Disclaimer: Ya no puedo inventarme más disclaimers… Bue, no importa, toda la preciosura de obra es de Oda, yo me tomo sus personajes prestados para crear este tipo de alucinaciones.
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Notas de la autora: Agárrense fuerte, porque damos inicio a la "segunda temporada" de este fic. A partir de aquí las cosas van a escalar muy rápido. Quedan avisados.
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Lo que tuvimos que hacer
Capítulo 18: Montaña rusa
La habitación estaba sumida en un silencio tenso. El aire denotaba una mezcla de melancolía e incertidumbre mientras Usopp se encontraba sentado en su cama, perdido en un mar de pensamientos. El reloj en la mesita de noche marcaba las horas que parecían estirarse infinitamente.
El recuerdo de las últimas palabras de Perona resonaba en su mente como un eco persistente al mismo tiempo que intentaba procesar todo lo que estaba viviendo. Trataba de aferrarse a la lógica ¿Cómo era posible pensar siquiera que pudiera estar sintiendo algo por Zoro? Eran amigos, sin embargo, no pudo evitar pensar en todas esas tardes compartidas, en los abrazos, en…
Se recostó sobre el edredón y agarró su teléfono para tratar de despejar la mente. No le estaba haciendo nada bien el sobrepensar las cosas y como si fuera una mala broma del destino, una notificación de whatsapp saltó en la pantalla. No supo de manera certera porqué el estómago le dio un vuelco y el corazón empezó a palpitarle como loco, tampoco quiso detenerse a pensar demasiado, así que abrió la aplicación.
"Todo bien?"
Usopp suspiró. ¿Qué se supone que le diría?
"Oh, Zoro. Perona vino a mi casa a conversar conmigo porque dice que me estoy enamorando de ti, por cierto. Es verdad que casi nos besamos en mi cumpleaños?"
Era ridículo siquiera pensar en eso. Tecleó a toda velocidad un "Todo bien." para luego lanzar el teléfono hacia el otro extremo de la cama.
Perona por su lado, también se encontraba pensando. Tenía la cabeza apoyada sobre el vidrio del pasajero de su vehículo. Escuchaba que Coby le decía algo, sin embargo no prestaba demasiada atención. Le ardían los ojos de tanto llorar y un punzante dolor se alojaba en el lado derecho de su cabeza.
—Hiciste lo mejor.
Apenas y pudo rescatar la frase dicha por su mejor amigo y nuevamente se transportó hacia el pasado, específicamente al día de la fiesta. Recordó vívidamente la escena que había presenciado: Zoro y Usopp, envueltos en un abrazo que distaba mucho de ser uno netamente amistoso mientras sus rostros se acercaban peligrosamente. ¿Qué hubiera sucedido si ella decidía no intervenir en ese momento? El solo pensamiento de lo que pudiera ocurrir la atormentó Se preguntaba si lo que había visto era solo el inicio de algo más profundo entre ellos, algo que no podía comprender ni aceptar.
Pero quizás ese no había sido el comienzo de todo… No, sabía que no.
En más de una ocasión los había visto compartir ese tipo de abrazos, risas, bromas internas que nadie más entendía. Si, todo estaba allí desde hace mucho tiempo y que solamente se hacían más evidentes conforme pasaban los días…
Durante ese mes en el que los estuvo observando, Perona pudo percibir cómo Zoro y Usopp buscaban constantemente estar cerca el uno del otro. En cada encuentro, en cada gesto, había una conexión especial que escapaba a su entendimiento.
Mientras el vehículo seguía su camino, las lágrimas de Perona se deslizaban silenciosamente por sus mejillas. Sentía que su mundo se tambaleaba y que necesitaba tiempo para encontrar la claridad y comprender lo que estaba sucediendo. En ese momento, la frase de Coby resonó en su mente: "Hiciste lo mejor".
Quizás, en medio de la confusión y el dolor, eso era lo único a lo que podía aferrarse.
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Seguir el hilo de la clase de turno no era nada fácil teniendo un remolino de pensamientos en la cabeza, mucho menos sin haber logrado dormir ni una sola hora en toda la noche. Usopp desprendió su mirada del cuaderno para ver a su alrededor y se encontró con los grandes ojos de Perona, quien al hacer contacto visual, desvió la mirada.
Usopp suspiró. No sería nada fácil afrontar la situación teniendo a Perona en el mismo salón de clases. Los compañeros empezaban a darse cuenta de que algo iba mal en la pareja, lo que creaba un ambiente tenso en el aula. Esa mañana se habían saludado con un escueto "hola" y a partir de ese momento apenas y habían cruzado un par de palabras. Incluso los profesores podían sentir la tensión entre los dos alumnos y rogaban por que eso no interfiriera con las clases.
A medida que la clase llegaba a su fin, Usopp guardó sus pertenencias en su mochila con una sensación de alivio. Estaba ansioso por salir de ese ambiente cargado, sin embargo, su mente no dejaba de roer compulsivamente sus recuerdos y pensamientos.
—¿Vienes a ver el partido con nosotros? —La voz de Franky resonó desde la puerta.
—¡No me lo perdería por nada! —gritó Coby desde el otro extremo del salón mientras se apresuraba a guardar sus útiles..
El primer instinto de Usopp fue huir, sin embargo se quedó paralizado, con la vista puesta sobre la mochila. Tenía miedo de alzar la mirada y encontrarse con Zoro, porque sí, sabía que él estaba allí.
—¿Vienes con nosotros?
Usopp tuvo que ahogar un grito que amenazaba con subir por su escuchar la voz de su amigo tan cerca.
—Cla… claro —Le temblaron las piernas y un intenso rubor cubrió su rostro. —. Termino de guardar esto y los alcanzo.
Usopp por fin levantó el rostro para mirar a Zoro y sintió cómo el mundo que conocía hasta ese entonces se le derrumbaba. No fue capaz de entender lo que su amigo le estaba diciendo, pero asintió con la cabeza al rescatar las frases "...sitio en el refugio…" y "...te mando un mensaje…"
Pudo ver como Coby jalaba a Zoro de la mochila para llevarlo hacia afuera y suspiró aliviado, aunque la sensación no le duró mucho al recordar que Coby había acompañado a Perona esa noche… Probablemente estuviera al tanto de todo lo que ocurría y eso lo atemorizó.
La silueta de la muchacha atravesando el salón a toda velocidad interrumpió sus pensamientos y lo sumió en un estado de remordimiento instantáneo. Perona, con los ojos enrojecidos y las mejillas empapadas de lágrimas, evitó cruzar miradas con Usopp mientras pasaba a su lado rumbo a la salida. El corazón de Usopp se encogió al ver el dolor en el rostro de la chica que había sido su novia, la persona a la que había lastimado sin siquiera darse cuenta.
La sala de clases quedó en un silencio incómodo después de que Perona abandonara el lugar. Usopp se quedó allí, paralizado por la mezcla de emociones que lo embargaban. Miró fijamente la puerta por un momento, indeciso sobre qué camino tomar. Pero entonces, su teléfono vibró en su bolsillo, interrumpiendo sus pensamientos.
"Estamos en el refugio
en las mesas del fondo",
Aunque no estaba seguro de lo que esperaba encontrar allí, la sola idea de ver a Zoro lo embarcó en una montaña rusa de emociones. Quería estar cerca de él, pero al mismo tiempo un miedo infinito a descubrir sus verdaderos sentimientos le golpeó el pecho.
Cuando por fin llegó al "refugio", buscó a sus amigos con la mirada, una mano se alzó al fondo del lugar y Usopp reconoció a Zoro saludándolo. Un nudo se formó en su garganta al tiempo que sintió un millón de mariposas revoloteando en su estómago.
—¡Usopp! —exclamó Zoro, levantando una mano en señal de saludo. Franky también le sonrió desde su asiento.
Usopp forzó una sonrisa, sintiendo que sus piernas se volvían de gelatina. Zoro hizo un gesto a Franky para que se levantara y ocupara el asiento junto a Coby, dejando espacio para que Usopp se sentara a su lado. Era una clara invitación para estar juntos, pero Usopp, abrumado por sus propios pensamientos y emociones, no se sentía preparado para aceptarla.
—No te molestes —Se dirigió a Franky. —. Puedo sentarme aquí.
Franky, sorprendido por la respuesta de Usopp, intercambió una mirada confusa con Coby. Parecía haber captado que algo estaba sucediendo, pero decidió no presionar.
—Si tu lo dices… —respondió Franky con un dejo de duda en su voz.
—¿Quién juega contra quién? —preguntó en un afán de desviar la atención.
No escuchó la respuesta, no le interesaba. Estaba más preocupado en disimular su estado de ánimo, en no dejar ver que por dentro llevaba un remolino de inseguridades y preguntas que no sabía cómo resolver, sin embargo, la mirada escrutadora de Coby no lo ayudaba en la tarea.
—¿Estás bien? —Zoro rozó las manos de Usopp, provocando que de un respingo.
Usopp se sintió atrapado en ese instante, con los ojos de Zoro clavados en él. Su corazón latía desbocado mientras buscaba desesperadamente una respuesta convincente.
—Sí, sí, estoy bien —respondió, retirando las manos de la mesa para esconderlas en el bolsillo de su hoodie. —. Solo un poco cansado, ya sabes, los proyectos de la universidad y todo eso.
Zoro frunció el ceño, pareciendo no estar del todo convencido con la respuesta.
—¿Pasó algo con Perona? No me has querido contar nada desde…
Usopp creyó que iba a volverse loco, no era ni remotamente normal saltar de un estado de ánimo a otro en cuestión de segundos. Sus manos temblorosas luchaban por quedarse quietas al tiempo que trataba de pensar en una respuesta que dejara conforme a Zoro, al menos ganaría tiempo para no tener que dar más explicaciones, sin embargo, antes de que Usopp pudiera responder, Coby se levantó abruptamente del asiento.
—¿Saben que hace falta aquí? Unas cervezas bien frías. Pedimos un "combo" ¿no?
Miró a Franky insistentemente, tratando de decirle algo con la mirada.
—Buena idea, Coby. ¿A cuánto nos toca? —preguntó en un tono exagerado, tratando él también de desviar la atención. Algo podía intuir acerca de lo que sucedía, pero no estaba del todo seguro.
Coby, tras recolectar algunas monedas de todos los que conformaban el grupo, tomó a Franky por el brazo con la excusa de que no podría cargar él solo con las cervezas y cuando por fin estuvieron lejos de la mesa, hizo la pregunta que se moría por hacer desde hace un par de semanas.
—Tu sabes algo, ¿verdad?
Franky entrecerró los ojos. Claro que sabía algo, de hecho, lo sabía todo, pero no podía decírselo de buenas a primeras sin saber primero qué estaba sucediendo.
—Tú también sabes algo.
—¿Y si no es lo mismo lo que tú sabes y lo que yo sé? Estaría traicionando a mis amigos. —Coby miró hacia la mesa en donde se encontraban Usopp y Zoro.
—Yo creo que sí es lo mismo —Franky le puso un brazo sobre los hombros. —. Esos dos, ¿Verdad? —Franky también dirigió su mirada hacia ellos y pudo ver el momento exacto en donde Zoro se sentaba junto a Usopp.
—¿Tú crees que Usopp…
—No solamente Usopp —interrumpió. —. Zoro también está tonto por él.
—Entonces Perona no estaba equivocada.
—¿Cómo que Perona?
—¿No sabes? Terminaron porque según ella vio a Zoro y Usopp a punto de besarse en el cumpleaños.
Franky se llevó las dos manos a la cabeza, totalmente incrédulo.
—¡No es cierto! Zoro va a tener que darme muchas explicaciones. —Tuvo toda la intención de ir hasta la mesa, pero Coby lo agarró del brazo haciendo uso de todas sus fuerzas.
—Espera, espera, espera… No podemos decir nada.
—¿Por qué no?
Coby suspiró.
—¿No crees que esto es algo entre ellos? No deberíamos siquiera estar conversando de esto.
—Bueno, en eso tienes razón.
—Ok… Entonces yo no sé nada de lo de Zoro y tú no sabes nada de lo de Perona y Usopp.
—¿En verdad no le puedo decir nada? Digo, él solo se está deteniendo por…
—¿Sabes? Estás haciendo que me arrepienta de haberte contado todo esto.
—Ok, ok… Lo prometo —Alzó las manos. —, pero míralos, hasta me dan un poquito de pena.
Franky dirigió su mirada hacia la mesa en donde estaban sus amigos. Los veía nerviosos, a Usopp más que a Zoro, ya que empezaba a comer compulsivamente del bowl de palomitas de maíz.
—¡Franky!
—Está bien… no voy a decir nada.
El bartender depositó las tres cervezas sobre el mostrador y los dos jóvenes las agarraron para ir hacia la mesa. Conforme se acercaban, podían notar que Usopp no se atrevía a mirar a Zoro, quien estaba más pendiente de la televisión.
El partido iniciaba.
En los primeros minutos del encuentro, Usopp todavía se mostraba nervioso, pero conforme el partido avanzaba y las cervezas se terminaban, se vio contagiado por la emoción circundante en todo el establecimiento.
A pesar de no entender muchas de las cosas que veía en la pantalla, gritó, como todos los demás, cuando el delantero falló el primer tiro al arco y también se dejó llevar por la decepción al ver que el equipo contrario anotaba el primer gol. Para cuando el árbitro falló a favor del equipo aliado para cobrar un penal, Usopp se aferró a la camiseta de Zoro. Con los ojos fijos en la pantalla, vio cómo el jugador se preparaba para el cobro. El silencio se apoderó del lugar, solo interrumpido por los latidos acelerados de su corazón.
El instante en que el balón impactó en la red y el bar estalló en júbilo, Zoro no pudo contener su emoción. Impulsado por la euforia, se lanzó hacia Usopp, abrazándolo efusivamente. Usopp, sorprendido por el gesto, correspondió al abrazo sin pensarlo dos veces, dejándose llevar por la inesperada muestra de cariño.
Sin embargo, cuando sus miradas se encontraron en medio del abrazo, ambos se dieron cuenta de la intimidad del momento. Un escalofrío recorrió sus cuerpos, y una extraña tensión se instaló entre ellos. La cercanía y el contacto repentino despertaron emociones y sentimientos que habían permanecido ocultos. De manera simultánea, se separaron abruptamente, desviando la mirada y sintiendo cómo el rubor subía a sus mejillas.
Franky codeó a Coby insistentemente y este, al notar las intenciones del otro, le devolvió un codazo con mucha más potencia mientras una serie de pensamientos se arremolinaban en torno a él.
Se sentía feliz viendo a Usopp y a Zoro en esa situación, después de todo, los había llegado a considerar buenos amigos, pero por otro lado, no podía dejar de sentir remordimiento con respecto a Perona, pero ¿Qué podía hacer además de estar allí para ella cuando lo necesitara? No era su deber interferir. Miró a Franky quien reía a carcajadas y rogó internamente porque pudiera mantener la boca cerrada.
Continuará
No sé nada de fútbol, así que si hubo alguna falla en la narración de los acontecimientos en el bar, pido perdón.
Este capítulo me costó muchísimo porque no sabía que hacer de la vida de mis personajes después de que Usopp esté más consciente de lo que pasa a su alrededor, incluso estuve pensando en irme otra vez a hiatus. Tenía un millón de escenas que no sabía cómo unir, incluso llegué a borrar párrafos completos porque se sentían de relleno y a pesar de que me gustaban bastante, en realidad no aportaban nada y bueno, una noche, mientras estaba a punto de dormirme, apareció esta escena en el bar mientras miraban el fútbol.
Sí, sé lo que algunas personas me van a decir. Sé que están ansiosos por ver a Sanji en acción, por ver cómo se van a desarrollar las cosas con él, pero tranquilidad, ya nos estamos dirigiendo hacia allá, solo que no puedo dejar cabos sueltos antes de iniciar con otro personaje.
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Nos vemos en el siguiente capítulo.
