Disclaimer: Todo del poderosísimo Eichiiro Oda.
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Notas de la autora: ¿Pueden creer que la idea para este capítulo salió cuando estaba enferma? Creo que me dio Covid y ps tuve unos días terribles entre la fiebre, la debilidad, el malestar entre otras cosas. Lo que me ayudó a sobrellevar la enfermedad fueron los cuidados de mi esposo. Recuerdo que entre la fiebre y las ensoñaciones, este capítulo fue tomando forma.
Nota 2: Creo que este es el capítulo más largo que he escrito para este fic, iba a separarlo en dos partes, pero todo debía quedar en este capítulo para que no se me vaya de las manos toda la planificación.
Canción: Turning page-Sleeping at last
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Lo que tuvimos que hacer
Capítulo 12: El calor que emanas
Cuando Franky llegó al departamento cargando las bolsas de la compra, no le sorprendió que el lugar estuviera en absoluto silencio, después de todo, su mejor amigo se encontraba en un estado tan lamentable, que esa mañana no se atrevió a despertarlo.
Dejó las compras sobre la pequeña encimera de la cocina y tuvo todas las intenciones de darse una ducha, el entrenamiento en el gimnasio lo había dejado tan agotado y tan sudoroso que le urgía refrescarse, sin embargo decidió que primero iría a ver al pobre enfermo que seguramente estuviera todavía durmiendo.
En todos los años que conocía a Zoro le habían quedado dos cosas claras: La primera era que casi nunca se enfermaba y menos que menos por un poquito de agua y la segunda, que cuando algún virus lograba penetrar la barrera casi impenetrable de su amigo, podría llegar incluso al borde de la muerte.
Golpeó dos veces la madera de la puerta y al no obtener una respuesta, lo más inteligente por hacer era abrirla y comprobar que su amigo aún respirara.
Su sorpresa fue inmensa en cuanto se encontró con las cobijas revueltas, algunas prendas de ropa desperdigadas por el suelo y la total ausencia de Zoro. Un millón de preguntas quisieron llegar a su cabeza, pero antes de que pudiera formular cualquiera de ellas, la puerta principal se abrió.
—Ayúdame, Franky… es muy pesado. —La voz casi ahorcada de Usopp lo hizo saltar en su sitio y enseguida se apresuró para socorrer al par de amigos.
Franky logró agarrar a Zoro por la cintura, aligerando así un poco del peso que Usopp llevaba,
—Vamos a ponerlo en su cama. —Las preguntas en la mente de Franky crecieron aún más, pero no era lo más importante en ese momento. Ya llegaría el tiempo de despejar todas sus dudas en cuanto se asegurara de que su amigo no corría peligro.
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—¡Algún día me va a matar de la preocupación!. — Franky sirvió dos vasos de agua.
—¿Siempre es así de impulsivo? —Usopp agradeció con la cabeza antes de tomar un poco del líquido.
—Desde que éramos niños… Es que simplemente no mide las consecuencias de sus actos… Generalmente no sé en lo que piensa cuando hace estas cosas —Franky también bebió un poco. —. Esta mañana no tenía fuerzas ni siquiera para levantar las cobijas y cuando le pregunté si necesitaba algo… En fin. Gracias por cuidarlo.
—Es raro, cuando fue a mi exposición y cuando lo llevé al centro médico parecía que estaba mejor, pero en el bus… Me preocupé mucho cuando perdió el equilibrio.
—A mi me sorprende que haya sido capaz de levantarse —dijo Franky un tanto pensativo y miró a Usopp con intriga. —. Es que Zoro no se enferma, a él le posee el demonio de la gripe o algo por el estilo. A veces me dan ganas de llamar a un exorcista porque en serio…
Usopp soltó una sonora carcajada.
—¿Tanto así? si lo hubiera sabido, no le habría escrito para que fuera a mi exposición. —El rostro del moreno se llenó de preocupación.
—Cierto, ¿Cómo te fue?
—No lo sé. No me quedé a esperar las notas… Ya sabes —Miró hacia la puerta abierta de la habitación de Zoro. —. Después llamaré a preguntar…
—¿Comiste algo?
—Ahora que lo mencionas…
—Acabo de hacer las compras y pensaba ponerme a cocinar después de bañarme, pero puedo hacer algo rápido ahorita para que no se te haga tarde. A estas horas no hay buses y es demasiado peligroso ir en taxi.
—Bueno… yo… —Usopp jugueteó con sus dedos. —. No sé, pensaba en que quizás pueda quedarme aquí… Digo, ya es tarde y pues… —Usopp volvió a mirar hacia la puerta entreabierta. —. Bueno, tú sabes…
Franky alzó la ceja y miró a Usopp, no pudo evitar esbozar una sonrisa.
—Claro, claro. Ya entiendo.
—Digo, ya es demasiado tarde. —Usopp miró su celular para comprobar la hora, aunque en realidad no pasaban de las cinco de la tarde.
Franky solamente negó con la cabeza mientras sonreía. "Par de tontos", pensó antes de levantarse.
—Ponte cómodo, si quieres juega un poco con la consola o mira tele, estás en tu casa. Me meto a bañar y salgo a hacer algo para que comas..
—Veo que estás muy acostumbrado a hacer la comida, ¿verdad?
—Zoro es pésimo cocinero.
—Yo no soy lo que se dice un chef, pero creo que puedo defenderme en la cocina. Ve a bañarte, yo me encargo.
Franky sonrió cálidamente antes de dirigirse al cuarto de baño.
Mientras masajeaba su cuero cabelludo no pudo evitar pensar en sus dos amigos. O eran demasiado tontos o muy inocentes para no darse cuenta de lo que estaba sucediendo entre ambos. Era demasiado obvio que algo más que un cariño de amigos se estaba creando entre ellos, pero al parecer, ninguno lograba darse cuenta. ¿Qué esperaba? Estaba hablando de Zoro, el tipo duro que juró no volverse a enamorar jamás en su vida y de Usopp, el supuesto chico heterosexual que tenía una novia bonita, pero a la que dejaba de lado cuando de ir con Zoro se trataba…
Soltó una nueva carcajada con el último pensamiento: "El supuesto chico hetero con novia". Definitivamente ese sería un problema, o bueno, aún tenía que observar a sus amigos con más atención para confirmar sus sospechas, después de todo, podría tratarse solamente de una muy buena amistad, ¿o no? Decidió que trataría de mantenerse al márgen hasta que la situación lo ameritase, mientras tanto, se limitaría a disfrutar del espectáculo.
…
—No tenemos demasiadas cosas, pero creo que con esto estarás bien. —Franky extendió un par de mantas sobre el sofá de la sala y acomodó una almohada en uno de los extremos del mismo.
Las horas se les habían ido mientras conversaban de cosas sin importancia.
—Gracias… —Usopp dudó de sus propias palabras haciendo que Franky casi suelte una carcajada.
—Si tienes frío me avisas y te doy las cobijas de repuesto de Zoro.
—Claro… yo te aviso. —Usopp miró hacia la puerta entreabierta del otro extremo.
—Estás preocupado, ¿verdad?
—Si… demasiado.
—¿Qué quieres hacer?
—No lo sé…
—¿Quieres dormir en el mismo cuarto?
—¡Si!... quiero decir, así puedo estar pendiente de despertarlo para darle los medicamentos, tomarle la temperatura y…
—Entiendo. ¿Me ayudas a mover el sillón? Así podrás estar cómodo y podrás vigilarlo.
—Puedo acomodarme en una silla, de todas formas, no duermo mucho y… La verdad es que no quiero molestarte.
—¿De qué hablas? Vas a vigilar a Zoro por mí, me ahorras mucho trabajo. —rió de forma despreocupada. —. Lo mínimo que puedo hacer es darte un lugar cómodo.
Eran las diez de la noche y las luces del pequeño departamento se apagaron. Usopp se sentó en el sillón sobre las mantas extendidas y trató de distinguir la figura de Zoro en la oscuridad. Extendió la mano, buscando de alguna manera comprobar su temperatura, pero se detuvo a medio camino. Retiró la mano como si hubiese estado a punto de hacer algo indebido y en cambio se rascó el cuello, luego la nuca y terminó en su cabeza.
El muchacho suspiró y agarró su teléfono.
"Estás dormida?"
"No, aunque estaba pensando en ya irme a la cama. Día duro. Tú, cómo estás? No has prendido las luces de tu casa en todo el día."
"Me estoy quedando en el departamento de Zoro y Franky."
"Se escucha como una noche alocada."
"No, no es eso… Es una larga historia… Oye, te puedo hacer una pregunta?"
"Claro, pero luego me cuentas tu larga historia. Hecho?"
"Ok, ok… Los estudiantes de medicina hacen prácticas o algo por el estilo en la universidad?"
"Algunos, sí. Hay un grupo de estudiantes que van rotando para mantener el centro médico con doctores, especialmente el fin de semana. De hecho, uno de los chicos de mi clase está haciendo eso."
"Ya veo… Conoces a algún Trafalgar Law?"
"Si! es el compañero del que te hablaba. Él está haciendo las prácticas en la universidad, me parece que va cada sábado. Ahora si me vas a contar lo que pasa? Me dejaste más intrigada."
Zoro se revolvió en la cama soltando un leve quejido.
"Te cuento luego. Zoro acaba de despertar."
"Ok… eso me genera más preguntas."
"Prometo contarte todo."
—¿Estás despierto? —susurró mientras se acercaba a él.
—¿Eh? —Una voz ronca se dejó escuchar por debajo de las cobijas.
—¿Cómo te sientes? —Usopp extendió la mano, esta vez más decidido y la posó sobre la frente de Zoro. —. Otra vez tienes fiebre, supongo que ya pasó el efecto de la pastilla. — Revisó la hora en su teléfono. —. Ya debes tomarte otra.
—¿Qué haces aquí? — Zoro abrió los ojos con dificultad y trató de sentarse en la cama.
—No te muevas, voy por agua para que tomes la pastilla… —Usopp salió de la habitación y regresó a los pocos segundos con un vaso que le extendió a Zoro junto a una píldora. —. ¿Tienes hambre? No comiste nada en todo el día.
—No creo poder comer nada… Me arde mucho la garganta, además, no tengo hambre. —dijo Zoro después de tomar la medicina.
—No… debes comer aunque sea un poco. Voy a prepararte una sopa instantánea, vi que Franky compró algunas.
Zoro estuvo a punto de negarse, pero no tuvo tiempo ya que el muchacho se levantó y corrió hacia la cocina.
—En serio, no tuviste que molestarte —Zoro tomó el plato sopero que Usopp le extendía. —. Aún no me respondes ¿Qué haces aquí?
—Se me hizo tarde, era demasiado peligroso regresar a casa a estas horas. —Usopp se acarició la nuca.
—Ajá… —Zoro tomó una cucharada de la sopa y descubrió que estaba tibia. —. Dime la verdad, Usopp.
El joven soltó un largo suspiro y se sentó en la cama improvisada.
—Me preocupé mucho cuando te vi así…
—Pero si solo es una gripe.
—Va a sonar tonto lo que te voy a decir… ¿Prometes no burlarte?
—¡Por favor, Usopp!
—Está bien, está bien… Es que desde que te conozco, siempre te he visto como alguien muy fuerte, casi invencible y… Verte hoy sin nada de fuerzas, en serio me preocupé demasiado —Zoro trató de ahogar una risotada sin mucho éxito. —¿Ves? Dijiste que no te ibas a burlar.
—No me estoy burlando… solo no me esperaba que dijeras eso… Así que te quedaste para cuidarme.
—Yo no dije eso. —Usopp se sonrojó.
—Muchas gracias… —La amplia sonrisa de Zoro desestabilizó a Usopp.
—¿Sigues con fiebre? —dijo en un intento de desviar la atención y se acercó al rostro de Zoro para tocarle la frente. —. Si, sigues con fiebre.
Por alguna razón, la cercanía perturbó levemente a Zoro quien esquivó la mirada.
—Se me va a pasar. Las gripes no me duran demasiado tiempo, te aseguro que para el lunes voy a estar bien, solo necesito descansar.
—Entonces termina la sopa y trata de dormir…
—No creo que pueda, estuve durmiendo todo el día.
—Da igual, tú mismo dijiste que necesitabas descansar.
—¿Siempre eres así de regañón y estricto?
Esta vez fue el turno de Usopp de apartar la vista.
—Dame eso. —Usopp agarró el sopero y fue hacia la cocina.
—No te pongas a lavar, te vas a enfermar.
Usopp hizo caso omiso y se dedicó a lavar todo lo que había utilizado. No demoró más de diez minutos, pero cuando regresó a la habitación, encontró a Zoro profundamente dormido. El muchacho se acercó para comprobar la temperatura del otro y descubrió que aún era elevada, así que fue hacia el baño, encontró una pequeña toalla dentro de uno de los cajones y después de cerciorarse de que estaba limpia, entibió un poco de agua.
…
Usopp caminaba por los pasillos blancos de un hospital vacío. Sus pasos contra la baldosa provocaban un eco que se extendía por todo el corredor rompiendo con el silencio. Al principio sus pasos eran lentos y tranquilos, pero al notar que no lograba llegar hasta la puerta del fondo del corredor, empezó a desesperarse. Las pisadas cada vez eran más rápidas hasta convertirse en una carrera acelerada. Los latidos de su corazón se transformaron en el pitido del monitor cardíaco y supo que definitivamente algo andaba mal.
Siguió corriendo con todas sus fuerzas mientras el pitido en sus orejas se hacía más rápido. En cuanto logró alcanzar la perilla de la puerta el sonido se alargó hasta el infinito. Usopp entró a la habitación para encontrar una cama vacía.
…
Despertó sobresaltado, sintiendo que unas gruesas lágrimas bajaban por sus mejillas. No tardó mucho en caer en cuenta de que no se encontraba durmiendo en su cama y en seguida recordó la razón por la que se encontraba en esa habitación. Se levantó rápidamente y trató de enfocar la vista. Zoro seguía dormido. Extendió la mano para revisar la temperatura del otro y respiró aliviado al notar que había bajado hasta casi llegar a la normalidad.
Miró la hora en su teléfono celular. Eran apenas las tres de la mañana, demasiado temprano. No tenía ganas de volverse a dormir, así que decidió leer un poco, quizás eso lo tranquilizaría, pero tras varios minutos llegó a la conclusión de que no podría concentrarse. Abrió el whatsapp y entró al chat de Zoro, siempre le animaba ver esos videos absurdos que le mandaba de vez en cuando:
Videos de pintores, videos de gatitos, videos de bromas en doble sentido… El video del elefantito.
¿Eso era todo? juraba que eran muchos más. Usopp volvió a suspirar
"¿Y si instalo Tiktok?"
No fue necesario pensar por mucho más tiempo y descargó la aplicación.
Bailes sin sentido, memes que no entendía, chismes de youtubers y tiktokers… ¿Cómo hacía Zoro para enviarle videos tan interesantes? Le preguntaría cuando estuviera despierto.
Usopp nuevamente se sentó en el sillón y se inclinó hacia el frente con la intención de volverle a tomar la temperatura a Zoro… Al parecer, todo iba bien, pero no podía estar tranquilo. ¿Cuándo fue la última vez que había tenido esa pesadilla?
Daba igual. Siguió inclinado hacia el frente, vigilando el sueño de su amigo…
…
Zoro abrió los ojos sintiéndose renovado. La cabeza no le pesaba y sentía el cuerpo ligero. A pesar de que aún tenía una sensación extraña en la nariz y en la garganta, no era un asunto demasiado importante. Giró sobre sí mismo para mirar hacia el sillón y encontró a Usopp inclinado hacia adelante, muy cerca de la cama. Sintió remordimiento al verlo dormido en esa posición tan incómoda. Deslizó suavemente la mano para acariciar la cabellera rizada, provocando que su amigo despertara.
—Oh, Zoro ¿Te sientes mejor? —Fue lo primero que dijo en cuanto se encontró con la mirada preocupada de su amigo.
En ese instante, una especie de calor inundó el pecho del enfermo y no, no era la fiebre volviendo, era algo más que no lograba explicar. Buscó los grandes ojos de su amigo y por primera vez notó unas pestañas largas que bordeaban una mirada cálida. siguió examinando el rostro del muchacho para encontrarse con los gruesos labios un tanto arqueados por la preocupación. No supo por qué, pero unas ganas intensas de abrazar a Usopp inundaron su mente, quizás fuera porque la gripe lo había dejado, en todos los sentidos, con las defensas bajas y, sin poder resistirse más, se inclinó hacia el frente y abrazó a Usopp con fuerza. Se quedó allí, disfrutando del contacto mientras una sonrisa boba cruzaba todo su rostro, sintiéndose agradecido por tener un amigo como Usopp, quien también se había fundido en el abrazo.
—Veo que te sientes mucho mejor ¿eh? —Franky apareció por la puerta haciendo que Zoro abandonara los brazos de Usopp con rapidez, como si hubiese estado haciendo algo indebido. —. El desayuno está listo… tómense su tiempo.
Franky desapareció por la misma puerta portando una gran sonrisa. Al parecer, sus predicciones eran correctas. "Par de tontos" volvió a repetir, definitivamente se iba a divertir demasiado.
—Creo que es mejor que vayamos… —Zoro se acarició la nuca mientras trataba de reprimir la risa nerviosa que amenazaba con escapar de sus labios.
—¿No quieres que te traiga el desayuno a la cama? Creo que…
—Estoy bien, en serio… me va a venir bien levantarme.
Usopp estaba acostumbrado a tomar desayunos escuetos e incluso muchas veces ni siquiera desayunaba, por eso le sorprendió la cantidad de comida sobre la pequeña mesa del comedor, desde frutas, proteínas y unos inmensos batidos.
Se sentó en el único asiento que quedaba libre y encontró frente a él una taza grande de café negro. Tomó la pequeña cuchara y revolvió el café lentamente mientras miraba a su alrededor. Un plato con frutillas llamó su atención y decidió que empezaría por ahí. Pinchó la fruta y se la llevó a la boca, pero cuando quiso tragar, sintió un nudo en la garganta.
Sabía lo que se avecinaba.
La pierna derecha de Usopp empezó a moverse frenéticamente de arriba hacia abajo en un intento de regular la ansiedad creciente, y cuando pensó que todo se saldría de control, sintió la mano cálida y gruesa de Zoro posarse sobre su rodilla. Usopp alzó la mirada para encontrarse con los ojos de su amigo. ¿Por qué mirarlo siempre lograba calmarlo?
—Voy por un poco más de fruta ¿Alguien quiere algo? —Franky se levantó del asiento tomando el bowl de frutillas que seguía a la mitad, no se le había ocurrido una mejor excusa para dejar al par de amigos solos, era evidente que algo estaba sucediendo, aunque no sabía muy bien qué, pero sintió que lo mejor sería retirarse hasta que esos dos logren solucionar lo que sea que estuviera pasando.
—¿Hay cereal? —preguntó Zoro.
—Voy a revisar… ¿Tu quieres algo? —Miró a Usopp, quien se limitó a negar con la cabeza.
En cuanto Franky se alejó lo suficiente de la mesa, Zoro apretó la pierna de Usopp.
—¿Estás bien? —dijo en un susurro.
—No lo sé…
—¿Qué pasó?
—Me puse nervioso… Es por el café.
—Franky no te va a juzgar porque seas quisquilloso con eso… —Zoro recordó la peculiar manera que Usopp tenía para preparar su café y echó un vistazo a la cocina para encontrar a Franky mirando hacia un punto fijo de la alacena. Sonrió. —Todos tenemos nuestras manías.
—No es eso… no puedo tomar café, al menos no cualquiera, se me desata la ansiedad.
—Entonces no tomes el café y ya… No te hagas lío. —Zoro seguía vigilando a Franky por si volvía.
—Pero Franky se tomó la molestia de hacer el desayuno.
—Entonces me lo tomo yo, no hay problema…
El brillo que los ojos de Usopp irradiaron en ese momento fue suficiente para arrancarle una nueva sonrisa a Zoro.
—Claro… no había pensado en eso.
Zoro acarició la cabeza de su amigo y agarró la taza con la otra mano.
—¿Ves? Asunto solucionado.
Franky estaba atento a los murmullos que venían de la mesa, el departamento no era demasiado grande, así que se podía escuchar con facilidad lo que sucedía incluso en el otro extremo,así que cuando un nuevo silencio se instaló en el lugar, supo que podía regresar a la mesa y fingió no haberse enterado de nada.
Siguieron con el desayuno mientras hablaban de cosas sin relevancia, riendo por las ocurrencias de Franky. Un par de horas después Usopp abandonó el departamento para dirigirse hacia su casa y Zoro volvió a acostarse en la cama, pero en cuanto cerró los ojos para tratar de descansar, una sensación de soledad le azotó el pecho.
La habitación se sentía vacía. Aún quedaban vestigios de la presencia de Usopp, como el sillón en el que había dormido o la toalla con la que le había bajado la temperatura. ¿Cómo se las habrá ingeniado para ponerle el pijama? Según Franky, Usopp lo había hecho solo.
Una nueva oleada de calor le llenó el pecho al recordar esas horas de la madrugada cuando en un estado de semiinconsciencia había sentido las manos de Usopp tomándole la temperatura, la tibieza del agua sobre su frente, sus mejillas… su pecho.
"Gracias por todo"
Envió el mensaje sin pensarlo demasiado.
"Fue un placer."
Una nueva sonrisa boba cruzó su rostro.
—¿Quieres almorzar? —Franky entró a la habitación y sonrió discretamente al ver el rostro de Zoro.
—Por favor, muero de hambre.
—Enfermo que come, no muere.
—¿Ya vas a empezar con tus payasadas?
El teléfono de Zoro sonó y él lo tomó en seguida.
—Uyuyuy… ¿Ya te estás escribiendo con Usopp? Parecen una pareja de enamorados.
—No molestes… —Cuando Zoro desbloqueó la pantalla y entró a la aplicación de mensajes, se congeló.
—¿Qué te dice?
—Acaba de escribirme Law…
Franky alzó la ceja.
—¿De cuándo acá él tiene tu número?
—Desde ayer… Usopp me llevó al centro médico y allí estaba. Coqueteamos un poco y pues… Eso.
—Eres un imbécil. —Franky soltó un suspiro de resignación.
—¿Y eso? No estoy haciendo nada malo, ayer me quedó claro que ya está soltero.
—No lo decía por eso… —Empezaba a desesperarse.
—¿Entonces?
—Oh God! ¿Cómo puedes ser tan despistado? En serio te pasas.
—¿De qué hablas?
—De Usopp… Hablo de Usopp. —Franky alzó la voz.
—Ya… te fue con el chisme de que no le cae bien Law ¿verdad?
—¿Usopp conoció a Law? No puedes estar hablando en serio.
—Ya dime ¿Qué te anda pasando?
—¿No te das cuenta? Creo que estás empezando a enamorarte de Usopp y él está sintiendo lo mismo.
—Ok, creo que deberías ir a verte el cerebro. Usopp claramente es hetero.
—No estoy de acuerdo.
—¡Por favor! Tiene novia.
—Una novia a la que no le gusta besar.
—Solo no le gusta el contacto físico.
—Ajá… Solo se deja abrazar por ti.
—Es porque somos amigos… —La voz de Zoro perdió un poco de fuerza.
—Ok, ok, te lo dejaré pasar. Supongamos que Usopp no siente nada ¿Qué hay de ti? No escuché que lo negaras.
—Es mi amigo… Le quiero mucho como amigo.
—No digas que no te lo advertí.
El teléfono de Zoro volvió a sonar.
—¿Y ahora quién es?
—Otra vez Law… Quiere invitarme a salir este sábado.
—¿Qué le vas a decir?
—¿No es obvio? Llevo meses obsesionado con él. Claramente voy a aceptar.
Franky suspiró cansado y estuvo a punto de decir algo más, pero el móvil de los dos chicos sonaron al mismo tiempo.
"Perona te ha añadido al grupo -Fiesta de cumpleaños sorpresa para mi osito-".
Perona
"Este sábado es el cumpleaños de mi novio y quiero hacerle una fiesta sorpresa….
Franky no terminó de leer el mensaje y miró a Zoro.
—¿Aún piensas aceptarle a Law la invitación a salir?
…
—¡Amiga! Cuanto tiempo… —Kaya abrazaba con fuerza a una muchacha de cabellos anaranjados. —. Te ves radiante, veo que te fue bastante bien en tu viaje.
—Tengo tanto por contarte, es que no tienes una idea…
—¿Nos sentamos? Estoy ansiosa por saberlo todo, no es igual conversar por mensajes que en persona.
—Todo es tan diferente. La cultura, la comida, el trabajo. Estoy ganando muy bien allá y tengo muchísimo tiempo libre.
—Se escucha genial.
—Deberías venir conmigo cuando te gradúes, sabes que tienes las puertas de mi depa abiertas.
—Te agradezco muchísimo, pero sabes que yo no podría hacer eso… Quiero dedicarme a ayudar a los demás.
—Hay gente en todo el mundo que necesita de médicos, te aseguro que una doctora tan talentosa como tú podrá ser útil en cualquier parte.
—No lo sé, supongo que me gusta mucho esta ciudad y quiero hacer algo por ella.
—Entiendo… Si cambias de opinión, me avisas y veré cómo ayudarte.
—Lo tendré en cuenta. ¿Y qué te trae por aquí? Me sorprendió mucho ver tu mensaje anoche.
—Le prometí a Nojiko que la vendría a visitar cada tanto y de paso aprovecho para ver a mis amigos., además… Bueno, ya sabes, también esperaba poder hablar con Usopp.
—Las cosas no terminaron bien entre ustedes dos, ¿no?
—Supongo que no… Nunca entendí lo que pasó. ¿Te contó algo?
—Solamente sé lo que tú me contaste y puedo darme una idea de lo que sucedió, pero creo que lo mejor es que converses con él directamente
—¿Cómo está?
Kaya soltó una risita.
—Está bastante bien de hecho… Tiene nuevos amigos, sonríe más y consiguió novia, aunque por lo que veo, eso no va a terminar bien, porque su corazón le pertenece a otra persona.
—¿De qué hablas? —La mujer entrecerró los ojos.
—Sólo es una teoría, pero puede ser una pista de por qué lo mío con Usopp no funcionó y no iba a funcionar nunca.
—¿Es alguien que conocemos? Mujer, me estás matando de la intriga.
—Lo más gracioso es que es alguien dentro de su nuevo grupito de amigos… —Kaya estaba a punto de contarle las sospechas que tenía, pero el teléfono de la joven que estaba sobre la mesa, vibró. —. Lo siento, debo atender este mensaje, puede que sea del hospital.
"Perona te ha añadido al grupo -Fiesta de cumpleaños sorpresa para mi osito-".
—¿Está todo bien? —preguntó la joven al ver la sonrisa de Kaya.
—¿Quieres hablar con Usopp? De paso puedes verlo todo con tus propios ojos.
—Suena bastante interesante. Cuéntame más.
—Su nueva novia le está organizando una fiesta sorpresa este sábado y presiento que esa persona de la que hablo también va a ir. Necesito una mirada externa que confirme mis sospechas.
Continuará
No puedo con la imagen de Usopp dormidito en el sofá cuidando a Zoro y tampoco con el infinito cariño que prácticamente le estaba regalando. Quiero dibujar muchas de estas escenas, pero todavía soy una papa en el dibujo, así que tendrán que esperar por esos arts.
Les había dicho que este capítulo fue el resultado de una semana fatal en donde me enfermé horrible, pero debo admitir que también fue producto por estar viendo puro lakorn bl (dramas tailandeses) y decidí utilizar este recurso que tanto aparece en estos dramas. Si no es que uno enferma o se accidenta, son las pesadillas, pero total que el otro siempre está ahí para cuidar al enfermo/accidentado/pesadilloso (XD).
Por otro lado, Zoro en este capítulo se pasó de baboso (imbécil, le diría Franky, pero yo no soy tan grosera), ¿Cómo no se da cuenta de lo que está pasando? Para todos está más que claro lo que está sucediendo, menos para estos dos, pero supongo que es normal, uno no se da cuenta hasta que la realidad le pega en la cara.
Aaaah, apareció un nuevo personaje y creo que esto da algunas pistas de algo que hablamos en capítulos anteriores. Estoy emocionada por su aparición, porque aunque va a aparecer muy poquito, también es muy importante para la trama.
Bueno, díganme ¿Qué les pareció este capítulo? saben que sus comentarios son lo que me alienta a seguir escribiendo. Recuerden seguirme en mis redes sociales "Chisheccid fanfics" en Facebook, Twitter y Tiktok.
