Notas de las Autoras:

Querido lector, te recordamos que, debido a un excedente de capítulos en esta historia y muchas ganas de compartirlo con ustedes, hemos decidido publicar un poco más de cuatro capítulos esta semana. Este es el quinto capítulo de la semana y el primero del miercoles. ¡Que lo disfrutes!

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El Ascenso de un Científico Loco

¡Descubriré como funciona el mundo!

El Calor del Verano

Durante la conferencia de archiduques de este año, Rozemyne, Brunhilde y yo permanecimos en el castillo, ayudábamos con el papeleo y mis compañeros se aseguraron de traernos el trabajo del templo para que no se acumulara.

Yo ya tenía mi propia habitación, en cuanto a Brunhilde, ella se encontraba usando los aposentos y antiguos muebles de Georgine, al menos hasta que los suyos estuvieran listos.

Rozemyne y yo terminamos ofreciendo maná al mismo tiempo, como era inadecuado que nos quedáramos solos, mi padre adoptivo entro a supervisar la oración, no porque no confiara en nosotros, simplemente por una cuestión de decoro. Me sorprendí un poco cuando ella comenzó a cantar una oración que me era conocida, y comencé a recitar con ella por instinto.

"Soy alguien que ofrece oración y gratitud a los dioses que han creado el mundo. Oh poderoso Rey y Reina de los cielos infinitos, Oh poderosos Cinco Eternos que gobiernan el reino de los mortales, Oh Diosa del Agua Flutrane, Oh Dios del Fuego Leidenschaft, Oh Diosa del Viento Schutzaria, Oh Diosa de la Tierra Geduldh, Oh Dios de la Vida Ewigeliebe. Te honramos que has bendecido a todos los seres con vida, y rezamos para que seamos bendecidos aún más con tu poder divino".

"Muy bien, es suficiente", nos detuvo Bonifatius, observando la herramienta mágica antes de observarnos a nosotros "¿Qué fue esa oración?", preguntó.

"La oración de dedicación", explico Rozemyne poniéndose de pie, "¿No lo cantan así ustedes también?"

"No… es la primera vez que lo escucho, solo colocamos nuestras manos en el circulo mágico y dejamos fluir el maná, ¿Cómo Ferdinand la conoce?"

"Es la oración de dedicación", repitió ella antes de mirarme, "la usamos en el templo al ofrecer maná en invierno."

"¿Por qué la usas aquí?", cuestionó él, me sentía en un partido de tenis.

"Siempre la uso, para dedicar mana a los dioses"

"No estamos en el templo"

"El castillo fue hecho con la magia de creación, recibimos los nombres de la pareja suprema mediante una oración, la protección divina con una oración, el jardín existe porque los dioses nos lo dieron, rezar es parte de la vida, los nobles pertenecemos al templo, pero lo olvidaron."

La mire en silencio, mi padre adoptivo me miro antes de volver a mirarla, Rozemyne sabía demasiado, como si hubiera recibido ya una parte del curso de candidato a archiduque, aunque no era el caso.

"Enséñame la oración, parece más sencillo ofrecer mana al cantarla", dijo él al final, antes de indicarnos que debíamos salir.

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Habia disfrutado mucho este tiempo de conferencia, Rozemyne siempre iba a mi dormitorio durante las noches, hablábamos hasta quedarnos dormidos y despertábamos con la primera campanada, cuando ella volvía a su habitación, se sentía bien saber que nada cambiaba entre nosotros, pero en algún momento también comenzó a ser frustrante, no entendía que era lo que me resultaba frustrante, así que me calle y seguí disfrutando de la rutina, al menos hasta que Rozemyne también comenzó a sentirse frustrada con algo o por algo.

Habían pasado tres semanas cuando se avisó que la pareja archiducal pronto regresaría. La reunión informativa se programó para tres días después.

No hubo mucho que reportar, las transiciones se hicieron como estaba previsto, se hablaron de las tendencias que se presentarían este año en la academia, el papel washi entraría oficialmente al mercado, fuera de eso, se habia preguntado por la venta de equipo deportivo, la próxima primavera se decidiría si se vendería el equipo o se venderían los planos.

Volvimos al templo poco después que eso, le pedí a Rozemyne que me dejara reunirme con sus comerciantes exclusivos debido a una idea que tenía.

Odiaba la ropa interior noble, la odiaba con toda mi alma, era demasiado voluptuosa para mi gusto, como plebeyo me habia encargado de confeccionar mis prendas interiores de forma similar a la ropa moderna de mis días como Tetsuo, pero como archinoble y como candidato a archiduque, no se me permitió usar esas 'prendas viejas y gastadas', aunque en realidad ahora ya no me quedaban…

Pero no podía simplemente solicitar boxers, así que pensé que era un buen momento para solicitar otra cosa que realmente quería en estos momentos.

Me reuní con el señor Benno y su esposa, cuando expliqué mi idea para los pijamas se mostraron curiosos, pero también abochornados

"No soy bueno con el calor, por lo que pensé que modificar la ropa de dormir sería la mejor alternativa en este tiempo de escases de mana y recursos"

"Entiendo su punto, Lord Ferdinand, sin embargo, estas prendas son… desvergonzadas", murmuro la señorita Liz.

"Como nobles, solo nuestros asistentes nos verían en estas prendas, pero ya que puede resultar incomodo me gustaría agregar al pijama una bata que parezca ropa de dormitorio", explique mostrando el diseño que en realidad era una Yukata, como las que daban en las posadas japonesas de mis días como Tetsuo

"¿Qué pasa con estas otras prendas, entonces?", inquirió Benno ahora, señalando los diseños de la ropa interior, habia dibujado los diagramas tanto para ropa masculina como femenina, mientras creaba los diseños para mí, pensé que bien podría vestir a mi futura esposa con algo sexy, talvez así no tendría que emular una imagen de una joven imaginaria cada noche hasta tener hijos.

"Los pijamas son más cortos o ceñidos dependiendo del diseño que se elija, así que estas prendas, podría pensarlas como ropa interior de noche, aunque talvez algunos prefieran usarla todo el día después de un tiempo", razone mirando los esquemas.

Habia dibujado varios tipos de prendas interiores, pero las femeninas tenían más versatilidad, nunca vi como lucían en un cuerpo femenino real, pero a menudo estaban expuestos en las tiendas de conveniencia, revistas e incluso publicidad

Durante mi segundo año, conseguí varios tipos madera de feytree para Rozemyne, entre ellos uno que se llamaba gumimoka, las hojas resultantes de ese material eran muy similares al elástico, el caucho o una seudo licra si lo preparábamos con tororo de trauperles, más que papel el resultado quedaba como una tela suave y elástica que sería cómoda incluso para crear ropa deportiva.

Eso me recuerda, 'Rozemyne quiere que le permita usar mi gimnasio para entrenar, me pregunto si tiene ropa adecuada para eso'

"¿Espera que estas prendas se comercialicen o piensa que sea un producto para su uso exclusivo?"

"Me gustaría que se comercializara, imagino que hay otros en mi situación, pero no espero que lo exhiban en las tiendas, en su lugar, me gustaría solicitar varios juegos con ciertas medidas, para la casa archiducal, podría ser enviado como regalos de un nuevo tipo de ropa para dormir, mientras se especifica que el diseñador o diseñadora, solo esperaba darles una alternativa, para descansar más cómodamente, y que no espera que se vuelva una tendencia"

"¿Ocultara que son sus diseños?", me pregunto Benno, confundido.

"Soy un sacerdote, he tenido esta idea por mucho tiempo, pero creo que entiende que, debido a la reputación del templo, me he resistido de exponer mi idea", explique dejando que una sonrisa irónica bailara en mis labios, "pero también soy noble y he comenzado recientemente mi formación como médico y erudito, también mi hermana me dijo que las mujeres deben usar todo el tiempo una especie de armadura interior cuando Geduldh comienza a bendecirlas, creo que estas prendas ahorrarían el uso de mana"

Seguí conversando con el señor Benno y su esposa por un tiempo más, les sugerí que probaran ellos mismos las prendas para que pudieran dar sus opiniones sinceras

También aproveche para solicitar un nuevo juego de túnicas ceremoniales, además de mi estirón, ahora debía usar el escudo de Eisenreich ya que yo era un candidato a archiduque. Recordaba vagamente como se cosían los kimonos para que los niños pudieran seguir usándolos durante mucho tiempo, así que me asegure de vender la información a Gilberta por una tarifa adecuada.

Ya que Rozemyne pronto cumpliría diez pensé que sería bueno regalarle, entre otras cosas, unas nuevas túnicas y unas túnicas ceremoniales, las que tenía comenzaban a quedarle cortas, por lo solicite un juego para ella también, la señorita Liz me informo que ella ya había solicitado un nuevo juego de túnicas, pero en realidad quería regalárselas yo, así que solicite que modificaran la orden y que lo pusieran a mi nombre.

Gilberta era la tienda exclusiva de Rozemyne por lo cual ellos tenían sus medidas para preparar el juego de ropa y pijama que quería obsequiarle, pero sus hermanos, madrastras y primos, eran un asunto aparte, ¿Cómo conseguiría esa información? Necesitaba dársela pronto al señor Benno para evitar malos entendidos con respecto a la ropa.

Si el señor Benno no podía hacerse con las medidas de la familia archiducal. Talvez debería pedirle ayuda a Margareth y a Justus para obtener la información.

"Roz, ¿puedes prestarme a Margaret durante unos días?", le pregunte durante la noche, antes de quedarme dormido.

"¿Por qué?, pensé que ya tenías a tus asistentes".

"Bueno sí, pero ella es una ninja, me gustaría que averiguara algo para mí."

"¿Qué cosa?", preguntó acomodándose un poco sobre mi para verme a los ojos, "no me molesta prestártela, pero deberás decirme que es lo que necesitas, las especialidades de Margareth son únicas, no sé si te sea útil".

"Son esas habilidades únicas las que requiero", dije con una sonrisa, "¿recuerdas mi pedido al señor Benno?", ella asintió, "pensé que encargar solo un juego para ti y para mi sería sospechoso y podría llevar a malos entendidos, así que quiero hacerlo llegar a todos en la casa archiducal, a mis hermanos y talvez a mis compañeros azules, pero necesito las medidas de tu familia y mi familia adoptiva para eso", expliqué.

"¿Me mostraras tus diseños?", inquirió terminando de acostarse sobre mí, mientras apoyaba sus codos en mi pecho y su rostro en sus palmas, "has sido demasiado misterioso al respecto".

"Cuando estén listos, no quiero arruinar la sorpresa, pero no puedo tenerlos listos si no tengo lo que necesito", ella lo pensó un momento antes de volver a acostarse correctamente.

"Bien, dejare que Margareth te ayude". Decidió colocando un beso en mi mejilla, "Ferdi, descansa con la bendición de Schlaftraum", agregó acomodándose para dormir.

"Gracias y buenas noches Roz", dije y la atraje más hacia mí dejando un beso en su coronilla. No estoy seguro cuando comencé a hacer esto, pero se habia vuelto algo natural hacerlo antes de dormir, o como agradecimiento.

Poco después de que el verano iniciara, recibí mi encargo, estaba satisfecho con esto, pero Benno que arreglo las cajas de regalo y Liz que lo acompaño, estaban completamente abochornados, según mi sugerencia hicieron la ropa un poco más grande, de forma que se necesitara solo un pequeño ajuste, y él pudiera librarse de problemas diciendo que únicamente habían adivinado medidas.

El pijama consistía en cinco piezas, para los varones, Short, pantalón, playera, camisa, y el Yukata que simulaba la ropa de dormitorio, para las mujeres, una camisa de tirantes, una playera de manga larga, shorts, pantalones y un camisón corto además del Yukata. Solo las mujeres caballero usaban pantalones, así que agregue el camisón como una alternativa para que se sintieran cómodas.

La primera reunión después de las entregas, todos se veían incomodos, abochornados, aunque las mujeres en realidad lucían mejor, con una figura más estilizada, quizás por eso una semana después parecían más tranquilos. Felices. Benno incluso me dijo que recibió cartas solicitando que si este misterioso diseñador o diseñadora, tenía más ideas novedosas, se les informará.

Si estaban dispuestos a probar un poco de la industria textil moderna, bien podría introducir nuevos aditamentos, el zipper fue lo primero que solicite, explicando como el ojal debía usarse para unir la dentadura metálica, le sugerí que usara la tela de gumimoka para crear calcetas que se ajustaran mejor a la pierna y para las mujeres agregue el diseño del ligero, tanto el más básico que iba sobre la ropa interior, como la pequeña correa que se apretaba al muslo para evitar que las calcetas bajaran, al igual que con los pijamas, ofrecí una muestra de cada producto a la familia archiducal.

Rozemyne habia estado fuera de la ciudad durante días, habían encontrado uno de los escenarios que llamaba a la primavera en el norte y querían verificar que funcionará, por lo cual ella como suma obispa fue hasta haya. Debido a eso su padre comenzó a sospechar que ella era la diseñadora, me sentí mal por eso, por lo que me reuní en secreto con Aub y le expliqué que en realidad había sido mi idea, le di la misma explicación que a Benno en cuanto a los pijamas, cuando me pregunto sobre el porqué diseñar ropa femenina, le di la misma explicación básica

"Con la purga pensé que era un problema que las mujeres se vean obligadas a gastar su mana en una armadura al recibir las bendiciones de Geduldh, lo mantuve en secreto porque no quería generar malos entendidos".

"Entiendo… debo admitir que al inicio me resulto incomodo, pero ahora no puedo creer que a nadie se le hubiera ocurrido antes, mis esposas opinan igual"

Sonreí y me mordí la lengua, esa no era una información que quería recibir… pero bueno, era un precio bajo para evitarle los problemas a Rozemyne

"Si hubiera sabido que mi hermanito se volvería un desvergonzado después de recibir su educación de caballero, hubiera esperado más tiempo para solicitarla", se burló mientras me ayudaba a cambiarme después del baño.

"¿Exactamente qué es lo desvergonzado?", le pregunté mientras abotonaba la playera de mi pijama, "es ropa para dormir, solo tú y mis asistentes me ven con esta ropa", le recordé señalándolo, tomando los shorts para ponérmelos yo mismo mientras el terminaba de cerrar los botones

"No te muevas, o no podré cerrarlo", me reprendió, y los shorts quedaron a medio camino en mis piernas antes de resbalarse, no les habían puesto elástico, solo un listón para cerrarlos.

"Es cómodo", dije cuando termino de vestirme. "Y duermo solo, solo mi futura esposa me vería usando esto, considerando que solo sería para llamar al invierno, no entiendo que es exactamente lo desvergonzado", termine ignorando magistralmente que en realidad Rozemyne dormía conmigo todas las noches.

"Tienes un punto", dijo al final, "¿Tienes noticias sobre Lady Rozemyne?", me pregunto antes de salir, "La celebración de su décimo año esta pospuesta porque no sabemos cuándo regresara".

"Me envió una carta hace tres días, escribió que el escenario funcionaba, y que volvería a la capital pronto, pero no me dijo cuándo".

"Avísame cuando sepas, se fue solo con Margareth y ahora ella me odia, no me dirá nada sobre su señora", Justus se había divertido mucho, pero Margareth ahora nos miraba como si fuéramos un par de pervertidos. "Descansa hermanito". Se despidió cerrando la puerta.

"¿Prefieres que me vaya?"

Su voz me sobresalto, no supe en qué momento llegó. Me giré para verla, estaba sentada en el marco de mi ventana. Su cabeza ligeramente inclinada, mientras sus ojos de luna parecían brillar, me tomo un momento percatarme de que me estaba estudiando, o al menos estudiando mi ropa. Una sonrisa ligera bailo en sus labios durante unos momentos antes de saltar dentro de mi habitación. Estaba usando el uniforme de caballeros, no sabía que tenía uno.

"Así que por esto Margareth estaba tan molesta", murmuro mientras giraba a mi alrededor observando con atención mi pijama, "te queda bien", me sonrío

"Gracias, pensé que tardarías más en llegar", le dije mientras me dirigía a mi armario

"Oficialmente tardaré más, dos o tres días, pero quería sorprenderte, envié a Margareth a recolectar algunos materiales para mí, le dije que acamparía cerca de la capital y la esperaría para regresar con ella."

Sonreí sin poder evitarlo, Rozemyne habia querido venir a verme en secreto, pensar que me extrañaba tanto como yo a ella me hizo muy feliz.

"Debes estar muy cansada entonces, vamos a dormir", agregue mientras sacaba una camisa, debía ser lo suficientemente larga para ella.

"Gracias", murmuro tomando mi camisa, me senté en la cama dejando que tuviera privacidad para cambiarse, "¿también hay un conjunto para mí?", inquirió y escuche el sonido de la armadura al desactivarse.

"Si, está esperando en el templo, quería dártelo en persona".

"¿Cómo me veo?" pregunto acercándose y moviendo el dosel, sonreí se veía completamente adorable, como una niña pequeña que se puso el pijama de su padre.

"Te vez adorable", respondí moviéndome para dejarla subir a la cama. Sus labios se apretaron en una fina línea por un instante antes de suspirar y sentarse a mi lado. "¿Pasa algo?"

"No, todo está bien", murmuro antes de acostarse, acurrucándose entre mis brazos. "Solo estoy muy cansada".

La abracé y comencé a acariciar su espalda.

"Ferdi…", me llamo de pronto cuando comenzaba a quedarme dormido

"¿Mmm?"

"¿Que te hizo Alerah en el cuello el día que te estaban acosando?"

"¿Quieres saber lo que hizo… esa desvergonzada?" pregunte despertando por completo.

"Si…", sentí sus labios apretarse cerca de mi torso. "No dejo de preguntarme si te beso o…". suspire bajando mi vista para verla.

"Prefiero no pensar en eso. Fue asqueroso", le dije sintiendo como su cuerpo se relajaba un poco "¿Porque lo preguntas de repente?", pregunté, "Ha pasado mucho tiempo desde eso"

"Oh, por nada. Solo tenía curiosidad", se movió dejando un beso en mi mejilla, antes de volver a acurrucarse entre mis brazos, "que descanses, Ferdi."

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Me desperté junto a ella, aun me sentía cansado, así que debía ser más temprano de lo usual.

"Ferdi", me llamo, "gracias por dejarme dormir contigo todo este tiempo, pero esta será la última vez". Me dijo sin mirarme.

"¿Por qué?", pregunté con un ligero pánico, "¿Te ofendí de algún modo o…?"

"Nada de eso", me aseguro, "Es… solo, Ferdi… estoy creciendo, ya no soy una niña pequeña, no quiero que me sigas viendo como a una niña pequeña".

"Roz, solo tienes diez años, aun eres una pequeña niña"

Ella me sonrío un momento con tristeza antes de sentarse en la cama, por lo cual la imite. Tomo mi mano y la coloco en su cintura un segundo antes de moverla de arriba abajo, haciéndome consciente por primera vez de la suave curva que comenzaba a formarse, sentí mis orejas calentarse cuando mi mano subió más de lo que debía y bajo aún más, haciéndome todavía más consciente de las suaves formas en su cuerpo, aun invisibles a simple vista.

Su cuerpo apenas comenzaba a cambiar, pero en verdad, ella ya no era una niña pequeña. Fue cuando recordé que un año en Yurgenschmidt es más largo que uno en Japón. Yo la había estado viendo y tratando como una niña japonesa promedio de diez… cuando su cuerpo había madurado hasta tener el equivalente a doce en mi antiguo mundo. Más que una niña, Rozemyne estaba atravesando la pubertad… igual que yo.

"Gracias por todo este tiempo, Ferdi", susurro acercándose para dejar un beso en mi mejilla, pero quizás porque me había movido sin darme cuenta, sus labios dejaron un beso en la comisura de los míos.

La frustración que había estado experimentando desde la primavera junto con una nueva y desconocida me invadieron más fuertes que nunca.

"Rozemyne, lo lamento", dije consiguiendo que sus ojos brillaran con confusión por un segundo mientras yo la sujetaba de la barbilla para acercarla a mí.

Fue un simple toque que me dejo insatisfecho. Llevé mi mano a su mejilla y volví a unir nuestros labios. Lo hice una tercera y una cuarta vez, dejando que mis labios se abrieron junto a los de ella en ese último intento, acariciándose.

Una de mis manos fue a su nuca para profundizar el beso, mientras que la otra abrazo su cuerpo acercándola más a mí. Sentí sus brazos rodearme y sus manos enredarse en mi cabello.

Quería probar más de ella, saber si su sabor era tan dulce como sus besos, pero me contente con seguir besándola.

Mordí su labio inferior ganándome un pequeño gemido que hizo que algo en mí se encendiera.

La besé con avidez, succionando apenas un poco, experimentando con la sensación desconocida, pero necesitaba respirar.

Me separe de ella a regañadientes, en algún momento habíamos vuelto a quedar acostados, ella estaba bajo de mí, su rostro sonrojado y su respiración superficial. Quería más, pero no me atreví.

"¿Por qué… por qué te disculpaste antes?" me preguntó después de un momento, cuando su respiración se normalizó.

"Por robar tu primer beso", respondí abrazándome a ella, demasiado avergonzado para mirarla a los ojos.

"Está bien, puedes tenerlo, puedes tenerlos todos", escuche la sonrisa en su voz mientras su mano acariciaba mi espalda.

"Una mujer no debería decirle eso a un hombre", la reprendí levantándome un poco para mirarla, pero ella solo sonrío.

"Pero es verdad que mi primer beso te pertenece, Ferdi. A ti, solo a ti", me recordó con una suave sonrisa, acariciando mi mejilla, llevando sus dedos a mi entrecejo para suavizarlo "mi segundo beso, mi tercero… puedes tenerlos todos. Todos los que quieras. Está bien si eres tú"

"Entonces ven a dormir conmigo", pedí sin pensar.

"De acuerdo", accedió con una sonrisa, reacomodándose entre mis brazos, dejando un último beso en mis labios. "Pero Ferdinand, tu no robaste mi primer beso, yo robe el tuyo" se río y la mire confundido

"¿De qué hablas?"

"¿Recuerdas hace algunos años? Fuimos al baño de la diosa durante la primavera, te desmayaste y no podía acerté beber la poción de rejuvenecimiento, la tome y luego te bese para hacerte beber, ese, fue mi primer beso, ese fue el tuyo"

"No cuenta", le asegure consiguiendo que su sonrisa se suavizara, "estaba en peligro, solo me salvaste, hiciste lo necesario para alejarme del agotamiento de maná".

"Si tú lo dices", se río y me percate de que su voz ya no era tan clara ni tan infantil, no entendía porque no me había dado cuenta antes. "¿Puedes cantar para mí?" pidió y comencé a tararear una melodía.

La sentí quedarse dormida con rapidez, mientras que yo seguía acariciando su espalda y peinando su cabello.

Esto estaba mal.

Una cosa era que Rozemyne actuara como mi hermana menor, buscando consuelo de las pesadillas, pero esto…

'De todas maneras, ¿Por qué me resultaba tan dulce?'

Fue cuando su respiración se volvió superficial que me di cuenta, intercambiábamos maná mientras dormíamos… habíamos estado haciendo esto durante años.

Traté de recordar cuando empezó.

La única vez que su maná me resultó incómodo… fue cuando la conocí, mientras la revisaba, su maná entro en mí, en ese momento no conocía la sensación, no sabía cómo repeler el maná ajeno, pero ella me tiño en ese entonces sin saberlo, por eso mi color era tan nítido. Por eso tenia los siete atributos.

'… quizás debería asegurarme de que mantenga mi color… si se desvanece, podrían acusarla de haberme ofrendado flores.'

Si debe mantener mi color… el recuerdo de ella pidiéndome ser su dios oscuro aquella primavera. Y su ofrecimiento al final de mi segundo año volvieron a mi mente.

A Rozemyne no parecía disgustarle la idea de ser mi diosa de la Luz, pero no sabía si Aub me dejaría tomar a su hija como esposa. ¡Qué problema!

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Un mes

Habían pasado cinco malditas semanas desde que Rozemyne había regresado, cinco semanas desde que la bese y aun no podía hablar con ella sobre eso, ni siquiera había podido darle su regalo por su décimo cumpleaños en persona. Rauffen realmente había venido a Eisenreich para revisar el entrenamiento intensivo de mi padre adoptivo y agregarlo al plan escolar del invierno, pero no estaba solo, otros maestros del curso de Caballeros también estaban aquí.

Un tipo de frustración similar a la que sentí en primavera se había instalado en mi pecho. Si yo estaba en el castillo, Rozemyne estaba en el templo, si estaba en el templo, ella estaba en el castillo.

Los pocos momentos que estuvimos en el mismo edificio, siempre estuvimos con otras personas, sin contar a nuestros asistentes.

Me sentía frustrado, irritado y molesto.

"…dinand, Ferdinand, ¡Vuelve a la realidad!", me regaño Ayame, "Sylvester te está hablando"

"Lo siento, estaba distraído, ¿Qué pasa?"

Sylvester me miro y luego a mi manablade antes de sonreír divertido con la situación.

"Mi padre quiere hablar contigo, pidió que te reunieras con él a la tercera campanada y medía, ofrece sus disculpas por no haber respetado el protocolo, pero dijo que era urgente."

"Muy bien, me retiro ahora".

"Ferdinand", me llamo ahora Karstedt, "no te olvides de que el partido inicia a la séptima campanada".

"No lo he olvidado."

Desde que los nobles de Dunkelfelger vinieron, los partidos de ditter se hicieron algo común en el entrenamiento de caballeros, Karstedt se enfocaba en los ditter de velocidad, sobre todo desque que conseguí diseñar una herramienta mágica que emulaba un trombe usando el papel trombe como base. Claro esto era más seguro que llevar aprendices a una subyugación real, pero los preparaba para el infierno. Por ese motivo, tanto Sylvester como yo nos enfrentábamos en ditter de robo de tesoro.

Cuando llegué a la oficina del archiduque vi que mi padre adoptivo y mi padre estaban con Lord Adalbert. Ofrecí los saludos estándar y los asistentes sirvieron té y galletas antes de instalar una barrera anti escuchas y salir del despacho

"Lamento llamarte con tan poca antelación, Ferdinand", se disculpó el Aub

"No se disculpe, ¿en qué puedo serle útil a mi Aub?", pregunte queriendo llegar al grano, mi humor no era el mejor en este momento.

"¿Te sientes bien?", cuestiono mi padre, "pareces molesto". Señalo

"Cansado, creo que es la palabra correcta, nunca había estado tanto tiempo en el castillo, no he tenido mucho tiempo para el trabajo del templo o para mis proyectos de investigación", me miraron como si no creyeran del todo mis palabras, pero no dijeron más

"Me disculpo con eso, pero Rauffen realmente quería que te integraras", dijo mi padre adoptivo, solo asentí, "¿hoy tienes un partido cierto?, te dejaremos libre una semana después de eso".

"Les agradezco". Les ofrecí una sonrisa mientras tomaba mi taza de té

"Bien, seamos directos entonces", decidió el Aub, "Ferdinand, queremos que entres en la competencia de Aub"

Sus palabras me hicieron escupir el té y comenzar a toser, ¡no podían estar hablando enserio!

"¿Qué…?", me sentía ridículo sin ser capaz de hablar, todavía tosiendo para tratar de recuperarme, "Esto es una broma?", pregunte incrédulo por lo que acababa de escuchar.

"No, en realidad te estamos pidiendo que compitas con Sylvester por el puesto de Aub"

"No pueden estar hablando enserio. Ya es demasiado que sea un candidato a archiduque, competir por…", ni siquiera pude terminar mi pregunta.

Recibí otra vez el discurso de que no importaba mi origen, que yo era un gran candidato a archiduque y bla, bla, bla, había dejado de escucharlos, conocía ese discurso de memoria, pero no podía aceptarlo

Mis pensamientos corrieron para encontrar una forma de negarme, decirles que yo solo era un plebeyo nunca funcionaba.

"¿Por qué me lo piden a mí?", pregunte en cambio, "¿No sería Rozemyne más adecuada para competir?, además tengo tanto mana que ni siquiera sé si conseguiré una diosa de la luz con quien tener hijos, tener un archiduque incapaz de procrear pondría en riesgo el ducado".

"Ya se lo ofrecimos a Rozemyne, pero ella se niega a competir, aunque tienes razón en que la verdadera competencia del heredero seria entre tú y Rozemyne"

'¡Yo nunca insinué eso!'

"Mi hija es increíble y talentosa, ni siquiera ha entrado en la academia y trabaja con tanta eficiencia como una candidata a archiduquesa adulta. Por algún motivo, ninguna de mis hijas está interesada en el asiento del archiduque. La otra joven que podría intentar tomar el asiento es Brunhilde, pero teniendo en cuenta que su compromiso con Lord Werdekraft ya ha comenzado a plantearse, es posible que se case como primera dama y ella está encantada con la idea de llevar las industrias de Rozemyne a Dunkelfelger."

"Entonces ¿Por qué no pedirle a Karstedt que compita él…"

"Sabíamos que intentarías negarte por todos los medios, así que fuiste el ultimo al que llamamos", me dijo mi padre con una sonrisa irónica. "Ferdinand, Sylvester es el heredero aparente, pero ahora que sus hermanas mayores se fueron a comenzado a aflojar sus estudios ahora que 'ya no tiene competencia' si cuando sea el momento de nombrar a un heredero, decides que realmente no te interesa el asiento de Aub, no te obligaremos a tomarlo. Ninguno de nosotros lo quiso, aunque pudimos tomarlo", sonrío mi padre señalándose y señalando a mi padre adoptivo.

"Mi pequeña Rozemyne dijo que, si ninguno estaba dispuesto a competir con su hermano, ella lo haría solo por motivarlo", suspiró Aub de forma lamentable y nada noble.

Asentí lentamente analizando sus palabras, el deseo de Rozemyne era volverse bibliotecaria, si competía y al final su hermano se rendía en la competencia, ella quedaría atrapada en el asiento de Aub

"¿Puedo negarme al final?", pregunte inseguro.

"Claro. Y sobre tu preocupación, estoy muy seguro de que al menos una joven podrá nivelarte", me consoló Lord Bonifatius mirando a su hermano con una sonrisa irónica.

"Entiendo… si esto puede ayudar al ducado, lo hare".

"Gracias Ferdinand"

Mi reunión termino poco después de eso. Nos dirigimos al comedor, lo último que había traducido para Rozemyne eran recetas de comida japonesa, estaba emocionado por probar lo que habían hecho los cocineros, aunque sentía mi estomago revuelto en estos momentos.

Durante el almuerzo informaron que yo competiría contra Sylvester por el puesto de Aub. Lo vi palidecer antes de observarme con un brillo depredador y competitivo. Vi al trio que me había metido en esto sonreír complacidos, esa era la reacción que esperaban

"Ferdinand, ¿tienes tiempo ahora?", me pregunto Rozemyne después de comer. "La profesora Hirschur esta interesada en el sistema de clasificación que desarrollamos para organizar los libros, y los bibliotecarios de la academia piensan que, con ese sistema, ahora que no tienen acceso a las herramientas mágicas será más sencillo encontrar los libros. Padre dice que puedo organizar la sala de libros del castillo, me preguntaba si podrías ayudarme"

Estaba por disculparme con ella ya que tenía un partido a la séptima campanada, cuando Sylvester se adelantó.

"Ayúdala, primo. El partido es hasta la sexta campanada. Tienes dos campanadas libres", dijo antes de irse.

"Si estas ocupado…"

"Como dijo tu hermano, tengo tiempo libre, no podré ayudarte hasta el final, pero seguro podré ayudarte un poco"

Le ofrecí mi brazo en una escolta y me dirigí con ella a la biblioteca del castillo, los eruditos ya habían bajado todos los libros, y habían puesto algunos señalamientos en las repisas, dos atriles se colocaron cerca para que pudiéramos revisar los libros fácilmente.

Intercambiamos pocas palabras, pero fue cómodo, me gustaba verla sonreír mientras sus ojos perseguían las letras atreves de las páginas, clasificando los libros.

El sistema de clasificación en realidad era el sistema decimal de Dewey, pero adaptado a Yurgenschmidt, Rozemyne tuvo la idea un día en el templo, pero como no lo recordaba realmente, no podía terminarlo, solo la ayude diciéndole las partes que no conocía.

Sylvester vino a buscarme a la quinta campanada y media. Me despedí de Rozemyne y comencé a seguirlo, me sentía de mejor humor que otros días, mi menté seguía proyectando la imagen de Rozemyne como una película rayada, una y otra vez la misma escena:

Sus ojos siguiendo las letras, sus labios moviéndose ligeramente mientras leía, su sonrisa…

'Ella me gusta', me habia detenido a medio camino, en el pasillo desierto, no estaba seguro de si lo habia dicho en voz alta o en mi mente hasta que Sylvester se detuvo también

"¿Quién ella?", me pregunto confundido, sentí mi garganta secarse y tuve que tragar antes de poder encararlo

"Rozemyne...", admití en un murmullo, "Rozemyne me gusta", repetí sintiéndome mejor de repente.

"¿O, no que la veías como una hermana menor? ¿Cómo Constance y Georgine me ven a mí?", preguntó con burla. "Parece que ahora la vez… cómo yo… cómo yo podría ver a Bernadette" finalizo en medio de una carcajada que le impedía hablar correctamente.

"¡No te burles, Sylvester! ¡Esto es serio!", grite sintiendo mis orejas calentarse, "¡Me acabo de dar cuenta de que Rozemyne es una chica!", bien, lo habia expresado mal, me habia percatado de eso cuando la bese, pero no lo habia pensado a profundidad.

"Claro, claro y yo que el cielo de la mañana es del mismo color de tu cabello". Dijo con una sonrisa, recomponiéndose de su ataque de risa "¿De pura casualidad no habrás notado también otra cosa? No sé, ¿Una rifa por MI hermanita menor?"

"Dije que acabo de darme cuenta de que es una chica, de que es atractiva y que me gusta, no dije nada de sentir otra cosa". Solté casi como un gruñido

Ella era asombrosa. Qué me gustara parecía un resultado natural de haber convivido con ella tanto tiempo. Pero ahora debía tener más cuidado con mis palabras y acciones, si antes insistían en que tenía una rifa por ella, ahora sería peor.