Disclaimer: One Piece y sus más de mil capítulos le pertenecen a Oda, yo estoy aquí solo para divagar.

Notas de la autora: En esta ocasión debo admitir que no tenía idea de la canción que quería para este capítulo, pero Zoro me dio la respuesta. Me puse a escuchar a Imagine Dragons mientras editaba este capítulo y apareció la canción exacta. Modifiqué pequeñísimas cosas cuando elegí por fin la canción para que tome más sentido, pero fue algo mínimo (Como el párrafo final), además, el video de la canción está muy ligado a Usopp y su madre. Voy a confesar que la mezcla de todo me hizo llorar a mares.

Canción: Birds-Imagine Dragons

Lo que tuvimos que hacer

Capítulo 5: Love never dies

—Bueno, las cosas tienen un poco más de sentido ahora. —dijo Franky mientras soltaba el mando de la consola.

—Bueno, por eso te decìa que es un trato justo.

—No estoy tan de acuerdo, pero ok, te la dejaré pasar.

—Yo no sé por qué te esfuerzas tanto. —Zoro movió la cabeza negando.

—Ahora que lo pienso, encontré esto en internet —Franky sacó su teléfono celular y se lo pasó a Zoro. —. ¿No te parece divertido?

—¿Qué es esto? —Tomó el móvil y leyó la pantalla. — . "Estas son las 36 preguntas para que te enamores" ¿Para qué carajos es esto?

—Quiero hacer una apuesta. —Franky sonrió de medio lado.

—No voy a caer en tus sucios juegos otra vez.

—Oye, te recuerdo que gracias a mí ya tienes un tutor para lo que resta de la semana.

—Eso fue mérito mío.

—Si, pero si yo no hubiese hecho nada, ni siquiera seguirías hablando con él. Además, solo quiero que hagan este cuestionario entre los dos.

—¿Y si me niego?

—Es una pena, si lograbas hacer que llene todas las preguntas, iba a cocinar toda la semana.

Zoro examinó los pros y los contras en su cabeza.

—Suena tentador, pero la respuesta es no.

—Te recuerdo que solamente yo puedo hacer tu comida favorita.

Zoro mordió sus labios, tomó nuevamente el celular de Franky y empezó a leer:

1. Si pudieras elegir a cualquier persona en el mundo, ¿a quién invitarías a cenar?

2. ¿Te gustaría ser famoso? ¿De qué forma?

3. Antes de hacer una llamada telefónica, ¿ensayas lo que vas a decir? ¿Por qué?

4. Para ti, ¿cómo sería un día perfecto?

5. ¿Cuándo fue la última vez que cantaste a solas? ¿Y para otra persona?

—¿Qué clase de preguntas son estas?

—Tú decides. —Franky le quitó el teléfono de las manos.

—Pero solo si haces mis platillos favoritos.

—Tú compra los ingredientes y yo me encargo del resto.

—Entonces está hecho —Franky jugó un poco con el teléfono celular y en seguida, un sonido proveniente desde el móvil de Zoro se hizo presente. —. Ya te mandé la página web.

—¡Pues gracias! —dijo Zoro sarcásticamente. —¿Y ahora que le invento para que me llene el cuestionario?

—Estás solo en eso mi amigo y, si me disculpas, voy a dormir. Estoy molido.

Zoro se quedó con el celular entre las manos, sin atreverse siquiera a mirar las preguntas. Suspiró y agarró nuevamente el mando.

El despertador sonó a las seis de la mañana y Usopp despertaba con la sensación de no haber descansado en absoluto, además, una pereza descomunal se alojó sobre sus hombros al pensar en todo lo que tenía que hacer en el día: Lo primero era hacer el desayuno, después arreglaría un poco todo el tiradero que tenía en la casa y por último se bañaría. Debía lograr hacer todo eso antes de las nueve de la mañana, hora en la que Zoro llegaría.

Inconscientemente, Usopp abrió la nueva aplicación instalada en su teléfono y miró el único posteo en su perfil. La foto era bonita, aunque no le gustaba demasiado la expresión de espanto que tenía, por otro lado, la amplia sonrisa de Zoro le daba un tinte cálido a la imagen.

—¡La ubicación! —exclamó y en seguida abrió whatsapp para luego dirigirse hacia el chat de Zoro. Se quedó mirando la conversación con el muchacho y con un suspiro decidió adjuntar la ubicación. Zoro le había dicho que eso le bastaba para llegar.

Decidió levantarse de la cama y se dirigió hacia la cocina para preparar un par de huevos cocidos, también calentó un poco de agua, la suficiente para llenar un jarro mediano. Mientras esperaba que su comida estuviese lista, abrió nuevamente la aplicación y notó que le hacía falta una fotografía de perfil. No quería poner su rostro, pero tampoco sabía qué poner. Zoro le había sugerido que pusiera uno de sus cuadros favoritos, pero en realidad los únicos que tenía a la mano eran los que tenía colgados en la sala, no tenía muchas ganas de ir hacia el garaje a desempolvar el resto de sus pinturas, que sí, era una labor un tanto pesada, pero eso no era precisamente lo que lo detenía. La imagen de algunas cajas le llegó a la mente. Desistió de la idea de buscar una imagen adecuada en cuanto el agua empezó a hervir y optó por sacar de la alacena el café descafeinado que guardaba celosamente.

Después de un desayuno un tanto soso, decidió acomodar los cojines beige que descansaban sobre los sillones marrones, también barrió un poco la sala, apartó algunos papeles que tenía sobre la mesa del comedor y lavó algunos trastos sucios de la noche anterior. Mientras hacía los quehaceres, no dejaba de pensar en que quizás había sido una mala idea el haber aceptado ser el tutor de un completo desconocido, también pensó en que quizás no sería lo suficientemente bueno para darle lecciones y antes de que pudiera darse cuenta, ya estaba armando situaciones imaginarias en las que todo salía mal.

Se obligó a sí mismo a aterrizar en cuanto se percató de que nuevamente estaba perdido en múltiples escenarios que no le hacían bien. Trató de pensar en alguna otra cosa que pudiera sacarlo de sus ensoñaciones excesivas y decidió que lo mejor sería enfocar su atención en algo más. Tomó su teléfono celular con la intención de poner alguna canción que lo tranquilizara, pero miró el reloj y ya eran las ocho de la mañana. Decidió meterse a la ducha, de lo contrario, el tiempo no le alcanzaría.

Usopp salió del cuarto de baño con solo la toalla cubriéndolo. Fue hacia la habitación y ni bien entró, el timbre de su casa empezó a sonar. Con horror miró el reloj digital que descansaba sobre la mesita de noche y vio que eran apenas las ocho y cuarenta. Se puso lo primero que estaba al alcance y fue a abrir la puerta. Usopp, al ver a Zoro parado del otro lado sonrió cálidamente, aunque para ser sincero, no sabía la razón de su gesto, sin embargo, fue correspondido por Zoro, quien también sonrió ampliamente y extendió el puño a manera de saludo.

—¿Llegué temprano? —dijo Zoro al notar que los largos rizos del joven se encontraban completamente mojados.

—No, no, pasa. —Usopp correspondió el saludo chocando el puño de Zoro y se apartó un poco de la puerta para dejar entrar al otro.

El joven se adentró al hogar y pudo ver que era un espacio muy amplio. La sala, comedor y cocina creaban un solo ambiente, además, un largo pasillo se extendía hacia el otro extremo de la casa, dejando ver algunas puertas que Zoro imaginó, serían habitaciones.

—Vaya, es una casa muy grande. —dijo Zoro mirando alrededor.

—Si, la verdad es que estoy pensando en venderla. —Usopp se dirigió a la mesa del comedor.

—Espera, ¿Cómo es eso?, ¿Esta es tu casa? —Zoro miró nuevamente a su alrededor.

—Mi mamá me la dejó de herencia, fui su único hijo y la verdad nos distanciamos mucho de la familia porque no estaban de acuerdo con nuestro estilo de vida. Cuando ella falleció, me lo dejó todo a mi.

—Lo siento mucho. —Zoro se vio un poco avergonzado al haber preguntado algo demasiado personal.

—No te preocupes. Ya pasó mucho tiempo de eso —Usopp volvió a sonreír, sin embargo, el gesto se sentía un tanto triste. —. ¿Nos sentamos a estudiar? —Cambió el tema.

Zoro asintió y se acomodó junto al otro, sin embargo, aún se sentía un tanto culpable por la estúpida pregunta que había hecho.

—¿Trajiste tus libros y cuadernos? —preguntó Usopp.

—Si. El lunes tengo el examen de inglés y pues…

—Está bien,empecemos con inglés entonces —Usopp procedió a revisar los apuntes de Zoro, los cuales estaban muy desordenados e incompletos. —. ¿Te parece si traigo mis apuntes? —No quería ser grosero, pero se daba una idea de por qué Zoro tenía tan bajas calificaciones.

—Soy un desastre,¿verdad?

Un par de horas pasaron y Usopp estaba demasiado concentrado en ayudar a Zoro a comprender los "phrasal verbs", y a pesar de que todo se resumía en que la mejor manera de aprenderlos era con la memorización, Zoro trataba de encontrar la lógica detrás de ellos.

—Suficiente — Soltó el lápiz y echó la cabeza hacia atrás, rindiéndose por completo. —. ¿Podemos hacer otra cosa? siento que me va a explotar la cabeza.

—Bueno, llevamos estudiando unas dos horas y media, así que supongo que podemos descansar. ¿Qué quieres hacer?

—¿Siempre eres tan formal para hablar? —Zoro miró al joven con curiosidad, era la primera vez que conocía a alguien como él.

—¿Formal? no lo he notado.

—¿Ves? ahí está otra vez. No sé, es que no hablas como la mayoría de jóvenes. Pareces muy…

—¿Nerdo? —preguntó Usopp, recordando uno de los tantos apodos que Perona le había puesto.

—¿Qué? no, no me refería a eso. Iba a decir… correcto.

Usopp pensó un poco antes de responder.

—Supongo que es porque no me relacionaba mucho con los demás. No tenía muchos amigos porque pasaba en el hospital acompañando a mi mamá y después cuando la enfermedad se complicó, tuve que dejar atrás muchas cosas.

Usopp se vio un tanto sorprendido al hablar tan abiertamente del tema de su madre, generalmente no lo sacaba a flote. Por otro lado, Zoro se sentía un imbécil ¿No podía ser más prudente con sus preguntas?

—Soy un idiota —se reclamó a sí mismo. —. ¿Ya pensaste en algo para tu foto de perfil de insta? —miró a su alrededor y un cuadro grande colgado en la pared contraria a la puerta, llamó su atención. —. ¿Lo pintaste tú? es muy bonito.

—Si, yo lo pinté hace algunos años, cuando aún no entraba a la universidad.

Zoro se aproximó hacia la pintura para mirarla mejor. Era un campo poblado de girasoles de colores vibrantes, el cielo era de un celeste limpio y al fondo se podía ver una cabaña de madera.

—Está muy bonita. Supongo que es tu pintura favorita.

—De hecho, era la pintura favorita de mi mamá. Siempre le gustaron los girasoles.

—Soy un imbécil —Trató de disculparse. Zoro era muy hermético en cuanto a sus asuntos personales se trataba, así que no se sentía bien obligando prácticamente a Usopp a contarle detalles dolorosos de su vida. —. Ya sé, te voy a contar sobre mis cicatrices como compensación.

—No, no. Tranquilo, entiendo que a ti te cuesta hablar de esas cosas, pero en serio, a mi ya no me afecta. —mintió para no cargarle todo el peso de la culpa a Zoro.

—Es que no me voy a quedar tranquilo hasta no estar a mano.

Usopp pensó en negarse de nuevo, pero debía admitir que no podía rechazar ese tipo de oferta, después de todo, las cicatrices de Zoro lo tenían muy intrigado.

—Si insistes. —Usopp nuevamente sonrió.

—¿Quieres la historia corta o la larga?

Usopp estuvo tentado a elegir la versión larga, pero entendía que quizás no sería lo mejor.

—La versión corta.

Zoro sonrió. ¿Usopp siempre era tan amable?

—Ok. En resumen. Me enamoré de mi instructor de gimnasio, cuando me le confesé me rechazó y me fui a beber como un idiota. En conclusión, nunca manejes cuando estés ebrio.

—Vaya, es algo muy fuerte, pero también es una conclusión obvia — Usopp rascó su barbilla. —, cambiando de tema, ahora veo por qué te va mal en literatura. El femenino de instructor es instructora. —corrigió el joven de manera ingenua.

—Sé que el femenino de instructor es instructora. No fue una equivocación.

Usopp parecía no entender del todo, así que Zoro tuvo que decir las cosas de manera explícita.

—Usopp… Soy gay. Espero que eso no sea un inconveniente para ti. —Zoro no quería decepcionarse de su nuevo amigo, quien a pesar de ser un tanto raro, también había demostrado ser una persona amable, inteligente y al que definitivamente quería seguir conociendo.

—Vaya —dijo asombrado. —, eres el primer gay que conozco.

Zoro solamente soltó una carcajada. No había malicia en el tono de voz del joven y al parecer tampoco se había incomodado.

—Y yo nunca había recibido una respuesta así.

—Pero oye, ¿te puedo hacer una pregunta?

—Claro. —Zoro no dejaba de reír.

—¿Franky sabe? —preguntó con voz bajita.

—Si, es mi mejor amigo, pero de hecho, toda la universidad lo sabe. No tengo problemas con mi sexualidad y prefiero rodearme de gente a la que no le importe. Tampoco es que lo vaya gritando a los cuatro vientos, pero si sale el tema no me da miedo decirlo.

—Creo que eso es bueno —dijo más relajado y esbozó una sonrisa. —. Hay cosas que por más que trates, no puedes esconder.

—Supongo… Hablando de eso —Zoro recordó de pronto la apuesta con Franky. —, ¿Quieres ayudarme con un deber de humanidades? —Había tenido el tiempo suficiente para inventar alguna excusa.

—¿Tienen esa materia en tu carrera? —Usopp frunció el ceño, ni siquiera él tenía esa materia.

—Bueno… la cogí para completar los créditos del semestre. Es el último y si quiero graduarme… Larga historia.

—Veo que tienes muchas historias de ese tipo —Esta vez fue el turno de Usopp para reír. —. Bueno, ¿qué tienes que hacer?

—Te explico —Zoro sacó su teléfono celular. —. Me encargaron ir a entrevistar a un completo desconocido o a alguien a quien no conozca mucho. La idea es generar intimidad con la otra persona en base a estas treinta y seis preguntas —Zoro rascó su nuca un tanto nervioso. —. Y bueno, no quiero salir a las calles y hablar con un desconocido, aprovechando que te conozco prácticamente desde ayer, quizás…

—Ya veo —Usopp lo pensó un poco. —. Es como un experimento social, ¿no?

—Podría decirse que sí.

—Está bien, pero te advierto que no soy muy bueno para conversar con la gente.

—A mí no me parece. —El tono de voz de Zoro cambió ligeramente, volviéndose un poco más grave.

—Es verdad, me cuesta muchísimo hablar con la gente, no dejo de pensar en que voy a decir algo que me lo tomen a mal o algo por el estilo. Creo que por eso la mayor parte de las veces decido quedarme callado, pero supongo que conversar contigo me resulta fácil… —No estaba mintiendo, pero sí omitió el hecho de que el problema era un poco más grave de lo que parecía. —. ¿Empezamos con las preguntas?

—Claro ¿Puedo grabar la conversación? y leemos las preguntas en tu celular.

—Si, no hay problema.

Después de haber preparado todo, Zoro comenzó la supuesta entrevista.

—Si pudieras elegir a cualquier persona en el mundo ¿A quién invitarías a cenar?

Usopp se tomó un poco de tiempo antes de responder.

—Qué difícil pregunta. Nunca había pensado en eso.

—Pues sí, está difícil. La cosa es divertirse con el test y no pensarlo demasiado, por ejemplo, yo invitaría a cenar a Dan Reynolds, el vocalista de Imagine Dragons y le pediría que me cante algo. Además, está guapísimo.

Usopp estalló en risas contagiando a Zoro.

—¿Se vale pedir eso?

—Claro, cualquier persona en el mundo.

—No creo que ahora mismo quiera conocer a alguien en específico, pero creo que invitaría a Rosa Montero. Amo como escribe, quisiera saber de dónde sacó la inspiración para sus libros.

—Es una buena respuesta —Zoro pensaba en lo diferentes que eran el uno del otro. —. Segunda pregunta. ¿Te gustaría ser famoso? ¿De qué forma?

—No he pensado en ser famoso. Quiero una vida tranquila. ¿Qué me dices tú?

—Creo que concuerdo contigo. Debe ser muy difícil ser reconocido. Imagínate, que todo el mundo te tenga en la mira.

Las preguntas fueron y vinieron con el pasar de los minutos. Zoro, quien tenía el celular de Usopp entre sus manos, decidió saltarse algunas de ellas, unas porque eran demasiado personales y él no quería contestarlas y otras porque se ligaban demasiado a la madre de Usopp. No quería ser más canalla todavía.

—Última pregunta. Cuéntale a tu interlocutor algo que ya te guste de él.

—Me pareces alguien muy divertido, descomplicado, abierto… Eres todo lo que yo no soy, pero eso me gusta. —respondió Usopp sin pensarlo demasiado.

Zoro sonrió.

—A mi me gusta tu amabilidad. De hecho, fue lo que me impulsó a hablarte el miércoles.

Se quedaron un momento en silencio, mirándose directamente a los ojos. Usopp pudo ver de mejor manera ese brillo en la mirada de Zoro, era como descubrir en sus ojos un nuevo tinte hacia la vida. Tenía que admitir que a raíz del cuestionario había muchas cosas que empezaba a admirar de Zoro, especialmente esa manera tan libre y desinteresada de vivir su vida. Se hubiese podido quedar así, admirándolo en silencio, pero una llamada a su teléfono interrumpió todo el ambiente. Zoro le devolvió el aparato al moreno.

—Kaya me va a matar —se lamentó antes de contestar la llamada. —. Hola… Si, lo siento, se me pasó la hora. Olvidé decirte que hoy no iría a comer contigo… Estoy ayudando a alguien a estudiar para los exámenes de la siguiente semana… No, no es Coby, ¿te acuerdas que te conté que dibujé a alguien? ajá, es una larga historia. ¿Te la cuento luego? Ok, yo te aviso, quizás tenga toda la semana ocupada… Si, es una larga historia. Te veo luego. —Usopp colgó.

—¿Problemas con la novia? —Zoro alzó las cejas de manera sugerente.

—¿Qué? no, no es mi novia… bueno, antes lo era, pero ahora somos casi como hermanos. Es una larga historia.

—Bueno, tú también tienes historias largas por lo que veo. —Zoro se mofó.

—Creo que sí… Bueno, ¿eso es todo? pensé que serían treinta y seis preguntas y solo me hiciste veintiséis.

—Bueno, supongo que eran demasiado personales o dolorosas.

—Entiendo —Usopp asintió. —. ¿Tienes hambre? las horas se nos fueron volando.

—Ahora que lo mencionas, si.

—¿Pedimos algo? no tengo nada en la refri.

—Claro.

Esa tarde después de almorzar, no hicieron nada más con respecto al estudio, en cambio, Zoro ayudó a Usopp a terminar de configurar su cuenta de instagram y a explicarle lo básico de la red social, como los filtros para las fotos, la utilidad de las historias, los reels y el uso de hashtags, que según Zoro era lo más importante para llegar al público de su interés. Todo se resumía en palabras clave para atrapar al grupo objetivo.

Tras despedirse de Zoro, Usopp se quedó a solas en la sala de su casa. Se sentía extrañamente feliz y relajado a pesar de que prefería pasar sus fines de semana de manera tranquila. También se sentía emocionado, pues habían quedado de verse nuevamente al día siguiente para poder terminar de estudiar inglés y empezar matemáticas. Dedujo que le agradaba Zoro, y también que había disfrutado muchísimo de pasar el tiempo juntos.

Instintivamente miró hacia el cuadro de girasoles que tenía colgado en la pared y pensó nuevamente en su madre. La extrañó más que nunca. Tenía la necesidad de contarle a ella todo lo que se había divertido ese día, de contarle acerca del chico nuevo que había empezado a conocer.

Suspiró largamente mientras tomaba su celular entre las manos, jugueteó un poco con él antes de decidir dar el siguiente paso. Lo último que supo fue que estaba enfocando los girasoles con la cámara del teléfono, presionó el botón blanco en su pantalla e hizo su segundo post en instagram con la descripción "Love never dies. #Birds #ImagineDragons".

Continuará

Muchísimas gracias por haber llegado hasta este punto de la historia. Tengo que admitir que las cosas se están dando muy lentamente, pero es exactamente lo que busco con este fic, es decir, mostrar cómo las cosas van sucediendo sin forzar nada (O casi nada), de hecho, estos personajes están teniendo toda la libertad que pueden tener dentro de los lineamientos que he planteado, así que si, se están tomando su tiempo.

Amé escribir este capítulo, principalmente porque la escena de ellos estudiando me había estado rondando la mente desde mucho antes de empezar a escribir esto, así que se podría decir que este capítulo fue meramente por cumplir una fantasía que tenía, aparte, no podemos dejar de lado a Franky, que está haciendo todo lo posible por que Zoro siente cabeza. ¿Alguien se imagina por qué Franky está tan empeñado en esto? les aseguro que todo tiene una respuesta, pero me gustaría saber lo que piensan ustedes.

Recuerden que el feedback es muy importante para mí, así que me harían muy feliz si me dejan un review, aparte, es mi alimento para seguir con esta historia. Tengo página de facebook y tiktok "Chisheccid fanfics" en ambas, por allá subo chismecito sobre mis proyectos y cosas que me pasan.

Nos leemos en el siguiente capítulo.