¿Qué tal están este año caóticos?

He tardado un poco este año en publicar por muchas razones, razones físicas, espirituales, morales e imaginativas… si digamos que ahora si no he podido estar a mi 110%. Pero he me estoy reponiendo, estoy continuando, creando la historia en mi cabeza, lo malo es tener que pasarlo a un escrito poco a poco. Se que no publico como antes, pero luego de 109 capítulos, hay bastante para rememorar y un poco mas para releer.

Confíen en mí, el cielo se pondrá claro, el viento cantara y el mar arrullara… pero el caos… el caos siempre continuara.

Así que, intentare traer más capítulos en menor tiempo, pero no prometo nada… por que la verdad es que a veces no alcanza el tiempo y menos cuando te estas recuperando físicamente.

"De tal forma que: Lean, disfruten y comenten.

si creías que no íbamos a regresar

si pensabas que esto no pintaba nada bien

que las musas nos dejaron para no volver

que estamos acabados ya

Tu mismo" (H2Oz Mago de oz)


Capítulo 110.- Y palpite sus centros de oro

Bajaban con rapidez y se movían con tanta brusquedad que tenía que sostenerse de la barandilla para no salir volando, al mismo tiempo que bajaban aumentando a cada segundo la velocidad y en línea recta hacia el suelo. Su cabello ondeaba por el viento que golpeaba su rostro, estalagmitas que crecían torcidas daban el aspecto de estacas a punto de empalarlos, un solo movimiento en falso y podrían terminar heridos. Caían en picada directo a lo más profundo, a la misma oscuridad de aquella caverna laberíntica. Sentía las magias alejarse detrás de ellos, sin embargo, no giro la mirada, intentando observar el suelo y donde podría aterrizar.

Entre más se concentraba en ello, más los gritos y el desgarrador viento incrementaba, en una aceleración constante e incluso propulsándose por la misma magia que contenía el carrito. Era muy profundo, había pasado un minuto o dos, eso creía, ya no estaban cientos de metros bajo tierra, estaban a miles, porque el frio y presión también incrementaba, la humedad y el lugar se ensanchaba al punto que las paredes pasaron a ser oscuridad también.

Durante un minuto intenso de silencio e inquietante quietud parecieron flotar en una oscuridad absoluta, aunque el viento ascendente les indicaba que ellos eran los que descendían. De la nada y sin aviso apareció ante ellos la sólida roca, ni tuvo tiempo a reaccionar; el golpe fue violento y estridente, apenas logrando sujetar ambos pequeños cuerpos de los hombros, tirando con ellos mientras volaban lo más rápido posible.

- ¡Aresto Momentum! - gritaron dos voces esperando tener el tiempo para impedir el golpe. Él tenía ambas manos ocupadas y ocupo toda su fuerza de vuelo para terminar cayendo.

Al tocar tierra sus piernas se doblaron y una rodilla termino en el suelo, pero logro sostenerse para no caer por completo. Al mismo tiempo el carrito en que viajaban se aplasto y despedazado contra estalagmitas del tamaño de una persona, los metales volaron en todas direcciones e incluso parte de la piedra solida salto hacia ellos. A su lado estaban ambos encapuchados, flotando apenas a centímetros del suelo, se desequilibraron y con un "paff" seco golpearon el suelo. Por su parte su rodilla recibió parte del daño, más al llevar peso extra, pero aun así se encontraba bien y los dos quejidos de ambos le indico que estaban bien, aunque tal vez molestos.

Tan violento como fue la caída, tan pronto se quedó tranquilo el lugar, oscuro, silencioso, húmedo y con una sensación que le recorría la columna.

Un momento tardo, solo un segundo en erguirse del todo, tomando el aire frio y pesado de su alrededor, oliendo a putrefacción o tal vez moho del ambiente. En aquel hueco de tierra, no se veía nada, incluso no distinguía sus gafas y menos su nariz.

-Intrusos- musito una voz en la oscuridad - Matar-

Los vellos de la nuca de Harry se le erizaron, un sentimiento le dijo que algo grande le observaba y acechaba justo donde miraba solo oscuridad. Aquella voz era gutural y muy baja, retumbo en cada grieta y recoveco creando un efecto que helo su sangre. Un par de ojos se abrieron de golpe, grandes, blancos y sin sentimiento alguno, mientras una llama surgía mostrando un hocico lleno de dientes amarillentos, babas y aquel olor pútrido que llenaba el lugar incremento 100 veces.

- ¡LOS MATARE! - rugió con toda su fuerza.

Harry, 2 horas antes.

Al terminar, un fuerte sentimiento palpitaba en el corazón de Harry, sabía que era el momento de marchar y pelar una vez más.

-La pelea comienza ahora, todos tienen algo o alguien por quien luchar, así que den todo de si y cuídense los unos a los otros - dijo Harry para luego mirar al resto, incluso Molpe estaba seria y eso que se encontraba en su personalidad extrovertida -Saben qué hacer, tomen sus lugares, esta noche la oscuridad caerá sobre nosotros, pero mañana… el alba será más hermosa, será un día que jamás será olvidado, porque demostraremos que este mundo mágico es mucho más fuerte que hoy ¡QUE ESTE MUNDO MÁGICO ESTA UNIDO!-

El ejercito frente grito, aplaudió y comenzaron a dar alaridos mientras que ellos se desperdigaban, esta vez uniéndose con diferentes razas. Comenzaron a realizar los grupos de protección que había indicado, incluso parecía que nunca se vieron incomodos, ahora estaban llevándose bien entre razas o por lo menos no se veían como enemigos o atacaban.

- Pongan a todos como acordamos, saben el plan, apéguense a él y… si no regreso a tiempo… no me esperen- dijo Harry a los demás lideres, siendo Kingsley y Edward los que asintieron.

- ¿Estás seguro de lo que harás mocoso? - pregunto Ragnok con su puro en mano y encendiendo una llama mágica. -El principio de tu plan es… peligroso, arriesgado y puedes morir junto a tus amigos-

Se miraron un momento antes de que Harry sonriera y alzara el pulgar. -No te preocupes Ragnok, estaremos bien, pero que lindo de tu parte preocuparte por nuestra seguridad. Eres muy tierno-

- ¡¿QUIÉN SE PREOCUPA POR USTEDES?! - gruño Ragnok lanzándole una mirada llena de furia. -Espero que esto enseñe una lección a todos los magos, si quieren un tesoro, deberán viajar sin retorno alguno -

Los ojos de Hermione rodaron, al tiempo que Theo y Daphne bufaban, como si supieran que eso no lo iba a detener. Giro la varita entre sus dedos y al sostenerla intento lucir lo más confiado posible.

-Luego me agradecerás esto- dijo Harry viendo al duende y este con la mirada más oscura posible, como si quisiera matarlo. -Y lo sabes-

-Bueno, supongo que todos tendremos que hacerlo si sale bien, si no…- dijo Edward con una sonrisa ladina.

-Es asombroso y lindo- dijo Molpe por lo bajo y chillón, mientras se alejaba cavilando rumbo al lago negro. - Pero de muy mal humor-

-Tienes grandes colmillos, pero aun debes aprender a que una mordía bien dada es lo que en realidad mata- dijo Shasa girando la mirada y marchándose por el campo.

-Aun tengo algo que hacer - dijo Harry al notar que parecían esperarlo -Los vere en la limitación de Hogsmeade …-

-Ya sabemos…- dijeron en coro, Ron y Sofí le alzaron el pulgar.

Hermione se acercó dando un beso rápido, para luego marcharse en un trote suave, con Ron detrás que se quejaba por tener que correr y Sofí quien no parecía ni apurada, pero si concentrada. Neville y Theo se empujaban con el hombro, mientras Daphne les reprendía y gruñía por como se comportaban.

Sintió una mano en su hombro, volteando a ver a Dumbledore y Kingsley a su lado.

- Estaremos preparados para cuando regreses- dijo Kingsley con seguridad, le apretó con suavidad - No sé qué pasara en esta batalla, pero algo es seguro, es un privilegio luchar a tu lado- Luego le soltó y comenzó a caminar en dirección a un grupo de Aurores que le esperaban, entre ellos Dawlish.

- Harry- llamo el profesor Dumbledore mientras le miraba con aquellos ojos azules llenos de edad y preocupaciones - ¿Estás seguro de que no quieres que te acompañe? Yo podría…-

- No profesor- dijo Harry sonriéndole -Se que sus habilidades y conocimientos serian de mucha utilidad, pero… si algo sale mal… y es probable que pase. Lo requiero aquí, Voldemort sabe que usted puede igualarlo, que es una barrera para sus planes, eso lo frenara un poco en lo que regreso. Y también necesito que lo mate… si tiene oportunidad, no sé qué está realizando, pero es sumamente peligroso y… eso podría destruir el mundo como lo conocemos-

- ¿Mundo? - pregunto el profesor Dumbledore notando a que se refería.

Ya que, si Voldemort ganaba, no se detendría solo derrocando al ministerio y obteniendo el Reino Unido mágico, continuaría con otros lugares hasta tener al mundo mágico y una vez que terminara con aquellos que podrían oponerse, exterminaría a los muggles o los conquistaría bajo su yugo.

Esta vez Harry fue el que coloco una mano en el hombro de Dumbledore y sonrió, para luego dar media vuelta y comenzar a avanzar. Sin decir más comenzó a caminar entre la multitud, pasando entre varios que le saludaron e inclinaron, algunos incluso chillaban al verlo dirigirse hacia ellos.

Encontró a varios Pendragon verificando su equipo una vez más, y entre ellos a los que buscaban, a Dennis, Artur y Nigel, los tres por completo armados y pálidos.

- Todo bien Harry ¿Necesitas algo? - pregunto Ernie al verlo acercarse.

-A ellos tres- dijo Harry señalando a los menores del grupo -Vamos síganme-

Los tres saltaron, pero con un -Claro señor/Maestro- lo siguierón.

-Todos ustedes saben cuidarse y protegerse siempre, ayúdense y asegúrense de mantenerse siempre con la espalda contra aquellos en quien confíen- dijo Harry antes de darles una sonrisa a todos y marcharse con los tres chiquillos siguiéndoles.

Cruzaron parte de los terrenos, incluso vieron a Kathor junto con unos 4 centauros, unos duendes, elfos y magos ya estableciéndose en la parte sur del castillo. En la parte este otro par de gigantes, que eran acompañados por medio escuadrón de Aurores, algunos elfos y Firenze. Con seguridad en la parte sur que daba al bosque prohibido era igual, y al este, junto al estadio de Quidditch, estarían uniéndose más miembros del ejército.

Observo a Lupin y Sirius discutiendo junto a la entrada del castillo, estaban acalorados y ninguno parecía ceder. Era tan acalorada que los de su alrededor comenzaban a acercarse, por lo que no pudo pasarlo de largo, ya que eso no era bueno para la convivencia de todos. Solo le faltaba que por cupa de los amigos de su padre, se armara una guerra civil el pleno día de su ataque a Voldemort.

- ¡PARA MI ES LO MAS IMPORTANTE! -grito Lupin tomando la camisa de Sirius el cual mostro los colmillos.

- ¿¡Y CREES QUE A MI NO!? -contesto Sirius apretando sus manos sobre las de él. - ¡PERO ESA NO ES NUESTRA DECISIÓN! -

- ¡Hey! - Llamo Harry a los dos hombres mirándolos a punto de meterse en una pelea. - ¿QUÉ SUCEDE AQUÍ? -

Sirius le miro de reojo, luego tomo las manos de Lupin y se las quito de encima. Bufo y le miro dándole la espalda a su amigo.

-Que él te lo diga- dijo Sirius mientras que se alejaba dando grandes zancadas. -Eres muy obcecado y cuadrado Lupin… tienes que dejarlo esta vez-

Harry y Lupin se acercaron, mientras los tres que le acompañaban se quedaban parados en la escalinata sin saber que hacer.

- ¿QUÉ CARAJOS LES PASA? - pregunto Harry algo enfadado - Entraremos a batalla en poco tiempo, sus peleas estúpidas déjenlas para después-

-No es por nosotros- gruño Lupín restregándose las manos en la cara y luego sujetándose el cabello -Es Tonks-

- ¿Qué sucede con Tonks? - pregunto Harry desconcertado.

- ¿QUÉ SUCEDE? Esta aquí, a punto de entrar a una guerra y ¡ESTA EMBARAZADA! -

Los chicos parecieron curiosos por el grito, más Harry conservo la calma.

-Si lo sé, estuve presente en la noticia ¿Recuerdas? -

- ¿A ti tampoco te importa? -

-No confundas mi tranquilidad con otra cosa Lupin- dijo Harry cruzándose de brazos - Y si, me preocupa mucho el que ella este aquí… con su hijo en su vientre…-

- ¡ENTONCES HAS ALGO! Mándala lejos, envíala al Archipiélago o Camelot- suplico Lupin casi desesperado y como si fuera la última salida que encontraba- Hable con ella, le roge y me hinque pidiéndole que se retirara de la batalla, que nos dejara esto a nosotros, pero no quiso y … está molesta conmigo-

-También se lo pediste a Sirius, que hablara con ella ¿No? - dijo Harry entendiendo un poco del porqué de su pelea. - ¿Qué te dijo? -

-Es la decisión de Tonks, ella… quiere pelear junto con todos- gruño Lupin casi con dolor. -Es terca y testaruda-

-Es Hufflepuff- murmuro Harry también peinándose el cabello - Es leal hasta la medula y … una trabajadora incansable. No renunciara a lo que cree, peleara aun si nos oponemos-

{Eso es correcto} dijo Huffy desde su mente, se notaba que sus maestros estaban pendientes, pero calmados. Por primera vez.

-No es por ella Harry, sé que es fuerte y poderosa- dijo Lupin acercándose hasta estar a un palmo -Es por… es por nuestro hijo. Si le pasa algo…- Su rostro se ensombreció y pareció 10 años más viejo con todas las cicatrices del rostro.

Miro a los tres que aun aguardaban a la distancia y grupo, ¿Cómo podría decirle algo si estaba igual? Pensó Harry mientras gruñía en su interior.

{Comprendo por qué lo harás} dijo Nimue, más un dejo de regaño relució {Pero no olvides que antes te lo han hecho y que has sentido por ello}

{Se pueden proteger muchas cosas… de varias formas} murmuro Griffin.

-Lo intentare- dijo Harry mirando a los ojos a Lupin- Pero… tampoco puedo obligarla…-

-Hazlo de ser necesario- pidió Lupin tomándolo de los hombros - No quiero perderlos-

Se miraron un momento, luego suspiro y se sobo el cuello con fuerza.

-Entiendo- dijo Harry mirándole a los ojos -Creo en lo que dijo Sirius, todos elegimos en que peleas estar, con ellos… tengo una responsabilidad como su director. Con Tonks… si no tuviera una vida creciendo dentro de ella, ni siquiera consideraría pasar sobre su decisión… pero bajo las circunstancias… -Se paso los dedos por los ojos y debajo de los lentes, era frustrante, una decisión que pesaba mucho y que sin lugar a duda el no deseaba tomar, pero debía. - … Odio hacer esto y con seguridad ella me odiara más y tal vez a ti también… por largo tiempo-

-Gracias, de verdad muchas gracias, te juro que lo pagare de alguna forma- Dijo Lupin mucho más tranquilo, como si hubieran quitado un peso de sus hombros.

-La enviare junto con ellos al archipiélago y destruiré el portal- dijo Harry sintiendo un nudo en la garganta. -Eso los mantendrá lejos y a salvo-

-No lo entenderán por ahora, pero en un futuro…-

-Tampoco lo entenderán- dijo Harry separándose de Lupin y sintiendo un leve tic en la mejilla - Créeme se lo que es… que te aparten y encierren no es lindo, no habrá forma de podamos reponer lo que haremos, por lo que debemos aceptar lo que venga de su parte. Sin reclamos ni disculpas-

{Si es así, entonces no nos opondremos} dijo Sly con una voz tranquila.

{Tanto por tan poco, que chillones son hoy en día} gruño Merlín {En mis tiempos encadenarlos de los tobillos y de cabeza era lo mejor}

{Seguro te llevarías bien con Filch} gruño Harry.

Asintieron, aunque Harry haría algo que no era del todo correcto, tenía el peso de cuidar a los suyos y de aquellos que vio crecer en Pendragon. Pero ya había tomado la decisión y necesitaba protegerlos, ya que él había causado todo aquello.

- ¿Dónde está Tonks? - pregunto Harry.

-En el gran comedor-

Sin decir ni una palabra más fue a donde estaban los chicos, los cuales se veían curiosos por la discusión y luego de un movimiento de mano se acercaron para alcanzarlo. Como había dicho Lupin, Tonks estaba en el gran comedor, sentada en el suelo, con el cabello algo rojo, y murmurando pestes de su esposo. Al llegar Harry la observo y el a ella, lo cual le quito el rojo del pelo y regreso a ser el rosa de siempre.

- ¿Te mando a que "hablaras" conmigo? - pregunto la chica haciendo comillas con los dedos.

-Si- dijo Harry, si los iba a alejar de donde una batalla se realizaría, por lo menos no les mentiría.

-Pues que no crea que me iré, esta batalla es por nosotros y por el futuro de Teddy- gruño Tonks al momento de tocarse el vientre de forma protectora. -No dejare al padre de mi hijo solo-

-Lo sé- dijo Harry caminando al portal y activándolo, haciendo que la fina magia mostrara un azul claro.

-Entonces ¿Por qué están aquí? - pregunto curiosa.

-Tonks, te tengo un encargo que hacer ¿Podrías por favor? - dijo Harry mirándola con seriedad.

-Claro- dijo Tonks levantándose de un salto y casi cayendo otra vez por una piedra, le miro con un sonrojo y sonrió - ¿Qué necesitas que hagamos? -

- ¿Nosotros también? - pregunto Dennis emocionado. - ¡He aprendido otros trucos en escoba y ahora soy más rápido! -

-Cuente con nosotros- dijo Nigel con una leve risa.

-Si… haremos lo que podamos- dijo el pequeño Arthur algo tembloroso.

-Vengan- dijo Harry cruzando el portal.

Se encontró en la sala de portales, donde espero, viendo cruzar a los cuatro y luego como estos parecían desconcertados al estar en el Archipiélago Arcano. Tomo un minuto en el que ellos se miraron y el aún se cuestionaba si hacerlo o no.

- ¿Qué pasa Harry? - pregunto Tonks algo diferente, como si hubiera percatado que pasaba. - ¿Qué necesitas de nosotros? -

Al final suspiro y se paró entre ellos y el portal, luego no pudo ni observarlos. -Necesito que se mantengan aquí hasta que todo termine, Tonks cuídalos bien. -

- ¡HARRY! - grito Tonks encendiendo su cabello a un rojo puro. - ¡NO! -

-Nosotros pelearemos, nos preparó para esto maestro. Quiero pelear a su lado- dijo Dennis dando dos pasos delante.

Levanto la varita y una barrera se creó, haciendo que no pudieran acercarse más. Harry los miro y se revolvió el cabello algo frustrado.

-Perdónenme, ustedes aún son muy chicos-luego miro a Tonks ya con la varita en mano - Y es por Teddy, no por ti… creo en su potencial de todos, pero no puedo protegerlos en una guerra, y no podría perdonarme si algo les pasa-

- ¡Peleaste con un basilisco a los 12, a los 14 contra Voldemort y sus Mortifagos! - Dijo Nigel con una voz algo extraña, como si no creyera lo que pasaba.

-Solo somos tres años menores que tu- dijo Arthur empujando la barrera -Pero estamos listos, déjanos defender nuestro futuro. Nosotros debemos ser mejores… mejores que ellos. -

- ¡MAESTRO POR FAVOR! ¡NOSOTROS DEBEMOS ESTAR PRESENTES! - grito Dennis sacando la varita - ¡SOMOS PENDRAGON, NOSOTROS NO DAMOS LA ESPALDA A LOS NUESTROS! ¡PELEAREMOS Y DAREMOS NUESTRA VIDA DE SER NECESARIO! -

-Es por eso por lo que lo hago, sus vidas son más importantes, aún son puras… mi alma estará condenada pero las suyas… aun no tienen por qué mancharse de sangre-

- ¡BOMBARDA! - grito Tonks y una explosión ondeo a su alrededor, pero la barrera no cedió ni un milímetro.

-Nunca quise estar en esos conflictos, las circunstancias y mi historia me obligaron, ustedes no están obligados. Y sé que me odiaran, pero… perderemos bastante en batalla…- dijo Harry dando pasos hacia atrás protegiéndose -… y no sé cómo protegerlos de ello-

Se dio la vuelta y estaba por cruzar.

- ¡MAESTRO! -grito Dennis con toda su fuerza, luego un momento de silencio que permitió a Harry parar. -Entiendo el por qué lo hace, pero usted nos entrenó bien, así que estaremos en batalla por que nuestros amigos, compañeros y familia están peleando y nosotros… no nos quedaremos atrás. ¡ES LO QUE USTED HARIA! -

Apretó su puño mucho, no podía ni emitir sonido, Dennis tenía razón, el sin duda estaría peleando por ayudar.

- ¡Harry dile a Remus que dormirá en el suelo el siguiente mes! - gruño Tonks muy molesta - ¡Y ya veremos que harás tu para redimirte! -

-Los lamento mucho, por favor cuídense -dijo Harry ingresando por el portal- Los vere pronto- regreso a la escuela escuchando un "Tal vez antes de lo que piensas".

Al llegar al gran comedor el portal seguía activo, por lo que se apresuró y golpeo el pilar con su fuerza, haciendo que el portal se desbalanceara y callera de forma seca creando una cortina de polvo, piedras y dejando sentimiento extraño dentro de Harry. Aquella sensación de que algo pasaría, un palpito inquieto en su pecho.

Fuera del castillo Lupin le esperaba, no hubo palabras, solo un sutil movimiento de cabeza de Harry. Y ambos se encaminaron a lugares distintos.

{Das lo mejor de ti, te equivoques o no, sigues tu corazón. Eso es lo importante cariño} murmuro la suave voz de Revé, como siempre siendo maternal y cálida.

{Ya no hay tiempo no para lamentaciones} Se estiro un poco y sobando sus hombros supo que lo hecho, echo estaba {A chambear}

Se dirigió al lugar acordado con sus amigos. Tardo un poco el cruzar todo Hogwarts sin que le llamaran o le interrumpieran en el camino, por lo que llego 10 minutos tarde al pueblo.

-Siempre tarde- dijo Ron con las manos en la cabeza.

-Es un problema con tantos frenándome para saludarme o preguntarme sobre la estrategia- dijo Harry aun algo inquieto por lo que acababa de pasar.

Hermione, Daphne y Sofí estaban sentadas sobre la barda de piedra que dividía al pueblo y el bosque. También estaban Ron y Neville murmurándose entre ellos, mientras Theo intentaba escuchar, aunque ambos no parecían querer que se enterara.

-Creíamos que ya no venias- dijo Theo aun intentando enterarse. -Pensé que con tu suerte algo se había atravesado-

-Por Merlín, no puedes ser más negativo- ironizó Sofí que era la más cercana, picando su costado con las puntas de los dedos.

-Si… puedo hacerlo- dijo Theo mientras se levantaba -Pero no quiero, seria deprimente y hasta me darían ganas de auto lanzarme una maldición-

-A todo esto- dijo Ron alejando a Theo pues estaba muy cerca de ellos. - ¿Qué hacías? -

-Nada- dijo Harry tragando duro.

Hermione lo miro y alzo la ceja. {Harry James Potter ¿Qué ha pasado?} pregunto.

{Envié a Tonks, Dennis, Arthur y Nigel al archipiélago Arcano} contesto, sabiendo que, si no lo decía tendría problemas mucho mayores después, más de los que ya tenía.

Se miraron unos momentos, ella torcía los labios y el entrecejo, aunque no era de enojo. Por un momento pareció que le reclamaría, luego suspiro y asintió. La tensión en el ambiente era tal que el resto le miraba, como si fuera a estallar una batalla en ese mismo lugar. Lo que no era tan equivocado.

{Pueden dejar los dramas} comento Merlín con voz aburrida {Y comenzar la batalla, ya quiero ver cómo le pegan sus pataditas a Harry}

{Tu otra vez} gruño Hermione en su mente.

{Olvídalo querida, siempre se mete en lo que no le importa} dijo Nimue suspirando.

{Ese es mi trabajo, que no se meta en mi papel} gruño Griffin.

{Por cierto, deben ejecutar el plan antes de que comience a caer la noche} informo Revé en voz preocupada.

-Si- dijo Harry en su exterior, no quería que comenzaran a llenarle la cabeza con pensamientos que no fueran los suyos.

- ¿Si qué? - pregunto Daphne curiosa.

-No, digo si… es hora de irnos- termino Harry ordenando sus ideas. -Pero todo está bien… bueno no bien… porque estamos en una guerra, me refiero a que… estoy…. ¿Listo? -

-Sabes algunas veces pienso que estas algo loco- dijo Theo con la vista hacia él y con una ceja levantada. -Luego me ratifico, sabiendo que lo estas por completo-

-Y la palabra listo yo no lo utilizaría. Preparado si estas, listo nunca mi hermano- dijo Ron cruzando su brazo por la nuca.

-Sin contar que sueles siempre correr al peligro, y alguien debe de ayudarte a que no sean planes suicidas- dijo Neville con cierto toque pícaro.

-Los mejores amigos sin dudar-

Habían planeado todo o casi todo, estaban más que preparados y no podía pedir mejores compañeros y amigos en ese momento. Pero algo en su interior molestaba cada vez más, sentía una esperanza pequeña cosquilleante y débil sobre que todo saldría bien al final, pero otra parte le indicaba que algo estaba mal. Qué algo podía salir terriblemente mal, aun así, mirando a sus amigos, supo que estaban con él y que entrarían en acción en cuanto el diera la orden.

Tenía dos opciones, la primera quedarse y esperar un poco más, intentar tener algo más estable y fuerte; O ir enfrentarlos en ese momento como tanto habían planeado y sin lugar a duda esperar que no pasara terriblemente mal.

Sus pesadillas aparecieron un momento en su cabeza, recordándole el dolor y sufrimiento que se podría causar al tomar la decisión. Mas también recordó lo enseñado en el concilio, el escenario más horrible y lleno de sangre que podría ocurrir, donde Voldemort triunfaba y todo se volvía un infierno. Solo tardo un segundo, pero tomo una decisión. Estaba todo listo, las tropas estaban en marcha coordinadas y preparadas, al igual que ellos.

Sin lugar a duda era hora de enfrentarlo, era hora de volver a aquella pesadilla y por más duro que fuera continuar hacia adelante sin importar nada.

- ¡Es hora de que Voldemort vea su última batalla! - dijo Harry colocando el puño en el centro - ¡Vamos a darle una paliza a los Mortifagos! ¡Dejarles un recuerdo de nosotros tan profundo que aparezcamos en sus pesadillas! - Hermione y Ron colocaron su puño junto al suyo- ¡Demostremos de que están echo estos dragones! -

- ¿De Sangre, musculo y hueso? - pregunto Theo colocando su puño junto al de Harry, todos le miraron y sonrió - Además de un espíritu inamovible y astucia-

-Lealtad y perseverancia- dijo Neville poniendo su puño al lado de ellos.

-Fuerza y valentía- rio Daphne acechándose para hacer lo mismo.

-Bondad y gratitud- dijo Sofí ya colocando su puño entre el de Daphne y Neville.

-Sinceridad y perdón- dijo Ron mirando a Harry.

-Humildad y solidaridad- dijo Hermione acariciando su mano y entrelazando sus dedos con los suyos.

- Empatía y sinceridad - dijeron todos mirando al hueco que habían dejado, pues sabían que faltaba un dragón junto a ellos.

-Pero sobre todo recuerden, Pendragon es su hogar- dijo Harry con una sonrisa.

Todos regresaron la sonrisa, después de un momento.

-Tenemos que regresar, nos esperan los gemelos- dijo Hermione y le beso con fuerza- Regresa a mí, ¿De acuerdo? -

-Por supuesto-

- Es bueno ver que le preocupamos nosotros- dijo Theo con voz medio celoso.

-Puede encontrar muchos Theo en cualquier lugar, pero tiene un solo Harry- dijo Ron suspirando - Tranquilo, en unos 4 años te acostumbras… auuuu… auuuu ¡Eso duele Hermione! -

Su prometida tomaba la oreja de Ron y comenzaba a caminar rumbo al castillo, con Sofí riéndose a su espalda y con las orejas rojas por lo que ellos habían dicho.

Se rio un poco, sabiendo que algunas cosas siempre serian iguales.

-Bien creo que llego la hora- dijo Theo extendiendo sus mangas hacia sus muñecas, asegurando también un par de pociones comprimidas- ¿Ahora a dónde? -

Miro a Neville, Daphne y Theo - ¿Alguien quiere jugar a policías y ladrones? -

-Pido ser ladrón- dijo Theo levantando la mano. - ¿A quién vamos a robar? -

-Debemos estar desquiciados para hacer esto- dijo Neville suspirando.

Momentos después desaparecieron, llegando al caldero chorreante. Desde su llegada se sintió diferente, pues los magos y brujas presentes ni les tomaron importancia. Sobre todo, porque Harry estaba vestido de civil y llevaba solo una gorra que tapaba su frente y parte de sus ojos. Cruzaron a prisa antes de que Tom les ofreciera algo de tomar, cosa que tal vez algún día debían aceptar.

Afuera de lo que era el pequeño patio trasero se miraron y sin decir palabra abrieron la entrada, adentro todo era muy normal, o lo más normal en tiempo de guerra y con Mortifagos sueltos, triste, lúgubre y casi desahitado eran las palabras que ocuparía. La mayoría de las tiendas que antes rebosaban de artículos, ahora tapiadas y con basura bajo sus ventanales y puestas. Y no quería ni pensar como estarían por dentro, de verdad que aquellos años fueron duros.

Se apresuraron por la calle, casi corriendo, como si el tiempo se les fuera encima aunque aún estaban a tiempo. Vieron el banco a la distancia, blanco y reluciente, con una docena de duendes postrados en las puertas dobles, una decena flotando en el segundo piso y dos docenas en el techo. Incluso Harry podría percibir otra docena desperdigado por todo el lugar. Mas no fueron directo, giraron y entraron a la desviación que los llevaría a Weasley & Weasley.

Tendrían que esperar unos momentos, pero todo marchaba bien. Noto cierta tensión en Neville y el mismo, al contrario que Theo y Daphne quienes parecían tener otro día normal de compras, parecía que en ese momento no fueran a entrar al lugar más seguro de todo Reino Unido. Al contrario de Neville que estaba tembloroso, un poco preocupado y su mente estaba en otro lado. Harry ni siquiera tenía que preguntar qué era lo que tenía en mente ya que, si él fuera Neville, estaría también preocupado por Luna, ansioso y curioso por volverla a ver abrazarla y besarla; tenerle sus brazos decirle lo mucho que la amaba tal vez e incluso preguntarle porque había tomado esta decisión sin siquiera consultarlo antes. Aunque Harry podía tener parte de la respuesta en sí ya que había hecho igual varias veces.

Como el mismo había pasado en su viaje al archipiélago Arcano, había sido algo inesperado y que ni siquiera por la mente se le paso, más tuvo que tomar una decisión y tuvo que dejar a Hermione y todo lo que conocía atrás. Dos años de soledad y supervivencia fue el resultado, siempre cuestionándose si fue lo correcto. Ahora con un pueblo completo que se había construido, los gigantes en el norte, los centauros el Noroeste los centauros en el este y la gente del agua en el sureste era claro que no había sido del todo en vano. Su vieje fue por mucho más que el mismo. Pero eso no quitaba la sensación de que atrás cosas importantes, había perdido tiempo junto a la mujer que amaba, junto a sus hermanos, sus amigos, sus compañeros y todos aquellos que consideramos familia.

Todo terminaría, y en ese momento no había tiempo para lamentaciones, el tiempo continuaba corriendo y algo era seguro en las próximas 24 horas su mundo cambiaría radicalmente lo que vendría a continuación podría definirlo.

Al final llegaron a la tienda y al estar metros cerca la puerta se abrió, mostrando a la chica que Harry había salvado tiempo atrás, aun llevaba un uniforme de Weasley & Weasley. Tenía un sombrero de copa ahora y los miro como si ya los esperara.

-Adelante, todo está listo-

-Gracias- dijo Harry al pasar aun ocultando su rostro al bajar un poco más la gorra.

-Fred y George me dijeron que los esperara y luego me fuera rápidamente- dijo la chica entregando las llaves a Daphne, supuso Harry que por ser cuñada de los gemelos - Espero… que sea lo que sea, salga bien-

-Gracias, muchas gracias- dijo Neville al pasar y luego siguiendo a Theo fueron a la parte trasera.

Daphne espero que cruzara la puerta antes de que echara cerrojo y un par de hechizos para evitar que la abrieran. Para luego ir con todos a la parte de atrás, donde está aún seguía cubierta de cajas, botellas de vidrio, pergaminos desordenados y un montón de cosas metálicas arrumbadas en un rincón.

- ¿Okey y ahora? - dijo Theo mirando a su alrededor.

Neville ya alzaba una caja pesada, que tenía el símbolo Pendragon puesto con fuego sobre la madera.

-Aquí- dijo Neville moviendo la varita donde se alzó la caja y dejo un hueco oscuro bajo de ella y un pergamino que floto al ser retirado.

Daphne la tomo y leyó -Dice que es a 300 metros o 460 pasos hacia … aquella dirección-

Harry observo el hueco lo suficientemente grande para poder pasar dos personas y con seguridad conducía a un túnel.

Fue cuando lo supo que ya había empezado y ya no podría parar. En el futuro con seguridad, se escribiría de aquellos momentos, pero sería información que alguien recolectaría y mal interpretaría. Tal vez diría que en aquel momento empezó la guerra, donde ellos atacarían Gringotts o cuando el desapareció en el archipiélago arcano y se supo que Voldemort regreso, pero estaría equivocado. La guerra había empezado en la copa de los tres magos, donde Barty Crouch Jr. se liberó y donde Voldemort comenzó a ganar fuerza. Y de poco a poco ambos ganaron poder, habían crecido y aumentado sus números, e incluso consiguiendo magias olvidadas. Eso les llevo a la pelea en el cementerio que tuvieron, y poco a poco las cosas avanzaron, hasta aquel punto, era su última batalla y lo único seguro era que el final se acercaba con velocidad.

Voldemort gano batallas y siempre se mostró superior, incluso los ataques al ministerio, el secuestro de magos, el que recolectaran tropas solo eran demostraciones de su poder. Pero Harry tenía en mente algo, algo que le indicaba que en ese momento algún plan macabro se estaba incubando. Se encontraba inquieto, ya que estaba más seguro que nunca volverían a pelear mano a mano y que sería la última. De una u otra forma seria morir o matar.

Ahora mismo todas razas de diferentes seres mágicos convivían y estaban el archipiélago esperando la guerra, esperando que Harry robara ese último artículo, ese último Horrocrux que descansaba en el fondo de la tierra. Si lo obtenían y lograban salir, el siguiente paso comenzaría, no podía darse el lujo de fallar.

-Bien, tomen esto- dijo Harry sacando unas capas y capuchas, junto con máscaras y tendiéndosela a sus amigos.

Las máscaras eran muy reconocibles, las conocía bien por haber huido de ellos en la copa de Quidditch y por sus peleas en el cementerio y en el ministerio, no solo copias o alguna triste imitación era túnicas originales los que les había quitado aún cuarteto de mortífagos.

Daphne la miro con las cejas levantadas y torciendo los labios – ¿Capuchas de Mortifagos? -

-Mejor que una capa de invisibilidad- dijo Harry comenzando a ponerse la capa y capucha, dejando la máscara para el final -Si alguien nos ve, pensaran que solo fue otro acto desesperado de los Mortifagos-

- ¿Dónde las conseguiste? Se ven muy auténticas- dijo Theo ya medio vestido. -Hasta huelen a odio y frustraciones-

-Si, por lo menos una lavadita ¿no? - dijo Daphne arrugando la nariz y colocándose la capucha de mala gana.

-Las conseguí de un grupo que me ataco aquí en el callejón Diago- dijo Harry oliéndolas por curiosidad, la verdad no estaba seguro si olían muy mal, luego de vivir en lo salvaje durante tanto tiempo, tendía a pensar que exageraban- Siento que no se me ocurriera asearlas, estaba ocupado en otras cosas-

-Pero que delicaditos- dijo Neville ya con las cosas puestas y mirando hacia el cielo -No podemos detenernos por un poco de sudor, en un par de horas no se percataran ni de ello- Ya vestidos con las túnicas negras, las capuchas y máscaras, aquello les cubría todo el cuerpo, no dejaba nada que pudiera hacerlos distinguir.

Harry observo a Theo y Daphne mirar a Neville desconcertados, pues desde hacía minutos que parecía otra persona, no el mismo amigo nervioso que conocían.

-Bien, Daphne, Theo adelántense y … los alcanzo- dijo Harry señalando el hueco.

- ¿Cuál es la señal? - pregunto Theo con la voz algo encubierta por la máscara.

-Sera muy obvia- dijo Harry rascándose la nuca – Sabrán de inmediato cuando esto comience-

Daphne asintió y se apresuró a ingresar por el hueco, un segundo después Theo callo por él, se notaba que debía de ser profundo, porque un segundo después se escuchó una voz cavernosa.

Harry movió la capa para sacar de su bolsa la saeta de fuego, al tenerla en su mano la giro y lanzo entre ellos para que se quedara flotando para que la montaran.

- ¿Listo? – pregunto mirando a Neville el cual estaba enmascarado, más notaba su magia algo alterada.

-Debemos apurarnos, cuanto antes acabe aquí, antes regresare y si lo hago a tiempo puede que vaya con Ron y Hermione- susurro Neville en un leve tono desesperado.

-Neville- le llano Harry mientras que se ponía la máscara -Se que quieres rescatar a Luna y sabes que si no te necesitara… estarías preparándote para ir a rescatarla… pero te necesito aquí, concentrado-

- Cuándo estabas regresando del archipiélago… ¿Por qué no simplemente fuiste a Hermione? ¿Cómo lograste contenerte? Yo…solo pienso en ella- Murmuro Neville apretando el puño.

-No me contuve- dijo Harry colocando la mano en su hombro – Al contrario, di todo de mi para reunirme a su lado… pero sabía que, si cometía un error, si no pensaba antes de actuar… podría cometer un error que me alejara más. No desesperes, cumplirás tu promesa, la traerás de regreso a casa-

-De eso no hay duda- dijo Neville montando la escoba, colocándose enfrente con seguridad.

Harry tomo la parte de atrás, y con un rápido movimiento alzaron el vuelo, tardaron un momento el sobrevolar todo el callejón Diagon, valió la pena subir, la vista desde arriba era fenomenal; los tejados de las casas antiguas, las chimeneas humeando y las personas que pasaban por debajo e incluso los sonidos del mundo muggle que se subía desde la distancia. Pero lo que más disfruto Harry fue el calor del sol, el viento frío en su rostro, volar era lo que le gustaba mucho, lo hacía sentirse no solamente un mago si no podía decir que estaba vivo.

Ambos no mencionaron palabra, no cuando aquel lugar era tranquilo y daba una vista tan buena. Si le hubieran preguntado algo en aquel momento, hubiera dicho algo profundo y salido de aquella que observaba, de aquello que sucedía y de lo que sentía. Mas ambos apenas tenían 17 años, estaban por entrar a una guerra y no sabrían si llegarían a ver la luz del sol otro día por que agradeció que nadie preguntara nada.

-Bueno, estamos aquí - dijo Harry algo tal vez demasiado raro, por lo que estaba a punto de pasar- No quiero atacarlos, pero debo de hacerlo… tengo que… porque si no esto continuara mucho más -

- ¿Y que esperamos? - pregunto Neville sacando sus dos varitas, una en cada mano y que la escoba se balanceara un tanto, lo que le recordaba que el vuelo no era lo de Neville, pero por lo menos era lo bastante estable. - Estoy listo, me has preparado, me enseñaste, me regresaste a mis padres y una familia muy grande… te lo deberé toda mi vida. Hoy me he jurado que "Metepatas Neville" cambia y seré más-

Harry se rio y se levantó sobre la escoba, de pie y mirando a la distancia, observo como el blanco del mármol deslumbraba a la distancia y como aquel lugar era una bóveda impenetrable. Una poderosa magia la protegía en una cúpula perfecta.

-Espero que todos seamos más, pero tampoco debemos perder quienes fuimos- dijo Harry sacando su varita- Espero que al finalizar todos nos transformemos. Que crezcamos y seamos más nobles, más confiables, con más fuerza para proteger lo que es correcto y alimentar nuestra alma por aquellos que queremos. Da siempre da lo mejor de ti, siempre intenta mejorar cada día. Este mundo mágico ya no solo es la escuela Neville, se está volviendo más grande y creo que mejor. - Tomo aire tomando el hombro de Neville - Hace 17 años nuestros padres fueron atacados, torturados y asesinados, pero tan solo hace un par de años supimos que un día tendríamos que pelear, un día tendríamos que luchar por todo lo que nos quiso arrebatar y no pudo-

-Hoy es el día… es la hora de enfrentar a nuestro destino-

-Ahora es el comienzo del fin-

Neville no lo veía, la verdad es que solo continúa observando Gringotts o solo observaba el cielo azul, por el que se perfilaban unas cuantas nubes grises indicando que llovería en algún punto.

-Recuerda solamente hechizos sin gran potencia, que parezcan ataques reales, pero que no puedan romper la protección…solo lo suficientemente fuerte para hacer salir a todos y que nos ataquen. -

-Por supuesto yo sé y estoy consciente de la fuerza de mis hechizos… la verdadera pregunta es ¿Tú estás seguro de que hechizo utilizar? - pregunto Neville con más seguridad y una leve sonrisa ladina.

- ¡Vaya! Te doy un par de cumplidos y te pones algo pesado, recuérdame darte un cumplido de vez en cuando- dijo Harry entre una carcajada y palmeando su hombro- También recuérdame no hacerte enojar, presiento que sería muy mala idea -

-¡BOMBARDA!- gritaron al mismo tiempo lanzando tres hechizos, el de Harry fue directo, mientras que los dos de Neville rotaban alrededor del suyo.

Los primeros hechizos explotaron contra una protección invisible, cubriendo por un segundo la protección, de la cual salieron ondas por toda la protección, era suficiente para que se cuarteara. Movieron ambos sus varitas, esta vez con hechizos menos potentes, lanzando hechizos continuos a la protección, las explosiones sonaron al mismo par que un pitido agudo y estruendoso. Las voces en tierra empezaron a gritar, y el movimiento fue casi instantáneo, gente corriendo al mismo tiempo que la confusión y el miedo gritaba alrededor. Eso era lo que querían, no dañar a la gente, pero si alejarlos lo suficiente para que los duendes empezaban a salir e intentar derribar a sus atacantes. En este caso a ellos.

Todo marchaba bien, la gente comenzaba a ser evacuada, la gente salía con pasó apresurado, tirando de sus niños, de personas amadas y de aquellos que los acompañaban o incluso huyendo solos. Lo que antes era silencio ahora era confusión y escuchaba una que otra voz gritando.

Toda la gente que se dirigía por el largo pasillo se dirigía hacia el caldero chorreante, se empezaba a agolpar e indicar que algo malo pasaba de verdad Claro que ellos solo veían que era algún taque de mortífago y no están tan erróneos no cuando vestían con las capuchas y las máscaras.

Ahora solo quedaba hacer creer al banco que estaban bajo ataque extremo y de que necesitaban todas sus tropas, todas sus fuerzas en el exterior. Ellos continúan atacando, lazando simples bombardas básicas, algunos cortes sin intentos reales de romper la barrera. Utilizo confringos y diffindos para que pareciera más reales, aunque estos solo creaban ondas, explosiones y agitación alrededor. La barrera ondulaba de forma fuerte y las cuarteaduras crecían a pequeños pasos, pareciera que se fuera resquebrajar de un momento a otro y fue cuando entonces las puertas antes cerradas y que parecían imponentes se habrían de par en par. Al contrario que ventanas y cualquier lado del exterior que se empezaba a sellar y a bajar cortinas de lo que parecía acero platinado.

Había funcionado y ahora empezaron a salir los duendes, quienes no dudaron en atacarlos y ahí es donde comenzaba el verdadero problema puesto ellos no querían lastimarlos, su ideal solo era traer su atención y hacerlos que prestaran toda su fuerza en un solo objetivo.

En aquel momento, en qué su vista y fuerza estuvieran puesta en ellos, sería momento de atacarlos desde otro ángulo eso es lo que había dicho Ron. Cuando uno tenía la vista puesta en un objetivo, siempre olvidaba de que existían otros lugares que ver, se descuidaba y bajaba la guardia Así que necesitan mantener su control sobre lo que los duendes veían, era importante para poder llegar hasta donde se supone que deberían de llegar.

Esta vez Harry acumulo mas magia, apunto a otro lugar diferente del lugar, justo a los pies del edificio del banco, debía ser preciso o podría hacer mas daño del necesario. – Klonissatio- murmuro lanzando un hechizo de color café oscuro.

El hechizo salió directo al suelo creando un pequeño cráter, todos miraron el lugar, pero en lugar de eso la tierra se movió y agito el edificio, haciendo que levantará polvo, que crujiera el concreto e incluso las puertas enormes se doblaran y estuvieron a punto de salir de sus goznes. Fue entonces cuando muchos hechizos fueron lanzados en su contra, de varias decenas de duendes fuera del edificio, sobre el edificio e incluso desde los balcones de este. Harry levanto un escudo a tiempo para proteger a Neville y asimismo de los ataques, era un escudo base, parecían encerrados en una burbuja que era golpeada constantemente por hechizos.

Intento contar cuantos duendes eran los que los atacaba vio unos 4 luego unos 8 y consecuentemente llegaron el doble 16 y luego 32 duendes todos enfilados y lanzando hechizos desde las puntas de sus dedos. Y a cada segundo continuaban aumentando sus números. Sabían que Ragnok no estaba presente y que sus mejores guerreros estaban en el mismísimo Hogwarts, así que tendrían que utilizar más fuerza y luego investigar qué es lo que estaba pasando, y esa era la cuestión su distracción funciono.

-Bien los tenemos donde queríamos, así que aquí te dejo- dijo Harry creando otra barrera y una más sobre la que ya protegía a Neville. -Necesito que nos de 5 minutos antes de que te vayas, da media vuelta y te marchas ¿De acuerdo? No te hagas el héroe-

Neville soltó una risita, lanzando otra decena de hechizos que se dirigieron en direcciones diferentes y con diferentes potencias y diferentes hechizos hacia el imponente edificio blanco.

-Lo mismo va para ti, no te hagas el héroe… aunque ambos sabemos que lo eres, pero esta vez te necesitan muchas más personas que solamente un grupo de amigos-dijo Neville girando las varitas y lanzando otra gran tanda de hechizos. – Serás el Arcano que todos necesitamos ¿De acuerdo? -

Harry solo asintió, dejó caer su peso de un lado y se desplomó dejando que Neville quedará solo sobre la escoba. Mientras descendía escuchó la voz de su amigo que le gritaba. -10 minutos te daré 10 minutos-

Harry quería replicar y decirle que 5 bastaba, pero le alegro que su amigo tuviera esta vez mucha más confianza y que supiera que el tiempo le será más necesario que la fuerza. Así pues, comenzó a girar su cuerpo y mirar hacia abajo, simulando que algún ataque le dio, estaba muy cerca de los techos de las casas cuando se impulsó con su magia y apunto a ingresar al patio de sortilegios Weasley. Casi de inmediato y sin pausas se adentro por el túnel que estaba construido en la sólida roca.

El lugar el estrecho y no daba para el movimiento que el deseaba tener, aun así, logró caer sobre sus dos piernas y resistir el impacto al mismo tiempo que no veía nada. Era una oscuridad casi absoluta, el sonido de su respiración revotaba en las paredes y la humedad se podía percibir en el tacto y olfato. La poca luz que entraba por el hueco de la entrada le demostraba un pasillo descendente de casi un metro y medio, suficiente para dos personas, sin embargo, la altura debía ser del doble de Harry. De tal forma que apunto al techo y el hueco se rellenó, sellando la salida.

Quedo a oscuras, alguna explosión fuera sacudió el lugar y tierra callo sobre de si, y provoco que Harry se sujetara de una pared para sentirse más seguro. Agito la varita nuevamente y una luz resplandeció sobre si y se quedó quieta. El área que alumbraba no era suficiente, el pasillo descendente no mostraba ni a Daphne ni a Theo y el pasillo parecía disminuir su altura, pero ensancharse un poco. Se apresuro a bajar por el pasillo, lanzando un hechizo sin hablar tras de sí mismo, asegurándose el que la tierra por la que fuera pasando rellenara el hueco, ya que no necesitaría el pasillo para regresar.

Sus pasos se escuchaban al mismo tiempo que tierra y rocas rellenaban el pasillo a su espalda, troto apresurándose para alcanzar a sus amigos, que con seguridad se dirigían en la misma dirección que él. Lo único que escuchaba era las proyecciones de las explosiones a la distancia, algunos sonidos como de tierra escarbada y también dos ecos respiraciones que aumentaban más mientras sentía que se acercaba a sus amigos.

-Defodio- escucho en un débil sonido al estar metros tras de ellos.

Encontró a Daphne y Theo parados juntos, con la varita apuntando a una roca solida y ambos murmurando el hechizo escarbador, creando aquella gruta. Se notaba que cada vez lo hacia mas aprisa e intentando avanzar más, pues el pasillo ahora solo permitía a Daphne y Theo estar pegados hombro con hombro, mientras que Harry a su espalda estaba ya tocando con la cabeza el techo. También podía ser que les preocupara algún derrumbe con tanta explosión, pues las sacudidas aumentaban más mientras más cerca estaban de Gringotts, no se habían molestado en crear alguna viga o soporte para la tierra. Aquel lugar era muy pequeño y cada vez se sentía más caliente, más pesado el aire y la tierra caía sobre sus cuerpos con cada explosión, aunque a Harry comenzó a preocuparle más el aire que un derrumbamiento. Daphne y Theo no paraban de escarbar mientras que ella contaba pasos, para llegar directo al banco, eso gastaba aire de lo que le rodeaba. A su espalda el hueco se cerraba, cada vez mas lento, pues avanzaban conforme sus amigos lograran atravesar rocas solidas y tierra agolpada.

Entendió un poco de porque la ropa de los Mortifagos apestaba, eran calientes las telas y bajo tierra y creando calor, aquello se estaba convirtiendo en un horno. Harry ya sentía sudor bajar por su cuello y frente.

- ¿Cuándo queda Daphne? - pregunto Theo pasando la manga de la camisa por debajo de la máscara.

-30 pasos- dijo Daphne de mala gana -Deja de preguntar y ser tan llorica-

-El aire se hace pesado y esta hediendo aquí- Gruño Theo continuando con su labor.

-frigidus ventus- dijo Harry apuntando su varita al suelo, intentando poner lo mínimo de su magia, un pequeñísimo tornado de viento frio comenzó a surgir. -¿Esta mejor?-

- Pudiste hacer eso antes- se quejó Theo.

-Quiero dejar el menor rastro de magia posible- bufo Harry, sabiendo que Ragnok no se quedaría con las manos cruzadas una vez que todo terminara, buscaría como hacerlos culpable del robo al banco. Y debía evitar dejar muchas huellas mágicas, y también debía conservar sus reservas para la batalla real. -Además… si no controlo el hechizo… terminaríamos congelados por completo-desapareció el hechizo y continuaron caminando. El ambiente fresco no duro mucho, entre más continuaban, se volvía a calentar.

Harry calculo que se acercaban a los 5 minutos escarbando y tal vez más, o eso esperaba, ya que en aquel diminuto lugar el tiempo era algo que se distorsionaba.

-Bien, aquí es- dijo Daphne de repente, mientras que movía la muñeca con que sostenía la varita y miraba el techo - Ahora todo hacia arriba-

Harry paro y su hechizo también, dejando a los tres encerrados en una burbuja de tierra, con varias toneladas de piedra y tierra sobre su cabeza, un banco entero y con seguridad varios peligros más. Estaban apretujados en un lugar muy pequeño, aun se escuchaban explosiones ahora estaban sobre su cabeza asegurándoles estar sobre Gringotts, al mismo tiempo que le indicaba que todavía tenían un poco de tiempo para continuar con el plan.

Sabia por la magia a su alrededor, que los duendes habían encantado el suelo y los túneles para que no se entrara a ellos escarbando, cualquiera que lo intentara con seguridad recibiría una maldición muy fuerte. Pero había ciertas partes que no pudieron encantar por el uso frecuente que se le daba, una de ellas era la recepción del banco. Según los cálculos de los gemelos y de Ron, ahora mismo debían estar cerca de la entrada a los túneles. Solo tendrían que salir y entrar en ellos con rapidez, no debían ser vistos ni detectados.

-Bien, recuerden…-

-Bajo las capas siempre y no hacer nada de magia hasta estar muy profundo en los túneles- dijo Theo sacando una vieja y desgastada capa de viaje, la cual tenia incluso algunas manchas de sangre seca. De una vieja pesadilla de Harry.

-Además necesitamos también a un duende, solo para abrir la bóveda- dijo Daphne sacando la de él, que deslumbraba como si fuera nueva. – Con seguridad habrá uno resguardando la entrada, lo noquearemos y lo llevaremos como invitado-

-Secuestraremos, mejor dicho-

-No es un secuestro-

- ¿Rapto? -

- ¡Theo! -

- ¡Esclavismo!-

Alzo la varita Harry, y no queriendo escuchar mas a Theo, al mismo tiempo de perder tiempo, miro la roca sólida. Solo tendría una oportunidad y debía hacerlo bien. Theo desapareció bajo las capas de invisibilidad, luego el bajo la varita, al tiempo que subía su mano hacia el techo, luego otra vez y otra. Se sacudieron y como si se tratara de un viejo elevador, traqueteando y con fuerza comenzaron a ascender, haciendo que la tierra circulara de su cabeza a debajo de sus pies. De la nada la tierra abrió un circulo de luz, luego esta se abrió con forme pasaban ellos hasta que los tres estuvieron parados bajo las luces del banco.

No ayudaba el estar bajo tierra con luz, se deslumbraron y por un momento escucharon pasos y voces dando órdenes, pero no sabía en que parte del banco estaban con exactitud. Algo le indicaba que iban hacia lo que era una confrontación contra las tropas de duendes. Tiraron de su ropa, pero con seguridad era Daphne y Theo, que lo hacían con suavidad, y al girar la vista no vio a nadie diminuto arrojándose sobre de él.

Fue cuando se sorprendió, no estaban donde deberían estar realmente, no sabía que había sucedido, pero se habían desviado estaban justo a la mitad de lo que era el recibidor de Gringotts. Las tropas estaban encaramadas contra las puertas y ventanas intentando visualizar qué sucedía fuera o atacando. El resto se agolpaba en otro rincón mirando hacia afuera. El ruido que hacían entre sus pláticas, gruñidos y sonante dinero que caía de escritorios y bolsas de tela había disimulado su salida, pero no tardarían en darse cuenta.

Debían tomar una decisión rápida y no les quedaba nada de tiempo, pues en este momento alguien dijo - ¿Quiénes son ustedes? -

Harry volteo de golpe y se encontró un rostro familiar, un duende bajito con un traje pulcro, parecía demasiado diminuto a comparación de antes, incluso sus orejas, sus dedos, sus ojos y todo en él parecía haber encogido. Reconocía al mismo duende que le había llevado en su primer viaje hasta su bóveda, aquel duende llamado Griphook y con casi siete años de diferencia notaba lo mucho que había crecido.

-¡Intrusos!- murmuro con cara de enojo, por un momento, para alzar la mano y parecer a punto de gritar.

Una nueva y fuerte explosión sonó, silenciándolo lo suficiente para que desapareciera en el aire, con un movimiento que permitió a ver a Theo bajo la capa de invisibilidad. Casi al mismo tiempo que Daphne movía la suya y los cubría a ambos, aunque para el tuvo que encobarse de inmediato para que no le vieran los tobillos.

-Gracias- dijo Harry al mirar a todos lados buscando un indicio de que alguien los hubiera visto o escuchado, incluso a Theo y Griphook forcejeando.

- ¿Por qué nos desviamos tanto? Deberíamos estar en la entrada a las cámaras-Gruño Daphne muy bajo.

-Tus piernas-

- ¡Potter le diré a Hermione! -

-Me refiero a que los gemelos midieron los pasos con sus zancadas, incluso Ron solo calculo el espacio ya que los planos no tenían medidas. Tu zancada es mas corta, en cada paso que diste perdimos centímetros, debimos considerar eso- susurro Harry moviéndose por entre los escritorios, con Daphne a su lado y evitando hacer cualquier estruendoso ruido. Aunque las monedas y piedra preciosas bajo sus pies tintineaban a cada paso.

Harry miro atrás hacia las puertas donde ahora una tropa de duendes más encarados ya comenzaba a salir, Neville tal vez no podría darle más tiempo, y tomo una decisión. Avanzo lo más rápido de prisa entre los ostentosos muebles y dirigiéndose a donde recordaba las puertas que daban a la caverna e interminables pasillos labrados en la tierra. Esperaba que Theo les siguiera, porque no lo veía por ningún lado.

Cuando llegaron a la parte trasera las vio, las puertas doradas, el cerrojo perfectamente sellado y, en medio y costados, tres guardias duendes. Solo basto colocarse a un lado y lanzar tres demaius al mismo tiempo. Claro que a un duende le dieron dos, no contaba con que Theo también había lanzado uno al de la izquierda. Saco la mano bajo la capa y con un golpe de su varita hizo que las puertas se doblaran entre chirridos y con estruendoso golpe metálico, se cuartearon lanzando astillas metálicas y luego cayeron hacia adentro.

Avanzaron de inmediato por estrecho pasillo de piedra más allá, que estaba débilmente iluminado con antorchas, pero noto algo o mejor dicho alguien, Apatito estaba en medio del pasillo con las manos tras la espalda y una mirada seria. Por todos lados la tierra y el polvo se alzaron, por lo que ocultarse bajo las capas no les sirvió ya que se comenzó a delinear la forma de Theo a su izquierda y con seguridad la de ellos también.

-Siempre lo creí más sensato- dijo Apathio, mientras sus ojos pasaban de su figura cubierta por polvo a la otra – Atacar el banco de esta forma… -

Theo salió de tras de la capa de imprevisto, con Griphook bajo un brazo lanzo un hechizo a Apathio, el cual solo levanto la mano y una barrera lo protegió.

-No tenemos ya tiempo- gruño Daphne imitando a Theo, aunque Harry dudaba ya que al final Apathio era su amigo y gerente de cuenta.

Se lanzo a donde Apathio, el cual volvió a levantar sus defensas. Esta vez vio como se ilumino de verde todo el lugar y Daphne no ataco la protección, si no el suelo, enterrando el puño y antes de que reaccionara el duende alzo parte del piso desestabilizándolo.

- ¡SELLA LA ENTRADA! - grito Harry a Theo, también descubriéndose y haciendo que la capa se enrollara para guardarla en su gabardina. -¡No lo lastimes!-

Lo dijo a tiempo ya que Daphne había pasado alrededor de su barrera y estaba detrás tomando a Apathio por la espalda y este se sujetaba con fuerza a su brazo, mientras sus piernas cortas se agitaban en el aire.

Escucho la piedra detrás de su espalda moviéndose y sellando el lugar, al mismo tiempo que todo se oscureció más, dejando solo la débil luz de las antorchas proyectando sombras.

- ¡Los ladrones no son bienvenidos! - dijo Apathio con rapidez - ¡Aquellos que quieran algo de nuestras bóvedas deben saber que necesitan un duende para ello! –

- ¡Que suerte que tenemos dos! - gruño Theo cambiando su voz, casi parecía de verdad un Mortifago - ¡¿Dónde está la cama Lestrange?!-

-No puedo decir nada a ustedes, no en este momento- dijo Apathio con la voz calmada, bastante para ser alguien que estaba colgando en el aire y apresado por un Mortifago. - Hay demasiadas trampas para llegar hasta abajo y caerán antes de llegar – mas su voz no sonaba advertencia, si no a como si les diera instrucciones ocultas. Y más, cuando sus grandes ojos se posaban en el y no en Daphne o Theo.

- ¡No juegos con nosotros! - gruño Daphne apretando un poco el brazo.

- ¡No lo lastimes! Tal vez sea de utilidad o ayuda- dijo Harry tomando el brazo de Daphne y negó, intentando que le entendiera, mas con las mascaras y capuchas no sabía si entendía lo que decía.

-¿Qué hacemos? - pregunto Theo - ¿Nos vamos ahora, cuando aún podemos? -

-Estamos ya dentro, no hay que retroceder - dijo Daphne, mirando detrás hacia la puerta del vestíbulo principal, tras la cual quien podía saber lo que estaba ocurriendo.

-Correcto, yo llevare a este y tu al otro- dijo Theo mirando por todos lados – ¿Dónde están los carros? –

- No están- dijo Apathio con calma y una sonrisa, mas cuando ya estaba bajo el brazo de Daphne y esta lo sujetaba con más gentileza.

- ¡¿Griphook aún tiene autoridad en los carros?!- pregunto Harry mirando a su amigo, el duende solo chasqueo la lengua. Esperaba que significara que sí. -Okey, entonces… tendrá que ser el-

Harry apunto su varita hacia Griphook y dijo -¡Imperio!- dando una orden en su mente "Llévanos abajo". Pero el duende se quedo inerte y sin moverse.

Theo y Daphne se vieron, como si fuera una sorpresa lo que paso.

-Debes sentirlo- dijo Theo bajando al duende y dejándolo en el suelo -Debes desear hacerlo de verdad, tienes que salir de lo mas profundo de ti… eso he escuchado-

-Un mago de buen corazón jamás podría- murmuro Apathio y se lo quedo observando.

Lo pensó un momento, no había podido hechizar al duende, tal vez su parte buena no lo deseaba, pero por primera vez agradeció tener otra parte, una parte que no era tan buena. Se concentro y movió el cuello tronándoselo, mientras que buscaba en su interior, dejando que un poco de su control se perdiera, que aquel que residía dentro de el diera una chispa de su maldad a su cuerpo.

Fue un parpadeo en el que se vio a si mismo con los ojos rojos y una sonrisa siniestra. Luego murmuro - ¡Imperio! -

La cueva se quedó silenciosa y solo sus respiraciones se escucharon. Griphook se movió y se levanto del suelo, mientras que parecía tener la mirada en blanco, aunque este silbo y un pequeño carro apareció saliendo de la oscuridad, acercándose por los rieles hacia ellos.

Entonces lo escucharon, o mejor dicho lo dejaron de escuchar, ya no había explosiones y podía jurar que escuchaba acaloradas voces venir de atrás.

-Se nos acabo el tiempo, todos abordo- dijo Theo colocando a Griphook sobre el asiento del conductor. Al tiempo que Daphne y Apathio abordaban, dejando un espacio para Theo, el cual ocupo de inmediato.

Harry estaba seguro de que podía escuchar gritos detrás de ellos en el vestíbulo mientras se subía en la parte delantera junto a Griphook.

- ¡A TODA MARCHA! -

Con un tirón el carro se puso en marcha, ganando velocidad. Pasaron volando por los muros de roca en dirección a una grieta en la pared, una vez pasado vieron muchos caminos, el carro empezó a girar y dar vueltas por los pasillos laberinticos, yendo hacia abajo todo el tiempo. Harry no podía escuchar nada por sobre el traqueteo del carro sobre las vías. Su cabello volaba detrás de él mientras se desviaban entre estalactitas, volando aún más profundo en la tierra, pero evito echar un vistazo hacia atrás. Tal vez estaban dejando enormes huellas detrás de ellos, entre más pensaba en ello, más tonto le parecía haber entrado por debajo al banco. Aunque entrar de frente no era opción y necesitaría un batallón completo para lograrlo.

-¡Ahí están!- grito alguien a su espalda.

Fue como reflejo todos voltearon a ver, un carro les perseguía con media docena de duendes y detrás de ellos podía notar otros 3 carros. Los alcanzaba con rapidez.

- ¿No hay otra velocidad? - pregunto Theo asomándose sobre el hombro de Griphook que manejaba entre giros y pasillos como si supiera el camino de memoria.

-Una sola velocidad -contestó Griphook y Harry al mismo tiempo.

-Theo, toma mi lugar- indico Harry levantándose y teniendo que agacharse para evitar terminar siendo rebanado por estalactitas.

En un rápido movimiento Theo se encontraba sujetando la barandilla de enfrente, con los pies colgándole en los asientos de atrás y Harry parado en el asiento mirando a quienes lo perseguían.

-Los alcanzo en un momento- dijo Harry antes de escuchar un grito de sorpresa de Daphne y Theo, pues salto del carrito y antes de darse cuenta choca con el otro que les perseguía.

Estaba colgando de la parte delantera, sus pies eran jalados bajo el carrito por la velocidad que llevaban, la cara contra el acero y los duendes a pocos centímetros. Al principio solo lo miraron, luego alzaron las manos, pero Harry se deslizo bajo el carro, lo bueno que estaban avanzando por una cueva que no tenía fondo y los rieles estaban incrustados en los muros, por que miro el acero de las llantas chisporrotear por la velocidad, el acero de los dos carros rosar su mascara y casi arrebatársela, mientras que intentaba sujetarse de algo.

Al fin su mano sujeto la parte final del último carro, siendo arrastrado por el largo pasillo que pronto mostro una curva y Harry ya se veía quedando estampado en la roca. Activo su magia de Utgar con un destello rojo y de un tirón doblo el metal y logro subirse a tiempo para girar y solo sentir su hombro golpear contra el giro.

Dos cosas buenas, no habían notado que estaba hasta el final y tenia un perfecto control desde ese lugar para frenar los carros. Lo cual Harry hizo, paso sobre los duendes de la parte de atrás y piso la cara del de adelante, para arrebatarle la palanca de dirección al duende que conducía y arrancarla, literalmente, del carro. Otra curva y Harry solo paso sobre los duendes que sorprendidos intentaron hechizarlo, pero su carro viro a la izquierda y el salto de frente al siguiente carro.

- ¡Ataquen! - grito uno de ellos percatándose de su intruso.

Esta vez Harry tomo otra táctica, golpeo al duende en la nariz y con su fuerza pateo el suelo, creando que el acero se desprendiera y comenzara a lanzar muchas chispas en todas direcciones y al mismo tiempo golpeo la dirección. Aprovechando para pasar al carro de enfrente y notar que el carrito comenzaba a lanzar humo y traqueteaba, el carro descendió y los perdió de vista.

Aferrado a la barandilla de la parte trasera miro a los duendes, que concentrados en perseguir el carrito donde iban sus amigos, no se habían percatado de su presencia. Entonces los muros se ensancharon hasta volverse oscuros, el suelo y techo desaparecieron y lo único visible era la luz que proporcionaba las piedras de luz del carro y las antorchas puestas por todos los rieles.

Harry sintió como asedian durante un segundo, para luego comenzar a caer con velocidad, adelante grito Daphne y Theo, ambos de forma aguda, mientras él se sostenía con la punta de los dedos y los pies sin tocar nada. Debía de frenarlos o hacer que tomaran otro rumbo, pero no observaba nada. No hasta que chocaron con el carro de sus amigos, quienes soltaron chispas y se engancharon. Aprovecho el impulso de la caída para pasar entre los duendes, llegar entre los dos coches y mirar como al doblarse el acero se enancharon. Tiro de la conexión, pero los duendes ya lanzaban hechizos que esquivo y tuvo que aferrarse al carro para no caer.

-¡VUELTA!- grito Theo adelante -¡UNA MALDITA VUELTA CERRADA!-

Estaba seguro de que Theo no le estaba dando la información por nada, así que pateo el carro aferrándose con las manos al otro y este se despegó, un momento después levanto la mano y murmuro. – Otium-

El carro giro con brusquedad lanzándolo hacia un costado, y por un instante estuvieron sobre dos ruedas del carrito. Lo que le permitió ver como el otro carrito frenaba de repente justo a punto de salirse de las vías, ya que el hechizo servía objetos los duendes tuvieron tiempo para saltar y quedarse en la vía parados. Un segundo después el carrito flotaba libre en el aire, Harry cancelo el hechizo al volver el carro sobre sus cuatro ruedas y el otro callo a la nada, ni siquiera escucho un sonido de estrellarse. Pero si voces gritando que la pagarían y cada vez mas lejos.

- ¡Esta demente! - dijo Daphne al ayudarlo a regresar al asiento.

-Lo vi en una película- dijo Harry con una leve risa, mientras se tocaba la máscara, que tenía raspones que podían comprometerla.

-Esos muggles si que se inventan cosas locas- dijo Apathio anonadado desde su asiento.

Se rio un poco, aun dependiendo con forme giraban y torcían entre el laberinto del lugar. Cada vez mas frio y con agua ya corriendo por las paredes.

Estaban aún más profundo de lo que nunca Harry había penetrado en Gringotts; tomaron una curva volando y vieron frente a ellos, con segundos para evitarla, una cascada bañando los rieles.

Harry escucho a Apathio gritar - ¡No! - pero no frenaron. La atravesaron. El agua cubrió todo el cuerpo de Harry. No podía ver ni respirar. Entonces con una sacudida tremenda, el carro dio giro hacia abajo y todos salieron de la cascada, sin nada que los detuviera y las vías desaparecían a la distancia.

Se desplomaban con rapidez y se movían con tanta brusquedad que tenía que sostenerse de la barandilla para no salir volando, al mismo tiempo que bajaban aumentando a cada segundo la velocidad y en línea recta hacia el suelo. Su cabello ondeaba por el viento que golpeaba su rostro, estalagmitas que crecían torcidas daban el aspecto de estacas a punto de empalarlos, un solo movimiento en falso y podrían terminar heridos. Caían en picada directo a lo más profundo, a la misma oscuridad de aquella caverna laberíntica. Sentía las magias de los duendes muy detrás de ellos, sin embargo, no giro la mirada, intentaba observar el suelo y donde podrían aterrizar.

Entre más se concentraba en ello, más los gritos y el desgarrador viento incrementaba, en una aceleración constante e incluso propulsándose por la misma magia que contenía el carrito. Era muy profundo, había pasado un minuto o dos, eso creía, ya no estaban cientos de bajo tierra, estaban miles de metros, porque el frio y presión también incrementaba, la humedad y el lugar se ensanchaba al punto que las paredes pasaron a ser oscuridad también.

Durante un minuto intenso de silencio e inquietante quietud parecieron flotar en una oscuridad absoluta, aunque el viento ascendente les indicaba que ellos eran los que descendían. De la nada y sin aviso apareció ante ellos la sólida roca, ni tuvo tiempo a reaccionar el golpe fue violento y estridente, apenas logrando sujetar a Apathio y Griphook los hombros, tirando con ellos mientras volaban lo más rápido posible.

- ¡Aresto Momentum! - gritaron dos voces a su izquierda y delante esperando tener el tiempo para impedir el golpe. Él tenía ambas manos ocupadas y ocupo toda su fuerza de vuelo para terminar cayendo.

Sus piernas se doblaron y una rodilla termino en el suelo, pero logro sostenerse sin terminar cayendo por completo. Al mismo tiempo el carrito en que viajaban se aplasto y despedazado contra estalagmitas del tamaño de una persona, los metales volaron en todas direcciones e incluso parte de la piedra solida salto hacia ellos. A su lado estaban ambos encapuchados, flotando apenas a centímetros del suelo, se desequilibraron y con un "paff" seco golpearon el suelo. Por su parte su rodilla recibió parte del daño, más al llevar peso extra, pero aun así se encontraba bien y los dos quejidos de ambos a sus costados le indico que estaban bien, aunque tal vez molestos.

Tan violento como fue la caída, tan pronto se quedó tranquilo el lugar, oscuro, silencioso, húmedo y con una sensación que le recorría la columna.

Un momento tardo, solo un segundo en erguirse del todo, tomando el aire casi congelado y pesado de su alrededor, oliendo a putrefacción o tal vez moho del ambiente. En aquel hueco de tierra, no se veía nada, incluso no distinguía sus gafas y menos su nariz.

-Matar- musito una voz en la oscuridad - Matar-

Los vellos de la nuca de Harry se le erizaron, un sentimiento le dijo que algo grande le observaba y acechaba justo donde miraba solo oscuridad. Aquella voz era gutural y muy baja, retumbo en cada grieta y recoveco creando un efecto que helo su sangre. Un par de ojos se abrieron de golpe, grandes, blancos y sin sentimientos alguno, mientras una llama surgía mostrando un hocico lleno de dientes amarillentos, babas y aquel olor pútrido que llenaba el lugar incremento 100 veces.

- ¡LOS MATARE! - rugió con toda su fuerza, lanzando fuego de su hocico.

Levanto la varita a tiempo, creando una protección para los cinco, el fuego paso a su lado y sin hacerle nada, pero el agua que llevaban consigo y todo a su alrededor se puso caliente. Pronto grande columnas de vapor subían, al tiempo que el suelo estaba en llamas, dando luz suficiente para verlo.

Un gigantesco dragón estaba atado a la tierra frente a ellos, bloqueando el acceso a cuatro o cinco de las bóvedas más profundas del lugar. Las escamas de la bestia se habían vuelto blancas y quebradizas durante su largo encarcelamiento bajo tierra, ambas piernas traseras tenían pesadas esposas de donde salían cadenas que estaban soldadas a enormes clavijas enterradas profundamente en el suelo rocoso. Sus enormes alas en pico estaban plegadas cerca de su cuerpo, de haberlas extendido habrían llenado el lugar. El dragón espero, moviendo su cabeza, como si no pudiera verlos y giro la cabeza intentando escucharlos.

- ¡Necesitamos los Clakers!- dijo Apathio señalando unas cosas sobre un pasillo adyacente. -Es parcialmente ciego, -jadeo - es incluso más salvaje por eso. No obstante, tenemos lo medios para controlarlo. Ha aprendido que esperar cuando los Clakers suenan ¡Atráelos! -

El dragón volvió a rugir y su boca se lleno de fuego, esta vez alzándose sobre sus patas. Theo no espero, al igual que Daphne que atrajeron los Clakers con las varitas, pero Harry no dejaría que pasara.

- ¡NOOOO! - Rugió Harry levantando la varita y su mano, lanzando un hechizo silenciador alrededor de ellos y del otro lado un escudo.

Las llamas golpearon con fuerza, al mismo tiempo que agitaban los Clakers que eran metales que chocaban entre ellos, pero bajo su hechizo no se escuchaba nada.

-El dragón continuará atacando, mientras no escuche el sonido, no podrá sentir dolor y…-

Harry miro el fuego acumularse delante, como cada vez más su protección se ponía negra y el dragón estaba mas cerca. -¡NO, NO, NO, NO!-grito mientras intentaba parar a ambos, pero ninguno de los dos lados cedía. No tenían tiempo para tonterías, entre más dejaran pasar el tiempo los duendes los alcanzarían y si los atrapaban, Ragnok no seria gentil.

Junto toda su fuerza que tenía, un calor surgió de su pecho como la primera vez y cuando abrió la boca un calor intenso surgió de su cuerpo -¡DETENGANSE!-rugió con todas sus fuerzas, sonó en cada lugar de la caverna, aunque parecía mas el de una bestia escondida en el fondo de un abismo.

El dragón detuvo su ataque y movió su cabeza desconcertado, agitando las alas y observo con aquellos ojos blanquecinos a Harry. Bajo la barrera, el dragón bufo y dio dos pasos hasta estar a un metro de cerca. Daphne tenia los ojos muy abiertos y parecía querer continuando, agitando el Clarke; Theo estaba de pie con la varita levantada y una cara de pánico nunca antes visto.

Espero al dragón mientras se acercaba más y más hasta que estaba olfateando el rostro de Harry, atrajo aire y se escuchó una voz nuevamente, muy gruesa y con cierto toque de incredulidad.

- ¿Hablas conmigo? -rugió.

-Por supuesto-dijo Harry quedamente, ya que no quería volver a causar aquel efecto en la caverna. -Lamento llegar de esa forma y que mis compañeros se alteraran, espero nos perdone-

- ¿Por qué lo haría? ¡Has atacado y debo destruirte, antes de que me dañes! -dijo el dragón gruñendo.

- ¡Yo no intento hacerle daño y no permitiré que lo dañen! -dijo Harry muy tranquilo, mirando a Theo y moviendo la mano para que bajara la varita. -¡Como vera soy partidario de los dragones, estoy de su lado!-

Volvió a bufar y su cola golpeo una de las bóvedas que cuidaba. - Mejor dicho, quieres lo que resguardo, quieres esto- parecía muy molesto.

-Si, necesito algo de esa bóveda. Es un único objeto, lo demás no me importa -Dijo Harry tratando de hacer entrar en razón al dragón. -No quiero dañarte, no quiero que te sigan ocupando así. -

Espero un poco y volvió a olfatearlo. -Admito que eres diferente -dijo indignado y sacudiéndose al soltar un poco de aire – Pero esto no te pertenece, no le pertenece a ninguno de ustedes-

-Escucha atentamente e incinérame si miento, pero jamás haría esto, si no fuera necesario. Solo es un objeto, eso me ayudara a liberar a muchos, a tantos que sufren y que están igual de atados que tu- dijo Harry estirando la mano y acercándose a su hocico -Solo quiero ese objeto para poder liberar al mundo de la maldad. - acaricio sus escamas, que, a pesar de estar sin luz solar, eran duras y calientes - Toma tu decisión -

El dragón se movió, haciendo sonar las enormes cadenas que lo apresaban, luego acaricio su hocico contra su mano y dijo – Hueles a Pendragon ¿Eres su heredero? -dijo el dragón.

-Mi nombre es Harry Potter- dijo mientras acariciaba con las dos manos su hocico y le sonriera. El dragón lamio con su áspera y caliente lengua sobre su traje, que por un momento se incendió, pero Harry se apresuró a apagar las llamas. Agradeciendo que había logrado una conexión con aquel dragón.

-Entonces… eres nuestro Rey- dijo el dragón, mientras movía la cola de un lado a otro con felicidad.

Entonces recordó que los dragones pasaban su memoria olfativa de padres a hijos, así reconocían lugares, cosas incluso personas. Según Rea, Pendragon olía a bosques y carbón, puede que su olor cambiara luego de pasar dos años en los bosques del archipiélago arcano y luego se añadiera el pasar mucho tiempo en la forja, dejando un rastro a quemazón.

-Si, yo soy tu rey- dijo Harry separándose- Y necesito que me dejes pasar-

-Por supuesto, mi señor-dijo mientras lo olfateaba de nuevo y sus ojos blancos parecían verlo fijamente. -Estoy a sus órdenes mi señor-rugió mientras inclinaban su cabeza hasta tocar el suelo.

Harry volteo a ver a los cuatro. Daphne y Theo parecían más tranquilos, al contrario de Apathio que tenia la boca abierta. Luego se toco la garganta y carraspeo.

-Tenemos que apurarnos, nos encontraran pronto- dijo con su voz normal. -El esta de nuestro lado-

-¿Cómo controlaste… sabes que olvídalo, no quiero saber- gruño Apathio.

Avanzaron hacia el dragón, quien les seguía con los oídos, ya que su vista no era muy buena, lo rodearon. El dragón soltó otro ronco rugido, después intento girarse, pero las cadenas se lo impedían, le lastimaban y lo dejaban siempre viendo hacia una dirección. Harry podía verlo temblar, y mientras se acercaban más, pudo ver las cicatrices hechas por salvajes tajos a través de su cara y cuerpo, dedujo que había aprendido a temer a las espadas calientes cuando escuchaba el sonido de los Clakers.

Su coraje subió, Ragnok debía aprender una lección, una que el le enseñaría una vez que todo terminara.

- ¿Qué fue lo que nos derribó? - pregunto Theo evitando hablar sobre el dragón, para ese punto parecía que se estaban acostumbrando a que pudiera dialogar con criaturas escupe fuego y con escamas tan fuertes como acero.

-Hechizo Cu... cu… -farfulló Daphne - Ah donde esta Hermione cuando la necesitas-

-Hechizo Cushioning- dijo Apathio tirando de Griphook, quien seguía aturdido y parecía no reaccionar para nada - ¡La Caída del Ladrón! -continuo - ¡Se lleva todos los encantamientos, todos los ocultamientos mágicos! -

Harry miro a Theo revisando para ver si aún tenía la capa de invisibilidad y noto que al sacarla esta estaba empapada, la viro y coloco sobre si, pero esta no oculto nada.

-Perfecto, es perfecto- gruño.

Rápidamente metió la mano bajo la ropa y para asegurarse que no había perdido la capa de invisibilidad. La noto en el mismo sitio, y la saco viendo la tela aun resplandeciendo y hizo lo mismo que Theo, colocándosela sobre los hombros, de inmediato pudo ver tras de sí.

-Por lo menos esa no perdió poder- dijo Daphne agachándose para pasar las cadenas que sostenían al dragón y encarar las bóvedas.

-¡Creo que puedo escuchar a los duendes acercándose!- gruño el dragón a su espalda -Mi rey, lo que tenga que hacer, hágalo rápido-

- ¿Cómo vamos a salir de aquí? -pregunto Theo mientras se apresuraba por arriba de la cadena, jadeando por el esfuerzo. -Ya no tenemos carro, y no creo que nos den uno si se los pedimos con amabilidad-

-Eeeeeh-murmuro Harry -Estoy pensando, tiene que ser una idea buena, muy buena… -

- ¡No una idea suicida! - dijeron los dos a su espalda.

La bóveda estaba incrustada en la piedra sólida, solo dos puertas de acero duende eran visibles y se notaba un numero en resplandecientes letras doradas: "Nivel JK-45" y un numero bajo de ella "23".

-Saben que hay que hacer -le dijo Apathio a Harry, Daphne y Theo -Griphook debe poner su palma contra la puerta de la bóveda. -

-¡Hazlo que presione la mano contra la puerta! - urgió Theo a Harry, quien era el que lo llevaba cargando.

-Algunas veces… quiero darte una paliza- gruño por lo bajo Harry mientras levantaba el brazo de Griphook y presionando la palma contra la puerta de la bóveda desapareció para revelar la abertura que daba a una cueva abarrotada del piso al techo con monedas de oro y copas, armaduras de plata, pieles de extrañas criaturas, algunas con largas espinas dorsales, otras con alas plegadas, pociones en frascos enjoyados, y una calavera que aun llevaba una corona.

-¡Busquen rápido! -dijo Theo cuando entraron corriendo en la bóveda.

-¡No!- dijo Harry adentrándose a la bóveda también. -No toquen nada-

-Tiene razón, no deben tocar…-

No obstante, apenas tuvieron tiempo de echar un vistazo alrededor, antes de que escucharan un ruido amortiguado detrás de ellos. La puerta reapareció, sellándolos dentro de la bóveda, y se sumieron en la oscuridad total.

- ¡No importa, Griphook será capaz de liberarnos! -dijo Apathio cuando Theo dio un grito de frustración. - Iluminen con sus varitas, ¿Pueden? ¡Y aprisa, tenemos poco tiempo! -

- ¿Cuándo te uniste a la búsqueda? - pregunto Daphne levantando la varita - ¡Lumus! -

Harry giro su varita iluminada alrededor de la bóveda. Su luz cayó sobre las gemas que brillaban, vio una espada reluciendo en joyas descansado en un estante alto entre un revoltijo de cadenas. Theo y Daphne habían iluminado sus varitas también, y estaban ahora revisando las pilas de objetos que los rodeaban.

- ¿Podría ser es…? ¡Ayyyy!- gritó de dolor Daphne, y Harry volvió su varita hacia ella a tiempo para ver una copa enjoyada que caía de su mano. Pero al caer, se separó, convirtiéndose en una lluvia de copas, de modo que un segundo después, con un gran estruendo, el piso estaba cubierto de copas idénticas rodando en todas direcciones, siendo imposible distinguir la original de todas las demás.

-Maldita sea, me quemo -gimió Hermione, chupándose los ampollados dedos.

- ¡Le pusieron maldiciones Germino y Flagrante! -dijo Apathio - ¡Todo lo que toque arderá y se multiplicara, pero las copias no valen nada y si continúan tocando el tesoro eventualmente el peso del oro multiplicado nos aplastara hasta la muerte! –

- ¡¿Cuándo dije no toquen nada!? A que pensaron que me refería, a toquetear todo – gruño Harry desesperadamente, pero mientras lo decía Theo pateo accidentalmente una de las copas caídas con el pie, y veinte copas más explotaron en el lugar mientras saltaba, parte de su zapato empezó a arder al tocar el metal caliente.

- ¡QUÉDENSE QUIETOS, NO SE MUEVAN! - grito Apathio fastidiado.

- ¡Escuchen, no hagan ni un movimiento! - dijo Harry estirando la mano intentando sentir el Horrocruxes, igual que con los demás. Era imposible no chocar con algo; Harry envió una gran cascada de Galeones falsos sobre un costado donde se unieron con las copas, y ahora apenas había sitio para poner los pies y el brillante oro ardió caliente, por lo que la bóveda se sentía como un horno. Mas para sus amigos que ya sudaban y sus túnicas comenzaban a lucir empapadas.

Algo le comenzó a tirar, un palpitar, como si un corazón se encontrara escondido dentro de aquella pila de oro. No sabía exactamente como, pero su mano se acercó lentamente hasta que a vio, una diminuta copa de oro, con incrustaciones de joyas amarillas, el símbolo de Hufflepuff plasmado en su centro y el tejón brillaba más que otra cosa. Un escalofrió le recorrido la espalda, su cuello se tensó, su cicatriz comenzó a arder y sintió como la parte del alma de Voldemort se removía con fuerza en su interior.

Y aun no lo tocaba.

-¡Ahí está, ahí arriba!-

-¿Seguro?- pregunto Theo mirando la copa -Parece muy pequeña para…-

-Créeme, es esa- dijo Harry buscando algún lugar donde pararse para poder alcanzarla. -Me está llamando-

Apuntaron sus varitas hacia ahí también, por lo que la pequeña copa dorada brilló bajo la luz de tres reflectores.

{Esa es copa de Helga} gruño la voz de maestra en su interior.

{Ahora no} dijo Harry intentando pensar como alcanzarla.

- ¿Y cómo demonios vamos a llegar hasta allá arriba sin tocar nada? -pregunto Theo.

Alzo la varita y pico un espejo con marco dorado, el cual no se multiplico.

-Puedo tocarla con la varita- dijo Harry sonriendo -Solo necesito alcanzarla…-

-Vuela- dijo Theo chasqueando los dedos. -Puedes flotar y alcanzarla-

- ¿Puedes volar? -pregunto Apathio sorprendido por su expresión.

No contesto, se alzó en el aire cuidando no patear nada, Harry dio con el codo a una armadura y las réplicas explotaron como si fueran cuerpos calientes, llenando el espacio reducido. Antes de que se llenara el espacio, Harry alcanzo la manija de la copa de Hufflepuff, enganchándola con la varita y la dejo en la punta. Un grito le hizo retroceder y girar por completo, mirando como Theo había tomado a Daphne y puesto sobre sus hombros, al momento en que ella misma sostenía a Apathio y Griphook de cada brazo. La pila de oro ya le llegaba a la cintura a Theo y los objetos continuaban multiplicándose.

No le quedo de otra, Harry lanzo la copa a su otra mano, sosteniéndola con fuerza, al momento en que floto directo a ellos. La copa estallo en miles de copas doradas que se regaban conforme se creaban en su mano. Su vista se nublo en negro, su cuerpo dolió y jadeo con fuerza, sintiendo como su mente viajaba a otro lado por un momento, como su barrera mental se agrietaba y como el alma de Voldemort comenzaba a tomar su cuerpo.

{Concéntrate} se dijo a sí mismo, creando más barreras mentales, tantas como podía, y entre mas callera una, activaba otra para reforzar. Metió la mano bajo el atuendo, metió la copa entre la capa y después la sello en su chaqueta.

En cuanto todo se volvió claro, miro que de su puño salía una lluvia de copas que ya llenaba la cueva. Mas no le prestó atención, llego a la puerta y utilizando la mano de Griphook para salir.

Una ola de artefactos preciosos, galeones y copas los sacaron de la bóveda, entre gritos y gemidos de dolor, mientras que se deslizaban hacia afuera.

Harry noto a Theo apenas consciente del dolor de las quemaduras que cubrían su cuerpo y todavía envuelto por el creciente tesoro suplicante. Harry empujo la copa dentro de su bolsa para la pierna y se estiro para recuperar a Theo y Daphne, a tiempo para tirar de ellos y evitar que una centena de armaduras los dejara enterrados en plata y oro.

Miro a su alrededor buscando a Apathio, pero encontró a Griphook corriendo entre gritos y gemidos de dolor. Apathio estaba dos metros más lejos, mirándolos y una sonrisa surgió en su boca. Siguió a Griphook esta vez gritando y moviendo las manos- ¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Ayuda! ¡Ladrones! -

-Maldito- gimió Theo intentando levantarse por sí solo, pero Harry le paso el hombro para sostenerlo, Daphne se encontraba con llagas por el rostro, pero igual lo ayudo.

-Él nos ayudó, pero ahora que la tenemos… ni puede fingir más- susurro Harry bajo para que solo ellos escucharan.

Vieron a Griphook y Apathio desaparecer en una oscuridad, solo para un segundo después ver aparecer una muchedumbre de duendes, que avanzaba hacia ellos, sosteniendo Clakers.

-¡Demaius! -grito, junto con Daphne, ya que Theo apenas se mantenía en pie. Rayos de luz roja volaron hacia la multitud de gnomos, y algunos fueron derrumbados, pero otros avanzaron, y Harry vio a varios guardias magos corriendo, doblando la esquina.

El dragón amarrado soltó un rugido, y un chorro de fuego cayó sobre los gnomos. Los magos huyeron, dando la vuelta, de regreso por donde habían venido-

- ¡Los entretendré lo más posible! ¡Huya mi rey! –

Harry miro a Daphne y apunto a la cadena -Creo que encontré la forma de salir- movió la varita y grito -¡RELASHIO!-

Las esposas se abrieron con una sonora explosión.

- ¡¿Qué haces?!-

-Una locura- gimió Theo en cuanto Harry movió su cuerpo para apuntar a la esposa faltante y soltar al dragón.

-¡NOS VAMOS, TODOS NOS VAMOS! -gritó Harry, aun disparando hechizos aturdidores hacia los gnomos que avanzaban, con Daphne apoyándole y con Theo a cuestas corrió hacia el ciego dragón.

- ¿Qué está haciendo mi rey? – rugió el dragón al notar que Harry se apoyaba en sus escamas para trepar.

-Te liberare- rugió Harry mirando a los elfos que intentaban llegar a los Clakers quemados y abollados del piso.

El pie de Harry encontró el dedo de su pata trasera y se impulsó sobre su lomo. Las escamas eran duras como el acero, pero no pareció sentirlo. Estiro un brazo, sujeto a Theo y tiro hasta dejarlo delante de sí; Daphne trepo detrás de ellos, y un segundo después el dragón extendió las alas y comenzó a andar.

Con un rugido se alzó, Harry se sujetó a las escamas tan fuerte como pudo, mientras desplegaba las alas, derribando a los histéricos gnomos a un lado como pinos de bolos, y se elevó en el aire. Se pegaron a su lomo, rozando el techo mientras se zambullía por la abertura del pasillo, entonces los gnomos acechantes lanzaron hechizos que rebotaron contra sus flancos. Movió la varita creando una soga que cruzara el cuerpo del dragón y les sirvieran para sujetarse, sobre todo a Theo que tenia la cabeza contra la piel dura y gemía de dolor.

- ¡Nunca podremos salir, es demasiado grande! -grito Daphne.

- ¡Sujétese mi rey, esto podrá ser algo brusco! - dijo el dragón, abrió la boca y arrojo fuego de nuevo, haciendo estallar el túnel, cuyos pisos y techos se agrietaron y destrozaron. Con fuerza pura, el dragón rasgo y lucho por abrirse camino. Desde su puesto, Harry no se quedó atrás, lanzando hechizos explosivos e intentando abrir un camino junto con el dragón. A su espalda Daphne tenía los ojos cerrados firmemente contra el calor y el polvo, lo cual no era problema para Harry por sus lentes y su tolerancia al fuego. Lo que le afectaba era el ruido por el desplome de las rocas y los rugidos del dragón.

-Defodio- grito Daphne imitándolo, resquebrajando el techo con más hechizos demoledores. Salieron del lago subterráneo, y la gran bestia se arrastró, gruño y pareció detectar la sensación de libertad y el espacio abierto delante de él, y detrás de ellos quedaba el pasillo lleno con los escombros que hacía el dragón, con su cola en forma de espiga, dejando grandes montones de roca, gigantescas estalactitas fracturadas y el estruendo de los gnomos parecía estar apagándose, mientras que adelante, el fuego del dragón continuaba abriéndose paso.

Y finalmente, con la fuerza combinada de sus hechizos y la fuerza bruta del dragón, se abrieron paso fuera del pasillo hacia el vestíbulo de mármol. Gnomos y magos chillaron y corrieron a buscar cobijo, y por fin el dragón tuvo espacio para extender sus alas por completo. Dando la vuelta su cabeza con cuernos hacia el aire fresco del exterior que podía oler más allá de la puerta, avanzo, y con ellos aun aferrados a su lomo, forzó su paso a través de las puertas de metal, dejándolas, colgando de sus bisagras, se tambaleo hacia el callejón Diagon. Espero un momento olisqueando el aire de afuera, que era mucho mejor que lo pútrido de adentro, rugió con fuerza lanzando una llamarada.

- ¡ERES LIBRE, LEFKO! - grito Harry y de un potente movimiento de sus alas se lanzó hacia el cielo.

Se canso de pensar en el dragón sin darle nombre, por lo que le dio uno, esperaba no se enojara, peor parecía no importarle como le nombro. Solo se elevaba y no podía ver a donde iba, y Harry sabía que si daba vuelta bruscamente o lo hacía dar de golpe un giro en el aire ellos encontrarían sus estómagos luego de un tiempo.

Sin embargo, como ellos subieron más y más alto, Londres se desplegó debajo de ellos como un mapa gris y verde, el sentimiento aplastante de Harry era de haber realizado su fuga, aunque esta fue muy llamativa.

Las escamas metálicas, y la brisa fresca aliviaba su piel quemada y con ampollas, las alas del dragón golpeaban el aire como las velas de un molino de viento.

Theo siguió aferrado al cuello del dragón, y Daphne pareció sollozar. Echaba un vistazo alrededor constantemente, buscando un lugar donde descender y poder dejar a Lefko en un lugar seguro.

Mas su mente se preguntaba varias cosas: ¿Cuánto tiempo pasaría antes de que Voldemort se diera cuenta de que ellos habían entrado a la bóveda de Lestrange? ¿Cuándo notificarían los duendes de Gringotts a Bellatrix y Ragnok? ¿Qué tan rápido se darían cuenta de que ellos habían estado allí? Y luego, cuándo ellos descubrieran que la copa de oro no estaba, Voldemort sabría, por fin, que ellos buscaban los Horrocruxes.

El dragón pareció ansiar el frío y el aire más fresco. Éste subía regularmente cada vez más, hasta que ellos volaban por los mechones de una nube fría, y Harry apenas podía distinguir los pequeños puntos coloreados que eran coches que circulaban dentro y fuera de la ciudad. Volaron sin cesar, sobre los campos pincelados de parches verde y marrón, sobre caminos y curvas de ríos por el paisaje de trasgos mates y brillantes

- ¿Qué está buscando? - pregunto Theo, más recompuesto y alzándose.

Harry se deslizo por un costado sujetando la soja, para pasar a Theo y luego de un cuerno de Lefko, el cual no lo miraba, pero sentía, se acercó a su oído y dijo- Busca un lugar para aterrizar, donde no haya persona alguna-

-Claro mi rey-dijo Lefko comenzando a descender.

Harry miró abajo y vio montañas de un profundo verde y lagos, colores cobrizos en el cielo por la puesta del sol. El paisaje pareció agrandarse y más detallado, torció sobre el lado del dragón, y se preguntó si esto se debía a la presencia de agua dulce por los destellos de luz del sol reflejada. Lefko voló, pero cada vez bajaba más en grandes círculos en espiral, y se posó sobre uno de los más pequeños lagos.

-¡Saltemos! - se deslizó sobre el lado del dragón y cayó sobre sus pies primero hacia la superficie del lago; la profundidad era mayor que lo que había creído y golpeó el agua con fuerza, sumergiéndose como una piedra y se congeló, estaba todo verde, lleno de caña.

Al salir a flote pudo ver enormes ondulaciones emanar en círculos de los sitios donde Theo y Daphne se habían caído. Lefko buscaba un lugar donde aterrizar, pero al no ver, tendía a meter las garras en el agua y volver a elevarse buscando sitio firme. Cuando surgieron sus amigos, balbuceando y jadeando, de las profundidades del lago, los tomo de la cintura y propulsándose por agua fue a la orilla distante.

Una vez sobre la resbaladiza hierva, los soltó y de alguna forma el dragón los siguió, voló sobre ellos, sus alas que golpeaban con fuerza, y aterrizó por fin a un costado. Los tres se encontraron acostados descansando de su pequeña aventura, Harry felizmente podía haberse acostado y dormir.

Mas se sentó y por primera vez que él los había visto correctamente desde el escape de la bóveda. Tenían tantas quemaduras rojas por todas partes de sus caras y brazos, y su ropa estaba chamuscada en múltiples sitios. Se quito las cosas de Mortifagos y atrajo una botella de díctamo.

-¡Vengan, esto ayudara!- dijo Harry aplicando sobre sus manos y brazos la esencia de díctamo. Luego Harry y Theo se quitaron las camisas para bañarse toda la parte superior de su cuerpo. Daphne se retiró al otro lado de Lefko para hacer lo mismo. Luego sacó tres botellas de cerveza de mantequilla que había traído, cortesía de Dobby, les paso sus trajes limpios y secos para ellos. Se cambiaron y luego tomaron un de las botellas.

-Bien lo tenemos, conseguimos el Horrocruxes - dijo Theo finalmente, que se miraba la piel sobre sus manos que crecía de nuevo - ¿Ahora? -

Saco de su chaqueta empapada la capa, con la copa envuelta y la guardo en la pernera. Miro el lago destelleando en el sol, y miro el sol comenzado a ocultarse con colores naranjas y rojos, mientras bebían a tragos sus botellas. Al igual Lefko bebía del lago con lentitud, sin prisa y sin que nada pareciera molestarlo en ese momento.

- Bien no sé cómo decir esto - dijo Theo - pero creo que de ladrones nos moriríamos de hambre-

Los tres comenzaron a reírse, y una vez comenzado, era difícil parar. A Harry le dolieron las costillas, sintió que estaba mal de la cabeza por el hambre, pero se puso atrás sobre la hierba bajo el cielo que enrojecía y se puso serio.

-Es hora de que lo sepa- dijo Harry recostándose, mirando el cielo pintarse de morado y rojo. -No dejen que me pierda, ya que el sabrá… al fin sabrá que tenemos los Horrocruxes. -

Cerro los ojos suspirando y dejo que sus barreras mentales fueran derribadas, como si le golpearan la cabeza con un tubo de acero incandescente.

Estaba de pie en un espacio débilmente alumbrado y un semicírculo de magos lo rodeaban, en el suelo, en sus pies estaba Yaxley sangrando de la nariz, gimoteando y con una cortada en su mejilla. Otros cuerpos estaban a su alrededor, todos ellos con cadenas en sus cuellos y parecía momificados, sus pieles curtidas y secas, sus ojos vidriosos y sus rostros con una expresión aterradora.

- ¿Qué has dicho? - Su voz era alta y fría, la furia y el miedo quemaban dentro de él. Lo que más había temido, pero no podía ser verdad, no veía como. Yaxley temblaba sin control- ¡Dilo otra vez! - murmuró Voldemort. - ¡Dilo otra vez! -

-Mi… mi Lord - tartamudeó, sus ojos se elevaron mostrando golpes que se mostraban morados por su cara y el amplio terror que tenía- Lord... tomaron… tomaron de la... de la cámara de Lestrange...

-¡DIME! ¿QUÉ FUE LO QUE SE LLEVARON? -

-… una pequeña copa de oro, mi lord -

Voldemort giro arrastrando cadenas, cadenas espectrales con magia verde recorriéndola con lentitud hacia su cuerpo, mientras que parecía a punto de gritar de rabia, de negación lo dejó como si le hubiesen pegado. Estaba enloquecido, frenético, no podía ser verdad, era imposible, nadie lo sabía. ¿Cómo era posible que pudieran haber descubierto su secreto?

Alzo la varita y lanzo por el aire una luz verde estalló por el espacio: Yaxley cayó muerto a sus pies; los magos que miraban se dispersaron, aterrorizados.

Dos encapuchados echaron a correr, pero de la nada luces verdes surgieron y cadenas los aprisionaron, les envolvieron en cuello mientras gritaban de terror. De la sombra salieron Nott y Greengrass se miraban con sonrisas torcidas y maniáticas mientras controlaban las cadenas, que le hicieron arrodillarse frente a Voldemort. Bellatrix y Lucius Malfoy lanzaron a otros hechizos, y en un instante se sacudieron y sus venas lucieron verdes, estas se unieron a las cadenas y comenzaron a dejar fluir aquella sustancia hacia Voldemort. Camino entre los muertos, caminó de arriba y abajo, pasaron antes de él en la visión: sus tesoros, sus salvaguardas, sus anclas a la inmortalidad, el diario fue destruido y la copa fue robada.

Lo que no estaba seguro es sí sabía de los demás Horrocruxes. ¿Tendrían alguno más? ¿Estaba Dumbledore en la raíz de esto? Dumbledore, que siempre había sospechado de él; Dumbledore, debía haberlo matado el mismo.

Dumbledore, de quién tenía la varita sauco, aún que mato a su arma, al chico, le dio una muerte tras del velo el muchacho, el muchacho ya no era problema. Pero seguramente si el muchacho había destruido cualquiera de su Horrocruxes, él, Lord Voldemort, lo sabría, ¿habría sentido? Él, el mayor mago de todos; él, el más poderoso; él, el asesino de Potter y de cuantos otros hombres sin valor, anónimos. ¿Cómo podía Lord Voldemort no haberlo sabido, si él, él mismo, el más importante y precioso, había sido atacado, mutilado?

Cierto, él había sentido cuando el diario había sido destruido, pero apenas fue un leve dolor, había pensado que era porque él no tenía ningún cuerpo, era menos que un fantasma. No, seguramente, el resto estaban a salvo... los demás Horrocruxes debían estar intactos. No había dolido nada. Pero debe asegurarse, debe estar seguro. Repasó el espacio, dando patadas al cadáver del Yaxley cuando pasó, y los cuadros velados y empezó a memorizar: el lago, la choza, y Hogwarts. Un mínimo de tranquilidad había refrescado su rabia ahora. El anillo, seguramente, estaba a salvo. ¿Y cómo podía el muchacho, o alguien más, saber de la cueva o penetrar su protección? La idea del medallón siendo robado era absurda.

Igual que el de la escuela: Solamente él conocía todos los secretos de Hogwarts en dónde había guardado el Horrocruxes, porque él y solo él tenía el conocimiento de los secretos más profundos de aquel lugar. Y estaba todavía Nagini, quién no estaba cerca ahora, fue enviada para su protección. Pero estaba seguro, para estar completamente seguro, debía volver a cada uno de sus escondrijos, debía redoblar la protección alrededor de cada uno de sus Horrocruxes.

¿Cuál debería visitar primero, cuál corría mayor parte del peligro?

Una vieja inquietud parpadeada dentro de él. Dumbledore … Hogwarts ... Él visitaría primero la escuela, entonces, necesitaría tomarla a la fuerza.

Necesitaba a Nagini con él. Él no se separaría de la serpiente más... y cruzó de un bandazo el espacio del pasillo, y caminó hacia fuera del jardín oscuro donde la fuente jugaba; llamó a la serpiente en Parsel y ésta se deslizó hacia fuera para unirse a él como una sombra larga. Toco con su varita su marca tenebrosa y este brillo de verde.

- ¿Está llamando a todos señor? - pregunto Bellatrix emocionada. - ¡Entraremos a batalla! -

- ¡TOMAREMOS HOGWARTS AHORA! - grito Voldemort con fuerza, notando como múltiples nubes negras aparecían de la nada y se acercaban hacia la mansión Malfoy.

Los ojos de Harry volvieron a abrirse, estaba sobre la orilla del lago con el sol casi oculto, Daphne y Theo le miraban desde arriba. Juzgando por sus miradas preocupadas, y por la palpitación continuada de su cicatriz, su excursión repentina en la mente de Voldemort había sido un éxito y de alguna forma había logrado manipular su pensamiento.

-Va rumbo a Hogwarts- dijo Harry sonriente - Es hora las piezas negras muevan-