Disclaimer: Todo del One Piece, el resto es de Oda.
…
Notas de la autora: Pido perdón por adelantado.
Canción: Tightrope-LP
…
Lo que tuvimos que hacer
Capítulo 20: Desde la cuerda floja
—¿En serio? —Franky cerró la puerta del departamento y se puso delante de ella.
—Pues si, no le veo nada de malo.
—Usopp es malísimo bebiendo, y lo sabes.
—Bueno, se va a terminar acostumbrando tarde o temprano
—No puedes estar hablando en serio.
—Claro que no, imbécil. Lo voy a estar cuidando.
—Ok, supongamos que haces un buen trabajo cuidándolo… ¿Qué hay de ese tal Sanji?
—Tampoco le veo lo malo.
—Se nota a leguas que quiere contigo.
—¿Y? Estoy soltero, Sanji me gusta y…
—¿Qué hay de Usopp?
—Si, lo admito, estoy enamorado hasta el culo, pero él es hetero, tiene novia y yo debería superar esta tontería.
Franky estuvo a punto de decir algo más, pero se mordió la lengua al recordar las palabras de Coby.
—Al menos pregúntale sobre Perona.
—¿Sabes? Cada día te entiendo menos. Estar expuesto a todos esos desengrasantes y químicos te está afectando la cabeza, y ya muévete, Usopp me está esperando.
—Solo prométeme que no vas a hacer una estupidez hoy.
—Tranquilízate, no soy tan bestia para cogerme a Sanji en la primera salida, y menos estando Usopp ahí.
—¿Desde cuándo eso te interesa? Antes…
—Fran… No lo digas.
…
El clima no era malo, sin embargo, el frío de la noche se posaba poco a poco sobre los hombros de los dos jóvenes que caminaban por la calle empedrada que daba a la plaza principal. Las farolas se habían prendido hace un par de horas y se podía escuchar el bullicio de las personas y los bares a lo lejos.
—¿Otra vez nervioso? —Zoro codeó a Usopp de manera amigable. —. Si no querías venir, solamente no veníamos.
—Pero tú querías venir. —Metió las manos en el bolsillo de su hoodie.
—No debes hacer las cosas porque las otras personas quieran. Debes querer hacerlas tú, porque quieres tú.
—Es que si quería venir, pero…
Zoro tomó el brazo de Usopp y lo obligó a sacar la mano del bolsillo para luego examinarle los dedos.
—No te estás lastimando ¿verdad?
Usopp negó fervientemente con la cabeza mientras sacaba el fidget cube de su bolsillo. Zoro sonrió al ver el cubo que le había comprado.
—Entonces… ¿Quieres seguir con esto? Puedo llamar a Sanji para inventarle una excusa. —Los ojos oscuros de Zoro se clavaron en la mirada del otro esperando por la respuesta. Usopp, intimidado por la expresión de su amigo, corrió la vista hacia la calle.
—Voy a estar bien, en serio. Vamos, ya casi llegamos.
Zoro soltó el agarre y Usopp se adelantó un par de pasos para huir de esos ojos que últimamente le hacían dudar hasta de su existencia.
Zoro caminó detrás de él sintiendo unas inmensas ganas de rodearlo entre sus brazos, sin embargo, se había prometido a sí mismo controlarse y lo iba a cumplir costase lo que costase. Había notado a Usopp distante y distraído en toda la semana de exámenes, pensó que quizás era el estrés por estar terminando su penúltimo semestre, pero mientras más lo veía, podía sentir que algo más estaba sucediendo, de pronto recordó las palabras de Franky y supo que era la oportunidad perfecta para disipar todas sus dudas.
—¿Me vas a contar lo que te pasa? —dijo en cuanto lo alcanzó.
—He estado pensando —Pausó por un momento antes de continuar. —. La vida está en un constante cambio ¿Te has dado cuenta?
Zoro frenó en seco, un poco asustado.
—¿Qué quieres decir?
—Antes, mi vida era igual siempre. Estudiaba,iba a casa, hacía deberes, leía y me iba a dormir. A veces salía con Kaya a comer pizza y… Creo que estoy abrumado por tantos cambios. No pensé que una persona como yo podría tener tantos amigos…
—¿A qué te refieres con eso de "una persona como yo"?
—¿Aburrida? ¿Sin gracia? ¿Lleno de traumas?
—Usopp.
—Espera. Me estoy desviando del tema. Quiero decir que en estos últimos meses he hecho más cosas que en toda mi vida.
—¿Por ejemplo?
—Tuve mi primera borrachera.
Zoro no pudo evitar reír con ganas.
—Bueno, si, es cierto. ¿Qué más?
—Vi un partido de fútbol en un bar lleno de gente —Dudó un poco al decir la frase, sin embargo, la sonrisa de Zoro lo animó a seguir hablando. —, y ahora estoy a punto de ir a un bar gay.
—¿Y Perona no te dijo nada? —Era la oportunidad perfecta, no la iba a desaprovechar.
—¿De? —La voz le tembló. La repentina mención de la muchacha hizo que el estómago de Usopp diera un vuelco.
—De que vengas a un bar gay… parecía molesta cuando descubrió que yo…
—No dijo nada. —Un millón de pensamientos se posaron sobre su cabeza, pero ninguno parecía tener coherencia.
—¿Seguro que están bien? No los he visto juntos últimamente y parece que por alguna razón me odia.
Usopp había estado buscando el momento adecuado para contarle a Zoro acerca del estado de su relación con Perona, pero eso implicaría explicarle todo lo que había sucedido, y para ser sincero, todavía no estaba seguro de lo que sentía con respecto a Zoro. No tenía ganas de explicarle nada a nadie, así que decidió seguir con la mentira.
—Prometimos que nos enfocaríamos en nuestros estudios y después de eso…
—Entiendo, entonces ¿No deberías estar con ella en vez de conmigo?
Usopp quiso huir en ese momento al quedarse sin excusas, pero para su fortuna, Sanji se acercó a ellos.
—Hola, chicos —saludó Sanji con una sonrisa encantadora—. Me alegra que hayan venido. Bienvenidos a mi lugar favorito.
Sanji les dio la mano a ambos, pero se demoró más con Zoro, apretando su palma con calidez.
—Gracias por invitarnos. —dijo Usopp mientras miraba la fachada llena de luces de colores. —. Es un lugar muy… bonito.
—¿Bonito? —repitió Sanji con incredulidad—. Es el mejor bar gay de la ciudad. Aquí encontrarás todo lo que quieras: diversión, música, bebida, amor…
Sanji miró a Zoro intensamente provocando que este solamente desviara la mirada. Sanji sonrió triunfante.
—Entonces ¿Entramos? —Zoro recuperó la compostura. Tenía que admitir que la sensualidad que desprendía Sanji era innegable y estaba seguro de que en otras circunstancias no hubiera dudado en saltar sobre él. Cayó en cuenta de que esa no era la primera vez que tenía ese tipo de pensamientos con respecto al rubio y movió la cabeza tratando de disipar esas imágenes de su cabeza para luego mirar a su amigo. ¿Por qué había permitido que todo se complicara hasta ese punto? Debió dar un paso a un lado desde que se percató de sus sentimientos por él y no alimentar esa tonta ilusión con cada maldita interacción entre ellos.
El trío entró al bar que para esas horas en la noche, estaba a reventar. El aire caliente les pegó de lleno en la cara y las luces de colores los cegaron por breves segundos. Mientras más se adentraban, podían sentir esa vibra única que desprenden las personas cuando están en el punto más alto de emoción y cuando por fin encontraron una mesa vacía, se precipitaron hacia ella.
—La primera ronda corre por mi cuenta —Sanji se acercó a los otros dos para hacerse escuchar. —. No me tardo.
Sanji se abrió paso entre la multitud hasta llegar a la concurrida barra. Allí, esperó pacientemente su turno mientras observaba al par de amigos, estudiándolos. Podía notar la manera en que Usopp buscaba el contacto físico de su amigo, mientras que a Zoro lo podía ver un tanto confundido. Era como si quisiera claudicar ante las atenciones del moreno, pero a la vez luchaba consigo mismo.
Tendría que dar el segundo paso esa noche.
Para empezar, pidió tres cocteles de diferentes frutas. Dejaría que el licor le facilite las cosas.
Usopp terminó de beber el quinto coctel de la noche y se apoyó contra el respaldar de la silla. Desde ahí pudo ver con asombro y curiosidad a parejas del mismo sexo besándose, abrazándose, bailando, riendo. Algunos hombres le parecían muy guapos, otros no tanto. Pero todos le parecían felices. Miró a Zoro que movía la cabeza al ritmo de la música mientras sonreía ampliamente y, quizás un poco influenciado por lo que veía a su alrededor se aproximó más hacia su amigo.
Reconoció al instante ese calor único que despedía el cuerpo de Zoro y la fragancia dulzona de su perfume favorito. Tembló ante la cercanía de su pecho, a ese al que tantas veces se había aferrado cuando el mundo parecía desmoronarse a sus pies. Respiró una, dos, tres veces, tratando de encontrar ese trozo de valentía de la que tanto carecía.
"Es ahora o nunca…" Volvió a recitar una de las últimas frases de su libro favorito y de pronto sintió un nudo en la garganta y una opresión en el pecho. No sabía qué hacer ni qué decir. Solo sabía que quería estar con Zoro, y que nadie más le importaba. Tenía que decírselo… No, necesitaba decírselo o de lo contrario el nudo en su pecho se apretaría mucho más hasta dejarlo sin aire.
Levantó la mirada para encontrarse con esos ojos oscuros que sin planearlo lo estaban llevando a la locura y ante la sonrisa cálida del otro se sintió como una pluma que descendía lentamente hasta colgarse de una cuerda floja.
"Ahora o nunca" se repitió mentalmente mientras se acercaba más a Zoro en busca de un contacto más íntimo. Anheló llegar a uno de esos abrazos que solían compartir en esos minutos muertos cuando parecía que no existía nada más en el mundo, así que abandonó la comodidad de su silla para abrirse paso entre las piernas de su amigo. Escaló los pectorales un poco indeciso hasta llegar a los labios suaves y calientes del otro, al principio un poco sorprendidos por la repentina invasión, pero luego gustosos de recibirlo. Ambos se sumergieron en un beso apasionado, mientras la juguetona lengua de Zoro exploraba su boca con traviesa complicidad. Pudo percibir el aliento fresco y mentolado del último coctel de menta que habían bebido, y se aferró con más fuerza a sus brazos, deleitándose con las nuevas y embriagadoras sensaciones que le arrancaban suspiros profundos.
Se separó de Zoro un poco aturdido por la mezcla de sentimientos y cuando estuvo a punto de decir algo, la mano del joven se posó sobre su hombro.
—¿Quieres ir a bailar? —Zoro hablaba a los gritos debido al alto volumen de la música.
—¿Qué? —Movió la cabeza en todas las direcciones solamente para darse cuenta que seguía sentado sobre su silla… Todo había sido una mala jugada de su mente.
—Que si vamos a bailar un poco. —gritó con un poco más de fuerza en la voz.
—¿Bailar contigo?
—Con nosotros, los tres. —Zoro hizo un gesto con toda su mano tratando de hacerse entender. Usopp, que todavía se encontraba confundido, no podía articular palabra. —Eso es un no, ¿verdad?
Usopp intentó por todos los medios hacerle entender que primero quería conversar con él, pero al mismo tiempo todo se sentía incorrecto. La imagen de Perona invadió su mente y supo que debía terminar esa relación primero antes de pensar en cualquier cosa. Zoro seguía diciendo algo que Usopp no alcanzaba a comprender y a lo que intuyó que era una pregunta, asintió fervientemente. Lo último que vio Usopp fue como Sanji y Zoro se dirigían hacia la pista de baile.
¿Qué carajos había sucedido?
Minutos atrás, Zoro se encontraba también sumergido en sus propios pensamientos. A pesar de que se había comprometido a disfrutar de esa noche, lo cierto era que una vocecita molesta seguía resonando dentro de su mente. Veía a Usopp nuevamente sumergirse en ese estado de distanciamiento en el que había estado toda la semana y no pudo evitar preguntarse si estaba haciendo lo correcto. Zoro sabía, porque no era estúpido, que Perona intuía sobre sus sentimientos. Quizás le haya dado un ultimátum a Usopp o alguna de esas costumbres tóxicas de las parejas, idea que cobró firmeza con la conversación mantenida con Franky hace escasas horas. Volvió a mirar a su amigo y de pronto hicieron contacto visual. ¿Por qué Usopp le hacía sentir que todo estaba bien? No podía mirarlo a los ojos sin sentir que sus pies se elevaban en el aire y que todo su sentido común se viera afectado.
—¿Te gusta bailar?
La repentina cercanía de Sanji le hizo saltar. Pudo sentir el aliento cálido del mesero sobre su oído y nuevamente llegó a replantearse todo lo que había pensado.
—Si, me gusta. —Correspondió la clara señal de coquetería en un intento desesperado por tomar control de su consciencia.
—¿Vamos? Es mi canción favorita.
—Claro… Oye Usopp ¿Quieres ir a bailar?
—¿Qué?
—Que si vamos a bailar un poco. —No pudo hacer nada para evitar que su voz sonara frustrada.
—¿Bailar contigo? —¿Qué carajos era esa respuesta?
—Con nosotros, los tres. —Hizo un gesto con toda su mano tratando de hacerse entender, pero al ver que Usopp no reaccionaba, decidió darse por vencido.. —Eso es un no, ¿verdad?
A pesar de la negativa, quiso aferrarse a la esperanza.
—Usopp… Será divertido. —Presionó un poco más.
—Parece que no le gusta. Oye Usopp, ¿Te importa quedarte cuidando la mesa? —dijo Sanji mientras agarraba a Zoro por el brazo.
—¿Quieres quedarte cuidando la mesa? —repitió Zoro al percatarse de que quizás Usopp no podría escuchar a Sanji debido a la distancia, y ante la afirmación casi desesperada, Zoro dio la vuelta para marcharse con Sanji hacia la pista de baile.
Mientras bailaban, Zoro se obligó a dejar atrás todas las emociones y se dejó llevar por el ritmo de la música. Hace mucho tiempo que no se permitía disfrutar de esa manera y simplemente se entusiasmó. Rodeó la cintura de Sanji para acercarlo más a su cuerpo y Sanji correspondió. Estaba claro, había algo allí y Zoro no quería perder la oportunidad, sin embargo, algunas imágenes confusas llegaron a su mente. Pensó en Law y en cómo no había logrado avanzar cuando lo tenía totalmente disponible. Instintivamente miró hacia la mesa en donde Usopp parecía ¿triste? Volvió la vista hacia Sanji y al encontrarse con los ojos claros se apartó de él.
La noche terminó más pronto de lo que cualquiera esperaba. En algún punto la emoción creciente se detuvo por completo y lo más lógico para todos fue regresar cada uno a su casa.
Usopp se recostó sobre la cama, sintiendo todavía los efectos del alcohol recorrer su torrente sanguíneo. Tomó el teléfono celular y abrió la aplicación de mensajería. Como siempre, el contacto de Zoro estaba al principio de toda la lista.
Suspiró para buscar el contacto que más le interesaba. Tuvo que bajar por un par de segundos hasta encontrar la foto de perfil de Nami, pero cuando quiso escribirle, un nuevo mensaje lo hizo desistir.
"Quieres ir a festejar conmigo mañana? Por fin egresé."
"Felicidades! Ya eres la mejor doctora sobre la faz del planeta."
"No exageres. Todavía me falta mucho para lograr ese sueño."
"No seas modesta. A dónde quieres ir? Yo invito."
"Quiero comer la última pizza de mi vida universitaria."
…
—¿Entonces? —preguntó Kaya mientras mordía un trozo de pizza.
—¿Entonces, que?
—Usopp… No puedes engañarme. Estás distraído. Algo te pasa.
—Son ideas tuyas. No me pasa nada. —Bebió de la botella de gaseosa que tenía enfrente.
—Ajá, y yo nací ayer.
Usopp comió un poco de la pizza en su plato, pero desistió de continuar. Si bien la resaca era leve, sus recientes descubrimientos le estaban pegando duro a su sistema digestivo.
—¿Te puedo hacer una pregunta? —dijo después de pensar un poco.
—Claro.
—¿Por qué terminamos?
Kaya, quien iba a darle un nuevo mordisco a la pizza, se detuvo un momento.
—Supongo que no funcionábamos como pareja… Al menos eso sentías tú.
—¿Tú pensabas lo mismo? quiero decir, que no éramos buenos…
Kaya depositó la pizza sobre el plato y lo miró a los ojos. Pudo notar que su amigo se encontraba confundido y preocupado.
—Las relaciones son de dos personas, así que si la una parte…
—Quieres decir que yo fui el problema.
—Primero escúchame y luego sacas tus conclusiones ¿De acuerdo?
Usopp asintió un tanto arrepentido. Tenía que admitir que no se encontraba en su etapa más estable, pero tampoco significaba que le iba a dar un colapso o algo por el estilo.
—Cuando una persona está contigo solamente porque es lo correcto y no porque en verdad lo sienta, es doloroso… Muy doloroso —corrigió. —. Porque una tiende a buscar algo que ni siquiera existe y, antes de que malinterpretes las cosas, la otra persona tampoco puede dar algo que no tiene. ¿Eso resuelve tus dudas?
—Entonces yo no te estaba dando lo que tú necesitabas.
—Y yo tampoco podía darte lo que tú querías.
—Pero Kaya… Tú me diste lo que necesitaba y mucho más…
—Pero no era lo que tú querías. —recalcó efusivamente.
—No entiendo… No entiendo nada de lo que está ocurriendo.
—¿Puedes dejar de evitar el asunto? No vamos a llegar a nada si no me dices lo que…
—Creo que estoy enamorado —Soltó de sopetón, pero enseguida se corrigió a sí mismo. —. No estoy muy seguro.
Kaya sonrió levemente. Al parecer, Usopp por fin lograba darse cuenta de "eso".
—Ajá… Por eso tienes novia ¿no? —A pesar de que sabía a lo que se refería, no tenía la mínima intención de forzar a su amigo.
—No es de Perona… Es algo más complicado que eso. No dejo de pensar en esta persona y… Creo que Perona se dio cuenta. Nos dimos un tiempo hasta que yo pueda descubrir lo que siento… Creo que todos lo saben, incluso Nami… —Usopp se aferró al fidget cube que tenía en el bolsillo para reprimir las ganas de llorar.
—Le dije que no te diga nada. —Kaya suspiró.
—Tú también lo sabías… —No pudo evitar sentirse traicionado. —. ¿Por qué no me dijiste nada? Pensé que éramos amigos.
—Usopp, cálmate. No estábamos seguras de lo que estaba pasando. No quería intervenir, debías darte cuenta tú solo.
Usopp apoyó la espalda sobre la silla y dejó caer los brazos al tiempo que exhalaba.
—No me estás dando las respuestas que necesitaba.
—A ver… ¿Qué querías que te dijera?
—Que estoy confundido, que no puedo estar enamorado de Zoro porque él es un hombre y yo soy un hombre… No puedo estar enamorado de Zoro porque es mi mejor amigo… No puedo… Kaya, no sé qué hacer. — Esta vez no fue capaz de detener sus lágrimas.
—Usopp, uno no manda en sus sentimientos. Solamente te enamoras y ya… Además, ¿qué tiene que ver que Zoro y tú sean hombres?
—Es que es imposible, yo soy heterosexual, siempre lo he sido.
—¿Estás seguro?
—Pues sí, tonta. Eras mi novia, Perona también fue mi novia y… —De pronto, el recuerdo de las palabras de la muchacha le llegó a la mente. —. Kaya, ¿Te acuerdas de lo que pasó en mi cumpleaños?
—Usopp, pasaron muchas cosas ese día.
—Olvídalo… Siento que la cabeza me va a explotar.
—Cálmate. Primero pon en orden tus pensamientos. ¿Me quieres contar qué fue lo que pasó en tu cumpleaños?
—Perona me dijo que nos vio, a Zoro y a mí. Nos íbamos a besar… ¡Nos íbamos a besar! —recalcó alzando los brazos. —. Y hay algo que no te conté. Anoche salí con Zoro y Sanji a un bar gay.
—¿Sanji? ¿El mesero del Baratie?
—Resulta que Sanji también es gay y… No importa. Cuando vi que ellos bailaban, me quise morir… Y antes de que te alarmes, solamente es un decir. No me voy a matar por eso. —Rió nuevamente tratando de esconder su nerviosismo. —. Me imaginé en la pista de baile con él y… No he dejado de fantasear con sus labios.
—Vaya… Esto está escalando muy rápido.
—Y no solamente eso… Anoche, en un arranque de ¿curiosidad? me metí a una de esas páginas para adultos.
Kaya ahogó una carcajada sin mucho éxito.
—¿Y?
—Entendí porque nunca… Supe por qué esa tarde entre tu y yo… No me hagas decirlo.
—Usopp…
—Creo que mi mente es un caos completo —Tembló al pronunciar la frase. —. Y creo que soy gay —Nuevamente la risa nerviosa llegó a sus labios. —, o no sé, la cabeza me va a explotar.
—¿Por qué no pintas?
—Kaya… por favor, no estoy para chistes.
—Estoy hablando en serio. ¿Recuerdas lo que hiciste cuando Robin se ofreció a ayudarte?
—No entiendo qué tiene que ver lo uno con lo otro.
—Sólo piénsalo. No querías regresar a terapia con el psiquiatra, no querías internarte y…
—Me encerré a pintar el cuadro que ahora tiene en su consultorio.
—Exacto.
Usopp pensó un momento y miró a Kaya con el semblante completamente cambiado.
—Tienes razón. Tengo que pintar… Mi cabeza está tan llena de ideas que no puedo pensar con tranquilidad. —Esbozó una sonrisa con una nueva emoción.
Continuará
Sé que más de uno quiere matarme… Pido perdón.
Saben que tengo mil redes sociales, en todas ellas estoy como "Chisheccid fanfics". Me ayudarían si me siguen, así también se enteran de chismecito sobre mis proyectos, adelantos de textos y muchas cosas más, incluso pueden pedirme historias.
Nos vemos en el siguiente capítulo.
