Disclaimer: Todo de Oda
…
Notas de la autora: Solo les voy a decir que este es uno de mis capítulos favoritos.
Canción: Under the influence-Vidken (Sé que el autor original es otro, pero prefiero poner el cover por asuntos personales)
…
Lo que tuvimos que hacer
Capítulo 21: Cuando el cuerpo habla
Usopp llegó a casa sintiendo como sus fuerzas se renovaban, después de todo, Kaya tenía razón.
Lanzó la mochila hacia una esquina aleatoria de la inmensa sala de estar y corrió hacia su habitación para abrir el cajón en donde guardaba un sin fin de carpetas. Abrió una de ellas para sacar una hoja en blanco, sin embargo, un boceto le dio la bienvenida. Usopp tomó la hoja entre sus manos para examinarla mejor.
Era un paisaje con altas montañas y un sol de medio día brillando en lo alto, sin embargo recordó que quería resaltar el pasto… Un pasto verde que se le antojaba acariciar…
Usopp se sentó sobre el piso sin poder contener la risa. Rió a carcajadas al darse cuenta de que Zoro se había ido infiltrando poco a poco en su subconsciente y de paso también en su corazón. ¿Cómo pudo haber sido tan tonto? Había soñado con ese paisaje en más de una ocasión y a pesar de la paz y tranquilidad que le provocaba tener ese sueño, nunca lo relacionó directamente con Zoro hasta ese día. No supo por qué, pero esa repentina revelación en vez de alterarlo, lo llenó de calma.
Sabía exactamente lo que tenía que hacer.
Tomó el boceto con cuidado y se dirigió hacia el garage para alistar todos los materiales que necesitaba. Escogió un lienzo grande, quizás uno de los más grandes que tenía y dibujó sobre él, tratando de ser fiel al primer boceto. Sacó las pinturas para comprobar su estado una por una, pero su creciente emoción se vio interrumpida al comprobar que absolutamente todas se habían secado.
Miró la hora, no pasaban de las diez de la mañana.
—Perfecto. —dijo para sí mismo. —Tengo que ir a comprar.
Sin planearlo siquiera tecleó rápidamente en su teléfono móvil, pero en cuanto quiso darse cuenta, ya era demasiado tarde. El mensaje había sido enviado.
"Me acompañas a comprar unas pinturas? Tengo que pintar un cuadro y no noté que me faltaban."
"Claro
en dónde te veo?"
Para su mala suerte, Zoro respondió antes de darle tiempo de borrar el mensaje.
¿No pudo haber sido más cauteloso? Aún no estaba listo para mirar a Zoro a la cara.
…
Zoro llegó al centro comercial vistiendo un par de jeans un poco desgastados, una camiseta blanca y la camisa anaranjada que Usopp le había animado a comprar aquel día.
—¿Qué estás haciendo? —Se reclamó a sí mismo. —. Se supone que ibas a controlarte más, pero te bastó un mensaje de él y vienes corriendo. Nunca lo vas a superar si sigues así.
Pasó una mano por su nuca al tiempo que trataba de disipar sus pensamientos y cuando por fin pudo recobrar un poco de cordura, miró hacia el frente. Hizo uso de toda su fuerza de voluntad para vaciar la mente y calmarse, pero apenas lo consiguió, sintió una presencia a su lado.
—¿Qué miras? —dijo Usopp como saludo.
—¿Ves esa tienda? — Zoro apuntó hacia el frente, fue lo primero que se le ocurrió.
—Si. —Usopp puso su concentración en el local al que apuntaba Zoro.
—Pues eso, veía esa tienda. —Idiota, imbécil, tarado dijo para sí mismo.
—¿Quieres ir? —¿Por qué Usopp tenía que ser tan amable?
—No… solo la veía. —Zoro suspiró derrotado.
—¿Estás bien? podemos irnos si no te sientes bien.
—Estoy bien. ¿Vamos a comprar las pinturas que necesitas?
Zoro lo miró a la cara y pudo detectar un dejo de nerviosismo.
—Vamos. Olvidé que debo comprar también un par de lienzos y una nueva paleta, la que tengo en casa es un desastre completo.
—Te exigen mucho en la universidad, ¿no?
—¿Qué? Esto no es para la universidad, solo necesito sacar una imagen que tengo desde hace semanas en la cabeza…
—Es la primera vez que te veo comprando materiales para un proyecto tuyo.
—Si… —Usopp tuvo que morderse la lengua para no hablar de más. — ¿Cómo estás llevando la resaca?
—Bastante bien… Ayer casi no tomamos ¿Cómo estás tú?
—La cabeza todavía me da vueltas.
—No fueron más de cinco cocteles, y estaban suaves.
—No fue por los cocteles. Me tomé una cerveza en la mañana. Ya sabes, quise poner en práctica los tips de Franky. —Rió mientras miraba hacia otro lado, lo cierto es que había tenido que recurrir a la cerveza antes de salir de casa, de lo contrario, no hubiera encontrado el valor de ver a Zoro.
—Entiendo…
…
Zoro fingía mirar su teléfono aunque en realidad observaba a Usopp acomodar el gran lienzo sobre un caballete. Era la primera vez que lo veía pintar… De hecho, debería decir que era la segunda vez, ya que lo había conocido pintando, o de hecho, dibujando. Una nueva maraña de pensamientos se enredó en su memoria y trató de recordar aquella primera vez, sin embargo, no podía recordar la expresión que tenía Usopp en ese entonces mientras lo dibujaba, y lamentó muchísimo ese hecho ¿Cómo se vería Usopp mientras pintaba?
Se levantó lentamente mientras el moreno acomodaba las pinturas y su corazón empezaba a acelerarse con cada paso que daba hacia Usopp.
¿Cómo había terminado yendo a su casa?
Ya no importaba nada, ya estaba allí y trataría de disfrutar la compañía de su adorado amigo.
La palabra le dolió en el pecho y supo en ese momento que no podría soportar durante mucho tiempo. O se sacaba ese maldito sentimiento del cuerpo o debería alejarse por el bien de ambos.
Con este último pensamiento en mente decidió que lo mejor sería dar la vuelta y regresar a su hogar. Estuvo a punto de despedirse, pero precisamente en ese momento Usopp dio la vuelta para mirarlo.
—¿Vas a darle una oportunidad a Sanji? —Se sorprendió a sí mismo al formular esa pregunta en voz alta.
—Así que tú también lo notaste.
—Bueno, era algo lógico ¿no? Si no tuviera interés en tí, no nos hubiera invitado a un bar gay. Creo que lo hizo con segundas intenciones.
—Bueno, no creo que haya sido algo lógico como tú dices.
—Entonces ¿Qué otra explicación tienes? Te quiere ligar. — Y fue en ese momento que Usopp supo que la incomodidad que sentía cada vez que imaginaba a Zoro con otros hombres, no eran nada más ni nada menos que celos.
—Ok, ok. Lo admito, Sanji fue bastante claro anoche mientras bailábamos. —Si Zoro tenía las intenciones de borrar sus sentimientos por Usopp, no le quedaba de otra que hablar con él como si fuera un amigo más.
—¿Entonces? —Tragó saliva. Había tenido mucho tiempo para replantearse un sin fin de situaciones que siempre lo llevaban al mismo punto. Nada le aseguraba que Zoro pudiera sentir lo mismo por él.
—Me conoces, ¿verdad? No soy el tipo que se ve envuelto en relaciones duraderas y aunque Sanji me gusta —sintió que se ahogaba al pronunciar las últimas palabras, pero se obligó a seguir hablando. —, no creo que pudiera siquiera intentar algo con él.
Una repentina oleada de alivio invadió el pecho de Usopp. Podía respirar tranquilo, al menos sabía que Sanji, por el momento, no era una amenaza.
—¿Por qué? —Usopp decidió ser un poco más osado.
—Pues, porque con los amigos no se juega. Nunca podría meterme con un amigo, es otra de mis reglas, además de no meterme con nadie con pareja y mucho menos voltear heteros.
Usopp sintió como si esas palabras fueran un golpe bajo.
—¿Consideras a Sanji un amigo? —Usopp dio la vuelta para volver a pintar. Tenía miedo de las respuestas de Zoro, pero algo en su interior le imploraba que siguiera con esa conversación a pesar del dolor que le estaba causando. Se sentía un masoquista.
—No completamente. Solo digo que me gusta ir a comer al "Baratie" y no quisiera volver las cosas incómodas entre él y yo… No sé. —Zoro se sentía atrapado entre la espada y la pared. Allí estaba nuevamente Usopp enviándole señales mixtas, haciéndole dudar de todo lo que hasta el momento conocía acerca de las relaciones intrapersonales y otra vez las malditas palabras de Franky resonaban en su cabeza.. ¿Acaso nadie podía hablar claramente? —¿Y qué me dices tú? Se supone que hoy salías con tu novia.
—Tuvo un viaje de emergencia —mintió. —, así que quizás salgamos mañana, no lo sé… ¿Me ayudas con esto? — dijo lo primero que le vino a la mente, necesitaba desviar la atención hacia otro tema. Aún no quería decir nada, de hecho, quizás nunca le dijera nada a Zoro, después de todo, ya había puesto un límite claro y él cumplía todos los requisitos para hacer desistir a su amigo.
—Claro ¿Qué debo hacer? —Se acercó más a él para mirar el lienzo y nuevamente sintió la necesidad de abrazarlo. Se había acostumbrado tanto a ese tipo de contacto, que se le hacía casi imposible no estar cerca de él sin querer tocarlo. Debería irse a casa antes de provocar una catástrofe.
—¡Perfecto! pero creo que querrás sacarte la camisa, el trabajo con pinturas suele ser muy desastroso —Usopp se despojó del hoodie mientras decía esto último y Zoro no pudo evitar dirigir la vista hacia sus cicatrices. —¿Te molesta?
—Si a ti no, a mí tampoco.
—No me incomoda —Dudó un momento antes de continuar. —. Eres la única persona, con excepción de Kaya, que las ha visto. —Usopp le ofreció una sonrisa tímida, la cual fue suficiente para hacer dudar a Zoro una vez más.
—¿Puedo dejar mis cosas en esta mesa? —Definitivamente no quería irse a casa.
Una melodía tranquila pero alegre empezó a sonar desde un pequeño parlante que Usopp había llevado al antiguo parqueadero que ahora fungía como bodega/taller de arte y después de extender unos cuantos plásticos sobre el piso y algunas cajas, se dispusieron a trabajar.
—Me imagino una puesta de sol, pero el sol no debe ser lo más importante en la composición, quiero que el protagonista sea un pasto verde, lleno de vida, que se vea fresco. —dijo sintiendo que el corazón le iba a explotar. Miró a Zoro con la esperanza de transmitirle eso que todavía no se atrevía a poner en palabras y al no lograrlo, se dedicó a crear un degradado en tonos ocres en la parte superior del lienzo.
—Ok ¿Cómo logramos eso?
—Puedes empezar a rellenar de verde estas secciones. —Usopp señaló un segmento en la parte inferior de la lona extendida sabiendo que esa no era la manera adecuada de lograr el efecto que deseaba, sin embargo, nada podía importarle menos. Solo quería tener a Zoro cerca.
—¿Así de fácil? Tengo miedo de arruinar tu proyecto.
—No importa demasiado el resultado ¿Sabes qué es el arte?
Zoro solo atinó a negar con la cabeza.
—Es la actividad con la que el ser humano recrea, con una finalidad estética, un aspecto de la realidad o un sentimiento, en formas bellas, valiéndose de la materia, la imagen o el sonido.
—¿Ves? yo no sé pintar, te va a quedar feo.
—La belleza es relativa —Usopp tomó la mano de Zoro y depositó en ella un pincel. —. Todos podemos hacer arte. —Sintió su propia respiración acelerarse.
Cruzaron miradas en ese momento y la atmósfera se cargó de un sentimiento que se le parecía mucho al deseo. La brújula emocional interna de Zoro se volvió loca en ese instante. En otra ocasión, con otra persona, esa sería exactamente la señal que hubiera esperado para avanzar un paso más, pero con Usopp todo era demasiado confuso.
—¿Esto también es arte? —En un intento de volver las cosas a la normalidad, empapó el pincel en la mezcla anaranjada que descansaba sobre la paleta y lo acercó al rostro de Usopp.
—No te atreverías. —Se burló él mientras volvía a su pintura.
—¿Crees que no? —Lanzó una pincelada certera sobre la mejilla del moreno. —Sabes que no me gusta que me reten.
Usopp se vio un tanto sorprendido y Zoro empezó a reír a carcajadas.
—Depende de la intención… Sí, podría ser arte —Usopp levantó su brocha mientras también reía y con un movimiento rápido logró rozar el hombro de Zoro. —. Y esto también puede serlo.
Zoro dio un paso atrás totalmente divertido y se puso en posición para contraatacar. Una batalla de pinceladas y colores dio inicio mientras corrían por todo el garage, imprimiendo brochazos de pintura en el cuerpo o rostro del otro. Usopp dio la vuelta para recargar municiones y cuando estuvo en la mesa notó que el anillo de Zoro descansaba junto a los pinceles y lo tomó entre sus manos.
—Devuélveme eso. —dijo Zoro, todavía riendo.
—O si no, ¿qué?
—Te voy a besar. —Soltó la frase en automático y se arrepintió enseguida. Debía dejar su maldita costumbre de bromear con respecto a ese tipo de cosas, y más con Usopp.
—No te atreves…
Usopp tuvo todas las intenciones de huir sosteniendo el anillo, pero Zoro, que era mucho más hábil físicamente hablando, logró alcanzarlo aprisionándolo entre sus brazos. Usopp, en un intento de escapar dio la vuelta para mirar a su contrincante, pero en el proceso resbaló con un poco de la pintura derramada y cayó al piso llevándose a Zoro con él.
Sus rostros quedaron muy cerca el uno del otro y el silencio reinó durante un par de segundos mientras se miraban a los ojos. La música seguía sonando.
—Hablo en serio. —Zoro se acercó un poco más hacia el rostro de su amigo, su voz era apenas un susurro ronco.
—No te atreves. — La respiración de Usopp se agitó. Él sabía lo que estaba haciendo, sabía que Zoro no soportaba los retos y aún así lo estaba retando. Su corazón se había vuelto loco y en un intento de recobrar su compostura tragó saliva.
—Última oportunidad… Dame mi anillo. —Se acercó peligrosamente, totalmente hipnotizado por los gruesos labios entreabiertos que le estaban haciendo una invitación tan descarada. ¿Usopp lo deseaba?
—No te atre…
Zoro no dejó que su amigo terminase la frase. Se abalanzó a sus labios para por fin poder saborearlos y supo que eran tan suaves y cálidos, húmedos y dulces como siempre lo había imaginado. De pronto recordaba la noche en la que con un par de copas de más, Usopp había confesado que en realidad no le gustaban mucho los besos, pero cuando empezó a separarse del calor de su cuerpo, sintió como la mano de su amigo lo tomaba de la nuca y lo atraía hacia sí con fuerza.
El par de bocas chocaron torpemente y Zoro soltó una risita un tanto nerviosa a la par que volvía a retomar el curso del beso.
Usopp por su lado no sabía exactamente lo que estaba sucediendo. Solo tenía en mente que las sensaciones que estaba experimentando en ese momento no se comparaba en nada a ninguna otra situación que hubiese vivido. Los labios de Zoro le provocaban un cosquilleo placentero y una calidez a la cual quería aferrarse con todas sus fuerzas, por eso cuando Zoro se había alejado tomó la decisión de avanzar.
No pudo explicar la explosión de emociones y sensaciones que el nuevo contacto le provocó, solo sabía que quería más de eso. Abrió un poco más los labios permitiéndole la entrada a Zoro y se aferró a la espalda del mismo, tratando de fundirse más con él. Quería sentirlo, poder sentir los latidos de su corazón junto al suyo… Lo quería todo.
Usopp pronto empezó a sentir que su cuerpo se movía y reaccionaba solo, como si siempre en la vida hubiera sabido qué hacer. Abrazó y acarició cada centímetro de la espalda de Zoro yendo hacia abajo hasta casi rozarle las nalgas. Luego subió hasta su cabello y pudo sentir lo suave y ligero que se sentía al tacto. La mano libre de Zoro también hizo lo suyo al recorrer su pecho con toda la experticia de sus encuentros anteriores provocando en Usopp una nueva serie de sensaciones:
Escalofríos, corrientazos, sobresaltos y temblores momentáneos que poco a poco empezaban a levantar cierta parte de su anatomía.
El beso poco a poco empezaba a ganar intensidad y cuando Zoro cayó en cuenta de la prominente erección de su amigo, cayó en cuenta de lo que estaba haciendo.
—Lo siento, tengo que irme. —El joven se incorporó con prisa y sin mirar atrás, abandonó la vivienda.
Usopp se quedó sentado sobre el piso del taller, totalmente confundido, exaltado y con unas inmensas ganas de llorar.
…
Franky se encontraba en la pequeña mesa del comedor, mirando una serie de planos y estructuras complicadisimas. El sonido de la puerta abriéndose hizo que su concentración se dirigiera hacia su amigo que entraba en ese momento.
—¡Ey! ¿Cómo te fue?— preguntó al ver la mirada perdida de su compañero.
—¿Qué? —Parecía que hubiese despertado de algún tipo de trance.
—Ooook… algo te pasa.
—No me pasa nada. —Suspiró cansado y hasta incluso con resignación.
—Si no te conociera, pensaría que te declaraste a Usopp. —Franky rió con ganas ante la broma.
—De hecho… lo besé. —admitió pesadamente
Franky abrió la boca incrédulo.
—No bro, con eso no se juega… ya dime ¿Qué pasó?
—En realidad estábamos jugando… No sé, lo besé y luego… él me besó.
Franky levantó la ceja y dibujó media sonrisa en su rostro.
—¡Bien hecho! Ya te estabas tardando demasiado.
—Fran… sabes lo que opino de voltear heteros.
—Bueno… hetero hetero no es.
—¡Tiene novia!
—Esto… Amigo mío, tengo que contarte algo. —Franky decidió mandar al carajo la promesa que le había hecho a Coby. Si no lo hacía, todo podría resultar en una tragedia.
Continuará
Debo confesar que este fragmento, el del beso entre Zoro y Usopp, lo escribí casi desde el inicio. Es decir, lo tenía listo desde los primeros capítulos, así que me siento tan feliz por haber llegado por fin hasta este punto. La idea original era que Usopp se de cuenta que estaba enamorado de Zoro a partir de este beso, e incluso el conflicto con Perona iba a iniciar desde este punto, pero a veces los personajes se mueven solos y tienden a hablarme. Al final, solamente soy la escritora de lo que ellos me dictan.
No se asusten, no estoy loca, o al menos eso me dijo mi psicóloga.
Ya saben, pueden seguirme por facebook y tiktok por si quieren enterarse de chismecito acerca de mis proyectos, me encuentran en cualquiera de las dos redes como "Chisheccid fanfics", además, estoy creando un grupo de facebook llamado "One Piece Fics y Arts / Autopromoción" en donde además de recomendar fanfics de otros autores, vamos a poder hacer autopromoción de nuestros fanfics y también haremos retos de escritura, algún concurso y demás actividades según lo vaya ameritando. L s espero por allí.
Chise está fuera por que recuperarme de tantas emociones juntas.
