Disclaimer: One Piece y todos sus personajes le pertenecen al poderosísimo Oda, yo solo vengo a shippear.

Notas de la autora: Tengo suerte de haber escrito todos estos capítulos hace meses, porque en serio diciembre me está consumiendo por completo.

Canción: Nervous-Shawn Mendes

Lo que tuvimos que hacer

Capítulo 4: Nervous around you

Usopp se encontraba en un campo de girasoles bajo un cielo nítido de color celeste. Se respiraba paz y sentía los rayos del sol acariciando su morena piel. Era un lugar reconfortante, uno que guardaba sus mejores recuerdos. Caminó por un sendero que se abría por el campo hasta llegar a una pequeña cabaña. Abrió la puerta de la morada solamente para encontrarse con una explosión de colores hermosos que empezaban a bailar alegremente sobre su cabeza al son de una melodía tranquila. El muchacho respiró profundamente impregnándose de las más dulces fragancias. Amaba ese lugar con todas sus fuerzas y decidió entregarse por completo a las miles de sensaciones que seguían llegando a su cabeza. Cerró los ojos para asimilar de mejor manera los olores y sonidos, pero en cuanto lo hizo, todo se sumió en el silencio.

Abrió los ojos para encontrarse dentro de una casa grande, pero que no contenía una sola pizca de vida. No existían los colores y ni siquiera el chocar de sus pies sobre la cerámica fría emitían sonidos. Caminó extrañado por el lugar a blanco y negro, recorriendo habitación tras habitación, sintiendo como la desesperación empezaba a subirle por las piernas para dejarlo sin aire. Quiso correr para escapar de la pesadilla, pero un sonido parecido al de unas campanadas lo congelaron en el sitio.

Usopp despertó y sintió la boca pastosa, además de un vacío en la boca del estómago. El sonido de su teléfono replicaba constantemente en su oído y abrió los ojos tratando de enfocar el aparato para hacerlo callar. Apagó la alarma para descubrir con desagrado que se había quedado dormido vistiendo la ropa del día anterior. Se resignó al saber que tendría que tomar una ducha rápida antes de salir hacia la universidad. Odiaba bañarse temprano en la mañana.

Abrió la regadera y aprovechó el tiempo que demoraba en calentarse el agua para volver a su habitación y desnudarse. Tomó de vuelta su teléfono para mirar la hora, aunque la hora fue lo último que vio, ya que una notificación de whatsapp aparecía a la mitad de la pantalla.

"Te veo a las 12:10?"

El estómago de Usopp dio un vuelco. Estaba nervioso, pero al mismo tiempo, una emoción que no sabía de dónde salía, lo rodeaba por completo. ¿Sería por que se sentía seguro de su cuadro? o ¿Sería porque no estaba del todo seguro? Estaba confundido.

Miró la pantalla por algunos segundos antes de contestar.

"Claro."

Usopp bloqueó el teléfono y fue directo hacia la ducha, repasando en su mente la conversación que mantendría con Zoro, imaginando los posibles escenarios, fabricando en su cabeza frases para cualquier reacción del recién conocido… Trató de respirar profundamente para así regular su ritmo cardiaco, pues la ansiedad amenazaba con volver. Tras unos minutos, logró poner en orden su cabeza y continuar con el resto del día.

La mañana de Zoro no fue tan caótica como la de Usopp. Tras hacer algunos ejercicios de calentamiento se metió a la ducha, tomó un desayuno rico en proteína y antes de salir de su hogar decidió escribirle al chico para confirmar su "cita", no pasó mucho tiempo antes de recibir una respuesta, la cual solo le provocó una sonrisa.

—Y así es cómo se gana una apuesta. —pensó Zoro saboreando la victoria.

El resto del día transcurrió sin contratiempos para los dos muchachos y entre las clases, el bullicio de los compañeros y profesores que muchas veces eran déspotas, por fin se terminó la jornada.

—¿Me prestas los apuntes para hacer el deber del lunes? —Coby se acercó a Usopp.

—Lo siento, ayer no tuve tiempo de hacer nada y necesito los apuntes para el fin de semana. Te puedo mandar fotos del cuaderno si quieres. —El moreno guardaba sus materiales en la mochila con un tanto de prisa.

—Oooook… eso es raro. —El joven rascó su cabeza y miró fijamente a su compañero.

—Ayer me quedé dormido justo después de llegar a casa.

—Eso es más raro todavía. ¿Te está pasando algo?

—Creo que es el estrés de los exámenes y que últimamente hay alguien que está destrozando todo en mi cabeza y… —Usopp calló de repente, ¿exactamente qué era lo que quería decir?

—¿Quién está haciendo qué? —Coby lo animó a seguir hablando al tiempo que regresaba a ver a Perona.

—Olvídalo, no es nada. —Terminó de poner en orden su mochila para luego cargarla sobre sus hombros. —Se me hace tarde, tengo que irme.

Usopp desapareció tras la puerta y Perona se aproximó a su amigo.

—¿Y? —preguntó mirando a Coby a los ojos. —¿Te dijo algo?

—Creo que tienes una oportunidad —respondió el muchacho. —, ayer lograste distraerlo mucho, tanto que no hizo los deberes para el lunes. Seguro estuvo pensando en ti toda la tarde.

Perona abrazó a Coby soltando un grito, causando que todos sus compañeros los vieran un tanto extrañados.

—¿Y te dijo a dónde iba? Sé que hoy Kaya tiene guardia en el hospital, entonces no creo que vayan a almorzar juntos.

—Perona… me das miedo. ¿Cómo sabes eso?

—Una chica debe saber todo acerca del chico que le gusta.

Coby suspiró resignado.

—Quizás se fue a su casa a terminar los deberes. Sabes que le gusta hacer los deberes el mismo día que los mandan.

Perona asintió, después de todo, era lo que el moreno haría.

Usopp llegó corriendo a la oficina de Recursos Humanos para pedir la llave de la bodega de arte y cuando cruzó la puerta, se llevó una gran sorpresa, allí se encontraban Zoro y el chico de los tatuajes al que Usopp reconoció como Franky Flam.

—Oooooh —rió Franky. —, pero mira no más. —codeó a Zoro.

Zoro dio la vuelta para encontrarse de frente con Usopp y en seguida miró la hora en su reloj de pulsera. Suspiró aliviado.

—Pensé que nos veríamos en cinco minutos más… Espera, ¿qué haces aquí? —preguntó Zoro.

—Tengo que venir aquí para recoger la llave de la bodega. ¿Tú qué haces aquí?

—Estoy acompañando a este tarado —señaló a Franky con el pulgar y este saludó con una sonrisa. —, olvidó adjuntar las copias del carnet para que le den los puntos.

Usopp se sorprendió del trato brusco que tenía Zoro con su amigo y pensó que quizás empezarían a discutir por el insulto, pero al parecer, a Franky no le importaba demasiado, incluso parecía feliz.

—Siguiente —Una de las secretarias llamó la atención de Franky y este siguió hasta la ventanilla.

Usopp, que no sabía qué decir, hizo la primera pregunta que le llegó a la mente.

—¿Tú también debes hacer el papeleo?

—No… mi facultad ya hizo el trámite. Franky debe hacer todo esto porque prácticamente mi decano lo fue jalando. Él estudia mecatrónica.

—Ya veo. —dijo, mientras en su mente todo empezaba a cobrar sentido.

—Siguiente. —dijo la secretaria y Usopp pasó para pedir las llaves, después de firmar, regresó al grupo.

—Bueno, yo tengo que seguir con mis asuntos. Nos vemos luego —Franky se despidió de Zoro con un choque de puños para luego dirigirle la palabra a Usopp. —, ¿Nos vemos?

—Su… supongo. —tartamudeó Usopp al ver que Franky le extendía el puño. No pudo hacer otra cosa que responder el gesto.

Franky abandonó la oficina dejándolos solos.

—¿Nos vamos? —preguntó Zoro mientras acomodaba los tirantes de la mochila sobre su hombro.

Usopp asintió y empezó el recorrido hacia la bodega. El trayecto lo hicieron en absoluto silencio. Usopp no dejaba de jugar con sus manos y Zoro se limitó a terminar la botella de gatorade rojo que tenía en la mano.

Llegaron hacia el salón y Usopp insertó la llave en la cerradura. La hizo girar lentamente, como deseando que la puerta no se abriera, sin embargo, se abrió haciendo un chirrido leve.

—Bueno… aquí estamos. —dijo Usopp mientras caminaba hacia la parte trasera de la bodega. Descubrió uno de los cuadros tapados con una manta blanca dejando ver el dibujo.

Zoro se quedó perplejo mirando el bastidor y, con la boca entreabierta se acercó al mismo para admirarlo de mejor manera. Parecía como si el muchacho hubiese tomado una fotografía a blanco y negro y la hubiese pegado sobre la tela, de hecho, hubiese estado convencido de eso, pero la textura del grafito sobre la superficie blanca le indicaba lo contrario.

—Wow —Fue lo único que pudo decir Zoro, quien no podía disimular su admiración. —. Incluso las cicatrices parecen… Wow… ¡Está genial!

Usopp no pudo evitar que una sonrisa se le dibujara en el rostro. Se sintió aliviado y feliz con la reacción del otro joven. Soltó el aire que había estado conteniendo desde que destapó el cuadro y sus hombros se relajaron.

—¿Ya lo entregaste? —preguntó Zoro sin dejar de admirar el cuadro.

—Si.

—¿Qué nota te pusieron? —Zoro miró a Usopp expectante.

—Diez…

—¿Sobre 10? mínimo te merecías un veinte sobre diez. Esto es… Wow —interrumpió. —. ¿Qué vas a hacer con él? —Zoro volvió su vista al cuadro y sonrió.

—Mmm, no sé —Pensó un poco. —. Creo que lo voy a dejar aquí en la bodega, junto con los otros.

—¿Dejas tus cuadros aquí en la universidad? —Zoro estaba confundido.

—No todos —El moreno se emocionó al poder hablar de sus cuadros, ya no había nerviosismo en su ser, o no mucho como antes de llegar a la bodega. —, algunos se los regalo a una amiga, otros los dono a la universidad para que haga exposiciones, los que más me gustan los tengo en mi casa y pues otros se quedan aquí.

—¿Me puedo quedar con este? digo, igual lo vas a dejar aquí.

—Ah… Si, claro, no hay problema. —Usopp se dirigió al otro extremo del salón, recogió algunos papeles de color café y empezó a envolver el cuadro, en realidad, quiso restarle importancia al asunto, pero no podía esconder la felicidad que las palabras de Zoro le habían provocado.

.

Zoro lo miraba fascinado. Si, el muchacho era un tanto extraño, pero tenía que admitir que tenía muchísimo talento.

—Por cierto… Las cicatrices, ¿cómo te las hiciste? —Usopp no pudo aguardar mucho más tiempo, tenía que sacarse la duda de la cabeza.

—En realidad, no me gusta hablar mucho de eso. —dijo un tanto incómodo.

—Ya veo —Usopp se arrepintió de hacer una pregunta demasiado personal y temió por lo que pudiera pensar el otro. Se apresuró a terminar con su labor. —Ten. — Extendió el paquete y Zoro lo recibió con cuidado.

—Oye, ¿te parece si te invito a comer? En agradecimiento por el cuadro. —El ambiente se había tornado un poco extraño, así que decidió cambiar el tema.

—¿Seguro? igual no pensaba usarlo y se iba a quedar ahí. —Usopp dijo con un poco de recelo, aún se sentía culpable por no haber sido más cuidadoso con el tema de las cicatrices.

—Insisto, para mi significa mucho. —Trató de convencer a Usopp, después de todo, aún tenía una apuesta por cumplir.

Usopp suspiró largamente, un poco resignado por todos los cambios en su rutina que se le habían presentado en los últimos días. Tenía tres opciones: Rechazar por completo la oferta para poder seguir sus hábitos, pero no quería que su imagen se viera aún más dañada, así que descartó la posibilidad.

La segunda opción era posponer la invitación para el fin de semana, pero no quería que otro día le fuese arrebatado, después de todo, podía aprovechar el fin de semana para encerrarse en su hogar, terminar todas las tareas pendientes y estudiar para los exámenes de la siguiente semana.

—Está bien. — Escogió la tercera alternativa. Era mejor terminar con todo el asunto de una vez por todas.

—¿Qué prefieres? Mariscos, carne, pollo, comida chatarra… —preguntó Zoro.

—Me gusta el pescado, pero ayer comí pescado, pero no me molesta comerlo todos los días.

Zoro explotó en una carcajada debido a la respuesta del chico. En realidad era alguien muy peculiar.

—Entonces vamos por ese pescado.

Los dos jóvenes salieron del lugar y se dirigieron al restaurante de mariscos más cercano.

Se sentaron frente a frente en la mesa y, después de hacer el pedido, se dispusieron a esperar.

—¿Cómo te fue en el examen? —Zoro, que no estaba acostumbrado al silencio, decidió iniciar una nueva conversación.

—No fue en sí un exámen, fue solamente una prueba de rutina, pero me fue bastante bien. Saqué diez.

—Vaya… creo que estoy hablando con un genio. —bromeó.

—¿Por qué lo dices?

—Dos altas calificaciones en un solo día, eso no lo hace cualquiera.

—Bueno. No se me dificulta estudiar, es bastante fácil.

—¿Por qué no aplicas a una beca? —Zoro se inclinó hacia adelante para mirarlo mejor, mientras que Usopp se apartó un poco al sentir una invasión a su espacio personal.

—Si la tengo. —murmuró.

Zoro alzó las cejas expresando sorpresa.

—¿En serio? ¿De cuánto? —La voz de Zoro era de admiración.

—Del cien por ciento. —Por alguna razón, Usopp se sentía cohibido por la mirada penetrante de Zoro, en otras ocasiones hubiera alardeado de su inteligencia y talento, pero en esta ocasión, le resultaba por demás difícil.

—Wow, entonces si que eres un genio. Yo apenas y puedo mantener el promedio para pasar el semestre con las justas.

—¿En serio? —Esta vez fue el turno de Usopp para sorprenderse. —, ¿Qué materias se te dificultan?

—Soy muy bueno para las materias de mi carrera, pero idiomas, literatura, matemáticas y esas cosas… Son imposibles.

—Pero si matemáticas es lo más fácil que hay. Yo pasé la materia con diez.

Zoro de pronto soltó una sonora carcajada que llamó la atención de todos los comensales.

—Yo pasé con diez, matemáticas. — dijo Zoro sin parar de reír.

—No entiendo. ¿Qué es lo gracioso?

—Es que parecía ese trend de tiktok, ¿no lo has visto? —Zoro dejaba de reír escandalosamente de manera paulatina.

—No tengo redes sociales, apenas tengo whatsapp para comunicarme con mi mejor amiga y unos compañeros de clases.

—¿En serio no tienes redes? ¿nada de facebook, instagram y eso?

—¿Qué es instagram? —preguntó Usopp, había escuchado de otras redes, pero era la primera vez que escuchaba sobre esa.

—Mira —Zoro sacó su teléfono celular y después de abrir la aplicación, se la mostró a Usopp. —, es una app de fotografía.

Zoro deslizó su dedo pulgar sobre la pantalla y algunas fotos de él aparecían en pantalla, entre ellas, algunas de sus entrenamientos, de sus comidas y uno que otro paisaje en donde posaba de manera orgullosa mostrando sus músculos.

—Oye, ¿Y si abres un instagram? —preguntó Zoro mirando el cuadro que tenía apoyado en su pierna.

—¿Para subir fotos desnudo? no, gracias. —Usopp se imaginó subiendo fotos al estilo de Zoro y no le cuadró para nada.

—No seas tonto, no subirías tus fotos, sino de tus cuadros. Quizás así podrías venderlos en línea y no se desperdiciarían estando en la universidad.

Usopp pensó por un momento antes de refutar.

—No sé manejar redes y no me interesa.

—¿Te parece un trato? Yo te ayudo con todas estas cosas de redes sociales y tu me ayudas a estudiar para los exámenes de la siguiente semana. —propuso Zoro, sabiendo que quizás no era un trato del todo justo, pero debía encontrar una manera de asegurar los exámenes.

Usopp suspiró derrotado, y aunque quiso decir que no, se sorprendió al asentir con su cabeza.

—Genial. ¿Me das tu celular?

Usopp, con un poco de duda, le extendió el móvil a Zoro y este lo tomó con rapidez antes de que el otro se arrepintiera, y tras pedirle algunos datos al moreno, abrió la cuenta en menos de cinco minutos.

—Está listo. —dijo mirando la pantalla. —Ya solo basta poner la foto de perfil y… —Zoro pensó por un momento y sonrió. —Tengo una idea.

Abrió la cámara desde la aplicación, se levantó de la silla para sentarse junto a Usopp, extendió su brazo con el móvil en la mano y apretó el botón blanco de la parte inferior.

—Ey, espera. —reclamó Usopp, aunque demasiado tarde, pues el chasquido de la cámara le indicó que la foto ya había sido tomada.

Zoro llegó al edificio en donde vivía portando una sonrisa triunfante. En verdad todo el asunto le estaba resultando demasiado bien. Abrió la puerta principal y subió las gradas hacia su hogar y, en cuanto abrió la puerta del departamento miró a Franky sentado frente al televisor mientras sostenía con ambas manos el mando de la X-box.

—¿Cómo te fue en tu cita? —preguntó Franky sin despegar la vista de la pantalla.

Zoro quiso decirle que no había sido una cita, sin embargo se tragó sus palabras, caso contrario, perdería la apuesta.

—Diría que mejor de lo que esperaba. —Sacó su teléfono celular para ponerlo justo en frente de Franky.

—Zoro… Zoro… No… —dijo tratando de enfocar su mirada al televisor. —, que voy a perder por tu cul… Muy tarde, ya perdí —Franky soltó el mando y tomó el teléfono. No pudo disimular su sorpresa al ver la foto de los dos jóvenes. —. Vaya… así que…

—Ahora, tienes que cumplir con tu parte. Mañana tendrás todo el día para lavar mi ropa. Yo voy a ir a la casa de Usopp.

—Espera, ¿qué? pensé que no lo volverías a ver.

—Es una larga historia, pero no te hagas ilusiones, él es becado y se ofreció a ayudarme con inglés y matemáticas.

—¿Se ofreció o lo manipulaste?

—Hicimos un trato justo. Ahora abre espacio, que también quiero jugar.

Continuará

Waaaaah! Muchísimas gracias por llegar hasta aquí.

Primero que nada, espero que hayan tenido unas bonitas fiestas y deseo de todo corazón que este 2023 esté lleno de éxitos y felicidad.

Y yendo al fic, ¿Qué les pareció el capítulo?, ¿Qué opinan de las tácticas que usó Zoro para ganar la apuesta y de paso conseguir un tutor para los exámenes? Quisiera saber qué es lo que piensan de todo este desmadre que estoy creando.

Ya saben que el feedback para mí es muy importante y me ayuda muchísimo para seguir subiendo este tipo de proyectos, así que si les gustó el capítulo, pueden dejarme un comentario. También paso a recordar que tengo facebook y tiktok "Chisheccid fanfics" en ambas, por allá subo chismecito de mi vida diaria y avances de mis proyectos personales.

Sin más que decir, los espero en el siguiente capítulo.