XLIV – El cuervo renegado (Rum)

–No la pierdas de vista y en cuanto despierte contactarás conmigo por teléfono.

–Sí, Aniki.

Gin cerró la puerta, tras de sí, dejando a su compañero con la joven en una de las frías salas de cuarentena. El sonido de su mechero resonó contra las paredes del largo pasillo que debía recorrer para encontrarse a solas con Rum. Exhaló el humo, permitiendo que su largo flequillo ocultara su fría mirada victoriosa, escuchando como sus propios pasos le guiaban, con calma, hacia el final del peligroso juego que había ganado con una maniobra perfecta.

Nuevamente disfrutó de su cigarro, intuyendo que Vermouth lanzaría sus últimas cartas envenenadas hacia Sherry antes de que la Organización la aceptara de nuevo. Sin mucha espera la encontró apoyada en una de las paredes con los brazos cruzados.

–¿Puedo hacerte una pregunta?

–Ya me la estás haciendo –contestó frívolo, sin interrumpir el paso.

–Cuándo salió a la luz lo de Conan junto con lo de Kudo de la boca de esa mujer… –sin dudarlo comenzó a seguirlo, uniendo la melodía de sus tacones al ambiente pero siempre con unos pocos metros de distancia –. ¿Por qué no negaste mi patraña de que ya estaba muerto, que nos habíamos encargado de ello? ¿Crees que haciéndome este favor ganarás mi voto a cambio?

–No necesito tu ridículo voto, Vermouth.

–¿O más bien lo has hecho para que no habrá la boca delante de Rum y le explique que tu también estás bajo el efecto de esa misma maldita droga? –comentaba ahora divertida –. Así podrías ser una de las cobayas de tu querida gatita.

Vermouth sonrió al ver que por fin lograba su finalidad, Gin se detenía pero su rostro aún mostraba su macabra sonrisa de éxito. Contemplando los ojos de esa detestable mujer que, nuevamente y mediante la extorsión, intentaba meterle en uno de sus nuevos y siniestros juegos.

–¿No prefieres ser tú la cobaya? –expulsaba el humo sobre las delicadas facciones de ella –, te recordaré que gracias a nuestras últimas "conversaciones" me dejaste muy claro que estoy bajo el efecto de la misma droga que tu tomaste hace muchos años atrás, pero claro, tus resultados fueron mucho mejores que los míos y que más interés pueden despertar a Rum, o mejor aún a esa persona.

–Eres un maldito bastardo…

–Me han llamado cosas peores, créeme –volvía a girarse para retomar su camino –. Por cierto, te ahorro el paseo hasta allí, Vodka está de vigilancia y tu no tienes autorización para acercarte a ella.

–¡No podrás protegerla siempre!

–Entonces tu no podrás proteger a tu querido detective.

Gin sonrió al escuchar como Vermouth alzaba su voz por última vez para desearle lo peor tanto a él como a Sherry, resonando en eco esas crueles palabras por todo y el largo pasillo pero que solamente escucharían ellos dos.

Una amenaza que ya escuchó antes de que casi quemara viva a Sherry mientras se encontraba en coma, nuevamente deseaba con todo su ser que ambos cayeran en toda desgracia junto con la Organización. Gin escupió el cigarro, pisándolo con fuerza contra el suelo para abrir la puerta que se hallaba enfrente de él.

–¡Maravilloso!

Gin alzó la vista para saber a qué se refería Rum, encontrándose como respuesta miles de pantallas de televisor en las paredes con fotografías del pasado de Sherry como de ella más actuales, sacadas de la misma página web del parvulario Beika. Justamente una de ellas era de la última excursión que Gin participó encogido pero por suerte fue mucho más precavido que ella.

El sonido del pestillo de seguridad hizo que Rum se girara ante su compañero, el único de su rango que conocía su verdadero rostro, recibiéndole con una gran sonrisa que opacaba hasta el brillo del monóculo que ocultaba la ceguera de su ojo izquierdo.

–Cuando descubrí su alto C.I y la mandé a Estados Unidos sabía que estaba predestinada a hacer grandes cosas –el éxtasis de la situación transpiraba por cada uno de sus poros de su piel, pletórico, sin dejar de examinar nuevamente las pantallas –, pero esto traspasa todo lo que hemos conocido, todas las leyes de la física y la realidad... es impresionante.

–No te emociones, como escuchaste en la sesión de hipnosis se tomó la APTX4869 para suicidarse –ocultando las manos en los bolsillos se acercaba a la última imagen que tuvo de ella: El rostro de Sherry agotada, sentada sin mirar un punto fijo, ensimismada en sus pensamientos mientras descansaba de una dura rehabilitación –. Esa medicina tiene una tasa de éxito ridículamente baja, la hemos usando durante años como un veneno y ella a sido la única excepción.

–Bueno ella y el chico que buscó para refugiarse pero que desgraciadamente lo eliminasteis.

–Sigue siendo ridículamente baja –discutían, sin tener ningún contacto visual –. Sé que deseas volver a tener tu don, tu habilidad de reconocimiento que perdiste en el accidente pero créeme que ahora no es el momento, la investigación debería avanzar y tenemos la manera de que coopere sin rechistar.

–Me alegra escuchar que por una vez tenemos la misma opinión.

–Apoyaré la opinión de esa persona –sé mofaba de su compañero, alzando los hombros marcando indiferencia –. Te recuerdo que aunque estés por encima de mí trabajo para él.

–Ciertamente, pero como escuchaste Vermouth está en contra, se la ve bastante disgustada.

–Entonces votaré nuevamente a favor para que siga así, no necesito más razones.

Rum soltó una carcajada junto un fuerte choque de manos en forma de aplauso. Divertido, se acercó a su portátil para continuar la repetición del vídeo donde una Sherry dormida contestaba a todas las preguntas que le hacían, con voz pausada y débil. Gin se apoyó en una de las paredes, escuchando como esa voz con el paso del tiempo mostraba oposición para continuar con el tenso y largo interrogatorio, en el fondo ella también era una mujer de negro y había sido entrenada para ello.

–En verdad me hubiera gustado más usar el suero de la verdad de Generic, violento pero más efectivo –no quería dejar cabos sueltos, sobre todo si la joven científica había tenido contacto directo con el FBI –. Me parece tan curioso que sabiendo todo lo que sabía no contase nada a esas moscas americanas, me hubiera gustado saber el porqué de la cuestión y si conoce la sede donde se esconden.

–Su cuerpo no lo hubiera resistido, Bourbon la encontró en rehabilitación y aún no se ha recuperado de las secuelas –finalmente recibía la noticia que tanto aguardaba, sintiendo como el móvil vibraba a través de uno de los bolsillos de su gabardina –. Ya tenemos lo que necesitábamos, no ha largado ninguna información a nadie, simplemente ha estado escondiéndose de nosotros como una cría asustada, huyendo de sus responsabilidades –vio que efectivamente se trataba de Vodka: Sherry había despertado.

–Cierto, hablando de Bourbon.

–¿Qué pasa con él?

–Me temo que no voy a poder darte la supervisión de Sherry –se apoyaba sobre la mesa, imitando el mismo gesto de brazos cruzados que su compañero, que se encontraba en la pared contraria a la suya, mostrándose falsamente afligido por darle la mala noticia –. Si recordamos lo mal que terminasteis los dos la última vez que os visteis creo que no sería psicológicamente positivo para ella que estéis demasiado tiempo juntos –uno de los ojos de Gin dejaba verse entre su flequillo plateado, mostrando impasibilidad junto con su característica mirada penetrante ante esas palabras –. Necesito que esa mente brillante esté protegida de posibles traumas y que dé lo mejor para la Organización, sabiendo ahora todo lo que es capaz de hacer.

–¿Y crees que Bourbon lo hará? –Sé mofó nuevamente de su superior, incorporándose para quedarse a pocos centímetros de él, dejando claro la gran ventaja de altura que Gin poseía ante Rum en una forma sutil de amenaza –, no me hagas reír.

–Él es el único que no intentó matarla cuando fue en su caza... es un factor que la mantendrá tranquila y confiada hacia nosotros, brindémosle una oportunidad –golpeó dos veces el hombro de Gin en muestra de paz –. Siempre he admirado tu efectividad en el liderazgo, como manejas las diversas personalidades de tu equipo en las misiones y tu rol directivo es muy habilidoso, no voy a permitir que el regreso de esa mujer te nuble la mente.

Gin chasqueó la lengua fastidiado, abriendo la puerta para marcharse de allí, por un lado había logrado su deseo de que Sherry volviera a la Organización ilesa, pero por el otro se la estaban arrebatando descaradamente de sus propias manos para dársela a un miembro que él mismo había destituido de ese rol y que, por si fuera poco, no trabajaba para él si no para Vermouth.

Ojalá le hubiera pegado ese disparo aquel día,

Se le veía incómodo con el tema de la purga con los NOC.

Pero lo que más le escamaba era como Bourbon se había adelantado a esa acción y cómo o quién le había brindado la información de que Sherry había sido capturada por él hacía unas horas. ¿Vermouth? O,

Alguien más sabía de esa información.