Que tal caóticos y caóticas del mundo, reportándome desde aquí en mi casita y esperando que todo en la vida les vaya bien. Y si no, bueno… espero les mejoren. Por ello les traigo la historia, okey, okey, no una historia, un capítulo y un anuncio.

Principalmente el anuncio. Redoble de tambores…. ¿No hay? Tal vez fanfarreas… ¿No? ¿Qué tal un brindis? Ya entendí, bien, dejo de jugar. Para quienes quieran, ¡TAMBORES SEÑORES!

A partir de hoy en una semana, publicare 4 capítulos, comenzando con este. Sera maratón, así que atentos y listo para cuando publique los capítulos. Dedicare los capítulos a los primeros que comenten y dejen su estrellita. Y este va dedicado a:

********Valeriagjoseph********

Y es a ella por que me recuerda a ambas de quien habla este capítulo, espero contar con su amistad un largo tiempo.

Sin más, los dejo, lean, comenten y disfruten.


Derechos a J. por sus caracteres correspondientes.


Capítulo 112.-Un dragón en cada Pendragon crio (parte 1)

Harry

Se estaba ahogando, estaba intentando mantener el control de su cuerpo y mente, pero sudaba a mares, al punto en que el sudor cubría sus ojos y bajaba por su columna. Veía a Hermione moverse a su alrededor, incluso tirando de su cuerpo y arrastrándolo, mientras que el intentaba aguantar el dolor y lograr respirar. No escuchaba, veía borroso y pequeños vistazos de la mente de Voldemort le hacían sentir que su cabeza se partía en dos, al igual que su corazón que dolía con una penetrante fuerza, tal cual lo sujetaran desde adentro

Era todo tan borroso que parecía flotar en la nada, aunque a su espalda sentía la piedra fría y un borrón en su vista indicaba que Hermione estaba a su lado. Mas algo oscuro, una sombra apareció en su vista, lo único que observo, fue sus ojos escarlatas y esa sonrisa fría.

Sophia, inicio de la batalla.

Acababa de revisar a Neville y a Sofi, ambos estaban bien, incluso el mareo de Theo estaba curado. Por lo que procedieron a marcharse, mientras ella solo podía observarlos irse, era curioso que lo único que más quisiera era acompañarlo al campo de batalla, pero su lugar estuviera detrás, cuidando que los daños humanos fueran mínimos.

Y eso ya comenzaba a suceder, una pequeña porción de las camillas estaba llenas con los rescatados de la mansión Malfoy, y una docena de medimagos revisándolos y atendiendo lo que necesitaran. Aunque no era nada grave, la mayoría tenía lesiones y desnutrición. Un par de horas con cuidado y podrían regresar a su hogar.

Claro que antes debía de terminar la batalla.

También estaba segura de que aquello sería un problema, una noche que muy pocos podrían olvidar. Incluso la directora Emma o madame Pomfrey nunca estuvieron en una situación similar. Ellas dos en ese momento estaban hablando a los medimagos y asignando labores.

- ¡PRESTEN ATENCION! ¡REPASAREMOS TODO UNA ULTIMA VEZ! - su voz sonó por todo el lugar callando a todos- ¡Yo ordenare y distribuiré los trabajos de medimagos! ¡Si escuchan orden que no salga de mi voz, no le presten atención! - dijo la directora Emma mientras que mantenía las manos en jarras sobre la cintura. - ¡Miren a este tablón atentamente! -

En lo que parecía un enorme tablón de anuncios, sobre la pared del lado este de la enfermería, se notaba que un pergamino completo cubría todo el tablón. En este dibujado con tinta se veía por completo Hogwarts, en esos momentos se observaba múltiples pequeños letreros moviéndose con nombres y todos de un solo color azulado. El mapa del merodeador habia sido entregado a ella por Harry, para que pudiera tener un control de los heridos en la batalla.

Habia cambiado el tamaño para que pudiera ver mucho más y saber su estado de salud. Luego de la revisión de todos los participantes dos días antes, el mapa tenía registrado un estado de su magia y salud física. Si uno de estos cambiaba a rojo, significaría que estaba herido de gravedad, si era de color morado sería un caso de emergencia extrema.

- ¡No puede haber errores! ¡Somos aquellos que protegerán las vidas de quienes luchan! - dijo la directora Emma con una mueca seria - ¡No quienes salgan heridos! -

- ¡La directora Emma atenderá a los que lleguen heridos! ¡Mientras yo indico y selecciono a quien auxiliaran! - dijo madame Pomfrey agitando la varita - ¡Diré la ubicación y la gravedad, ustedes atravesaran, recuperaran y regresaran con el paciente! ¡Deben ser rápidos y concisos! -

Señalo un grupo a la derecha con túnicas color verde -Son la unidad A. ¡Su zona es el noreste, donde se encuentran los campos de Quidditch y la salida directa al pueblo Hogsmeade! - luego a un equipo con túnicas verdes - Ustedes unidad B ¡Tendrá el área Este, terrenos, y cercanías al sauce Boxeador! el equipo de túnicas azules asintió en cuanto fueron señalados - Unidad C ¡Zona Sur, puente de entrada a Hogwarts, patio exterior y cercanías! Luego giro hacia un grupo con túnicas amarillas - Unidad D ¡Zona oeste, cercanías al lago negro y como apoyo a las otras tres Unidades! ¿Alguna duda? -

Sofi alzo la mano sobre todas las cabezas, atrayendo la mirada, pues era la única que no portaba los colores de los demás. Su bolso plateado, su bata blanca, con adornos morados claro resaltaba bastante.

- ¡¿Sí?! - preguntaron la directora Emma y madame Pomfrey sorprendidas.

- ¡Cambio de planes! - suspiro Sofi mientras que intentaba poner su rostro más serio. Sabía que no les gustaría, pero se habia entrenado para ello. - ¡Unidade se encargarán de la zona Este! ¡Unidade zona Norte! ¡Yo me encargo de la entrada a Hogwarts y del lago! -

Le miraron sorprendidas.

- ¡Tú eres mi mejor estudiante y posiblemente la mejor Medimaga que tenemos en este momento! - dijo madame Pomfrey muy seria - ¡Pero no eres capaz de eso! -

- ¡Mi hermano me ha entrenado hasta el cansancio para esto! - gruño Sofi mientras tocaba su bolso plateado, donde se encontraba una compilación muy completa de utensilios mágicos para curar. - ¡Si reforzamos los otros dos lugares; me dejan a mi encargarme de la Zona del lago y frente; mientras ustedes dos se concentran en sanar a los heridos; lograremos tener las perdidas al mínimo! -

- ¡Es un plan arriesgado! -

- ¡Yo creo que es genial! -

Giraron la mirada, notando al único vampiro en todo Hogwarts, además de ser el líder de todos ellos. Edward Blooth los miraba desde el fondo, sentado en una silla alta, una mesita de herrería y tomando con un juego de té que brillaba a simple vista. Dejo la humeante taza sobre la mesa y sonrió mostrando sus largos caninos.

-Edward, estas aquí por si necesitamos el uso de tus… habilidades- dijo la directora Emma mientras bufaba -No debería de opinar sobre estos temas-

-Yo creo que si- dijo Edward moviéndose con suavidad al levantarse -Ella conoce mejor el castillo que ustedes y siendo sincero…- volteo a verla, su mirada parecía no fijarse en su cuerpo, si no en la sangre que corría por cada parte; lo que le dio un escalofrío intenso. -… mi sed se vuelve intenso cuando ella está cerca- Sus intensos ojos grises se clavaron en los suyos.

Escaneaba no solo su cuerpo, si no cada pulsación y por un instante la enfermería pareció disolverse y ambos se encontraron en un campo de flores. Una pesadez golpeo en su estómago, como si miles de mariposas comenzaran a revolotear y hacer que se sintiera extraña.

Con un movimiento rápido se mordió su mejilla interior, sintiendo como el dolor despejaba aquel nuevo escenario, regresando a la enfermería y donde los demás la veían desconcertados. Se apresuro a cruzar sus brazos y protegerse de su ataque mental.

- ¡Intenta clavarme los dientes y los recogerás en parís! ¡Esta te sale gratis, la siguiente tendrás que mandar a hacer una dentadura! -

-Lo ven- sonrió Edward mientras que miraba a hora Emma y madame Pomfrey -Esta chiquilla, tiene… lo necesario para cumplir su palabra-

Se miraron por unos momentos, luego madame Pomfrey suspiro y tomo el hombro de la directora Emma.

-No hay tiempo de discutir… te daré cinco minutos para que demuestres que puedes con ambas zonas- dijo madame Pomfrey con esa mirada dura que no dejaba que nadie le discutiera -Cinco minutos y al acabar decidiré si continuas o el plan original será impuesto-

Sofi, la doctora Emma y madame Pomfrey se miraron, luego ella les sonrió mucho. -Muchas Gracias-

-Que hermosa sonrisa- dijo Edward pasándose la lengua por los labios.

Sofi bufo y se giró rumbo al tablón, observando de nuevo todos los pequeños cuadros y como se movían. Casi podrá observar cómo Daphne y Hermione se movían en direcciones separadas, como Neville y Luna estaban en la entrada del castillo, sin contar con Ron y Theo; que por alguna razón parecían estar atravesando muros del castillo y andando muy juntos.

La espera era lo peor, no podría hacer nada hasta que comenzaran las batallas y menos cuando debía estar descansada y lista para cualquier cosa.

- ¡¿Asustada Potter?! -

Giro la mirada, encontrándose a Draco Malfoy parado, con la cara algo lánguida y el cabello alborotado.

-Eso quisieras tú - le respondió regresando la mirada. - ¿Qué haces aquí Draco? -

El chico se colocó a su lado y miro a todos lados, como si esperara algo o buscara a alguien, incluso mirando el mapa más de una vez.

- ¡Ella no está aquí! - dijo Sofi sin voltear.

- ¿De qué hablas mocosa? - pregunto Draco con su usual tono despectivo.

-Ginny- dijo Sofi girando un poco la mirada para ver su reacción, la cual fue la esperada, miro el suelo algo sonrojado. – La señora Weasley no quería que participara en la batalla, de hecho, no quería que nadie lo chiera, pero… al final Ginny la caro. Ahora mismo los Weasley están ubicados en varios puntos de todo Hogwarts. ¿Quieres saber dónde está ella? -

- ¿A quién le interesa? ¡Tonta! - gruño, pero Draco se tomó el antebrazo izquierdo con fuerza.

-Seré tonta, pero tu pareces idiota. Si dejaras de ser como una cebolla, te darías cuenta de que muchos sabemos que sientes y lo que ella siente. -suspiro Sofi tranquila, no podía negar que tenía un poco de resentimiento contra el rubio. Mas Ginny era cercana a ella y, por lo tanto, poco o mucho intentaría apoyarla. - Esta en fuera de las limitaciones del castillo, ahí, junto con nuestras mejores armas y aquellos que esperaran hasta que Voldemort demuestre todo su ejército-

Con la varita lanzo una línea de color morado que fue directo a la zona Este del mapa mucho después del bosque prohibido, después de las limitaciones de los terrenos y donde alguna vez estuvo el campamento gigante, se mostraban varios nombres y algunas figuras curiosas. Entre las personas estaban Percy y Charlie Weasley, además un escuadrón completo de Aurores, 10 gigantes y media docena de centauros, sin contar con los elfos y dragones. Todos dirigidos y guiados por el mismo Aberforth Dumbledore.

Aunque dos figuras corrían entre todos ellos, también parecían jugar más que estar quietos; sobre de ellos estaban 3 nombres que reconoció bien. Gemínidas, el Zouwu de Neville o por lo menos que rescato Neville; Daira, la Dragona ángel que era una especie de hija de Harry; y Marlow, el pequeño Bowtruckle que era amigo de su hermano y hermano de Daira. Los tres parecían ajenos a la batalla que ya estaba a punto de explotar.

- ¡Este mapa… ¿Muestra a todos en el castillo y alrededores?! - pregunto Draco asombrado.

-Casi a todos y casi cualquier cosa. Tiene sus restricciones, pero… es solo un prototipo fallido-

- ¿Fallido? -

- Esta incompleto- dijo Sofi viendo como nuevos letreros comenzaban a aparecer por el límite del mapa. Llegando a mostrar un montón de pequeños pergaminos encimados, unos tras otro y cubriendo todo el sur por casi completo. -Bien, ha llegado el momento-

Giro por completo y se dirigía a informar a Madame Pomfrey y la directora Emma, pero Draco le tomo del hombro.

- ¿Cómo llego rápidamente al donde esta Ginny? - Draco le miraba con unos ojos grandes y casi desesperados.

Tomo un suspiro y supo que a Draco le tocaría una travesía dura.

-Habia dos túneles que podían haberte acercado, por lo menos hasta el Sauce Boxeador, pero Harry sello por completo todos los túneles. Tu única opción, es salir e ir al tercer piso, bajar hasta llegar a la salida de los invernaderos, cruzarlos hasta que llegues al muro interior, tendrás que destruirlo o conseguir una forma de saltarlo, luego veras el sauce y a la lejanía el bosque prohibido. Tendrás que buscar en el bosque, pero hay trampas y algunas plantas de suma peligrosidad, tendrás que ser más listo que Ron y saber más de plantas que Neville. -

-Genial- gruño Draco nada a gusto por la respuesta, alzo su mirada viéndola a la cara, casi por primera vez en su vida - ¿Algo más? -

-Cuidado con ser comido- dijo Sofi y comenzó a avanzar, ya no quedaba tiempo los letreros en el mapa comenzaban a llegar a Hogwarts.

Pero Draco dijo -Una última cosa-

Ella volteo sin poder creer que aun tuviera dudas.

- ¿Por qué cebolla? -

-Apestan y te hacen llorar- dijo Sofi con una leve sonrisa socarrona - Además de que tienes tus capas -

Sin decir nada más dejo a Draco con la boca abierta. Corrió a donde Madame Pomfrey y la directora Emma revisaban todo el equipo, pociones y demás cosas que les serian útiles en la noche.

- ¡Ya están aquí! - dijo en cuanto llego - ¡Es hora! -

La directora Emma tomo un momento el cual miro en todas direcciones, luego toco su garganta con la varita y su voz se amplifico -ATENCIÓN MEDIMAGOS, PREPARENCE Y ALISTENCE, HA LLEGADO EL MOMENTO. -

Su voz paro y sin decir nada caminaron rumbo al mapa que mostraba como estaban por encararse. El lugar comenzó a agitarse, los muros se movían y las cosas comenzaron a caer, pero no era un temblor, más bien cientos de explosiones comenzaron a surgir a la distancia. El castillo tenía leves sacudidas, que lanzaban polvo y creaba grietas por los muros, paredes y hasta el mismo suelo.

Miro el mapa buscando algún letrero que se pusiera rojo, pero no encontró ninguno, o no uno que estuviera de color. El de los Mortifagos estaba sin color alguno, pero ahora algunos de ellos comenzaban a desvanecerse.

Una gélida sensación golpeo sus sentidos, era como meter el cuerpo bajo agua helada y sentir que cada poro de su cuerpo erizarse. Algo muy poderoso, y terrible estaba fuera del castillo y se dirigía hacia ellos.

[¡Harry va a la torre Hermione! ¡No se ve bien!] sonó Ron en su oído haciéndola saltar y pegar un pequeño grito.

Todos a su alrededor se la quedaron viendo un instante, pero estaba segura de que cualquier otro seguro también lo hubiera hecho.

[ ¡Claro que no está bien! ] contesto Hermione con preocupación en su voz [ ¡Necesito todo el tiempo que puedan darme chicos! ¡Cada segundo y cada minuto es importante! ]

[Se hará lo que se pueda] contesto Theo, se escucharon aullidos y algunas voces del otro lado.

[Defenderé la entrada tanto como pueda, no permitiré a nadie pasar] Contesto Neville con la voz segura, algo que comenzaba a suceder cada vez más seguido.

Aun la veían, pero llevo la mano a su oído y toco el arete [Hermi, Harry es tu prioridad, déjanos la batalla a nosotros] dijo siendo escuchado por todos, pero aun así quería [ Saca de una vez por todas aquello que daña a mi hermano]

[Chicos, les daremos donde más duele] grito Daphne y a su alrededor su escucho un grito general.

[Hermione, las cosas se pondrán… pesadas, necesitaremos de los dos cuanto antes. No es por … meter presión] murmuro Ron tan bajo como si quisiera que solo ellos se enteraran.

[ ¿Es raro que cuando digan sin presión, sientas más presión? ] pregunto Hermione gruñendo con fuerza.

[Solo cuando te lo dice alguien que hace estrategias como yo]

[Billius juro que uno de estos días…]

[No me llames Billius, Granger]

La risa de Luna sonó del otro lado [Me alegra mucho estar a su lado]

- ¿Esta todo bien señorita? - Pregunto la directora Emma desde en frente de todos.

-Si, todo está bien- dijo Sofi quitando la mano de su oído y mirando como los letreros comenzaban a moverse por todos lados, incluso podía intuir que volaban sobre de Hogwarts.

[ ¡HARRY! ] Grito Hermione del otro lado del pendiente.

Aun estando en la sala de menesteres, en medio de todos los muros y a una distancia considerable, el grito colérico de Voldemort llego. Era quedo y apenas audible, pero llego a ellos y creo que miraran a todos lados.

Un instante después otra explosión sonó, mucho más fuerte que todas las anteriores, esta vez el techo soltó mucho polvo sobre todo el lugar y un leve estremecimiento le hizo pensar en lo que pasarían sus amigos afuera. Solo rogaba que estuvieran bien y que pudiera llegar a tiempo pasa curarlos o salvarlos.

Se concentro en los dos letreros sobre la torre de astronomía, el que decían Hermione y Harry, ambos moviéndose con lentitud, al contrario de todo lo demás, que comenzaban a revolverse a circundar el castillo y con seguridad pelear. Como Ron que estaba junto con Hagrid y el señor Weasley; Luna que corría sobre los invernaderos hacia el sauce boxeador; Neville, Dumbledore, McGonagall y Ojoloco; Daphne avanzando por el lago de alguna forma, con el exministro detrás, Ragnok, Molpe y Mavra; incluso Theo a lado de Víktor Krum, Cedricc, Fleur y Bill.

- ¡SOPHIA! - grito madame Pomfrey atrayendo su atención - ¡No te desconcentres, mantente enfocada! - señalo el tablero, varios puntos sobre el puente de entrada al castillo se pusieron rojos.

Se habia paralizado un momento por la preocupación y que todo a su alrededor se volviera real, las batallas, sus amigos y familia en peligro mortal. Sobre todo, ello, el no ser capaz de lograrlo, aunque no debía dudar de ella, ya que todos depositaron su confianza, solo quedaba una cosa por hacer. Dar todo de ella.

- ¡DE INMEDIATO! - dijo Sofi tocando el símbolo de Pendragon sobre el hombro derecho de la bata, el cual brillo por un segundo.

Se inclino hacia el suelo, como si este no fuera roca sólida, y tal cual fue este no parecía roca y aun cuando su cabeza se adentró, no era como si fuera presionada o encerrada. Un momento después su cabeza salió por un costado del puente, por los muros que la delimitaban, mirando como los Aurores, Mortifagos y Troll's peleaban en una batalla encarnizada. Nada pareció darse cuenta de su repentina aparición y era así mejor para ella. Salió corriendo entre todos, pasando a un Troll que apestaba peor que las cloacas para entrar a la cámara de los secretos. Y miro al primer herido, estaba en el suelo con la cabeza sangrando, un seguro trauma craneal. Se barrio evitando un par de hechizos, tomando al Auror bazo su brazo y luego inclinándose hacia un lado por completo. Su cuerpo se recostó, más otra vez el suelo se volvió como aire y un instante después volvió a la enfermería, saliendo por el suelo, con el Auror herido.

- ¡Traumatismo craneal, un Troll con seguridad! - informo Sofi dejándolo delante de un grupo de Medimagos sorprendidos.

Sin parar corrió al muro más cercano, ya que estaba segura de que no le daría tiempo levantarse si volvía a hacer una táctica parecida. Atravesó la sólida pared y en un solo paso estaba de nuevo en el puente, salto una enorme araña, que seguro a Ron le daría pesadillas por su fobia. Movió la varita y lanzo un hechizo morado dando a un Mortifago el cual comenzó a tocarse la cara y bajo la máscara le salieron tentáculos. El segundo herido estaba con la espalda contra el muro, sosteniéndose una pierna sangrante y con una maldición que le hacía tener los ojos cerrados por lo que parecía la maldición de conjuntivitis.

Sin frenar se lanzó contra su pecho, sosteniéndolo a tiempo al mismo tiempo de que atravesaban el muro, salieron por el techo de la enfermería, freno con magia justo ante de golpear la camilla, acostando al paciente con un quejido y al mismo tiempo ella cayendo sobre sus pies. Antes de informar su estado lanzo un vistazo al mapa, observando dos puntos juntos, justo en la casa de Hagrid, no era su Zona, pero notaba que aún no habia más heridos en el puente o lago.

- ¡Maldición de conjuntivitis, necesita poción oculus! - dijo Sofi antes de saltar en el mismo lugar.

Se hundió por completo y de alguna forma surgió en el muro del castillo, deslizándose por este con la misma velocidad de la gravedad. Antes de caer se impulsó con sus piernas y salto al pasto, rodo y al alzarse vio el gran aprieto que estaba aquel lugar. Los enemigos eran puros gigantes, sobre todo uno enorme y que portaba un hacha plateada. Aunque en aquel momento era lo único visible, una especie de neblina cubría el lugar, era caliente.

- ¡VENTUS! - Gritaron en varios lugares.

Aquella neblina se disipo y noto a los dos heridos, a no más de diez metros, era un Auror que estaba bajo el cuerpo de una Acromantulas, esta mordía su brazo; l otro era un centauro con más de dos Acromantulas. Se acerco a toda velocidad, intentando pensar en una especie de forma de hacer que los dejaran paz y solo a un metro se le ocurrió algo.

- ¡Incendio! - murmuro creando múltiples bolas de fuego que volaron hasta la espalda de las Acromantulas, chillaron con fuerza antes de salir corriendo lejos.

Sofi estiro ambas manos, tomando al Auror y Centauro, y con un giro de su cuerpo, se introdujo entre la hierba de aquel lugar. Cruzo el muro más cercano de la enfermería, ya que no podía con un Auror y un Centauro de casi 400 libras, golpearon el suelo con quejidos.

- ¡Mordedura de Acromantulas! Necesitan pociones de sangre y el antídoto de inmediato- dijo Sofi mirando como el mapa de un momento a otro habia cambiado, ahora habia más de diez puntos rojos entre el lago y el puente. Pero lo sorprendente era todo Hogwarts, que parecía tener más de 30 heridos.

Sin esperar un segundo regreso hacia el muro y volvió a la batalla, esta vez surgió en el pequeño desembarcadero donde los de primero entraban al castillo. Ahí no habia nadie o eso pensó en principio, ya que, bajo el agua, algo comenzó a burbujear y agitarse. Agito la varita y ato una soga en su cintura y la pared más cercana, para luego sin pensarlo se introdujo al agua. Estaba tan helada que su cuerpo se entumió un segundo y quiso abrir la boca para gritar. Pero se concentró en aquel que noto que estaba herido.

Nado hacia adentro lo mejor que pudo, pensó en que el herido estaba ahogándose, por lo tanto, busco cualquier extremidad en esa mojada y oscura infinidad. Algo la tomo de la mano y tiro de ella, al mismo tiempo que ella tiraba con fuerza, vio un rostro uno con las cuencas vacías y una boca llena de algas. Abrió la boca por la sorpresa, soltando mucho aire, al mismo tiempo que se agitaba sin darse cuenta. Una tercera mano surgió, esta tomo la pálida mano que le tomaba y un pie surgió de la oscuridad pateando la pútrida cara.

Tiro de la soga y esta jalo con fuerza, sacándola, junto con aquel o aquello que le sujetaba la muñeca, de un "PAFF" y cayendo de sentón supo que estaba fuera. También tenía alguien encima, era Ernie quien escupía agua y sus brazos sangraban, pero no de heridas pequeñas, si no de cientos de diminutos rasguños por todo el lago.

-Me sorprendió de espalda- dijo Ernie quitándose de encima y jadeando.

- ¡Aguanta! - dijo Sofi, tocando su bolso, sin decir y solo pensando en lo que necesitaba, las cosas salieron flotando. Tomo cada una y comenzó a esparcirlo y a utilizar pociones comprimidas en el chico.

- ¡Ya estoy mejor! - dijo de repente - ¡Ayuda a los demás! -

No dijeron más, Sofi sabía que sus heridas no eran tan graves y que sin atención medica podía incluso continuar combatiendo y Ernie que la necesitaban en más lugares.

Mojada y sin despedirse se lanzó contra el muro. Los siguientes 15 minutos entro y salió de la enfermería tan rápido que parecía que solo cruzaba y volvía. No obstante, en cada viaje ayudaba a alguien, llevaba a alguien a la enfermería y por supuesto si encontraba a Mortifagos o algún enemigo intentaba abatirlo o ayudar a los aliados. Mas de una vez tuvo que recurrir a medidas desesperadas, como sujetar de las orejas a un pobre Duende que tenía una herida en pleno pecho, tirar del pelo de una Aurora que tenía quemaduras en todo un lado de su cuerpo, sin contar con que incluso un centauro por poco le da con sus cascos traseros o un Gigante la pisa.

Pero todos sus esfuerzos estaban dando frutos, los casos en las Zonas del lago y pueden disminuían con rapidez. Aunque eso no implicaba que en el resto del castillo fuera así, en la Zona que rodeaba al estadio de Quidditch habia quienes regresaban con cortadas de garras o, más grave, mordeduras.

Quería ayudar, pero cualquier acción debía esperar a tener controlada su zona y veía aparecer puntos rojos en cuanto cubría aquellos que estaban heridos de gravedad.

- ¡Tiene una maldición hemorrágica! - dijo Sofi a los medimagos que atendían a quienes llegaban - ¡Utilicen pociones de sangre hasta que puedan destruir la maldición! -

Volteo a ver el mapa para su siguiente rescate, pero esta vez su visión se nublo, su cabeza dolió y un chirrido sonó en sus oídos, tan fuerte y doloroso que estaba segura de que era su tímpano rompiéndose. Mas no era la única, ya que todos y cada uno en la enfermería parecían escucharlo, porque hubo quienes incluso gritaron.

{¡USTEDES MALDITOS IMPUROS! ¡NO ME DERROTARAN! ¡REGRESEN MIS TESOROS Y SERAN PERDONADOS!} chillo la voz de Voldemort en su mente, se notaba cansada y llena de dolor.

- ¿Qué demonios fue eso? - pregunto un medimago a su derecha.

- ¡Eso fue Lord Voldemort demostrando su poder! - dijo Edward detrás de ellos, su traje habia desaparecido, ahora solo quedaba en pantalones y camisa, con los primeros botones desabrochados. Tenía las manos llenas de sangre y su cara pálida mostraba algo de sudor. - ¡Realmente esta asustado! -

Al instante, escucho un mensaje de Ron [Sofí necesitamos ayuda en las inmediaciones al bosque, hay muchos heridos]

Giro la mirada al mapa, no solo las inmediaciones del bosque, si no que en el lago y puente.

[Estoy en camino] contesto Sofi del otro lado.

[Ron todos vienen en camino, necesito más ayuda] dijo Neville con la voz muy cansada.

[Amor, hay gigantes y Troll's. Apenas y pude detener algunos] chillo Daphne igual de cansada y con cierto dejo de dolor en la voz [Están desplegándose hacia la entrada]

[Voy de camino para reforzar a Neville.] gruño Theo demostrando el mismo cansancio que el resto [Trajo casi tres docenas de hombres lobo, Sasha ha tenido problemas con ellos, los superan d ]

[Aquí sucede lo mismo, demasiados Troll's e incluso trajo criaturas de máxima peligrosidad ]dijo Neville respirando agitado [Aún no ha ocupado al dragón alfa]

[ ¿Y los de nuestro lado?] pregunto Theo con molestia en la voz.

[Esperando ordenes] jadeo Ron jadeando [ ¿Hermione que tal de tu lado ¿¡HERMIONE!?] Grito aun así no hubo respuesta.

Quería ir a ver que tal estaba Hermione y Harry, pero antes tenía una docena de casos por llevar a la enfermería y más aún intentar hacer que el número de bajas no fuera tan alto. Aunque notaba varios letreros quietos y pintados de negros, indicando que varios ya habían fallecido.

Se transporto tan rápido como pudo a todos y cada uno, salvando a un par de duendes, un elfo doméstico, dos centauros, y casi media docena de Aurores. Todos ellos en un estado en el que tardarían días de recuperación.

Cuando al fin vio a Ron, apareció en el pasillo de conexión entre el castillo y el montecito donde unas piedras enormes se alzaban, antes de casa de Hagrid. El chico tenía la cara llena de tierra, unas ramitas en el cabello, le sangraba un brazo y una ceja, pero lo que la altero fue Hagrid. Quien estaba sobre la espalda de Ron y no parecía consciente, pues los brazos le colgaban a los costados y sus piernas se arrastraban.

Ron bajo a Hagrid contra uno de los muros del pasillo y miro a Sofi que sin parar comenzó a tocarlo con la varita. En aquel segundo el resultado sobre la condición de Hagrid le dio algo de alivio, solo tenías heridas por fuertes golpes, pero lo peor era su hombro, habia recibido una maldición, pero su piel y sangre de semigigante casi anularon todo el efecto, ahora solo sangraba.

-Te lo encargo- dijo Ron comenzando a caminar en dirección dentro del castillo -Tengo que ir…-

Sofi, mejor que nadie, comprendía que deseaba hacer Ron, ir a ayudar a Harry y Hermione, ver si estaban bien o porque no contestaban por el Arete mágico.

- ¡RON! - llamo Sofi antes de que se marchara - ¡Te necesitan en el frente! -

El chico la miro con aquellos ojos azules de forma intensa y pareció pensarlo un momento. -Pero… Hermione y Harry-

-Lo sé- soltó la pelinegra ya sacando un bote con un remedio que detendría el sangrado y ayudaría a recuperar la piel perdida. Mas no aliviaría del todo a Hagrid. -Pero… ¡Ahora te necesitan al frente! - Le miro con aquellos ojos morados, se notaba que incluso habia sido golpeada por algo, pues bajo su mentón se veía una marca roja que comenzaba a amoratarse.

-Cura a los más posibles, hay muchos centauros y Aurores. No sé si puedas curar a Kathor, pero inténtalo- suspiro Ron girándose y comenzando a caminar hacia la batalla. Se transformo en un guepardo y luego desapareció en su máxima velocidad.

Paso sus pies tras la espalda de Hagrid, quedando con la espalda contra el muro, le sujeto bajo los hombros y tomo una gran bocanada de aire. Apretó los talones contra el suelo y comenzó a descender en la roca, pero como si fueran arenas movedizas, no sabía si por su linaje o peso, pero tardaron más de dos minutos en hundirse por completo y otro tanto en que su espalda no tocara nada, cayendo hacia atrás de la enfermería.

- ¡AYUDA! - pidió Sofi, notando que, aunque tirara de su amigo, este no cedía ni un poco.

Con más de tres medimagos y un centauro, que habia recuperado funciones de su pata lograron tirar del hasta sacarlo del muro.

- ¡Estará bien, solo esta inconsciente! - indico Sofi, mientras que veía el tablero, ahora los cientos de cuadros con nombres se encimaban sobre el puente de piedra. Solo quedaban puntos negros y rojos repartidos por el mapa.

- ¡Sofi, has hecho un trabajo más que excelente! ¡Te necesitamos en el pue…! - comenzó la doctora Emma, desaliñada, cansada, con las manos llenas de cosas y la bata manchada de muchas cosas coloridas.

- ¡Iré por el resto de los heridos, concentren todos sus esfuerzos en el puente! - dijo Sofi confiada de que lograría terminar de traer a todos en unos segundos.

- ¡NO, SOPHIA! -

No escucho más, volviendo a cruzar por los que estaban regados por todos los lugares. En la zona norte el cambo de batalla se veía lleno de Acromantulas con las patas hacia arriba, árboles arrancados en cada dirección, piedras enormes, espadas manchadas de sangre verde y una quemazón intensa. El terreno que recordaba habia cambiado, demostrando lo dura e intensa batalla que acababa de pasar y como Ron apenas y pudo salir vivo de ahí. Encontró a varios Aurores lastimados y un par de centauros que no podían levantarse por heridas en sus patas, incluso los gigantes que estaban inconscientes, aunque este solo estaban noqueados y Kathor con un corte en el pecho, que sangraba y corría desde su hombro hasta el otro lado de su tronco. No pudo hacer mucho al ser un gigante, pero paro el sangrado y coagulo la sangre para que su cuerpo pudiera hacer el resto.

Continuo del lado Este, donde las batalla habia cesado, por lo que fue rápido e incluso encontrando a Katie en las gradas del estadio, junto a una escoba rota y un par corte de garras en su brazo.

- ¿Te mordieron? - pregunto Sofia en cuanto la vio, lloraba desconsolada y se cubría el rostro, aun si sus manos estaban manchadas de sangre -Si te mordieron necesito tratarte de inmediato ¿Te mordieron? -

Negó con la cabeza con fuerza, mientras sollozaba con fuerza, señalo a la distancia. Ahí, entre madera y un estandarte destrozado, se encontraba Fay Dunbar, sus brazos caían hacia el estadio, su cara contra el pasamanos y de donde debía estar su garganta salpicaba todo de sangre roja y que caía con suavidad hacia el suelo.

-Ven, te llevare a un lugar seguro- dijo Sofi sintiendo un golpe duro su estómago, pues no conocía mucho a Fay, pero ambas eran Pendragon y aquella escena era dura de observar.

- ¡Me salvo! ¡Ella atrajo al hombre lobo y…-

-Ven- dijo Sofi una vez más tomando sus hombros con suavidad y solo moviéndose hacia la siguiente grada.

Una vez en la enfermería la chica se sentó en el suelo, metiendo la cara contra sus rodillas y sollozo con fuerza. La directora Emma y Sofi se vieron un segundo, no podían hacer nada, por mucho que curaran un cuerpo, las heridas mentales y alama solo podían ser sanadas por el tiempo. Algunas nunca llegando a no sanar por completo.

Regreso de inmediato a su labor, pero aquella imagen le habia echo prestar más atención. Notando varios cuerpos desparramados por los campos, no solo de Aurores o Mortifagos, si no un par de duendes, elfos, centauros, gigantes, Trolls e incluso Acromantulas. Logro rescatar a Damelza bajo un árbol que estaba contra un muro del castillo, a Magnus con una mordida de hombre lobo, a Alex con múltiples picaduras de Acromantulas, sin embargo, Jazmín ya no tenía vida para cuando llego.

Sentía ganas de llorar, de quedarse quieta un momento y dejar que todo aquello fluyera. Y, por otro lado, su cuerpo continuaba avanzando, buscando al resto de heridos, intentando encontrar alguien más quien salvar. A quien poder curar y evitar que callera en manos de la muerte.

Mas su cuerpo se frenó y paro en las cercanías del lago, en aquella playa de tierra dura y llena de graba, entre el agua y lodo, estaba el pequeño cuerpo de Arthur King, lucia como si lo hubieran ahogado. Y sus pequeños ojos se quedarán perpetuos en la noche estrellada. Se hinco y tomo su cabeza, soltando lágrimas, intentando contener sus emociones que hervían y estaban a punto de explotar.

- ¡Lo siento! - murmuro sin darse cuenta - ¡Si yo…! -

- ¡Peleo como los grandes guerreros! - dijo una voz a un costado.

Levanto la varita y observo a Molpe, la sirena, sentada en la oscuridad de la graba, con múltiples escamas desprendidas y medio cabello cortado o arrancado.

- ¡El ataco a un grupo de Inferis que tenía a la espalda! - dijo Molpe moviéndose y provocando que hiciera una mueca. - Lo ahogaron, para cuando llegué a él y lo traje a la superficie… era tarde. Jamás olvidare lo que este pequeño mago ha hecho por mí -

Miro al agua, donde no habia notado el ciento de cabezas que surgían de repente, con los ojos destellando y mirando hacia Molpe una y otra vez. Con cuidado dejo la cabeza de Arthur en el suelo y se levantó, temblando y con el rostro empapado. Se dirigió hacia Molpe y una lanza surgió del agua.

- ¡Se que me culpas…-

- ¡NO! -grito Sofi tomando su bolso, sacando varias pociones comprimidas y una pasta de color amarillenta. La lanza desapareció en cuanto comenzó a curarla - ¡Culpo a Voldemort, a los Mortifagos que lo siguen ciegamente! ¡A nadie más que ellos! ¡Ellos van a pagar por esto! Ellos…-

Las manos le temblaron, pero aplico la pasta en la cola de Molpe, esparciéndolo en donde veía escamas sueltas y hubiera daño alguno. Y dejando que las pociones comprimidas entraran en su cuerpo, incluso reviso su cabello, que era más diminutos tentáculos que estaban quietos y en las zonas cortadas se enroscaban.

- Gracias - Dijo Molpe con una voz más feliz e intentando sonreír, aunque su cara demostraba la dura batalla que acaba de tener - Estoy mucho mejor - La miro y por un momento supo que debía continuar peleando, que aun si dolía, tenía que aliviar el dolor de otros.

Un grito de agonía surgió a la distancia, mientras que una enorme explosión surgió sobre su cabeza, una onda de luz roja y dorada recorrió todo el camino hacia fuera de los terrenos, creando luces en el lago. Avanzo sobre el agua, empapándose los pies, viendo como la torre de astronomía estaba envuelta en una oscuridad que formaba un rostro en agonía, el cual era idéntico a Voldemort. Soltando un medio grito y poco a poco aquella cosa negra comenzó a desvanecerse. Las piedras y escombro caían, pero con la varita creo un escudo que repelió todo a tiempo.

Por medio minuto todo estuvo en silencio. El olor de humo, tierra, sangre y sudor era claro en su cuerpo; sin contar con los ardientes costes, la gélida piel, sus ojos dolían y el punzante dolor en su pecho le recordaron todo lo que con seguridad estaban viviendo los demás.

- ¡No te sumerjas hasta que la pasta se disuelva por sí misma! - dijo Sofi mientras veía a la distancia todo.

- ¡Ten cuidado! -

Como incluso de distintos puntos de Hogwarts nubes negras pasaban sobre el castillo, en dirección del puente de piedra, donde estaban sus amigos. Dando una última mirada al pequeño Arthur, se prometió regresar por su cuerpo y luego corrió por la playa hacia el mismo acantilado que lo limitaba. En cuanto llego a él, cruzo a la enfermería, donde todos estaban moviéndose y atendiendo a los heridos. La directora Emma y madame Pomfrey ajenas del exterior, atendían las situaciones más graves.

Volvió al puente, donde todos miraban en una dirección, hacia donde debía estar los Mortifagos, pues notaba muchas capuchas negras con máscaras y atrás de ellos, muchos más aliados de Lord Voldemort.

- ¡Sofi! - dijeron junto a ella.

Neville era llevado entre Theo y Luna, mientras Daphne le daba de comer una especie de barra algo marrón, por la cara que ponía, no debía tener buen sabor. Todos tenían los uniformes desgarrados, sucios e incluso mojados, y su estado físico no era mejor. Tenían heridas sangrantes en la cara y se notaba que les dolía varios lugares. Aunque el peor era Neville, quien era soportado por Theo y Luna, quien parecía haber peleado contra una docena de personas a puño limpio, por los moretones.

- ¡Están bien! - dijo en voz alta más para sí mismo que para ellos.

- ¡Casi completos! - dijo Luna sonriendo como siempre.

- ¡A mí me duele hasta por debajo de la lengua! - gruño Theo.

- ¡Eso es por andar viboreando con ella! - rio Daphne apretando su cabello, toda el agua de su cabello fue a la punta que sostenía y dejo caer un chorro bastante grande hacia el suelo.

- Son tan maduros chicos- gimió Neville con una leve sonrisa -Parecen frutas- rio un poco mientras soltaba leves quejidos.

-Pésimo chiste Nev-

-Déjame las bromas de mal gusto a mi-

-Creo que los malos chistes de Harry son contagiosos-

Avanzaron entre los Aurores, los centauros, hombres lobo y duendes del puente, viendo incluso a Ragnok con un grupo de los suyos, a Firenze con una espada manchada de sangre y a Rufus con Sasha de lado. Al frente miraban a Dumbledore, McGonagall, Kingsley y Ron. Mas adelante de ellos, a una distancia considerable, estaba Voldemort.

Sus blancas manos acariciaban su serpiente, quien silbaba y miraba a todos con los ojos amarillentos.

-De tal forma que…- murmuro Voldemort con la voz amplificada y llenade furia-…Dumbledore ¿Crees que este plan me detendrá? -

- No Tom, estaba vez debo admitir que todo lo que ves aquí, no ha sido plan mío. Tom te vez terriblemente débil -

-Y usted increíblemente anciano- escupió Voldemort avanzando con la serpiente en sus hombros - Si no fue usted ¿Quién? ¡¿QUIÉN?! ¿¡SE ATREVE A OPONERSE A MI PODER?! - Grito haciendo que un escalofrío recorriera su cuerpo.

Algo paso encima de su cabeza, una sombra grande que planeo hasta los Mortifagos, golpeando aquel gigante del hacha plateada. En un movimiento lanzo a su compañero a un lado. Con una aire caliente y reconfortante, un sonido de explosión y un torbellino aparecieron frente a los profesores, el ministro y Ron.

Sonrieron los cinco, sintiendo que las batallas tomarían otro rumbo a partir de ese momento.

- ¡Ya era hora! - rio Ron caminando en dirección de ambos -Pero que dramático eres-

- ¡Concordamos! - dijeron los cinco al mismo tiempo, avanzando también hacia ellos. -Es el mayor dramático de todo Hogwarts, Pendragon y de los magos-

Luna, 1 hora antes.

-Luna- dijo Ron avanzando hacia ella, pero observando a Draco, evaluando con seguridad si era un amigo o enemigo. Aunque aún dudaba que fuera del todo bueno, ella lo consideraba un aliado. No por nada habia pasado cuidando de ella los últimos meses, incluso podría decir que era su protector dentro de esos muros. -Iremos Neville, Hermione, Draco y yo. Sera difícil que no nos noten y menos si … - el pelirrojo le dio una sonrisa débil, cosa que considero como una disculpa por lo que termino diciendo- … tenemos que cuidarte-

No pudo hacer otra cosa más que molestarse, ella no era del todo una inútil, se sentía con la suficiente fuerza para ayudarlos.

Neville le tomo la mejilla con mucho cuidado, lo sentía por el leve temblor y que acaricia con delicadeza -Por favor, no me dijiste qué harías esto y te pusiste en un riesgo increíble…-con la ayuda de Draco era un riesgo calculado - déjame primero ponerte a salvo, luego podremos discutir todo lo que quieras- termino Neville acercándose para besarle y acariciarle el cabello.

No podía hacer nada contra esos ojos preocupados, y también ese tono de súplica en su voz. Sin contar con todas las heridas que ya tenía en el rostro y no quería imaginar las de su cuerpo. Desde aquel oscuro sótano habia escuchado sus gritos y golpes que recibió. Al final habia echo lo que planeo, él la salvo y a los demás rehenes. Asintió, aunque le mostraba que no confiaran en ella para ayudarlos.

A su alrededor los duendes desaparecieron y cuando fue su turno, Dobby tomo su mano y los gemelos sus hombros.

- ¡Cuídenla! - dijo Neville a los gemelos, quienes asintieron.

Quería decir más, pero Neville tenía razón, debían esperar a terminar la batalla que de seguro estaría explotando en cuanto Voldemort se diera cuenta que estaban rescatando a los secuestrados. Solo esperaba poderle decir a Neville lo que sentía.

Entraron al vórtice de desaparición y surgieron del otro lado, en una sala muy iluminada, bastante para sus ojos luego de meses bajo la oscuridad. Por lo que sintió el tirón de los gemelos, quien la conducían en aquella habitación llena de ruido y movimiento, mientras que voces sonaban en todos lados y cada vez sus ojos parecían volverse a costumbrar a la luz.

Pronto se sintió sobre una camilla mientras que los gemelos se quedaban a su lado.

- ¡LUNA! - Grito la voz de Sofi que reconoció, giro la mirada a donde se dirigían. Notando a la pelinegra correr hacia ella, con lágrimas en los ojos y la cara llena de felicidad.

Le extendió los brazos antes de que ella le tomara entre los suyos, lloraba, mientras que Luna le acurrucaba en su pecho y acariciaba su cabellera. Le alegraba tanto verla, escucharla, desde que ingreso a Pendragon le habia considerado su protegida. Ella misma se habia ofrecido a enseñarle hasta que estuviera lista para la enseñanza de Harry, aunque sus dotes eran magnificas y podía no solo emparejarse a ellos con rapidez, también se volvió la mejor en la magia de curación.

- ¡Te extrae tanto! - murmuro mientras ella solo le acariciaba el pelo.

-Todo está bien, ya estoy aquí- dijo Luna sonriendo mucho, aunque Sofi fuera una bruja de primera, aún era una niña. - Me alegra ver que te has mantenido sana-

- ¡Pero tú no! - dijo Sofi levantando la vista, sus ojos estaban bañados en lágrimas y se limpió con la manga de una - ¡Te has puesto en peligro y… mírate… te han hecho daño! -

Luna la observo y sonrió más mientras que giraba la mirada hacia alrededor. Se encontraba en una sala enorme, con camillas y varios de los rehenes en ellas, algunos estaban siendo revisados y otros ya estaban en tratamiento médico. Incluso noto a Ollivander con media docena de medimagos a su alrededor.

- ¡No podía dejarlos solos! - dijo Luna cerrando los ojos, recordando cuando la capturaron.

Como Bellatrix se jacto de ser más lista que ellos, como le golpeo e incluso como la torturo. Pero soporto todo ello, aguanto hasta que Voldemort dio la indicación de llevarla con los demás rehenes, sabiendo que la utilizarían como arma. Y cuando al fin estuvo con ellos, le dolió mucho, le dolió su corazón al notar como Voldemort y su sequito trataban a las personas a su alrededor. Como si no tuvieran valor alguno, como los dejaban en la oscuridad, con miedo y sin saber si los matarían, los dejarían vivos; lo peor es que ellos no sabían que sería mejor. Vivir se volvió doloroso y morir podría ser el mejor de los caminos, pero eso… eso estaba en manos de sus captores. Supo que hizo lo correcto, que Harry no atacaría a Voldemort hasta poner a los secuestrados a salvo, que se las ingeniarían para localizarla y ahora la tenían a ella adentro, y dentro de ella el galeón con el cual se comunicarían. Además de que, si conocía bien a Neville, el seria al primer Pendragon que vería cuando fueran rescatados.

Al abrir los ojos Sofi la miraba- ¡Merecían algo de luz en esa obscuridad! -

Los ojos morados de Sofi parecieron entender algo, aunque Luna no estaba segura del todo. Le volvió abrazar y murmuro - ¡Para eso existe la luna, nos da la luz que necesitamos mientras la noche se cierne! -

-Que poética, pero no se… siento que se refería más a saber que tenían comunicación con el exterior y que estaban formando un plan para salvarlos- dijo George que aún estaba a su lado.

-Arruinaste el momento- dijo Fred palmeando su cabeza. -Quería verlas todas amorosas, era como ver una representación de las historias románticas de mamá-

-Dobby cree que ambas son muy buenas amigas- dijo el elfo con una enorme sonrisa -La hermana dele amo tiene buenas amigas-

Ambas los observaron, antes de soltar leves risas.

-De cualquier forma- dijo Luna acariciando aun la cabeza de Sofi, quien no parecía separarse de ella por esos momentos. -infórmenme que sucede, que es lo que planea Harry hacer y que debo de hacer yo-

Sofi se separó y le miro con una ceja levantada - ¡Usted señorita tiene que descansar! ¡La recuperación luego de lo vivido es extensa y…-

-Sofi- Le interrumpió tomando sus manos -Quiero ayudar, saben que puedo ayudar, solo necesito que tú me ayudes un poco primero-

-A todo esto ¿Dónde están Hermione, Neville y Ron? - pregunto Sofi desviando la conversación, y girando a ver a los gemelos.

-Se quedaron, tenían que ver algo de Voldemort- dijo Fred mientras le sonreía a Sofi -Todo está bien, creo que… regresarán en unos momentos, tal vez tarden un poco, pero estarán aquí en nada de tiempo-

-Dobby está al pendiente de su llamado, si ellos piden a Dobby, Dobby acude de inmediato- dijo el elfo mientras que apretaba los puños y miraba decido.

-Eres genial Dobby- dijo Sofi acariciando su cabeza, aunque se notaba preocupada.

El azabache suspiro un segundo después, mientras parecía pensar mucho. Su semblante habia cambiado, se habia vuelto más segura y las lágrimas parecían haber sido olvidas en un solo momento.

-Deben de ir con su grupo, los están esperando- dijo Sofi a los gemelos mientras estos sentían y le daban palmadas en la cabeza a Luna.

Dobby asintió de inmediato y sin siquiera esperar una palabra más, desapareció. Al contrario de los gemelos que las observaban con esas miradas

-Nos veremos al rato, estamos intrigados por ¿Cómo se te ocurrió este plan suicida? -

- ¿Y porque con el rubio hurón? -

-Y en ¿Como lograste pasar el galeón sin que los Mortifagos te lo quita…-

- ¡FRED! ¡GEORGE! - Grito Sofi un poco enojada.

Y un segundo después los gemelos se alejaban murmurando cosas, aunque se escuchó un: - Entre más crecen, el carácter les empeora-

- ¡USTEDES HIJOS DE TROLLS! - dijo Sofi para que se alejaran corriendo a toda prisa.

Luna se rio mientras que los observaba - Veo que se llevan muy bien- suspiro y rio -Me alegra que todo esté bien por aquí-

Sofi paro y apretó los labios, antes de continuar sacando un par de pociones, algunas eran pociones comprimidas que Harry creo. Le curo los golpes de inmediato, con una poción de sangre el color regreso a su rostro y con una más su cuerpo pareció regresar a estar nutrido. Tanto que hasta sentía que le crecieron las mejillas e incluso se sentía más pesada.

Las puertas que habia en todos lados se abrieron, dejando pasar a Aurores, completamente armados con sus trajes y podía decir que unas muñequeras de Pendragon en cada uno.

- ¿Qué sucede? - pregunto Luna al notar que algunos Aurores se reunían con los rescatados, comenzando a hablar con ellos y lagrimear.

-Seguramente son sus familiares- dijo Sofi mientras que no le miraba a los ojos, mala señal, sabia Luna.

-Dime que pasa, por favor- dijo Luna seria y deteniendo sus manos.

-Lo que pasa es que…-

Algo cambio en la mirada de Sofi, se llevó una mano a su oído y fue cuando noto que tenía una especie de pendiente plateado en la oreja. Incluso pudo escuchar levemente la voz de Harry, la cual sonaba débil.

[ ¡Vamos en camino, Voldemort viene detrás de nosotros! ¡¿Todo está preparado?! ]

- ¿Qué sucede? - pregunto Luna levantándose de la camilla, si algo pasaba, no se quedaría ahí sentada.

-Tranquila, aun necesitas reposo… y esto lo podemos manejar nosotros- dijo Sofi, pero ella no logro que Luna regresara a la camilla, la chica se levantó y comenzó a caminar por el lugar.

No lograría pararla, miro un cambio de ropa e incluso noto que Sofi le habia ayudado a tener un par de muñequeras y un espejo. Corrió la cortina para cambiarse de ropa, pues sabía que le estaba ocultando algo y con seguridad era parte del plan de rescate. Ahora estaba mucho mejor, por lo que sentía que esa noche podría derribar a un centenar de Mortifagos de ser necesario.

[ ¡Tenemos un problema! ] Escucho a Sofi decir al otro lado de la cortina. [ ¡Aun no regresan Hermione, Ron y Neville! ] Espero un momento, a esa distancia no escuchaba lo que decía Harry por ese dispositivo, pero un momento después Sofi contesto [ Salvaron a Luna y los rehenes llegaron, los gemelos los trajeron hace minutos, pero ellos no están aún aquí. Me informaron que tenían que ver algo relacionado a Voldemort ]

-Entonces… ¿Qué la batalla es hoy? ¿No? - pregunto Luna quitándose los viejos y feos trapos que una vez fueron su ropa. Justo en ese momento entro Sofi mirándola.

-No quiero que te hagas más daño, debes descansar y nosotros nos encargaremos…-

-No- dijo Luna mirando a su alrededor - ¿Mi varita no está? -

- ¿Neville no te la dio? - pregunto Sofi algo más aliviada.

Luego sin preguntar, movió su varita, se sintió como en una bañera caliente y reconfortante, su cuerpo se limpió y comenzó a sentir algo de comezón en el cabello. Agradeció que un espejo estuviera ahí, noto como el cabello le creció un poco y como se limpió de toda la sociedad acumulada.

-Así está mejor-

-Muchas gracias Sofi- dijo Luna, comenzando a vestirse -Aunque entenderás que aun así peleare... con o sin mi varita-

La boca de Sofi formo una mueca de desagrado, pero enseguida un tumulto comenzó a sonar afuera, voces vitoreando, agradeciendo y una serie de aplausos, como si celebraran al mejor de los héroes.

-Iré a ver qué pasa- dijo Sofi saliendo y desapareciendo.

Se termino de cambiar, con seguridad Sofi habia calmado las cosas porque las cosas se volvieron más normales. Ahora vestida como un Pendragon, con las muñequeras y el equipo completo, notaba cuanto cambio en esos meses. Era un poco más alta, su cara más fina e incluso le faltaban aquellos aretes de rábano que le regalo su madre antes de fallecer. Pero algo parecía ser igual siempre desde niña, aquellos ojos alegres y grises, iguales a los de su madre. De hecho, si tuviera el cabello hasta la cintura, y sus facciones fuera un poco diferente, la vería sonreírle justo en ese momento.

- Se que también lo harías mamá, por ti y por papá debo hacer esto -

Salió detrás de la cortina, lista para lo que viniera, fuera lo que fuera, enfrentaría todo con una sonrisa. Como aquella que le dio vida.

-Harry esta de camino, junto con Daphne y Theo- dijo Sofi consternada y caminando en su dirección, junto con Neville, Hermione, Ron, Draco, el profesor Snape y Colagusano - Se comunico conmigo justo unos minutos antes de que llegaran. Se escuchaba apurado. Por cierto… Luna…-

- ¿Qué sucede con Luna? - pregunto Neville rápido.

-Sucede que voy a pelear- contesto Luna sin dudar un solo momento, sabía que eso lo detectaría Neville. Y no era momento de hacerlo, no cuando todos parecían listos para enfrentar el mismo infierno juntos. - Y no me dirán que no-

Neville le observo, gruño y se llevó la mano a la boca para ahogar la frustración que seguro sentía. Luego se acercó a Hermione y le estiro la mano. Luego de que Hermione sacara un par de objetos, él se acercó y extendió su mano, entregando una caja decorada con los colores de Hufflepuff y su varita; incluso noto como Hermione entrego un pendiente a Neville, el cual se colocó en su oreja, al igual que sus amigos.

Le sonrió mientras decía -Entonces necesitaras esto-

Su varita la acaricio y emocionada la acciono, un chorro de chispas surgió la varita, eso la hizo sonreír después de todo sentía la conexión que tenía con ella y como aquella varita también parecía extrañarla, con cuidado la puso en su muñequera. Aquella caja no sabía que era, pero comprendía que debía ser de Harry por cómo estaba envuelta y el hecho de que parecía que todos sus amigos tenían accesorios nuevos.

Al abrirla encontró un pendiente con forma de un conejo con un rábano entre sus patitas, aunque era de plata lucia hermoso y pudo más que agradecer a Harry internamente. Tal vez Bellatrix habia destruido el objeto físico que le dejo su madre, pero su esencia estaba en aquello que representaba y parecía que Harry sabía bien eso. Lo tomo con cuidado, pero este reacciono, el conejo cobro vida, comenzando a saltar por su mano, su brazo, codo y llegando al hombro donde trepo a su oído y coloco el rábano en la parte superior, luego bajo a su lóbulo y sujeto con alguna clase de magia, creando un arco de plata entre ambos.

Adentro también habia una pulsera de cadenas finas, la cual se colocó y noto un brillo en forma hexagonal; además de una gargantilla, que tenía un dije circular el cual era una Luna por las manchas que se formaban en el relieve de esta.

Estaba por preguntar que hacían ambos objetos, ya que el pendiente parecía ser un comunicador, pero la puerta se abrió de golpe y noto a Daphne acelerada, igual que a Harry con Theo sobre su espalda.

- ¡LUNA! - gritaron ambos y se acercaron con prisa para abrazarla. Aunque Theo parecía listo para vomitar.

- ¡Hola, chicos! ¿Qué tal han estado? - pregunto Luna sonriendo mucho, le alegraba verlos bien, sobre todo saber que era apreciada por ellos. Pues Daphne le abrazo con lágrimas en los ojos, mientras Harry le acariciaba la cabeza y pasaba una mano por su espalda.

Sentía el calor y parte de la magia de Harry entrando a ella, como si quisiera revisar si estaba bien, al mismo tiempo que reforzaba su magia. Sin dudar era el mejor amigo y líder que tenían. Aunque también le preocupo las lágrimas de Daphne, Luna se dio cuenta que habia echo llorar a muchas personas.

-Es genial que estes de regreso- soltó Daphne casi llorando le apretaba con fuerza -Te extrañe-

-Todos la extrañábamos- dijo Sofi limpiándose unas lágrimas traicioneras.

Harry soltó su espalda, pero esa sensación permaneció, ahora paso la mano al hombro de Neville y vio esa sonrisa característica del azabache, como sus ojos se llenaban de orgullo y le decía a Neville -Lo hiciste muy bien-

los miro a todos y su sonrisa se volvió algo forzada- ¿Están todos bien para la batalla? -

- Si -

Neville, fue el héroe- dijo Ron colocándose a lado de su novio - Gracias a él, Voldemort ya no tiene rehenes, también tenemos un poco más de información-

-Hablando de información- dijo Hermione tomándole la mano a Harry y mirándolo a los ojos.

Como casi siempre, Hermione y Harry, se hablaron con la simple mirada, parecían tener una conversación sin siquiera pronunciar palabra. Era muy hermoso ver que el amor podía llegar a ese punto, claro que, con Neville, no habían logrado llegar a ese nivel.

-Muy bonito, es espectacular- dijo el profesor Snape interrumpiendo la escena romántica de sus amigos. -Pero cuénteme, ¿Que desean hacer ahora que el señor tenebroso viene en camino? -

-Enfrentarlo, pelear y ganar- dijo Harry sin dudar un momento. Eso le reconforto de inmediato a Luna, si Harry estaba seguro podía saber que al final todo estaría bien y podrían continuar juntos.

-Que estupidez- soltó Draco y Snape con el mismo veneno en la voz que siempre.

-Se han perdido de muchas cosas al estar del lado perdedor- rio Harry y todos los Pendragon también se rieron. Aunque ella sintió la cara caliente, ya que tampoco sabía, pero con seguridad le informarían en breve, o Daphne le chismearía los últimos acontecimientos. - Ahora mismo tenemos un ejército poderoso para hacerle frente y casi todas las piezas que necesitábamos. Pueden unirse a las filas, o… retirarse-

- ¡Potter no entiendes la extensión de su …-

-Alto un momento, no tenemos tiempo- interrumpió Harry alzando un dedo en la cara del profesor, el cual parpadeo atónito antes de que se le desencajara las facciones Harry se giró a ellos y los observo- Antes, de cualquier cosa, hay que dales un cambio de ropa a ellos, también cúralos, que estén lo mejor posible para la batalla, incluido a Neville y Luna - Sofi asintió - Theo y Ron llevaran a Colagusano a las mazmorras para que no escape. Hermione…-

-Torre de astronomía, lo tengo-

-Correcto- sonrió Harry pasando la mano por la mejilla de su prometida -Daphne ve y refuerza a los del lado sur, también come algo, el uso de la fuerza de Utgar será extenuante esta noche-

-Bien-

-Hare lo posible por curarlos -dijo Sofi torciendo los labios, insatisfecha con eso- Con el poco tiempo que tengo…-

-Solo has lo mejor posible - suspiro Harry sobándose el cuello, haciendo notar su estrés - Una vez que dejen a Colagusano, Ron defensa este, Theo oeste, Neville entrada principal-

Apenas termino de decirlo cuando Daphne y Hermione se acercaron y le dieron un abrazo susurrando - Luego te platicaremos todo- Daphne beso a Ron y Hermione Harry para luego desaparecer juntas por las puertas de aquella enfermería improvisada.

Ella espero junto a Sofi, mirando como inspeccionaba a Neville, el cual parecía tener bastantes golpes, pero ninguno tan serio. Con un par de pociones y una serie de procedimientos rápidos, logro que Neville se viera como si nunca hubiera sido golpeado. Incluso la sangre que lo cubría fue lavada.

Una vez que Sofi termino de curar a Neville, comenzaron a retirarse de la enfermería. Aunque Harry no le habia asignado un lugar, le parecía que lo mejor era acompañar a Neville, el frente podría ser peligroso, ya que era un área amplia y por la cual el único acceso era el puente de piedra.

Ambos caminaron por los pasillos desiertos, notaban el tumulto alrededor moviéndose, los sonidos de las personas e incluso notaba que el temor se acumulaba fuera de los muros del castillo. Avanzaban a la par, tomados de las manos y sabiendo que tal vez no tendrían mucho tiempo a solas.

- ¿Te hicieron daño? - pregunto a medio camino Neville.

-Solo al principio- dijo Luna aferrando su mano, intentando dejar que esos días se olvidaran al tocarlo -Luego Draco me ayudo, sin el creo que estaríamos todos mucho peor-

-Ya veo- dijo Neville sin mirarla, mientras bajaban las escaleras.

No dijo nada más, solo caminaron hasta el gran comedor, donde notaron un montón de piedras destruidas adentro, las mesas retiradas y las velas flotantes apagadas. Un mal indicio para Luna, la cual esperaba que no todo fuera desgracia esa noche. Estaban bajando la escalera de mármol cuando paro por completo.

Se quedo en el pie de la escalera, mirando a Neville, el cual aprecia no entender que pasaba. Se lanzo hacia Neville, envolviendo su cabeza con sus brazos, besándolo con fuerza, con todo el sentimiento que se acumuló en esos días, con esa necesidad por transmitirle lo que sentía por él.

Mas Neville no correspondió, tampoco la alejo, solo estaba ahí sin hacer nada.

Se separo un poco y sintió tristeza y dolor, tal vez habia dañado mucho a su novio. Conocía que Neville carecía de seguridad, tenía conflictos consigo mismo por no creerse lo suficientemente bueno, y el que ella hubiera hecho un plan con aquel con quien despreciaba, sin contar con ponerse en peligro sin decirle ni una sola palabra, tal vez de verdad le hirió muy profundamente.

-Lo siento- dijo Luna acariciando su mejilla, con la mano temblorosa y soltando unas cuantas lagrimas -Yo… no quería herirte… yo… yo te amo-

Neville tomo su mano con cuidado, la retiro un poco y sus ojos pasaron a su maño temblorosa. Noto su mirada llenarse de muchas emociones, la que predominaba era la confusión, más Neville llevo su mano a sus labios y la beso con ternura.

-Hay cosas que… aun no entiendo y otras que me hacen dudar- dijo Neville regresando la mano a su mejilla, para luego cerrar los ojos al presionarla contra su rostro - Parte de mi está sangrando por… porque no confiaras en mi algo tan importante… es una herida que se ha abierto más, se ha infectado y me ha carcomido la mente poco a poco. -

-Sentí que debía hacerlo, yo quería hacerlo…-

-Lo sé- continuo Neville, abriendo los ojos con una débil sonrisa - Te admiro y…. creo que eres maravillosa. Pero yo… yo ahora mismo no puedo lidiar con … lo que sucedió. Solo puedo pensar en sobrevivir para que… tú y yo platiquemos por completo… para que resolvamos que nos sucedió y si esto… tiene un futuro. -

-Nev, entiendo, o intento entender… pero… necesito saber si tu …-

Sintió el brazo en su cintura, la mano en su mentón y los labios de el presionando contra los suyo nuevamente. Eran un poco fríos y el beso algo duro, pero el calor de Neville le abrazaba con fuerza. Solo un momento después se separó y sus ojos se encontraron directamente.

-No es momento Lu, luego de acabe esto nos diremos todo, sin secretos. Si esta relación tiene un futuro, solo así lo descubriremos. Pero ahora mismo…- dijo Neville girando la mirada, observando a la distancia por el puente, donde un gran número de Aurores, alumnos y profesoras se congregaban. -… el mundo está ardiendo. Harry cuenta con nosotros para poder librar esta batalla, para traer el fin de la guerra, el fin de Voldemort y conseguir la paz que necesitamos todos-

La mirada que tenía no era como la recordaba, parecía otro, más decidido, más fuerte y capas. Notaba que en su interior seguía siendo el mismo, su bondad y buenos sentimientos incluso habían sido reforzados, al contrario que sus miedos e inseguridades. Paso algo mientras estaba ausente, o acaso era su ausencia el que lo llevo a ese estado. No pudo más que sonreír, aquello que observo en el interior de Neville, aquello que muchos pasaron por algo y decidieron no ver. Ahora podía observar como las brasas que Harry encendió, ahora formaban una gran llama que podría alumbrar en la oscuridad y calentarlo todo.

-Entonces vamos- dijo Luna acariciando su mejilla - En cuanto salga el sol, todo habrá terminado y entonces nosotros…-

No termino, pero ambos asintieron. Luego volvieron a tomar rumbo, aunque ahora corrían, necesitaban recuperar tiempo y llegar a su lugar. Donde con seguridad la batalla se volvería despiadada y sin cuartel.

Llegaron al grupo de Aurores, pero no se unieron a sus filas, más bien Neville la condujo entre todos ellos, incluso pasando varios Pendragon. Quien al verla sonreían y agitaban la mano, pero por la velocidad que llevaban apenas y tenía tiempo de saludar de igual forma.

Llegaron al inicio del puente, donde estaba despejado por todo el largo, solo cuatro magos estaban parados justo al inicio, repartidos en una línea en medio de los dos pilares que lo delineaban. Noto de inmediato al profesor Dumbledore, con una túnica color lila, a su lado la profesora McGonagall con su clásico atuendo (pero sin sombrero), Ojoloco a la izquierda de ella y al final del todo estaba Kingsley.

Al llegar a ellos estaban algo agitados, más Luna que Neville, pero frenaron y tomaron lugar junto a los profesores.

-Sabía que lo lograrían-dijo Dumbledore con una sonrisa ancha. -Un excelente trabajo señor Longbottom y debo admitir que me complace verla bien señorita Lovegood-

-Es grandioso tenerla con nosotros. Pero debería estar descansando y a salvo en la…- comenzó McGonagall mientras daba una sonrisa hacia Luna y ella se la regresaba.

-Déjate de disparates Minerva- dijo Ojoloco golpeando su bastón contra la piedra -Ya vienen y… necesitaremos a todos ellos para ganar-

-He de decir que concuerdo con Alastor- dijo Kingsley dando una mirada a Neville, que parecía muy concentrado, mirando al final del puente, por donde se notaba que cosas se movían tras el bosque. -Ahora mismo, cada varita que esté a nuestro lado, cuenta mucho-

-Pero la señorita Lovegood…-

-Profesora, gracias por preocuparse- dijo Luna sonriendo y mirando a su lado, donde Neville y ella aún estaban sosteniendo sus manos -Pero es mi decisión pelear junto a todos-

No dijeron nada más, principalmente por que algo exploto a la distancia, seguido de otra explosión, y otra, alrededor de Hogwarts comenzaron a crearse explosiones, cada tanto un poco más fuerte que otras. Incluso llegando a sacudir la tierra y el mismo puente se agito, amenazando con resquebrajarse ante las explosiones de alta magnitud.

-A Harry se le paso la mano- dijo la profesora McGonagall palmeándose la cara. -Me preocupa su necesidad de hacer todo en grande-

-Yo diría que ese fue Seamus- rio Luna mirando como las explosiones continuaban rondando los terrenos - Es genial que pueda explotar cosas sin intentarlo -

-Es hora- murmuro Neville sacando sus varitas, sujetándolas con ambas manos.

De inmediato todos hicieron lo mismo, Luna no habia practicado mucho su magia defensiva y ofensiva, pero estaba segura de que lograría recordar todo en un par de segundos. En medio de la batalla no tendría tiempo ni de pensar.

Un ligero viento frio le acaricio la nariz, algo no estaba del todo bien, pues notaba que algo muy oscuro, frio y aterrador se ocultaba tras los árboles que se perfilaban del otro lado del puente. Incluso podría decir que, aquello no lo lograrían parar ni con cien mil magos más.

[ ¡Harry va a la torre Hermione! ¡No se ve bien!] sonó Ron en su oído por un momento, haciendo que se cubriera el oído y viera a Kingsley a su lado, desconcertado por su acción.

[ ¡Claro que no está bien! ]contesto Hermione por el arete con preocupación [ ¡Necesito todo el tiempo que puedan darme chicos! ¡Cada segundo y cada minuto es importante! ]

[Se hará lo que se pueda] contesto Theo con algunos aullidos y voces a su alrededor.

A su izquierda Neville se llevo la mano al pendiente y dijo en voz alta [Defenderé la entrada tanto como pueda, no permitiré a nadie pasar] su voz se llenó de convicción.

- ¿Con quién habla señor Longbottom? - pregunto Kingsley aún más desconcertado.

[Hermi, Harry es tu prioridad, déjanos la batalla a nosotros] dijo Sofi con la voz un poco baja, además de que se escucharon voces a su alrededor[ Saca de una vez por todas aquello que daña a mi hermano]

Con seguridad aquello que tanto molestaba a Harry y Hermione era por lo que estaban lejos de la batalla, pero si es lo que requerían, ella les ayudaría.

[Chicos, les daremos donde más duele] grito Daphne y a su alrededor su escucho un grito general, incluso el gruñido de alguien.

[Hermione, las cosas se pondrán… pesadas, necesitaremos de los dos cuanto antes. No es por … meter presión] dijo Ron tragando y bajando la voz.

[ ¿Es raro que cuando digan sin presión, sientas más presión? ] pregunto Hermione gruñendo algo rara.

[Solo cuando te lo dice alguien que hace estrategias como yo]

[Billius juro que uno de estos días…]

[No me llames Billius, Jean]

Luna soltó una leve risa, extrañaba estar con todos ellos, de verdad le hacía feliz haber regresado. Llevo la mano a su nuevo pendiente y dijo [Me alegra mucho estar a su lado]

Gritos sonaron, luego risas y una muchedumbre acercándose con rapidez. Notaron detrás del bosque surgir muchas personas encapuchadas, casi todos con máscaras. Agudizo los sentidos cuando noto que eran bastantes, y no solo eran Mortifagos, también habia un par de criaturas encadenadas; dos Graphorn, dos Erumpents y un Nundu.

- ¡Malditos! - murmuro Luna preguntándose como es que habia echo para tener a todos esas criaturas fantásticas.

Solo se le ocurría una cosa y es que había atacado la reserva mágica natural bajo la protección de Newt Scamander. Si era así, necesitaban no dañarlas para poderlas regresar a su habitad natural, aunque eso sería muy problemático, sobre todo con un Nundu, pero Luna estaba dispuesta a hacerlo.

No obstante, no era lo único que llevaban, también tenían Troll's, no sabía cuántos porque algunos estaban en la limitación del bosque, pero con seguridad eran más de una veintena. Y no contaba aquellos que debían estar rodeando los terrenos

[ Hermione, ahora si quiero que lo hagas lo más rápido posible] dijo Ron con un suspiro, confirmando sus sospechas [ Y ¿Recuerdas el hechizo que ocupo Harry aquella vez que se fue solo contra Aragog? ]

No entendieron por qué lo decía, o no hasta ver que, al otro lado del puente, en los costados, surgieron patas peludas, ojos y pinzas. Acromantulas del tamaño de caballos los estaban encerrando.

-Luna- dijo Neville mirando alrededor, al cumulo de criaturas que ocuparían contra ellos - ¿Algún hechizo o cosa que nos sea útil contra todos ellos? -

-Varias cosas- dijo Luna sintiendo que con las Acromantulas no debía tener piedad, aunque le gustaría intentar salvar algún par y lograr ver si podría producir una colonia. -Las Acromantulas deben caer ante al "arania exumai". De las demás criaturas me encargo yo-

Luna comenzó a pensar de inmediato, incluso podría decirse que tendría un curso de acción si no estuviera en el puente. Pero la cuestión es que no podría evitar daños si quería que no mataran a nadie. Sobre todo, porque los Mortifagos ya los estaban moviendo las cadenas en sus cuellos y estos se retorcían de dolor y se notaban más feroces cada vez. Los Mortifagos comenzaron a reír a carcajadas, como si aquello fuera muy gracioso.

Un estruendo taladró la noche y una luz salió disparado hacia el cielo, era difícil decir que era aquella columna de color azul intenso. El cielo se ilumino por un momento, haciendo que alrededor una suave y fina cortina translucida creara un domo que incluso era mucho más grande que todo Hogwarts y sus alrededores.

Las risas cesaron y comenzaron a sacar las varitas, así como a avanzar hacia ellos. Un segundo después, sonaron las cadenas y los Mortifagos la soltaron, las criaturas comenzaron a correr con velocidad hacia ellos, mientras que parecían raramente violentas, pues sus ojos tenían un tono verde espectral y podía jurar que surgía de aquellos collares con cadena que le sujetaban.

Pero no eran el único problema, una serie de hechizos ya volaban en su dirección, así como un montón de Mortifagos venían detrás para rematarlos.

- ¡Profesor… las criaturas…-gruño Neville una vez creada dos protecciones que rebotaron varios hechizos y otros solo fueron desviados lo suficiente para no darles!

-Ya estoy en ello-

Dumbledore alzo su varita, por un segundo una enorme presión se sintió, para luego notar una serie de luces que se enroscaron y volvieron firmes, como una barrera muy fuerte que también ayudo a detener los hechizos, haciendo que esta se desmoronará un poco. Para luego comenzar a movilizarse y crear un puente hacia el Este, donde se encontraban los invernaderos.

- ¡Señorita Lovegood! - dijo Dumbledore otra vez, moviendo la varita y creando lo que parecía una puerta en el puente de luz semi transparente, del tamaño para que pudieran ingresar cuatro Erumpents alineados- ¡Espero que pueda ayudar a los inocentes una vez más! -

Luna solo extendió la mano, acariciando los dedos de Neville, el cual soltó una leve sonrisa y también toco sus dedos. Un momento después se adelantó corriendo por él puente, notando como los Graphorn, Erumpents y el Nundu estaban embistiendo sin consideración alguna. Se toco con la varita, y colores comenzaron a brotar de su ropa, colores tan chillones y luminiscentes que cualquiera la notaría desde cualquier lugar en el castillo.

Y aquellas criaturas no eran la excepción, cambiando su objetivo directo a ella, y un segundo después se agolpaba para llegar a ella.

- ¡Ten cuidado Lu! - Escucho decir a Neville, antes de que ella comenzara a correr hacia el puente que Dumbledore creo, entrando en el sin esfuerzo alguno. Pero no girándose a mirar si le perseguían, pues sabía que eran muy rápidos y si paraba un solo segundo, con seguridad seria presa fácil.

Miraba bajo sus pies como pasaba al grupo de Aurores, alumnos, profesores y Pendragon; para luego comenzar a avanzar y no ver más que oscuridad bajo sus pies, estaba sobre el lago que no proyectaba luz alguna. Continúo corriendo con toda su fuerza, mirando el castillo a la distancia, esta colocada sobre una meseta a gran altura y que poco a poco se emparejaba con el resto de los terrenos. A su espalda, el puente se desvanecía poco a poco.

Escucho el rugir del Nundu y de los demás, indicando que si le perseguían y al mismo tiempo que estaba alcanzándola con rapidez. El puente se desvío con suavidad hacia los invernaderos, donde pudo observar los invernaderos bajo sus pies. Y por fin llegando a una zona plana donde podría encarar a las criaturas, aunque el verdadero problema fuera su peligrosidad.

Giro un poco la mirada, notando a los dos Erumpents delante de todos, golpeándose en su avance y evitando que el Nundu pudiera utilizar toda su velocidad y detrás los Graphorn's. Podía intentar utilizar aquel pasillo mágico para noquearlos, pero casi estaba segura de que un mal movimiento y todo el lugar se desmoronaría o explotar. Al final solo era magia y Dumbledore debía estar más concentrado en los hechizos que ya comenzaban a volar en todas direcciones y en las batallas que se incrementaban con rapidez en cada lugar de los terrenos.

Bufo cuando al fin el pasillo mostro la salida, y lo peor es que escuchaba las pisadas detrás, los rugidos y como en un instante terminara rebanada si no hacia algo.

- ¡IMPEDIMENTA! -Grito Luna apuntando hacia adelante. El hechizo creo una bola de luz azul, que se quedó petrificada en el aire, justo a tiempo que Luna se agacho para esquivarla. Y luego de ello, esta exploto entre un rugido muy largo y grueso, sin contar con que noto como dejaron de seguirla.

El puente de luz no terminaba en tierra, habia por lo menos dos metros de altura, por lo que tuvo que saltar y una de sus pernas cedía al caer. No se dio tiempo, se quitó del camino justo a tiempo para cuando el Nundu salto aterrizando varios metros más lejos, igual que los Graphorn, aunque los Erumpents solo se desplomaron de forma cómica frente a un lado de ella. Los Graphorn se comenzaban a levantar, al tiempo que el Nundu parecía molesto por los colores chillones de Luna, aunque también podría ser que la estuviera olfateando.

Alzo la varita, tenía un plan en marcha, podía con los Erumpents e incluso tal vez con los Graphorn, pero el Nundu, eso era otro asunto. Era una criatura mágica de máxima peligrosidad, podría ser necesario hasta 100 magos para poderlo doblegar, sus espinas en el cuello y su aliento eran venenosos. Tanto que habia provocado pandemias entre los magos y muggles, incluso sus garras eran capas de atravesar cualquier tipo de aleación. Se decía incluso que solo uno podría provocar un caso de crisis nacional y en esos momentos creía que no estaban preparados para tener que lidiar con un mortífero gatito rondando por los terrenos.

Era cuestión de eliminación sistemática. Primero los Graphorn y los Erumpents y al final el Nundu. Estaba por comenzar su táctica, cuando en su oído escucho algo, alguien gimiendo de dolor y luego el grito de Hermione [ ¡HARRY! ]

Un grito agudo surgió del bosque también, un enorme hechizo surgió del mismo lugar, era poderoso y sonó en todo el lugar, estrellándose con la cúpula que los encerraba. Exploto en todas direcciones, haciendo que sus oídos comenzaran a zumbar por el intenso ruido. Era tan potente, que la protección ondeo con fuerza, como si fuera a romperse, aunque las olas que aparecían destruirla se desvanecieron con rapidez.

Por ese minuto, las criaturas gimieron, intentando ocultar sus rostros al sonido que les lastimaba. Por el auricular escuchaba que Hermione decía cosas, que hablaba con alguien, incluso podía discernir hechizos, pero no entendía del todo. Era como si estuviera en peligro, pero no sabía si pedía ayuda o no.

Y aunque quisiera ir de inmediato, delante de ella tenía cinco criaturas que lo impedían. Tendría que lidiar con ellas primero, antes de que pudiera lograr ayudar a otro.

Los oídos aun le zumbaban un poco, pero el volumen de lo que sucedía alrededor incremento e igual escucho los rugidos del Nundu, quien se recuperaba con velocidad.

Bajo la varita al suelo, y comenzó a moverse la tierra, a agitarse y partirse, levantándose desde sus pies algo se despertaba. Noto que un gran cumulo de tierra levantándose, apareciendo una cabeza deforme, y los hombros, aunque el cuello era ancho y casi inexistente. Mas no tenía ni un segundo para que se terminara de levantar su golem, los Erumpents atacaban con fuerza, clavando su cuerno en uno de sus hombros, el cual comenzó a burbujear y volverse como lava antes de explotar. Se desestabilizo, por el mismo Golem se movió, agitando el hombro para sacar un brazo de la tierra y detener al segundo Erumpent. Aunque ella no se detuvo, se resbalo y callo justo en la espalda del Erumpent.

- ¡Luna, venimos a ayudarte! - gritaron un par de voces.

Los gemelos, junto con medio escuadrón completo, se acercaban con rapidez, sosteniendo algo parecido a una lampara antigua en las manos.

- ¡Solo aturdidores e inmovilizadoras! - grito Luna mientras se sujetaba a la gruesa piel. - ¡Denme un poco de tiempo! -

De inmediato los gemelos, junto con el resto comenzaron a lanzar hechizos hacia las criaturas. Exceptuando el de ella, ya que, al estar montada, con seguridad no querían dañarla. Aunque ella estaba más preocupada, por las criaturas, no sabía que harían tantos hechizos en ellos. Ahora subida en el Erumpent notaba algo extraño, la cadena alrededor de su cuello tenía una placa en el centro, esta tenía una runa verde y parecía que se adentraba al cuerpo de ellos.

- ¡Luna estos hechizos no hacen nada! - gritaron los gemelos. - ¡No los detendremos por mucho! -

Si quería terminar con ello rápido, lo mejor era quitar esos collares, que parecían empujarlos a la violencia e incluso tal vez incluso dañarlos físicamente.

Apunto y lanzo un reducto, pero el hechizo revoto en la cadena, eso fue suficiente para que el Erumpent se diera cuenta de que estaba encima. Comenzó a moverse y agitarse intentándola quitarla, por lo que procedió a lanzar cuerdas para sujetarse a la criatura, que se movía sin control. Incluso llegando a golpear al otro Erumpent, provocando que se desbalanceara de un lado a otro y callera un par de veces. Mientras tanto intentaba descifrar como quitarlo, utilizo varios hechizos, aunque no lograron ni rasguñar la superficie. Lo único que le quedaba era la runa, la cual no lograba entender, no era experta como Hermione y podría intentar quitarla a la fuerza, aunque eso era la especialidad de Daphne y Harry. Podría ser imposible en aquel momento, primero necesitaba hacer que dejaran de pelear.

El Erumpent se levantó en sus cuatro patas, haciendo que ella fuera lanzada hacia atrás, solo paso un momento en que sintió el suelo y luego el que casi es alcanzada por un zarpazo de un Graphorn. Rodo varias veces, viendo como las garras intentaba cortarla sin piedad alguna.

- ¡Eso sí que no! - grito Fred lanzándose enfrente con un Protego, haciendo que el zarpazo golpeara la protección nada más. - ¡Necesitamos noquearlos! -

- ¡No! - dijo Luna levantándose, le faltaba el aire, sentía las manos dolerle por la caída, pero aun así no se rendiría con esas criaturas. - ¡Solo necesito llevarlos a un lugar donde no dañen a nadie! –

- ¡No hay tiempo! -

Los gemelos se miraron, mientras que los Graphorn comenzaban a rugir y lanzar zarpazos, en conjunto con los Erumpents estaban retrocediendo listos para atacar; y aunque al Nundu era a quien más atacaban, este se movía en cámara lenta. Aun así, nadie se le acercaba, se notaba que le tenían temor.

-Si puedes pararlos…- comenzó George señalando la linterna antigua que traía -… podríamos encerrarlos aquí-

- ¿Qué es eso? - pregunto Luna desconcertada.

-Una prisión portátil, digamos que esto creara una zona donde no podrán escapar a menos que sea roto desde afuera o…- continuo Fred mientras lanzaba un hechizo al Erumpents que ahora trotaba hacia ellos, aunque solo revoto en su piel.

-… que el sujeto adentro no pueda salir- Termino George cubriéndole las espaldas, pues los Graphorn se acercaban.

- ¿Los dañara? -

-No creo- dijo Fred mientras le miraba -Pero tiene que ser rápido, esto se va a poner más intenso.

Suspiro y asintió, era la única posibilidad, si alguien sabia como quitar esos collares seria Harry o Hermione. Pero ellos estaban ocupados y con las batallas a toda potencia, dudaba que su prioridad fuera comprender como eliminar esas ataduras. Así que solo tenía una opción y era encerrarlos hasta encontrar la forma de eliminar aquello que Voldemort les hizo.

-Denme unos minutos- dijo Luna girando la varita entre sus dedos. -Necesito concentrarme para crear un golem que pueda con los cinco-

-¡Cuidado!- Grito George tomando la cabeza de Luna y haciéndola hacia abajo.

En un momento una enorme rama paso sobre su cabeza, notaron como golpeo a un Graphorn alejándolo del lugar, mientras que el otro rugía con fuerza. Los tres giraron para ver el Sauce boxeador comenzar a mover las ramas y agitarse contra ellos. El grueso tronco se desenroscaba mientras que las ramas se movían de un lado a otro golpeando el suelo y desprendiendo tierra de varios puntos. Los Erumpents comenzaron a correr hacia ellos con velocidad, ellos se tiraron contra la tierra, sobre todo por que Fred y George le empujaron.

Justo a tiempo pues en ese preciso momento, una rama gruesa como pitón, el Sauce Boxeador golpeaba a uno de los Erumpents, arrojándolo metros lejos de ellos y al segundo enroscándolo con sus ramas para alzarlo y girarlo varias veces. El tronco del árbol se doblo casi el doble y comenzó a hacer sus nudosas ramas hacia atrás de ellos, listo para aporrearlos con furia.

-¡Escapemos! -gritó George, que tirando con toda su fuerza la levanto y corriendo comenzaron a ajarse, justo a tiempo, ya que las ramas se enterraron en el lugar donde estaban y comenzaron a azotar el lugar una y otra vez con furia.

-Por poco -dijo Fred jadeando a su lado - ¡Estamos de tu lado! ¡Te recortare las ramas cuando terminemos! -

-Chicos- dijo Luna respirando agitada, sintiendo como el mentón le dolía - ¡Denme tiempo! -

-Lo que necesites Lu- dijeron ambos antes de flanquearla por ambos lados y gritar a un par de Aurores que los ayudaran.

Enseguida la rodearon, aunque agradecían que, en esos momentos, los Erumpents y Graphorn's estaban bastante ocupados con el Sauce boxeador.

Ella tomo un momento, necesitaba crear algo enorme, lo suficiente para controlar a los Erumpents, con la dureza para que las garras de los Graphorn no lo desmoronaran como arena y con la suficiente protección para evitar que el Nundu utilizara su aliento sobre de ella o cualquiera. Pero solo se le ocurría una criatura los suficientemente capas de todo ello. La cuestión es que no sería fácil imaginársela durante su construcción y menos el control, se llevaría gran parte de su concentración y magia.

Una vez más bajo su varita a tierra y enterrándola casi toda. Cerro los ojos y comenzó a concentrarse, enviando su magia al suelo, agrupando rocas y tierra, comprimiéndola y comenzando a sentir que algo se formaba debajo de sus pies. Sabía que dejaba el terreno inestable al atraer las rocas sólidas, dejando huecos bajo sus pies, pero no tenía tanto tiempo.

En cierto punto, los azotes del sauce y los rugidos pararon, como si se acabaran de dar cuenta que era inútil pelear entre ellos. Podía escuchar que se acercaban los rugidos, que los Erumpents cada vez embestían a más de los que le rodeaban y también como Fred y George daban instrucciones intentando protegerla el tiempo suficiente.

El uso del terreno no era fácil, con su magia notaba todo casi bajo tierra, incluso raíces y diminutos animales. Hacer todo lo que estaba realizando sin dañarlos era imposible, pero intentaba dar lo mejor de sí, evitar crear más destrucción de la que ya sucedía sobre tierra. Casi estaba completo, no era una forma perfecta, tampoco podría decir que esta tendría la victoria asegurada. Lo que significaba que necesitaría ocuparla lo mejor posible, aunque no era un estratega como Ron y Theo, por lo que esperaba que todo saliera bien.

Harry le habia ayudado mucho en su control mágico, pero su imaginación era suya y estaba por terminar su idea. No sabía cuánto tiempo le llevo, pero antes de que Harry regresara, aquel golem le hubiera llevado un par de horas, ahora sentía que fueron minutos.

Abrió los ojos y noto que Aurores, Fred y George, incluyendo la profesora Sinistra, Marrieta y Lisa Turpin estaban rodeándola, protegiéndola. Ni se percató que se unieron a los Aurores.

Y tenían un problema todos, los Graphorn ahora les rodeaban, igual que el Nundu y Erumpent. Como si alguien los controlara a distancia. Lo pensó un momento, si alguien los controlaba era peor de lo creía, por que, hasta ese momento, habían estado jugando con ellos.

-Todos- dijo Luna levantándose y mirando a su alrededor. - Hincados y metan la mano en la tierra-

Al principio pocos le prestaron atención, pero Fred y George si, lo que provocó que los vieran y un momento después se hincaran también. Y aunque las criaturas se acercaban con lentitud, estaba también el problema de los Mortifagos, que ahora estaban comenzando a rodeándolos y comenzando a lanzar hechizos. Incluso Acromantulas y varios Hombres lobo aparecieron.

Unos escudos protectores eran su única barrera, y un espacio reducido era el terreno que tenían para moverse. Al contrario de todos Luna sonrió, sabía que todo se pondría movido en unos instantes.

Alzo la varita hacia arriba, tomándola como si fuera una batuta, la tierra se estremeció, a su alrededor se crearon grietas y comenzó a aparecer minúsculas formaciones por todo el lugar. Asustando un poco a las criaturas y Mortifagos de su alrededor, incluyendo sus aliados. Mas la tierra a su alrededor comenzó a subir por sus brazos y piernas, aferrándose a sus extremidades y solidificándose en un instante.

Una formación rocosa surgió y se alzó, mientras el terreno se tambaleaba de un lado a otro. La tierra se dobló y de la nada surgió una enorme cabeza de águila, con un pico de piedras afiladas y sobre el lomo todos aquellos que la rodeaba. Se levanto haciendo que todo temblara, dejando caer pedazos de tierra y entonces se sacudió de un lado a otro. Montones de piedra tierra e incluso un par de raíces salieron esparcidas en todos lados.

- ¡Prepárense! -murmuro Luna con una sonrisita, moviendo la varita, y la enorme águila extendió las alas. - ¡Gemelos las trampas listas! -

Ellos solo asintieron si poder siquiera creer lo que pasaba, pues el águila continúo levantándose, demostrando poseer cuartos traseros y estos con garras de león, sin contar con la cola que era una serie de raíces y enredaderas juntas. En seguida los Erumpents comenzaron a marchar hacia ellos, con los cuernos por delante y apuntando a las partes más vulnerables de la enorme águila, sus patas. Ahí Luna lo supo, aquellas criaturas estaban siendo controladas.

Volvió a mover la varita y el Grifo agito las alas, mandando tierra en su dirección y de paso creando una gran ráfaga de viento que impulso a los Mortifagos hacia atrás. Los Erumpents estaban cerca, parecía que la tierra y el viento no eran suficiente para pararlos. Pero Luna los necesitaba cerca, ya que esta solo levanto las patas delanteras, que eran de águila y la dejo caer contra los cuerpos de aquellas criaturas. Antes de que lo supieran los Erumpents estaban entre las garras de piedras, y ellos se movían intentando liberarse o buscando donde clavar su cuerpo.

- ¡FRED, AHORA! -

Soltó la mano y piernas de Fred, el pelirrojo se levantó, corrió saltando al cuello del Grifo, donde se deslizo por completo y comenzó a girar la lampara sobre su cabeza. La soltó justo cuando Luna quitaba una pata y retrocedía, viendo como la lampara golpeaba la tierra, se rompía en muchas piezas que volaron alrededor de los Erumpent y creaban muros alrededor, antes de que lo supiera estaban en una especie de lampara antigua de tamaño gigante. Y con una fina cadena, atada al brazo de Fred, tiro y comenzó a ser arrastrada, la lampara comenzó a reducir su tamaño hasta que regreso a tu tamaño minúsculo.

- ¡1 y faltan 4! - dijo Fred volviendo a girar la cadena y lanzándola.

Bajo el ala, mientras giraba lanzando piedra y alejando a los Mortifagos y Acromantulas de su alrededor. Aunque los hechizos golpeaban el costado del Grifo. Mientras la lampara hacia su función, Luna mantuvo el Nundu y los Graphorn lejos, con las alas moviéndose a los costados y con el pico creando huecos del tamaño de camionetas en el campo.

Fred alzo triunfal la lampara, mostrando a dos diminutos Erumpents adentro, que giraban sin poder clavar su cuerno a nada.

-Van dos- dijo Luna mirando como los Graphorn's ahora también comenzaban a atacar.

Habia perdido al Nundu de vista, que fue lo primero que giro a ver a todos lados, no estaba a la vista e intuía que aquel quien lo controlaba los atacaría en cuanto bajaran la guardia. Agito otra vez ambas alas, los Graphorn rugieron ante el Grifo, agitando sus enormes cuernos dorados y lanzando zarpazos directo a las alas. Notaba las garras comenzando a desmoronarse, aunque estas golpearan a los Graphorn's, su piel era incluso más dura y resistente que la de un gigante. Y cuando intentaba atraparlo con las garras, estos salían con rapidez de su rango y buscaba la mejor forma de atacar.

Los Mortifagos no se atrevían a acercarse con tantas criaturas y el golem, pero alguna Acromantulas valiente avanzaba solo para recibir un golpe de las alas del Grifo.

- ¡George! ¿Qué rango de alcance tiene esos dispositivos? - pregunto Luna, moviendo la varita, evitando los ataques de los Graphorn, mientras que estos no paraban de destruir las alas e ir por las garras traseras.

- ¡Un par de metros! ¿Por qué? - pregunto.

- ¡Dame lo! - dijo Luna extendiendo la mano libre, pues con la otra sostenía la varita y esta movía al Grifo, que se balanceaba, dando aletazos e intentando aun atraparlos con las garras de agila.

George tomo el segundo faro antiguo, y se lo lanzo a Luna, quien lo atrapo por la cadena, los eslabones giraron en su muñeca y subieron por su brazo hasta su codo. Comenzó a girarla hacia frente, mientras que movía la mano, haciendo que las alas se cerraran un poco y que las garras intentaran atraparlos a sus costados, llevando a los Graphorn hacia el centro, juntándolos a poco menos de dos metros. Bajo la varita con rapidez, haciendo que el agila diera un picotazo, su pico al ser de piedra solida golpeo a ambos, pero parecía que esta solo se resquebrajo sobre sus enormes jorobas y sus cuernos se incrustaron profundo.

Lanzo la lampara hacia el pico, el cual estaba comenzando a ser destrozado por las garras de los Graphorn y parecían más furiosos que antes. Una vez más la farola se destrozó y creo una habitación enorme donde los Graphorn, junto con un pico destruido, quedaron atrapados. Al siguiente segundo, Luna tiro con apenas fuerza, la lampara redujo su tamaño hasta regresar a su mano y la alzo a la altura de sus ojos, mirando dos enojados Graphorn.

- ¡Ya está! -dijo Luna sonriendo al tiempo que bajaba la varita y el Grifo comenzaba a girar para buscar al Nundu.

El terreno habia quedado disparejo, sin contar con el Grifo que estaba semi destruido, aunque aún quedaban parte de las alas y los cuartos traseros, pues las garras y la cabeza comenzaban a desmoronarse.

-¡Haaa!- chillo Marrieta a su derecha.

Se mareo de inmediato, su visión se volvió un borrón y la cabeza punzo. Un chirrido agudo y escabroso sonaba en sus oídos tan fuerte que se volvía doloroso. Y no era solo ella, todos a su alrededor, incluido Mortifagos. Se tapaban los oídos, pero la voz clara y furiosa sonaba en su mente.

{¡USTEDES MALDITOS IMPUROS! ¡NO ME DERROTARAN! ¡REGRESEN MIS TESOROS Y SERAN PERDONADOS!} chillo Voldemort mientras el sonido paraba súbitamente.

-¿Ese era…-

-Si- dijo Luna quien habia escuchado la voz mucho durante los últimos meses -El esta comenzando a tener miedo-

-Pues a mí me sonó a que nos quiere hacer picadillo- dijo Marrieta y la profesora Sinistra asintió.

-Bueno, démosle más cosas para temernos-dijo Fred que regresaba a la espalda del Grifo.

Al instante, escucho un mensaje de Ron [Sofí necesitamos ayuda en las inmediaciones al bosque, hay muchos heridos]

[Estoy en camino] contesto Sofi jadeando.

[Ron todos vienen en camino, necesito más ayuda] dijo Neville no solo agitado, parecía dolorido.

[Amor, hay gigantes y Troll's. Apenas y pude detener algunos] chillo Daphne cansada al extremo[Están desplegándose hacia la entrada]

[Voy de camino para reforzar a Neville.] gruño Theo como siempre [Trajo casi tres docenas de hombres lobo, Sasha ha tenido problemas con ellos, los superan d ]

[Aquí sucede lo mismo, demasiados Troll's e incluso trajo criaturas de máxima peligrosidad ]dijo Neville igual de bajo. [Aún no ha ocupado al dragón alfa]

[ ¿Y los de nuestro lado?] pregunto Theo.

[Esperando ordenes] jadeo Ron con mucha fuerza[ ¿Hermione que tal de tu lado? ¿¡HERMIONE!?] Grito, he igual que antes no hubo respuesta.

Ahora que lo notaba, la mayoría de Mortifagos habían desaparecido y estaba el sonido del puente incrementando de volumen, tenía que dirigirse a donde estaban todos de inmediato.

- ¡CUIDADO LUNA! - gritaron los gemelos, casi cuando estaba por responder.

No fue necesario girar, escucho las pisadas rápidas el rugido y como el Nundu estaba tras ella. Sonrío mucho girando un poco la mirada, notando a tan magnifica criatura saltar la destruida cabeza de águila y aterrizar sobre sus patas delanteras.

- ¡Te esperaba! -dijo Luna girando un poco para encararlo.

El Nundu salto otra vez hacia ella, giro la varita en redondo y una gran mano de tierra salió del cuello del Grifo, a metros de ellos, atrapándolo en el aire y levantándolo.

- ¡CHICOS! - Grito Luna mirando al Nundu inflando su garganta y sostenerlo - ¡ANTES DE QUE SUELTE SU ALIENTO! -

George, saco una farola y volvió a girar la lampara lanzándola directo a su cabeza, donde el Nundu comenzó a rugir hinchando la garganta, las pues comenzaron a destruir las manos. Aquel aliento golpeo la lampara, se notaba la acides y corrosión sobre el dispositivo que comenzó a corroerse. El aliento estaba por golpearla, si movía la varita un momento para protegerse el Nundu se liberaría, pero si no lo hacía terminaría gravemente enferma o herida.

Mas no fue necesario hacer nada, los gemelos aparecieron a su lado, agitando las varitas creando protecciones alrededor y cubriéndola con sus propios cuerpos.

Durante unos momentos sintió que algo horriblemente malo sucedería, su protección comenzaba a volverse más delgada y a corroerse con el aliento y mostrar gotas marrones en varios puntos. Tiro de la cadena, esperando no encontrar que había escapado, al llegar a ella noto que la lampara tenía un color diferente, se notaba la corrosión e incluso algo como oxido. Y además habia un ocupante molesto que arañaba alrededor buscando salida alguna e impregnado todo con su aliento.

-Cinco de cinco chicos- dijo Luna notando que los Gemelos no se habían movido. Le abrazaban con fuerza y tenían los ojos cerrados, aunque ella era muy pequeña a comparación de ellos, notaba que ambos no dejaban hueco para que saliera- ¿Chicos? -

-Hoooo- soltaron ambos y se separaron rojos, al notar que habían exagerado un poco.

-Entonces… tenemos a todos- dijo George girando la varita y provocando que la protección callera, las gotas marrones golpearon la piedra volviéndola lodo de inmediato. La vegetación del alrededor estaba muerta, pues el aliento habia sido muy fuerte.

-Por lo menos a los que trajeron para el principio- dijo Luna mirando las tres antiguas lámparas, con las diminutas criaturas adentro. -Nos necesitan al frente -

-Y aquí vamos de nuevo- dijo Fred con una leve risa -Vamos a patear sus traseros-

Luna paso las lámparas a los gemelos y estos la guardaron junto con la de los Erumpents. Luego comenzaron a correr hacia el puente, donde todos estaban comenzando a agolparse en una intensa batalla. Tenía que ayudar a la batalla, aunque el anterior hechizo le habia cansado bastante y sentía que su control mágico habia bajado de golpe.

Agradeció que un muro del castillo tenia un hueco por el cual pasar e ir por dentro del castillo directo al puente de piedra, pasaron corriendo de inmediato hacia la zona del puente, donde las batallas estaban comenzando a mostrarse. Se adentro entre la multitud junto con los gemelos, los hechizos volaban de un lugar a otro, las pelea individuales y grupales eran en todos lados. E incluso noto que los Trolls y algunos hombres lobo acaban de pasar el frente del puente, y se adentraba hacia el castillo. Detuvo el ataque de un Mortifago contra la profesora Sinistra y luego lanzo por los aires al encapuchado.

Habia perdido a los gemelos en algún lugar, aunque ni siquiera pudo buscar con la vista, un enorme Troll se acercó por detrás de unos Aurores alzando su garrote.

Y aunque ella quisiera detenerlo tenía a media docena de Mortifagos enfrente, lanzando maldiciones en todas direcciones. Solo escucho gruñidos, gemidos y al gigante chillando, antes de ver a un chico pelinegro caer desde la cabeza del Troll y gritar. - ¡ECHEN PAJA! -