Disclaimer: One Piece y todos sus personajes no me pertenecen, todo del magnífico Oda.

Notas de la autora: ¡Lo lamento tanto! no esperaba irme por mucho tiempo, pero todas las cosas que quería poner en orden de mi vida me tomó más de lo esperado, pero aquí seguimos, tratando de darle forma a este tumulto de ideas que cada vez se hace más grande.

Lo que tuvimos que hacer

Capítulo 16: Intermedio

—¡Maldita sea, Usopp! ¿Vas a botar todo a la basura? —Nami golpeó la mano de Usopp con fuerza haciendo que el bote de pastillas para dormir cayera al suelo. —. Estabas haciendo grandes avances ¿Qué pasó?

—No es de tu incumbencia. —Usopp se agachó para recoger las píldoras, sin embargo fue empujado hacia atrás, haciéndolo caer sobre el piso.

—Por favor, háblame. ¿No te cortaste? ¿Cuántas pastillas te tomaste?

—¡Cállate, cállate, cállate!

—Voy a llamar a la ambulancia.

—¿Por qué no vas a disfrutar de tu vida perfecta y me dejas morir en paz? Estoy cansado de ti, de Kaya, del estúpido psiquiatra. Estoy cansado de que todos me vean con lástima —Usopp recogió el bote de pastillas y vertió las sobrantes en su mano dispuesto a tragarse algunas, sin embargo Nami logró interceptarlo a tiempo, provocando aún más la ira de su amigo. —. ¡Déjame en paz!

—Usopp, por favor, cálmate y hablemos.

—¿Quieres que hablemos? Muy bien. ¿De qué vas a hablar? Oh si… De tu vida perfecta, de tu madre amorosa, de tu hermana que te apoya en todo. No sabes hacer otra cosa más que presumir de tus logros mientras yo me siento una basura.

—Usopp… Sé que la estás pasando muy mal, pero quiero que sepas que entiendo que…

—¿Me entiendes? —Los ojos de Usopp se oscurecieron. —. Tu mamá debería estar muerta para que me entiendas…

—¿Estás bien?

—¿Qué? —Usopp regresó al presente. ¿En qué momento habían llegado al restaurante?

—Estabas moviendo mucho la pierna y no contestabas.

Usopp instintivamente dirigió su mirada hacia abajo sólo para encontrar la mano de Zoro posada sobre su rodilla, hecho que logró arrancarle una sonrisa tímida.

—Estoy mejor —Inhaló a conciencia, tratando de proporcionarle a sus pulmones el oxígeno que empezaba a faltarle. —. Solo pensaba.

—¿Quieres hablar?

—No… —Se quedaron en silencio por algunos minutos hasta que Usopp retomó el diálogo. — ¿Sabes? No dejo de pensar en todas las horribles cosas que le dije a Nami ¿Y si me odia? ¿Y si solo volvió para hacerme saber que nuestra amistad murió? —Nuevamente empezaba a alterarse. —. Creo que tengo miedo.

—No pienses eso… Si ella te odiara ni siquiera hubiese ido a tu fiesta a tratar de hablar contigo. Respira y cálmate, estoy justo aquí, contigo.

—¿Interrumpo algo? —Una voz femenina se coló en la burbuja que habían creado.

—Na… Nami —tartamudeó Usopp e inconscientemente se aferró a la tela de la camiseta que le había prestado a Zoro esa mañana. —. Llegaste.

—¿Prefieres conversar después? Puedo volver luego, cuando estés más calmado. —sugirió al percatarse de que su amigo temblaba.

—Estoy bien —La voz de Usopp no sonaba del todo convencida, pero trató de fingir una sonrisa para aligerar el ambiente.

Nami miró a Usopp con preocupación. Se preguntaba si en realidad haber llegado a la fiesta así de la nada había sido una buena idea, sin embargo, no se podía hacer más. Lo hecho, hecho estaba y solamente le quedaba seguir adelante.

—Entonces…¿Podemos hablar?

Usopp asintió, aunque en su interior aún luchaba con una mezcla de emociones.

—Zoro… —pronunció él, mientras soltaba la camiseta lentamente.

—Claro —El joven se levantó de la silla que ocupaba no sin antes acariciarle la cabeza con suavidad, gesto que no pasó desapercibido por Nami. —. Voy a estar en la otra mesa. Si necesitas algo,sólo avísame.

Nami, por su parte, se sentó en la silla justo enfrente de Usopp y buscó las palabras adecuadas para empezar la conversación.

—Lo siento mucho. —pronunció por fin la muchacha, desconcertándolo por completo.

—¿Qué?

—Dije cosas que no debí haber dicho esa vez y entiendo que estés molesto conmigo, pero créeme cuando digo que solamente quería que estuvieras bien…

—No… Espera. Soy yo quien debe disculparse, te dije cosas terribles.

Nami posó la palma de su mano sobre su mejilla.

—Tienes razón, me dijiste cosas muy feas, pero… No lo decías en serio ¿verdad? No te niego que me dolió mucho lo que me dijiste, pero enseguida comprendí que solamente estabas pasando por un mal momento y… ¿Podemos solo olvidarlo y volver a ser amigos? Te extraño mucho.

—No… no puedo simplemente actuar como si no hubiera pasado nada —No se percató de que unas gruesas lágrimas empezaban a bajar por su rostro. —. No puedo simplemente fingir que…

—En teoría, estamos a mano.

—¿De qué hablas?

—No debí arrojarte las pastillas y decirte que no me importaba si te morías… Regresé esa misma noche a tu casa para disculparme contigo, pero…

—Si… esa noche me volvieron a internar.

—Y luego yo me fui de viaje… Entonces ¿estamos bien?

—Si… creo que sí.

Zoro miraba con atención hacia la mesa que se encontraba unos metros más adelante. Desde su posición podía ver que Usopp se encontraba tenso y eso lo inquietaba un poco. Le había prometido a su amigo que se quedaría cerca y le aseguró que si las cosas empezaban a ponerse feas, él iría en su rescate.

—Buenos días —Una voz a su lado sonó insistentemente. —.¿Está listo para ordenar?

—No, lo siento —Zoro se apresuró a recoger la carta que descansaba sobre la mesa. —¿Puedo ordenar luego?

—Claro, puede ir a la barra a tomar algo mientras espera.

.

Zoro levantó la mirada del menú para ver al mesero que le había hablado y notó que era bastante atractivo, con un porte elegante y una mirada profunda que fácilmente hubieran logrado doblegarlo.

—Si, lo siento. —Sonrió de medio lado mientras seguía examinándolo.

En otros tiempos, antes de descubrir sus sentimientos, podría haber coqueteado con el mesero sin pensarlo dos veces. Pero ahora, su atención y afecto estaban dirigidos hacia Usopp.

Miró instintivamente hacia la mesa y justo en ese momento, hizo contacto visual con su amigo quien le sonrió, indicándole que todo estaba bien. Esa simple sonrisa alivió en gran medida las preocupaciones de Zoro. Era evidente que Usopp se sentía mucho más relajado y tranquilo, pues la conversación entre él y Nami parecía avanzar de manera más fluida y ambos estaban más cómodos el uno con el otro.

Satisfecho por la mejoría en el estado de ánimo de Usopp, Zoro se volvió hacia el mesero nuevamente.

—Me gustaría pedir el pollo teriyaki, por favor —dijo, entregando la carta al hombre.

El mesero tomó nota de su pedido y se alejó, dejando a Zoro nuevamente solo con sus pensamientos.

—Bueno ¿Y qué hay de nuevo en tu vida?

—¿En serio eso me vas a preguntar después de todo este tiempo?

—No nos hemos visto como en dos años, creo que tenemos mucho de qué hablar.

—¿Por dónde empiezo? Son demasiadas cosas que…

—No te compliques —Nami miró hacia atrás para ver a un Zoro que examinaba el menú. —. Me alegra ver que tienes nuevos amigos. Pareces mucho más feliz.

Usopp echó un vistazo por encima del hombro de Nami y no pudo evitar esbozar una sonrisa en el momento en que sus ojos se encontraron con los de Zoro.

—Bueno… Creo que se han convertido en un apoyo bastante importante, en especial.. él. —La voz del moreno se suavizó al referirse a su amigo y un leve rubor adornó sus mejillas.

Nami sonrió un poco divertida y pensó en presionar a Usopp un poco más.

—Es muy guapo ¿no?

—¿Y eso a que viene? —Usopp estuvo a punto de escupir la gaseosa que acababa de tomar y tosió un poco tratando de desviar la atención.

—Solo digo —Una risilla traviesa escapó por entre sus labios. Conocía a su amigo y se daba cuenta de dos cosas:

La primera era que definitivamente Usopp sentía algo más por Zoro. Sus gestos, acciones y la manera en que lo miraba le indicaba que allí existía algo más que una amistad. Uno no iba celando a sus amigos, al menos no de esa manera y tampoco era normal que estén tan pendientes el uno del otro.

La segunda cosa y la más importante, era que al parecer su amigo no lograba darse cuenta de lo que estaba experimentando.

Nami se vio tentada a darle una ligera pista de lo que sucedía, pero se contuvo al recordar la imagen de Kaya diciéndole "No interfieras. Usopp necesita darse cuenta de lo que siente por sí solo. Prométeme que no vas a hacer nada."

—Bueno, creo que debo irme. —Nami recogió su bolso y sacó el teléfono celular de él.

—¿No vas a quedarte a comer con nosotros?

—Debo arreglar algunos asuntos antes de mi próximo viaje, así que…

—Si, claro. No te preocupes, pero prométeme que nos vamos a ver de nuevo. Quiero saber todo lo que has hecho, lo que estás haciendo. Necesitamos ponernos al día.

—Claro que sí. Igual tú debes contarme todo, en especial sobre Zoro. —No podía dejar pasar esa oportunidad.

—¿Por qué tanto interés en él? —Usopp no quiso sonar molesto, sin embargo era pésimo para esconder su enojo. —. Sabes que no le gustan las mujeres ¿no?

Nami tuvo que contener una carcajada. Definitivamente estaba dando en el clavo.

—Calma, amigo. No quería decir eso. ¿Sabes? Si por alguna razón te encuentras en una situación que no sepas cómo resolver, puedes escribirme con total confianza, en especial si se trata sobre Don músculos.

—Nami ¿Pasa algo que yo no sepa? —Usopp miró en dirección a la otra mesa en donde Zoro empezaba a comer.

—Por el momento no, pero tengo el presentimiento de que probablemente suceda algo en un futuro. —Nami miró el teléfono. —. ¡Mira la hora que es! debo irme. —La muchacha recogió sus cosas para luego rodear la mesa. —Prométeme que me vas a escribir.

—Nami…

—Solo promételo.

—Está bien, está bien. Lo prometo. —Suspiró resignado.

—Cuídate mucho amigo… Y por cierto, saluda a Robin de mi parte. Ayer no tuvimos mucho tiempo para hablar.

—Lo haré.

Los dos jóvenes se envolvieron en un abrazo tan cálido que les recordó a esos viejos tiempos en donde todo era más sencillo.

Tras despedirse, Usopp se sentó a la mesa mientras veía como su amiga desaparecía por la puerta del restaurante y suspiró aliviado.

—¿Cómo te fue? —Zoro se sentó a su lado cargando su plato de comida.

—Más que perfecto… No sé por qué tenía tanto miedo.

—¿Ves? te lo dije. Todo iba a salir bien. —dijo al tiempo que palmeaba la espalda de Usopp.

Continuará

Pido perdón por este capítulo tan cortito, pero si algo he aprendido a lo largo de todos estos años escribiendo, es que los capítulos deben durar lo que deben durar. Ni más, ni menos.

Les prometo que hice un mega intento por seguir con el relato, pero todo se sentía muy anticlimático, además, el tono con el que empezó esta parte no iba del todo bien con lo que sigue, así que decidí dejar este capítulo aquí.

Si, sé lo que estarán pensando: "Chise, te desapareces más de un mes y vienes con el capítulo más corto de esta serie…" y pues si, tienen razón (Incluso yo me siento mal por haber hecho un capítulo tan corto después de tomarme una pausa). Así que para equilibrar las cosas, el capítulo 17 se va a publicar en la tarde/noche de este mismo día.

¿Cuál fue la parte que más les gustó del capítulo? A mi me gustó ver como Zoro está tan pendiente de Usopp. Su manito sobre la rodilla del otro… Me morí de amor con eso.

Recuerden que tengo mil redes sociales regadas por todo el internet, estoy en todas ellas como "Chisheccid Fanfics" me ayudarían muchísimo siguiendome por cualquiera de ellas porque ya voy a empezar a subir todo ese contenido en el que he estado trabajando en estos meses.

Nada más que decir, se me cuidan mucho y que sepan que los extrañé muchísimo. Nos vemos en la nochecita.