Noche de caos, noche de leer

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Noche de publicación, rediseñada por Dazeas Caos, se aceptan mejoras, pero nunca copias jajajajaja. Okey ya me divertí al cambiar este villancico. Y sí, soy malo escribiendo canciones.

¿Que pensaron? Que este caos los dejaría sin historia hasta el 24... pues no caóticos y caóticas. Estoy aquí, para entregarles el capítulo 108, en este 23 para ustedes. Que disfruten y tengan tiempo para prepararse para el 24.

Bueno como quiera aquí yo he hecho lo mejor que he podido y he dado todo de mi este año y estoy feliz por ello. Espero que ustedes también y que, si llegas hasta aquí, y quieres saber cómo termina esta caótica historia, acompáñenme a descubrirla junto a ustedes un año más juntos.

Espero de corazón, que esta navidad exista magia en sus vidas, que imaginen, creen y vivan hermosos momentos junto a los que aman y a las personas que son importantes para ustedes. No importa si son de aquí o de allá, les deseo las mas grade de las felicidades. Que estas fechas están llenas de luz, esperanza y magia que no puede ser expresada con palabras y solo si prestas verdadera atención notaran.

Y si no saben que regalar a sus seres queridos, regale su mejor magia, el amor y cariño que siente por ellos.

Gracias por sus todas las emociones que expresan por esta historia, de verdad las aprecio y eso me hace feliz; sin importar si solo es una sonrisa al ver la publicación o una risa ante mis absurdos chistes.

GRACIAS CAOTICOS Y CAOTICAS DEL MUNDO. FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO NUEVO.


Capítulo 108.- Dragones al rugido de guerra

Harry, 36 horas para el golpe contra Voldemort

- ¿Qué? - pregunto Lupin sin entender.

La mayoría volteo a ver a Sofi que sintió con una sonrisa ancha y los ojos brillosos.

- ¡VAMOS A SER PADRES! - chillo Tonks abrazando a Lupin, que ahora estaba atónito, con las manos al aire y tan quieto como estatua. Abrazo a Tonks y cerró los ojos para luego besarle la frente.

- ¡Que sorpresa, muchas felicidades! - dijo Hermione levantándose, así como el resto para felicitar a la pareja.

- ¡Que genial! ¡Ya soy tío! - dijo Sirius con una carcajada - Espera… ya lo era desde antes-

- ¡Muchas felicidades, ustedes sí que no esperaron! - dijo Aberforth mientras que se carcajeaba - ¡Un pequeño les hará la vida más divertida! -

- ¡Un pequeñín! - chillo Fleur abrazándola primero ya que era la más cercana - ¡Un lupino, que lindo y hegmoso sega! -

Todos hicieron fila alrededor de Tonks que estaba radiante, aunque también se notaba nerviosa y que asintió y abrazaba a todos mientras la felicitaban. Por su parte Lupin era felicitado también, solo agradecía, pero se notaba más nervio por su parte y una parte de sus ojos, para Harry, se notaba oscuro. Espero un poco, mientras todo se calmaba, pero luego de un rato tomo el brazo a Lupin.

- ¿Te preocupa aun tu parte lobo? - pregunto Harry por lo bajo cruzando los brazos y mirando como la señora Weasley le daba consejos a la futura madre.

-Si- murmuro Lupin por lo bajo, su vista fija en Tonks apretando los puños y los labios muy apretados - Un hombre lobo nunca debería tener crías… estas pueden desgarrar a la madre en su nacimiento o… heredar la condición de un hombre lobo. Temo por ambos, temo… que los maldiga igual que a mi-

El coloco una mano en el hombro de su antiguo profesor y le dio una palmadita con una sonrisa - No estas maldito, solo es una condición peluda, además hoy en día ya hay tratamientos para eso. Tranquilo, ya cruzaremos ese puente con calma, se feliz y deja de sobre pensar todo. Es tu hijo y aunque tenga la condición de hombre lobo, te prometo… más que nunca, que creare un lugar seguro para él y donde sea libre-

Lupin le observo un minuto, para luego sonreír un poco y asentir, aquella sombra en sus ojos desaparece. Así que Harry le dio una última palmadita antes de adentrarse al grupo de personas que rodeaba a Tonks. Escuchando un - Igual a James-

-Felicidades, un cachorro nuevo a la manada- rio Sirius a su espalda - Déjame enseñarle a conducir la moto-

- ¡NO! -

- ¡Muchas felicidades Dora! - dijo Harry abrazándola, mientras ella daba saltitos y se le notaba muy feliz - Ya ves no fue tan difícil y dio más alegrías de lo que pensábamos-

Ella solo asintió y le miro - ¿Lo sientes? … digo, ¿Su magia? –

- ¿Puedo? - pregunto Harry antes de tocar su vientre, ella sintió, él puso su mano con cuidado y cerró los ojos.

A la distancia el percibía la fuerte magia de Tonks algo extraña, ahora ya de cerca y con su concentración total sentía una pequeña magia, tan diminuta como la flama de una vela, que se conectada a la de Tonks y que aún no toma forma alguna. Solo estaba ahí, tranquila, apacible y llena de posibilidades.

-Si, está ahí- dijo Harry al abrir los ojos. -Se ve bien-

-Gracias, de verdad- dijo Tonks abrazándolo con fuerza y dejando salir unas leves lágrimas de alegría.

Todos estaban bastantes felices, y Harry solicito a los elfos copas, donde todos brindaron por los futuros padres y el fruto de su amor. Para luego tomar asiento.

-Es de verdad esplendido, todo esto, todos reunidos- dijo Dumbledore luego de que todos estuvieran de nuevo sentados y esta vez Lupin y Tonks dándose sonrisas y miradas constantes. - ¿Pero por qué nos pediste a todos venir ahora? En vísperas de la batalla que nos espera-

-Porque todos en esta mesa son importantes para mi- dijo Harry mientras observaba a todos, tomado de la mano a Hermione y esperando por lo que dijeran. -Quería un momento de felicidad antes de que el infierno se desatara-

Nadie dijo nada todos estaban callados.

-Mañana temprano, viajare, aún tengo que ver a un par de viejas amigas antes de la batalla- Continuo Harry al notar que nadie hablaba, incluso Tonks se puso pensativa y bajo una de sus manos a su vientre -Les pido a todos que ayuden a Hermione y Ron a acomodar a todos en el castillo. No estaré aquí para ver a todos llegar, pero en cuanto regresemos, sé que todos estarán listos. Ahí será cuando revele el plan que ha formado Ron y Neville, a primera luz de pasado mañana, atacaremos-

Asintieron y pasaron a tener caras serias e incluso deprimidos.

-Ahora mismo tengo una razón más para parar a Voldemort de una vez por todas- dijo Harry mirando a Tonks y esta asintió sin darse cuenta - Y les juro por mi linaje, mi familia y el apellido Potter, que traeré de regreso a todos los que secuestro, que le daré una paliza y esto terminara antes de que se den cuenta-

Las miradas estaban sobre si y asintieron.

-Bueno, eso es seguro- dijo Neville estirándose y sonriéndole a todos - Así que dejémonos de penas y disfrutemos de que estemos ahora y aquí-

-Vaya, has crecido en estos días- dijo Ron pasándole la mano por el cuello y despeinándolo- ¿Dónde quedo el metepatas Neville? -

-Y tu sigues teniendo la sensibilidad de una piedra- dijo Neville quitándole a mano de su cabeza.

-No te me reveles- gruño Ron apuntándolo con una pierna de pollo a medio acabar.

-Demuéstrale quién eres Neville- dijo Theo lanzándole una cuchara, que Neville atrapo y evito que la pierna de pollo le ensuciara el rostro - ¡Vamos, si, con fuerza! -

- ¿Y ellos son quienes nos guiaran a ganar la batalla? - pregunto Percy del otro lado de la mesa.

-Cierto - dijo Harry moviendo la mano, lanzándole a Theo, Neville y Ron un poco de pure de papas - ¡Compórtense como lo que son! ¡SI PELEAN PELEEN EN SERIO! -

Los tres con las caras cubierta el pure y los ojos incendios en llamas, alzaron las varitas y levitaron tenedores, cucharas y cuchillos.

-Enseñémosle a este creído quienes somos- murmuro Ron limpiándose el pure con la lengua.

-Hoy termina pinchado- dijo Neville con un tenedor muy amenazante, y con el pure en el cabello.

-Vamos por el- gruño Theo con dos cuchillos pasando el filo por el otro sacando chispas.

- ¡Chicos cálmense! - grito la señora Weasley preocupada por lo que pasaba.

Más no le prestaron atención, los utensilios para comer, ahora convertidos en armas, fueron en su dirección, pero Harry levanto una charola y estos se estrellaron, aunque esta se pinchó y doblo en varios puntos.

- ¡Chicos paren esto, no se pelea en la mesa y no se juega con la comida! - Dijo Hermione cruzada de brazos y con una voz dulce además de una sonrisa muy pacífica.

Eso solo indicaba algo, estaba amenazándolos de la mejor forma que conocía y ninguno de ellos era rival para ella, por lo que de inmediato soltaron la magia en un sonido de metal contra metal, se sentaron bien y parecieron aparentar normalidad. Para luego los cuatro soltarse en carcajadas mientras se veían.

-Lo mismo de siempre- suspiro Daphne limpiando a Ron del pure.

- ¿Es decir que pasa seguido? - pregunto la señora Weasley.

-Quisiera decir que no, pero si- rio Sofi mientras se servía del pure que Harry lanzo.

-Eso está bien, son aún jóvenes y deben disfrutar de ello- dijo El señor Granger con una enorme sonrisa.

-Además me gusta que le tengan miedo a mi niña- dijo el señor Granger haciendo un puchero -Algunas veces es aterradora-

- ¡PAPÁ! -

-tiene toda la razón- murmuraron en múltiples puntos de la mesa.

Entre risas y platicas se continuo la cena, ahora con más ánimo, pronto la comida escaseo, las bebidas dejaron de servirse y la mesa fue limpiada. Dejando diferentes conversaciones, como las madres y mujeres mayores platicando con Tonks sobre la maternidad y lo que viviría; aunque no supo si querían ayudarla o asustarla. Del otro lado Sirius y Ojoloco discutían sobre la implementación de canidos en la fuerza de los Aurores; aunque Ojoloco solo desestimaba todo lo que le comentaba. Bill, Percy observaban a lado de Hagrid, Lupin y el señor Longbottom jugaban naipes explosivos.

Se acerco al señor Weasley y Charlie que bebían alegres a lado del señor Granger, que con entusiasmo les comentaba sobre su trabajo como dentista.

-… entonces… ¿Eso se considera una ocupación peligrosa? - pregunto Charlie muy interesado.

-No- dijo el señor Granger, aunque lo pensó un poco -A veces los niños muerden, algunos se ponen nerviosos, puedes llevarte cortadas si no tienes cuidado -

-A mi encanta- dijo el señor Weasley sonriendo mucho, tal vez ya algo bebido -Considero que su profesión… es necesaria y deberíamos implementarla-

-Lo dudo- dijo el señor Granger entre risas -Hay encantamientos para reducirlos, aumentarlos, ajustarlos y demás. Como el que hicieron con mi pequeña en su cuarto curso-

-Fue necesario, si no el hechizo de Ron no hubiera desaparecido- dijo Hermione desde el otro lado de la habitación -además ya hablamos de ello-

Ambos hombres se sorprendieron de que escuchara Hermione, pues entre el alboroto, apenas y ellos la escucharon.

-Siendo sincero, señor, a mí me parece que Mione siempre fue hermosa y ahora es preciosa- dijo Harry sentándose junto a ellos para discutir lo que vendría.

-Pero el hecho de poder no significa que se deba hacer, hay veces que, aunque se uno deba y quiera, no tiene el poder para hacerlo- dijo el señor Granger pensando.

- ¿Continuamos hablando sobre lo mismo? - pregunto Charlie curioso.

-Tal vez- dijo Harry tomando aire -Por cierto, señor Weasley y Charlie, mañana necesitare su asistencia, quisiera verlos a primera hora en la sala de portales-

Durante un segundo asintieron, para luego mirarle, como preguntándose que les esperaba. Luego de ello continúo charlando con normalidad, pues no quería que el tema fuera otra vez dirigido hacia lo que estaba a punto de pasar.

Hubo un momento donde Aberforth, medio tomado, empezó a contar historias de su juventud y del mismo profesor Dumbledore, que negó que fuera muy llorón de niño y que también solía tener problemas de habla. Aunque el profesor revelo también que Aberforth nunca fue bueno en la escuela y que solía tener muchos pleitos solo por su forma de ser.

Y de esa forma termino su cena, pronto todos tuvieron que marcharse para descansar lo mejor posible, en cuanto a los Pendragon solo fueron directo a sus habitaciones. Él se quedó con Hermione viendo la chimenea, con ella en sus piernas y disfrutando del silencio, ya que incluso sus maestros por primera vez en la semana no lo molestaron.

Hermione se durmió en sus brazos, las llamas se apagaron y él se quedó observando las brasas y como su prometía dormía, viendo la paz que demostraba su rostro. Luego de un rato se la llevo a la habitación. Esa noche no pudo dormir, no estaba sumido en sus pensamientos, y tampoco estaba repasando lo que le faltaba, solo observaba la oscuridad de su cuarto y dejaba que el tiempo pasara. La noche comenzó a clarear y pronto los primeros rayos del día cruzaron por su ventana, iluminando su cuarto, lleno de recuerdos y sentimientos. Pero él nunca durmió.

Luego de un baño y un cambio de ropa nuevo, beso a Hermione, que despertaba, y que estaba empezando a prepararse para ir a ayudar a recibir a todos los que llegarían ese día a Hogwarts. Luego de despedirse, Harry, se dispuso a ir a donde concordó encontrar a Charlie y el señor Weasley esa mañana.

Los encontró en la sala de portales al salir por el que llevaba directo a la torre flotante, estaban bostezando cubiertos con gruesos suéteres tejidos y más recuperados. Ya que el señor Weasley ahora se notaba mucho mejor que la noche anterior.

-Buenos días- dijo Harry acercándose, y sin detenerse comenzó a caminar a otro portal, este daba a Hogwarts -Tenemos un día ajetreado por delante, así que… ¿Cómo iremos a Rumania? -

- ¿A Rumania? - pregunto Charlie desconcertado - ¿Quieres ir a la reserva de Dragones? -

-Si- dijo Harry arreglándose el cuello del saco al salir al frio de la mañana, para luego mirarlos parados -Debo cumplir otra promesa y de paso pedir la ayuda de la vieja Kagura-

Se miraron entre ellos, para luego asentir, parecía que no preguntarían ni podrían ninguna duda en lo que hacía.

-Podemos ir por traslador, pero ahora mismo hay hechizos que impiden las salidas no autorizadas, de inmediato nos detectarían, ahora están limitados- dijo Charlie cruzándose de viaje -En escoba llegaríamos pasado mañana-

-Entonces por desaparición, vamos- dijo Harry activando y cruzando al portal, llegando a los terrenos del colegio, justo en la entrada principal, donde el espero poderse desaparecer. -Toquen mis hombros y luego piensa Charlie en Rumania-

-No podemos Harry- dijo el señor Weasley pensando - Por la situación actual del ministerio, múltiples fronteras mágicas se han cerrado, si aparecemos o utilizamos un traslador, nos rodearan de inmediato y provocaremos un conflicto internacional-

-Entonces… volando- dijo Harry suspirando, él podría volar más rápido y cubrir el área en mucho menos tiempo, pero no creía que ellos pudieran seguirle el paso.

-Hay algo aún mejor- dijo el señor Weasley sonriendo mucho, y mirando con ojos brillosos y llenos de emociones, para luego reírse un poco -Y te va a gustar un poco-

-Bien, hagámoslo-

Se arrepentiría de aquellas palabras, luego de hacer una aparición en Londres y buscar en un callejón, llegaron a un viejo y anticuado garaje; adentro, Harry se sorprendió, veía el autobús de tres pisos, algo abollado de un lado, con una puerta rota y los asientos y camas hechos a un lado, desbalanceándolo casi por completo.

-Luego del atentando al autobús, del secuestro de Herny, y de saber que Stan estaba del lado del que no debe ser nombrado. El ministerio escondió el autobús noctambulo aquí- dijo el señor Weasley moviendo una tela que estaba medio acomodada, esparciendo polvo y dejando ver las letras doradas "Auto noctambulo", ya que las otras faltaban-Si vamos en el autobús, no nos detectaran tan fácil y podremos incluso regresar antes de que anochezca-

- ¿Podemos usarlo? - pregunto Charlie abriendo la puerta, la cual chirrió con fuerza. - ¿El ministerio no lo tiene vigilado? -

-Yo soy el encargado, y jamás Rufus o Kingsley dijeron que no podría ocuparlo en una emergencia-

- ¡Yo conduzco! - dijeron Charlie y Harry al mismo tiempo intentando subirse y tomar el asiento del conductor.

-Niños, niños ¿Saben conducir? Para empezar- dijo el señor Weasley tomando a ambos del cuello de su ropa para desatascar la puerta del autobús, y aunque era más pequeño y ante ellos dos parecía debilucho, ambos se retiraron. -El único que sabe aquí soy yo, por lo tanto, yo conduzco-

- ¿Tiene licencia? - pregunto Harry mirándolo.

Abrió los ojos, soltó a amigos y se pasó la mano por la frente, un momento después ya estaba subiendo al autobús y recorrer el pasillo con ellos siguiéndole hasta el asiento del conductor.

-No es necesario cuando es un vehículo mágico- dijo al final el señor Weasley sentándose con una gran sonrisa y moviendo el volante al sentarse - ¡Siempre quise hacer esto! -

Harry se colocó a un lado, mirando a través del parabrisas el sucio callejón y pensó que era demasiado pequeño el espacio para maniobrar, y más con tan enorme autobús. El señor Weasley saco su varita, poniendo la punta en la ranura donde iría la llave y giro la varita, el motor comenzó a vibrar y todo adentro se agito de un lado a otro.

- Dawlish estaba tan emocionado que me dijo como encenderlo - dijo el señor Weasley moviendo el volante y alzándose un poco para medir el espacio. -Ahora, pónganse cómodos -

Comenzó a avanzar con lentitud, mientras doblaba el volante el señor Weasley, pero apenas y lograron virar antes de quedarse sin espacio. Al contrario de lo que pensó, el señor Weasley continúo retrocediendo y sin chocar o golpear algo a que el edificio comenzó a hundirse. Aquel fija y solida construcción se quitaba ante el paso del autobús noctambulo. El autobús ya tenía medio cuerpo fuera y el muro continuaba sumiéndose, cuando al final salieron por completo, se podría decir que estaban atravesándolo.

El señor Weasley cambio de marcha y aceleraron, pero no de forma suave y constante, si no que en un segundo ya estaban en las calles de Londres, pasando vehículos, calles y recorriendo todo el lugar con una velocidad vertiginosa.

-Tal vez más lento- dijo Harry aferrado al quitamiedos sobre su cabeza, mientras que veía ir el señor Weasley ir directo hacia el Támesis.

-Es la marcha más lenta- dijo el señor Weasley aferrado al volante, con los ojos bien abiertos, y girando el volante con brusquedad, pasando dos vehículos por entre medio. Aunque Harry no supo cómo, si el espacio era de medio metro.

Avanzaron por Surrey Quays, el señor Weasley movía el volante de lado a lado, intentando tomar la mejor ruta, estaban cruzando Grove Street cuando un grupo de personas cruzaron la calle, e impidieron el paso del autobús.

- ¡CUIDADO PAPÁ! - grito Charlie aferrado a la barandilla junto a ellos.

Giro el volante, subiendo por una calle anexa en un segundo, cruzando una zona departamental y de repente, se encontraban saltando en el aire, directo al rio Támesis.

-Ya valió …- dijo el señor Weasley con la varita preparada.

- ¡ACELERE A FONDO! -grito Harry pensando tal vez que con la velocidad que llevaban, lograrían algo.

Fue tal vez por su confianza del señor Weasley o por el grito, pero el motor resonó con toda la fuerza que tenía y un segundo después avanzaban por el rio, con agua pasando por los lados del autobús. El señor Weasley continuaba recto, pero Harry tomo el volante y lo giro, para que continuaran por el mismo rio.

-Continuemos por aquí, no habrá más que barcos- dijo Harry señalando la curva donde el rio se doblaba. -Hay que conducir por zonas más amplias -

-No querrás decir, navegar- dijo Charlie más seguro, ahora que sabían que no se hundirían.

-Esto no es un barco-

-Pues ahora es un hibrido-

El viaje fue un poco tedioso. Una vez desembocando en el mar del norte, giraron un poco, siguiendo las instrucciones del "rosal ventus oriéntame" de Harry, que les indico cruzar el canal de la mancha y llegar entre Calais y Dunquerque- para luego volver a las calles de una ciudad, no vio mucho de ella por que pronto avanzaban por una carretera. Tardaron mucho tiempo en ella, aunque de vez en cuando pasaba algo que les hacía saltar el corazón, como que algún auto se les cruzara, que personas aparecieran frente a ellos y que tuvieran problemas en algún serpenteo de la carretera. Aquella magia del autobús noctambulo funcionaba bien, ya que los obstáculos se quitaban de inmediato al pasar, e incluso pasaba entre los automóviles, aunque tuvieron cuidado con las personas pues parecía que el autobús no tenía forma de evadirlos por completo.

Charlie y Harry estaban acostumbrándose al viaje tan accidentado, incluso logrando sentarse y pasar unos minutos tranquilos. Aun con la velocidad del autobús noctambulo, recorrer grandes distancias le tomaba su tiempo y en ese momento lo comprobaron cuando llego el medio día. El señor Weasley estaba cansado de conducir, aunque era más la vista y su concentración al virar e intentar no ir por zonas concurridas. Estaban entre Eslovaquia y Hungría, descansando del viaje y para relevar al señor Weasley. Agradecía que la zona de arriba tenía camas, ya que el señor Weasley pudo recostarse y descansar, se notaba nervioso y la mirada muy cansada.

Intento hacer trampa en el piedra, papel o tijeras con Charlie, aunque por alguna razón perdió. Y el señor Weasley lo apoyo, ya que Charlie conocía mejor la zona, lo lógico era que el terminara el viaje. Aunque Harry se sintió decepcionado de no poder conducir el autobús.

Charlie condujo una hora más, aun con la velocidad del autobús y sus propiedades mágicas, era difícil recorrer todo en tan poco tiempo. Aunque llego a la conclusión de que el autobús noctambulo podía acelerar mucho más, ya que Herny conducía aquello de forma perfecta y sin problema; en cambio ellos no pasaron de la primera velocidad en ningún momento y notaba que tenía las mismas marchas que un carro normal.

Frenaron en la carretera, a la orilla de un bosque denso y que se notaba de gran extensión.

-De aquí la reserva está a medio Kilómetro- dijo Charlie señalando en dirección directa al bosque-Si cruzamos las protecciones con el autobús seguro nos atacaran, desde la última vez están oscos. -

- ¿Cómo entraremos? - pregunto Harry alzando la mano y sintiendo la magia alrededor, un hechizo de confusión para los muggles y con seguridad entre más te adentrabas más fuerte era y menos podrían avanzar.

-Recuerda que trabajo aquí, tengo un par de ideas, algunos me deben unos favores y otros… bueno ya verás- dijo Charlie con una sonrisa sincera y señalándose -Déjamelo a mi-

-Yo aquí los espero- dijo el señor Weasley desde la puerta del autobús -No puedo descuidarlo o tendré problemas-

Se adentraron con paso sigiloso, mientras Harry estaba tras Charlie que conocía bien todo el lugar, se notaba al tomar algún giro o saltar alguna raíz sin siquiera mirar.

Justo al medio kilómetro estaba una caseta vieja y desgastada, con un chico que estaba acurrucado en una silla y tenia los pies encima de la silla vacía. Tenía el rostro tapado por una vieja sudadera y roncaba a todo pulmón.

-Siempre igual- rio Charlie para acercarse con sigiló, tanto que Harry se quedó parado observándolo.

Se puso a un costado y alzo los brazos, tomo aire para gritar, pero apenas estaba haciéndolo cuando se movió el chico.

-Puede que este durmiendo, pero aún tengo buen olfato recuerdas- digo el chico estirándose en la silla - ¿Recuerda por qué me pusieron en este puesto? -

Charlie bajo los brazos con algo de vergüenza. -Creí que era porque duermes 18 horas al día-

-También ¿Qué quieres? - dijo entre un bostezo, bajándose la chamarra y mostrando un pelo castaño largo, una cara fina, pero con una cicatriz recorriéndole desde la frente hasta la mejilla, además de que en el cuello se veía una quemadura ya curada -Según recuerdo esta semana no estas autorizado a pasar-

-Necesito hacerlo, Fran- dijo Charlie señalando a Harry, el cual alzo la mano y saludo - Mi hermanito no retrocederá en esto-

El chico le miro, ahora que lo notaba, uno de sus ojos estaba blanco por completo y el otro era de un café claro. Al mirarlo parpadeo mucho, para luego sonreír y mirar a Charlie.

- ¿Es? -

-Si-

- ¿Es el? -

-Si, el-

- ¿No habia muerto? -

-O que la canción, algún día, pero ahora estoy de carne y hueso- dijo Harry estirándole la mano para saludarlo.

El chico le miro la mano, para luego tomarla con una mano temblorosa y sudando, se veía muy sonriente y casi parecía a punto de llorar. Estaba tan emocionado, era como un niño en dulcería, sin saber que hacer decir o moverse. Más la emoción se notaba claramente.

- ¡Soy tu Fan, desde niño he escuchado historias tuyas, he leído tus grandes hazañas y solo me imagino aquellas que nunca han salido a la luz pública! - dijo moviendo su brazo de arriba abajo sin parar ni un segundo. - ¡Me volví loco cuando derrotaste y controlaste a las dragonas en el torneo; casi me estalla la cabeza cuando hubo la batalla del ministerio y peleaste con el que no debe ser nombrado! ¿Es cierto que en tu primer curso destruiste la piedra philosofal? Y…-

-Espera, espera, no está aquí para una entrevista privada, si no que necesita pasar a ver a Kagura y las chicas- comentó Charlie parándolo en seco. -Vamos, es urgente-

-No puedo, sabes que no permiten ingresos no solicitados con anterioridad, luego de lo sucedido es casi nulo que alguien cruce la frontera- dijo Fran pasándose el brazo por el hombro y una mueca de desagrado apareció en su rostro.

Charlie se cruzó los brazos, haciendo que luciera más imponente, abrió la boca, pero Harry avanzo y miro al Fran, que era mucho más chico que Charlie y más delgado, pero se notaba que tenía experiencia y había sobrevivido a eventos peligros.

- No controle a las dragonas, más bien logre comunicarme con ellas y quedar en un acuerdo común; a mí también casi me estalla la cabeza cuando pelee contra Voldemort, de forma más literal; No, yo no destruir la piedra, pero Dumbledore y Nicolas Flamel llegaron al acuerdo que era lo mejor. - dijo Harry sonriéndole y poco a poco acercándose, observando como sus ojos se agrandaban y la comisura de su labio se torcían hacia arriba. -Y si, tengo varias historias que nadie sabe y que me gustaría compartir algún día contigo, pero ahora mismo, es vital para derrotar a Voldemort que yo entre -

El chico se colocó la mano en el cuello y lo movió de lado a lado, noto la varita bajo su chaqueta, como esta estaba perfecto para que la tomara y sin embargo parecía no considerar ocuparla. Luego chisto y se cruzó de brazos, cerrando los ojos.

-Te dejare pasar si me contestas algo- dijo Fran sin abrir los ojos, concentrado y seguro.

Charlie y Harry se miraron unos minutos, en los que el parecía aun decidir si era lo correcto o no, pero este solo abrió los ojos y miro hacia el bosque.

- ¿Puedes darme un autógrafo? - pregunto con la cara algo roja.

Por poco y se cae ante la sorpresa, pues esperaba algo más complicado y que le llevara a realizar alguna clase de promesa o incluso extorción (de ser necesario), pero aquel chico no parecía mentir. Quería su autógrafo. El abrió un poco la boca por la impresión, pero Charlie tenía la mandíbula abierta y estaba con la mirada en blanco. Por otro lado, Harry no sabía que contestar, la última vez que mencionaron sus autógrafos, fue con el profesor Lockhart y solo se le ocurría pensar en las burlas de Malfoy e incluso de Ron por aquella petición tan repentina.

- ¿Estas de broma Fran? - pregunto Charlie al recobrar la compostura. - ¿Un autógrafo? -

- ¿Qué no puedo? - pregunto Fran alzando los hombros, aun rojo pero seguro de lo que quería. - Para mí sería algo único -

Le miraron, Harry no podría creer que una sola firma le fuera a salvar en ese momento y si era así, pues no se negaría, pero le daba algo de vergüenza. Solo asintió y se preparó para lo que viniera.

En seguida y de la nada, apareció un viejo libro con pasta de cuero y una pluma con tinta. El solo se dispuso a tomarlo y firmarlo, pero fue entonces cuando noto que tenía muchos artículos pegados, con imágenes en movimiento y diferentes pliegues, le gano la curiosidad y lo abrió. Adentro noto múltiples artículos de periódicos, todos con alguna noticia que involucraba su nombre, tal vez por coincidencia o por que el articulo era extenso, se abrió justo en la página donde Rita Steeker intento difamarlo. La imagen central era suya, con una sudadera roja, unos jeans rotos, y una mirada de no haber dormido en días, sin contar con el golpe en la barbilla, y rasguños por el rostro. Recordaba aquel día que la tomaron, el cómo estaba solo en aquella etapa de su vida, y pudo compararla con su actual yo, el cambio era abismal y ahora sabía que no estaba solo.

-En el torneo, tu primera entrevista y articulo sobre los campeones- dijo Fran señalándolo -Te llamaron demente y peligroso, pero… se notaba una tristeza profunda. - El asintió y suspiro -… pero también que peleabas por algo y que no te dejabas derrotar… eso me hizo admirarte. Luego peleaste contra las dragonas, pude verte de primera mano y ahora soy un fan, he seguido cada artículo y cada mención tuya, aunque algunos solo son chismes. -

-Si, algunos de ellos muy locos- dijo Harry pasando las páginas y viendo una donde ponía "El elegido y héroe". Las páginas recorrieron y noto que algunas estaban ralladas, incluso descuidadas y rugosas por la humedad, eran aquellas que hablaban de su muerte, de Pendragon y lo que pasaría sin él. Luego las finales eran un artículo del Asesor Auror Externo, donde estaba frente a las cámaras parado. Harry le miro, preguntándose como es que lo sabía. - ¿El Asesor Auror? -

-No se lo diré a nadie- murmuro pasando las páginas y llegando a casi el final - Solo … fue un presentimiento y ahora… lo confirme. Puedes ponerla aquí, ¿sí? -

El tomo la pluma y la poso sobre el papel, al principio no supo cómo hacerla, ¿Qué pondría ante un chico que lo admiraba de esa forma? Quería darle algo especial, algo que lo alentara y al mismo tiempo fuera algo que recordara. De tal forma que, espero un momento, la tinta mojo el pergamino, dejando un círculo de tinta negra expandiéndose en el pergamino. Al siguiente momento inyecto su magia en la tinta, la mancha negra se movió por el papel formando el escudo Pendragon, su mano se deslizo con gracia y facilidad, escribiendo unas palabras solo para Fran y luego dejando su firma a lado. Aunque era más un garabato con su nombre.

-Aquí esta- dijo Harry cerrándola y dejándola en su mano, le miro- Gracias por esto, de verdad es necesario-

-Claro, solo no hagan un alboroto- dijo Fran guardando el libro de inmediato en su chamarra, luego se sobo el hombro - La última vez no me fue tan bien-

-Tranquilo, no vinimos para complicar las cosas- dijo Harry extendiéndole la mano, el chico se la dio y agito con fuerzas.

-Luego debes traerlo a contarme como les fue- dijo Fran a Charlie el cual alzo los hombros.

-Mejor luego te invito a la casa- dijo Charlie poniendo los ojos en blanco.

-Debes tener cuidado, hay crías que acaban de eclosionar, seguro las defenderán- informo entrando en la pequeña caseta y moviendo algunos papeles clavados, para luego introducir su varita en un hueco y girarla. Al instante el bosque cambio, como si una ilusión fuera removida.

-No me preocupan los dragones-

-Luego de Daira, supongo que todos se ven como cachorritos… aunque no lo sean- comento Charlie muy tranquilo

-Espero que tu siguiente primicia, sea con tu rostro- dijo Fran agitando la mano al verlos partir y volviendo a sacar su libro y abriéndolo emocionado otra vez.

-Acordemos no hablar de esto- dijo Charlie sin mirarle.

-Por mi está bien-

Avanzaron por el bosque, Charlie de vez en cuando le señalaba para cambiar el camino, pues parecía que habia protecciones y trampas para aquellos que no conocieran el lugar. Escuchaba los rugidos ya y el bosque comenzó a cambiar, ahora de vez en cuando aparecían arboles quemados, y senderos con pisadas grandes, además de un montón de estruendos de árboles moviéndose a la distancia.

-Kagura, Circe, Mai y Rei son dragonas que se han portado bien desde que hablaste con ellas- murmuro Charlie como si lo fueran a escuchar -Por ello están en un lugar de mínima seguridad, los más peligrosos se apartan y se mantienen cerca de aquella montaña, o en su interior-

Se alegro de escuchar aquello, pues parecía que influencio bien en ellas y por lo visto su estilo de vida ahora cambio un poco. Aun así, el no pararía hasta cumplir con su promesa.

Escucharon voces y risas, y antes de que incluso Charlie reaccionara, Harry agito la mano y la capa de inviabilidad apareció sobre sus cabezas. Pronto se encontraron escondidos tras un árbol, un grupo de cuidadores pasaban a un costado, hablando y bromeando. Noto que estos tenían cortaduras y quemaduras como Charlie y Fran, se preguntó ¿Qué tan peligroso era su trabajo?

Una vez que pasaron, Charlie se movió a la derecha y sin descubrirse con la capa, a pesar de tener desde los tobillos descubiertos. Un par de minutos después de que notaron que estaban lejos y que todo estaba más o menos en silencio se quitaron la capa y anduvieron a un paso más rápido.

La reserva era todo lo contrario al bosque prohibido y más parecido a algunos lugares en el archipiélago arcano, con sus árboles muy separados y frondosos, algunas veces derribados y otros llenos de tajos, además de tierra negra que dejaba ver huellas de garras de vez en cuando.

Llegaron a un claro, con dos colinas cortadas y entre ellas un pequeño estanque que conectaba a dos riachuelos que servían de barrena natural. Alrededor se notaba más calor, con menos vegetación e incluso alguna que otra brasa saliendo del suelo y señalando un camino muy bien delineado.

Se sentía la magia de protección en el rio y estanque, para evitar crear algún incendio forestal, por ello en cuando una gran llama surgió a la distancia y esta fue directo a la arboleda de encima de las colinas, esta fue interceptada por un gran chorro de agua que surgió del riachuelo, dejando un ambiente húmedo y cálido.

-Sera interesante verte interactuar con ellas- dijo Charlie caminando a su espalda.

La planicie junto al lago era más árida, habia por lo menos una veintena de huecos escarbados en tierra, hechos de lo que parecía carbón, rocas y con flamas que lanzaban lenguas alrededor de enormes huevos de distintos colores, y cubiertos de unas leves escamas con formas curiosas. No pudo acercarse mucho, noto unos gruñidos y rugidos entre todos los nidos. En algunos había pequeños dragones, no mayores a lo que fueran un perro adulto, pero si lo suficientemente intimidantes para no querer acariciarles la barriga.

-Hasta aquí todo bien, más lejos… ellas nos olfatearan- murmuro Charlie se notaba el cuidado que tenía en no alterar a los pequeños dragones, quedándose lo más quieto y sin caminar un paso más.

Al contrario de lo que hizo Harry, que se adentró a la tierra más aplanada, y con rumbo a los dragones.

- ¡Harry! - dijo Charlie intentando llamar su atención. - ¡Harry! ¡No alborotes a los pequeños! -

El solo movió la mano en una señal de entendimiento, pero continúo pisando las diminutas piedras de graba y ramos carbonizados a su alrededor, sin importarle el ruido o que se percataran de su presencia. Escuchaba voces de niños, aunque un poco más gruesas y con leves combinaciones de rugidos, la mayoría de las voces inentendibles, pero curiosas por su presencia.

Camino entre los nidos, mirando algunos huevos, calientes por las brasas y a veces teniendo que dar grandes zancadas para evitar a los dragoncitos curiosos que salían de su nido. Llego a la orilla de la laguna, era un nido mucho más grande, noto el dragón que aun descansaba en el nido, tenía un tamaño casi igual al de Daira, estaba dormitando y con otro par de huevos descansando en sus patas. Reconocía las escamas negras, la cola llena de púas, y los cuernos de bronce que sobresalían de la cabeza.

Una cola cuerno húngaro joven.

Dio un paso más y el viento soplo, las fosas nasales del dragón se expandieron y sus ojos se abrieron de golpe, sus ojos amarillos y con pupilas verticales le miraron. Veía su propio reflejo en ellos.

Con un estremecimiento el dragón se levantó y coloco los huevos bajos sus patas, para luego olfatear de nuevo y gruñir a Harry.

- ¡Hola, creo que no me conoces, pero yo conozco a tu madre! ¿Podrías decirme donde la encuentro? -dijo al dragón, con un tono afable.

La incredulidad fue obvia incluso para el rostro de un dragón, que se movió y sus ojos miraron a todos lados, como buscando a alguien más que Harry y encontrándose con Charlie, el cual seguía sin moverse.

-Siento despertarte, y de verdad, no quiero pelea o dañar a nadie. Tu madre, Kagura y yo, somos viejos amigos y quisiera hablar con ella si es posible- dijo Harry mirando a la creatura con una sonrisa, esperando que no se pusiera la cosa mal o tendría que preocuparse por todos los huevos y dragones infantes que estaban alrededor.

-Hueles a ...- dijo el dragón con una voz profunda y gruesa, mientras volvía a olfatear -… Harry-

-El mismo -dijo recordando la memoria olfativa que compartían los dragones, y el que con seguridad Kagura habia pasado a sus crías y aquel dragón joven debía de reconocerlo por su olor. Aunque esperaba que no apestara u fuera un mal olor. -Necesito hablar con ella-

El dragón, no se movió, solo levanto el cuello al cielo y lanzo un rugido enorme. Fue un enorme - ¡MAMÁ! - que trono en el cielo en forma gutural y que se expandió por la reserva.

Cuando termino de gritar, se sacudió y escupió un poco de humo negro, aunque ese era el menor de sus problemas, los demás pequeños dragones estaban alterados y comenzaban a escupir fuego y aletear llamando a sus respetivas madres. Le recordó a su niñes, cuando Dudley se caía y raspaba las rodillas en la escuela, en seguida las madres se acercaban a ver qué tan grave era la herida. En su imaginación las distintas señoras se transformaron en dragones, con vestidos y bolsos, mientras atendían a Dudley con llamas curativas. Se sacudió la rara imagen en la cabeza en cuanto escucho rugidos potentes y furiosos, esta vez provenientes del cielo.

Miro una figura sobrevolar el cielo, la sombra draconiana pasaba a su lado y giraba alrededor de los montes cortados y creciendo con velocidad entre más tiempo pasaba. En un punto la sombra rondaba a Harry, hasta que cayó en picada y aterrizo con estruendoso sonido, gruñendo, con garras y dientes listos para despedazarlo.

Miro directo a los ojos amarillos, el gruñido reverbero en la garganta de la enorme dragona y mostro un hocico lleno de filosos dientes, además de salpicar babas en el suelo y que este chisporroteara con fuerza.

Espero a la dragona un momento, luego dio un paso adelante y levanto la mano, para un momento después tocar la dura y escamosa piel. La colacuerno húngaro dejo salir otro sonido raro, y a su espalda escucho muchos más, más el solo sonrió. La dragona extendió las alas y por un momento estas tocaron la espalda de Harry, en un tosco saludo.

-Bienvenido, Harry. Te esperábamos, sabia con certeza de que cumplirías tu palabra- se escuchó aquella voz de mujer muy gruesa y algo gutural. La voz de Kagura.

- ¿Cómo has estado mi amiga? -

La dragona le soltó y entonces observo como se alejaba, más tranquila y sacudiendo su cuerpo, tal vez por la tensión que tuvo unos momentos antes.

-Nos han cuidado bien, pero aún no somos… libres- rugió Kagura, mirando a su costado y luego al otro, como si aquella montaña cortada fuera una prisión. Y Harry la entendía bien, puede que tuviera mucho espacio alrededor, pero aquel lugar seguía siendo una prisión para aquellos que deseaban extender las alas y volar lejos.

-Comprendo- dijo Harry quedamente, mientras aun observaba a los dragones pequeños acercarse mucho, olfateándolo sin parar. -Por eso estoy aquí, aunque … debo pedir tu ayuda antes y, si es posible, también la de las chicas-

La dragona ladeo la cabeza y pareció indecisa, luego comenzó a moverse y sin decir nada, Kagura vio al joven cola cuerno húngaro, este regreso al nido sin rugir. Avanzaba con estruendosos pasos, aunque evitaba los nidos y pequeños dragones, sin siquiera mirar al suelo.

Tal vez fue el hecho de estar en medio de un nido de dragones, o que el mismo fuera padre de una dragona, pero le surgieron muchas dudas. Sobre todo, de su crecimiento y vida, ya que esperaba encontrar a dragones más adultos alrededor y sin en cambio solo veía dragones jóvenes y pequeños. La velocidad de crecimiento de Daira puede que fuera un rasgo especial de su especie, o de su condición quimérica.

Miro a Charlie aun quieto y sin saber que hacer, el solo levanto la mano y le indico que esperara moviendo los labios. Fue detrás de la dragona, que fue aún más a la orilla del lago, extendió las alas y con un impulso sobre voló por la superficie, y luego de un momento aterrizaron en una enorme roca y lo que parecía una enorme superficie sobresaliente a la mitad de la laguna.

Harry no se quedó atrás, comenzó a volar y con toda rapidez la siguió, llegando justo detrás de ella. En aquel lugar no solo estaban las dragonas, también observo a otros dragones adultos, cada uno echado y enroscado, expulsando largas hileras de humo y parecía estaban durmiendo.

Kagura le miro y luego lanzo algo de fuego, como en un suspiro.

- ¡He ustedes arriba! - rugió Kagura avanzando y pegando con su cola a varios.

Esperaba ver chichones o piel sangrante, pero parecían que las púas no le hicieron daño a ninguno de sus compañeros. Otra cosa que desconocía de los dragones ¿Podían elegir que dañar con sus cuernos y púas? No tuvo tiempo de reflexionar sobre de ello, pues el resto de los dragones comenzaron a levantarse, gruñendo y molestos de haber sido levantados de su siesta.

-Tenemos un invitado- dijo Kagura sentándose sobre sus cuartos traseros y plegando las alas en su espalda.

- ¡Harry! - se escucharon varias voces femeninas. - ¡Nos viniste a visitar! -

En seguida miro tres dragonas levantándose en su esplendor, las reconocía, después de tantos años como olvidaría a aquellas dragonas que le persiguieron por Hogwarts y casi lo devoran sin miramientos. Mai sacudió las alas con alegría, Rea solo dio una leve inclinación y Cirse se pavoneo un poco.

-Hola chicas- dijo Harry notando cuatro pequeños dragones acercándose, eran las cuatro miniaturas de Mai, Rea, Cirse y Kagura, estas en seguida se posaron en sus hombros, saludándolo y felices de volverse a encontrar.

El encuentro con ellas le volvió a recordar a Daira, pues más o menos eran del mismo tamaño de cuando nació e incluso podría decir que Daira era más grande. Aun así, el solo las acaricio con la mano.

- ¿Quién es el? - pregunto un Gales verde, más pequeño que Mai, pero tenía un color de escamas más claros y su voz sonó varonil.

-Es un viejo amigo- dijo Cirse con un tono osco, como si no le gustara que se acercara. - Él no es comida-

Más el resto de los dragones comenzaron a acercarse, entre ellos un Hebrido negro, una Ridgeback noruego, dos Vipertooth peruanos, un Snallygaster y Longhorn rumano. Todos se notaban bastantes fuertes y en cuanto lo encerraron en un círculo, noto que algunos no estaban a gusto con su presencia.

-Raro en ti Kagura, que no lo ingirieras al entrar al nido- gruño uno de los dos Vipertooth, avanzando con un aire de amenaza palpable.

- ¿Te estas volviendo suave? - pregunto la Snallygaster contoneándose y moviendo sus dos colas en diferentes movimientos.

- ¡¿Quieres comprobarlo Narga?!- pregunto Kagura enseñando todos sus colmillos y lanzando un rugido de advertencia. - Él es Harry Potter, el…-

Estaba tan metido en ver a la Snallygaster, el Vipertooth y el Hebrido negro, aquellos que se mostraban agresivos, que no se percató de que la Ridgeback noruego estaba a su espalda. Solo el enorme hocico olfateando su ropa y cabello, el giro la cara para mirar esos enormes ojos en rendija, de un color naranja, su piel de cuero negro verdusco, las púas anchas por toda su cabeza y recorriendo su lomo, además una lengua tan roja como la sangre.

-Yo te conozco- dijo la voz de la dragona, una joven, pero con fuerza- Hueles a un viejo recuerdo, a uno… cuando estaba con mi madre-

-El huele un poco a Pendragon, igual que a … - dijo el Vipertooth olfateando igual, como si la curiosidad le ganara.

A su alrededor los dragones comenzaron a olisquear, y pronto Harry estaba encerrado entre hocicos de reptiles, escamas calientes y una necesidad de darles mentas gigantes a cada uno. Más los dragones no tardaron más que un minuto, todos pararon en seco incluso se retiraron, algunos como el Snallygaster asustados.

-Tienes razón Kagura- dijo el Vipertooth asustado, aleteando un poco.

-Es el- dijo la Snallygaster.

-Nuestro Rey- continuo la Ridgeback noruego.

Todos los dragones se inclinaron, rugieron con fuerza al momento de alzar el rostro al cielo y lanzar columnas de fuego, de diferentes tonos naranjas y rojos, incluso el de Kagura estaba algo más rojo de lo que recordaba.

-Nuestro Rey dragón, estamos a su servicio- dijo Kagura dejando la cabeza en el suelo del todo. El resto le imitaron.

-Hace tiempo te dije que no estaba preparado para ser rey- dijo Harry suspirando y moviendo la mano para levantarlos del suelo, luego giro y miro al resto- Jamás voy a estar preparado para ser su rey, pero estoy dispuesto a luchar por ustedes, a rugir con ustedes y volar junto a ustedes. Pero ahora, una guerra hay en otro lado, una en la que necesito su fuerza; necesito su fuego y ferocidad; pero sobre todo necesito que cooperen con todas las criaturas que confían en mi para así poder también crearles un mejor futuro-

Se le quedaron mirando y el Vipertooth avanzo.

- ¿Por qué cooperaríamos con aquellos que no escuchan nuestras voces? ¿Por qué ayudar a aquellos que no ven que aun si nuestras escamas son impenetrables, el dolor aún puede llegar a nosotros? ¿Por qué ir a pelear con ellos? - pregunto con voz solemne, como si fueran las preguntas de todos.

-Son dragones- respondió Harry mirándolo a los ojos- Y yo tengo a amigos, magos y brujas, que tienen un corazón de dragón como ustedes. Quiero protegerlos y crear un futuro junto a ellos, pero también para ustedes. Separados, somos débiles, juntos seremos imparables. Pido mucho, lo sé, pero ustedes saben mejor que nadie sobre la magia, huelen y ven cosas que nosotros no. Les prometo un futuro mejor, pero necesito tiempo y que confíen en mi-

Se volvió a inclinar y murmuro -Soy Micbrak y luchare a su lado, hasta que mi fuego se extinga o mi cuerpo sea cenizas-

-Blacka y también luchare a su lado, si quiere un arma lo seré, si necesita un escudo lo seré- murmuro el otro Vipertooth que era hembra, aunque era demasiado similar.

El Hebrido Negro rugió lanzando una leve llama y le siguió -Soy Lauran, iré con usted, no importa si mis alas se desgarran, continuare volando a su lado-

- Mai, una vez ya lo he enfrentado y perdí, ahora que es mucho más fuerte, le juro mi lealtad eterna-

-Circe, si necesita que despedace, queme o arranque cabezas solo tiene que decirme-

-Rea, no seré la mejor guerrera, pero nadie puede competir en mi velocidad, si necesita unas alas fuertes y un fuego ardiente, yo soy tu opción-

-Norberta, mi llama puede fundir el acero y mi olfato jamás olvida, sé que usted incluso me llevara con mi madre, por ello le estaré agradecida de por vida-

- ¿Norberta? - pregunto Harry mirando al Ridgeback noruego que se alzaba a verle - ¡Eres la dragona de Hagrid! - Grito al comprender

- ¿Hagrid?... si- dijo Norberta con un aire raro, como si se perdiera en su propia memoria olfativa -Ese nombre era el de mi madre-

Harry pensó en lo muy emocionado que se encontraría Hagrid, y también en lo mucho que con seguridad querría conservarla, aunque no estaba seguro como lo tomaría Ron luego de ser mordido por ella. Y de nuevo se perdió en su mente, pues Norberto tenía casi 7 años de nacida, y apenas se notaba joven y tal vez solo un metro y medio más grande que Daira, de echo Norberta era la más chica de todos los dragones presente, se volvió a preguntar sobre los secretos del crecimiento de su dragona.

Solo continúo mirando y presenciando las presentaciones de los dragones - Mi nombre es Narga, perdóneme, mi señor, y por favor guíenos a nuevos cielos a un lugar donde podamos llamar hogar-

-Walbrom- hablo el más grande de todos, era de un tono blanco, pero se notaba cansado y una voz muy vieja - Este viejo dragón ha vivido en cautiverio mucho tiempo, tanto que no recuerdo ya… es un misterio el mundo, pero si mi rey quiere iré a enfrentarlo con usted-

Harry miro a Kagura que solo respiro fuego, el entendió - ¿Eres la líder de todos ellos? -

Sus ojos se cerraron y un ruido raro salió de su garganta, que sonó a un chillido metálico y gruñido contenido, al abrirlos soltó mucho humo negro por la boca.

-No, nuestro líder fue secuestrado y dañado por magos con capuchas y máscaras- dijo Kagura para luego mirar rumbo a los nidos -Él era mi pareja, el padre de Xarg y un alfa para todos nosotros. Lamento tener que dejar este lugar sin él, pero lo primero es nuestra supervivencia-

Por Hermione y Pendragon habia escuchado del ataque a la reserva de dragones, incluso del secuestro de un colacuerno húngaro alfa. Ahora que sabía que tenía algo que ver con Kagura, supo que tenía otro motivo para llevarla y además de que, si aún estaba vivo, haría lo que fuera por recuperarlo, aunque no mencionaría nada de ello hasta estar seguro.

- ¿Están de cuerdo de seguirme? Si harán esto será por voluntad propia…-

-Los dragones somos capaces de destrozar a nuestros enemigos, y para ello debemos saber quiénes lo son y quienes no lo son- dijo Kagura extendiendo las alas - Tus palabras llegan a nosotros tan cristalinas y tu olor jamás ha apestado a mentiras-

-No te seguimos ciegamente- dijo Cirse con voz queda - Te seguimos por que sentimos tu fuerza, escuchamos tu mente, olfateamos tu alma y vemos tu corazón, mi rey-

El solo suspiro, parecía que todo salió como esperaba, solo tenía unas pocas horas y si estaba en lo correcto, sabría que no a todos ellos podrían sacarlos de la reserva. No cuando habia tantos nidos y huevos que mantener calientes y a salvo. Lo pensó por un momento.

Eran diez dragones, y supuso que la manda no se podría dividir tanto, por lo que la mitad sería mucho.

-Cuatro de ustedes me seguirán, el resto se quedarán a proteger el nido y a asegurar que los huevos estén calientes-dijo Harry mirándolos - Todos ustedes serian de mucha ayuda, pero ese es un lujo que causaría más dolor que bien, así que… Kagura, Walbrom, Narga y Micbrak…-

- ¿Y nosotros? - pregunto Mai curiosa -No volaremos junto a usted-

Se acerco y coloco una mano bajo su mentón, dando una ligera rascada, como a Daira le gustaba, en seguida la dragona se tranquilizó.

-Regresare por todos- dijo Harry suspirando -Pero por ahora solo ellos …-

- ¡Yo quiero ir! -Voltearon a ver a Norberta, que estaba enojada y mirándole - ¡Debo de ir! -

- ¿Por Hagrid? - pregunto Harry mirándola a los ojos.

- Tengo memorias desde que nací, aunque son sombras, sonidos, olores y sabores… desde que llegue a esta reserva… no me he sentido en casa- dijo Norberta con fuerza - Por favor mi rey, deje a esta humilde sierva seguirlo, incluso si mi vida acaba no habrá arrepentimientos-

Ninguno de los demás dragones hablo, Harry por su parte lo pensó unos momentos, para luego asentir -Bien, síguenos, solo espero que esto no desequilibre su manada-

-Es joven, recién llego a la adultez, está aprendiendo e ir junto a usted le dará sabiduría- dijo Walbrom avanzando junto a Norberta, como apoyándola - Yo la cuidare mi señor-

-Genial- dijo Harry mirando como el sol estaba ya tomando rumbo al horizonte -Tenemos poco tiempo, iremos fuera de la reserva primero y de ahí saldremos volando a máxima velocidad ¿Algún problema? -

Nadie rugió nada.

Kagura, Walbrom, Narga y Micbrak se enfilaron y miraron a la distancia. Para luego desplegar las alas y comenzar a volar, sin despedirse o decir algo fueron a la otra orilla, donde Xarg les esperaba. El dragón más diminuto que su madre le miro y rugió con suavidad, no fueron palabras con exactitud, más bien un sentimiento que Harry no pudo comprender del todo. Era antiguo, tan antiguo como los dragones, ya que Kagura volvió a rugir de esa forma y se acariciaron los hocicos antes de pasar caminando por entre el nido.

Los cuatro diminutos dragones, copias de Cirse, Mai, Rea y Kagura estaban sobre Walbrom, acompañándolos, aunque el supuso que serían de ayuda si pasaba algo en el nido, pero igual tampoco hacia daños dejarlas seguirlos.

Llegaron con Charlie que tenía la boca abierta y le miraba.

-Charlie también es su compañero- dijo Narga con algo de felicidad- Me gusta mucho su cuidado, sobre todo en mi cresta.

-Lo logramos- dijo Harry a Charlie pasándole a cerrar la boca- Ahora por tu papá y directo a Hogwarts-

El pelirrojo se sacudió para reaccionar, para luego seguirle, entre las enormes cinco bestias, ellos dos parecían la presa, pero los seguían un par de metros atrás con total calma.

-Me sigues sorprendiendo, para transportar a las dragonas a Hogwarts necesitamos por lo menos una veintena de cuidadores- dijo Charlie mirando por su hombro - ¿De verdad eres su rey? creí que era cuento de los gemelos-

Paro un momento y miro a Charlie, esa pregunta era muy compleja de responder, el hecho de que incluso Arthur Pendragon, en los recuerdos de Merlín, fueran muy similares. Le hacía sospechar que puede que tuvieran alguna conexión con él, pero luego de tantos años donde su sangre se fue diluyendo, no estaba seguro de que fuera el rey.

-No se- dijo Harry suspirando, era complejo y la verdad su mente no estaba para descubrir nuevos secretos sobre el paso - De cualquier forma, ahora lo que debemos pensar es como salir con ellos-

-Solo hay una forma y es por donde entramos-

Se miraron y parecieron de acuerdo en algo, Fran podría ser un obstáculo.

Mientras caminaban, saliendo de la montaña cortada, Harry los presento, aunque fue a Charlie más que nada, ya que los dragones parecían saber mucho más de el por ser cuidador. También indico a los dragones, que vieran lo que vieran he hicieran lo que hicieran ellos no podían atacar, solo volar e ir en dirección de Hogwarts. Solo esperaba que tuvieran un sentido mágico de vuelo como Hedwin, aunque dudaba cuando por el bosque Narga se desvío y termino atrapada entre dos árboles muy juntos.

10 minutos después, reanudaron su camino y tardaron otros 8 intentando rodear la caseta de Fran. Lo cual Charlie y Harry dudaron lograr, ya que en cuanto se acercaban al límite la magia comenzaba a accionarse, un momento después no les quedo de otra. Se acercaron a la caceta de Fran, encontrándolo parado, con los brazos cruzados y mirándolos. No parecía sorprendido por los cinco dragones que los acompañaban, sino más bien lucia muy tranquilo.

- Saben que no pudo dejar marchar a nadie sin dar pelea ¿Cierto? - dijo Fran sacando la varita con calma, provocando gruñidos de las dragonas y que Charlie también sacara su varita.

-Fran, Harry tiene el control, ellas no causarán daños a ningún lugar y no se dejarán ver ante muggles- dijo Charlie mirando a su compañero.

-De eso estoy seguro, no causaran daños a nadie- dijo Fran tronándose el cuello, para luego mover el hombro, con seguridad una vieja herida del anterior asalto de Voldemort. -Confió en ello-

Levantaron las varitas, pero Harry solo movió el brazo al cielo, al instante explosiones y fuegos fueron lanzados en varias direcciones. Explotaron en múltiples lugares, y los fuegos recorrieron la tierra, dejando un camino claro y que no tocara ningún árbol o vegetación. Al siguiente lanzo un viento fuerte que agito los árboles provocando que las ramas débiles cayeron y las hojas ya secas fueran en todas direcciones. Termino apuntando a Fran el cual tenía una leve sonrisa.

-Gracias, de verdad aprecio esto- dijo Harry mirando sus ojos, claros, fuertes y sin titubeos.

-Desmaius- grito Fran lanzando el hechizo, más el solo levanto la mano y lo revoto el hechizo salió a un lado dando a la tierra, dejando marcas parecidas a las quemaduras ya hechas.

-Atabraquium- murmuro Harry, de su varita surgió una línea roja cubierta de plata, con un solo impulso llego a Fran que de inmediato fue envuelto de pies a hombros con ella. Parecía una enorme serpiente constrictor alrededor de su cuerpo, impidiendo que se moviera. - Espero esto sea suficiente-

- ¿Suficiente? - pregunto Charlie sorprendido por todo.

-No se suficiente- dijo Fran suspirando, moviéndose, dando saltitos, para luego inclinarse y dejarse caer de lado frente a tierra removida, donde una explosión dio -Estoy muy limpio, necesito algunos cortes y moretones, así tal vez este mejor-

-O claro- dijo Harry acercándose y colocando su mano en su hombro -Tal vez sientas leves pinchazos-

-Hazlo-

Al siguiente momento varios cortes aparecieron por su ropa, la cual también tuvo quemaduras y del rostro apareció un leve moretón además de rasguños en la mejilla y ceja.

- ¿Ustedes dos que hacen? -

-Se llama montar una escena- dijo Fran sin parecer molesto o herido de verdad, pero si lo veía cualquiera diría que habia estado en batalla, ya que incluso se llenó de suciedad en un momento. - Ahora solo falta que me dejen inconsciente-

-Antes de ello, gracias otra vez- dijo Harry levantándose y mirando alrededor, la escena parecía muy bien montada. Más aun cuando las dragonas parecieron entender que pasaba y se habían encargado de dejar rasguños en la tierra y troncos, incluso dejando algunos a punto del colapso.

-Solo cuéntame todo en persona cuando termine- dijo Fran un momento después una ráfaga roja surgió de la punta de la varita de Harry y termino cerrando los ojos.

-Vaya que si es tu fan- silbo Charlie sin terminar de entender todo.

-Vamos retrasados, abra que poner más velocidad- dijo Harry comenzando a trotar, pues sabía que en cuanto pasaran la línea de seguridad todos dentro de la reserva sabrían que algo malo paso. Aunque en este caso era un secuestro inocente y sin víctimas, solo para un propósito que merecía montar todo aquello.

Tal como fue una alerta mágica surgió, el cielo comenzó a tonarse de un rojo y un pitido sonó por todo el bosque, mientras que ellos ya avanzaban corriendo para alcanzar la carretera y marcharse junto al señor Weasley.

- ¡Estarán aquí en un minuto! - grito Charlie en cuanto miraron la línea de árboles que los separaba del señor Weasley.

-Walbrom, ayúdame con el autobús- dijo Harry sin voltear a ver -Kagura, Charlie a tu espalda, yo me encargo de despistarlos-

Harry escucho el estrepito de las alas batiéndose con fuerza, de como un grito surgía en cuanto Kagura tomaba a Charlie de la ropa con el hocico y más aún como destrozaron arboles al cruzar con toda su fuerza. No tardo nada en levantar la mano y la varita, y crear varios círculos mágicos, imitando cinco dragones de tierra, árboles y vegetación, aunque algo malformados, lo siguiente fue crear un viento fuerte y poderoso que los elevara y alejara en direcciones diferentes. Estos agitaron las alas y comenzaron a volar a distintos puntos, cada vez más alto y guiados solo para despistar a sus perseguidores.

Por el otro lado, miro al enorme dragón blanco con el autobús en sus garras y planeando a metros de la carretera, a Kagura con Charlie dando leves gritos al colgar de su hocico y al resto de dragones listo para volar.

-Sube Harry, yo te llevo- dijo Norberta bajando la cabeza.

El solo comenzó a flotar y miro el cielo -Sobre las nubes, allí nadie nos vera ni nos perseguirá. En un instante voló lo más alto que pudo, seguido de todos los dragones, aunque Kagura columpiaba a Charlie que intentaba entrar en el autobús noctambulo para mayor seguridad. Giro la vista en dirección de los señuelos, una docena de cuidadores en escobas se dirigía a cada punto, dejándolos en paz por lo suficiente para llegar a las nubes más bajas, donde Harry termino lleno de agua y donde pusieron ocultarse por un momento. Espero lo suficiente para saber que no los seguirían si continuaban volando lo más alto y lejos posible.

Las cinco criaturas continuaban subiendo sin siquiera parecer hacer esfuerzo, más a Harry la altura comenzaba a afectarle, el aire era menos y el frio le calaba al tener la ropa mojada.

-No te sobre esfuerces- rugió Kagura acercándose lo suficiente para ponerse debajo - Nosotros podemos continuar subiendo, tu cúbrete-

Sintió las escamas al posarse sobre su cuello, también el calor que desprendía y en cuanto se sintió seguro de estar sobre su lomo, creo un hechizo casco burbuja, tal vez no estaba bajo agua, pero el aire le era vital en ese momento. No supo a qué altura llegaron con certeza, solo que veía la curvatura de la tierra, que el cielo azul ya pintaba algo negruzco y que la tierra ya solo era formaciones difusas, cordilleras, manchas verdes y lo que parecían puntos de agua o alguna población.

Miro dentro del autobús noctambulo, donde Charlie y el señor Weasley observaban hacia abajo, pálidos y asombrados, aunque puede que fuera por la capa de hielo que ya se formaba en el autobús. Que aguantaba bien hasta el momento.

Supo que debía indicar hacia dónde dirigirse, pues en un momento frenaron y se mantuvieron estáticos, observando en qué dirección irse. Convoco un rosal ventus oriéntame, apareciendo una brújula, y un mapa de la zona en que estaba, era magia de tal forma que movió la varita y el mapa fue achicándose, volviéndose más esférico y dejando un globo terráqueo en su mano.

-En aquella dirección- rugió Harry con fuerza para que lo escucharan, y no tardaron en tomar rumbo.

Se movían con toda la fuerza de las alas de Kagura, aunque el grupo lo encabezaba Narga, a su izquierda Kagura y derecha Walbrom, detrás de cada uno respectivamente estaban Micbrak y Norberta; formando una "V" invertida. Su sentido del tiempo dejo de funcionarle, pues los minutos le parecieron duplicarse y lo que podían ser un cuarto de hora volando le parecieron horas.

Lo que más le atrajo la atención en un momento fueron los aviones que pasaban bajo de ellos, los veía como cosas blancas que emitían las luces de las alas. Nunca tomo un vuelo en avión, pero sabía que desde el interior solo podía ver lo que pasaba por unas diminutas ventanas, por lo que ver a cinco dragonas sobrevolándolos era imposible. Vio por lo menos media docena pasar por debajo, antes de dejar de ver hacia abajo y concentrarse en mantenerse caliente con las escamas de Kagura.

Para los dragones era algo muy normal, pero para sí, fue una nueva experiencia. Aunque habia volado del archipiélago arcano a Londres, casi le habia llevado más de 24 horas, en menos de lo que pensó, se encontró mirando el mar del norte y cruzando a Reino unido. Solo seguían un rumbo recto, por lo que esperaba ver tierra en algún momento y poder reorientarse en algún punto.

Tomaron un pequeño desvío a la derecha al tocar tierra, pues Harry supo que entraron a Reino Unido por Scarborough, de tal forma que solo sería menos de una hora en dirección a Hogwarts. Con esa altitud y velocidad, el estómago de Harry dio una sacudida y un vuelco en cuanto giraron, casi saca su inexistente comida sobre el lomo de Kagura, cosa que no le gustaría nada a la dragona.

Tal como lo predijo, pronto se encontraron una diminuta línea entre la topografía que miraba decenas de kilómetros más abajo. Indico a Kagura que bajara y lo hicieron encontrándose con las vías del tren que lo llevarían a Hogwarts. Siguieron las vías de hierro lo más arriba posible, teniendo que cruzar varias nubes e incluso varias veces Harry teniendo que saltar de la espalda de Kagura para ver si seguían debajo.

El sol estaba a su espalda ya y a su frente se notaba un poco más oscuro el cielo. Por lo que cuando observo el pequeño pueblecito, los bosques, montañas y el lago a la distancia, y como epicentro la estructura del castillo se alivió que se terminara el día.

-Llegamos- dijo Harry palmeando uno de sus cuernos, tal vez era muy confianzudo, pero luego de criar a Daira, aquellos gestos le eran naturales. -Bajamos aquí-

Nuevamente sintió esa sensación de que el estómago se le movía a un costado del cuerpo, sobre todo cuando Kagura giro sobre Hogwarts, esperando el momento justo de descender. Saco la máscara de Auror Externo y se la coló, para ocultar su identidad de los cientos de criaturas, magos y brujas de abajo. Las protecciones mágicas estaban bastantes altas, por lo que Kagura se dejó caer por el aire, sintiendo y viendo como el aire frio pasaba a su costado se volvía un poco más caliente. Fueron en picada en un momento, pero la protección las dejo pasar, como si ya esperaran a Harry, para luego cerrarse y poder observar con mayor claridad lo que pasaba abajo.

Estaban en los terrenos, cerca de la casa de Hagrid, y en la colina miraba cientos de diminutas motas negras, además de que algunas eran muy grandes. Se veían caminar y correr, incluso gigantes se retiraban de un área, y de un momento a otro, se formó un enorme circulo de color naranja que mostraba donde podían aterrizar. De inmediato Kagura entendió, pues agito las alas cambiando de rumbo y bajando más, fue un giro rápido, y una caída estruendosa y pesada. Pero en cuanto tocaron el suelo un bullicio de sorpresa le siguió.

-Ya era hora de un descanso, está bien estirar las alas, pero eso fue cansado- rugió Kagura moviendo todo su cuerpo y plegando las alas. Y tal vez un aperitivo, estaría genial. - miro a su alrededor y por un segundo se preguntó si estaba considerando a los demás presentes como posibles platillos de comida.

-Ya estoy de regreso y traigo el armamento pesado- rio Harry al notar las miradas de incredulidad de la mayoría.

Eso creo más murmullo, pues no estaban solos, a su alrededor habia casi 300 o más pares de ojos mirando los, entre ellos habia, hombres lobo, gigantes, duendes, elfos y centauros, sin contar con la de los magos y brujas que casi la mandíbula se les desencajaba. Cada uno con la cara llena de sorpresa.

El solo se deslizo de lado justo a tiempo para que se posaran el resto de los dragones, e incluso que Walbrom dejara caer el autobús noctambulo desde un metro de altura, haciendo que las ruedas se pincharan y que el chasis se doblara un poco.

-Siempre con tus entradas ¿Cuándo será el día en que no hagas una? - dijo Ron caminando en su dirección estirándole la mano en un puño -Nosotros aquí ordenando todo y llegas a hacer desorden-

-Esa es mi especialidad- dijo Harry dando un ligero golpecito a su puño - Además dijiste que necesitabas algo más, espero te sean de utilidad-

-Ellos- dijo Ron mirando los cinco dragones, sacudiéndose, rascándose las escamas e incluso echándose para tomar una siesta. -Vere que puedo hacer-

Harry sintió unas pequeñas manos en su espalda y luego como estas pasaban a su costado.

-Bienvenido amor- dijo Hermione al ponerse de frente-Veo que te fue bastante bien ¿Hubo problemas? -

-Ninguno- dijo Harry sonriendo, luego recordó lo que paso -Solo no tenemos que leer el profeta mañana-

-Como siempre- suspiro Hermione, aunque se notaba que esta vez no lo reprendería.

Hubiera besado a Hermione, con la máscara era difícil y la verdad estaban algo tensos por todo lo que pasaba. Ambos tenían las gabardinas de Pendragon, e incluso, esta vez, Ron llevaba una corbata con el símbolo estampado y más debajo la de Hogwarts. Ambos ahora parecían de verdad directivos.

La puerta del autobús se abrió con un rechinido fuerte, atrayendo la mirada, del interior salieron el señor Weasley y Charlie, algo verdes y trastabillando.

- ¿Todo bien? -pregunto Ron al mirarlos.

-No recomiendo volar así- dijo el señor Weasley inclinado respirando, aun incluso si era sobre la pata de Narga que parecía a punto de lanzarle fuego como advertencia. - Todo fue bien, muy tranquilo para ir entre las garras de un dragón, hasta el aterrizaje… ahora yo iré a buscar mi estomago-

El señor Weasley se movió de un lado a otro caminando, alejándose de los dragones y en dirección de la caña de Hagrid, sabiendo que su amigo le daría alguna bebida y tal vez algo que le hiciera estar como nuevo.

-Por ahora… sé que ellos querrán comer y beber algo, fue un viaje largo- dijo Charlie con la cara al cielo, como si eso fuera a evitar que vomitara. - Un momento y lo traigo, no chamusquen a nadie-

El transmitió el mensaje, agradecieron a Charlie enroscándose y acostándose, mirando a su alrededor.

- ¿Cómo está todo por aquí? - pregunto Harry mirando a los grupos muy bien definidos.

A su derecha los duendes miraban a los dragones y luego murmuraban entre ellos, como diciendo cuanto valor tendrían en el mercado; Los gigantes estaban alrededor de un árbol encendido calentándose y bostezando un poco mientras se colocaban armaduras de piedra dura y madera; los centauros practicaban del otro lado, lanzando flechas a blancos o moviendo la espada en batallas simuladas, otro grupo creaba más flechas; los elfos eran aquellos más desperdigados, pues pasaban entre ellos preguntando si requerían algo y al mismo tiempo ofreciendo ayuda; los hombres lobo estaban muy cerca del huerto de calabazas de Hagrid, todos alrededor de Athos que, cruzado de manos, parecía discutir con ellos; los Aurores estaban en la colina, sentados y esperando, algunos volando en escoba y alertas por todo. Más, ahora, que los cinco dragones estaban en medio de todos ellos.

-Creo que esto responde-

-La situación ha sido tensa desde que comenzaron a llegar, si no se han atacado es por la ordenes generales- dijo Hermione tomando su mano con firmeza -Si esto continua del mismo modo… será peligroso-

-Dudo que podamos hacerlos cambiar de la noche a la mañana- dijo Ron cruzando los brazos.

-Si, no tenemos el tiempo suficiente- dijo Harry comenzando a pensar en una forma de unificar a todos en pocas horas.

No encontró ninguna, y menos cuando comenzó a escuchar pasos fuertes y apresurados, alertando a todos y mirando en dirección de quienes lo provocaba.

Hagrid estaba corriendo hacia ellos, aunque con su tamaño era una mole que podría a derribar a cuatro o cinco personas sin problema alguno. A su espalda se notaba la cabaña en que vivía, la puerta abierta y el señor Weasley en el marco.

Se detuvo a metros de ellos, no mirando los a ellos, si no a los cinco dragones que descansaban enroscados y analizando su alrededor.

- ¡Hermosos! ¡Divinos! -Se acerco más a Narga, la cual bufo suspirando mucho humo negro, pero aun si a Hagrid le lleno la cara no se detuvo hasta estar a un palmo de ella. - ¿Por qué no me dijiste que traerías dragones Harry? -

Lo habia pensado, pero con seguridad querría acompañarlo y no creía prudente llevarlo a un área donde entrarían en sigilo.

-Fue una decisión de último momento- dijo Harry rascándose la nuca.

{Claro. Y eres tan malo mintiendo como Ron en aritmancia} rio Hermione en su mente.

{Al final los terminaría viendo} dijo Harry alzando los hombros.

{Si me permiten opinar, esto se va a descontrolar} dijo Merlín interrumpiendo sus pensamientos. {Nunca sabrás como un dragón reaccionara, son muy peligrosos}

{Harry ya ha derrotado a un demonio imperial dragón, además ellos sí que lo escucharon en la reserva} dijo Nimue con un tono serio. {Deja tus fobias para después}

{huy, ¿Miedo Merlincito?} pregunto Harry sobándose las manos {Y yo enterándome apenas}

{Niñato, ¿Miedo yo? tonterías} gruño

- ¡Mira sus alas, su estructura corporal y…- comenzó Hagrid inspeccionando a Walbrom el cual tenía los ojos cerrados, y no parecía importarle que lo tocaran o pasearan a su alrededor, tal vez el más acostumbrado a los magos!

Sin embargo, Norberta estaba dando la vuelta, acercándose con sumo sigilo por la espalda de Hagrid, el cual seguía fascinado con Walbrom, tanto que ni se percataba de nada.

A su derecha noto a Ron tensarse, incluso como varios a la redonda preparaban varitas, en cuando vio que su amigo estaba por levantarla, tomo su muñeca y negó.

La dragona soplo aire sobre la cabeza de Hagrid y luego olfateo a solo unos palmos de su enorme amigo. Este se percató, al instante se giró, encontrándose con Norberta, la cual le miraba con esos ojos naranjas y enseñándole los colmillos. Durante un momento tenso, y algo pesado para Harry, pues estaba pendiente de cualquier magia que se empezara a crear, más el silencio se rompió cuando Hagrid levanto la mano y acaricio sobre las fosas nasales de Norberta.

- ¡HAS CRECIDO MUCHO CHIQUITO! - la emoción de la voz de Hagrid desconcertó a todos, más cuando la dragona agito la cola con emoción y restregó su hocico con fuerza contra la corpulencia de Hagrid.

- ¡Mamá! - rugió Norberta con alegría y aleteando un poco. - ¡Al fin estoy contigo otra vez! -

- ¿Es? -

-Si-

- ¿Es el? -

-Si, ella- dijo Harry a Ron que abría la boca mucho.

- ¿Enserio es él? -

- ¿Esto es un Déjà vu? - pregunto Harry sintiendo que eso ya lo habia escuchado.

- ¿Te trataron bien? ¿Cómo te fue en la reserva? ¿Hiciste muchos amigos? - preguntaba Hagrid acariciándole el mentón y bajando, la dragona parecía más a un perro, pues esta recostó de un lado y mostro todo su vientre a Hagrid. -Ahora eres todo un dragón-

-Digamos que si a todo- dijo Harry no queriendo traducir todo lo que dijo a la dragona y luego las respuestas a Hagrid, la verdad estaba seguro de que aquella conversación seria larga. - Y no es un Dragon, es una Dragona-

Hagrid se separó un momento de rascarle la pancita, y paseo la mirada por la enorme dragona que se dejaba complacida.

- ¡ERES CHICA! -

-Si pone huevos, si- dijo Ron cruzado de brazos.

- ¡No solo eso la hace una chica! - gruño Hermione ante las palabras del pelirrojo.

-Eso y el mal carácter-

- ¡RONALD! -

- ¡Ve! - dijo Ron señalando a su prometida - ¡Además ella me mordió! -

-Era un bebe, y además eso fue hace siglos, madura Weasley- bufo Hermione medio exasperada.

- ¡Y luego Daira! - dijo Ron alzando las manos - ¿Qué tienen los dragones con morderme? ¡Traduce eso, pregúntale! -

Harry miro a Ron, luego a Hermione y luego a Hagrid, que una vez pasado la conmoción del descubrimiento sobre su antigua dragona estaba volviendo a jugar con ella, y regreso a Ron para poner la mano en la parte baja de la máscara y pensar.

- ¡Les han de gustar las comadrejas! - sugirió Harry con una leve sonrisa, pues no le veían por fuera.

- ¡POTTER! - Grito Ron con la cara roja, sacando un par de carcajadas de Hermione, mientras el resto del mundo les observaba.

Eran entre caras de incredulidad y al mismo tiempo de desagrado, como si ellos estuvieran haciendo algo malo. Cuando la verdad es que ellos eran los mismos de siempre.

Las miradas pesadas de muchos Aurores, duendes, centauros e incluso algunos hombres lobos cayeron sobre de ellos. Lo cual no habia un ambiente tan relajado para continuar bromeando. Mantenían las varitas a mano e igual que su magia activa y los arcos empuñados.

-Me alegra no haber sido atacado al llegar- dijo Harry suspirando. - Si hubiera sabido… con anterioridad planeaba un par de dinámicas de confianza-

-Les advertimos que caerías con la caballería, aunque no paso por mi mente que de verdad llegarías con esas estrepitosas entradas- dijo Theo llegando a lado de Daphne, Neville y Sofí, los tres enfundados en trajes pulcros de Pendragon, incluso con guantes y las muñequeras. -Aunque estos caballos son más… escamosos, ¿No habia modelo compacto? -

-Claro que si- dijo Harry estirándose un poco -Pero con seguridad están de curiosas al otro lado- Ya que era el lugar donde estaban, junto con Micbrak

-Nos mandaron a avisarte que te esperan en la cima de la colina - dijo Daphne para luego mirar los brazos de Ron rodeándola y sacándole la lengua a Harry.

-Parece que no está todo bien- dijo Neville nervioso, moviendo las varitas entre sus dedos sin parar. Se notaba la práctica y experiencia al ocupar ambas manos, pues las giraban casi al mismo ritmo e incluso paraba y giraba al lado contrario por pura memoria muscular.

- ¿Y ahora? - pregunto Harry notando como en la cima le observaban y también varios estaban discutiendo.

-Tal vez estamos juntos, pero… nadie aquí está cooperando- dijo Sofi en voz baja, como si la fueran a escuchar - Todo ha estado así desde que llegaron-

-Si entramos en batalla… solo nos espera perder- gruño Theo mirándolo.

-Que esperanzador Nott- dijo Ron suspirando, pero luego miro a Norberta, pasando el ala sobre Hagrid como jugando a las escondidillas. Que era muy raro al ser dos seres tan grandes. -No tengo idea de cómo hacer que todos se unan… no es mi área-

Cada uno de sus amigos le miraron, el solo se rasco la nuca, aquello era lo más cansado de toda su vida. Pero asintió y sin soltar a Hermione se dirigió a la cima de la colina, dejando a sus amigos atrás. De camino casi detrás de los dragones, donde estuvo su punto ciego, miro a muchos Pendragon, todos ellos portando el uniforme.

Algunos le dieron miradas y asintieron, como Tasmin, Hebert, Dean, Grant, Seamus. Otros saludaron con una sonrisa torcida, entre ellos Jazmín, Michael, Mandy, Alex y Terry. Otro grupo más pequeño se veía temeroso, sentados en el pasto y sin levantar la vista, como siempre era los más pequeños; Arthur, Stuart, Rachel, Lisa y Maxine. El grupo de quidditch se apoyaba y se ayudaban a ponerse bien las muñequeras y el equipo de Pendragon completo, Jimmy y Ritchie bromeaban con Dámela y Padma. Fred y George los entretenían al resto con pirotecnia miniatura y diversos artículos Weasley; Fay, Colin, Dennis, Anthony, Zacarias, Malcom, Ernie, Heidi, Astoria y Ginny reían de ello.

De la primera y segunda generación, solo faltaban 4 personas. Cho, que con seguridad estaba con Cedricc o en algún lugar cerca; Angelina que por lo que sabía, estaba entrenando y a punto de hacer pruebas para los Pulmire United; Patil que no estaba junto a su hermana, cosa rara; y Marrieta que era un dragón desterrado, por lo que dudaba que se fuera a presentar.

Continúo subiendo, encontrándose a más rostros conocidos.

Cinco grupos bien definidos estaban sentados, parados o recostados en la colina. Cada uno parecía un escuadrón de Aurores, vio algunos que ya conocía como Dawlish, a Moody, a Tonks, Sirius e incluso a Gawain Robards jefe Auror.

Sirius le alzo la mano y cerro el puño, como un saludo mientras este vestía un uniforme de Auror, parecía nuevo y a su lado esta Lupin, quien también le alzo la mano. Pero ambos parecían enfrascados en una conversación muy tediosa con Moody, porque este parecía enloquecido, con su ojo girando sin parar en todas direcciones, incluso estaba casi seguro de que aquel ojo debía de estarse sobrecalentándose.

Y como si fuera un reflector, los ojos de los 5 escuadrones giraron en su dirección.

Entre más subía, más personas veía, como los profesores de Hogwarts; la profesora Sprout estaba junto al profesor Flitwick, ambos con atuendos diferentes a los de clases, pues llevaban capas cortas y un atuendo café, además de sus sombreros puntiagudos puestos; Slughorn estaba contando historias a las profesoras Séptima y Sinistra, quienes solo asentían tal vez aburridas, aunque entre ellas se miraban; a la profesora Trelawney solo tenía una bola de cristal acomoda entre piedras, intentando adivinar algo, la única que le acompañaba, Patil, quien inclinada y se mordía una uña.

No tardaron en girar a mirarlo, incluso la profesora Trewlaney despego la vista de su bola de cristal y soltara un leve grito ahogado, no supo bien porque, pero su mirada se fijó en la bola de cristal. Una figura surgió, no era solo humo formando formas aleatorias, era algo negro y líquido, la figura de un hombre y luego este de desvaneció en un parpadeo.

El siguiente paso que dio, fue como si todo estuviera más lento, un metro más arriba en la colina se sentía ir en cámara lenta, más pesado e incluso dejo de respirar al tiempo que sentía mucho más su alrededor. Casi palpaba sus presencias mágicas y físicas de los presentes, era como si los miles de pensamientos de todas las personas, las perspectivas que se posaban sobre sus hombros y los cientos de ojos estaban puestos en él le golpearan sin aviso.

Él estaba en medio de todo ello, sintiendo como se hacía más grande todo, como el ruido aumentaba a niveles que no soportaba, como su espalda se llenaba de sudor y su boca se secaba. La cima le pareció demasiado lejos, como si por más que escalara y pusiera todo su esfuerzo jamás lo lograría. Se recordó subiendo el archipiélago arcano, la torre de cristal e incluso volando por encima del cielo; aquello parecía lo más fácil a comparación de terminar de subir esa colina.

Una vez lo hiciera la verdadera batalla contra Voldemort comenzaría.

En la cima de la colina estaba el profesor Dumbledore, McGonagall, Ragnok, Sasha, Firence, Eduard, Molpe, Kingsley, Rufus, Mavra y Aberforth. Igual que todos a su alrededor, aquellos ojos penetrantes le dieron de lleno.

Las piernas le temblaron y aquel sudor frio ya bajaba por su espalda, con un escalofrío, no anunciando nada bueno.

El ruido en su alrededor era ensordecedor, doloroso y más cuando el resto del mundo se difumino. Era como si sus lentes desaparecieran sin que se percatara, el fondo era ilegible y aquellos ojos en todos lados alrededor se volvieron claras y con intensidad, con tanta fuerza que podía notar lo que expresaban. Eran interrogantes, duras, fijas, ansiosas, nerviosas, torvas, curiosas, frías, severas, recelosas, dudosas, intensas, despectivas, inquitas, altivas, vagas, terribles, iracundas, escrutadoras, hostiles, maliciosas...

Era demasiado para él, seguía siendo el mismo niño encerrado en la alacena, abandonado, temeroso, frágil y lleno de miedos. Y aquella imagen de miles de ojos observándolo, eran como en sus pesadillas, todos diciéndole que lo que pasara a continuación seria su culpa.

¿Qué esperaban que hiciera? ¿Salvar el mundo? ¿Ser un Héroe? ¿El elegido?

Su mano se sintió fría cuando la calidad piel de Hermione tiro con suavidad de él, haciendo que levantara la vista. Estaba parada frente a él, su rostro se encontraba a centímetros de la máscara, por lo que solo miro sus ojos. Eran como dos gemas preciosas, llenas de fuego y eso provocaba que el color brillaba incluso más que cualquiera otros. Era una mirada dulce, llena de calor y determinación, con un brillo que le demostraba que le amaba.

En cuanto la sonrisa de Hermione surgió en sus labios, el mundo regreso a la normalidad; se silenció de golpe y se percató que era su corazón bombeando; su vista se aclaró con total nitidez y colores vivos; y sus pulmones se llenaron del aire frio de la noche.

Entonces pudo recordarlo, el por qué peleaba y habia echo todo eso, el por qué desde que le llegaron las cartas de sus padres, conoció a Priscob y sus maestros, todo cambio.

Era por ellos dos.

No quería ser el héroe y menos el elegido, no quería ovación, ni cumplir con cualquier ideal sobre quien era. Solo quería estar junto a Hermione, vivir en paz y poder formar una familia. Cargar con el peso de todos ellos era insoportable, pero si Hermione estaba a su lado se hacía posible.

-Ya se- rio Hermione acercándose más y aferrando con más fuerza su mano.

-Si no he dicho nada- dijo Harry mientras también lo decía en su mente {Y por aquí tampoco} sabiendo que no lo dijo en voz alta.

-Lo siento- dijo Hermione colocando la mano en su pecho, donde su corazón latía con fuerza.

-De cualquier forma- dijo Harry abrazándola con fuerza, y sintiendo también como su corazón latía con la misma fuerza. -Te amo-

Se acurruco en su pecho. -Te amo –

Pasaron unos momentos, hasta que escucharon una garganta aclararse.

- ¿Se tienen que poner tiernos frente a todos? - dijo Ron alcanzándolos con las manos en los bolsillos- Todos los están viendo, recuerden que nadie sabe quién eres-

Harry se separó y miro por su hombro, mirando que todos se habían agrupado y estaban formando una buena congregación en el pie de la ladera; Miro a los de su alrededor, incluso los gigantes, antes sentados a comienzos del bosque, estaban de pie; los centauros formaban un cuadrado perfecto; y los elfos domésticos estaban apelotonados y temblando.

Tomo aire y continúo subiendo.

Arriba del todo, le esperaban a Harry que llego con la mayor naturalidad que tenía, es decir con ganas de alejarse de todo ello e ir a su cuarto junto con Hermione, pero debía de ver como continuar con esa situación sin fallar.

-Y ¿Qué cuentan? ¿Algún chisme que quieran compartir? -

-No, la verdad no- dijo Rufus apoyado en un bastón, se veía mucho mejor que la última vez, casi podría decirse que era el mismo de antes. Pero seguía siendo un gruñón- Aquí tienes lo que pediste, tu ejercito- también ignoro a Dumbledore que levanto la mano y parecía entusiasmado por contar algún chisme.

-Magos, brujas, duendes, hombres lobo, centauros, vampiros, elfos, gigantes, gente del agua y… dragones- continuo Kingsley, aunque no supo si era en un tono de asombro o uno de incredulidad, bien pudo ser una combinación de ambos. -Asombroso-

-No jugabas cuando dijiste que eras el rey de los gigantes- dijo Sasha con una sonrisa un tanto preocupada. - ¿Tienen hambre … tus dragones? -

-Si, pero ya Charlie les dará algo- dijo Harry alzando los hombros. - Además si quieren morder algo, que sea a Ron-

- ¡EH! -

-Esto se pone peligroso, con tantas distintas creaturas y magos, no dudaría que al menor error de cualquiera comience una contienda- gruño Aberforth mirando como aun si todos se agolpaban, no se mezclaban entre ellos.

- Hola Aberforth, dime ¿Qué tal esta gruñona? - pregunto Harry cordial.

-Muy bien, se enfermó un poco por comer una planta rara en esa isla, pero…- comenzó el hombre acariciando su barba, una posible mañana de familia - … espera. No escuchaste lo que dije-

-Si, no estoy sordo, ese es Ragnok, solo escucha el tintinear de knuts, sicklets y galeones- dijo Harry moviendo dos galeones entre sus dedos que aparecieron de la nada.

-Es lo único que merece ser escuchado- gruño el viejo duende con un puro en la boca- Pero parece que está desviando el tema-

- ¿Enserio? - pregunto Harry lanzándole los galeones, que atrapo con facilidad - Molpe ¿No creí verte aquí? -

Y era verdad, nunca pensó verla en tierra tal cual estaba. Aunque no sabía que era más raro, si verla nadando en la mitad de una burbuja de agua flotante, o que la chica vistiera con corales y armadura de conchas, sin contar con su corona de piedras que lucían como el arcoíris a la luz.

-Es siempre un placer verte de nuevo- rio Molpe sonrojada, para luego gruñir y decir con su voz fría -El alago no es necesario, si sus gentes no se ponen de acuerdo, deberemos cancelar este golpe-

- Nada, nada y nada- dijo Harry para luego ser el único en reír- ¿Entendieron? ¿Nadar? ¿Nada? ¿No?, okey se me acaba el repertorio de chistes-

-No suelo tener el mismo humor que los magos- dijo Firence con cortesía- Pero he entendido el juego de palabra y su simbolismo señor Potter-

-Si, esperaba que fuera más gracioso, además fue al momento- dijo Harry.

-Como casi todo lo que haces- dijo Ron pasando el brazo sobre sus hombros.

-Muy gracioso, muy gracioso Weasley-

- ¡Harry! - Llamo la profesora McGonagall dando un paso delante y mirándole como solía hacerlo en clase, como si fuera a preguntarle la cosa más complicada a la hora de hacer transmutaciones. Que, si Harry recordaba bien, ahora por Hermione en ese preciso momento ser un morfoanimago - La gente se pone cada vez más tensa, nunca se han reunido tantos seres mágicos en tan solo un lugar, es una bomba de tiempo ¿Qué haremos? -

-Si me permiten decir algo- dijo Mavra dando un paso delante. - Yo creo que necesitan saber que pasa, la mayoría con seguridad no comprenden que pasa, aunque lo sepan-

La mirada de Mavra paseo por todos, se detuvo en Harry un momento lanzando una mirada llena de odio e ira profunda, como si él hubiera dañado lo más preciado en su vida. Noto la dirección de su mira, era a donde su mano se unía a la de Hermione, pues no habia soltado a Hermione en ningún momento, el solo se rio y en un movimiento, paso la mano por la cintura de Hermione y la pego a su cuerpo.

{No estes molestando a todos} dijo Hermione pellizcándole un poco el brazo. {No causes problemas}

-Deben recordarle por qué es lo que pelean, considero, si me permiten opinar. Necesitan que alguien les hable a todos en general- dijo Mavra con ese tono infantil, pero con veneno hacia él, aunque necesitaría más que veneno de basilisco para que le afectara.

- y ¿Quién será? - pregunto Ron mirando a todos los presentes- Cada uno aquí es líder de alguien allá abajo, y no creo que se sientan muy cómodos escuchando a alguien a quien no reconocen como autoridad. -

-Tiene lógica- dijo Kingsley cruzado de brazos.

Todos guardaron silencio viéndose entre sí, y sin querer tomar una decisión sobre de ello. Era una versión miniatura de lo que pasaba en la parte de abajo, aun se notaba la desconfianza y la separación entre ellos.

- ¿Les parece un piedra, papel o tijeras para decidir? - pregunto Harry en general

-Si así deciden todo, ya veo por qué enfrentan esta decisión- dijo Mavra con desprecio.

-Bueno y a todo esto- dijo Harry mirando a la bruja que parecía una chica. - ¿Qué hace la directora de Koldovstoretz aquí? -

-No vengo a ayudar a nadie- dijo Mavra sacando un poco de su acento real por la ira que descontrolaba su magia - Vengo a salva guardar al hablante rúnico que está aquí y evitar que muera por tus estupideces-

-Muchas gracias por ello- dijo Harry de corazón- Aun así, yo me quedo junto a ella-

-Maldi…-

-Dejen eso para después. Mejor tomemos una decisión- gruño Rufus mirando a todos- Alguien de aquí debe pasar y hablar frente a todos, hacerles entender que la cooperación es esencial o … esto se termina ahora-

Nadie hablo, recordándole la clase de Snape, cuando preguntaba algo complicado y nadie quería responder nada por el seguro regaño que le daría si contestaba mal o si contestaba bien.

-Kingsley apenas comienza como ministro, aún tiene camino que hacer para dirigirse a un grupo así- dijo la profesora McGonagall con ese aire indiscutible y fuerte, que incluso hizo a Ragnok asentir. - Rufus tuvo muchos errores en su administración que aun intenta corregir; - Abrió la boca, pero enseguida fue callado al ver asentir incluso a su sucesor; -No hay gente de la señorita Molpe, y tampoco del señor Edward; - Ambos asintieron sin dudar -Kathor asustaría todos, además esta abajo y podría aplastar a alguien si lo llamamos de urgencia; Firence…-El centauro troto y alzo el mentón. -… muy difícil de comprender cuando habla con sabiduría; - continuo la profesora intentando ignorar que el centauro contara con sus cascos algo enojado- Sasha-

-Ni me menciones, yo no me paro frente todos ellos, me comerían viva y se dé eso- dijo Sasha cruzándose de brazos y retrocediendo -Apenas puedo con mi gente, no me echare esa carga encima-

-Eso mismo, muy directa y sin filtro- dijo la profesora McGonagall para luego pasear la mirada por los presentes, quedándose con el más bajito y que dejaba salir una línea de humo por la comisura de su boca. La profesora realizo una mueca y se lo salto, provocando que el duende gruñera y se reacomodara el saco. - Solo queda…- tomo aire y suspiro -… Albus-

Hermione le pico la costilla y Ron le dio con el codo en el costado, más simplemente miro al profesor Dumbledore el cual se quitó el sombrero y peino el cabello.

-Me siento alagado- dijo el profesor Dumbledore para luego acomodarse su atuendo azul marino con estrellas, además de, con la varita, levantar bien el viejo sombrero de punta. - Si todos me lo permiten, me dirigiré brevemente con todos-

Cada uno hizo una mueca e incluso vio que algunos deseaban negarse, no es como si el profesor no diera buenos discursos motivacionales, solo era que algunas veces se le iba un poco la cabeza. Harry por su parte no tenía ninguna queja, aunque su prometida y amigo le continuaran picando y pegando para que hablara.

-Harry…- murmuraron ambos, esta vez negó.

-Ya decidió, será Dumbledore- susurro -Veamos que pasa-

El profesor se alisto, camino hacia delante de todos, aun los miraban y eso facilitaba las cosas, sobre todo al estar en un lugar mucho más arriba. El profesor se apuntó al cuello con la varita, se aclaró la garganta y sonó por todo el lugar, llamando a todos a verlo, aunque la mayoría ya miraba en esa dirección. Miraba con expresión radiante a los presentes en general, con los brazos muy abiertos, como si nada pudiera gustarle más que verlos allí y como la primera vez que lo conoció.

- ¡Bienvenidos sean todos! -dijo- ¡Bienvenidos a cada uno de ustedes a esta noche! Antes de comenzar, quiero deciros unas pocas palabras. Y aquí están…-

- ¡NO! - gritaron varios de entre ellos Hermione y McGonagall, pero Harry y Ron ya reían por saber que vendría.

- ¡Papanatas! ¡Llorones! ¡Baratijas! ¡Pellizco!... ¡Muchas gracias! -

- ¿Enserio Albus? - pregunto McGonagall roja y por un segundo sintió que lo mataría si no estuviera delante de todos.

Varios entre la multitud rieron, aunque la gran mayoría no, luego el profesor volvió a sonreír y continuo- Y si me permiten sólo unas pocas palabras más, ahora que tengo la atención de todos. Tengo el placer y el honor de presentar a su anfitrión de esta noche, él es la razón por la que hoy estamos todos aquí, es quien ha luchado valientemente contra la oscuridad que nos invade, su inteligencia a abierto nuevas fronteras y mostrado cosas que antes jamás imaginamos, su astucia ha llevado a confrontar las peores situaciones, y salir de ellas, y su lealtad a los suyos es indiscutible. Sobre todo, ello, su alma y corazón son los de un dragón. Todos nosotros…- señalo a los lideres que estaban arriba-… confiamos y creemos en él. -

Su vista fue hacia Harry y giño el ojo.

-Les presento al director del Grupo Representante de Individuos Mágicos con Obligación de Realizar e Instituir Enlaces (GRIMORIE) y a su líder- dijo el profesor señalándolo, para después aplaudir con fuerza.

-Eso es mejor que Peddo-rio Ron.

-Lo admito- gruño Hermione - ¿Cuándo lo nombro Dumbledore? -

-Ni idea- susurro Harry desconcertado

A su lado Hermione y Ron también comenzaron a aplaudir, un poco obligados comenzaron a aplaudir también sus acompañantes y en pequeños grupos reducidos se escuchaban los aplausos sin ánimo alguno. Aunque la mayoría estaba en completo silencio. Paso un momento, antes de sentir que le empujaban por la espalda y avanzo a donde antes estuvo el profesor.

Miro al ejército que al fin junto, aun recordaba ese día en la enfermería de Hogwarts, donde era una idea y un plan en formación contra Voldemort. Y mucho antes de ello, se recordó recorriendo los pasillos de Hogwarts, oculto con la capa de invisibilidad, con Ron y Hermione a su lado; Ahora, después de casi 6 años, se encontraba frente a esos cientos de individuos mágicos y era momento de volver a enfrentar a Voldemort.

Respiro profundo y comenzó diciendo lo primero que se le venía a la cabeza.

-Todos y cada uno de los presentes sabe por qué estamos aquí- dijo Harry su voz se proyectaba en cada rincón del castillo y los terrenos, a pesar de que la varita la tenía en la muñequera y no apuntando su cuello. - Y se bien que nadie querrá decirlo, que el hecho de pensarlo les está carcomiendo, por ello déjenme ser el que lo diga primero esta noche. ¡ENFRENTAREMOS A TOM MARVOLO RIDDLE Y TERMINAREMOS ESTA GUERRA! –

Noto sus magias alterarse, como todos comenzaron a moverse inquietos incluso algunos que estaban sentados se levantaron.

- ¿Quién es Tom Marvolo Riddle? Él es un mago igual que ustedes, igual que yo, solo nos diferencia una única cosa… él ha hecho daño a muchos, ha llegado a asesinar a nuestros seres queridos, a arrancarlos de la seguridad de sus hogares y ha sembrado el terror y miedo en el corazón de mucho con su solo la mención de como se hace llamar. Saben de quien hablo, de aquel conocido como: ¡Lord Voldemort! -

La bulla comenzó, entre frases como "Dijo el nombre", "No diga el nombre", "¿Qué le pasa a ese idiota?" y "¿Enserio su nombre es Tom?", lo último dicho por Fred o George.

-De tal forma que déjenlo de llamar "el que no debe ser nombrado", "quien tú sabes" o "el innombrable" y llámenlo como debe ser llamado. -continuo Harry nadie le quitaba la vista de encima - Dejen de tener miedo de un nombre y ayúdenme a enfrentarlo cara a cara, ayúdenme a crear un mejor futuro para todos nosotros, un futuro sin miedo a decir el nombre de un mago cualquiera-

- ¡POR QUE TE SEGUIRIAMOS! - Grito alguien debajo, no supo de qué parte del grupo.

Ese simple comentario desato que otros se animaran a continuar replicando.

- ¡NO SABEMOS NI QUIÉN ERES! -

- ¿COMO CONFIAR EN ALGUIEN QUIEN NO DA LA CARA? -

- ¿TE CREES EL HÉROE DE ESTA ERA? -

- ¡QUE ELLOS CREAN CONFIAR EN TI, NO SIGNIFICA QUE NOSOTROS LO HAGAMOS! -

- ¡NO DARÉ MI VIDA SOLO POR UN HOMBRE QUE NO HA HECHO MÁS QUE QUEDARSE CON LA GLORIA DE LOS DEMÁS! -

- ¡ESTO ES UNA LOCURA, NOS MATARÁN A TODOS ANTES DE LOGRAR ALGO! -

Dumbledore, Rufus e incluso McGonagall avanzaron para calmar las cosas, sin embargo, Harry extendió su brazo impidiendo que se acercaran. Las voces ya eran demasiadas, no solo un par hablaban, si no casi todos comenzaban a expresar lo que sentían, y Harry comprendía que era porque tenían una venda en los ojos aun y, peor, por el miedo que se albergaba en sus corazones. Podía sentir que ese miedo era como una infección, una que se transmitía sin control alguna, pasando de uno a otro haciendo daño a sí mismos y al mismo tiempo creando un torbellino pesimista en aquel lugar. Incluso a los dragones que comenzaban a mostrar los colmillos y erizarse; Los gigantes ya tenían las porras en mano, algunos centauros el arco preparado; y los hombres lobos luciendo facciones más salvajes.

{Es hora} dijo Harry para Hermione, la cual no miraba, pero sentía que estaba a su lado apoyándolo.

{Si}

Alzo la mano hacia el cielo y comenzó a cerrar los dedos poco a poco, no estaba utilizando magia, pero por alguna razón las voces comenzaron a atenuarse a bajar de volumen y en cuanto tenía el puño apretado todo era silencio de nuevo.

-Ustedes ya saben quién soy- dijo Harry bajando su mano con lentitud sin quitar su vista de todos, aunque no podía ver uno a uno, esperaba que fuera suficiente. - Algunos incluso creían saber quién soy antes de que yo tuviera conciencia para saberlo, viví mis primeros años sin siquiera conocer el peso que era llevar mi nombre, ahora que lo se… trabajo por no defraudar el peso que conlleva mi apellido y cada día lucho por un lugar donde no deba temer y no deba continuar partiendo mi alama por esta guerra. - Tomo la máscara sobre su rostro, sentía las cuarteaduras de donde la reparo varias veces, e incluso lo fría y pesada que podía ser. La sostuvo con fuerza y comenzó a crujir y a agrietarse. -No pido que ayuden al Auror Asesor Externo, ni siquiera que pelen para el héroe con algún poder mágico extraordinario o el elegido para derrotar a Voldemort, si no…. pido que todos ustedes me ayuden, que pelen a mi lado, que luchemos juntos, que este día no solo sea Harry Potter contra Voldemort, si no que este día fue: ¡EL RENACER DEL NUEVO MUNDO MAGICO! –

La máscara se fracturo en pedazos pequeños, comenzando a caer de su mano, mostrando su rostro por primera vez a todos, desde hacía un año atrás. De nuevo una ola de murmullos, incluso gritos ahogados y sorpresa recorrieron todos los rostros. Estaba ahí de nuevo, parado siendo el mismo, sin una máscara opaca que le impidiera que le vieran y que supieran quien era aquel que hablaba.

- ¿Cómo? -

-Dijeron que moriste-

-Nos engañaron-

-El ministerio…-

Volvió a levantar la mano y de golpe se silenciaron, esperando a que hablara, no contesto de inmediato pues tenía que ordenar su mente primero, hablar a cientos y varias decenas de criaturas mágicas era una pócima en preparación, una mala palabra y aquello explotaría o algo peor.

-Como saben hace un año, Pendragon peleo en el ministerio contra los Mortifagos, ahí mismo también por primera vez supieron que Voldemort… de verdad regreso- dijo Harry suspirando, teniendo que recordar ese día - Lo que no saben es que yo… perdí frente a Voldemort. - El viento recorrió el lugar, dejando solo el sonido de los árboles e incluso haciendo notar que los dragones ya estaban en sus cuatro extremidades viendo en su dirección. No sabía si entendía, pero seguro sentían lo que quería comunicar, como Daira. - Termine lastimado, herido y muy lejos de mi hogar. Hubo momentos en que creí que nunca regresaría, más no me rendir y regrese para continuar con esta lucha, porque hay personas que me importan y quiero proteger-

Continuaron en silencio, y el tomo aire, mientras se movía a un lado y señalaba a Rufus y Kingsley.

-El ministerio y yo llegamos a un acuerdo, debía de ocultarme para poder pelear desde las sombras, para proteger no solo el hecho de que estaba vivo, sino también por que trabaje en un plan secreto para poder acabar de una vez por todas con Voldemort- continuo Harry mientras se movió un poco, comenzando a descender por la colina. -Lo que ven aquí es el resultado de ello, todos nosotros, juntos… por primera vez ves en siglos-

-Juntos, pero no unidos- dijo un Auror que estaba cruzado de brazos - Ellos son… criaturas peligrosas, tal vez tengas control de ellas, pero no podrás estar siempre… y atacaran. -

Harry continúo caminando hacia el hombre que hablo y se paró no muy lejos, ni muy cerca, lo suficiente para verle.

-Es correcto. Todos en este lugar tenemos el poder de poder hacer daño al resto, tenemos la habilidad para ser considerados peligrosos, y para perder el control de un momento a otro- dijo Harry recordando como múltiples veces el habia terminando, hiriendo a muchos por perder el temperamento -Es muy fácil dejarse llevar por lo que hay en la superficie, dejar que los chismes y las habladurías de los demás nos hagan elegir lo mismo que la mayoría, lo fácil y no lo correcto. Pero ¿Qué es lo correcto? ¿Es correcto abandonar a nuestros hermanos hombres lobo? Porque "alguien" dijo que eran peligrosos y se debían mantener lejos ¿Es correcto clasificar a Gigantes y Dragones criaturas irracionales? Solo porque no sabemos comunicarnos con ellos y respetar sus costumbre y tradiciones ¿Es correcto tratar a los elfos como sirvientes? Solo porque nosotros no tenemos su grande corazón y porque nunca levantarían su voz por ser nobles de corazón -

La mayoría estaba en silencio, Harry miro al hombre - ¿Es correcto culpar al ministerio y Aurores por no creer el regreso de Voldemort y dejar que todo empeorara? Cuando solo la voz de un niño era la que lo gritaba y el no tuvo la fuerza suficiente para que abrieran los ojos-

El Auror abrió la boca y los ojos se le crisparon, un segundo después bajo la mirada al suelo dejando de cruzar los brazos, pareciendo apenado.

- ¡LA PELEA ESTA AQUI Y MOMENTOS OSCUROS NOS AGUARDAN! TENEMOS QUE ELEGIR AHORA, ¡SI QUEREMOS LO QUE ES CORRECTO O LO QUE ES FÁCIL! - grito Harry continuando, bajando, intentando dar vuelta un poco para mirar a todos e incluso a los elfos que estaban ocultos entre las piernas - Hay prejuicios en todos lados, no podemos borrarlos de la noche a la mañana, pero podemos escoger lo fácil que es seguir en la ignorancia y dejar que nos consuma la oscuridad al no abrir los ojos ante el mal del mundo; o el camino correcto que es darse la oportunidad de intentarlo, esforzarnos juntos e insistir para que este mundo mágico frio y débil, se vuelva más cálido, sea más fuerte y sea mejor-

- Pero señor… Es "Quien tú sabes"- dijo un elfo que salió entre las piernas de una Aurora, la cual pego un salto, al parecer ni se habia dado cuenta. -Su poder, sus seguidores… son muchos, señor. -

-No mentiré, no conocemos su verdadero alcance y los recursos que tienen- dijo Harry pasando a su lado acariciando sus orejas, de paso observando como todos los ojos y seguían mientras caminaba lento hacia abajo, intentado ubicarse a la mitad de todos. - Pero no comprenden ¡Si Voldemort termina lo que está planeando ahora, no solo será fuerte, tendremos un monstruo que culminará con todo lo que conocemos! ¡Saben cómo eran cosas cuando él trataba de apoderarse de todo! ¡Ya no habrá ningún colegio, ningún ministerio, ningún banco, ningún campamento o lugar que sea seguro! ¡Destruirá todo y lo va a convertir en cenizas, sangre y dolor! ¡Ya no importara si somos diferentes, si somos sangre pura, mestiza o muggle; si somos pequeños, grandes o chicos; o si nos vemos por completo diferente y tenemos gustos diferentes! ¡Creen que él dejará que nosotros y nuestras familias estemos tranquilos, solo si esperamos a que controle todo! -

Dio un giro por completo dejándose llevar por sus pasos y encontrándose pronto a la mitad de todo el campo. - ¡VOLDEMORT DEBE SER DETENIDO AQUÍ Y AHORA! ¡Ya no hay tiempo, debemos tomar una decisión cada uno! ¡Pelar ahora, aunque nuestra vida este en juego, o verlo tomar todo, acabar con cada cosa que tenemos y perder a nuestros seres amados! -

Dejo un momento de silencio, donde cada uno parecía reflexionar y sus ojos estaban en él.

- ¡HOY VOY A PELEAR! ¡Peleare por aquellos que confían en mí, por quienes amo y por mi futuro! ¡Le demostraremos a Tom Ryddle que este mundo mágico es más fuerte junto! Le demostraremos que, si quiere infundir miedo y terror, deberá hacer más que ponerse un mote bonito. ¡ESTA NOCHE LES PROMETO LA GUERRA TERMINARA! ¡DE UNA FORMA U OTRA! -

De la punta de la colina, una luz comenzó a surgir, Harry miro a Hermione, con la varita apuntando al cielo con la varita, la cual tenía una pequeña luz blanca.

- ¡¿QUIÉN PELEARA POR SU FUTURO, POR SUS SERES AMADOS Y CREARA UN MUNGO MAGICO MEJOR?! - Pregunto pues en ese momento, observo que Ron también encendía su varita y apuntaba al cielo. - ¡UNAMONOS Y JUNTOS ALCEMOS LA VOZ CONTRA VOLDEMOR! ¡esta noche unamos nuestras magias y apuntemos hacia los Mortifagos, hacia Tom Marvolo Riddle y digámosle: ¡NO MAS MIEDO! ¡NO MAS GUERRA! ¡NO MAS! -

En seguida varias varitas se encendieron, mientras alzaban la varita todas ellas se iluminaban observo que eran Pendragon, encabezados por Neville, Theo, Daphne y Sofi; Luego de ello, el resto en la colina comenzó a subir su varita, Molpe, Kingsley, Rufus, McGonagall, luego el profesor Dumbledore y Mavra, la cual parecía indecisa; Sus profesores alzaron la varita mirándolo y dando una leve inclinación, algunos como Sprout y Trelawney aplaudían jubilosas; Siguieron los hombres lobo, los cuales también aullaron un poco; los gigantes alzaron sus enormes porras, aunque no salió ninguna luz de ellas; Los elfos levantaron la mano, aunque llegaban a la cintura de varios magos, estas proyectaron una luz que se alzó sobre la cabeza de todos; al mismo tiempo centauros daban con el casco en la tierra y alzaban los arcos y espadas; incluso los duendes, le sorprendió que Ragnok y que Edward lo hicieran al mismo tiempo; los medimagos continuaron, que con sus uniformes verdes sobresalían entre todos; Los dragones solo escupieron un poco de fuego al cielo mientras soltaban un rugido significativo; Incluso Daira y el Zouwu levantaron sus voces en algarabía, Daira imitando a las dragonas, mientras el pelaje del Zouwu se iluminaba una y otra vez, en colores dorados y amarillos.

Solo quedaba el grupo más grande, que era de Aurores, los primeros fueron Moody, Tonks, Cedricc, Cho y Sirius que le sonreían en distintos puntos, tardaron un poco más, pero levantaron la varita el resto y pronto todo el lugar era iluminado por cientos de luces, que se elevaban por todo Hogwarts iluminando el lugar.

El atardecer pintaba los montes de Hogwarts y la noche comenzaba a pintar el cielo sobre de ellos, pero las múltiples luces flotaban proyectando una luz mucho más intensa. Una luz que hizo a Harry saber que ahora todo iría bien, y que era su turno, pues era el último que faltaba de alzar su varita.

Al levantar la varita apunto al cielo, una esfera de luz se creó, todas las luces se volvieron más grandes y todas salieron disparadas hacia el cielo. La de Harry se elevaba como un haz de luz que no se difuminaba, solo continuaba subiendo, mientras el resto giraba a su alrededor. Al atravesar las nubes muy arriba de sus cabezas, las luces se reunieron en una enorme esfera blanca. La cual comenzó a lanzar hondas por todo el cielo, despejando las nubes, alejándolas sin poder notar hasta donde, mientras iluminaba el cielo mismo como si fuera de día, dejando un azul claro e intenso, que después de unos momentos comenzó a desaparecer y dejar un cielo estrellado.

- ¡ES HORA! - grito Harry - ¡VOLDEMORT YA HA MOVIDO, ES HORA DE NUESTRO CONTRATAQUE! –

2 4 horas para el golpe a Voldemort