Disclaimer: Sé que ya no es necesario poner disclaimers en los fics, y mucho menos en cada capítulo, pero tengo una obsesión con esto, así que se aguantan. Todo de Oda
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Notas de la autora: Batallé muchísimo poniéndole canción a este capítulo, principalmente porque hasta la fecha no tençía ni una mínima idea de lo que quería hacer con este capítulo, pero tras volcarme en todas mis listas de reproducción, encontré esta canción que retrata un poco de lo que va sintiendo Usopp. Me emocioné mucho.
Canción: A diez centímetros de tí-La oreja de Van Gogh
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Lo que tuvimos que hacer
Capítulo 11: A diez centímetros de tí
—¿Estás bien? —Kaya miraba preocupada a su amigo.
—Nadie me dijo que tener muchos amigos, novia, estudiar arte y ser un joven normal iba a ser tan difícil. ¿Cómo lo logran los demás? —Usopp se llevó las manos a la cabeza.
—Es porque piensas demasiado… Sólo déjalo ser.
—Se me dificulta demasiado.
—Creo que deberías tomarte un tiempo para ti mismo.
—No es fácil.
—¿Otra vez empezamos a priorizar a los demás?
—No es eso… Mira —Usopp bebió un poco de la soda de limón que tenía enfrente. —, me encanta pasar tiempo con Zoro y Franky. Es demasiado divertido, ¿Te conté que el otro día Zoro terminó por meterse a la pileta sólo porque Franky le dijo que no se atrevía? al parecer ambos tienen serios problemas con el asunto de los retos y las apuestas.
Kaya pudo ver la ancha sonrisa que a Usopp se le dibujaba poco a poco mientras hablaba de sus amigos.
—Si, me contaste eso.
—Bueno, y no solamente eso. Zoro ha sido un apoyo muy fuerte desde… Bueno, tú sabes desde cuando. No hemos dejado de escribirnos e incluso se ofreció a acompañarme mañana en la exposición aunque le dije que iba a estar bien, pero si… Creo que me haría bien que él esté ahí dándome ánimos.
—Te aprecia mucho ¿no?
—Si, creo que sí —Un brillo de emoción se dejó ver en los ojos del moreno. —, siento que quiero estar con ellos todo el tiempo posible… Me hacen bien.
—¿Con ellos o con Zoro? —Kaya también bebió un poco de su gaseosa.
—¡Con ellos! es decir… Siento más confianza con Zoro, Franky no sabe nada de lo de mi ansiedad y todo eso… Pero tampoco es el punto, quiero decir, también está el asunto de…
—¿Perona? —Kaya notó que la mirada de Usopp cambió al nombrar a la muchacha.
—Exacto. Desde que formalizamos la relación… No sé, siento otro tipo de responsabilidad. Sé que debo dedicarle tiempo, y en serio, no me molesta pasar tiempo con ella, pero muchas veces me agobia demasiado y… No sé, estar con ella es confuso.
—Creo que deberían hablar y tratar de llegar a acuerdos.
—Eso no es lo complicado… Me sorprende saber que es muy comprensiva. También estás tú, no quiero dejarte de lado, eres muy importante en mi vida.
—Ay Usopp… No me vengas con ese tipo de cosas a mí. No me voy a sentir relegada porque quieras salir con tus nuevos amigos o tu novia.
—Pero es que tampoco es eso… Tengo lo de la exposición de pintura ¿Puedes creer que el profesor nos dio poco más de una semana para presentar nuestros proyectos? y ¡Es mañana!
—Usopp, cálmate. Ya veo por dónde va el tema. Estás estresado por la exhibición. No te preocupes, te irá excelente, como siempre. ¿Ya tienes todo listo?
Usopp asintió y se llevó la mano al bolsillo, empezó a jugar con el cubo que tenía en el mismo.
—Solo digo que creo que voy a volverme loco.
—Y yo pienso que debes relajarte. ¿Vamos a casa? te vendría bien descansar.
—¿Nos llevamos la pizza para comer en el camino?
—Claro.
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—¿Vas a salir? —Franky miró a Zoro con ojos acusadores.
—¿No es obvio?
—¿Al final aceptaste salir con Sabo? Estuvo muy insistente toda la semana.
—¿Estás loco? Nunca en mi vida saldría con alguien que esté interesado en mí de esa forma.
—Si, si, ya sé que no crees en el amor, pero al menos podrías darte una oportunidad.
—¿Para qué? Mira… Es la última vez que te lo digo. No me interesa el amor y prefiero una y mil veces tener ligues de una noche a lastimar a alguien que no se lo merece. Sabo es muy buena persona y no se merece estar con alguien como yo.
—Bueno, te doy la razón. Nadie merece estar con alguien que huye de las muestras de afecto. ¿Por qué eres así? Huyes de la gente que podría quererte bonito.
Zoro puso los ojos en blanco para después dirigirse hacia el cuarto de baño.
—No me esperes hoy en la noche, me quedaré a dormir fuera. —Se detuvo antes de entrar a bañarse.
—Eso es tener confianza en uno mismo. —Franky se burló.
—Nadie ha podido resistirse a este cuerpo.
—A excepción de Law…
—Oye, eso no cuenta, sabes que tengo mis límites.
—Si, si, nada de estar con tipos con pareja o voltear heteros.
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Después de despedirse de Kaya, Usopp caminó lentamente hacia su hogar. Aún se sentía un tanto ansioso por la exposición del siguiente día. No podía evitar pensar en que algo saldría mal o que habría olvidado anotar información relevante en su ficha, sin embargo ya era demasiado tarde para regresar al campus.
Usopp siguió caminando a paso lento sin un rumbo fijo. Respiró profundamente tratando de poner su cabeza en blanco, pero los mismos pensamientos se arremolinaban una y otra vez dentro de su mente. Sacó el teléfono móvil del bolsillo de su hoodie y estuvo tentado a escribirle a Zoro, pero desistió al pensar que probablemente ya estaría en su cita…
No pudo evitar recordar el… ¿dolor? Quizás no dolor, pero si la sensación incómoda que lo invadió cuando Zoro le dijo que no podría ayudarle a terminar de arreglar el espacio de la exposición porque esa tarde saldría con alguien.
Usopp pateó el piso y apretó los puños. Por alguna razón se encontraba molesto y hasta podría decir que triste aunque no sabía muy bien por qué y aún caminando decidió guardar el teléfono en el bolsillo de su pantalón.
Decidido a volver al hogar para tomar un baño lo suficientemente largo para que el agua entibiara, cayó en cuenta que se encontraba al frente de la tienda de conveniencia a cuatro cuadras de su casa. Decidió que compraría algo para comer por la noche.
Paseó por los diminutos pasillos y tomó unos fideos instantáneos, una pequeña caja de huevos, que le hizo sonreír al recordar la broma interna con su amigo, también tomó un par de salchichas sin poder evitar una carcajada. Se dirigió a la sección de bebidas con la intención de tomar una soda de limón, pero cuando estiró la mano para llegar a su objetivo, se encontró con una lata de cerveza.
Usopp tragó saliva y tomó la bebida helada entre sus manos, recordando la sensación de alivio que le habrían provocado los primeros sorbos de cerveza aquella noche.
—Puede ayudarme si me tomo el asunto con calma. —pensó mientras depositaba la lata en el carrito de las compras.
…
Zoro besaba intensamente a un joven de cabello castaño mientras trataba de despojarlo de su vestimenta. Con tirones bruscos pero certeros logró que la camisa cayera al suelo. El joven correspondía tratando de desabotonar el pantalón.
Entre besos y risas se fueron internando en el departamento. Daban vueltas en una lucha constante por ver quien tomaba el control de la situación haciendo que Zoro se sintiera cada vez más excitado.
Los jadeos intensos subían la temperatura del ambiente al mismo tiempo que empezaba a llover.
—¿Estás seguro que no llegará nadie? Porque quiero cogerte aquí mismo. —dijo Zoro frotando su evidente erección contra las caderas del otro chico.
—Mi roomie está de viaje. —respondió el otro aferrándose al pecho de Zoro casi con desesperación.
El susurro jadeante lo hizo cerrar los ojos, saboreando por adelantado el encuentro. Zoro tiró levemente del cabello del muchacho obligándolo a echar la cabeza hacia atrás dejando a la vista el cuello largo y delgado.
—Buen provecho. —dijo Zoro antes de mordisquear la piel blanca, dejando matices de un rosa pálido por donde pasaba.
La respiración del desconocido empezaba a descontrolarse ante el tacto de las manos expertas, dejándose caer por completo en el deseo y a pesar de que Zoro se estaba deleitando con el sonido, no quería esperar mucho más tiempo. Tumbó a su amante de turno sobre el sofá y se dejó caer sobre él para arrancarle nuevos gemidos al tiempo que sus manos buscaban sacarle el pantalón, sin embargo cuando se encontraba bajando la cremallera, el sonido de la puerta abriéndose lo alertó.
No tuvo tiempo de pensar en lo siguiente que haría porque la voz amenazante del recién llegado inundó la estancia.
—Así te quería encontrar.
—No es lo que piensas. —murmuró el joven recostado en el sillón mientras trataba de ocultar su rostro.
Zoro no era tan tonto como para no intuir lo que estaba sucediendo y a pesar de la ira que le provocó el hecho de saber que involuntariamente se estaba convirtiendo en "el cuerno", como llamaban a la persona que se metía con alguien con pareja, decidió tomar el asunto con calma.
—Creo que lo mejor es que me vaya. —Recogió sus pocas pertenencias desparramadas en el suelo y antes de salir miró al recién llegado con pena. —Te juro que yo no sabía que…
—Lo sé… —dijo con la mirada puesta sobre el chico que no se atrevía a moverse del sillón. —No es la primera vez que hace esto…
La lluvia y el viento helado le dieron la bienvenida al exterior. Zoro, como pudo, trató de arreglar su ropa sin mojarse demasiado, aunque en realidad no podía hacer mucho ya que el viento soplaba en dirección a él.
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Las carcajadas estruendosas de Franky y Kid llenaban el automóvil.
—¿Ahora si me vas a contar lo que sucedió? —preguntó el primero mientras miraba hacia el asiento de atrás.
—Pues que el hijo de puta tenía novio y llegó justo cuando iba a cogérmelo.
Nuevamente las carcajadas zumbaron en los oídos de Zoro.
—En verdad está enojado. —Kid no dejaba de reír.
—¿Qué esperas? Es el segundo ligue seguido que no se le da, yo creo que ya está teniendo síndrome de abstinencia.
Zoro respiró profundo tratando de calmarse.
—Yo no sé para qué les cuento si se van a burlar.
—Cálmate bro, supongo que luego pelearon. —Franky reprimió una nueva carcajada al imaginarse la escena.
—Que va… Me dio pena el pobre hombre, parece que el novio le era infiel de seguido y ya, mejor me fui de ahí, a mojarme como pendejo en la lluvia… Ningún taxi me paró. —Zoro estornudó provocando nuevas carcajadas en sus amigos.
—¡Salud! —gritaron en coro.
—Gracias chicos…
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El salón de exposiciones abrió sus puertas a las nueve en punto de la mañana. Los primeros en ingresar fueron los profesores y directivos de la facultad de artes plásticas y escénicas.
—¿Qué es la bondad? —pronunció el profesor de pintura y encargado de la exposición. —. Es una de las cualidades humanas que mejor reflejan la esencia humana, pues la persona bondadosa es consustancialmente buena, benigna y benévola, y a veces se la relaciona con la amabilidad. Es la inclinación a hacer el bien, e implica afecto hacia el prójimo, condescendencia y comprensión de los demás…
Usopp se encontraba parado frente a su cuadro, con las manos cruzadas hacia atrás. A pesar de su semblante tranquilo, la verdad es que estaba nervioso. Miró disimuladamente a su lado derecho buscando alguna especie de apoyo, pero solo se encontró con un Coby somnoliento. Miró en dirección diagonal y chocó con la mirada fría de Perona que cambió a una más tierna en cuanto hicieron contacto visual, A pesar de la sonrisa cálida que le estaba dedicando la muchacha, no lograba calmarse. La tela de la camisa le picaba todo el cuerpo y deseó estar vistiendo uno de sus acostumbrados hoodies.
—Pero ¿Cómo representar a la bondad sin recurrir a lo palpable? Es demasiado fácil retratar los actos nobles, más sin embargo, no es nada fácil representar el concepto como tal. Es por eso que a nuestros talentosos estudiantes se les dio la misión de abstraer el concepto, darle forma y volcar toda su creatividad sobre los lienzos que podrán ver a continuación.
Los asistentes empezaron a recorrer los pasillos improvisados de la puesta en escena mientras los estudiantes seguían firmes en sus puestos con el único deber de responder a las preguntas que los superiores les hicieran con respecto a las técnicas utilizadas.
El primer grupo de visitantes abandonó la estancia mientras hacían una serie de anotaciones en sus libretas. Usopp aprovechó el receso de cinco minutos para sacar su teléfono y escribir a toda velocidad.
"A qué hora vienes?"
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Zoro se revolvió bajo las cobijas. El malestar del cuerpo no le permitió abandonar la cama esa mañana, de hecho, se encontraba en un estado tan lamentable que ni siquiera había sido capaz de despertar del todo. Se encontraba en un estado entre la consciencia y los sueños, pero un sonido proveniente de debajo de su almohada lo obligó a abrir los ojos.
Agarró el teléfono celular con pereza y se dispuso a leer el mensaje.
"A qué hora vienes?"
Zoro se levantó casi de un salto y se tachó de estúpido. Con la gripe y el cabreo de los sucesos de la noche anterior había olvidado por completo que le prometió a Usopp acompañarlo en su exposición. Aunque en realidad debería decir que se habría ofrecido voluntariamente al ver que su pobre amigo era un manojo de nervios.
"En diez salgo de casa"
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Usopp no dejaba de frotar su dedo índice con la uña del pulgar mientras trataba de que su cuerpo entero se quedara quieto. El quinto grupo del día abandonaba el salón y Usopp sentía que iba a morir. En cuanto las puertas se cerraron, Perona corrió hacia él, había notado que definitivamente algo sucedía con su novio.
—¿Estás bien?
—Solo estoy nervioso, el rector viene en el grupo que sigue y… —La voz de Usopp tembló y el movimiento de sus manos se incrementó.
—¿Tú, nervioso? —Se burló Coby al tiempo que llegaba hacia la pareja. — Yo debería estar nervioso, no tuve tiempo de dejar que las capas del lienzo se sequen antes de poner la otra y…
—Coby… —Perona lo miró un poco amenazante. —. Cállate por favor.
—Solo digo que Usopp es el que menos nervios debería tener, mira su pintura, es perfecta.
—Tienes razón, es una tontería. —dijo Usopp tratando de sonar firme sin embargo, el temblor de su voz no desaparecía.
—Ten, toma esto. —Perona le extendió una botella de su bebida favorita.
—Si tomo líquidos me van a dar ganas de ir al baño y no quiero que…
La puerta trasera del auditorio se abrió provocando que las miradas de todo el curso, incluyendo a Usopp, se concentraran en la entrada. Al moreno le bastó reconocer la cabellera verde para caminar a toda prisa hacia la puerta.
—¿Soda de limón? —ofreció Zoro en cuanto lo vio.
Usopp casi le arrebató la botella de las manos y bebió a toda prisa. La sensación del gas bajando por su garganta creó una distracción lo suficientemente fuerte para que el moreno volviera a tener un poco de control sobre sus pensamientos y cayó en cuenta de que algo no cuadraba en la persona que tenía al frente.
—¿Tienes frío? Tú nunca tienes frío —dijo al ver que su amigo vestía una chompa gruesa además de una bufanda. —. Tienes ojeras y… ¡Estás todo sonrojado!
—No es nada… en serio.
—¿Cómo que no? ¡Si estás afónico! —Usopp llevó la palma de su mano hacia la mejilla de Zoro. —. Tienes mucha fiebre. Debiste decirme que estabas enfermo y…
—Prometí que te iba a acompañar. Solo cumplo mi promesa. —Zoro hizo el intento de dar un par de pasos, pero tropezó con la alfombra al haber arrastrado los pies.
Usopp logró sostenerlo en un abrazo y con cuidado lo dirigió hasta una silla cercana.
—Debiste quedarte en casa.
Se quedaron unos minutos mirándose a los ojos,sin embargo, las puertas del auditorio se abrieron para dejar que el nuevo grupo pudiera ingresar.
—Quédate aquí, este es el último grupo. En cuanto termine, te llevaré al centro médico.
El otro chico no tuvo tiempo de protestar ya que Usopp se alejó rápidamente hacia su lugar. La fiebre, además de escalofríos, le provocaba un escozor en los ojos y a pesar de que lo mejor sería cerrarlos, no quería hacerlo. A lo lejos podía ver a Usopp exponiendo su obra de arte, y antes de darse cuenta, se quedó profundamente dormido.
Zoro recorría los pasillos del campus antiguo a regañadientes, sin embargo, se estaba dejando arrastrar. Usopp lo sostenía del brazo a pesar de que le había dicho que después de dormir esos pequeños minutos se encontraba mejor, pero al parecer no había nada que pudiera decir para que el moreno abandone la idea de que por lo menos se deje revisar en el centro médico. Usopp podía ser muy terco cuando se lo proponía y con el pasar de las semanas, Zoro había aprendido que a veces lo mejor era darle el gusto.
—Dame tu carnet —pidió Usopp extendiendo la mano. —. Tú quédate descansando aquí, yo me ocupo de lo demás.
Zoro le extendió el pedazo de plástico de mala gana y en cuanto Usopp se alejó para ir hacia la ventanilla de enfermería, aprovechó para mirar el entorno. Era sábado por la tarde y quizás por eso no había gente, al menos no tanta como la última vez que estuvo en ese mismo lugar. Soltó un suspiro pesado y antes de que un nuevo pensamiento llegara a su mente, la voz de Usopp lo llamó desde la ventanilla.
—Dice que te atenderán ahora mismo.
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Zoro no sabía si el rubor en sus mejillas se debía a la fiebre o a la persona que tenía sentada al frente.
—¿Algún otro malestar además de la fiebre? —dijo el médico con voz indiferente.
—No, ninguno.
—¿Cómo que no? la garganta, Zoro. —replicó Usopp.
—Entiendo —El doctor anotó en su libreta haciendo que la manga de la bata se levantara dejando ver un tatuaje en el dorso de su mano. —. Podría ser amigdalitis o faringitis.
—Es solo un resfriado. —Zoro se revolvió en su silla.
—Eso ya lo veremos, por favor quítate la chompa y siéntate en la camilla. Voy a revisarte.
Zoro obedeció resignado.
Tras el chequeo de rigor, el médico volvió a su silla y sacó su recetario.
—¿Todo bien, doctor… —Usopp entrecerró los ojos para poder ver el nombre bordado en la bata. — Trafalgar Law?
—No es nada grave, solo se trata de un resfriado fuerte, pero nada que no pueda controlar, después de todo, eres muy fuerte, ¿verdad, Roronoa? —El médico miró a Zoro quien volvía a la silla.
—Es lo mismo que yo decía.
Usopp frunció el entrecejo, ¿Por qué el médico trataba con tanta familiaridad a Zoro? Había notado algo similar en cuanto se saludaron, pero creyó que solamente serían ideas suyas, aunque…
—Te voy a recetar medicina para la fiebre y el malestar, con eso estarás mejor en un par de días.—Law extendió la hoja del recetario y Zoro la tomó, sin embargo, Law no soltó el papel de inmediato y le clavó la mirada.
Definitivamente algo estaba sucediendo, algo que no lograba discernir pero que definitivamente era algo importante.
—Gracias. —dijo Zoro jalando con un poco de fuerza el papel.
—Por cierto, ¿Sirvió el medicamento para el tirón de la otra vez?
—Ah sí… pues sí, funcionó. —dijo el joven con un tono casi susurrante mientras apoyaba su cuerpo contra el escritorio.
Law imitó el movimiento de Zoro para poder estar un poco más cerca y mientras lo hacía, miró de reojo al otro muchacho quien fingió jugar con su teléfono móvil.
—Estoy creando un programa de salud para deportistas, ya sabes, terapia y esas cosas y me preguntaba si quisieras participar. —Law decidió ser un poco más osado y extendió su mano hacia al frente de manera que pudiera rozar levemente el meñique de Zoro.
—Por mi está bien —Zoro no retiró la mano con el repentino contacto, de hecho, sonrió de medio lado. —. ¿Qué tengo que hacer?
—Por el momento puedes dejarme tu número de teléfono, luego yo te escribo para afinar detalles… claro, si a tu novio no le molesta.
El médico miró a Usopp de manera un tanto altanera.
Zoro se atragantó con su propia saliva y empezó a toser mientras que Usopp se ponía de pie.
—No somos novios —Se apresuró a aclarar el moreno. —. Te espero afuera.
—No es necesario —La voz de Law sonaba divertida pero al mismo tiempo formal. —Ya se terminó la consulta.
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—¡Qué persona para odiosa! —Se quejó Usopp mientras caminaba con prisa.
Zoro carcajeó.
—¿Por qué lo dices?
—No sé, solo no me agradó la manera en la que te… ¡No lo sé! No me cayó bien. Parece una persona arrogante.
—Pero si Law es buena persona…
—Pues a mi me pareció un idiota.
Zoro volvió a carcajear, pero esta vez con muchas más ganas, tanto, que un nuevo ataque de tos lo asaltó.
—¿Estás bien? —Usopp se detuvo para mirar a su amigo con evidente preocupación.
—Es la primera vez que escucho que insultas a alguien. —dijo en cuanto se recuperó lo suficiente como para poder hablar.
—Solo digo que un doctor debería poder comportarse. ¿No era más fácil pedir ayuda al decano de tu facultad para que le deje hacer su supuesto estudio?
—Ya entiendo… ¿No era obvio? estaba coqueteando conmigo.
—¡Pues peor aún! —Alzó las manos hacia el cielo. —. ¿No sabe que no es moral utilizar su posición de poder para aprovecharse de los alumnos? Y tú deberías saber eso mejor que nadie.
—Espera, espera ¿estás enojado por eso? no es igual a lo que pasó con Mihawk.
—¿Y por qué más?
—Diría que estás celoso. —Zoro codeó a su amigo haciéndole entender que solamente estaba jugando.
—¡Estás diciendo tonterías! —Usopp apartó la mirada, pero Zoro lo abrazó por los hombros.
—En primer lugar, Law es estudiante de medicina, así que no tiene ese supuesto poder que dices.
—¿Entonces qué hace en el centro médico de la Universidad?
—¿Y yo qué sé? pregúntale a Kaya ¿no?
—Bueno, bueno… ¿Qué era lo otro que me ibas a decir?
—Que hace algunos meses intenté algo con él, pero me rechazó porque él tenía novio… Aunque por lo visto, ahora ya está soltero.
Usopp no tuvo ganas de seguir hablando y se limitó a mirar hacia el frente. El calor del brazo de Zoro sobre sus hombros le provocaba un cosquilleo que lograba bajar por todo su cuerpo, pero a pesar de la cercanía que mantenían, por alguna razón lo sentía demasiado lejos.
¿A qué le tenía miedo? No estaba del todo seguro, quizás temía que alguien nuevo en la vida de Zoro terminara por alejarlo, pero de todas formas, no tenía el derecho de sentirse así ¿verdad? al final de todo, solamente eran amigos.
Continuará
¡Qué emoción! Por fin podemos ver que algunos sentimientos empiezan a emerger. Me da penita Usopp, porque se muere de celos pero no sabe que son celos. ¿En verdad puede ser tan ingenuo para no darse cuenta de lo que está sintiendo?
Por otro lado, amo ver a este Zoro todo coqueto y receptivo, admito que me odié un poquito por haberlo dejado con las ganas de comerse a un desconocido, pero ya saben, todo es por el bien de la trama.
Ya quiero que llegue el 21 de marzo para que puedan leer el siguiente capítulo, porque se viene con todo… ¿Qué creen que vaya a pasar?
Me estuvieron lanzando teorías en los comentarios de capítulos anteriores y pues estaban muy interesantes, solo diré que no queda mucho tiempo para que se resuelva uno de los misterios.
Ya saben que tengo mil redes sociales, me pueden encontrar en facebook, tiktok y twitter con el nombre "Chisheccid fanfics" para que puedan enterarse de mis nuevos proyectos y recuerden dejar un comentario si les gustó el fic, eso me anima muchísimo a seguir escribiendo.
