Hola de nuevo, les traigo el ultimo capítulo de este maraton… si no fue de diario… pero he fueron mas de 16 mil palabras en cada capitulo. Eso debe de contar… espero que si por que me costo uno y parte del otro, espero que los de mexico entiendan a que me refiero.

Tambien queria mostrar un poco de como llevan la guerra los demas, no solo el punto de vista de Harry, que apesar de todo seria algo corta y eliminaria varias tramas que queria tocar. Quedaria... un poco simple, asi que decidi hacerlo a mi caotico estilo. Al final hubo varios detalles que se me pasaron y espero comprendan, que luego de cambiar de lugar varios echos, versiones y modificar un par de decena de veces todo... logre que quedara lo mejor posible y lamento los pequeños tropiezos.

Espero que continuemos avanzando y a ustedes les guste esta historia. Por que al final no lo hare aburrido. Espero, creo, lo intentare… tal vez.

Y aquí es dejo una pregunta ¿Quieren que trabaje en el final y luego lo publique poco a poco? O como lo he manejado hasta ahora. Ustedes deciden.

Sin más que decir les dejo la Centésimo décimo quinto entrega de esta historia:

"¡En un mundo donde la oscuridad consume todo, la luz no sera vista con los ojos, si no con el alma y corazon!" Dazeas Caos

Y como siempre, lean, disfrunten y comenten.


Capítulo 115.- Y la muerte o la gloria buscar

Hermione, torre de astronomía, minutos antes.

Sus manos dolían, la fuerza que utilizaba para mantenerlo lo más sereno posible era demasiada para ella, no sin que tuviera que utilizar otros métodos y tal vez hacerle daño. Se agitaba y sacudía con brusquedad, sus manos intentaban sujetarse de su agarré, más Hermione no lo permitiría, al igual que mantenía todo su cuerpo sobre la pelvis de Harry, intentando que este estuviera lo más quieto posible. Incluso teniendo que poner sus pies sobre sus rodillas y hacer fuerza, evitando que se levantara.

- ¡NOOOOO! - Gritaba Harry con una voz más gruesa, desgarrándose la voz y utilizaba su fuerza intentando liberarse, pero no logrando más que sacudirse. - ¡ME MATAS! ¡ME ESTAS MATANDO! -

Abrió los ojos soltando un grito lastimero, mientras que sus ojos lucían rojos y verdes, los colores parecían pasar por sus ojos, en una lucha interna en al cual no podría ayudar. Pero podría mantenerlo quieto unos momentos más, Harry no perdería, solo esperaba que no tardara mucho más.

Abrió la boca, pero no salía sonido alguno, pero al contrario sus ojos no paraban de lagrimear, no lo soportaba, no podía continuarlo viendo así, más era necesario y no lo solitaria hasta que estuviera segura de que su prometido fuera el que regresara.

- ¡¿Tu?!- gruño la extraña voz que salía de la garganta de Harry. Sus ojos estaban fijos en los de ella, todo ese tiempo le forzó a mantenerse en el circulo mágico, pero era el primer momento en que sus ojos se conectaban.

Aquel que le observaba no era Harry.

Se sacudió con fuerza intentando alzar sus manos, haciendo que todo su cuerpo comenzara a ceder, no podría más, su fuerza no sería suficiente. - ¡TU NO PODRAS, JAMAS LOGRARAS VENCERME! -

Hermione, inicio de la guerra.

Su cálido tacto le reconforto de todo, no parecía que apenas hacia pocos minutos se encontraba aterrada por la oscura magia que desprendía Voldemort, o incluso preocupada y estresada por toda esa guerra. No, simplemente lo hacía desaparecer, todo dolor, miedo y preocupación eran borrados por el suave tacto de los labios de Harry.

Y aun cuando en ese momento Harry sonreía y dirigía como el líder que era, ella notaba, sentía, en su interior que estaba mal. El que dejara entrar a Voldemort a su cabeza, el que lograra manipularlo y peor aún que en un corto periodo lo hiciera varias veces, comenzaba a afectarlo. De cualquier modo, estaba parado ahí, frente a todos, como si nada, como el pilar que sostendría todo de ser necesario.

Sostuvo su mano un momento, esperaba, en su corazón, que ella pudiera reconfortarlo de la misma manera en que él lo hacía. Quería decirle tanto, expresarle tantas cosas en ese momento, pero solo logro conectar su mirada con la de Harry y las palabras sobraron.

Tendrían que terminar con Voldemort y la guerra, antes de que pudieran tener una vida juntos. Soltó su mano y fue junto con Daphne a afuera de la enfermería, sabiendo que la batalla seria larga, exhaustiva y les dejarían marcas que nunca se borrarían u olvidarían. No obstante, era indispensable, sin querían tener un futuro y vida mucho mejor.

Una vez en el pasillo, oscuro y con solo la luz de la luna alumbrando por las ventanas. Miro a su amiga rubia, quien aún vestida con el uniforme Pendragon era bastante linda, aunque sus ojos siempre fueran fieros. Conocía su carácter, que podría ser como un rio serpenteante, sin embargo, hermoso y siempre necesario. Y aunque a veces llegaba a desesperarla, consideraba que era una de sus amigas más cercana. Incluso su magia y su fuerza sobrepasaban a cualquier bruja, solo Luna y ella podrían equipararse a su habilidad en batalla.

Por otro lado, ambas eran familiares, no por sangre tal vez, aunque lo eran sin duda alguna. Solo esperaba que hubiera muchos más momentos donde ella lograra hacerla exasperar.

Extendió el brazo con el puño - ¡No dejes que te derroten antes de que yo lo vuelva hacer! -

- ¡No me derrotaste! - Contesto Daphne, golpeando su puño con el de ella, aunque con un poco de fuerza, demostrando su molestia por recordárselo. - ¡Me tomaste por sorpresa! -

- Así son las batallas - dijo Hermione tomando su mano y apretándola, estaba segura de que la magia de Utgar podría protegerle bastante, pero aún le faltaba bastante para alcanzar un nivel donde no tuviera tantas fallas. Esperaba que no fuera tan imprudente, como solía serlo - ¡Cuídate mucho! ¡Eres fuerte no invencible! -

- ¡Ni tú lo eres! - dijo Daphne, con el usual tono de su filosa lengua, pero en cambio sus ojos mostraban genuina preocupación - Pero igual ¡Ten mucho cuidado! -

Lo que ocurriría a continuación, quedaba en manos del destino. - ¡Hogwarts está en una meseta, el lado del lago que da al acantilado es un punto muy débil, la mejor táctica es…-

-Lo sé- dijo Daphne regalándole una sonrisa sincera. - ¡Y tu recuerda que tu nueva magia es peligrosa e inestable! -

Estaba al tanto de ello, la última vez casi habia lastimado a Daphne, si no hubiera tenido la magia de Utgar y ella frenado en el último minuto, hubiera provocado una gran herida en su amiga. Era por completo inestable, requería trabajo y tal vez años para poderla controlar por sí misma. Se toco la mano y la miro sin darse cuenta, ahí estaba su anillo de compromiso, el anillo del banco y también el anillo que acaba de recibir de Harry. Podía notar el arduo trabajo y las horas que debió costarle, aunque luciera muy simple, el poder impreso en el anillo solo podía ser liberado por ella y un hablante rúnico.

Estaba segura de que Harry conocía bien su predicamento y habia preparado eso para sortearlo, hacerle las cosas un poco más fáciles.

-Tal no sea tan peligrosa a este punto- dijo sin pensar.

Alzo la mirada notando la sonrisa de Daphne, luego asintieron y se fueron en direcciones contrarias. Mientras Daphne debía ir a las cocinas, ella iba directo a la torre de astronomía.

Utilizo todos los atajos que conocía, y era más fácil cuando las escaleras estaban quietas, no tenía que espera a que se reposicionaran. En cuanto llego a la torre, comenzó a subir, cada tramo de escaleras era diferente, no por la piedra caliza, o los ventanales, si no por las runas y los círculos mágicos dibujados en ella. Paredes, escalones, vidrios y en casi cualquier lugar que viera habia una marca, que ella misma habia realizo, y que portaban un poco de su magia.

Continuo hasta arriba del todo, cada vez notando un cambio en el tono de la tinta, tiza y otras sustancias que utilizo. Aquel hechizo demandaba mucho, saber de muchos conocimientos y, sobre todo, un extenso uso de runas antiguas.

Le encantaban las runas en su tercer curso, pero en cuanto se enteró en su cuarto curso que las necesitaría para el ritual de Harry, ella no se lo tomo como una materia más. Era necesario para su prometido. Estudio a fondo, se sumergió en la materia tanto que cuando se dio cuenta su conocimiento era profundo, ahora no habia runa que se le resistiera. Aunque admitía que los círculos mágicos y su estructura se le dificultaba, el experto en ello era Harry, quien le habia dado un par de trucos para lograrlos comprender.

Al llegar a la cima, tomo su monedero y la cartera peluda de Harry, comenzó a sacar objetos y ponerlos por el suelo. En conjunto formaban parte de todo el ritual, entre ellos habia objetos ordinarios; algunos no tanto, como el veneno de Acromantulas, plumas de ave de trueno, pelaje de chupacabras, algas de Kelpie, saliva de Matagot, piel de Nahual, veneno del aguijón de la mantícora y escamas de bronce de Qilin.

Los duendes habia almacenado y lograr que cada uno de los ingredientes estuviera listo desde hacía años. Algunos otros los habia almacenado el mismo Harry en el archipiélago arcano, aunque eran una adquisición extra a lo que se requería. Pero prefería eso a que algo saliera realmente mal.

Adentro de la torre solo se podría observar un círculo y dentro de este un triángulo que contenía un montón de runas en una fila, indicaba donde se colocaba la persona, era suficiente para cualquiera persona entra y estaba libre de runas dentro de ella.

En el círculo de runas, que marcaba la circunferencia de la torre, se notaban las mitades de tres círculos mágicos, donde coloco las cosas que habían recolectado. Cada una en una runa especifica de dicho elemento. También habia colocado varias runas, donde debía estar seis de los siete Horrocruxes, aquellos que fueran objetos físicos.

Habia terminado con los últimos detalles, solo le faltaba colocar todos los objetos y comenzar a activarlo. Se llevo la mano a un hueco a lado de donde estaría Harry, puso la varita en su palma y en un punzante dolor un corte apareció, con el control de su varita la esparció por toda su palma y cerro la herida de inmediato, evitando que una sola gota callera fuera de donde debía. Presiono la palma con fuerza contra las runas y estas se llenaron de su sangre, pequeños fuegos comenzaron a surgir, llamas de color azul intenso que crearon el circulo central, para luego ir hacia abajo y descender por la torre.

Se sentó a la mitad y, con las piernas en forma de loto, saco el pergamino dado por Priscob, donde estaba el cantico que activaba el circulo mágico. Comenzó a recitarlo con perfecta pronunciación en rúnico, aunque algunos sonidos eran bastantes raros y complicados de realizar. Al terminar las runas iluminaron las paredes de un todo dorado, y como si fuera agua fluyendo por una grieta, pasaron hasta el centro donde se quedo el lugar iluminado, esperando a Horrocrux.

Saco del monedero un frasco de vidrio, adentro un líquido rojo oscuro cubría paredes y parecía burbujear. Lo coloco a un lado y suspiro, todo estaba listo, solo faltaba que Harry apareciera.

Camino rumbo al balcón para observar cómo iba todo abajo, un punzante dolor surgió de la nada, abrió la boca soltando un ligero quejido. Llevo una mano a su frente, picaba y sentía como si le hubieran golpeado con algo. Casi la derribo, aun así, por un momento se sintió mareada.

Se observo en un bosque, parado frente a un gran grupo de encapuchados, no escuchaba que hablaban o decían, incluso noto que todo era muy borroso, solo figuras moviéndose y sonidos incomprensibles. Movió la varita y una cadena oscura surgió, al tiempo que se envolvía alrededor de un hombre, este chillaba y una luz verde surgió, mientras un flujo del mismo color pasaba a través de la cadena hacia su cuerpo. El gimió mientras su corazón dolía, pero, aun así, se sintió más fuerte.

-Tomen el castillo, a quienes se interponga mat…-su boca se cerró. Entonces sintió una segunda presencia, alguien junto a ella, una cálida sensación estaba justo mirando desde donde ella lo hacía. - …captúrenlos con vida-

En entonces un grupo comenzó a marchar en dirección del castillo.

Abrió los ojos jadeando y con las uñas enterradas en su frente. Lo entiendo por completo en ese momento, como Harry se sentía cada vez que Voldemort invadía su mente, el que pudiera controlarlo debía ser desgastante y casi imposible. No quería ni pensar en cuanto tiempo llevaba Harry con ello, y al mismo tiempo se preguntó ¿Por qué ella lo sentía y veía? Tal vez, al estar al borde del ritual para eliminar el Horrocrux de Harry y estar dispuesta a todo, algo se activó en ella. Pues sabia y comprendía que significaba en su totalidad lo que estaban por hacer.

Coloco las manos en su barandal y miro hacia los campos, donde justo comenzaron a explotar cosas. En todas direcciones y lados se alzaba la tierra, agitando el mismo castillo, además de crear que pequeñas líneas de tierra y humo se vieran surgir. Al terminar estaba segura de que múltiples conexiones terrestre estaban destrozadas. Admiraba a Seamus por poder crear explosiones tan singulares, tenía un talento inhumano para ello.

El silencio duro unos segundos, como si el mundo se hubiera detenido, la noche casi podría ser perfecta. Entonces las peleas comenzaron, casi de inmediato vio como los hechizos volaban de un lado a otro, notaba las magias comenzar a entrar en los terrenos, a atacar desde todos lados e incluso los gigantes y Trolls invadir las zonas más vulnerables de todo Hogwarts.

[ ¡Harry va a la torre Hermione! ¡No se ve bien!]Gruño Ron por el auricular, haciendo que saltara por no recordar que lo tenía.

[ ¡Claro que no está bien! ]contesto Hermione, en un tono que con seguridad no demostraba calma y menos estar segura de nada [ ¡Necesito todo el tiempo que puedan darme chicos! ¡Cada segundo y cada minuto es importante! ]

[Se hará lo que se pueda] contesto Theo al otro lado, conde se escuchaban aullidos.

[Defenderé la entrada tanto como pueda, no permitiré a nadie pasar] dijo Neville, su voz sonaba bastante fuerte.

[Hermi, Harry es tu prioridad, déjanos la batalla a nosotros] dijo Sofi comenzando a agitarse, tal cual si estuviera en medio de un maratón [ Saca de una vez por todas aquello que daña a mi hermano]

[Chicos, les daremos donde más duele] grito Daphne y un grito general surgió alrededor.

[Hermione, las cosas se pondrán… pesadas, necesitaremos de los dos cuanto antes. No es por … meter presión] dijo Ron con la voz un poco más baja.

[ ¿Es raro que cuando digan sin presión, sientas más presión? ] pregunto Hermione gruñendo pues notaba que las peleas se intensificaban y, aunque tuviera algo más importante que hacer, quería ayudar a los más posibles.

[Solo cuando te lo dice alguien que hace estrategias como yo] contesto Ron de mala forma.

[Billius juro que uno de estos días…] gruño de igual forma

[No me llames Billius, Jean]

La risa de Luna se escuchó y murmuro [Me alegra mucho estar a su lado]

No tenía vista directa, pero podría ver los terrenos de Hogwarts y ahí en medio noto los gigantes acercándose, junto con Acromantulas que comenzaban a salir. Estaba por alertar a Ron, debido a su fobia.

[ Hermione, ahora si quiero que lo hagas lo más rápido posible] dijo Ron en su auricular con seguridad notándolos, pero algo se distorsión sonó, algo sonó arriba de su cabeza, acercándose entre el silbido del viento y las voces de todo lado [ El hechizo… Harry… contra… ] pudo distinguir.

Hubiera intentado comunicarse con él, pero Harry aterrizo a su lado, se encontraba lleno de tierra, con un rasguño en la mejilla y sudando a mares, además de que jadeaba sin control. La frente de Hermione picaba más, incluso podría decir que Harry estaba luchando por no ceder ante el enojo de Voldemort.

-Mi amor- dijo Hermione acercándose de inmediato, intentando sujetarlo al verlo tan inestable.

El la tomo del brazo, para equilibrarse y cargo lo que más pudo su peso. Aunque lo que más le preocupaba era su estado mental, podía notar en su magia un cambio muy brusco, casi parecía una llama sin control que producía sombras y que comenzaba a quemarlo a el mismo o amenazando apagarlo.

-Está aquí, Nagini y Voldemort… es hora- dijo Harry buscando en su pernera, y sacando una esfera azul.

Idéntica que era como la del concilio de GRIMORIE, solo que casi de un metro de ancho, era tan grande que Harry y Hermione se inclinaron hacia un lado, intentando soportar el peso juntos. Lo lograron en cuanto ella sujeto la esfera también.

- ¿Es lo que creo? - pregunto Hermione sorprendida por el tamaño de aquella esfera, si la pequeña esfera del concilio cubrió Hogwarts, aquella esfera podría cubrir diez veces más.

- Lo mismo que ocupe en el concilio- gimió Harry, haciendo notar que algo malo le pasaba, que el dolor era casi insoportable - Solo que la otra era un prototipo, esta es para un área mayor, nos permitirá hacer magia adentro, pero no salir afuera de ella por ningún medio, todo lo que atraviese lo regresara como el hechizo de Escher y… otras cosas- Harry la intento levantar, pero su brazo temblaba y lucia con dificultades de concentrarse, ella le ayudo haciendo fuerza -Esto los encerrara con nosotros-

-O a nosotros con ellos- murmuro Hermione, Harry la miro con una leve mueca de incredulidad - Es la verdad-

-Es cierto- gimió Harry cerrando los ojos, apretando los labios y apretando su brazo. Estaba mal, realmente mal y no podía ayudarlo hasta que comenzara el ritual -Hoy ganamos o perdemos, es sobrevivir o…-

-Libertad, eso es lo que conseguiremos- continuo Hermione acercándose a su rostro, acariciando con su nariz la de su prometido, sus mejillas juntas y juntando sus labios con los de él. Para darse un poco más de valor. -Lo lograremos, al fin podremos eliminarlo-

-Va a doler un poco y te cortará un dedo, necesita sangre y magia para ser activado, pero será una barrera efectiva- dijo Harry dándole una sonrisa.

Hermione también sonrió, no podía creer que se preocupara de un poco de dolor, cuando con seguridad él estaba sintiendo como se destrozaba desde adentro. Era hora de ser ella la que apoyara a Harry, no importara cuanto tuviera que hacer, o los obstáculos que tuviera que pasar, ella estaba segura de que juntos lograrían todo.

Una punzada surgió en su dedo y vio su sangre entrar en la esfera, junto con la de Harry, girar una con la otra y antes de que la esfera se iluminara de un tono celeste, fundirse junta. Una columna de luz atravesó el techo y subió sin saber cuánto, solo que pasaron momentos en los que no se percató que aquella esfera disminuía su tamaño considerablemente. Luego comenzó a ver como caía una suave luz alrededor de todo Hogwarts. Como una cúpula de cristal que dividía los alrededores, de todo el mundo que les rodeaba. La esfera desapareció de sus manos, dejando ver que aquella cobertura se desvanecía, solo dejando la sensación y presencia de que estaba ahí.

- ¡ARRRG! - gimió Harry cayendo al suelo de golpe.

- ¡HARRY! - Grito Hermione arrodillándose a su lado. - ¡AMOR! -

De inmediato le sostuvo la cabeza queriendo ayudarlo de alguna forma, pero se sostenía la cara y gemía con dolor. Le sostuvo, pero su cuerpo estaba ardiendo, no era fiebre, su cuerpo se sentía cual un hierro caliente. Sin contar que temblaba de forma brusca y su cuerpo se ponía en posición fetal, como si el mundo le hiciera daño.

Tomo las manos de Harry intentando ver su rostro, pero este se sacudió y alejo sus manos mientras gruñía y apretaba con tanta fuerza su frente, que pequeños puntos sangrantes aparecieron mientras gritaba.

Un silbido surgió y vio pasar por encima de ellos, un hechizo de gran potencia subió hacia el cielo, donde no existía más que un firmamento muy claro. Un minuto después exploto llenando toda la cúpula transparente de fuego, de destellos mágicos y un ruido tan intenso, que solo se inclinó sobre la cabeza de Harry, intentando protegerlo del exterior. Ya que su interior parecía lastimarlo sin que ella pudiera hacer nada. Mas este seguía agitado, con las manos sujetas a su rostro, dando temblores y gritos, ahora diciendo palabras en Parcel y Draconia, incluso en Sirenio y otras lenguas que no entendía. Mas que nada porque eran puros balbuceos.

Por unos instantes perdió audición, pues la explosión habia mandado un fuerte sonido a todos lados, tan potente que con seguridad cada cristal del castillo debía estar roto. Mas lo que le preocupaba era el hechizo que cavaban de colocar, el cual ondeo con una fuerza sobre natural y desde su posición parecía doblarse ante la fuerza, lucia tal cual una ola en el mar, como si en cualquier momento se rompería de su base y caería sobre todos ellos en diminutos cristales. Al contrario de lo que veía pasar, esta resistió, quedándose en su sitio y volviendo a desaparecer casi por completo.

Harry quito las manos de su rostro tan de prisa y sobresaltándola, que le hizo ver el rostro y noto que sus ojos verdes tenían motas rojas. Aun no escuchaba bien, pero lo escucho como si fuera un grito lejano y cavernosos, pero provenía de los labios de su prometido

-¡MATENLOS A TODOS!- grito Harry luego abrió la boca en una bocanada de aire que pareció ahogarlo más que ayudarlo.

Se sacudió con brusquedad, sus ojos se volvieron blancos y se quedó estático en el suelo.

- ¡No, Harry, despierta! - dijo Hermione pasando las manos bajo los brazos de Harry, el cual parecía haber perdido toda conciencia.

{Hermione}dijeron en su cabeza.

Apenas parada, comenzó a arrastrar a Harry, tirando desde los brazos, haciendo que su cabeza colgara y que sus ojos blancos aun lucieran más aterradores para ella. Su cuerpo era pesado, en cada movimiento sentía como su cuerpo se resistía a ser llevado por ella, era como si el suelo sostuviera a Harry y evitara que lo llevara al centro del círculo mágico.

- ¡NO TE DEJARE! ¡VAMOS HARRY! ¡VAMOS AMOR! -grito Hermione sintiendo los ojos comenzando a anegarse de lágrimas, no podía evitarlo, estas comenzaban a salir empapando sus mejillas y el mentón. - ¡ERES FUERTE! ¡LO LOGRARAS! ¡MANTENLO LEJOS DE TI! -

Las batallas sonaban a fuera, golpes, hechizos, y gritos en todas direcciones, podía incluso notar que pequeños incendios se creaban. Pero todo habia dejado de importar para ella, por que su prioridad era su prometido en ese momento.

Al fin lo logro llevar al centro, acomodo sus piernas y brazos alineados a su cuerpo y quitándose la chaqueta de Pendragon la coloco bajo su cabeza. Harry no emitía sonido alguno, pero sus ojos abiertos y de color blanco que tomaba su rostro le estaban poniendo a temblar.

{Hermione, escucha} dijo Revé en su interior, con su cálida voz.

No quería escucharla, quería ayudar a Harry y esperar solo hacía que su pecho doliera, casi como si su corazón fuera aplastado por una mano invisible.

{Tienes que amarrarlo} dijeron Griffin y Sly, muy coordinado para ambos.

{Quítanos de su cuello o podríamos interferir con el ritual} dijo Huffy mientras que su voz sonaba muy lejos.

Ella habia regresado a donde dejo el monedero y su bolsita de cuentas, busco su varita para sacar los Horrocruxes, pero le temblaba tanto la mano que esta resbalo de sus manos y rodo lejos de ella.

{Hermione, respira, estas en pánico} dijo Revé, su voz sonaba igual que antes, aunque un dejo de preocupación sonaba.

- {¡SILENCIO, GUARDEN SILENCIO!} - grito Hermione metiendo las manos en su bolsa de cuentas, comenzando a sacar todo su contenido sin la varita, vaciando libros, ropa, y muchas más cosas alrededor.

No le importaba el desorden que estaba realizando, ni siquiera cuando un frasco de tinta la tiro y sobre los libros, ropa y todo lo demás.

{No ayudaras a Harry así} dijo Griffin en un tono muy bajo {No dejes que el pánico te invada}

Apretó los labios, se mordió el interior de su mejilla y casi sin ver por las lágrimas en sus ojos continúo buscando. Y cuando comenzaba a desesperarse, a aventar las cosas fuera y soltar lastimeros sonidos, los encontró.

Lanzo el Diario de Tom Ryddle junto al cuerpo de Harry, luego tomo el Guardapelo de Salazar Slytherin, el anillo de Sorvolo Gaun, la diadema de Rowena Ravenclaw y, busco el ultimo Horrocrux en la cartera de Harry, la copa de Helga Hufflepuff.

Con las piernas temblando y trastabillando los llevo junto a Harry. En ese momento su frente estaba perlada en sudor, la herida en forma de rayo tenía pequeños cortes alrededor por las uñas de Harry y la piel era casi la del pergamino.

Tomo los dijes de los maestros de Harry, tiro de la cadena y esta cedió dejando en su mano el escudo de Hogwarts, y los dos dragones de color blanco y negro en su palma. Los guardo en su bolsillo, mientras que recogía su varita y también quitaba la de Harry de su muñequera. Sentía las manos tan frías que el tacto con Harry era como si las metiera en fuego, pero tomo su mejilla y se inclinó a besar su frente empapando su rostro con sus lágrimas.

- ¡Estoy aquí amor! ¡Todo estará bien! - dijo Hermione colocando en un movimiento los cinco objetos en sus respetivos lugares para el ritual.

{¡CUIDADO!} Advirtió Merlín y Nimue.

Harry se inclinó, sentándose y abriendo la boca, además de que sus ojos casi se desorbitaron. De su boca, sus ojos, nariz e incluso oídos, comenzó a surgir un ligero vaho, aunque no era uno normal, era de un tono oscuro y que bajo la temperatura de golpe. Sostuvo la espalda de Harry, este daba arcadas, tocia e intentaba respirar, mientras aquello surgía de su interior.

Aquello se arremolino alrededor de los Horrocruxes, y estos comenzaron a desprender también ese humareda oscura y sólida. Mientras todo esto pasaba, los ojos de Harry regresaban a ser más normales, aunque su semblante empeoraba, hundiéndosele los pómulos, y creciéndole ojeras enormes. La torre comenzaba a mostrar el frio que creaba aquella sombra, pues una liera capa de hielo comenzó a surgir, aunque Harry estaba tan caliente que ahora estaba en un charco de su propio sudor.

Aquella imagen era borrosa, el humo giraba y se contorsionaba, formaba una figura humanoide antes de que volverá a no tener forma. Flotaba frente a ambos, no tenía piernas, pero la cabeza y el torso surgieron y no se volvieron a disolver. Abrió sus parpados y se volvió más claro, tal cual como si lo hubieran proyectado sobre el humo que continuaba girando a su alrededor.

Harry levanto un poco la mano y con un temblor intenso gimió algo.

- ¡Harry! - susurro Hermione sujetando su mano.

-El no reaccionara- susurro una voz suave y clara en la habitación.

Hermione se enderezó de un salto, apunto la varita al chico que acababa de aparecer, aunque ella temblara.

- ¡Evanesco! - grito Hermione hacia la sombra, pero el hechizo lo atravesó y desapareció - ¡Reducto! ¡Pantareon! ¡SKURGE! - Todos y cada uno de ellos lo atravesaron, sin dañarlo y sin que este se inmutara.

Era un muchacho alto, de pelo negro y liso, estaba flotando delante, sin piernas y con un tono casi fantasmal. Se miraron, no habia duda alguna para Hermione, aunque nunca lo vio en persona, ella conocía bien ese rostro.

- ¡Tom… ¿Tom Ryddle?!- gimió Harry levantando la mano como si sujetara la varita, parecía tan débil para atacar que dudo que estuviera del todo consciente.

Los ojos rojos Tom dejo de verla, para dirigirse hacia Harry, Ryddle solo sonrió y su prometido profirió un grito de dolor profundo y se retorció cual si hubiera recibido un crucio.

- ¡BASTA! ¡YA BASTA! - dijo Hermione con la punta de la varita encendida en un hechizo y acercándose. - ¡DEJALO EN PAZ! -

La mirada de Ryddle cambio a la de ella y asintió con la cabeza, sin apartar la mirada de sus ojos, aunque algo andaba muy raro en su aparición, pues este parecía cada vez más nítido, más fuerte y seguro. Harry paro de gritar, su cuerpo callo de costado y daba gemidos de dolor, su semblante empeoraba por segundos.

-El no durara mucho así- dijo Ryddle moviendo sus manos, provocando que soltara algo como brea, pero antes de que callera al suelo este se volvía humo y regresaba a sus manos. - Y yo tampoco-

- ¿Qué quieres decir? ¿Qué carajos eres tú? - pregunto Hermione sin saber que hacer, ningún hechizo parecía funcionar.

-Aun está vivo, claro, pero no dudara mucho… no con cinco de nosotros a su lado- dijo Ryddle volviendo a moverse, esta vez, haciendo notar que comenzaban a crecerle piernas y sus manos eran más firmes.

{¡No pierdas tiempo! ¡Harry pierde magia y conciencia entre más tiempo pase!} dijo Sly en su mente.

{No te servirá de nada la varita, debes destruir los Horrocrux que son sus contenedores} indico Revé mientras su voz ya sonaba consternada.

{Aun así, no bajes la varita, ni la guardia. Esta porquería de ser es muy engañosa} dijo Merlín en todo bajo {Un mal movimiento y destruirá a Harry, y a ti también}

- ¿Eres un Horrocrux? -preguntó Hermione intentando ganar tiempo. Solo hacía falta salpicar la sangre de Voldemort y de Harry en los lugares indicados. Pero no le permitiría romper el frasco que descansaba casi a sus pies y tampoco hacer un pequeño corte en Harry.

- ¿Uno? Sabía que eras lista…. vaya decepción- rio Ryddle con las manos en su espalda, utilizaba una voz encantadora, pero al mismo tiempo era intimidante. - Soy todos ellos soy yo y yo soy ellos-

- ¿Cómo? - pregunto Hermione moviéndose un poco hacia él, intentando acercarse lo suficiente al frasco de sangre.

Soltando un suspiro, que desprendió un poco de humo, Ryddle se peinó el cabello, aunque este lucia como si fuera en cámara lenta.

-Los Horrocrux son contenedores de alma, supongo lo sabes…- dijo con desdén y levantando la mirada en forma de ser superior-… somos objetos con el poder de guardar nuestra esencia en un contenedor. - Ryddle señaló hacia los objetos que descansaban junto a Harry, pero que vibraban y comenzaba a brillar. - Ustedes, nos han logrado juntar poco a poco, hemos esperado, ocultos, sin movernos, esperando el momento indicado, el momento en que los cinco pudiéramos fusionarnos y conseguir a Harry Potter. -

No podría alargar más las cosas y, aunque pudiera hacerlo monologar, tenía asuntos más importantes en los que pensar. Dio un paso a la derecha, intentando hacer que se moviera, si lograba separarlo, podría lograr comenzar el ritual. Pero Ryddle no se movió.

-Hemos esperado este momento durante mucho tiempo, y ni Harry Potter, o tu…- dijo Ryddle aplanando su sonrisa por completo -Hermione Granger, me detendrá-

Ni lo espero, se lanzó hacia el frasco, rodando por el suelo y estirando la mano. Ryddle también se habia lanzado, el humo la cubrió por completo y por un momento aguanto la respiración, sus dedos tocaron el frasco, y de alguna forma logrando sujetarlo por completo. De otro salto y agitando la varita el humo se desvaneció a su alrededor y comenzó a deshacer los hechizos que protegían y mantenían la sangre en perfectas condiciones.

Una punzada golpeo su corazón, todo se congelo y con el frasco entre sus dedos sintió como el tiempo se ralentizaba, su piel se erizaba y su respiración se cortaba. Supo solo entonces que Ryddle no quería evitar que obtuviera el frasco. Aquel humo no la habia atacado, no, aquella imagen de Ryddle comenzaba a fusionarse con Harry, con el humo entrando por su piel, sus ojos, nariz y boca; haciendo que se volviera casi blanca su piel y en su cuerpo se marcaran las venas de color negro.

No perdió ni un segundo, no si quería terminar el tormento de Harry, se arrodillo en el circulo sobre la cabeza donde estaba Harry, pues ahí debía estar la sangre del creador del Horrocrux. Abrió el frasco y lo inclino, una mano tomo su muñeca, tiro de ella y antes de saberlo el pómulo le dolía y tenía la cara contra la piedra. La sangre de Voldemort inundaba el suelo frente a ella.

-Debiste empezar el ritual en cuanto Potter se desvaneció- murmuro una voz en su oído, no era la de Ryddle y tampoco la de Voldemort.

Giro el rostro, mirando un Harry pálido, con las venas ennegrecidas y ojos rojos. Su cuerpo estaba sobre de ella, pero Hermione no sentía que le lastimara, lo único que parecía doler era su pecho.

- ¡Tu no tomaras su cuerpo! - dijo Hermione con voz segura, estaba más segura de eso que de lograr terminar el ritual. - ¡Harry jamás perderá contra ti! -

Ryddle parpadeo mucho, la soltó, se levantó y le observo desde su lugar, Hermione giro en el suelo y levanto la varita. Pero Ryddle fue más rápido, levanto la mano en el aire, su varita salió volando a la distancia al igual que la de Harry. Giro la mano y llamo con un dedo, sintió su cuerpo levantarse del suelo, flotar un momento antes de ir directo hacia su mano.

Su cuello fue apretado por la mano de Harry, aunque era controlada por Ryddle, la macabra sonrisa en sus labios surgió.

- ¡Él ya ha perdido! -

- ¡Sigue diciendo tonterías! - gimió Hermione sosteniendo la muñeca de Ryddle, ya que estaba mínimo 10 centímetros lejos del suelo. - ¡No eres más que un mal recuerdo, una sombra del pasado que se desvanecerán en cuanto la luz de Harry brille con fuerza! -

-Admítelo, tienes miedo - dijo con voz fría, mientras que apretaba más su agarre, sofocándola - No puedes contra mi -

-No…-jadeo buscando aire, observando sus ojos e intentando abrir su mano o separarse lo suficiente. Si lograba ponerlo en medio del todo y cortarlo, el ritual podría comenzar, pero con seguridad no sería así de simple.

- ¡POR FAVOR! - gimió preocupada no encontrar una forma de llevar su tarea. Entonces noto un destello en Ryddle, volvía a hacer el Harry cansado, incluso su agarre se suavizo y sus ojos lucieron diferentes. La preocupación y terror en su cara aparecieron, volvía a ser el hombre que amaba hasta la medula - ¡HARRY! ¡ESTE NO ERES TU! - dijo con una leve sonrisa. Sabía que se culparía, que se atormentaría a sí mismo y en ese punto debía evitarlo a toda costa.

De la cicatriz de su prometido se abrió, como si la herida tuviera un par de horas y no casi dos décadas, comenzó a sangrar, aunque era un líquido escarlata oscuro y muy viscoso. Harry volvió a parpadear, gemir y regreso a ser Ryddle, quien tenía una mueca enfurecida.

-Entonces tendré que demostrarte que él se ha ido-dijo Ryddle, apretó con fuerza su cuello, cortando todo aire que entraba por sus pulmones.

Un estruendo sonó afuera, como si algo callera a la lejanía, al mismo tiempo que algo se derrumbaba y chapoteos en el algo negro. Pero Hermione seguía concentrada en Ryddle, no quería lastimar el cuerpo de Harry, pero si no lo hacía seria tarde. Levanto las piernas, ya que era sostenida por el brazo, y pateo tan fuerte como pudo el pecho de Harry. Ambos cayeron al suelo, Hermione se golpeó la espalda, pero no le importo giro en redondo y se inclinó, mirando a Ryddle justo a su lado.

Le tomo del cabello por detrás, más ella solo golpeo su estómago, el hombro y luego pateo la rodilla de Ryddle. Un quejido de dolor la hizo parar, habia sido la voz de Harry, pero Ryddle era quien poseía su cuerpo y eso la hacía dudar.

Ryddle levanto la mano una vez más, y sintió que era otra vez atraída hacia ella. Aprovechando el impulso, pateo la pierna de Ryddle, el cual se ladeo, volviéndolo a golpear en su hombro, haciendo que callera de lado. Se apresuro a convocar su varita, esta salió de un rincón de la torre y llego a su mano. Ahora con el cuerpo de su prometido, tenia algo que le afectaba, aunque Harry saliera algo lastimado.

- ¡Depulso! - dijo Hermione y Ryddle fue empujado directo al centro de la torre. - ¡INCARCEROUS! - Sogas gruesas surgieron del suelo amarrando su cuerpo desde los talones hasta la cintura - ¡FEIRRA CEATENAM! - Las manos de Ryddle se doblaron por la fuerza y cadenas surgieron del suelo, amarrando sus manos y muñecas. Con fuerza y sin siquiera esperar, las cadenas lo tiraron y amarraron contra el suelo.

- ¡PUEDES INTENTAR LO QUE SEA! ¡PERO POTTER MORIRÁ Y YO OBTENDRÉ SU CUERPO! -grito Ryddle, aunque no lucia tan convencido de ello.

Hermione se puso a un lado, arrodillada y observo que la sangre de Voldemort, habia salpicado varios puntos y que esta comenzaba a expandirse por las hendiduras de la piedra. Con agitar su varita, la sangre se levantó en una esfera sanguinolenta y la hizo flotar hasta llegar al círculo rúnico donde debía estar.

El golpe en su mejilla y su garganta dolía, pero el ver al cuerpo de Harry poseído por Ryddle le desgarraba el corazón. Pues este se agitaba con fuerza, estremeciendo las cadenas y marcando su piel de rojo intenso. Se arrodillo en el lugar indicado, cortó la palma de Harry con el vidrio roto del frasco y tomando sangre puso la de Harry en la otra runa. Para luego con ambas palmas grabar dos runas y sujeto el rostro de Harry Cerro los ojos y comenzó a hablar en rúnico.

El cantico en rúnico hacía que el lugar comenzara a vibrar, mientras las runas se comenzaban a incendiar, a brillar e incluso a flotar por la habitación. En cada una, cada línea y cada tramo que dibujo Hermione ahora estaba iluminado formando el círculo mágico. Su voz comenzó a parecer el de dos o tres, era como si tuviera cuatro o cinco personas junto a ella hablando, haciendo el cantico también y reforzando el ritual. Las runas brillantes que surgían alrededor danzaban y giraban alrededor de ambos.

- ¡BASTA! - grito Ryddle comenzando a retorcerse, hacer que las cadenas crujieran y chirriaran bajo la fuerza que creaba su cuerpo al sacudirse, de tanto esfuerzo que realizaba el rostro se le puso rojo - ¡DEJA ESO O TE JURO QUE…-

En un solo minuto todo se sacudía como si un terremoto se tratara, aunque parecía que solo en la torre, ya que afuera continuaban las batallas y todo el desastre. Con cada nota de su voz los sonidos aumentaban y los movimientos de las runas se volvieron más y más. Continuo por minutos y minutos, sin parar y sin detenerse ni un segundo, aun cuando sus manos comenzaban a arder y su cuerpo a sentirse de gelatina.

El hielo formado por Ryddle se evaporo en un instante, dejando un ambiente caliente, al mismo tiempo que una neblina se asentaba alrededor de ella y Harry. El cual gritaba y se retorcía, se movía con temblores y sacudidas, haciendo que las sogas comenzaran a romperse y las cadenas amenazaran con soltarse. Incluso a su alrededor salían chispas y pequeños rayos.

Ryddle estaba reaccionando como lo esperaba, con tanta fuerza y violencia que incluso la magia de alrededor estaba reaccionando, haciendo que su cantico bajara de nivel. La cicatriz sobre la frente de Harry brillo con un tono blanco intenso, mientras que Ryddle parecía ceder al fin, pues se dejó de mover y miro con los ojos llenos de enojo.

- ¡Tú no puedes eliminarme! - susurro la voz de Ryddle y una leve sonrisa surgió.

El cuerpo de Harry brillo de un tono amarillo, y lo supo al instante, habia logrado activar la magia de Utgar, provocando que las cadenas y sogas se rompieran, volviéndolos magia otra vez. Hermione reacciono al instante, saltando sobre el cuerpo de Harry, sosteniendo sus manos sobre su cabeza, presionando con las piernas su pelvis, mientras que sus pies estaban sobre sus rodillas para inmovilizarlo. Tal vez no serían suficiente para la magia de Utgar, pero fue lo único que se le ocurrió hacer en ese momento.

El cuerpo de Harry hizo un poco de fuerza, y ella comenzó a ceder sin siquiera que tuviera oportunidad.

- ¡POR FAVOR! ¡HARRY! ¡DESPIERTA, HARRY! ¡POR FAVOR! - Grito Hermione ya desesperaba, buscando el que reaccionara su prometido y sometiera a Ryddle.- ¡HARRY JAMES POTTER EVANS! -

Los ojos de Ryddle miraron el techo, el rojo comenzó a desaparecer y volverse verde. Parpadeo y observo como la cara de Harry volvía, aunque más cansado y adolorido que nunca. El cuerpo de su prometido perdió fuerza y con un leve tono amarillo la magia de Utgar se disolvió.

La cabeza golpeo el suelo, jadeo buscando aire, sus manos temblaban y podía notar el bombeo de su corazón a tope, casi queriendo salir de su pecho. Harry jadeo, le observo un momento, sonriendo apenas y abriendo los labios con dificultad dijo - ¡Creo en ti! - cerro los ojos y se quedó quieto - ¡Salva me!

Estaba inconsciente o eso parecía, Hermione, continuo el cantico, las cosas se volvían más violentas, desde el estremecimiento y las runas danzando a su alrededor comenzaban a calcinar la roca e incluso disolver parte del piso y paredes. Los ojos de Harry volvieron abrirse y se intentó levantar otra vez, su fuerza le golpeo mientras se sacudía con brusquedad.

Sus manos dolían, la fuerza que utilizaba para mantenerlo lo más sereno posible era demasiada para ella, no sin que tuviera que utilizar otros métodos y tal vez hacerle daño. Se agitaba y sacudía con brusquedad, sus manos intentaban sujetarse de su agarré, más Hermione no lo permitiría, al igual que mantenía todo su cuerpo sobre la pelvis, intentando que este estuviera lo más quieto posible.

- ¡NOOOOO! - Gritaba Harry con una voz más gruesa, desgarrándose la voz y al mismo tiempo que hacía fuerza intentando liberarse.

- ¡ME MATAS! ¡ME ESTAS MATANDO! - dijo parpadeando entre Ryddle y Harry, en sus ojos se notaban rojos y verdes, los colores parecían pasar por sus ojos, en una lucha interna en al cual no podría ayudar.

Podría mantenerlo quieto unos momentos más, solo esperaba que Harry aguantara hasta que lograra finalizar su cantico. Continuo sin importarle nada, desde los golpes fuera en dirección de la casa de Hagrid, o el agua rompiendo con fuerza contra el acantilado e incluso como aparecían aullidos a la distancia, solo continuaba a tal velocidad que casi podía sentir que las palabras salían incompletas.

Igual que sus lágrimas salían ya sin control, en un torrente que se derramaba sobre el rostro de su prometido. No lo soportaba, no podía continuarlo viendo así, más era necesario y no lo solitaria hasta que estuviera segura de que su prometido fuera el que regresara.

- ¡¿Tu?!- gruño la extraña voz que salía de la garganta de Harry. Sus ojos estaban fijos en los de ella, todo ese tiempo le forzó a mantenerse en el circulo mágico, pero era el primer momento en que sus ojos se conectaban.

Ryddle le observaba con terror en la mirada. Se sacudió con fuerza intentando alzar sus manos, haciendo que todo su cuerpo comenzara a ceder, no podría más, su fuerza no sería suficiente. No lo acabaría a menos que pasara la última fase del ritual, donde intervendrían los anillos de Priscob. Inconvenientemente ellos estaban en el monedero de Harry y este estaba a unos metros, incluso convocándolos, tendría que utilizar su varita y entonces Ryddle quedaría libre.

- ¡Accio anillos! -dijo Hermione, con las runas ya en llamas, todo su alrededor se incendiaba con colores diversos. Mientras ellos eran el vórtice del todo. - ¡Accio anillos! ¡Accio anillos! ¡ACCIO ANILLOS! -Grito desesperada.

El monedero se abrió y algo salió de dentro con fuerza. Salió una pequeña caja de madera que golpeo el suelo y se abrió. Adentro resplandecieron dos anillos con grabados rúnicos en todo lo ancho e incluso interior, el primero era pequeño y platino, el otro de oro y más grande; aunque ambos eran copias fieles en cuanto a los grabados, notaba que eran un conjunto. Soltó sus manos y tomo la caja con rapidez, casi al mismo tiempo que sacaba ambos anillos y los sostenía en su mano. Volteo para tomar su mano, pero le sorprendió verlo medio sentado y observándola.

- ¡Hermione! - dijo la voz de Harry, noto su rostro con miedo y temblando como un niño pequeño - ¡No es necesario! ¡Soy yo! ¡Tom Ryddle se fue! ¡Soy yo! -

Lo observo, era el mismo Harry de siempre, incluso le sonreía con amabilidad. Las runas giraban alrededor de ellos, el fuego alumbraba sus rostros y todo parecía girar en torno a sus cuerpos. Su prometido se sentó, levanto su mano y acaricio su mejilla con algo de dureza, mientras que se acercaba a su rostro.

- ¡Ya todo está bien! - gimió, sonreía y sea cercaba a su rostro, casi al punto que veía sus ojos claramente - El ritual se realizó, se ha ido-

Se quedo quieta, apretando en su puño ambos anillos.

- ¡Harry! - dijo Hermione pasando las manos tras su cuello, ocultando la cara en su hombro y sonrió - ¡Estas bien! -

- ¡Si lo estoy! - dijo dando una gran sonrisa y apretando los dedos con fuerza contra su cintura - ¡Lo has hecho bien Hermione! -

Coloco el pequeño anillo de plata en su dedo anular izquierdo, encendiendo todo el anillo en un brillo de color blanco puro y runas en un tono dorado. El otro lo giraba entre sus dedos de la mano derecha. Cada una, cada circulo y toda la magia se detuvo tan de golpe que incluso las pequeñas chispas y colores de todo alrededor golpeo las paredes.

Le alzo el rostro con fuerza, le tomo la mejilla con la mano izquierda y se acercó, haciendo que ella tomara su mano con firmeza. Mientras se acercaba más y más, le apretaba los dedos sin dudar. En su mano giro el anillo de oro hasta tenerlo entre la punta de sus dedos, miro los ojos de Harry a centímetro y sonrió mucho. Le torció la muñeca con toda su fuerza y Harry gimió, de un movimiento Hermione intento ponerle la argolla en el dedo anular, pero se le dificultaba por que la movía.

- ¡HERMIONE! ¿QUÉ HACES? -

- ¡Harry tiene años sin llamarme Hermione! - dijo mientras apuntaba la argolla a su dedo anular. - ¡Y el haría un chiste tonto para tranquilizarme! ¡Tu no te pareces nada a Harry! -

- ¡NOOOOOO! - grito, regresando el rojo a sus ojos de golpe.

El anillo fue colocado en el dedo de Harry, provocando que ambos anillos de iluminaran de un blanco intenso, con las letras doradas y con corazón brillando en su pecho de un tono rojo intenso, pasando a su hombro, brazo, mano y dedo anular y salir por este uniéndose al de Harry; recorriendo el mismo camino hasta su corazón. El dolor en su corazón fue intenso, como si alguien lo apretara con la mano.

Ambos destellaron de blanco, cerro los ojos un momento, al abrirlos noto que estaba parada en un espacio oscuro, con dos figuras paradas frente a frente. Era Harry, frente a un Tom Ryddle deforme, parecía que lo hubieran cortado en múltiples pedazos, formas y tamaños, para luego intentarlos juntar con pegamento.

- ¡Solo compras tiempo… pero al final te ha vencido lord Voldemort! - Jadeo Ryddle mientras estriaba la mano.

Harry ni se movió, pero aquella oscuridad comenzaba a desvanecerse, a su espalda surgía una luz que volvía todo más claro, más cálido y se encaminaba hacia su prometido. Al contrario de lo que ella quería, Hermione no podía moverse, solo parecía estar presente en forma de conciencia. Pero observo a Ryddle girar la mirada hacia ella, y mostrar una mueca de desagrado y miedo.

- ¡Márchate! -dijo Ryddle cansado - Nosotros estamos solos. ¡He dicho que te vayas! -

Harry se movió al fin, mirando hacia Ryddle el cual estaba atónito. -Tu estas solo y solo eres retazos de lo que alguna vez fue un hombre- murmuro.

Su mirada se desvío de Ryddle, sus ojos verdes destellaban en la oscuridad y la miraba sonriendo. En aquel momento todo se volvía más claro, pasando de un negro perpetuo, a gris y finalizando en un blanco puro.

-Eres pedazos del que intentan formar, algo que jamás volverán a ser. Solo si te arrepintieras… pero jamás lo harás y… en cuanto a mí, jamás dejare que te salgas con la tuya. -

La sonrisa que surgió en Hermione no tenía comparación, sintiendo que un calor enorme surgía de su pecho, notando un cuerpo más tangible, ya no era solo su conciencia, ahora ella estaba más y más presente en aquel lugar. Y lo noto cuando Harry sonrió con calidez, y estiro su mano en su dirección.

- ¡YO SOY EL MAGO MAS PODEROSO DE TODOS LOS TIEMPOS! - Grito Ryddle furioso, con la cara desencajada.

Hermione estiro su mano, la veía algo translucida, al punto en que lucía extraña y como si se formara poco a poco.

-Eres poderoso, eres un mago extraordinario e incluso eres quien sembró terror en miles de personas- murmuro Harry tocando las puntas de sus dedos, lo que hizo que un palpitar apareciera en todos lados - Pero te falta mucho para llegar a hacer el más poderoso de todos los tiempos. -

Aquella deformada versión de Ryddle se movió hacia ellos, pero algo lo impido, se topó con un muro invisible, mientras Harry pasaba su mano por su espalda y cintura para acercarla y abrazarla.

- ¡¿Tu?!- Gruño Ryddle, mirando a Harry, el cual tenía la vista solo en ella- ¡TU NO PODRAS, JAMAS LOGRARAS VENCERME! -

Con cada segundo, su forma era más nítida y su conciencia se volvía más sólida. Al mismo tiempo, todo se volvía incluso cálido y sin un solo lugar donde la oscuridad lo cubriera. Ryddle se retorcía con un aura negra alrededor, mientras intentaba avanzar y llegar a ellos. Entrelazaron sus dedos, Hermione y Harry, sintieron como algo surgía en sus palmas. Sus miradas se desviaron un momento, viendo en sus dedos anulares, como los anillos surgían en un resplandor y las runas comenzaban a formarse con el brillo del otro anillo.

-Tienes razón, solo jamás te venceré. -Dijo Harry, acercándose a ella acariciando su mejilla y viendo sus ojos más nítidos que nunca. -Pero no estoy solo, tengo alguien por que vivir-

Ryddle soltó un grito atronador, volviéndose una masa de humo que crecía y burbujeaba, al punto de estallar; Hermione se abrazó a Harry y se acercaron lentamente, hasta que sus labios se tocaran.

Olía un poco a sudor, sangre y algo quemado, al mismo tiempo que sus manos sostenían con fuerza los brazos de Harry sobre su cabeza, su cuerpo aún estaba sobre de Harry y todo a su alrededor estaba cubierto de polvo, piedra y fuego.

Obverso a Harry, el cual estaba respirando agitado, su cara habia recuperado color y sus ojos no tenían ni un rastro rojo. Aunque su cabello ahora lucio como si tuviera días sin lavar, pues estaba lleno de una cosa negra que salía de la cicatriz en forma de rayo, impregnando su frente y cayendo al piso. No era sangre, pues su color era más parecido al del alquitrán y apestaba fuertemente. La mirada de Harry era tranquila, serena y cansada, intento soltarlo, pero sus manos se aferraron con más fuerza a sus muñecas. Hermione temía que todo saliera mal y que Ryddle hubiera logrado su meta.

Harry la obverso cerca de un minuto, mientras parpadeaba y parecía no saber ni donde estaba o porque estaban en esa situación. Además, que sus lentes debían estar en algún lugar del suelo en la torre de astronomía.

-Mione- murmuro Harry con una voz gruesa y rasposa, casi como si no la hubiera ocupado en días - Sabia que te gustaba ser mandona, tal vez la próxima vez podamos intentar esta pose, pero ahora…-

No soporto más, soltó sus manos, y sujetando con fuerza su rostro le beso con todo, ambos se pegaron el uno al otro, buscando su calor, el contacto físico y sentir cada parte de su pareja. Harry la giro en el suelo, sostuvo un momento sobre sus brazos y una sonrisa maligna surgió en su boca, mientras que tomaba su mentón y le acariciaba la mejilla con esa suavidad que le caracterizaba.

-Aunque, ambos sabemos que nos encanta mas así-

-Cállate idiota- rio Hermione estirando la mano, tomando aquel liquido en su frente e intentando quitárselo. En cuanto su piel entro en contacto, aquel liquido se disolvía, como la espuma en el agua, aunque dejando rastro de sangre de la cicatriz abierta en la punta de sus dedos. -Los Horrocrux…-

- Si- respondió Harry sonriendo mucho, dándole un suave beso, ambos giraron la mirada donde los Horrocrux estaban en el suelo, lleno del mismo líquido que cubría a Harry- Solo nos falta 1 -

Harry, comienzo del ritual.

Se estaba ahogando, estaba intentando mantener el control de su cuerpo y mente, pero sudaba a mares, al punto en que el sudor cubría sus ojos y bajaba por su cuerpo. Veía a Hermione moverse a su alrededor, incluso tirando de su cuerpo y arrastrándolo, mientras que el intentaba aguantar el dolor y lograr respirar. No escuchaba, veía borroso y pequeños vistazos de la mente de Voldemort le hacían sentir que su mente se partía, al igual que su corazón que dolía con una penetrante fuerza.

Era todo tan borroso que parecía flotar en la nada, aunque a su espalda sentía la piedra fría y un borrón en su vista indicaba que Hermione estaba a su lado. Mas algo oscuro, una sombra apareció en su vista.

-El no reaccionara- susurro una voz suave y clara en la habitación.

Intento gritar o hacer algo, pero su cuerpo estaba débil, su mente se perdía y comenzaba a sentir que su magia era extraída, al igual que su vida era exprimida gota por gota y de forma dolorosa.

En la habitación pasaba algo, Hermione grito cosas, lanzo hechizos, pero el dueño de aquella voz no se inmuto, parecía humo firme y que proyectaba la forma de un hombre.

Era un muchacho alto, de pelo negro, ojos azules y que tenía rendijas por pupila. Tenía los contornos borrosos, como si Harry lo estuviera mirando a través de un cristal empañado. Pero no había dudas sobre quién era.

-¡Tom… ¿Tom Ryddle?!- gimió Harry levantando la mano con la varita, para atacar.

Volteo para verle y sonrió, una ráfaga de dolor recorrió su cuerpo, el dolor parecía 10 veces más fuerte que un Crucio y se producía en cada musculo de su cuerpo, cada parte de su piel e incluso sus huesos parecían a punto de romperse.

Peleas sucedían en los terrenos, gritos, aullidos y muchos hechizos lanzados en cada tramo de Hogwarts, incendios ya cubrían la vegetación, varias de sus criaturas peleaban contra lo que parecían estatuas y sin lugar a duda incluso estaba seguro de que múltiples criaturas peleaban con sus Mortifagos y sus armas. Lo bueno es que habia traído peleadores para combatirlos. Ahí estaban en el puente de ingreso a Hogwarts, peleando y combatiendo con sus lacayos más débiles, mientras que aun sus tenientes esperaban a su lado por órdenes.

Aunque todo marchara relativamente mal, algo en si le causaba mucha más preocupación. Algo, no, alguien estaba entrando en su mente, aunque no estaba seguro de que era, se sentía muy parecido a sí mismo, es más, podía decirse que sentía que estaba fortaleciéndose.

{¿Quién eres intruso?} pregunto la voz de Voldemort en su interior, cerrando sus ojos y dejando todo en oscuridad.

Un instante después se adentró en su propia mente, se vio a si mismo flotando en lo que parecía un lugar acuoso, ahí estaba el intruso flotando en medio de su mente, aunque no sabía reconocer de quien era. La figura estaba distorsionada, aquel rostro, parecía estar deformándose una y otra vez, burbujeando en un intento de definirse. Necesitaba saber quién era, quien estaba jugando con su mente. Estiro la mano y antes lograr alcanzarlo, comenzó a arder, un fuego de todos los colores, incluido el blanco y negro, que comenzaban a alejar la figura.

Gruño, mientras su cuello crujía, sus músculos palpitaban y sus venas estaban ardiendo cual un hierro ardiente. Su cuerpo estaba encima de ella, pero ¿Quién era ella? Por el cabello y sus ojos ambas parecían reconocerla, más su mente dolía tanto, pesaba tanto y sus recuerdos se volvían tan borrosos que por un minuto no logro reconocerla. Sostenía su muñeca y su cuerpo bajo de él, pero aun así no hacia fuerza alguna, no, el no deseaba lastimarla, todo lo contrario.

- ¡Tu no tomaras su cuerpo! -aseguro Hermione con una sonrisa burlona- ¡Harry jamás perderá contra ti! –

El rostro, la sonrisa y aquella frase le parecieron incomprensibles, todo parecía ir como imágenes individuales, mientras el sonido venia de algún lugar. Hermione giro su cuerpo, apunto su varita a su cuerpo, pero en un movimiento rápido puso su mano hacia ella y la varita salió por el aire sin que lo impidiera.

Se levanto, mientras ella lo observaba, sin dilatar giro la mano y señalo. El cuerpo de la chica se levanto del suelo, un segundo se encontró flotando, para luego ir directo hacia él. Sin siquiera saber como paso, el cuello de Hermione fue tomando por su mano, mientras la sostiene con fuerza, pero no apretaba, pues se preguntaba ¿Qué estaba haciendo?

- ¡Él ya ha perdido! -susurro acercando su rostro a su oído, luego sonrió y apretó su mano.

Intento soltarse, tomar aire e incluso atraer la varita, pero su mano era firme y se cerraba sobre su cuello más y más. Su sonrisa creció, esa mueca malvada incremento hasta que era igual de cruel a como sentía brotar ira.

Hermione jadeo intentando tomar aire. -Admítelo, tienes miedo - dijo su voz sonaba fría, tan cruel que Hermione dejo de luchar y sus manos sujetaron la que intentaba estrangularla- No puedes contra mi -

Aquella voz era muy familiar, pero… no la reconocía, no del todo.

Miro sus ojos claro y del color del ambas, pero en ellos se reflejaba algo, algo claro y de color rojo puro. Observo durante instantes, donde el rostro pálido, las venas negras y esa mueca cruel crecía rápidamente en su rostro. Le sostenía diez centímetros sobre el suelo, ella sujetándose de su brazo, mientras que su tono se volvía más y más rojo.

{¡MIONE!} pensó en su interior, dándose cuenta de que pasa y de quien era él y ella. Tenía que soltarla, debía soltarla y evitar dañarla, pero su cuerpo no reaccionaba, su boca no hacia lo que pedía y su risa no paraba de salir.

-No…-jadeo Hermione mientras intentaba zafarse de su agarre. - ¡POR FAVOR! - Sus ojos se conectaron, Hermione dejo de luchar, estiro la mano, acaricio su mejilla y sonrió un poco- ¡HARRY! ¡ESTE NO ERES TU! -

No podía dañarla, no dejaría que la dañaran, su cuerpo puede que Ryddle lo controlara, pero no permitiría nada de eso. Una punzada surgió en su cabeza y escucho una voz ene su mente gemir de dolor.

-Entonces tendré que demostrarte que él se ha ido-dijo apretó con fuerza su cuello, silenciándola y cortando el aire que entraba por sus pulmones.

{NOOOOOO} y a su alrededor todo se volvió oscuro.

La oscuridad estaba por todas partes, no habia un lugar dentro de sí que se diferenciara del resto. Era como si su conciencia flotara en a la noche absoluta, sin sentido y sin tiempo. Sabía que estaba vivo, recordaba todo y podía decir que sentía todo… sin en cambio parecía que su cuerpo no existía en aquel espacio. Pues no podía hacer nada más que flotar en ese sitio, relajado y sin prisa alguna por salir de ahí.

Harry sintió de la nada como si su cuerpo se comenzara a formar en aquella masa negra, era extraño y raro, hacia cosquillas y podía decir que incluso picaba.

¿Qué iba a sucederle? ¿Se quedaría en esa oscuridad por la eternidad? ¿O acaso… habia muerto? Harry hubiera querido gritar, pero su boca estaba tan estática como su cuerpo, no podía dejar salir ningún sonido. No supo cuánto paso, solo que se desesperó, quiso llorar, quiso desgrase la garganta gritando, quiso hacer millones de cosas que no pudo.

El tiempo pudo ser un segundo o un siglo, fue entonces donde lo noto, donde de la nada y sin saber cómo, algo flotaba delante de su cuerpo. No tenía forma, solo parecía una sombra, un fantasma, pero no como los que recordaba, este no brillaba, su cuerpo estaba compuesto de la misma oscuridad que los rodeaba.

Paso tiempo, de igual forma no supo si años o décadas, pero sí que aquella forma empezó a brotar un hueso, formando un esqueleto blanco. Y ahí donde debían estar sus ojos, mostraban dos pequeñas llamas negras y blanca.

-Harry Potter...- Susurro el esqueleto.

Harry trató de retroceder, pero igual que antes, su cuerpo estaba sin movimiento alguno. Espero por que la calavera dijera algo más, o que reconociera la voz, pero en su lugar soltó un sonido lastimero. El cuerpo de Harry se erizo notando que finas sombras se agruparon alrededor de los huesos, comenzaron a envolverlos, creando patrones y formas que no hubiera reconocido hasta que vio que ahora aquella osamenta contenía órganos internos. Podía observar el corazón palpitando, los pulmones inflándose, incluso como las venas y arterias llevaban sangre a todos lados; sin llegar nunca a los músculos que debían conectar.

- ¿Ves en lo que me he convertido? - dijo aquel esqueleto con sangre llenando los huecos de los ojos con sangre, al igual que todos los huesos, siendo derramados en el blanco puro, escurriendo y salpicando en todas direcciones- No más que en sombras y.… tengo que compartir el cuerpo de otro...-

Su corazón palpito con fuerza, apretó las manos intentando hacer algún movimiento, intentando lograr algo, por más mínimo que fuera. El rojo de la sangre que cubría todo el cuerpo comenzó a oscurecerse, a retorcerse, burbujear y endurecerse, formando un patrón claro. Pronto el cuerpo estuvo cubierto de músculos, dejando ver sus ojos rojos brillando en la oscuridad.

-Siempre ha habido seres deseosos de dejarme entrar en sus corazones y en sus mentes... igual que tu…- dijo formando una sonrisa tenebrosa con aquel cuerpo sin piel alguna. Y aun así brotaba sangre de varios puntos volviendo a bañarlo en carmín, volviéndose una masa sanguinolenta - ... ahora mismo tú has reunido los pedazos, los retazos de los recuerdos. Las sombras que era se han reunido y una vez que tenga tu cuerpo seré capaz de salir de la prisión que cree para mí mismo... Ahora... ¿Por qué no me entregas por tu propia voluntad? -

Entonces él lo habia reunido, y por eso estaba ahí. La idea hizo que de pronto las piernas de Harry se tambalearan. Pero más aun cuando noto que la piel de la cabeza comenzaba a formarse y que adquiría un tono pálido, además de cabello azabache y como este le miraba sonriente.

No era Voldemort quien tenía delante, era a sí mismo, se veía tal cual era, totalmente formado y flotando en la oscuridad.

-No seas tonto -se burló el mientras movía una mano con dificultad como si las sombras lo detuvieran por momentos, esta comenzaba a formar la piel - Sabes mejor que nadie que … tú y yo estamos conectados por algo fuerte… algo que intentas romper en este momento…-

Su mano se movió, pero al mismo ritmo que el del Harry que tenía delante, sus manos se extendieron, pudo notar que la suya era idéntica a la del quien tenía delante, incluso se formaba piel al mismo tiempo y ritmo hasta que las puntas de sus dedos se encarnaron y las uñas crecieron. Al tenerla extendida del todo toco con su índice el dedo del otro Harry, que sonreía de forma psicópata.

Aplasto algo duro con el dedo y al siguiente instante líneas de cuarteaduras surgieron entre ambos, como si un frágil cristal estuviera entre ambos y aquel simple tacto comenzara a romperlo. Miro aquel espejo y a quien debía ser el mismo, aunque aquel sujeto solo sonreía.

- Ahora te unirás a mi… - dijo viendo como el del cristal se empezaba a despedazar y ahí donde su dedo tocaba dos gotas de sangre comenzaban a descender. Cada gota de un rojo más claro y oscuro, pero en algún punto se volvieron una y desaparecieron en la oscuridad -… tú y yo seremos uno. Seremos el único… Seremos el que este por encimas de todos-

Su cuerpo continuaba regenerándose, llegando a formarse por completo, de pies a cabeza. Mirándose bien, notaba diferencias a como se recordaba; no recordaba ser tan pálido al punto de parecer pergamino y ciertamente su nariz no eran dos rendijas.

- ¡No! - Murmuro una voz diferente saliendo de su garganta.

-Qué terco - dijo otra voz saliendo de su garganta, aquella malévola sonrisa dejo sus labios y se volvieron finos, incluso sus ojos se oscurecieron y se volvieron morados. -Te he visto trabajar, te he visto pelear y no frenar ni un solo día en tu búsqueda. Eres un alguien que ha peleado consigo mismo y con el resto en una búsqueda que jamás encontraras. - El reflejo se acercó y pudo notar que incluso la cicatriz de su frente no existía - Aun si lograras eliminar las tinieblas que tú mismo reuniste…- el reflejo se tocó el pecho -… aun tienes tinieblas mucho más poderosas aquí mismo-

Miro los ojos morados que poseía, notando que no mentía. - ¡Si! - Dijo su voz, mientras que levantaba la otra mano y la posicionaba sobre el cristal, creando más y más cuarteaduras.

- ¡Tengo tinieblas en mí! Mas ¡TU NO TIENES NINGUN CONTROL SOBRE MI! -

Golpeo el cristal que los dividió, destrozo en miles de cientos de pedazos mientras su mano tomo el cuello de su reflejo y tiro con fuerza. Pareció que su cabeza se duplico mientras que sus cuerpos seguían unidos, incluso unas manos cadavéricas surgieron intentando quitar la mano de su cabeza. Un grito sonó a la lejanía, algo quejándose y retorciéndose, mientras que el cuerpo del otro lado era presionado y casi aplastado contra aquello que los dividía.

Un momento después algo atravesó, dejando un Harry del otro lado que ya tenía las cicatrices por el cuerpo, los ojos rojos, el rayo en la frente y lo más importante; su nariz estaba de regreso en el centro de su cara. Y a su lado, algo más, algo que gemía, palpitaba y se movía.

Giro para mirar aquello que saco, era la combinación de entre un joven de 16 y un adulto de cuarenta. Tenía un rostro bastante joven, que reconocía como Tom Marvolo Riddle, pero el cuerpo era más grande, más delgado y parecía que la edad pasaba por el con rapidez antes de volver a ser joven. Una y otra vez, como un palpitar a través del tiempo.

- ¡Siempre tan impulsivo! - murmuro Ryddle avanzando con las manos estiradas.

- ¡Tú siempre tan…! - No termino ya que unos brazos fueron hacia él, giro y tomo los suyos tras su nuca y lo apretaron, dejándolo inmovilizado y sintiendo como un dolor punzante le golpeaba de repente. A su espalda, el Harry con los ojos rojos lo sostenida y sonreía -… ¿Qué? -

Ryddle le tomo del cuello y apretó silenciándolo. - ¿Qué no tengo control de ti? - soltó una risa maniática - he tenido control de ti desde que entre a tu débil e infantil alma-

Harry lo miró detenidamente. Tom Ryddle tenía rasgos muy parecidos a los suyos, tantos que incluso podía notar una leve sombra de la cicatriz en su frente se formaba, incluso algo de verde al final de su iris. Sin embargo, bajo una luz rara, neblinosa y brillante, como si solo fuera una ilusión.

- ¿Eres yo? -preguntó Harry dubitativo.

-Aún no lo entiendes- dijo Ryddle con tranquilidad, como si ahorcarlo le complaciera entre más lento y doloroso fuera. -Soy parte del alma de Voldemort, pero también tuya… y he crecido contigo durante diecinueve años… alimentándome, creciendo y viviendo dentro de ti. He sido una fuerza parasitaria que te ha ayudado, mantenido con vida y te ha vuelto fuerte, tan fuerte como nunca lo hubieras sido-

En aquella oscuridad apareció un anillo, el que Dumbledore le dio a Hermione y Ron; luego un diario que conocía bien, una copa de oro pequeña, un guardapelo, una diadema y una serpiente. Ryddle señaló hacia esos objetos y una sonrisa curvó las comisuras de la boca de Ryddle. Siguió mirando a Harry, apretando con su mano su garganta.

-Tú los has reunido- dijo mientras sus ojos miraban los suyos - Tú me has dado renovado y me has enseñado bastante. Me has enfrentado cinco veces cara a cara, de las cuales dos has tenido la victoria y dos veces yo he triunfado sobre ti. Pero aun así tu estas aquí, intentando destruirme. Sin saber que todo el tiempo, cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo… yo te he acompañado-

- ¡Vas a perder! -

-Si he notado que la parte que queda de mi es muy impulsiva y no puede controlarse- dijo Ryddle sonriendo -No he logrado matarte por una sola razón, una cosa que es muy obvia…-

Harry comprendía que todo aquello estaba ocurriendo en su mente, que podía hacer muchas cosas, pero necesitaba saber de qué era lo que hablaba y por qué parecía mucho más peligroso que el Voldemort que estaba afuera.

-… estoy incompleto- Termino Ryddle mientras alzaba su otra mano y acariciaba el rostro de Harry. - ¿Alguna vez lo has pensado? -

- ¿Qué estas demente? Si, siempre lo he pensado- dijo Harry intentando zafarse, pero una parte de él quería seguir escuchando.

-Era muy joven y no lo entendía, no comprendía lo que te hace y convierte- suspiro Ryddle ignorándolo, pero sus ojos no dejaban de ver los de Harry, como si incluso quisiera que lo entendiera - Partir tu alama evita que mueras, pero también te deja débil, te hace vulnerable y mengua lo que eres. - Lo observo esperando y luego rio, una risa muy parecida a la suya- Si… veo que no lo entiendes -

En aquel espacio se comenzaron a mover los Horrocruxes, ahora cada uno se posiciono y mostro algo cuasi humano. Mientras el anillo y diario mostraban a un Tom Ryddle casi completo, los siguientes Horrocruxes mostraron a un hombre encorvado, con la cara deforme, el siguiente era más pequeño, pero se notaba muy deforme y casi al punto de parecer enfermo, el siguiente era una especie de niño que tenía el rostro quemado, y el ultimo apenas podía llamarse humano.

-Cuando partí mi alma en dos, habia suficiente para que yo siguiera siendo fuerte- dijo Ryddle con una voz algo diferente, aquello parecía comenzar a afectarle - Solo me quede con la mitad de lo que era. La siguiente vez, me quedé con la mitad de la mitad… era apenas un cuarto de lo que fui. Para cuando ataque a la sangre sucia de tu madre…- Apareció otra figura era como un diminuto hombre cadavérico, echo un ovillo y todo su cuerpo lucia quemaduras horribles. -… no era nada. -

Gruño por algo, cerro sus ojos y pareció un temblor en su mano.

-Tuve que fusionarme con tu alma esa noche, apenas y sobreviví durante los primeros años, pero con los años una parte se creó en ti, una parte que me permitió unirme más a tu alma; tu odio, tu rencor, aquello que te carcome desde el hueso me regreso mi poder. - La sonrisa desapareció y lo miro con una cara seria -Aunque eso causara que nos uniéramos tanto, que tomáramos decisiones tan parecidas e incluso… pequeños destellos de mi surgieran a veces - soltó Ryddle mirándolo atentamente - ¿Te gustaron las pesadillas que prepare para ti? Espero que las disfrutaras, porque eran visiones… de lo que pasara una vez ya no estes aquí-

- ¡TE VENCERÉ! -

Soltó una carcajada y luego cerro los ojos y apretó los labios. Algo pasaba afuera, algo sucedía que estaba dañándolo y eso era lo que necesitaba. El ritual estaba funcionando.

-Pero te estoy agradecido. Reuniste los Horrocruxes, juntaste 6 de ellos, ahora mismo tengo más del 70% de mi alma reunida en este instante- le tomo del cabello y lo alzo para ver la cicatriz -Aunque aniquilaras casi un cuarto de mi alma, en ese incidente con mi mascota-

-Así que el Voldemort que tanto nos ha dado problemas… es solo un poco de esto ¿No? - rio Harry mientras sujetaba la muñeca de Ryddle, ya que este parecía bastante devastado por lo que decía. - Eres una ruina, apenas estás vivo y por eso necesitas fuerza de los demás. ¡Eres escoria! -

Ryddle tenía el rostro contorsionado. Forzó una horrible sonrisa.

-Tal vez tengas razón- dijo Ryddle alzo su barbilla y mostro los dientes - Una vez que acabe contigo, tendré un cuerpo nuevo, los trozos que antes estaban repartidos se conglomeraran en este cuerpo y aun si no están unidos poder volver a tener todo casi todo mi glorioso poder. -

-Te olvidas de algo- dijo Harry mientras comenzaba a sentir que la fuerza del Harry que lo sostenida se perdía al mismo ritmo que la suya. Parecía que si estaba sustrayendo su magia y todo de él.

- ¿Del Voldemort que pelea en estos momentos? - pregunto sin parecer inmutarse- No te preocupes, parece que ha encontrado una buena forma de alimentar su alma. Una vez nos reunamos vera que Harry Potter será otro, será su igual y entonces poder ayudarle a dejar ese cadáver decadente y… volvernos el mago más poderoso de todos los tiempos-

Harry permaneció quieto, tenso, aguardando que Ryddle hiciera un movimiento. Pero Ryddle dejo de sonreír y por un instante pareció apesadumbrado.

-Ahora, Harry, también debes saber que la parte que vivió contigo… la parte que estuvo contigo en todas esas noches solitarias, la que paso días en la alacena, la que aprendió, vivió y existió a tu lado… esa parte lamenta que no pueda dejarte ver lo que sucederá. Pero debo darte las gracias, he aprendido mucho y me has enseñado tanto. - dijo en un tono como si un viejo amigo se tratara, un familiar muy cercano - Incluso ha sentido lo mismo que tú, por eso… te prometo que matare a todos tus seres queridos sin dolor alguno… y les explicare que no eres tú quien lo hará, si no yo que ahora poseeré tu cuerpo. En cuanto a Hermione, le matare sin dolor y le daré un entierro adecuado-

-Eso no pasara, ni en mis pesadillas-

- Pero éste no es el fin del famoso Harry Potter - dijo la voz de Ryddle, aunque un temblor sonaba en ella, señalo al Harry que lo sostenía -… una parte de ti vivirá dentro de mí. Un pequeño regalo, por tantos años permitirme observar todo desde tus ojos. Tu odio, rencor, tristeza… ese lado oscuro que tienes… perdurara para siempre, en mi-

Harry, notando que en ese momento Ryddle parecía tener el cuerpo completo temblando. Ryddle alzo a ambos de alguna forma, luego los agito de un lado a otro y los lanzo mientras decía algo en parcel. - Solos nuestros odios unidos en uno, lograremos llegar a la cima de todo… por eso debo eliminar gran parte de lo que eres. Al final, todo el mundo observara a Voldemort gobernar, pero a quien temerán será a grandioso Harry Potter-

Floraron en la oscuridad por un momento, ambos Harry cayeron sujetos en la oscuridad, hasta que su costado golpeo algo, era duro y parecía agua, aunque sabía que aquel lugar era solo un producto mágico del ritual y su interior. Pero sentía que se iba a ahogar, algo le decía que si no salía de ese lugar pronto todo lo dicho por Ryddle se cumpliría.

El Harry lleno de odio lo movió soltándolo y antes de saber que pasaba golpeo su cuerpo, ambos comenzaron a hundirse hasta que de repente ya no se ahogaba, continuaron cayendo esta vez golpeando un lugar lleno de luz.

- ¡POR FAVOR! ¡HARRY! ¡DESPIERTA, HARRY! ¡POR FAVOR! - Grito la voz de Hermione. - ¡HARRY POTTER EVANS! -

Abrió los ojos mirando como Hermione estaba a horacadas sobre de él, mientras que sujetaba sus muñecas con las manos y cuerpo con cadenas, una mejilla roja y los ojos lloros indicaron que las cosas no marchaban bien. Se sentía muy débil, pesado y su conciencia estaba sumergida en una niebla oscura que le hacía sentirse entumecido.

- ¡Creo en ti! - gimió Harry antes de volver a cerrar los ojos - ¡Salva me!

Se levanto de inmediato, pues en su mente no tenía ninguna herida realmente, observo alrededor notando que era Privet Drive el nuevo escenario. Y luego noto al Harry con ojos rojos a apenas unos metros de ahí, bajo la escalera, oculto por la sombra de la alacena.

-Se que este lugar no es el mejor, pero por lo menos tuvimos donde vivir- dijo Harry alzando las manos en señal de que no atacaría. -Vivimos cosas interesantes aquí… como la vez que Dudley termino vomitando o cuando tío Vernon perdió medio bigote …-

- ¡AAHHH! - grito furioso el otro Harry lanzándose en su contra y tacleándolo.

Golpearon la pared con fuerza, atravesándola y cruzando el pasillo del recibidor hasta que rompieron la puerta de la cocina y cayeron de espaldas. El otro Harry lo golpeaba y parecía quererlo dañar, más Harry solo se dejaba y rodaban, golpearon la pared y luego sin saber cómo volvieron atravesar la pared al recibidor. Ambos quedaron adentro de la alacena, donde todo parecía tal cual la última vez que lo vio. El otro Harry le empujo contra el suelo, mientras que sostenía sus hombros, más Harry solo estaba ahí entre el polvo y las tablas sin moverse. Su otra versión alzo el puño y le apunto mientras que le temblaba la mano.

-Odiaba este lugar- murmuro Harry mirando todo el lugar, sin prestarle real atención. - Era caluroso en el verano y helado en el invierno, tenía que buscar bichos todas las noches antes de dormir, olía a moho y humedad. Siempre sucio sin importar cuanto limpiara. Recuerdo aquella vez que esa araña me mordió, las ronchas y comezón fueron de lo peor. Y … cuando cumplimos 8, Dudley creyó que sería muy divertido esconder dentro un ratón muerto, la peste duro casi una semana. -

- ¿POR QUE DICES TODO ESO? - pregunto su otro Harry mientras que su mano llegaba a su pecho y de alguna forma sus dedos atravesaban su cuerpo.

-Por que en esos días odiaba casi todo. Tenía tantos malos sentimientos y… pensé en tantas cosas terribles- Suspiro Harry levantando la mano las tablas de la alacena comenzaron a moverse a crujir y romperse -Teníamos actitudes tan malas, que cada vez era peor y peor los castigos de Vernon, cada día luchábamos más contra Dudley, y cada momento durante los castigos, durante esos días solitarios y esa oscuridad de la alacena… deseábamos hacer cosas terribles… no era nuestra culpa… culpaba a mis padres, a mis tíos, a mi primo… a todos los que nos rodeaban. Lo odiábamos a todos, incluido a mi-

La mano del otro Harry se enterró por completo en su pecho, y de la nada sus pies dejo de sentirlos, dio una mirada viendo que estos comenzaban a desvanecerse como humo.

- Creí que no merecía nada, creí que ocultando mis emociones y… dejando que las cosas siguieran su curso… dejaría de dolerme. Y sé que de ahí naciste tú, mi parte más oscura, aquella que odia todo y desea enseñarle a los demás lo que es sufrir… un sufrimiento mucho peor de lo que pase-

- ¡EL MUNDO NO MERECE SER SALVADO! -

-Tal vez tengas razón- dijo Harry dejando de sentir por completo las piernas, además de la cadera - El mundo es un lugar oscuro, egoísta y cruel… si hay algo que intente hacerlo mejor, alguien tiene que llegar y destruirlo, hacer parecer que la esperanza y la luz no existe. - Sus manos y torso desaparecieron en ese instante - El mundo entero es tan grande, que siempre habrá cosas malas… cosas que nos harán sentir mal y creer que no hay salvación. Pero en el hay personas buenas -

- ¡Personas que te hacen daño! -

Harry sonrió y asintió.

- Las personas pueden hacer daño, consciente o inconscientemente, tenemos el poder de crear daño desde el momento en que alguien está cerca, lo conozcamos o no, pero cada uno decide si dañar o ayudar. - Harry sentía que se comenzaba a desvanecer, como su cuerpo y conciencia se disolvían - Hay personas allá fuera que no han hecho mal a nadie, gente que tienen personas que proteger, niños inocentes, hombres y mujeres que ayudan todo el tiempo a la gente de su alrededor. Muchas personas me dieron la espalda, me apuntaron con el dedo, incluso me sacrificaron cuando más le convenian, pero hay quienes no. Tengo conocidos, profesores, amigos y …-

-Familia- murmuro el otro Harry con la mano aun en su corazón - ¡Mione! ¡Mi Mione! -

-Ella estuvo ahí desde que llegamos al mundo mágico, aun cuando no lo pedí, se preocupaba por mí y quería ayudarnos. Ella estaba ahí presente, me ayudo sin pedir nada, se enfrentó a cosas que nunca debió ver… me enseño un mundo donde podríamos ser feliz juntos… aunque le hice daño y la alejé ella nos perdonó. Está peleando por nosotros justo ahora. - Dijo Harry mientras veía como el Harry comenzaba a llorar, de sus ojos escarlatas salían gruesas lagrimas - Eres la parte más horrible de mí, pero así soy, la gente puede temerme cuando me enojo, puede incluso alejarse u odiarme…. Pero aquellos que de verdad me aman, aún están ahí, mis amigos están aún ahí, Mione aún está ahí-

-No peleo por el mundo, no peleo por poder, o por fama …. Peleo por aquellos que amo- murmuro el otro Harry, cerrando los ojos- Hoy no puedo perder-

Un calor le invadió y abrió los ojos, estaba hincado en la puerta de la alacena, mirando el interior y observando el pequeño hueco, aquel lugar en que vivió algunos de los momentos más solitarios de su vida. Donde oculto y negó muchos de su ser para poder sobrevivir, aunque ya no era necesario seguirlos ocultando. Aceptaba todos sus lados y por primera vez desde que era un niño se sentía bien y completo. Jamás podría olvidar todos esos momentos en que sus sentimientos se desbordaron, aquellos fríos días donde el odio y enojo bullían desde su interior. Pero ahora su mundo era mucho más grande que la alacena, tenía días cálidos junto con personas que amaba y… podía observar un futuro que caminaría sin dudar.

Se levanto y solo basto con girar para que todo Privet drive desapareciera y ahora se encontrara frente a Ryddle, el cual parecía cada vez más débil y su rostro se mostraba más y más enfermo.

- ¡Solo compras tiempo… pero al final te ha vencido lord Voldemort! -

Harry habia estado al borde de la muerte muchas veces, pero aquella no era una, se sentía incluso más fuerte, más concentrado, incluso el dolor se marchó. En lugar de aquella oscuridad lo engullera, parecía que una clase de luz volvía todo más claro, más cálido y menos aterrador.

- ¡Márchate! -dijo de pronto la voz de Ryddle - Nosotros estamos solos. ¡He dicho que te vayas! -

-Tu estas solo y solo eres retazos de lo que alguna vez fue un hombre- dijo Harry observando a su lado donde la cálida sensación surgía y observaba como la oscuridad comenzó a clarearse. Alzando la mano casi por instinto, queriendo sostener aquel calor que le era familiar -Eres pedazos de un alma que intentan formar, algo que jamás volverán a ser. Solo si te arrepintieras… pero jamás lo harás y…. en cuanto a mí, jamás dejare que te salgas con la tuya. -

A su alrededor una débil llama surgió, y comenzó a formar a su costado una leve forma, estaba seguro quien era, y por qué estaba dentro de sí, por lo que no pudo evitar estirar la mano para alcanzarla.

- ¡YO SOY EL MAGO MAS PODEROSO DE TODOS LOS TIEMPOS! -

-Eres poderoso, eres un mago extraordinario e incluso eres quien sembró terror en miles de personas- dijo Harry sintiendo una calidez profunda cuando toco aquella luz, todo el lugar comenzó a pulsar, como un corazón enorme. - Pero te falta mucho para llegar a hacer el más poderoso de todos los tiempos.

- ¡¿Tu?!- gruño intentando alcanzarlo, pero algo se lo impidió, topándose como si hubiera otro cristal, uno tan duro y grueso que Ryddle no pudo atravesarlo. - ¡TU NO PODRAS, JAMAS LOGRARAS VENCERME! -

La luz comenzó a formar una imagen más clara, su figura se acentuó, su cabellera e incluso sus ojos. Una cálida y pequeña mano tomo la suya, con tanto cariño y seguridad que sonrió. Ella le miraba y por un momento se quedaron quietos, notando que algo habia entre sus manos. Al alzarlas y ver entre sus dedos noto que entre sus palmas habia dos anillos. Ambos resplandecían de color plateado y dorado, mientras que parecían comenzar a grabarse con runas de fuego por todo el interior y exterior.

-Tienes razón, solo jamás te venceré. - Le acerco y la pego a su cuerpo, acariciando su mejilla mientras que veía esos ojos ámbar. -Pero no estoy solo, tengo alguien por que vivir-

Se oyó un grito largo, horrible, desgarrado, mientras la imagen de Tom Ryddle comenzó a volverse una especie de masa negra y burbujeante que gritaba de terror; se retorcía y aporreaba la protección que lo dividía.

- ¡Ya has perdido! -

Y entonces, se disolvió entre humo y una mueca de terror.

A su alrededor una luz roja, dorada iluminaban el cielo nocturno, tomo aire abriendo mucho la boca, mientras sus ojos se aclaraban, todo estaba cubierto de polvo, roca y un olor a pelo quemado. Un débil gemido surgió sobre su cabeza, mientras Harry sentía algo gélido bajar de su frente a su oreja y luego derramarse sobre el piso. Estaba de espaldas contra el húmedo suelo, sentía que su cuerpo estaba muy caliente, al mismo tiempo que entumido. Aunque también estaba atrapado por otra cosa, o mejor dicho persona, ya que sentía su peso sobre su pelvis, sus manos sujetando las suyas sobre su cabeza y su mirada soltando lagrimas sobre su rostro. Parpadeo varias veces para intentar ver mejor, pero sin lugar a duda habia perdido sus lentes, ya que veía borroso.

-Mione- murmuro Harry con la voz más rasposa que había tenido alguna vez, incluso parecía desconocida. Ella abrió los ojos mucho y sonrió - Sabia que te gustaba mandar, tal vez la próxima vez podamos intentar esta pos…-

Sus manos fueron soltadas de golpe, al momento que Hermione bajaba a besarlo, con mucha fuerza, más el solo regreso el beso abrazándola por la espalda, sintiendo que lo que acaba de pasar se disipaba con rapidez. La sostuvo un momento, antes de girar en el mismo suelo, dejándola debajo y sonriendo con algo de malicia mientras decía -Aunque, ambos sabemos que nos encanta mas así-

-Cállate idiota- rio Hermione estirando la mano y pasándola sobre su frente. Retiro aquella cosa fría que la cubría, notando un líquido negro que se desvanecía como polvo, y dejando sangre fresca en la punta de sus dedos - ¿Funciono? - pregunto.

-Creo que si- dijo Harry tirando de ella, para que ambos quedaran sentados. Ambos observaron la torre de astronomía. Aquel lugar habia desaparecido, muros y el techo había desaparecido solo dejando rocas y polvo; incluso el suelo estaba cuarteado y en algunos lugares parecía quemado. - ¿Qué paso? -

-Tom Ryddle- Suspiro Hermione levantándose, aunque su uniforme estaba maltratado y sucio parecía completo, aunque notaba un rastro de sangre en su pantalón. Pero podría jurar que no era la sangre de ella. - Pude contenerlo, pero luego dijo que acabaría contigo … entro en tu cuerpo… y…-

- ¿Con que aquí también ataco? ¿Te hice algo? - Cuestiono Harry sosteniéndola para levantarse, aunque notando nuevamente el moretón en su mejilla, las marcas en su cuello e incluso cierta palidez. - ¿Te lastime? -

- ¡No! - dijo Hermione quitándole peso al asunto, pero noto una mirada algo preocupada - ¡No fuiste tú! –

Harry levanto la mano, atrayendo sus anteojos, que salieron volando de entre los escombros, agradecía las protecciones de Hermione o estarían hechos polvo. Una vez que se los coloco y se acercó con cautela, no queriendo asustarla y menos que creyera que la lastimaría. Mas ella no lo pareció, se quedó quieta y le miro todo el tiempo, mientras le tomaba la mejilla y acariciaba con suavidad.

- ¡Perdón! - dijo Harry apretando los dientes y puños. - Yo…-

- ¡No fuiste tú! ¡No seas testarudo! ¡Tú jamás me harías daño! - dijo Hermione sujetando su mano y suspirando - ¡Y no es tiempo! ¡Debemos ir a ayudar! -

- ¡Aun no! - dijo Harry convocando sus cosas, la primera en llegar fue su varita la cual salió tras una pila de madera, junto con su pernera y su auricular. - ¡Lo primero es lo primero! - Movió su varita de debajo de su cuerpo hacia arriba, limpiándose la ropa y de paso colocándose tanto la pernera como el auricular en su oreja.

Luego fue directo a Hermione, tomo con suavidad su mano izquierda donde ahora no solo estaba su anillo de compromiso, sino que también un anillo plateado que tenías runas que parecían contener fuego de varios colores. En su mano lucia un anillo dorado, con iguales runas encendidas en fuego de colores. Se arrodillo sin dejarla de ver a sus ojos, ella sonrió y tomo su mano, aunque sus ojos se llenaron de lágrimas y con su otra mano acaricio su mejilla.

-Se que hemos pasado muchas cosas juntos, que ninguno de los dos somos perfectos… pero si tu estas junto a mí me siento completo. Por lo que "Yo, Harry James Potter Evans juro que te amo a ti Hermione Jean Granger como mi esposa y me entrego a ti por completo. Prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, siendo mago o muggle, aun si el mundo nos separa o estamos juntos; todos los días y noches de mi vida e incluso más allá de la muerte te amare con todo mi ser. -

La sonrisa de Hermione se hinco también mientras una enorme sonrisa surgía en su boca, tomo su otra mano y la sostenía con fuerza.

-En toda mi vida me sentí diferente, alguien quien buscaba algo, me sumergí en los libros para encontrarlo… pero solo hasta que te conocí sentí que encontré mi otra mitad. Supe que habia más que libros y estudio, que la amistad, el amor están ahí. Así que "Yo, Hermione Jean Granger juro que te amo a ti Harry James Potter como mi esposo y me entrego a ti por completo. Prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, siendo mago o muggle, aun si el mundo nos separa o estamos juntos; todos los días y noches de mi vida e incluso más allá de la muerte te amare con todo mi ser"-

Se acercaron y dieron otro beso, uno tierno y lleno de aquello que ambos compartían en sus corazones. Un aura dorada los cubrió, la magia comenzó a girar a su alrededor, los anillos se encendieron en fuego, soltando llamas que flotaron y giraron a su alrededor, envolviéndolos en una esfera de luz mientras que un cantico antiguo surgió a su alrededor. De su dedo anular comenzaron a brotar hilos rojos como la sangre, que se enroscaron y crearon una cuerda de color rojo a su alrededor de sus cuerpos. Una onda dorada recorrió todo el lugar, mientras que la cuerda comenzaba a fusionarse con su piel hasta que estas se desaparecieron por completo. Solo dejando un rastro rojo intenso en sus dedos anulares, era como si acabaran de tatuar runas alrededor de su dedo anular.

Se miraron unos momentos y sonrieron sin soltarse -Al fin estamos unidos -susurro a su oído.

-Siempre hemos estado unidos amor -dijo Harry volviendo a besarla, una y otra vez. - Y espero con ganas nuestra luna de miel…-

-No, ahora no es posible-dijo Hermione con el ceño fruncido y los labios apretados, mientras se apartaba un poco-Hay una guerra alrededor de nosotros, no hay tiempo para nada más que irlos ayudar-

- A eso me refería. - rio Harry besando su frente, acariciando su cabeza y sonriendo mucho. ¿Qué pensabas? -Su ahora esposa se sonrojo y le pellizco el brazo mientras se reían -Es hora de patear costillitas y traseros- murmuro tronándose el cuello, siendo mirado por Hermione, quien le dio una mirada rara.

- ¡Hay ciertas cosas… que no cambiaran! -

Hermione rodo los ojos, sujetando su mano y acercándose a la orilla de la torre, para ver todo el alrededor. Algo no cuadraba, las cosas estaban muy silenciosas, podía ver que alrededor habían parado las peleas, incluso los gigantes estaban replegándose a la distancia. Podía detectar casi todas las presencias mágicas alrededor, incluso notaba que algunos Mortifagos noqueados a la distancia e incluso un par de sus Pendragon adentro. Sabía que, para ese punto, ya habia varios muertos.

Agito la varita, los antiguos Horrocruxes se levantaron y fueron a su mano, donde los observo; todos lucían tal cual antes, solo que ahora tenían una cuarteadura en alguna parte y parecían mucho mas brillantes. Los metió a su pernera mientras suspiraba pensando en lo que cargo todo ese tiempo y lo que hizo Voldemort. Mas como ya sabía, esa noche terminaría todo.

El olor de la ceniza impregnaba todo el lugar, los fuegos se expandían como pequeñas fogatas y las voces resonaban en cada rincón. Le dolía todo el cuerpo, y en la cicatriz de la frente le daba comezón, no ardía, ni quemaba, solo era un leve picor. Al contrario de su hombro, el cual parecía quemado con un hierro ardiente. El almacenamiento de su magia estaba a la mitad, mientras que la otra mitad estaba un estable, pero dudaba que fuera suficiente para combatir contra Voldemort mano a mano.

Una cosa era pelar con algo en su cuerpo y mente, otra cosa era defenderse de cientos o miles de magos malos. Incluido un loco maniático con un plan oscuro detrás de su espalda.

Analizo todo a su alrededor, al frente por la entrada principal estaba Ron, Dumbledore, McGonagall y sus amigos. Parecía que a Voldemort le pasaba algo, pues se encontraba rodeado de muchos Mortifagos.

-Lo que creíamos paso- dijo Hermione sorprendida, seguramente sintiendo lo mismo que él. - Voldemort pudo sentir cuando destruimos los Horrocrux, si los hubiéramos eliminado sistemáticamente… él hubiera sentido y nos hubiera cazado-

-Sep.- dijo Harry notando algo inusual, debajo de ellos, un gigante acostado en la plaza principal estaba levantándose y nadie a su alrededor parecían percatarse, incluso podría matar a aquellos que se conglomeraban para avanzar hacia el puente de piedra donde estaban la mayoría - Amor, es hora del que comience el espectáculo-

- ¿Espectáculo? -

Harry la tomo de la mano y sin demorar se lanzó junto con Hermione, por un lado, descendiendo directo por el costado que daba a los patios exteriores. Ella grito un poco por la sorpresa mientras se pegaba a su cuerpo, mientras él sonreía por recordar que algo parecido paso en el pasado. Antes de la mitad comenzó a volar con ella, apresuro su velocidad bajando hasta el gigante que ya estaba arrodillado.

Activo la magia de Utgar por todo su cuerpo, y justo en el momento que se levantaba el puño para aplastar al grupo que no se habia percatado, Harry lo tomo del cuello y ascendió de prisa, levantándolo del suelo mientras gritaba.

- ¡Ya deja de comer empanadas! - dijo Harry al notar que costaba volar con un gigante pendiendo de su brazo.

Hermione no parecía tanto sorprendida por lo que decía, si no por volar con un gigante a cuestas. Se apresuraron con toda su velocidad hasta donde noto a un gigante detrás del grupo de Mortifagos, un gigante que conocía de muy cerca, tanto que incluso le habia visto la cerilla del oído.

- ¿Quién? ¡¿QUIÉN?! ¿¡SE ATREVE A OPONERSE A MI PODER?! - Grito con rabia contenida la voz de Voldemort suponía que lo habían llevado a su tope de enojo.

- ¡Sostente! - murmuro Harry a Hermione, mientras que se balanceaba hacia un lado, tomando impulso y el cuerpo del gigante moviéndose a un lado por completo. - ¡Aquí viene el rayo!

Hubo un pequeño grito, antes de que Harry girara con fuerza, haciendo que el cuerpo del gigante diera un giro sobre de ellos y luego saliera volando directo contra Golgomath. El choche fue colosal, lanzo hacia detrás el gran cuerpo de Golgomath, que solo alzo ambos brazos soportando el peso y luego moviéndolo hacia un lado directo a árboles y dejando que ese gigante se derrumbara sin siquiera importarle.

Voló hasta el frente de todos, aterrizando delante de los profesores y de Ron, con su esposa a su derecha. Giro un poco la mirada viendo en el estado que estaban, dañados por las batallas, con caras llenas de tierra y en el caso de su amigo un rastro de sangre desde la coronilla. Detrás de él, estaban Neville cansado y siendo ayudado para caminar, Theo lucia bien, aunque sangraba de la cabeza, Daphne tenía la ropa húmeda y los vaqueros rasgados, Luna llena de tierra y una ramita en el pelo, incluso Sofi tenia sangre en la bata.

- ¡Ya era hora! - dijo Ron soltando una leve risa, emparejándose con Hermione y él -Pero que dramático eres-

- ¡Concuerdo! - dijo Hermione con un suspiro y sus amigos haciendo eco detrás - Debemos mantener esas entradas triunfales a lo mínimo-

-Pero eso es lo mío… es parte de mí, así me gustan mis entradas - rio Harry regresando la mirada, avanzando mientras que miraba al gran grupo de Mortifagos conglomerados. - Y demás…. Creo que alguien quería que me presentara frente de él ¿O no Voldy? -

Todos y cada uno de los presentes parecía sorprendidos, aunque el más sorprendido de todos era Voldemort, el cual avanzaba sin darse cuenta, dando pasos pequeños y deslizándose mientras las cadenas tintineaban.

- ¿Tu? - Pregunto Voldemort señalándolo - ¡TU ESTAS MUERTO! ¿QUÉ QUIEREN HACERME CREER? ¡TU NO ERES ESE MOCOSO! ¡¿QUIEN ERES TU?!-

- ¿Que quien soy? ¿Que quien soy? - sonrió Harry levantando la vista hacia Voldemort y riendo - Soy el guardián de Pendragon, el genial, el simpático, el increíble, el poderoso y único ¡HARRY POTTER! ¡EL QUE DARA UNA PALIZA A TOM MARVOLO RYDDLE! -