Hey que tal estan todos ¿Bien o mejor que bien? Se que no he publicado desde hace dias, pero vamos al siguiente capitulo y espero este les deje con la boca abierta. O tal vez este solo sea un anexo del fin de otro capitulo. Uno un tanto mas largo.

Asi que dedico este capitulo a :

~*~*~*~*~*hermbetty~*~*~*~*

Gracia por continuar con esta caotica historia y por darme comentarios que me hacen continuar escribiendola.


Capítulo 114. – Un dragón en cada Pendragon crio (parte 3)

Daphne, batalla lago.

Su incursión a Gringotts termino bien, para acabar de entrar al banco más prestigioso de Reino Unido. Aunque luego de lo recién vivido, sentía que la noche se pondría más y más fastidiosa, mucho peor que lo recién vivido. Estaba segura de que pocas cosas podrían ponerlos contra la espada y el dragón. Pero considerando la suerte de Harry y como solían salir sus planes, dudaba que no se encontraran con situaciones en las que tendrían que tomar decisiones drásticas o su vida estuviera en la línea de la vida y muerte.

-Daphne ve y refuerza a los del lado sur, también come algo, el uso de la fuerza de Utgar será extenuante esta noche- le indico Harry sacándola de sus pensamientos. -Dobby te ha preparado algo en las cocinas-

-Bien- Contesto, conocía bien los efectos de un uso extenuante de la magia de Utgar. Por ello necesitaría pasar a la cocina de Hogwarts antes de salir al campo de batalla.

-Hare lo posible por curarlos -dijo Sofi con una cara de desagrado completa- Con el poco tiempo que tengo…-

-Solo has lo mejor posible - suspiro Harry colocando una mano en su cuello y moviéndolo, lo habia visto hacer lo mismo varias veces, solo cuando estaba de verdad presionado - Una vez que dejen a Colagusano, Ron defensa Noroeste, Theo Este, Neville entrada principal-

Hermione y ella se acercaron a Luna, la cual, aunque acababa de ser liberada de su prisión, estaba lista para la batalla y sonreía como si nunca hubiera pasado nada. Le dio un abrazo y susurro - Luego te platicaremos todo-

Fue a Ron y lo miro, con su cabello rojo, sus pecas y ojos azul, era guapo. Mas lo que le gusto fue su relajada forma de ser, su astucia e inteligencia en estrategias. Todo lo demás podría ser un juego para su novio, pero una batalla y un plan eran cosas serias y siempre tomaba la estrategia que le hiciera ganar. Esperaba que esa noche, su plan fuera sobrevivir junto a ella.

Le beso intentando demostrar lo que sentía, y al mismo tiempo esperando que no fuera el ultimo beso, vio la sonrisa de su novio surgir y solo atino a pararse de puntillas y susurrarle al oído - ¡Recuerda que hay fichas que no son sacrificables! -

Una vez dicho esto, giro en redondo y salió corriendo por la puerta junto a Hermione que también habia besado a Harry.

Al salir por el pasillo estaba oscuro y silencioso, por un momento se vieron, no existían palabras de ánimo ante una guerra. Ante lo que estaba por ocurrir alrededor de Hogwarts. Pero conocía bien a Hermione, incluso poco a poco se habían vuelto muy buenas amigas, sin considerar que sus caracteres fueran muy diferentes. No obstante, también conocían la fuerza de la otra, las habilidades y capacidades que las hacían guerreras natas; y por supuesto familiares, por parte de sus novios que se consideraban hermanos.

Hermione le extendido el puño y sonrió - ¡No dejes que te derroten antes de que yo lo vuelva hacer! -

- ¡No me derrotaste! - dijo Daphne levantando también el puño y golpeando su mano con un poquito de fuerza, al momento que ella soltaba un risita - ¡Me tomaste por sorpresa! -

- Así son las batallas - dijo Hermione, luego tomo su brazo y le dio un apretón a su mano - ¡Cuídate mucho! ¡Eres fuerte no invencible! -

- ¡Ni tú lo eres! - dijo Daphne mirándola a los ojos - Pero igual ¡Ten mucho cuidado! -

Su amiga asintió y luego soltó su mano - ¡Hogwarts está en una meseta, el lado del lago que da al acantilado es un punto muy débil, la mejor táctica es…-

-Lo sé- dijo Daphne dándole una sonrisa. - ¡Y tu recuerda que tu nueva magia es peligrosa, es inestable! -

Hermione toco su mano y miro el anillo que acababa de recibir de Harry, luego sonrió mucho más.

-Tal no sea tan peligrosa a este punto-

No entendía que se refería, pero estaba segura de que ella no era de las que hacia las cosas por impulsos. Ambas se dieron vuelta y comenzaron a ir en direcciones opuestas, mientras Hermione subía para ir a la torre de astronomía, ella bajaba a las cocinas. Donde debía recoger comida para reponer las fuerzas y la magia que perdió en el Gringotts. A pesar de que no estaba tan mal como pensó estarlo durante el transcurso del plan, suponía que en algún punto de la batalla estaría agotada por el uso de la magia de Utgar. Y debía de tomar precauciones para ello o podría enfermar, como le habia mencionado más de una vez Harry.

Bajo las escaleras y cruzo pasillos desiertos, incluso ocupando un poco su velocidad, ya que todavía debía ir a su puesto de batalla. Antes habia un bodegón, un cuadro con una mesa llena de comida, bebida y frutas, para entrar debías hacerle cosquillas a una pera; ahora solo quedaba una vieja cortina desgastada. Harry se habia asegurado de dejar la entrada, pero quitando el cuadro para mantenerlo a salvo, por lo que solo tuvo que traspasar la tela y encontrarse en una copia del gran comedor, pero con muchos utensilios para cocinar. Aunque ahora estaba desierto.

En la mesa más cercana, estaba una cesta y una nota pegada a ella. Daphne fue directo y miro la nota con la letra irregular de Dobby que decía.

"Dobby le deja estas barras nutritivas, tienen lo suficiente para saciarla por completo. Dobby le sugiere que ocupe una en cuanto sientas los efectos de hambre y agotamiento.

Pd: Dobby se disculpa por el sabor, Dobby no tuvo tiempo de hacerlas tener un mejor sabor"

- ¡Eres un amor Dobby! -

Suspiro, suponía que tendría que comer algo a prisa, pero no algo que supiera mal. Aunque agradecía el que Harry o Dobby pensara en la practicidad en batalla, no se imaginaba sacando una cesta de picnic en medio de la pela y comenzar a comer sándwiches y demás cosas mientras peleaba. Aun así, abrió la cesta encontrando una docena de barras envueltas con cuidado en pergamino, eran de casi 10 centímetros de largo, por 4 de ancho y 2 de profundidad. Eran perfectas para acabarla en dos mordiscos. Tomo las barras metiéndolas en sus bolsillos, asegurándose de no aplastarlas.

Quedaba poco tiempo para la batalla y por lo que sabía, debía de estar en su puesto cuanto antes. Y aun le quedaba subir, salir e ir directo al lago negro. A su paso normal llegaría cuando las batallas cubrieran todo el lugar, pero si ocupaba su especialidad podría llegar a ese lugar en minutos.

Salió de las cocinas y activo la magia de Utgar, noto como su cuerpo se fortalecía e incluso como podría ser capaz de atravesar los muros de roca solida sin daño alguno. Troto primero y en un santiamén estaba subiendo hacia la salida del castillo, luego corrió, encontrándose en el pasillo del gran comedor en nada de tiempo.

Cruzo frente a las puertas del gran comedor, directo a la salida del patio principal, donde continúo corriendo hacia la derecha, directo a la bajada del acantilado donde encontraría las escaleras que bajaban al pequeño puerto del lago. Donde podría encontrar a los varios escuadrones que protegerían ese lado del castillo. Saltar las escaleras era pan comido, solo un pequeño golpe al caer y en menos de lo que esperaba estaba ahí mismo. A los pies de la meseta donde estaba Hogwarts, mirando toda la oscuridad de la noche y cierta paz inquietante, los tonos que daba el agua al moverse lo volvían hipnótico.

Observo de inmediato a los Aurores posicionados alrededor de toda la orilla esperando y silenciosos. Junto con ellos habia 6 gigantes, alineados para la batalla, suponía que los otros 4 y Kathor estarían junto con Ron.

Salto desde el quiebre que le llevaba al embarcadero y decenio casi 10 metros hasta la dura y granulada arena, aunque esta se combinaba con grava y rocas esparcidas por todo el largo del fondo del acantilado. Aterrizo esparciendo la arena y a metros donde unas figuras se encontraban ceñudas y, a simple vista, parecía nada amigables.

- ¡Ya era hora! - dijo la voz de Scrimgeour quien estaba al frente del todo, con su bastón brillando por la luna y la varita en la otra.

-Un pequeño retraso- dijo Daphne desactivando la magia de Utgar, haciendo que brillara un momento el lago de verde. - ¿Cómo van las cosas aquí? -

-Tranquilas, muy tranquilo- dijo una voz tosca desde una posición baja. Ragnok estaba parado junto al exministro, pero por su atuendo negro casi pasaba desapercibido -Esto no me agrada nada-

-Tranquilo, mi magia será suficiente para lidiar con lo que nos envíen- dijo una voz más tranquila y afable. Aunque era mucho más debajo de Ragnok, era la cabeza de Molpe, quien estaba por completo adentro del agua y sus cabellos, tentáculos, flotaban sobre la superficie a casi dos metros de la orilla. - ¡Cualquier cosa que entre en lago se hundirá! - menciono con voz cruel.

-No estaría tan segura- dijo Daphne avanzando por la playa, mirando que solo tenían dos escuadrones de Aurores alineados para la batalla.

Apenas con dos docenas de hombre y mujeres, casi media docena de gigantes, un exministro gruñón, una reina acuática y un codicioso banquero. No eran suficientes para lidiar con lo que vendría.

Hacia atrás, miro como a lo largo de la meseta se veía la piedra erosionada subir en casi un muro infranqueable hasta Hogwarts, pero era un punto muy frágil del castillo. Si Ron atacara el castillo, con seguridad enviara la mayor fuerza posible por ese lugar, nadie se lo esperaría por el lago y también sería difícil llevar un grupo por el acantilado. Pero sin dudas, muchas criaturas podrían superar esos obstáculos sin problemas.

Y por sobre todas las cosas no podían subestimar a Voldemort, estaba tan loco como Harry y cualquier cosa podrían esperar.

-Me pidieron estar aquí, pero no creo que nadie se atreva a cruzar el lago, no cuando una princesa sirena lo protege-

Giraron para observar cómo Mavra llegaba, acompañada de sus dos guardaespaldas y luciendo decepcionada ante los pocos que eran; mas mirando hacia los gigantes. Y con certeza eran muy pocos, pero Harry y Ron lo discutieron por largo rato, en ese momento magos y brujas poderosos estaban parados ahí para detener lo que les lanzaran en ese punto tan frágil.

-No bajen la guardia- dijo Daphne sintiendo un poco de la magia de alrededor, notando que algo se movía al otro lado del bosque, algo enorme -Esta pelea no será fácil-

-No me digas que hacer mocosa- gruño Ragnok

-Las chiquillas de ahora tan impertinentes- bufo Mavra

-Pero está en lo correcto- murmuro Rufus con su mirada puesta al otro lado, y tronándose el cuello.

-Supongo que aún hay cosas que no les tienen miedo a las profundidades- gruño Molpe alzándose un poco sobre el agua, casi hasta la cintura, sus ojos incluso habían cambiado de forma.

Todo alrededor fue callado, por una enorme explosión, seguida de otra y otra, comenzando a hacer temblar todo el lugar, agitando la superficie del agua, salpicando en todas direcciones y provocando que el acantilado desprendiera piedras. Hogwarts ahora comenzaba a ser rodeado de explosiones, cada una más fuerte que la anterior e incluso llegando a verse como si fueran rodeados por alguna clase de trampa mortal. Pero Daphne estaba segura de que aquello era obra del mismo loco y desquiciado plan de Ron y Harry.

- ¡PREPARADOS! - Grito Rufus levantando la varita. Todos sus hombres también lo hicieron. En conjunto con los Gigantes, que se tronaron los nudillos de forma ruidosa y avanzaron hasta que sus pies estaban en el lago, lo que podía cubrir a un hombre normal.

Un escalofrío recorrió su columna, algo habia entrado en los terrenos, algo que le congelo la sangre y le hizo temblar durante un momento. Y no era la única, lo observo en los ojos del exministro, del banquero, de la princesa de las profundidades y del hablante rúnico. En el rostro de todos alrededor parecieron asustados. Escuchaba como a lo lejos, en el bosque, algo se movía y se notaba que estaba acercándose con rapidez. Y aunque eso era malo, algo peor sentía, casi podía palparlo, como una masa de magia malvada, oscura y terrible se acercaba directo hacia ellos. Aquello le daba escalofríos y la hacía sentir débil y pequeña. No obstante, podía ser por estar a lado de los gigantes.

[ ¡Harry va a la torre Hermione! ¡No se ve bien!] sonó Ron por su dispositivo en la oreja.

[ ¡Claro que no está bien! ]contesto Hermione con preocupación [ ¡Necesito todo el tiempo que puedan darme chicos! ¡Cada segundo y cada minuto es importante! ]

[Se hará lo que se pueda] contesto Theo con algunos aullidos y voces a su alrededor.

[Defenderé la entrada tanto como pueda, no permitiré a nadie pasar] Contesto Neville con convicción que pocas veces se le veía. O escuchaba en este caso.

[Hermi, Harry es tu prioridad, déjanos la batalla a nosotros] dijo Sofi agitada [ Saca de una vez por todas aquello que daña a mi hermano]

No tenía mucha idea de por qué Hermione y Harry no participarían en batalla al comienzo. Lo que sí, era que le habían asignado una de las zonas más frágiles para protegerla y ella, por lo tanto, no fallaría, aunque su tuviera que desgarra cada musculo de su cuerpo.

-[ ¡CHICOS, LES DAREMOS DONDE MÁS DUELE! ]- grito Daphne, siendo escuchado por los Aurores, quienes soltaron un grito de ánimo para todos, incluido los gigantes.

[Hermione, las cosas se pondrán… pesadas, necesitaremos de los dos cuanto antes. No es por … meter presión] dijo Ron con la voz baja, casi en un susurro.

[ ¿Es raro que cuando digan sin presión, sientas más presión? ] pregunto Hermione gruñendo.

[Solo cuando te lo dice alguien que hace estrategias como yo]

[Billius juro que uno de estos días…]

[No me llames Billius, Jean]

[Me alegra mucho estar a su lado]Soltó la voz de Luna feliz.

Aunque la guerra estaba en la puerta tocando, le encantaba que sus amigos y ella estuvieran juntos. Pasará lo que pasara, se lacia feliz que hubiera logrado tener una familia que le apoyará, una que no fuera fanática de la sangre pura, aunque fuera extraños y un poco locos. Con seguridad todos en Pendragon se sentían igual, aunque las siguientes horas fueran lo peor de su vida, esperaban pasarlas para que la luz del día llegara a ellos.

[ Hermione, ahora si quiero que lo hagas lo más rápido posible] dijo Ron con un leve tono de miedo pregunto [Y ¿Recuerdas el hechizo que ocupo Harry aquella vez que se fue solo contra Aragog? ]

Daphne no tenía ni idea de que le hablaba Ron a Hermione, mas no escucho contestación y ella no sabía a qué se refería con Aragog ¿Acaso aun habia ciertas cosas que no sabía Daphne de Ron? Sonrió y se prometió preguntar quién era ese Aragog y por qué Ron sonaba asustado.

Entonces noto que las olas del lago incrementaban, que algo enorme del otro lado se adentraba a las aguas y que por muy raro que pareciera Molpe gruñía.

- ¿Puedes hacer algo? - pregunto Rufus avanzando.

-Tal vez, pero… no soy rival para su fuerza- dijo Molpe mientras movía las manos y múltiples gotas se levantaron del lago, y gruñía con fuerza - ¡ESE ESTIERCO DEL TROLL! - al mismo tiempo que pequeños senderos de agua comenzaban a rodearla. - ¡NO TARDARAN MUCHO EN LLEGAR, DÉJENME A LOS AHOGADOS A MI! -

- ¿Ahogados? - pregunto Daphne sintiendo que era algo muy malo.

De todos lados y direcciones comenzaron a sonar batallas, gritos, peleas y estallidos, añadiendo que ahora incluso enormes voces sonaban a la distancia. Podía sin lugar a equivocarse decir que habia gigantes implicados, por lo que no tardo nada en activar la magia de Utgar. No la agarrarían con la guardia baja. Saco la varita y tomo aire, pues mientras en otros lados las batallas sonaban, aun en aquel fondo de Hogwarts, aun todo estaba muy quieto.

Solo escuchaban el sonido del agua moviéndose, como se creaban olas que rompían en la base del muelle y que salpicaban los pies de Daphne. Mavra saco la varita y se tocó el brazo, haciendo que múltiples runas surgieran de su piel con un tono naranja chillón.

- ¡Aun no, están por llegar a la mitad del lago! - dijo Molpe con una voz suave, aquellos cambios de personalidad le molestaban un poco.

Tomo aire y se inclinó hacia Molpe, haciendo que esta girara un poco la mirada.

-Crea un camino congelado- indico Daphne al tiempo que se preparaba estirando el cuerpo, ya no quería esperar, no quería solo quedarse ahí quieta esperando. -Iré y los golpeare antes de que toquen tierra…-

- ¡QUÉDATE QUIETA NIÑA! - dijo Rufus mientras negaba.

Molpe le miro y soltó una risa un tanto rara, como mitad enfadada y mitad alegre. -No es tan gruesa, así que más vale que te apures- dijo mientras miraba retadora a Rufus, luego bajo las manos a la superficie del lago y en un instante se creó una capa semi blanca y dura.

- ¡NIÑA, AUNQUE ERES PENDRAGON, NO ERES …-

No escucho lo demás, se lanzó por el hielo que cubría el lago, directo hacia el centro de este. Mientras corría escuchaba crujir el hielo bajo sus pasos y como a cada paso un chapoteo sonaba.

Mientras corría en la oscuridad del lago le hacía parecer andar por un cristal enorme y que se movía en ondas. Aun en aquel lugar, noto como algo de color azul celeste subía hacia el cielo, giro un poco la mirada notando una columna ancha y enorme subir al cielo; mientras que esta parecía no tener fin, un segundo después se doblaba la luz, como una capa que comenzaba a arropar Hogwarts y sus terrenos. Aquella cortina bajaba hasta volverse transparente y dejar cielo nocturno tal cual hacía unos momentos. Para Daphne que estaba en el lago, podía ver la luz rebotar contra el agua y como está dejaba una estela mientras avanzaba.

Sin embargo, lo que siguió no pudo saber si le aterraba o era algo que le hizo sentir impotente [ ¡HARRY! ] grito Hermione, haciendo que se detuviera de golpe.

Algo de verdad malo sucedía a sus amigos, se quedó quieta sin voltear, observando las cabezas de los gigantes cada vez más cerca. Confiar era parte del juego en el que estaban metidos, y eso es lo que Harry les habia dado, la confianza de pelear por el futuro. Y no dudaría en pelear juntos por lo que fuera.

Un grito demencial le hizo mirar hacia el cielo, aquel grito fue acompañado de un hechizo poderoso y que subió por los cielos. Era como ver un relámpago surgir en cámara lenta, aunque este no bajaba a la tierra, subía y de un tono amoratado espectral. Un tono que iluminó todo el lugar, antes de que explotara con aquella protección azulada que acababa de surgir. En medio del lago el agua creo grandes olas, rompiendo el hielo y haciendo que se hincara quedando en un pedazo flotante, mientras todo sobre su cabeza se llenaba de fuego y humo, con un sonido que le hizo perder audición de inmediato. El estruendo provoco un pitido en sus oídos, se cubrió con las manos, pero aun así dolió por un momento. Antes de que se atenuara y quedara un leve residuo del zumbido.

Observo como no habia sido el hechizo quien creo las olas, las enormes manos que se alzaban y se cubrían las cabezas, delataba a los gigantes. Ahora más cerca podía verlos mejor y noto media docena de sombras que avanzaban por el agua, aunque estas eran como enormes piedras deformes, con una especie de brillo amarillo en aquellos lugares donde debían estar los ojos. Casi podía oler su pútrido aliento y si no los detenía antes de que cruzaran el lago, sería una batalla dura y encarnizada hasta el final.

Hermione hablaba al otro lado del auricular, aunque no se escuchaba bien, tal vez por el hechizo que acababa de explotar o por otras razones. Solo sabía que debía hacer algo y lo mejor era detener a los gigantes en ese momento.

Se levanto y apretó los puños, tomo aire y cerró los ojos, unos segundos después soltó todo el aire contenido y susurro- Magia de Utgar tomare toda la fuerza- El brillo a su alrededor fue intenso y miro a los gigantes como la notaron.

Sonrió mientras que tomaba la varita y en un suave movimiento, toda la superficie alrededor de ella se congelo. Corrió por la superficie tan rápido que sentía que casi no habia resistencia, y en un parpadeo estaba frente a los gigantes. El primero era feo, tenía una cara poco amistosa, con varios dientes faltantes, sin cabello y una capa de mugre y musco creciendo en su calva. El gigante levanto la mano para cubrirse, pero Daphne no tendría compasión alguna, golpeo con toda su fuerza.

Fue como golpear una dura y gruesa pared de acero puro, sus nudillos dolieron y su mano se entumió. Pero resulto, el gigante soltó un sonido de dolor y se hundió por completo durante un momento; para luego dar un manotazo para volver a salir a la superficie. Ella se movió lo más rápido que podía, observando como el gigante golpeaba el hielo destrozándolo. No era el mejor lugar para pelear, tenía un rango de movimiento limitado y si continuaba así, se hundiría en nada de tiempo. Pero aun así no se rendiría, los gigantes estaban nadando, por lo tanto, solo tenía que noquearlos y no podrían hacer más daño. Esa era su ventaja.

Giro mirando a los otros gigantes dar manotazos destruyendo el poco hielo que acababa de crear, salto al tiempo que una mano enorme destrozaba el lugar que estaba parada. Cayo en un trozo bastante grande, tomo impulso y volvió a saltar justo cuando un segundo gigante sacaba los dedos por la superficie y sujetaba el trozo de hielo. Se alzo sobre la cabeza de los gigantes, se concentró y se enfocó en el más cercano, prepararon su fuerza, enviándola casi toda a su brazo izquierdo, así como también reforzo su hombro y su espalda.

- ¡USTEDES NO VAN A PASAR! -grito Daphne al tiempo que giraba su cadera, su hombro y su puño, apuntando justo a la cabeza del gigante calvo.

El golpe volvió a dolerle, desde los nudillos hasta la espalda, aun no entendía como Harry logro noquear a uno que estaba de pie en tierra y que era un Gurg. Aun así, se alegró de ver al gigante hundirse por completo, por lo menos habia dado un buen golpe. Aunque ahora no tenía un lugar donde aterrizar.

- ¡Rubiecita! - escucho la voz de Molpe, noto que una línea de agua se habia creado delante de ella, y como la absorbida. Era como un tobogán de agua que la succiono y la envió por un camino especifico, para terminar en lo que era un hielo frio y duro.

Ella estaba empapada, tosía y se quitaba el agua de la vista, observando a Molpe con medio cuerpo fuera y con una mano apuntándola. Jadeaba y notaba como peleaba con algo bajo el agua, aunque ella no necesitaba verlo.

- ¡CONGELARE TODA LA SUPERFICIE DEL LAGO! - grito Molpe y le observo sonriendo - ¡Derrótalos a todos! -

Se adentro al lago, y entonces el frio disminuyo de golpe, la superficie del lago se volvió blanca por completo. Su cuerpo se enfrió también, al estar empapada de agua una cubierta de hielo se formó sobre todo su cuerpo, incluso el cabello pegado a la cara le pareció volverse pequeñas estalagmitas.

Se hubiera quejado, pero con todo el lago congelado, le daba un área mayor para poder pelar a gusto. Aunque notaba que debajo de ella estaba Molpe, peleando con lo que fuera que la tenía tan ocupada. No tenía tiempo tampoco, los gigantes, ahora enterrados en el hielo, agitaban los brazos intentando liberarse de sus prisiones. No notaba al gigante calvo, por lo que suponía que estaba bajo el lago aún. Quedaban cinco gigantes delante de ella delante, y tenía la ventaja, por lo que no la desaprovecharía.

Varios gritos sonaron a lo largo del lago, giro la mirada a sus costados, viendo a diez más a cada lado levantándose por el hielo. Eran entre gigantas, gigantes ancianos e incluso noto a un par de pequeños saliendo, temblando del agua congelada.

Eran entre unos veinte a treinta, aun si lograba noquearlos con un golpe, su magia no alcanzaría y su fuerza perdería potencia con cada uno. Estaban en un verdadero aprieto. Necesita alguna especie de truco. Movió la varita y el hielo se comenzó a evaporar dejando una capa de niebla cálida a su alrededor, que se levantó sobre el lago y cubrió un poco su visión.

Paso ambas manos por su cabello, sujetándoselo en una coleta por medio de magia. Suponía que tendría que darlo todo y luego de llegar a su límite, esperar que los demás pudieran detenerlos. Mientras que veía a los gigantes comenzar a intentar trepar la superficie de Hielo, que sin lugar a duda era tan gruesa que resistirá su peso.

Se trono los nudillos, y volvió a la carga, el gigante que ya tenía una rodilla sobre el hielo fue su primer objetivo, golpeando su espinilla con una potente patada, haciendo que gritara de dolor y se desplomara de nuevo al lago. El siguiente movimiento fue para el segundo que se sostenía del hielo y se comenzaba a levantar, golpeo sus dedos regordetes, que eran como sacos de carne. Este también se hundió por un momento. Estaba por ir por el tercero cuando, el hielo se agrieto, un grito descomunal surgió y el agua se lanzó en todas direcciones. El norme cuerpo surgió desde el fondo, logrando saltar sobre la superficie y caer en el hielo.

Se cubrió con ambos brazos cuando un enorme trozo de hielo la golpeo y salió resbalándose por el hielo un buene tramo. Noto al gigante parado en el hielo y como sin pensarlos comenzó a ir hacia el castillo.

- ¡No! - dijo Daphne quitándose el trozo que era el seis veces más de grande de ella. Apunto con la varita y murmuro - ¡Bombarda! -

El hechizo salió directo a los pies del gigante, quien ni la miraba, la explosión fue sin fuerza, apenas suficiente para que este volteara un momento.

- ¡CARAJO! - Maldijo Daphne, en su estado completo de Utgar no tenía suficiente reserva de magia para hacer hechizos poderosos, la mejor opción era su fuerza. Pero ahora que el gigante avanzaba hacia el castillo, los otros cuatro comenzaban a subir al hielo y rodeada del resto, perdía toda ventaja táctica.

- ¿Ese es el lenguaje de los jóvenes hoy en día? - pregunto Rufus de quien sabe dónde.

Un hechizo potente cruzo el lugar y antes de que lo supiera, golpeo la cabeza del gigante, esta fue con tanta fuerza que el gigante se desestabilizo y callo de espalda. El hielo no resistió y se hundió mientras que un grito ahogado surgía. Una mano la tomo por debajo del brazo y la levanto de un tirón.

- ¡Te dije que esperaras! ¡No pierdas la calma! - dijo Rufus mientras avanzaba sin su bastón, aunque la cojera se le notaba. - ¡No estás sola en esta batalla! -

Jadeaba, pero una leve sonrisa dio, al notar como la niebla que creo se comenzaba a disolver, dejando ver a los seis gigantes peleando de un lado, con atronadores golpes y deteniendo a sus adversarios. Incluso alejando a los gigantes niños que no sabían que hacer. Del otro lado los Aurores peleaban contra los gigantes y detenían su avance.

Se levanto y estiro la espalda. Ahora que tenía refuerzos, estaba segura de lograrlo y poder noquear a tantos como fuera necesario.

-Encárgate de darles con todo, nosotros cubrimos la retaguardia- dijo Rufus serio y lanzando un hechizo que volvió a congelar la superficie por donde el gigante acababa de hundirse.

-Tú la cubrirás- dijo Ragnok saliendo detrás de uno de los hielos destrozados, caminando con tranquilidad, seguido de Mavra y todos los Aurores que jadeaban. Algunos teniendo dificultades al correr por el hielo. -Yo noqueare a un par de estos, entre más grandes… más duro caen-

-Si, aunque estos son difíciles de tirar- dijo Mavra con una leve sonrisa y haciendo que runas se alinearan frente a ella - ¿Quién crees que derribe más? -

- Te apuesto 10 mil galeones- dijo Ragnok con una sonrisa enorme y avariciosa.

- ¡No es una competencia! -

Ambos sonrieron y comenzaron a avanzar hacia los cuatro gigantes que quedaban y quienes aprovecharon para avanzar hacia el castillo.

-Siempre lo es- rio Ragnok

Daphne sonrió y miro a Rufus. -No durare mucho más antes de que pierda fuerza. Así que derribare a uno, encárguese de que no se levante otra vez-

-Eres muy impulsiva, tanto o más que ellos- gruño Rufus levantando la varita, tal vez arto.

No dijo más, volvió a la carga, pasando a Mavra y Ragnok en nada de tiempo. Si conocía bien las tácticas de Harry, lo primero era atacar las piernas, una vez que las tuviera débiles, era el momento de atacar el punto más lejano de su centro de gravedad para lograr tirarlos. Pero sentía su magia disminuir con rapidez, al tiempo que estaba comenzando a sentir los efectos de uso excesivo de la magia de Utgar, sus manos temblaban y su estómago pedía alimento.

Solo tenía una opción. Metió la mano en su chaqueta y saco varios cubitos diminutos, al llegar frente a los gigantes los dejo caer y sin parar comenzó a saltar hacia los gigantes, llegando a sus piernas y subiendo a sus cabezas. Aquello que tiro le salieron patitas, y una bocina, que comenzaron a chillar con fuerza y a crear estruendosos sonidos.

Los gigantes se asustaron retrocediendo, mientras que daban manotazos y patadas. Aun a Daphne le parecían muy estúpidos, a comparación del Clan Pendragon, que parecían tener una inteligencia muy humana; estos gigantes eran casi salvajes. Por lo que aprovecharía su instinto de protegerse de cosas que no veían, pero escuchaban y podría tal vez hacer caer un par antes de que se quedara sin energía.

- ¡NERVUS KALD! - grito, esperando que la magia fuera más fuerte que la vez anterior.

Una cadena de color azul blanquecino surgió, movió alrededor del cuello del primer gigante, sujetándola con fuerza y varios giros, para luego saltar al hombro del segundo y repetir en su cuerpo. El uso excesivo de la magia de Utgar le golpeo un segundo, un dolor agudo en la cabeza le hizo cerrar los ojos, al siguiente momento noto su pie caer sin que nada lo detuviera y callo del gigante.

Mientras caía, noto como Ragnok peleaba con el gigante, el cual daba manotazos, pero el duende solo chasqueaba los dedos creando protecciones tan duras que solo parecía golpear el aire. Mientras atacaba su rostro con pequeñas explosiones que comenzaron a quemar el pelo del tercero. A su lado Mavra no tenía ni que moverse, lanzaba runas tan rápido, que el gigante gemía y se cubría con sus manos, intentando evitar que se le pegaran, y surgieran pequeños humos verdes, como si estuvieran las runas llenas de veneno.

- ¡Señor Scrimgeour! - Grito Daphne agitándola varita, haciendo que la cadena semi blanquecina se elevara y soltara de su varita.

Rufus pareció entender ya qué apunto a esta que flotaba en el techo y grito. - ¡ENGORGIO! -

Daphne golpeo el suelo con su hombro, fue fuerte, pero para ella con la magia de Utgar fue un golpe promedio, se levantó a tiempo para notar la cadena aumentar progresivamente, hasta que el último eslabón era del tamaño de la cabeza de uno de los gigantes. El cual pareció darse cuenta, pero era demasiado tarde. El eslabón azoto con fuerza el hielo rompiéndolo, enviando una tanda de agua fría y pedazos de este en todas direcciones.

Sobre sus rodillas y con las palmas en el hielo, Daphne hacia esfuerzo por no desvanecerse. Para Daphne todo comenzaba a nublarse, las manos le temblaban y jadeaba con fuerza; busco en su bolsillo y saco una de las barras de Harry, con los dientes arranco el pergamino y dio un mordisco largo. Sintió un sabor amargo y algo viscoso en su boca, dio una arcada, pero se forzó a sí misma a tragar, una vez pasado y con el sabor aun en su boca dio un segundo bocado acabando la barra. Los efectos desaparecieron, su estómago se sintió satisfecho y su concentración regreso de golpe.

Noto como la cadena se hundía con lentitud por el hielo a su alrededor y también por que entre ambos gigantes sostenían el peso. Necesitaban un empujón. La batalla aun no terminaba, así que se levantó y miro el suelo bajo de los gigantes y la cadena, el cual estaba agrietado, pero no roto. La magia de Utgar no se habia desactivado, por lo que alcanzo el lugar en dos pasos, salto con todas sus fuerzas elevándose sobre las cabezas de los gigantes.

- ¡Es hora de un baño! - Dijo mientras bajaba hacia el hielo, golpeando con ambas manos justo en una grieta.

Sintió el agua golpear su rostro, como se adentró el lago y todo se volvió oscuridad. Pero junto con ella, dos enormes cosas se adentraron, comenzaron a ser tirados hacia el fondo, creando remolinos de agua, que la agitaron de un lado a otro. Daban manotazos y patadas intentando nadar, aunque con la cadena tirando de sus cuellos y lo pesado que era parecía imposible no hundirse hasta el fondo.

Nado hacia la superficie, mientras que la oscuridad del lago la envolvía, notaba como una capa de hielo cubría su cabeza, toco aquel grueso hielo y se dispuso a golpearlo. Pero una mano sujeto su tobillo tirando de ella, luego otra y otra, casi podía jurar que eran una decena de cosas que la arrastraban al fondo del lago.

Tenía poco aire, pero miro hacia abajo, notando manos blanquecinas, caras pálidas y sus ojos de un total blanco. Notó que una náusea le ascendía por la garganta, su cuerpo se erizaba con brusquedad e intento patear aquellas cosas.

Daphne no podía creer lo que notaba apenas a centímetros de su rostro, el rostro de un hombre con la boca abierta en un grito silencioso, el cabello y túnica ondeando alrededor por el agua. Y no era el único, por las manos que la sostenían y hundían debían ser alrededor de una docena o más cadáveres. Apretó los labios e intento no pensar en el pavor que le provocaba que inferís la estuvieran arrastrando al fondo del lago negro. Daba patadas y golpes hacia todos lados, intentando que la soltaran, el aire comenzaba a faltarle y no sabía si estaba a un metro bajo el agua o al fondo del lago.

Algo viscoso le tomo del rostro e intento dar un puñetazo, su sorpresa fue grande cuando chillo y dijo en una voz clara - "Quédate quieta, no puedo ayudarte si me noqueas"-

Comprendía que era Molpe, pues cambio su forma de hablar y gruño - "No puedo más que congelarlos o despedazarlos, así que mejor no me hagas equivocar"-

Las cosas se movían alrededor con más brusquedad, pero estaba más tranquila y, segura de no estaba sola, pudo pensar con claridad. Tomo la varita y agitándola dos veces, creo una burbuja enorme alrededor de su cabeza donde pudo respirar y escupir el agua que habia entrado en sus pulmones; además de iluminar su alrededor.

No habia notado que tanto la arrastraron, más se encontraban justo en frente del portal del lago, donde Molpe la sostenida de la cintura y con una mano lanzaba agua y hielo en múltiples direcciones. Con cuerpos que se congelaban en un instante y comenzaban a hundirse.

Aunque Molpe lograba mantener a los inferís al límite, notaba como aparecían más y rostros pálidos. No tenía idea cuantos existían en ese momento y, peor aún, no podía crear fuego bajo el agua. Esa no era su especialidad.

- "Tendrás que subir"- dijo Molpe agitando su mano y creo una corriente ascendente de agua a su lado - "¡No lograre detenerlos! ¡Avisa de estos seres del averno!"-

Intento gritar que no la dejaría ahí abajo, pero un arco de luz blanca surgió, el portal que conectaba con el archipiélago arcano se acababa de encender. Aquella luz demostró las decenas de cadáveres alrededor, lo siguiente que supo es que un centenar de tritones y sirenas nadaban a su alrededor, alejando a los inferís.

Una enorme sombra también se observó, algo pequeña para ser un gigante, pero mucho más grande que cualquier persona normal.

- "Mi señora hemos venido a apoyarla"- dijo una Sirena que paro frente a ellas, portaba un traje de piedras marinas y conchas; además de una lanza. - "Marcus se encargará de los Inferís. Hay gigantes y enormes Acromantulas cruzando el hielo sobre nuestras cabezas ¡Ordene mi señora!"-

- ¡Elimínenlos! - dijo Molpe con una leve sonrisa al notar a toda su gente peleando a su alrededor.

Hubiera pegado un grito de sorpresa, aunque solo ella lo hubiera escuchado en aquella burbuja. Observo como aquel gigante diminuto se acercaba nadando, o lo que parecía un nado raro, era Grawp quien tenía en su cabeza una burbuja enorme, cubría desde sus hombros y ahí varias personas.

De un impulso Molpe comenzó a nadar directo a Grawp, el cual agitaba los musculosos brazos para salir a la superficie. Al llegar a ellos Molpe impulso a Daphne hacia la burbuja de Grawp, adentrándose en la burbuja y cayendo arrodillada en uno de los hombros del gigante.

- ¿Necesitas una mano? -

Alzo la mirada notando a una mujer muy parecida a Hermione, la señora Granger le sonreía, al igual que su esposo a su lado, tomo su mano y se levantó, empapada y observando a todos los presentes. Además de los señores Granger, también los señores Longbottom, Tonks e incluso a Dennis, Arthur y Nigel.

- ¿Qué sucede? - pregunto Daphne sin entender como estaban ahí.

- ¡Ese Potter nos envió al archipiélago Arcano! -dijo Tonks tan furiosa que el cabello se le ponía de un tono rojo oscuro - ¡Nos sacó de batalla! -

En esos momentos esperaba que Harry tuviera una buena explicación, porque Tonks lo machacaría en cuanto lo viera. En cuanto a Dennis y se mantenían serios y parecían no querer hablar. Mirando bien a los señores Granger y Longbottom, ambas parejas portaban uniformes de Auror, aunque desgastados y viejos. Incluso el señor y señora Granger tenían un par de pierneras y mochilas a su espalada.

-Eso… es entendible- murmuro Daphne pensando en su estado físico, más Tonks lanzo una mirada iracunda -Pero… -continuo y miro a los señores Longbottom y Granger - ¿Qué hacen aquí? -

-Tonks llego echando pestes al pueblo, nos explicó la situación y decidimos echarle una mano. Después de todo son nuestros hijos los que pelean en este momento -dijo el señor Longbottom serio -Creo que llegamos a tiempo para ayudarte-

-Si, gracias. No me quejo… pero ¿Cómo? -

-Hermione me explico cómo funcionan los portales. Una entrada y una salida en ambas vías, pero si una se rompía la otra dejaba de funcionar. Tonks nos informó de que habían sellado todos los portales y que con seguridad aislarían Hogwarts. Pero Hermione y Harry olvidaron un portal. - explico la señora Granger moviendo las manos explicando todo -Obviamente con tanto en sus cabezas seguro lo pasaron por alto, pero se olvidaron de un punto de entrada y salida al archipiélago arcano-

- ¿Y ustedes decidieron viajar al pueblo de las sirenas y entrar por el portal del lago? -

-Bueno, Grawp estaba alrededor del pueblo buscando a Hagrid y Kathor- dijo el señor Granger asintiendo - Nos llevó a donde estaba el portal, con todos fue fácil crear un casco burbuja lo suficientemente grande y… de paso convencimos a la gente del agua para que nos diera paso y vinieran a ayudar a su reina-

- ¿Convencimos? - pregunto la señora Granger cruzando los brazos.

- ¿Usted habla su idioma? -pregunto Daphne boquiabierta, ya que un muggle pudiera comunicarse con la gente del agua.

-Ni nosotros sabemos cómo lo logro- suspiraron los señores Longbottom.

-Solo es estudio y comprensión de un nuevo lenguaje- dijo la señora Granger agitando la mano, como si no fuera nada, quitando peso al asunto -Tenia tiempo de sobra y me interesaron las lenguas del mundo mágico. En resumen, ellos estaban preocupados por su reina, les convencí de activaros el portal y vinieran a ayudar, al final aquí estamos-

-Muy lindo, pero… disculpen lo que diré… son muggles y…-comenzó Daphne y ambos le miraron con una leve sonrisa.

-Tranquila- dijo el señor Granger -Estamos listos y preparados -Toco las perneras y la mochila.

-Bueno él preparado, yo si soy lista- dijo la señora Granger con una risilla.

-Amooooor, es una forma de hablar… no literal-

-Atentos- dijo Tonks y todos miraron hacia arriba, notando una capa blanca que cubría mucha área.

Grawp movió el puño y el hielo parecía un muro, dio un segundo y tercero, la capa era tan gruesa que parecía incapaz de ser rota.

-Tendré que romperla a la fuerza. A un lad…- comenzó Daphne, más la señora Granger saco algo de su pernera izquierda, era un dodecaedro y antes de que terminara lo lanzo hacia el hielo

Salió de la burbuja, cruzo el agua hasta el hielo, donde se incrusto en el hielo y con un apagado "Crac", el hielo se agrieto y por las grietas destellos rojos comenzaron a surgir. Pronto el hielo se derretía y abría ante sus ojos.

-Mas vale maña que fuerza, cielo- dijo la señora Granger poniendo una mano sobre su cabeza y acariciándola.

Grawp no tardo en levantar las manos, romper el hielo restante, al momento que comenzaba a alzarse sobre la gruesa capa blanca que uno segundos antes le impedía salir a la superficie. En cuanto Grawp rompió la superficie del agua, noto dos cosas, varios puntos en todo Hogwarts estaban incendiándose, a unos metros de ellos Rufus, Mavra y Ragnok tenían el control de todo. Aunque ahora a su alrededor hubiera Acromantulas, un par de Troll's de rio y múltiples Mortifagos que combatían contra los Aurores. Varios gigantes estaban noqueados y otros bajo la mirada de varios gigantes, pues eran los niños y ancianos que habían obligado a pelear.

- ¡UN GIGANTE! - Grito uno de los Aurores al mirar a Grawp por sobre su cabeza.

-Es uno de los nuestros- grito Daphne saltando del hombro y cayendo al suelo, mirando alrededor, estaban en un círculo y los Aurores, junto con Mavra y Ragnok, controlaban la situación.

-Señor…-

-Tranquilo Rogard- dijo Rufus acercándose, viéndolo bien se sostenía sobre su bastón y la cara la tenía golpeada. -Ellos son Pendragon…- señalo a Dennis y los demás -… pensé que no estaba en acción señora Lupin y señores Longbottom-

-Venimos a la acción, a que más. - dijo el señor Longbottom en una mueca muy parecida a la de Neville.

- ¡A la carga chicos! - dijo Dennis en voz alta y un instante después comenzó a correr en dirección de la batalla.

- ¡Es hora Pendragon, vamos con todo! -secundo Nigel mientras avanzaba tras Dennis, el pequeño Arthur, temeroso y algo asustado les siguió.

- ¡Chicos, con cuidado, por ahí no!- dijo Tonks.

-Creo que… debo de ir a cuidarlos- dijo el señor Longbottom antes de salir detrás de los menores, junto con Tonks, aun no lucia contenta, y dejando a tras a los demás.

Rufus miraba a la señora Longbottom que parecía temerosa y miraba a las Acromantulas con asco.

-Solo pasamos a dar una mano- dijo la señora Longbottom mirando alrededor y sacando la varita, sin decir nada, solo moviendo la varita, lanzo dos hechizos que golpearon a las Acromantulas incendiando su pelo -Disculpen… es que… son horrorosas-

-Eso no lo niego, pero me parece que también tienes un poco de Aracnofobia- dijo la señora Granger mirando a su alrededor, metiendo las manos a sus bolsillos y sacando lo que parecía libros pequeños, pasándole un par a su esposo.

- ¿Ustedes quiénes son? - pregunto Rufus con mala cara hacia la señora Granger quien le alzo una ceja.

-Tranquilo amigo- dijo el señor Granger girando los pequeños libros en sus manos - ¡Somos apoyo de inteligencia! -

- ¡Señor ex ministro de magia, los padres de Hermione Granger! ¡Señores Granger, el ex ministro de magia! - dijo Daphne mirando alrededor, sintiendo algo raro.

- ¿Muggles? - pregunto Rufus incrédulo, luego su cara de coraje surgió.

No dijo más, se sujetó la cabeza, igual que los señores Granger y ella también. Sus ojos se sentían pesados, la cabeza dolía y punzaba, un chirrido sonó en sus oídos, tan potente que fue doloroso. Aun con la magia de Utgar, podía sentir que sus oídos comenzarían a sangrar.

{¡USTEDES MALDITOS IMPUROS! ¡NO ME DERROTARAN! ¡REGRESEN MIS TESOROS Y SERAN PERDONADOS!} chillo la voz de Voldemort en su mente, se notaba cansada y llena de dolor.

Tan súbitamente como comenzó, el sonido termino y su mente se aclaró. Daphne estaba segura de que eso no era buena señal, pero antes de que alguien hablara, del agua saltaron varios Inferis, golpeando el suelo y sujetaron los tobillos de Rufus. Un quejido agudo y luego una llamarada de fuego surgió, quemando a los Inferis que salieron al lago, corriendo entre lamentos y llamas.

La señora Granger cerro el pequeño libro que tenía entre sus manos, soltó una última llamarada y humeo entre las páginas. Giro el libro en sus manos y lo coloco en su pernera.

-Creo que estos muggles acaban de salvarlo, señor exministro- dijo Daphne sorprendida.

-Algunos libros… tienen información muy interesante- dijo el señor Granger pasando el libro de su mano derecha a izquierda -Y la biblioteca Potter, tiene bastantes. Ahora expliquen ¿Qué fue eso? –

-Algo malo querido, algo malo- susurro la señora Granger mirando alrededor.

No dijeron más, Rufus se levantó y gruño, pero pareció mejor. Al instante, escucho un mensaje de Ron [Sofí necesitamos ayuda en las inmediaciones al bosque, hay muchos heridos]

[Estoy en camino] contesto Sofi del otro lado.

[Ron todos vienen en camino, necesito más ayuda] dijo Neville, aunque su voz sonaba agitada y baja.

Daphne llevo la mano a su oído y gimió [Amor, hay gigantes, Troll´s y Acromantulas. Apenas y pude detener a los gigantes] chillo Daphne cansada y sintiendo de nuevo los efectos de la magia de Utgar [Están desplegándose hacia la entrada]

Saco una de las barras y esperando que acostumbrarse al sabor se metió una a la boca.

[Voy de camino para reforzar a Neville.] gruño Theo algo cansado [Trajo casi tres docenas de hombres lobo, Sasha ha tenido problemas con ellos, los superan d ]

[Aquí sucede lo mismo, demasiados Troll's e incluso trajo criaturas de máxima peligrosidad ]dijo Neville aún más bajo. [Aún no ha ocupado al dragón alfa]

[ ¿Y los de nuestro lado?] pregunto Theo molesto por alguna razón.

[Esperando ordenes] jadeo Ron, tal cual si cargara un peso enorme [ ¿Hermione que tal de tu lado ¿¡HERMIONE!?] Grito aun así no hubo respuesta.

-Por ahora no puedo responder, exministro le encargo a los señores Granger. Iré a ayudar al frente- dijo Daphne caminando hacia Grawp, le palmeo el pie, haciendo que el semigigante le viera - ¡He muchachote! ¿Puedes lanzarme hacia el puente? -

- ¿Qué sucede? - pregunto Rufus a su espalda.

Grawp miraba a Daphne y luego a donde señalaba, una y otra vez sin comprender del todo.

- ¡Necesito ir de inmediato al puente! - dijo Daphne de nuevo sin mirar al exministro, en su lugar Grawp se agachó.

- ¿Grawp 'ansa Dane' a puente? - dijo Grawp señalando en la dirección indicada, donde por encima del lago y el acantilado se notaba el puente que cruzaba hasta el bosque del otro lado.

-Eso grandullón- sonrió Daphne más cuando observo que bajo su mano y la coloco frente a ella. Subió sin dilatar y de inmediato sintió como el gigante le aplastaba un poco, más le sostuvo y alzo en el aire.

- ¡Iremos a ayudar en cuanto terminemos aquí! - dijo la señora Granger cambiando de libro y al abrirlo, de las páginas, se asomó el hocico de un ave de trueno que comenzó a lanzar rayos y crear una tormenta que empezaba a lanzar rayos hacia donde señalaba el libro. No dijo nada, solo esperaba que Hermione no enloqueciera al enterarse que sus padres estaban en medio de todo aquello.

La gigantesca mano de Grawp se agito con fuerza hacia atrás, el gigante gruño y sin dudar la lanzo con toda fuerza en dirección del puente. Lo vio acercarse a una velocidad demencial, de una pequeña línea en lejanía a estar casi sobre del puente, ahí donde estaba por aterrizar observo un Troll, con su garrote arriba y abanicándolo en dirección de Neville. Alzo el puño, y reforzo su cuerpo con la magia de Utgar, un instante después se estrelló contra el garrote, despedazándolo al instante contra ella. Al tocar el suelo rodo para minimizar el daño y quedar a un costado de su amigo.

-Neville ¿Qué te paso? ¡No te desconcentres! - dijo Daphne alzando los puños al notar que otros Troll's los rodeaban - ¡Los hemos retrasado suficiente, por eso han enviado todas sus fuerzas aquí! ¡Quieren terminar ya! -

-Pues no creo que eso pase- gimió Neville, cansado e incluso pálido, la miro y sonrió un poco.

Mas delante de ellos, detrás de los Troll´s que les rodeaban Dumbledore, McGonagall y Ojoloco pelaban. Estaban rodeados por Acromantulas, Mortifagos y Troll´s, aun si ocupara su fuerza, necesitaba más gente, porque incluso múltiples Mortifagos se movían sobre sus cabezas como columnas de humo y descendían en el puente para acorralarlos más.

- ¡Ve por ayuda! - murmuro Neville serio, levantando ambas manos, con sus dos varitas listas. Viéndolo desde ese ángulo, era muy parecido a su padre, pero ahora lucia muy peligroso y cansado - ¡Yo puedo con ellos! ¡Dumbledore, McGonagall y Ojoloco necesitaran ayuda! -

No quería dejar solo a Neville con tantos enemigos, pero si quería ayudar más, ir por refuerzos era necesario.

- ¡Regresare en un momento! - dijo Daphne tomando sus manos y tronando los nudillos - ¡No mueras! -

Acumulo su fuerza y dos segundos después cruzo entre dos Troll´s, golpeando sus piernas, aunque no los derribo estos se doblaron un poco. En torno a donde pasara, habia batallas, hechizos volando, Acromantulas e incluso algunos Mortifagos volando alrededor. Donde iniciaba el puente noto a hombres lobo, la mayoría atacando a los Aurores que comenzaban a ceder ante ellos, sin contar con los Troll´s que en aquel lugar parecían multiplicarse. Golpeo un par de Mortifagos, viendo como un hombre lobo de pelo plateado estaba bajo el peso de un hombre lobo con pelaje oscuro y saltaba sobre la espalda de un hombre lobo negro, se pelearon entre gruñidos y rugidos, intentando morderse y darse de zarpazos que intentaba alcanzar su yugular. Estaba por ir a ayudar, cuando un rugido surgió y vio a un león salir de la nada, clavo las garras en el costado cuerpo del lobo oscuro, al mismo tiempo que encajaba su hocico en el lobo, y lanzándolo fuera del puente entre un chillido agudo.

El cuerpo del león se deformo, se retorció y en un segundo ahí estaba Ron, con arañazos en su cara, un moretón bajo la mandíbula y le sangraba él cuello; el traje por completo sucio y roto.

La loba con pelo plateado bufo y sin esperar un segundo más se lanzó a derribar a otro de los hombres lobos y mordió su yugular sin duda alguna, haciendo que la sangre de este salpicara la piedra y dejara rastros carmesíes en su hocico.

-Que asco- escucho decir a su novio

- ¡RON! - grito Daphne acercarse derribando a varios Mortifagos de un solo golpe, en sus costados. - ¡Dumbledore, Ojoloco y McGonagall pelean en el frente junto con Neville! ¡Necesitamos llegar ahí! -

Ron, terrenos lindantes al bosque prohibido.

Miro como varios árboles golpeaban a Kathor tirándolo contra un muro del castillo, derrumbando parte de este, al mismo tiempo que otros gigantes a su alrededor eran atacados por sus iguales. Por todos lados se veían piedras del tamaño de autobuses, árboles arrancados de rais e incluso una vieja ancla de barco pasando sobre sus cabezas. Hagrid le tomo y cubrió con su cuerpo.

- ¡HAGRID! - grito Ron cuando observo como un segundo después un árbol golpeo a ambos, lanzándolos a la distancia, golpeando el suelo, rodaron y el árbol quedo sobe la espada de Hagrid.

Ron, comienzo de la batalla.

Saco la cara del lodo, escupiendo todo lo que habia ingresado sin querer, bufando para poder respirar y mirándose lleno del contenido de aquella tubería. Sin contar que el Slytherin habia caído sobre su cuerpo.

- ¡Demonios! -grito Ron mirando a su alrededor, Theo estaba sobándose la retaguardia. Parecía que mientras el decenio todo de cabeza, Theo habia caído de sentón casi todo el tramo.

Estaban en el bosque prohibido, por los sonidos y el murmullo no muy lejos de la casa de Hagrid. Pues aquel lugar era iluminado por una enorme hoguera. La tubería terminaba en lo que era el fin de una colina, por lo que suponía que cruzaba bajo tierra y luego bajo el descenso a la cabaña de Hagrid.

- ¡Maldición! - dijo Theo levantándose también lleno de lodo - Concordemos no decirle de esto a nadie - gruño sobándose aun el trasero.

-Correcto- dijo Ron también algo avergonzado de haber sido el causante de car- ahora debes ir hacia allá- dijo mostrando la dirección correcta.

- ¡Tengo que correr hasta el estadio! ¿Cómo lo hare a tiempo? - pregunto Theo moviendo la varita para quitarse todo el lodo y agua.

Procedió a también a quitarse la suciedad, para luego sacar su cartera naranja y meter la mano hasta el hombro. -La quiero completa y sin un rasguño- Dijo al convocar una escoba de su interior, una saeta de fuego.

-Bueno, espero poder- dijo Theo emocionado y estirando las manos.

La alejo un poco antes de que la tomara y dijo - Si no la regresas tal cual esta, me deberás dos iguales-

-Claro, claro- dijo Theo sujetándola, montándola y viéndolo. - Aunque no creo que la regrese, por cierto… ¡suerte! -

Un momento después salió despedido cual bala, volando sobre las copas de los árboles y perdiéndose de vista mientras que comenzaba a cruzar el castillo.

-THEOFILO- grito.

De la nada y sin aviso dos presencias mágicas aparecieron, grandes y hostiles; incluso una tercera, menos hostil, pero con una magia que no lograba descifrar. También sintió algo oscuro, muy oscuro acercarse al castillo por el sur, justo donde Neville debía estar protegiendo la entrada al castillo.

Continúo avanzando, sabiendo que su amigo tendría una noche difícil. Pero él tampoco tendría una fácil pelea, noto los árboles rompiéndose a la distancia, como enormes voces surgían del bosque e incluso como eran acompañados por sombras que sobrevolaban las copas de los árboles.

Comenzó a correr, subiendo la colina en la que estaba, teniendo que pasar por varios árboles y luego haciendo un esfuerzo por no quedarse sin aire casi en la cumbre. Ahí se encontró que no estaba tan lejos donde vieron por primera vez a Buckbeack, por lo que solo en unos minutos llegaría a la cabaña de Hagrid. Corrió todo lo que pudo, y tuvo que sortear un par de trampas que habia el mismo colocado, hasta que llego al lindero del bosque y se notaba la cabaña de Hagrid a unos metros más allá.

Ahí a mitad de la colina estaban dos escuadrones completos, cinco gigantes, incluyendo a Kathor, también media docena de centauros, y elfos domésticos. Sin contar a Hagrid que estaba portando su vieja abrigo peludo, su varita y un paraguas rosa en la cintura.

- ¡YA VIENEN! ¡PREPARADOS! -grito Ron.

Se acerco a la enorme hoguera que estaba en medio de aquel lugar, notando que Buckbeack (alias Witherwings) estaba acostado y mirando todo como evaluando si ayudar o no.

- ¿Cuantos vienen? - pregunto el centauro que encabezaba toda la fila, una única fila que evitaba que tomaran una de las estradas del castillo.

Se dio cuenta de la magia, más lejos e incluso envolviendo Hogwarts. Entonces explosiones comenzaron a surgir en todos lados, la tierra se cimbro, la fuerza fue tal que varios gritaron y los centauros cargaron sus arcos. Escucho como cosas se desplomaban, entre ellos vio humo y tierra surgir lejos, ahí donde debía estar el puente de piedra que los conducía a Hogsmeade.

Gritos, risas y pasos sonaron en todos lados, en todas direcciones y lugares de Hogwarts. Tomo aire y sujeto su varita con fuerza, aunque el grupo de Gringots y de rescate acaban de terminar sus misiones, el no habia peleado, no como Neville y Harry, por lo que su magia estaba en su máxima fuerza. Esperaba fuera suficiente.

Una pequeña sombra sobrevoló los árboles, sintió la magia antes de que incluso pasara sobres su cabeza, era Harry, pero algo muy extraño estaba pasando con su hermano. El fuego enorme y caliente que lo caracterizaba estaba agitándose con violencia entre sombras, como si estuviera luchando por apagarse o explotar.

Se alejo tambaleándose y oculto por la oscuridad de la noche, se tocó el oído y dijo [ ¡Harry va a la torre Hermione! ¡No se ve bien!]

[ ¡Claro que no está bien! ]contesto por el arete y sintió la frustración, preocupación y miedo que sentía [ ¡Necesito todo el tiempo que puedan darme chicos! ¡Cada segundo y cada minuto es importante! ]

[Se hará lo que se pueda] contesto Theo con algunas voces a su alrededor, incluso aullidos.

[Defenderé la entrada tanto como pueda, no permitiré a nadie pasar] Contesto Neville con convicción.

[Hermi, Harry es tu prioridad, déjanos la batalla a nosotros] dijo Sofi algo agitada. [ Saca de una vez por todas aquello que daña a mi hermano]

[Chicos, les daremos donde más duele] grito Daphne y a su alrededor su escucho un grito general, que también se escuchó a la distancia.

[Hermione, las cosas se pondrán… pesadas, necesitaremos de los dos cuanto antes. No es por … meter presión] dijo Ron observando a la distancia los árboles moverse, incluso algunos gritos y otros de dolor.

[ ¿Es raro que cuando digan sin presión, sientas más presión? ] pregunto Hermione entre un gruñido y gemido.

[Solo cuando te lo dice alguien que hace estrategias como yo]

[Billius juro que uno de estos días…]

[No me llames Billius, Jean]

La risa de Luna se escuchó y murmuro [Me alegra mucho estar a su lado]

Observo salir de la limitación del bosque a varios Mortifagos, peleando con lo que eran estatuas de piedra, algunos le lanzaban hechizos que no les hacían nada y otros que explotaban en concreto; y seguido de ellos los árboles se movieron, mostrando Troll's que pisaban las trampas y estatuas sin problemas; además de … Arañas. Enormes Acromantulas, peludas, con sus ocho patas asquerosas, esos ojos que miraban en todas direcciones y aquellas mandíbulas babosas.

[ Hermione, ahora si quiero que lo hagas lo más rápido posible] trago duro y observo a los Mortifagos avanzando hacia ellos [ Y ¿Recuerdas el hechizo que ocupo Harry aquella vez que se fue solo contra Aragog? ]

Un par de hechizos fueron en su dirección, pidiéndolos alejar hacia el cielo con un solo movimiento de varita, pero en seguida otra decena de hechizos ya surgían. En seguida de su lado varios Aurores despejaron los hechizos, también comenzaron el contrataque, rayos verdes, rojos y de todos los colores comenzaban a cubrir los campos.

Gritos, explosiones, surgieron en cada parte del castillo. Observo como de la nada surgió un grupo en escoba desde el cielo, lanzando hechizos a los del suelo creando una línea de explosiones en todo lo largo del patio, aunque varios Mortifagos se volvieron humo negro y comenzaron a perseguir a las escobas.

- ¡Avancen! - dijo una voz calmada detrás de él.

Todo su pelotón pareció avanzar un momento. - ¡Esperen! - dijo Ron alzando un escudo adelante y creando una barrera alta y ancha para aquellos a tu lado. - ¡Hasta que comiencen a subir no ataque! ¡Aquí tenemos la ventaja! ¡No pierdan su ventaja! -

-Ya veo- dijo enfilándose a su derecha, era Firenze que portaba una espada en la cintura donde cambiaba a caballo y un arco en la mano - ¡Desde este momento hagan caso a las indicaciones de este joven! -

Los centauros golpearon con sus cascos al mismo tiempo en señal de confirmación. Cada hechizo golpeaba la protección y era revotada hacia otro lado, algunas incluso desapareciendo al instante, aunque a Ron le comenzaba a costar sostenerlo. Al ver que no se moverían los Troll´s soltando rugidos y comenzaron a correr en su dirección, intentaban acercarse de prisa, aunque de forma torpe y sorprendiendo a su propio lado. A la derecha Kathor levantaba un buen árbol con quien abanicaba haciendo que los hechizos hacia él no lo alcanzaran, aunque algunos rosaban sus cabellos o piel, dejando en el ambiente a pelo chamuscado, pero sin dañarlo.

Al ver que los Troll´s avanzaban sin resistencia alguna, los Mortifagos que se acercaron corriendo y con risas. - ¡Primera barrera! -dijo Ron apuntando la varita delante.

El escudo se desvaneció, los centauros en un instante tomaron flechas, tensaron los arcos y dispararon. Las puntas de sus flechas eran de simple piedra, pero en ellas había algunos cristales mágicos, runas y por supuesto estaban encantadas.

Las flechas describieron una parábola, luego cayeron a la tierra, donde entre risas y celebraciones los Mortifagos las desviaron. Todas y cada una de las flechas estaba en el suelo.

Mas los Mortifagos soltaron grititos un segundo después, perdieron sus máscaras, demostrando caras pálidas, e incluso el cabello comenzó a ir hacia el cielo al igual que su ropa e incluso algunos se intentaron agachar; otros eran enterrados hasta el cuello; e incluso sus ropas comenzaban a pegarse al suelo o deshilarse y comenzar a amarrar a quien la portaba.

Otros al ver las trampas empezaron a volverse humo, lograron despegar del suelo, pero al llegar a cierta altura volvían al piso con tal fuerza que se estrellaban contra la tierra. Sobre todo, los Troll´s que en ese momento intentaban dar golpes con las enormes porras y la cara contra la tierra.

Aprovecharon los que notaron aquello para aturdir a algunos y otros encerrarlos en aquellas linternas de sus hermanos, aunque la mayoría de Mortifagos conocían los viejos trucos de trampas mágicas y en un instante se liberaron.

Se acercaban con rapidez, estaban por llegar a la mitad del terreno, cuando una luz ilumino todo a su alrededor. No necesitaba verla para saber que Harry acababa de llegar a la torre y estaba poniendo alguna clase de protección para encerrarlos, ya que era parte del plan, pero algo se sentía muy mal. Pues no parecía la clásica barrera, si no una como la que utilizaron en el concilio. El color azul transparente comenzó a crear una cúpula sobre toda el área de los terrenos de Hogwarts, de un lugar mucho más grande que del área circundante al castillo.

Muchos Mortifagos se descuidaron, dando la oportunidad perfecta para atacarlos y acabar con los que estaban en la primera línea, justo lo que los Aurores hacían y Ron estaba por hacer, si no fuera por que escucho un gemido de dolor por su arete.

[ ¡HARRY!] escucho gritar a Hermione.

Volteo a ver la torre, en el preciso momento en que un hechizo surgió del bosque, uno tan poderoso que al estrellarse con la protección este ondeo como agua y por un momento pareció cubrir todo el lugar con aquella imponente explosión. Creando que sus oídos zumbaran, el castillo temblara dejando caer algunas tejas y rompiendo cristales, incluso que por un momento todo quedara quieto.

No escuchaba gracias al zumbido en sus oídos, pero algo sabía, era que algo estaba saliendo mal en la torre de astronomía, escuchaba entre cortado lo que pasaba; Hermione gritaba, hablaba y lanzaba hechizos, pero no podía ir por la batalla que estaba enfrentando, aunque sus mejores amigos estaban en peligro.

- ¡NUEVAS ORDENES! ¡MATENLOS! -escucho el grito un Mortifago a la distancia, distorsionado y bajo por el zumbido por la explosión.

Aunque intentaba continuar en la pelea su mente estaba con sus amigos, cosa que no debía hacer. Sintió una mano en su hombro, pero una enorme y pesada, un segundo después sus pies se despegaron del suelo y su cuerpo fue zarandeado hacia un lado.

- ¡No te distraigas! - dijo la voz a su lado cuando por fin volvió a tocar el suelo con dureza y un cuerpo enorme se puso en su camino de un hechizo que exploto justo donde habia estado un momento antes. Hagrid le habia salvado la vida.

- ¡Gracias! - dijo Ron volviendo a ponerse en pose de combate, respirando y despejando su mente. - ¡Tenemos que ir con todo! -

- ¡¿Harry y Hermione? - pregunto Hagrid levantando la varita y bajándola al suelo, creo varios muros de tierra que surgieron por la colina, aunque no duro por las explosiones continuas.

-Están ocupados. Entraran en batalla en cuanto puedan- Gruño Ron observando un grupo de Acromantulas acercarse con un montón de Mortifagos detrás - Por lo mientras tenemos que reducir números-

-No estoy tan seguro de que podamos- indico Hagrid alzando a un pequeño elfo y ponérselo en el hombro.

No lo reconoció hasta ese momento, Dobby portaba un traje pulcro de Pendragon, en su espalda decía "Potter" y sobre sus cabezas, ocultando sus orejas, estaba un gorro de lana viejo y color rojo. Con chasquear sus dedos, las enormes cantidades de pequeñas piedras se levantaron y salieron disparadas hacia los Mortifagos.

-así se hace Dobby, aunque podrías hacerlo con algo que les haga mas daño-

- Dobby no pretende nunca matar, Dobby solo mutila o hiere de gravedad. -

Soltó una leve sonrisa y alzo la varita, si un pequeño elfo podría dar todo de si, también podía hacerlo. - ¡Harry nos dejó esto en nuestras manos! ¡EL CONFIA EN NOSOTROS! - Volvió a agitar la varita, entonces el fuego surgió en la oscuridad: un anillo de llamas rojas y doradas comenzó a circular alrededor de su cabeza y aumentar del tamaño hasta volverse del tamaño de un pilar de Hogwarts y enfilarse varios metros delante.

- ¡CENTAUROS EN LINEA, ELFOS HECHICEN LAS FLECHAS! -Grito Ron sin dejar de girar la varita pues aquel hechizo requiere un constante flujo mágico y concentración, si no lo mantenía podría destruir el bosque y sus alrededores.

- ¿¡Que quieres hacer!?- pregunto Firenze a su derecha.

Los Mortifagos y las Acromantulas ya estaban por llegar a ellos, los muros de tierra solo les dieron tiempo, pero no freno del todo a ninguno.

- ¡DISPAREN AHORA! - Grito Ron mirando como los Mortifagos lanzaban montones de hechizos que comenzaban a apagar el fuego convocado.

En un instante varios elfos estaban sobre el lomo de los centauros y tenían las manos sobre los carcajes, lanzando hechizos a las flechas que de inmediato tomaban los centauros y lanzaban. Los primero fueron desviados con tal facilidad como las primeras flechas, pero la siguiente tanda crearon explosiones en cuanto eran intentados desviar y algunos incluso perforaban sus protecciones, encajándose en los hombros o piernas de los Mortifagos, dejándolos inconscientes.

- ¿Qué clase de fuego es ese? - pregunto Hagrid atónito.

-Un punto intermedio entre el fuego maldito y el fuego animal - gruño Ron, su control sobre el hechizo empezaba a titilar, sentía como si le quemaran los dedos con un ardor que poco a poco avanzaba por su piel – Es una tormenta de fuego -

Se notaba que los superaban en número, aun con los Mortifagos que caían en todas direccione, seguían avanzando. Los Centauros y los duendes se encargaban de hacer lo más posible por apuntar lo mejor posible y hechizarlo lo más rápido, pero eran tantos que no podrían con ellos. Kathor y los gigantes era de gran ayuda, alejaba a los que volaban en su dirección o sobre ellos, arrojándolos con el enorme árbol o simplemente siendo escudo para que no los atacaran por arriba.

En ese preciso momento vio que todos los Mortifagos levantaban la varita y arrojaban agua a su tormenta de fuego, que comenzó a extinguirse y antes de darse cuenta se apagó, arrojando un montón de vapor en todas direcciones, dejando un ambiente lleno de calor y humedad, que hizo a Ron sentirse más pesado y aletargado. Ya que por un instante se vieron envueltos en un ambiente muy diferente.

Escucho los "tac tac tac" de las patas y mandíbulas de las Acromantulas, con seguridad los habia alcanzado y estaban sobre de ellos, intento notar sus magias, pero eran tan extrañas y le daba escalofríos.

- ¡VENTUS! - Gritaron en varias direcciones, el incluido. Arrojando todo el vapor lo más lejos posible.

Durante un segundo todo estuvo tranquilo, hasta que escucho a su derecha un - ¡Incendio! - y chillidos de Acromantulas. Apenas giro la vista noto como Sofi, con su bata blanca y morada, estaba junto a un Auror y Centauro que tenían múltiples heridas; sin contar con un par de Acromantulas que se alejaban con el peludo cuerpo encendido. Ella solo lanzo hacia el suelo y en un parpadeo desapareció junto con los heridos

Para sorpresa de Ron se habían acercado, en ese pequeño momento una enorme Acromantulas estaba a solo un metro de su cuerpo. Subió la varita, pero la tenía sudorosa y le tembló al notar esos ojos brillantes, esas mandíbulas asquerosas, sus patas con miles de pelos sucios y como avanzaba con la boca pestilente directo a su cuerpo. Su corazón palpitaba con tanta fuerza en sus oídos que su mente se nublo, dio un leve jadeo buscando aire al notar que no era solo una, si no una decena de Acromantulas quienes ya estaban rodeándolo. Le faltaba el aire, su estómago dio un vuelco y su cuerpo se sintió presionado, aturdido, parecía a punto de desmayarse.

No era el mismo, parecía que se separaba de su cuerpo, por un instante se sintió de piedra y aturdido, y aunque quisiera su cuerpo se negaba a hacerle caso, se negaba incluso a respirar, estaba por perderse, volverse loco por aquellas criaturas. Incluso moría de verdad.

- ¡CUIDADO! - Grito Hagrid un poco alejado, pues ahora estaba cubriendo a los centauros que ahora sin flechas, sacaban espadas y hachas para un combate cuerpo a cuerpo con los Mortifagos y Acromantulas que se acercaban. - ¡MUEVETE RONALD! -

Estaban las Acromantulas ya sobre de si, sus largas patas peludas se dirigieron a su cuerpo, sus mandíbulas espumeantes y llenas de baba negra se acercaban a su cuerpo. Necesita salir de aquello, sabía que si no se movía seria comida de araña, pero su fobia habia tomado control y ahora manejaba su cuerpo. O por lo menos la parte que controlaba su cuerpo, pues en el preciso momento se mordió la mejilla y sintió su cuerpo volverse más y más pequeño, a sus huesos doblarse y cambiar forma, sus músculos cambiar e incluso a salirle pelaje.

Ron se habia transformado en un Jack Russell Terrier, corrió por entre las patas de las arañas alejándose un poco y tomando distancia. Una vez al estar cerca de Hagrid, volvió a ser el mismo en un instante, más estaba jadeante, con una sensación de hormigueo en extremidades y sangre en la boca.

Escalofríos le recorrió la columna al sentirse paralizado por su fobia, en aquello no habia pensado y sin lugar a duda, acababa de tener un ataque de pánico, era algo en lo que necesitaba trabajar. Pero no en ese momento que de nuevo las arañas enormes comenzaban a acercarse, sentía que no le respondió el cuerpo.

- ¡Señor Ronal! -chillo Dobby en algún lado.

- ¡¿Te encuentras bien Ron?!- pregunto Hagrid desde su costado, expulsando un par de Acromantulas con su varita, mientras que con su paraguas abierto habia creado un escudo para defender, pues era lo único que podía hacer mientras los centauros ahora trotaban hacia abajo atacando a aquellos que subían.

No contesto, no se sentía tan bien para hacerlo, pues su frente estaba llena de sudor y tomaba bocanadas de aire con la boca, en un intento desesperado de oxigenar su cerebro y encontrar una buena estrategia. Debía de encontrar un hechizo en su mente para combatir contra ellos, entonces lo recordó, el hechizo que le habia dicho Harry que ocupo en aquella ocasión.

Levanto la vista, la cual parecía acercar y alejar a las Acromantulas por segundos. Con la mano sudando, la varita temblando y apenas respondiendo su cuerpo murmuro - ¡Araexum! - salió una luz perlada, seguida de un siseo y sin que él lo planeara choco con la Acromantulas más cercana, que chillo y callo con las patas hacia arriba.

Lo tenía, pensó Ron sonriendo un poco, al no estar del todo repuesto. Mas aquello le dio un poco de confort, seguridad y supo que por lo menos podría eliminarlas. Sobre todo, porque noto un mar de Acromantulas a su alrededor, parecía no haber lugar donde no hubiera, incluso comenzando a escalar hacia el castillo.

- ¡ESCUCHEN! - grito con la poca voz que tenía, casi sonando chillona - ¡ARAEXUM! ¡Elfos traigan más flechas y encanútenlas con el hechizo y ataquen a las Acromantulas-

Esta vez no lo pensaron dos veces, los elfos saltaron de los lomos de los centauros y desaparecieron, un instante después reaparecieron con carcaj llenos de flechas y volvieron a comenzar a recitar el hechizo, infundiéndolo en las flechas. Lanzaron una buena tanda de flechas con el hechizo que salió disparado y en menos de cinco minutos un centenar de Acromantulas estaban sobre sus patas. Los números de los Mortifagos comenzaban a descender y algunos incluso se encontraban retrocediendo, dándole seguridad y pensando que tal vez tendría tiempo de ir a donde Harry y Hermione.

Pero de la nada los árboles comenzaron a salir del bosque tenebroso, volaron sobre todo el cielo, se veían como si fueran arrancados de sus raíces y arrojados hacia ellos, como si fueran simples ramitas. Eran tan grandes y venían con tanta fuerza que no podía ser alguien normal él causante. Los primeros chocaron con el muro del castillo, quien se tambaleo soltando tierra y haciendo que el árbol se destrozara.

Uno de esos árboles caía directo a ellos. - ¡SEPARENCE, EVADANLOS! - Hubo quienes solo atinaron a lanzarse a lados contrarios, los demás centauros trotaron lejos. - ¡Dobby, Firenze! - dijo Ron sin saber donde estaban, aunque por su visión periférica, noto como Dobby salto al lomo de Firenze y un tronar de sus dedos desaparecieron.

Los gigantes solo se cubrieron las cabezas, pero ahora no solo eran árboles, si no rocas enormes y tan grandes como autobuses, árboles arrancados de rais les eran arrojados e incluso una vieja ancla de barco pasando sobre sus cabezas. Hagrid le tomo y cubrió con su cuerpo.

- ¡HAGRID! - grito Ron cuando observo como un segundo después un árbol golpeo a ambos, lanzándolos a la distancia, golpeando el suelo, rodaron y el enorme tronco del árbol quedo sobe la espada de Hagrid. La frente del semigigante sangraba, su cuerpo estaba de lado y su brazo sobre Ron, impidiendo que el tronco también lo aplastara - ¡HAGRID! -

Continuaron lanzando enormes objetos hacia ellos, hasta que todo se calmó y por un minuto el silencio reino. Hagrid habia soportado todo el golpe, solo se quejaba, apretando los dientes y cerrando los ojos. Aunque de su boca y nariz sangraban, saliendo finos hilos hacia su mejilla y barba. Se preocupo un momento, pero lo escucho jadear y tomar aire. Las ramas llenas de follaje le impedían ver que o quien era el responsable de ello, pero esperaba que no fuera lo que pensaba. Sería muy problemático.

- ¡Aguanta, ya mismo te lo quito! -dijo Ron pasando la varita por la parte de atrás de la nuca de Hagrid- ¡Wingardium leviosa! -

Los troncos comenzaron a crujir, las ramas cayeron y el follaje también, mientras Ron hacia fuerza poco a poco levantaba el peso sobre Hagrid. Era un árbol enorme y aquella extensión era mucho para el solo, no podía lograrlo levantar del todo. Hubo un "pop" y luego el árbol comenzó a levantarse con facilidad, hasta que tuvo suficiente espacio para salir, por lo que Ron tomo el brazo de su amigo y comenzó a tirar de él, mientras que mantenía el hechizo que levantaba parte del tronco. Salió entre las ramas, tirando del cuerpo de Hagrid que se quejaba y bufaba del dolor.

Miro cuatro árboles completos flotando sobre de ellos, Dobby tenía las manos levantadas y parecía que a cada segundo su rostro se ponía más y más rojos.

Apenas lo quito del área donde cayeron, ambos dejaron el hechizo y dejo caer los árboles, que provoco que se enterraran por lo menos medio metro en el suelo.

- ¡Hagrid, Hagrid, responde Ha…-

- ¡Estoy bien! -gimió Hagrid sosteniéndose las costillas y girándose un poco y bufando hasta quedar sentado, tenía sujeto con fuerza la varita.

Ron no hubiera utilizado esas palabras, Hagrid tenía muchos arañazos en la cara y espalda, además de un corte feo en la frente. Llevo la mano a la muñequera de Hagrid sacando varias pociones comprimidas, de sangre, de bálsamo de asclepsias tuberosa, Purpura de Zolt y restauradora de energía. Inyecto su magia en las tres esferas de colores y estas las aplasto en el hombro de Hagrid, el cual emitió un leve gemido y rostro recupero color, así como su herida dejo de sangrar.

- ¿Cómo estas tú? - pregunto Hagrid ya más compuesto, mientras Dobby intentaba bajar de un tronco de árbol, colgando sus pequeñas piernas por un costado.

-No muy bien- dijo Ron mirando al bosque -Levántate Hagrid, esto aún no termina, necesitamos a Kathor, a todos los Aurores y centauros, su fuerza será necesaria ahora-Hagrid levanto la vista y soltó un quejido con fuerza al momento que palidecía.

Con el sonido de cien arboles siendo golpeados por una enorme masa de musculo, entre los arbole surgieron enormes formas, caminaba con torpeza y lentitud, pero Ron miraba al más grande, más fuerte y que estaba casi seguro de quien se traba pues no por nada Harry estaba casi seguro de que aparecería. Estaba lo bastante lejos, pero con aquel colosal tamaño colosal, supo que estaban en problemas.

Estaba realmente sorprendido y aterrado por la presencia de por lo menos 5 gigantes con enormes armas de madera. El que de verdad hacia que Ron tuviera escalofríos era aquel gigante que, sin lugar a duda, era más grande de todos los que habia en la historia mágica. Tenía las piernas del tamaño de columnas del triple de ancho y con aquellos brazos no dudaba que era quien les arrojo árboles y piernas. Aunque Harry lo habia descrito algo rechoncho y fofo, ahora parecía en forma, aunque su cara concordaba con lo dicho; Ojos porcinos, una nariz chata, barba con restos de comida y sangre, sus dientes casi de un tono negro. Solo llevaba unos pequeños pantalones hechos de pieles diferentes, y un collar de huesos de diferentes creaturas rodeándole cuello.

Sus ojos eran completamente duros y fríos, una sonrisa diabólica decía que de verdad sería un dolor de trasero.

- ¡Deber irse! - dijo una gruesa voz a su espalda.

Kathor se levantaba de forma torpe, junto con los otros gigantes, ahora notaba la diferencia de tamaño y por qué aquel gigante fue alguna vez el Gurg del clan. Golgomath superaba a Kathor por una cabeza, y con seguridad una de sus manos podría romperle el cráneo en un par de golpes.

- ¡DEBER IRSE! - Gruño Kathor al levantarse - ¡Golgomath matar! -

- ¿Y a dónde nos iremos? - pregunto Ron escupiendo sangre, mientras escuchaba como las peleas en todos lados se intensificaba, incluso aullidos y gritos se escuchaba por todos lados.

Golgomath avanzo, saliendo del bosque, notaba que arrastraba una enorme hacha de guerra platinada, de esas que tienen una parte filosa y otra con lo que parecería un martillo, aunque enorme. Se notaban restos de mugre y suciedad en todos lados, lo sobresaliente del hacha era la sangre seca que tenía en ambos lados, incluso podría pensar que habia cortado un par de cabezas.

Kathor rechino los dientes y apretó los puños, Golgomath de verdad le aterraba. Pero si era así, debía hacer algo para animarlo a pelear contra su viejo Gurg. Si quería acabar con Golgomath, necesitaría los puños de Kathor y de los demás gigantes.

Echo una mirada a su lado. Dobby, sin decirle nada, estaba sacando a aquellos que quedaron enterrados bajo los árboles. Los Aurores comenzaban a acercarse haciendo ruido, al igual que los centauros, duendes y elfos, aunque ninguno en un estado decente. Tenían golpes, rasguños e incluso algunos sangraban bastante.

Y no eran los únicos, Mortifagos pasaban bajo los pies de Golgomath, otro ciento de Acromantulas se unieron y comenzaron a surgir otra vez del bosque. Parecían olas interminables de esos bichos.

Golgomath dio un paso y la tierra tembló, se rio levantando el hacha, haciendo que casi todos se pusieran en defensa y listos para salir de donde la fuera a usar. Pero solo la subió a su hombro mientras reía y mostraba sus podridos dientes. Hablo en una lengua extraña, la lengua de los gigantes.

Kathor le respondió en un grito, pero Golgomath solo se rio a carcajadas.

-Hagrid, ¿Qué tal estas para pelear? - pregunto Ron mientras ellos dos charlaban en aquella lengua.

Hagrid se movió hacia Ron, se notaba una cojera y cara de dolor, denotando que aquel golpe fue brutal y aun no se recuperaba.

- ¡Estoy listo! -

No dijo nada más, ahora mismo, no podía darse el lujo de perder números, solo debía encontrar la forma de mover sus piezas. Se despeino el cabello con una mano, tomando aire y cerrando los ojos. Se olvido de lo que ocurría en otros lugares, en como iría a Harry y Hermione, en que tal estaría Daphne o si amigos aun continuaban en batallas. Si quería ir a su lado a ayudarlos, necesitaba primero acabar con Golgomath y aquella batalla.

Miro a su derecha y movió el acuello, así como sus brazos.

- ¡Necesito que seas mis ojos! - dijo Ron inclinándose un poco y dando leves saltitos - ¡Protégeme de cosas que no vea! -

En seguida paro y coloco la varita en su muñequera, se preparó y tomo mucho aire. Comenzó a correr a toda velocidad a Golgomath, el cual estaba distraído riéndose y burlándose de Kathor. Para cuando se dio cuenta ya estaba muy cerca de sus apestosos pies, también de los Mortifagos y las Acromantulas.

- ¡Atáquenlo! - grito uno de los Mortifagos - ¡GOLGOMATH APLASTALO! -

Ron observo como el gigante entendió, tomando el hacha con dos manos y balanceando hacia su persona con la parte pesada para aplastarlo. También una docena de hechizos que lanzaron los Mortifagos. Sin embargo, Ron sonrió, antes de que cualquiera estuviera en un rango que pudiera dañarlo, su cuerpo comenzó a cambiar y a volverse más pequeño, delgado y alargado. Al terminar era una serpiente bastante grande, que repto por el suelo esquivando todos los hechizos serpenteando entre ellos, y llegando a la pierna de Golgomath, donde las Acromantulas huyeron despavoridas al escuchar su siseo.

Al sentir que algo subía por sus piernas, dio pasos hacia atrás, aplastando Acromantulas sin dudar y de paso a un Mortifago que chillo al su pie sobre su cabeza. No termino ahí, volvió a cambiar ahora convirtiéndose en un águila, para emprender vuelo y comenzar a volar lo más cercano al cuerpo de Golgomath. Si algo le habia quedado claro de lo que le conto Harry, es que entre más cerca, menos podía ver y atacar Golgomath, era como un insecto de verdad, podía ser eliminado si no se ponía en su rango y alcanzado por sus enormes manos.

Golgomath se movió y gruño, lanzando hachazos en todas direcciones. Cortando las copas de los árboles, creando un surco en la tierra, también una de las piedras que lanzo y sin dudar la cabeza de uno de los gigantes que le acompañaban.

- ¡MILTIDOS INSECTOS! -grito con fuerza.

Estaba por llegar a su hombro cuando noto un hechizo ir directo a su cuerpo, más continúo volando, y antes de que pudiera llegar a darle, a un metro de su cuerpo, este exploto por un segundo hechizo lanzado por el mismo Hagrid; quien se sostenía las costillas con la mano que no ocupaba la varita.

Se des transformó en su hombro, cayendo un poco duro, pero logrando aferrarse a la parte trasera de su collar de colmillos.

- ¡A El! - gritaron abajo.

Pero Golgomath gruño y aplasto a todo el grupo de Acromantulas que se dirigían a sus pies, agradecía que no le gustaran las arañas, de esa forma podría enfocarse en derribarlo. Se apunto al cuello y dijo con una voz que se amplifico con magia.

- ¡GIGANTES EL NO ES INVENCIBLE! ¡KATHOR DEMUESTRA DE QUE CLAN ERES! -

Seguido de ello, Ron volvió a transformarse, en gorila que le ayudo a trepar por el enredado cabello de Golgomath, que era igual que un montón de follaje café, aunque olía a podrido y se sentía como tocar una vieja lana llena de grasa.

El gigante comenzó a agitar la cabeza para sacarlo de encima, esta vez golpeándose el mismo la cabeza, y aplastando a más y golpeando a los gigantes por moverse sin cuidado. Ron estaba concentrado en no ser aplastado, esperanzado que Kathor le ayudara. Un minuto después Ron perdía fuerza y comenzaba a sospechas que no sería así, pero se equivocó, los gigantes fueron contra los que acompañaban a Golgomath. Kathor, por su parte, se lanzó contra el cuerpo del gigante mayor, entre gruñidos descomunales, golpes sordos y un movimiento endemoniado logro derribarlo con una tacleada, y sin parar comenzó a propinar puñetazos a su rostro sin parar. Lo cual aprovecho Ron para volverse a transformar en una guila y volar hasta la frente, esperando que no le vieran. Si lograba lanzar suficientes hechizos justo en la frente, tal vez lograría dejarlo fuera de combate.

Apenas llego y regreso a ser el mismo, alzo la varita y lanzo un desmaius, pero esta solo reboto en su piel, tuvo un segundo para pensar otra cosa, intento con las pociones comprimida de petrificación, pero estas solo entraron en su piel sin hacer daño real, solo haciendo que la grasa que lo cubría se solidificara. Aunque notaba por las sacudidas por los golpes que nada dañaba a aquella enorme cosa.

El gigante soltó un grito fuerte, alzo el hacha e incrusto el enorme mango en el costado de la cabeza de Kathor, lazándolo a un costado. Las peleas a su alrededor eran creaban el sonido a trenes en colisión. Kathor con un chichón en la frente se levantó e intento golpear a Golgomath otra vez, el cual no dudo levanto el hacha y de un tajo, atravesó el pecho de Kathor.

-¡NOOOO!- Soltó Ron al ver como la herida cruzaba su pecho.

Comenzaba a sangrar copiosamente, el gigante se tocó el pecho y soltó un gruñido, aun así, intento dar otro golpe a su adversario. El cual solo levanto el puño y dio un colosal golpe a Kathor, quien se tambaleo con fuerza y cayo de espalda contra el monte, con los ojos en blanco y sangrando del pecho.

Ron se transformó en un ave alejándose lo más posible de Golgomath, su táctica habia fallado y perdido a Kathor, el cual no parecía que se levantara.

Llego con Hagrid quien seguía intentando ayudar todo lo posible, pero su herida parecía comenzar a pasarle factura.

- ¡Maldición! - gimió Ron al regresar a su forma - ¡Tienes que ir al centro médico Hagrid! -

- ¡No! -

- ¡Hagrid! –

Golgomath comenzó a reírse, mientras tomaba a los gigantes del clan Pendragon y los golpeaba en los costados, los noqueaba de un cabezazo y luego los pateaba para que quedaran tendidos en el suelo. Era tal su risa que Ron sabia que estaba fuera de sus cabales, llegando a tomar a los gigantes de su propio lado y golpearlos también.

Estaba formando planes, pero su cabeza dolió y un chirrido en sus oídos surgió, tan fuerte y doloroso que tuvo que cubrirse los oídos. Aun así, lo escuchaba, y no era el único, Hagrid y hasta el mismo Golgomath se lo cubrían.

{¡USTEDES MALDITOS IMPUROS! ¡NO ME DERROTARAN! ¡REGRESEN MIS TESOROS Y SERAN PERDONADOS!} chillo la voz de Voldemort en su propia mente, se notaba cansada y llena de dolor, creando el sonido en su mente era algo insoportable, provocando que soltara un lamento.

La sensación se desvaneció tan rápido como apareció y un grito agudo surgió de los bosques, oculto por todo el ruido de la batalla. Entonces lo supo, estaba resultando, Hermione estaba librándose de los Horrocruxes y estaba desesperado por evitar que eso pasara.

- ¡TODOS AL FRENTE DEL CASTILLO! -Grito la voz de un Mortifago desde la parte de atrás del bosque - ¡NOS QUIERE A TODOS ATACANDO DE FRENTE! -

Golgomath gruño y tronándose el cuello dijo - ¡Son solo basura! ¿Dónde está esa maldita pulga? - Comenzó a avanzar directo por la colina, subiendo y dirigiéndose a la entrada del castillo. Con seguridad ahí donde debía de estar protegiendo Neville. Miro como algunos Mortifagos aun atacaban a los Aurores restantes, incluso los Centauros estaban intentando ayudar, pocas flechas le quedaban y algunos estaban heridos en el suelo. Las Acromantulas desaparecieron tras el bosque y no supo si rodearían por los bosques hasta llegar al otro lado o estaban retirándose al notar que Golgomath mato a más de la mitad sin compasión.

Se toco el oído [Sofí necesitamos ayuda en las inmediaciones al bosque, hay muchos heridos]

[Estoy en camino] contesto.

[Ron todos vienen en camino, necesito más ayuda] dijo Neville, aunque su voz sonaba cansada y herida.

[Amor, hay gigantes y Troll's. Apenas y pude detener algunos] chillo Daphne [Están desplegándose a la entrada]

[Voy de camino para reforzar a Neville.]gruño Theo mientras que se escuchaba aullidos de su lado [Trajo casi tres docenas de hombres lobo, Sasha ha tenido problemas con ellos, los superan d ]

Eso no lo esperaba, no esperaba que superaran a los hombres lobo en número, pero si Fenrir se habia dedicado a morder a magos de todos lados, con seguridad aumentaron sus números con rapidez.

[Aquí sucede lo mismo, demasiados Troll's y varios gigantes, incluso creo que tenía un dragón]

[ ¿Y los de nuestro lado?] pregunto Theo algo molesto.

[Esperando ordenes] dijo Ron pasando el brazo de Hagrid sobre el suyo para ayudarlo [ ¿Hermione que tal de tu lado [ ¿¡HERMIONE!?] Grito aun así no hubo respuesta.

-Señor Ronald ¿Qué hacemos? - pregunto Dobby a su lado, asustándolo.

Le miraba con esos grandes ojos, igual que algunos duendes, elfos y centauros. Incluso los restantes Aurores.

-¡Todos al frente! ¡Protegan el castillo!- dijo Ron mirando hacia Hagrid, el cual estaba ahora costado y con la cara contra el suelo -¡Yo llevare a Hagrid a un lugar seguro!-

-Señor, permita a Dobby…-

- ¡No Dobby, lleva a Firenze al frente! ¡Ahora! - dijo Ron mirando como no se movían - ¡LA BATALLA ESTA AHORA MISMO EN LA ENTRADA DEL CASTILLO! ¡VAYANSE YA! -

Firenze extendió su espada impregnada de algo verde, luego sonrió y dijo - Sobrevivirás a donde quiera que pelees -

Dobby apareció en su hombro y sus ojos se llenaron de lágrimas, un segundo después todos los que no estaban heridos corrían hacia la entrada del castillo

Maldijo por lo alto caminando con Hagrid en su espalda intentando llegar a donde la batalla se estaba intensificando. Aunque quisiera, no podía dejarlo, no luego de que se sacrificara por él. De paso ayudando a los pocos Aurores que quedaban y también a los centauros que aún estaban en batalla. Aunque solo alzo escudos y procedió a noquearlos en cuanto podía, pero debía continuar avanzando.

Estaba ya arriba en la colina, pasando las enormes columnas de piedra que coronaban el monte, cuando noto a Sofi corriendo por el pasillo de conexión. Su túnica tenía sangre y algunos rastros de fuego y pelea. Ron bajo a Hagrid y miro a Sofi que sin parar comenzó a revisarlo y curarlo.

-Te lo encargo- dijo Ron dejando a Hagrid contra uno de los enormes muros. -Tengo que ir…-

- ¡RON! - llamo Sofi antes de que se marchara, se miraron, sus ojos violetas le miraban con intensidad y decisión - ¡Te necesitan en el frente! -

-Pero… Hermione y Harry-

-Lo sé- soltó la pelinegra ya sacando un bote con algo morado que de inmediato puso en el hombro de Hagrid, le volvió a observar y se notó que no estaba bromeando -Pero… ¡Ahora te necesitan al frente! - Se notaba que incluso habia sido golpeada por algo, pues bajo su mentón se veía una mañana roja que comenzaba a amoratarse.

-Cura a los más posibles, hay muchos centauros y Aurores. No sé si puedas curar a los gigantes, pero inténtalo, Kathor tiene una abertura en el pecho- dijo Ron sin frenar, comenzando a transformarse en un guepardo que al estar por completo sobre sus cuatro extremidades salió corriendo por el puente de conexión.

Avanzaba con rapidez, cruzando por los pasillos y las paredes, intentando encontrar el modo más rápido de llegar al otro lado. Escuchaba gritos, también la pelea, explosiones y de un momento a otro incluso un enorme muro de hielo por las ventanas destrozadas. Tenía que pensar en cómo disminuir el daño en lo que Hermione y Harry terminaban, aunque por lo que notaba, tardarían un poco más.

Tan pronto como llego cerca del patio exterior noto que las batallas ya estaban encima, que no tardarían en llegar a Hogwarts. Y como no cuando Esta vez toda su fuerza estaba replegada en un solo punto. Paso por el gran comedor y bajo las escalinatas, en un segundo se encontraba en el exterior, corriendo por el área de entrada y fue directo al puente que conectaba con la estación de tren. Miraba hechizos volar, explosiones, gritos, peleas, incluso a gigantes peleando entre ellos.

Fue recibido con hechizos muy cercanos, e incluso uno que por poco le quema la cola. Miro a los hombres lobo de Voldemort, ya transformados, con ese aspecto enfermo y deforme, todos persiguiendo a los que estaban de su lado, que corrían y se enfrentaban a mordidas con ellos. Observo a Sasha pelear contra un imponente hombre lobo, grande, robusto y lleno de pelaje oscuro, aunque babeaba demasiado. Aquel hombre lobo la tenía contra el suelo, intentando llegar a su yugular, mientras ella mantenía las patas estiradas intentando evitarlo. Aprovecho el impulso que llevaba, salto transformándose otra vez, esta vez en un león enorme que clavo las garras en su cuerpo del lobo, mordiendo su lomo y agitando la cabeza lanzándolo lejos entre chillidos.

Regreso a ser el mismo, lanzando hechizos a los más cercanos que fueron despedidos hacia atrás y de inmediato lanzando varias pociones comprimidas para paralizarlos.

-De nada- dijo Ron a la loba que se levantaba bufando y mostrando los colmillos. Se lanzo otra vez a la batalla, esta vez derribando a uno de los lobos y mordiendo su yugular llenando el suelo de sangre. -Que asco-

- ¡RON! - gritaron a su derecha, vio a Daphne acercarse con rapidez, mientras derribaba a un par de Mortifagos sin esfuerzo alguno. Al mismo tiempo que se protegía. - ¡Dumbledore, Ojoloco y McGonagall pelean en el frente junto con Neville! ¡Necesitamos llegar ahí! -

Miro a su alrededor, las peleas estaban en todas partes, incluso en el cielo, donde escobas pasaban persiguiéndose, intentando tirar a los demás. Incluso observo a Krum, sobre volando el puente, derribando a aquellos que no sabían volar tan bien. Formas oscuras surgían del aire a su alrededor, bloqueando el camino a izquierda y derecha; sus ojos brillando bajo capuchas, una centena de varitas se agitaban al mismo tiempo. Todos atacando a alguien, defendiéndose y haciendo que la batalla se volviera más dura.

- ¡Ayuda aquí! - dijo Ron llevando la mano a su muñequera y sacando los polvos de oscuridad. - ¡Yo me encargo del frente! -

Cinco voces diferentes gritaron tras él - ¡REDUCTO! -

Cinco hechizos volaron en cinco direcciones de donde estaba, los hechizos explotaron a sus pies; el puente comenzó a volverse polvo, mientras con los muchos hechizos provocaron que se tambaleara de un lado a otro. Muchos comenzaron a intentar moverse antes de que el puente se cayera, un grito ahogado le llamo la atención, la profesora Sprout resbalo por el hechizo, soltando su varita y cayendo por el hueco.

Sin esperar Ron se lanzó por uno de los huecos que se formaban, se concentró lo mejor que pudo y se imaginó una enorme águila o alguna clase de ave tan grande para poder cargar la profesora. Su forma cambio, le dolió un poco los huesos, sintió como sus músculos se volvían más rígidos e incluso su cara se algaba. Pronto tenía enormes alas, las contrajo contra su cuerpo, descendiendo con rapidez y dirigiéndose hacia la profesora, que agitaba su mano atrayendo su varita. Aunque Ron fue más rápido, sujetándola con las garras procurando que no lastimarla y ella soltó un grito aún más agudo. Otro par de magos caían, aunque por la oscuridad y la sombra del puente apenas distinguió si era Mortifago o algún aliado, solo los atrapo también e intento moverse lo más suave mientras ascendía.

Un mortífago apareció de entre la nube de polvo, envuelto en humo negro y siguiéndolo, alzo el brazo y Ron viro con fuerza para evitar el primer hechizo de luz verde intenso. Encontró el camino ante los largos pilares del puente, y vio como el Mortifago le seguía de cerca mientras avanzaba. Algo pesado le golpeo en un lado de la cara, pero él simplemente continúo volando; escuchó gritar a la profesora Sprout gritar - ¡Desmaius! - y el Mortifago tuvo que bajar evitando el hechizo.

Ron giró a su derecha y comenzó a ascender; podía escuchar las intensas batallas en frente y como incluso parecía que gigantes estaban justo encima del puente, pues este tronaba de vez en cuando. Paso justo por un lado del puente, con varios hechizos pasando a su costado y creando que un par de plumas se le quemaran.

El eco de gritos se escuchaba incluso por lo alto, y los hechizos volaban en todos lados. Incluso observo como ahí a un par de metros de donde estaba, estaba una batalla muy desigualada; Dumbledore, McGonagall y Ojoloco se enfrentaban a Rodolphus, Mulciber, Bellatrix, Lucius, Macnair, Alecto y Amycus Carrow. Estaba por descender para ayudarlos de inmediato, pero un disparo de luz silbo y roso uno de su costado, haciendo que su ala se quedara petrificada, provocando que se inclinara y comenzara a caer en círculos. Hubo un chillido que salió de lo que era su pico, mientras con su ala no petrificada envolvía a la profesora y los otros dos que habia logrado atrapar. Lo primero en golpear fue su torso contra el puente, lo que provocó que chillara y desenvolviera a sus acompañantes que no logro sujetar más tiempo. Se deslizo por el suelo, girando y aplastando un par de Mortifagos, mientras que su tamaño disminuía, sus plumas se volvía piel y volvía a ser el mismo.

Rodo sobre su costado al terminar, con el brazo en una posición rara y a su alrededor tenía un surtido de bromas Weasley, ya que su cartera habia volado al caer y se habia abierto soltando todo en aquel lugar. Sentía la cara caliente y viscosa, además de golpes por todos lados y su brazo estaba petrificado. Alzo la mirada, la profesora Sprout intentaba levantarse, y los otros dos estaban sentados respirando pesado a un par de metros. Gimió y se intentó incorporar, pero sus piernas aún estaban algo dañadas por la caía y su espalda punzo.

-Avada…- escucho al mismo tiempo que pasos se acercaban. Alzo la vista para ver quien se le acercaba, viendo al Mortifago sin mascara; un hombre regordete, de escaso pelo y muy parecido a Goyle. -...da Keda...-

Giro sobre su costado llenándose de tierra, polvo y dejando embarrada su propia sangre por la piedra. El hechizo apenas a unos 5 cm de su cuerpo, llegando al muro de piedra que poseía el puente y atravesándolo como su fuera papel dejando una serie de explosiones detrás. En su mano incapacitada estaba la varita, intento tomarla con la otra, pero el señor Goyle ya estaba lanzando otro hechizo mortal.

Se escucho un "crac" y todo el lugar se llenó de polvo de oscuridad, escucho forcejeos, hechizos de colores pasaron volando y también golpes. - ¡EXPELLIARMUS! - grito una voz conocida. Se escucho algo pasar a su lado, y caer por el abismo mientras gritaba.

Un momento después Ron logro alcanzar su varita y desencantar su brazo, hacer que un par de pociones comprimidas le ayudaran y lograr levantarse. Agudizar su sentido mágico, ahí estaba quien le salvo, con el señor Goyle en el suelo y la profesora Sprout defendía la retaguardia.

La varita del hombre aún estaba en el aire y la vio caer en la mano de aquel azabache y nariz afilada, su sonrisa era algo socarrona, pero la conocía bastante bien. Sonrió levantándose y notando como se acercaba para tal vez disfrutar su diminuto triunfo.

- ¡Pude hacerlo solo! -

- ¡Estamos a mano, por lo de la escoba! -

- ¡¿Qué le paso a mi escoba?!-pregunto enojado.

- ¡Te salve la vida …-

- ¡Mi escoba Nott! -

Se acercaron para encararse, pero un disparo de luz roja paso entre ellos y golpeo a un Mortifago que se acercaba sin que se dieran cuenta.

- ¡ESTAN EN UNA BATALLA, NO EN EL COLEGIO! ¡SON ALIADOS O ENEMIGOS, PERO NO SON NIÑOS AHORA! ¡¿ENTENDIDO?!- dijo la profesora Sprout que se habia levantado y sido la causante del hechizo.

El otro pasajero que habia salvado era Cho Chang, quien jadeaba ya con el uniforme roto y lucia parte del cabello quemado. Se miraron, antes de asentir, no le gustaba a ninguno, se notaba, pero estaban del mismo lado y, al final, eran amigos.

- ¡Necesito llegar al frente! - Comunico Ron sobándose el hombro, estaba algo aun entumido.

- ¡Cuidaremos tu retaguardia! - dijo Cho asintiendo junto con la profesora Sprout, quien se quitó la capa y tiro su sobrero al suelo.

- ¡Te abriré camino! - dijo Theo arremangándose la camisa sucia que ya portaba y alzando la varita.

- ¡Cubriré tu espalda! - dijo Ron quitándose la chaqueta e igual que su amigo arremangándosela hasta los codos.

Se miraron y asintieron, ambos comenzaron a avanzar, protegiéndose y atacando, lanzando hechizos a los más secanos e incluso desviando, mientras a su espalda la profesora y Cho lograban defenderse de los que habían logrado pasar.

Ya faltaba menos para la línea frontal, donde se veía una enzarzada pelea entre Neville y un trio de Troll´s, aunque estos estuvieran teniendo problemas. Su tímido amigo, ahora estaba con una rodilludo al suelo y aun a esa distancia se notaba el temblor al sostener la varita.

Enfrente y del otro lado, unos de tenientes de Voldemort peleaban mano a mano contra los mejores magos que conocía. Dumbledore peleaba contra Rodolphus, Lucius y Mulciber; La profesora estaba teniendo problemas al contrarrestar a Bellatrix y Macnair; el más afectado era Ojoloco quien en su pelea contra Alecto y Amycus Carrow, estaba contra la espalda al mismo precipicio.

-Ve ayudar a Neville- le dijo Ron a Theo, el cual asintió y sin parar fue en dirección del primer Troll.

Por su parte, se enfocó en Ojoloco intentando llegar a ayudar al profesor, más una columna de humo negro decenio del cielo, dejando a un hombre entre ellos y el viejo Auror.

Dolohov apareció y sonrió al salir de aquella humareda. Con su mano libre, señaló a Theo, el cual estaba parado firme a su lado, después paso su mano por el cuello de él.

- ¡Sabia que serias un traidor! - dijo Dolohov avanzando y peinándose el cabello hacia atrás - ¡Igual que tu inmunda madre! -

- ¡PETRIFICUS TOTALUS! - Grito Theo con la cara roja.

Dolohov apenas y tuvo que mover la varita para desviar el hechizo y contrarresto de inmediato con otro que lograron evadir al separarse a cada lado. Entonces se escuchó un fuerte sonido tras de ellos, no supo que pasaba, pero Dolohov sonrió y estuvo a punto de mirar, pero no debía. El Mortifago abrió la boca y escupió en todos lados mientras gritaba lanzándose contra el rubio.

- ¡DEBIL, TAN DEBIL COMO TU IMPUDICA MADRE Y TU DESQUICIADO PADRE! -

- ¡Este es mío Weasley! - dijo Theo lanzando un desmaius al mismo tiempo que se cubría de sus hechizos. - ¡Ayuda a Neville! -

Sin perder tiempo se adelantó, esquivando a Dolohov con solo moverse muy a la derecha, mientras Theo lo atraía a la izquierda. Para luego apresurarse por el puente, observando que las batallas ahora comenzaban a inclinarse a favor de los Mortifagos.

Se acerco corriendo, saco las ultimas pociones comprimidas que tenía, lanzo pociones comprimidas a la parte trasera de las rodillas del Troll y con una leve explosión el enorme cuerpo se le ladeo y se derrumbó de lado cayendo del puente. El Troll más cercano, blandió su porra y fue en dirección de su amigo. Sin parar, tomo a Neville y juntos rodaron por el suelo, justo a momento de que porra rompa el suelo y muro del puente.

- ¿¡Neville?! -pregunto Ron levantándose y atacando al segundo Troll´s que movió su porra hacia ellos, pero con un escudo muy por encima de su cabeza logro desviar el golpe.

- Solo… solo… necesito unos minutos- jadeo Neville desde el suelo.

No creía tener unos minutos, no solo los dos Troll's atacaban, también los Mortifagos comenzaban a acercarse. Ambos Troll´s le cerraron el paso y parecían listo para aplastarlos.

- ¡DEJEN A MI NOVIO EN PAZ! - Grito la voz de Daphne, saltando sobre sus cabezas y pateando la cara del primero, para luego saltar a su hombro y dar dos potentes puñetazos a la cara del segundo.

El par de Troll´s gruñeron, trastabillaron y cayeron uno sobre otro. Daphne golpeo el suelo con fuerza, sus rodillas se doblaron y por un momento pareció caer también. Mas Ron la sostuvo y miro.

- Daphne ¿Estas…-

-Estoy bien- soltó Daphne sonriéndole, acariciándole la mano. Luego ambos miraron a su alrededor, donde varios Mortifagos comenzaban a acercarse, Neville estaba cerrado y aun temblaba. - ¿Qué hacemos? -

- Se que puedes cuidar de Neville. Necesito ir a ayudar a los profesores y Ojoloco - dijo Ron seguro, ella asintió y acaricio su mano otra vez.

-Entonces ve-

Sin decir más, comenzó a correr, avanzar hasta llegar cerca de donde peleaban los profesores. Estaba muy cerca, viendo el profesor Dumbledore mantener a raya a sus contrincantes, como la profesora McGonagall empezaba a lucir cansada, pero el problema era Ojoloco.

Peleaba contra ambos hermanos Carrow, los cuales estaban acorralándolo y haciendo que el viejo tuviera problemas. Habían arrancado su pierna metálica y su brazo tenia una gran herida, además de que su ojo mágico estaba trabado y echaba humo.

Aunque en ese momento, Ojoloco estaba mucho peor que hacía unos minutos atrás. Si el viejo Auror estaba golpeado, logro dañar a ambos hermanos, un costado de Alecto sangraba y estaba sujetándose un brazo que parecía girado en un ángulo extraño; mientras que Amycus avanzaba desquiciado hacia el Auror, con una cuenca ocular sangrante, la ropa medio quemada y la piel de su brazo quemado. De su varita comenzaron a salir largas hileras de una sombra oscura y que acercaban a Ojoloco.

Mas su vista fue atraída por un punto verde surgió del otro lado del puente, justo donde comenzaba y noto a alguien parado, apenas y se veía, pero supo que era Voldemort por la palidez.

- ¡OJOLOCO YA VOY! - Grito Ron alzando la varita y lanzando un hechizo protector hacia donde estaba el viejo Auror.

El hechizo viajo con rapidez hasta posarse a varios metros de Ojoloco, ambos Mortifagos giraron a mirar en su dirección, en cambio Ojoloco giro en dirección de donde estaba Voldemort y con seguridad noto que una cadena verde esmeralda se acercaba. No llegaría a tiempo para quitarlo de su trayecto y, aunque llegara, Ojoloco estaba de espalda al precipicio, del otro lado tenía a Alecto y Amycus quienes regresaron la mirada al Auror.

- ¡Espera, ya voy! - dijo Ron corriendo con todas sus fuerzas.

- ¡Una lástima, no podré ver lo verdaderamente divertido! - dijo Ojoloco sin voltear o intentar moverse. Sin embargo, si alzo la varita, tres cuerdas surgieron de la punta de la varita Moody, sujeto a Amycus, Alecto e inesperadamente a Mulciber que eran los más cercanos, la cuerda se retrajo con fuerza hasta que tenía los tres abrazados y a centímetros de su rostro. - ¡Alerta permanente! ¿Qué no se los enseñaron? - rio Moody mientras que con su varita apuntaba el pecho de Mulciber.

La cadena llego a la protección y sin saber cómo se redirigió, pasando sobre la barrería y volando en dirección del viejo Auror. Ahora con tres magos más entre sus brazos.

- ¡NO PODRAS CON LOS TRES! -Grito el profesor Dumbledore al notar que uno de sus contrincantes le faltaba.

- ¡NO SEAS TERCO! - Grito la profesora McGonagall quien tenía problemas al combatir contra dos también, pero estaba viendo de frente todo.

- ¡ALASTOR! - Gritaron Dumbledore y McGonagall al mismo tiempo. - ¡NO LO HAGAS! -

Ambos ojos de Moody giraron en su dirección, sonrió y soltó una risa - ¡Se el siguiente cazador! ¡AVADA KEDABRA! -

Se ilumino todo de verde, el aura en sus manos fue a la cabeza de los Carrow que gritaron en ese momento, aunque Mulciber pudo zafarse en el último momento. Los tres cuerpos dejaron de emitir un aura verde, luego se inclinaron hacia atrás y mientras las caras de los hermanos Carrow mostraban desesperación, la sonrisa orgullosa de Alastor Moody perduraría en su mente siempre.

-¡OJOLOCO!- grito Ron, avanzando, intentando alcanzar al profesor.

Los tres cuerpos desplomaron del puente, para cuando llego al lugar, no quedaban rastro de ellos. Hubo una pausa en la que Ron trató de entender que pasaba, porque no habia llegado a tiempo, porque se habia sacrificado Ojoloco. Pero todo lo que podía escuchar en su cabeza era su corazón bobeando a toda marcha, a su alrededor todo palpitaba incluso aquella oscuridad bajo el puente.

- ¡RONALD! - gritaron a la lejanía, volteo un poco, solo lo suficiente para notar la cadena llegando a su cuerpo y la varita de Mulciber entre sus ojos.

Todo se movió muy lento, o eso le pareció en lo que Mulciber abría la boca pronunciando un hechizo que conocía bien y la cadena se acercaba a su pecho. Cerro los ojos concentrándose, necesitaba despejar su mente, alejar sus sentimientos por un tiempo hasta que terminara todo. Habían perdido un gran guerrero y aquel que lo hizo estaba ahí mismo, listo para matar a muchos más de sus conocidos, de sus amigos, de su familia. Al abrir los ojos la varita seguía ahí, solo que la punta se estaba iluminando con un rayo verde y la cadena comenzaba a girar para enroscarse en su cuello. Se agacho al mismo tiempo que avanzaba, logrando hacer que la varita de Mulciber y la cadena quedara sobre su cabello, al siguiente momento un rayo verde surgió con un fuerte trueno, la cadena giro en la nada y se estrelló contra el suelo soltando chispas verdes.

Sujeto la varita sobre su cabeza y murmuro -Depulso- apuntando la varita de Mulciber y antes de que este reaccionara se alzó en el aire, Ron agito la varita y Mulciber fue lanzado por él puente.

Ojoloco no pudo terminar con los Mortifagos, pero se prometió, hacer todo lo posible para lograr exterminarlos a todos. Observo a la profesora llorar combatiendo con Bellatrix, quien se reía a carcajadas y movía entre saltos buscando los puntos débiles de la profesora, mientras Macnair lanzaba hechizo tras hechizo intentando mellar su aguante; El profesor Dumbledore, parando con dos llamaradas de fuego a Lucius, y las sombras que surgían de Rodolphus, al mismo tiempo que se creaba escudos protectores, pues algunos tentáculos de oscuridad lograban salir del fuego.

Pero su vista fue a Voldemort, que, desde una distancia segura, ahora apuntaba ahora a la profesora McGonagall. Y como antes la punta de su varita mostro ese verde espectral, saliendo cadenas de ellas.

Ron también la apunto y murmuro - Carpe retractum- La soga giro en forma extraña pasando por el costado de Bellatrix y Macnair llegando a la profesora. La cuerda se envolvió en su cintura, justo a tiempo ya que la cadena golpeaba el lugar donde estuvo la profesora.

El tirón provoco que gritara y lanzara varios hechizos a varios puntos, mientras Ron manejaba la soga para evitar que la alcanzara. Atrapo a la maestra que soltó un grito y se sostuvo de sus hombros para evitar caerse.

- ¡¿Cómo esta profesora?! - pregunto Ron mirando como la profesora habia perdido su sombrero, también su cabello estaba enmarañado y tenía un leve moretón bajo el ojo.

La profesora le soltó una débil sonrisa llena de tristeza, aunque se notaba que el perder a Ojoloco le habia afectado y contenía sus lágrimas. Mas en ese corto tiempo Bellatrix y Macnair ya se acercaban.

-Profesora, tengo un plan para…-

- ¡AAAAAAAAAHHHH! -

El alarido fue como un relámpago, cruzo no solo el puente, estaba en todas partes, la voz cruzaba los campos y sonaba en todos lados, el puente vibro mucho más y cosas pequeñas comenzaron a flotar. Pequeños rayos y relámpagos surgieron en todas partes, el suelo se agitaba de un lado a otro provocando que se desestabilizara.

- ¡MI LORD! - grito Bellatrix, girando mientras se volvía humo y alejándose por el puente junto con Macnair quien le seguía, incluso Lucius y Rodolphus. En todas partes los Mortifagos comenzaron a ir hacia ellos, en dirección de Voldemort, quien ahora estaba tirado.

- ¡Ron ¿Qué esta pasando? !-

Una leve explosión llamo su atención, ya que en ese momento todo estaba quieto, y las batallas pararon. La torre de astronomía estaba envuelta en una oscuridad que formaba un rostro en agonía, el cual era idéntica a Voldemort.

BAAAAAAM

Una enorme explosión alejo la nube negra que lo cubría la torre de astronomía. La luz expulsada tenía un tono rojo y dorado, que lanzo una onda en todas partes del castillo, en cada rincón aquella ola cruzo alumbrando todo. Pero dejando una imagen que no le gustó nada a Ron, la torre de astronomía estaba destruida, no quedaba paredes techo y por lo que notaba toda la estructura estaba dañada. Y ahí donde debía estar el salón de astronomía se notaba que la piedra estaba ardiendo en un color amarillo.

Todo estuvo en silencio después de ello. El olor de quemado, tierra, sangre y sudor inundaba sus fosas nasales, además de que sentía el frio viento correr. Además, le dolía todo el cuerpo, pero avanzo hacia donde los Mortifagos comenzaban a congregarse. Se emparejo a la misma altura que Dumbledore, el cual jadeaba, parecía que le habían golpeado la nariz y su barba humeaba por unas motas ardientes.

No le habría sorprendido oír gritos de Voldemort, aunque ahora los Mortifagos estaban armando otro gran grupo alrededor de aquel que en el suelo se quejaba y movía intentando pararse.

Susurros y murmullos llenos de interés sonaron en todas partes, incluso detrás de él. -Mi señor… mi señor…- Era la voz de Bellatrix, que hablaba como si se dirigiera a un amante.

No se atrevió a moverse, pero tomo un par de pociones recuperadoras de su muñequera, lanzo un par de ellas a Dumbledore y otras McGonagall quienes eran los más cercanos. Su espalda dolió menos, sus músculos parecieron mejor que antes, y ambos profesores parecieron recuperarse casi por completo.

-Mi señor…- Movió los hombros y tomo aire mientras el tumulto de Mortifagos que intentaban ayudar a Voldemort.

-Ya basta -gruño Voldemort de pie jadeando y creando un sonido de cadenas - ¡YA BASTA! ¡NAGINI! ¡¿DÓNDE ESTA NAGINI?!-

Varias personas se retiraron dejando ver a Voldemort de frente, se notaba más pálido que antes, sus ojos ahora lucían algo translucidos, casi como si un fantasma estuviera en su lugar. Rodolphus que ahora estaba a su izquierda, sostenía a Nagini quien tenía la cabeza colgando por un momento, antes de que se moviera y lograra sostenerla por sí misma. Varios mortífagos se alejaban en dirección a la multitud que bordeaba el puente.

-Mi señor, permítame…-

-No necesito ayuda - le espetó Voldemort con frialdad. Aunque, una temblorosa mano mostraba su debilidad - Nagini… ¿Dónde está Nagini? -

- ¡Aquí mi lord! - dijo Rodolphus dejando la serpiente sobre su hombro, donde Nagini con lentitud repto hasta el otro hombro.

Se hizo silencio, mientras Voldemort acaricio con cuidado a la serpiente y una mueca furiosa surgió de su boca. -De tal forma que tu…- murmuro, aunque su voz se amplificaba y sonaba furia-…Dumbledore ¿Crees que este plan me detendrá? -

Dumbledore sonrió y acaricio su barba - No Tom, estaba vez debo admitir que todo lo que ves aquí, no ha sido plan mío- Luego suspiro y coloco sus lentes bien sobre el puente de la nariz -Tom hoy te vez terriblemente débil -

-Y usted increíblemente anciano- dijo Voldemort avanzando con Nagini en su hombro - Si no fue usted ¿Quién? ¡¿QUIÉN SE ATREVE A OPONERSE A MI PODER?! - Grito haciendo que un escalofrío recorriera su columna.

Una enorme sombra los cubrió, alzaron la vista, viendo como un enorme cuerpo era lanzado, un gigante salió despedido por encima de todos, en dirección de Golgomath detrás de todos los Mortifagos. Golgomath solo alzo los brazos soportando el peso y luego lanzando al gigante a un lado, derribando árboles y dejando un cuerpo en la espesura del bosque. Con un vendaval cálido cubrió todo a su alrededor, mientras que dos personas aparecían a la mitad del puente entre ambos bandos.

Sonrió, sintiendo muy distinta su magia de ambos, en ese momento no parecían ser los mismos. - ¡Ya era hora! - dijo Ron soltando una leve risa, caminando en dirección de ambos -Pero que dramático eres-