Amor para dar

Día nuevo, sol anunciando un nuevo mañana, alumnos listos para el martirio de ir a la escuela, y por encima de todo, una castaña arreglándose lo mejor posible para afrontar un nuevo día.

Recogiéndose el cabello, atándolo a su habitual cola de caballo, dando unos últimos retoques en su cara, limpiándola de cualquier imperfección que pudiese tener, limpiando sus dientes, cuidando de no tener algún resto de comida. En pocas palabras, se arreglaba para lucir perfecta.

[Se prepara para lo más importante que debía hacer]

Un poco de perfume en su suéter, su camisa, en su moñito e incluso en su falda. ¿Exageraba? No según sus palabras. Debía de lucir perfecta para disculparse con Kaede por obligarla a hacer algo que no quería, y con Hitohito por no darle chocolates.

"Fue bueno hacer chocolate a montones, y agradezco tener los materiales para decorar esta cajita. Necesito compensar todo lo que pasó ayer... creo que a esto se refería mi madre de no ofrecerte a ayudar cuando no esté segura de las cosas"

Suspirando, Onemine terminó por alistar su mochila, para finalmente dirigirse a Itan. Usualmente no se sorprendía por nada, solo que esta vez había un motivo para hacerlo, pues, casi nunca podía ver a Shouko parada frente a su puerta, sosteniendo su libreta para comunicarse.

¿Qué haces aquí Shouko? -pidió saber Onemine-

~Quiero disculparme contigo por lo de ayer, no debí de pedirte algo que te incomodaba hacer~ -usando su cuaderno para tapar parte de su rostro-

No te preocupes, en parte también tuve la culpa al no convencerte de que había otras maneras de darle los chocolates a Hitohito -confesó apenada-

~Lo sé, por eso quiero disculparme con él y con Kaede, debí de escucharla y que, entre las tres le diéramos algo~

Tienes razón, pero no podemos hacer nada más que disculparnos, solo espero que Hitohito no se haya sentido mal -suspirando pesadamente por lo que había hecho-

[No, para nada mujer]

~Espero que le gusten los chocolates que hice, volví a hacerlos para que sean perfectos~

Se nota por el decorado de la bola -suspira- ¿Qué esperamos? Vamos ya -encaminándose a un día más de clases-

Sí -contestó la azabache, siguiendo a su amiga-

El viaje no era tan corto, ni tampoco tan largo, entre cada paso ambas chicas platicaban amenamente, tratando de olvidar los fiascos de ayer. Había que disculparse con Otori y Tadano por todo lo sucedido, lo único que esperaban era encontrarlos rápido por Itan. A su caminata se sumaban más personas como Najimi, quien molestaba a Shouko y Nene por igual, Agari y Nakanaka, quienes querían agradecerle a su Diosa por los chocolates de ayer, y más atrás del cuarteto, Yamai siendo detenida por Kishi, Onigashima mirando con asombro a la azabache muda, junto a media Itan acompañado de la gente alrededor, quienes querían admirar el perfecto andar de la Menguante Diosa Perfecta.

[¿Dejarían de ser simps por solo cinco minutos?]

Una vez llegaron a Itan y los alumnos se dispersaron para comenzar las clases, Shouko en compañía de Nene empezaron a buscar al dúo con quienes se querían disculpar. No tardaron demasiado, veían a Tadano a lo lejos, apenas llegando, la sorpresa no era ver a Hitohito feliz, era ver a Kaede tan melosa con el azabache, el cual parecía feliz con la muestra de afecto de la peliverde.

[Espera ¿Qué]

Un simple momento que bastó para aterrar a Komi, quien al ver la escena empezó a temblar, eran notorio los celos que tenía, siendo lo más evidente que quería ser ella la que estuviese ahí, los celos eran entendibles en Shouko, después de todo, quería avanzar su relación con Tadano, la persona que más quería en el mundo sin contar a su familia. Eso era normal tomando en cuenta su problema de comunicación.

La cosa era claramente diferente con Onemine, ¿Por qué demonios estaba celosa? ¿Por qué tenía miedo? ¿Por qué le afectaba la escena? ¿Por qué parecía incomodarle el hecho de que Kaede fuera así de cariñosa con Hitohito? O ¿Por qué le incomodaba ver que Hitohito parecía feliz con la muestra de afecto que Kaede le daba? Por un momento su mente se desconectó, porque había algo que lentamente empezaba a formarse dentro de ella, producto del tiempo y los sucesos de ayer...

¿Por qué le daba miedo que Hitohito y Kaede fueran felices... sin ella?




Capítulo 7: Segundo paso, convivir




El día había empezado, y Hitohito llegaba a Itan con una radiante sonrisa. el regalo que le había dado Kaede le había subido los ánimos hasta los cielos, tanto así que incluso decidió ir un poco más arreglado que de costumbre

[Solo se puso más loción]

Nada lo había hecho más feliz que recibir esa muestra de afecto por parte de Kaede y Onemine, y pensaba claramente en dos cosas, ¿Qué les daría en el día blanco? ¿Chocolates? ¿Caramelos? ¿Una tranquila cita cerca de un pequeño lago adornado de hermoso paisaje florar, aves cantando hermosas melodías? Claramente, eso era cursi.

"No creo que funcione tanto"

Suspirando, solo entró a la escuela, y no dio más de dos pasos cuando Najimi ya había hecho de las suyas

"Préstame dinero"

Negándose a la petición, y colocándose auriculares para dar a entender que no le haría caso, la amistad de la infancia de todos se había esfumado intentando conseguir algo de dinero. Lentamente caminaba, listo para cambiarse sus zapatos y divagar un rato por la escuela.

El ambiente de esta era bastante animado, parejas sonrojadas, algunas platicando, otros idealizando algo bonito para corresponder, el amor seguía en el aire, y a Tadano poco le importaba, no por el hecho de despreciar los sentimientos de los demás, al contrario, eso le alegraba bastante.

[A Hitohito lo hace feliz ver y sentir la felicidad a su alrededor]

Sin más que hacer, había desenvuelto dos chocolates que tenía guardado en sus bolsillos, uno correspondiente a Onemine y el otro a Otori, le alegraba saber que ellas de verdad lo apreciaban, aunque eso no era motivo para dejar de hablarle a Shouko y los demás amigos que tenía. A pesar de que aquel enamoramiento hubiese muerto, seguiría apoyando a su amiga para tener cien amigos. En medio de la línea de pensamientos, y un poco alejado de los demás, alguien lo abrazaba por detrás... ya sabía él quien era...

Hitohito -exclamó la voz con genuina alegría-

Hola Kaede -correspondiendo el saludo-

Que bueno que te encueeentro, ¿Te gustaron los chocolaaates? -pidió saber, claramente con genuina curiosidad-

Si, gracias por dármelos, debo de agradecerle a Nene también -confesó el azabache con algo de pena-

Todavía no ha llegado, también quería agradeceeerle, pero no ha llegaaado -respondió algo decaída-

No te preocupes, pronto aparecerá -acariciando su cabeza, lo que parecía emocionar a la peliverde-

Es cieeerto. ¿Podeeemos caminar juntos? -preguntó-

Vamos -respondió, rápidamente sintiendo el envolvente abrazo de Kaede en su brazo-

Me gusta mucho abrazaaarte -confesó con notoria emoción Otori, aferrándose al brazo de Tadano-

Eso me alegra -respondió sin pizca de incomodidad o inseguridad-

Caminando, solamente ellos dos, no les importaba lo que los demás pensasen, o interpretasen. Kaede iba con completa tranquilidad, sabiendo que había hecho bien, su corazón se encontraba en armonía, sin ninguna preocupación. Lentamente, la idea de estar con Onemine y Tadano por siempre le empezaba a agradar más, y a pesar de que ayer Shouko no le dio nada a Hitohito, debía de agradecer por ello. Le dio un regalo significativo, algo que venía del corazón, y con ánimos esperaba cualquier sorpresa.

¿En qué piensas? -preguntó Tadano por mera curiosidad, al no querer leer a su amiga-

Me gusta pasar el tieeempo contigo y con Onemine-chaaan -confesó con notoria felicidad Otori-

Eso ya lo noté -riendo por lo bajo-

Me gustaría tener aquí también a Onemine-chaaan -añadió Kaede, apretando el brazo de su amigo a modo de reconfortarse-

Pienso lo mismo, la verdad, debo de agradecerles mucho por lo que hicieron -añadió-

Hitohito.

¿Sí?

Te quieeero mucho... a los dos los quieeero -exclamó Kaede, dándole un tenue beso en su mejilla-

¡KAEDE! -una nueva voz se dejó escuchar-

Onemine-chaaan -exclamó Kaede, moviéndose al instante al lado de su amiga para platicar de algo-

~Buenos días Hitohito~ -saludó una azabache-

Hola Shouko -respondiendo el saludo con una tenue sonrisa-

Rápidamente separándose ambas parejas, Shouko y Hitohito caminaban juntos, al ver que Onemine se había llevado a Otori para platicar, ¿Cómo lo deducía? Apenas había empezado a usar su lectura del ambiente y fácilmente pudo notar eso por parte de la castaña. Antes de si quiera agradecerle por el detalle, Shouko lo había jalado, parecía ser algo importante si la insistencia era notoria.

¿Qué es lo que necesitas Shouko? -pidió saber Hitohito, viendo que su amiga sacaba algo de su mochila-

~Disculpa si no pude dártelo antes, se habían derretido y no quería comprar unos chocolates, no quería que te hicieras la idea de que era lástima~

No te hubieras molestado, en serio -recibiendo los chocolates con leve emoción-

~Era algo que debía darte~ -agachándose a modo de disculpa-

Gracias por el detalle -elogió, empezando a comer el chocolate y dejándose cautivar por el sabor-

~Si~ -sonrojada al ver que sí le gustó el dulce-

¿Quieres caminar al salón? -preguntó Hitohito con amabilidad, sin rastro de dulce en su boca-

Por fa-fa-favor -pidió completamente sonrojada-

Me alegra que estés superando tu problema Shouko, sigue así y podrás hablar fluidamente sin problemas. Creo en ti -regalándole una sonrisa que cautivó a Komi-

Gra... gracias -respondió en un intento de no tartamudear demasiado-

Y a su vez

¿Por qué estabas así de cariñosa? -pidió saber Onemine con leve toque de celos-

Hooola -ignorando la pregunta épicamente-

Hola Kaede, ahora, responde -pidió una vez más-

Bueno, en realidad, es porque ayer le di tus chocolaaates -confesó Kaede con una radiante sonrisa-

¡¿TU FUISTE QUIEN HURGÓ MI MOCHILA?! -exclamó alterada Nene-

Sí, debía de haceeer algo por Hitohito, de verdad estaba triiiste -confesó, deprimiéndose al recordar el conformismo de Tadano-

Pero, ¿Por qué no me avisaste? Traje más chocolates para dárselos -sacando de su mochila una bolsita de dulces-

Porque estabas tratando de que Shouko diera sus chocolaaates a Hitohito, y no quería que se enteraaara, así que se los di por aaambas. Está feliz ahorita -añadió, recuperando su aura de felicidad-

¿En serio? -cuestionó con asombro-

Sí, hay que ir con él -tratando de ir a con su amigo-

Pero... ¿Y Shouko? -preguntó con cautela-

¿Qué tiene?

Esto puede afectarle.

No es cieeerto, Hitohito solo ve a Shouko como una buena amiiiga, o eso creeeo -ladeando su cabeza en un intento de acordarse, o al menos eso parecía hacer-

¿De verdad? -cuestionó con leve incredulidad-

Sí, es en seriiio -sonriendo-

Mierda, si es de verdad cualquier intento de Shouko será inútil -analizando en su mente las posibilidades- la pregunta aquí es... ¿De quién estará enamorado Hitohito... No será de... ¿Kaede? -celosa-

Onemine-chaaan -ladeando a su amiga para reintegrarla al ambiente-

¿Qué pasó? -pidió saber la castaña, saliendo de su pequeño trance-

Gracias por estar conmigo, la verdaaad... me gusta pasar tieeempo contigo -confesó Kaede a modo de agradecimiento-

Gracias -abrazando a su amiga-

Toma -exclamó Kaede, acercándose a la mejilla de Onemine para dejarle un tenue beso-

¿Y eso? -cuestionó la mencionada con notoria impresión-

Un besiiito. Hay que ir a claaases -desapareciendo-

Espe... se fue... ¿Por qué lo hizo...? ¿Por qué me besó? -cuestionó Nene tocándose el lugar donde Kaede la beso, y, por alguna razón, con un sonrojo que poco a poco se hacía más intenso-

Las clases transcurrían con normalidad, lentamente el tiempo avanzaba, y para cada estudiante en Itan las clases eran un tortuoso martirio para que el día acabase. Por fortuna, o desgracia, cada profesor parecía haber recibido alguna clase de recibo durante el día de ayer.

[Si los estudiantes parecen hambrientos de amor, los profesores son un caso todavía peor]

Gracias a eso, muchos maestros ni siquiera habían dejado tareas o trabajos, en especial, no le habían dado trabajo extra a Hitohito, por lo cual, podía disfrutar el fin de semana con completa tranquilidad, lo que le daba tiempo a pensar de un plan perfecto para agradecerle a Onemine y Otori por los chocolates, en menor medida también a Shouko, a pesar de todo también le dio algo. No devolver el gesto sería descortés para él

[A pesar de todo sigue siendo amable el muchacho]

La alarma había sonado, indicando que una clase más se acababa, y para fortuna de todos, el receso empezaba. Algo que había cambiado era la actitud de Nene hacia Najimi. A la castaña le molestaba bastante el hecho de que la mencionada abusara de la amabilidad de Hitohito Shouko, al punto de chantajearlos para que hicieran lo que quisiese. Sabiendo eso, Onemine decidió enseñarle un poco de modales... a su manera...

Una manera que Najimi odiaba, porque usaba el tiempo libre que tenía para realizar todo el papeleo de Hitohito, o al menos una parte, siendo obligada a trabajar en contra de su voluntad, incluso llegando al extremo de atarla a la silla para que cumpliera con su labor. ¿A los demás les parecía extraño el método de castigo de Nene? Sí, pero al tratarse de la hermana mayor nadie decía nada y preferían retirarse.

[No se iban a meter con Onemine]

¡ESTO ES UNA INJUSTICIA! -gritó Najimi con frustración, intentando escapar-

Eso te pasa por aprovecharte de los demás, a ver si así aprendes a calmarte un poco -respondió Onemine con notoria molestia-

¡EXIGO JUSTICIA! ¡TENGO DERECHO A LA DIVERSIÓN! -exclamó, en un intento de justificarse-

Tienes la obligación de ayudarme y no lo haces, ahora haces tu parte y mi parte -añadió Tadano, dejando una torre de papeles en el escritorio de su amistad de infancia-

¡NO ES JUSTO! -tratando de romper las cuerdas-

Tu café -exclamó Shouko, dejando un vaso en la mesa de Najimi-

Somos considerados contigo, así que te dejamos un café, y este nudo es tres veces más fuerte que el de la semana pasada, y como adicional, el nudo está atado a la mesa... Hitohito, ¿Qué papeles son los que tiene que llenar hoy? -preguntó Onemine con malicia-

Los que me encarga la profesora -respondió el mencionado con el mismo tono que la castaña-

Hitohito, vamos por un pasteeel -pidió Kaede con felicidad, agarrando el brazo de su amigo-

Vamos, ¿Viernes Shouko? -recibiendo una respuesta afirmativa- Bien, nos vemos después Naji -saliendo del salón-

¡TRAE TU TRASERO AQUÍ HITOHITO! ¡NO ME ABANDONES! -gritó furiosa Najimi, con cuidado de no regar el café para evitar quemarse-

Eso te pasa por querer aprovecharte de Shouko y Hitohito, solo recuerda que si los documentos se manchan o los modificas para tu gusto habrá problemas, que puede terminar en tu cancelación al viaje a Kioto, o peor, que la maestra se desquite contigo reprobándote... Suerte Naji... -se despidió Onemine, sin siquiera voltear atrás-

¡¿POR QUÉ ME PASA ESTO A MÍ?! -gritó a los cuatro vientos intentando descifrar el porqué de los hechos-

[¿Por qué será?]

~¿No deberíamos ir a ayudar a Najimi?~ -cuestionó Shouko con preocupación por la pobre víctima-

Estará bien, ahorita debemos comer. ¿Qué es lo que se te antoja Kaede? -preguntó Hitohito, tratando de ignorar la pregunta-

Un pastel de gatiiitos. Está muy boniiito -respondió rápidamente la mencionada, atrayendo la atención de Komi-

Sí -sacando sus orejas de gato-

Hay que ir ráaapido Shouko Komi -exclamó Kaede agarrando la mano de la azabache-

Shi -respondió-

No se alejen demasiado, no quiero que les pase algo -pidió Tadano con notoria preocupación por ambas-

Ti -respondieron ambas-

¿A dónde van? -preguntó Nene, añadiéndose a la plática-

Por un pastel de gatos, por cierto, ¿Cómo te fue con Najimi? -pidió saber-

Hará bien las cosas, sabe que si sale o hace algo mal la culpa recae sobre ella -respondió rápidamente-

¿En serio?

Sí tu tranquilo -restándole importancia-

Si tu lo dices... -suspira- por cierto, gracias Nene -agradeció Tadano con genuina felicidad-

¿Por qué lo dices? -pidió saber Onemine-

Por los chocolates, no esperaba ese detalle, y entiendo el porqué no me los diste en la escuela -explicó rápidamente-

No quería hacerte sentir mal, lo siento -confesó a medias, extrañada de que su amigo no leyese el ambiente-

No te preocupes, en verdad, gracias -confesó-

Para eso estamos... para eso están los a... amigos... -trabándose por alguna razón en lo último-

Sí... tienes razón... espera... ¡¿QUÉ HACES CON ESA HACHA KAEDE?! -corriendo al ver como Kaede trataba de cortar el pastel con el arma ya mencionada-

¿No pude decir amigos con facilidad? Eso no es posible, se supone que Hitohito es mi ami... ami... amigo... ¿Por qué me cuesta trabajo? -cuestionándose a sí misma- No siento algo por Hitohito... ¿Por qué me incomoda? ¿Qué es lo que me pasa? -pidió saber Onemine a sí misma-

Vamos, deja esa hacha y ven a comer una rebana da de pastel -pidió Tadano con preocupación-

Pero es divertiiido -respondió Kaede tratando de llevar a cabo su pequeña misión-

Puedes hacerte daño, y no quiero verte lastimada -agarrando la mano de Otori con cautela-

¿En seriooo? -cuestionó-

Sí, así que vamos, deja el hacha para que comamos -una vez más pidió-

Estaaa bien -soltando el arma para abrazar a Hitohito-

Su interacción... ¿Por qué me frustra... verlos juntos? Se supone que son mis amigos, entonces... ¿Por qué me molesta? -se cuestionó a sí misma Nene, estando celosa por algo a lo que no hallaba explicación-

Onemine-chaaan, vamos a comeeer -exclamó Kaede, acercándose a la castaña para tomarla de la mano-

¿Qué haces? -pidió saber Nene, extrañada y levemente asombrada-

Estás perdiiida así que te guiaré -empezando a guiar a su amiga-

Usualmente siempre soy la que le da la mano... ¿Por qué me gusta esta sensación si es algo cotidiano? -se volvió a cuestionar, dejándose llevar por la sensación-

Oye Shouko, te gustan mucho los gatos negros, ¿No es así? -Preguntó Tadano, haciéndole plática a Komi-

~Eso ya lo sabes~ -extrañada-

Sigue pareciéndome curioso el hecho de que siempre te toquen gatos negros -confesó el azabache-

E-e-e-e-es cie-cie-cie-cierto -respondió Komi apenada por lo dicho-

Tranquila, eso es bonito, ¿No lo crees Nene? -cuestionó Tadano, viendo a Onemine y a Otori que ya habían llegado-

Es hasta divertido verlo, en el buen sentido -confesó la mencionada-

Gracias -agradeció Shouko sin la necesidad de mostrar su libreta-

Me alegra de que empieces a hablar con mayor fluidez -confesó con felicidad-

Por cierto, ¿Quieres un poco? -preguntó Hitohito, ofreciéndole un plato con pastel a Nene-

Ese instante bastó para ponerla nerviosa, ver fijamente a Hitohito, solo bastó esa acción para ponerla nerviosa, como si él fuera alguien real y genuinamente importante para ella, al grado de ser... ¿Una posible pareja?

"¿Qué demonios me pasa?"

Inconscientemente agarró la rebanada de pastel, y agradecía el hecho de que la felicidad de Hitohito le impedía leer el ambiente, no quería preguntas acerca de lo que pensaba... ¿Sonrojarse por Hitohito y Kaede?

[Algo en ella empezaba a cambiar drásticamente]

...

Por cierto, la próxima semana es el viaje, ¿No es así? -pidió saber Onemine, intentando dejar de lado sus pensamientos-

~Así es, y por lo visto el viaje se hará en tríos mixtos~ -mostrando su libreta-

¿Hay posibilidad de elegir? -cuestionó-

Hasta donde escuche no, Najimi hacía burla de ello, queriendo juntar enamorados en situaciones incómodas para chantajearlos -añadió Hitohito pensativamente-

¿Pero cómo lo hará? -pidió saber la castaña-

La maestra ya seleccionó a los equipos, de hecho, me pidió que guardara la hoja, para que nadie tratara de modificarlos -confesó, agarrando un poco de su pastel-

¿Por qué no nos las mueeestras? -pidió Kaede, con tenue rastro de cobertura en sus labios-

La guardó en una carpeta y luego la engrapó para asegurarse de que nadie la abriera, en dicho caso de que se abriera sin su consentimiento me castigaría severamente -confesó rápidamente-

~Por eso te llevaste uno que otro papel ayer~ -preguntó Komi con interés-

Así es, de no hacerlo me matarían -confesó apenado-

¿Cómo crees que estemos acomodados? -pidió saber Onemine con curiosidad-

No lo sé, en realidad será interesante ver cómo están los equipos -añadió-

¿Qué tieeenes? -preguntó Otori a Komi, notando que esta última temblaba-

~No sé con quien me vaya a tocar. No quiero que se burlen de mí~ -confesó apenada, limpiándose con una servilleta-

No te preocuuupes, si no te sientes cómoda podemos hacer caaambio. La maestra lo aceptará, tenlo por seguuuro -aseguró la peliverde, irradiando su aura de felicidad-

~¿En serio?~ -cuestionó con esperanza-

Sí, sé lo que te diiigo -aseguró una vez más-

Gracias -exclamó Komi con genuina seguridad-

Ya casi acaba el receso -añadió Onemine viendo la hora en su celular-

Hay que regresar al salón -añadió Tadano-

¿Y el pasteeel? -preguntó Otori con notoria duda-

Por qué no te llevas la mitad de lo que queda, y la otra mitad se la das a Shouko -propuso Nene para solucionar rápidamente la situación-

~¿En serio?~ -cuestionó-

Sí, siendo sinceros me llenó -confesó el azabache-

Igual a mí, y si me lo llevo mis hermanos terminarán acabándoselo -añadió la castaña-

Pero no es tan graaande -comentó Kaede, extrañada-

Es muy dulce, y no van a dormir -añadió-

~¿Es grave?~ -pidió saber con leve miedo-

Tampoco es para preocuparse, pero no me dejarán dormir, y mi abuela vendrá de visita mañana -confesó con leve incomodidad-

Oh.

Iré a que dividan el pasteliiito, acompaaañame Shouko Komi -jalando a la azabache quien parecía emocionada de conseguir más gatos negros-

Se ven tan tiernas ambas -confesó Onemine con ternura-

Lo sé... ¿Puedo saber por qué te molesta que venga tu abuela? -pidió saber Tadano con genuina curiosidad, sin siquiera atreverse a leer a su amiga-

Chocamos mucho... la verdad es incómodo -confesó con incomodidad-

Lo siento, no debí de hablar de ello -se disculpó apenado-

No te preocupes... por cierto, gracias por estar aquí, no sé que haría sin tu ayuda -agradeció con amabilidad, sonriéndole-

Gracias a ti... en realidad me has ayudado bastante con todo lo que has hecho -añadió Hitohito, respondiendo con algo más que una sonrisa-

Por puro instinto, Hitohito envolvió a Nene en un cálido abrazo, algo que sobresaltó en un principio a la castaña, sin embargo, no tardó mucho en corresponder, dejándose llevar por la sensación de protección. Un momento en el cual solo ellos dos existían, sin nadie que los detuviese o los interrumpiese... y todo siendo observado por una chica en especial...

¿Qué se sentiría estar dentro del abrazo de esas dos personas en especial? ¿Qué se sentiría ser querida por ambos? Sin importar lo que los demás pensaran. Cada segundo era un nuevo pensamiento para Kaede, con ganas de abalanzarse sobre ellos dos para abrazarlos, sentir la calidez de ambos rodeándola, pero no actuaría. Nene tenía derecho a estar también con Hitohito, una amistad que no dejaría quebrarse por nada del mundo... incluso si para ello debía ir más lejos...

Gracias por todo Hitohito -respondió Onemine separándose del abrazo-

Gracias a ti. Vamos, hay que ir con Kaede y Shouko para volver a clases -añadió levemente sonrojado el mencionado, volteando a ver a la azabache quien había extendido su cuaderno-

~No será necesario~ -exclamó-

¿Por qué lo dices? -pidió saber la castaña-

~Najimi me acaba de mandar mensaje, dice que las clases se acaban de cancelar~

¿Cómo está esooo? -preguntó ahora Otori-

~Según lo que mandó, los profesores tuvieron una emergencia y decidieron cancelar lo que quedaban de clases~ -explicó con brevedad-

Por eso es que todos se están retirando -viendo que, en efecto, los estudiantes empezaban a abandonar las instalaciones-

Bueno, creo que es hora de irnos, Te acompañamos Shouko -propuso Tadano con amabilidad-

~No será necesario, mi padre vendrá por mí~ -añadió-

¿No quieres que nos quedemos a esperar? -cuestionó ahora Nene con preocupación de que le pasara algo-

~No, no te preocupes~

Pero no es moleeestia -añadió ahora Otori, sonriéndole a Komi-

~¿En serio?~

Así es -con notoria felicidad-

Gracias -encaminándose a la salida junto a los demás-

Bueno... lo más seguro es que Najimi ya se haya liberado con ayuda de la profesora, y no tenemos nada allá que se nos haya olvidado. Kaede, ¿Tienes tu celular a la mano? -preguntó Nene para ver si se regresaban al salón o no-

Sí -mostrándolo-

Eso sería todo, bueno, vámonos -exclamó la castaña, volteando ver a la azabache quien había vuelto a extender su cuaderno-

~Ya llegaron por mí~

¿Tan rápido? -cuestionaron los tres-

~Mi padre sale temprano los viernes, así que acompaña a mi madre por las compras de la semana~ -rápidamente explicó-

Y de casualidad ambos pasarán por ti, ¿Me equivoco? -preguntó Onemine-

No, ti-ti-tienes razón -tartamudeando menos-

Bueno, es aquí donde nos separamos. Nos vemos el Lunes -se despidió Tadano, siendo secundado por Onemine y Otori-

Cuídense -se despidió Komi, alejándose del trío-

Es bueno que vengan por ella... -suspira- en fin, ¿Nos vamos? -preguntó Nene con notoria felicidad-

Sí, pasemos a dejar a Kaede y luego paso a dejarte -añadió Hitohito-

Agradezco el gesto, Oye Kae... ¿Dónde se metió? -volteando a ver a todos lados-

Sorpresivamente para ambos, la peliverde apareció en medio de los dos, lista para irse. Antes de que siquiera Nene o Hitohito diesen un paso, Kaede había actuado. Primero acercándose a Tadano para abrazar su brazo izquierdo, aferrándose a este para que no se fuera, regalándole una sonrisa al azabache una vez volteó a verla.

Onemine por instinto, y algo incómoda por la acción, había decidido en ir atrás, siendo frenada al sentir una mano rozar su brazo, bajando lentamente por este hasta llegar a su mano, entrelazándola en un cálido apretón. ¿Quién había sido? Kaede, quien le regalaba una sonrisa que le había acelerado el corazón.

"Ahora sí, podemos iiirnos"

Volteando a ver a Nene, volteando a ver a Hitohito, y dejando que ambos se voltearan a ver. En un silencioso acuerdo, los tres habían quedado de acuerdo en mantener la posición. Tadano del lado de la acera y Onemine del lado de la pared, dejando en medio a Otori, quien irradiaba felicidad pura al sentir a sus dos amigos rodearla, aceptando la posición en la que los había colocado, una posición que había durado durante un viaje lleno de pláticas, contagiándose del tenue amor que los tres irradiaban.

Un hermoso sentimiento de calidez se había apoderado de los tres, en especial de Kaede, quien inclusive al llegar a su mansión seguía sintiendo ese cálido afecto, devolviéndolo al despedirse de sus dos amigos con un beso en la mejilla. No importaba cuantas veces lo hiciera, ver a Onemine y Tadano sonrojarse por esa acción aceleraba su corazón, porque ella lo aceptaba sin miedo, no le importaba aceptarlo, porque para ella, conocer a Hitohito y Nene era lo mejor que le pudo haber pasado...

Porque estar con ellos lograba sentir un gran afecto que colmaba de dicha su corazón...




Extra




Lentamente Onemine y Tadano platicaban de cosas banales, alejándose lentamente de la mansión de Kaede. A lo lejos, la mencionada podía ver con claridad como sus dos amigos se perdían a lo lejos, poco a poco desvaneciéndose. A pesar de haber convivido con ellos hace poco, la cálida sensación de sentir a ambos tan cerca, haberse aferrado a ambos, estando en medio de los dos, seguía presente. Sentirse querida, protegida, amada, sentirse realmente importante para sus dos amigos. Poco a poco, a su propio ritmo, empezaba a perder el ideal de amistad con Nene y Hitohito, quería más, quería abrazarlos de manera cariñosa, mimarlos, ser mimada por ellos, estar juntos por siempre, lentamente, y de manera inconsciente, empezaba a desear una relación.

Después de que Hitohito la dejara en su casa, Nene se enceró en su cuarto dispuesta a trabajar, o al menos intentar hacer eso. Por alguna razón, su mente se concentraba en los recuerdos que había tenido. Desde el miedo de la mañana al ver a sus dos amigos de manera tan melosa, pasado por las palabras de Kaede y el agradecimiento de Hitohito, hasta llegar a la caminata después de la escuela. Sentir el abrazo de Tadano a modo de agradecimiento, o la sensación de la mano de Otori bajar por su brazo hasta entrelazar sus manos. ¿Por qué se ponía tan nerviosa al recordar todo eso?

Lentamente entre paso y paso, Hitohito caminaba tranquilamente, dejándose llevar por los recuerdos. La manera de Otori de demostrar su cariño le cautivaba, y a su vez, la preocupación de Onemine porque se sintiera bien, que no se sintiera solo, abandonado, triste, incluso se disculpó por hacerle creer que se había olvidado de él. Esas acciones lo alentaban, lo emocionaban, ser mejor persona solo por ellas.

A la mente de los tres, venía una misma pregunta, un mismo sentimiento que querían saber a profundidad, una incógnita que, por más rara que fuera, no les causaba temor, asco o repulsión, solo aceleraba más sus confusos corazones...

¿Acaso me estoy enamorando...?