Disclaimer: Todo de Oda, no me molesten
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Notas de la autora: ¿Pueden creer que ya estamos en el capítulo 19? ¡Yo no! y les cuento algo, estaba trabadísima con este capítulo. Tenía ideas sueltas, pero no lograba conectarlas de ninguna manera, pero Hessefan me ayudó muchísimo a aterrizar un montón de cosas, sin ella no hubiera logrado sacar este capítulo a flote. Si estás leyendo esto, mil gracias por escucharme.
Canción: The best day of my life-American authors
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Lo que tuvimos que hacer
Capítulo 19: Big and loud
Usopp se miró al espejo para darle forma a un nuevo rizo y suspiró. Se había tomado su tiempo para arreglarse, para elegir el atuendo que se pondría ese día e incluso se había tomado la molestia de bañarse temprano en la mañana cuando bien podía haberse bañado la noche anterior.
Se preguntó a sí mismo por qué se estaba esmerando tanto en su apariencia. Nunca antes le había dado tanta importancia a su aspecto físico, ni siquiera en sus citas con Perona o con Kaya, pero ahí estaba: eligiendo cuidadosamente el perfume que utilizaría ese día.
—Solo es una salida con amigos —se dijo a sí mismo con un poco de frustración.
Usopp se mordió el labio inferior ante el último pensamiento y de pronto recordó las tardes repletas de risas, los mensajes, las conversaciones banales y otras más profundas… los abrazos surgidos de la nada.
Dejó escapar un nuevo suspiro al tiempo que terminaba de darle forma a sus rizos para luego disponerse a salir. Las ganas de ver a Zoro eran más fuertes que cualquier otra cosa y por alguna razón, sintió que ese sería el mejor día de su vida.
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En la universidad en la que estudiaban, al igual que en muchas otras, las tradiciones eran fundamentales en la vida estudiantil. Una de ellas era la casa abierta, un evento organizado por los alumnos de último semestre que se asemejaba a una exposición o feria. Esta celebración brindaba la oportunidad a los estudiantes de mostrar todo lo que habían aprendido a lo largo de su carrera, a través de actividades interactivas, concursos y exhibiciones temáticas.
El evento era uno de los más esperados entre los estudiantes de semestres inferiores ya que podían tomarse el día libre para visitar el resto de facultades y disfrutar de las diversas atracciones. Era una oportunidad única para conocer más de cerca las especialidades y habilidades de sus compañeros mayores, así como para socializar y divertirse en un ambiente festivo.
La feria se llevaba a cabo en el nuevo campus universitario, donde se instalaban carpas y stands decorados. Cada facultad tenía asignada su área correspondiente, y los estudiantes se esmeraban en presentar demostraciones impactantes y desafíos emocionantes para captar la atención de los visitantes, desde juegos deportivos hasta experimentos científicos, pasando por muestras de arte y proyectos tecnológicos innovadores
Mientras Usopp se dirigía hacia las canchas, sentía que el corazón le iba a explotar en el pecho. Si bien podía echarle la culpa al esfuerzo físico que implicaba subir la cuesta, sabía que guardaba un par de razones más detrás de su inquietud.
Se adentró al lugar cercado esquivando a algunos alumnos que todavía se encontraban preparando sus stands y a lo lejos logró divisar a Zoro, quien colgaba sobre una malla algunos peluches, snacks y premios varios. El muchacho portaba una sonrisa amplia y de vez en cuando soltaba una que otra carcajada ante el comentario de alguno de sus compañeros. Usopp se quedó pasmado mirándolo mientras se preguntaba cómo alguien podía lucir tan radiante y relajado en medio de todo el caos y sonrió. Quería quedarse allí, solo viéndolo, pero justo en ese instante, como si el destino jugara a su favor, sus miradas se encontraron. Un torrente de emociones recorrió el cuerpo de Usopp, sintiendo un centenar de mariposas revolotear en el estómago. Por un instante quiso salir corriendo, pero su cuerpo entero no respondió al ver que Zoro se aproximaba trotando.
Lo primero que sintió fue los brazos de su amigo envolverlo y se olvidó de la manera correcta de respirar. Se aferró al abrazo con más fuerza que en anteriores veces sin atreverse a romper el contacto,
—¿Estás bien? —Si había alguien que pudiera darse cuenta de que le sucedía algo, ese era Zoro.
—Estoy bien —respondió mientras se separaba.
Verlo a los ojos fue su perdición. El corazón, que ya le latía con fuerza, se disparó aún más y pensó que podía morir de un momento a otro, sin embargo, lejos de sentir miedo, era una sensación que lo reconfortaba… una emoción que le hacía pedir por más.
—¿Me estás escuchando? —Los ojos preocupados de Zoro se clavaron en Usopp y este se sintió desnudo.
—¿Qué?
—Te decía que me falta acomodar algunas cosas en el stand y… ¿Seguro que estás bien?
—Si, lo siento, lo que pasa es que… —Trataba de encontrar alguna excusa que dejara tranquilo a Zoro.
—Sabes que puedes contarme lo que sea. —Nuevamente esos ojos que lo hacían hablar de más.
—Lo que pasa es que yo… —Sentía un nudo en la garganta, pero se obligó a seguir hablando. —, yo… tengo un amigo que no sabe lo que está sintiendo y…
—Oye, Roronoa ¿Te vas a quedar ahí coqueteando o vas a ayudarnos? —Un joven que estaba subido a una escalera gritó un tanto molesto.
—¿Podemos hablar luego? Tengo que terminar de acomodar las cosas. —Zoro alzó la mano en dirección al joven de la escalera y sacó el dedo medio.
—Claro, no te preocupes.
—¿Me ayudas? Así acabo rápido y podemos dar una vuelta si quieres. y cuando termine el festival, podemos ir a comer al "Baratie".
La propuesta de Zoro logró arrancarle una sonrisa.
Las puertas del campus por fin se abrieron para todo el público y las actividades de ese día darían comienzo. La música animada llenaba todo el campus mientras los altavoces de cada stand anunciaban sus actividades.
El lugar de Zoro era. un gran escenario montado que simulaba un hipódromo, con una pista de carreras cuidadosamente trazada. La temática era original y llamativa: una carrera de caballos donde los roles se invertían. Las jinetes eran mujeres jóvenes y fuertes, mientras que los "caballos" eran hombres atléticos y entusiastas, todos ellos estudiantes destacados del departamento de Educación Física.
El escenario estaba adornado con banderas de colores ondeando al viento y guirnaldas que añadían un toque festivo. La multitud se congregaba alrededor, ansiosa por participar en esta emocionante competencia. Los asistentes se agolpaban frente a la valla de seguridad, sosteniendo en sus manos las pelotas de colores brillantes que usarían para lanzar.
Justo frente a la pista de carreras, se encontraban varios huecos numerados, cada uno con su respectivo puntaje. Cada vez que un asistente lograba acertar una pelota en uno de los huecos, los "caballos" avanzaban un número determinado de pasos hacia la meta, así quien lograba llegar en primer lugar ganaría el premio mayor.
—Te prometo volver para mi turno. —Zoro conectó el parlante mientras hablaba con el mismo estudiante de la escalera.
—Pero si no vuelves…
—Si no vuelvo a tiempo, seré caballo lo que resta de la tarde.
—Está bien, pero si te saltas tus responsabilidades le diré a Smoker.
—Lo sé,lo sé… Entonces ya vuelvo.
Zoro tomó a Usopp de la mano y prácticamente lo arrastró hacia la otra sección de la cancha en donde se encontraba el espacio de los estudiantes de gastronomía en donde fueron recibidos con un coctel de frutas.
—Me estabas contando algo de un amigo tuyo. —Zoro retomó la conversación mientras daba un sorbo al pequeño coctel.
Usopp, en un intento de evadir el tema, se apresuró hacia una de las mesas en donde había una variedad de exquisitos bocadillos dulces y salados dispuestos de manera tentadora. Miró fugazmente a Zoro, tratando de encontrar una excusa para desviar la conversación hacia algo más superficial.
—Me encantan estos dulces —Tomó una trufa de chocolate y se la llevó a la boca. —. Maracuyá… ¿Los has probado?
—No… —Tomó una pieza y la saboreó. Sus ojos se encendieron al sentir la textura suave y cremosa deshacerse en su boca. —. Están buenísimos. Le voy a llevar algunos a Franky ¿por qué no le llevas algunos a Perona? hablando de eso ¿Dónde está? no la he visto en…
—Debe estar estudiando. —interrumpió bruscamente mientras caminaba en dirección a las canchas.
—¿Están enojados? —preguntó con cautela siguiéndole el paso.
A pesar de sus esfuerzos, parecía que todo apuntaba a tener esas conversaciones que no quería tener.
—Para nada —Optó por mentir. —, solo estamos dedicándonos a estudiar para los exámenes finales, nos hemos descuidado un poco por… —¿Qué carajos pretendía decirle?
—Claro, entiendo.
Lo que Usopp había notado era ¿desilusión?
—¿Estás estudiando para los exámenes finales? —Trató otra vez de desviar el tema.
—¿Tú qué crees?
—Te puedo ayudar de nuevo.
—¿Seguro?
—Si, no seas necio. Por cierto, ¿Ya tienes todo listo para egresar?
—Me falta el lugar de las pasantías… Me están ofreciendo un puesto en mi pueblo natal, pero…
—¿Tendrías que regresar a tu casa? —El corazón de Usopp volvió a acelerarse. El hecho de imaginarse despidiéndose de él, lo inquietó.
—Si no encuentro algo por aquí, lo más probable es que sí.
—Zoro… —Tragó saliva y para después tropezar con sus propias palabras y pensamientos — Tú me… tú me… tú me preguntabas lo de mi amigo, ¿no?
—¿Lo de tu amigo?
—Si… Te contaba que está sintiendo algo my fuerte por una persona cercana, pero no sabe qué es. —Sentía que iba a morir en cualquier momento.
—Ah, si, me quedé pensando en eso. Es Coby, ¿no?
—¿Cómo que Coby?
—Bueno, no te conozco otros amigos hombres aparte de él. Era obvio.
Usopp estuvo a punto de rebatir, pero no valía la pena, de todas formas, tampoco estaba de ánimo de seguir inventando mentiras. Decidió tomar la oportunidad.
—Está bien, pero no le digas nada.
—¿Qué pasa con él?
—Conoció a alguien hace no mucho tiempo y… No sé, está muy confundido cuando está cerca de esta persona y no sabe lo que siente.
—Oye, ¿no es lo mismo que te pasaba con Perona? — Tomó a Usopp del brazo para llevarlo por otro camino.
—No, no es lo mismo —dijo con bastante seguridad, tanta, que tuvo que corregirse enseguida ante la mirada sorprendida de Zoro. —. Es decir, yo dudaba mucho con ella… sigo dudando. —dijo lo último con un hilo de voz.
—¿Qué es lo diferente?
—A él le gusta pasar mucho tiempo con esta otra persona… No sé cómo explicarlo, pero sé que es diferente.
De pronto el ambiente entre ellos se volvió tenso y optaron por caminar en completo silencio hasta que lograron divisar el cartel de la facultad de ingenierías.
—Franky dijo que teníamos que venir a ver su proyecto o si no, no nos hablaría nunca más en su vida. —Zoro adelantó el paso.
—¿Y le crees?
—No, pero es capaz de mandarme a cocinar toda la semana.
Entraron al coliseo y entre la multitud, Zoro buscó el stand de Franky y en cuanto lo ubicó, alzó las manos para llamar su atención. Franky correspondió el saludo y lo llamó. A medida que el par se acercaba, reconocieron a Coby sentado a un costado.
—Hablando del rey de Roma. —Exclamó Zoro divertido. —¿No tendrías que estar disfrutando de la feria? —preguntó en cuanto estuvo cerca mientras chocaba puños con sus dos amigos.
—Franky puede ser muy persuasivo cuando quiere. —Suspiró resignado.
—Créeme que te entiendo.
Franky codeó a Coby un par de veces y este pareció reaccionar.
—Chicos ¿Quieren probar el proyecto de Franky? .
—Para serte sincero, tengo miedo.
—¡Oye! ¿No confías en las capacidades de tu amigo?
—Pues no… Solo te la pasas jugando, en fiestas o durmiendo. Lo siento, no me voy a subir a esa cosa. —Zoro señaló una alfombra blanca con varios círculos de colores acomodados ordenadamente.
—No, no. En serio si funciona. Yo lo probé en carne propia, en todas sus versiones. —Coby se levantó del asiento, dispuesto a probar el juego una vez más.
—Ya… Nos quedó clarísimo. —dijo Zoro mientras miraba a Usopp. —¿Quieres intentarlo?
—¿Qué es eso? —preguntó mientras miraba a Coby, rogando porque a nadie se le vaya la lengua, caso contrario, quedaría completamente expuesto.
—¿Conocen el juego twister? —Franky adoptó una postura más seria. —. Es un juego de mesa que consiste en un tapete con círculos de diferentes colores y una ruleta que indica qué parte del cuerpo y en qué color se debe colocar cada jugador. Los jugadores deben moverse y retorcerse para colocar sus manos y pies en los círculos designados sin caerse.
—Eso ya lo sabíamos, genio.
—¿Me vas a dejar terminar mi exposición? —Franky hizo rodar los ojos al tiempo que Zoro le hacía un gesto con la mano incitandolo a seguir. —. Está bien. Como somos estudiantes de ingeniería, quisimos darle un giro divertido al asunto. Cada círculo tiene un sensor que se desactiva al momento de sentir presión sobre el mismo, pero si se deja de ejercer presión se activa una alarma y cuando esto sucede, el juego termina.
—¿Qué dices? —Tomó a Usopp de los hombros provocando que Coby y Franky se miraran expectantes.
—Suena divertido. —La verdad es que no le gustaba la idea para nada, pero estaba dispuesto a hacer lo que sea con tal de salir de ese lugar lo más pronto posible.
—Las reglas son simples. El marcador automático dará la vuelta indicando que extremidad deberán poner en cada color y lo irá registrando en su memoria interna y cuando las alarmas suenen, tendremos un ganador.
Los primeros movimientos fueron fáciles: Poner el pie derecho sobre el color verde, poner el pie izquierdo sobre el color azul.
—Creo que ya sé quién le gusta a Coby. —dijo Zoro aprovechando que el siguiente movimiento lo posicionaba cerca de Usopp. —. Es Franky, ¿no?
—¿Qué? Estás loco, eso no es verdad…
—No trates de cubrir a tu amigo ¡Es obvio! Está aquí acompañándolo a pesar de ser su día libre, busca cualquier pretexto para tocarlo y míralos… Se ríen juntos por cualquier bobería.
—Solo te estás imaginando cosas. —Usopp optó por esconder el rostro aprovechando que la posición en la que se encontraba era un poco más complicada.
—Son la clara representación de tensión. Si ese par no se gusta, no sé lo que hay entre ellos. —El twister marcaba mano derecha sobre amarillo y la única manera de llegar hacia allí era pasando por encima de Usopp, quedando así enfrentados.
—¿Una buena amistad? —dijo con el corazón en la garganta.
—Nah —Zoro se aproximó más a Usopp buscando un mejor equilibrio. —. Ahí hay algo más, aunque Franky es hetero… A menos que sea bisexual.
Para ese punto, Usopp no sabía si Zoro era demasiado tonto como para no darse cuenta que ellos mismos se encontraban en la situacion que describía. Era increíble que no se diera cuenta de lo nervioso que estaba porque ahora le tocaba pasar una pierna por encima del cuerpo, y el simple roce lograba aumentar la tensión que sentía. Capaz era él solo quien se sentía así de incómodo, no veía a Zoro molesto por tener a Usopp abajo de él en una posición indecorosa.
Usopp, cohibido por la cercanía, quiso alejarse un poco, sin embargo, lo único que logró fue caer estrepitosamente sobre el tapete.
—¡Tenemos un ganador! —gritó Franky por el altavoz y le extendió a Zoro un peluche azul para luego susurrar. —No me des las gracias, vi que disfrutaste mucho de estar sobre Usopp.
Zoro estuvo dispuesto a responder cualquier cosa, pero fue interrumpido por una voz a lo lejos.
—Roronoa, te toca ser caballo lo que resta de la tarde.
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Las desventajas de trabajar en un restaurante eran varias y mucho más siendo mesero. Debía tomar las órdenes de una infinidad de mesas, no confundirse con los pedidos, llevar bandejas complicadisimas de transportar y de ser necesario, a veces le tocaba incluso lavar los platos.
Sanji no podía quejarse, su situación pudo haber sido mucho peor, pero supuso que tenía suerte. No solamente no había tenido que empezar a trabajar en el lugar como lavaplatos, si no que a veces tenía la oportunidad de encargarse de uno que otro platillo cuando la demanda así lo ameritaba. Quizás eso lo consolaba. Si bien todavía estaba lejos de cumplir su sueño de ser el dueño de su propio restaurant, al menos estaba un paso más cerca de lograrlo.
Puso un par de platos con sus respectivas bebidas sobre una bandeja redonda que simulaba la plata y salió de las cocinas cuidando conservar la elegancia y el equilibrio. Se aproximó a la mesa junto al ventanal que daba hacia el parque y con bastante destreza depositó sobre ella primero una botella de soda de limón, luego un vaso de agua mineral seguido de un platillo de pollo teriyaki y un pescado a la plancha.
—Muchas gracias. —dijeron al unísono dos de los mejores clientes del lugar.
—Siempre es un placer atenderlos. No duden en llamar si necesitan algo más.
—¿Por qué tanta seriedad? —Bromeó Zoro.
—Porque Zeff ya me regañó. —susurró por lo bajo antes de retirarse.
Hablando de su trabajo de mesero, admita que también tenía sus ventajas. Le gustaba ver a las personas interactuar entre ellas, la manera en la que se comunicaban y en sí, todo el lenguaje no verbal que manejaban, así se podía dar cuenta de la clase de relación que ciertas personas tenían y a eso lo complementaba haciéndoles preguntas discretas que terminaban por confirmar o descartar sus suposiciones. Si bien era una especie de hobbie retorcido que lo entretenía durante los minutos muertos, en ese momento le estaba sacando provecho para asuntos un poco más personales.
Sanji regresó hacia el sitio detrás de la barra, esperando pacientemente a la llegada de un nuevo cliente o que alguno de los comensales solicitara su presencia y desde allí se dedicó a observar a los dos jóvenes. Podía notar que existía una tensión no resuelta entre ellos. Había algo en la forma en la que se miraban, en sus gestos sutiles como estar inclinados el uno hacia el otro, los roces intencionados que a veces surgían cuando trataban de alcanzar el salero, sin embargo, estaba decidido a cortar ese lazo.
Aprovechó que uno de ellos fue hacia el baño para hacer su siguiente movimiento. Agarró uno de los postres que se exhibían en la barra y con paso firme pero rápido se aproximó a la mesa.
—Cortesía de la casa —dijo depositando el platillo delante de Zoro.
—¡Gracias! —No pudo contener una sonrisa. —, pero ¿por qué?
Sanji le dirigió una mirada cautivadora.
—Por ser clientes habituales —respondió con una pizca de coquetería. —Pero además, algo en ti me resulta familiar. ¿Nos conocemos de algún otro lado?
Zoro se quedó pensativo, intentando recordar si habían cruzado caminos anteriormente.
—No lo creo… me acordaría de ti. —dijo mientras hundía la cuchara en el postre y probaba su dulce sabor.
Sanji sonrió, satisfecho por el efecto que estaba logrando.
—Hmm, ¿Quizás coincidimos en el "Tantros"? Es un bar bastante conocido en la ciudad —sugirió, con una leve inclinación de cabeza.
Los ojos de Zoro se abrieron ligeramente, sorprendido por la mención del lugar.. El "Tantros", era un bar gay reconocido por su ambiente animado y acogedor.
—¿Tú también vas el "Tantros"? —preguntó Zoro, interesado y curioso.
Sanji asintió con una sonrisa enigmática.
—Digamos que es uno de mis lugares favoritos para disfrutar de buena compañía y música. ¿Quién sabe? Tal vez nos hemos cruzado en medio de la diversión y no lo hemos notado. Quizás nos volvamos a encontrar allí algún día.
—No he ido en un tiempo, pero sí, quizás algún día.
Sanji estuvo a punto de hacer un nuevo movimiento pero optó por adoptar una postura más seria en cuanto vio a Usopp salir del baño.
—Nos regalaron un postre de cortesía. —Festejó Zoro mientras extendía el plato hacia adelante.
—¡Muchas gracias! —Tomó la misma cuchara y probó el postre. —. Me encantan los sabores ácidos. Es mora, ¿verdad?
Sanji asintió complacido.
—Se me está ocurriendo algo. —Sanji apoyó la bandeja sobre la mesa. —. ¿Y si les invito a tomar un trago? veo que Usopp percibe muy bien los sabores y quiero poner a prueba su paladar.
—Ah no… no quieres hacer eso. —Se burló Zoro.
—¿Por qué? —preguntó Sanji divertido.
—Aquí mi amigo tiene baja tolerancia al alcohol.
—Acepto —dijo Usopp poniéndose de pie, no le agradó para nada la burla de Zoro y tuvo la necesidad de no quedarse atrás. —. ¿Dónde y cuándo?
—Mañana, en el "Tantros".
—¿Sabes? Mejor lo dejamos para la siguiente semana. Debemos estudiar para los exámenes. —propuso Zoro al ver que Usopp iba en serio.
—Claro… Por mi no hay problema, yo estoy libre. ¿Me dan sus números de teléfono? Así nos organizamos.
Sanji regresó a su lugar habitual detrás de la barra y mientras fingía que acomodaba las copas sonrió triunfante.
Si bien podía notar que entre los dos jóvenes existía algo, eso no le preocupaba demasiado, después de todo, gracias a su costumbre enfermiza de escuchar las conversaciones de los demás, había descubierto que Usopp tenía novia y que en general estaba rodeado de mujeres bonitas, así que la probabilidad de que esos dos se vieran envueltos en una relación era por demás escasa, sin embargo, no estaba dispuesto a correr el riesgo, así que tendría que apresurar su plan de conquista.
Continuará
No tienen una idea de todo el drama que fue escribir este capítulo, y como digo, a veces suceden cosas que me alargan la trama, pero creo que es algo lindo, porque los personajes pueden desarrollarse con mucha más naturalidad y crear distintas interacciones que completan todo lo que está sucediendo.
Estuve conversando mucho con Dita (Hessefan) estos días y sin querer me dio varias soluciones a muchos problemas que no sabía cómo resolver y aparte hizo que me diera cuenta de un hueco en la trama que no sabía cómo llenar (Lo van a ir descubriendo conforme pase el tiempo) Sin embargo, eso me mete en otro problema y es que necesito un personaje más… me estoy devanando los sesos en este proceso XD.
¿Cuál fue su parte favorita de este capítulo? El mío definitivamente fue el twister. No podía dejar de reírme en todo lo que me demoré escribiendo la escena, yendo desde las sospechas (erróneas, por cierto) de Zoro hasta Usopp estando todo nervioso debajo de Zoro.
Recuerden que tengo varias redes sociales, "Chisheccid fanfics" en todas ellas. En facebook es donde estoy más activa, por ahí les cuento chismecito, les dejo adelantos, hago dinámicas, sorteos y además, pueden pedirme historias personalizadas, toda la info la encontrarán allí.
Nos vemos en el siguiente capítulo.
