Disclaimer: No hay disclaimer, todo de Oda.

Notas de la autora: ¿Recuerdan que les dije que estos personajes tenían muchísima libertad? Pues todo este capítulo es la prueba de ello. Quedan advertidos.

Canción: Silky heart-Yui Horie

Lo que tuvimos que hacer

Capítulo 6: Sentimientos irritantes

Usopp apresuraba el paso por los pasillos de su universidad.

Era lunes y estaba llegando más tarde de lo habitual. La verdad es que se había quedado dormido puesto que los episodios de insomnio lo volvieron a atacar después de algunos meses haciendo que todo su horario se fuera por un tubo. Las tareas acumuladas tampoco le ayudaban mucho y en general, toda su cabeza era un caos. Sentía que volvía a retroceder en el tiempo y a pesar de todo no lograba aprender de sus errores, aunque algo bueno debía rescatar de todo aquello porque extrañamente se sentía feliz.

Recordó las risas y conversaciones con su… ¿nuevo amigo? no sabía en realidad cómo etiquetar a esa nueva relación, solo estaba seguro de que muy pocas veces en su vida se había divertido tanto.

Le gustaba Zoro, es decir, le gustaba mucho su forma de ser. La manera en la que se reía a carcajadas tan abiertamente, o la forma de demostrar su frustración. No tenía miedo de ser él mismo, al parecer no tenía filtro y a pesar de eso era una persona amable.

En otras palabras, Zoro era libre, todo lo contrario a él, que constantemente se preocupaba por las opiniones ajenas o repetía una y otra vez diálogos en su mente tratando de pensar si había dicho algo que pudiese malinterpretarse. Vivía encadenado a sus propios sentimientos y una angustia total solía invadirlo cuando pensaba que se había equivocado.

Usopp corrió el último tramo hacia su salón de clases y antes de llegar pudo ver que todos sus compañeros estaban afuera. Miró a Perona hablar con Coby y no pudo evitar recordar la charla que había mantenido con Zoro el día anterior.

Había sido a la hora del almuerzo, después de explicarle la lógica detrás de las fórmulas matemáticas.

—¿Puedo preguntarte algo? —dijo Usopp antes de darle una buena mordida a su hamburguesa.

Zoro respondió emitiendo un sonido mientras asentía con su cabeza.

—¿Cómo haces para conseguir novio? —Había tenido tiempo suficiente para decidir que quería contarle precisamente eso a Zoro.

—Honestamente… No tengo idea, nunca he tenido novio.

Usopp lo miró con un poco de intriga y Zoro siguió hablando.

—Pienso que tener una relación está muy sobrevalorado, de hecho, puedes obtener todos los beneficios y ahorrarte todos los dramas si solamente tienes ligues de una noche.

—Ya veo. —Usopp volvió a darle una nueva mordida a la hamburguesa y la masticó despacio. No era la respuesta que buscaba.

—¿Por qué la pregunta? —Decidió ahondar en el tema. —. ¿Quieres regresar con la chica que te llamó ayer?

Usopp negó con la cabeza.

—Hay alguien que… No sé, es muy confuso.

—Te gusta alguien y no sabes cómo acercarte. —dijo con una sonrisa en sus labios.

—No sé si me gusta, tampoco estoy muy seguro de gustarle yo. Se la ha pasado toda la carrera molestándome, compitiendo conmigo, pero a veces es muy… A veces me trata muy mal y otras veces me ayuda demasiado.

—Es obvio que le gustas. He conocido a hombres así, que son de los que te hacen la vida imposible, pero cuando los agarras a solas en el baño… —Zoro decidió callar al ver la evidente mirada de espanto que Usopp le estaba dedicando. —. Olvida eso, la verdad no es agradable de escuchar. ¿Qué es lo que quieres con ella?

Usopp meditó un poco.

—No lo sé. Mi mejor amiga dice que sería bueno darnos una oportunidad —suspiró. —. ¿Cómo sabes que alguien te gusta?

—Bueno, si tu mejor amiga te está dando ánimos en esa relación, debe ser porque ve algo bueno. Y de lo otro… Creo que no soy la persona correcta para responder eso. No creo en el amor y pues, para mi eso es un juego de tira y afloja.

—Entonces ¿Qué hago con Perona? —Era una pregunta para sí mismo, pero se sorprendió hablando en voz alta.

—¿Quieres una novia?

—No lo sé…

—Quizás debas conocerla un poco más y luego decides si te gusta o no. Pasa más tiempo con ella, invítale a almorzar, a hacer cosas fuera de la universidad, esas cosas.

Usopp volvió al presente y miró a Perona con más atención. La piel blanca y casi sin imperfecciones, los ojos que brillaban intensamente, los labios húmedos y rosas que combinaban a la perfección con su largo cabello recogido en dos coletas, una risa escandalosa pero alegre. Si, Perona era una muchacha hermosa aunque un poco extraña. Decidió que primero mejoraría su amistad con ella, luego ya vería qué sucedía.

—Hola, ¿pasó algo? —dijo en cuanto se acercó al dúo.

—El profe dijo que vamos a hacer el exámen en bloques. Va a llamar a cuatro alumnos al azar, va a hacerles un par de preguntas y luego el siguiente grupo. Dice que es porque copiamos mucho los exámenes y… ¡No estudié nada! —se lamentó Coby.

—¿Qué no entiendes? Te puedo ayudar a…

En ese momento, la puerta del aula se abrió dejando ver al profesor quien extendió un dedo y empezó a señalar a cuatro alumnos.

—Tu, tu , tu y tu. Adentro.

El dedo señaló a las cuatro personas con mejores notas, entre ellos, Usopp y Perona. Los muchachos entraron al salón sin saber exactamente lo que iba a suceder. El profesor ordenó que cada uno se sentara en una esquina del salón y les dio una hoja.

Usopp observó el papel y vio que solamente constaba de dos preguntas. Admitía que eran un tanto rebuscadas para alguien que no prestaba demasiada atención a las clases, pero para Usopp le resultaban muy fáciles. Llenó las dos preguntas y se levantó, en ese preciso momento, Perona también se ponía de pie. Llegaron al escritorio al mismo tiempo y entregaron el examen.

—Muy bien, esperen hasta que sus compañeros terminen y después de eso quiero que se vayan a otro lugar, si los veo merodeando por aquí, les bajaré las notas.

No tuvieron que esperar mucho tiempo, pues las otras dos personas terminaron el examen después de un par de minutos.

El profesor abrió la puerta listo para señalar a otros estudiantes.

—¿Cómo les fue? —preguntó Coby al ver a sus compañeros.

—Lo siento, no podemos decir nada. —dijo Usopp ante la mirada amenazante del profesor.

—Llámame cuando termines el exámen. — Perona empezó a caminar hacia las gradas pensando en cómo sugerirle a Usopp que lo mejor sería quedarse juntos y comparar respuestas, pero no fue necesario, Usopp empezó a caminar junto a ella.

—¿Qué vas a hacer? —preguntó él mientras empezaba a bajar las gradas.

Perona estuvo tentada a contestar de manera irónica y grosera, sin embargo se contuvo al recordar los consejos de Coby. ¿Quizás debería empezar a ser más amable con el chico que le gustaba? Odiaba sentirse de esa manera, pero no sabía cómo actuar ni como reaccionar. Tenía que admitir que era una pobre muchacha inexperta.

—Pensaba ir a mi carro a escuchar música, pero quizás podríamos…

—Me parece bien. —interrumpió. El automóvil de la muchacha parecía un buen lugar para conversar.

Mientras se dirigían a los parqueaderos, Usopp formulaba un centenar de temas dentro de su cabeza. No sabía muy bien de qué conversar con Perona, pero lo cierto era que no quería hablar sobre la universidad. La miró de reojo y notó un leve rubor en las mejillas de la chica y recordó las palabras de Kaya.

Habían hablado nuevamente el sábado en la noche. Después de contarle sobre Zoro, Kaya había expresado una alegría muy marcada, se sentía feliz de que Usopp por fin pudiera abrirse a más personas, era algo bueno, Robin le había recomendado experimentar nuevas cosas, sin embargo se había quedado como en el limbo durante algunos años. El tema de Perona también había salido a flote.

—¿Por qué insistes con Perona? —preguntó un tanto molesto.

—Creo que a ti también te gusta.

—¿Por qué me va a gustar alguien que me trata mal?

—Porque te encanta la mala vida —Kaya empezó a reír ante la broma, pero al ver que a su amigo no le había causado ni la más mínima gracia, decidió tranquilizarse y hablar seriamente. —. Tienes la oportunidad de cambiarte de paralelo, además, siempre hablas de ella y de lo que hace, incluso se puede decir que te divierte esa rivalidad.

—Pero…

—Soy tu mejor amiga y fui tu novia. Conozco tus miradas… —pausó momentáneamente. —. Perona te interesa y ya es hora, Usopp. Es hora de que empieces a vivir tu vida y de que dejes atrás lo de…

—Yo sé, Kaya. Yo lo sé.

La joven miró a su amigo con ternura, cariño y un poco de pena.

—Prométeme que lo vas a intentar. No pretendo que tengas novia de la noche a la mañana, de hecho no es mi intención, solo digo que…

—Gracias —Usopp le regaló una de esas cálidas sonrisas que solamente a él le salían tan bien. —. Entiendo lo que tratas de decir.

La verdad es que después de esa conversación, no había sido capaz de sacarse la idea de la mente, tanto así que había tenido que recurrir a Zoro en busca de ayuda, después de todo, no se sentía cercano con nadie más y necesitaba otro punto de vista.

—¿Me estás escuchando? —La voz chillona de Perona casi le perforó los oídos y cayó en cuenta de que se encontraban sentados en la parte de atrás del vehículo.

—¿Yo te gusto?

—¿Qué? —A Perona le tembló la voz en un inicio, pero no tardó en recuperar su temple y ponerse a la ofensiva. —. ¿Quién te hizo creer eso, pedazo de zopenco?

—Olvida lo que te dije —Usopp cayó en cuenta de que había pensado en voz alta y se encontraba totalmente arrepentido. Últimamente le pasaba muy seguido. —. No quise preguntarte eso, soy un tonto.

—No eres tonto, eres un tontazo… ¿En verdad crees que tú eres mi tipo? estás todo feo y no tienes gracia —Perona no sabía por qué estaba diciéndole todas esas cosas cuando en realidad quería confesarle sus sentimientos, lo cierto es que no podía detenerse, quizás fuera por miedo. —. Yo sabía que era una muy mala idea invitarte a mi carro, Coby me advirtió que solo te estaba dando alas…

—Perona, por favor…

—En serio, ¿Quién te mintió de esa forma? sabía que no debí acercarme a ti por lástima.

Por alguna razón, Usopp se sintió ofendido. Generalmente los insultos de Perona no le afectaban, pero esta vez, algo había cambiado, quizás fuese el hecho de estar considerando empezar algo y la muchacha caprichosa solamente se echaba hacia atrás o quizás porque se sentía como un idiota al darse cuenta de que todas las impresiones de los días anteriores habían sido falsas. No iba a desperdiciar su tiempo cuando podía ir a la biblioteca a estudiar para el siguiente exámen, así que estiró la mano para abrir la puerta del vehículo y poder marcharse. En cuanto jaló la palanca de la misma, se percató de que estaba con el seguro puesto. Usopp, todavía siendo presa del enojo, demoró un tanto más en encontrar el mecanismo para destrabar la puerta. Cuando por fin pudo abrirla, recogió su mochila que descansaba en el piso del vehículo y se dispuso a salir, sin embargo, un tirón en su manga lo hizo voltear.

Usopp dio la vuelta un tanto molesto, dispuesto a liberar su manga y salir de allí lo más rápido que pudiera, sin embargo, no pudo hacer nada en cuanto cayó en cuenta de que era Perona la que lo sostenía.

La muchacha lo miraba con esos ojos lila que ahora brillaban gracias a un par de lágrimas estancadas. Las mejillas de la muchacha estaban mucho más rosadas que en cualquier otra ocasión y sus labios temblaban.

—Disculpa —dijo Usopp con remordimiento. —. No debí preguntarte eso, no debí suponer nada… Creo que mejor me voy.

Y a pesar de eso, Perona no lo soltó. Se aferraba al trozo de tela como si de eso dependiera su vida. La muchacha bajó la cabeza lentamente y respiró de manera profunda.

—¡ME GUSTAS! —gritó ella para luego susurrar. —. Tonto.

Nuevamente ella lo miró y no pudo evitar que una lágrima resbalara sobre su piel.

Algo parecido a la compasión se apoderó del cuerpo de Usopp, y a riesgo de volver a equivocarse, extendió su propia mano para alcanzar a Perona, mas se detuvo a medio camino sin saber exactamente qué hacer. Usopp había leído una cantidad considerable de libros de variados géneros y pensó en ayudarse mediante alguna escena que hubiese leído, pero por más que pensaba, no lograba pescar ninguna idea.

"Quiero decir que es ahora o nunca… El cuento se termina. O me quedo esta noche contigo o no volveremos a vernos."

Por alguna razón, había recordado una de las últimas escenas de su libro favorito: Lágrimas en la lluvia, de Rosa Montero. También recordó a Zoro diciéndole que debía intentar y, por la fuerza de todos los hechos, se acercó a la muchacha con todas las intenciones de abrazarla, pero ella fue mucho más rápida y se arrojó a los brazos de Usopp escondiendo el rostro en el pecho ancho del otro.

Usopp se quedó quieto durante unos cuantos segundos. Se podría decir que estaba en shock. Más por instinto que por cualquier otra cosa, apoyó la palma de su mano sobre la cabeza de la muchacha y empezó a acariciarla.

—No pasó nada, tranquila. Está todo bien. —dijo con voz suave.

Perona apretó mucho más el abrazo y aspiró el perfume cítrico de Usopp. No quería moverse por miedo a romper el contacto, se sentía cómoda entre los brazos del joven, pero también sentía curiosidad. Quería saber cuál sería la expresión de Usopp, quería saber si la estaba mirando con lástima o quizás con cariño. Decidió que lo mejor sería quitarse las dudas y alzó la cabeza para mirarlo. Un escalofrío le recorrió la espina al percatarse de que los labios gruesos estaban a escasos centímetros de ella.

Perona, en un impulso, humedeció sus propios labios con su lengua y se incorporó hasta quedar frente a frente. Se inclinó hacia adelante, de tal forma que los dos pares de labios quedaron a la misma altura. Lo miró con infinito cariño y siguió avanzando hasta por fin llegar al anhelado beso.

Una parte dentro de Usopp le decía que todo estaba mal. Estaban casi recostados en la parte de atrás del automóvil de Perona, en el estacionamiento de la universidad y lo más importante, sin haber descubierto que era lo que él quería. El joven apretó los labios, negándose por completo, también cerró los ojos con fuerza, como tratando de escapar de esa realidad y se mantuvo así hasta que Perona se separó de él.

El contacto duró apenas un par de segundos, pero se había sentido casi como una eternidad. Se quedaron recostados, en un abrazo incómodo, sumidos en un silencio que se vio interrumpido por el vibrar del teléfono de Perona.

No contestó.

Continuará

Pido perdón por lo que hice en este capítulo, pero en serio, cuando estaba escribiendo esto, tanto Perona como Usopp me pedían a gritos un beso (Bueno, más Perona que Usopp y decidí darle el gusto.)

Les prometo que todo va a tomar sentido en los episodios que siguen, así que tengan un poco de paciencia por favor, toda la espera valdrá la pena.

Por otro lado, escribir este capítulo me hizo desear escribir algunos fics Usopp/Perona, así que si les agrada la idea, podrían estar leyendo ese fic a principios de abril (El cumpleaños de nuestro queridisimo nariz larga kun).

No los canso más, ya saben que el feedback es muy importante y les estaré más que agradecida si me dejan un review, también si me siguen en Facebook, Tik tok o Twitter, estoy como "Chisheccid fanfics" en cada una de ellas.

Nos leemos el siguiente episodio