más tranquilo de hecho, disfruto estar junto a Harry un buen rato. Durante la noche, descansaba abrazada a su prometido, el cual miraba el techo y en su mirada se notaba que seguía pensando en los que tenía que hacer. No quiso romper ese ambiente, era muy pacifico para ambos y estaba segura de que en las siguientes semanas no tendrían mucho tiempo para estar solos, con seguridad serian sus horarios muy diferentes a partir de ese momento. Pero por lo menos esos minutos a solas, esas miradas de amor, y esos besos suaves los disfrutaría por lo que quedaba de aquellas oscuras horas.
Sofi, 7:00, siguiente día del concilio.
-Bueno, esto es poco ortodoxo, pero debes contactar con Nick casi decapitado- explico Harry a primera hora en la mañana, luego de que cada uno de sus amigos salieran a los deferentes deberes que les puso. -Los fantasmas pierden el sentido del tiempo y no quieren inmiscuirse mucho en asuntos de los vivos, pero esta vez necesito saber un par de cosas-
- ¡Ah! -exclamó Sofi, no muy segura de ir a hablar con fantasmas, algunas veces no sabía ni cómo comportarse frente a los vivos, frente a los muertos estaba segura de que sería una experiencia complicada- ¡Bueno! -
-Una vez que lo contactes, dile que cite a todos los fantasmas del castillo, si estoy en lo correcto, la mayoría están dispersos por el castillo y el bosque prohibido, donde no sean molestados y lejos de los alumnos. Si no los encuentras, te sugiero ir a la parte más profunda de la mazmorra- dijo Harry suspirando y como recordara algo - Tal vez te sientas algo extraña…- comento viéndola-… dime y si gustas te acompaño …-
-No -dijo enseguida, pues no quería ocupar su valioso tiempo en ese momento y tampoco parecer que necesitaba protección- Iré… ¿Qué quieres que les diga? - Pregunto esperando que Peeves no fuera incluido en la charla.
-Pienso hacer unos cambios al castillo, necesito saber dos cosas principales ¿Qué pasaría con ellos si el castillo dejara de existir? Y ¿Qué piensas y acciones tomaran en esta guerra? -
- ¿Quieres reclutarlos? -
-No- dijo Harry sobándose el cuello -Son fantasmas, ellos ya tuvieron su vida y sus batallas, pero sería muy útiles si pudieran ser mensajeros o simplemente estorbar a los enemigos. Ya que a ellos no les afectan los hechizos y … nada físico-
El día estaba muy nublado, frio y las gruesas nubes ocultaban cualquier rastro del sol, dejando oscuras sombras sobre el castillo. Adentro, entre los muros de piedra, sin alumnos, antorchas o cualquier clase de calor humano, creaba una sensación cosquilleante en la columna de Sofi.
Sofi camino por el castillo sin rumbo fijo, caminando a la biblioteca donde escucho ruido y movimientos bruscos, se asomo un momento, observando a Daphne tomando los libros que flotaban a su alrededor, y mirando una mochila sobre la mesa, los lanzaba con precisión para que estos se adentraran. Celebro saltando y dando un bailecito cuando entro el octavo seguido, salió sin hacer ruido, no quería saber que le haría Hermione si se enteraba de su trato a los libros viejos y desgastados de la biblioteca. En los invernaderos, Neville acomodaba con sumo cuidado las plantas dentro un carrito para transportarlas mientras les hablaba a las plantas, tenía ya una decena de carritos bien llenos, al igual que su vestimenta llena de tierra. En los armarios del profesor Snape, Theo se reía a carcajadas, revisando los exámenes pasados y burlándose del examen de segundo curso de Harry.
Estaba por ir al baño de mujeres del segundo piso a buscar a Myrtle, aunque no le agradara, luego bajaría a la mazmorra y si no la encontraba a los fantasmas procedería a ir a ayudar a Hermione. En ese momento un destello grisáceo le llamo la atención. En una ventana, sentada mirando el paisaje, se encontraba la fantasma de Ravenclaw, la dama gris y parecía por completo en una ensoñación fantasmal. Se acerco con cuidado y miro a su alrededor, buscando si a sir Nick tal vez estaba cerca, pero nada. Y si era el único fantasma no los desperdiciaría.
-Ehhh, Hola ¿Qué tal esta? - pregunto Sofi mientras se mantenía a distancia suficiente.
La dama gris giro la mirada, sus ojos no mostraban expresión alguna, pero notaba tristeza, una profundo y terrible dolor en su interior -Señorita, es una pregunta muy grosera para alguien que ya ha muerto-
Trago duro, eso no lo considero.
- ¿Qué tal su muerte? - pregunto Sofi esperando tener más tino esta vez.
-Tranquila, silenciosa- susurro mirando el paisaje -En días así, es doloroso venir y observar el lugar, recordar el penoso, terrible y sangriento día en el que fallecí-
- Lo lamento- dejo salir.
-Yo no, recuerda señorita, la muerte es la cura de la vida - dijo la dama gris regresando su mirada y flotando un poco más lejos, como si le incomodara, pero tal vez solo se dejaba llevar por el viento que entraba por la ventana - ¿Qué deseas de mi señorita Sofia? -
Abrió la boca para hablar, cuando se atraganto con sus palabras y tuvo que toser para no asfixiarse con su propia saliva. - ¡¿Me conoces?! -
El fantasma suspiro, se levantó y comenzó a flotar esta vez rotando sobre Sofi y traspasando una vieja gárgola del pasillo.
-Luna me cuenta de sus amigos, ella habla mucho de ti- dijo la dama gris con una voz neutra y sin emociones- Es raro… pareciera siglos desde que vino a contarme cosas. ¿Habrá muerto? -
-No- contesto de forma rápida, estaba segura de que la rescatarían, aquellas palabras no estaban en su mente. -Ella está bien-
Pensó en Luna por un minuto, en como aquella chica la protegía y cuidaba, le enseño algunas cosas y siempre estaba para escucharla. Quería a Luna demasiado, era como su mentora y al mismo tiempo parte importante de ella. El pensar en perderla le dolía mucho, estrujaba su corazón y se mordía el labio con fuerza. Odiaba que en ese momento no estuviera junto a ellos, pero estaba segura de que la traerían de regreso y pelearían juntas de nuevo.
Sus puños se apretaron y tomo aire -Necesito hablar con todos los fantasmas del castillo ¿Cómo los contacto? -
La dama gris paro de flotar, elevándose y balanceándose un poco mientras permanecía estática, petrificada en un solo lugar.
-No deberías jugar con muertos- dijo la dama gris suspirando - Los vivos huyen de la muerte, temen lo que desconocen… sin saber que el fin solo es el comienzo-
El escalofrió que recorría su columna, su piel erizándose y sintiendo esa necesidad de querer correr sin poderlo lograr se acumularon. La dama gris era muy extraña, todos en Gryffindor hablaban con Nick como si nada, pero ella cargaba el lugar de malas sensaciones.
-Debo de hablar con ellos. Harry lo solicita- dijo Sofi como ultimo recordó.
Por primera vez pareció reaccionar, abriendo más los ojos y por un segundo manchas color gris plateado se mostraron por todo su vestido, como sangre que se deprendía de su interior y luego se desvaneció.
-Entonces, sígueme pequeña- murmuro y antes de saberlo comenzó a alejarse de espalda y flotando con lentitud.
No espero para seguirla, solo comenzó a correr detrás de ella, atravesaba paredes, y descendía sin escaleras. Por lo que tuvo que tomar atajos y correr todo lo que podía para cubrir su falta de intangibilidad. Durante el trayecto sintió que la dama gris realizaba algo, pues hablaba con chirridos y sonidos escalofriantes, les recordaban a vidrios arañados, puertas y ventanas rechinantes o esos sonidos bajos y escalofriantes que sonaban antes de dormir.
Como bien dijo Harry fueron directo a la mazmorra, a lo más profundo, incluso pasando la sala de Slytherin y continuando hasta un lugar que nunca creyó visitar. Aun si era de día, la oscuridad apenas y le permitió ver, el sonido de gotas de agua, la humead en el aire y algún que otra rata chillando le hicieron frenar de golpe, el aire le faltaba y no por el correr. No le gustaba nada de aquello, si no soportaba las películas de terror, como aquello lo aguantaría.
Su cuerpo entumido, hiperventilaba, sentía la espalda empapada y un frio en los pies intenso. Miro a la dama gris, flotando, expulsando una débil luz plateada a su al redor mientras se movía con lentitud por el pasillo. La dama gris le miro desde la puerta del final del oscuro pasillo, giro y la débil luz platinada se fue. Estaba en medio de aquel lugar, con chillidos a su alrededor, la oscuridad detrás y delante, además de su corazón retumbando en sus oídos, sintiendo que algo se movía en la oscuridad.
Como si de una pared fuera a brotar algún monstruo y le atacara, se mantenía tensa y mirando a su alrededor. Claro que no era posible, pero el sudor frio le continuaba recorriendo la frente y la columna. Su mano busco la pared, húmeda, fría y algunos lugares viscosos, más se pegó a ella y dejo la espalda contra la roca, le fallaban las piernas y se sentía a punto de salir corriendo. El pasillo se movía ondeando e incluso el olor a humedad le pareció nauseabundo.
-Tranquila- se dijo a sí misma muy bajo- Esto… solo es un pasillo… oscuro, aterrador y con ratas-
-Buen día-
- ¡AAHHHHEEE! -(N/C: efecto de sonido 3000, no se rían) grito con fuerza al escuchar la voz, despegándose de la pared, sacando la varita y mirando la cabeza que salió por el muro. Lanzo un hechizo, este exploto la pared, pero la cabeza seguía intacta, pero colgaba de un trozo de piel y tendón del cuello, aunque tenía una mirada dura.
-¡Señorita Sofia, eso no es muy amable de su parte!- dijo el señor que salió del muro, reacomodándose la cabeza y flotando al pasillo - Por esta vez la dejare pasar su actitud, más déjeme advertirle que hay animas que no soportarían tal trato. Le recomiendo tomar unas lecciones de modales fantasmales, la casa Potter debe enorgullecer y mantener su apellido en alto-
Calmo su corazón antes de hablar, este palpitaba queriendo salir de su pecho y provocando que sus piernas se sintieran débiles. Ahora que lo notaba, el lugar estaba enfriando mucho más, y luces grises comenzaron a surgir de todos lados, los fantasmas pasaron a su alrededor sin siquiera mirarla y sin parecer importarle nada. El único interesado en ella era Nick que flotaba y esperaba a lo que respondiera, se notaba su caballerosidad y entrega a Gryffindor.
-Lo siento Sr Nick, me asustaste- contesto dejando salir vaho, el calor se había esfumado del lugar.
-Los fantasmas solemos tener ese efecto - dijo Nick poniendo un brazo tras la espalda y señalando el pasillo, para escoltarla -Escuche un llamado de la dama gris, viene a escuchar que tenía algo que comunicarnos ¿Qué es lo que hace aquí lady Potter? -
-Soy yo la tengo que hablar con ustedes, de parte de Harry- dijo Sofi levantando la varita y lanzando varios fuegos a su alrededor, para alumbrar y de paso que le calentaran calentaban un poco.
-Esa es una excelente noticia, siempre creí que Lord Potter no había muerto- dijo Nick con una sonrisa y alegre -Veo que no es una reunión social, por lo que supongo debemos apresurarnos. Le escolto, lady Potter-
No era su idea que un fantasma caminara a su lado, después de todo el frio con tantos fantasmas era demasiado y algunos de su alrededor daban escalofrió. Pues mostraban los mismas formas sangrientas y deformes al morir. Al doblar en la esquina miro que estaba más iluminado, con hileras de velas, eran de color negro y una llama azul brillante que arrojaba oscuras sombras fantasmales e incluso parecía formar rostros de personas por segundos. A cada paso escuchaba suaves susurros, lamentos y quejidos, así como uno que otro grito a la lejanía le hacían voltear a ver a Nick, el cual continuaba sonriente y flotando como si nada pasara.
Al terminar el pasillo, ve observaba una oscura celda, cubierta con colgaduras negras y múltiples colores grises plateado adentro.
-Aquí es donde solemos ruñimos en ocasiones especiales, como cumpleaños de muerte, premiaciones de los cazadores de cabezas y en algún que otro quejido fantasmal-
No quiso preguntar por ninguno de los tres, aquello sonaba a celebraciones de los que no quería ser participe. Al entrar hizo una floritura con su sombrero de plumas y con una reverencia educada. La mazmorra estaba llena de cientos de personas transparentes, de color blanco perla y una débil aura gris. La mayoría se movían sin ánimo flotando sin dirección alguna, dejándose llevar y sin enfocar a nadie en conciso. Del techo colgaba una lámpara que daba una luz azul.
Aquello era un congelador completo, el vaho salía de ella en cada respiración.
-Penoso día mis compañeros- dijo Nick con tristeza y pena en la voz, aunque nadie presto atención alguna.
Adelante estaba un grupo de hombres a caballo con las cabezas bajo el brazo, una figura harapienta que arrastraba cadenas y del Fraile Gordo, un alegre fantasma de Hufflepuff que hablaba con un caballero que tenía clavada una flecha en la frente. Sofi no se sorprendió de que los demás fantasmas evitaran al Barón Sanguinario, de mirada impertinente y que exhibía manchas de sangre plateadas. Manchas que le recordaron a lo recién visto en la dama gris.
- ¿¡TU QUIEN ERES!? -grito una voz chillona, una ráfaga de iré frio le golpeo la cara y a un centímetro de su nariz congelada estaba Myrtle la llorona, con la cara un poco oscurecida. - ¿DÓNDE ESTÁ HARRY? - separando las palabras demasiado.
-El no vendrá- gimió Sofi asustada por la repentina acción y más aún en esa oscuridad y frio que estaba teniendo su cuerpo.
Myrtle era el único fantasma que todas las chicas de Hogwarts conocían, ella ocupaba los lavabos de chicas del segundo piso, pero de vez en cuando pasaba a otro para molestarlas y casi todas las que ingresaban de un nuevo curso, terminaban asustadas por sus llantos constantes o su repentina aparición en los sanitarios. Evitaba a todas costas entrar a del segundo piso, era horroroso ir al servicio y escucharla lamentarse a pleno llanto desconsolado.
- ¡Ese mentiroso! - se quejó Myrtle como si fuera a comenzar a chillar, pero antes de que ello sucediera se retiró en dirección de una mesa larga. -No me ha visitado- susurro como si quisiera arrojarla poniéndose junto a la mesa y haciendo algo y voltearla, pero sin poderlo lograr.
Sofi solo se acercó un paso y observo horrorizada e inmóvil lo que había sobre de ella. El olor le golpeo la nariz en ese momento. Eran fuetes de plata con pescados podridos, comida mohosa y pasteles llenos de insectos algunos incluso quemados; había un pastel de vísceras con gusanos, que estuvo a punto de hacer que su desayuno terminara siendo parte del menú.
Pero apenas se habían dado la vuelta cuando un hombrecito surgió de repente, de debajo de la mesa, y se detuvo frente a ellos, suspendido en el aire.
-Hola, Peeves -dijo Sofi, con precaución.
A diferencia de los fantasmas que había alrededor, Peeves el poltergeist no era ni gris ni transparente. Estaba sin ropa, mostrando solo unas trusas rosas y un vientre algo abultado mientras se rascaba el trasero y exhibía una mueca de desagrado, más en cuanto la vio su cara mostro una ancha y malvada sonrisa.
-Con que es la chiquilla, la protegida de Potty- dijo Peeves dejando de rascarse para oler sus dedos - Y ¿Cómo va todo con ustedes? No he visto mucho movimiento últimamente-
-Peeves- dijo Nick con un tono de regaño - No es momento, nos ha llamado para hablar de Lord Potter-
- ¿Para qué es la reunión? - pregunto el Fraile gordo desviando la atención - La dama gris envió un lamento urgente -
La dama gris estaba en la misma posición en que la encontró, sentada y mirando una pared, sin siquiera parecer estar consciente de que la mencionaron o estaban bajo tierra en ese momento.
-Solo he ayudado a esta jovencita- susurro con profunda tristeza.
Casi ninguno volteo a verla, lo que le alegro, pero el resto fue suficiente para erizarle la piel y darle un escalofrió intenso.
- ¿Qué quieres? -preguntó enfurruñada Myrtle.
-Antes, gracias a todos por acudir y darme un poco de su tiempo- dijo Sofi con voz baja y tiritando de frio.
-Niña, no tenemos nada mejor que hacer- dijo el barón sanguinario con hostilidad y sacando un poco de su espada, como si decidiera si cortarla o no.
Tratar con los muertos paso a ser la actividad más aterradora y la menos favorita de Sofi, y parecía que no dejaba de meter la pata. Nick casi decapitado negó con la cabeza.
-Recordemos, mis lamentables compañeros, que ella sigue viva- dijo Nick con cortesía -Ella aún tiene sangre en su corazón, pulso en sus muñecas y calor en su piel-
-Una pena- dijeron todos y cada uno de los fantasmas, a un solo tiempo y con un aire espectral que estaba haciéndole más mella en su control.
Sofi sentía mucho frío ya la cara casi la tenia del todo fría, sus manos y pies le parecían congeladas y no estaba segura de ni como empezar.
-He venido, para preguntarles un par de cosas- dijo Sofi directa. - Es requerido por Harry-
El rostro de todos fue el mismo, como entre una decepción profunda y total desinterés por aquello que fuera a preguntar. En el caso de Nick solo introdujo un dedo en la rígida gorguera del cuello y la enderezo un poco, ganando tiempo en lo que contestaba. Sólo desistió cuando su cuello, parcialmente seccionado, estuvo a punto de separarse otra vez.
-Siempre lo mismo- dijo Peeves antes de rascarse de nuevo el trasero y dar media vuelta -Esto no es divertido, me largo-
Antes de que pudiera decir algo desapareció por el muro, estaba por hablar cuando otros muchos hicieron lo mismo, entre lamentaciones y quejidos profundos. Sobre todo, los cazadores de cabezas, que lanzaron un cabeza al aire y comenzaron a jugar, atravesando el muro cabalgando, persiguiendo la cabeza cercenada.
- ¿Tiene que ser precisamente ahora? -comentó Nick, contrariado - Si es sobre lo que hay después de la muerte déjame decirte, que no sabemos nada, eso es algo que nosotros aun desconocemos en su totalidad-
-No. Sir Nick, por favor -suplicó -Necesito hablar, en serio ¿Podemos? -
Se miraron entre los fantasmas restantes, como si hubiera una complicidad implícita y cuando el resto regreso a mirar a la nada o simplemente continuar lamentándose como Myrtle, el asintió resignado.
- ¿De qué quieres hablar lady? -
- Sobre su estatus- dijo Sofi sin querer equivocarse, de nuevo, en sus palabras.
-Se los dije- murmuro la dama gris- Todos quieren hablar de la muerte, de que se siente, que hay del otro lado… solo Luna no ha preguntado-
-Ella es buena amiga- dijo Sofi recordando de nuevo a Luna y como era por ella también que estaba en ese lugar por una razón - Pero lo que quiero saber es…- espero un momento seleccionando sus palabras, pero parecía que no había buena forma y tal vez ser directo era lo mejor. -Ustedes están muertos… Pero sigue aquí, ¿verdad? -Nick suspiró otra vez y siguió contemplándola sin mucho interés - Sí, ¿verdad? Usted murió, pero yo estoy hablando con usted… Y usted puede pasearse por Hogwarts, ¿no? -
-Sí -admitió Nick Casi Decapitado con voz queda - Hablo y me paseo, sí. - Dejo salir un suspiro, que helo aún más la sangre de Sofi. -Y se lo que preguntara. Sólo… sólo los magos pueden convertirse en fantasma, ya que los magos pueden dejar un recuerdo de sí mismos en el mundo y pasearse como una sombra. - Floto y quedo mirando a una pared antes de continuar -Yo temía a la muerte -repuso Nick débilmente -Decidí no aceptarla del todo. A veces me pregunto si debí… Bueno, es como no estar ni aquí ni allí. De hecho, yo no estoy ni aquí ni allí… -
-Solo penamos, vagamos y estamos… sin estar- dijo la dama gris sin sentimiento alguno -No hay nada, no hay cosa que podamos sentir o hacer-
-Aunque algunos aun podemos conservar sentimientos o parte de nuestras características en vida- dijo Myrtle girando con tristeza en la mirada. -Eso hace a cada fantasma diferente-
-Pero después de siglos o milenios, solo quedan rastros de lo que fuimos en vida- añadió el Barón sanguinario sin ánimo alguno, dando una mirada a la dama gris- Con el tiempo, todo deja de importar. -
Nick casi decapitado chasqueó la lengua en señal de desagrado y añadió -Como le digo, los fantasmas, no sabemos nada de los secretos de la muerte, Lady Potter, porque en lugar de morir elegí una pobre imitación de la vida. Creo que en el Departamento de Misterios hay magos eruditos que estudian ese tema… Pero muy pocos magos eligen ese camino. Dígale al Lord Potter… que los secretos de la muerte no son algo que exista en este mundo-
-Creo que mal entiende Sir Nick- Dijo Sofi caminando hasta mirar a Sir Nick de frente- ¿Quiero saber si ustedes están ligados al castillo? Si pueden ir a otros lados y establecerse-
Nick parpadeo, aunque no lo necesitara.
- ¡Por supuesto que podemos, no somos encadenados! - dijo Nick con un aire ofendido- Nuestro recuerdo viene de esa parte de nosotros que no desea morir, una parte de nuestra alma se aferra a la vida y deja el cuerpo físico marchar. Por ello no somos vivos, pero tampoco muertos, estamos en un estado perpetuo en la mitad -
-Yo fui a una fiesta no hace mucho- dijo Myrtle con las mejillas más platas- No le gustó nada a los invitados, pero el chico era lindo-
-Perfecto- dijo Sofi contenta de conocer la mitad - Y, pronto, habrá una batalla en el castillo. Harry desea saber ¿Pueden apoyarnos? -
Nick solo volvió a acomodarse la gorguera y suspiro -No, los fantasmas no somos de esa clase de seres, podemos ayudar si nos parece interesante o por convicción. Pero…- Miro al Barón sanguinario que ya flotaba hacia un muro y desaparecía, al igual que el fraile gordo y el resto, dejando a Myrtle, la dama gris y Nick acompañándola. -… nunca hemos sido capaces de estar de acuerdo en algo-
-Entonces, deben de alejarse de Hogwarts para el combate si no quieren quedar en medio- dijo Sofi con convicción -En la batalla todo Hogwarts estará involucrada ¿Puede pasar el mensaje? -
-Lo hare lady- Dijo Sir Nick inclinándose -Pero dígale a Lord Potter, que cuenta con un servidor, ese día, daré lo mejor de mi… aunque solo pueda dar escalofríos a los enemigos-
-Dile que conmigo también- dijo Myrtle con voz baja- Que debe de venirme a verme, hace años que no estamos en mi retrete-
Miro a la dama gris, pero solo suspiro y murmuro -Dile a Luna que estaré donde siempre, esperando -
No supo que contestar, solo asintió a los tres y dando una última mirada comenzó a regresar. Harry había dicho que quería que hablara con ellos por cortesía y que les dijera de la batalla para no afectarlos, pero ahora que los escuchaba, tal vez tenía alguna información que le serviría a su hermano. Luego de agradecerle a los fantasmas y despedirse regreso a al castillo, casi corriendo de regreso, aunque se notaba fría, sin fuerzas y algo triste. El convivir con fantasmas no era algo lindo.
Harry, después del concilio.
Acababa de dejar a todos en el lago y ahora parado frente a aquella especie de mini sol, no podía más que pensar en que le faltaba terminar muchas cosas. agradecía que aquella habitación le diera más tiempo del que esperaba y también el que sus maestros fueran tangibles, pues así no hablaban en su mente y evitaba los dolores de cabeza que le provocaban.
-Tengo una consulta para ustedes- dijo Harry luego de un rato reflexionando.
-Ya sabía, eres bruto por naturaleza- dijo Merlín a su costado imitándolo desde el momento en que se paró y observo aquella masa metálica ardiendo. -Pregúntame, que yo lo sé todo-
-Nunca aprendes ¿Cierto? - dijo Nimue a sus espaldas, con seguridad aguantando para no intentar ahorcar a Merlín.
- ¿Aprender? ¿Se come? -
-Señor Merlín, usted ya no come- gruño Sly parándose al otro lado.
-Si fuera Godric, sería lo que más extrañaría- dijo Griffin con una carcajada -Pero no… no sé lo que es comer-
- ¿Eso crees? - dijo Merlín con una sonrisa ladina y una leve sonrisa - Yo me alimento de Harry, de sus penas y desgracias, de aquello que me hace superior, eso me hace feliz-
-No sé quién es peor, si Voldemort o usted señor Merlín- Carraspeo Revé no muy lejos de ellos.
-Merlín- contestaron Harry y Nimue a la par, mientras el mismo asentía la cabeza sin un atisbo de pena o vergüenza.
-Solo que Merlín ya no puede hacer más daño- dijo Harry suspirando y girándose -Regresando al tema ¿Ustedes saben para que se utiliza esto? -pregunto sacando la canica que consumía su curiosidad.
Se las enseño a sus maestros, que enseguida se aproximaron a la pequeña esfera plateada, Huffy comenzó a traducir las runas diminutas, Sly paso un dedo por la superficie que ondeo y cambio las runas. La estudiaban con ojos muy abiertos, sobre todo Revé que casi estaba con las narices pegado a la esfera.
- ¿Acaso no saben qué es? - pregunto Merlín con una sonrisa ladina al acercarse, su nariz apuntaba al techo con un rostro pedante. -Como siempre mi conocimiento rebasa sus expectativas… alabadme sucios mortales-
-Tu ego es estratosférico, hasta el mío es menor- gruño Griffin por lo bajo. -Además el único mortal aquí es Harry-
-Por eso, sucio mortal inclínate ante mi asombroso ser-
-Bájate de tu dragón- le dijo Nimue sin siquiera mirarlo, pero con los ojos en blanco -Este objeto es muy antiguo y tiene varias funciones, pero la principal es…-
- ¡UN ESTABILIZADOR DE LA QUINTA ESCENCIA! - Grito Revé alzando la cara con una enorme sonrisa. Por primera vez en todo ese tiempo, la veía como si le hubieran dado el mejor regalo de su vida- Este dispositivo principalmente es para almacenar y poder obtener mejor control de la magia de un mago o bruja. Enseña y plasma en cada mago el mejor uso y forma de controlar su magia. Más esto puede aplicarse directamente a la quinta esencia y así poder estabilizarla ya que el control de ella es sumamente complicado ¿Dónde la conseguiste? -
-Concuerdo con Revé, pero siento… que tiene algo más… como si tuviera algo extraño, algo más antiguo y poderoso-
-Señor Merlín ¿Usted sabe de este dispositivo? -pregunto Sly también levantando la vista.
-Por supuesto que lo sé- dijo Merlín casi mirando el techo y con una sonrisa enorme por ser el centro de atención.
Todos esperaron, más Merlín no hablo, no hasta que Nimue se acercó y de un solo movimiento le dio un golpe en la nuca y lo hizo verlos.
- ¡Nim! -
- ¡Habla o te doy más! -
-Ya hablo, ya hablo- comenzó Merlín alzando la esfera con magia y girándola, las piedras rotaban y volvían a su posición inicial, como una brújula que perdía el rumbo por un momento- Bueno…. Técnicamente lo ocupaba para ayudar a equilibrar la magia de Nimue, la primera vez que se transmuto de forma elemental casi destruyo toda una población. Tuve que noquearla- dijo Merlín suspirando y revisándola -No lograbas transmutar del todo, tu afinidad al aire era mucho más, pero cada que comenzabas a hacerlo esta soltaba una tormenta que destruía todo a su alrededor. El control de una transmutación elemental ha sido siempre un problema. -
-Practique meses insertando mi magia y concentrándome en las runas de esa esfera para lograr poder transmutar a agua, el siguiente elemento que mejor me queda. No sé porque nunca pude transmutar en aire- continuo Nimue mientras que suspiraba-
-Cierto- dijo Harry recordando lo visto hacía mucho tiempo atrás- Nimue lastimo aun guardia de Camelot cuando era niña con puro aire-
-Si, sus rabietas siempre eran un dolor en el culo-
- ¿Dolor en el culo? El que te voy a dar yo si no guardas tus comentarios para ti- dijo Nimue alzando el puño y mirando examante como si lo quisiera matar, pero no podía- De cualquier forma, lo perdí mientras luchábamos con Diddy la primera vez-
- ¿Por qué antes no me dijeron? - pregunto Harry algo molesto mirando a los dos, que alzaron una ceja confundidos- Con esto Hermione ya hubiera logrado la transmutación elemental y tal vez más, con un dispositivo así…-
-Para tus centauros y sus potros - dijo Merlín con un tono de voz más fuerte de lo normal - Si no dijimos nada, mocoso desagradecido, es porque no sabía que aun existía y menos que estaba en el ministerio-
-Pero sabían de ello, pude estudiar su fabricación y apurar todo para…-
-No podrías- dijo Nimue negando incluso con la cabeza y manos. -Eso no es un objeto mágico de nuestra era…-
- ¿Qué? -
-Harry, cariño- dijo Revé acercándose y tomándole del hombro con suavidad para que la viera -La biblioteca infinita tiene tomos y muchos documentos almacenados de la era de Merlín, pero ninguno que hable de este dispositivo. Si mis sospechas son correctas… no crearon este dispositivo, no creo que ni tengan idea de todo su potencial-
-Es decir que fue creado mucho antes de su era, de una era que ni antiguos magos como Merlín o Nimue conocen- dijo Griffin con una voz algo misteriosa y baja, con una mano en su barbilla y pensando - De una era… en que la magia debía de ser algo que estaba en su pináculo más alto y donde con seguridad eran considerados deidades-
Le miraron al chico que hacía esfuerzo por pensar y por un momento les sorprendió, que parecía tener lógica.
-Deja de ocupar el cerebro o se te quemara- dijo Sly -Tu conciencia felina no saben más que jugar con bolas de estambre y afilarse los dientes-
-Y tu lengua viperina es tan larga que se enreda con ella misma y te la muerdes- dijo Griffin cruzándose de brazos haciendo un puchero.
-Hoy si me sorprendió- susurro Sly alzando una ceja.
-Tengo mis momentos-
- ¿Cómo es que Voldemort sabia de ella? - pregunto Huffy de repente. - Si es tan antiguo, que incluso nosotros lo desconocemos-
- ¡Las páginas que faltan! - dijo Harry haciendo parecer el grimorio oscuro y harapiento, floto y las páginas comenzaron a pasar hasta la sección que mostraba las hojas rotas que faltaban -Morgana escribió de el en el grimmorio, lo ha de ver buscado y con seguridad alguien dentro del área inefable trabaja para el e informo a Voldemort donde estaba-
-Por eso el verano pasado no fue directo por ello- dijo Sly asintiendo. - No tenía conocimiento de dicho dispositivo, hasta después de tener las hojas se enteró-
-Pues me llevaba delantera en ello - gruño Harry guardando el grimmorio de Morgana y pensando el daño provocado por unas solas páginas. ¿Qué lograría con todo el contenido? No por nada era un el mago oscuro más prominente del último siglo.
Pero tampoco tenía tiempo para lamentaciones. Volteo otra vez a mirar a Merlín y Nimue, ambos serios y asintiendo. Sin dar muestras de que dijeran alguna mentira o de que incluso pudiera haber otro dato relevante. A esas alturas y con la urgencia que tenia de elevar el nivel de todos, dudaba que le ocultaran algo a propósito. Sostuvo la esfera otra vez y la miro, aquella cosquilleante sensación en la nuca, los toquecitos entrando por sus dedos, añadido a que esta cambiaba de runas en su mano y mostraba los cristales siembre orientados en la misma dirección no le decían mucho más.
- ¿Cómo funciona exactamente? - pregunto Harry, ya que, si no podía saber más de ella, quedaba solo experimentarlo en carne propia.
-Lanza tu magia pura dentro de él, como si fueras a ocupar alguna roca de luz o parecido. Tiene que activarse y… bueno entonces lo entenderás- dijo Nimue suspirando.
-En el peor de los casos, terminaras volando mil metros. – Dijo Merlín sonriendo con malicia. -O tus dedos se rasgarán en varias partes-
Harry miro a Nimue, la cual estaba igual de seria, lo que significaba que aquello no solo era para hacerlo dudar o para que le diera miedo.
Calmo su mente de pensamientos, cerro los ojos para sentir mejor su magia, poderla lanzar por su brazo, su muñeca, sus dedos y enviarlas a la pequeña esfera. De golpe y sin siquiera aviso comenzó su magia a ser extraída con fuerza, la esfera la extraía como si fuera agua y comenzaba a verla fluir en su interior. Le pareció que pasaba por varios círculos mágicos en el interior de esta, girar por runas y diferentes inscripciones en el interior. Intento seguir el ritmo, pero aquello era como si su magia pasara por mil pruebas antes de llegar al centro y luego de eso esta comenzara a ser expulsada al exterior. Abrió los ojos para ver que había cambiado en el exterior, notando que todos los cristales estaban encendidos y cambio a de un color plateado a uno casi cristalino que incluso se cubrió de runas que no conocía, y que debía consultar con Hermione.
-Curiosa reacción- dijo Sly más cerca sin tocar la esfera - ¿Qué significara? -
-Ni idea, pero se nota que dicta que Harry, como sabíamos, es el elegido- dijo Huffy alzando su cuello y sujetando el brazo de Harry para bajarlo un poco y lograrlo mirar.
-JA ¡Pero si eso lo dije yo hacía mil años! - Dijo Griffin en una carcajada y palmeando la espalda de Harry - ¿Qué otra cosa sabe hacer la chuchería esta? -
-Ahora cambia las propiedades de tu magia, utiliza la quinta esencia directamente en ella- susurro Merlín, de tal forma y con una sonrisa enorme, una que de verdad le dieron escalofríos a Harry. A como lo conocía, estaba planeando burlarse de él o hacerlo caer en una de sus trampas.
Podía evitar lo que planeara simplemente no haciéndolo, pero en aquel momento no estaba en el lugar para tomar esos lujos. Pero si para concentrarse e intentar dar todo de sí. Comenzó igual, cerrando los ojos, concentrándose en su magia, creando siete líneas diferentes por su brazo, en cada una llevaba magia de cada tipo de elemento, las otras dos de luz y de sombras. Lo había hecho antes, pero hacerlo de forma tan precisa le llevaba un minuto lograr realizarlo como correspondía. Pero en cuanto la esfera fue inyectada con todas ellas, su mente se volvió un caos.
Era como estar dentro de la esfera, siendo un diminuto punto blanco, mientras que a su alrededor las múltiples magias giraban por todos lados, creando círculos mágicos, runas e inscripciones que nunca vio. Con torbellinos, fuegos, terremotos y mareas de magia que le estaban sacudiéndolo con fuerza, mientras líneas de luz y oscuridad comenzaban a entrelazar con las magias; proyectando nuevos colores, nuevas formas y a su alrededor dejando un mundo de colores y figuras que se combinaban y distorsionaba en cuanto chocaban con otras. Se estaba volviendo loco, no había ni arriba ni abajo en la magia, no entendía el millón de círculos mágicos y runas que golpeaban su mente e incluso por un momento nada le pareció coherente. Era como caer en un vacío infinito de imágenes y magia, el conocimiento no le servía para entender nada y por mas que quisiera saber o detenerse no podría, su mente ya estaba siendo absorbida por aquella enorme dimensión donde su magia era un caos.
No hasta que decidió dejar de encontrarle sentido, solo dejar que la misma magia tomara su forma y lo llevara a donde ella quisiera. Y fue cuanto todo comenzó a girar, a rotar en dos direcciones contrarias, a combinarse con otras magias y cada vez luciendo más claros u oscuros, incluso a formar una forma concisa y muy bien dibujada. Era como verse a si mismo desde la lejanía, siendo rodeado de líneas y figuras, que en conjunto formaban una incluso mucho mas grande, una tan enorme que tu quedabas siendo un punto en la gran creación que estabas representando.
La imagen, se quedó estática fija y el solo la observaba con suma claridad. Abrió los ojos con lentitud, observando el resultado de ello, los cristales estaban encendidos igual que antes, ahora incluso la esfera era cristalina, esta vez sin runas y solo un símbolo en su centro. Diminuto y apenas visible, pero entre más lo observaba más parecía estar cerca y se percató que era el mismo que vio en su mente. Un círculo que contenía otro circulo pequeño y del interior flechas saliendo de su interior y traspasaban al círculo más grande. Cada uno de estos era iluminado por un tipo de magia, la última de un toque plateado intenso y que le recordaba algo. Ya había visto esa luz, ese toque plata y que fluía como agua, era cálido y reconfortante.
- ¡¿Cómo hiciste eso?!- pregunto Merlín mirando sobre su hombro.
Fue suficiente para que su concentración se perdiera del todo y la esfera volviera a ser la misma en un parpadeo. No había terminado de entender el símbolo, pero algo si era diferente en él, como si el simple hecho de haber llegado hasta ese punto le diera una pista para controlar mejor la quinta esencia, como si todo tuviera mas coherencia en ese instante.
-Y el alumno supera al maestro- dijo Nimue sorprendida- Merlín nunca pudo pasar de donde la magia se vuelve loca y te lleva a donde casi tu mente se pierde y la magia te explota en la cara-
-Pero ¿CÓMO LO HAS HECHO? - grito Merlín volviendo a levantar la canica entre sus dedos e intentando hacer algo, sin embargo, esta se mantenía impasible.
-Deje de intentar controlarlo- dijo Harry aun reflexionando sobre lo visto. -Pero… no se… tambien fue como si me enseñara… algo…-
Y alzo la mano, si eso era lo que creía, la observo un minuto y volvió a hacer lo mismo, pero sin aquel dispositivo. La magia por si sola salió de sus dedos, pero no los elementos, como siempre necesito para crear la quinta esencia, pero no le vio necesidad pasar por todo el proceso, continúo imaginando los finos hilos de magia enroscándose, combinándose y fundiéndose en una esfera de colores que giraba y se dejaba llevar por la magia. Un diminuto punto apareció, era la magia de la quintaesencia, su magia aumento de golpe y una esfera absorbió su puño del tamaño de este mismo. Le pesaba y su mano se entumió, más estaba logrando crear suficiente quintaescencia casi sin problema alguno.
- ¡Esto… has superado cualquier punto antes haya visto de la magia Harry! - Dijo Revé emocionada dando saltitos y mirándolo con emoción.
- ¡¿Se lo puedes lanzar a Merlín?! - Dijo Griffin igual de emocionado - ¡Quiero saber que pasa! -
-Ese es mi discípulo, siempre superando sus propios límites- dijo Sly sonriente.
-Nada tonto el chico, pero algo despistado- suspiro Huffy con sus brazos cruzados y asintiendo para ocultar su sonrisa.
-Es sorprendente su avance desde el archipiélago, donde no pudo ni recordar un "aresto momentum"- suspiro Nimue alzando el pulgar y sonriéndole.
-Con el tiempo y dedicación…-murmuro Harry sintiendo el brazo entumirse, pues el control de aquella magia parecía sobrepasarlo -… lograría dominarlo-
-Yo tambien lo lograría, no es nada que no pueda hacer cualquiera- gruño Merlín arrojando el dispositivo.
-Llevo con él un par de días- dijo Harry atrapándola al vuelo y dejando que la quinta esencia se esfumara, luego alzo los hombros e imagino en que beneficios les daría a sus amigos, que ya tenían magias especializadas no como la suya que era más general. - ¿Cuánto tiempo lo tuviste en tus manos Merlin? -
-Por lo menos desde que me conoció, como unos 10 o 13 años- Rio Nimue con una sonrisa ladina. -No hizo mucho con ella… la verdad-
-Cállate Nimue -
- ¿Dolió verdad? - se carcajeo Griffin.
-Los matare a todos-
-No estamos vivos- corrigió Revé. -Y tú tampoco-
-Esto me ayudara a hacer lo que tengo planeado- dijo Harry mirando la esfera otra vez aquello debía ser tan bueno como la misma Excalibur, aunque este parecía que era más para enseñanza y la espada para ataque.
De cualquier forma, debía cuidar bien de ambos, ya que uno podía ser utilizado para sembrar el mal y el otro era un arma sumamente poderosa. Pero aquello debía ir con mucho cuidado a quien lo mostraba y como lo utilizaba. Pero aprovecharía de que ahora comprendía mejor la quinta esencia para continuar con su plan antes de lo previsto.
- ¿Qué piensas hacer? - pregunto Revé curiosa.
{Harry el pueblo está listo para irse. Aberforth logro convencer a todos… bueno amenazo a algunos} dijo Hermione en su mente. {Aunque supongo que la mayoría tiene miedo de que se queden aquí durante la batalla}
{Voy hacia allá, dame unos minutos} dijo Harry con una sonrisa a sus maestros, pues esperaba que aquello no saliera mal y los perdiera. -Dejémoslo para más adelante, ya llegara el momento-
Tuvo que colocarse la máscara de nuevo antes de presentarse ante todos, la habia reparado lo mejor posible, no había tenido tiempo para conseguir una nueva y la verdad no creía necesitar otra. Creo un portal provisional en cuestión de minutos, a las afueras de Hogwarts y en dirección de Hogsmeade. La mayoría llevaba sus cosas flotando o guardadas miniaturizadas, no se vieron molestos, pero si asombrados con aquella magia que nunca vieron antes. El portal era muy grande, ya que Kathor y Triock seguían sin poder regresar a su pueblo, lo cual era necesario para que pusieran todo en orden antes de batalla.
Madame Rosmerta estaba quejándose de dejar las tres escobas, pero del otro lado del portal, viendo la isla, el pueblo y lo que le circundaba, guardo silencio. Incluso pareció que entre ella y Aberforth estaban planeando abrir una taberna en conjunto.
Tambien se ocupo de hablar con Aberforth sobre que los ayudara a pelear, y el, como dijo Dumbledore, estaba ansioso por "patearles el trasero a esos sarnosos Mortifagos" según sus palabras.
Una vez terminado con él, espero a Hermione, que estaba hablando McGonagall y Dumbledore sobre como introducir a todos en el pequeño pueblo construido de improviso. Después de todo, ahora no solo estaba Hogwarts y Camelot, si no tambien estaba Hogsmeade, necesitarían un buen control para que aquello no se saliera de los límites permitidos.
Además de informar lo que sucedería y de paso tambien ver con quienes contaban para la batalla. Él no se inmiscuiría en ello, ya que cada uno debía tomar sus propias decisiones, igual que el decidió ir contra Voldemort por primera vez.
{Amor, tenemos que regresar ahora} dijo Harry mientras que señalaba el portal con la cabeza.
Ella dijo algo a los profesores, no la escucho, pues estaba bastante lejos, Dumbledore asintió y luego fue a encontrarlo. En cuanto llego le tomo la mano y cruzaron de regreso el portal.
-Dumbledore hablara con los profesores y espera que nos apoyen en batalla- dijo Hermione mirando alrededor una vez de regreso- ¿Qué sigue? -
-Vamos a la enfermería, seguro todos estarán con Neville y los necesito para lo que continua- dijo Harry suspirando y sobándose el cuello.
- ¿Qué pasa? - pregunto Hermione parándose enfrente y mirándolo a sus ojos.
-Todo está saliendo bien, lo cual… me está dando… un mal presentimiento- gruño Harry mirándola -Se que Voldemort atacara este lugar y que debo darle un golpe fuerte antes de ello, pero… no se si tenemos el tiempo suficiente. -
-Estamos listos- dijo Hermione tomándole la mejilla, mirándole con seriedad- Nosotros sabemos que esto es lo correcto y te seguiremos a donde sea-
-No te lo he dicho mucho últimamente…- dijo Harry abrazándola por la cintura y mirándola a los ojos -…pero te amo como no tienes idea, por ti… haría lo que fuera-
-No es necesario- dijo Hermione dando una risita al ponerse roja y acurrucarse en su pecho. - Yo sé que me amas y te amo sin ninguna condición-
Se quedaron así, abrazados y sintiendo al otro pegado y esperando por un largo rato, ninguno queriendo romper el contacto con él otro. No se movieron, no hasta que ella subió la vista y el observo su rostro, en una perfecta sincronía. Se quedaron viendo por un segundo. Sus ojos color miel, su sonrisa ancha, esos labios que tanto amaba y el leve temblor en su pecho, por su corazón latiendo como loco que parecía querer salir de él, Hermione colocó sus manos en su nuca y se puso de puntitas para atrapar sus labios en un dulce beso.
Hacía tiempo que no compartían uno de esos besos, tranquilos, suaves solo enfocándose en el otro. Como la primera vez. Envueltos por un bosque, con un anaranjado y dorado atardecer a su espalda. En aquellos momentos donde no solo sus labios se unían, si no donde volvían a experimentar aquella sensación de sentir que el corazón del otro palpitando dentro del propio. Deseaban que el tiempo se congelara para siempre. Que ese momento y lugar fuera donde todos los problemas quedaban fuera y solo estuvieran ellos dos, sin que nada los perturbara.
Hermione suspiró contra su boca, con una sonrisa ancha y sin retirarse del todo, tomaron aire que notaron que faltaba hasta aquel momento. Ella tenía un ligero rubor en sus mejillas, y Harry agradeció que aun podía provocar aquello en su prometida, ya que con todo ello, no habían tenido oportunidad de tener un momento para ellos dos.
-Cuando esto termine- Susurro Harry sin despegarse de ella- Solo seremos tú y yo ¿De acuerdo? -
-Echo- respondió de igual forma.
Se dieron otro beso rápido y comenzaron a regresar al castillo, tomados de las manos y más seguro de todo ello. Se tomaron su tiempo, buscando el pasar el tiempo más posible juntos y a solas, ambos sabían que durante esa semana esos momentos serian pocos o nulos.
Vieron a Daira y el Zouwu jugando aun, Harry aprovecho para darles alimento a ambos, y adecuarles un poco a afuera. Pues ambos estaban sumamente emocionados con el otro y parecía que ese día no acabarían de jugar. Se hubiera preocupado más que pasaran la noche afuera, pero suponía que un dragón y Zouwu podrían defenderse sin problemas en aquel lugar. Además, las protecciones los ayudarían, en dado caso que no, Daira conocía el camino a la sala de menesteres. Una vez dejaron los dos en los terrenos aun jugando, entraron al castillo.
Sin hablar, sin siquiera comunicarse por su mente, pasearon por el desértico colegio. El silencio era el mismo que recordaba en su alacena, durante esas horas nocturnas, donde se esperaba a que tía Petunia y Vernon durmieran con profundidad, para poder salir y disfrutar sin que ellos estuvieran para molestarlo. Solo que esta vez no estaba en el número 12, si no que, en Hogwarts, junto a Hermione y esperaban a que aquella guerra les golpeara en el rostro.
No tardaron en llegar a la enfermería, donde no encontraron a nadie, las camillas estaban vacías y la nota de alta de Neville estaba sobre el tablero de anuncios. Por lo que supusieron que, el siguiente lugar donde estarían sus amigos, seria la sala de menesteres y sin dudar ni un segundo dirigieron sus pasos rumbo al séptimo piso. Sin ocupar atajos, sin caminar rápido y sin que algo rompiera la caminata de pareja que tenían.
Mientras subían Harry miro por la ventana el paisaje, los campos de quidditch, el lago, los invernaderos e incluso el camino a Hogsmeade. Aquel había sido su primer hogar, todo ese castillo, pero ahora tenía una familia y un hogar mucho más importante que proteger. Miro a Hermione quien le regreso la mirada y supo que nada lo detendría esta vez si ella estaba a su lado.
No pudo evitar pararse y mirar como el día terminaba, y los minutos pasaban, el tiempo en ese momento era su mayor enemigo y debía aun hacer mucho. Pero por ese instante, solo por esos minutos abrazo a Hermione y ambos esperaron, a que la luz se perdiera en el horizonte. Ambos no quisieron compartir ese momento con nadie más, ellos dos eran lo único en ese momento preciso, lejos de la guerra, lejos de los problemas y solo unidos por sus labios, sus miradas y sus cuerpos pegado al otro.
La oscuridad llego al castillo, el cielo paso de un azul opaco a uno oscuro, con miles de millones de estrellas coronándolo y con una silueta incompleta de la luna.
En algún punto continuaron su camino. Al llegar a la sala de menesteres, lo primero en escuchar las voces de sus amigos, lo cuales hablaban a nivel normal, pero con un tono que hizo a ambos detenerse en el marco de la puerta y escuchar.
- ¿Enserio? ¿Crees que sea un vistazo del futuro? - pregunto Theo con los pies sobre la mesa de te y a su lado una cerveza de mantequilla.
-Si lo es, estamos jodidos- dijo Daphne en su usual voz al estar pensando – Controlar gigantes así de fácil… seria … -
-No solo gigantes, si Voldemort de verdad tiene algo así, eso explica mucho- dijo Neville desde algún punto de la habitación, ya que no lo observaban desde donde estaban. -El por qué busca criaturas de gran poder mágico, e incluso peligrosas… si tiene esa magia ¿Qué más puede tener preparado? ¿Qué más puede controlar? -
-Hará mucho daño- dijo Sofí, igual fuera de su visión, pero denotaba una preocupación enorme- Y… podrá matar a muchos con tan solo chasquear los dedos-
-Ese maldito, no le basta con lo que ha hecho ¿Qué desea? - gruño Theo tomando un trago y limpiándose los labios con el dorso de la mano - ¿Acaso quiere terminar con todo? -
-Al contrario- dijo Ron con la voz más calmada de todos -Quiere controlarlo todo, quiere que todos le miren y tengan miedo. Les apuesto lo que sea a que su primer paso será sembrar terror y luego reconstruir todo desde las cenizas, formar una dictadura, que él sea el pináculo de todo y cada uno bajo sus pies… solo sea algo desechable-
-Sea lo que sea, debemos detenerlo antes de que algo así pase- gruño Neville- Salvar a Luna y partirle la cara es lo que haremos ¿Cierto? -
- Lo peligroso es lo que desconocemos - Murmuro Ron, más que para los demás, era como si hablara consigo mismo- Nuestros números son pocos, desconocemos lo de ellos y sus habilidades, debemos ser más listos…más cautelosos… debemos ser más de lo que somos -
- ¿Enserio? Creí que debíamos enfrentarlos con nuestra briosa actitud y ver que sucede- gruño Theo desde el sofá.
-¡Cállate Theodore!- gruño Daphne alzando un poco la voz.
Sintió las miradas hostiles e incluso el ambiente comenzando a caldearse, llenarse de tensión y magia. Hermione y el se miraron y suspiraron antes de entrar a la sala, provocando un cambio completo en la habitación. Neville estaba sentado, tenía aun la mirada cansada y parecía que no hubiera dormido en días, a sus costados estaba Daphne y Sofí, que solo observaban todo con los brazos cruzados. Theo en el sofá miraba la réplica miniatura de Hogwarts, con diminutas piezas puestas por cada lado y con Ron moviéndolos con magia. Su amigo estaba moviéndolos y recreando posibles batallas, cosa que atraía toda su atención.
No hablaron solo fue al sillón más cercano de la chimenea y se sentó, seguido de Hermione que se puso en sus rodillas de lado y se quedó recargada en su hombro.
- ¿Cómo estas Neville? - pregunto Hermione dándole una sonrisa.
-Mejor, no tengo heridas, solo es cansancio y eso lo recupero durmiendo- dijo el chico regresando la sonrisa.
-Es una alivio- dijo Harry contento de que su amigo no saliera lastimado – y ¿Ustedes? - pregunto en general mirando a los demás.
-He tenido días mejores- respondió Theo terminando su bebida.
-Lista para trabajar y finalizar esta guerra- salto Sofi con cara decidida.
-Solo dinos que debemos hacer Harry- dijo Daphne sin titubeos.
-Antes… les pondré al corriente. - tomo aire y mirando la maqueta en medio de ellos hablo - Hogwarts, Hogsmeade y Camelot han sido evacuados. El concilio ha aceptado hacer una alianza con nosotros, lo que significa que tendremos una fuerza de combate mayor y significa que mis responsabilidades han aumentado. Tenemos el tiempo limitado y aún hay mucho que hacer- comenzó Harry respirando con tranquilidad, pues sentía que todos en la habitación estaban listos para comenzar.
-Neville, mañana en la mañana quiero que vacíes los invernaderos de Hogwarts; Daphne la biblioteca; Theo armarios y oficinas de maestros; Hermione la oficina de Dumbledore y revisa cada piso del castillo recogiendo los cuadros y salvaguardándolos, tambien buscando cosas que se puedan perder en batalla. Si alguno termina antes, vayan con Hermione para ayudarla. Guarden todo y cada una de las cosas, no queremos más destrucción que la necesaria y conociendo a Voldemort y las anteriores batallas… esto será un nuevo nivel, uno que incluso yo no he visto. -
Cada uno asintió sin chistar, luego observo a la última que no tenía una tarea asignada -Sofi tu hablaras con los fantasmas, tienes que reunirlos y consultaras varias cosas con ellos, requiero saberlo para moverme con libertad, mañana en la mañana te diré cuáles son. Luego de terminar con Hogwarts, iremos al archipiélago Arcano a continuar trabajando, terminaremos mis últimos dos pasos en la forja-
- ¿Continuaremos los artefactos? - pregunto Daphne con curiosidad absoluta. -Se me ocurren nuevas formas de trabajar el metal y los gemelos dicen que tienen ideas muy locas de otros dispositivos-
-Algo así- dijo Harry sin comentarles que su siguiente paso le preocupaba. -Descansen bien, lo necesitaran … esta semana es la última para prepararnos-
-Echo- contestaron todos levantándose excepto Ron que continuaba frente a la maqueta.
Harry le palmeo el hombro, y su amigo lo miro, pues se notaba que seguía formulando estrategias o alguna clase de batalla simulada en su mente y de alguna forma le estaba frustrando. Ron entendió al mirarlo extender la mano, se levantándose y suspirando.
-Esta vez, no perderemos- se miraron y asintieron.
-No perderemos, porque están a mi lado-
Esa noche Harry escribió en un pergamino "La Luna llena se acerca, para tomarla se necesita su lugar en el cielo." Esperaba que Luna entendiera el mensaje, no era una gran clave, pero suponía que, si algún Mortifago veía aquello, le parecerían desvaríos y no le tomaría importancia, pero su amiga sí sabría el significado. Claro que Hermione y el habían decidido y planeado el mensaje con cuidado. Enviar en el mensaje a través del galeón Pendragon, únicamente para Luna.
Esperaron respuesta, pero pasaron minutos y minutos y no regresaba el mensaje. Se encontraron mirando el techo, esperando, con Hermione abrazándolo y acariciando su pecho, Harry pensando en lo que debía hacer y esperando que no le explotara en la cara. No supo cuando durmió, solo que esa noche no hubo pesadilla alguna y tampoco ningún mensaje de regreso.
Al siguiente día, aun sin respuesta de Luna, acompaño a Hermione a la oficina del director, donde las gárgolas le dejaron pasar de inmediato y al entrar todo estaba en silencio. Los cuadros de los antiguos directores le miraron y por un momento parecieron desconcertados.
- ¿Qué haces tu aquí? - pregunto un cuadro huraño, que tenía una placa dorada con el nombre "Phineas Nigellus" -Este lugar es del director del colegio-
-En falta de él, su dueño toma la batuta- dijo Hermione mirando al cuadro desafiante.
- ¿Y el mestizo o la hija de muggles es el dueño? - pregunto Phineas Nigellus con soberbia.
-Pronto… ambos lo seremos- dijo Harry revisando el escritorio de Dumbledore, recorriendo los pergaminos, plumas y caramelos de limón de uno de sus cajones para encontrarlo.
- Nos hagas reír niño- dijo el cuadro con el nombre Armando Dippet -Hogwarts nunca ha tenido un dueño, siempre queda como responsable el director en funciones-
-Claro. Aunque ustedes incompetentes y cerrados de mente, tampoco supieron de los 7 pasajes secretos para salir del castillo. Tambien desconocían la ubicación exacta de la sala de menesteres, o tambien nombrada la sala que viene y va, incluso no sabían nada de la bestia que dormía en las entrañas del castillo- dijo Harry sin prestarles real atención, ahora abría el armario, encontrándose con un pensadero y de paso con frascos con algunas cositas negras que saltaban y aprecian tener dientes.
-Cuantos y chismorreos de pasillos- cacareo un viejo mago del siglo VII, que tenía ropas muy antiguas y su lienzo ya estaba incluso amarillento -Yo, Vindictus Viridian busqué la cámara de los secretos dentro del castillo y nunca di con un indicio de su existencia -
-Claro, por que no estaba dentro del castillo- dijo Hermione mirando a Harry con curiosidad, que ahora buscaba moviendo la percha de Fawkes que no se encontraba por ningún lado. - Las tuberías eran el medio para encontrarla y estas estaban dentro de los muros, aunque la cámara estuviera varios cientos de metros bajo tierra y oculta a simple vista-
-Bueno, la verdad no fue difícil encontrar la ubicación una vez que la niña más lista que los directores antiguos descubriera que criatura residía adentro y como se movía - dijo Harry mirándola y guiñándole el ojo - En cuantos, a los pasadizos, fueron descubiertos por chicos que realizaban travesuras; y la sala de menesteres por su servidor con ayuda de mis maestros… que ya sabían de ello-
{Y creía que bromeábamos} rio Griffin mientras los demás parecían guardar silencio {No pude creer que desconfiaras de mi}
{Ese día nos conoció, era natural} dijo Revé de inmediato.
-Aun así, ustedes no tienen derecho de estar aquí- petulante Phineas Nigellus les observo desde su cuadro.
-Yo soy el dueño del castillo, de tal forma que… Cállense o los silenciare- dijo advirtiéndoles con la irada. Abrieron la boca y comenzaron a hablar, más de inmediato Harry dijo - Calladitos y quesitos se ven más bonitos-
De inmediato sus bocas se unieron y pusieron la pose en que parecían habían tomado la foto, aunque se movían intentando hacer algo y con una fuerza invisible impidiéndolo.
Reanudo su búsqueda luego de aquella intervención, esta vez revisando entre los cachivaches de Dumbledore y revisando las estanterías.
- ¿Qué es lo que buscas Harry? - pregunto Hermione curiosa.
Paseo su mirada por los estantes de Dumbledore y sonrió al encontrar un tramo de tela enrollada y con una cinta oscura amarrado.
-Aquí esta- dijo Harry tomándolo y desdoblándolo de paso quitándole el polvo -Supongo que no le importara prestármelo por un buen rato, aunque… tal vez sea parte del personal del castillo o debería decir ¿Mobiliario? -
- ¿El sombrero seleccionador? - pregunto Hermione curiosa- Se que él nos dio tu profecía, pero… ¿En qué te puede ayudar? -
-Es curioso, pero sé que… bueno es una corazonada…- dijo Harry viendo lo desgastado y rasgado de la tela que forman el rostro, ahora apacible y sin movimiento alguno. Por un momento, sus dedos cosquillearon y por su mente paso el colocárselo otra vez, lo último que el sombrero le dijo fue que no se equivocó en que encajaría en Slytherin ¿Qué le diría en este momento?
- ¿Amor? - pregunto Hermione tomando su brazo, pues el sombrero estaba más cerca de su rostro. - ¿Sucede algo? -
-Nada. Solo… siento que me ayudara con Excalibur- dijo Harry volviendo a enrollarlo y guardarlo, mirando a su prometida.
-Harry- susurro llamando su atención- Aun me preocupa esa profecía-
- ¿Por qué? - pregunto sorprendido.
-Se ha cumplido lo que dijo, el que regresaras en el doceavo mes; - dijo Hermione cerrando los ojos y recordando -El que aparecieras cuando estuviéramos los siete en el escondijo; la caída de la protección de Hogwarts; el que trajeras a Daira contigo; El que puedas ocupar la quinta esencia y los elementos a tu favor. Pero hay otras partes que son confusas para mi… como: "La última pieza del juego se colocara en el tablero" ¿Qué pieza? "Y las blancas y las negras rondaran al rey sin corona" No tiene sentido a menos que hablemos de esta guerra "Coronado por tercera vez, donde la corona no caerá de vista" habla de que un rey surgirá, pero no de qué lado-
Soltó una risita, tomando el mentón de su preocupada prometida, mirándole a los ojos y sonriendo.
-Si, pero también dice "Trayendo la época más larga en calma y doce luces resplandecientes" - dijo Harry besándola - Las profecías no son lo que creemos, y entre más nos preocupemos por ellas, más nos acercaremos a que sucedan, solo… continuemos, ya llegara su momento en que todo se revele por sí solo-
Pasaron un minuto sonriendo y besándose, los directores ya solo observaban aceptando la realidad de que no lo harían en un rato. Luego de un pequeño sermón de Hermione, le indico que tenía trabajo y que no podían perder tiempo.
Todos los demás realizaron con diligencia lo que Harry les indico, ninguno se quejó o siquiera se desvió. Revisaron el castillo de arriba abajo, resguardando todo el mobiliario y dejando solo lo más esencial en el gran comedor.
En cuanto a Sofi, fue con los fantasmas, al medio día regreso pálida, fría y con una sonrisa rara, como si ocultara tristeza. Aquella información que obtuvo de Sir Nick, Myrtle y la dama gris era de mucha ayuda, incluso se sintió calmado al saber que no sufrirían daño alguno los fantasmas, aunque pensándolo a fondo ellos no podían ser dañados de alguna forma. Sofi luego de contarle todo, comenzó a ayudar a Hermione en guardar todos los cuadros, y poco a poco recupero el color sin problema alguno y volvió a ser la misma de siempre; llegando incluso a pelear con la dama gorda por no querer que la pusieran junto a su amiga Violeta, con seguridad para contarse los últimos chismes o beber.
Esa tarde, mientras sus amigos despejaban tambien la sala de menesteres, él trabajaba en unos papeles de su padre, muy tranquilo, escudriñando varias cosas bastante complicadas y que requerían mucho su atención. Mientras sus maestros le hacían algunas anotaciones o le mencionaban datos de relevancia, incluso teniendo varios libros de consulta a su alrededor para no perder detalle alguno.
Merlín, solo se jactaba del conocimiento que tenía y quería alabanzas cada que le ayudaba con algún punto sin importancia.
-Ya he terminado- dijo Hermione pasando a la sala de forja, donde trabajaba. - ¿Qué es lo que pasara a continuación? -
-Mira esto- dijo Harry sonriéndole y estirando su mano para que se acercara, una vez la tomo la sentó a su lado y le paso los pergaminos - Mi padre tenía un vasto conocimiento por la familia, los Potter parece que tenemos una habilidad especial para acumular libros y baratijas mágicas… además de meternos en problemas. Mi padre era, por decirlo de una forma, inventor de artefactos mágicos y mi madre estudiaba aritmancia, runas y círculos mágicos. - le mostro un pergamino donde estaba escrito toda la información del mapa del merodeador - Parece que no les dijo todo a Sirius y Lupin, hay una quinta creadora -
- ¿Tu madre? - pregunto Hermione sorprendida.
-Eso parece, ya que ella le dio varias ideas sobre el mapa y como modificarlo- dijo Harry moviendo otra vez las hojas y dejando a la vista, algo parecido a lo que era un reloj de bolsillo, solo que adentro se miraba una especie de globo terráqueo - Querían construir un mapa que fuera más amplio, más fácil de utilizar y que… sería una herramienta de mucha utilidad- guardo silencio y suspiro -No pudieron ni comenzar a hacerlo… creo que no tuvieron tiempo de ello-
Hermione reviso con curiosidad los pergaminos -Tu madre sabia utilizar muy bien las runas… pudo ser un hablante…-
-Tal vez, aunque creo que el titulo no era importante para ella- Rio Harry mirándola y acariciándole la mejilla - Supongo que le importaban más los conocimientos, como cierta chica que me encanta-
Hermione le miro, se sonrojo y continúo observando los escritos.
-Hablando del mapa ¿Dónde está? -
Harry se movió inquieto, revisando su bolsa, al sacarlo y dejarlo sobre la mesa los ojos de su prometida se abrieron mucho. El viejo y desgastado mapa estaba arrugado, lleno de tinta y sangre, con un par de diminutos huecos de las viejas peleas en el archipiélago, y una esquina por completo quemada. A un costado tenía un pergamino nuevo, pegado con magia y que tenía un dibujo de algún lugar, pero no se observaba bien hecho. Harry le había hecho unos cambios, con sus conocimientos sobre el archipiélago arcano ahora incluido al mapa, con todo y los cambios contantes que se estaban realizando. Aunque con siete islas del tamaño de cientos a miles de kilómetros cuadrados, el espacio no fue suficiente para que entraran en el pergamino antiguo, anexado a sus ya mapas contenidos (de Hogwarts, la madriguera, Hogsmeade y el callejón Diagon) era mucha carga para un objeto mágico tan desgastado. En definitiva, necesitaba una reparación y actualización de inmediato. Pero los intentos de repararlos fueron infructíferos, y el intento de crear uno nuevo a partir del viejo, le causo un lio que confundió la magia del mapa y ahora parecía inservible.
Ambos lo miraron y por un instante el silencio les siguió.
-Hay que repararlo. Tenemos todo lo necesario para ello y las instrucciones de creación ¿Comenzamos? - dijo Hermione arremangándose, y sacando un listón para amarrarse el cabello.
-No quiero solo arreglarlo- dijo Harry acariciando el viejo mapa, que tanto le había ayudado e incluso que le mostro su hogar mientras estuvo lejos -Quiero mejorarlo, actualizarlo y… bueno me conoces-
Con el cabello amarrado y decisión asintió. Le encanto a Harry, el que su prometida no tuviera miedo de ensuciarse las manos, de hacer cualquier cosa le parecía posible al estar a su lado y más aún como se veía hermosa con cualquier cosa.
-Entonces, mientras antes comencemos, antes terminaremos- dijo Hermione inclinándose para besarlo y ver la esfera de calor que flotaba a metros de ellos.
-No- dijo Harry sonriéndole, tomándola de la cintura y sentándola en sus piernas.
- ¿No? - susurro Hermione pegada a su rostro.
-Tienes que aprender algo antes, algo de suma importancia- dijo Harry poniendo la mano delante de sus ojos, los movió y entre índice y pulgar apareció la pequeña esfera con cristales y runas, el rodo por sus dedos y la sostuvo en su palma, mientras ella la miraba- Esto te encantara –
- ¿Qué es? - pregunto mirándole.
- El pasado de la magia…-
Se miraron a los ojos un momento. -Okey eso no tan bien como en mi mente-
Hermione echo a reír igual que él.
De inmediato se transportaron a la otra sala, donde entrenaba, el área estaba despejada y tenía una gran protección para que los hechizos no dañaran el exterior. Y por ello era vital que Hermione entrenara en aquel lugar. Luego de enseñarle cómo funcionaba el dispositivo, Hermione cerro sus ojos y le transmitió su magia. La pequeña esfera por fuera la veía solo encender en algunos colores mientras giraban, y varias runas igual girar alrededor de la esfera, pero nada que fuera extraordinario, al contrario de lo que parecía en el rostro de Hermione que paso de estar en blanco a estar emocionada y casi saltar de alegría en un parpadeo.
Decidió dejarla trabajar, pues estaba comenzando a entrar antes de que se diera cuenta y él tenía que continuar su labor.
Dejo a Ron en la biblioteca infinita, junto con Neville, ambos buscando la forma de armar una estrategia para proteger Hogwarts de la mejor manera y de paso tambien crear el menor número de bajas. Los gemelos continuaban trabajando en el exterior, querían terminar un cubo en que seguían muy inmersos y de paso Fred, trabajaba en una especie de lampara con cadena.
Sofi y Theo estaban en la sala de pociones, donde se pusieron a continuar comprimiendo pociones, esta vez preparando algunas para curar heridas superficiales, para evitar hemorragias y recuperar energías con rapidez. En cuanto a Daphne, fue a donde estaba Hermione, queriendo probar si ella pudiera superar el nivel de Harry en cuanto a la magia de Utgar y al mismo tiempo continuar entrenando.
También fue a llamar a Daira, que regreso sucia, con restos de ramas entre las plumas y con el Zouwu encantado de jugar las que sobresalían de su cola, que movía su enorme pata agitar las una y otra vez. Como un gato con una pequeña pelota de lana. Al final Harry opto por meterlos a la sala de menesteres y luego al área de entrenamiento, donde podrían jugar, dormir, comer y todo sin tener que preocuparse por que estuviera afuera todo el día.
La admiro, feliz de tener un compañero de juegos y al mismo tiempo divirtiéndose por la curiosidad que presentaba este por casi todo. Se pregunto si extrañaba estar en su bolsillo o hombro, ya que el sentía raro de que se olvidara de él, aunque admitía que le gustaba verla feliz. Recordó aquel tiempo en que era un huevo en el que transportaba en su bolsa y luego la pequeña dragoncita que durmió a su lado por primera vez. Más el que estirara las alas y dejara el nido, le pareció correcto y lo mejor para Daira.
Cuando se marchaba del área de entrenamiento, Daira le alcanzo, se paró sobre sus patas, Harry sintió casi cien kilos más sobre sus hombros y justo al mismo instante como le lamio el rostro - ¡TE QUIERO MUCHO PA! - dijo antes de salir volando, al mismo tiempo que el Zouwu la imitara, acariciando a Harry e intentando lamerlo, para luego en una ráfaga veloz subir por las paredes buscando atrapar a su amiga que volaba.
-Y yo a ti pequeña- dijo Harry limpiándose el rostro, quitando baba de su ropa y salpicar el suelo con ella – Aunque necesite una ducha cada que me lo dices-
Con todos trabajando y ocupados, el decidió continuar trabajando en el mapa del Merodeador y con el acero duende, ahora sabiendo el truco del metal, solo tenía que ir por menos material y trabajarlo lo más caliente posible sin excederse.
Antes de que atardeciera, tenía una serie de diferentes artículos, Aretes de comunicación (con diferentes formas), brazaletes, cinturones, collares finos, una gargantilla y varios diminutos aros del tamaño de un dedo.
Colocado sobre el muro, donde observaba el diseño de algo parecido a una esfera conformada por múltiples círculos, para luego modificar sus anteojos pasando a ser una especie de binoculares (que le salían de los ojos y se volvían más pequeños), el pasaba su herramienta sobre los arillos, formando diminutas y casi invisibles runas. A su lado tenia un arillo ya completo, que brillaba de un color azul intenso y que, si te acercabas hasta pegarlo a tu nariz, notabas que toda la superficie estaba cubierta con runas.
Pasaron las horas a su costado ya tenía una serie de diferentes pieles, e incluso plumas, pergaminos y diversos materiales, estaba tan lleno y atascado con diferentes artículos que se bloqueaba por segundos sin saber por dónde continuar. Llevaba casi todo el día trabajando en diversas cosas al mismo tiempo, escribiendo y descifrando los pergaminos de su padre, que la letra se la dificultaba mucho cuando no era la de su madre, esta era pulcra y entendible. Ahora que estaba adentrado en el proceso de creación, estaba incluyendo sus propios diseños y más aún estaba complementando algunas cosas nuevas en el proceso. Estaba mejorando todo ello.
Como el mapa del merodeador, que ahora estaba remojándose en una bandeja de plata, con sangre de dragón y una opción de luna, suavizando el material y al mismo tiempo poco a poco descubriendo los círculos mágicos, runas y el ritual que estaban ocultos en el dispositivo mágico.
Tenia mucho que hacer, ya estaba mas cerca de lograr todo, estaba culminando sus planes y muy pronto estaría listo para la batalla.
No quedaba mucho, pronto volvería a estar cara a cara contra Voldemort, solo que esta vez él no perdería.
